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Escuela de Ciencias Agrícolas, Pecuarias y del Medio Ambiente

a) Clasificar el suelo de acuerdo al pH y al contenido de materia orgánica. Investigar cómo son en


términos generales las propiedades químicas de este suelo.
El pH se expresa con un número y en el 95% de los suelos está comprendido entre 5 y 8,5.

 SUELO ÁCIDO tiene un pH menor de 7


Un terreno ácido tiene el problema de que escasean algunos nutrientes esenciales para las plantas: Calcio,
Magnesio, Fósforo, Molibdeno y Boro. Así que si se sospecha de que las plantas están sufriendo carencias
de estos elementos, habría que aportarlos mediante fertilizantes e intentar subir el pH.
Por el contrario, abunda el hierro, incluso puede producir toxicidad por exceso. También hay mucho
Manganeso y Zinc. Si el suelo es muy ácido (pH<5,5) es desfavorable para la mayoría de las plantas y sería
muy conveniente subir ese pH.

 SUELO NEUTRO tiene un pH más o menos de 7


Irán bien la mayoría de especies. Las acifófilas si bajas algo el pH estarán mucho mejor. En cuanto a los
nutrientes, hay una óptima disponibilidad de todos los que las plantas necesitan normalmente

 SUELO BÁSICO O ALCALINO tiene un pH mayor de 7


Aquí puede haber problemas. En particular, las acidófilas mencionadas anteriormente no irán bien casi con
seguridad; las hojas amarillearán y darán pocas flores. A menos que modifiques el pH. Esto se debe a que en
los suelos alcalinos escasean varios nutrientes: Hierro, Manganeso, Zinc, Cobre y Boro, esenciales para
toda planta.
El suelo de la Sabana de Bogotá (Colombia), que actualmente se encuentra en uso para cultivos de
hortalizas tiene un pH de 5.5 lo cual se encuentra en suelo acido lo cual para ser cultivable tiene que ser
aplicados fertilizantes o químicos para cambiar el pH del suelo para lograr obtener los nutrientes requeridos
para el cultivo para obtener una mayor productividad.
Fuentes del pH de los suelos
Mientras que el pH es la medida de H+ en disolución, Al3+ Es importante en los suelos ácidos, porque entre
pH 4 y 6, Al3+ reacciona con agua (H2O) formando AlOH2+, y Al (OH)2+, con liberación de iones adicionales
de H+. Cada ión de Al3+ puede crear iones 3 H+. Muchos otros procesos contribuyen a la formación de los
suelos ácidos como las precipitaciones, uso de fertilizantes, la actividad radicular de la planta y de la
meteorización de los minerales primarios y secundarios del suelo. Los suelos ácidos también pueden ser
causados por los contaminantes tales como la lluvia ácida y las escorrentías de las minas.

 Precipitaciones: Los suelos ácidos se encuentran más frecuentemente en áreas de alta


precipitación. El exceso de lluvias lixivia base de catión de la tierra, el aumento del porcentaje de
Al3+ y H+ en relación con otros cationes. Además, el agua de lluvia tiene un pH ligeramente ácido
de 5,7, debido a una reacción con CO2 en la atmósfera que forma ácido carbónico.

 El uso de fertilizantes: Los fertilizantes de amonio (NH4+) reaccionan en el suelo en un proceso


llamado nitrificación para formar nitrato (NO3−), y en el proceso se produce liberación de iones H+.
Actividad de las raíces de las plantas: Las plantas absorben los nutrientes en forma de iones
(NO3−, NH4+, Ca2+, H2PO4−, etc.), y, a menudo, ocupan más cationes que aniones. Sin embargo, las
plantas deben mantener una carga neutra en sus raíces. Con el fin de compensar el coste adicional
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positivo, se harán disponibles iones H+ procedentes de la raíz. Algunas plantas también exudan
ácidos orgánicos en el suelo para acidificar la zona alrededor de sus raíces para ayudar a solubilizar
los nutrientes metálicos que son insolubles a pH neutro, como el hierro (Fe).

 Meteorización de minerales: los minerales primarios y secundarios que componen el suelo


contienen Al. A medida que pasa el tiempo sobre estos minerales, algunos componentes tales como
Mg, Ca, y K, son absorbidos por las plantas, otros tales como Si son lixiviados del suelo, pero debido
a las propiedades químicas, Fe y Al permanecen en el perfil del suelo. Suelos altamente
meteorizados a menudo se caracterizan por tener altas concentraciones de óxidos de Fe y Al.

 Lluvia ácida: Cuando el agua atmosférica reacciona con compuestos de azufre y nitrógeno que
resultan de los procesos industriales, el resultado puede ser la formación de ácido sulfúrico y nítrico
en el agua de lluvia. Sin embargo, la cantidad de acidez que se deposita en el agua de lluvia es
mucho menos, en promedio, que la creada a través de las actividades agrícolas.

 Desechos de minas: Condiciones extremadamente ácidas se pueden formar en suelos cerca de


desechos de minas debido a la oxidación de la pirita.
Cuando se dice "la materia orgánica de un suelo" nos estamos refiriendo al humus que contiene un suelo
hay más materia orgánica que no es humus: restos de hojas a medio descomponer, insectos, hongos y
bacterias, el compost recientemente incorporado, etc.

Materia orgánica oxidable (%) Evaluación

0–1 Muy bajo

1–2 Bajo

2–3 Medio
Los porcentajes
3–4 Elevado
de materia orgánica se
pueden 4 Muy elevado incrementar
a medida de que
disminuye la temperatura,
debido a una menor tasa de descomposición y mineralización de los residuos frescos. En este caso % de
materia orgánica (0- 40cm) que es de 4.2% según la tabla es muy alto, poseen gran contenido de materia
orgánica por lo tanto la MO tiende a acumularse.
La descomposición de la materia orgánica por microorganismos libera CO2 que, al mezclarlos con agua en
el suelo forma ácido carbónico débil (H2CO3)

b) Investigar acerca de las características de los contaminantes mencionados, cual podría ser su
procedencia y los impactos generados en la producción de cultivos y la salud humana.

Las hortalizas consumidas por los habitantes de la Sabana de Bogotá, con todos los nutrientes que puede
aportar, también se están recibiendo residuos de metales pesados que se alojan en los diferentes órganos
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del humano y pueden generar un impacto en la salud: como problemas respiratorios, complicaciones
nerviosas y hasta cáncer.
Se llevó a cabo una investigación por parte de la Universidad Nacional de Colombia, con apoyo de
Colciencias, y se encontró cantidades excesivas de arsénico, plomo, mercurio y cadmio en el apio, la
lechuga, el repollo y el brócoli. La procedencia de estos metales se debe al riego de los cultivos con agua
del río Bogotá.

El ciclo corto de los cultivos de hortalizas en la sabana de Bogotá, evidencian una periodicidad de riego
cercana a dos veces por semana. Cuando se realizan los riegos, queda el agua en el suelo. La planta
absorbe la carga contaminante, junto con la fuente hídrica, recibiendo un gran número de contaminantes
provenientes de las aguas del río Bogotá, agregando a sus tejidos concentraciones de metales pesados, los
cuales están excediendo los niveles máximos permisibles de la normatividad.

El cadmio es un elemento tóxico, que tiende a acumularse en hígado, riñón y pulmones produciendo
arterioesclerosis, hipertensión arterial y está asociado con cáncer testicular y de próstata. Por su parte, el
arsénico se manifiesta en la salud humana con la disminución en la producción de glóbulos rojos y blancos,
cambios en la piel e irritación de los pulmones. Se considera inductor del cáncer de piel. Los niveles de
cadmio encontrados son bastante preocupantes. Además de los problemas de salud mencionados, pueden
causar el llamado síndrome de fanconi, que se caracteriza por trastornos de los túbulos renales. “Ciertas
sustancias absorbidas en el torrente sanguíneo son liberadas en lugar de la orina”. La consecuencia es orina
frecuente y, por ende, deshidratación. También se encontró plomo y mercurio en los cultivos de brócoli, los
niveles de plomo, superaron ampliamente las concentraciones permitidas.

En el municipio de Soacha, la lechuga presentó en su tejido foliar una concentración de Pb, de 0,74 ppm, y
en Mosquera, de 0,45 ppm, cifras que son muy superiores a la normatividad. Aunque el cuerpo necesita
pequeñas cantidades de cadmio y plomo, cuando estos elementos empiezan a superar los límites, se
vuelven tóxicos o venenosos. El Pb puede causar daño en los riñones, en el tracto gastrointestinal, en el
sistema reproductor y en las neuronas. El contenido de arsénico, en Soacha, también superó los 0,20 ppm
permitidos por la norma. Un caso similar ocurrió con el mercurio (Hg), que con 0,59 superó los estándares
establecidos. El problema con el mercurio, es que el cuerpo nunca lo elimina. Eso hace que se vaya
acumulando y empiece a causar efectos en la salud: afecciones en el cerebro, en el sistema nervioso y
reacciones alérgicas.

Una vez estos metales son absorbidos por la hortaliza, es imposible retirarlos. Algunos de los contaminantes
a veces se eliminan con lavados y otros controles sanitarios no obstante, el problema es de mayores
dimensiones, porque cuando estos elementos se impregnan, no hay manera de extraerlos. De esta manera
la contaminación por metales pesados se ha convertido en un problema de salud pública y aunque las
hortalizas de la Sabana de Bogotá llegan en su mayoría a la capital y otras zonas de Cundinamarca, hay
muchos puntos del país donde también se comercializan, principalmente, a través de las centrales de
abastos y de ahí, a diferentes distribuidores generando un gran problema en la salud de los consumidores.
El problema principal de los metales pesados, radica en su imposibilidad de ser degradable química o
biológicamente. Una vez emitidos al ambiente, los metales pueden permanecer en éste durante cientos de
años.
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Los metales pesados absorbidos provienen primordialmente del agua de los alimentos y sedimentos. La
tasa de ingestión de metales depende de las necesidades ecológicas y del metabolismo de los animales,
como también de la contaminación del agua, del alimento y de los sedimentos (Roesijadi et al. 1994).

 CADMIO
El cadmio no se encuentra en estado libre en la naturaleza, y la greenockita (sulfuro de cadmio), único
mineral de cadmio, no es una fuente comercial de metal. Casi todo el que se produce es obtenido como
subproducto de la fundición y refinamiento de los minerales de zinc, los cuales por lo general contienen de
0.2 a 0.4%. El Cadmio puede ser encontrado mayoritariamente en la corteza terrestre este siempre ocurre
en combinación con el Zinc. El Cadmio también consiste en las industrias como inevitable subproducto del
Zinc, plomo y cobre extracciones. Después de ser aplicado este entra en el ambiente mayormente a través
del suelo, porque es encontrado en estiércoles y pesticidas.
La toma por los humanos de Cadmio tiene lugar mayormente a través de la comida. Los alimentos que son
ricos en Cadmio pueden ser son patés, champiñones, mariscos, mejillones, cacao y algas secas.
Otros efectos sobre la salud que pueden ser causados por el Cadmio son:

 Diarréas, dolor de estómago y vómitos severos


 Fractura de huesos
 Fallos en la reproducción y posibilidad incluso de infertilidad
 Daño al sistema nervioso central
 Daño al sistema inmune
 Desordenes psicológicos
 Posible daño en el ADN o desarrollo de cáncer.

Otra fuente importante de emisión de Cadmio es la producción de fertilizantes fosfatados artificiales. Parte
del Cadmio terminará en el suelo después de que el fertilizante es aplicado en las granjas y el resto del
Cadmio terminará en las aguas superficiales cuando los residuos del fertilizante es vertido por las compañías
productoras.

La principal fuente de contaminación de cadmio en el ser humano es la ingesta de vegetales contaminados


con este metal (Norvell et al. 2000). Químicamente, el cadmio se puede encontrar disuelto en el agua
contenida en el suelo, adsorbido en superficies orgánicas e inorgánicas, formando parte de minerales,
precipitado con otros compuestos del suelo o incorporado a estructuras biológicas. Sin embargo la
biodisponibilidad del cadmio para la planta depende de numerosos factores físicos, químicos y biológicos
que modifican su solubilidad y el estado del metal en el suelo. Uno de los principales factores es el pH del
suelo, el potencial redox, la temperatura y el contenido en arcillas, materia orgánica, y agua (Christensen y
Haung 1999). Por último es importante destacar el tipo de cultivo del que se trate, ya que no todas las plantas
acumulan cadmio en igual medida (Prince et al. 2002)

 ARSENICO:
El arsénico está ampliamente distribuido en gran número de minerales. Las mayores concentraciones, en
general, se dan en forma de arseniuros de cobre, plomo, plata y oro o como impurezas en sulfuros. Los
principales minerales que contienen arsénico son arsenopirita (FeAsS), rejalgar (As4 S4) y oropimente (As2
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S3). El contenido de arsénico de la corteza terrestre está entre 1.5 y 2 mg/kg, siendo el elemento número
veinte en la lista de los elementos más abundantes (N.A.S., 1977)

El arsénico afecta a prácticamente todos los aparatos y sistemas del cuerpo, puesto que interfiere con
reacciones enzimáticas de amplia distribución. Los efectos más claros de la exposición al arsénico se
observan en la piel. Algunos estudios identifican otros lugares como resultado de exposiciones similares al
arsénico a las que producen lesiones cutáneas. Las bases de datos sobre estas lesiones son más sólidas
que para otras partes del cuerpo. El arsénico puede provocar daños serios en los aparatos y sistemas
neurológico, respiratorio, hematológico, cardiovascular, gastrointestinal y otros. El arsénico es un
carcinógeno que afecta múltiples aparatos y sistemas.

Fuentes de contaminación medio ambiental Existen tres fuentes principales de contaminación de arsénico
en el medio ambiente; fundición de metales, quemado de carbón y el uso de pesticidas que en su
composición contengan arsénico.

 PLOMO:
Los efectos en los niños generalmente se manifiestan a niveles de plomo más bajos que en los adultos. El
sistema nervioso en desarrollo de los niños puede verse afectado negativamente con niveles de plomo en
sangre menores a 10 µg/dL. Casi siempre es imposible determinar estos efectos con una simple exploración
clínica.
Hay un amplio rango de efectos neurológicos que se asocian con la exposición al plomo. Algunos de estos
efectos probablemente sean irreversibles, la exposición al plomo puede causar daños renales como
síndromes parecidos al de Fanconi, nefropatía crónica y gota.
La mayoría de los daños renales asociados al plomo son resultado de una exposición crónica en curso o de
una exposición aguda presente. También pueden deberse a un efecto latente de una exposición antigua de
carácter crónico, el plomo inhibe varias enzimas que son críticas para la síntesis del grupo hemo, provocando
una reducción de la hemoglobina sanguínea.
En los niños, el plomo puede causar daño cerebral. Por eso puede ser que no haya ningún síntoma inmediato
después de la exposición del niño al plomo; los efectos pueden tardar años en aparecer. Los niños de entre
6 meses a 6 años de edad corren el mayor riesgo. En los adultos, el plomo puede dañar el corazón, los
riñones, los órganos reproductivos y los sistemas de nervios y sangre.

El plomo existe naturalmente en el suelo debido a las actividades humanas, el suelo en las zonas urbanas
y residenciales a veces tiene niveles de plomo elevados. El nivel de plomo en el suelo a menudo es alto
cerca de las fábricas, ya estén en funcionamiento o abandonadas. Hasta la década de los 50, los productores
de frutas usaban pesticidas que contenían arseniato de plomo; por eso el suelo en los huertos abandonados
puede tener una concentración alta de plomo. El plomo también puede resultar del uso de pinturas o gasolina
con plomo. Algunas pinturas usadas antes de 1960 contenían concentraciones altas de plomo. En Oregon,
la gasolina con plomo se vendió hasta 1996.
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