Sei sulla pagina 1di 218

María del Carmen Grande

María Dolores Román

Nutrición y salud materno infantil

ERRNVPHGLFRVRUJ
5ÓUVMP/VUSJDJØOZTBMVENBUFSOPJOGBOUJM
"VUPSFT.BSÓBEFM$BSNFO(SBOEF.BSÓB%PMPSFT3PNÈO

El logo que identifica al equipo de trabajo de la Cátedra Nutrición


Materno Infantil (Escuela de Nutrición, Facultad de Ciencias
Médicas, Universidad Nacional de Córdoba, fue diseñado por
Milena Ezenga en el marco de la actividad de extensión “Unite al
Mejor Abrazo” que se realiza cada año para celebrar la Semana
Mundial de la Lactancia Materna.

Grande, María del Carmen


Nutrición y salud materno infantil / María del Carmen Grande y María Dolores Román. -
1a ed. - Córdoba : Brujas, 2014.
E-Book.

ISBN 978-987-591-526-8

1. Nutrición. 2. Alimentación. I. Román, María Dolores II. Título


CDD 613.2

© 2014 Editorial Brujas


1° Edición.
Impreso en Argentina
ISBN:     

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de tapa, puede ser reprodu-
cida, almacenada o transmitida por ningún medio, ya sea electrónico, químico,
mecánico, óptico, de grabación o por fotocopia sin autorización previa.

www.editorialbrujas.com.ar publicaciones@editorialbrujas.com.ar
Tel/fax: (0351) 4606044 / 4691616- Pasaje España 1485 Córdoba - Argentina.
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ............................................................................................. 7

CAPÍTULO 1: Salud materno infantil.................................................... 9


Mgter. María del Carmen Grande

CAPÍTULO 2: Protección social, género y salud reproductiva .............................. 23


Mgter. María del Carmen Grande

CAPÍTULO 3: Nutrición y alimentación durante el embarazo.............................. 41


Mgter. María del Carmen Grande, Lic. Cintia Vaudagna,
Lic. María Dolores Román

CAPÍTULO 4: Nutricion y alimentación de la mujer postembarazo ..................... 67


Mgter. María del Carmen Grande

CAPÍTULO 5: Crecimiento y desarrollo del niño sano ......................................... 77


Lic. María Dolores Román

CAPÍTULO 6: Desarrollo y alimentación............................................................. 103


Lic. María Dolores Román

CAPÍTULO 7: Lactancia materna ........................................................................ 117


Mgter. Patricia Cristaldo, Lic. María Agustina Arolfo

CAPÍTULO 8: Alimentación del niño con sucedáneos de la leche materna .......... 141
Dra. Raquel Furnes, Lic. Mariana Laquis, Mgter. María del Carmen Grande

CAPÍTULO 9: Alimentación complementaria ...................................................... 155


Mgter. Patricia Cristaldo, Lic. María Dolores Román

CAPÍTULO 10: Nutrición y alimentación del niño durante las etapas preescolar
y escolar ................................................................................................................ 175
Mgter. María del Carmen Grande

CAPÍTULO 11: Nutrición y alimentación durante la adolescencia ....................... 199


Lic. María Agustina Arolfo
INTRODUCCIÓN

Este Manual dedicado al estudio de la situación alimentaria nutricional de la


mujer/madre durante el proceso del embarazo y postembarazo y del niño sano en
las distintas etapas del ciclo de crecimiento, reúne a varios autores quienes desde su
experiencia y aprendizajes describen en cada capítulo la multiplicidad de factores
que requieren el estudio de esta temática.

En estas páginas, a partir de una revisión bibliográfica minuciosa se retoma


la evidencia científica vinculada a cada uno de los temas para analizar los procesos
biológicos, psicológicos y sociales que contextualizan al proceso alimentario-nutri-
cional para evaluarlos, comprenderlos y luego presentar las diferentes estrategias en
el abordaje del complejo acto de la alimentación, en estos grupos humanos de alta
vulnerabilidad.

Se pretende brindar una herramienta que permita adquirir conocimientos y/o


actualizar información que hagan efectivo el desempeño del profesional comprome-
tido con la salud nutricional de la población desde el abordaje individual y colectivo.

7
CAPÍTULO 1:
SALUD MATERNO INFANTIL

Mgter. María del Carmen Grande

Introducción

El concepto de salud adquiere una dimensión más amplia cuando se enfoca


este término a las condiciones de salud deseables para la mujer-madre y en el niño.
La Salud Pública desarrolla acciones particulares para lograr el objetivo de
Salud en este grupo considerado de riesgo, es por ello que a partir del año 2000 la
Declaración del Milenio de las Naciones Unidas estableció una serie de objetivos y
metas cuantificables por lograr en el año 2015.

9
En la Argentina son nueve los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)
e incluyen cuestiones que ya desde la década del 90 se plantean y son retomados en
esta Declaración.

Ellos son:
t Erradicar la pobreza extrema y el hambre
t Alcanzar la educación básica integral
t Promover el trabajo decente (incluido por Argentina)
t 1SPNPWFSMBJHVBMEBEEFHÏOFSPZMBBVUPOPNÓBEFMBNVKFS
t 3FEVDJSMBNPSUBMJEBEJOGBOUJM
t .FKPSBSMBTBMVENBUFSOB
t Combatir el VIH, la Tuberculosis y el Chagas
t Asegurar un medio ambiente sostenible
t Promover la asociación global para el desarrollo

Se destacan tres de los propósitos por estar directamente relacionados a las


condiciones deseables de salud para la mujer y el niño, sin embargo el resto de ellos
son, sin lugar a dudas, objetivos asociados que facilitan el logro de los objetivos es-
pecíficos de este grupo.

Los indicadores más sensibles que permiten conocer el nivel de salud materno-
infantil de un país o región lo constituyen: la mortalidad materna, la mortalidad
infantil durante la gestación, al nacer, en el primer mes, el primer año y durante
los primeros cinco años de vida del niño.

Enfoque de Riesgo en la Atención Materno-Infantil

El FOGPRVFEFSJFTHPFT un método que permite medir la necesidad de atención


en salud de las comunidades y es una herramienta para la reorganización de los servi-
cios de salud teniendo en cuenta las prioridades de la comunidad objeto de atención
sanitaria. Es considerada una de las estrategias para lograr los Objetivos del Milenio.
En toda la sociedad hay grupos, familias e individuos cuya probabilidad de
enfermar, morir o accidentarse es mayor que la de otros. Se dice que tales grupos son
especialmente iWVMOFSBCMFTw y que algunas de las razones de ello pueden ser iden-
tificadas. La vulnerabilidad es el resultado de un número de situaciones presentes e
interactuantes que reunidas en una persona o en una comunidad, le confieren un
riesgo particular (de perder el estado de salud o de agravar una patología ya presen-
te). Estas características pueden ser de orden: biológicas, genéticas, ambientales, psi-
cológicas, sociales, económicas, etc. Entre los grupos especialmente vulnerables se
destacan: mujeres embarazadas, niños, personas en situación de migrantes, adultos
mayores y personas con insuficientes ingresos económicos.

10
Factores de Riesgo en Salud Materno-Infantil

El riesgo es la probabilidad estadística de que un evento no deseado se pro-


duzca en el futuro. Una probabilidad es una medida de algo incierto. El estudio
sistemático de las poblaciones permite obtener información que define la probabili-
dad de que un daño (enfermedad o muerte) ocurra en ese grupo de personas en un
período de tiempo determinado. Posteriormente, la probabilidad para un individuo
en particular debe inferirse a partir de la población estudiada.
En la medida de que coexista la presencia de una o más características o fac-
tores predisponentes, la probabilidad de consecuencias adversas aumenta y se incre-
menta la posibilidad de que una persona desarrolle un proceso mórbido. Identificar
las probabilidades de padecer un daño posible de ser evitado o reducido como una
enfermedad, accidente o muerte es la estrategia planteada desde el Enfoque de Ries-
go para emprender acciones con fines preventivos.
Los factores de riesgo pueden ser causas o indicadores, pero su importancia
radica en que son observables antes de la ocurrencia del hecho que predicen. Varios
estudios han demostrado que el primer embarazo, la alta paridad, un embarazo en
edad reproductiva temprana o tardía, los abortos previos y la desnutrición son facto-
res de riesgo universales y estas características aumentan la probabilidad de patología
perinatal. La combinación de estos y otros factores de riesgo en una misma mujer
incrementan aún más la probabilidad de experimentar un daño a la salud.
Clasificar los factores de riesgo ha permitido realizar un análisis previo de las
situaciones que la mujer-madre puede presentar y definir desde las políticas públicas
las necesidades de atención en cada uno de los niveles del sistema de salud.
A continuación se describen los principales factores de riesgo que se asocian
con mayor probabilidad de afectar la salud materno-infantil:

t Factores de Riesgo Biológicos vinculados a la reproducción:

- Embarazo precoz: es la gestación que se produce en mujeres-niñas


menores de 18 años. El riesgo en estos casos se vincula a que la etapa
de pubertad-adolescencia constituye un período crítico del crecimiento
porque las necesidades nutricionales se ven incrementadas y si no son
satisfechas la malnutrición afectará tanto al embrión-feto como a la
joven embarazada. La mujer y el embarazo en este período vital los hace
a ambos más vulnerables cuanto más cerca de la menarca se produce
la gestación. El tiempo transcurrido entre la primera menstruación
y la edad de la mujer se denomina edad ginecológica. La madurez
reproductiva se alcanza aproximadamente a partir de los cinco años
de edad ginecológica, motivo por el cual las gestas previas a esta etapa,
adquieren especial prioridad por los mayores riesgos maternos y
perinatales que conllevan.
Por otro lado, en nuestra sociedad un gestante adolescente debe afrontar

11
situaciones adversas que impactan en su futuro desarrollo, entre ellas la
dificultad de continuar los estudios y la consecuente deserción escolar, uno
de los factores de mayor incidencia a la hora de lograr una mejor inserción
y calificación en el mercado laboral. Esta situación a futuro será un
condicionante de la situación económica.
- &NCBSB[PUBSEÓPes la gestación que se presenta en mujeres mayores
de 35 años. A esta edad se inicia un proceso de envejecimiento del
aparato reproductivo que se relaciona con mayor probabilidad de que
se produzcan patologías congénitas. Cuanto mayor es la edad de la
mujer que inicia su primera gesta en esta etapa de la vida, el riesgo
de desarrollar patologías que pueden afectar a la madre o al hijo se
intensifican, se destacan el Síndrome de Down y otras alteraciones
cromosómicas.
La maternidad tardía se asocia a complicaciones de patologías preexistentes
que pueden o no asociarse a la situación fisiológica del embarazo. Entre las
complicaciones frecuentes se destacan descompensación de la Hipertensión
Arterial Crónica, la preclampsia, la diabetes gestacional, el Retardo de
Crecimiento Intrauterino (RCIU)
- Corto intervalo intergenésico: durante el embarazo la madre
disminuye sus propios recursos biológicos y nutritivos a causa del
crecimiento del feto y tejidos maternos. Después del nacimiento la
madre necesita tiempo para recuperar esos recursos y para prepararse
para otro embarazo. También se plantea la hipótesis de que el estrés
postparto se asocia a la tensión que provoca el cuidado de un niño
pequeño mientras se desarrolla otro embarazo. La evidencia mundial
señala un período mínimo seguro es el que respeta un intervalo de 3
a 4 años entre embarazos, ya que los períodos más cortos conllevan
riesgos calculados para el feto y el hijo recién nacido. El corto intervalo
intergenésico se asocia con nacimientos pretérmino.
- "MUBQBSJEBE la paridad indica el número de nacimientos por mujer.
Alta paridad o Gran paridad es el término que definen una paridad de
cinco nacimientos o más. Las mujeres multíparas tienen una mortalidad
y morbilidad materna más alta. Sus hijos corren riesgo de pérdida fetal,
mortalidad perinatal, mortalidad infantil y mortalidad durante la niñez
temprana. Los niños muestran también deficiente desarrollo físico e
intelectual y deficiente salud general.
- &NCBSB[P OP EFTFBEP el tema de embarazo no deseado merece
especial consideración, ya que está bien establecida la magnitud de
este problema que conduce frecuentemente al aborto provocado. El
aborto inducido puede ocasionar daño al útero o al cuello uterino,
sufrimiento emocional o psicológico, sangrado excesivo e infecciones
sobre todo cuando no se realiza en condiciones quirúrgicas, lo que suele
ser frecuente en nuestro medio y pone en riesgo la vida de la mujer así

12
como la posibilidad de, en el futuro, tener embarazos.
- 5BMMBNBUFSOBCBKB: la talla menor o igual a 1,50 m se considera de
riesgo. Las mujeres con una talla baja poseen una menor capacidad
pélvica que impide los embarazos a término y por ende favorecen los
nacimientos pretérmino y los abortos espontáneos que inciden de
manera negativa en la salud de la madre y el niño. Si bien la talla final
de un adulto es el resultado de la interacción de factores biológicos,
ambientales y genéticos no se debe olvidar que la altura es el resultado
de la nutrición durante los primeros años de vida, por lo tanto se
planteará la duda sobre si esta madre no ha sido malnutrida durante su
proceso de crecimiento.
- &OGFSNFEBENBUFSOBPDPNQMJDBDJPOFTBTPDJBEBTDPOFMFNCBSB[P
diabetes, cardiopatías, nefropatías, toxemia gravídica, etc. Todas estas
patologías interfieren los procesos fisiológicos normales provocando
retraso en el crecimiento o niños macrosómicos, partos prematuros,
bajo peso al nacer etc.
- -BNBMOVUSJDJØONBUFSOB el estado nutricional materno en déficit o
exceso, es un factor determinante en el crecimiento fetal y en el peso
del recién nacido (RN), si bien la malnutrición por déficit o por exceso
ya constituye una situación de daño en el caso de la gestación, es uno
de los indicadores de riesgo para el embrión/feto. Diversos estudios han
demostrado la importancia del riesgo para BPN (bajo peso al nacer),
PEG (pequeño para la edad gestacional) y RN Prematuro asociados con
en el peso preconcepcional y la ganancia de peso durante el embarazo,
aunque los mecanismos biológicos de la asociación continúan
siendo en su mayoría desconocidos. Aquellas mujeres con bajo peso
preconcepcional para la talla están expuestas a un riesgo aumentado de
resultados perinatales adversos.

t Factores de Riesgo Ambientales:

- "CBTUFDJNJFOUP EFíDJFOUF EF BHVB EPNÏTUJDB  Z BHVB QPUBCMF la


carencia de agua en el domicilio muchas veces lleva a la mujer al acarreo,
lo que la hace propensa durante el embarazo al aborto espontáneo,
muerte fetal, prolapso etc., además de las infecciones que se producen
por falta de agua potable .
El consumo doméstico de agua, que no es sanitariamente tratada,
conlleva el riesgo de transmitir un amplio espectro de enfermedades
como gastroenteritis, cólera, tifus, etc., siendo los signos clásicos
la diarrea, el vómito, la fiebre como consecuencia de la presencia de
agentes infecciosos: bacterias patógenas, virus entéricos, protozoarios
y helmintos, parásitos presentes en el agua de consumo. La ingesta de
alimentos no adecuadamente lavados y/o cocidos pueden transmitir

13
bacterias como la E.coli, la salmonella y parásitos.
- 'BMUB EF BEFDVBEP TJTUFNB EF EJTQPTJDJØO EF FYDSFUBT ZP SFTJEVPT
la ausencia de un circuito sanitario expone tanto al niño como a la
mujer a distintos agentes infecciosos que incrementan la posibilidad de
padecer enfermedades de distinto grado de gravedad. El círculo vicioso
infección – desnutrición - infección se ve fortalecido en estos ambientes
contaminados.
La falta de higiene vinculada a la escasez, no utilización apropiada o
contaminación del agua se asocia a alta incidencia de enfermedades
diarreicas y cutáneas como el impétigo y la septicemia, así como
enfermedades oculares como el tracoma y la conjuntivitis. La
contaminación de las aguas de consumo con las aguas servidas puede
constituir un factor de riesgo microbiológico y aun químico.
- Exposición a agentes químicos ambientales: existen numerosas sustancias
químicas presentes en pesticidas, en los componentes y agregados
alimenticios, en los cosméticos y en los productos de limpieza caseros, que
son potencialmente tóxicos en las mujeres. Los agentes tóxicos pueden actuar
como mutágenos (son los que alteran el material genético de las células
vivas), teratogénos (que afectan el desarrollo embrionario y/o fetal de manera
estructural o funcional) o carcinogénos (que aumentan la incidencia de cáncer
en el recién nacido). Una de las más destacadas es la exposición al plomo,
sustancia presente en pinturas, agua contaminada por desechos de fábricas,
basurales, tierra, cosméticos etc. y se asocia a esterilidad, abortos espontáneos,
hipertensión materna, prematurez, trastornos del aprendizaje en los niños y
menor coeficiente intelectual, así como retardo del crecimiento (baja talla)
Algunos agroquímicos como el glifosato utilizado ampliamente en la
agricultura tiene importantes efectos teratogénicos.

t Factores de riesgo relacionados a comportamiento o estilo de vida vincu-


lados sobre todo a las adicciones. Entre ellas:

- Hábito de fumar: el consumo de tabaco ha sido identificado como


el factor único más importante en la etiología del bajo peso y de la
mortalidad perinatal. Entre las sustancias a las que se les adjudica
consecuencias reproductivas se destacan la nicotina, el monóxido de
carbono y los hidrocarburos aromáticos policíclicos. Estas sustancias
son absorbidas a través de los alvéolos pulmonares, ingresan
rápidamente al torrente sanguíneo y pasan la barrera placentaria por
difusión simple, por difusión facilitada o por transporte activo. La
nicotina es un potente vasoconstrictor, produciendo una disminución
del flujo úteroplacentario y una disminución de la perfusión venosa.
Como consecuencia se produce una hipoxia tisular y una dificultas en
el transporte de nutrientes a la célula.

14
- Adicción al consumo de drogas o medicamentos: las drogas ilícitas
difundidas en nuestro medio son primero la marihuana y segundo
la cocaína; en aquellas mujeres que consumen durante la gestación
marihuana de manera sostenida se ha encontrado embarazos que no
llega a término, incremento de peso materno menor al esperado, y recién
nacido de reacción disminuida a estímulos luminosos y mayor temblor.
Existen diversos estudios que han demostrado una fuerte asociación
entre el consumo de cocaína y una mayor incidencia de anomalías
congénitas, lo preocupante en las mujeres consumidoras son el efecto de
estas drogas sobre su propio cuerpo ya que sí hay suficiente evidencia de
que son la causa de infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares,
hemorragia subaracnoidea, hipertensión arterial, convulsiones y muerte
súbita.
También es importante indagar sobre el consumo de drogas lícitas
(medicamentos) que son ingeridas no en pocas ocasiones de manera
descontrolada y que tienen importantes efectos tanto sobre el embrión-
feto como sobre la madre.
- Adicción a consumo de bebidas alcohólicas: El consumo abusivo
de alcohol es reconocido como la tercera causa responsable de retardo
mental. El alcohol cruza la placenta y se acumula en concentraciones
tóxicas durante la blastogénesis y la diferenciación celular, pudiendo
producir daño fetal. El síndrome de alcoholismo fetal (SAF) se
caracteriza por retraso del desarrollo, microcefalia, alteraciones oculares
y anormalidades faciales y esqueléticas.
El daño fetal también puede ser ocasionado por deficiencia en folatos,
magnesio y zinc, comunes en las dietas inadecuadas de los alcohólicos.
- Restricciones alimentarias severas voluntarias: la más destacada es la
Anorexia Nerviosa, que tiene como principal manifestación la restricción
voluntaria de alimentos, y que a veces se acompaña con episodios
de vómitos. Entre las principales consecuencias de esta deprivación
nutricional se produce la alteración de los ciclos menstruales, de la
función ovárica y de la sexualidad, por ende es difícil que se llegue a la
gestación. Sin embargo sí se registran casos de embarazos coexistentes
con TCA.
Básicamente se trata de una mujer malnutrida, con uso eventual de
laxantes, diuréticos o fármacos teratogénicos, motivo por el cual este
grupo registra altas tasas de abortos. Los principales problemas que son
reportados en los recién nacidos de mamás con estos trastornos son:
anormalidades congénitas, menor crecimiento fetal, bajo peso al nacer,
menor circunferencia craneana y microcefalia, defectos del tubo neural
y mayor mortalidad perinatal.

t Factores de riesgo asociados a insuficiente acceso a los servicios de salud:

15
- La ausencia de obra social o atención sanitaria pública impacta
negativamente ya que la imposibilidad de acceder a los servicios básicos
de atención sanitaria antes de iniciar la gestación o durante esta impide
identificar las condiciones de salud/enfermedad y realizar todas las
acciones de promoción de la salud y prevención de la enfermedad.
Las principales situaciones adversas para la atención en salud materno
infantil que desencadenan este factor de riesgo son:
ƒ Ausencia o insuficiente control prenatal
ƒ Ausencia o insuficiente control crecimiento y desarrollo del niño
ƒ Ausencia o insuficiente acceso a los programas de salud sexual y
reproductiva.

t Factores de riesgo socioculturales y psicosociales

- "VTFODJBPJOTVíDJFOUFFTDPMBSJEBENBUFSOB la falta de instrucción


(primaria incompleta) impide a la mujer /madre acceder a información
que le permita un mejor cuidado para sí misma y para los niños, así
como es una limitante importante en el progreso social de la mujer
impidiendo el acceso a la fuerza laboral entre otras.
- 'BMUBEFVOJØOFTUBCMFPEFTPTUÏOGBNJMJBS la ausencia de pareja coloca
a la mujer gestante o madre en situación vulnerable por carencia total
o parcial de sostén afectivo, emocional y a veces también económico.
La madre soltera que elige o se ve obligada a convertirse en madre
sin una pareja, está casi obligada a esperar lo mejor de sí misma y a
negar muchos problemas emocionales que enfrenta en su camino,
además de los sociales y económicos. El bebé es considerado por estas
madres como el único ser que les trae felicidad, que las hace sentir
valiosas y queridas. Por lo tanto la ansiedad de la mamá sin pareja
puede manifestarse sobreprotectora con el niño con excesivos temores
fundados en la responsabilidad que debe asumir para concretar un
crecimiento adecuado de su hijo.
- 7JPMFODJBGBNJMJBS: La violencia familiar se manifiesta fundamentalmente
contra las mujeres, no se limita a la violencia física (palizas, agresión
con armas y muerte) por el contrario, se amplía a otros aspectos de
la vida: maltrato psicológico y sexual, de aislamiento y control social.
Las consecuencias más destacadas sobre la salud sexual y reproductiva
se pueden resumir en las siguientes (OMS 1999). Psicológicas y
conductuales: trastornos de la conducta alimentaria; sexuales: anorgasmia
y falta de autonomía sexual; reproductivas y ginecológicas: embarazos
no deseados, embarazos de alto riesgo y enfermedades de transmisión
sexual. La violencia ejercida fundamentalmente por el hombre, como
ya dijimos, contra su pareja también tiene como víctimas a los más
pequeños de la casa que pueden o no ser sus propios hijos e incluye:

16
maltrato físico, psíquico, discriminación, malos tratos y abandono.
Las secuelas físicas, emocionales y psicológicas de la violencia pueden
tener graves repercusiones sobre el desarrollo, la salud y la capacidad
de aprendizaje de los niños y niñas. Diversos estudios han revelado
que el hecho de haber sufrido actos de violencia en la infancia está
firmemente relacionado con comportamientos peligrosos para la salud
en el futuro, como fumar, consumir alcohol y abusar de las drogas, así
como la inactividad física y otros hábitos que conducen a la obesidad. A
su vez, estos comportamientos contribuyen a algunas de las principales
causas de enfermedades y de muerte, entre ellas el cáncer, la depresión,
el suicidio y los trastornos cardiovasculares.

t Factores de riesgo económicos :

- Bajos ingresos que impiden un nivel mínimo de acceso a las


necesidades básicas (alimentación, vestimenta, recreación, agua etc.)
Este factor casi siempre se asocia a muchos de los enunciados y provoca
morbimortalidad perinatal.
- Ausencia de trabajo estable: caracterizado por el trabajo golondrina o
inestable que le impide tener la cobertura social y laboral protectoria,
también se debe considerar dentro de este punto el trabajo excesivo o
pesado.
- Vivienda inadecuada: no solo desde la estructura e infraestructura
sino también desde el número de convivientes, así el hacinamiento será
considerado un factor de riesgo.
Los discapacitados, los enfermos, los niños, los ancianos y las mujeres
pueden considerarse grupos de riesgo, por cuanto ellos resultan los
primeros afectados por las condiciones inapropiadas de la vivienda. La
falta de recursos económicos es un fuerte moderador psicosocial de la
deprivación y un determinante de la calidad precaria de la vivienda.
Por ello las mujeres en condiciones de pobreza deben ser consideradas
grupo de riesgo, agravada esta condición por la situación de embarazo.
Por su más larga estadía en el hogar, los niños pequeños y las amas de
casa sostienen una interacción más prolongada con el ambiente de la
vivienda. En investigaciones desarrolladas en Cuba, se ha reportado que
la morbilidad perinatal mostró una estrecha relación con la salud de
la madre, particularmente en el caso de madres asmáticas, nefrópatas,
hipertensas y multíparas. La forma en que se construyen las viviendas
en propiedad horizontal y el material con las que se construyen
también han mostrado riesgo sobre la salud de las mujeres y los niños
En Córdoba-Argentina la construcción de un barrio (La Carbonilla)
destinado a mujeres/madres solas con sus hijos, denunciaron problemas
de salud respiratorios, dermatológicos etc. que persistían y se repetían

17
en el tiempo y que las afectaban al igual que a sus niños. Tiempo
después por la movilización de la comunidad se pudo identificar que
las viviendas fueron construidas con un material que absorbía y emitía
compuestos tóxicos, algunos cancerígenos y mutagénicos.
Los animales domésticos que conviven dentro de la casa, frecuentemente
perros y gatos, son responsables de la transmisión de enfermedades
conocidas por zoonosis.
Diferentes agentes microbianos y parasitarios son trasladados por las
mascotas a la vivienda, constituyéndose en vectores de enfermedades
infecciosas crónicas.
Las aves trasladan también enfermedades y desprenden polvo de
sus plumas lo que constituye un alérgeno para los residentes. Entre
los insectos que penetran en la vivienda se cuentan las hormigas, las
moscas, los mosquitos (causantes del paludismo, el dengue, la filariasis),
las cucarachas, las trazas, las polillas, las chinches, y también arácnidos.
Algunas de estas especies comportan riesgo a la salud, operando como
vectores de enfermedades .En la vivienda rural habitan las chinches
triatominos, portadoras del protozoo Trypanosoma cruzi causante del
mal de Chagas

Se concluye que los GBDUPSFTEFSJFTHP son, por lo tanto, características asociadas


con un cierto tipo de daño a la salud que con frecuencia se asocia a otros incrementando
la posibilidad de provocar un proceso mórbido, por esto es importante realizar un reco-
nocimiento precoz de los mismos para atenuar o evitar el daño.

Factores Protectores en Salud Materno-Infantil

Se entienden como factores protectores las características de las personas, fa-


milia, comunidad o ambiente que al estar presentes protegen o aminoran el efecto
de estímulos nocivos sobre el individuo y la sociedad.
Los factores protectores cumplen un rol de defensa en la salud, mitigan el
impacto del riesgo. Enfocado desde esta perspectiva, los factores protectores al au-
mentar la tolerancia ante los efectos negativos, disminuyen la vulnerabilidad dismi-
nuyendo o atenuado las probabilidades de que se produzca un daño.
En este sentido el rol de los trabajadores de salud debe enfocarse en detectar
los factores protectores para desarrollar y estimular aquellas acciones positivas frente
a situaciones de fragilidad en la salud de la mujer y del niño.
Los factores protectores que se desarrollan en esta unidad están vinculados
a la salud materno infantil, ya que estos no son universales y aplicables a todas las
situaciones de riesgo del ser humano.
Entre otros los principales factores protectores relacionados a la mujer en edad
fértil y/o gestante y al niño se destacan:

18
t 1MBOJíDBDJØOGBNJMJBS: Es el conjunto de métodos, técnicas y servicios
que contribuyen al bienestar y la salud reproductiva. La planificación fa-
miliar es una de las principales actividades que impiden la mortalidad
materna, el aborto y la morbilidad de las mujeres en edad fértil. Promover
la procreación responsable tiene un efecto protector directo sobre la salud
materna y en particular sobre los factores de riesgo biológicos e indirecta-
mente sobre los factores de riesgo de tipo económico y social.
t $POUSPMQSFOBUBM Esta función del equipo de salud permite detectar pre-
cozmente los factores de riesgo e iniciar a tiempo todas las actividades
de promoción en salud, preventivas y de recuperación en los procesos de
salud-enfermedad.
En esta acción del Equipo de Salud se evalúa integral y precozmente a la ges-
tante y al embrión-feto incluyendo una serie de actividades que permitan la identi-
ficación de signos de alarma para poner en marcha los procedimientos adecuados.
Además, es una de las instancias más importantes para preparar física y mentalmente
a la mujer gestante así como al entorno familiar; realizar el planteamiento individual
del parto institucional junto a su pareja, la familia y la propia comunidad. Promover
cuidados maternos que garanticen la lactancia natural.

Durante el control prenatal la vacunación será una de las acciones preventivas


de gran impacto en la salud de la embarazada.
t 3FEFT TPDJBMFT Z DPNVOJUBSJBT MB palabra red en su sentido etimoló-
gico nos está hablando “tejido de mallas,” las redes sociales constituyen
un modo de relación que se establece entre las personas. Los individuos
conforman estas organizaciones para solucionar problemas vinculados
con la salud, la vivienda, la crianza y cuidado de los niños etc. en el ba-
rrio o la localidad, tales como guarderías comunitarias, comedores co-
munitarios, grupos de salud comunitaria, centros vecinales entre otros.
Constituyen formas de organización social que se establecen básicamente
con los miembros de la misma comunidad y que proporcionan apoyo
material, emocional, afectivo y de información entre otros. Es posible
entonces afirmar que las redes sociales y comunitarias constituyen un
factor protector para los factores de riesgo socioeconómicos ycultura-
les como también para los biológicos, tanto para la mujer madre como
del niño. Las redes de contacto social son un elemento protector para el
ser humano, también el apoyo social consiste en los recursos e
información que ofrecen personas del entorno, minimizando con ello la
percepción de amenaza y aumentando la sensación de control y dominio
dela situación. La sensación de disponer de apoyo necesario en caso de
dificultades protege al individuo.
t -FHJTMBDJØOMBCPSBM la ley que rige el trabajo de la mujer (la Ley de Con-
trato de Trabajo y la legislación que reglamenta el trabajo en la adminis-

19
tración pública) participa como protectorio de la salud materna y del niño
favoreciendo el descanso materno, la estabilidad laboral, el reintegro en
dinero, el acceso a una obra social y la promoción de la lactancia materna.
t $POUSPMEFDSFDJNJFOUPZEFTBSSPMMP: esta actividad es desarrollada por los
equipos de salud y agentes de salud permite, a partir de pautas y criterios
preestablecidos, promover acciones de seguimiento y vigilancia del creci-
miento y desarrollo del niño.
Dentro de los objetivos generales y específicos de todo programa materno in-
fantil se establecen pautas mínimas que facilitan el logro de objetivos y metas. Entre
las principales se destacan: establecer el grupo etáreo de cobertura, periodicidad de
los controles, patrones de referencia para evaluar el crecimiento, tipo de mediciones,
técnicas e instrumentos y criterios de evaluación del desarrollo psicomotriz.Esta ac-
tividad también permite realizar todas las acciones preventivas como vacunación,
estimulación temprana, etc. El control de crecimiento es un factor protector de la
salud que se relaciona sobre todo a los factores de riesgo biológicos, psicológico y
sociales del niño y su familia.
t -BDUBODJBNBUFSOBFYDMVTJWB es un factor protector de la salud infantil
en forma directa ya que constituye el alimento por excelencia por sus
propiedades nutritivas, higiénicas, psicológicas e inmunológicas. Se erige
como factor protector sobre las situaciones de riesgo biológicas (del niño)
sociales y económicas del grupo materno infantil.
t Adecuada complementación alimentaria en el primer año de vida: du-
rante el primer año de vida el importante incremento en la velocidad de
crecimiento, la maduración de los procesos digesto absortivos, el desa-
rrollo físico y psíquico del niño y la particularidad de las necesidades de
micro y macro nutrientes ponen de manifiesto la necesidad de brindar
una selección alimentaria acorde a esta etapa del crecimiento. Cuando se
cumple con esta acción la complementación alimentaria se pone en juego
no solo qué se da de comer, sino quién, cómo, cuándo y dónde se brinda
el alimento. Estas son las primeras experiencias que relacionan al niño con
la comida, es por esta razón que una adecuada incorporación de alimentos
se constituye en un factor protector no solo para favorecer el actual creci-
miento del niño, sino también para prevenir situaciones de enfermedad
durante el período de la adultez.
t "GFDUPZFTUJNVMBDJØOUFNQSBOB los niños necesitan mucho cariño de
todos los seres que los rodean y en particular de sus padres, a través del
afecto se estimula al niño mediante el uso de estrategias como la palabra,
la sonrisa, el juego, el qué y cómo se come, atender sus necesidades y/o
pedidos, enseñar prácticas de higiene saludables, a desarrollar habilidades
y destrezas, a comunicarse con su entorno social, a relacionarse con los
adultos y con otro niños.
El desarrollo neurológico y cognitivo del niño mejora con la estimulación
temprana y las experiencias afectivas positivas.

20
t 7BDVOBDJØO protege contra factores de riesgos biológicos y ambientales,
son específicas y responden a un calendario o esquema de vacunación que
en general tiene características iguales para la región. En nuestro país la
vacunación es parte del control de crecimiento y desarrollo con un segui-
miento hasta completarse donde la escuela cumple un rol fundamental. El
esquema de vacunación obligatorio es gratuito en Argentina.
t 1SFTUBDJPOFT TPDJBMFT: son políticas sociales destinadas a mejorar la ca-
lidad de vida de los sectores más vulnerables, programas que consisten
básicamente en la transferencia de ingresos a sectores de bajos ingresos
favoreciendo especialmente a aquellos hogares que cuenten con la presen-
cia de niños. En distintos países de Latinoamérica estos programas han
tomado distintas denominaciones por ej.: en Brasil el Programa Bolsa de
Familia, en México Plan Oportunidades, en Perú Programa Juntos, y en
Argentina podemos mencionar entre los más importantes los relacionados
a la salud materno infantil:
- El Plan de Seguridad Alimentaria que se desarrolla en este grupo vul-
nerable en programas tales como de autoproducción de alimentos, ac-
ciones de educación alimentaria o asistencia alimentaria directa o in-
directa.
- Asignación Universal por Hijo: comprende una asignación económica
a las mujeres por cada hijo menor de 18 años, con la condición de
cumplir con el plan de vacunación, estar inscripto en el plan Nacer si
es niño menor de 6 años y a partir de los 6 años cumplir con el control
de salud y ciclo de asistencia escolar del niño. Como podemos ver aquí
algo que se inicia en un apoyo económico conduce de manera parale-
la a acciones socioeducativas y sanitarias para contrarrestar factores de
riesgo en la población materno-infantil.
- Asignación Universal por Embarazo: se trata de una ayuda económica
que reciben las mujeres gestantes que carecen de trabajo estable y co-
bertura social.

Los factores protectores deben ser identificados. De la misma manera que el equipo
de salud se esfuerza por reconocer las situaciones de riesgo, debe asumir esta tarea de in-
terpretar con convicción los recursos favorables en el medio ambiente, porque identificar
y promover acciones de protección y promoción de la salud son estrategias para garantizar
un crecimiento y desarrollo adecuado de la población.

Bibliografía

Agis E, Cañete C, Panigo D. El impacto de la asignación universal por hijo en Argentina. Art. ceil-
piette.gov.ar. 2009
AIEPI. Atención Integral de la Salud Materna e Infantil. Manual de Capacitación en AIEPI para

21
personal técnico en salud que desempeña funciones primarias. Perú. 2007
Behar AR, González AJ, Ariza PM, Aguirre SA. Trastornos de la conducta alimentaria en mujeres
embarazadas controladas en atención primaria. Rev Chil Obst Ginecol 2008; 73 (3): 155-
162.
Belizan JM, Delgado H, Mejia-Pivaral V, Valverde V, Klein RE, 1981. Criteria for selection of
communities in poor and rural areas with high risk of low birth weight babies. J Trop Med
Hyg; 84: 243-8. En: OPS, 1999. Manual sobre el enfoque de riesgo en la atención materno-
infantil. Serie PALTEX para Ejecutores de Programas de Salud Nº 7, 2da. Edición. Editor
Dr. Carlos Castillo-Salgado.
Blanc P, Ruiz-Jarabo C, Garcia de Vinuesa L, Martín-Garcia M. La violencia de pareja y la salud
de las mujeres. Gaceta Sanitaria ISSN 213-9111 v.18 supl.1 Barcelona Mayo 2004. Parte II
Temas actuales de la salud pública.
Canela-Solera J, Nebot-Adell C. Salud y Objetivos de Desarrollo del Milenio: mirando hacia 2015.
Med Clin 2006;127(6):216-21
Cusminsky M, Lejarraga H, Mercer R, Martell M, Fescina R. OPS, 1994. Manual de crecimiento
y desarrollo del niño. Serie Paltex 33. Segunda edición.
Fundación CLACYD.”Iniquidad y Desarrollo Infantil 0 a 2 años”. Publicación 6. Diciembre 2002.
Argentina.
Grandi CA. Relación entre la antropometría materna y la ganancia de peso gestacional con el peso
de nacimiento, y riesgos de peso bajo al nacer, pequeño para la edad gestacional y prematu-
rez en una población urbana de Buenos Aires. ALAN 2003; 53(4):369-75.
http://www.bvsde.paho.org/bvsasv/e/iniciativa/posicion/cinco.pdf visitada 26/06/2011
Klerman LV, Cliver SP, Goldenberg RL. The impact of short interpregnancy intervals on pregnancy
outcomes in a low-income population. Am J Public Health 1998; 88:1182-1185.
Lugones Botell M, Madruga Fernández M, Echevarría Gómez G, 2005 Cocainomanía, adicción y
embarazo: tres años después. Rev. Cubana Med. Gen. Integr. Vol. 21 (3-4)
Martínez IC, Donato V, Hasper I. Tabaquismo y embarazo. Rev. Asoc. Med. Argentina 2001; 114
(3) 25-30
Oficina Regional de la OMS para Europa Simposio, 1971. Identificación de Personas de Alto
Riesgo y Grupos de Población. Copenhague. En: OPS, 1999. Manual sobre el enfoque de
riesgo en la atención materno-infantil. Serie PALTEX para Ejecutores de Programas de Salud
Nº 7, 2da. Edición. Editor Dr. Carlos Castillo-Salgado.
OPS, 1996. Acciones de Salud materno-infantil a Nivel Local: Según las Metas de la Cumbre Mundial
a favor de la Infancia. Dr. Yehuda Benguigui, Dra. Sandra Land, Dr. José María Paganini,
Dr. Joao Yunes. Comité Coordinador Interangecial para las Américas.
OPS, 1999. Manual sobre el enfoque de riesgo en la atención materno-infantil. Serie PALTEX para
Ejecutores de Programas de Salud Nº 7, 2da. Edición. Editor Dr. Carlos Castillo-Salgado.
Preparación Integral para la Maternidad. Guía para el trabajo de equipos de salud Interdiscipli-
narios. Dirección Nacional de Salud Materno Infantil. Ministerio de Salud y Ambiente.
Argentina. 2005. Plan Federal de Salud
Romero Mendoza M, Gómez Castro C. 1997 La mujer embarazada con problemas de adicciones:
consideraciones de género, investigación y tratamiento. Perinatologia reproductiva humana
11(4): 207-16
Tognoni,G, Barri, H., Sampaoli, A., Butinof, M. Manual de Epidemiología Comunitaria. El
Camino de las Comunidades. Instituto Mario Negri.SEU.Programa Intitciones Sociales y
Salud. UNC Pami.pag 37. Córdoba Argentina 2011.

22
CAPÍTULO 2:
PROTECCIÓN SOCIAL, GÉNERO Y SALUD REPRODUCTIVA

PROTECCIÓN SOCIAL Y SALUD MATERNO INFANTIL

Mgter. María del Carmen Grande

Introducción

En este capítulo se abordarán distintos enfoques que desde la sociedad y las


políticas públicas constituyen herramientas de abordaje de los factores protectorios.
Se entiende por protección social en salud a “la garantía que la sociedad otor-
ga, por medio de los poderes públicos, para que un individuo o un grupo de indi-
viduos, pueda satisfacer sus necesidades y demandas de salud al obtener acceso ade-
cuado a los servicios del sistema o de algunos de los subsistemas de salud existentes
en el país, sin que la capacidad de pago constituya un factor restrictivo”1

Legislación Laboral y Protección de la Mujer y el Niño

La legislación laboral toma como uno de los elementos en su concepción el


“riesgo social” cuyo concepto hemos abordado en el capítulo anterior desde Enfo-
que de Riesgo. En la actualidad se identifican diversas contingencias como riesgos
sociales, tales como: enfermedad, invalidez, accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales, maternidad, desempleo, cargas familiares, vejez y muerte. Son estas
las que dieron origen a las prestaciones mínimas contenidas en el Convenio Nº 102
de la OIT (Organización Internacional del Trabajo-1952).
En este marco y en su sentido más amplio, la protección social formal abarca

1 http://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=4180:proteccion-
social-en-salud&Itemid=2075&lang=es consulta 24-05-14

23
desde la legislación laboral hasta los seguros sociales, la atención a la salud pública
y la asistencia social, todas ellas estrategias para proteger la salud de la mujer y del
binomio madre-niño.
El trabajo de la mujer en las actividades comerciales e industriales se manifiesta des-
pués de la transformación económica y social conocida como la REVOLUCIÓN INDUS-
TRIAL (producida a fines del Siglo XVIII y comienzos del Siglo XIX).
Hasta entonces, era frecuente la labor femenina en tareas domésticas o en tareas
agrícolas y aun en talleres familiares. La inclusión de la mujer en el mercado laboral exigió
legislar al respecto dadas las condiciones biológicas y reproductivas que la caracterizan.
La evolución de la legislación social en general mejoró las condiciones laborales es-
tableciendo principios antidiscriminatorios, no solo en lo referido a aspectos laborales sino
también en materia remunerativa.
Desde mediados del siglo pasado y como consecuencia de los abusos produ-
cidos fue surgiendo una legislación protectora en los países industrializados. Esta
tendencia tuvo cuatro manifestaciones:
t La duración máxima de la jornada laboral.
t Los trabajos nocturnos, peligrosos e insalubres.
t El descanso semanal
t La situación de la mujer en ocasión de la maternidad
En el transcurso de los últimos años se ha producido una evolución en la
legislación laboral y se han incluido normas que garantizan la igualdad de derechos
de ambos sexos quedando en algunas legislaciones solo un tema específico y carac-
terístico de la mujer: la protección de la maternidad.
De todos modos, de nada vale hacer una declaración enfática de la igualdad
laboral y salarial si no se promueven las condiciones prácticas para que el principio
pueda realizarse.
Las primeras convenciones desarrolladas por la O.I.T. plantearon la necesidad
de reducir la protección de la mujer trabajadora limitándola solo al caso de materni-
dad (OIT Convenio 103-1952).
No obstante, el Primer Seminario Latinoamericano para la Legislación de
Protección del Niño y de la Madre (año 1984) planteó una perspectiva distinta: se
afirmó rotundamente que la consideración legal de la mujer que trabaja no puede
hacerse sin tomar en cuenta su inserción familiar y su repercusión en ese medio.
En nuestro país, la Ley de Contrato de Trabajo (L.C.T) introdujo un cambio
importante en la regulación del trabajo femenino. Consistió en disponer normas
específicas respecto del Trabajo de la mujer (Art.172 a 179 L.C.T).

Igualdad de trato sin distinción de sexo

Este principio constitucional (Art.16 Constitución Nacional) ha sido establecido en


el Art. 17 de la L.C.T (“Por esta ley se prohíbe cualquier tipo de discriminación entre los
trabajadores por motivo de sexo, raza, nacionalidad,...).

24
No obstante, el legislador ha insistido en este principio, en el Art. 172 de la L.C.T.
(“La mujer podrá celebrar toda clase de contrato de trabajo, no pudiendo consagrarse por
la convenciones colectivas de trabajo o reglamentaciones autorizadas, ningún tipo de discri-
minación en su empleo fundada en el sexo o estado civil de la misma...)
La afirmación del principio de igualdad suprimió las diferencias que existían ante-
riormente en la tipificación salarial de hombres y mujeres, estableciendo el principio de no
discriminación entre ambos sexos.
No obstante el principio de igualdad remuneratoria puede verse alterado pero no
fundado en la condición biológica de las personas sino en aspectos de otra naturaleza (por
ej. normas protectoras, la actividad del trabajo etc).

Disposiciones especiales a favor de la mujer que trabaja

Se establece en el Art. 174 L.C.T. el descanso intermedio cuando las tareas se cum-
plen comprendiendo horas de la mañana y de la tarde. (“Las mujeres que trabajen en horas
de la mañana y de la tarde dispondrán de un descanso de 2 horas al mediodía, salvo que por
la extensión de la jornada a la que estuviese sometida la trabajadora, las características de las
tareas que realice.... se autorizase la adopción de horarios continuos...”).
El Art. 175 L.C.T. prohíbe los trabajos a domicilio, pero solo cuando a su vez ellas
trabajaren en algún local o dependencia de la empresa. Es una forma de evitar la sobrecarga
de tareas.

Protección de la Maternidad

En principio la línea protectoria en materia de maternidad se refiere a dos


circunstancias principales:
t A la necesidad del descanso obligatorio por este motivo,
t A su protección frente a la posibilidad de despido en razón de dicha cir-
cunstancia.

Prohibición de trabajar

La limitación del trabajo en el período pre y postparto de la mujer ha sufrido


modificaciones en nuestra legislación y a nivel internacional insertando propuestas
de los organismos mundiales de salud tendientes a aumentar el número de días pre-
visto por las leyes.
En este sentido, las razones se refieren a:
t Incidencia de la ausencia con relación a las necesidades laborales del em-
pleador.
t La retribución económica de la mujer durante ese tiempo
t Su gravitación en los sistemas de seguridad social.

25
El régimen legal fijado en la Ley de Contrato de Trabajo establece un descanso
de noventa días que, en principio, se reparte en cuarenta y cinco días anteriores al
parto y cuarenta y cinco días posteriores a él, en los que queda prohibido el trabajo
del personal femenino. (art. 177 L.C.T).
La legislación admite cierta flexibilidad dentro de los márgenes señalados per-
mitiendo llevar una parte de los días del preparto mencionado al tiempo del pos-
tparto, que en su caso puede aumentar quince días.
Esto porque en ningún supuesto el descanso preparto puede ser inferior a
treinta días.
La determinación del tiempo se basa en la información suministrada por la
propia trabajadora y corroborada con un certificado médico.
En el mencionado certificado debe constar la fecha probable de parto. El tiem-
po de presentación no se encuentra determinado aunque en la práctica se presenta
al cumplirse el tercer mes de embarazo, en razón de que el sistema de asignaciones
familiares comprende una asignación prenatal que se abona a la trabajadora durante
el período de embarazo, y para su cobro debe comunicar su estado de embarazo al
empleador a partir del tercer mes. En definitiva el certificado de embarazo cumple
las siguientes funciones:
t Comunicar al empleador el estado de la trabajadora
t Permitir a la trabajadora cobrar la asignación prenatal como parte de las
asignaciones familiares
t Asegurar a la trabajadora su derecho a la permanencia laboral ya que se
sanciona con una indemnización agravada el despido por causa de mater-
nidad.

¿Qué sucede si el parto se produce prematuramente?


El art. 177 de LCT dispone que “en caso de nacimiento pretérmino se acu-
mulará al descanso posterior todo el lapso de licencia que no se hubiere gozado antes
del parto, de modo de completar los noventa días.”
Respecto de si el hijo nace muerto o el hijo muere enseguida del alumbra-
miento o en el caso de aborto la ley no es específica.
Durante los referidos tiempos de receso pre y postparto la trabajadora conser-
va su empleo y gozará de las asignaciones que le confieran los sistemas de seguridad
social (obras sociales) que le garantizarán la percepción de una suma igual a la retri-
bución que corresponda al período de licencia legal.
Es decir, que durante este tiempo se suspende el pago de la remuneración que
es reemplazada en iguales términos por un beneficio de la seguridad social denomi-
nado asignación por maternidad.
En el caso de las madres que den a luz a chicos con síndrome de Down, la ley
24.716 otorga licencia y asignación especiales. De esta manera, las mujeres com-
prendidas en esta ley tienen derecho a una licencia que se extiende por un período
de seis meses, una vez finalizada la de noventa días referida en el párrafo anterior. En
ese período la trabajadora no percibe remuneraciones sino una asignación familiar

26
especial cuyo monto debe ser igual a la remuneración que hubiese percibido en caso
de realizar tareas.

Derecho a prestaciones económicas y sanitarias

Dentro de estas prestaciones la ley garantiza que:


t Durante el descanso la mujer perciba una suma igual a la que corresponde
a licencia legal (LCT Art. 177) Ley 24.714 (16/10/96) Art. 11:
t Durante el período de embarazo reciba la asignación por maternidad (con
antigüedad de tres meses). Art. 9: asignación prenatal. Art. 11:
t Y al finalizar la gestación reciba una asignación por nacimiento.
t También garantiza la asistencia médica: Sistema Nacional del Seguro de
Salud, y Obras Sociales

Derecho de permanencia en el empleo.

La ley garantiza a toda mujer durante la gestación el derecho a la estabilidad


en el empleo (Art.177). Esta estabilidad se garantiza mediante una indemnización
agravada en caso de despido, si este se produjo por causa de su estado de embarazo
o maternidad. Es lo que se denomina estabilidad relativa.

Descansos diarios para la madre lactante

Desde la primera ley protectoria de las mujeres que trabajan se estableció la


posibilidad de interrumpir la jornada laboral para cumplir la obligación natural de
amamantar a sus hijos.
El art. 179 de la LCT establece que “... toda madre trabajadora podrá dis-
poner de dos descansos diarios de media hora para cumplir esa función durante
la jornada de trabajo y en un período no superior a un año posterior a la fecha del
nacimiento”. Este período puede extenderse más allá del tiempo indicado cuando
por razones médicas sea necesario.
En diversos convenios colectivos de trabajo se dispuso el reemplazo de este
descanso con el ingreso o egreso diario de la trabajadora una hora después del pre-
visto o una hora antes del tiempo fijado como jornada normal. Cabe la pregunta
entonces si el impacto en la protección de la lactancia materna es la misma que la
planteada en el espíritu de la ley.

Salas maternales y guarderías


La LCT art. 179 dispone este beneficio que permite un lugar adecuado para
la tarea de amamantar al hijo y que la madre pudiera tenerlo cerca en su tiempo
de trabajo (este punto en total concordancia con lo planteado respecto a dos des-
cansos de treinta minutos cada uno).
Para ello la ley declara que cada establecimiento donde preste servicio un nú-

27
mero mínimo de trabajadoras (sin definir proporción) el empleador deberá habilitar
salas maternales y guarderías para niños. Claramente este punto es pocas veces respe-
tado y los acuerdos alcanzados en el marco de los convenios laborales han impactado
negativamente en la promoción de la lactancia materna.

Estado de excedencia
Se denomina estado de excedencia a la situación en la que puede colocarse volunta-
riamente la trabajadora que ha tenido un hijo cuarenta y ocho horas antes de que finalice
su licencia por maternidad. Se trata de una licencia especial y cuando esta finaliza, la tra-
bajadora debe reincorporarse a su trabajo. Es un derecho que la trabajadora tiene y que el
empleador se encuentra obligado a conceder.
Durante el período de excedencia la trabajadora no percibe remuneraciones ni debe
presentarse a trabajar y su duración no puede ser menor a tres meses ni mayor a seis meses.
Como ya se refirió en el párrafo precedente, la trabajadora debe comunicar por escrito
que decidió gozar del estado de excedencia dentro de las cuarenta y ocho horas previas a
la finalización de la licencia por maternidad. En el caso que la trabajadora no notifique al
empleador de su determinación de gozar de la excedencia y no se presente a trabajar al día
siguiente que culmine su licencia, se presume que eligió unilateralmente terminar el con-
trato de trabajo.
Durante el período de excedencia el empleador no debe realizar los aportes corres-
pondientes a la seguridad social y la trabajadora no tiene el derecho a la prestación por obra
social.

Consideraciones finales

Para finalizar este tema es necesario aclarar que las nuevas formas de contra-
tación laboral, contraprestación, monotributistas, trabajador autónomo encubierto,
contratos de locación de servicio, etc. el proceso de flexibilización en curso ha deri-
vado en el surgimiento de nuevas figuras laborales tales como la triangulación labo-
ral, el tiempo de trabajo fragmentado, temporal e inestable y las relaciones de traba-
jo dependientes encubiertas en las que los grados de protección tienden a disminuir.
De este modo, la amplia gama de empleos asalariados “atípicos” y frecuentemente
precarios, en los que se ocupa una importante proporción de mujeres, conforman
nuevos grupos de trabajadores marginados –total o parcialmente– de los sistemas
formales de protección social. En el caso de Argentina deja a este grupo vulnerable
por fuera de la cobertura de la Ley de Contrato de Trabajo.
Es entonces momento de que los Equipos de Salud debiéramos replantear a
partir de los conocimientos técnicos específicos de qué manera se ven afectados los
procesos de salud-enfermedad en el grupo materno infantil con la práctica de estas
nuevas modalidades de contratación laboral, y específicamente desde nuestra disci-
plina aportar acciones específicas para proteger la salud de la mujer y el niño.

28
Bibliografía

ANSES. Administración Nacional de Seguridad Social. Programa Asignación Universal por Hijo,
Programa por Embarazo. Argentina.
Arianne Grau Crespo, Lexarta Larraix. Precariedad Laboral en Centro América: impacto par las
mujeres. Fundación Friedrich Ebert. Primera Edición. San José de Costa Rica. 2010
CEPAL, (2008). Anuario estadístico de América Latina y El Caribe. Disponible en: www.eclac.
org/estadisticas/publicaciones/ (2009). Panorama Social de América Latina. Disponible en:
http://www.cepal.org/cgibin/getProd.asp?/publicaciones/xml/2/34732/P34732.xml&xsl=/
dds/tpl/p9f.xsl&base=/tpl/top-bottom.xslt
Convenio 183. Organización Internacional del Trabajo (OIT) Conferencia 88. Revisión del Con-
venio 103 1952-2002
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de Julio Armando Grisolía. Ed. Lexis Nexis. 13 Edi-
ción.2008
Ley de Contrato de Trabajo N° 20.744 Texto ordenado por Decreto 390/1976. Buenos Aires
Argentina
Ley Marco de regulación del Empleo Público Nacional Ley 25.164. Argentina. 1999.
Leyes Fundamentales del Trabajo: sus Reglamentos y Anotaciones de Juan Carlos Fernández Ma-
drid. Ed. Pulsar.
Pautassi, L.,¡Cuánto trabajo mujer!: el género y las relaciones laborales. Capital Intelectual, Buenos
Aires, Argentina. 2007.
www.white.oit.org.pe/gpe//documentos/programa/lector/modulo_07/pdf Programa Modular capa-
citación e Información sobre género, pobreza y empleo

ENFOQUE DE GÉNERO Y SALUD DE LA MUJER

El concepto “mujer” se aborda no simplemente como el referente empírico de


la condición biológica de uno de los sexos, sino como una construcción social que
se extiende a partir de la diferencia biológica para incluir normas sobre conductas
y actitudes aceptables y esperadas. Este complejo normativo se denomina “género”
producto histórico que varía en contenido a través del tiempo y del espacio y afecta
diferencialmente las oportunidades de hombres y mujeres que se insertan en los
distintos grupos sociales.
El contexto de la familia tradicional refuerza la diferenciación genérica, dando
actividades a varones y a mujeres; a las niñas se les destinan aquellas tareas relacio-
nadas con el hogar: servir y atender a otros; mientras que a los niños se reservan
actividades de competencia que les permiten tener un mayor control sobre el me-
dio externo, lo cual es una forma muy importante de ir delimitando las normas de
comportamiento y dejando claras las expectativas sociales hacia cada sexo. Es decir,
las diferencias sexuales físicas son una cuestión de hecho, no obstante las formas de
comportamiento y los modos en como son tratados en la sociedad varones y muje-
res, se refiere a una cuestión de valores-valoraciones socioculturales.
La concepción social y psicológica de la mujer fue cambiando a través de la
historia. Su rol específico para lo cual está preparada biológicamente es ser madre.
En los modelos de sociedad patriarcal se le exigía a la mujer una entrega total al
cuidado de los hijos y de ella se esperaba el cuidado y la organización del hogar.
29
Transcurrido el tiempo, la mujer fue incorporándose a actividades extradomésticas,
en principio como un trabajo secundario al de su pareja.
En Argentina a fines de la década del cuarenta comenzó la inserción de las
mujeres en las fábricas, luego la posibilidad de ser maestras, más tarde enfermeras
con el propósito de cuidar y atender mejor a su familia. A lo largo del siglo XX,
movidas por una serie de cambios sociales, las mujeres forman parte de la fuerza de
trabajo de la familia y del sostén económico de ellas.
Esta situación no implica necesariamente una reestructuración del funciona-
miento familiar y la mujer ha visto sobrecargadas sus exigencias físicas como men-
tales lo que impacta en su salud.

Los procesos de salud/enfermedad de la mujer

Existe un conjunto de necesidades específicas de las mujeres que merece aten-


ción especial, debido a que ellas difieren fisiológicamente de los hombres, y esas di-
ferencias fisiológicas implican la presencia de condiciones, enfermedades o factores
que son exclusivos del sexo femenino o que afectan más a las mujeres. Pero también
existen necesidades provenientes de las diferencias sociales, económicas y culturales
que originan asimetrías de género, tanto en la exposición a riesgos para la salud y la
supervivencia, como en las oportunidades de acceso y de control sobre los recursos
necesarios para la protección de la salud.
A continuación se listan algunas situaciones de las más destacadas:
t Morbimortalidad asociada con la maternidad: La mortalidad materna es
aquella muerte que se produce en los cuarenta y dos días posteriores al
parto vinculada al embarazo, parto o puerperio. Las causas de la morbi-
mortalidad materna deben enfocarse desde aquellas cuya etiología es clíni-
ca y aquellas donde la etiología está relacionada a las condiciones sociales,
ambas íntimamente ligadas entre sí, pero es en esta última donde pesa más
para el desarrollo de un proceso de enfermedad la condición de género.
t El aborto: practicado por personas sin adiestramiento con instrumentos
no esterilizados y sin higiene rigurosa es con frecuencia causa de compli-
caciones tales como hemorragias y sepsis.
t Toxemia gravídica: cuadro patológico que se vincula con hipertensión con
grave compromiso renal y cardiovascular, tiene como factor oculto la mal-
nutrición por déficit condicionada por factores de orden cultural y social.

Salud ocupacional y doble jornada:

Aunque tanto la mujer como el hombre enfrentan problemas de salud ligados


con procesos de trabajo en distintos contextos ambientales, la mujer experimenta
susceptibilidades diferentes asociadas con su biología y tiene que asumir el desgaste

30
adicional de energía que implica el ejercicio de una doble jornada de trabajo: la
laboral y la doméstica.
La exposición diferente a cierta clase de riesgos laborales depende del tipo de
trabajo que concentre la mano de obra de uno y otro sexo en los distintos países.
En general, sin embargo, los riegos laborales que pesan de manera específica sobre
la mujer son aquellos relacionados a su función reproductiva. El más obvio es el
relacionado con la exposición a sustancias químicas o a contaminantes físicos (vi-
bración, ruido y radiaciones diversas) que pueden inducir al aborto, afectar la salud
del feto o la composición cuali cuantitativa de la leche materna. Un segundo tipo
de riesgo se refiere al de la realización de trabajos pesados, los cuales agravan su pro-
blema de desnutrición durante el embarazo y afectan el peso del recién nacido. Una
tercera categoría se refiere a la falta de una legislación laboral adecuada o en cierto
tipo de empleos que impiden un descanso adecuado antes y después del parto. Una
cuarta categoría de riesgo, que es común a todas las mujeres vinculadas a la fuerza
laboral, es la doble jornada, que afecta con mayor severidad a las mujeres con hijos
pequeños en las clases más populares. La mujer pobre no solo se ocupa de cuidar a
sus hijos pequeños o padres ancianos y cocinar y cumplir con el resto de las labores
domésticas, sino que debe realizar actividades productivas para el sustento diario de
su familia. Algunos estudios señalan que la jornada laboral de la mujer con empleo
se extiende entre tres o cuatro horas más que la jornada de trabajo del varón.

Regulación de la fecundidad y género

La desigualdad más profunda en cuanto al patrón de utilización de anticon-


ceptivos es la que se observa entre el hombre y la mujer en materia de asunción de
responsabilidades y riesgos asociados con la regulación de la fecundidad. Una forma
de ilustrar esta desigualdad es observar la distribución porcentual de los métodos
usados por las parejas sexualmente activas en América Latina donde en más del
80% de los casos, la responsabilidad y los riegos de la práctica anticonceptiva recaen
fundamentalmente en la mujer. En los países industrializados la mujer también es
la que la asume en forma mayoritaria pero la distribución por sexo tiende a ser más
igualitaria.
En cuanto a los riesgos se refiere, es importante recalcar que hasta el momen-
to no se ha producido ningún método anticonceptivo que sea a la vez totalmente
eficaz, inocuo y reversible, circunstancia que aboca a la mujer sexualmente activa a
tener que asumir siempre uno de dos riesgos para su salud: el riesgo de embarazo
o el riesgo de efectos colaterales del uso de anticonceptivos, cuando no del aborto.

Violencia de género

Se denomina así en general a la violencia ejercida por los hombres sobre las

31
mujeres para asegurarse los privilegios que la cultura le ha otorgado al varón y qué
rol asignado a las mujeres le proporciona: ser atendido y cuidado material y emocio-
nalmente, tener una posición dominante en la sociedad y más poder y derecho. La
violencia de pareja en el 98% de los casos la ejercen los hombres contra las mujeres.
Por tanto, aunque habitualmente la violencia se considera un problema de mujeres,
no es un problema “de” ellas sino “para” ellas; en realidad, y fundamentalmente, es
un problema de la cultura masculina/patriarcal.
Las relaciones de maltrato tienen en general años de duración, suelen perpe-
tuarse en conductas permanentes que tienen implicancias directas en la salud de las
mujeres que son las que reciben, junto a los niños, sobre sus cuerpos y psiquis las
consecuencias de la violencia, conduciendo no en pocas oportunidades la muerte.

Estado Nutricional y Género

Como resultado de su función materna, así como los cambios hormonales


que experimente durante su vida, los requerimientos nutricionales de la mujer difie-
ren de la de los hombres por ej.: entre la menstruación y la menopausia. La anemia
por carencia de hierro ha sido reconocida mundial y regionalmente como el mayor
problema nutricional de la mujer a quien, sumadas las necesidades fisiológicas espe-
cíficas, se agregan situaciones particulares tales como hemorragias por abortos, uso
de dispositivos intrauterinos que provocan pérdidas extras, y prácticas culturales que
privilegian al hombre en la distribución intrafamiliar de alimentos ricos en proteínas
cárneas, principal fuente de hierro hem. Según la FAO esta distribución desigual
desde el punto de vista de los nutrientes críticos es debida a la creencia de que los
hombres adultos, como “sostén de familia” necesitan lo mejor y la mayor parte de
los alimentos. Este tipo de malnutrición afecta fundamentalmente a las mujeres de
estratos socioeconómicos más carenciados a la que se suman otros tipos de malnu-
trición que se refuerzan entre sí para hacer a la mujer más propensa a las infecciones,
fatiga crónica y aumentar la morbimortalidad durante el parto.
Como consecuencia de la autoexclusión que las mujeres hacen a la hora de
comer a favor de los niños y del esposo que sale a trabajar, obtienen la sensación de
saciedad en base a infusiones y pan. Ese régimen de alimentación sumado a la des-
valorización social del cuerpo de la mujer pobre, favorece un proceso de deterioro
cuyo aspecto más visible es la obesidad.
Existen evidencias de que la obesidad es más frecuente entre las mujeres que
entre los hombres, con mayor incidencia en los grupos de menores ingresos, donde
se recurre a una mayor ingesta de hidratos de carbono de diferente origen según la
costumbre y uso regional.
Para explicar por qué la obesidad en los sectores de ingresos bajos es más
visible en las mujeres que en los hombres, es necesario considerar las pautas de acti-
vidad física y de comensalismo según sexo y edad. Esas pautas son diferentes para los
hombres y las mujeres adultas por la influencia de condicionamientos y prejuicios
de género sumamente arraigados. Los hombres pobres trabajan en actividades que
32
requieren mano de obra intensiva y un nivel de esfuerzo físico alto, duermen un
promedio de dos horas más que las mujeres y trabajan menos horas que ellas debido
al gran gasto energético que exigen sus labores. Además toman tres comidas y como
disponen de dinero propio, pueden tomar una comida fuera del hogar.
En contraste, las mujeres pobres realizan tareas domésticas variadas, no es-
pecializadas y aunque pueden alternar las tareas que exigen mayor o menor gasto
energético tienen una jornada laboral más larga. Su régimen alimentario comprende
muchas veces mate dulce y pan. La comida familiar es la cena donde se autoexcluyen
de los alimentos más nutritivos privilegiando a los niños y adultos que trabajan fuera
del hogar.
Una nutrición pobre durante los primeros años de vida de la mujer reduce el
potencial de aprendizaje, incrementa los riesgos de la salud reproductiva y maternal
y disminuye la productividad. Esta situación contribuye a la disminución de la ha-
bilidad de la mujer para tener acceso a otros activos más tarde en vida y socaba los
intentos de eliminar desigualdades de género.
En esencia, las mujeres con una nutrición pobre se ven envueltas en un círculo
de pobreza y desnutrición. Son estas mujeres la más expuestas a enfermedades infec-
tocontagiosas siendo las víctimas más importantes de VIH/SIDA , tuberculosis etc.
En conclusión, la desigualdad de género en el acceso y control de recursos no
solo es injusto para las mujeres y sus hijos, sino también es negativo desde el punto
de vista económico para cada comunidad o país, ya que entre otros aspectos deriva
en un aumento de los costos del cuidado de la salud, en una productividad dismi-
nuida, la profundización de la inequidad.

El análisis de la situación particular de la mujer-madre o mujer embarazada


permite visualizar las condiciones diversas que pueden afectar su salud, y cómo las
políticas públicas desde la aplicación de la legislación laboral y de atención en salud
deben considerar no solo los aspectos vinculados a su condición sexual y reproduc-
tiva, sino también de género, para lograr el desarrollo humano igualitario.

Bibliografía

Aguirre P. 2000 ”Aspectos socio antropológicos de la obesidad en la pobreza” OPS-OMS Pub. 576
Condiciones de Salud en las Ameritas. OPS.OMS Ed. 1994 Vol. 1 Publicación 549
Herrera Santi, P 2000. Rol de género y funcionamiento familiar. Rev. Cubana - Med.Gen. Integ.
3 CEPAL 1998 “Aportes desde la perspectiva de género al estudio y a las políticas dirigidas
a las familias. En Familias latinoamericanas: Convergencias y Divergencias de modelos y
políticas”Agosto 96p
Oniang´o R., Mukudi E. Nutrición y Género. Nutrición la base para el desarrollo. Enero 2002.
Comité permanente de nutrición del sistema de las Naciones Unidas. Ginebra
OPS.OMS “Propuesta de indicadores básicos para el monitoreo de la situación de salud de las
mujeres” Mujer, Salud y Desarrollo. 2003.

33
SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA

Salud Sexual

Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la salud sexual es un


proceso continuo de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexua-
lidad. La salud sexual se evidencia en las expresiones libres y responsables de capacidades
sexuales que conducen al bienestar personal y social, enriqueciendo la vida individual
y social. No es simplemente la ausencia de disfunciones, enfermedad y/o malestar. Para
poder conseguir y mantener la salud sexual es necesario que se reconozcan y defiendan los
derechos sexuales de todas las personas (OPS/OMS,2000).

Salud reproductiva

Salud reproductiva es definida como un estado de bienestar físico, mental y


social y no solamente la ausencia de enfermedad en todos los aspectos relacionados
con el sistema reproductivo y sus funciones.
Cuando se habla de salud reproductiva se incorpora a esta el término de salud
sexual, cuyo propósito es el fortalecimiento de las relaciones personales y no sola-
mente el consejo y cuidado relacionado con la reproducción y la transmisión sexual
de enfermedades infectocontagiosas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Programa de Salud Re-
productiva ha establecido las siguientes metas para que la población se beneficie de
los conocimientos y habilidades necesarios que les permitan:

t Experimentar un desarrollo y maduración sexual saludable y ser capaz de


establecer relaciones equitativas, responsables y sexualmente satisfactorias

La sexualidad humana significa más que la descripción anatómica del aparato


reproductor, abarca todo lo que un ser humano construye a lo largo de su vida desde
la perspectiva física, psíquica y social. La condición sexual le da ciertas particulari-
dades al ser varón y al ser mujer que no pocas veces los exponen a relaciones sexuales
no equitativas, sobre todo cuando se tiene en cuenta el valor que juega en la relación
de pareja la condición de género.

t Lograr sus intenciones reproductivas (número y momento de tener hijos)


en forma segura y sana.

La interrupción voluntaria de un embarazo siempre tiene implicancias para

34
la salud de una mujer, el ejercicio de una procreación responsable es un factor que
evita llegar a esta situación.
La fecundidad no regulada afecta la salud no solo de las mujeres sino también
la de sus hijos. Los embarazos muy frecuentes o muy seguidos y en las edades extre-
mas del ciclo reproductivo representan, como hemos visto en el capítulo anterior,
riesgos para la salud, tanto de la madre como del hijo y son causa de elevadas tasas
de morbimortalidad materna e infantil. Estos efectos adversos de la fecundidad no
regulada se evidencian con mayor claridad, y se agravan en los estratos socioeconó-
micos bajos, en los cuales los riesgos para la salud se ven multiplicados por la falta de
servicios adecuados y las deficiencias nutricionales de madres e hijos.
Las tasas de fecundidad por lugar de residencia indican que, en general, las
mujeres urbanas tienen menos hijos que sus pares rurales.
En cuanto a la educación de la mujer, la evidencia empírica ha mostrado
invariablemente una relación inversa entre fecundidad y educación, señalando dife-
rencias tanto o más pronunciadas que las observadas según el lugar de residencia. Así
mientras las mujeres en áreas rurales tienen entre 0.1 y 3 hijos más que las mujeres
de áreas urbanas, las mujeres sin instrucción formal tienen entre 1.3 y 4.7 hijos más
que aquellas que han cursado estudios superiores.

t Evitar las enfermedades y discapacidades relacionadas con la sexualidad y


la reproducción, y recibir la atención adecuada cuando sea necesario

La falta de información conduce a los jóvenes a situaciones de riesgo, evitando


un adecuado cuidado frente a relaciones sexuales no seguras que pueden provocar el
padecimiento de enfermedades infecciosas como VIH (SIDA), HPV (virus papilo-
ma humano), este último factor de riesgo para cáncer de cuello de útero.

t Impedir injurias relacionadas con la sexualidad y la reproducción y recibir


consejo, cuidados y rehabilitación apropiados cuando sean necesarios.

El abuso y la violencia sexual se han reconocido solo recientemente como


problemas que afectan a la salud reproductiva. Causan problemas emocionales y
conductuales, partos complicados, morbilidad materna, mortalidad reproductiva y
menguan la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias. Últimamente
el tema del abuso y la violencia sexual ha recibido mucha atención, a pesar de que
solo empieza a reconocerse su importancia como problema social y de la salud pú-
blica, que se asocia con otros comportamientos de riesgo. Algunos de los problemas
conexos son el paralelo que existe entre el abuso sexual y la iniciación temprana de
la actividad sexual, la incapacidad para distinguir entre el comportamiento afectivo
y el sexual, una sensación permanente y abrumadora de vulnerabilidad y la inca-
pacidad para negarse a tener relaciones sexuales o usar drogas o para practicar un
comportamiento protector, como el uso del condón como protección doble contra
el embarazo no deseado y las enfermedades de transmisión sexual, incluso la infec-

35
ción por VIH. El abuso y la violencia pueden afectar a la capacidad de la persona
para gozar de unas relaciones sexuales adecuadas y de salud reproductiva. En ambos
sexos, la violencia sexual se correlaciona con comportamientos de riesgo durante la
adolescencia y, en las mujeres, con el embarazo precoz
El consenso mundial sobre la definición de Salud Reproductiva es importan-
te, ya que el empleo de diferentes conceptos causa confusión, atomiza los esfuerzos e
impide el progreso. El concepto de la salud reproductiva elaborado en la Conferen-
cia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) ha seguido desarrollándose y
ratificándose en otras conferencias y cumbres internacionales y la OPS ha promovi-
do su difusión en la Región junto con las políticas y los servicios correspondientes.
Como resultado, se han planteado ciertas inquietudes. En primer lugar, debe quedar
claro que la salud reproductiva es un proceso de toda la vida y parte integrante del
desarrollo humano ya que contiene a la Salud Sexual. Tiene que ver con la prepara-
ción, antes de la concepción, para tener un bebé sano y, más tarde, con velar por que
el embarazo, el parto y el puerperio sean seguros. Luego tiene que ver con el niño
pequeño, a medida que se van formando sus actitudes acerca de las relaciones entre
los sexos, el comportamiento sexual y la reproducción. Más adelante, concierne al
adolescente, cuando los conocimientos y actitudes se transforman en prácticas y se
busca protección contra las enfermedades de transmisión sexual. Por supuesto, tiene
gran importancia para el adulto que piensa en formar su familia y se preocupa por
la posible aparición de problemas crónicos. Por último, tiene que ver con el anciano
frente a los cambios hormonales y de las relaciones familiares.

En realidad, la salud reproductiva constituye el eje principal de la promoción


y protección de la salud. Debido a su amplio radio de acción, es imperativo que los
gobiernos asuman un papel protagónico en la protección de los derechos humanos
y en la formulación de políticas y programas que garanticen la equidad y la calidad.

Planificación familiar y salud

La estrategia de Planificación Familiar constituye una de las herramientas para


lograr la Salud Sexual y Reproductiva.
La OMS definió a la Planificación familiar como una manera de pensar y
de vivir adoptada voluntariamente por individuos y parejas, que se basa en cono-
cimientos, actitudes y decisiones tomadas con sentido de responsabilidad a fin de
promover la salud y el bienestar de la familia y la comunidad.

Los objetivos básicos de la Planificación familiar son:

t Respetar los derechos humanos


t Regular el aumento demográfico de la población
t Mejorar la salud de la familia y de la comunidad.

36
Los derechos sexuales y reproductivos se reconocen como derechos huma-
nos, son universales porque abarcan a todos los seres humanos desde su nacimiento,
son interdependientes porque se conectan con todos los demás derechos humanos y
son indivisibles en tanto se viven y actúan de un modo conjunto e integral.
Los derechos sexuales incluyen el derecho de todas las personas a tener con-
trol y a decidir libremente sobre asuntos relacionados con su sexualidad, sin sufrir
coerción, discriminación ni violencia. Incluye derecho a la información, para tomar
decisiones responsables sobre su sexualidad, el derecho a la privacidad y a la integri-
dad física, mental y moral al realizar una elección sexual.
Los derechos reproductivos comprenden derechos ya reconocidos en leyes na-
cionales y acuerdos internacionales. Conectados con la libertad sexual, el derecho a
la salud, y los derechos básicos de todas las parejas e individuos de decidir en forma
libre y responsable el número, espaciamiento y momento de sus niños. Para cumplir
con este derecho es indispensable que el Estado garantice el acceso a la información,
la educación, a los medios de atención médica y a métodos seguros, eficaces, asequi-
bles y aceptables de planificación en forma gratuita.

Por otro lado, la información sobre planificación familiar permite a los países
controlar o promover el crecimiento de su población incentivando medidas en
un sentido o en otro según sus propios objetivos demográficos.
Por último, la posibilidad de planificar dentro de una familia y su entorno el
crecimiento de esta según sus propias posibilidades sociales, económicas y normas
religiosas tiene un impacto positivo en la salud de la mujer / madre y la de los
niños, quizás evitando el aborto con prácticas inadecuadas, las infecciones y he-
morragias, principales causantes de la mortalidad materna. O las distintas formas
de malnutrición entre niños, subestimadas dentro de la estadística sanitaria, por la
presencia de patologías asociadas que figuran luego como principal causa de enfer-
medad o muerte en la infancia.
En la legislación Argentina el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
responsable es aprobado mediante la Ley Nacional 25673 en la cual se reconoce que el
Derecho a la Salud comprende la Salud Sexual, y que esta incluye la posibilidad de desarro-
llar una vida sexual gratificante y sin coerción, así como prevenir embarazos no deseados.
Promueve la “Consejería” en Salud Sexual y Reproductiva en los servicios de salud
pública de todo el país; es decir, la posibilidad de acceder gratuitamente a un ase-
soramiento de calidad que contribuya a la autonomía y a la toma de decisiones en
materia de salud sexual y reproductiva.
Al mismo tiempo, favorece la detección oportuna de enfermedades genitales
y mamarias, contribuyendo a la prevención y detección temprana de infecciones y
VIH/sida.
Sin embargo, debemos destacar que se aborda básicamente la problemática
del control de la fecundidad pero que deja sin abordar la infertilidad que también es
parte de los derechos reproductivos, quizás de menor impacto en la salud.

37
Regulación de la fecundidad

Los métodos para la regulación de la fecundidad se pueden clasificar en:

t Métodos basados en el conocimiento de la fertilidad de la mujer


Consiste en la abstención de las relaciones sexuales durante los días de ovula-
ción, los cuales se identifican por el cálculo de fechas, los cambios que se producen
en las secreciones vaginales y la temperatura corporal que se eleva ligeramente en
este período. Este método requiere mucha disciplina y, por ello, su eficacia va de
regular a baja, por lo que suele dar lugar a embarazos no deseados. No protege del
SIDA ni de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS)

t Métodos de barrera
Son aquellos que utilizan elementos que impiden que el espermatozoide lle-
gue a fecundar al óvulo y se denominan preservativos. El preservativo masculino o
condón posee una buena eficacia anticonceptiva si se usa correctamente, al igual que
el femenino y son los únicos que protegen contra el SIDA y las ITS. En cambio el
diafragma utilizado por la mujer no protege contra las infecciones.

t Métodos hormonales
Entre estos se destacan los anticonceptivos orales combinados (píldoras o
minipíldora) que requieren de una ingesta periódica (diaria) y controlada para ser
efectiva: actúan inhibiendo la ovulación. Pueden ser inyectables, también se colocan
de manera periódica pero con intervalos de uno a tres meses. Son efectivos como
contraceptivos pero no protegen del SIDA ni de ITS.

t Método mecánico
Es el ¨espiral¨ o dispositivo intrauterino (DIU). Se coloca dentro del útero y
su presencia impide que los espermatozoides lleguen al óvulo para fecundarlo. Es
efectivo. Tiene una vida útil de cinco a diez años y debe ser controlado periódica-
mente por el médico. No protege contra el SIDA ni ITS.

t Métodos químicos
Son sustancias que inactivan los espermatozoides (espermaticidas) dentro de
la vagina para que no lleguen al óvulo (cremas, óvulos, esponjas) No se recomien-
da utilizarlos solos ya que no son suficientemente efectivos en general por su mala
utilización, tiempo de permanencia de las sustancias en la vagina, etc. No protegen
contra las infecciones sexuales ni el SIDA.
La esterilización femenina (ligadura de trompas) o masculina (vasectomía)
son también métodos anticonceptivos pero que se deben utilizar en casos especiales
ya que en general son irreversibles, y no protegen contra las infecciones que se pro-
ducen por contacto sexual.

38
Impacto del uso de diversos métodos de anticoncepción en el
peso de la mujer

Existe aún controversia acerca del impacto del uso de los anticonceptivos ora-
les (ACO) y la ganancia de peso.
El peso de las mujeres saludables puede cambiar durante su ciclo menstrual.
Al inicio del ciclo aumentan algo de peso, que habitualmente pierden durante la
parte final del ciclo o finalización del sangrado menstrual. Este fenómeno se rela-
ciona probablemente con cambios hormonales que provocan sobre todo retención
de líquidos; mientras que en la etapa de la mujer adulta (etapa de la menopausia)
el impacto de estos cambios hormonales se relaciona a cambios en la composición
corporal, disminución de la masa muscular y disminución del metabolismo basal
corporal (1 a 2% durante cada década)
Hassan y col. en su investigación observaron variación ponderal en una co-
horte de mujeres que utilizaban DIU con cobre como método anticonceptivo. Ellos
establecieron “que existe una tendencia a la ganancia ponderal durante los años re-
productivos de las pacientes, que es independiente de los métodos anticonceptivos”.
Las razones del incremento de peso en mujeres que utilizan diversos métodos
de anticoncepción se encuentran ligadas más a factores genéticos, conductuales,
antecedentes de obesidad durante la niñez o adolescencia u obtuvieron durante el
primer embarazo un IMC elevado (obesidad).

Nutrición y Salud Reproductiva

La etapa reproductiva (vinculada a la procreación) de la mujer se inicia con la


menarca y termina con la menopausia, es decir que abarca desde aproximadamente
los doce años a los cincuenta y cinco años dependiendo de factores de distinta índole
(genéticos, biológicos, psicológicos) que determinan la edad de inicio y finalización
de esta etapa. Sin embargo las distintas etapas de crecimiento que atraviesa la mujer
dentro del período reproductivo requiere satisfacer una serie de necesidades de mi-
cro y macronutrientes diferentes en cada uno de estos momentos que le permitan
mantener su estado nutricional y su salud.
El estado nutricional tiene importante efecto sobre la forma de reproducción
y la gestación de un niño/a. La malnutrición tiene efectos sobre la capacidad de fe-
cundidad, la producción de abortos espontáneos, el desarrollo durante el embarazo
de toxemia gravídica, retraso de la menarca, interrupción de los ciclos menstruales y
ovulación y nacimiento antes de término entre otros.
Durante la gestación la deficiencia de micronutrientes es causal de numerosas
entidades patológicas irreversibles, por ej. deficiente cierre del tubo neural.
La posibilidad de la pareja de definir sus intenciones de procreación teniendo
en cuenta su situación general, su idiosincrasia,etc. constituye un factor protector
sobre la salud de la mujer, de los niños y del entorno cercano (familia) como de la

39
comunidad que define sus políticas sanitarias en salud sexual y reproductiva.

Bibliografía

Claves de Mujer y Salud Vol I Numero 2. junio 2005 Sociedad Iberoamericana de Información
Científica. Los anticonceptivos orales combinados no generan ganancia ponderal. Medard
M. Lech, Varsovia, Polonia. Pág. 1
Conferencia Mundial sobre las Mujeres. Declaración de Beijing. Plataforma de Acción Mundial,
numero 96 CONMUJER, UNICEF. Milenio Femeninista, 1998.
Criterios Médicos de elegibilidad para el uso de anticonceptivos. OMS. Tercera Edición. 2005
Efecto real del uso de anticonceptivos orales en el peso corporal. Riobó, P, Bobadilla, F, Kozarcews-
ki, M, Fernández, J.M, 2003
Fondo de las Naciones Unidas 2004. Plan de acción. Conferencia Internacional sobre Población y
Desarrollo.
La salud reproductiva: parte integrante del desarrollo humano. Scielo Public Health. Rev.Panam.
Salud Pública Vol. 4 n3 Washington Sept. 1998
Matera F, Brulc, A, Cohen D, Ledesma, F Orsi C, Pereira T. Acerca de la Ley de Salud Reproducti-
va y Procreación Responsable. Arch. Argent.pediat.2000; 98 (5) 345
Ministerio de Salud Pública de Uruguay, Guias de Salud Sexual y Reproductiva. Uruguay 2007.
Novedades en el tema de Salud Reproductiva. Centro Rosarino de Estudios Perinatales (CREP)
Rev. Hosp..Mat. Inf. Ramón Sardá 1996, XV, N° 3 121-122
OPS-OMS 1994. Las Condiciones de Salud en las Américas
Programa Nacional de salud sexual y procreación responsable. Manual de Apoyo para el trabajo de
los Agentes de Salud. Abril 2003. Minsterio de Salud de la Nación
Progress Number 45 (1998). Disponible en www.who.int/hrp/progress/45/index.html.

40
CAPÍTULO 3:
NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN DURANTE EL EMBARAZO

Mgter. María del Carmen Grande


Lic. María Dolores Román
Lic. Cintia Vaudagna

El embarazo

El embarazo se define como el período comprendido desde la fecundación del


óvulo hasta el parto, y su duración aproximada es de 280 días, (de 37 a 40 semanas).
El embarazo se divide en tres trimestres, los límites no son estrictos, pero ge-
neralmente se considerarán los siguientes:
t Primer trimestre: 0 a 12 semanas de gestación
t Segundo trimestre: 13 a 26 semanas de gestación
t Tercer trimestre: 27 a 40 semanas de gestación.
A lo largo del embarazo la mujer experimenta una serie de modificaciones
fisiológicas y anatómicas provocadas y reguladas por cambios hormonales que abar-
can numerosos órganos y sistemas.
Sin embargo, antes de iniciar el estudio de la mujer embarazada desde una
perspectiva clínica, es imprescindible considerar los aspectos emocionales y el con-
texto que la rodea. A partir del momento en que la mujer recibe la noticia de que
“está embarazada”, ocurren cambios importantes en su estado emocional, su cuerpo,
sus necesidades, sus actividades y rutinas, sus vínculos, sus miedos y expectativas,
etc.
Difícilmente en otro momento de la vida de una persona ocurran tantos
cambios como durante la gestación. Así, el feto está inmerso no solo en líquido
amniótico dentro del vientre materno, sino también en el “recipiente emocional”
de la mente de su madre y padre, el cual puede ser más o menos favorable para el
desarrollo óptimo y saludable. Aunque el embarazo generalmente es un período de
expectativas positivas y felicidad, hay retos emocionales importantes. En caso de
ser el primer embarazo, la mujer tiene la tarea psicológica de convertirse en madre,
proceso denominado parentalidad o parentificación y que se encuentra influenciado

41
por numerosos factores culturales, socioeconómicos, psicológicos y biológicos. Asi-
mismo el padre deberá adaptarse a un nuevo estilo de vida ajustando su manera de
pensar, de sentir y de actuar de acuerdo a la nueva situación y composición familiar.
Esta situación abre grandes posibilidades de acción para los profesionales de
la salud, ya que es un momento en que la mujer y su pareja se encuentran más
permeables a recibir información y adoptar conductas saludables. Por todo esto, el
acompañamiento de los profesionales de la nutrición durante el embarazo, impacta
positivamente en la salud de la mujer, del niño por nacer y de todo el grupo familiar.

Cambios anatomo-fisiológicos durante el embarazo

Aspectos fisiológicos del embarazo

La concepción desencadena miles de cambios biológicos complejos y secuen-


ciales que transforman dos células unidas en un miembro de la siguiente generación
de seres humanos. La rapidez con la que las estructuras y funciones se desarrollan
en la madre y el feto y la naturaleza de tiempo crítico de las necesidades energéticas
y de nutrientes hacen que el estado nutricional materno sea un elemento clave de la
reproducción exitosa.

Fuente: Rocha Benítez F. Embarazo, parto y puerperio. Dirección General de Salud


Pública y Participación. Sevilla, España. 2006.

Características fisiológicas maternas

Es posible dividir los cambios fisiológicos durante el embarazo en dos grupos


básicos: aquellos que se presentan en la primera mitad del embarazo y los que se

42
observan en la segunda mitad. En términos generales en la primera se producen
aquellos cambios maternos que permiten al cuerpo de la mujer aumentar el volu-
men sanguíneo y liberar oxígeno y nutrientes al feto para alcanzar la segunda mitad
del embarazo. En esta última los cambios maternos que predominan favorecen por
un lado el depósito de energía en el cuerpo de la embarazada y por otro lado se fa-
vorece la liberación de nutrientes y energía para ser almacenados en el feto, hasta la
finalización de la gestación. Alrededor del 10 % del crecimiento se completa en la
primera mitad del embarazo y el 90 % restante en la segunda, siendo el primero un
crecimiento caracterizado por la multiplicación celular y en la segunda por multipli-
cación y aumento de tamaño celular.
Los cambios más destacados relacionados a la fisiología de la gestación son:

Incremento de peso materno


El aumento de peso durante todo el embarazo es en promedio 10,870 kg sien-
do los dos últimos trimestres el momento donde se registra el mayor incremento.
t Los incrementos se producen a expensas del crecimiento de:
t Embrión-feto 3,180 kg
t Retención de líquidos en sangre y líquido extracelular: aprox. 2,700 kg; el
cuerpo de la mujer capta una gran cantidad de agua durante el embarazo
sobre todo debido a que aumentan los volúmenes de plasma y líquido
extracelular, El agua corporal total en el embarazo aumenta entre siete
y diez litros. Cerca de dos terceras partes del incremento es intracelular
(sangre y líquidos tisulares) y una tercera parte extracelular (espacio entre
las células).
t La retención de líquidos también está relacionada por lo general al edema,
que si no se acompaña de hipertensión, refleja un aumento saludable del
volumen del plasma. El peso al nacer se relaciona en gran medida con el
volumen del plasma, con frecuencia cuanto mayor es el incremento del
volumen plasmático mayor será el tamaño del recién nacido.
t El incremento del volumen de agua en la sangre es responsable del efecto
de dilución del embarazo en las concentraciones sanguíneas de vitaminas
y minerales. Los niveles sanguíneos de vitaminas liposolubles tienden a
aumentar en el embarazo, en tanto los niveles de vitaminas hidrosolubles
disminuyen.
t Líquido amniótico, placenta y membranas fetales: 1,800 kg el líquido
amniótico es normalmente de 500 a 1000 ml, sin embargo puede alcan-
zar desde unos pocos mililitros hasta varios litros. Se ha comprobado que
el líquido amniótico se renueva cada tres horas aproximadamente y los
electrolitos sodio y potasio son reemplazados en promedio cada 15 horas.
El feto es capaz de absorber una parte de líquido amniótico a partir del
aparato digestivo y de los pulmones y puede ser eliminada por el sistema
excretor hacia la placenta.
t Aumento del tamaño del útero que se incrementa aproximadamente en

43
900 g
t Crecimiento del volumen de las mamas cuyo peso se incrementa aproxi-
madamente en 900 g
t Aumento del tejido adiposo, el depósito graso como reserva energética
durante la gestación es aproximadamente de 1,400 Kg.

Cambios hormonales

Muchos de los cambios fisiológicos que se presentan en el embarazo se con-


trolan a través de las hormonas producidas por la placenta. La placenta desempeña
varias funciones pero la clave es la producción de hormonas esteroides como la pro-
gesterona y los estrógenos. También se ven incrementadas hormonas tales como la
tiroxina, las hormonas suprarrenales y sexuales.

Modificaciones Metabólicas

Debido al incremento de hormonas mencionadas el metabolismo basal de la


embarazada se eleva alrededor de un 15% durante la segunda mitad del embarazo.
Respecto al metabolismo de los carbohidratos: durante el embarazo se pre-
sentan muchos ajustes que favorecen y mejoran la disponibilidad de glucosa para
la utilización por parte del feto. La glucosa es el sustrato energético preferido por
el feto, aunque es posible que se utilicen grasas para obtener energía. La dispo-
nibilidad continua de un aporte fetal de glucosa se logra de manera primordial a
través de cambios metabólicos que promueven la resistencia materna a la insulina.
Estos cambios, a los que en ocasiones se les conoce como efecto diabetogénico del
embarazo, hacen que en condiciones normales la embarazada presente una ligera
intolerancia a los carbohidratos en el tercer trimestre de embarazo. El metabolismo
de los carbohidratos en la primera mitad del embarazo se caracteriza por aumentos
en la producción de insulina y conversión de glucosa en glucógeno y grasa estimula-
dos por estrógenos y progesterona. En la segunda mitad, la elevación de los niveles
HCS y prolactina provenientes de la hipófisis de la madre inhiben la conversión de
glucosa a glucógeno y grasa. Al mismo tiempo la resistencia a la insulina produce en
la madre aumento de la dependencia a las grasas para obtención de energía.
Aunque las adaptaciones frente al ayuno superior a doce horas le permiten al
organismo un aporte fetal constante de glucosa, el ayuno aumenta la dependencia del
feto a los cuerpos cetónicos para obtener energía. La utilización prolongada de cuerpos
cetónicos por parte del feto, al igual que sucede en mujeres con diabetes mal contro-
lada o en aquellas que pierden peso durante parte o todo el embarazo está relacionada
con reducción del crecimiento y trastornos en el desarrollo intelectual del niño.
El peso suplementario de la embarazada la conduce a que el consumo energé-
tico del organismo se eleve por encima de los niveles habituales para desarrollar las
distintas actividades mecánicas.
44
Cambios a nivel del Aparato Circulatorio

En las últimas etapas del embarazo pasan a través de la circulación placentaria


unos 625 mg de sangre por minuto. Esto, junto al incremento del metabolismo
basal provoca que el gasto cardíaco se eleve entre un 30 y un 40% por encima de lo
normal hacia la 27 semana de gestación. Luego, por razones no muy claras, el gasto
cardíaco comienza a descender siendo casi normal en las últimas 8 semanas de em-
barazo a pesar del elevado riego sanguíneo al útero.
El volumen de sangre de la madre, antes del final del embarazo es un 30%
mayor aproximadamente de lo normal. La causa del aumento de la volemia está
relacionada a cambios hormonales (aumento de aldosterona y estrógenos) que fa-
vorecen la retención de líquidos necesaria para todos los mecanismos fisiológicos
que se producen en el embarazo. La médula ósea exagera su actividad, produce más
hematíes para compensar la mayor volemia.
Al momento de nacer el niño la madre tiene alrededor de uno a dos litros de
sangre más en su circulación, una cuarta parte se pierde durante el parto, y el resto
se constituye en reserva materna.
El aumento del número de eritrocitos se produce en forma lineal desde el pri-
mer trimestre de embarazo y hasta el término del mismo siendo aproximadamente
del 18%. Sin embargo el aumento de glóbulos rojos no llega a compensar el au-
mento de líquido intravascular por lo que la concentración de estas células y de he-
moglobina son bajas. Esta situación fisiológica se denomina “anemia fisiológica del
embarazo”, siendo los puntos de corte de los valores de hemoglobina de 11g/dl en
el primer trimestre y último trimestre, 10g/dl en el segundo trimestre de gestación.
Los leucocitos aumentan su concentración plasmática. Las proteínas plasmá-
ticas tienen una disminución en su concentración y pueden variar de 7g/dl a 5,5g/
dl. Esto se debe fundamentalmente al descenso en las proporciones de albúmina,
que declinan de 4 a 2,5 g/dl, la reducción estaría condicionada por el incremento de
líquido extracelular. La fracción beta-globulina se incrementa.
Los lípidos plasmáticos se incrementan, particularmente el colesterol puede
pasar de 250 mg/dl a 300 mg/dl.

Cambios en el Sistema Respiratorio

Debido al aumento del metabolismo basal de la embarazada y a su mayor


envergadura, la cantidad total de oxígeno consumido por la madre poco antes del
alumbramiento es de un 20% aproximadamente superior a lo normal, y al mismo
tiempo se forma una cantidad considerable de dióxido de carbono. Esto efectos ha-
cen que aumente la ventilación por minuto. También se cree que los niveles elevados
de progesterona incrementan la ventilación por minuto en un 50% por el efecto
que ejerce sobre el centro respiratorio que es más sensible a los niveles de dióxido de
carbono. Al mismo tiempo el aumento del tamaño del útero provoca una elevación

45
del contenido abdominal y este, al diafragma, con lo que se reduce la amplitud de las
excursiones del diafragma. Como consecuencia, la frecuencia respiratoria aumenta a
fin de atender el aumento adicional de la ventilación.

Modificaciones en la función del Sistema Urinario

El tamaño del riñón aumenta ligeramente, se aprecia un aumento de la lon-


gitud de 1 a 1,5 cm. La formación de orina en la embarazada suele ser superior a lo
habitual, a causa de la mayor ingesta de líquidos y a la elevada carga de productos
de desecho. Pero, además de esto, se producen varias alteraciones especiales de la
función urinaria.
En primer lugar, la capacidad de reabsorción del sodio, el cloro y el agua en los
túbulos renales aumenta nada menos que un 50% como consecuencia de la mayor
producción de hormonas esteroides por parte de la placenta y la corteza suprarrenal.
En segundo lugar, la filtración glomerular también se eleva hasta un 50%
durante el embarazo, porque tiende a aumentar las pérdidas de agua y electrolitos
por la orina.

El Edema

Se da en los miembros inferiores, generalmente en los últimos meses de emba-


razo, es causada por la acumulación de líquido intersticial, secundario a la obstruc-
ción de las venas pélvicas, producido por el crecimiento del útero, lo que impide un
buen retorno sanguíneo venoso.

Inmunidad en la mujer embarazada

Durante la gestación el sistema inmune materno sufre modificaciones en su


funcionamiento habitual para permitir anidar al nuevo ser, el organismo materno
necesita reconocer las células paternas que se incorporan al producto de la gestación,
independientemente de que el feto constituye un cuerpo extraño dentro del orga-
nismo materno, este no produce en condiciones normales, anticuerpos contra los
antígenos trofoblásticos (puesto que el 50% de la información trofoblástica procede
del padre) esto debido a que en la interfase materno fetal se produce una especie de
neutralidad inmunológica que inhibe el rechazo y favorece el desarrollo.
La inmunodepresión materna es muy discreta o se limita a sistema inmune
específico, mientras que el sistema inmune innato se incrementa para garantizar una
adecuada defensa de la madre frente a organismos patógenos.

46
Bibliografía

Brown JE. Nutrición en las diferentes etapas de la vida. Ed.Mc Graw Hill Interamericana. 2da.
Edición, 2006.
Guyton CG, Hall JE. Tratado de Fisiología Médica. 11ª Edición. Elsevier, 2006.
Lopez L, Suarez M. Fundamentos de Nutrición Normal Cap. 14 Ed El Ateneo 2002.
Maldonado Durán M, Sauceda García JM, Latirgue T. Cambios fisiológicos y emocionales durante
el embarazo normal y la conducta del feto. Perinatol Reprod Hum. Vol 22 N°1; enero
marzo, 2008.
Rai D, Stenson W. Manual of nutritional therapeutics. Segunda edición 1988 a Little Brown.
Tejeda Perez. P, Cohen A, Font Arreaza I, Bermúdez C, Schuitemaker Requena J. Modificaciones
fisiológicas del embarazo e implicaciones farmacológicas maternas, fetales y neonatales. Rv.
Obstet Ginecol 2007;67(4): 119-25.

CONTROL PRENATAL

El control prenatal es un conjunto de acciones médicas y asistenciales que se


concretan en entrevistas o visitas programadas con el equipo de salud, a fin de con-
trolar la evolución del embarazo y obtener una adecuada preparación para el parto
y la crianza del recién nacido.

Objetivos del Control Prenatal


t Brindar contenidos educativos para la salud de la madre, la familia y la crianza.
t Prevenir, diagnosticar y tratar las complicaciones del embarazo.
t Vigilar el crecimiento y la vitalidad fetal.
t Detectar enfermedades maternas subclínicas.
t Aliviar molestias y síntomas menores asociados al embarazo.
t Preparar a la embarazada física y psíquicamente para el nacimiento.

Requisitos del Control Prenatal


t Precoz: debe ser efectuado en el primer trimestre de la gestación. Esto
posibilita la ejecución oportuna de acciones de promoción, protección y
recuperación de la salud. Además permite la detección temprana de em-
barazos de riesgo.
t Periódico: la frecuencia dependerá del nivel de riesgo médico, social y
psicológico. Los de alto riesgo necesitan una mayor cantidad de consultas.
En general, para los embarazos de bajo riesgo se fija un mínimo de cinco
consultas. En nuestro medio la frecuencia más utilizada es una cada cua-
tro semanas hasta la semana 28, de la semana 28 a la 32 cada tres semanas,
de 32 a 36 cada dos semanas y de la 36 al parto una por semana.
t Completo: las consultas prenatales deben ser completas en contenidos de
evaluación del estado general de la mujer, de la evolución del embarazo y
de los controles e intervenciones requeridos según edad gestacional.

47
t Amplia cobertura: promover el control prenatal a la mayor cantidad de
la población en base a programas educacionales, garantizando la igualdad,
accesibilidad y gratuidad de la atención. En la medida en que el porcen-
taje de la población controlada sea alto se podrán disminuir las tasas de
morbimortalidad materno infantil perinatal.

Actividades del Control Prenatal

En los controles prenatales, el obstetra lleva adelante diversas actividades a


fines de identificar factores de riesgo perinatales, controlar la evolución del emba-
razo y preparar a la mujer para el parto y la maternidad. Entre dichas actividades se
pueden mencionar:
t Fijar cronograma de controles prenatales (de acuerdo al riesgo)
t Administración de ácido fólico en el período preconcepcional y en el pri-
mer trimestre de embarazo.
t Categorizar a la embarazada según el riesgo, examen físico y llenado de la
HC perinatal base y evaluar en cada consulta la aparición de factores de
riesgo.
t Detectar tabaquismo y otras adicciones.
t Determinar grupo sanguíneo y factor Rh.
t Evaluar el estado nutricional materno y la ganancia de peso.
t Instruir a la mujer acerca de situaciones de riesgo y prepararla para el
trabajo de parto, parto y la maternidad. Informar sobre métodos anticon-
ceptivos.
t Control riguroso de la presión arterial.
t Determinar el nivel de hemoglobina y glucemia.
t Suplementación universal con hierro.
t Diagnóstico de: sífilis, chagas, hepatitis B toxoplasmosis y HIV.
t Diagnóstico de infecciones urinarias.
t Descartar leucorrea patológica.
t Vacunación antitetánica.
t Estudio ecográfico para: estimar edad gestacional por biometría, evaluar
crecimiento fetal, malformaciones, etc.
t Examen mamario de rutina.
t Papanicolau y colposcopía.
t Detectar presentaciones anormales al término.
t Recomendar la lactancia natural y preparar a la madre para la lactancia
exclusiva.

Actividades alimentarias-nutricionales como parte del control prenatal


Durante el control prenatal es de utilidad que el profesional de la nutrición
lleve un registro tanto de las actividades como de la información que surge de los
controles y de la evolución de la embarazada, ya sea en la historia clínica o en fiche-
ros. Un ejemplo de ficha para tal fin puede ser la siguiente:
48
FICHA DE EVALUACIÓN ANTROPOMETRICA NUTRICIONAL PARA EMBARAZADA

NOMBRE Y APELLIDO:EDAD:
DNI:OBRA SOCIAL:
FUM:FPP:
SEM. DE GESTACIÓN:

DATOS SOCIODEMOGRÁFICOS

DOMICILIO:
ESTADO CIVIL:HIJOS:

ESCOLARIDAD:
OCUPACIÓN/PROFESIÓN:
DÍAS/HORARIO:

VALORACIÓN ANTROPOMÉTRICA

PESO PREGESTACIONAL:TALLA (cm):


IMC PREGESTACIONAL:
PESO ACTUAL:IMC GESTACIONAL:

FECHA
SEM. DE
GESTACION
PESO
IMC
GANANCIA DE PESO S/ EDAD GESTAC.
ESTADO NUTRICIONAL
OBSERVACIONES

VALORACIÓN ALIMENTARIA NUTRICIONAL

DESAYUNO:
ALMUERZO:
MERIENDA:
CENA:

APORTE DE NUTRIENTES CRITICOS (Fe, Ca, Ác. Fólico, proteínas):

DIAGNÓSTICO:

Otros datos importantes a considerar:


- ¿Cuánto pesó esa mujer al nacer?
- Si tuvo otros embarazos: ¿Tuvo algún problema en los embarazos anteriores?
- ¿Cuál fue el aumento de peso en esos embarazos? ¿Tuvo diabetes gestacional ó hipertensión?
- ¿Cómo fue su alimentación en esos embarazos? ¿Sufrió de aversiones alimentarias?
- ¿Cuánto pesaron sus hijos al nacer? ¿Nacieron a término?

49
Evaluación nutricional de la embarazada

La valoración del estado de nutrición de la embarazada es de suma importan-


cia, no solo para el buen desenlace de la gestación, sino también para la salud de la
mujer, permitiendo:
t Identificar a las gestantes con déficit nutricional o sobrepeso al inicio de
la gestación.
t Detectar a las gestantes con ganancia de peso menor o excesivo para la
edad gestacional, en función del estado nutricional previo.
t Permitir orientarlas a conductas adecuadas en cada caso, mejorando su es-
tado nutricional, sus condiciones para el parto y el peso del recién nacido.

La evaluación nutricional de la mujer embarazada incluye:

Æ Evaluación antropométrica
Æ Evaluación bioquímica
Æ Evaluación de la ingesta

Evaluación antropométrica
Los datos necesarios para una adecuada evaluación antropométrica son:

t 1FTPJOJDJBMes un dato fundamental para hacer la evaluación nutricional


inicial y calcular de esa forma el aumento de peso deseado. Si no se recuer-
da se puede usar el peso habitual y por último si lo desconoce se puede
usar el peso correspondiente a la altura y a la edad en un parámetro de
normalidad o el peso en la primera consulta si esta fue temprana.
t 5BMMB*OJDJBMdebido a la lordosis del embarazo, no es conveniente tomar
como referencia la talla en edad gestacional avanzada, sino la referida por
la paciente. Si no puede mencionar con seguridad cual era su talla se to-
mará la del primer control
t &EBE(FTUBDJPOBMse calcula a partir de la última menstruación (FUM)
en semanas. Cuando la embarazada no recuerda su última menstruación
se puede calcular por altura uterina o por ecografía.
t Peso Actual: se debe medir siempre en las mismas condiciones, descalza
y con ropa liviana. Un aumento muy brusco hará sospechar de retención
hídrica, y puede ser un factor de riesgo de diabetes gestacional o hiper-
tensión.

{1PSRVÏSFTVMUBUBOJNQPSUBOUFFMBVNFOUPEFQFTPEVSBOUFFMFNCBSB[P 

t Es algo que se puede modificar.


t Es fácil de comprender e interpretar.
t A pesar de no ser lo más relevante, tiene influencia sobre el peso al nacer,

50
sobre todo si se lo tiene en cuenta al menos desde el segundo trimestre.
t El aumento de peso insuficiente en el segundo trimestre es predictor del
retraso de crecimiento en el tercer trimestre.
t Un adecuado aumento de peso en el embarazo predispone a la mujer a un
buen estado nutricional postparto, a implementar adecuadamente el ama-
mantamiento, a afrontar la maternidad con mayor bienestar y programar
próximos embarazos.

Para la evaluación antropométrica de las embarazadas se propone utilizar un


instrumento basado en el Índice de Masa Corporal (IMC) según edad gestacional
desarrollado a partir del seguimiento de una cohorte de mujeres argentinas de dife-
rentes regiones del país, que vivían en condiciones adecuadas de salud y que dieron
a luz niños con peso al nacer entre 2500 y 4000 gramos (Calvo y cols, 2009). La
gráfica de IMC/edad gestacional tiene un eje horizontal en que se grafica la edad
gestacional en semanas y un eje vertical de IMC, en que cada rayita corresponde a
1 unidad. Presenta 5 curvas que corresponden a los desvíos estándar -2, -1, media-
na o percentil 50, +1 y +2 desvíos, de abajo hacia arriba, respectivamente. El área
normal está delimitada por las curvas de -1 y +1 desvío estándar en sombreado. En
cada control se deberá calcular el IMC (Peso/talla2) y confrontar el dato en la gráfica
mencionada.

Calvo, EB, Lopez LB, Balmaceda Y, et al. Reference charts for weight gain and body mass
index during pregnancy obtained from a healthy cohort. The Journal of Maternal-Fetal &Neonatal
Medicine. 2009;22(1):36-42.

También puede evaluarse el incremento de peso esperado al término del embarazo


conociendo el peso y la talla iniciales teniendo en cuenta que los valores de normalidad
varían ligeramente de los de una mujer no embarazada. De esta manera una mujer con

51
IMC de 19, a pesar de tener un IMC considerado como normal si no está embarazada, será
tomada como bajo peso si se embaraza con ese mismo IMC.
La tabla 1 permite realizar la valoración antropométrica actual en caso de no contar
con gráficas. Además es posible calcular el peso deseable al término del embarazo, estiman-
do además el aumento de peso esperable por semana.

Tabla 1. Aumento de peso según IMC inicial


Aumento semanal
Categoría de peso según Aumento total al término Aumento en el 1°
en el 2° y 3°
IMC inicial (kilos) trimestre (kilos)
trimestre. (gramos)
Bajo peso
12,5 a 18 kg. 500 (440-580)
(IMC menor a 19,8)
Peso normal
11,5 a 16 400 (350-500)
(IMC 19,8 a 26)
0.5 a 2
Sobrepeso
7 a 11,5 300 (230-330)
(IMC 26 a 29)
Obesidad 5a9
200 (170-270)
(IMC mayor a 29)

Fuente: Kathleen M. Rasmussen and Ann L. Yaktine, Editors; Committee to Reexamine


IOM Pregnancy Weight Guidelines; Institute of Medicine; National Research Council , 2009.

Evaluación bioquímica

El estudio de parámetros bioquímicos en mujeres embarazadas permite diag-


nosticar precozmente patologías del embarazo y prevenir o atenuar la de sus hijos.
La mayoría de los parámetros bioquímicos usados tradicionalmente para hacer valo-
ración nutricional están modificados en el embarazo debido a la gran hemodilución
producida y a cambios hormonales. Durante el embarazo son indicadores válidos los
siguientes: hemoglobina, hematocrito, hierro sérico, ferritina, reticulocitos, proteí-
nas totales, albúmina, calcio, fósforo, magnesio, colesterol total, triglicéridos, folatos
y vitamina B12.

Evaluación de la ingesta

Es clave utilizar un instrumento lo más completo posible que pueda ser útil
para detectar calidad y cantidad de alimentos consumidos por la mujer embaraza-
da, no solo en este momento de la vida, sino también conocer la historia y hábitos
alimentarios (realización de las cuatro comidas, horarios de las mismas, inclusión de
alimentos variados en calidad y cantidad, inclusión de nutrientes críticos, etc.)

52
Cualquiera de los métodos de evaluación de ingesta: anamnesis alimentaria, recorda-
torio de 24 horas, frecuencia de consumo, registro de ingesta, pesada de alimentos, puede
ser usado. Sin embargo hay que considerar que generalmente la mujer cambia sus hábitos
alimentarios durante el embarazo por lo que la frecuencia de consumo puede no ser un
método adecuado en esta etapa. La pesada de alimentos tampoco se usa en el paciente am-
bulatorio por ser un método tedioso para la paciente.
Estas técnicas servirán también para registrar algunas de las complicaciones menores
del embarazo que pueden interferir en la alimentación como náuseas matutinas, acidez,
constipación, pica, etc. que surgirán naturalmente de la técnica usada o a través del interro-
gatorio posterior.
En la atención de la mujer embarazada cobra especial importancia la escucha atenta
y la adaptación de nuestras recomendaciones a la tolerancia individual, aversiones, mitos, y
sensaciones acerca de la alimentación.
Es importante buscar qué cambios se han producido en la ingesta a partir del em-
barazo. Así como destacar los factores sociales de la alimentación, quién cocina, dónde y
con quién se come, preguntarse acerca de la disponibilidad de alimentos y el acceso a ellos.
Algunas preguntas que pueden orientar la búsqueda de información sobre la mujer
son:

t ¿Qué grupos de alimentos no son consumidos en las cantidades adecua-


das?
t ¿Hay algún síntoma que esté interfiriendo con la alimentación?
t ¿Las calorías ingeridas son las necesarias?
t ¿La persona debería recibir ayuda alimentaria?
t ¿Hay alguna sustancia/hábito que debería ser controlado a la brevedad
como cigarrillo, alcohol, drogas?
t ¿Hay exceso de sustancias no nutritivas en la alimentación como café, té,
mate, bebidas sin calorías, otras infusiones, yuyos?
t ¿Consume suplementos dietarios? ¿Cuáles? ¿Son los indicados? ¿Son to-
lerados?
t ¿Ingiere sustancias no alimenticias (pica)? ¿Cuáles? ¿Hay antecedentes de
este hábito en otros embarazos o en la familia?

Importancia de la anamnesis general y social

Es de suma importancia que el profesional de la salud desarrolle al máximo su


habilidad de escucha y enfocar la atención en un primer momento en el motivo de
consulta. La calidad de atención debe ser una prioridad para poder lograr con éxito
el abordaje alimentario – nutricional. Por lo tanto, utilizar unos minutos de la entre-
vista/consulta para conocer aspectos básicos de la vida de la paciente, por ejemplo:
indagar el núcleo familiar, el lugar donde vive, la ocupación, la red de sostén familiar
u otras redes de apoyo, el nivel educativo alcanzado, la situación socioeconómica
entre otros.
53
Primeras pautas y consejería

A partir de la información obtenida, se podrán detectar aspectos de la alimen-


tación habitual que pueden trabajarse en las sucesivas consultas a fin de mejorar las
conductas negativas y potenciar las positivas. Se desaconseja el uso de dietas preim-
presas, que exijan adaptarse a modelos estrictos y establecidos, con cantidades de
alimentos para cubrir en forma perfecta lo recomendado. Esto puede no ser viable
para el estilo de vida de esa mujer embarazada. Se debe fomentar la idea de que
el embarazo no es una enfermedad, entonces no es necesario entregar “una dieta
especial”. Un plan alimentario pautado y minucioso debe indicarse solo en casos
especiales en pacientes de riesgo o con comorbilidades que lo requieran.
Siempre es conveniente en la primera consulta dejar uno o dos conceptos
claves y retomar este abordaje en la consulta siguiente. Luego, explicar la importan-
cia de asistir a los sucesivos controles no solo para valorar el aumento de peso, sino
también para reflexionar y destacar la importancia de la alimentación en cada etapa
del embarazo.

Promoción de la lactancia materna.

El embarazo resulta el tiempo ideal para incentivar la lactancia materna infor-


mando y preparando a la mujer con el fin de que conozca la importancia de brindar
la leche materna a su hijo: ventajas, posibles dificultades, aprendizaje, vínculo, costo,
etc.
La preparación de los pechos y pezones debe comenzar durante la gestación,
ya que muchas veces la falta de preparación es la causa del fracaso en la lactancia.
Se deben utilizar recursos naturales para cuidar la piel de los pezones, como:
t Agua para la higiene de los pezones, debido a que limpia la piel y preserva
la grasa natural que los protege. No cepillarse ni enjabonarse, ni pasar
alcohol.
t Si tienen calostro, aplicar una gota al día a partir del sexto mes para lim-
piar y lubricar. Si no tienen calostro, puede usarse aceite común.

Bibliografía

Abeyá Gilardon AO, Calvo EB, Durán P, Longo EN, Mazza C. Evaluación del estado nutricional
de niños, niñas y embarazadas mediante antropometría. OPS - Ministerio de Salud de la
Nación. Buenos Aires, 2009.
Boletin CESNI. Volumen 8. La Nutrición en el Ciclo Reproductivo: Embarazo y Lactancia. Agosto
1999.
Calvo, EB, Lopez LB, Balmaceda Y, et al. Reference charts for weight gain and body mass index
during pregnancy obtained from a healthy cohort. The Journal of Maternal-Fetal &Neona-
tal Medicine. 2009;22(1):36-42.

54
Casini S, Lucero Sainz GA, Hertz M, Andina E. Guía de control prenatal. Embarazo normal. Divi-
sión Obstétrica, Hospital Materno Infantil Ramón Sardá. 2002.
Curso de Actualización: Embarazo y Nutrición. Módulo 2: Alimentación durante el Embarazo.
Universidad Austral. 2011.
Scwarcz R, Uranga A, Lomuto C, Martínez I, Galimberti D, García O, Etcheverry ME, Queiruga
M. El Cuidado Prenatal. Guía para la práctica del cuidado preconcepcional y del control
prenatal. Ministerio de Salud de La Nación. 2001.

NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN DE LA MUJER EMBARAZADA

Perfil epidemiológico de las mujeres embarazadas


En nuestro país los resultados de las ENNYS (Encuesta Nacional de Nu-
trición y Salud), aportaron datos sobre el estado nutricional, el patrón de ingesta
alimentaria e indicadores bioquímicos del estado nutricional de mujeres en edad
fértil y mujeres embarazadas. Es relevante considerar que al momento de realizarse
la encuesta (2004-2005) aún no se encontraba vigente la ley 25.630 de Prevención
de anemias y malformación del tubo neural, que incluye la fortificación universal de
harinas de trigo con hierro, ácido fólico, vitaminas B1, B2, B3 y B6, por lo que los
datos de estos nutrientes probablemente sean diferentes si se toman en la actualidad.
Las ENNYS mostraron que existe una alta prevalencia de sobrepeso y obesi-
dad tanto en mujeres en edad fértil como en embarazadas. Sin embargo se puede
observar que mientras solo un 3% de mujeres en edad fértil presenta bajo peso, en
el grupo de embarazadas este porcentaje asciende a un 25%. (Tabla 2)
Si bien la malnutrición por exceso es un problema de salud pública de gran
relevancia, no debe subestimarse la insuficiente ganancia de peso que se presenta en
un número importante de mujeres, sobre todas en aquellas sin NBI (necesidades
básicas insatisfechas).

Tabla 2. Estado Nutricional de mujeres en edad fértil y mujeres embarazadas.


(ENNYS)

Bajo Peso Normal Sobre Peso Obesidad

Mujeres en edad fértil* 3% 52 % 25 % 19 %

Mujeres embarazadas** 25 % 33 % 19 % 21 %

*Según IMC
**Según Referencia Rosso y Mardones

La prevalencia de anemia es de un 18% en mujeres en edad fértil y de un


30,5% en embarazadas, sobre todo en el tercer trimestre. Estos datos estarían ha-
blando de una baja cobertura de la suplementación con hierro en las embarazadas.
55
Los niveles de vitamina B12 son deficitarios en el 11,9% de las mujeres en
edad fértil y en el 18% de las embarazadas. El déficit de folatos es prevalente en el
1% de las mujeres en edad fértil, pero en las embarazadas la prevalencia aumenta a
casi el 6%.

Necesidades alimentarias nutricionales durante la gestación

El embarazo constituye una de las etapas de mayor vulnerabilidad nutricional


en la vida de la mujer.
La desnutrición materna pregestacional o durante el embarazo se asocia a un
mayor riesgo de morbimortalidad infantil, en tanto que la obesidad también cons-
tituye un factor importante de riesgo al aumentar algunas patologías del embarazo,
la proporción de niños macrosómicos y por ese mecanismo complicaciones diversas
del parto
A continuación abordaremos las necesidades de macro y micronutrientes du-
rante la gestación y lactancia materna a fin de asegurar una nutrición adecuada
durante esta etapa del ciclo reproductivo.

Necesidades de energía en el embarazo

El costo total de energía durante el embarazo es aproximadamente entre


70.000 y 80.000 kcal que resume las necesidades de este sustrato durante la gesta-
ción y también para el período de la lactancia ya que se transformará en el depósito
graso (de energía) materno de reserva para esta etapa.
En la Tabla 3 se muestran recomendaciones de energía extra requerida duran-
te la gestación a partir de dos organismos reconocidos mundialmente, diferenciados
según se trate a una persona o a una determinada comunidad.

No resulta difícil cubrir las recomendaciones energéticas en esta etapa, ya que


existen mecanismos fisiológicos que facilitan su incorporación y utilización, entre
ellas:

t Aumento del apetito


t Disminución de la Tasa Metabólica en reposo
t Disminución de la termogénesis inducida por los alimentos
t Disminución de la actividad física espontánea
t Se hace más eficiente el gasto energético producido por las actividades
cotidianas.

La restricción energética durante el embarazo puede ser peligrosa, ya que si


el ayuno o el insuficiente aporte de calorías se prolongan en el tiempo el organismo

56
recurre a sus reservas grasas haciendo más susceptible a la embarazada a la cetosis.
Los cuerpos cetónicos atraviesan la barrera placentaria, y en exceso pueden
ocasionar daño neurológico severo al embrión-feto.
El aporte energético a partir del cual el riesgo de cetosis se eleva se ha estimado
en alrededor 1600 Kcal diarias, siempre acorde a peso, talla, contextura y actividad
que realice la mujer.

Tabla 3. Recomendaciones de nutrientes según distintos organismos en embarazadas


Academia Nacional de Ciencias
FAO – OMS
2002 (Vit y Min) y 2004 (agua y
1998 (Vit y Min) y 2001 (calorías)
calorías)
(poblacional)
(individual)
NUTRIENTE EMBARAZADA (19–30 AÑOS) EMBARAZADA (19–30 AÑOS)
Agua 3 lt ----
Primer trimestre sin incrementos Primer trimestre mas 85 Kcal
Energía Segundo trimestre mas 340 Kcal Segundo Trimes. mas 285 Kcal
Tercer Trimestre mas 450 Kcal Tercer Trimestre mas 475 Kcal
Vitamina A μg 770 800
Vitamina D μg 5 5

Vitamina E mg Į
15 10
tocoferol

Vitamina C mg 85 55
Tiamina mg 1.4 1.4
Riboflavina mg 1.4 1.4
Niacina mg 18 18
VitaminaB6 mg 1.9 1.9
Folatos μg 600 600
Vitamina B12 μg 2.6 2.6
Calcio mg 1000 1000 (tercer trimestre)
Suplemento 100 mg a partir de la segunda
Hierro mg 27
mitad del embarazo
Según biodisponibilidad de la dieta alta
Zinc mg 11
(5.5) media (7) baja (10)
Yodo μg 220 200
Sodio g 1.5 2.3

Fuente adaptado de Instituto de Medicina, Academia Nacional de Ciencias y Programa de alimenta-


ción y Nutrición, EE UU (DRI2001) Academia Nacional de Ciencias (2004) y FAO OMS (1998)

57
Proteínas
Las necesidades se incrementan fundamentalmente a partir del segundo tri-
mestre de gestación. La eficacia en la utilización de las proteínas en las embarazadas
es del 70% aproximadamente.
A partir del segundo trimestre de embarazo se recomienda aumentar las pro-
teínas en 25 gramos diarios a la recomendación habitual de una mujer no gestante.
Este valor se suele cubrir con un 12 a un 15% del porcentaje del Valor energético
total (VET) de la dieta.

Grasas
Los lípidos de la dieta de la mujer gestante están representados por un 20 a un
35% del VET. Es importante incluir ácidos grasos esenciales de la familia omega6
y omega3 que son fundamentales para el buen funcionamiento útero-placentario,
el desarrollo del sistema nervioso y la retina del feto durante el embarazo y del niño
durante la lactancia.
En los últimos años se ha aceptado que los ácidos grasos poliinsaturados de
cadena larga (LCP) derivados de la dieta y depósitos grasos maternos ejercen un pa-
pel clave en el desarrollo y crecimiento del feto. Los ácidos docosahexanoico(DHA)
y araquidónico (AA) son los LCP predominantes en el organismo y sirven como
componentes clave estructurales del cerebro.

Hidratos de Carbono
La glucosa es la fuente más importante de energía para el feto, constituyéndo-
se en aproximadamente el 90% de gasto calórico total. Por lo tanto, el metabolismo
de los hidratos de carbono en la madre durante la gestación es de una importancia
enorme, y responsable del incremento de peso fetal, un claro ejemplo de esta si-
tuación la constituyen las mujeres embarazadas que padecen diabetes gestacional,
la que impide la utilización tisular adecuada de la glucosa, y se vincula con niños
recién nacidos con peso por encima de lo esperado.

Vitaminas

«DJEPGØMJDP
Los folatos intervienen metabólicamente como coenzimas que auxilian en el
transporte de fragmentos de carbono individuales de una molécula a otra en el me-
tabolismo de los aminoácidos y de los ácidos nucleicos. Por lo tanto, son esenciales
para la síntesis de pirimidinas, purinas y, por lo tanto, de ADN y ARN, así como
de aminoácidos y neurotransmisores. Un contingente adecuado de folatos es muy
esencial para una multiplicación y crecimiento celular normales durante el embara-

58
zo. El consumo adecuado, sobre todo antes del embarazo y en los primeros meses
de gestación de ácido fólico previene defectos en el tubo neural, tales como espina
bífida o anencefalia.
Además, los requerimientos de esta vitamina se encuentran incrementados a
lo largo del segundo y tercer trimestre de gestación en respuesta a las demandas de
eritropoyesis materna y crecimiento feto-placentario. La deficiencia de ácido fólico
se relaciona con un aumento de la incidencia de malformaciones congénitas, abor-
tos espontáneos y complicaciones obstétricas.
La recomendación es incrementar la ingesta de esta vitamina a lo largo de
toda la edad fértil de la mujer. Especialmente se debe reforzar el aporte en aquellas
que fuman, consumen alcohol, consumen anticonceptivos o antiepilépticos porque
tienen mayor riesgo de padecer carencia de ácido fólico.

7JUBNJOB"
Es una vitamina necesaria para el crecimiento, la diferenciación celular y el
desarrollo normal del feto, sin embargo aquí resulta más importante evitar los exce-
sos. Si la mujer está bien nutrida las reservas que posee son suficientes.
La vitamina A preformada está presente de forma natural en productos de
origen animal y se añade a productos lácteos y derivados, margarinas y cereales
fortificados. El hígado es el alimento fuente más importante de esta vitamina. El
hábito de ingerir suplementos multivitamínicos y minerales durante la gestación in-
crementa notablemente el riesgo de ingerir cantidades de vitamina A superiores a las
10.000 UI/día. En 1990 el comité correspondiente de la IOM (Instituteof Medicine)
aconsejaba no ingerir ningún suplemento de vitamina A de forma sistemática y solo
en casos especiales se haría de forma individualizada. Por lo tanto, se debe evaluar
la necesidad de suplementos vitamínicos recomendados a la gestante para evitar
riesgos innecesarios ya que dosis que superan el límite máximo aconsejado pueden
resultar adversas y provocar efectos teratogénicos en el feto.

7JUBNJOB#
La vitamina B6 en su forma activa, el fosfato de piridoxal, es un cofactor
esencial de varias funciones del sistema nervioso central. Afecta a la síntesis de los
neurotransmisores, la mielinización y la síntesis de los aminoácidos. A través de es-
tos mecanismos ejerce una acción sobre el comportamiento y los procesos de apren-
dizaje y de memorización.
El aumento de la ingesta proteica se acompaña de un incremento en las nece-
sidades de piridoxina. Se recomienda un aumento de 0.4 mg/día. Se han utilizado
también dosis extras de esta vitamina para el tratamiento de las náuseas y vómitos
durante el embarazo.

7JUBNJOB$
El ácido ascórbico (manifestación biológica de la forma activa de la vitamina
C) es un importante agente antioxidante. Su papel fundamental reside en actuar

59
favoreciendo la actuación de las hidroxilasas responsables de la hidroxilación de la
prolina y lisina. Las enzimas prolil y lisil hidroxilasas que catalizan estas reacciones
requieren hierro en forma ferrosa, y el ácido ascórbico es el agente disponible más
fácilmente y el reductor más eficaz para mantener el hierro en estado ferroso. Tam-
bién es muy importante para la captación del hierro circulante por la ferritina y su
liberación subsiguiente al citosol. Por lo tanto, interviene activamente en la gestión
de los depósitos tisulares de hierro. Otra de las funciones que se destaca es la de pro-
teger a la embarazada frente a la infección e indirectamente participa en la síntesis
del colágeno en el marco de la rotura prematura de las membrana.
Se recomienda 10 mg/día extras, necesidades que pueden verse incrementadas
si se trata de una embarazada que consume alcohol, que ingiere ácido acetilsalicílico
a diario, o fuma más de 20 cigarrillos diarios. Se reconoce el aporte de esta vitamina
para favorecer la absorción del hierro.

Minerales
$BMDJP
Durante la gestación se producen ajustes en el metabolismo del calcio, debido
a los ajustes hormonales. En esta etapa se acumulan en el organismo 30 gramos de
calcio, 25 gramos en el feto y el resto en el organismo materno como reserva para
el período de la lactancia. La mayor parte del crecimiento ocurre durante la última
etapa del embarazo, estimándose que en este trimestre se depositan unos 300 mg
diarios.
Para poder realizar este depósito el organismo recurre a diferentes mecanis-
mos, uno es el aumento en la absorción de calcio en el intestino. Se ha sugerido que
las concentraciones séricas elevadas de vitamina D serían las principales responsables
en el incremento de la absorción. El consumo óptimo de este mineral, cuyas necesi-
dades no se ven incrementadas salvo que se trate de una embarazada adolescente, se
logra con una dieta equilibrada que incorpore los alimentos fuentes. Un consumo
óptimo de calcio se relaciona con la prevención de la hipertensión arterial, reduce la
depresión postparto y mejora el nivel de calcio de la leche materna. FAO sugiere en
el último trimestre adicionar a la ingesta recomendada 200 mg extras
Al planificar la alimentación de la embarazada es importante tener en cuenta
que existen sustancias que facilitan la absorción de este mineral y otras que la obs-
taculizan.
Como facilitadores de la absorción de calcio recordemos que se encuentran la
vitamina D el medio ácido del estómago y la lactosa.
Como inhibidores se destacan el ácido oxálico, el ácido fítico, la fibra dieté-
tica, el fósforo en niveles que alteran la relación calcio / fósforo, los glucocorticoides
y la mala absorción de grasas. Es importante también tener en cuenta que existen
factores que pueden promover una pérdida inadecuada de calcio por orina como: las
xantinas contenidas en el té café o mate cuando se consumen en exceso el tabaco y
el alcohol, los glucocorticoides.

60
)JFSSP
El incremento en la volemia, en la irrigación materna que se produce durante
la gestación aumenta las necesidades de hierro. Las necesidades de la mujer están
muy ligadas a cómo llegan sus depósitos a esta etapa, un gran porcentaje llega con
niveles de hemoglobina por debajo de lo deseable, motivo por el cual podemos
observar que se recomienda la suplementación medicamentosa, sin embargo se su-
giere realizar una adecuada evaluación alimentaria antes de proceder a incorporar
suplementos.
Aquí se pueden observar factores facilitadores de la absorción como el factor
carneo, la vitamina C y el ph ácido gástrico y como inhibidores los fitatos, taninos,
proteínas vegetales y el calcio.

;JOD
Es un oligoelemento esencial para la organogénesis. La deficiencia de zinc se
ha asociado a retraso en el crecimiento intrauterino, malformaciones, parto prema-
turo o postmaduro, bajo peso al nacimiento, muerte perinatal y parto anormal con
distocia y ablación placentaria. Niveles elevados de zinc se han asociado a trastornos
del cierre del tubo neural y espina bífida, aunque esta asociación fue atribuida a tras-
tornos en el metabolismo del zinc o a una excesiva transferencia materno fetal más
que a una ingesta excesiva de zinc. Las mujeres vegetarianas, con adicción al alcohol,
adolescentes, con gestaciones múltiples, mujeres con trastornos en la absorción de
zinc y mujeres tratadas con diuréticos tienen un riesgo elevado de desarrollar una
deficiencia de zinc.
La cantidad diaria recomendada a lo largo de toda la gestación es de 11mg/día.

-PT OVUSJFOUFT DSÓUJDPT EVSBOUF FM FNCBSB[P TPO FM DBMDJP  FM IJFSSP Z FM
ÈDJEPGØMJDP1BSBRVFVOOVUSJFOUFTFDPOTJEFSFDSÓUJDPTFEFCFUFOFSFODVFOUB
MBEJTQPOJCJMJEBEFOFMNFEJPEPOEFWJWFMBNVKFS MBBDDFTJCJMJEBEZFMJNQBDUP
FOFMEFTBSSPMMPTBMVEBCMFEFMFNCBSB[P FTEFDJSOFDFTJEBEFTOVUSJDJPOBMFTJO-
DSFNFOUBEBT

Particularidades del embarazo múltiple

Durante los últimos años existe una mayor comprensión sobre los embarazos
múltiples (gemelar, mellizos etc) y junto con el avance y desarrollo de la fertilización
asistida se observa con mayor frecuencia este tipo de embarazos.
El crecimiento de más de un feto intraútero representa un esfuerzo metabóli-
co excepcional para la futura madre. Los requerimientos estarán aumentados y esto
se traduce en la necesidad de adaptar la dieta a esta situación
Básicamente al planificar la dieta de una mujer con embarazo gemelar se de-
berá tener como pilares:
t Minimizar las intolerancias alimentarias: es común encontrar en estas

61
mujeres acidez, reflujo, constipación e intolerancias alimentarias con ma-
yor frecuencia que en la embarazada de feto único. La escasa capacidad
gástrica provocada por el aumento del útero hace necesario promover una
dieta fraccionada en seis o más comidas, en pequeños volúmenes respe-
tando la tolerancia de la paciente.
t Adaptar las recomendaciones nutricionales a las posibilidades maternas:
si bien no existen recomendaciones para embarazos gemelares sí existen
sugerencias acerca de las calorías que se deberían adicionar, que se estima
al recomendado sumar 150 Kcal por cada niño más. El calcio se deberá
cubrir entre 1500 y 2000 mg diarios. Por otro lado se recomienda ajustar
el aporte de hierro, ya que son mujeres proclives a padecer anemia, aun-
que no hay requerimientos explícitos.
t Evaluar permanentemente el incremento de peso materno: no existen grá-
ficas que evalúen el incremento de peso en embarazos de varios fetos. En
general se acepta una ganancia de peso entre los 16 y 20 kg en embarazos
dobles y de 23 kg en un embarazo de trillizos. En base a estas estimaciones
la pretensión que se plantea es que el aumento semanal desde el segundo
semestre debe ser alrededor de 700 g. En el embarazo triple el aumento
de peso es similar al doble pero se inicia en la semana doce de gestación.

Selección Alimentaria

Acerca de la selección alimentaria es importante recordar que se deben incor-


porar en cantidades suficientes los alimentos que contengan los nutrientes críticos,
por lo tanto lácteos y derivados como fuente de calcio, carnes blancas y rojas como
fuente de hierro, hígado, cereales integrales, algunos vegetales y frutas ricas en ácido
fólico y pescados o aceites como el de canola fuente de omega 3 y 6 será conveniente
que estén presentes en la dieta de la embarazada.
Respecto a los FEVMDPSBOUFTOPDBMØSJDPT los considerados actualmente segu-
ros para el uso en embarazadas son: aspartame, acesulfame-K, sucralosa y neotame
siempre que se consuman dentro de los niveles fijados en la Ingesta Dietética Ade-
cuada.
Las bebidas alcohólicas no están aconsejadas durante el embarazo, ya que el
consumo excesivo tiene efectos sobre el feto. Por otro lado, las mujeres suelen sub-
estimar la ingesta, por tal motivo se aconseja suprimir su consumo en el embarazo.
En cuanto al consumo de café cabe destacar que la cafeína atraviesa la placenta
y puede alterar la frecuencia cardíaca del feto. Se aconseja limitar el consumo de
cafeína presente en el café en el té como teína y en algunas bebidas gaseosas.

62
Complicaciones del embarazo relacionadas a los tiempos de la
nutrición

Las complicaciones más comunes durante el embarazo son las náuseas, los
vómitos la constipación y las hemorroides. Se ha incluido en este capítulo algunos
aspectos de la salud bucal, ya que la boca constituye el primer órgano involucrado
en los tiempos de la nutrición y su atención resulta indispensable para evitar que las
particularidades de esta etapa vital que pueden ser complicaciones se transformen
en una enfermedad.
A continuación se realiza una breve descripción de estas complicaciones y el
abordaje sanitario recomendado así como los aspectos alimentarios-nutricionales
vinculados.

t Náuseas y vómitos

Durante el primer trimestre del embarazo es muy común la aparición de estas


complicaciones.
El vómito puede recibir también el nombre de emesis cuando es ocasional y
no afecta el estado general de la embarazada.
Las causas de las náuseas y vómitos son atribuidos a distintos factores:
t Psíquicas: originadas por el temor al embarazo y parto o rechazo al mis-
mo
t Hormonales: por la mayor concentración de gonadotrofinas, estrógenos,
y progesterona que pueden ocasionar hasta la semana décima del embara-
zo vómitos, luego las concentraciones de las mismas en sangre disminuyen
por lo que se atenúan estos síntomas.
t Mecánicas: la distensión del útero y las modificaciones del cuello uterino
originarían por vía refleja un efecto emético en la embarazada.
El tratamiento consiste fundamentalmente en ofrecer líquidos, evitar con-
dimentos picantes, suprimir alimentos ricos en grasas que retardan el tiempo de
evacuación gástrica, en el caso que no se toleren los líquidos se deberán ofrecer estos
espesados, con baja concentración osmótica. Las comidas deben ser fraccionadas en
seis o más comidas y de volumen menor a uno.

t Reflujo gastroesofágico

Este es expresado por las embarazadas como ardor en la boca del estómago
(pirosis), es característico del segundo y tercer trimestre de embarazo. Se produce
fundamentalmente por la horizontalización gástrica provocada por el aumento del
tamaño del útero, el enlentecimiento del vaciamiento gástrico y la relajación del
esfínter gastroesofágico.
Las medidas terapéuticos consisten en elevar la cabecera de la cama, evitar
comidas ricas en grasas, irritantes (condimentos picantes e infusiones), alcohol, ga-
seosas.
63
t Constipación

Durante el embarazo la constipación se torna una complicación muy fre-


cuente. Esta se produce por una compresión y desviación de rectosigmoide por
el desarrollo del útero, que por su disposición anatómica reduciría el rendimiento
mecánico de los músculos efectores de la pared abdominal y dorso que intervienen
en la defecación.
La progesterona libre actúa produciendo una relajación de la musculatura lisa
del útero (para retener el embrión-feto) esta hormona tiene un efecto sobre la mus-
culatura lisa del intestino grueso provocando hipofunción colónica.
La constipación aparece entre el segundo y tercer trimestre de gestación.
El tratamiento consiste fundamentalmente en el mantenimiento del hábito de
defecar respetando los horarios habituales, aumentar el consumo de fibras solubles e
insolubles, y el aporte de líquidos, fundamentalmente agua.

t Hemorroides

Son el resultado del crecimiento de los plexos vasculares hemorroidales ex-


ternos e internos; entre los factores que determinan el crecimiento progresivo de
las hemorroides y prolapso se incluyen el embarazo, el parto, la constipación y el
consumo deficitario de fibra en la dieta.
En el embarazo las hemorroides se producen por la hipertensión venosa que
sobre la vena cava inferior provoca el crecimiento uterino que a su vez conduce a un
mayor esfuerzo en el acto defecatorio, sin dejar de lado el efecto miorrelajante de la
hormona progesterona que acentúa el prolapso venoso a este nivel.
El tratamiento desde el punto de vista alimentario consiste, al igual que en la
constipación, en incrementar la ingesta de fibra y líquidos y el cuidado en el incre-
mento de peso materno.
Esta complicación se presenta entre el segundo y tercer trimestre de embarazo,
pudiendo haberse presentado antes de la gestación, pero que se ve agravada sensi-
blemente durante esta.

t Gingivitis y Embarazo

Durante el embarazo los factores hormonales, microbianos e inmunológicos


tienen influencia sobre los tejidos gingivales convirtiéndose en factores de riesgo que
pueden desencadenar procesos infecciosos.
La salud bucal de la madre tiene implicancias sobre el nacimiento del niño/a,
y la enfermedad periodontal definida como una infección de la encía y de los tejidos
de soporte dentario, ha sido asociada a parto prematuro, preclampsia y niños na-
cidos antes de término. Asimismo existen evidencias de que el aumento de la flora
cariogénica en la mujer/madre predispone al niño al desarrrollo temprano de caries.
Los estrógenos son considerados responsables de alteraciones en el aporte
sanguíneo localizado y la progesterona de estimular la producción de mediadores
64
inflamatorios.
Sin embargo, el embarazo por sí mismo no es un desencadenante de la gingi-
vitis si no se dan una serie de factores facilitadores, como una escasa o inadecuada
higiene oral, que puede ser provocada por la dificultad en realizar un cepillado ade-
cuado y por otro lado, la existencia de otros factores predisponentes.
Por este motivo todas las embarazadas deberían realizar una consulta odonto-
lógica en el segundo trimestre de gestación.

Bibliografía

Brown JE. Nutrición en las diferentes etapas de la vida. 2da. Edición Ed.Mc Graw Hill Interameri-
cana. 2006.
Cohen JT, Bellinger DC, Connor WE, Shaywitz BA.. Análisis cuantitativo del consumo pretanatal
de ácidos grasos poliinsaturados omega3 y el desarrollo cognitivo Am J.Prev Med. 2005
Nov; 20(4): 336-74
Decsi T. Koletzco B, Ácidos Grasos omega 3 y resultados en el embarazo. Curr Opin Clin Nutr
Metab Care. 2005 Mar; 8(2); 161-6
Guyton CG, Hall JE. Tratado de Fisiología Médica. 11ª Edición. Elsevier, 2006.
Hamaoui E, Hamaoui M. Nutritional assessment and support during pregnancy. Gastroenterol
Clin North Am 2003; 32: 59-121
Jackson AA, Robinson SM. Dietary guidelines for pregnancy: a review of current evidence. Public
Health Nutr 2001; 4: 625-30.
López L, Suarez M. Fundamentos de Nutrición Normal Cap. 14 Ed. El Ateneo 2002
O¨Donell A, Chevallier MC, La nutrición en el ciclo reproductivo: embarazo y lactancia. Boletín
CESNI vol. 6 1993
Rai, D, Stenson W. Manual of nutritional therapeutics. Segunda edición 1988 a Little Brown
Recommended Dietary Allowances, 10ª ed. Washington DC: National Academy Press;1989.
Tapia AS. Ácidos grasos omega 3 para la prevención y tratamiento de las depresiones en el em-
barazo y post parto. INTA. Lab de Gastroent.. Univ.Chile. Rev Chil Obtet Ginecol 2004;
69 (5); 399-403.
Uauy R, Átala E, Barrera C, Behnke E. Alimentación y Nutrición Durante el Embarazo. Chile
2002.

65
66
CAPÍTULO 4:
NUTRICION Y ALIMENTACIÓN DE LA MUJER POSTEMBARAZO

Mgter. María del Carmen Grande

El período postparto

Durante el embarazo la madre y el niño/a están íntimamente ligados, la pla-


centa es el órgano que se encarga de la transferencia de sustancias nutritivas, hor-
monas, factores inmunológicos e intercambio gaseoso al feto durante la gestación,
integrando ambos organismos.
El período postparto es un estado de transición desde la etapa de estrecha re-
lación que hay entre la madre y su hijo/a durante el embarazo, hacia un período de
mayor autonomía para ambos. En esta etapa se producirán cambios importantes en
la fisiología de la madre, hasta retomar de manera paulatina una condición semejan-
te a la que tenía antes de la gestación.
El período postparto incluye a la etapa de puerperio que se considera a la
etapa que abarca desde el nacimiento y hasta que transcurren cuarenta y cinco días
posteriores al parto. Esta etapa se la divide en:
t Puerperio inmediato: comprende las primeras veinticuatro horas poste-
riores al parto y transcurre habitualmente durante la internación. El con-
trol en esta instancia consiste en control de signos vitales: pulso, tensión
y temperatura; signos clínicos tales como: involución uterina y caracterís-
ticas de los loquios (pérdida hemática que se produce después del parto).
t Puerperio mediato: corresponde al período que transcurre entre los días
dos y el diez postparto. Esta etapa transcurre en general en el hogar, y
se caracteriza por instalación de la lactancia materna y mayor derrame
loquial.
t Puerperio alejado: comprende entre los días once y cuarenta y cinco pos-
tparto. Al finalizar esta etapa concluye la etapa de involución genital y
se alcanza el estado pregravídico. Si no hay lactancia aparece la primera
menstruación.

¿Cuánto dura el período postparto? No existe un consenso acerca del tiempo de

67
duración. La Dra. Soledad Díaz propone se defina en términos amplios a este perío-
do que incluya aspectos biológicos y psicosociales que lo caracterizan. Si bien, como
se explicó previamente, la madre experimenta la recuperación del aparato genital
en las primeras semanas, no pasa lo mismo con los aspectos fisiológicos, endocri-
nos y nutricionales. La lactancia materna será una de condiciones particulares que
definirán esta etapa al que se incorporan otros factores entre ellos los psicosociales
que analizaremos más adelante. Teniendo en cuenta los numerosos cambios que
se suceden en este período es oportuno considerar como postparto el tiempo que
transcurre desde el nacimiento del niño hasta que la mujer/madre recupera la condi-
ción endocrina y nutricional que tenía antes de embarazo y que en el niño finaliza la
etapa de transición con un alto grado de dependencia de la madre. Por lo tanto este
período es variable entre una mujer y otra y está condicionado fundamentalmente
por la duración de la Lactancia Materna. El período postparto que se prolonga en el
tiempo también se le asigna el nombre de puerperio tardío

Cambios fisiológicos de esta etapa

La madre y el niño siguen íntimamente unidos después del parto por medio
de la lactancia materna. La glándula mamaria reemplaza algunas de las funciones
que en el embarazo se llevaba a cabo por medio de la placenta, tales como: nutriti-
vas, inmunológicas y endocrinas.
Desde el punto de vista nutritivo la lactancia materna exclusiva es el alimento
por excelencia durante el primer semestre de la vida del niño, brindando un aporte
de macro y micronutrientes suficientes y apropiados a la maduración digesto-absor-
tiva y metabólica del lactante.
El organismo de la mujer tendrá diferentes adaptaciones que le permitan
mantener esta función sin alterar su estado nutricional. Respecto al peso corporal
la mujer retiene parte de la ganancia de peso que se produjo durante la gestación,
este depósito será importante para la lactancia materna y como factor protector del
estado nutricional materno, sobre todo cuando el incremento de peso de la mujer/
madre se produjo dentro de los parámetros deseados.
Durante los primeros días del período postparto los cambios endócrinos se
enmarcan en algunos hitos: la desaparición de la circulación materna de hormonas
como la progesterona que tiene importante impacto en la fisiología de la mujer, y se
producirán el incremento de otras hormonas involucradas en la lactancia materna:
como son la prolactina y la oxitocina, esta última además es responsable de estimular
las contracciones de la musculatura del útero permitiendo su involución para que
retome el volumen normal que corresponde al tamaño que poseía antes del emba-
razo.
El ovario está deprimido, ya que la hipófisis (glándula responsable de la regu-
lación de la función del ovario) no produce suficiente hormona luteinzante (LH) y
hormona folículo estimulante (FSH) para cumplir con su función. Esta inhibición

68
retrasa la primera ovulación entre cuatro y ocho semanas en las mujeres que no
amamantan y se extiende a meses en la mujer que amamanta.
Mientras dura la lactancia exclusiva, el estímulo de la succión será un factor
que inhibirá la función ovárica y la recuperación de la fertilidad. A medida que dis-
minuye la succión por la incorporación de líquidos, sucedáneos o por la inclusión
de la alimentación complementaria esto provocará que se reinicie la ovulación, la
menstruación y por ende la fertilidad.
Respecto al Sistema Inmune el parto estimula un estado proinflamatorio que
se atribuye presumiblemente al dolor, esfuerzo físico, y lesión tisular relacionados
con el parto. Las citocinas proinflamatorias también están vinculadas a la actividad
del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal y se han asociado a los trastornos del estado
de ánimo en mujeres no embarazadas. La interleucina-1ȕ, una potente citocina
proinflamatoria liberada por los leucocitos, se encuentra elevada en el primer mes
postparto. En un estudio transversal se midieron los niveles séricos de interferón Ȗ
o interleucina-10 y cortisol en mujeres en el postparto y fueron más bajos en aque-
llas que tenían síntomas depresivos, sugiriendo una respuesta hipotálamo-hipófisis-
adrenal hipoactiva y una respuesta inmune proinflamatoria mixta.

Cambios vinculados a aspectos psicológicos y sociales

Desde la perspectiva psicosocial, esta etapa representa un período difícil por


las demandas de cuidado del recién nacido, el deseo de cumplir con las funciones
maternales de la mejor manera posible (situación que compite con los otros roles
que desarrolla la mujer dentro y fuera del hogar) y las inseguridades acerca del cómo
deben cumplir el rol materno, sobre todo se trata de un primer hijo.
A partir del nacimiento de un hijo la vida de la mujer cambia profundamente.
Su relación con la pareja ya no vuelve a ser la misma a antes de la incorporación
de un niño/a a la vida de ambos y la pareja en este sentido deberá asumir nuevas
responsabilidades.
Los importantes cambios que se producen a nivel emocional tienden a hacer
que la mujer/madre centre su atención en el recién nacido. Es una etapa de gran
vulnerabilidad emocional y psíquica, motivo por el cual deben prestarle particular
atención tanto la familia como los equipos de salud. Un problema no menos común
es la depresión postparto (DPP) que debe tratarse de manera precoz y oportuna.
Actualmente no es posible distinguir una causa única que explique la ocurren-
cia de la DPP, lo que sostiene su etiología multifactorial. Entre los factores de ries-
go de mayor asociación se destacan los antecedentes personales de la mujer/madre
relacionados a baja autoestima, depresión y depresión postparto previa, relaciones
maritales dificultosas, redes de apoyo insuficientes y en particular, cuadros ansiosos,
depresivos y de estrés durante el embarazo.
Dentro de los factores biológicos al que se asigna responsabilidad sobre la
DPP uno corresponde al detallado previamente respecto al sistema inmune.

69
Otra de las hipótesis de origen orgánico asociadas al desarrollo de DPP se re-
laciona con los niveles séricos de triptófano, los que se encuentran más bajos al final
del embarazo e inicio del puerperio al compararlos con las mujeres no embarazadas.
El triptófano es precursor de serotonina, neurotransmisor involucrado en la etiopa-
togenia de estos trastornos. Entre el primer y segundo día postparto en las mujeres
se observa elevación del triptófano sérico como mecanismo natural de compensa-
ción, lo que no ocurriría en quienes desarrollan un cuadro depresivo puerperal.
Los factores sociales también se incluyen en esta mirada multifactorial de la
DPP. La construcción social (enfoque de género) del ser madre influye en las expec-
tativas que la propia mujer tiene de este rol. Una buena madre debe ser abnegada,
sacrificada, etc. y, a su vez, deberá seguir cumpliendo el rol de buena pareja o esposa.
La transición de ser madre que ocurre en período postparto es de importancia
vital para ella, para su autoestima, su satisfacción personal y la construcción de una
identidad positiva de sí misma. Esto favorecerá el modo de cuidar al niño, interpre-
tar el llanto, el cómo amamantar, cómo cuidarlo cuando enferma etc.
La lactancia materna puede en estos casos ser un factor protector para la mu-
jer/madre si esta interpreta la lactancia exitosa como un logro. Provoca en la mujer
sentimientos de satisfacción personal, incrementa su autoestima y autoaprobación.
Desde el punto de vista el entorno social también tendrá un reconocimiento basado
en el logro de una lactancia materna eficaz, sobre todo entre las clases sociales de
menor acceso económico, provocando un reconocimiento de su rol. Sin embargo no
siempre es vivido por la mujer con sentimientos gratificantes y la lactancia materna
puede en estos casos profundizar la DPP por lo que se aconseja suspenderla.
La relación de pareja puede cambiar especialmente después del primer parto,
en ocasiones aparecen celos por parte del padre quien reclama a la mujer atención.
En esta circunstancia es importante que la mujer/madre pueda involucrar a la pareja
en el cuidado del niño, en el juego, en la alimentación por ej. la mamá trabaja y se
extrae la leche que el papá esté a cargo de dar el biberón. Retomar la relación sexual
con la pareja puede ser difícil y es parte del reencuentro en esta nueva situación.
En esta etapa cambian las relaciones del grupo familiar, si hay otros hijos sue-
len reaccionar con celos, agresión, conductas regresivas o comportamientos anorma-
les. El apoyo y el afecto serán herramientas indispensables en esta etapa de la mujer
para recorrerla sin inconvenientes.

Prescripción alimentaria

Alimentación en la etapa postparto inmediato y mediato


Durante el proceso del parto normal se producen fuertes contracciones y
gran esfuerzo de la mujer para que se produzca la expulsión del niño. Esto provoca
pérdidas importantes de energía y líquidos. De acuerdo al tiempo de duración del
trabajo de parto y tratamiento médico indicado será la prescripción alimentaria en

70
la etapa siguiente.
En general una vez finalizado el parto normal la mujer siente un gran cansan-
cio inmediato, pero se recupera rápidamente si no se ha producido ningún incon-
veniente. Uno de los primeros requerimientos alimentarios que manifiesta es la sed.
Se evaluará la tolerancia de la mujer/madre y por otro lado si se ha utilizado algún
tipo de anestésicos deberá, conjuntamente con el resto del equipo, valorar el mo-
mento adecuado. La prueba de tolerancia se inicia con pequeños sorbos de agua y si
hay tolerancia, (esto quiere decir no hay presencia de náuseas, ni vómitos), se podrá
indicar líquidos sin inconvenientes para en pocas horas pasar a una dieta completa,
de acuerdo a las características de salud-enfermedad de la paciente.
Si el nacimiento se produce mediante cirugía (cesárea) la realimentación ten-
drá otras características. Después de la cirugía abdominal, en general se recomienda
que la paciente no ingiera líquidos ni alimentos durante un período específico o
hasta el retorno de la función intestinal demostrada por los ruidos intestinales pro-
pulsivos o el pasaje de flatos o heces.
Sin embargo, hay discrepancias acerca de esta práctica muy difundida. Algunas inves-
tigaciones (Kramer, 1996- Bennett 1999-Sellers 1993) recomiendan mantener una ayuno
de 12 a 24 horas postcirugía, luego iniciar dieta líquida de características livianas y luego
incluir alimentos sólidos con dieta liviana que evite la formación de flatos y acentúen la
constipación que se da en el puerperio inmediato y mediato, se deben evitar los alimentos
que provocan estos síntomas como coles, féculas, papa etc. Otros autores (Sweet 1997- Ga-
bbe 1996- Kruppel 1993) recomiendan iniciar de manera temprana la ingesta de líquidos
ligeros calientes dentro de la segunda hora de realizada la cesárea, si la paciente tolera,
ofrecer un régimen liviano con las mismas características descriptas. Si bien es cierto que el
tiempo de ayuno que pueda transcurrir nunca será un factor determinante de una malnu-
trición de la mujer/madre el objetivo es también lograr que se sienta confortada y a veces
estas prácticas de ayunos prolongados solo logran generar malestar o molestias en la mujer.

Alimentación en el postparto alejado y tardío

Valoración alimentaria nutricional de la mujer postparto


La determinación del estado nutricional basada en métodos antropométri-
cos, bioquímicos y alimentarios es fundamental para planificar la dieta de la mujer
postparto. Un estado nutricional caracterizado por carencias o excesos tiene impli-
cancias en la salud de la mujer/madre en primer término y en segundo lugar tiene
implicancias en la alimentación del niño. La Lactancia Materna requiere del orga-
nismo materno la disposición de reservas maternas suficientes para que en el proceso
de amamantamiento no sufra ningún tipo de déficit nutricional. Por otro lado la
recuperación del peso materno será uno de los indicadores valorados para intervenir
oportunamente desde las indicaciones alimentarias.
Luego de producido el parto se produce en la mujer un rápido descenso de

71
peso, fundamentalmente por el nacimiento del niño, la expulsión de la placenta y
por la pérdida de líquidos y loquios. El peso materno deberá tomarse transcurrido
las 48 o 72 horas postparto para identificar el peso real de la mujer. En esta instancia
se registran pérdidas de peso de alrededor de seis a siete kg. A continuación durante
los siguientes seis meses la disminución de peso continuará a un ritmo más lento.
En general se observa que transcurrido el primer año de vida del niño la mamá tiene
aún un peso residual que oscila entre uno y tres kg.
De manera óptima se espera que la retención de peso materno en la etapa
puerperio alejado sea de aproximadamente cuatro kg. En el transcurso del período
postparto este tejido será utilizado por el organismo como el sustrato energético
para facilitar la lactancia materna. Esta situación biológica nos hace pensar que si la
lactancia materna se recomienda como mínimo hasta los dos años de vida del niño
es posible esperar este tiempo para que la mujer/madre vuelva al peso corporal
previo al embarazo.
Sin embargo, paradójicamente, durante la etapa postparto suele darse un in-
cremento de peso. Existen varias hipótesis respecto a cuáles pueden ser las razones
pero aun no tiene una respuesta cierta. Los equipos de salud comienzan a invisibili-
zar a esta mujer y ella misma comienza a colocar ahora su interés en el recién nacido
que requiere, hasta su autonomía, del máximo cuidado.
Seguramente estos factores provocan conductas alimentarias que no resultan
las más adecuadas, por ejemplo picotear lo alimentos, no tener horarios para las co-
midas, o realizarlas de manera rápida, sin tener en cuenta la saciedad etc. Deberá el
profesional Nutricionista abordar esta temática, buscar el espacio para que la mujer-
madre plantee objetivos de autocuidado en su salud nutricional.
La pérdida de peso postparto es variable, pero se recomienda una pérdida de
no más de 500 g/mes. El amamantamiento suele ser una estrategia adecuada para
favorecer un descenso de peso materno siempre y cuando se realice con una dieta
equilibrada, es decir ni dietas restrictivas ni ayunos prolongados que puedan impac-
tar en la calidad de la leche.

Necesidades de Energía
Los requerimientos de energía en la nodriza han sido habitualmente estima-
dos añadiendo a los requerimientos de la mujer normal no embarazada, el costo del
volumen de leche producida.
Sin embargo al planificar el régimen alimentario de una mujer postparto se
deberá tener en cuenta además de si amamanta o no, cuál ha sido su estado nutri-
cional antes del embarazo, cuál ha sido el incremento de peso durante la gestación
para definir la recomendación de calorías totales.
Si la mujer madre amamanta, tiene un peso extra de cuatro kg. con respecto a
su peso preconcepcional normal. Con el fin de que se produzca un descenso paulati-
no de peso sin alterar el estado nutricional se recomienda incrementar 500 Calorías
a la correspondiente por edad, contextura y actividad física.

72
Pero si la mujer que dará el pecho al niño, con un peso preconcepcional nor-
mal no tiene un adecuado peso residual postparto es inferior a los 3 kg se indicará
una adición energética de aproximadamente 750 Kcal para lograr un adecuada lac-
tancia que no impacte en el estado nutricional de la mujer-madre.
Si el peso preconcepcional es excesivo, se aprovechará la etapa del amaman-
tamiento para promover un descenso de peso, por lo que no se realizará adición
calórica a la dieta normal.

Aportes de proteínas
El aporte proteico recomendado durante la lactancia es de 1,2 a 1.4 g/KKg/
día para cubrir las necesidades fisiológicas maternas, las de la lactancia materna y
balance nitrogenado.
Se estima que un incremento de 20 gramos a los valores normales diarios son
suficientes para satisfacer las demandas de esta etapa.

Calcio
El calcio, nutriente crítico, requiere un aporte diario de aproximadamente
1000 mg Este requerimiento está basado en una mujer normonutrida que amaman-
ta teniendo en cuenta que cada 100 ml de leche materna se pierde entre 28 a 34 mg.

Hierro
Las pérdidas de hierro en la leche materna son pequeñas, ya que esta vehicu-
liza pequeñas concentraciones de alta biodisponibilidad. Por otro lado si las reservas
maternas son adecuadas, frente a la amenorrea postparto no lo convierte en un nu-
triente crítico. RDA 9 mg/día.

Selección Alimentaria
Una de las particularidades fisiológicas durante el período postparto es la hi-
pomotilidad del tono gastrointestinal y de la pared abdominal, situación que se
revierte a partir de la segunda semana postparto (postparto mediato). La constipa-
ción suele presentarse como una complicación que se suma al estrés que provoca el
cuidado del niño en las primeras horas y días. Por este motivo se indica en esta etapa
un régimen alimentario que aporte alimentos ricos en fibras, crudas o cocidas, y
abundantes líquidos.
El calcio es primordial en la alimentación porque la madre, por la lactancia,
tiene una pérdida significativa del mineral y por ello debe consumir de 4 a 5 porcio-
nes de este a través de alimentos como leche, yogur, queso y otros que lo contengan.
Como parte de los procesos fisiológicos el aporte de vitamina D es indis-
pensable para la absorción de Calcio, por lo tanto la exposición solar es una de las
alternativas que se destacan por sus precursores en la piel que se activan a partir de la
acción de los rayo solares y por otro lado los alimentos que la contienen.
Consumir alimentos ricos en hierro como carnes de todo tipo (vacuna, por-
cina, aves y/o peces) legumbres ricas en este nutriente y sus combinaciones con
73
vitamina C y factor cárneo, será esencial debido a que el cuerpo de la mujer durante
el embarazo ha aportado, sobre todo durante el último trimestre de gestación, a la
formación de las reservas de hierro del niño. Luego, en el parto, la expulsión de pla-
centa, la pérdida de tejidos y loquios será otra de las situaciones biológicas en las que
se producen importantes pérdidas de hierro las necesidades se ven incrementadas.
Su consumo se debe complementar con alimentos ricos en vitamina C, la inclusión
de alimentos fuentes como cítricos, vegetales deberán ser incorporados para facilitar
su absorción.
El aporte de líquidos es fundamental porque mantiene la hidratación materna
y es parte constituyente de la leche de madre, se indicarán jugos naturales bajos en
azúcar, agua, caldos de verduras o frutas.

Período postparto, anticoncepción y Lactancia Materna

El período postparto está caracterizado por los cambios hormonales que pro-
vienen fundamentalmente de la práctica del amamantamiento. Por este motivo
abordaremos los efectos de la Lactancia Materna exclusiva y amenorrea como uno
de los métodos de anticoncepción, al que se le asigna una efectividad del 98% para
evitar el embarazo en los primeros seis meses de vida del niño.
El mecanismo fisiológico por el que la amenorrea de la lactancia determina
infertilidad, no está totalmente claro y se estima que:
t El retorno de la ovulación durante la lactancia exclusiva ocurre hacia la 34
semana postparto
t La alimentación suplementaria al lactante disminuye la frecuencia y du-
ración de las mamadas
t La mayor frecuencia y duración de las mamadas prolonga el período ano-
vulatorio
t La concentración de prolactina se correlaciona significativamente con la
frecuencia de las mamadas
t Existe una reducción en la amplitud y frecuencia de la actividad pulsátil
de la hormona Luteinizante durante la inactividad ovárica de la lactancia
t No hay cambios en la concentración de hormona Luteinizante en el pe-
ríodo precedente al retorno de la actividad ovárica en el postparto
t La succión podría aumentar los niveles de prolactina debido al marcado
aumento de la sensibilidad de la areola, del pezón y de la piel de la mama
luego del parto.

Los estímulos aferentes de la succión llegan al hipotálamo produciendo las


siguientes respuestas:
t Descarga de oxitocina (reflejo eyecto-lácteo)
t Inhibición de descarga de dopamina por el hipotálamo aumentando la
producción hipoficiaria de prolactina

74
t Bloqueo de la retroalimentación positiva de los estrógenos sobre hipotála-
mo-hipófisis que determina la descarga de hormona Luteinizante.
t Inhibición de la secreción pulsátil de hormona Luteinizante

Estas respuestas hipotalámicas a la succión de areola y pezón determinan au-


sencia del desarrollo folicular, lo que hace resaltar la importancia de la frecuencia y
duración de las mamadas sobre el período de infertilidad postparto (no menos de
siete mamadas ni menos de 120 minutos al día) posponiendo al máximo la alimen-
tación con sucedáneos.

El rol del Equipo de Salud y del Profesional Nutricionista como parte de él,
será acompañar y atender las particularidades que desde el Estado Nutricional hasta
los modos de Alimentarse se planteen en cada mujer/madre, brindando la conten-
ción, atención y asistencia necesaria.

Bibliografía

Aguilar A.M. Requerimientos Nutricionales de la mujer lactante. Rev. Soc.Bol.Ped.1992 31:3 1992
Bolivia.
Alvarado R, Peruca E, Rojas M, Vera A, Olea E, Monardes J, Neves E: Cuadros depresivos en el
embarazo y variables asociadas. Rev Chil Obstet Ginecol 58:135-141, 1993.
Alvarado R, Zepeda A, Rivero S, Rico N, López S, Díaz S. Integrated maternal and infant health
care in the postpartum period in a poor neighborhood in Santiago, Chile. Stud. Fam.
Plann. 30:133-141, 1999.
Bennett VR, Brown LK. Myles textbook for midwives. 13th Edition. Toronto: Churchill Livings-
tone, 1999.
Diaz, S El patrón de la reproducción humana y los cambios en las funciones que desempeña la
mujer. Revista Chilena de Nutrición, Suplemento Lactancia Materna: Desafíos futuros 8-13
1998
Diaz, S., El período pos-parto. Instituto Chileno de Medicina Reproductiva. Chile
Dois Castellón Angelina. Actualizaciones en depresión posparto. Rev Cubana Obstet Ginecol  [re-
vista en la Internet]. 2012  Dic [citado  2014  Mayo  26] ;  38(4): . Disponible en: http://
scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0138-600X2012000400016&lng=es.
Issler J.R., Cassella C.A., Gomez V.G. Maidana Roa D.J. Lactancia Materna. Revista de pos grado
de la Cátedra Via Medicina. Facultad de Medicina UNNE. Octubre 2000
Knuppel RA, Drukker JE. High risk pregnancy: a team approach. 2nd Edition. London: WB
Saunders Company, 1993
Kramer RL, Van Someren JK, Qualls CR, Curet LB. Postoperative management of cesarean
patients: the effect of immediate feeding on the incidence of ileus. Obstetrics and Gyneco-
logy 1996;88:29-32.
Ministerio de Salud de la Nación. Propuesta normativa perinatal Tomo V. Atención del Puerperio y
Prevención de las Secuelas Invalidantes del Posparto. Buenos Aires, febrero 1997
O*Donell A., Chevalier. Nutrición y Ciclo Reproductivo. Boletín CESNI. Vol 8 Agosto 1999.
Argentina
Yonkers et al Estado de Ánimo en Mujeres durante el Embarazo y Postparto © 2011 The Ameri-
can College of Obstetricians and Gynecologists (Obstet Gynecol 2011;117:961–77) www.
greenjournal.org

75
CAPÍTULO 5:
CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL NIÑO SANO

Lic. María Dolores Román

Introducción

El crecimiento y desarrollo de un individuo son fenómenos continuos que


involucran cambios somáticos y funcionales. Dichos fenómenos se inician en el
momento de la concepción y culminan al final de la pubertad, período durante el
cual se alcanza la madurez en sus aspectos físico, psicosocial y reproductivo. Esta
transformación involucra cambios en el tamaño, organización espacial y diferencia-
ción funcional de tejidos y órganos.
El término DSFDJNJFOUP es un proceso biológico determinado por el incre-
mento de la masa corporal debido al aumento del número y tamaño de las células,
así como también a la incorporación de nuevas moléculas al espacio extracelular.
En cambio, EFTBSSPMMPes un término que implica el progreso en el grado de
organización y complejidad de las estructuras somáticas junto con la adquisición de
nuevas funciones que pueden involucrar la esfera estructural, emocional o social.
De este modo, el crecimiento hace referencia a un fenómeno cuantitativo que
se mide en función del incremento de la masa a largo del tiempo, mientras que el
desarrollo es un fenómeno cualitativo que acompaña al crecimiento.
Los procesos de crecimiento y desarrollo son procesos simultáneos e inter-
dependientes. Ambos procesos presentan características comunes a todos los in-
dividuos de la misma especie, lo que los hace predecibles, sin embargo presentan
amplias diferencias entre los sujetos, dadas por el carácter individual del patrón de
crecimiento y desarrollo. Este patrón emerge de la interacción de factores genéticos
y ambientales, que establecen por una parte, el potencial del crecimiento y por otra
la magnitud en que este potencial se expresa. Si las condiciones de vida de un indivi-
duo (físicas, biológicas, nutricionales, psicosociales, etc.) son favorables, el potencial
genético de crecimiento y desarrollo podrá expresarse en forma completa. En caso
contrario, bajo condiciones ambientales desfavorables, el potencial genético se verá
limitado dependiendo de la intensidad y la persistencia del agente agresor.

77
Crecimiento
El crecimiento es un proceso de incremento de la masa de un ser vivo que
puede estudiarse a distintos niveles de organización.
Bioquímicamente, el crecimiento consiste en la síntesis de compuestos com-
plejos: proteínas, hidratos de carbono, lípidos, ácidos nucleicos, o más simples: mo-
léculas de bajo peso molecular y estructuras cristalinas.
Histológicamente, el crecimiento implica tres mecanismos fundamentales
que se manifiestan con diferente intensidad en cada período de la vida:
t Hiperplasia: es el aumento en el número de células que ocurre a través de
la multiplicación celular.
t Hipertrofia: es el incremento del volumen celular.
t Incorporación de nuevas moléculas al espacio extracelular.

Macroscópicamente, considerando el organismo en su conjunto, el creci-


miento implica un aumento de tamaño y la consecuente modificación de su forma.
De este modo el crecimiento puede estudiarse desde distintos planos:
t A nivel de los tejidos: por ejemplo el crecimiento de la piel para cubrir una
herida.
t A nivel de los órganos: considerando que cada órgano tiene su propio rit-
mo de crecimiento, así el cerebro y el resto de sistema nervioso central
crecen con rapidez en el período prenatal y hasta los seis años de la vida
postnatal. En cambio las gónadas (ovarios y testículos) y el útero crecen
francamente durante la pubertad.
t A nivel de la masa corporal total: evaluado principalmente a través de me-
diciones antropométricas. Así, el QFTP refleja la acumulación o el aumento
de los diferentes tejidos del organismo y la UBMMB mide casi exclusivamente
el tejido óseo, refleja el crecimiento global del niño.

Para que el complejo proceso del crecimiento pueda llevarse a cabo de manera
armónica, permitiendo a la célula inicial o cigoto transformarse progresivamente en
una mórula, un embrión, un feto, un niño y finalmente un adulto, el simple proceso
de aumento de volumen se acompaña de otros dos procesos denominados EJGFSFO-
DJBDJØO yNPSGPHÏOFTJT que determinan la regulación del tamaño y la forma final de
un individuo. Estos conceptos serán mejor detallados más adelante.

Desarrollo
Se denomina desarrollo al proceso por el cual los seres vivos logran mayor
capacidad funcional de sus tejidos, órganos y sistemas a través de los fenómenos
de maduración, diferenciación e integración de sus funciones. Se entiende por NB-
EVSBDJØO al nivel de desarrollo alcanzado en un momento dado. La maduración se
mide por la aparición de funciones nuevas (caminar, hablar, sostener la cabeza, etc.)
o eventos (aparición de un diente, menarca, etc.).
El desarrollo es un proceso expansivo en el que, a medida que el niño madura,

78
va conformando nuevas conductas y comportamientos en una constante interrela-
ción con el medio que lo rodea, en concordancia con sus posibilidades de realización.
Implica la integración de los cambios constitucionales y aprendidos que conforman
la personalidad del individuo. El “cambio” implica la transición de un estado a otro,
mientras que desarrollo se refiere a los elementos dinámicos y unidireccionales del
cambio; por lo tanto el desarrollo es un proceso y el cambio un producto.
Cada etapa del proceso evolutivo presenta comportamientos dominantes pero
no es estática sino que tiende a transformarse en la siguiente hasta alcanzar la forma
definitiva de equilibrio y madurez.
Podría definirse entonces al desarrollo como “un proceso dinámico de organiza-
ción sucesiva de funciones biológicas, psicológicas y sociales en compleja interacción, cuyas
constelaciones estructurales se modifican en un constante palpitar vital”

Factores que regulan el crecimiento y el desarrollo

El patrimonio hereditario de cada individuo establece un patrón de creci-


miento y desarrollo específico que puede ser modificado por factores extrínsecos, de
modo que en condiciones ambientales favorables, la curva de crecimiento refleja la
potencialidad genética, mientras que si se produce una situación adversa (Ej.: mal-
nutrición) esta repercute desfavorablemente en el crecimiento y desarrollo del indi-
viduo. La intensidad de la repuesta a una noxa es variable y depende del momento
en que ocurra, de su duración y de la capacidad del individuo de sobreponerse a la
agresión.
La influencia ambiental está determinada por diversos factores del entorno fí-
sico, psíquico y sociocultural de los individuos, siendo particularmente importantes
el nivel de educación e ingreso familiar, así como la composición y estabilidad de la
familia entre otros. Dentro de los factores ambientales, la alimentación y las enfer-
medades infectocontagiosas son factores de gran influencia en la población infantil
de las comunidades en desarrollo. Esto hace que la evaluación del crecimiento y
desarrollo sea un buen indicador de las condiciones de salud del individuo o grupo
poblacional evaluado.
En forma general, los factores que regulan el crecimiento pueden clasificarse
de la siguiente manera:

'BDUPSFTHFOÏUJDPTla regulación del crecimiento es poligénica, es decir que


existen diversos genes que controlan cada período de crecimiento. Estos genes tie-
nen que ver con la síntesis y secreción de hormonas y factores de crecimiento, así
como la síntesis de las moléculas que forman parte de las matrices extracelulares de
los órganos diana, cartílago y hueso fundamentalmente. Permiten además, la expre-
sión de las variaciones existentes entre ambos sexos e incluso entre individuos del
mismo sexo en cuanto a las características diferenciales de los procesos madurativos.

79
'BDUPSFTIPNFPTUÈUJDPTLa homeostasis del medio interno, manteniendo un
adecuado medio pericelular es fundamental para la expresión de la capacidad gené-
tica del crecimiento. La homeostasis implica facilitar la llegada de nutrientes a las
células y la eliminación de los productos de desecho del metabolismo celular. La
integridad de las funciones hepática, hematopoyética, cardíaca, circulatoria, respira-
toria y renal son fundamentales para mantener la homeostasis del organismo.

Factores hormonales: El rol de las distintas hormonas sobre el crecimiento es


diferente según se trate de crecimiento pre o postnatal. En el crecimiento prena-
tal influyen preponderantemente insulina, somatomedinas, lactógeno placentario
y numerosos factores locales de crecimiento tisular.  La hormona del crecimiento,
las hormonas tiroideas y la vitamina D ejercen su acción durante toda la infancia y
la adolescencia mientras que los esteroides gonadales manifiestan sus efectos funda-
mentalmente durante el desarrollo puberal.
t Los factores tisulares de crecimiento parecidos a la insulina (IGFs) son pép-
tidos de estructura similar a la insulina, también llamados somatomedi-
nas por ser mediadores de la somatotropina u hormona del crecimiento
(GH). Los IGFs, cuya biosíntesis depende de la GH, la insulina y el es-
tado nutricional, ejercen su acción en varios tipos de células a través de
mecanismos autócrinos, parácrinos y endócrinos. Tienen la propiedad de
favorecer la multiplicación y diferenciación celular, regular el metabolis-
mo del cartílago de crecimiento y del hueso y promover el crecimiento y
funcionamiento del músculo cardíaco.
t La somatotrofina coriónica o lactógeno placentario (HPL) es secretada por
la placenta materna, influyendo principalmente en su función nutritiva,
de donde deriva su acción en el crecimiento fetal. Además, la placenta
tendría un papel generador de factores de crecimiento.
t Si bien la insulina en el niño y en el adulto regula fundamentalmente el
metabolismo de la glucosa, en la vida fetal tiene una importante acción
sobre el crecimiento, ya que de esta hormona depende el crecimiento ce-
lular después de las treinta semanas de gestación.
t La hormona del crecimiento (GH) es uno de los agentes más importantes
de la regulación del crecimiento postnatal. Los receptores de esta hormo-
na están distribuidos en todos los tejidos del organismo. En sus células
diana ejerce efectos estimuladores del metabolismo y la multiplicación
celular. La síntesis de la GH es regulada por las hormonas tiroideas, los
glucocorticoides, el factor hipotalámico liberador de GH (GHRF), los
esteroides gonadales y por el estado nutricional. Su secreción se realiza
en forma episódica, siendo estimulada por el GHRF e inhibida por la
somatostatina.
t Las hormonas tiroideas regulan la síntesis hipofisaria de GH y facilitan el
proceso de mineralización del cartílago de crecimiento. Son sintetizadas
por la glándula tiroides, circulan en el plasma en forma de T3 y T4 uni-
das a la albúmina y a una proteína de transporte específica para unirse a
80
los receptores nucleares de las células diana. Allí actúa a nivel genómico
regulando múltiples funciones metabólicas como la regulación del gasto y
consumo energético celular.
t Los metabolitos de la vitamina D constituyen un conjunto de hormonas
cuya forma activa es 1-25 OH2 vitamina D. Promueven el crecimiento
favoreciendo la absorción intestinal de calcio y fósforo y proporcionando
los nutrientes necesarios para la mineralización del cartílago de crecimien-
to, para el crecimiento de los huesos y la renovación de la matriz extrace-
lular del hueso. Además en el frente de mineralización y en el hueso ejerce
una acción directa sobre los condorcitos y osteoblastos.
t Los esteroides gonadales, testosterona en el varón y estradiol en la mujer,
son sintetizados y secretados por los testículos y los ovarios respectiva-
mente. Son hormonas de acción anabólica en tejidos adiposo, muscular
y óseo. Durante el desarrollo prepuberal no parecen ejercer acciones rele-
vantes en el crecimiento, sin embargo son agentes muy importantes en la
regulación del brote de crecimiento puberal momento en que juegan un
papel fundamental regulando el crecimiento longitudinal, el cambio de
las proporciones corporales, la distribución grasa y el desarrollo muscular
característicos de esta edad. Son responsables además de la aparición de
caracteres sexuales secundarios y del cierre de los cartílagos de crecimien-
to. Durante este período tienen una acción sinérgica con la GH, poten-
ciando la acción de IGF-1 sobre el cartílago de crecimiento.

'BDUPSFTBMJNFOUBSJPOVUSJDJPOBMFT la nutrición es sin duda uno de los fac-


tores más importantes en la regulación del crecimiento. Actúa sobre el crecimiento
directamente aportando el sustrato energético y los elementos plásticos necesarios
para la síntesis y el depósito de nuevos tejidos e indirectamente modulando la se-
creción de hormonas y factores de crecimiento. Las necesidades energéticas varían
en relación al ritmo de crecimiento, son muy importantes en el primer año de vida,
cuando el ritmo de crecimiento es mayor, se estabilizan en la edad preescolar y
escolar y vuelven a incrementarse durante el desarrollo puberal. Se estima que las
necesidades energéticas necesarias para el crecimiento normal pueden representar
entre un 25-30% del total de las calorías ingeridas durante los tres primeros años de
vida y un 15% en edades posteriores.

'BDUPSFTTPDJPFDPOØNJDPT esta asociación involucra múltiples aspectos como


la accesibilidad a los alimentos, a la atención médica oportuna, a la educación, y
otros factores relacionados a la higiene del ambiente físico que rodea al individuo.
La pertenencia a una condición socioeconómica u otra determina una serie de há-
bitos y comportamientos de gran influencia sobre la salud de los miembros de la
familia. El estilo de vida, así como también las prácticas higiénicas familiares, se vin-
cula con la educación materna, con sus hábitos y costumbres. La madre contribuye
con su presencia no sólo a la alimentación y por tanto a la supervivencia del niño,
sino que es fundamental para el desarrollo durante los primeros años de vida, siendo
81
el eje central en la salud de sus hijos. La disminución de la mortalidad infantil en
las últimas décadas puede ser atribuida a un mejor nivel educativo de la madre que
favorece el cuidado y desarrollo del niño.

Factores psicoemocionales: se relacionan con la importancia de proporcio-


nar al niño un ambiente psicoafectivo adecuado desde su nacimiento y a lo largo del
crecimiento. La carencia afectiva también está asociada, entre otras manifestaciones,
a la detención del crecimiento. Para alcanzar su potencial, los niños de corta edad
deben pasar tiempo en un entorno afectuoso y receptivo en el que no sufran aban-
dono ni castigos o muestras de desaprobación inadecuados. El cuidado del niño tie-
ne un efecto importante sobre su bienestar psíquico y emocional, siendo los padres
y el entorno familiar fundamentales para la socialización y el desarrollo intelectual
de los niños.
Resulta muy difícil separar las consecuencias de la carencia afectiva de las
alteraciones dependientes de la malnutrición, ya que la privación psicosocial suele
acompañarse de carencias nutricionales, infecciones crónicas o recidivantes, bajo ni-
vel cultural y de otros factores que inciden negativamente en la población infantil de
los países en desarrollo o de áreas marginales de países industrializados. A pesar de
las dificultades para aislar estos factores, hoy parece probado que la privación social
y afectiva es capaz de originar un hipocrecimiento debido a la disminución transito-
ria de la secreción de la hormona del crecimiento, que se corrige espontáneamente
cuando se separa al niño del ambiente hostil. Los niveles altos de adversidad y estrés
durante la primera infancia pueden aumentar el riesgo de enfermedades relaciona-
das con el estrés y de problemas de aprendizaje hasta bien avanzada la edad adulta.

Períodos de crecimiento y desarrollo

t Períodos de crecimiento prenatales

El período prenatal es un intervalo relativamente corto en el que acontecen


hechos biológicamente trascendentales que permiten la formación de un organismo
complejo a partir de una célula. Como se mencionó con anterioridad existen dos
procesos fundamentales que regulan la organización y función de las células deriva-
das del cigoto: -BEJGFSFODJBDJØOZMBNPSGPHÏOFTJT
La EJGFSFODJBDJØO permite que a partir del primitivo óvulo fecundado, cé-
lula pluripotente e indiferenciada, se generen células especializadas que se agrupan
posteriormente según sus características para formar los distintos tejidos y órganos.
Durante la mitosis, cada célula hija hereda la misma información genética que
su progenitora. La diversidad estructural y funcional de las células podría explicarse
por alguna forma de activación diferencial de determinados genes que permite a
cada célula dirigir su propio metabolismo, sintetizar las moléculas que le resultan
necesarias y adaptar su estructura progresivamente a la función que llevará adelante.

82
La NPSGPHÏOFTJT es el proceso de remodelación morfológica que sigue a la dife-
renciación. Se inicia con cambios estructurales de las células seguidos por la migración
y el agrupamiento celular, mitogénesis y apoptosis o muerte celular programada.
En el periodo prenatal se distinguen dos subperíodos: el periodo embrionario
y el periodo fetal.

t Período embrionario

Se extiende desde la fecundación hasta la semana doce de vida intrauterina.


Se caracteriza por una rápida multiplicación celular (hiperplasia), intensa diferencia-
ción celular y la formación acelerada de los diferentes órganos, conformando a gran
velocidad la mayoría de los rasgos anatómicos groseros de la forma humana aunque
con un escaso aumento del tamaño del embrión. Al llegar al final de esta etapa, pesa
alrededor de 14 g, y mide unos 7,5 cm de longitud.
En este período el embrión es muy sensible a cierto tipo de factores adversos
tales como radiaciones, drogas, alcohol, tóxicos ambientales y enfermedades infec-
ciosas como la rubéola, que por actuar durante este período, pueden afectar el de-
sarrollo de los órganos y producir malformaciones congénitas. Aunque este período
no es muy sensible a la desnutrición materna, sí cobra importancia la carencia de
nutrientes específicos como el ácido fólico y el yodo.

t Período fetal

Se extiende desde la semana trece hasta el término de la gestación y se carac-


teriza por una combinación de procesos hiperplásicos e hipertróficos celulares, por
medio de los cuales aumenta de tamaño los órganos ya formados.
A partir de la semana 28 el crecimiento del feto es muy acelerado hasta que, a
partir de la semana 38, disminuye el ritmo de crecimiento. Luego inicia el período
de aceleración postnatal. Como se ejemplifica en la Tabla 1, a medida que la gesta-
ción progresa, el porcentaje de incremento de peso corporal por día disminuye, en
tanto que aumenta el incremento en gramos por día.

Tabla 1. Velocidad de crecimiento en peso en diferentes momentos de la gestación y primeros meses


de vida postnatal

Incremento de peso Incremento de peso


Edad
por día (%) por día (g)

12 semanas de gestación 6,0 5


21 semanas de gestación 2,5 10
29 semanas de gestación 1,6 20
37 semanas de gestación 1,3 35
1 semana de vida postnatal 0,8 30-35
6 meses de vida postnatal 0,25 20

83
En este período, ciertas enfermedades maternas (como la diabetes y la hiper-
tensión) pueden afectar el crecimiento fetal. Las carencias nutricionales también
adquieren importancia en esta etapa, siendo particularmente importante el hierro ya
que es en el último trimestre de gestación cuando el hierro materno es incorporado
por el feto para formar sus propias reservas que mantendrá durante los primeros
meses de vida extrauterina.

t Períodos de crecimiento postnatal

Luego del nacimiento, la velocidad de crecimiento y el avance madurativo


no siguen una marcha uniforme, se pueden determinar 3 períodos: el período de
crecimiento acelerado de la lactancia, el período de crecimiento estable de la etapa
preescolar y escolar y el período de aceleración del crecimiento de la etapa puberal.

t Período de lactancia

Abarca desde el nacimiento hasta los dos años de edad y se caracteriza por un
crecimiento rápido, aunque con una notable desaceleración en relación al período
anterior. Dentro de esta etapa pueden diferenciarse:

t El QFSÓPEPOFPOBUBM Desde el nacimiento hasta los 28 días de vida ex-


trauterina, es un momento clave en el desarrollo en el cual un organismo
acostumbrado al suministro continuo de nutrientes transplacentarios,
debe adaptarse bruscamente al aporte discontinuo que significa la alimen-
tación extrauterina.

t El QFSÓPEPEFMBDUBODJBIncluye a los niños mayores de 28 días hasta los


2 años. A su vez puede dividirse en dos subperiodos.
o Lactante menor (desde los 29 días de nacido hasta los 12 meses de edad).
o Lactante mayor (desde los 12 meses de edad hasta los 24 meses de edad).

En esta etapa ocurren cambios importantes como la sustitución del mecanis-


mo autócrino-parácrino del período fetal por la regulación endocrina en la que la
hormona hipofisaria del crecimiento adquiere un papel destacado a partir del sexto
mes. Además, al nacer, el patrón de crecimiento que estaba condicionado por el
fenotipo materno, se sitúa definitivamente en el canal correspondiente al genotipo
del niño.
Durante el período de lactancia el índice de crecimiento es muy elevado, el
lactante normal duplica su peso de nacimiento al cuarto mes y lo triplica al año de
vida. En este mismo tiempo su talla aumenta cerca del 50% y la circunferencia cra-
neana un 33% acompañada de un aumento considerable de la capacidad cerebral.
Los cambios que se producen en el peso y la talla ocurren a la par de otros cambios
en los parámetros antropométricos, como el aumento de la grasa corporal y la mo-

84
dificación de las proporciones corporales, con aumento progresivo del segmento
inferior debido al crecimiento rápido de los miembros.
Los primeros dos años de vida se caracterizan además por ser el período de
desarrollo cerebral más intenso de toda la vida, por lo tanto es fundamental propor-
cionar en esta etapa una estimulación y nutrición adecuadas para el desarrollo, ya
que es en estos años cuando el cerebro de un niño es más sensible a las influencias
del entorno exterior. Un rápido desarrollo cerebral afecta al desarrollo cognitivo,
social y emocional que ayuda a garantizar que cada niño alcance su potencial y se
integre como parte productiva en una sociedad mundial en rápido cambio. Cuanto
más estimulante sea el entorno en la primera infancia, mayor será el desarrollo y el
aprendizaje del niño.

t Período de crecimiento estable

Comprende el período preescolar y escolar, extendiéndose desde los dos años


hasta el comienzo de la edad puberal. En esta etapa, la velocidad de crecimiento
se mantiene constante, la talla aumenta aproximadamente 5 a 7 cm por año y sus
incrementos tienden a disminuir hasta que se inicia el estirón puberal. Sin embargo,
desde el punto de vista del desarrollo se producen cambios importantes en la mo-
tilidad fina y la adquisición de conocimientos que posibilitan la integración social
del individuo. Este período será más profundamente tratado en la Unidad N° 10 de
este manual.

t Empuje puberal y adolescencia

La pubertad se caracteriza por grandes cambios somáticos y emocionales que


coinciden con el proceso de maduración sexual. En esta etapa coexisten el elevado
ritmo de crecimiento y los importantes cambios madurativos que culminan con la
consecución de la talla adulta, el dimorfismo sexual y el logro de la capacidad repro-
ductiva. Es un período de rápidas transformaciones que en las niñas alcanzan en pro-
medio, su máxima velocidad de crecimiento alrededor de los 12 años y en los varones
a los 14 años. Este período será más profundamente tratado en la Unidad N°11.

Períodos críticos del crecimiento y desarrollo

Se denomina iQFSÓPEPTDSÓUJDPTEFMEFTBSSPMMPw aquellos durante los cuales se


producen cambios estructurales y funcionales importantes, siendo estos los momen-
tos de mayor vulnerabilidad frente a carencias y/o injurias. El patrón genético esta-
blece en forma muy precisa la secuencia y los tiempos en que determinados procesos
deben ocurrir, de modo que si alguna noxa actúa en estos períodos, impidiendo que
un evento ocurra en los plazos establecidos, puede producir un trastorno definitivo
del crecimiento y/o desarrollo. La misma noxa actuando en otro momento del de-

85
sarrollo puede no producir alteración o ser esta reversible. De acuerdo a lo expuesto
anteriormente pueden establecerse como períodos críticos a todo el QFSÓPEPJOUSBV-
UFSJOP, el QFSÓPEPOFPOBUBM, el QFSÓPEPEFMBDUBODJB y la BEPMFTDFODJB.

Crecimiento compensatorio

El crecimiento compensatorio es la aceleración del crecimiento que ocurre


en niños que han tenido retraso del crecimiento por alguna causa, una vez que esa
causa desaparece, llevando así a la recuperación del crecimiento perdido. Consiste
en una aceleración brusca de la velocidad de crecimiento, seguida de una lenta des-
aceleración, que termina en una velocidad normal, cuando el niño ha recuperado
su tamaño normal. El crecimiento compensatorio es un fenómeno biológico que
se presenta en todos los mamíferos. En el ser humano es muy frecuente y puede
comprobarse a través de mediciones periódicas y regulares a lo largo de la vida del
niño. Puede ocurrir tanto en la talla como en el peso o en otras mediciones. En el
peso es frecuente observarlo luego de enfermedades agudas (diarreas, infecciones
virales del árbol respiratorio, etc.) o de problemas ambientales (conflictos familiares,
mudanzas, privación psicoafectiva, abandono, etc.). Los mecanismos íntimos que
producen el crecimiento compensatorio no son bien conocidos, pero lo cierto es que
no está mediatizado por factores hormonales. Algunos piensan que no es necesario
recurrir a explicaciones complejas y que el fenómeno se explica simplemente sobre
la base del impulso genético de crecimiento celular. También es posible observar
crecimiento compensatorio en la maduración psicomotriz. En efecto, por ejemplo,
luego de períodos de retraso madurativo producidos por privación materna, aban-
dono u otras injurias en el desarrollo del niño. Cuando se soluciona el problema es
común observar que el niño adquiere pautas madurativas a un ritmo más rápido que
el normal, hasta alcanzar un grado de desarrollo normal correspondiente a su edad.

Factores que Intervienen en el crecimiento compensatorio.


Las posibilidades de que un niño presente o no crecimiento compensatorio
luego de una injuria dependen de cuatro factores:

t La OBUVSBMF[BEFMEB×P: por ejemplo las infecciones graves son más lesi-


vas que las infecciones leves.
t La EVSBDJØOEFMEB×P: cuanto más prolongada sea la enfermedad o ca-
rencia, menores serán las posibilidades de presentar crecimiento compen-
satorio.
t La FEBEEFMOJ×P: si bien la injuria actúa en períodos críticos de riesgo,
es decir de alta velocidad de crecimiento, la posibilidad de crecimiento
compensatorio es menor cuanto mayor sea el niño.
t El QPUFODJBMJOEJWJEVBMFMOJ×P: el crecimiento está determinado por ca-
racterísticas individuales genéticas.

86
El fenómeno de crecimiento compensatorio ha sido llamado también canali-
zación del crecimiento, como si hubiera un impulso que frente a cada desviación de
la curva de crecimiento fuera de su canal normal, llevara al niño a recuperar el canal
que le corresponde. También ha sido llamado homeorrexis, que no es nada más que
la homeostasis, o sea la tendencia de los seres vivos a mantener el equilibrio de sus
constantes biológicas a lo largo del tiempo.

Tendencia secular del crecimiento


La tendencia secular del crecimiento se refiere a los cambios, de diversa ín-
dole, que ocurren en las características de este proceso en las poblaciones con el
transcurso del tiempo. Desde hace más de un siglo se ha venido observando que los
niños muestran una propensión a experimentar un crecimiento total más acelerado
y una adolescencia más temprana; esta tendencia continúa en el presente sin cesar,
en la mayoría de los países y sus causas no son conocidas exactamente aunque suele
señalarse, con razón considerable, que la mejor nutrición, los avances en las aten-
ciones de salud y la mejoría general de las condiciones ambientales son las causas de
este proceso. 

Evaluación del crecimiento

La evaluación del crecimiento del niño permite valorar la progresión de los


cambios que se producen en la configuración de su organismo. Dado que dichos
cambios están influenciados directamente por la nutrición, la valoración de éstos
constituye un índice del estado nutricional del niño.

Evaluación antropométrica
La evaluación antropométrica es el conjunto de mediciones corporales con
el que se determinan los diferentes niveles y grados de nutrición de un individuo
mediante parámetros antropométricos e índices derivados de la relación entre los
mismos. El peso, la talla y el perímetro cefálico entre otros, expresan el crecimiento
físico del niño.
La evaluación antropométrica consiste entonces en medir el peso, la talla,
tomar perímetros y pliegues cutáneos según las técnicas y normas existentes, cons-
truir índices y compararlos con una población de referencia e interpretar los datos
obtenidos según los puntos de corte establecidos.

Mediciones
t Peso corporal
El peso corporal es una medición global de la masa corporal total del niño,
tanto de su masa magra como tejido adiposo, huesos y otros componentes menores;

87
por lo tanto sus variaciones no informan sobre su naturaleza ya que pueden deberse
a pérdida de agua, grasa u otros componentes. De allí la importancia de relacionar
la evaluación de esta medida con otras medidas y con los datos del examen clínico.
Para medir el peso se utiliza una balanza de palanca dependiendo de la edad
del niño se utilizará para neonatos y lactantes la balanza para lactantes o la balanza
de pie para niños mayores. Los niños deben pesarse en lo posible sin ropa o descon-
tar su peso en la medición.

t Longitud corporal o talla


La longitud corporal o talla mide el crecimiento en altura del niño, valorando
la longitud del sistema esquelético. A diferencia del peso, sus cambios no se apre-
cian en períodos cortos. La longitud corporal o talla alcanzada por el niño refleja
su historia nutricional pasada, de modo que si el niño ha sufrido una desnutrición
prolongada, es posible que la detención del crecimiento se vea reflejado en una talla
menor de la esperada para su edad.
La elección de medir al niño de pie o en posición decúbito supino depende
de su edad y de cómo han sido medidos los niños del patrón de referencia que se va
a utilizar.
Para medir la longitud corporal del niño (niños de hasta cuatro años) se utiliza
una superficie horizontal dura que cuenta con una cinta métrica inextensible gra-
duada, una superficie vertical fija en el extremo donde comienza la cinta graduada
y una superficie vertical móvil que se desplaza horizontalmente manteniendo un
ángulo recto con la superficie horizontal. Se coloca al niño en posición decúbito
supino sobre la superficie horizontal con la ayuda de alguien que mantenga la cabeza
del niño en contacto con la superficie vertical fija. La cabeza debe mantenerse con
el plano de Frankfurt paralelo a la barra fija. El observador que mide al niño debe
estirar sus piernas, deslizar la barra móvil hasta que esté firmemente en contacto con
los talones y efectuar la lectura.
Para medir la talla o estatura (a partir de los dos años de edad) se utiliza una
superficie vertical rígida con una cinta graduada adherida, un piso en ángulo recto
con la superficie vertical, una superficie horizontal móvil de más de 6 cm de ancho
que se desplace verticalmente en ángulo recto con la superficie vertical. El niño se
mide de pie, sin calzado y sin medias, parado de tal modo que sus talones, glúteos
y cabeza estén en contacto con la superficie vertical. Los talones deben permanecer
juntos en contacto con el piso, las piernas bien extendidas, los hombros relajados,
ambos brazos a los costados del cuerpo y las manos sueltas y relajadas. La cabeza
se mantiene con el plano de Frankfurt paralelo al plano horizontal. Se pide al niño
que haga una inspiración profunda y mantenga la posición erguida, así, se desliza la
superficie horizontal móvil hacia abajo, hasta que tome contacto con la superficie
más alta del cráneo y allí se toma lectura hasta el último centímetro o milímetro
completo.

88
t Perímetro cefálico
La medición regular del perímetro cefálico de los niños menores de dos años
en la atención primaria puede permitir el diagnóstico precoz de problemas como la
hidrocefalia o la craneosinostosis.
Para efectuar la medición se utiliza una cinta métrica plana flexible e inexten-
sible de 5 a 7 mm de ancho, con escala en milímetros y el cero desplazado no menos
de 3 cm del extremo para facilitar la lectura. Se pasa la cinta alrededor de la cabeza
del niño (ajustando discretamente), y posicionada paralela al plano de Frankfurt
hasta alcanzar el perímetro máximo en el que se efectúa la lectura correspondiente.

t Circunferencia de la cintura
Habitualmente el diagnóstico de obesidad se realiza de acuerdo al IMC, sin
embargo este no es un indicador de la distribución de la masa grasa. Distintos tra-
bajos en la población pediátrica demostraron que la obesidad central es un factor
de riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2 comenzando a temprana
edad.
La circunferencia de la cintura se asocia a la distribución de grasa central y es
una herramienta simple, fácil de realizar y económica para identificar a niños con
mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
Para su cálculo es necesario realizar la medición del perímetro de la cintura,
tomándose como línea general a la altura media entre la porción inferior de la ar-
cada costal y el borde superior de la cresta ilíaca. El valor obtenido deberá cotejarse
con otras dos sucesivas mediciones y luego establecer un promedio entre ellas para
encontrar su valor.

Índices
Los índices antropométricos son combinaciones de mediciones que resultan
esenciales para su interpretación. Es evidente que el valor del peso por sí solo no
tiene significado a menos que esté relacionado con la edad o la talla del niño. Así las
combinaciones más utilizadas en los niños son: el peso para la edad (P/E), la talla
para la edad (T/E), el peso para la talla (P/T), el índice de masa corporal para la edad
(IMC/E) y el perímetro cefálico para la edad (PC/E).

Curvas de referencia
Se define referencia como el instrumento para agrupar y analizar datos que
proporcionan una base común para comparar poblaciones. En Argentina se han
usado tablas nacionales de peso y estatura para niños y niñas desde el nacimiento
hasta la madurez. Estas referencias han sido empleadas en todo el país bajo la reco-
mendación y el aval de la Sociedad Argentina de Pediatría.
En el año 2006 la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió el
nuevo patrón internacional para evaluar el crecimiento de los niños. A partir del

89
año 2007, el Ministerio de Salud de la República Argentina adoptó estas nuevas
curvas de crecimiento de la OMS para el seguimiento y la atención tanto individual
como poblacional de los niños desde el nacimiento hasta los cinco años de edad en
reemplazo de las anteriores.
Las tablas gráficos de la OMS son resultado del Multicenter Growth Referen-
te Study (MGRS) realizado entre 1997 y 2003 en Brasil, Ghana, India, Noruega,
Omán y Estados Unidos. Dicho estudio multicéntrico combina un estudio longi-
tudinal, desde el nacimiento hasta los 24 meses de edad, con un estudio transversal
de los niños de 18 a 71 meses de edad. Los niños incorporados en el estudio fueron
seleccionados sobre la base de un entorno óptimo para favorecer el crecimiento.

Puntos de corte
Se puede definir un punto de corte, como la distancia al valor promedio que
puede expresarse de diferentes formas: Puntuación Z, Percentilos y Porcentaje de
la mediana. A los fines de este manual se describirán los percentilos por ser de fácil
interpretación y los más utilizados en la práctica profesional de nuestro medio.
Los percentilos son puntos estimativos de una distribución de frecuencias
que ubican un porcentaje dado de individuos por encima o por debajo de ellos. De
este modo se puede por ejemplo, medir el peso de un niño de determinada edad
y superponer dicho valor sobre la gráfica en el punto en que se cruzan la edad del
niño y el valor del peso medido (Gráfico 1). Así se observa cual es el percentilo que
corresponde al peso y edad de ese niño. Del mismo modo se procede para evaluar la
talla (Gráfico 2), el perímetro cefálico (Gráfico 3) y el IMC (Gráfico 4).

90
*Ui¿FR

*Ui¿FR

91
*Ui¿FR

*Ui¿FR

92
De este modo puede interpretarse el resultado obtenido según los siguientes
criterios:

PESO / EDAD

> percentilo 10 percentilo 3 a 10 ” percentilo 3

Riesgo
Normal Bajo peso
de bajo peso

TALLA / EDAD

> percentilo 3 ” percentilo 3

Normal Baja Talla

IMC / EDAD

> percentilo 97 percentilo 85 a 97 percentilo 10 a 85 percentilo 3 a 10 ” percentilo 3

Obesidad Saludable Riesgo


Sobrepeso Bajo peso
de bajo peso

93
TALLA / EDAD

IMC / EDAD Normal (>Pc 3) Baja (< Pc 3)

< Pc 3 (Bajo) Bajo peso Bajo peso con talla baja

Entre Pc 3 y 10) Riesgo de Bajo Peso Riesgo de bajo peso con talla baja

Pc 10 y 85
Normal Talla baja
(Normal)

Adaptado de: Abeyá Gilardon AO, Calvo EB, Durán P, Longo EN, Mazza C. Evaluación del es-
tado nutricional de niños, niñas y embarazadas mediante antropometría. OPS - Ministerio de Salud
de la Nación. Buenos Aires, 2009.

Percentilo 90 de circunferencia de cintura según sexo y edad


EDAD NIÑOS NIÑAS
5 59 57
6 61 60
7 61 64
8 75 73
9 77 73
10 88 75
11 90 83
12 89 83
13 95 94
14 99 96
15 99 88
16 97 93
17
90 86
(Freedman D, et al., 1999)

Evaluación Alimentaria

La evaluación de la alimentación de un niño brinda datos acerca de su adecua-


ción nutricional. Se puede indagar el consumo alimentario de una persona o grupo
poblacional y conocer así cuales son sus gustos, hábitos, costumbres, rechazos. Al
combinar diferentes indicadores alimentarios se pueden obtener tanto datos cuanti-
tativos (frecuencia y cantidad de alimentos consumidos por una unidad de tiempo
establecida), como cualitativos (tipo de alimentos, formas de cocción y prepara-
ción), y compararlos con las recomendaciones establecidas según la edad del niño.
Hablamos de conocer la IJTUPSJBBMJNFOUBSJB ya que resulta de interés evaluar la
alimentación actual y pasada, así como antecedentes de salud y los hábitos y cos-
tumbres familiares
94
Es importante conocer si el niño ha nacido a término, si recibió lactancia
materna exclusiva o artificial y el motivo de ello. Si el niño ha sido alimentado con
fórmulas lácteas artificiales, se debe indagar acerca del tipo de fórmula y forma de
reconstitución ya que, como se estudiará en las próximas unidades, una preparación
inadecuada del biberón puede ocasionar daños y complicaciones alimentarias.
También es fundamental, conocer acerca de la edad de inicio y calidad de la
alimentación complementaria y si el niño recibe suplementos vitamínicos y/o mi-
nerales.

Evaluación del desarrollo

Como se mencionó anteriormente, el desarrollo es un proceso de adquisición


de nuevas funciones en el que, a medida que el niño madura, va conformando y
complejizando nuevas conductas y comportamientos. En cada etapa
del proceso evolutivo se presentan comportamientos dominantes que sirven
de base para la adquisición de funciones propias de la etapa siguiente, hasta alcanzar
la forma definitiva de equilibrio y madurez. A continuación se describen algunas
conductas propias de los primeros años de vida, que sirven de utilidad para tomar
como referencia cuando se precisa valorar el grado de desarrollo de un niño.

PERÍODO NEONATAL (PRIMERAS 4 SEMANAS)


Decúbito prono Yace flexionado. Gira la cabeza a uno y otro lado, la cabeza cuelga en posición ventral.
Decúbito supino Generalmente flexionado y un poco rígido.
Puede fijarse en una luz o cara que esté en su línea visual; movimiento en “ojos de mu-
Vista
ñeca” al girar el cuerpo
Reflejo de Moro, reflejo de marcha, y sustentación, reflejo prensil, reflejo de búsqueda,
Reflejos
succión y deglución.

Comportamien-
Preferencia visual por el rostro humano.
to Social

4 SEMANAS
Piernas más extendidas, mantiene la barbilla erguida, gira la cabeza, eleva la cabeza
Decúbito prono
momentáneamente hasta la altura del cuerpo en suspensión ventral.
Predomina la postura de cuello tónico; flexible y relajado; la cabeza queda retrasada al
Decúbito supino
tratar de sentarlo.
Vista Observa a las personas, sigue el movimiento de los objetos.

Comportamien-
Movimientos corporales acordes a la voz de otro en contacto social, empieza a sonreír.
to Social

95
8 SEMANAS

Eleva la cabeza algo más, mantiene la cabeza a la altura del cuerpo en suspensión ven-
Decúbito prono
tral.
Decúbito supino Predomina la postura de cuello tónico.

Vista Sigue los objetos en movimiento a lo largo de 180°.


Comportamien-
Sonríe con el contacto social, atiende a las voces y arrullos.
to Social
12 SEMANAS

Eleva la cabeza y el pecho, brazos extendidos; la cabeza por encima del plano del cuer-
Decúbito prono
po en suspensión ventral

Predomina la postura de cuello tónico, trata de alcanzar objetos, hace gestos ante los
Decúbito supino
juguetes.

Compensa parcialmente el retraso de la cabeza al tratar de sentarlo, inicial el control de


Sentado
la cabeza con movimientos de balanceo, espalda curvada.
No persiste el típico reflejo de Moro, realiza movimientos de defensa o reacciones de
Reflejos
huida selectiva.
Comportamien-
Contacto social mantenido, escucha la música, responde con sonidos guturales.
to Social

16 SEMANAS

Eleva la cabeza y el pecho, cabeza aproximadamente en el eje vertical, piernas extendi-


Decúbito prono
das.

Predomina la postura simétrica: manos en la línea media; alcanza y agarra objetos y se


Decúbito supino
los lleva a la boca.

La cabeza no queda retrasada al intentar sentarlo, cabeza firme hacia delante, disfruta
Sentado
sentándose con apoyo del tronco.

De pie Cuando se lo mantiene erguido empuja con los pies.

Comportamien- Se ríe con fuerza, puede mostrar disgusto si se interrumpe el contacto social, se excita
to Social al ver comida.

28 SEMANAS

Decúbito prono Rueda de lado, puede dar vueltas.

Decúbito supino Levanta la cabeza, rueda de lado, se retuerce.

Se sienta brevemente, con apoyo de la pelvis, se inclina hacia delante apoyándose en las
Sentado
manos, espala curvada.

De pie Puede soportar la mayor parte de su peso, da saltitos.

96
Busca y toma objetos grandes. Transfiere objetos de una mano a otra. Utiliza la palma
Adaptación
radial para agarrar objetos.

Lenguaje Forma sonidos, vocales polisilábicos.

Comportamien-
Prefiere a la madre, balbucea, responde a los cambios emocionales del entorno social.
to Social

40 SEMANAS

Sentado Se sienta solo indefinidamente sin apoyo, la espalda recta.

De pie Se pone de pie.

Motor Se arrastra y/o gatea.

Agarra objetos con el pulgar y el índice, hurga en las cosas con el índice, descubre
Adaptación juguetes escondidos, trata de recuperar los objetos caídos, suelta los objetos, suelta los
objetos que agarra otra persona.

Lenguaje Sonidos consonantes repetitivos (ma-ma; pa-pa)

Comportamien- Responde al sonido de su nombre, juega con pautas simples como el cucú o decir adiós
to Social con las manos.

52 SEMANAS (1 AÑO)

Motor Camina sujeto de una mano o sujetándose de los muebles.

Recoge objetos pequeños con el movimiento de pinza del pulgar y el índice. Da obje-
Adaptación
tos si alguien se los pide o le hace un gesto.

Lenguaje Algunas pocas palabras además de mamá y papá.


Comportamien-
Juega con la pelota a juegos sencillos, modifica su postura mientras se lo viste.
to Social
15 MESES
Motor Camina solo, sube escaleras gateando
Adaptación Hace torres con 2 cubos de altura, hace líneas con un lápiz.
Lenguaje Sigue órdenes sencillas, puede nombrar algún objeto familiar.
Comportamien-
Indica algunas necesidades o deseos señalando. Abraza a los padres.
to Social
18 MESES
Corre con rigidez, se sienta en una silla pequeña, sube las escaleras tomado de una
Motor
mano, explora cajones y papeleras.

Adaptación Apila 3 cubos, imita garabatos y trazos verticales.

10 palabras (promedio). Nombra las fotografías, identifica una o más partes del cuer-
Lenguaje
po.
Comportamien- Se alimenta solo; busca ayuda cuando tiene problemas; se queja cuando está mojado o
to Social sucio, besa a los padres frunciendo los labios.

97
24 MESES
Corre bien, sube y baja escaleras de escalón en escalón, abre puertas, sube a los mue-
Motor
bles.
Torres de 6 cubos, garabatos circulares, imita trazos horizontales, dobla el papel de
Adaptación
forma simétrica.

Lenguaje Junta 3 palabras: sujeto, verbo y complemento.

Comportamien- Maneja bien la cuchara, a menudo cuenta experiencias inmediatas, escucha historias
to Social con dibujos. Ayuda a desvestirse.
30 MESES

Motor Salta

Torres de 8 cubos, hace trazos verticales y horizontales, pero generalmente no los une
Adaptación
formando una cruz. Imita trazos circulares formando figuras cerradas.

Lenguaje Se refiere a si mismo por el pronombre “yo”, conoce su nombre completo.


Comportamien-
Ayuda a ordenar las cosas, pretende jugar.
to Social

36 MESES

Sube escaleras alternando los pies, monta en triciclo, se mantiene momentáneamente


Motor
en un solo pie.
Torres de 9 cubos, imita la construcción de un puente con 3 cubos, copia un círculo,
Adaptación
imita una cruz.

Lenguaje Sabe su edad y su sexo, cuenta 3 objetos correctamente, repite frases de 6 sílabas.

Comportamien- Juega a juegos sencillos (en paralelo con otros niños). Ayuda a vestirle (se desabrocha la
to Social ropa y se pone los zapatos). Se lava las manos solo.

48 MESES
Salta sobre un pie, lanza pelotas sobre la cabeza, usa tijera para cortar imágenes, trepa
Motor
bien.
Copia un puente a partir de un modelo, imita la construcción de una puerta con 5
Adaptación cubos, copia la cruz y el cuadrado, dibuja un hombre con 2-4 miembros además de la
cabeza, nombres de más de 2 líneas.
Lenguaje Cuenta 4 monedas sin equivocarse, cuenta historias.
Comportamien- Juega con varios niños y empieza la interacción social y el reparto de papeles, va solo al
to Social cuarto de aseo.
60 MESES

Adaptación Dibuja un triángulo a partir de una copia.

Lenguaje Nombra 4 colores, repite frases de 10 sílabas, cuenta 10 monedas sin equivocarse.
Comportamien-
Se viste y se desviste, pregunta el significado de las palabras.
to Social

98
Características del recién nacido

Se considera al nacimiento como un suceso en un proceso ininterrumpido de


desarrollo y cambio que se inicia en el momento de la concepción, y se extiende has-
ta la vida adulta. El nacimiento del niño, en condiciones normales, tiene lugar entre
las 38 a 42 semanas de gestación. Es una etapa de alto riesgo ya que ocurren cambios
trascendentales que requieren el cambio de múltiples mecanismos como son: el cese
de la circulación placentaria y el inicio de un nuevo sistema de oxigenación de la
sangre donde entra en juego la ventilación de los pulmones y cambios sustanciales
en los sistemas cardiovascular y digestivo.
Los cambios de comportamiento no son menos importantes. Para obtener el
alimento, para evitar la hipoglucemia o la hipertermia y así garantizar la seguridad,
los recién nacidos deben reaccionar adecuadamente a una amplia gama de estímulos
sensoriales. El contacto temprano piel a piel, al colocar al recién nacido desnudo en
posición decúbito ventral sobre el torso desnudo de la madre inmediatamente tras
el nacimiento, puede facilitar la conducta materno-neonatal y las interacciones a
través de estímulos sensoriales como el tacto, el calor y el olor. Además, el contacto
piel a piel está considerado un componente importante para el inicio satisfactorio
en la lactancia materna.
Las proporciones corporales del recién nacido son diferentes a las de la etapa
prenatal y a la de los niños mayores (Figura 1). La cabeza es relativamente grande, la
cara redonda y la mandíbula pequeña. El tórax es redondeado, el abdomen promi-
nente y las extremidades relativamente cortas.

Figura 1: Proporción de los diversos segmentos corporales desde el segundo mes de


vida intrauterina hasta la edad adulta.
Pediatría Meneguello. Editorial Médica Panamericana, Buenos Aires. 1997.

99
El peso promedio es de 3,3 a 3,4 kg y la longitud promedio es de alrededor
de 49,5 cm. El peso puede disminuir los primeros días de la vida hasta un 10%
en relación con el peso de nacimiento, debido a la excreción excesiva de líquido
extravascular posiblemente a una ingesta escasa. Como se estudiará más adelante,
a medida que el calostro es sustituido por leche de mayor contenido graso, a la vez
que el lactante aprende a succionar de manera más eficaz y las madres se habitúan
a las técnicas de alimentación, los neonatos vuelven a ganar peso superando el de
nacimiento alrededor de las dos semanas.

Clasificación del Recién Nacido según Peso y Edad Gestacional


Los factores más determinantes en la sobrevida del recién nacido son su ma-
durez expresada en la edad gestacional y el peso de nacimiento.
Considerando estos dos parámetros, los recién nacidos se han clasificado de
la siguiente manera:

t 3FDJÏOOBDJEPBUÏSNJOP 3/5
 aquellos nacidos con 38 semanas de
gestación y hasta 42 semanas de gestación.
t 3FDJÏOOBDJEPQSÏUFSNJOP 3/13
 aquellos nacidos con menos de 38
semanas de gestación. En esto seguimos el criterio de la Academia Ame-
ricana de Pediatría, ya que la OMS considera pretérmino a los recién
nacidos con menos de 37 semanas.
t 3FDJÏOOBDJEPQPTUÏSNJOP 3/15
 aquellos nacidos con más de 42 se-
manas de gestación.

Referente al parámetro peso se utilizan también los conceptos:

t 3FDJÏOOBDJEPEFCBKPQFTPBMOBDFS #1/
 menos de 2 500 gramos.
t 3FDJÏOOBDJEPEFNVZCBKPQFTP menos de 1.500 gramos
t &YUSFNPCBKPQFTP: menos de 1.000 gramos

Luego, según si su peso es adecuado o no para su edad gestacional se clasifican en:

t "EFDVBEPT QBSB MB FEBE HFTUBDJPOBM "&(


 cuando el peso de naci-
miento se encuentra entre los percentiles 10 y 90 de las curvas de creci-
miento intrauterino (CCI).
t 1FRVF×PTQBSBMBFEBEHFTUBDJPOBM 1&(
 cuando el peso está bajo el
percentil 10 de la CCI.
t (SBOEFTQBSBMBFEBEHFTUBDJPOBM (&(
 cuando el peso se encuentra
sobre el percentil 90 de la CCI.

La clasificación recién descrita tiene importancia pues expresa determinados


riesgos según la edad gestacional, el peso de nacimiento y su adecuación a ella:

100
El prematuro (RNPR) presenta una gran variedad de problemas que reflejan
el grado de inmadurez de los sistemas para adaptarse a la vida postnatal y que van
aparejados con el grado de su prematurez.
El recién nacido de postérmino tiene una placenta que empieza a ser insu-
ficiente. Con frecuencia presentan asfixia en el trabajo de parto y meconio en el
líquido amniótico lo que puede resultar en un Síndrome de Dificultad Respiratoria
por Aspiración de meconio.Los recién nacidos PEG son la mayoría de las veces
el resultado de una placenta insuficiente y están sometidos a una hipoxia crónica,
presentan con frecuencia, poliglobulia e hipoglicemia. Durante el trabajo de parto
son más susceptibles de sufrir hipoxia y nacer deprimidos. En algunos casos su peso
insuficiente se debe a infecciones intrauterinas virales y a problemas genéticos.
Los recién nacidos GEG, con frecuencia tienen el antecedente de diabetes
materna. Pueden presentar también hipogolicemia y poliglobulia. Por su tamaño
puede tener problemas en el parto y sufrir traumatismo y asfixia.

Bibliografía

Abeyá Gilardon AO, Calvo EB, Durán P, Longo EN, Mazza C. Evaluación del estado nutricional
de niños, niñas y embarazadas mediante antropometría. OPS - Ministerio de Salud de la
Nación. Buenos Aires, 2009.
Ballabriga A, Carrascosa A. Nutrición en la infancia y adolescencia. 2da ed. Ed Ergón. Madrid,
2001.
Beas F. Factores reguladores del crecimiento y el desarrollo prenatal y posnatal. Pediatría Menegue-
llo. Ed J. Meneguello, E. Fanta, E. Paris, T.F. Puga. 5° Edición. Editorial Médica Panameri-
cana, Buenos Aires. 1997, 1857-1862.
De la Torre Montejo E, Pelayo González-Posada EJ. Pediatría Tomo I. Ed. Ciencias Médicas. La
Habana, Cuba, 2006.
Freedman D, Serdula M, Srinivasan S, Berenson G. Relation of circunferences and Skinfold thick-
ness to lipid and insulin concentrations in children and adolescents: The Bogalusa Heart
Study. Am J Clin Nutr 1999; 69: 308-17.
Gil Hernández A, Martínez de Victoria E, Maldonado J. Tratado de Nutrición. Tomo III. 2da ed.
Ed Médica Panamericana, Madrid, 2010.
Leal-Guadarrama L, Ochoa-Rojas MC, Méndez JD. Importancia clínica de los factores de creci-
miento parecidos a la insulina. Gac Méd Méx Vol. 139 No. 6, 2003.
Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz M, Marenzi MS, Lestingi ME, Lasivita J, Isely MB, Bozal A, Bond-
arczuk B. Nutrición del niño sano. Ed. Corpus. Rosario, 2007.
Manual de Crecimiento y desarrollo del niño. Serie Paltex No. 33. Washington. OPS/OMS. 1994.
Nelson W. Tratado de Pediatría. 15ª. Ed. Madrid Mc Graw-Hill Interamericana, 1998: 35-58
OMS. Desarrollo en la primera infancia. Nota descriptiva N° 332. Agosto 2009. Disponible en:
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs332/es/index.html. [Consulta: mayo de 2011]
Reher D.S. and González-Quiñones F., “Do parents really matter? Child health and development
in Spain during the demographic transition” Population Studies 2003, 57(1):63-75.
Shirima R, M Gebre-Medhim and T Greiner “Information and socioeconomic factors associated
with early breastfeeding in rural and urban Morogoro, Tanzania” Acta Paedriatr 2001, 90:
936-942
Temboury M.C., A. Otero, I. Polanco, and E. Arribas “Influence of Breast-Feeding on theInfant’s

101
Intellectual Development” J Pediatric Gastroenterol Nutr 1994, 18:32-36
Torresani ME. Cuidado nutricional pediátrico. Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDE-
BA). Buenos Aires, 2001.
WHO Multicentre Growth Reference Study Group. Enrollment and baseline characteristics in the
WHO Multicentre Growth Reference Study. Acta Paediatr Suppl. 2006;450:7-15.

102
CAPÍTULO 6:
DESARROLLO Y ALIMENTACIÓN

CARACTERÍSTICAS DE LOS PROCESOS DIGESTO-ABSORTIVOS


EN EL PRIMER AÑO DE VIDA

Lic. María Dolores Román

Maduración de la función gastrointestinal


t Boca

4VDDJØOZEFHMVDJØO
El reflejo de deglución en la vida intrauterina antecede al de succión, estimán-
dose que ya está presente entre las semanas 16 y 17 de gestación y en el recién nacido
se presenta adecuadamente desarrollado.
Al nacer el niño, el reflejo de deglución está coordinado con el de succión. Los
movimientos de los labios, las mejillas, la lengua y la faringe han adquirido la coor-
dinación neuromuscular que permite al niño mamar del pecho de su madre o ser
lactado con biberón. El patrón succión-deglución presente al nacimiento, consiste
en una serie de por lo menos 30 succiones a razón de 2/segundo y 1-4 degluciones
por cada serie acompañado de ondas propulsoras en el esófago. Los recién nacidos
prematuros tienen un patrón inmaduro que demora días o semanas en alcanzar la
madurez.

.BTUJDBDJØO
La fuerza de masticación y con ello la eficiencia para cortar, aplastar y triturar
alimentos aumenta con la edad. Esto es importante en relación a la consistencia y
cantidad de alimentos ofrecidos.

103
t Esófago

Antes de la vigésima semana de la gestación el esófago se encuentra anatómi-


camente desarrollado, la presencia de ganglios a lo largo de su estructura sugiere que
la función peristáltica puede ya estar presente (Smith y Taylor 1972). No obstante
su desarrollo morfológico, en los recién nacidos la presión del esfínter esofágico
inferior es menor que la medición que registran a las seis semanas de edad en que
alcanzan la presión de los adultos (Grand et al. 1976). A esto se deben las frecuentes
regurgitaciones postprandiales en las primeras semanas de vida.

t Estómago

La estructura anatómica del estómago está completa al término de la semana


12 de la etapa intrauterina.
En los recién nacidos la acidez gástrica aumenta en la primeras 24 hs de vida
extrauterina, sin embargo recién a los 4 meses de edad, la producción de ácido en
relación al peso corporal, es equiparable a la de los adultos.
La secreción de pepsina durante 9 a 16 semanas postnatales es solo la mitad
de lo observado en personas adultas.
La capacidad del estómago que es de 10-20 ml en el recién nacido, va aumen-
tando hasta alcanzar alrededor de 300 ml al final del primer año de vida.

t Intestino delgado

Entre las semanas 5 y 40 del período gestacional el intestino delgado aumenta


1000 veces su longitud. Antes de concluir el cuarto mes de vida intrauterina las ve-
llosidades intestinales se encuentran morfológicamente desarrolladas.
Las enzimas encargadas de la hidrólisis de los disacáridos, oligosacáridos, di-
péptidos y oligopéptidos, aparecen en las microvellosidades de las células epiteliales
desde una etapa temprana de la vida fetal.
La capacidad del intestino para hidrolizar la sacarosa, maltosa y la lactosa está
presente desde la semana 12 y a medida que avanza la gestación las enzimas que
hidrolizan estos compuestos aumentan su actividad. Se estima que en la semana
32 estas enzimas alcanzan una potencia hidrolítica similar a la del adulto excepto la
lactasa que es apenas detectable antes de la semana 24 y logra su máxima actividad
al finalizar el embarazo.
Entre las semanas 8 y 22 de gestación las dipeptidasas permanecen estables,
aumentando su potencia hidrolítica antes del término de la gestación.

#BSSFSBNVDPTB
El tracto gastrointestinal se adapta a las circunstancias que le impone el con-
tacto con el medio ambiente a través de los alimentos, contando con mecanismos
de defensa. La absorción de antígenos a través de la mucosa intestinal está limitada

104
o inhibida por componentes inmunológicos y no inmunológicos.
Entre estos últimos se encuentran el peristaltismo, la saliva, la acidez gástrica,
la flora intestinal y enzimas como las proteasas, que contribuyen a la degradación
intestinal de antígenos y que determinan en parte el grado de transporte intestinal
de macromoléculas.
Entre los mecanismos inmunológicos se encuentran en primer lugar el tejido
linfoide asociado al intestino (GULT: Gut Associated Lymphoid Tissue) y en segun-
do lugar el moco mediado por inmunocomplejos secretado por las células calicifor-
mes y que sirve de defensa frente a antígenos intraluminales que pasan la superficie
de la microvellosidad.
La barrera mucosa madura contiene la mayor población de células B del or-
ganismo y una parte importante de la cantidad total de inmunoglobulinas A. La Ig
A secretoria es la principal inmunoglobulina del sistema inmune de las mucosas,
alcanzando valores del adulto unos meses después del nacimiento.
Pese al concepto de impenetrabilidad, la absorción de macromoléculas puede
ser posible en el intestino inmaduro debido a defectos en la barrera, asociándose esto
a enfermedades inmunológicas como la alergia a la leche de vaca.

t Páncreas

Poco antes de la semana 20 de gestación, la presencia de gránulos de zimóge-


nos en el tejido acinar parece indicar que el páncreas se encuentra en condiciones de
ejercer su actividad secretora exógena.
La actividad de la lipasa está presente entre las semanas 34 y 36 de la vida fetal
y es muy escasa al nacer. Su nivel se duplica al mes pero permanece bajo durante el
primer año de vida.
En los niños recién nacidos la actividad de la amilasa está apenas identificada
o ausente en el intestino, esta condición permanece estable durante los primeros
meses de vida. Los niveles de tripsina y quimiotripsina al nacer son solo ligeramente
inferiores a los niveles del año de edad por lo que la digestión de proteínas no pre-
senta dificultades.
La maduración de la función pancreática es un proceso predeterminado pero
también influenciado por la edad, el estado nutricional y factores hormonales: en
este sentido la desnutrición pre y postnatal puede disminuir las enzimas pancreáti-
cas, pero este es un efecto reversible.

t Secreción de sales biliares


Hay pruebas de que la síntesis y conjugación de las sales biliares ocurre desde
la semana 15 de gestación. En el meconio predominan los ácidos biliares conjugados
con taurina y los ligados a la glicina según el contenido de taurina de la leche que
toma el niño.
Durante las primeras 2 a 3 semanas de la vida los neonatos muestran cierta deficien-
cia en su capacidad de síntesis de sales biliares; esta incapacidad se manifiesta por una dis-

105
minución de estos compuestos por debajo de la concentración crítica micelar. La deficiencia
en la síntesis da lugar a que los niños tengan limitada disponibilidad de sales biliares, los
recién nacidos a término tienen una cantidad equivalente a la mitad de la que se encuentra
disponible en los adultos.

Maduración de respuesta neuromotora en la alimentación


La alimentación del niño es regulada por diversos factores, entre los cuales la madu-
ración del sistema neuromotor y la adquisición de nuevas funciones cognitivas, le permiten
al niño la autorregulación de la ingesta y expresar sus deseos o no de comer.

Consistencia de los
Edad (meses) Reflejos y habilidades
alimentos
9
Búsqueda – succión – deglución
0–3 9
Reflejo de protrusión de 1/3 medio de la
9 Líquida
lengua

9
Aumento de la fuerza de succión.
9
Aparición de movimientos laterales de la
mandíbula.
4–6 9 Líquida y semisólida
9
Desaparece el reflejo de protrusión de la
lengua.
9
Alcanza la boca con las manos a los 4 meses.

9
Chupa la cucharita con los labios.
9
Lleva objetos y/o las manos a la boca.
9
Se interesa por la comida.
9
Toma alimentos con las manos.
9 Semisólidos y sólidos
7 – 12 9
Mordisquea.
bien desmenuzados
9
Movimientos laterales de la lengua.
9
Empuja comida hacia los dientes.
9
Buen control muscular.
9
Insiste en tomar la cuchara.

9
Movimientos masticatorios rotatorios.
13 – 24 9
Estabilidad de la mandíbula.
9 Sólidos
9
Aprende a utilizar cubiertos.

Pautas madurativas en niños de 0 a 24 meses y su implicancia en la alimentación. Guía de


alimentación del niño de 0 a 2 años. SAP, 2001.

106
Desarrollo del sistema renal y equilibrio hidroelectrolítico

Durante la primera época de la vida extrauterina los parámetros de función


renal son cuantitativamente inferiores a los de niños mayores o adultos. Sin embar-
go, no podría hablarse de inmadurez en tanto la función renal existente permita el
mantenimiento de la homeostasis y aumente progresivamente de acuerdo al creci-
miento corporal del niño. Por lo tanto, una diferencia cuantitativa en la función
renal del lactante en comparación con el niño mayor, no implica necesariamente
que esta sea inapropiada para los requerimientos impuestos por su rápido desarrollo.
El reconocimiento de dicha limitación cuantitativa en la función renal es, en
todo caso, necesario para mantener el balance nutricional dentro de los límites de
tolerancia, y permitir el mantenimiento del equilibrio hidroelectolítico promovien-
do así un crecimiento armónico, tanto físico, como bioquímico.

Función glomerular
La velocidad de filtración glomerular en un recién nacido a término es del
orden de 20 ml/min/1,73 m2. En el recién nacido pretérmino estos valores son
inferiores y guardan relación con su edad gestacional.
La filtración glomerular aumenta rápidamente después del nacimiento, do-
blando su valor en las primeras 2 semanas de vida de manera independiente del au-
mento simultáneo de peso corporal. Hacia los 2-3 meses de vida se alcanzan valores
de 60-70 ml/min/1,73 m2, y hacia el año de edad la filtración glomerular es casi
igual a la de niños mayores o adultos: 100-110 ml/min/1,73 m2.
Estos cambios son paralelos a cambios de flujo plasmático renal, lo que resulta
en valores constantes de la fracción de filtración.

Concentración y dilución urinarias


El mecanismo de dilución de la orina es ya muy efectivo en el recién nacido,
incluso en el recién nacido pretérmino, pudiéndose alcanzar tras una sobrecarga
acuosa valores de osmolalidad urinaria inferiores a 50 mOsm/Kg, es decir, en todo
semejantes a los alcanzados en niños mayores o adultos. Debe tenerse en cuenta, sin
embargo, que aun siendo capaces de emitir una orina diluida, los recién nacidos y
lactantes pequeños no pueden excretar una sobrecarga acuosa con la misma eficacia
que lo hacen niños mayores o adultos, como consecuencia de la limitación que im-
pone la disminución de la filtración glomerular.
Contrariamente a lo que ocurre con la capacidad de dilución, la capacidad de
DPODFOUSBDJØO está disminuida y los recién nacidos no pueden concentrar la orina
por encima
de 600-700 mOsm/Kg, aún. Hacia los 2-3 meses de edad, la osmolalidad
máxima puede alcanzar 800 mOsm/Kg, para mantenerse entre 1.000 y 1.100
mOsm/Kg hacia los 3 años de edad.

107
La limitación en la capacidad de concentración renal se debe a la combinación
de diversos factores:
t Limitación de la capacidad de formación del gradiente medular de solu-
tos, debido a la escasa longitud del asa de Henle,
t Limitación del transporte tubular del sodio, el flujo sanguíneo medular
aumentado y la escasa eliminación renal de urea.
Los osmorreceptores hipotalámicos son ya estimulables durante la vida fetal y,
por lo tanto, no existe limitación dependiente de la cantidad de hormona antidiu-
rética circulante

Excreción renal de sodio


El sodio constituye el principal catión del espacio extracelular y su contenido
corporal está extremadamente bien regulado a través de variaciones de la reabsorción
tubular del sodio filtrado. Esta reabsorción sobrepasa el 99% del sodio filtrado en
condiciones de normalidad funcional renal.
Diversos factores parecen ser operativos a nivel renal para inducir las variacio-
nes en la excreción renal de sodio:
1. filtración glomerular y factores físicos peritubulares;
2. factores neurogénicos
3. factores hormonales
Se sabe que el recién nacido y lactante sanos son capaces de ajustar la excre-
ción de sodio a cambios moderados de la ingesta de este catión. Sin embargo, si bien
puede adaptarse fácilmente a una falta de ingesta de sodio, presenta una marcada
limitación para excretar una sobrecarga importante de ella.
La ingesta diaria de sal de un lactante alimentado a pecho (la leche de mujer
contiene, aproximadamente, 6-7 mEq/L de sodio y 11 mEq/L de cloro) es del orden
de 1 mEq/kg/día de sodio y 1,5 mEq/kg/ día de cloro. Esta ingesta, sin embargo, es
tres o cuatro veces mayor cuando se administra lactancia artificial y hasta diez veces
mayor cuando se introduce la alimentación complementaria. Se ha demostrado que
lactantes de 5-7 meses de edad pueden presentar un balance de sodio excesivamente
positivo cuando se les ofrece cantidades superiores a 50 mEq/día.
La tendencia fisiológica a hiperreabsorber sodio, característica del recién naci-
do a término y del lactante pequeño, no está presente en recién nacidos pretérmino
con edades gestacionales menores de 35 semanas, quienes por el contrario, excretan
cantidades excesivas de sodio por vía renal debido a una incapacidad del túbulo dis-
tocolector de reabsorber la sobrecarga excesiva que llega a dicho nivel. Es interesante
señalar que la leche de madres de recién nacidos prematuros contiene una concen-
tración de sodio más elevada que la leche de madre con gestaciones a término.
La osmolalidad plasmática se ha encontrado más elevada en lactantes de 1-3
meses de edad alimentados con fórmulas no adaptadas que en lactantes alimentados
a pecho, y aún más elevada cuando se introducen precozmente los alimentos sólidos.

108
La elevada frecuencia de la deshidratación hipernatrémica observada en los
países occidentales durante los años 60 e inicios de los 70 se debía probablemente
a este hecho, ya que en dicha época se consumían preferentemente fórmulas lácteas
con elevado contenido en
proteínas y solutos.
El progresivo auge de la lactancia materna, el uso, casi exclusivo, de fórmulas
lácteas modificadas, la introducción más tardía de los alimentos sólidos y la mejor
educación de las madres en la preparación de los biberones explican la disminución
progresiva de la frecuencia de deshidratación hipertónica en los países occidentales.
El error en la dilución de las fórmulas lácteas en polvo, generalmente a cargo
de madres que utilizan las medidas colmadas en vez de rasas, ha dado origen a si-
tuaciones clínicas extremadamente graves de hipernatremia, con insuficiencia renal,
convulsiones y coma. La trombosis venosa renal y las secuelas neurológicas han
constituido complicaciones frecuentes, pero hoy día raramente observadas.

Requerimientos y recomendaciones nutricionales

Todos los seres vivos necesitan energía para mantener los procesos metabóli-
cos. Así, los niños dependen de la energía obtenida por medio de los alimentos para
mantener el metabolismo basal, la actividad física y el ritmo de crecimiento propio
de cada etapa de la vida. A la par de la energía, los alimentos aportan numerosos
nutrientes que el organismo utiliza para mantener las funciones vitales y favorecer
los procesos de crecimiento y desarrollo.

t Energía
Las necesidades energéticas de un niño equivalen a la cantidad de energía ali-
mentaria que compensa el gasto energético total de acuerdo al metabolismo basal, la
actividad física el efecto térmico de los alimentos y el crecimiento. Los requerimien-
tos energéticos según edad y sexo, se presentan en las tablas 1, 2 y 3.

109
Tabla 1. Requerimiento energético de lactantes alimentados con lactancia materna y fórmulas comerciales.

Lactancia Materna (LM) Fórmulas comerciales (FC) Ambos (LM y FC)


niños niñas promedio niños niñas promedio niños niñas promedio
kcal/kg/día kcal/kg/día kcal/kg/día
1 106 99 102 122 117 120 113 107 110
2 98 95 97 110 108 109 104 101 102
3 91 90 90 100 101 100 95 94 95
4 79 80 79 86 89 87 82 84 83
5 79 79 79 85 87 86 81 82 82
6 78 79 78 83 85 84 81 81 81
7 76 76 76 81 81 81 79 78 79
8 77 76 77 81 81 81 79 78 79
9 77 76 77 81 81 81 79 78 79
10 79 77 78 82 81 81 80 79 80
11 79 77 78 82 81 81 80 79 80
12 79 77 78 82 81 81 81 79 80

Report of a Joint FAO/WHO/UNU Expert Consultation. Human Energy Requirements.


Food and Nutrition Technical Report Series. FAO, 2004.

Tabla 2. Requerimiento energético de niños y adolescentes (varones) en poblaciones


con tres niveles de actividad física habitual.
Actividad física Actividad física Actividad física
ligera moderada vigorosa
Edad Peso* Requerimiento Requerimiento Requerimiento
años Kg energético diario energético diario energético diario
PAL PAL PAL
Kcal/ Kcal/
kcal/d Kcal/kg/día kcal/d kcal/d
kg/día kg/día
1-2 11,5 950 82 1,45
2-3 13,5 1125 84 1,45
3-4 15,7 1250 80 1,45
4-5 17,7 1350 77 1,50
5-6 19,7 1475 74 1,55
6-7 21,7 1350 62 1,30 1575 73 1,55 1800 84 1,80
7-8 24,0 1450 60 1,35 1700 71 1,60 1950 81 1,85
8-9 26,7 1550 59 1,40 1825 69 1,65 2100 79 1,90
9-10 29,7 1675 56 1,40 1975 67 1,65 2275 76 1,90
10-11 33,3 1825 55 1,45 2150 65 1,70 2475 74 1,95
11-12 37,5 2000 53 1,50 2350 62 1,75 2700 72 2,00
12-13 42,3 2175 51 1,55 2550 60 1,80 2925 69 2,05
13-14 47,8 2350 49 1,55 2775 58 1,80 3175 66 2,05
14-15 53,8 2550 48 1,60 3000 56 1,85 3450 65 2,15
15-16 59,5 2700 45 1,60 3175 53 1,85 3650 62 2,15
16-17 64,4 2850 44 1,55 3325 52 1,85 3825 59 2,15
17-18 67,8 2900 43 1,55 3400 50 1,85 3925 57 2,15

110
*Peso corporal medio del intervalo para la edad
Actividad física moderada: kcal/d= (310,2 + 65,3 x peso - 0,263 x peso2) + 2 kcal/g de ganancia de
peso diaria.
Actividad física vigorosa: 15% > actividad física moderada
Actividad física ligera: 15% < actividad física moderada
Report of a Joint FAO/WHO/UNU Expert Consultation. Human Energy Requirements.
Food and Nutrition Technical Report Series. FAO, 2004.

Tabla 3. Requerimiento energético de niñas y adolescentes (mujeres) en poblaciones


con tres niveles de actividad física habitual.

Actividad física Actividad física Actividad física


ligera moderada vigorosa
Requerimiento
Edad Peso* Requerimiento Requerimiento
energético
años Kg energético diario energético diario
diario PAL PAL PAL
Kcal/ Kcal/ Kcal/
kcal/d kcal/d kcal/d
kg/día kg/día kg/día
1-2 10,8 850 80 1,40
2-3 13,0 1050 81 1,40
3-4 15,1 1150 77 1,45
4-5 16,8 1250 74 1,50
5-6 18,6 1325 72 1,55
6-7 20,6 1225 59 1,30 1425 69 1,55 1650 80 1,80
7-8 23,3 1325 57 1,35 1550 67 1,60 1775 77 1,85
8-9 26,6 1450 54 1,40 1700 64 1,65 1950 73 1,90
9-10 30,5 1575 52 1,40 1850 61 1,65 2125 70 1,90
10-11 34,7 1700 49 1,45 2000 58 1,70 2300 66 1.95

11-12 39,2 1825 47 1,50 2150 55 1,75 2475 63 2,00


12-13 43,8 1925 44 1,50 2275 52 1,75 2625 60 2,00
13-14 48,3 2025 42 1,50 2375 49 1,75 2725 57 2,00
14-15 52,1 2075 40 1,50 2450 47 1,75 2825 54 2,00
15-16 55,0 2125 39 1,50 2500 45 1,75 2875 52 2,00
16-17 56,4 2125 38 1,50 2500 44 1,75 2875 51 2,00
17-18 56,7 2125 37 1,45 2500 44 1,70 2875 51 1,95
*Peso corporal medio del intervalo para la edad
Actividad física moderada: kcal/d= (263,4 + 65,3 x peso - 0,454 x peso2) + 2 kcal/g de ganancia de
peso diaria.
Actividad física vigorosa: 15% > actividad física moderada
Actividad física ligera: 15% < actividad física moderada
Report of a Joint FAO/WHO/UNU Expert Consultation. Human Energy Requirements. Food and
Nutrition Technical Report Series. FAO, 2004.

111
t Proteínas

Las necesidades de proteínas se definen como la cantidad mínima ingerida


que compensa las pérdidas de nitrógeno en individuos que mantienen el balance de
energía a niveles moderados de actividad física (Tablas 4 y 5).
Considerando tanto la maduración fisiológica y capacidad metabólica del
niño a lo largo de las primeras etapas de su desarrollo, así como también el patrón
alimentario que caracteriza a la población de esta región, se recomienda no superar
en los 2 primeros años de vida los 4 g/kg/día y los 3g/kg/día en la etapa preescolar
y en el escolar los 2 g/kg/día, independientemente del porcentaje que estos valores
proteicos representen en la distribución calórica de la fórmula energético plástica.

Tabla 4. Cifras actuales de seguridad de ingesta proteica para niños 0.5 a 10 años y
comparación con las del Documento FAO/OMS/UNU, 1985

Requerimiento Ingesta recomendada


Edad
(años)
mantenimiento crecimiento promedio Promedio+1.96 DE FAO 1985

g de proteína/Kg de peso corporal/día

0.5 0,66 0,46 1,12 1,31 1,75

1 0,66 0,29 0,95 1.14 1,57

1.5 0,66 0,19 0,85 1,8 1,26

2 0,66 0,13 0,79 0,97 1,17

3 0,66 0,07 0,73 0,90 1,13

4 0,66 0,03 0,69 0,86 1,09

5 0,66 0,06 0,69 0,85 1,06

6 0,66 0,04 0,72 0,89 1,02

7 0,66 0,08 0,74 0,91 1,01

8 0,66 0,09 0,75 0,92 1,01

9 0,66 0,09 0,75 0,92 1,01

10 0,66 0,09 0,75 0,91 0,99

112
Tabla 5. Cifras actuales de seguridad de ingesta proteica para niños y adolescentes de
11 a 18 años desglosados por género y comparación con las del Documento FAO/
OMS/UNU, 1985

Requerimiento Ingesta recomendada


Edad
(años)
mantenimiento crecimiento promedio Promedio+1.96 DE FAO 1985

Mujeres g de proteína/Kg de peso corporal/día

11 0,66 0,07 0,73 0,90 1,00

12 0,66 0,06 0,72 0,89 0,98

13 0,66 0,05 0,71 0,88 0,98

14 0,66 0,04 0,70 0,87 0,94

15 0,66 0,03 0,69 0,85 0,90

16 0,66 0,02 0,68 0,84 0,87

17 0,66 0,01 0,67 0,83 0,83

18 0,66 0,00 0,66 0,82 0,80

Varones

11 0,66 0,09 1,12 0,91 0,99

12 0,66 0,08 0,95 0,90 0,98

13 0,66 0,07 0,85 0,90 1,00

14 0,66 0,06 0,79 0,89 0,97

15 0,66 0,06 0,73 0,88 0,96

16 0,66 0,05 0,69 0,87 0,92

17 0,66 0,04 0,69 0,86 0,90

18 0,66 0,03 0,72 0,85 0,86

113
t Lípidos
En los niños amamantados el porcentaje calórico proveniente de las grasas es
entre el 40 y el 60%, valor que desciende al 30-40% al incorporar alimentos semi-
sólidos.
En la alimentación infantil, los lípidos no solo son fundamentales por su
aporte energético y de ácidos grasos esenciales, sino también para el transporte de
vitaminas liposolubles.

t Carbohidratos
Constituyen una fuente importante de energía, sin embargo en los niños me-
nores de dos años la proporción de carbohidratos de la dieta es inferior que en los
niños mayores o en los adultos.

t Agua
El requerimiento hídrico es la cantidad de agua necesaria para compensar las pérdi-
das insensibles (a través de la respiración y la piel) más las pérdidas sensibles (a través de la
orina, el sudor, diarreas, vómitos).
La ingesta de agua total incluye el agua para beber, el agua de las bebidas y el que
forma parte de los alimentos.

Edad Agua Total (Litros/día)


Ambos sexos
0,7
0,0 – 0,6 años
(proveniente de la leche humana)
0,8
0,7 – 1,0 años (proveniente de la leche humana, alimentos
complementarios y bebidas)
1-3 años 1,3
4 – 8 años 1,7
Varones
9 – 13 años 2,4
14 – 18 años 3,3
Mujeres
9 – 13 años 2,1
14 – 18 años 2,3

Ingesta adecuada de agua según NRC 2004.

114
Bibliografía

Gil Hernández A, Martínez de Victoria E, Maldonado J. Tratado de Nutrición. Tomo III. 2da ed.
Ed Médica Panamericana, Madrid, 2010.
Kaplan S. Growth. Rudolph’s Pediatrics. Abraham Rudolph, l9th Edition, Prentice Hall Interna-
cional lnc. 1991. 129-139.
Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz M, Marenzi MS, Lestingi ME, Lasivita J, Isely MB, Bozal A, Bon-
darczuk B. Nutrición del niño sano. Ed. Corpus. Rosario, 2007.
Rodríguez Soriano J. Fisiología del equilibrio hidroelectrolítico en el recién nacido y lactante. Bol.
S Vasco-Nav Pediatr. 2000; 34: 77-80
Rosso P. Aspectos biológicos del desarrollo. Pediatría Meneghello. 5ª Edición. Editorial Médica
Panamericana. Buenos Aires. 1997. 65-7
Sociedad Argentina de Pediatría. Guía de Alimentación de Niños Sanos de 0 a 2 años. Buenos
Aires, 2001.
Torresani ME. Cuidado nutricional pediátrico. Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDE-
BA). Buenos Aires, 2001.

115
CAPÍTULO 7:
LACTANCIA MATERNA

Mgter. Patricia E. Cristaldo


Lic. María Agustina Arolfo

Introducción

Desde el 2000 la OMS ha realizado una revisión de diferentes estudios en va-


rios países para esclarecer las ventajas de la lactancia materna y su duración óptima a
fin de realizar recomendaciones con mayores fundamentaciones científicas.
Estos estudios han demostrado que aquellos niños que han sido amamantados
hasta los 6 meses con lactancia materna exclusiva tienen beneficios en su crecimien-
to y disminuye la morbilidad. No obstante es importante considerar el estado nu-
tricional de la madre antes y durante la gestación, como así otros factores de riesgo
para establecer los beneficios de la lactancia materna exclusiva tanto para la mujer
madre como para el niño.
Igualmente cabe resaltar que la lactancia materna natural parece reforzar es-
pecialmente el vínculo emocional madre – hijo de una manera tan sólida como
primaria, lo que proporciona una satisfacción particular a ambos. De hecho algunas
mujeres madres prolongan la lactancia de su hijo durante dos años o más, aun a
pesar de que el niño realiza ya una alimentación muy variada y completa. En teoría,
la prolongación de la lactancia tiene además otra consecuencia biológica: durante
esta los niveles de prolactina en sangre se mantienen elevados, lo que impide que se
produzca una secreción adecuada de hormona folículo estimulante (FSH) y luteíni-
ca (LH) con lo que no se produce la ovulación. Durante ese período la mujer queda
funcionalmente infértil, de modo que durante la lactancia materna exclusiva de un
hijo no se produce un nuevo embarazo. En la práctica este mecanismo no se cumple
al 100%, de manera que no es eficaz como método anticonceptivo natural debido
a otros factores.

Además, la Lactancia Materna presenta una serie de características generales,


entre ellas:

117
t Es un rasgo esencial de los mamíferos y expresión de su proceso repro-
ductivo.
t Es una función extremadamente antigua y compleja por la cual muchas
especies han logrado sobrevivir.
t Es una leche diferente, fluida cambiante y viva producida para las nece-
sidades nutricionales e inmunológicas de sus hijos.
t Se modifica su composición a medida que el niño crece y necesita otros
nutrientes y factores protectores.
t Su especificidad hace que sea el alimento más completo y seguro para el
recién nacido y el lactante.
t Los diferentes tipos de leche que se producen en la glándula mamaria son:
calostro, leche de transición, leche madura y leche de pretérmino.

La OMS clasifica a los diferentes tipos de LACTANCIA MATERNA con los


siguientes indicadores con a fin de unificar criterios:

t Lactancia Materna Exclusiva: niños que solo reciben lactancia materna


sin agua, ni jugos, ni té, exceptuando medicamentos y vitaminas o mine-
rales.
t Lactancia Materna Predominante: niños que reciben lactancia materna
como alimento con el agregado de agua, té u otros líquidos no nutritivos.
t Lactancia Materna Completa: la suma de exclusiva y predominante y es
una categoría epidemiológica.
t Lactancia Materna Parcial: niños reciben leche materna y otros alimen-
tos incluyendo otros tipos de leche.

Anatomía y fisiología de la glándula mamaria

Anatómicamente, la mama es la estructura donde se localizan las glándulas


mamarias, cuyas formas son variables y dependen de las características individuales,
genéticas, raciales, y también en una misma mujer depende de la edad y la paridad.
Como el tejido adiposo constituye la mayor parte de la mama, el tamaño o la
forma está directamente relacionada con éste.
Las mamas son glándulas túbulo-alveolares de secreción externa, considera-
das embriológicamente como glándulas sudoríparas modificadas en su estructura
y función. Ubicada entre la segunda y la sexta costilla y desde el borde externo del
esternón hasta la línea axilar media.
La glándula mamaria está formada por 15 a 25 lóbulos separados entre sí por
tejido conectivo y adiposo, con sus conductos galactóforos. Los lóbulos se dividen
en lobulillos y a su vez, en pequeños racimos formados por alvéolos cuya cara inte-
rior está tapizada de células secretoras en las cuales se produce leche materna.

118
Fuente. Librería digital. Libro Lactancia materna. Anatomía y Fisiología de la
mama en la LM

La leche producida es conducida por túbulos y conductos hasta los senos


lactíferos que son dilataciones de estos, localizados a la altura de la aréola donde se
deposita una pequeña cantidad de leche para ser extraída por la succión del niño. De
ellos salen unos 15 a 25 conductos hacia el pezón.
En el centro de cada mama hay una zona circular que recibe el nombre de
aréola y contiene pequeños corpúsculos denominados Tubérculos de Morgagni (de
Montgomery en la embarazada), que liberan una sustancia bacteriostática que lubri-
ca y protege la aréola durante la gestación y lactancia; el olor de dicha secreción guía
la respuesta olfativa y la pigmentación, la visión en el lactante. Además en el centro
de cada aréola se halla el pezón constituido por tejido eréctil con células mioepite-
liales que por acción de la oxitocina, facilitan la succión.
La mama está irrigada por las arterias mamarias internas y externas, como
así también recibe vasos de la arteria intercostal de la rama pectoral de la arteria
acromiotoráxica. Aunque posee las venas correspondientes, gran parte de la sangre
venosa pasa inicialmente a venas superficiales de grueso calibre que se advierten en
la piel formando la Red de Haller.

Por otra parte, para que se produzca la leche, la glándula mamaria pasa por
tres etapas características:
t Mamogénesis o desarrollo mamario.
t Lactogénesis, galactogénesis o iniciación de la secreción láctea.
t Lactopoyesis o galactopoyesis o mantenimiento de la secreción.

119
t .BNPHÏOFTJTPEFTBSSPMMPNBNBSJP

La mamogénesis es el crecimiento de la glándula mamaria preparándose para


el proceso de lactancia, la cual a su vez, se divide en tres etapas:
t Embrionario
t Puberal
t Gravídico.

Durante el desarrollo embrionario, las glándulas mamarias empiezan a desa-


rrollarse durante la sexta semana de gestación con la aparición de un “surco” ec-
todérmico, cuyas capas se engrosan gradualmente y empiezan a invadir el tejido
mesenquimatoso subyacente en las siguientes semanas, mientras que el músculo liso
de la aréola y el pezón se desarrollan simultáneamente.
En el feto, la mama se despliega en forma de esbozo por la acción de los es-
trógenos placentarios y de la suprarrenal. Solo están formados los conductos prin-
cipales en el momento del nacimiento y las glándulas mamarias permanecen sin
desarrollarse hasta la pubertad.
En el período del desarrollo puberal, la mama crece y se desarrolla paralelo a los
demás cambios propios de esta etapa de la vida. El desarrollo ocurre por efecto de las
hormonas estrógenos y progesterona secretadas en el ovario.
Los estrógenos actúan preponderantemente estimulando los conductos lactí-
feros, mientras que la progesterona produce crecimiento en los alvéolos.
Existen influencia de la hormona del crecimiento STH o somototrofina y de
la hormona prolactina secretada en la hipófisis anterior. La hormona tiroxina prove-
niente de la tiroides puede tener influencia en el desarrollo mamogénico.
Durante la gestación (desarrollo gravídico) la mama experimenta un conside-
rable aumento de tamaño y ocurren cambios significativos. Al inicio del embarazo
las hormonas provenientes de la placenta y cuerpo lúteo (lactógeno placentario,
prolactina y la gonadotropina coriónica) se encargan de producir un aumento im-
portante en el número de conductos y lobulillos.
La progesterona también colabora con la formación de los lobulillos y la ade-
nocorticotrofina (ACTH), tirotrofina (TSH) y progestrona son responsables del
crecimiento mamario.

120
Fuente: Leslie P Garner. Ed. Mc Graww-Hill. Interamericana. 1ra.edición 1997

t Lactogénesis o Galactogénesis o Iniciación de la secreción láctea:

Aproximadamente unas doce semanas antes del parto, la mama es capaz de


segregar leche. Así se inicia la lactogénesis, cuando las células secretoras toman agua,
glúcidos, vitaminas, minerales, lípidos, etc. de la sangre materna para convertirlas en
leche. Por otro lado, los depósitos de tejido adiposo acumulados durante el embara-
zo están destinados a proveer sustratos para la síntesis de leche.
Luego del parto y puntualmente, luego de la expulsión de la placenta, con-
vergen factores endocrinos que desencadenan la secreción láctea, caen los niveles
de progesterona y estrógenos, y continúa la prolactina (secretada por la hipófisis
anterior). Aunque la prolactina es la promotora de la lactancia, existen hormonas
coadyuvantes necesarias para que se establezca la secreción (STH o somototrofina,
corticoides y ACTH).
La eyección se produce por medio del siguiente mecanismo: alrededor de los
alvéolos y conductos lactíferos existen fibras musculares que contraen y comprimen
los alvéolos haciendo que la leche contenida en su interior pase al sistema de con-
ductos. Estas fibras musculares son estimuladas y se contraen por la acción de la
hormona oxitocina liberada en el lóbulo posterior de la hipófisis.
Para que se libere, es necesario que el niño succione la mama y se produzca un
estímulo nervioso que genere un reflejo neuro-hormonal en la hipófisis posterior.
'HHVWDPDQHUDVHGHVHQFDGHQDQHQHODFWRGHPDPDUGRVUHÀHMRVVLPXOWiQHRV
XQRGHPDQWHQLPLHQWRGHODVHFUHFLyQOiFWHDR5HÀHMRGH/DFWRSR\HVLV\RWUR
GHFRQWUDWDFLyQGHODPXVFXODWXUDOLVDGHORVFRQGXFWRVR5HÀHMRGH(\HFFLyQ

121
t -BDUPQPZFTJTP(BMBDUPQPZFTJTP.BOUFOJNJFOUPEFMB4FDSFDJØO-ÈD-
UFB

El mantenimiento de la secreción depende de la prolactina, del estímulo de la


succión y de las demás hormonas mencionadas.
Este mecanismo es parecido a la “Ley de Oferta y Demanda”, es decir que
entre más succione el niño (Demanda), habrá mayor producción de leche (Oferta)
por parte de la glándula mamaria de la madre.

Reflejos que favorecen la lactancia materna

Entre los factores que favorecen la Lactancia Materna, se encuentran aquellos


vinculados con la mujer madre y los que dependen del niño.

En cuanto a los SFîFKPT relacionados con la NVKFSNBESF se presentan:

t Reflejo liberador de prolactina:


Este reflejo es controlado por las neuronas dopaminérgicas del hipotálamo, la
dopamina es liberada a la hipófisis anterior y de esta manera frena la secreción de
prolactina. Durante la succión se estimula el pezón – areola y así se produce la inhi-
bición de la secreción de dopamina, de este modo se permite la liberación de prolac-
tina, esta llega a las células del alvéolo mamario estimulando la secreción de leche.
Es muy importante el amamantamiento frecuente debido que aproximada-
mente 30 minutos de amamantamiento determina un aumento de nivel plasmático
de prolactina por 3 a 4 horas, y se logra mantener la liberación refleja de prolactina.

t Reflejo eyectolácteo de evacuación de leche u oxitocina:


Para que la leche que se encuentra en los alvéolos mamarios fluya hacia los
conductos es necesario que los alvéolos sean contraídos por las fibras mioepiteliales
que los rodea, generadas por la oxitocina que es liberada por la hipófisis posterior.
La fuerza de contracción puede ser dolorosa y fuerte en algunas mujeres, este reflejo
es simultáneo en ambas mamas. La liberación de oxitocina aumenta la presión in-
tramamaria y se detecta un mayor flujo sanguíneo, las mujeres que dan de mamar
asocian la sensación con un cosquilleo, calor y presión en ambas mamas.
La oxitocina es la hormona galactopoyética más importante e indispensable
para el vaciamiento de la mama. El reflejo de vaciamiento no depende solamente de
las estimulaciones táctiles y mecánicas, puede desencadenarse por estímulos visuales,
auditivos y olfatorios. La producción de oxitocina está estimulada principalmente
por actividades de los centros nerviosos superiores (emociones, pensamientos, sen-
timientos, percepciones).
La inhibición temporal o la demora de evacuación es normal, se ha observado
que el período de latencia promedio entre el inicio de succión y la eyección es de

122
aproximadamente un minuto, pudiendo variar ampliamente. En mamas muy llenas
de leche, existe la posibilidad que la presión que esta ejerce impida que la oxitocina
contraiga las células mioepiteliales y así no se libere la leche, en estos casos es factible
el masaje manual, calor y el bombeo.

t Reflejo de erección y protrusión del pezón y reflejo de ingurgitación


areolar:
Estos reflejos permiten la erección del pezón cuando se estimula, de esta ma-
nera se facilita el amamantamiento; la protrusión del pezón permite que este se pue-
da alargar de forma que entre hasta el fondo de la boca del bebé y la ingurgitación
de los senos lactíferos ubicados debajo de la zona areolar, los que forman un cono
que también facilita el acoplamiento de la boca al pecho.

t Control interno de la secreción láctea en el alvéolo:


La producción de leche depende también de un mecanismo de control de las
glándulas mamarias asociadas con el vaciamiento glandular. La leche produce un
inhibidor de la secreción láctea que actúa a nivel local si la leche permanece en la
glándula por un tiempo prolongado.

Por otra parte, existen adaptaciones fisiológicas y metabólicas de la mujer-


madre que son transitorias y aseguran la calidad y la cantidad de la leche producida,
ellas son:
1. Suspensión de la ovulación: evita pérdida de sangre, hierro y nuevos em-
barazos.
2. Retención de agua por medio de hormonas antidiurética (oxitocina) para
mantener el equilibrio osmótico de la leche.
3. Utilización de la reserva de grasa acumulada durante el embarazo para
compensar el aumento del costo energético durante la lactancia.
4. Mejor aprovechamiento y conservación de los macro y micronutrientes
aportados por la dieta.
5. Producción adecuada de la leche en cualquier situación de la madre, a
costa de sus propios tejidos.
6. Aumento de los niveles de prolactina por medio de mamadas más fre-
cuentes cuando la madre no está bien nutrida.
7. Adecuación de los estados de sueño y vigilia de la mujer-madre a los del
niño.

Entre los reflejos vinculados con el niño que favorecen la lactancia materna
se presentan:

t Reflejo de búsqueda del pezón y de apertura de la boca:


Este reflejo permite que el niño voltee la cabeza y abra la boca apenas algo roza
su mejilla o labios. Al abrir la boca, la lengua se ubica aplanada en el piso de esta para

123
recibir el pezón. Este reflejo está muy activo en el recién nacido y el niño pequeño,
es muy importante estimularlo cuando se inicia la mamada tocando la boca.

t Reflejo de protrusión lingual:


Este reflejo permite a la lengua adelantarse y ubicarse en los rodetes maxilares
para envolver el pezón y la parte inferior de la areola con su punta.

t Reflejo de succión:
Permite que el niño efectué los movimientos linguomandibulares para succio-
nar el pecho. La posición de la boca y la forma en que el niño agarra el pezón es un
reflejo instintivo, pero cuando al recién nacido no se le permite succionar oportuna-
mente, es necesario ayudarlo para que lo haga en forma correcta.

t Reflejo de deglución:
Permite al niño deglutir de forma refleja cuando el alimento líquido llega al
fondo de su boca (límite del paladar duro-blando).

t Reflejo de extrusión:
Este reflejo permite al niño expulsar de su boca cualquier alimento que no sea
líquido o de la textura de la mama, o del sabor, y olor de la leche.

t Agudeza sensorial:
Permite al niño discriminar el olor de su madre, el sabor de su leche, el tono
de voz, la calidad del contacto corporal y la imagen de su rostro.

t Reflejo neurohormonal del hambre:


Se manifiesta con una inquietud y una actitud corporal características, y con
una intensificación de los reflejos de búsqueda del pezón y de la necesidad de suc-
cionar. El llanto por hambre es también muy característico.

t Reflejo hormonal de la saciedad:


Permite al niño dejar de succionar activamente cuando ya se siente saciado;
puede seguir pegado al pecho o dejarlos de lado para continuar durmiendo.

t Incremento sensorial progresivo:


Permite al niño aumentar sus percepciones sensoriales bucales a medida que
se acerca a los seis meses, preparándose para iniciar el destete y recibir progresiva-
mente otros alimentos.

Factores que dificultan la lactancia materna


En cuanto a los factores que entorpecen la lactancia materna se presentan
aquellos relacionados con el niño y con la mujer-madre:

124
Entre los vinculados con FMOJ×Pse encuentran:

t Niño renuente a mamar por dolor: en ocasiones el niño no mama ade-


cuadamente por la presencia de dolor, puede deberse por tortícolis, inco-
modidad en el amamantamiento, úlceras sublinguales, o alguna lesión du-
rante el parto; es necesario hacer exámenes físicos cuidadosos para corregir
estas dificultades y lograr el amamantamiento.
t Niño renuente a mamar por reflejo de eyección inhibido: la insegu-
ridad, la tensión y el dolor pueden interferir en el reflejo eyectolácteo,
impidiendo una correcta mamada y vaciamiento mamario.
t Niño renuente a mamar por reflejo de eyección excesivo: este reflejo
puede provocar un rechazo al amamantamiento, esto produce distensión
gástrica en el niño o atragantamiento; la mujer-madre debe estar atenta a
retirar al niño del pecho si se presenta esta situación.
t Intolerancia aparente a la lactosa: cuando se produce una excesiva eyec-
ción de leche, el niño ingiere un mayor volumen de la primera leche de
ambos pechos, por consiguiente mayor cantidad de lactosa y menos de
grasa. Como el intestino delgado no está preparado para digerir esa can-
tidad de lactosa, se presenta con molestias, cólicos, regurgitación, depo-
siciones frecuentes y líquidas. En este caso se suele observar que el niño
llora por hambre y cólicos y no aumenta de peso. La forma de tratarlo es
lograr un amamantamiento en los primeros tiempos solo de un lado en
cada mamada.
t Disfunción de tipo motora oral, puede ser primaria: son alteraciones
neuromotoras generales por inmadurez o problemas neuronales transito-
rios o permanentes; o por anormalidades anatómicas en la boca del niño.

Habitualmente presenta manifestaciones neuromotoras generales como:


- Hipertonía: niño con extremidades tensas y la cabeza hacia atrás, los
músculos del cuello anterior traccionan la mandíbula hacia abajo y
atrás y los labios tienden a invertirse, genera un pezón alargado con
signos de compresión por mordeduras de las encías. La hipertonía suele
ser transitoria y cede en pocos días si se corrige poniendo al niño con
su cuerpo flexionado, sentado enfrente de la madre, favoreciendo la
relajación facial.
- Hipotonía: se presenta en niños pretérmino o bajo peso con poca
vitalidad que se duermen amamantando o en niños con Síndrome de
Down.
- La succión es débil, la lengua es plana, no toma la forma curva; en
esta situación es útil que la madre sostenga el mentón del niño con el
dedo índice para mejorar el apoyo para la succión, será necesario que
la madre estimule sus pechos para aumentar la producción de leche y
completar el vaciamiento luego de la mamada, dándole al niño la leche
extraída.
125
t Disfunción motora oral de tipo secundaria: es causada por el uso de
chupete o mamadera, el niño agarra solo el pezón y lo empuja con la
punta de la lengua, en vez de envolverlo, los labios se cierran verticales en
la base del pezón en lugar de evertirse alrededor de la areola y las encías
lo comprimen para evitar que se escape. Esto puede corregirse haciendo
masajes con el dedo índice en la boca del niño, ejerciendo presión sobre
la lengua y retirando el dedo paulatinamente; se repite hasta lograr que el
niño envuelva el dedo y su lengua sobrepase la encía inferior. Mientras se
logre reeducar la succión, se debe suministrar leche materna mediante un
suplementador, vaso o cuchara.
Problemas anatómicos de la boca del niño: el más frecuente es la fisura labial
y/o palatina, que es perfectamente compatible con la lactancia, ya que al mamar la
leche es extraída por masaje y no por vacío. La madre puede colaborar comprimien-
do la región de la areola durante la mamada o efectuando una extracción manual;
se debe sentar al niño en posición muy vertical puesto que decúbito puede atorarse.

En cuanto a las EJíDVMUBEFT que se pueden presentar en la NVKFSNBESF para


estimular la lactancia materna, son de orden clínico y/o de tipo psicosocial. Aquellas
de PSEFODMÓOJDP pueden ser:

t Pezones planos o invertidos: en este caso es importante que la primer ma-


mada se realice en la sala de parto, aprovechando que el pezón y la areola
están protruidos por efecto de la oxitocina, y continuar luego las próximas
24 a 48 hs, debido a que la mama está aún blanda y el pezón – areola tie-
nen forma cónica.Si lo anterior no fue posible, y la mama está muy llena
es necesario extraer un poco de leche para que se ablande la zona areolar.
También es factible el uso de tensador de pezones.
t Cirugías mamarias previas: Los implantes son colocados por detrás de
las glándulas mamarias, por lo general no ocasionan molestias. La cirugía
reductora tiene riesgo de comprometer conductos lactíferos y de interferir
con la inervación de la areola y pezón. Se recomienda amamantar con más
frecuencia y extraer manualmente o por bomba después de la mamada.
t Mamas supernumerarias: es la presencia de tejido mamario en una zona
no habitual por ejemplo axilar; puede tratarse de glándulas completas,
con conducto de salida que puede secretar leche, o con mayor frecuencia
solo de tejido glandular, que se presenta con aumento de volumen y dolor
pero que luego, al no vaciarse, se torne improductiva. Para aliviar las mo-
lestias el médico podrá indicar analgésicos y frío local.

t Dolor: las causas más frecuentes de dolor en los pezones son: el mal aco-
plamiento de la boca en el pecho al mamar el niño, esto es si en la boca
del niño se introduce solo el pezón y no la areola, la presión de las encías y
la tracción del pezón produce dolor; la succión disfuncional, la infección

126
de la piel del pezón o areola también producen dolor.
El dolor interfiere con el mecanismo de eyección de la leche, esto provoca
que el niño no reciba suficiente leche al mamar.

En los casos de disfunción se debe corregir la técnica de amamantamiento.


t Grietas o fisuras del pezón: se producen cuando la técnica de amamanta-
miento no es correcta, ya sea en la posición madre – niño para amamantar
o en el acoplamiento boca – pecho.
Las grietas se generan por presión o tracción exagerada del pezón o por
roce de la lengua con la punta del pezón, producto de una succión disfun-
cional.
Si la grieta es leve, se corrige solo con una adecuada técnica, si la grieta
es extensa, se deben probar distintas posiciones del niño al mamar. En
grietas que no se curan se debe sospechar de infección micótica o de per-
sistente succión disfuncional.
t Micosis mamaria: es una infección producida por un hongo “candida al-
bicans”, se reconoce por la presencia de color rosa y grietas en la zona afec-
tada, en casos severos puede llegar a afectar los conductos mamarios. Los
síntomas más característicos son: dolor quemante y persistente en ambos
pezones y areolas. Cuando hay sospecha de esta enfermedad se debe tratar
tanto a la mujer-madre como el niño con antimicóticos locales aplicados
en la boca del niño y en el pezón y areola de ambos pechos después de
cada mamada, al menos diez días.
t Congestión mamaria: es la retención de leche producida por el infre-
cuente o insuficiente vaciamiento de las mamas. Puede ser primaria: se
manifiestan duras y sensibles, solo se puede extraer leche. El tratamiento
es un correcto vaciamiento realizado por el niño si es posible o manual-
mente o con bomba. También puede ser secundaria: en la cual además de
la acumulación de leche, se producen edemas del intersticio de la mama
que en casos extremos llega a obstaculizar la salida de leche; las mamas
se encuentran duras, dolorosas, enrojecidas. El manejo incluye el uso de
analgésicos, calor local y después del vaciamiento colocar frío local para
disminuir la congestión.
t Retención de leche: se evidencia por nódulos mamarios sensibles, se pro-
duce por una compresión externa o interna, agravada por un mal vacia-
miento o un período prolongado entre mamadas.
En las mujeres-madres que excretan tapones de leche espesa se mejora
limitando en su ingesta el consumo de grasas poliinsaturadas y aumentan-
do la lecitina en la alimentación de la mujer-madre.
t Mastitis: es un proceso infeccioso del tejido intersticial que rodea los
nódulos mamarios cuya puerta de entrada son las grietas del pezón, se
presenta como dolor, eritema y congestión, acompañado por fiebre y es-
calofríos. Otras causas frecuentes son vaciamiento incompleto, retención

127
de leche, saltearse mamadas y el agotamiento excesivo de la madre.
El manejo está en la detención de la infección antes que evolucione
a abscesos mamarios y el tratamiento incluye: reposos de 24 h,
DQDOJpVLFRV \ DQWLLQÀDPDWRULRV OtTXLGRV DEXQGDQWHV YDFLDPLHQWRV
frecuente de la mama y antibióticos por lo menos durante 10 a 14 días.
t Absceso mamario: se produce por una mastitis tratada inadecuadamente
o tardíamente, normalmente es quirúrgico, aunque puede vaciarse espon-
táneamente a través de un conducto.
t Crisis transitoria de la lactancia: se debe a que el niño a partir de los 2
ó 3 meses como ha duplicado su peso, requiere de más volumen de leche
y esto se logra mamando con mayor frecuencia, es por ello que el niño
mama más y no porque tiene hambre, después de los 5 a 7 días se regula
la producción.

Entre aquellas EJíDVMUBEFT EF MB NVKFSNBESF EF UJQP QTJDPTPDJBM figuran
fundamentalmente:

t Ansiedad por falta de apoyo: si no cuenta con apoyo moral, afectivo,


económico y social, y además le falta una experiencia familiar favorable, el
amamantamiento le provoca dudas e incertidumbre.
t Sobrecarga de trabajo: si debe seguir trabajando para el mercado y ade-
más no tiene ayuda a nivel familiar para solucionar los problemas do-
mésticos, esto genera sobrecarga física y emocional que no le permitirá el
tiempo suficiente para el amamantamiento.
t Problemas conyugales: la sobreexigencia sobre la mujer-madre por parte
del hombre-padre puede hacerle dudar de la lactancia.
t Depresión materna: el exceso de trabajo, la falta de apoyo emocional y
material e incluso el mismo proceso de adaptación a su nueva realidad
física, pueden provocar la depresión materna, lo que constituye un riesgo
importante para la lactancia.
t Mujer-Madre soltera: por lo general el hombre-padre no asume respon-
sabilidades y para la mujer-madre le resulta muy difícil amamantar y con-
tinuar con sus actividades previas.
t Mujer-Madre adolescente: las abuelas suelen hacerse cargo de estos be-
bes, alimentándolos con fórmulas lácteas, lo que interfiere en la relación
madre – niño. Es muy importante en estos casos resaltar el valor de la
maternidad y apoyarlas en su rol como madres, motivarlas para que ama-
manten a sus hijos ya que esto sumará muchos beneficios para ella como
mujer y fomentará el vínculo entre ella y su bebé.

128
Beneficios de la lactancia materna

Para la mujer-madre:
t Favorece el restablecimiento del vínculo madre – hijo.
t Refuerzo de la autoestima.
t Menor sangrado posparto.
t Menor riesgo subsiguiente de padecer anemias.
t Mayor espaciamiento entre embarazos (postergación de la primera ovula-
ción postparto).
t Menor riesgo de padecer cáncer de mama, ovario y cuello uterino.
t Menor depresión postparto.
t Más rápida recuperación física (rápida involución uterina posparto).
t Mayor practicidad para la alimentación nocturna, en viajes, etc.
t Ayuda a alcanzar un peso saludable (utilizando la grasa de reserva pospar-
to para producir leche).

Para el niño:
t Llega en forma estéril, a temperatura ideal.
t Permite la colonización apropiada del Lactobacilus Bifidus (en el intestino
del niño la formación de ácido láctico impide la proliferación de bacterias
patógenas).
t Mejor desarrollo psicomotor, emocional y social.
t Desarrollo de una personalidad más segura e independiente.
t Nutrición óptima, especialmente del sistema nervioso central.
t Menor incidencia de sepsis y enterocolitis necrotizante del recién nacido.
t Menor incidencia de desnutrición infantil.
t Menor incidencia de muerte súbita del lactante.
t Menor incidencia de alergias respiratorias y digestivas.
t Menor incidencia de enfermedad celíaca.
t Menor incidencia de infecciones urinarias.
t Protección contra diabetes mellitus.
t Protección contra obesidad e hipercolesterolemia.
t Protección contra algunas formas de cáncer.
t Protección contra infecciones del oído medio en la primera infancia.
t Menor incidencia de problemas dentales y maloclusión.
t Asociación con inteligencia superior.
t Mejor reacción a las vacunas y mayor capacidad para defenderse más rápi-
damente de las enfermedades.
t Menor incidencia de maltrato infantil y abandono, por los lazos afectivos
que se crean.
t No requiere suplemento vitamínico y mineral, ni agua u otros líquidos
cuando es lactancia materna exclusiva.
t Menor incidencia de eczemas y otras afecciones de la piel.

129
t Menor incidencia de enfermedades intestinales del adulto (colitis ulcero-
sa, enfermedad de Crohn).

Para la familia:
t Mejor desarrollo de la familia como interacción social.
t Menor gasto en medicamentos, alimentos sustitutos, etc.
t Menor ausentismo laboral por enfermedades de los hijos.
t Mejor atención de los niños pequeños por mayor espaciamiento entre
embarazos.
t Economía: el costo de alimentar a una mujer madre que amamanta es
sensiblemente inferior al de alimentar a un niño con fórmula infantil.

Tipos de leche materna y su composición química


La producción de leche en las mamas comienza inmediatamente después del
parto. Al cabo de 12 a 24 horas la mama segrega DBMPTUSP, un líquido espeso al que se
atribuyen propiedades laxantes (tiene un contenido en colesterol elevado) que facilitaría
la evacuación del meconio del intestino del recién nacido. El calostro dura hasta el
tercer o cuarto día, luego secreta MFDIFJOUFSNFEJBPEFUSBOTJDJØO hasta el día 15,
para luego dar paso a la MFDIFNBEVSB. La composición de la leche normal incluye
proporciones elevadas de agua. Aunque podría parecer que esta circunstancia limita
el aporte de nutrientes al feto es importante considerar que una osmolaridad elevada
no es fácil de equilibrar por parte del riñón del lactante que, en sus primeros meses,
debe extraer el agua que necesite de la leche y sin aportes adicionales.
En la leche se encuentran numerosos nutrientes así como vitaminas y mine-
rales y otras sustancias diversas, destacando las inmunoglobulinas. Estas moléculas
actúan como anticuerpos que proporcionan al niño una protección importante ante
potenciales infecciones. Las fórmulas lácteas elaboradas a partir de leche de vaca, ca-
recen de este componente. Esta es una de las razones por las que se recomienda que
las mujeres madres recurran a la lactancia materna durante al menos, los primeros
seis meses de vida.
El volumen de leche materna es variable entre los individuos y en promedio
oscila entre 600 a 850 ml/día. El tiempo de mayor producción y la tasa de decli-
nación están influenciados por la edad en que se introducen los alimentos comple-
mentarios; asimismo la composición tiene variaciones a lo largo de la lactancia y en
cada mamada.

A continuación se presenta sucintamente las principales características de


cada uno de estos tipos de leche humana:

t Calostro
Se produce durante los primeros 3 a 4 días después del parto, es un líquido
amarillento, de un volumen alrededor de 2 a 20 ml por mamada, el cual es suficiente

130
para satisfacer los requerimientos del niño.
El calostro puede aparecer ya en la mujer embarazada desde el quinto mes.
Su composición química está dada por:
t menos lactosa, grasa y vitaminas hidrosolubles que la leche madura.
t mayor cantidad de proteínas, vitaminas liposolubles, carotenos y minera-
les como el zinc y sodio.
t una gran cantidad de Ig A secretoria y nucleótidos, linfocitos y macrófa-
gos.
t la relación proteica suero/caseína es de 80:20.

Entre las ventajas que presenta la ingestión temprana de calostro son:


t Facilita la eliminación del meconio (restos que evacua el intestino del
recién nacido).
t Favorece la implantación precoz de una flora intestinal con predominio
de bifidobacterias.
t Provee un aporte importante de IgA secretoria y lactoferrina que dificul-
tan el anclaje de los gérmenes enteropatógenos.
t El amamantamiento temprano calma la ansiedad postparto del recién na-
cido y provee hidratación temprana con menos descenso de peso.

t Leche de transición:
Se produce entre el 4° y 15° días postparto, a diferencia con el calostro esta va
aumentando su volumen, el contenido de lactosa, vitaminas hidrosolubles, grasas y
calorías y disminuyendo el de proteínas y sodio.
Su volumen oscila entre 600 – 700 ml/día al llegar al mes postparto.

Antes de especificar sobre la composición química de la leche madura, cabe


distinguir la leche pretérmino, la cual es diferente durante las primeras semanas,
contiene mayor cantidad de proteínas y menor de lactosa, ya que el niño pretérmino
tiene sus requerimientos elevados de estos macronutrientes, así como de la lactofe-
rrina y la Ig A.
En un niño pretérmino de muy bajo peso 1500g, la leche no cubre calcio,
fósforo y proteínas, y deben ser suplementadas, lo ideal es hacerlo con preparados
en polvo fortificando la leche materna.

t Leche humana madura contiene:

"HVB: representa el 88% de su composición.

1SPUFÓOBT: las proteínas de la leche materna presentan una relación caseína/


proteínas del suero de 40/60. En la leche de vaca esta relación es de 80/20 respecti-
vamente. La leche madura contiene 0.9 g/dl de proteínas totales.
La caseína está formada por micelas complejas de caseinato y fosfato de calcio;

131
mientras que las proteínas de suero son, entre otras:
t Alfa-lactoalbúmina,
t Lactoferrina,
t Seroalbúmina,
t Beta-lactoglobulinas,
t Inmunoglobulinas,
t Glicoproteínas,
t Lisozima,
t Enzimas,
t Moduladores del crecimiento,
t Hormonas.

La lactoalbúmina y lactoferrina son las principales, en cambio la beta-lactog-


lobulina es la principal proteína del suero de la leche de vaca.
La IgA es la principal inmunoglobulina de la leche materna que cumple la
función de proteger la glándula mamaria y la mucosa del lactante en el período en
que la secreción de esta en el niño es insuficiente.
La lactoferrina contribuye a la absorción del hierro en el intestino del niño
por lo cual tiene un efecto bacteriostático sobre el crecimiento de los microorganis-
mos.
La lisozima constituye un factor anti-microbiano que favorece a la manten-
ción de la flora intestinal del lactante y tiene propiedades antiinflamatorias.
Asimismo, ocho de los veinte aminoácidos son esenciales. La taurina es ne-
cesaria para conjugar los ácidos biliares y también un posible neurotransmisor del
cerebro y la retina. La cistina también se encuentra presente, combinada con la me-
tionina en una proporción 2 a 1. La carnitina es esencial para el catabolismo de los
ácidos grasos de cadena larga.

)JESBUPTEFDBSCPOPel principal de la leche madura es la lactosa siendo de


7.3 g/dl, provee el 40% de la energía. Facilita la absorción de calcio y de hierro y
promueve la colonización intestinal con el lactobacilus bifidus.
En cuanto a la lactosa, esta cumple funciones esenciales en el recién nacido
como son:
t contribuir a mantener la acidez del medio intestinal, intensificando la
absorción del calcio.
t se metaboliza a galactosa, la que se convierte en galactolípidos como cere-
brósidos, necesarios para el desarrollo del sistema nervioso central.
t estimula el crecimiento del lactobacilos bifidus.

(SBTBT: aportan alrededor del 50% de la energía, siendo que el 98% se en-
cuentra en forma de triglicéridos, correspondiendo a 4.2 g/dl de grasas totales.
Estas aumentan desde 2 gr. / 100 ml hasta 4 a 4,5 gr / 100ml a los 15 días
postparto. Hay fluctuaciones diurnas y también dentro de la misma mamada. La

132
segunda leche es de 4 a 5 veces más concentrada en grasas que la primera. Los ácidos
grasos araquidónicos y docosahexaenoico participan en la formación de la sustancia
gris, mielinización de las fibras nerviosas y en la maduración de la retina. Se forman
a partir del ácido linoléico y linolénico los que se obtienen de la dieta de la mujer
madre.

7JUBNJOBT: la concentración de las vitaminas varía según la ingesta de la mu-


jer madre; siendo las Vitaminas liposolubles presentes: A, K, D y E, y las Vitaminas
hidrosolubles: Ácido fólico, Niacina, Riboflavina Tiamina, Piridoxina, Cobalamina
y vitamina C.

.JOFSBMFT: aunque la concentración de la mayoría de los minerales como cal-


cio hierro, fósforo, magnesio, zinc, potasio y fluor no es afectada significativamente
por la dieta, en el caso del calcio, la concentración es mayor cuando sus reservas lo
son.
Se debe reconocer que aunque el hierro es de concentraciones similares a la
leche de vaca, la leche materna tiene alta biodisponibilidad la cual es del 50%, dado
a que posee facilitadores de su absorción, como la proteína transportadora (lacto-
ferrina), la lactosa y el ácido ascórbico y el bajo contenido de fósforo. Sin embargo
ante esta biodisponibilidad durante los primeros seis meses, el lactante utiliza sus
reservas hepáticas para suplir dichas necesidades.

0USBTTVTUBODJBT/VDMFØUJEPTZOVDMFØTJEPT a los cuales se les atribuye su


accionar en la proliferación y diferenciación del epitelio intestinal. Los primeros son
estables solo durante los primeros tres meses –en promedio-, y disminuyen a medida
que avanza el tiempo de lactancia.

Además, es importante considerar que el volumen de leche madura suele ser


de aproximadamente 700 a 900 ml/día durante los primeros seis meses y disminuye
en el segundo semestre de vida a 500 ml/día.

Lactancia materna en situaciones especiales


t VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana): Resulta actualmente
controversial la recomendación de la lactancia materna en madres que
presentan la enfermedad. Si bien hasta el momento se recomendaba que
las madres VIH positivas eviten completamente la lactancia natural para
evitar contagio postnatal a un niño que podría no estar aún infectado, el
problema ha ido encontrando un equilibrio entre el riesgo de que el lac-
tante adquiera el VIH a través de la lactancia materna y el riesgo mayor de
fallecimiento por otras causas distintas del VIH, en particular la malnutri-
ción y las enfermedades graves como la diarrea o la neumonía de los bebés
que no se alimentan con la leche materna. Por ello, los profesionales de la

133
salud se han enfrentado a un verdadero desafío a la hora de determinar y
promover la práctica de alimentación más idónea de los lactantes a los que
atienden y cuyas madres están infectadas por el VIH.
Por otro lado, actualmente, Científicos del Duke University Medical
Center en Durham (Estados Unidos) han descubierto que la leche mater-
na puede generar anticuerpos neutralizantes que permitan inhibir el VIH;
este trabajo da las pautas de lo que una vacuna debe hacer para proteger a
los bebés.
t Medicación materna: existen algunos medicamentos que son contrain-
dicados en las mujeres que amamantan dado que pueden pasar a la leche
materna, como son: antineoplásicos e inmunosupresores, aspirina y sa-
licilatos en altas dosis, sales de oro, ciertos antibióticos, cocaína y otras
sustancias de adicción (morfina, heroína).
Otras drogas desaconsejadas porque pueden inhibir o disminuir la pro-
ducción de leche son: diuréticos tiazídicos, anticonceptivos con estróge-
nos, anticolinérgicos, nicotina, antihistamínicos / descongestivos.
t Hipertensión: en aquellas madres que deban mantener medicación anti-
hipertensiva luego del parto, se evaluará el sostenimiento de la lactancia
de acuerdo a la medicación recibida.
t Hepatitis B: el recién nacido debe recibir inmunoglobulina y la vacuna
correspondiente. En estas condiciones el niño puede ser amamantado sin
riesgo.
t Hepatitis C: no se recomienda la lactancia materna cuando una mujer
madre es portadora del Virus de la Hepatitis C (VHC) debido al contagio.
t Cáncer de mama: una mujer madre recién diagnosticada de cáncer ma-
mario no debe dar el pecho para recibir un tratamiento inmediato. Sin
embargo amamantar después de un cáncer mamario tratado no significa
ningún riesgo para la medre ni para el hijo.
t Otros tipos de cáncer: la continuación de la lactancia materna va a de-
pender del estado general de la mujer madre y del tipo de tratamiento
que está recibiendo, debido a que las drogas empleadas pasan por la leche
materna y pueden perjudicar al niño.
t Citomegalovirus (CMV): el riesgo de infección para el hijo de una ma-
dre cuya leche contenga CMV es despreciable. La leche contiene anti-
cuerpos apropiados que protegen al lactante. La infección por CMV no
contraindica la lactancia materna.
t Varicela-Zoster: está contraindicado el amamantamiento durante el pe-
ríodo de contagio.
t Herpes simple: solo las lesiones herpéticas en la mama contraindican
temporalmente el amamantamiento con la mama afectada. Se deben ex-
tremar las medidas higiénicas.
t Tuberculosis: puede constituir una contraindicación transitoria del ama-
mantamiento, pero no de la leche materna. El recién nacido debe ser tra-

134
tado, y puede recibir la leche materna protegiéndolo del contacto con la
vía aérea de la mujer madre por medio del uso de una mascarilla por parte
de ella.
t Alcoholismo, tabaquismo, drogadicción: el alcohol pasa a la leche ma-
terna, por lo que consumido en altas cantidades obliga a suspender la
lactancia. La nicotina pasa a la leche materna y puede llegar a producir
síntomas en el niño. La lactancia está contraindicada si se consume cocaí-
na, morfina o heroína regularmente.
t Enfermedad mental severa: puede ser motivo de suspensión definitiva o
transitoria de la lactancia.
t Epilepsia: no es contraindicación de la lactancia. Se deben tener en cuen-
ta los efectos de los medicamentos sobre el recién nacido dado que puede
producir somnolencia y alimentarse de manera insuficiente.

Relactación:
Indicaciones para la relactación

Una mujer que ha interrumpido la lactancia de su hijo, recientemente o en


el pasado, puede volver a producir leche para su propio hijo o para uno adoptado,
incluso sin un embarazo adicional. Esta medida potencialmente salvadora se llama
SFMBDUBDJØO. Muchas de las mujeres que relactan pueden producir suficiente leche
para amamantar un lactante de forma exclusiva. Una mujer que nunca ha estado
embarazada puede también establecer la lactancia, aunque la cantidad de leche pro-
ducida es con menor frecuencia adecuada para lograr una lactancia exclusiva. Esto
se conoce como MBDUBODJBJOEVDJEB.
En varias circunstancias puede surgir la necesidad de considerar la posibilidad
de relactación o de lactancia inducida, entre ellas: para el manejo de algunos lactan-
tes enfermos o aquellos que tuvieron bajo peso al nacer, y a quienes fue imposible
amamantar de forma eficaz en las primeras semanas de la vida y requirieron alimen-
tación por gravedad o con taza; lactantes con problemas de alimentación o que han
sido separados de sus madres; en situaciones individuales, por ejemplo cuando una
madre que eligió alimentar artificialmente a su niño cambia su manera de pensar
o, en el caso de adopción, para mejorar el vínculo afectivo madre-hijo tanto como
para aprovechar otras ventajas de la lactancia; cuando a una mujer le es imposible
amamantar a su hijo, por ejemplo por estar gravemente enferma o por fallecimiento,
entre otras.

Trabajo de la mujer y amamantamiento


En el caso de que la madre deba separarse de su hijo por trabajo, puede ex-
traerse su propia leche para ser suministrada al niño y para mantener su producción.
La extracción de leche frecuente, durante la jornada laboral, permite la esti-

135
mulación permanente de la secreción de prolactina.
La técnica de extracción debe enseñarse en forma precoz, así la mujer logra
adquirir habilidad en el procedimiento y le resulta fácil realizarlo cuando vuelve al
trabajo.
Varios recursos facilitan la tarea de amamantar y trabajar: disponer de permiso
posnatal, reducir y/o flexibilizar el horario de trabajo en forma transitoria; guarde-
rías cercanas al lugar de trabajo; facilidades para llevar al niño al trabajo o permisos
para ir a amamantarlo; tiempo y espacio adecuado para la extracción de leche du-
rante las horas del trabajo como así también para la conservación.
La leche extraída durante el trabajo debe conservarse en frío o refrigerada, no
congelada. Si se necesita congelarla, hacerlo en la casa, ya que no se debe recongelar.
Diversos programas de apoyo a la lactancia para mujeres que trabajan han de-
mostrado ser exitosos favoreciendo la adhesión a la práctica sostenida del amaman-
tamiento exclusivo durante los seis primeros meses de vida. Esto se traduce en un
adecuado crecimiento y desarrollo del niño, una menor incidencia de enfermedades
y un menor ausentismo laboral. Es esencial para el éxito de estos programas el apoyo
del personal de salud, la familia, la empresa y toda la sociedad.

Extracción y almacenamiento de la Leche Humana


Extraerse la leche, ya sea manualmente o con la ayuda de un sacaleches, re-
quiere práctica y su efectividad tiende a aumentar con el tiempo. El reflejo de eyec-
ción, es decir la salida de la leche, se consigue visualizando al bebé y propiciando un
entorno íntimo y relajado.

Métodos de extracción
La elección del método de extracción dependerá de las circunstancias de la
separación y de la edad del bebé. Y a pesar de que entre las propiedades de la leche
humana está la de retrasar el crecimiento de bacterias, es importante observar unas
mínimas normas de higiene como el lavado de manos y de los utensilios que se usen
para la extracción, la recolección y el almacenamiento de la leche.
La extracción puede hacerse de forma manual, o con la ayuda de un sacaleches.
Si la separación es prolongada como en el caso de las madres que trabajan fuera de
casa, los bebés prematuros, o aquellos que tienen que ser hospitalizados por cual-
quier otra causa, los sacaleches manuales o eléctricos son una buena alternativa. Los
mejores sacaleches manuales son aquellos que imitan el efecto de una jeringa, o bien
los que pueden utilizarse con una sola mano. Entre los sacaleches eléctricos y a pilas,
los hay de extracción sencilla (un pecho cada vez) y doble (los dos pechos a la vez)
obviamente, este último recorta el tiempo de extracción a la mitad.

Recipientes para el almacenamiento


Las mejores opciones para almacenar leche humana son recipientes de vi-
drio o plástico duro con tapas que cierren bien. Ante la controversia sobre el efecto
del CJTQIFOPM"(BPA) en la salud, es preferible evitar recipientes que lo contengan.

136
Los recipientes deben lavarse con agua caliente, jabón, enjuagarse muy bien, y luego
secarse al aire. No conviene llenarlos, debe dejarse 2.54 centímetros de espacio para
permitir que la leche se expanda mientras se congela.
El almacenamiento de leche en bolsas de plástico aumenta el riesgo de con-
taminación. Las bolsas duran menos y en ocasiones pierden contenido, y algunos
tipos de bolsas de plástico pueden destruir nutrientes de la leche. Si se elige bolsas
para la conservación de la leche materna, la mejor opción son las gruesas que están
diseñadas específicamente para almacenar leche humana. Usar dos bolsas, una aden-
tro de otra, puede prevenir accidentes. Quitar el aire antes de sellarlas y dejar 2.54
centímetros de espacio para que la leche se expanda mientras se congela. Conviene
poner las bolsas en otro recipiente en la parte de atrás de la refrigeradora (heladera,
nevera) porque allí la temperatura permanece fría en forma continua.
Muchas madres que solo logran extraer pequeñas cantidades en cada sesión
pueden agregar leche fresca a leche refrigerada o congelada extraída previamente. La
cantidad de leche fresca agregada debe ser menor que el volumen de leche al que se
agrega, y deberá ser refrigerada de 30 a 60 minutos antes de combinarlas.
Es importante fechar la leche antes de su almacenamiento.

Tiempo de almacenamiento.
Almacenamiento de la leche humana
¿Dónde? Temperatura Tiempo
4 horas (ideal)
Temperatura ambiente hasta 6 horas (aceptable)*
9º a 26º C
(leche humana fresca) (Algunas fuentes mencionan 8
horas)
72 horas (ideal)
En una heladera** < 4º C
hasta 8 días (aceptable) ***
En un congelador dentro de
2 semanas
la misma heladera
En un congelador que es 3 -4 meses. (La temperatura
varía según lo frecuentemente
parte de la heladera pero con
que se abra la puerta)
puerta separada (tipo combi)
En un congelador separado,
6 meses (ideal)
tipo comercial con < 19º C
hasta 12 meses (aceptable)
temperatura constante

* De preferencia se enfría o se pone en heladera la leche apenas se extrae.


** Al fondo de la primera bandeja, nunca en la puerta.
*** Ocho días son aceptables si la leche se extrajo en condiciones óptimas de higiene.

137
La leche almacenada pierde homogeneidad; se observa la formación de tres diferen-
tes capas: un precipitado en el fondo, una base gruesa acuosa opalescente y una película de
grasa en la parte superior. El agitarla suavemente permite mezclarla y devolver a la leche su
apariencia original.
Tanto la leche descongelada como la que se ha mantenido en el refrigerador necesita
solo ser entibiada para dársela al niño. No debe hervir ya que el calor excesivo destruye en-
zimas y proteínas, esto se logra colocando el frasco o bolsa con leche congelada o refrigerada
en un recipiente con agua tibia, nunca caliente. Lo óptimo es dársela al niño con cuchara
para evitar que se modifique el patrón de succión establecido durante el amamantamiento.

Lactancia materna y alimentación de la mujer madre

La glándula mamaria produce leche utilizando principios inmediatos existen-


tes en la circulación materna precedentes de sus reservas. Y, salvo en raras excepcio-
nes, la alimentación de la mujer/madre no altera ni la calidad ni la cantidad de leche
que produce.

Ningún alimento flatulento, como las alubias o los garbanzos (ni tampoco las
burbujas de las bebidas) pueden causar la menor molestia al bebé, pues los gases se
producen exclusivamente con la digestión de esos alimentos en el intestino materno
y, desde luego, en ningún caso alcanzan su leche.

La ingesta de líquidos por parte de la mujer/madre que amamanta no ha de-


mostrado una relación directa con el volumen de leche producido. Durante la lac-
tancia actúan mecanismos antidiuréticos mediados por la oxitocina, que regulan el
equilibrio osmótico de la leche mediante cierta retención hídrica en la mujer/madre.
Si ella no ingiere suficiente liquido, concentrará su orina y sentirá sed.

Precauciones:
Algunos hábitos pueden alterar la calidad y/o cantidad de leche que produce
la mujer madre.

Alimentos como los espárragos, el apio, los alcauciles, las coles, las cebollas,
los ajos y muchas especias solo dan su sabor a la leche de forma apreciable si se abusa
de ellos. Es conveniente consumir con moderación.

Es posible que un bebé resulte alérgico a algún alimento que consume la mu-
jer/madre, especialmente la leche de vaca. Si parece existir alguna relación entre la
ingesta materna de un determinado alimento y cualquier síntoma del bebé, como
vómitos o malestar, se puede recomendar eliminarlo temporalmente de la dieta;
aunque no deben hacerse pruebas indiscriminadas y sin control.

138
En la práctica de fumar durante la lactancia, la nicotina pasa a la leche ma-
terna y disminuye su producción, por lo que es recomendable no fumar en este
período. Por otro lado, el humo que le hagan respirar al niño es aún más perjudicial
para su salud.
Está demostrado que los estimulantes (como drogas y productos químicos)
pasan a la leche y su efecto sobre el lábil sistema nervioso del bebé es más perturba-
dor que en el adulto de modo que el abuso de café o de bebidas de cola con cafeína
puede producir inquietud e insomnio en el pequeño.

También el alcohol pasa a la leche y puede producir efectos en el lactante. Si


bien hay relación dosis-efecto, de modo que el consumo moderado (una cerveza
o un vaso de vino ocasional) no parece tener consecuencias. A altas dosis, el alco-
hol puede intoxicar muy gravemente al bebé, por lo que durante la lactancia hay
que evitar rigurosamente el consumo de bebidas de alta graduación alcohólica. Así
mismo es importante aclarar que es falso que la cerveza aumente la producción de
leche; de hecho, aunque no es su principal inconveniente, el exceso de alcohol la
disminuye.

Bibliografía:

Akre J. (1992). Lactancia. Capítulo 2. En: Alimentación Infantil. Bases fisiológicas. OPS/OMS,
INCAP. Guatemala.
Bozal A. (2007). Lactancia Materna. En: Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz M, Marenzi MS, y col.
Nutrición del Niño Sano. Capítulo 3. Corpus Editorial y Distribuidora. Rosario.
Gabilondo C y Hernández A (2003). Lactancia Materna, el camino natural: Guía para Padres.
Edita, Junta de Castilla y León.
Guidoni ME. (2007). Pasajes de Fármacos a la leche materna. En: Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz
M, Marenzi MS, y col. Nutrición del Niño Sano. Capítulo 4. Corpus Editorial y Distribui-
dora. Rosario.
La Leche League International (2010). Información sobre el Almacenamiento de Leche Humana.
Disponible en: http://www.llli.org/lang/espanol/faqhmsg.html .[Consulta Mayo de 2013]
La Liga de la Leche de Euskadi. Conservación de la leche humana. Disponible en: http://www.lali-
gadelaleche.org/index.php?option=com_content&view=article&id=48%3Aconservacion&c
atid=36%3Aextraccionalmacenamiento&Itemid=57&lang=eu .[Consulta Mayo de 2013]
La Liga de la Leche, España (2011) Lactancia Materna. Disponible en: http://www.laligadelaleche.
es/lactancia_materna/almacenamiento.htm .[Consulta Mayo de 2013]
Lorenzo J y Díaz MS (2004). Nutrición Pediátrica: Lactancia Materna. Editorial Corpus. Rosario.
Ministerio de Salud de Chile / UNICEF (1997). Lactancia Materna. Contenidos Técnicos para
profesionales de la salud. Ministerio de Salud de Chile, Comisión Nacional de Lactancia
Materna. UNICEF. Santiago de Chile.
OMS (2001). Duración óptima de la lactancia materna exclusiva. Disponible en: onservacion de la
Lhttp://apps.who.int/rhl/pregnancy_childbirth/care_after_childbirth/yscom/es/index.html.
[Consulta Mayo de 2012]
OMS. (2011) Alimentación del lactante en el contexto del VIH. Disponible en: http://www.who.
int/elena/titles/bbc/hiv_infant_feeding/es/index.html. .[Consulta Mayo de 2012]

139
UNICEF y AFACIMERA (2003). Lactancia Materna. Bases Científicas para la práctica clínica.
Coordinación editorial, área de comunicación Unicef – Oficina de Argentina. Cuidad de
Buenos Aires.

140
CAPÍTULO 8:
ALIMENTACIÓN DEL NIÑO CON SUCEDÁNEOS DE LA LECHE MATERNA

DE LA LECHE MATERNA

Dra. Raquel Furnes


Lic. Mariana Láquis
Mgter. María del Carmen Grande

La leche materna es el alimento ideal y único durante los primeros seis me-
ses de vida por las innumerables ventajas que representan para el niño desde los
aspectos nutricionales, inmunológicos, psicoafectivos, económicas, etc. y debiera
continuar hasta los dos años complementada por otros alimentos. Sin embargo,
existen circunstancias especiales que hacen necesario buscar otras alternativas de
alimentación para complementar o suplir la lactancia materna.

Situaciones especiales de la madre y/o del niño que impiden el


Amamantamiento

Se describen a continuación, circunstancias que de manera parcial o total


dificultan la Lactancia Materna:
Afecciones del niño
t Lactantes con galactosemia clásica.
t Lactantes con enfermedad de orina en jarabe de arce.
t Lactantes con fenilcetonuria
t Lactantes nacidos con peso menor a 1500g (muy bajo peso al nacer).
t Lactantes nacidos con menos de 32 semanas de gestación (muy prema-
turos).
t Recién nacidos con riesgo de hipoglucemia o que han experimentado es-
trés significativo intraparto con hipoxia o isquemia

141
Afecciones o Situaciones Maternas
t Enfermedad grave que hace que la madre no pueda cuidar a su bebé, por
ejemplo septicemia.
t Herpes simplex Tipo I (HSV-1): se debe evitar contacto directo entre
las lesiones en el pecho materno y la boca del bebé hasta que toda lesión
activa se haya resuelto.
t Medicación materna (Uso excesivo de yodo, QMT)
t Absceso mamario
t Hepatitis C
t Mastitis
t Tuberculosis
t Uso de sustancias tóxicas(nicotina, alcohol, anfetaminas, cocaína y esti-
mulantes)
t DPP grave puede estar indicado la sustitución de la lactancia hasta la re-
cuperación de la mujer.

Sucedáneos y Fórmulas Infantiles

Sucedáneo o Fórmula infantil, es un alimento o producto alimenticio, indicado


cuando la lactancia materna no es posible para suplementar o complementar el
amamantamiento, debe cubrir los requerimientos nutricionales y favorecer el cre-
cimiento adecuado del niño.
La Organización Mundial de la Salud también denomina a las fórmulas que
se presentan en polvo “preparación en polvo para lactantes (PPL)” y los que
se utilizan en los niños de hasta seis meses considerarlo Medicamento Nutri-
cional.

Los productos alimenticios disponibles en el mercado para alimentar al niño


sano son: las fórmulas infantiles y la leche de vaca.
La selección de la fórmula se realiza teniendo en cuenta la edad del niño/a,
los requerimientos nutricionales, las características de digestión, absorción, utiliza-
ción de los macro micronutrientes, su eliminación, y por último pero no de menor
importancia, las posibilidades de acceso social, económica y sanitarias a uno u otro
alimento.

t Fórmulas infantiles
Las fórmulas infantiles destinadas a la alimentación del niño sano son elabo-
radas a partir de leche de vaca, la cual es modificada cuali y cuantitativamente para
tratar de adaptarla a las características anátomo fisiológicas y necesidades nutricio-
nales del niño/a.
El Código de Comercialización de sucedáneos es parte del Codex Alimentario
y está incorporado al Código Alimentario Argentino y en él se expresa:

142
“La LM es la única alimentación natural del RN, único alimento que los/as bebés
necesitan durante los primeros 6 meses de vida y continúa siendo un alimento funda-
mental hasta los 2 años. Las leches artificiales se han concebido como último recurso que
puede salvar la vida de un bebé cuando NO HAY OTRA SOLUCIÓN, pero no como
un alimento de rutina”

Las fórmulas infantiles se clasifican en:


t Formulas de Inicio:
Destinadas a niños 0-6 meses nacidos a término. Son derivadas de la leche
de vaca, esta es modificada en cantidad, calidad y tipo de nutrientes con el fin de
asemejarla tanto como sea posible a la leche humana (de allí el antiguo término de
fórmulas maternizadas), y adaptarla a la condiciones de inmadurez digestiva y renal
del recién nacido, mejorar su digestibilidad y tolerancia, disminuyendo la carga re-
nal de solutos. Por todo ello, estas fórmulas deben ser la primera opción cuando sea
necesario complementar o sustituir la lactancia materna, siempre que las condicio-
nes socioeconómicas lo permitan.
Su dilución es del 13-15g%. Presentan agregados de probióticos, hierro, tau-
rina, ácidos grasos esenciales (AGE). Tienen alta digestibilidad y bajo contenido en
sodio
Son recomendadas para ser utilizadas durante los 4 a 6 primeros meses de
vida, etapa caracterizada por requerir alimentación láctea exclusiva y por ser un pe-
ríodo de altos requerimientos nutricionales en relación a su peso, como así también
de inmadurez digestiva y metabólica.
Calorías: aportan en promedio 67 kcal/100ml reconstituidas a dilución nor-
mal (oscilando entre 60 – 75 kcal /100ml), según lo establecido por entes regulado-
res basados en el contenido calórico de la leche humana.
Proteínas: oscila entre 1,2 a 1,8g / 100ml para imitar el valor biológico de
las proteínas de la leche de madre (0,9 a 1,1g/100ml) con un contenido adecuado
de aminoácidos esenciales. Estas cifras de aporte proteico evitan una carga renal de
solutos exagerada.

Aporte proteico de las fórmulas de inicio disponibles en el mercado


Rango de Contenido proteico
FÓRMULA Rel caseína/suero (%)
(g/dl)*

FÓRMULA DE INICIO
1(son identificadas con este 9,05 - 11 40/60
número)
*datos obtenidos de etiquetado de formulas comerciales destinadas a primer semestre de vida

143
Para lograr una calidad proteica semejante a la leche humana, no solo se dis-
minuye el contenido de proteínas proveniente de la leche de vaca, sino que también
se reemplaza parte de la caseína (que es la proteína predominante) por proteína del
suero rica en lactoalbúmina y albúmina bovina, obteniendo así una relación caseína/
suero de 40/60, más semejante a la de la leche de madre. De esto depende en gran
medida el mayor costo de estas fórmulas.
Las seroproteínas de la fórmula contienen beta-lacto globulina y en menor
concentración seroalbúmina e inmunoglobulina G. La fracción sérica de la leche
de mujer contiene alfa lactoalbúmina, lactoferrina, lisozimas e inmunoglobulinas.
Utilizando fórmulas con predominio de la caseína la concentración plasmáti-
ca de aminoácidos ramificados es mayor, lo que no es recomendable dada la posibi-
lidad de paso de la barrera hematoencefálica, pudiendo interferir con el trasporte de
otros aminoácidos esenciales.
Hay trabajos que muestran que no hay diferencias en el crecimiento entre lac-
tantes alimentados con fórmulas con predominio de caseína versus los alimentados
con fórmulas con predominio de suero (Janas y Picciano 1987, Prolisi y col. 1992).
Lípidos: el contenido de grasas entre la leche humana y la de vaca no tiene
gran diferencia en la cantidad, pero sí en la calidad y porcentaje de absorción.
La cantidad de grasas en las fórmulas infantiles de inicio oscila entre 3,3 y 4
g/ dl para aportar lo que hoy se considera recomendable: una proporción de 4,4 a
6,0 g/ 100 Kcal.
Este aporte representa entre el 40-50 % del total energético ingerido por un
lactante que se alimenta con estas fórmulas, necesario para cubrir los requerimientos
para el crecimiento acelerado de los primeros 6 meses de vida.
La absorción de la leche materna es del 90% a la semana de vida mientras que
la absorción de grasa de la leche de vaca es de alrededor de un 60 %), de manera que
la sustitución total o parcial de las grasas lácteas en las fórmulas infantiles por grasas
poliinsaturadas de origen vegetal (1 o varios aceites combinados) tiene como uno de
sus objetivos mejorar la absorción.
La mayor parte de las fórmulas contienen muy poca cantidad de ácidos grasos
trans, ya que con el empleo de aceites vegetales las pequeñas cantidades de isómeros
trans de los ácidos grasos poliinsaturados se producen en algunos procesos industria-
les con empleo de altas temperaturas.
Para mejorar la calidad, otro de los objetivos que se persigue al modificar las
grasas de origen animal, se añade mayor cantidad de ácidos grasos esenciales (lino-
leico y linolénico).
Los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) son importantes componentes es-
tructurales de las membranas biológicas.
ESPGAN resalta la importancia del contenido de los ácidos grasos en las fór-
mulas de inicio, necesarios para el desarrollo neurocerebral, como lo son el ácido
araquidónico (w6) y docosahexaenoico ( w3 ), a partir de estudios que desde 1995
señalan mejoría en el cociente neurológico y la visión de lactantes nacidos a término
alimentados con fórmulas ricas en estos ácidos grasos, ya que antes del tercer mes

144
de vida puede existir déficit temporario de desaturasas que reduce la síntesis de los
mismos a partir de sus precursores.
Hidratos de carbono: la mayoría de las fórmulas de inicio disponibles con-
tienen lactosa como único carbohidrato o lactosa en cantidad predominante y me-
nor proporción de maltodextrinas (poco fermentable). El contenido de hidratos de
carbono de la leche de madre es de 7g /100 cc, el 90% de los cuales es lactosa. De
manera que las fórmulas infantiles de inicio deben contener entre 5,4 –8,2 g / ml,
lo que se consigue añadiendo más lactosa a la proveniente de la leche de vaca que
contiene entre 4-5g /dl.
La lactosa es hidrolizada principalmente por la lactasa del borde en cepillo de
la mucosa intestinal y absorbida como glucosa y galactosa. Esta actividad enzimática
está completamente madura al nacer. Este macronutriente es también favorecedor
de la biodisponibilidad del calcio y otros minerales.
La lactosa es el carbohidrato que posee menor poder edulcorante, por lo que
al contrario de la sacarosa, no produce acostumbramiento al sabor dulce como ocu-
rre con los alimentados con leche de vaca diluida y adicionada con azúcar, dificul-
tando la introducción de otros alimentos a partir del sexto mes. De manera que no
se justifica el agregado de este disacárido a las fórmulas infantiles
Vitaminas y minerales: la recomendación del contenido de micronutrientes
y oligoelementos que deben contener las fórmulas de inicio se basa en las cantidades
encontradas en la leche de madre
Hierro en las fórmulas: tanto la leche de vaca como la humana son pobres en
hierro. El contenido de hierro de la leche de madre es de 0,2 a 0,4 mg / l pero con
una alta
biodisponibilidad. Las fórmulas lácteas suplementadas contienen no menos
de 1 mg. de Fe por 100 kcal, o mínimo 7m g / l. Los límites dados por la FDA como
mínimos para la suplementación en 1998 son de 1,3 mg. / l y máximo 11 mg / l y
la OMS (22) en 1999: mínimo 3 mg / l con un máximo 11 mg/ l.
La biodisponibilidad del hierro suplementado en las fórmulas con predomi-
nio de lactosuero es muy buena y no es tan distinta a la de la leche de madre, al tener
menos caseína y menos calcio aumenta la solubilidad del Fe y su absorción.
El empleo de fórmulas conteniendo entre 7,4 a 12,7 mg / l de Fe permite un
crecimiento normal y un estatus adecuado en niños normales a término durante el
primer año de vida.

t Fórmula de Continuación:
Indicada a niños 6-12 meses. Las mismas presentan contenido proteico mayor
que las de inicio, con el objetivo del normal crecimiento del niño en esta etapa.
La relación suero/caseína es de 20/80 y presentan una dilución de 13-15g%.
Son esenciales para suministrarse sola o como base para preparar cereales u
otros alimentos semisólidos.
Han sido reguladas por la FAO-OMS para adecuarlas a las características bio-
lógicas del lactante mayor de 6 meses, más maduro orgánica y funcionalmente en

145
sus aparatos digestivo y renal. Reciben el nombre “de continuación” porque pueden
reemplazar o complementar la lactancia materna después de las de inicio.

Composición química de fórmulas de continuación*


Rango
Rango de Rango de Rango de Proteínas de
Fórmula
Calorías* Carbohidratos g. * g. * Lípidos
g*
FORMULAS DE
CONTINUACION 2 13.6-15.3 53.1- 56.4 19.1-
446-489
(son identificadas con 23.7
este número)

*en 100grs de polvo-Datos de etiquetado formulas comerciales de laboratorios

Al igual que las anteriores, presentan alta digestibilidad. Contienen el agrega-


do de hierro y adecuada carga renal de solutos para ser tolerada normalmente por
el niño.
Calorías: estas fórmulas deben aportar entre 60 y 85 kcal / dl a la dilución
aconsejada (15 %) con una distribución del total de calorías: 48 % procedente de
los hidratos de carbono, 36 % de las grasas y 16 % de las proteínas.
Proteínas: la FAO-OMS recomiendan entre 2 y 3,7 g / 100 ml de proteínas.
ESPGAN recomienda entre 2,1 a 3,1 g / 100 ml siendo el valor nutricional de pro-
teína utilizada como mínimo 85 % del valor nutricional de la caseína. Las fórmulas
de continuación de nuestro medio tienen en promedio 2,4 g / 100 ml representando
una carga renal de solutos moderada, alcanzando para cubrir las necesidades de ami-
no ácidos esenciales en la alimentación mixta, y asegurando la síntesis de amino áci-
dos no esenciales necesarios para la función plástica de las proteínas (requerimiento
menos exigente que en el primer semestre).
Estas fórmulas poseen una relación caseína/ suero proveniente de la leche de
vaca sin modificar (80/20) ya que la maduración gastrointestinal alcanzada a esta
edad asegura una buena digestión de la caseína y los sistemas enzimáticos responsa-
bles del metabolismo de los aminoácidos están bien desarrollados.
Hidratos de carbono: la FAO – OMS establece un contenido en estas fórmu-
las entre 5,7 y 8,6 g / 100 ml de hidratos de carbono, mayor cantidad a la contenida
en la leche de vaca (4,9 g / 100 ml).
Pueden contener lactosa como único carbohidrato o una mezcla con lactosa
predominantemente y el agregado de polímeros de glucosa, sólidos de jarabe de
maíz y en algunos casos sacarosa.
Vitaminas: los entes reguladores establecieron los límites mínimos de cada
vitamina que deben contener estas fórmulas por cada 100 kcal, teniendo en cuenta
que otros alimentos incorporados en el segundo semestre de la vida pueden ser fuen-
tes importantes de estos nutrientes.

146
Minerales: al igual que con las vitaminas, los entes reguladores establecen los
límites de estos nutrientes contenidos en las fórmulas de continuación cada 100 ml
de fórmula reconstituida a dilución normal o cada 100 Kcal.
La relación calcio/fósforo debe ser 2 – 1,2 de acuerdo a las necesidades de
crecimiento y osificación del niño mayor de 6 meses.
El aporte de hierro es de gran importancia a esta edad como medida preven-
tiva de anemia, que puede ser manifiesta cuando los depósitos transferidos por la
madre por vía placentaria se agotan. El aporte de hierro se fijó entre 1,0 y 1, 7mg
/100 Kcal, con una relación molar hierro / zinc que no debe exceder de 2,5.
El contenido total de minerales de estas fórmulas es menor que el de la leche
de vaca, aportando una menor carga renal de solutos para una etapa que, si bien es
más madura para la excreción de solutos que el neonato, todavía no alcanzó su nivel
óptimo.

t Fórmulas de Crecimiento:
Para ser utilizada como base láctea de la alimentación mixta en niños después
de la primera infancia.
La composición de macro y micronutrientes es similar a las fórmulas de con-
tinuación.
Presentan agregado de vitaminas A, C, D, E, K y complejo B, además de hie-
rro, calcio y zinc. Una de las características fundamentales es que son adicionadas
con prebióticos y/o probióticos. La suplementación conjunta con 100 mg/l de ácido
ascórbico en la fórmula mejora la absorción de hierro.

Componentes que se incorporan a las fórmulas infantiles

Factores nutricionales Componentes Función

Osmoregulación del tejido nervioso,


Taurina Aminoácido desconjugación de los ácidos biliares,
formación de la retina

Carnitina Aminoácido Metabolismo de las grasas


Estimulan la inmunidad, estimulan la
Nucleotidos Monómeros de los ácidos nucleicos formación de lactobacilus, mejoran el
desarrollo y maduración gastrointestinal
Nutriente soluble. Asociada a las
Colina Precursor de la síntesis de fosfolípidos
vitaminas del complejo B
Fructoligosacáridos
Probióticos
Galacoligosacáridos Favorecen o intentan favorecer la flora
Bifidobacterium longum intestinal, compuesta por bifidobacterium
Streptococcus thermophilus por las ventajas sobre la protección de
Prebióticos patógenos intestinales.
Bifidubacterium lactis
Lactobacilos GG
Modificado de B. Ferrer Lorente. J. Dalmau Serra, Fórmulas de Continuación y Fórmulas de Creci-
miento. Nutrición Infantil. Acta Pediátrica Española 2005,63; 471-475

147
Los Prebióticos: son ingredientes no digeribles que afectan beneficiosamente
al huésped a través de una estimulación selectiva para el crecimiento y/o actividad
de una o de un limitado número de bacterias del colon que pueden mejorar la salud.
Este ingrediente debe ser específicamente fermentado. Las fórmulas de niño sano
en general se utilizan con esta finalidad los oligosacáridos. A los oligosacáridos de la
leche de madre se les atribuye actividad antiadhesiva. De allí surge el uso de carbo-
hidratos como receptores solubles libres para bloquear la fijación de los patógenos al
huésped, bloqueando la adhesión de las bacterias.
La lactulosa es capaz de aumentar los lactobacilos del intestino del niño ali-
mentado con fórmulas que la contienen, siendo bien fermentada en el colon, esti-
mulando el crecimiento de la microflora ya existente en el intestino de una manera
positiva.
Los Probióticos: son organismos vivos que tras la ingestión en cierto número,
ejercen efecto beneficioso mas allá de los inherentes a la nutrición básica.
La misión del probiótico sería contribuir a la normalización de la permeabili-
dad intestinal aumentada, al equilibrio de la microecología del intestino que puede
estar alterada por la administración de antibióticos y contribuir a una mejor res-
puesta de la IgA intestinal con disminución del componente inflamatorio intestinal,
a través de un control sobre el equilibrio entre las citoquinas proinflamatorias y
antiinflamatorias.
Aunque se reconoce que existen evidencias sobre los efectos beneficiosos de
estas sustancias aún Sociedades Científicas como ESPGAN concluyen que es nece-
sario establecer aún más la eficacia y seguridad a largo plazo de la adición de estas
bacterias a los productos de alimentación infantil.

Reconstitución de las fórmulas infantiles


FÓRMULA EDAD RECONST OBSERVACIONES

F. Inicio 1-6 meses 13-15g%

F. Continuación 7-12 meses 13-15g%

F. Crecimiento Hasta los 2 años 13 % Con el agregado de azúcar.

t Leche de Vaca
La utilización de leche de vaca para la alimentación del lactante durante el
primer año presenta cierta discusión.
Calorías: la leche de vaca como se observa en la tabla de dilución para cum-
plir con las posibilidades digestoabosrtivas y no constituirse en una fórmula hipe-
rosmolar se le incorpora agua en proporciones que cumplan el objetivo de reducir el
aporte de minerales y proteínas. Pero como consecuencia se reducen todos los otros
nutrientes por este motivo para aportar la densidad energética debe ser adicionada

148
con sacarosa y/o aceites.
Proteínas: el aporte de este macronutriente además de ser excesivo en canti-
dad (3g/100 cc) la relación caseína/proteínas del suero es de 80/20 dificultando la
digestión el aporte de caseína y dificultando la absorción del calcio; por otro lado
en la fracción proteínas del suero se encuentra la beta lactoglobuinas y albúmina
responsables de alergia alimentaria.
Hidratos de Carbono: el principal carbohidrato de este alimento es la lacto-
sa. Comparada con la leche humana resulta de un aporte escaso, 5 g/100 la que se
diluye como se relató previamente, e impacta negativamente el efecto bifidogénico
sobre la flora intestinal.
Lípidos: tiene un aporte bajo de grasas comparada con la leche materna. Tie-
ne un bajo aporte de acido linolénico, esencial en el niño pequeño.
Vitaminas y minerales: posee bajo contenido de hierro (0,6 mg.) y baja bio-
disponibilidad (5 a 10 %) por inhibición en la absorción de este elemento, debido
al relativo alto contenido en fósforo y calcio, generando microhemorragias a través
del tracto intestinal por un fenómeno inmune demostrado desde hace tiempo.(Rash
y cols., Arryon y Klaus, Wilson y cols.)
La mayoría de los lactantes normales entre 3 y 9 meses de edad, alimentados
con leche de vaca tienen pérdida de sangre, respuesta que va desapareciendo alrede-
dor de los 12 meses. Según datos de Ziegler y cols. esto sucede en forma progresiva
entre los 7 y ½ y 12 meses de vida.
La introducción precoz de leche de vaca entera aumenta los riesgos de apa-
rición de alergia, especialmente en lactantes con antecedentes familiares positivos.
Si las condiciones socioeconómicas no permiten al acceso a fórmulas infanti-
les para la alimentación del lactante, esta debe ser modificada a nivel familiar para
adecuarla a su fisiología y requerimientos.
Estas modificaciones tienden a diluirla según la edad del lactante durante el
primer año de vida y adicionarla con sacarosa y/o aceite, debiendo también indicar
suplementación con vitaminas y hierro a partir del 4 ° mes.

FORMULA EDAD RECONST OBSERVACIONES

L. de vaca polvo 1 mes 8 gr% 3-7gr% azúcar

L. de vaca polvo 2-12 meses 10gr% 3-7gr% azúcar

3 de leche con una de


L. de vaca fluida 1 mes 1/2
agua+ 3-7g% azúcar
3 de leche con una de
L. de vaca fluida 2-12 meses 3/4
agua+ 3-7g% azúcar

L. de vaca polvo Mas de 12m 12.5% 3-7gr% azúcar

L. de vaca fluida Mas de 12m Entera 3-7gr% azúcar

149
La información disponible indica que la leche de vaca no es un alimento idó-
neo durante el primer año de vida y que su utilización en niños menores a un año
tiene diversas implicancias, como sobrecarga renal de solutos, alergias, hipercaciuria
y anemia ferropénica.

Comparación de la composición química entre la leche humana y la leche de vaca.


Unidad de Leche humana
Componente por Litro Leche de vaca
medida madura
Calorías Kcal 747 701
Proteínas g 10.6 32.4
Carbohidratos g 71 47
Lípidos g 45 38
Colesterol mg 139 110
Sodio g 0.17 0.76
Potasio g 0.51 1.43
Calcio g 0.34 1.37
Magnesio g 0.03 0.13
Fósforo g 0.14 0.91
Hierro mg 0.50 0.45
Zinc mg 1.18 3.9
VA mg 0.61 0.27
Tiamina mg 0.14 0.43
Riboflavina mg 0.37 1.56
Vitamina B6 mg 0.18 0.51
VB12 g Trazas 6.6
Ácido Fólico g 1.4 1.3
Ácido Pantoténico mg 2.4 3.4
Ácido Ascórbico mg 52 11

Fuente: adaptado de E.Lebenthal, Gastroenterología y Nutrición en Pediatría (1985).

El consumo elevado de leche de vaca en esta etapa también se lo identifica


como un factor de riesgo de anemia ferropénica, ya que el escaso aporte de hierro
que se acopla a la caseína interfiriendo en la absorción del mineral. También se lo
identifica a este alimento como responsable de alergias alimentarias y dermatitis del
pañal.

Modo de Utilización de los Sucedáneos


Las fórmulas que se presentan en polvo no son estériles y pueden estar conta-
minadas con organismos patógenos (Enterobacter sakazakii, Salmonella entérica).
Las PPL no son productos estériles y puede presentar un riesgo cuando se los prepa-
ra y manipula indebidamente.

150
Selección del biberón
Los biberones pueden ser de vidrio o plástico, sin embargo se deben evitar
aquellos biberones elaborados con policarbonato que contienen Bisfenol A.Bisfenol
A (BPA o 2,2-bis-(4-hidroxifenil) propano) es un producto químico que se utiliza
desde hace muchos años como componente para la fabricación de policarbonato y
resinas epoxifenólicas. El policarbonato es un tipo de plástico rígido transparente
que se usa para hacer envases de alimentos, como botellas retornables de bebidas,
biberones, vajilla (platos y tazas) y recipientes. Cuando estos recipientes entran en
contacto con los alimentos, pequeñas cantidades de BPA migran del plástico o del
recubrimiento de resina a los alimentos y bebidas.
En las últimas recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Ali-
mentaria redujo la Ingesta Diaria Tolerable a 0,005 mg/kg/día.
El BPA es una de las numerosas sustancias que potencialmente puede interac-
cionar con los sistemas hormonales del cuerpo humano (disruptores endocrinos), de
hecho, su capacidad de mimetización de estrógenos (hormonas sexuales femeninas)
se conoce desde los años 30 y sus efectos sobre la fertilidad y la reproducción y el
sistema endocrino ha sido objeto de gran debate científico, ligado a informes sobre
los efectos a baja dosis de BPA en roedores. En la actualidad sigue el debate científi-
co, sin embargo en el caso de los biberones, dado el alto contacto del niño con este
utensilio para su alimentación diaria, se indica utilizar biberones que no contengan
Bisfenol A.

Higiene y esterilización no Institucional de los utensilios


El material empleado para alimentar a los lactantes y para preparar las tomas
debe ser debidamente lavado y esterilizado antes de usarlo.
t Siempre se lavarán las manos con agua y jabón antes de iniciar el proceso
de limpieza.
t Cada una de las partes del biberón se lavará cuidadosamente con agua
(mejor caliente) y jabón y con cepillo para quitar el resto de las fórmulas.
t Luego enjuagar con agua limpia.
t Esterilización: si se utiliza el esterilizador comercial se seguirán las ins-
trucciones del fabricante. Si se esteriliza por ebullición se deberán colocar
todos las partes, previamente bien lavadas, en un recipiente cubierto de
agua, y sin burbujas. Hervir por el término de 5 a 10 minutos. Antes de
retirar biberón, tetina y rosca lavarse bien nuevamente las manos.
t Para evitar la contaminación es mejor esterilizar el material antes de usar-
lo. Si no se utiliza inmediatamente, guardarlo en un lugar limpio, seco y
cubierto previamente ensamblado completamente para que no se conta-
mine el interior del biberón.

151
Preparación
Es conveniente preparar los PPL en cada toma para que el niño/a consuma
inmediatamente:
t El agua utilizada puede ser agua de red, si es potable, si no lo es o se tienen
dudas se deberá hervir a 90º por el término de 5 minutos. Es conveniente
no utilizar para la reconstitución de fórmulas agua mineral por el conte-
nido de minerales.
t La OMS indica que deberá utilizarse agua a 70º para la preparación del
biberón para eliminar microorganismos patógenos que pueden estar pre-
sentes en PPL tales como Enterobacter sakazakii y Salmonella entérica,
y luego entibiar para brindar al bebé. No se debe calentar el biberón en
microondas ya que se pueden producir bolsas de calor que impide un
calentamiento uniforme y el niño se puede quemar.
t La reconstitución se realizará colocando el volumen de agua y a esta se le
incorporará la cantidad de preparado de leche en polvo de acuerdo a la
indicación de cada caso, se agitará el biberón hasta la completa homoge-
nización del producto. Para entibiar se pondrá el biberón bajo el grifo o
en un recipiente con agua fría limpia.
t Comprobar la temperatura del alimento en el dorso de la mano.
t Se desecharan los restos.

Almacenamiento
Si es necesario preparar varios biberones para el consumo posterior, se elabo-
rarán según los pasos indicados previamente y luego se mantendrán en la heladera
o refrigerador a un temperatura de 5º o menos. El almacenamiento no debiera ser
superior a 24 horas. Para brindar al niño en cada toma se entibiará en recipiente con
agua caliente, (baño María) removiendo y facilitando el calentamiento uniforme.
No utilizar microondas.

Volumen y cantidad por toma según edad

EDAD N° DE BIBERONES VOLUMEN


1 mes 7 60-90 cc
2-4 4-6 120-150 cc
5 meses 4-5 150-180 cc
6 meses 3-4 200
7-12 meses 3 200-230
Más de 12 meses 2 250

El número de biberones y la proporción de cada uno responden a las ca-


racterísticas de cada niño. Sin embargo, es importante realizar un monitoreo del
consumo porque permite acercarse a la ingesta total de fórmula diaria, y detectar
precozmente situaciones de déficit o exceso nutricional.
152
Riesgos de la alimentación con sucedáneos
t Mayor morbimortalidad por enfermedades infecciosas: los niños alimen-
tados con PPL son más proclives a padecer de infecciones gastrointesti-
nales.
t Mayor probabilidad de desórdenes del sistema inmune: se ha asociado a
este tipo de alimentación con el desempeño de enfermedad celíaca, colitis
ulcerosa en la adultez, factor de riesgo para la enfermedad de Crhon.
t Mayor riesgo de muerte súbita junto a otros factores tales como tabaquis-
mo materno y modo de dormir
t Se la ha asociado a déficit de aprendizaje aun cuando se corrijan las varia-
bles socioambientales
t Mayor frecuencia de alergias alimentarias, asociadas a alteraciones en el
sistema inmune
t Tetania por hipocalcemia asociada a posibe hipercalciuria y la inadecuda
relación calcio/fosforo (1/1 en la leche de vaca 2/1 en la materna).
Por otro lado la manipulación inadecuada de la alimentación con fórmulas
desde los aspectos higiénicos sanitarios pueden provocar contaminación de la pre-
paración o de los utensilios, reconstitución inadecuada con impacto en el estado
nutricional provocando déficit o exceso alimentario.El uso indebido del biberón
suele asociarse a mayor caries dental.

La Lactancia Materna será el alimento indicado por excelencia en los primeros


seis meses de vida y en el primer año de vida. Cuando agotada la posibilidad del
amamantamiento se recurrirá a la alimentación con sucedáneos con un completo y
adecuado monitoreo para detectar precozmente situaciones de riesgo y favorecer el
crecimiento y desarrollo del niño en su máximo potencial.

Bibliografía

B. Ferrer Lorente. J. Dalmau Serra, Fórmulas de Continuación y Fórmulas de Crecimiento. Nutri-


ción Infantil. Acta Pediátrica Española 2005,63; 471-475
Ballabriga A. Y Carrascosa A. “Nutrición en la infancia y la adolescencia”. Tendencias y contro-
versias en la composición de las fórmulas para la alimentación del lactante. . Ed.Ergon SA
2001.
ESPGAN Commitee on Nutrition. Comments on the content and composition of lipids in infant
formulas. Acta Paeditr Scand; 80:887-96
ESPGAN Commitee on Nutrition. Comments on the content and composition of lipids in infant
formulas. Acta Paeditr Scand 1991,;80:887-96
FAO/WHO- Feed standards Programme; CODEX Alimentanium Commision : Recommended
International Standard for “follow-up” formula.
Gibson G.R, Roberfroid M.B. Dietary modulation of the human colonic microbiota: including
the concep of pediatrics. J Nutr 1994; 125:1401-12
Koletzkre B., Bremer H.J.Fat content and fatty acid composition of infant formulae. Acta Pediatr.
Scand , 78:513-21

153
Lebenthal, E. “Gastroenterología y Nutrición Pediátrica”, Ed. Salvat.
Martínez Meyer, Pediatría Reviews. “Consideraciones sobre el papel de los distintos nutrientes en
la alimentación del lactante sano del primer semestre de vida, nacido a término con peso
adecuado”. 1998.
Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad. Agencia Española de consumo, seguridad
alimentaria y nutriciòn.http://www.aecosan.msssi.gob.es/ consultado 3 de junio 2014
O’Donnell, A.M.” Nutrición Infantil”, Celsius, Buenos Aires, 1986
OMS-FAO. Preparación, almacenamiento y manipulaciòn en condiciones higiénicas de prepara-
ciones en polvo para lactantes. Directrices.OMS 2007.
Piñeiro, Guadalupe “Curso de nutrición enteral para farmacéuticos de hospital”. Complejo Hospi-
talario Pontevedra. Noviembre 2004
Rojas Montenegro -Guerrero Lozano. “Nutrición Clínica y Gastroenterología Pediátrica” Ed.
Panamericana.
Thomas, S J. “Nutrición del lactante”, Mosby/Doyma Libros S.A., Madrid, 1995 (1º edición en
español de “Nutrition of Normal Infants”, Mosby Year Books Inc., 1993)

154
CAPÍTULO 9:
ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Mgter. Patricia E. Cristaldo


Lic. María Dolores Román

Introducción

Las recomendaciones actuales de la OMS, OPS, Naciones Unidas, UNICEF,


es la promoción de la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y luego intro-
ducir otros tipos de alimentos en forma progresiva, oportuna, segura, nutricional y
culturalmente aceptable y perceptiva.
La incorporación de alimentos complementarios marca una nueva fase en
el desarrollo social, emocional, conductual y relacional de los niños pequeños con
los responsables de su cuidado. Asimismo, la alimentación complementaria brinda
oportunidades para el desarrollo de habilidades comunicativas, motoras y de coor-
dinación, como a su vez se transforma en un estimulante psicosensorial.
Sin embargo, el crecimiento infantil no mejora con la alimentación complemen-
taria antes de los seis meses, aún en condiciones óptimas (es decir, con alimentos inocuos
y nutritivos), y los alimentos complementarios introducidos antes de los seis meses tienden
a desplazar la leche materna (Cohen y col., 1994; Dewey y col, 1999).
En este sentido, es importante considerar que la introducción temprana de
alimentos distintos a la leche materna puede ocasionar: aumento de la carga renal de
solutos; predisponer a la obesidad; generar infecciones y diarrea si los alimentos no
se manejan higiénicamente; además de afectar el vínculo madre / hijo. 
A su vez, la incorporación tardía de la alimentación complementaria puede
traer aparejado trastornos en el crecimiento por insuficiente aporte calórico; defi-
ciencia de vitaminas A y C y minerales como el hierro; demora en el establecimiento
de los mecanismos de masticación-deglución; alteración de la conducta, la cual se
manifiesta en una mayor dificultad para incorporar nuevos sabores y texturas que
implicarán retraso en la formación de nuevos hábitos alimentarios.
Por ello, las personas que están a cargo de los niños pequeños durante el
primer año de vida deben recibir la orientación apropiada para llevar a cabo la ali-
155
mentación óptima de ellos. Además, el conocimiento inadecuado de los alimentos y
prácticas apropiadas de alimentación, es un factor determinante de la malnutrición
más importante que la falta de alimento.

¿Qué es la alimentación complementaria?

La ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA ha tenido diferentes defini-


ciones en el transcurso del tiempo; algunos autores la definieron como la transición
de la alimentación con leche materna a otro alimento que no sea leche; otros mencionan
que responde al período de transición durante el cual otros alimentos o líquidos son pro-
vistos al niño pequeño, juntamente con la lactancia materna, sin desplazarla.
En definitiva, se hace referencia a la alimentación que en forma concomitante
con la lactancia materna incorpora oportunamente otros alimentos o líquidos, sien-
do estos aportados en cantidad y progresión adecuada para satisfacer las demandas
de crecimiento, reuniendo los siguientes requisitos básicos:

Oportuna: comenzar en el momento justo sin disminuir los beneficios del


amamantamiento.
Nutricionalmente adecuada: proveer la energía y nutrientes adecuados para
lactantes de más de seis meses, cuya densidad calórica además de ser apropiada para
la edad, guarda relación con la frecuencia de alimentación y considera los alimentos
localmente disponibles.
Segura: ofrecida y preparada higiénicamente, es decir desde el punto de vista
bacteriológico y toxicológico, libre de contaminantes.
Perceptiva: brindada en un marco de afecto respetando las necesidades y el
ritmo del niño.
Culturalmente aceptable: acorde a los hábitos alimentarios familiares (cos-
tumbres y creencias familiares sobre la alimentación del niño) y de la comunidad a
la cual pertenece el niño.

Asimismo, es importante señalar a qué se considera BMJNFOUPTDPNQMFNFOUB-


SJPT, los cuales refieren a cualquier nutriente líquido o sólido provisto al niño junto
con la lactancia materna dividiéndolos en dos categorías. Una de las categorías que
se destaca es a los BMJNFOUPT USBOTJDJPOBMFT que responden a aquellos alimentos
específicamente preparados para cubrir las necesidades nutricionales del niño pe-
queño de manera fisiológica; y la otra categoría corresponde a BMJNFOUPTGBNJMJBSFT,
siendo los alimentos consumidos por el niño de la misma dieta de la familia, es decir
al año de vida.

156
Objetivos de la alimentación complementaria

t Aportar energía, proteínas, hierro y otros nutrientes esenciales que no se


cubren con la lactancia materna o las fórmulas infantiles.
t Estimular el desarrollo psicosensorial del niño.
t Crear patrones de horarios y hábitos alimentarios.
t Ayudar al desarrollo fisiológico de las estructuras de la cavidad orofaríngea
y de los procesos masticatorios.
t Promover la conducta exploratoria del niño.
t Estimular el desarrollo psicoemocional del niño e integrarlo a la vida fa-
miliar.

Edad óptima de inicio de la alimentación complementaria


En función de diversos estudios realizados, la edad de incorporación de ali-
mentos semisólidos ha variado sustancialmente. En la actualidad las investigaciones
efectuadas por diferentes organismos internacionales señalan que la edad óptima
y oportuna de incorporación de dichos alimentos corresponde a los seis meses de
edad, dado que es el momento que los requerimientos nutricionales del niño pe-
queño no se cubren con la lactancia materna, y aún con menores ventajas en niños
que son alimentados con fórmulas lácteas. Además, esto se basa en el desarrollo
neuromuscular, digesto-absortivas, renal e inmune. Asimismo, se deben consideran
ciertos factores de riesgo como las condiciones de la mujer madre que amamanta, la
disponibilidad de nutrientes, las condiciones ambientales e indicadores funcionales
como la morbimortalidad.

A partir de lo señalado y abordado en los procesos de maduración del niño


menor de un año, se muestra en líneas generales las aseveraciones vertidas preceden-
temente:

t .BEVSBDJØOEJHFTUPBCTPSUJWB la función digestiva de la mayoría de los


lactantes de seis meses es suficientemente madura para digerir la mayor
parte de los almidones (cocidos o hidrolizados), las proteínas y la grasa de
la dieta no láctea. Se recuerda que en el caso de la amilasa pancreática a los
cuatro meses es baja o casi ausente.
t .BEVSBDJØOSFOBM a los seis meses la filtración glomerular es del 60-80%
de la del adulto y las capacidades de concentración y de excreción de so-
dio, fosfatos e hidrogeniones son mayores que al nacimiento, aunque aún
limitadas entre los seis y los doce meses.
t %FTBSSPMMPQTJDPNPUPS hacia los cinco meses el bebé empieza a llevarse
objetos a la boca; a los seis meses el lactante inicia los movimientos de
masticación, desaparece el reflejo de extrusión y es capaz de llevar hacia
atrás el bolo alimenticio para su deglución; hacia los ocho meses la ma-

157
yoría se sienta sin apoyo y tiene suficiente flexibilidad lingual para tragar
alimentos más espesos; hacia los diez meses puede beber con una taza,
manejar una cuchara y coger alimentos con sus dedos.
t .BEVSBDJØOJONVOF la introducción de alimentación complementaria
supone la exposición a nuevos antígenos y cambios en la flora digestiva
con repercusión en el equilibrio inmunológico intestinal. Es un momento
de gran influencia sobre el patrón de inmunorrespuesta, y los factores
específicos tolerogénicos y protectores del intestino que aporta la leche
humana pueden modular y prevenir la aparición de alergias y reacciones
adversas.

Cantidad y frecuencia de las ingestas


La cantidad de alimentos que se incluyen es gradual dada por su capacidad
gástrica, la cual es entre 30 a 40 ml/kg de peso, por lo que es importante ofrecer ali-
mentos de alta densidad energética y con una cantidad elevada de micronutrientes,
en tomas pequeñas y frecuentes.
Se recomienda comenzar con raciones pequeñas, aumentando la cantidad a
medida que el niño crece, mientras se continúa ofreciendo lactancia materna con
frecuencia.
El número apropiado de comidas depende de la densidad energética de estas
y la cantidad que consuma en cada una de ellas. En general para el lactante sano
amamantado de nuestro medio, se aconseja:

t lactancia materna + 1 comida por día a los 6 meses;


t lactancia materna + 2 comidas entre los 7 y 8 meses,
t lactancia materna + 3 comidas entre los 9 y 12 meses,
t lactancia materna + 4 comidas durante el segundo año de vida.

Para la mayoría de los lactantes, la introducción progresiva de alimentos y


cuando están “listos” contribuye a la aceptación de estos, sin obligarlos a comer, y
además facilita la continuidad de la lactancia materna.
Es importante no ser muy prescriptivo en cuanto a las cantidades de alimen-
tos complementarios que deben ser consumidos, pues las necesidades de cada niño
varían debido a las diferencias en la ingesta de leche materna y la variabilidad de la
tasa de crecimiento.

Incorporación progresiva de alimentos


La incorporación de alimentos debe realizarse en forma progresiva conside-
rando que sea un alimento nuevo por vez, a fin de probar tolerancia y aceptación de
sabores; como así también detectar posibles alergias y observar que no se produzcan
reacciones adversas como erupciones, diarrea, irritabilidad, malestar general.

158
Dicha introducción gradual implica manejar intervalos semanales para intro-
ducir un próximo alimento, en las cuales se ofrecen pequeñas cantidades cada vez y
a medida que se avanza en la edad se variarán las texturas y formas de presentación
de las preparaciones. Esto último también vinculado con la aceptación de alimentos
y con la maduración neuromuscular.
No es necesario agregar sal adicional o azúcar a los alimentos que se introdu-
cen, puesto que –en cuanto a la primera inclusión- su madurez renal es incompleta,
no es conveniente que los niños se acostumbren a los sabores salados y los alimentos
ya lo tienen en su composición química. Y en la segunda inclusión porque si se le
adiciona más sabor dulce a la alimentación, se puede generar una propensión a este
sabor y limitar la posibilidad de incorporar otros a medida que se avanza en asemejar
la alimentación del niño a la dieta familiar.
Con la alimentación complementaria que supone un aporte importante de
carga renal de solutos, no es suficiente el agua aportada con la leche materna y en
otros alimentos, por lo cual se debe ofrecer con frecuencia al niño agua potable para
ayudarle a realizar una mejor filtración renal.
Se enfatiza que la incorporación progresiva de alimentos supone:

t No manejar todos los alimentos ya incorporados en forma simultánea por


medio de una papilla, por ejemplo.
t Respetar los tiempos del niño.
t No manejar alimentos como premio o castigo.
t Si el niño rechaza un alimento no debe insistirse, lo óptimo es desarrollar
otras estrategias para su inclusión progresiva.
t Que la comida no sea un motivo de perturbación familiar.
t Recordar que los bebés no siempre lloran por hambre.
t Sus necesidades no giran exclusivamente alrededor de la comida.
t No demostrar el amor a los hijos con la sobrealimentación.

En cuanto a las cantidades de cada alimento que se indica, pueden variar y en


esto es muy importante tener presente que el principio de alimentación perceptiva
es fundamental en todos los casos de inclusión, dado que las personas responsables
de la alimentación de los niños pequeños no están pesando los alimentos para saber
con exactitud la porción dada. Al respecto, se debe reconocer que las necesidades de
cada niño varían debido a diferencias en el tamaño corporal y la tasa de crecimiento.
Además, los alimentos deben ser incorporados considerando tanto el creci-
miento como el desarrollo del niño, por lo cual a continuación se detalla dicha
incorporación y su fundamento científico.

t 4&*4.&4&4%&&%"%
La leche materna sigue siendo el principal alimento, el cual se da a demanda
y frecuentemente.
Algunos autores señalan que la inclusión de los grupos de alimentos que se

159
especifican a posteriori puede ser indistinta en cuanto a las frutas o verduras, sin
embargo en cada caso se explican los motivos de su inserción progresiva.
En la práctica se suele iniciar con dos cucharadas de puré o papilla para la
aceptación progresiva de los alimentos. Puede que al principio al lactante le cueste
tomar el alimento o no sepa deglutirlo y se le caiga o lo escupa, esto es normal; se
vuelve a resaltar que lo mejor es ofrecer purés de un solo alimento, sin azúcar ni sal
ni especias y siempre después de la lactancia materna, sin obligar al niño a comer.

'SVUBT
En primera instancia se pueden incluir las frutas como manzana o banana, en
puré, sin azúcar, dado que el niño acepta como innato el sabor dulce, por lo tanto
hay menos posibilidades de rechazo a la incorporación de nuevos alimentos.
Se resalta que la inclusión de azúcar en las preparaciones le aporta calorías
“vacías”, así como el desarrollo temprano de caries en el niño; y aparte de lo señala-
do en el inicio de este tópico, este tipo de alimentos ya son ricos en azúcares en su
composición química.
El aporte diario de este tipo de alimentos es de aproximadamente 100 gr.

7FHFUBMFT
Se van introduciendo en forma de puré o papillas, siendo al principio: zana-
horia y/o calabacín, y luego papas; más tarde las demás verduras. Sin embargo se
deben evitar inicialmente aquellas que tienen alto contenido en nitratos (remolacha,
espinacas, acelgas, nabos) y también las flatulentas –alto aporte de azufre y/o fibra-
o muy aromáticas (col, coliflor, nabo, puerro, espárragos) las cuales se aconsejan
incorporar después del año de vida. Se recomienda añadir una cucharadita de aceite
crudo, y no sal. La cantidad de vegetales es de aproximadamente 100 gr. y 5 a 10
cc. de aceite una sola semilla (de maíz, girasol o uva). Esta indicación es necesaria
porque aporta ácidos grasos esenciales, facilita la absorción de vitaminas liposolubles
y mejora la densidad energética y cualidades sensoriales de la alimentación.

$BSOFT
Preferentemente se deben agregar carnes rojas que aporten mayor cantidad de
hierro a fin de cubrir con los requerimientos propios de este micronutriente. Esto
se recomienda debido a que las reservas de este mineral pueden estar afectadas y
provocar enfermedad por carencia.
Se recuerda que hasta los dos años es un período crítico por propensión a la
anemia justamente porque las reservas del hierro pueden declinar rápidamente sobre
todo si no se dio lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y se reemplazó total
o parcialmente por leche de vaca entera, como así también se realizó una ligadura
precoz del cordón umbilical y/o no se proveen alimentos ricos en hierro. Por lo tan-
to, cuanto mayor sea el tiempo de la lactancia materna, más oportunidades tiene el
pequeño de acceder a un hierro altamente biodisponible (ver luego suplementación
vitamínica y mineral).

160
La situación de carencia mencionada se incrementa en ciertos casos cuando la
incorporación de la carne se hace en forma tardía, de allí la importancia de su inclu-
sión después de la aceptación de los grupos de alimentos precedentes.
La carne debe ser sin grasa de vaca o de pollo (sin piel), bien cocida ya sea a
la plancha o hervida y adecuadamente picada finamente o rallada. Se puede hacer el
reemplazo de este tipo de carnes por hígado bien cocido y molido o morcilla tami-
zada sin grasa ni condimentos ni piel –una vez por semana.
La cantidad de carne es de 30 a 60 gr.

t 4*&5&.&4&4%&&%"%
En este mes se incorporan otros alimentos como:

$FSFBMFT
A partir de los 7 meses se pueden ofrecer al niño cereales como arroz, maíz,
avena, trigo y sus harinas, siempre agregando uno a uno, esperando un intervalo de
5 a 6 días antes de incorporar uno nuevo de modo tal que, en caso de haber alguna
intolerancia, sea posible identificar con mayor facilidad el que puede ser el causante
de tal intolerancia.
Además, se sugiere prestar especial atención al tipo de preparaciones para pa-
sar gradualmente de papillas a otras texturas y consistencias propias de cada cereal.
Por ejemplo, en el caso de los fideos, comenzar siempre con fideos pequeños, de la-
minado fino tipo cabellos de ángel para ir incorporando lentamente otros de mayor
tamaño.
En el caso de niños con antecedentes familiares de enfermedad celíaca, se debe
estar atento a la aparición de manifestaciones clínicas que indiquen la necesidad de
suprimir la ingesta de cereales con gluten.

7FHFUBMFT
Al mismo tiempo de las papillas de los vegetales anteriores, se puede incorpo-
rar el zapallito.

-FHVNCSFTTJOQJFM
Se agregarán las legumbres sin piel y tamizadas en puré, menos la soja por las
contraindicaciones que este alimento tiene para niños menores de dos años.
Las legumbres aportan proteínas que al combinarlas con los cereales sin gluten
–en la misma ingesta- mejoran el aporte de aminoácidos esenciales incrementando
su calidad nutricional.

t 0$)0.&4&4%&&%"%
A los ocho meses de vida se incorpora la cena dentro de las ingestas que ya
desarrollaba. A partir de esta edad se pueden ofrecer también:

161
:PHVS
Fundamentalmente corresponde a yogur entero de vainilla. Este tipo de ali-
mento ofrece menos riesgo de contaminación y por lo tanto, de generar enferme-
dades gastrointestinales en comparación con otras leches líquidas no fermentadas;
puesto que el yogur es más resistente al crecimiento bacteriano. La fermentación
también puede contribuir a la absorción de minerales.
Actualmente, la industria alimentaria ha desarrollado líneas de yogures ela-
borados con leche modificada, por lo que resultan más adecuados para el grado de
madurez de los sistemas digestivo, renal e inmunológico del niño, que los yogures
comunes.

:FNBEFIVFWP
Solo se incluye la yema de huevo a partir de los ocho meses, cocida por com-
pleto, comenzando con un cuarto de esta, dado que la clara de huevo tiene albú-
minas, son altamente alergénicas, y la permeabilidad a macromoléculas proteicas
puede desencadenar reacciones inmunológicas.

t /6&7&:%*&;.&4&4%&&%"%
A esta edad el plato de comida que puede ingerir será de aproximadamente ¾
y se incluyen otros tipos de alimentos hasta llegar al año a ajustarse a los alimentos y
preparaciones del resto de la familia, con la consideración de algunos alimentos que
es más conveniente incluirlos después de los dos años de vida.
A partir de los diez meses, se debe modificar gradualmente la textura de los
alimentos y sus formas dado que su aparato digestivo así lo permite y se estimula la
masticación y la aceptación de los alimentos.
Es importante que coma por sí solo aunque tire la comida, esto favorece su
desarrollo.
Entre los alimentos que se incluyen en estos meses son:

t 7FHFUBMFTse agrega el choclo rallado o triturado. Se pueden preparar los


diferentes vegetales permitidos hasta el momento con salsa blanca, ricota
o en ensaladas cortadas en trozos chicos.
t -ÈDUFPTse añade el queso tipo senda y la ricota, incrementando el aporte
de calcio en la dieta. Sin embargo se evitan aquellos quesos que puedan
tener alto contenido en sodio.
t $MBSBEFIVFWP
t %VMDFTEFCBUBUBZEFNFNCSJMMP.
t 1FTDBEPTJOFTQJOB: este tipo de alimento se incluye siempre que el niño
no tenga antecedentes familiares alérgicos hacia este alimento.

162
Otros alimentos que deben ser incluidos después del año de vida
SAL:
Numerosas investigaciones indican que una ingesta excesiva de sodio en la
infancia temprana puede programar el desarrollo de una presión arterial más elevada
en las etapas posteriores de la vida, especialmente en los niños genéticamente pre-
dispuestos a padecer hipertensión, y que deberían identificarse mediante los ante-
cedentes familiares. A continuación se expresan las hipótesis desde el punto de vista
biológico que dan mayor fundamento a esta aseveración:
1. La presión arterial de los lactantes puede elevarse por un alto aporte de
sodio por medio de mecanismos similares a los de los adultos, por lo que este dife-
rencial en la presión arterial se puede mantener en las etapas posteriores de la vida,
con un mayor riesgo de hipertensión en la edad adulta.
2. La exposición postnatal a altos niveles de sodio puede causar un daño en
los riñones que puede afectar a la capacidad de manejo de la sensibilidad a la sal y
provocar una elevación de la presión arterial en la edad adulta.
3. La preferencia por determinados alimentos y/o la sensibilidad a los sabores
salados puede estar programado in útero o en la etapa postnatal temprana, y estar
influida por la exposición al sodio en esta etapa. Si esta preferencia persiste en el
transcurso del tiempo, eventualmente puede aumentar el riesgo de hipertensión.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta, es el desarrollo del sentido del gusto
de los lactantes por el sabor salado. Varios estudios han señalado que en los lactantes,
el sabor salado es apreciado como neutro y que los modelos adultos de preferencia
por el sabor salado no aparecen hasta los 2 años de edad. La preferencia por el sabor
salado puede ser modificada por la experiencia individual y esto es consistente con
las investigaciones que han mostrado que los cambios introducidos en el consumo
alimentario de sodio son seguidos por los cambios en la aceptación de la sal.
Todos estos resultados evidencian que, incluso en los lactantes pequeños, la
experiencia previa con un nivel de sal determinado en los alimentos conduce a la
habituación, aceptación y preferencia por este nivel. Estas preferencias desarrolladas
en el primer año de vida por los sabores salados pueden tener efectos a largo plazo.
Por ello, es muy importante que los alimentos administrados en la alimentación
complementaria tengan un nivel muy bajo en sodio, incluso en el caso de que pueda
parecer que sea necesario añadir sal para el sabor del adulto.

MIEL:
La miel puede contener esporas de clostridium botulinum que pueden ser
absorbidas mediante el intestino inmaduro del lactante, por lo que se desaconseja su
consumo en menores de un año.

Bebidas con bajo valor nutritivo:


El té y el café contienen compuestos que interfieren con la absorción de hie-
rro, como son los taninos y xantinas, y por esta razón no son recomendados para

163
niños pequeños.
En el caso de las bebidas azucaradas como las aguas saborizadas y gaseosas,
deben ser evitadas porque fundamentalmente aportan energía y, por lo tanto, dis-
minuyen el apetito de los niños por alimentos más nutritivos.
Por su parte, el consumo excesivo de jugos también puede disminuir el apetito
de los niños pequeños por otros alimentos y puede ocasionar heces sueltas. Por esta
razón, la Academia Americana de Pediatría (1998) recomendó que no se consuma
más de 240 ml de jugo de frutas al día. Los resultados de estudios realizados en los
Estados Unidos han relacionado el consumo excesivo de jugo de frutas con el retraso
en el crecimiento, así como con la baja estatura y la obesidad, aunque otros estudios
resaltan que dichos resultados no han sido observados consistentemente.

FRUTAS Y VEGETALES:
Las frutas cítricas como naranja, mandarinas, kiwi o frutilla no son recomen-
dadas antes del año de vida por la predisposición a generar reacciones alérgicas. Tal
situación también se da en el consumo de tomate. En cuanto a la sandía y melón,
suelen producir intolerancia digestiva, por lo cual no se aconsejan antes de este pe-
ríodo.

SOJA:
Las proteínas de la soja no son adecuadas para niños menores de dos años,
cuyo patrón de aminoácidos es más exigente.
Según el Foro para el Plan de Alimentación y Nutrición del año 2002 realiza-
do en Argentina estableció contraindicaciones para su consumo en niños hasta los
dos años, dichos motivos son:
t alto contenido de fibras,
t déficit de aminoácidos azufrados en las etapas de crecimiento rápido, de
0 a 2 años.
t factores inhibidores de tripsina, los cuales pueden afectar la digestión y
absorción de las proteínas.
t presencia de isoflavonas, cuyos efectos estrogénicos podrían ser responsa-
bles de la aparición de telarca precoz y el adelanto de eventos puberales
en las niñas o ginecomastia en niños, como así producir anormalidades
inmunológicas.
t ciertas bebidas con soja pueden ocasionar caries y erosión dentaria en
niños.
t patrón mineral presenta una relación calcio-fósforo inadecuada que puede
producir complicaciones de mineralización ósea en niños pequeños.

FIBRA:
El aporte de fibra no debe ser superior a 1g/100g de alimento durante los dos
primeros años de vida, por las interferencias que esta ocasiona en la absorción del
hierro, zinc y calcio, por acción del ácido fítico contenido en los alimentos de ori-

164
gen vegetal como cereales integrales y legumbres. Por lo cual estos alimentos deben
evitarse.
El contenido en fitatos puede ser disminuido sustancialmente por medio de
la fermentación, germinación y remojo. Estas pueden ser algunas prácticas que se
pueden desarrollar para aumentar la biodisponiblidad de los minerales provenientes
de los alimentos complementarios.

NITRATOS:
Los vegetales como espinaca, remolacha, acelga, brócoli y coliflor presentan
niveles muy altos de nitratos.
En los lactantes, las enterobacterias reductoras de nitrato a nitritos lo hacen en
la parte superior del tubo gastrointestinal debido al alto pH. De esta manera, pro-
ducen una gran cantidad de nitritos que causan metahemoglobinemia. Esos nitritos
entran en contacto con los glóbulos rojos provocando la oxidación del hierro del
grupo hemo; la metahemoglobina resultante es incapaz de captar oxígeno, lo cual
provoca hipoxemia y cianosis.
Además, la hemoglobina fetal se encuentra en cantidades considerables en los
niños pequeños y esta se convierte fácilmente en metahemoglobina y los lactantes
son menos capaces de reducir la metahemoglobina a la forma ferrosa por su defi-
ciencia en enzimas necesarias para este proceso.
Por las razones presentadas, se recomienda evitar el consumo de este tipo de
vegetales durante el primer año de vida.

Otros alimentos y preparaciones:

En niños menores de un año con historia familiar de alergias según la Asocia-


ción Americana de Pediatría, deben evitar la leche de vaca hasta cumplir el año de
vida, los huevos hasta el segundo año y las nueces, maní, pescado y mariscos hasta
el tercer año de vida. Dichos alimentos tienen un alto potencial alergénico por lo
cual se considera que si se demoran en su inclusión pueden prevenir algunas alergias
alimentarias y la dermatitis atópica en lactantes de alto riesgo.
En cuanto a las golosinas, deben evitarse porque pueden inducir hábitos in-
adecuados a nivel gustativo y asimismo, al exceso de peso. En el caso del chocolate
no debe ser introducido ante de los dos años de edad por su alto poder alergénico,
además dado su alto contenido calórico y pobre en otros nutrientes y rico en grasa
deben ser consumidos con moderación.
También deben evitarse antes del año de vida las frituras, fiambres y embu-
tidos por su alto aporte en grasas y sodio, así como los picantes y salsas por ser irri-
tativos de la mucosa gástrica y por contener sustancias potencialmente alergénicas.

165
Suplementos vitamínicos y/o minerales
La ingesta variada de alimentos hace usualmente innecesaria la utilización de
alimentos fortificados, así como la lactancia materna exclusiva durante los primeros
seis meses de vida. Sin embargo, en algunas poblaciones y situaciones particulares
pueden ser necesarios. Se debe valorar la utilización de alimentos fortificados cuan-
do exista riesgo de ingesta inadecuada de vitaminas o minerales. Es especialmente
importante la vitamina D dado el incremento del raquitismo bioquímico y también
clínico en los países desarrollados; por ello el Comité de Nutrición de la Asociación
Americana de Pediatría (AAP) recomienda la suplementación con 200 U. de vita-
mina D para lactantes que ingieren menos de 500 ml/día de leche materna o de
fórmula. También se presentan otros micronutrientes críticos como la vitamina A,
C, B12, el hierro, zinc, flúor, calcio.
Los alimentos complementarios sin fortificar de origen predominantemente
vegetal generalmente no proveen suficiente cantidad de ciertos nutrientes claves (es-
pecialmente hierro, zinc y calcio) para cubrir las ingestas recomendadas entre los 6
y 24 meses de edad. La inclusión de alimentos de fuente animal pueden llenar este
vacío en algunos casos, sin embargo, esto aumenta el costo y puede ser impráctico
para los grupos de bajos ingresos. Más aún, las cantidades de alimentos de fuente
animal que pueden ser consumidos por niños menores de un año (esto es, entre los,
6 y 12 meses de edad) son generalmente insuficientes para cubrir las necesidades de
hierro, calcio y a veces zinc.
Una alternativa a la fortificación de alimentos es el uso de suplementos de
vitaminas y minerales que son administrados directamente al menor de un año (es
decir, como gotas medicinales) o mezclados con los alimentos complementarios (es
decir como gránulos o pastas a base de grasa).
La desnutrición materna puede afectar la concentración de ciertos nutrientes
en la leche materna (especialmente de vitaminas). Mejorar la dieta de la mujer ma-
dre es la primera opción, pero cuando esto no es suficiente, el consumo de produc-
tos fortificados o suplementos de vitaminas y minerales durante la lactancia pueden
contribuir a asegurar que el lactante tenga una ingesta adecuada de nutrientes y
puede mejorar el estado nutricional de la mujer madre.

Consistencia de los alimentos


El desarrollo neuromuscular de los niños determina la edad mínima según la
cual puede comer ciertos tipos de alimentos (OMS/UNICEF, 1998). Los alimentos
semisólidos o purés son necesarios al comienzo hasta que aparezca la habilidad de
mordisquear (movimientos de la mandíbula hacia arriba y abajo) o masticar (uso de
los dientes). Las habilidades descritas representan las aptitudes normales de niños
sanos a diferentes edades. Cuando se ofrece alimentos de consistencia inapropiada,
es posible que el niño no logre consumir una cantidad significativa o que demore
tanto en comer que su ingesta de alimentos se encuentre comprometida.
Los resultados de varios estudios demuestran que a los doce meses, la mayoría

166
de los niños ya puede consumir los alimentos familiares de consistencia sólida, aun-
que muchos aún reciben alimentos semisólidos (presumiblemente porque pueden
consumirlos más eficientemente y ello significa una demanda más baja del tiempo
requerido para alimentarlos).
Algunas investigaciones sugieren que existe una “ventana crítica” de tiempo
para introducir alimentos sólidos “grumosos”: si estos no se introducen antes de
los 10 meses de edad, es posible que aumente el riesgo de dificultades durante la
alimentación en el futuro. Por lo tanto, aunque dar alimentos semisólidos ahorre
tiempo, para provecho del desarrollo infantil se recomienda aumentar la consisten-
cia de los alimentos gradualmente de acuerdo con la edad del niño.

Edad (meses) Consistencia Mecanismo cavidad orofaríngea

Hasta 4 a 6 Líquida Succión y Protusión


4a7 Semisólida Protusión - Inicio Masticación
7 a 12 Sólida Masticación

Proporción de Energía y Proteínas que deben ser aportadas por los alimentos
complementarios según la edad

% Calórico aportado
Edad (meses) % Calórico aportando por LM
por AC
6-8 60 – 70 40 - 30
9 – 11 40 - 45 60 - 55
12 - 23 30 70

LM: Lactancia Materna


AC: Alimentación Complementaria

Estrategias para desarrollo de la alimentación complementaria

t -BBMJNFOUBDJØODPNQMFNFOUBSJBBEFDVBEBDPNQSFOEFVOBDPNCJOB-
DJØOEFQSÈDUJDBTQBSBNBOUFOFSMBJOHFTUBEFMFDIFNBUFSOBZ BMNJT-
NPUJFNQP NFKPSBSMBDBMJEBEZMBDBOUJEBEEFMPTBMJNFOUPTRVFMPT
OJ×PTDPOTVNFODurante el período que va de los seis a los once meses
los lactantes son particularmente vulnerables porque están aprendiendo
a comer y hay que darles alimentos blandos, con frecuencia y con pa-
ciencia. Es necesario prestar mucha atención para asegurarse de que estos
alimentos complementen y no reemplacen a la leche materna. Durante el
segundo año de vida, la leche materna sigue siendo una fuente importante

167
de energía, proteínas y micronutrientes. Por lo tanto, la lactancia materna
debería continuar hasta los 24 meses o más.
t &M NFKPSBNJFOUP EF MB BMJNFOUBDJØO DPNQMFNFOUBSJB SFRVJFSF VOB
DPNCJOBDJØOEFFTUSBUFHJBT. La ingesta calórica puede mejorarse incre-
mentando la frecuencia del amamantamiento, aumentando el tamaño
de las porciones de los alimentos, alimentando a los niños con mayor
frecuencia y/o suministrando alimentos de mayor densidad calórica. La
ingesta de micronutrientes puede aumentarse diversificando la dieta, in-
cluyendo frutas, verduras, y productos de origen animal, suministrando
alimentos enriquecidos, y/o suplementos. También es importante selec-
cionar combinaciones de alimentos que favorezcan la disponibilidad y la
absorción de los micronutrientes.
t *OUSPEVDJS BMJNFOUPT DPNQMFNFOUBSJPT B QBSUJS EF MPT TFJT NFTFT EF
FEBE y como ya se especificó con anterioridad,BVNFOUBSMBDBOUJEBE
EFBMJNFOUPTBNFEJEBRVFFMMBDUBOUFDSFDFBMBWF[RVFTFNBOUJFOF
MBMBDUBODJBGSFDVFOUF
t "VNFOUBSHSBEVBMNFOUFMBDPOTJTUFODJBZMBWBSJFEBEEFMPTBMJNFO-
UPTBNFEJEBRVFFMMBDUBOUFDSFDF BEBQUBOEPMBBMJNFOUBDJØOBTVT
OFDFTJEBEFTZIBCJMJEBEFT por ejemplo: dar purés/papillas y alimentos
semisólidos ablandados con leche materna, si es posible, a partir de los seis
meses de edad; ofrecer combinaciones de alimentos blandos y densos en
calorías a los lactantes de seis a once meses de edad; introducir alimentos
que se puedan comer con las manos (colaciones que el lactante pueda
comer sin necesidad de ayuda) a partir de los ocho meses de edad aproxi-
madamente; hacer la transición a la dieta familiar a los doce meses de edad
aproximadamente.

En este proceso, se debe tener presente que los alimentos complementarios


están influenciados por pautas culturales, mitos y creencias arraigados en cada co-
munidad y familia, así como por la accesibilidad de estos y la educación materna,
y a nivel contextual por los patrones sociales, políticos y económicos del momento
histórico que se participe. Por lo tanto, más allá de tener en cuenta las orientaciones
de la alimentación complementaria en sus bases científicas, es importante considerar
los factores mencionados para establecer las mejores estrategias para la promoción
de adecuados hábitos alimentarios desde edades tempranas; puesto que transgredir
las normas, tradiciones, creencias y actitudes establecidas con respecto a cualquier
práctica alimentaria genera mayor resistencia en quienes son responsables del cui-
dado de la salud y nutrición de los niños. Como profesionales de la salud debemos
reconocer los factores limitantes de las acciones saludables, abordarlas y contribuir a
la apropiación de hábitos saludables desde el trabajo conjunto con la comunidad y
cada miembro de la familia que solicita nuestros servicios.

168
Alimentación perceptiva
La alimentación perceptiva desde lo que implica el cuidado psicosocial según
los principios que plantea la OMS/OPS en cuanto a alimentación complementaria,
implica:
t Alimentar a los lactantes directamente y asistir a los niños mayores cuando
comen por sí solos, respondiendo a sus signos de hambre y satisfacción.
t Alimentar despacio y pacientemente y animar a los niños a comer, sin
obligarlos porque genera más rechazo y resistencia a aceptar alimentos
nuevos.
t Si los niños rechazan varios alimentos, experimentar con diversas combi-
naciones, sabores, texturas y métodos para animarlos a comer.
t Minimizar las distracciones durante las horas de comida si el niño pierde
interés rápidamente.
t Recordar que los momentos de comer son períodos de aprendizaje y amor
por ejemplo hablar con ellos y mantener el contacto visual.
t Es importante recordar que los niños comen despacio y necesitan que
se les dedique tiempo extra, atención y afecto y que los adultos que les
ayudan deben armarse de paciencia. Siempre deben estar supervisados
mientras comen.

Consecuencias de la introducción precoz de alimentos


Como ya se señalara en la introducción de este capítulo, la introducción pre-
coz de alimentos complementarios en el lactante trae aparejado diferentes compli-
caciones, entre ellas:
t Reduce la frecuencia e intensidad de la succión en cada mamada, por lo
cual repercute en el sostenimiento de la lactancia materna.
t La incorporación temprana de vegetales puede ocasionar interferencias
con la absorción del hierro de la leche materna.
t Las enfermedades diarreicas debido a la precariedad del saneamiento am-
biental familiar y barrial, entre ellas la disponibilidad de agua potable y
segura.
t Las alergias se deben por la inclusión precoz de alimentos complementa-
rios potencialmente alérgenos y la inmadurez del sistema inmunológico
intestinal.
t La obesidad porque los lactantes no regulan eficazmente su ingesta de
leche materna.
t La hipertensión, como ya se explicitó en uno de los tópicos presentados.

169
Alimentación y neofobia durante el proceso de
complementación y primera infancia

El nacimiento del niño es bajo el punto de vista nutricional un hecho suma-


mente traumático. Por medio de la comida un ser recién nacido comienza a vincu-
larse con el mundo que lo rodea. La transición desde una alimentación exclusiva-
mente láctea en los primeros seis meses de la vida al esquema de alimentación propia
del hogar es un reflejo de la amplitud de alimentos de consumo humano y de sus
modos de preparación al cual el niño debe incorporarse. Así, de una alimentación
láctea semejante entre todas las culturas en el primer semestre de vida, se pasa a una
variedad de dietas o formas de alimentación determinadas por la cultura a la que
pertenece el grupo familiar.
La alimentación ha sido objeto predilecto de estudio por parte de los psicólo-
gos más importantes del siglo (entre ellos: Freud) estudiando las causas de patologías
psiquiátricas y neuróticas, dividió la infancia en tres etapas en las que distintos órga-
nos tenían el comando del desarrollo emocional. Así fue que describió las siguientes
etapas: oral, anal y genital en el niño, teorizando que situaciones traumáticas -en
estas edades- perturbarían el futuro emocional del sujeto.
Piaget consideró que el desarrollo del niño es consecuencia de su deseo de
dominar el medio ambiente. La alimentación es una de las manifestaciones de este
deseo de dominación. Llevarse todo a la boca, como hacen todos los mamíferos, es
una primera prioridad, aprender lo que es comestible y lo que no lo es.
Basado en las teorías de Piaget, Gessell transcurrió años observando el desa-
rrollo de niños desde el nacimiento hasta la adolescencia. Gessell otorgó una gran
importancia a las alteraciones en la alimentación del niño en el primer año de vida
considerando que eran de gran trascendencia para su futuro evolutivo.
La primera etapa de adaptación que corresponde a los dos primeros meses de
vida, ha sido denominada de homeostasis, en la que el niño hace los ajustes necesa-
rios para su vida extrauterina, tanto en lo fisiológico como en lo social, identificán-
dose con su cuidador.
A esta etapa de homeostasis, cuando ha transcurrido adecuadamente, con-
tinúa una de gozo e interacción profunda entre el niño y su cuidador. Una de las
denominaciones que recibe es etapa del enamoramiento, y se extiende entre los dos
y ocho meses de vida. En esta etapa, la interacción del niño con su madre o cuidador
está llena de sonrisas y gorgoritos, o de gozosa anticipación a la comida, de pequeños
descansos sociales durante la alimentación, en los que el niño mira, sonríe y actúa
solicitando respuestas de su madre y también del medio ambiente cuando este es
más grande.
A partir del octavo mes comienza la tercera etapa: de la independencia, en
que el niño, ya más dueño de sus actos y con crecientes habilidades, comienza a
pretender hacer las cosas por sí mismo.
Es la época de la renuencia a incorporar nuevos sabores y texturas, es lo que
se denomina neofobia que de a poco se puede transformar, si existe una adecuada

170
actitud de la familia, promoviendo la neofilia, es decir estimulando el interés por los
nuevos alimentos. Es cuando se adoptan preferencias alimentarias de algún adulto
importante, así como los rechazos.

La neofobia es el miedo a la incorporación de nuevos alimentos en la dieta, este


es un trastorno muy frecuente que suele darse entre los niños, se niegan a comer
alimentos que no conocen.

La preferencia por los alimentos dulces es innata y se mantiene hasta los dos
años. Pero es aquí -según Rozin et al (1986)- que se inicia una profundización en el
rechazo a alimentos nuevos, momento en que el desarrollo cognitivo de los niños
permite la formación del concepto alimento.
Los factores biológicos y los culturales pueden interactuar en forma sinérgica
o antagónica. La predilección innata por los dulces se ve reforzada por pautas cul-
turales que fomentan su uso. La industria azucarera fue la primera agroindustria de
la humanidad y a posteriori ha habido un tremendo desarrollo de edulcorantes sin-
téticos y naturales para la elaboración de alimentos a los que son destinados o cuyos
clientes predilectos son los niños.
Los modos de aprendizaje por medio de los cuales se establecerían las prefe-
rencias o rechazos alimentarios en los niños están asociados a procesos asociativos
y no asociativos. Entre los no asociativos está la exposición repetida a un alimento
que es una forma muy efectiva para aumentar la aceptación de nuevas comidas.
Algunos estudios muestran que al exponer repetidamente al niño a comidas nove-
dosas inicialmente rechazadas, estas fueron finalmente aceptadas al cabo de hasta 10
exposiciones. Entre los procesos asociativos, el comer se da en un contexto social y
de hecho desde los primeros años de vida muchos de los encuentros entre padres e
hijos se dan en este contexto; los niños aprenden así a asociar comidas con contextos
y consecuencias.
En nuestra cultura occidental las pautas alimentarias son transmitidas prin-
cipalmente vía materna. Las experiencias tempranas del niño con la comida, y en
especial las prácticas de alimentación utilizadas por los padres, tienen fundamental
importancia en los hábitos de alimentación desarrollados por los sujetos.
Es una época que exige ingenio y paciencia al cuidador y a la familia. Debe
sentar los límites a ese deseo de independencia encauzándolo adecuadamente, in-
troducirlo a nuevos alimentos y evitar comentarios negativos respecto a alimentos
nutritivos para el niño, a pesar de no ser de preferencia del cuidador quien debe
procurar ofrecer frecuentemente alimentos nuevos al niño, no ofendiéndose ni eno-
jándose si los rechaza por inapetencia o neofobia.
Esta edad de la vida coincide además con la del adelgazamiento fisiológico.
Recordar que el bebé en su primer año de vida es un obeso fisiológico, el 40% de su
aumento de peso está constituido por grasa.
Muy frecuentemente, las madres o cuidadores no comprenden lo que aconte-
ce en esta edad, iniciando una guerra personal con el hijo respecto a sus conductas

171
e inapetencia de la cual pierden todos. Se premian y se castigan conductas alimen-
tarias que, en general, son reforzadores negativos según la teoría conductual, agra-
vándose cada vez más la situación, hasta extremos que van desde el sometimiento
familiar a los caprichos alimentarios del niño; hasta el maltrato y castigos severos al
niño que no hace lo que debe en la mesa.
Como se mencionó anteriormente, una de las tareas principales en el desarro-
llo de un niño, es diferenciar lo que es comestible de lo que no lo es. Posteriormente
la aceptación de alimentos va teniendo lugar a través de varios mecanismos. Uno de
los más fuertes estímulos es la simple y repetitiva exposición a un alimento, lo cual
es un concepto importante para promover en las madres y otros cuidadores en la
educación alimentaria de sus hijos. Esta reiterativa exposición a un alimento permi-
te la disipación del innato temor de que un alimento pudiese resultar inadecuado
–neofobia. La aceptación de un alimento o la preferencia por un determinado tipo
depende del estado fisiológico del niño. Así es que un niño con hambre preferirá
un alimento con alta densidad energética versus otro de bajas caloría, y a la inversa,
cuando los padres ofrecen otros alimentos o golosinas o bebidas dulces antes de la
comida suele presentarse inapetencia en el momento de la alimentación.
Las preferencias por determinados alimentos que un niño pudiese tener, dis-
minuyen o desaparecen si los adultos para ellos importantes manifiestan negativa
y públicamente su rechazo por los mismos. También si un niño es motivado con
premios para que coma determinado tipo de alimento o ensalzando sus virtudes
nutricionales, lo aceptará mientras se mantenga el estímulo, pero no bien este cese,
el niño disminuirá o cesará el consumo del alimento.
Las principales estrategias serán las que pueda implementar la madre/cuida-
dor sobre la trascendencia de la alimentación como una de las principales formas de
relacionarse el niño con el medio, entre las que se reconocen:

t La importancia de interpretar la satisfacción y autorregulación de la inges-


ta por parte del niño.
t Que el apetito no es igual todos los días.
t A medida que el niño crece se hace necesario permitir tocar la comida
con sus manos; por lo tanto, es importante que las preparaciones tengan
distinta consistencia y tamaño para que pueda tomarla con sus dedos.
t Adecuar las porciones: es conveniente que sean pequeñas para que pueda
consumir lo que se le sirve y felicitarlo cuando finaliza sus alimentos
t Paciencia frente a las distracciones y esperar a que recupere su interés por
el alimento.
t Sentarse frente al niño cuando este se alimenta y socialice.
t Periódicamente incorporar nuevos alimentos y que con cierta frecuencia
los ofrezca nuevamente hasta que el niño los acepte espontáneamente.
t Que no sienta que la comida preparada por el cuidador y rechazada por el
niño es un problema personal.
t Paulatinamente deberá incorporarse a la mesa familiar donde deberá ir

172
adoptando un comportamiento social sin presiones y con una enseñanza
que tenga continuidad y seguridad.

Se estima que un 25 a un 35% de las consultas pediátricas se plantean pro-


blemas respecto a la alimentación de sus hijos. De allí que el equipo de salud debe
informar y acompañar a los padres preocupados so pena de que el problema se
agrave progresivamente.

Una inadecuada relación cuidador - niño alrededor de la comida y la formación


de hábitos alimentarios inadecuados pueden conducir a trastornos del apetito.

Bibliografía

Birch L, Marlin DW: I don’t like it; I never tried it: Effects of exposure to food on two-years-old
children’s food preference. Appetite, 1982; 4: 353-60.
Birch L, McPhee L, Sullivan S, Johnson S: Conditioned meal initiation in young children. Appeti-
te, 1989; 13: 105-13.
Busdiecker B.S.; Castillo D.C., Salas A.I. Cambios en los hábitos de alimentación durante la infan-
cia: una visión antropológica. Rev. chil. pediatr. v.71 n.1 Santiago de Chile, 2000.
Chacón Villalobos Alejandro. Percepción de Alimentos en el primer lustro de vida; aspectos inna-
tos, causalidad y modificaciones derivadas de la experiencia de vida. Revista Actualidades
Investigativas en Educación. Vol. 11 N° 3. Universidad de Costa Rica. 2011.
Dena M. Camarenaa y Ana I. Sanjuana. Economía Agraria y Recursos Naturales. ISSN: 1578-
0732. Vol. 8, 2. 2008. pp. 93-104 Una aplicación de la escala de fobia a los alimentos
nuevos. El caso de los alimentos étnicos.
Domínguez.-Vazquez P., Olivares S., SantosJL. Influencia familiar sobre la conducta alimentaria y
su relación con la obesidad infantil. Archivos Latinoamericanos de Nutrición Vol.58 N 3
2008.
Hernández Aguilar M.T. Alimentación Complementaria. Aepap Curso de Actualización Pediatría.
Exlibris Ediciones. Madrid. 2006.
LINKAGES (Programa de Lactancia Materna, Alimentación Complementaria, y Nutrición
Materna) y del Proyecto SARA (Apoyo para el Análisis y la Investigación en África) Datos
importantes sobre alimentación: Pautas para la alimentación complementaria de lactantes
de 6 a 24 meses. Academy for Educational Development / USAID. Washington DC.2002.
Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación. Guías Alimentarias para la Población Infantil. Con-
sideraciones para los equipos de salud. 2006.
O´Donell, A.M. Desarrollo Infantil y Alimentación. Boletín CESNI, Vol. 5. Buenos Aires, 1992.
OPS/OMS. Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño no amaman-
tado. Unidad de Nutrición, Salud de la familia y la comunidad. OPS. Washington DC.
2003. Obtenido en: http://www.paho.org
OPS/OMS.Principios de orientación para la alimentación complementaria del niño amamantado.
Unidad de Nutrición, Salud de la familia y la comunidad. OPS. Washington DC. 2003.
Obtenido en: http://www.paho.org
Sociedad Argentina de Pediatría (2001). Guía de Alimentación para niños sanos de 0 a 2 años.
Comité de Nutrición. Buenos Aires. Obtenido en: http://www.sap.org.ar

173
CAPÍTULO 10:
NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN DEL NIÑO
DURANTE LAS ETAPAS PREESCOLAR Y ESCOLAR

PERÍODO DE CRECIMIENTO ESTABLE: ETAPA PREESCOLAR

Mgter. María del Carmen Grande

La etapa preescolar comprende el período de la vida del niño desde los dos
años hasta los cinco años de vida inclusive. Es una etapa de particular significación
para el fomento y regulación de disímiles mecanismos fisiológicos que influyen en
aspectos físicos, psicológicos y sociales destacándose el papel de la familia en el de-
sarrollo adecuado.

Características del crecimiento y composición corporal


Los indicadores que resultan fundamentales en esta etapa para evaluar el cre-
cimiento son las dimensiones consideradas básicas como: talla, peso y circunferencia
cefálica.
La cantidad de centímetros que un individuo gana en talla cada año se considera
como la velocidad de crecimiento estatural, la cual no es constante y tiene cambios en el
tiempo.
Durante el período preescolar se produce una desaceleración de la velocidad
de crecimiento lineal con respecto a la que tuvo durante el primer año de vida y la
que tendrá durante su adolescencia.
La ganancia de peso por año es de 2 a 2, 5 kg entre el primer y el tercer año de
vida y de 2,5 a 3,5 kg por año entre los cuatro y seis años de edad. La talla aumenta
12cm en el segundo año, 8 a 9 cm durante el tercero y 5 a 7 cm a partir del cuarto
año de vida.
La disminución progresiva en la velocidad de crecimiento va acompañada
de una reducción de las necesidades nutricionales expresadas en relación al tamaño
corporal. Este modo en el que se produce el crecimiento coincide con la silueta lon-
gilínea y magra que le es propia al niño de esta etapa.

175
Se produce una disminución de la grasa corporal, incremento de la masa mus-
cular y el aumento de la masa ósea. Estos cambios, junto con un mayor incremento
en la talla que en el peso, son responsables de la modificación de la silueta.
A su vez, se observan otras modificaciones en la composición corporal. Desde
el primer año de vida hasta los cinco años el agua corporal total disminuye. Duran-
te este período la disminución del líquido extracelular y el aumento en el líquido
intracelular es mayor en los niños que en las niñas. Esto indica que la masa magra
es mayor en el sexo masculino que en el femenino, confirmándose a través de los
valores más altos de potasio corporal total, contenido de proteína y densidad de la
masa magra. Con respecto a la masa ósea, tiene un intenso recambio durante los
primeros cuatro años de vida.

Maduración fisiológica
A lo largo de la etapa preescolar, la mayoría de los órganos y sistemas crecen
en correspondencia con la estatura. Pero el cerebro, los órganos reproductivos, las
amígdalas, las adenoides y los ganglios linfáticos, así como la grasa subcutánea se
desarrollan con mayor celeridad, el cerebro alcanza el 90% de su tamaño al concluir
esta etapa: los ojos y los oídos se desarrollan primero que otros órganos. Se produce
el remoldeo del rostro y aparecen los segundos molares, aunque aún no ha finalizado
la pérdida de la dentición temporaria.
Cambios sociales
En los primeros estadios los juegos son individuales y a finales de los tres años
pasan a ser interactivos. Juega con amigos imaginarios. El juego de roles es la acti-
vidad fundamental de esta edad, lo cual le permite el desarrollo de capacidades que
los prepara para el tránsito exitoso por la siguiente etapa.
Sienten curiosidad acerca de hechos del mundo que les rodea, son más coope-
rativos y responsables y se complacen en agradar a los demás.
Cambios psicológicos y neuromotores
Fenómenos frecuentes en la edad son las pesadillas y los terrores nocturnos.
El terror nocturno es un despertar parcial, con gritos, pataleos, pánico y agitación
que generalmente ocurre en las dos primeras horas de sueño. Los padres no deben
alarmarse ya que terminan con el sueño profundo y son breves. Se debe ayudar al
niño a retomar el sueño normal, iluminando la habitación y tranquilizándolo.
Se perfecciona la actividad motora gruesa y fina. (Tabla 2)
En cuanto el desarrollo neuropsicomotor, son metas deseables a esta edad
que el niño pueda señalar las distintas partes de su cuerpo, designar objetos usuales,
conocer su nombre completo comparar pesos y líneas desiguales, responder a estí-
mulos de hambre, sueño o frío.
El control de esfínteres es una expresión de maduración. El control del esfín-
ter anal se consigue como promedio alrededor de los dos años, el vesical diurno a los
tres años y el nocturno puede tardar hasta los cinco años.

176
$BSBDUFSÓTUJDBTEFMEFTBSSPMMPSFMBDJPOBEBTBMBBMJNFOUBDJØO
En este período de la vida el desarrollo oral y neuromuscular mejoran la ha-
bilidad para comer facilitando el proceso de alimentación independiente.(Tabla 1)

Tabla 1 Adquisición de habilidades según edad en la etapa preescolar


Habilidad Actividad
Ofrecerle una variedad de alimentos con diferentes
Mejora su capacidad para
texturas. Evitar los alimentos muy fibrosos o demasiado
morder, masticar y deglutir.
secos.
Inicia y mejora el uso de la Apoyarlos en su uso aunque al inicio una parte del
cuchara contenido no llegue a la boca.
El niño de Mejora su destreza para usar la
Darle líquidos en taza y después en vaso. Evitar el biberón.
1 a 3 años taza
Explora a su alrededor: se lleva Ayudarlo a distinguir entre lo que es un alimento y lo que
objetos a la boca no lo es. Enseñarle lo que puede representar un peligro.
Permitirle que se alimente solo, prestarle ayuda para
Mejora su motricidad fina. servir los líquidos y cortar la carne. Ofrecerle un cuchillo
pequeño con poco filo.
Mejora su motricidad gruesa. Invitarlo a poner y quitar la mesa o a lavar la vajilla.
Imita a los mayores, en especial Ofrecerle ejemplos positivos. Por ejemplo, en la forma de
a sus padres. sentarse a la mesa.
El niño de 3
Avanza su desarrollo del Alentarlo a expresar sus sensaciones acerca de los
a 6 años
lenguaje. alimentos y la alimentación.
Reconoce los colores, las formas Invitarlo a identificar los alimentos a través de sus olores,
y las texturas. colores, formas y texturas.
Fuente: Habilidades del niño según etapas. (Manual de nutrición del niño sano). 2007.

Conducta alimentaria
El niño pasa de depender casi exclusivamente de sus padres o cuidadores a
comer progresivamente solo y hacer una selección preferencial de los alimentos, con
un progresivo desarrollo de su autonomía para escogerlos o rechazarlos.
En esta etapa la se da con mayor profundidad la construcción de los hábitos,
patrones aprendidos de naturaleza compleja, que al inicio es voluntario y luego se
torna involuntario. En el desarrollo de la conducta alimentaria participan de modo
fundamental dos componentes: la regulación fisiológica del apetito-saciedad y el
contexto social.
El apetito (conjunto de señales internas y externas que guían en la selección e inges-
tión de alimentos) en los preescolares, se encuentra disminuido por la desaceleración
del crecimiento y cambios en la composición corporal. Por otro lado, en esta etapa el

177
niño está muy interesado en explorar el ambiente que lo rodea, en movilizarse y ser
libre, por lo tanto para él la alimentación no es su principal interés. Como resultado,
los patrones alimentarios en este período están caracterizados por la disminución
proporcional en el consumo de alimentos en relación a los dos primeros años de
vida, situación que a menudo angustia a los padres.
La saciedad (sensación fisiológica de plenitud que determina el término de la
ingesta alimentaria) en esta etapa se encuentra influenciada fundamentalmente por
el aprendizaje y puede ser condicionada, en la incorporación de dichas conductas
tendrá un lugar relevante el entorno del niño.
La ingestión de alimentos en repetidas oportunidades hace que las respuestas
fisiológicas del organismo infantil incorpore aprendizajes acerca del valor de sacie-
dad de cada alimento y se hacen ajustes anticipatorios a la ingesta de otros.
Las señales orgánicas que aportan información para la regulación de la ingesta
son principalmente: digestivas de vaciamiento gástrico e intestinal (mécanicas y
hormonales), sensoriales (intervienen todos los sentidos) y metabólicas (lactato y
glucemia)
Por otro lado, en la modulación del apetito-saciedad el sentido del gusto tiene
una participación significativa. Existe una preferencia innata por el sabor dulce, que
se asocia a los alimentos comestibles y placenteros, y un rechazo por los sabores áci-
do y amargo, que se asocian a no comestibles. La experiencia cotidiana del niño con
la comida va modificando las respuestas tempranas, no aprendidas, de aceptación de
lo dulce y rechazo de lo amargo y ácido.
En la identificación de las señales orgánicas, la familia, sobre todo la mujer/
madre y/o cuidador cumple un rol fundamental para no entorpecer u obstruir la
incorporación de alimentos y el aprendizaje de adecuados hábitos alimentarios, pues
es en esta etapa donde se inicia la formación de los mismos.
En cuanto al desarrollo dental, alrededor de los doce meses el niño posee ocho
piezas
dentales, y completa las veinte piezas de dentición primaria a los tres años. Los
primeros molares permanentes aparecen cerca de los seis años de edad. Es en esta
etapa donde es necesario fomentar el cuidado de la salud bucal, sobre todo en lo que
respecta a correctos hábitos de higiene y evitar el consumo frecuente de alimentos
que puedan estimular el desarrollo de caries.
La masticación y la deglución son conductas motoras que en buena parte
se deben aprender, al igual que los buenos modales para comer se adquieren y son
consecuencia lógica del desarrollo psicomotor.
Un adulto deglute de 15 a 20 ml de agua en cada ocasión pero un niño de 15 a
40 meses no puede deglutir más de 5 ml por ende pretender que un preescolar ingie-
ra, deguste, mastique y degluta a la velocidad o en la cantidad que al adulto es muy
ofensivo para la realización correcta de estos primeros tiempos de la alimentación, y
lo menos que pueden provocar, además del peligro de que el niño se atragante por
el paso del alimento a la tráquea, es el rechazo a las comidas.
Adicionalmente a esta edad ocurren muchos cambios en el consumo de ali-
mentos ya sea desde los gustos hasta los tipos y la cantidad. Alimentos que son
178
muy aceptados un día, pueden ser rechazados al próximo; y desafortunadamente la
discrepancia entre el apetito del niño, el consumo de alimentos y las expectativas de
los padres de lo que el niño debería comer, a menudo lleva a mayores conflictos. Sin
embargo debe entenderse que el “poco apetito” o el “apetito selectivo” del niño es
parte de su etapa de desarrollo.
La neofobia tiene dos períodos críticos. El primero, cuando se introducen
alimentos semisólidos a los niños más pequeños, a lo largo de su primer año de vida.
El segundo ocurre alrededor del tercer año, coincidiendo con la etapa de la rebeldía
y desarrollo del YO; es probable que sea un mecanismo de defensa para proteger al
niño, que ahora deambula libremente, de la ingestión de sustancias nocivas. Esta
neofobia puede ser reducida a través de la exposición reiterada a un alimento.
Leann Birch demostró que, con el contacto reiterado, los niños terminan
aceptando muchos alimentos nuevos que inicialmente rechazaban; sin embargo,
la aceptación no se produce de inmediato sino que puede exigir entre ocho y diez
contactos con el alimento que debe ser probado y no solamente mirado u olido.
Es necesario respetar los deseos del niño de jugar mientras come, pero el juego
debe favorecerse desde el contacto con los alimentos, el uso de cuchara, vaso, etc.,
mientras se alimenta, evitando otros objetos que faciliten su distracción y entorpez-
can el acto de comer.

La adquisición de hábitos alimentarios saludables se realiza


compartiendo la mesa en familia en un entorno agradable

t Abordaje alimentario nutricional del niño preescolar


Para abordar esta etapa de transición es necesario evaluar los siguientes aspectos:
t Evaluación del crecimiento y desarrollo.
t Evaluación de la actividad física
t Valoración de alimentación y conducta alimentaria
t Recomendaciones nutricionales
t Planificación de alimentación teniendo en cuenta las particularidades de
esta etapa.

Evaluación del crecimiento: Valoración antropométrica


Las mediciones antropométricas para tener en cuenta en el niño preescolar
serán: peso, talla, IMC, pliegues (subescapular y tricipitas para evaluar reservas de
grasa y proteínas), circunferencia del brazo(se puede utilizar en combinación con los
pliegues y tienen correlación con los índices peso/edad y peso/talla), circunferencia
de la cintura (es un predictor del síndrome de insulinorresistencia en niños y podría
incluirse en la práctica pediátrica como herramienta simple para identificar niños
con riesgo de padecer enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2).

179
A partir de estas mediciones se construyen los índices más utilizados en esta
etapa IMC/edad, circunferencia cintura/edad, circunferencia brazo/edad, Talla/
edad, entre otros.

Evaluación de la Actividad Física


Se debe incorporar a la evaluación de la actividad física identificando: tipo de
actividad física que desarrolla el niño, ya sean estas solo lúdicas o deportivas forma-
les, actividades escolares, y en familia. También es importante indagar la cantidad de
horas de permanencia frente al televisor en esta etapa ya que la evidencia científica
muestra que existe asociación entre horas de permanencia frente al televisor y dismi-
nución del juego activo y aumento de la ingesta alimentaria total.
Valoración de la alimentación y conductas alimentarias
El estudio de la dieta busca determinar no solo la ingesta, tipo y frecuencia
de alimentos, tamaño de las raciones, etc. sino también la conducta alimentaria
(apetito y saciedad, situación social, comportamiento durante la comida), tratando
de buscar los motivos de las alteraciones detectadas. Esto sería de interés para poder
llevar a cabo las modificaciones pertinentes en el caso de ser necesario.
Puede ser de utilidad confeccionar “Un día en la historia del niño” (rutina
familiar, sueño, horarios de comida, cantidad aproximada y tipo de alimento inge-
rido)

Recomendaciones y requerimientos nutricionales


Las recomendaciones nutricionales se establecen en función del peso, la edad,
el sexo, el estado de salud y el grado de actividad física.
A partir del segundo año, los requerimientos de energía y proteínas decrecen
en forma relativa pero en simultáneo con los siguientes hechos:
t Disminución de los requerimientos metabólicos
t Disminución en el efecto térmico de los alimentos, originada por balance
positivo de nitrógeno.
t Disminución en el crecimiento verdadero.
t Peculiaridades propias del nivel de desarrollo psicosocial que corresponde
al preescolar.

Energía
Es fundamental en esta etapa el aporte adecuado de calorías esenciales y adi-
cionales porque si bien es una etapa de crecimiento estático, el niño debe cubrir sus
necesidades y satisfacer así sus demandas. Para el cálculo de las necesidades energéti-
cas se tomarán las recomendaciones FAO 2004 según actividad física, en el capítulo
correspondiente.

180
t Hidratos de Carbono
Tener en cuenta el alto consumo de azúcares simples y la baja ingesta de fibras
tanto solubles como insolubles por parte de los niños.
La RDA es de 130g/día, que suele ser superada dependiendo de la edad.
El rango de carbohidratos aceptable para la edad es de 55- 75% del total de
calorías y hasta un 10% del total de calorías pueden provenir de azúcar simple, se-
gún la OMS/FAO.
La recomendación de ingesta de fibra es a partir de los dos años según la Aca-
demia Américana de Pediatría es de 0,5 g/Kg/día

t Proteínas
Existe un descenso lento pero continuo de las necesidades proteicas relaciona-
das con el peso durante la edad preescolar. En esta edad es importante aportar una
cantidad apropiada de proteínas y, a su vez, una cantidad de kilocalorías no proteicas
adecuadas que permitan la utilización de estas para su función plástica (formación y
mantenimiento de tejidos) y no sean utilizadas como fuente de energía. El aporte de
proteínas mínimo es de 1,2 g/kg/día no debiendo superar los 3g/k/día.

t Lípidos
Las grasas aportan en esta etapa la mayor fuente de energía y colaboran en la
absorción de vitaminas liposolubles.
La distribución de las grasas totales es de:
t -Ácidos Grasos Saturados < del 10%
t Ácidos Grasos Poliinsaturados 6- 10%
t -Ácidos Grasos Monoinsaturados 10%

La FAO/OMS recomienda que el colesterol no sea superior a los 300mg/día.


t Vitaminas y minerales
Tener en cuenta que el abordaje alimentario- nutricional debe basarse en los
nutrientes críticos de esta etapa, para lo cual se debe hacer un seguimiento lo más
profundo posible.
En esta etapa de la vida se cuida la ingesta de hierro; su consecuencia más
común es “la anemia”. Su déficit puede interferir en el desarrollo cerebral. El aporte
adecuado de calcio asegura un óptimo depósito de masa ósea que reduce el riesgo de
osteoporosis en la adultez, y el zinc es fundamental para el crecimiento y desarrollo
infantil. Su déficit produce alteración del sistema inmunitario, retraso del creci-
miento pondoestatural, anorexia, hipogonadismo y retraso puberal.

EDAD CALCIO (mg) HIERRO(mg) ZINC(mg)


1-3 AÑOS 500 7 3
4-8 AÑOS 800 10 5
Ingestas Dietéticas de Referencia (RDA) 1997-2001.

181
Distribución porcentual de macronutrientes en la fórmula calórica
Distribución calórica: 50-60% de hidratos de carbono (principalmente com-
plejos con no más de un 10% de refinados), 30- 35% de grasas y 10-15% de pro-
teínas de alto valor biológico.

t El plan alimentario
Durante esta etapa se promoverán conductas alimentarias adecuadas teniendo
en cuenta siempre la disponibilidad de alimentos y el patrón cultural familiar.
El ambiente que rodea la alimentación debe garantizar la interrelación niño/
cuidador, porque es un factor protector contra la anorexia, uno de los síntomas más
frecuentes en esta edad.
Una consecuencia de malos hábitos es la constipación crónica, de alta preva-
lencia en esta etapa y que se puede originar en dietas inadecuadas, ricas en carbo-
hidratos e insuficientes aportes de agua y fibras. También suelen tener un impacto
negativo las reglas estrictas de higiene ejercidas por los padres, quienes deben flexi-
bilizar su actitud con el niño, sobre todo en la etapa de aprendizaje de control de
esfínteres.

El déficit de micronutrientes como el hierro cobra particular importancia en


esta etapa, desarrollando afecciones tales como la anemia que puede condicionar
habilidades motoras y cognitivas.
A medida que el niño comienza a socializarse y a incorporar los modelos de la
alimentación de su cultura dejará de comer exclusivamente en respuesta a estímulos
de hambre o saciedad, tomará especial relevancia las señales del medio ambiente en
el deseo de comer. Los gestos de aceptación o rechazo de los alimentos por parte de
los padres tendrán un impacto directo sobre la conducta alimentaria del niño.
Entonces será importante que los padres tengan en cuenta algunas conductas
frente al alimento, para favorecer la adecuada apropiación de hábitos alimentarios:
t Instalar de acuerdo a las pautas culturales las cuatro comidas diarias de
manera paulatina. Distribución dietética: 25% desayuno, 30% almuerzo,
15% merienda y 30% cena.
t Los alimentos deben ser ofrecidos y consumidos en contextos sociales po-
sitivos
t Los alimentos no aceptados por el niño requieren paciencia para ser ofre-
cidos en distintas preparaciones, pero principalmente deben ser consu-
midos por el grupo familiar, el niño aprende en esta etapa por imitación.
t Se debe estimular al niño al uso de cubiertos, de este modo no solo se
favorecen conductas higiénico sanitarias sino que se estimula el desarrollo
cognitivo y facilita la adquisición de destrezas vinculadas a la motricidad
fina.
t Los alimentos no deben constituirse en premio o castigo, si se utiliza de
esta forma siempre serán asociados a situaciones agradables o desagrada-
bles, lo que puede conducir a desórdenes alimentarios en el futuro.

182
Actividad Física
El profesional Nutricionista debe evaluar y conocer la actividad física que
desarrolla el niño, estimular actividades lúdicas en esta etapa e informar de los efec-
tos negativos sobre el estado nutricional y el crecimiento que tiene el permanecer
más de tres horas diarias frente al televisor. También trabajar en equipos multidis-
ciplinarios con aquellos niños en los que se detecte como factor de riesgo la falta o
insuficiente actividad física, recordando que la recomendación diaria para un niño
es de 60 minutos. En el siguiente gráfico se ejemplifican actividades y periodicidad
recomendadas.

1*3«.*%&%&"$5*7*%"%'¶4*$"&//*º04:"%0-&4$&/5&4

Fuente: Departamento de Salud y la Secretaría General del Deporte del Departamento de la Vicepre-
sidencia de la Generalitat de Catalunya.

La etapa preescolar es clave para la maduración neuromotora, digestiva y renal


para desarrollar habilidades de manipulación, masticación y deglución de alimen-
tos, para valorar las propiedades organolépticas de los mismos y para el estableci-
miento de patrones dietéticos saludables.

183
184
%FTBSSPMMPEFDBQBDJEBEFTNPUPSBT TPDJBMFTZDPHOJUJWBTFOFMQSFFTDPMBS
DESARROLLO
MOTRICIDAD MANIPULACIÓN SOCIAL LENGUAJE Y CONOCIMIENTOS
EDAD
Salta con los pies juntos en Tapa un bolígrafo y Tiene curiosidad cómo
Utiliza más de 100 palabras y es capaz de hacer frases de 2-3
2 años y medio el mismo sitio y camina de puede dibujar rayas funcionan y para qué sirven
palabras con verbo.
puntillas- rectas. los objetos que le rodean.
Sube escaleras apoyando un pie
en cada escalón; pedalear un Le gusta jugar mucho y emplea el juego simbólico. Diferencia
Su capacidad de comprensión
triciclo y correr sin problemas. género y número. Une frases y realiza frases de tres palabras.
es muy alta.
3 años Se empieza a ponerse y a Conoce su edad en años y su nombre completo.
quitarse ropa sencilla. Puede Puede mantener conversaciones y referirse al pasado.
dibujar alguna cosa reconocible.
Es capaz de
Sigue y comprende un cuento corto. Crea frases complejas y
Baja escaleras alternando desabrochar un Juega en colaboración con
une las frases con conjunciones.
los pies, salta sobre un pie botón. Puede copiar otros niños. Imita el rol de
4 años Es esta etapa el mundo se entiende mediante el pensamiento
manteniendo el equilibrio. un círculo, redonda, los padres.
mágico (creen que los objetos tienen vida y que acontecimientos
cruz y raya.
coincidentes en el tiempo tienen una relación causa-efecto).
Es capaz de andar hacia delante El grafismo es cuadrado. Dibuja a una persona en tres partes:
Le gusta participar en juegos
tocando un pie con el otro, salta cabeza, tronco y extremidades.
5 años competitivos.
pequeños obstáculos. Cuenta hasta 10, sabe el concepto de cantidad.
Bibliografía

Manual de nutrición del niño sano. Capitulo “Pautas de alimentación en el niño preescolar, escolar
y adolescente”. Ed. Corpus.2007.
Evaluación del estado nutricional de niñas, niños y mujeres embarazadas mediante antropometría.
OPS y Ministerio de Salud de la Nación. 2009.
Tratado de Nutrición. Tomo 3 “NUTRICIÓN EN EL ESTADO DE SALUD”. Capitulo Nutri-
ción del niño de 1 a 3 años, preescolar y escolar. Ángel Gil. Ed. Panamericana. 2010.
Tratado de Nutrición. Tomo 2 “SITUACIONES FISIOLÓGICAS Y PATOLÓGICAS”. Capitulo
“Niño preescolar y escolar”. José Mataix Verdú, Rosaura Leis Trabazo.
Dra. Miriam Aliño Santiago, Dr. Raymundo Navarro Fernández, Dra. Juana R. López Esquirol,
Dra. Iraiza Pérez Sánchez La edad preescolar como momento singular del desarrollo huma-
no. Rev Cubana Pediatr 2007; 79(4)
Uruguay. Ministerio de Salud Pública. Departamento de Nutrición. Recomendaciones nutriciona-
les para la población uruguaya. Montevideo: MSP, 2002.
Peña Quintana L, Serra Majem L. Nutrición y salud pública:programas de educación y prevención
nutricional. En:Tojo R, ed. Tratado de Nutrición Pediátrica. Barcelona: Doyma, 2001.
Mataix J, Gassull MA: Fibra alimentaria. Mataix J (ed.): Nutrición y alimentación humana. Ergon.
Madrid, 2002: 119-137.  
Hirschler, V. y cols. ¿Es la circunferencia de cintura un componente del síndrome metabólico en la
infancia?. Arch.arg.pediatr 2005; 103(1) 7-13
Lorenzo J. “Nutrición Pediátrica”. 1ª Edición. Editorial Corpus, Buenos Aires, 2004.-
Manual Metodológico de Capacitación del Equipo de Salud en Crecimiento y Nutrición de Ma-
dres y Niños. Dirección de Salud Materno Infantil. Ministerio de Salud de la Nación, 2003
Comer en una edad difícil. Publicación CESNI- Agosto 2006.

185
PERÍODO DE CRECIMIENTO ESTABLE: EDAD ESCOLAR

Mgter. María del Carmen Grande

La edad escolar comprende desde los seis años, cuando el niño inicia el nivel
de educación primaria hasta el comienzo de la pubertad, generalmente hasta los diez
años en la mujer y a los doce en el hombre, aunque con amplias variaciones. Esta es
una de las etapas más exigentes del desarrollo personal del niño, la cual será deter-
minante para la consolidación de su personalidad y de sus capacidades emocionales,
laborales y sociales.

Características físicas, de crecimiento y composición corporal


La edad escolar se caracteriza por un crecimiento lento y estable que se acom-
paña de una progresiva madurez biopsicosocial
A esta etapa se la ha denominado período de crecimiento latente, porque
durante ella son muy estables las tasas de crecimiento somático y los cambios cor-
porales se efectúan de una manera gradual. Hasta los 9-10 años el niño tiene un
aumento de peso de 2.3 a 2.7 kg por año en promedio.
El incremento de la talla es de aproximadamente 5 cm por año. A medida que
aumenta la edad se observan diferencias por sexo en el incremento pondoestatural,
ya que las niñas hacia los once años tienen el período de mayor velocidad de creci-
miento, mientras que en los hombres es hacia los trece años.
Se acentúa el dimorfismo sexual y las modificaciones en la composición cor-
poral son evidentes; se almacenan recursos para el segundo brote de crecimiento y
los índices de crecimiento varían de manera significativa.
En el área grasa y muscular, las diferencias por sexo son notables. A los cinco
años de edad existen diferencias en los valores relativos de masa grasa corporal total
que son menores en los niños (14.6%) que en las niñas (16.7%).
La acumulación de grasa, tanto en los niños como en las niñas, es un requisito
para lograr el brote puberal de crecimiento en la talla. Después de los cinco años
de edad y hasta los trece la acumulación de TAS (tejido adiposo subcutáneo) es
proporcionalmente mayor en el tronco respecto de las extremidades, con pequeñas
diferencias entre sexos.
El índice de talla sentada/talla parada indica la contribución del tronco, cue-
llo y cabeza (como unidad) a la estatura total. El índice es mayor en los lactantes
y disminuye durante la niñez hasta alcanzar el punto más bajo a principios de la
adolescencia. Así, el punto más bajo ocurre durante el pico de crecimiento y este
se produce prioritariamente a expensas de las extremidades inferiores; a fines de
la pubertad el índice aumenta como resultado del leve crecimiento en la columna
vertebral que continúa una vez cesado el crecimiento de los miembros inferiores.
La baja estatura (en particular la medición de la longitud de las piernas en la
niñez), puede estar relacionada a una ingesta inadecuada de alimentos en calidad y
cantidad y por otro lado puede esta situación estar asociada a un acceso insuficiente
a alimentos protectores debido a la situación socio-económica del niño y su familia.

Desarrollo social
El sistema escolar expone al niño a nuevo entorno social, con evaluadores
externos, con mayores expectativas de la familia respecto al comportamiento del
niño, su adaptación a las normas sociales y el despliegue de su capacidad cognitiva
Su éxito o fracaso en este período va a depender en parte de las habilidades que haya
desarrollado en sus seis primeros años de vida. Se profundiza el contacto del niño
con la sociedad a la que pertenece, la cual le plantea nuevas exigencias que requieren
de habilidades y destrezas para su superación exitosa.
La adaptación y ajuste que el niño logre a este nuevo ambiente, tiene una im-
portancia que trasciende lo inmediato. El grado en el que el niño se siente cómodo
e incluido en el colegio es expresión del éxito en su adaptación. Reacciones como
ansiedad, evasión o actitudes negativas pueden ser signos tempranos de dificultades
en su ajuste y que pueden tornarse en problemas futuros.
En este período existe un gran aumento de las relaciones interpersonales del
niño; los grupos de amistad se caracterizan por ser del mismo sexo. Entre los escola-
res pequeños (6 y 7 años), hay mayor énfasis en la cooperación mutua, lo que impli-
ca dar y tomar, pero que todavía está al servicio de intereses propios (no hacen favo-
res). En los escolares mayores (8 a 10 años), la amistad se caracteriza por relaciones
más íntimas, mutuamente compartidas, en las que hay una relación de compromiso
y que en ocasiones se vuelven posesivas y demandan exclusividad.
Las opiniones de sus compañeros acerca de sí mismo, por primera vez en la
vida del niño, van a tener peso en su imagen personal.
Los niños de esta edad son muy susceptibles a las presiones para actuar de
acuerdo con los pares. Esto principalmente afecta a los niños de baja autoestima y
habilidades sociales poco desarrolladas. En términos generales, la relación con los
pares contrapesa la influencia de los padres, abriendo nuevas perspectivas y liberan-
do a los niños para que puedan hacer juicios independientes.
Se ha demostrado que aquellos profesores que demuestran confianza en la
capacidad del niño incentivan el trabajo y el desarrollo de potencialidades en él y a
la vez que favorecen un autoconcepto y una autoestima positivos.
Con respecto a los padres, el niño va aumentando su nivel de independencia
y distancia, como consecuencia de su madurez física, cognitiva y afectiva. El tiempo
destinado por los padres a cuidar de los niños de entre 6 y 12 años es menos de la
mitad de lo que ocupan cuando son preescolares. Sin embargo, los padres siguen
siendo figuras muy importantes; los niños se dirigen a ellos en busca de afecto,
orientación, vínculos confiables y duraderos que permitan la afirmación de su com-
petencia y valor como personas.
Paulatinamente hacia el final de esta etapa la relación con los padres cambia,
iniciándose un proceso gradual de independencia y autonomía, y aparece el grupo
de pares como un referente importante.
La eficiencia de la relación entre padres e hijos está determinada por la cla-

187
ridad de la comunicación entre ellos que deben estar fundadas en reglas claras,
sistemáticas y consistentes.
Otro elemento del área social es el juego. El rol del juego es dar oportunidades
de aprendizaje. En él, el niño puede ir ganando confianza en su habilidad para hacer
una variedad de cosas, entra en contacto con el grupo de pares y se relaciona con
ellos, aprendiendo a aceptar y respetar normas. El juego ofrece modos socialmente
aceptables de competir. Durante este período, hay dos tipos de juegos que predomi-
nan: juego de roles: (6-7 años) tiene un argumento que representa una situación de
la vida real. juego de reglas: (8-11 años) implica respeto a la cooperación social y a
las normas, existiendo sanción cuando ellas se transgreden. Este juego es el que va a
persistir en la adultez.

Cambios a nivel motriz.


Los niños de esta edad se vuelven más fuertes, más rápidos y hay un continuo
perfeccionamiento de su coordinación: muestran placer en ejercitar su cuerpo y en
probar y aprender nuevas destrezas. El desarrollo de la motricidad, fina y gruesa, en
esta edad muestra todas las habilidades posibles, aún cuando algunas de ellas todavía
sean ejecutadas con torpeza.

Cambios a nivel cognitivo


El niño de seis años entra en la etapa que Piaget ha denominado “operaciones
concretas”. Esto significa que es capaz de utilizar el pensamiento para resolver pro-
blemas, puede usar la representación mental del hecho y no requiere operar sobre la
realidad para resolverlo. Sin embargo las operaciones concretas están estructuradas
y organizadas en función de fenómenos concretos, sucesos que suelen darse en el
presente inmediato; no se puede operar sobre enunciados verbales que no tengan su
correlato en la realidad.
En términos generales el niño en esta edad va a lograr realizar las siguientes
operaciones intelectuales:
t clasificar objetos en categorías (color, forma, etc.), cada vez más abstractas.
t ordenar series de acuerdo a una dimensión particular (longitud, peso, etc.)
t trabajar con números
t comprender los conceptos de tiempo y espacio
t distinguir entre la realidad y la fantasía.
Por otro lado, hay un perfeccionamiento de la memoria, tanto porque au-
menta la capacidad de ella, como porque mejora la calidad del almacenamiento y
la organización del material. Se enriquece el vocabulario, hay un desarrollo de la
atención y la persistencia de ella en la tarea. El lenguaje se vuelve más socializado y
reemplaza a la acción.

Desarrollo Psicoafectivo
Esta etapa implica el logro del sentimiento de la Competencia. El tema es el
dominio de las tareas que se enfrentan, el esfuerzo debe estar dirigido hacia la pro-

188
ductividad y, por lo tanto, se debe clarificar si se puede realizar este tipo de trabajo.
El niño debe desarrollar sus cualidades corporales, musculares y perceptivas, debe
alcanzar progresivamente un mayor conocimiento del mundo al que pertenece y, en
la medida en que aprende a manejar los instrumentos y símbolos de su cultura, va
desplegando el sentimiento de competencia y reforzando su idea de ser capaz de en-
frentar y resolver los problemas que se le presentan. Los hitos centrales de esta etapa
son el desarrollo del autoconcepto y la autoestima del niño.
t Autoconcepto: Es el sentido de sí mismo. El conocimiento de sí mismo se
inicia en la infancia en la medida en que el niño se va dando cuenta de
que es una persona diferente de los otros y con la capacidad de reflexionar
sobre sí mismo y sus acciones. A los 6-7 años comienza a desarrollarse los
conceptos del: - yo verdadero, quién soy y del - yo ideal, quién me gustaría
ser.
t Autoestima: Esta es la imagen y el valor que se da el niño a sí mismo. Es
una dimensión afectiva y se construye a través de la comparación de la
percepción de sí mismo y del yo ideal, juzgando en qué medida se es capaz
de alcanzar los estándares y expectativas sociales. La autoestima se basa en:
t significación: que es el grado en que el niño siente que es amado y acepta-
do por aquellos que son importantes para él.
t competencia: es la capacidad para desempeñar tareas que consideramos
importantes.
t virtud: consecución de los niveles morales y éticos.
t poder: grado en que el niño logra influir en su vida y en la de los demás.
La opinión que el niño escuche acerca de sí mismo por parte de los demás va a
tener una enorme trascendencia en la construcción que él haga de su propia imagen.
La autoestima tiene un enorme impacto en el desarrollo de la personalidad del niño.
Una imagen positiva puede ser la clave del éxito y la felicidad durante la vida.
En esta etapa comienza la aparición de la moral vinculada a la consideración
del bienestar del otro, el niño puede imaginar cómo piensa y siente otra persona. Se
caracteriza por cierta flexibilidad, por la capacidad de darse cuenta de los diferentes
puntos de vista.
Respecto a su sexualidad existe cierto interés por parte de los niños en pregun-
tar y hablar acerca del tema como por experimentar, pero la intensidad y el tiempo
destinados a ellos son menores. Esto ocurre debido a que el foco central del niño
durante la niñez intermedia está puesto en el aprendizaje y adquisición de herra-
mientas que le permitan integrarse al mundo adulto.

Conducta Alimentaria y Hábitos Alimentarios


Durante los primeros años de esta etapa, el niño expresa sus sentimientos de au-
tonomía e independencia, con el rechazo de algunos alimentos que antes le gustaban
o insistiendo en comer únicamente una comida o plato determinado. Las preferencias
y aversiones se configuran en este período de la vida. A medida que el niño se va de-
sarrollando, el apetito se recupera y tienden a desaparecer las apetencias caprichosas.

189
El horario de las comidas en el niño escolar se hace más irregular y está directamente
relacionado con el de sus actividades educativas (asistencia a clases, etc.)
Respecto a la conducta alimentaria, al permanecer mayor tiempo en el siste-
ma escolar formal se produce la ruptura de la dependencia familiar, el niño abre un
interrogatorio ante la necesidad de aprender a integrarse a un nuevo grupo diferente
al núcleo familiar, situándose a nuevas reglas, horarios, formas de convivir y la per-
tenencia a un nuevo espacio con la capacidad de tomar consciencia gradualmente de
las situaciones témporo-espaciales, obligaciones al formar parte de nuevas activida-
des y la adquisición de nuevas modalidades de vida en interacción social en relación
a actividades lúdico deportivas.
A esta edad el niño participa en su alimentación y es libre de escoger y de-
cidir la cantidad y tipo de alimentos que consume, aunque la familia y el colegio
son responsables de ella. Además, recibe mayor variedad de alimentos y aprende a
degustarlos mejor, siempre y cuando no se le obligue a comer. El apetito a esta edad
es variable y cambia incesantemente incluso entre una comida y la siguiente.
El consumo de las denominadas “comidas rápidas” aumenta, ya que son muy
atractivas y apetecidas por él, además de ser una actividad agradable para realizar
con sus amigos o familia. Cuando estos alimentos se consumen con moderación no
representan riesgos para su estado nutricional, el problema se da cuando la ingesta
es muy frecuente y parte de la rutina alimentaria.

Teoría de Piaget del desarrollo cognitivo en relación a la alimentación


1. Período de desarrollo 2. Características cognitivas 3. Relación con alimentación

Operaciones concretas El niño puede centrarse, simultánea- Comienza la idea de que un alimento
(7 a 11 años) mente, en varios aspectos de una si- nutritivo tiene un efecto positivo sobre
tuación. el crecimiento y la salud, pero con una
limitada comprensión de cómo y por
El razonamiento causa/efecto es más qué ocurre.
racional y sistémico. Las comidas adquieren un significado
Aparece la capacidad de clasificar, social.
reclasificar y generalizar. La expansión del ambiente aumenta las
oportunidades y las influencias para la
selección de los alimentos (comienza la
influencia de los amigos)
Operaciones formales Se amplía el pensamiento hipotético Puede comprender el concepto de
Mayores de 11 años y abstracto. Profundiza en la nutriente desde su presencia en el
comprensión de procesos científicos alimento hasta los niveles fisiológico y
y teóricos. bioquímico,
Pueden aparecer conflictos a la hora
de realizar elecciones de los alimentos.
(conocimiento de alimentos con
adecuados nutrientes vs. preferencias no
nutricionales)

190
t Abordaje Alimentario-Nutricional del niño en la etapa escolar
Para abordar esta etapa es necesario evaluar los mismos aspectos que se abor-
daron en la etapa preescolar:
t Evaluación del crecimiento
t Evaluación de la actividad física
t Valoración de alimentación y hábitos alimentarios
t Recomendaciones nutricionales
t Planificación de alimentación teniendo en cuenta las particularidades de
esta etapa

Evaluación del Crecimiento


Se tendrán en cuenta las siguientes mediciones: peso, talla, circunferencia cin-
tura, pliegues.
Se utilizaran índices como P/E, T/E, circunferencia de la cintura e IMC.

Evaluación de la actividad física


La evaluación de la actividad física es fundamental en esta etapa. Se debe
conocer el tiempo de permanencia frente al televisor y la computadora, para iden-
tificar el gasto energético y las necesidades de ajuste que debe realizar el profesional
Nutricionista.
Es también como se expresó previamente, una etapa donde los niños se incor-
poran a juegos de equipo y competencia, estos datos deben ser relevados y analiza-
dos previamente al desarrollo del plan de alimentación.

Valoración alimentaria
El estudio de la dieta buscará conocer características de la alimentación del
niño y de su historia dietética. Realizar una detallada anamnesis alimentaria que
permita conocer la alimentación actual resultando fundamental indagar sobre el nú-
mero de comidas que realiza el niño, el lugar donde realiza sus comidas principales,
frecuencia, colaciones y bebidas así como el consumo de comidas ligeras o snack ya
que por su fácil y rápido consumo y el atractivo organoléptico los hace especialmen-
te atractivos. Respeto a la alimentación pasada, es importante conocer su historia
en relación a la presencia y duración de la lactancia materna, características de la
introducción de alimentos complementarios, como así también otros datos como
la edad gestacional al momento del nacimiento, el tipo de parto y el peso al nacer.

Recomendaciones Nutricionales
&OFSHÓB
En los escolares la estimación de la energía requiere la adición de las calorías
que son necesarias para el crecimiento óptimo de estos niños.
En las recomendaciones para la cantidad del aporte energético para los niños
de edad escolar, el Subcomité de Alimentación y Nutrición no hace distinción en lo
referente a requerimientos en ambos sexos.

191
De hecho, la variabilidad de ingesta alimentaria en esta edad hace que las
recomendaciones en cuanto a energía se deban ajustar individualmente en relación
con el peso que tiene el niño o niña, con la velocidad de crecimiento que manifieste
y con el grado de actividad física que esté realizando.

1SPUFÓOBT
La OMS/FAO sugiere un rango de proteínas de 10 a 15% del total de energía.
Es importante aportar la cantidad apropiada de proteínas y, a su vez, de kilocalorías
no proteicas que permitan la utilización de estas para su función plástica (formación
y mantenimiento de tejidos) y para que no sean utilizadas como fuente de energía.
Una cantidad escasa de calorías o una cantidad excesiva de proteínas producen un
desperdicio metabólico.
Las necesidades de dicho nutriente para este grupo etáreo corresponden a
1.0g/Kg peso al día teniendo en cuenta, además, la calidad de sus aminoácidos y el
grado de digestibilidad proteica, el aporte no debe ser superior a 2 g/kg/día.

$BSCPIJESBUPT
Los hidratos de carbono, incluyendo los azúcares y almidones, proveen ener-
gía para las células del cuerpo, en particular para el cerebro. La RDA para hidratos
de carbono es de 130g/día, que suele ser superada dependiendo de la edad.

Un 50% (45-65%) de la energía total de la dieta debe ser proporcionada por


los hidratos de carbono, y de ellos la mayor parte deben ser provistos por carbohi-
dratos complejos y solo un 10% del total en forma de azúcares libres, entendiéndose
como tales a monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos durante su trans-
formación en diferentes preparaciones, más los azúcares naturalmente presentes en
la miel, los jarabes y los jugos de frutas.
Respecto al aporte de fibra se cita la recomendación de la Academia America-
na de Pediatria (APP) 0,5g/kg/día.

(SBTBT
Corresponden a la mayor fuente de energía para el organismo y colaboran
también en la absorción de vitaminas liposolubles; son fuentes de ácidos grasos
esenciales y forman parte de las membranas celulares. Existen distintos tipos de áci-
dos grasos: Ácidos grasos saturados (AGS) Ácidos grasos monoinsaturados (AGMI)
Ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) Ácidos grasos trans (AGT)
El aporte estimado actualmente es de hasta un 35% del valor energético total
de la dieta, dependiendo esta cifra máxima de la distinta distribución de los tipos
de grasas.
La recomendación general es de no superar un 10% de la grasa saturada.
Los ácidos grasos esenciales deben ser aportados entre 3.3-3.5g/1000 Kcal.
En esta etapa es de suma importancia el aporte óptimo de ácidos grasos esen-
ciales. El ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentanoico (EPA) son los

192
ácidos grasos omega-3 más abundantes en el cerebro y sus niveles en los lípidos
constituyentes de las membranas cerebrales están directamente influenciados tanto
por el tipo y cantidad de ácidos grasos de la dieta así como por la etapa vital, incre-
mentándose durante el desarrollo y reduciéndose en el envejecimiento.
Las membranas sinápticas del sistema nervioso central contienen grandes
concentraciones de ácido docosahexaenoico y eicosapentanoico, habiéndose demos-
trado que una dieta deficitaria en omega-3 se asocia a una disminución en los niveles
cerebrales de DHA y EPA, una reducción en el tamaño celular neuronal y alteracio-
nes en la función visual, la memoria visual y el proceso de aprendizaje.
Se han demostrado los efectos en el rendimiento cognitivo que poseen las
dietas ricas en DHA y EPA encontrándose una asociación significativa entre niveles
altos de DHA y EPA en sangre y mejores resultados en relación a la comprensión y
vocabulario.
Niveles adecuados de DHA y EPA se han asociado con patrones de sueño más
organizados a una edad temprana, con una mejoría de la atención y la concentración
a los dos años y un mayor desarrollo motor y del comportamiento a los siete años,
comparados con niños que presentan niveles bajos de DHA y EPA.
Los ácidos grasos omega-9 provienen de una familia de grasas insaturadas
(monoinsaturada u oleico) que normalmente se encuentran en las grasas vegetales
y animales.
En relación a la ingesta de colesterol la OMS/FAO y la AAP recomiendan
que la ingesta de colesterol no supere los 300mg/día.

7JUBNJOBTZ.JOFSBMFT
Una dieta rica en vegetales y frutas es la mejor garantía para la ingesta correcta
de minerales y vitaminas.
Así como en la edad preescolar, en la nutrición del niño escolar existen nu-
trientes críticos cuyos requerimientos deben cubrirse, ellos son: hierro, calcio y zinc.
Hierro: es un nutriente de elevada importancia en este grupo etáreo por estar
involucrado entre otras funciones en el desarrollo cerebral y la conducta, a través, de
la atención, memoria y aprendizaje, situación que adquiere una notoria relevancia
en esta etapa por las nuevas habilidades y destrezas que el niño va descubriendo y
fomentando en relación al evidente desarrollo que comienza a manifestarse.
Calcio: es imprescindible su aporte adecuado para promover el óptimo creci-
miento y desarrollo del niño escolar como así también por su imperante relación con
el ejercicio físico (condición que comienza a elevar su importancia en estos niños).
El ejercicio físico también juega un rol importante en el alcance del pico
máximo de la masa ósea. Una actividad física en donde se cargue el peso del cuerpo,
como correr o saltar, tiene un efecto más positivo en la masa ósea que actividades
físicas en las que no se carga el peso del cuerpo que tiene un mínimo esfuerzo físico
sobre los huesos.
Zinc: Nutriente de suma importancia en este período al estar implicado como
elemento constituyente de numerosas enzimas que participan en el metabolismo
relacionado al crecimiento y desarrollo, condiciones que deben promoverse y con-
193
trolarse en esta etapa de la vida para lograr el máximo potencial esperado para ese
niño o niña. La deficiencia de este nutriente produce retraso en el crecimiento, falta
de apetito, disminución en la agudeza gustativa y problemas en la cicatrización de
heridas.

Edad Calcio Hierro Zinc


4 a 8 años 800 mg/día 10 mg/día 5 mg/día
9 a 13 años 1300 mg/día 8 mg/día 8 mg/día
Referencia: Según RDA 1997/2001

Características del plan alimentario


El Número de comidas al día que realizan los niños varía según las tradicio-
nes, el nivel socioeconómico, la cultura familiar, la edad, el sexo, etc. Habitualmente
se toman 3-4 comidas principales y 1-2 o más comidas ligeras
El Desayuno: es una comida principal, debe aportar el 20-25% de la energía
total, representa tal vez la comida más importante para el niño, pues le ofrece las
calorías y nutrientes necesarios para comenzar el día, más aún si tenemos en cuenta
que no recibe alimentos desde el día anterior.

El ayuno nocturno modifica la distribución de los sustratos energéticos. Al


disminuir las reservas de glucógeno, el organismo utiliza las grasas para obtener
energía y aumenta el nivel de ácidos grasos libres. Se producen además otros cam-
bios metabólicos; como la disminución de los niveles de insulina y glucemia y la
movilización de las grasas desde los adipositos, debido al predominio neuroendo-
crino de la actividad simpática. Por el contrario, el desayuno o primera comida de
la mañana aumenta la secreción de insulina, favorece la utilización de los hidratos
de carbono como sustrato energético, la lipogénesis y el predominio parasimpático.
No desayunar significa prolongar el período de tiempo en ayunas, lo que puede
producir aumento del riesgo de hipoglucemias, menor capacidad de atención y de
resolución de problemas, menor interacción social, menor capacidad física para la
resistencia al esfuerzo y mayor accidentabilidad.
Por lo tanto, partiendo de la premisa de la importancia de esta primera comi-
da del día, podemos concluir que:
t Es necesario estimular su consumo e incluirlo como hábito rutinario de la
alimentación, resaltando su importancia y beneficios y tomar las medidas
necesarias para evitar su omisión, como reservar el tiempo suficiente para
ello.
t Procurar que sea variado y agradable, y hacerlo en familia o por lo menos
acompañar al niño en el momento de desayunar.
t Debe constituir una contribución importante de la dieta durante el día y
el no tomarlo supone una pérdida de energía y nutrientes en comparación
con el niño que lo consume, especialmente en relación a micronutrientes

194
como calcio, magnesio, hierro y zinc.
t Varios estudios demuestran que quienes desayunan tienen una menor in-
gesta diaria de grasas, especialmente si los cereales son un alimento inte-
grante de esta comida, ya que al aumentar la ingesta de carbohidratos, se
desplaza el consumo de otros alimentos de mayor contenido graso.
t La composición adecuada del desayuno debería aportar lácteos, cereales y
frutas o jugos de fruta fresca.
t El desayuno completo es un factor protector y mejora el desempeño esco-
lar sobre todo entre los niños con deterioro del estado nutricional.

La comida del mediodía debe representar un 30-35% del valor calórico total
del día y la cena, un 20-25%. Si la cena se realiza temprano es aconsejable ofrecer
un vaso de leche antes de acostarse.

&M1MBO"MJNFOUBSJPdebe incluir los seis grupos de alimentos fuente propuestos


en “Las Guías Alimentarias para la Población Argentina”.

La comida en familia estimula el acto alimentario de manera positiva y hace


variar las apetencias incrementando la diversidad alimentaria, si es un habito fami-
liar. Se debe evitar que la comida sea con la participación de la TV.
El agua es la bebida de elección y debe ser consumida en abundancia y con
frecuencia a lo largo del día.
Consumir por lo menos tres raciones de frutas frescas y dos platos de verduras
(crudas y cocidas) al día promoviendo la variedad de colores, texturas y combina-
ciones.
Asegurar la ingesta de hidratos de carbono complejos introduciéndose gra-
dualmente hasta lograr su aceptación por el niño.
Consumir lácteos en sus diferentes variedades, ya que suponen la principal
fuente de calcio el cual es necesario para un buen crecimiento y la adquisición de
una masa ósea adecuada en esta etapa de la vida.
Se recomienda consumir carnes rojas y blancas optando por cortes magros, sin
grasa y sin piel. Ofrecer pescado en sus diversas opciones por su riqueza en ácidos
grasos esenciales, cuidando la forma de preparación.
Limitar el consumo de los alimentos que posean una alta densidad energética
y baja calidad nutricional tipo snack que puedan impactar en la ingesta de alimentos
nutritivos o incrementar el aporte diario de calorías por encima de los valores desea-
bles por ser ricos en grasas saturadas, grasas trans, azúcares simples y sal.
Limitar el consumo de bebidas azucaradas, refrescos y sucedáneos de zumos
que puedan desplazar el consumo de leche y de agua.

Situación Actual de la Ingesta de Alimentos en el niño Escolar


Hoy en día es bien sabido que los varones consumen mayores cantidades de
todos los grupos de alimentos con excepción de: verduras (cuyo consumo es mayor

195
en las mujeres), azúcar y cacao (el consumo de ambos es similar en varones y muje-
res). El consumo de leche y yogur disminuye de forma notable con la edad, siendo
el consumo total de lácteos de aproximadamente 475g/día en el grupo etáreo de 6-9
años y de 424 g/día en el de 10-13 años. El consumo de frutas y verduras son muy
inferiores a las deseables para este grupo de edad. Todo ello precisa a promover el
hábito de consumo de estos alimentos en la población infantil y juvenil para fomen-
tar la incorporación de alimentos saludables, para lo cual las estrategias educativas
ejercen importante trascendencia a nivel preventivo desde la implementación de
hábitos de alimentación y de vida saludables.
El nivel socioeconómico condiciona el patrón de consumo de los niños esco-
lares como así también para el resto de la población. A mayor nivel socioeconómico
el consumo de yogurt, quesos y otros lácteos, pescado, carnes rojas, frutas y verduras
se incrementa disminuyendo el de embutidos, aves y bebidas alcohólicas.

Factores Condicionantes de la nutrición del niño en la etapa escolar


En todos los países, los cambios en los hábitos alimentarios se caracterizan
por un mayor consumo de alimentos de origen animal ricos en energía, proteínas y
grasas saturadas, entre las comunidades con mayor acceso económico así como de
productos manufacturados ricos en energías, mientras que entre los más desfavoreci-
dos se incrementa el consumo de hidratos de carbono complejos, azúcares refinados,
grasas saturadas y trans y sodio.
Los padres deben desempeñar un papel clave en fomentar estilos de vida salu-
dables y en prevenir trastornos alimentarios
Merece también una mención especial la creciente influencia de la publicidad,
en especial la televisiva, en los hábitos alimentarios y de vida de los niños.
El mensaje televisivo estimula e induce el consumo de determinados alimen-
tos, porque son presentados como saludables y de prestigio. Sin embargo, un nú-
mero elevado de los anuncios televisivos sobre alimentos corresponde a productos
elaborados por la industria alimentaria, con una limitada calidad nutricional y alta
densidad calórica, ya que aportan importantes cantidades de energía, grasa total,
saturadas y trans, azúcar, colesterol y/o sal, y-por el contrario-pocos micronutrientes
o componentes funcionales.
Además, la televisión ofrece un mensaje contradictorio sobre hábitos dieté-
ticos, ya que si por una parte estimula permanentemente a consumir alimentos,
por otra presenta la esbeltez y la delgadez no solo como saludables, sino también
como sinónimo de éxito. Ideas sociales y culturales que mitifican la delgadez y que
son transmitidas por los medios de comunicación, especialmente los audiovisuales,
dictan y promueven patrones de conducta alimentaria y de preferencia y selección
de alimentos, que no se apoyan en bases científicas sino en una fuerte presión de la
industria.
Es necesario que los niños desarrollen un buen nivel de actividad física diario
para mantener un peso saludable, lograr un estado de bienestar psicofísico y asegurar
un óptimo desarrollo óseo.

196
La introducción del niño a prácticas deportivas puede influenciar conductas
positivas hacia la alimentación, cuidando de equilibrar la alimentación energética-
mente, en la medida que la actividad física aumente. Además de ofrecerle al niño
nuevos aprendizajes y con ello la consolidación de su desarrollo al adquirir nuevas
destrezas y habilidades, en relación al tipo de actividad física que realice, sino tam-
bién al dinamismo que la misma favoreciendo la integración del niño a nuevos
espacios, compromisos, nuevas reglas de juego y la capacidad de entablar nuevas
relaciones en el marco de la práctica del deporte y juego interactivo

El desarrollo psicosocial y la alimentación interactúan. La responsabilidad, la


aceptación de normas, el trabajo en equipo y el ejercicio de la libertad son aspectos
que pueden influir en el acto alimentario, y viceversa, la maduración psicosocial
ejerce influencia en la alimentación. La acción de la escuela y el hogar es básica
para obtener beneficios de esta interacción.

Bibliografia

Tratado de Nutrición, Ángel Gil. Tomo 3 (nutrición humana en el estado de salud) Ed. Panameri-
cana, mayo 2010
Nutrición en el niño sano. Autores: Jessica Lorenzo, María Elisa Guidoni, Marisol Diaz y Col.
Rosario, 2007
Desarrollo del niño durante el periodo escolar, Psicologa Teare Alejandra Guerrero, http://escuela.
med.puc.cl/paginas/publicaciones/manualped/desspsicesc.html
http://www.laboratoriosthea.com/archivos/publicaciones/00115.pdf
María Paz Guzmán, . Álvaro Téllez LA SALUD DEL NIÑO EN EDAD ESCOLAR. 1998
Green M. (Ed.) 1994. Bright Futures: Guidelines for Health Supervision of Infants, Children
and Adolescents. Arlington, VA: National Center for Educational in Maternal and Child
Health.
American Academy of Pediatrics. Second Edition. School Health: A Guide for Health Profession-
als.
Aranceta J. Nutrición en el niño y adolescente. Diálogos en Pediatría. Meneghello. Vol. XI, 1996
Nelson Tratado de Pediatría. Primeros Años Escolares. Capítulo 14. XV Edición 1997.
Manual de Salud Escolar. Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas., Ministerio de Educación de
Chile. 1997.
Salvador,M. Miras, F Alvarez J Psicología de la Educación y desarrollo en la edad escolar. Grupo
Universitario. Granada 2001

197
CAPÍTULO 11:
NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN DURANTE LA ADOLESCENCIA

PERÍODO DE ACELERACIÓN DEL CRECIMIENTO: ADOLESCENCIA

Lic. Ma. Agustina Arolfo

La Adolescencia es el proceso vital caracterizado por profundos cambios


biopsicosociales. Comprende la etapa que transcurre entre los 10 y 18 años en las
mujeres y entre los 12 y 20 años en los varones, aproximadamente. La Pubertad, es
parte de la adolescencia, marcada por importantes cambios hormonales.
Esta etapa se inicia con los primeros cambios visibles y la aparición de los
caracteres sexuales secundarios (aparición de la menarca en la mujer y aumento del
tamaño testicular en el varón) y culmina con la adquisición definitiva del cuerpo
adulto.

Etapas de la adolescencia

Todo este proceso se va desarrollando en el transcurso de tres etapas, no nece-


sariamente bien diferenciadas.
t Adolescencia Temprana: que abarca los 10 a los 13 años.
t Adolescencia Media: desde los 14 hasta los 16 años.
t Adolescencia Tardía: que se extiende desde los 17 hasta a los 19 años
aproximadamente.

La adolescencia: crecimiento y desarrollo


Los cambios físicos que ocurren durante la pubertad-adolescencia abarcan
principalmente tres aspectos:
t Dimorfismo o maduración sexual.
t Aceleración del crecimiento lineal.

199
t Cambios en la composición corporal.

t %JNPSíTNPPNBEVSBDJØOTFYVBM
El rápido crecimiento propio de esta etapa y el desarrollo de las características
sexuales secundarias se apoya en los cambios endocrinos.

Desarrollo de la maduración sexual


El término maduración sexual corresponde al conjunto de transformaciones
morfológicas que culminan en un cuerpo adulto con capacidad de procrear.
La evaluación de la maduración sexual, junto con otras características somáti-
cas (peso, talla, musculatura, etc.), permiten determinar si el proceso puberal ocurre
en forma adecuada en función del sexo, la edad y la interrelación. Esa determinación
es importante para detectar trastornos del desarrollo puberal y orientar en situacio-
nes clínicas que pueden impactar en el proceso de crecimiento y maduración (obe-
sidad, tuberculosis, diabetes, etc.).
El desarrollo puberal sigue una secuencia de eventos predecibles en su progre-
sión aunque con diferencias en el momento de comienzo. Para valorarlo, Tanner en
1962 diseñó un sistema de clasificación sexual, basado en hallazgos clínicos clasifi-
cando diversos estadíos que abarcan desde la etapa preadolescente (estadio 1) hasta
el período de la madurez sexual (estadio 5).
La maduración sexual del sexo femenino se determina por el desarrollo de los
senos (Figura 1), la aparición del vello púbico (Figura 2), vello axilar, y la menarca.
El desarrollo mamario y el vello púbico se determinan mediante la observación y
comparación con los estadios de Tanner.

Maduración Sexual las Niñas


Chicas
Estadío Vello Pubiano (VP) Desarrollo Mamario (DM)- telarquia -

Preadolescente. No diferencia entre sexos (solo


1 Preadolescente. Vello muy fino
leve prominencia del pezón)

Escaso, largo, recto o ligeramente rizado, Aumenta diámetro de la areola. Leve elevación
2
en bordes de labios mayores. del pezón y areola (botón mamario)
Más oscuro, rizado y áspero. Se extiende Aumento de la mama y areola con contorno
3
sobre la sínfisis pubiana. uniformemente redondeado.
Vello similar al adulto con menos área de Mayor aumento de areola y pezón, que
4
cobertura. No se extiende a los muslos. sobresalen del resto de la mama.
Vello femenino adulto dispuesto en
Mama adulta con contorno uniforme y
5 forma de triángulo de base superior. Se
redondeado en donde sólo sobresale el pezón.
extiende a cara interna de muslos.
Fuente: Estadios de maduración puberal según Tanner

La primera manifestación de pubertad en el sexo femenino está constituida

200
generalmente por la aparición del brote mamario (DM2), seguida en el mismo año
de la del vello púbico (VP2). No es raro que esta preceda al comienzo del desarrollo
mamario.

La menarca ocurre generalmente antes de la maduración sexual, con frecuen-


cia entre los estadios DM3 y DM4. El aumento de la estatura también guarda rela-
ción con el momento de maduración en la medida en que el comienzo de la acele-
ración del crecimiento ocurre en la época del brote mamario (DM2). La velocidad
máxima del crecimiento se observa en el estadio DM3 y, la menarca se presenta a
menudo en la fase de desaceleración y en el estadio DM4.

Figura 1: Estadios de maduración puberal según Tanner: desarrollo mamario


(telarquia)

.
Figura 2: Estadios de maduración puberal según Tanner: vello pubiano
en chicas

La evaluación de la maduración sexual del sexo masculino se basa en la obser-


vación del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios (genitales externos, vello
púbico, axilar y facial, y cambio de voz), del desarrollo testicular y de la eyaculación.
Maduración Sexual de los varones

201
Chicos
Estadío Vello Pubiano (VP) Desarrollo Genital(DG) - genitalia -
1 Preadolescente. Vello muy fino Preadolescente.
Vello escaso, largo, ligeramente rizado, en Aumenta de testículos y escroto (cambio de
2
base del pene. textura).
Vello se extiende sobre la sínfisis pubiana. Alargamiento del pene. Mayor aumento de
3
Más oscuro, rizado y áspero. testículos y escroto.
Aumento del tamaño del pene (aumento del
Vello similar al adulto con menos área de
4 glande). Testículos más grandes y escroto
cobertura. No se extiende a los muslos.
más oscuro.
Vello adulto dispuesto en forma de rombo
5 pudiendo sobrepasar los límites hacia la línea Genitales de tamaño adulto.
alba.
Grafico: Estadios de maduración puberal según Tanner

El desarrollo de los genitales externos y del vello púbico puede determinarse


por observación comparativa con los estadíos de Tanner (Figura 3).

Figura 3: Estadios de maduración puberal según Tanner: vello pubiano y


desarrollo genital en chicos.

La primera manifestación de pubertad en el sexo masculino es el crecimien-


to de los testículos como resultado del desarrollo de los conductos seminíferos. El
aumento del volumen testicular va seguido de la aparición del vello púbico y del
crecimiento del pene.
El crecimiento del vello axilar ocurre generalmente dos años después de que
aparece el vello púbico y va seguido de la aparición de vello facial y luego de la del
resto del cuerpo.
El crecimiento testicular pasa por un importante período de aceleración.
Los cambios de voz surgen generalmente en la fase avanzada del crecimiento

202
genital. Todas las estructuras de la reproducción (próstata, vesículas seminales, etc.)
muestran un crecimiento acentuado en la adolescencia a partir del comienzo del
desarrollo testicular. La edad de la primera eyaculación es bastante variable y corres-
ponde generalmente con una fase avanzada de maduración.
En lo que respecta al aumento de estatura, se observa que al iniciarse el
desarrollo genital (DG2), el adolescente mantiene una velocidad constante de cre-
cimiento (5 a 6 cm y 2 a 3 kg por año). La fase de aceleración del crecimiento co-
mienza cerca de un año después, cuando el adolescente se encuentra en el estadio
DG3. La velocidad máxima de crecimiento coincide con frecuencia con el estadio
DG4 y va seguida de una desaceleración gradual en el DG5. Vale la pena recordar
que ciertas modificaciones fisiológicas (aumento de la tensión arterial, reducción de
la frecuencia cardíaca, etc.) y otras de orden bioquímico (aumento de la fosfatasa
alcalina y de la hemoglobina en el sexo masculino, etc.) a menudo guardan mayor
relación con la fase del crecimiento y la maduración sexual que con la cronológica.
Se debe destacar que los adolescentes cuyo proceso de maduración se inicia
más tarde que el promedio de la población presentarán también un atraso en lo que
respecta a estatura, peso y otras variables del desarrollo puberal. En el caso de los
adolescentes que maduran más pronto que el promedio de la población, todos los
cambios físicos propios de la pubertad ocurrirán en forma temprana, además la ace-
leración del crecimiento y la maduración ósea, conducirán a una fusión temprana de
las epífisis y, por tanto, a una talla adulta baja. Esas situaciones de desarrollo en que
la aparición de las características puberales se adelanta o se atrasa pueden ser norma-
les y guardan relación con características familiares y, por lo tanto, son motivos de
preocupación y ansiedad para los adolescentes que continuamente se comparan con
los pares de la misma edad.
Además de los factores genéticos que pueden determinar diversos aspectos
del desarrollo físico, no se pueden dejar de señalar las influencias del ambiente y,
en particular, del estado nutricional en el proceso de crecimiento y desarrollo del
adolescente.
Eventos puberales por destacar:
La ausencia de menarca después de alcanzado el desarrollo mamario adulto
crea una lógica angustia en la niña y su familia. En estos casos, es de gran utilidad
recurrir a la determinación de la edad ósea. Si la misma es inferior a los 14,5 años
de edad, existen buenas posibilidades de que esta se produzca en poco tiempo. En
cambio, si la edad ósea es mayor que ese término, es probable que se trate de una
amenorrea (ausencia de menstruación) primaria.
Hay evidente relación entre el inicio de la menarca y el empuje de la adoles-
cencia. Toda niña normal que ya ha comenzado a menstruar, ha pasado sus picos de
velocidad de crecimiento. De ahí que se puede asegurar que si ya ha alcanzado su
menarca, su crecimiento en esos momentos está desacelerándose y que ella no ha de
continuar creciendo con la misma velocidad como lo hizo en los períodos previos.

203
t "DFMFSBDJØOEFMDSFDJNJFOUPMJOFBM
Después del período de crecimiento estable de las etapas preescolar y escolar
se produce un brote de crecimiento rápido (paralelo a los cambios hormonales),
merced a la acción combinada de la hormona de crecimiento (GH), los andrógenos
suprarrenales y la testosterona. Su duración total aproximada oscila entre 24 y 26
meses.
El promedio de crecimiento en altura desde el inicio del brote es de unos 25
cm en las chicas y 28 cm en los chicos. Esta aceleración del crecimiento tiene lugar
más precozmente en las chicas, en comparación con los chicos.
Paralelamente al incremento en la velocidad de crecimiento, se produce la
maduración ósea influida por los esteroides sexuales, andrógenos suprarrenales y
hormonas tiroideas, y culmina con el cierre de las epífisis determinando el final del
crecimiento en altura. Desde el punto de vista clínico es importante recordar que
durante la pubertad, para interpretar el crecimiento de un niño, la edad de madu-
ración esquelética se corresponde más con el grado de desarrollo sexual que con la
edad cronológica

t $PNQPTJDJØODPSQPSBM
Unos meses después de la aceleración del crecimiento se produce un incre-
mento ponderal como consecuencia de cambios en la composición corporal que
implican particularmente a la masa grasa (especialmente en las chicas), y a la masa
muscular (especialmente en los chicos), cambiando también las proporciones óseas
y su contenido mineral. Los estrógenos y la progesterona estimulan una mayor acu-
mulación de grasa en las mujeres, mientras que la testosterona y los andrógenos
suprarrenales alteran la composición del organismo en los varones, produciendo
más masa corporal magra que grasa, una mayor masa esquelética y superior masa
celular que las mujeres. Las modificaciones de ambos compartimentos determinan
las mayores diferencias entre sexos.

t 5FKJEPBEJQPTP
La distribución del tejido adiposo varía considerablemente durante la ado-
lescencia. Sin embargo, la magnitud de estos cambios se ve influenciada por el mo-
mento en que se produce la maduración sexual y el pico máximo de crecimiento de
cada individuo. Por ello es necesario tener en cuenta la individualidad del proceso
madurativo en las variaciones en la distribución del tejido adiposo.
El incremento de la grasa precede a los cambios en los caracteres sexuales ex-
ternos en ambos sexos, pero mientras en las niñas alcanzará una proporción corporal
del 20-25%, en los niños tras un incremento inicial, disminuirá posteriormente a
valores de la niñez (10-18%). Además se produce una distribución de la grasa pre-
dominando en caderas en las chicas y en el tronco en los chicos.

t $POUFOJEPNJOFSBMØTFP
En relación a la masa ósea, la edad de 9 a 18 años se considera el “periodo

204
crítico para la adquisición del contenido mineral óseo (CMO)” que a su vez deter-
minará el “pico de masa ósea” o máximo depósito de mineral que se conseguirá so-
bre los 25-30 años de edad. Este último es el que guarda una relación inversamente
proporcional con la osteoporosis de edades tardías, de ahí que la nutrición durante
la adolescencia sea decisiva para su prevención. Durante este período crítico se va
a incrementar en un 60% el CMO bajo la influencia hormonal y de factores am-
bientales como la dieta (especialmente su contenido en calcio), irradiación solar y
el ejercicio físico.

t .BTBNVTDVMBSFTRVFMÏUJDB
El crecimiento de la masa muscular tiene una curva ascendente en ambos
sexos hasta los 12 años de edad. A partir de esa edad se produce un crecimiento
rápido y sostenido en los chicos (paralelo a la aceleración del crecimiento), mientras
que en las chicas este incremento se desacelera. La masa muscular predominante en
los chicos se hará patente en los hombros y extremidades dándole mayor aspecto de
corpulencia.

Desarrollo psicológico en la adolescencia


Durante el progreso de cada una de las etapas de la adolescencia se irán afian-
zando logros en el área de la independencia, de la identidad y de la imagen que tiene
el adolescente de sí mismo.
Con respecto a la independencia, en la primera etapa habrá un menor interés
en los padres, una intensa amistad con los adolescentes del mismo sexo y pondrán a
prueba la autoridad, así como aumentará la necesidad de privacidad. En la segunda
se identificará la interrelación con los pares y el conflicto con los padres, así como
aumentará la experiencia sexual. Durante la tercera etapa, priorizará las relaciones
íntimas, sobre las de amigos del mismo sexo.
En relación con la identidad, durante la adolescencia temprana aumentarán
las habilidades cognitivas y el mundo de la fantasía, será un estado de turbulencia
con falta de control de los impulsos, se planteará metas vocacionales irreales. Du-
rante la adolescencia media, mostrará conformidad con los valores de los pares, sen-
timientos de invulnerabilidad y conductas omnipotentes generadoras de riesgos. En
la adolescencia tardía desarrollará un sistema de valores, metas vocacionales reales y
una identidad personal y social con capacidad de intimar.
En el plano de la imagen corporal, la cual refiere a la representación mental
realizada del tamaño, figura y de la forma del cuerpo (en general y de sus partes);
es decir, cómo la persona se ve y cómo cree que los demás la ven; al principio habrá
una mayor preocupación por los cambios puberales e incertidumbre acerca de la
apariencia. Luego prevalecerá la preocupación por la apariencia y el deseo de poseer
un cuerpo más atractivo, así como la fascinación por la moda. Finalmente aceptará
su propia imagen corporal.

205
Las profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales, son ge-
neradoras de crisis, conflictos y contradicciones. No es solamente un período de
adaptación a los cambios corporales, sino una fase de grandes determinaciones hacia
una mayor independencia psicológica y social. Es quizás, el período más crítico del
sujeto.
Los adolescentes transcurren dolorosamente por un período de transforma-
ciones fisiológicas y psicológicas. Se sienten desarraigados en relación a sí mismos y
con el mundo, debido a que se desestructuran los vínculos identificatorios infantiles
generándoles confusión, en lo relativo al yo y los otros, a lo bueno y lo malo, a lo
adulto y lo infantil.
Durante la infancia, el crecimiento y el desarrollo ocurren lenta y paulatina-
mente. En la adolescencia, al contrario, los cambios se presentan abruptamente, co-
menzando por el cuerpo que adquiere las formas adultas mientras que las emociones
y el pensamiento aún sigue siendo de niño. El cambio físico en la adolescencia se
experimenta cuando el niño va perdiendo su cuerpo infantil y aparece la necesidad
psicológica de reestructurar la JNBHFODPSQPSBM Los incipientes adolescentes empie-
zan a tener autoconciencia de los cambios, una preocupación por el cuerpo, la nece-
sidad de integrar una imagen individual del aspecto físico y la obsesión por el grado
de aceptación que su figura despierta en el grupo de pares. Es así que el adolescente
está muy pendiente de su BQBSJFODJBGÓTJDB y le concede mucha atención y valor.
Existen estudios que demuestran que los adultos que se consideraban atractivos en
su adolescencia, tienen mayor confianza en sí mismos y son más felices que los que
no se sintieron atractivos, y estas diferencias se perpetúan hasta mediados de los 40
años.
El segundo aspecto importante sujeto a grandes cambios es el EFTBSSPMMPDPH-
OJUJWP La madurez cognitiva es la capacidad para pensar en forma abstracta, o sea,
de separarse de lo concreto para poder plantearse hipótesis, considerando aspectos
no presentes de una situación, incluyendo la anticipación o planificación del futuro.
Según Piaget, recién durante la adolescencia se alcanza el nivel de las operaciones
formales o pensamiento hipotético deductivo. Este pensamiento se va logrando en el
transcurso del período adolescente, sin embargo, muchos adultos no logran alcanzar
la formalización y perpetúan un entendimiento concreto o apegado a lo visible y
presente en el análisis de las distintas situaciones.
En cuanto al EFTBSSPMMPTPDJBMFOSFMBDJØOBMEFTBSSPMMPQTJDPMØHJDP, están
íntimamente relacionados dado el papel fundamental del grupo en la consolidación
de su autoimagen.
Desde una perspectiva psicosocial, la familia puede ser considerada como uno
de los microambientes principales en que se desenvuelve el adolescente y que es
reconocido como uno de los principales factores capaz de promover el bienestar,
(ya que esta etapa es vulnerable a grandes peligros sociales como son las drogas, el
alcoholismo, y otros riesgos perjudiciales para la salud como el tabaquismo), como
puede transformarse también, la familia, en un importante factor de riesgo.
Es importante considerar la relación que mantienen sus miembros ya que la

206
comunicación es uno de los ítems fundamentales en el que se busca apertura, con-
fianza y satisfacción en la interacción entre padres y adolescentes, lo cual permitirá
un fluido compartir de ideas, proyectos, sentimientos, deseos y facilitaría la resolu-
ción de problemas.
Comportamiento alimentario: Los múltiples cambios que ocurren en esta
etapa influyen también sobre el comportamiento, las necesidades nutricionales y los
hábitos alimentarios en el adolescente. Numerosos factores externos (característi-
cas familiares, amigos, valores sociales y culturales, medios de comunicación social,
conocimientos nutricionales, experiencias y creencias personales, etc.) e internos
(características y necesidades fisiológicas, imagen corporal, preferencias y aversiones
en materia de alimentación, desarrollo psicosocial, salud, etc.) tendrán impacto en
el comportamiento alimentario del adolescente. Todo ello regido por la necesidad de
afirmar la propia identidad, aunque sea a costa de rechazar la alimentación familiar
y elegir otros tipos de alimentación, que a menudo son inadecuados.
El comportamiento del adolescente se caracteriza por grandes contradiccio-
nes: deseo de afecto y rechazo al mismo; deseo de independencia y necesidad de
protección; en definitiva, es la edad del todo o nada. Estas grandes contradicciones
también se manifiestan en la alimentación, quizás como en ningún otro aspecto.
En la adolescencia temprana la presión del entorno comienza a imponerse por
sobre la autoridad de los padres y es entonces cuando los chicos pueden iniciar dietas
de moda. Muchas comidas y/o colaciones son consumidas fuera del hogar y, con fre-
cuencia, sin supervisión alguna (en escuelas, casas de amigos, eventos sociales, etc.).
A lo anterior se suma la creciente preocupación por la imagen corporal que
suele comenzar en la adolescencia.
La imagen corporal es un constructo multidimensional que involucra una
dimensión perceptiva que se refiere a la precisión con la cual una persona percibe
la forma y medida de su cuerpo; una dimensión cognitiva-actitudinal, que incluye
creencias, pensamientos, imágenes y sentimientos de la persona sobre su cuerpo, lo
que puede ser útil para conocer el grado de satisfacción corporal; y una dimensión
conductual, que tiene que ver con el comportamiento de una persona a partir de lo
que piensa y siente en relación a su cuerpo.
La comparación entre el propio cuerpo y los modelos sociales de belleza, ade-
más de otros factores como la pérdida de identidad familiar, la acción nociva de los
medios de comunicación, entre otros, determinan el grado de satisfacción con la
imagen corporal.
Una insatisfacción con ésta imagen corporal supone graves amenazas a la nu-
trición y, por lo tanto, al desarrollo físico y psicológico de los adolescentes.
Durante la adolescencia los chicos comienzan a independizarse de las deci-
siones de sus padres y comienzan a elegir y comprar los alimentos. Es así como
se emplean hábitos como un aumento en el consumo de comidas rápidas; saltear
el desayuno; aumento en el consumo de gaseosas y jugos; elección inadecuada de
colaciones como ser alimentos chatarra, es decir, productos manufacturados con
elevadas cantidades de grasa saturada, azúcar, colesterol, energía y deficitarios en

207
micronutrientes; entre otros.
Los medios de comunicación como la televisión fomentan el hábito de fumar
y el alcohol, estimulan el consumismo a través de la publicidad condicionando los
hábitos de ingesta actual destacando la oferta excedida de productos elaborados hi-
percalóricos, un marketing que induce al consumo, trastornos psicológicos reactivos
donde el alimento pasa a ser un sustituto placentero. Los hábitos sedentarios, por
otra parte, están condicionados por la falta de infraestructura y de áreas verdes para
el esparcimiento y la práctica deportiva, y la práctica cada vez mayor de actividades
tales como TV, computación, etc., que ocupan gran parte del tiempo libre de niños
y adolescentes. La combinación de la estimulación del apetito y un estilo de vida
cada vez más sedentario contribuye al desarrollo de la obesidad y su clara asociación
con las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) del adulto.

Valoración del estado nutricional


La valoración nutricional durante la adolescencia reúne una serie acciones que
se describe a continuación:
t Anamnesis
La anamnesis alimentaria permite conocer cuali y cuantitativamente el con-
sumo real de los alimentos de los adolescentes en relación con su estado nutricio-
nal. Permite identificar costumbres y hábitos familiares, frecuencia de las ingestas,
ansiedad y gratificación con las comidas, picoteos, comidas irregulares, selectividad,
consumo de comidas rápidas, entre otros. Una encuesta detallada (recordatorio de
24 horas, cuestionario de frecuencia, registro de ingesta con pesada de alimentos
durante varios días) va a constituir una valiosa herramienta de trabajo para evaluar
la ingesta dietética.
Es importante, además, estar alerta a la presencia de hábitos alimentarios in-
habituales y a detectar conductas que orienten a trastornos del apetito.
La encuesta alimentaria recogerá aspectos referentes a la actividad física habi-
tual, incluyendo las horas de estudio, el tiempo dedicado al deporte, horas de televi-
sión y/o de videojuegos, etc. En chicos y chicas deportistas se obtendrá el número de
horas de actividad deportiva, la modalidad que practica y se pondrá especial énfasis
en si son controlados adecuadamente desde el punto de vista nutricional. Este últi-
mo aspecto es importante porque los adolescentes deportistas constituyen un grupo
de alto riesgo nutricional al tener necesidades especiales de energía y nutrientes, y
muchas veces, con los mismos errores nutricionales que cualquier chico de su edad,
agravado incluso con el deseo de perder peso para mejorar el rendimiento.

t Evaluación del crecimiento


Tanto o más que en otras edades de la vida, el diagnóstico certero del estado
nutricional en la adolescencia se configura a partir de la información que proporcio-
na la historia alimentaria, el examen físico y eventualmente los exámenes de labo-
ratorio. La presunción diagnóstica que surge de la antropometría está sujeta a más

208
error que en otras etapas de la niñez, ya que el proceso de crecimiento no ocurre en
forma simultánea y proporcional para los parámetros peso y talla, habitualmente
utilizados en el diagnóstico. Es más frecuente que una aceleración del crecimiento
en longitud anteceda a la ganancia de peso, de modo que el cálculo de la relación
peso/talla va a sugerir desnutrición cuando no exista más que un enflaquecimiento
relativo, fenómeno que es más frecuente en el varón. A la inversa, en la niña es más
habitual que se produzca un aumento de peso antes que ocurra el aumento de la
talla, y entonces la relación peso/talla sugerirá sobrepeso e incluso obesidad.
La conclusión práctica es que el diagnóstico del estado nutricional en el ado-
lescente debe inspirarse en antropometría, pero fundamentalmente en la situación
funcional y en el seguimiento periódico del crecimiento y el examen físico.
Una relación peso/talla disminuida en el adolescente, si no se acompaña de
alteraciones funcionales o de morbilidad concomitante, sólo debe hacer plantear un
diagnóstico de enflaquecimiento y obligar a una reformulación de la alimentación y
seguimiento estricto de sus resultados.
La percepción estética de “enflaquecimiento” en el varón y de “gordura” más
frecuente en la niña, origina problemas alimentarios pintorescos, en el afán de co-
rregir con dietas una situación que es completamente normal y se compensará al
completarse el proceso. Por una parte los niños tenderán a forzar la ingesta de nu-
trientes, las niñas a su vez intentarán un régimen de semiayuno, habitualmente muy
mal distribuido a lo largo del día, en pos de una silueta esbelta, antes de lograrse la
estatura definitiva. El conocimiento de la dinámica del proceso de crecimiento a esta
edad y su seguimiento, del valor calórico de los alimentos y la importancia de dis-
tribuirlos en forma paralela a las horas de mayor actividad física, son los elementos
que permitirán a los profesionales de salud ajustar las prescripciones de alimentación
a las necesidades nutricionales siempre cambiantes del adolescente.
El peso y la talla son las dos mediciones más simples de obtener para evaluar
el estado nutricional. Cuando se obtiene la información, de acuerdo a los distintos
indicadores, deben ser comparados con una gráfica estandarizada.
Talla: En los varones a los 11 años se inicia una etapa de crecimiento rápido
que se hace aun más intenso entre los 13 y 14 años. Se lentifica luego a partir de
los 14 años haciéndose casi horizontal hasta los 18 años en donde se produce un
pequeño incremento. El pico de crecimiento se produjo a los 13,5 años con 9 cm
de incremento por año.
En las mujeres se observa que el brote de talla ya ha comenzado a los 10 años
manteniéndose en franco ascenso hasta los 15 años. Luego se produce una lentifi-
cación y horizontalización de la curva. El pico de crecimiento se produjo a los 11,2
años con 9 cm de incremento por año.
Existe un pequeño empuje al final del período adolescente con un incremento
de 1 a 3 cm.
Peso: En varones luego de un incremento lento del peso que se prolonga hasta
los 12 años, se produce un marcado aumento en el peso hasta el final del período.
En mujeres el incremento de peso se produce en forma marcada hasta los 13

209
años, para luego observarse un estacionamiento en la curva de peso que permanece
con mínimas variaciones hasta el fin del período adolescente.
Se deben obtener las siguientes medidas antropométricas: peso, talla, que
permiten la construcción de los indicadores peso/edad, peso/talla y talla /edad; cir-
cunferencia de cintura y el índice de masa corporal (IMC) para clasificar el estado
de nutrición.

Plan de alimentación
Es una edad con unos requerimientos dietéticos y nutricionales concretos e
importantes.

Recomendaciones nutricionales
Energía:
El VET se calcula teniendo en cuenta el peso, la talla, la actividad y el estadio
puberal del paciente. Calcular las calorías diarias en forma individualizada en fun-
ción de la progresión del peso respecto a la talla y según el grado de actividad física.
De forma especial, el adolescente deportista debe incrementar el aporte energético
en relación al tipo de actividad y a la duración de la misma.
Hidratos de carbono:
Deben brindar el 50-55% de las calorías de la dieta.
Lípidos:
El 27-30% del total de ingesta energética.
En el caso particular de los lípidos, estos resultan imprescindibles en la ali-
mentación del adolescente, debido a su alto contenido energético. Además propor-
cionan Ácidos Grasos Esenciales (AGEs) y permiten la absorción de las vitaminas
liposolubles.
La alimentación en esta etapa de la vida se caracteriza por un consumo fre-
cuente de alimentos tales como margarinas, mantecas, mayonesas, panes industria-
les, galletitas dulces y saladas, barras de cereales, alfajores y productos de copetín,
los cuales presentan un alto contenido de Ácidos Grasos Saturados (AGS), trans,
linoleico (Ȧ-6) y una baja cantidad de alfa linoleico (Ȧ-3), lo que da lugar a una
relación Ȧ-6/Ȧ-3 no deseada. Una dieta con este perfil lipídico desde edades tem-
pranas, en la mayoría de los casos se mantiene a lo largo de la vida adulta, incremen-
tando de forma notable la probabilidad de desarrollar ciertas patologías, tales como
dislipemia, aterosclerosis, diabetes, osteoporosis, ciertos tipos de cáncer, entre otras.
La Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) y la Organización Mundial de la Salud, en su informe del año 2003 sobre
“Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas”, recomiendan, a fin de
reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, una ingesta menor al 10% de
grasas saturadas, menor al 1% de grasas trans y del 15 al 30% de la energía total
de grasas monoinsaturadas. Además, según estas organizaciones, los Ácidos Grasos

210
Poliinsaturados (AGPI) totales han de representar 6-10% de la energía total; requi-
riéndose un balance óptimo entre la ingesta de AG Ȧ-6 y AG Ȧ-3.
Desde 1997, la FAO/OMS recomienda que la relación entre AG Ȧ-6 y AG
Ȧ-3 esté comprendida entre 5:1 y 10:1.

Proteínas
Se indican a razón de 1g/kg/día, aproximadamente.
Los requerimientos proteicos se justifican por el elevado nivel de crecimiento
de los tejidos (aumento de masa muscular, aumento de masa ósea) que en esta etapa
supone una parte importante del gasto. De toda la energía que se necesita, se ha
establecido que entre un 12-14% debe proceder de las proteínas, que en gramos
supone aproximadamente 44-59g/día. Con esta cantidad se está en condiciones de
hacer frente a las necesidades proteicas para el correcto crecimiento de los tejidos.
A esta edad es importante aportar la cantidad apropiada de proteínas y, a su
vez, la cantidad de kilocalorías no proteicas que permitan la utilización de las mis-
mas con función plástica (formación y mantenimiento de tejidos), para que no sean
utilizadas como fuente de energía. Una cantidad escasa de calorías o una cantidad
excesiva de proteínas producen un desperdicio metabólico.

Vitaminas
Para los adolescentes se recomiendan, especialmente, las vitaminas que de una
u otra forma se relacionan con la síntesis de proteínas y la proliferación celular.
Como consecuencia de las necesidades aumentadas de energía, los requeri-
mientos de tiamina, riboflavina y niacina están incrementados, ya que intervienen
en el metabolismo intermediario de los hidratos de carbono. También son más altas
las demandas de vitamina B12, ácido fólico y vitaminas B6, necesarias para la sín-
tesis normal de ADN y ARN y para el metabolismo proteico.

Minerales
Son tres los minerales que tienen especial importancia en la adolescencia: el
calcio, el hierro y el zinc. Cada uno de ellos se relaciona con un aspecto concreto del
crecimiento:
Calcio: la eficacia en la absorción de calcio se incrementa durante la pubertad
y la mayor parte de la mineralización ósea ocurre en este período. Aproximadamente
el 99% de la masa ósea es calcio y de este porcentaje el 45% se forma durante la
adolescencia. Es obvia la necesidad de calcio en la dieta del adolescente. El National
Research Council (NRC) americano recomienda 1300mg/día para este grupo de
edad. Las más recientes recomendaciones RDA amplían hasta los 24 años la indica-
ción de 1300mg/día. (NRC. 10a ed. Modificada en 1998). La extensión del grupo
de edad de mayores de 19 años hasta los 24 años en ambos sexos es debido a que la
masa ósea máxima no se obtiene antes de los 25 años de edad.
Hierro: las necesidades de hierro se incrementan durante la adolescencia por
la eritropoyesis acelerada y por el aumento de la masa magra que acompañan al cre-

211
cimiento y, en las niñas, también por las pérdidas secundarias a la menstruación. La
importancia del hierro radica en el importante lugar que ocupa en la formación de
los tejidos muscular y sanguíneo. La ración de hierro recomendada se debe calcular
en función de las pérdidas y de las necesidades para la formación de glóbulos rojos
y otros tejidos. Se ha calculado en 1mg de hierro diario lo que se pierde a través
de la descamación de las mucosas, epitelios, heces y orina. Además, las mujeres en
cada menstruación pierden del orden de 28mg. Esta es la causa de que la carencia
de hierro se dé con más frecuencia en la mujer precisamente durante la edad fértil y,
por tanto, durante la adolescencia. Las ingestas recomendadas según la edad y sexo,
promedian en valores de 11 mg/día para varones y 15mg/día para mujeres (RDA,
1997-2001).
Zinc: es esencial para el crecimiento y maduración sexual, además de ser una
mataloenzima (fosfatas alcalinas). Está directamente relacionado con la síntesis de
proteínas y por lo tanto con la formación de tejidos por lo que es especialmente im-
portante en la adolescencia. La carencia de zinc se relaciona con lesiones en la piel,
retraso en la cicatrización de las heridas, caída del cabello, fragilidad en las uñas,
alteración del sistema inmunitario, etc. El déficit crónico puede causar hipogonadis-
mo (pequeño tamaño de órganos reproductores) y retraso en la maduración sexual.
En la última edición de las RDA, se recomienda una ingesta diaria de zinc en
torno a los 9 mg/día para las chicas y 11 mg/día para chicos (RDA, 1997-2001).

Distribución de alimentos
Desayuno
El desayuno es la primera comida del día, y es imprescindible realizarla; repre-
senta tal vez la comida más importante para el adolescente, pues le ofrece las calorías
y nutrientes necesarios para comenzar el día, más aún si tenemos en cuenta que no
recibe alimentos desde el día anterior. Se aconseja llegar con él, al 20-25% de las
necesidades energéticas diarias.
Lo esencial del desayuno (y/o merienda) es que contenga una porción de lác-
teos para el aporte de calcio, una fuente de hidratos de carbono que aportan energía
necesaria, como por ejemplo: pan, galletitas o cereales; y sería importante incluir
una porción de fruta o ensalada de frutas como aporte de vitaminas. Cabe destacar
que como esto último no es costumbre en nuestra población podría ser parte de una
colación.

¿Qué colaciones pueden ser apropiadas?


Puede recomendarse a los adolescentes la inclusión de frutas frescas, deseca-
das, secas, cereales o lácteos en lugar de golosinas, gaseosas o jugos artificiales.

Almuerzo y Cena:
Deben ser variados y completos. Acordar el tamaño de las porciones respetan-
do la saciedad del adolescente.

212
Ejercicio físico
El nivel de ejercicio físico es extraordinariamente variable entre los adolescen-
tes, oscilando desde aquellos con un sedentarismo excesivo hasta los dedicados al
deporte de alta competición. Entre los beneficios para la salud que promueve el ejer-
cicio físico en los adolescentes, se encuentran el mantenimiento del peso corporal,
desarrollo de la masa muscular, la mineralización esquelética, el efecto vasodilatador
y el establecimiento de un buen perfil lipídico, etc. Además, en esta edad el ejercicio
físico disminuye los estados de estrés y ansiedad y facilita las relaciones sociales de
grupo, a la vez que ocupa una fracción importante de tiempo libre y , por lo tanto,
aleja patrones de ocio no beneficiosos.
La salud del adolescente adopta características propias como unidad biopsico-
social en un ambiente y tiempo determinados en base a tres ejes integradores:

t el crecimiento y desarrollo enmarcado en su historia vital,


t la atención adecuada por parte del equipo de salud,
t los aportes que los microambientes de familia, escuela, clubes, etc., le
ofrecen al adolescente, promoviendo estilos de vida saludables

Embarazo y Adolescencia
El advenimiento de un embarazo adolescente es un acontecimiento que pone
de manifiesto y agrava la vulnerabilidad en que se encuentran las adolescentes y,
además, implica una situación de extrema fragilidad. Por un lado, por el tratamiento
que se les da a los procesos reproductivos, y, por otro, por la ausencia de un grupo
de apoyo (padres, pareja, hermanos) que, negación y castigo mediante, solo suelen
aparecer luego de que pasó el momento de mayor riesgo, es decir, el parto.
Población en riesgo:
La embarazada adolescente pertenece a la población en riesgo dentro del gru-
po de mujeres embarazadas presentando antecedentes obstétricos indeseables.
La adolescente embarazada presenta un estrés adicional sobre su etapa de cre-
cimiento y maduración. Actualmente, la edad media de la menarquía se sitúa entre
los 12 y 13 años de edad. Normalmente, el crecimiento aún continúa durante 4
años más, aunque a un ritmo más lento que durante la etapa prepuberal. En esta eta-
pa, un embarazo representa para la madre un riesgo en su crecimiento potencial, ya
que, a las necesidades de su propio cuerpo, se suma la demanda fetal de nutrientes.
Una mujer joven que concibe poco después de su primera menstruación corre
el máximo riesgo fisiológico, y a pesar del aumento de peso materno, los pesos de
nacimiento de los neonatos se mantienen bajos.
Este mayor riesgo de restricción en el crecimiento fetal se atribuye a la interfe-
rencia en el flujo sanguíneo fetoplacentario y en la transmisión de nutrientes el feto
como resultado de las características fisiológicas inherentes al crecimiento materno.
Cuanto menor sea la edad ginecológica, (Edad ginecológicaes el número de
años entre la menarca y la edad cronológica edad ginecológica 0 = edad de la menar-

213
quía). mayor es el riesgo fisiológico en la embarazada, ya que será menor la estatura
y el tamaño de la pelvis, con lo cual aumenta el riesgo de que la adolescente llegue
al alumbramiento por la vía cesárea debido a la desproporción céfalo-pélvica (inma-
durez fisiológica).
Por otro lado, cuanto menor sea la edad ginecológica, mayores serán sus nece-
sidades nutricionales. Los músculos generalmente no están suficientemente desarro-
llados, el esqueleto puede que no haya alcanzado el grado óptimo de mineralización
y ciertas reservas de nutrientes (principalmente de hierro, ácido fólico, vitamina A y
B12) son menores que en la mujer adulta bien alimentada.
El impacto psicológico que representa un embarazo sobre la adolescente pue-
de resultar más perjudicial, tanto para la madre como para su hijo, que la inmadurez
biológica.
La actitud punitiva frente al embarazo temprano, especialmente si este tiene
lugar fuera del matrimonio; impide proporcionar la comprensión y el apoyo que la
joven mamá necesita.

Necesidades nutricionales y embarazo adolescente


Si en cualquier embarazo la alimentación cobra especial importancia, más aún
durante la adolescencia; período en el que las demandas de energía y nutrientes son
mayores que otras etapas de la vida.
Las necesidades nutricionales de las adolescentes embarazadas será la suma de
las necesidades por el embarazo más las que precisan para su propio crecimiento.
Una vez completado el crecimiento (aproximadamente 4-5 años postmenarquia o
hacia los 17 años de edad), los requerimientos nutricionales de la adolescente son
similares a los de la mujer adulta embarazada.
En general, excepto para las calorías, son las mismas recomendaciones que
para las adultas embarazadas.
Las necesidades de hierro de la adolescente, durante su crecimiento, son altas
debido al crecimiento de su masa muscular y del volumen sanguíneo. No obstante,
la recomendación de un suplemento diario de hierro puede ser necesaria tanto para
la adolescente como para la mujer adulta embarazada.
Cada adolescente que cursa una gestación debe realizar un control prenatal
que cumpla con todos los requisitos, con un monitoreo estricto y apoyo permanente
en el que se debe incluir a la pareja quien, en general, también es un varón que cursa
esta etapa y requiere el apoyo del equipo de salud.

La inmadurez psicológica y los cambios biológicos que se presentan en la etapa ado-


lescente, a la que se suma un embarazo, son factores que profundizan la situación
de riesgo y vulnerabilidad de la mujer y del niño; requiere de la atención de un
equipo de salud capacitado para llevar a cabo un abordaje integral para lograr el
potencial de crecimiento de la adolescente y que el embarazo concluya sin efectos
indeseados para el niño.

214
Bibliografía

Lorenzo J, Guidoni ME, Díaz M, Marenzi MS, Lestingi ME, Lasivita J, et al. Nutrición del niño
sano. Ed. Corpus. Rosario, 2007.
Mataix Verdù, J. y Martinez, C. Adolescencia. Capitulo 36. En: Tratado en Nutrición. . Tomo II.
2da ed. Ed .Océano, 2009.
Torresani, M. E. “Cuidado nutricional pediátrico”. 1a.ed. Buenos Aires Ed. Universitaria de Bue-
nos Aires, 2002
WHO Technical Report Series. FAO/WHO. Diet, Nutrition and the prevention of chronic disea-
ses. Report of a Joint Expert Consultation (Ginebra) 2003; 916: 1-160.
Torresani ME. Cuidado nutricional pediátrico. 2ª.ed. Buenos Aires: Eudeba; 2006. p.197-211
Madruga Acerete D, Pedrón Giner C. Alimentación del adolescente. Asociación Española de Pedia-
tría (España) 2002; 5:303-10.
Gonzaléz-Gross M, Castillo MJ, Moreno L, Nova E, González-Lamuño D, Pérez-Llamas F, et al.
Alimentación y valoración del estado nutricional de los adolescentes españoles (Estudio
AVENA). Evaluación de riesgos y propuesta de intervención. Nutr Hosp (España) 2003;
18(1):15-28.
Pinto Fontanillo JA, Carbajal Azcona A. La dieta equilibrada, prudente o saludable. España: Co-
munidad de Madrid; 2003. p.55-59.
American Academy of Pediatrics. Comité de nutrición. Nutrición del adolescente. En: Manual de
nutrición pediátrica. 5aed. México: Intersistemas; 2006; 149-54.
Ballabriga A, Carrascosa A. Nutrición en la infancia y adolescencia. 2da ed. Ed Ergón. Madrid,
2001.
Moreno Aznar L, Rodríguez Martínez G. Nutrición en la adolescencia. En Gil Hernández A. Trata-
do de nutrición. Madrid: Grupo Acción Médica; 2005; 367-90.
Mataix Verdù J, Sánchez Campos M. Adolescencia. En: Mataix Verdù J. Nutrición y alimentación
humana. Madrid: Ergón; 2002; 869-81.
Sarria A., Moreno LA. Alimentación del adolescente. En: Bueno M, Sarria A, Pérez - González J.
Nutrición en pediatría, 3aed.. Madrid: Ergón, 2007; 223-32.
Aguirre ML, Castillo C, Le Roy C. Desafíos Emergentes en la Nutrición del Adolescente. Rev. chil.
pediatr. [En Línea]. Volumen 81(6):488-497. (2010). Disponible en: http://www.scielo.cl/
scielo.php?pid=S0370-41062010000600002&script=sci_arttext [Consulta Abril de 2012].
Peña E, Sánchez A, Portillo Z, Solano L. Evaluación dietética de adolescentes embarazadas durante
el primer, segundo y tercer trimestre. Archivos Latinoamericanos de Nutrición. ALAN [En
Línea]. Volumen 53 (2): 133-140. (2003). Disponible en: http://www.scielo.org.ve/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S0004-06222003000200003&lng=en&nrm=iso&ignore=.
html [Consulta Abril de 2012]
Benedito Monleón M C, Perpiñá Tordera C, Botella Arbora R M, Baños Rivera Imagen corporal
y restricción alimentaria en adolescentes. Volumen 58(3): 268-272 (2003). Disponible en:
http://apps.elsevier.es/watermark/ctl_servlet?_f=10&pident_articulo=13043565&pident_
usuario=0&pcontactid=&pident_revista=37&ty=27&accion=L&origen=elsev [Consulta
julio de 2012]
Peña Quintana L, Madruga Acerete D, Calvo Romero C. Alimentación del Preescolar, Escolar y
Adolescente. Situaciones especiales: Dietas Vegetarianas y Deporte, [En Línea]. Published
in An Pediatr. Volumen 54 (5): 484-496 Barcelona (2001). Disponible en: http://www.
elsevier.es/en/node/2004076 [Consulta Julio de 2012].
Salazar M Z. Adolescencia e Imagen Corporal en la Época de la Delgadez, [En Línea]. Reflexiones.
Volumen 87 (2): 67-80. Universidad de Costa Rica (2008). Disponible en: http://www.
redalyc.org/pdf/729/72912555004.pdf [Consulta Mayo de 2014] ISSN (Versión Impre-
sa): 1021-1209.

215
Castro-Feijóo L., Pombo M. Pubertad precoz, [En Línea]. Anales de Pediatra Continuada. Volu-
men 4 (2): 79-87. (2006). Disponible en: http://www.apcontinuada.com/es/pubertad-
precoz/articulo/80000173/ [Consulta Mayo de 2014].
Pineda Pérez S, Aliño Santiago M. El concepto de adolescencia, [En Línea]. En: Cuba Ministerio
de Salud Pública. Manual de Prácticas Clínicas para la Atención integral a la Salud de la
Adolescencia. La Habana, Cuba, MINSAP (1999). Disponible en: http://ccp.ucr.ac.cr/bvp/
pdf/adolescencia/Capitulo%20I.pdf [Consulta Junio de 2014]
Baile Ayensa J I. ¿Qué es la imagen corporal?, [En Línea]. Centro Asociado de la UNED de Tudela.
Cuadernos del Marqués de San Adrián: Revista de Humanidades. Volumen 2: 53-70,
(2003) Disponible en: http://www.uned.es/ca-tudela/revista/n002/baile_ayensa.htm [Con-
sulta Junio de 2014] ISSN (Versión impresa):1579-4806
Issleren J R Embarazo en la adolescencia, [En Línea]. Revista de posgrado de la cátedra VI me-
dicina. Edición 107 (Agosto 2001): 11-23. Disponible en: http://www.uv.es/~reguera/
videoconferencia/informe%5B1%5D.htm [Consulta Julio de 2012].
Balmaceda N, Campos ML, Cima MA. Evaluación del consumo de ácidos grasos -3 en adolescen-
tes del Instituto Nuestra Señora de la ciudad de Córdoba. Trabajo de Investigación (Licen-
ciatura en Nutrición). Córdoba. Universidad nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias
Médicas. Escuela de Nutrición. 2010.
Valverde Pilar R, Rivera de los Santos F, Moreno Rodríguez C. Diferencias de sexo en imagen cor-
poral, control de peso e Índice de Masa Corporal de los adolescentes españoles, [En Línea].
Psicothema. Volumen 22 (1): 77-83. Universidad de Oviedo. España (2010). Disponible
en: http://www.psicothema.es/pdf/3699.pdf [Consulta Junio de 2014] ISSN (Versión
impresa): 0214-9915.
López Pérez A M, Solé Burgos A, Cortés Moskowich I. Percepción de satisfacción –insatisfacción
de la imagen corporal en una muestra de adolescentes de Reus (Tarragona). [En Línea].
Volumen 30: 125-146 (2008). Disponible en: http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/zai-
nak/30/30125146.pdf [Consulta Junio de 2014]
Burrows A R. Prevención y tratamiento de la obesidad desde la niñez: la estrategia para disminuir
las enfermedades crónicas no transmisibles del adulto. Rev. méd. Chile [En Línea]. Volu-
men 128(1): 105-110. (2000). Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S00349
8872000000100015&script=sci_arttext [Consulta Junio de 2014].
Pasqualini D., Llorens A. Salud y Bienestar de Adolescentes y Jóvenes: Una Mirada Integral. 1a ed.
- Buenos Aires: Organización Panamericana de la Salud - OPS, 2010. [En Línea]. Disponi-
ble en: http://publicaciones.ops.org.ar/publicaciones/publicaciones%20virtuales/libroVir-
tualAdolescentes/pdf/SaludBienestarAdolescente.pdf [Consulta Junio de 2014].
Melián N, Saldari A, Sganzetta G. Imagen corporal de adolescentes y calidad de su dieta actual me-
dida a través del Índice de Alimentación Saludable. Trabajo de Investigación (Licenciatura
en Nutrición). Córdoba. Universidad nacional de Córdoba. Facultad de Ciencias Médicas.
Escuela de Nutrición. 2013.

ERRNVPHGLFRVRUJ

216
*NQSFTPQPS&EJUPSJBM#SVKBTtBHPTUPEFt$ØSEPCBo"SHFOUJOB

217

Potrebbero piacerti anche