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Los planetas en el pensamiento maya

VENUS era el OBJETO ASTRONÓMICO DE MAYOR INTERÉS. Se piensa que los MAYAS le daban la misma importancia que
al SOL. Lo Observaban Cuidadosamente Cuando se movia Por sus Estaciones (toma 584 días para que VENUS y la TIERRA
se alinean en su Posición Previa con respecto al SOL). Toma aproximadamente 2,922 días para que la TIERRA, VENUS, el
SOL, y las ESTRELLAS estar de alienadas otra vez.

Durante estos Períodos no se puede ver a VENUS desde la TIERRA. Este astro desaparece por períodos cortos que hacen
un promedio de 8 días. Cuando sucede la primera elevación de conjunción inferior, esto es cuando estaba primero
notorio en el cielo de la mañana, se llama subida del heliocoidal porque sube "CON EL SOL", esta era la Posición Más
Importante de VENUS. Después de la subida de VENUS aumenta grandemente su Brilliantez entonces llega a su máxima
elongación al oeste, y cambia rápidamente (en movimiento retrógrado) LEJOS DEL SOL.

Los MAYAS Hicieron Observaciones del DÍA DE VENUS. VENUS tenía un Efecto Psicológico en los MAYAS y otras
CULTURAS MESOAMERICANAS, se ha mostrado que los MAYAS cronometraron algunas de sus guerras basaron en los
Puntos Estacionarios de VENUS y JUPITER.

El PENSAMIENTO MAYA evidentemente se enfocaba también en el SOL y lo Observaron, Rastreando el CAMINO A LO


LARGO DE LA ECLIPTICA. Ellos lo seguían durante el año, partidarios presumiblemente de su camino a lo largo del
horizonte como tal. En CHICHEN-ITZA durante el Ocaso del SOL la SERPIENTE DE LUZ sube arriba por el lado de la
Escalera de la Pirámide llamado "EL CASTILLO" en el primer día de Primavera y equinoccio del Otoño.

Se entiende que los MAYA no solo observaban las posiciones extremas del SOL en los Solsticios, sino también los
Equinoccios. Además del PASO ZENITAL mencionado antes, observaciones de Ecliptices y más.

CUANTOS DÍAS TENIAN LOS AÑOS


El calendario comienza en una fecha cero que posiblemente sea el 8 de junio de 8498 a. C. en nuestro cómputo del
tiempo, aunque no es del todo seguro. Los mayas tenían además un año de 365 días (con 18 meses de 20 días y un mes
intercalado de 5 días). El Tzol'kin de 260 días es uno de los calendarios más enigmáticos en cuanto su origen, algunos
postulan que se basa en una aproximación a la gestación humana.
LA CEIBA
La Ceiba es el Árbol Nacional de Guatemala, establecido oficialmente como tal el 8 de marzo de 1955 durante el
gobierno del presidente de Guatemala, Carlos Castillo Armas, tras la
solicitud del botánico Ulises Rojas (Ministerio de la Defensa Nacional, 2009).
La Ceiba Pentandra -su nombre científico- fue reconocida como insignia
representante de la flora guatemalteca, para simbolizar el orgullo de las
raíces mayas del país (Ministerio de la Defensa Nacional, 2009).

En 1955, el botánico Ulises Rojas presentó una propuesta en el Ministerio


de Agricultura para que la ceiba fuera declarado Árbol Nacional. Esta
iniciativa se basó precisamente en la importancia que el árbol tiene para los
indígenas (Roldán, 2006).
El decreto que aprobó el presidente en aquel momento, el coronel Carlos Castillo Armas mediante acuerdo gubernativo
del 8 de marzo dice en una parte del texto: “…pues desde tiempos precolombinos bajo su follaje acostumbraban los
nativos celebrar sus ritos, considerándola como árbol sagrado…” (Roldán, 2006).

Árbol sagrado

Es conocida por su nombre científico Ceiba Pentandra, fue establecida como Árbol Nacional el 8 de marzo de 1955
durante el gobierno del presidente de Guatemala Carlos Castillo Armas.

La solicitud de la iniciativa fue hecha por el botánico Ulises Rojas.

La fronda de la Ceiba puede tener hasta 1600 metros cuadrados, además es reconocida por su hermoso follaje y
excelentes propiedades medicinales.

Puede medir más de 50 metros de altura, según el biólogo e investigador Luis Villar Anleu, se necesitan unas seis
personas tomadas de la mano para rodear el árbol.

Para los mayas, la Ceiba representaba la comunicación de los humanos con el cielo y el inframundo, es
también considerada el árbol de la vida, árbol sagrado, cuna de Xibalbá, infierno de los mayas y árbol sabio.

Por su frondosidad y altura, desde la época precolombina, la Ceiba, es considerada un árbol sagrado, cuyas prominentes
ramas mayores, además de apuntar hacia los cuatro puntos cardinales, sostienen el universo. Este árbol gigante, nativo
de América, de la región que se extiende desde México, Centroamérica y norte de Sudamérica, puede medir más de 50
metros de altura y su tronco puede rebasar los tres de diámetro “aproximadamente se necesitarían unas seis personas
tomadas de la mano para rodearlo”, indica el biólogo e investigador Luis Villar Anleu, quien fue catedrático de
etnobiología, en la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac).

En el país existen dos especies: la Ceiba Pentandra y la Ceiba Aesculifolia, ambas pertenecientes a la familia
Bombacacea. A la segunda especie se le conoce como Palo de Lagarto, por las espinas que crecen en su tronco, pero
también recibe los nombres de: Ceibillo, Tinanche, Kinin, Murul y Cox, según el ingeniero agrónomo Mario Véliz,
coordinador del Herbario BIGU, de la Usac. El nombre científico de este árbol es Ceiba pentandra (L.) Gaertn, la “L” en el
nombre se debe a Carlos Linneo, científico sueco que la clasificó.

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