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EL SERVICIO DE LA MÚSICA EN LA IGLESIA

La música y el canto en la Iglesia han tenido a lo largo de la historia etapas bien definidas. La
primera es aquella en la que se concebía a la música y al canto como arte, es decir, un coro que
embellece con su actuación artística una celebración. En este período la mayoría de los cantos se
hacían en latín, y por lo tanto no podían ser interpretados por todo el pueblo. Se puede llamar a esta
etapa “preconciliar”, ya que a partir del Concilio Vaticano II se abre una nueva visión al respecto de la
música en la Iglesia.
En un segundo momento se da un cambio en esta concepción de la música en la liturgia, ya que
ahora el fin está puesto en animar y hacer que todos los integrantes de la asamblea participen en un
mismo canto.
Finalmente, le sigue una etapa contemporánea que se da a partir del Concilio Vaticano II. Con
este paso de renovación que dio la Iglesia muchos cristianos comenzaron a producir música fuera de
las celebraciones litúrgicas, a grabar discos y se empezaron a organizar los festivales y recitales de
música cristiana.
De esta forma podemos distinguir tres tipos de “servicio musical”:
a) Coro parroquial.
b)Servicio de música en la liturgia o ministerio de música.
c) Grupo musical.
Nos referiremos hoy al servicio de la música en la liturgia de la Iglesia.

El servicio de música en la liturgia


Generalmente escuchamos al coro participando en la celebración Eucarística, compuesto por
jóvenes, adultos y hasta niños que cantan con mucho entusiasmo. Pero si les preguntamos “¿Por qué
estas en el coro?”, lo más seguro es que las respuestas sean tan variadas como: “Estoy aquí porque me
gusta cantar”, “Porque aquí esta mi novia y ella me invitó”, o “Porque aquí hay muy buen ambiente”.
No se trata de juzgar a nadie, pero es necesario que todos aquellos que participan en el
servicio de la música conozcan algunos puntos que la misma Iglesia les pide tengan en cuenta.
1-¿Por qué existe el coro?
En el número 1156 del Catecismo de la Iglesia Católica se nos dice que “el canto unido a las
palabras constituye una parte necesaria e integral de la liturgia solemne”. La Iglesia, conociendo la
importancia del canto, lo ha unido a sus celebraciones con el propósito de que el pueblo participe
plenamente en las celebraciones litúrgicas.
Particularmente en la celebración Eucarística el canto es una parte muy importante; algunas
partes son cantadas por el celebrante y otras por el coro.
El coro existe porque es necesario contar con personas con habilidades para el canto y la música,
que se tienen que comprometer a realizar su servicio para el pueblo de Dios con excelencia.
2- ¿ Para qué existe el coro?
El número 1157 del Catecismo menciona que “El canto y la música cumplen su función de
signos de una manera tanto más significativa cuanto más estrechamente estén vinculadas a la acción
litúrgica”, según tres criterios principales:
a- La belleza expresiva de la oración
Esto es, que el canto no sea vulgar o corriente. Debe cuidarse la estética de lo que se interpreta,
pero sin llegar a ser muy rebuscado o con demasiados arreglos.
b- La participación unánime de la asamblea en los momentos previstos
El coro deberá entonar cantos conocidos, con devoción, de acuerdo al tiempo litúrgico que se
esté viviendo y de acuerdo al momento de la liturgia correspondiente. Se pueden repartir hojas al
iniciar la asamblea donde esté la letra de los cantos no conocidos e interpretarlos continuamente para
que todos los vayan aprendiendo.
c- El carácter solemne de la celebración
Según la región que se trate se le dará la solemnidad correspondiente, pero sin olvidarse de que
lo que se está celebrando tiene un carácter universal y sagrado.
El número 1158 del Catecismo dice: “Foméntese con empeño el canto religioso popular para
que suenen las voces de los fieles”.
Se pueden utilizar las formas musicales e instrumentos reconocidos y aceptados por los fieles y
por el párroco. Aunque el órgano es el instrumento reconocido como el más apto para las
celebraciones, se podrán utilizar otros, pero que no distraigan a los fieles de la razón principal de la
asamblea.
“Los textos destinados al canto sagrado deben estar de acuerdo con la doctrina católica; más
aún deberán inspirase principalmente en la Sagrada Escritura y en las fuentes litúrgicas...”(SC 123).
Existen fuentes de gran abundancia temática para que el compositor católico pueda inspirarse
(las mencionadas anteriormente, así como la liturgia de las horas, el catecismo, alguna vivencia
personal, etc.), sin necesidad de adaptar para la liturgia música o canciones de compositores
populares. Esto no es recomendable.
Con relación a los cantos de nuestros hermanos de las iglesias protestantes, si se quieren
interpretar en las celebraciones católicas, deberán ser discernidos por el párroco o, en su defecto, por
un grupo o una persona de sólida formación católica y cuidando sobre todo que no vayan en contra
de la doctrina católica.
Estos puntos nos dan una idea muy clara de por qué y para qué existe el coro y su servicio en la
Iglesia.
Es importante ante cualquier duda con respecto a los cantos, a los instrumentos o a algún
movimiento que se quiera realizar, consultar antes con el párroco y tomar en cuenta sus sugerencias
para que el servicio sea cada vez más excelente y agradable a Dios estando en subordinación y
obediencia.
Este servicio es sumamente importante y por lo mismo requiere de preparación (formación
espiritual, ensayos, conocimiento en liturgia, etc.), para que esté acorde a la solemnidad de las
asambleas litúrgicas.
Pidámosle al Señor que nos dé su gracia para que seamos instrumentos eficaces en la
celebración litúrgica y de esta forma, la Iglesia, pueblo de Dios, tenga un encuentro vivo con Él. Dios
los bendiga.

Hna. Verónica Carello dj

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