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Globalización: ¿buena o mala?

(Traducción de Max Larraín, Enrique Fernández y Manuel Gárate.)


Este seminario se realizó el 11 de octubre del año 2000 en Londres, y consta de 4
ponencias de 7 minutos de duración cada una. Los autores son reconocidas
autoridades en la materia y destacados académicos de la LSE.

Anthony Giddens
Fred Hallyday
Mary Kaldor
John Gray

Anthony Giddens
En su sentido más simple, la globalización puede definirse como el aumento de la
interdependencia global. El debate sobre la globalización se ha movido a lo largo de
dos fases.

Hace aproximadamente 3 o 4 años atrás, el centro del debate en torno a la


globalización era en cuanto a su propia existencia. Mucha gente sintió que la
discusión sobre el tema no tenía un significado real. Estas personas han sido
reconocidas como los escépticos de la globalización. Ellos argumentan que, si por
ejemplo, uno mira hacia fines del siglo diecinueve, ya existían mercados abiertos,
un saludable comercio de divisas y grandes migraciones a lo largo y ancho del
mundo, donde la mayor parte de las personas no necesitaba pasaporte. Por tanto,
ellos cuestionaban si había algo de nuevo en la fase contemporánea, sugiriendo que
toda la discusión sobre la globalización es simplemente una obviedad. Ha habido
mucha investigación desde entonces

Mi visión es que tal debate ha concluido. El primer debate sobre la globalización


está terminado. Cualquiera que haya estudiado el fenómeno en profundidad,
reconoce que ésta es una nueva era. Cualquier afinidad que pueda tener con ella, la
actual era global no es meramente una la réplica del pasado. Existen cambios
masivos que afectan a nuestro mundo. El debate mismo sobre la globalización se
ha vuelto global de una manera que simplemente no habría podido ser posible
antes del advenimiento de los recientes sistemas de comunicación global.

El segundo debate sobre la globalización se está llevando a cabo. Este debate no es


sobre si existe la globalización, sino qué consecuencias conlleva. No es sólo un
debate intelectual. No es sólo una discusión académica. Este debate ha sacado a la
gente a las calles. Desde la conferencia de Seattle, pasando por el carnaval
anticapitalista de Londres, demostraciones masivas en Buenos Aires ante la visita
del FMI y más recientemente en Praga, existe una masiva confrontación alrededor
de la noción de globalización y qué significa para nosotros.

Aunque existe una significativa dosis de violencia callejera en todo esto, yo pienso
que del alguna forma está bien, pues el debate de la globalización es quizás el más
importante de los que están en curso. Es un debate acerca de cómo podemos
modelar los grandes cambios que afectan nuestras vidas de una manera tal y como
intentamos resolver el destino de este siglo. La forma en que se desarrollará esta
centuria será fuertemente influenciada por cómo nosotros respondemos al debate
sobre la globalización.
¿Qué estaba diciendo la gente en las calles de Seattle? Sabemos que eran grupos
diferentes, y no eran sólo personas a favor o en contra de la globalización. Los
manifestantes eran ellos mismos parte de los procesos de globalizantes, porque,
por ejemplo, utilizaron la internet para congregarse allí. Chris Patten dio un
divertido ejemplo de un cartel levantado en Seattle. Este decía: únanse al
movimiento mundial contra la globalización. Esto demuestra que ustedes están
tratando con el contacto, la fricción y el diálogo entre lo que ustedes podrían llamar
globalización desde arriba y la globalización desde abajo. En las calles la gente
estaba en contra de la globalización. En las aterciopeladas salas de reunión, gente
de la OMC y del FMI abogaba por la globalización. Para mí, ambas posiciones son
incoherentes. Uno no puede tomar una posición así, porque la globalización es un
fenómeno complejo, no un fenómeno simple, que se origina en más de una fuente.
Quizás la más dominante sea la de los cambios en las comunicaciones.

La globalización no debería ser identificada ni con las políticas de los mercados


liberalizados, ni con la expansión de la economía global. Yo creo que está
ocurriendo una mucho más profunda reestructuración de las instituciones, a la cual
contribuyen fenómenos como el fin de la Guerra Fría y otras influencias dinámicas.
Por lo tanto, uno no puede estar a favor o en contra de la globalización. Uno debe
diferenciar los innegables aspectos positivos de un mundo más global y
cosmopolita, respecto de otros peligrosos que indudablemente existen también.

Poder corporativo y desigualdad


La gente en las calles estaba preocupada de al menos dos fenómenos: el poder
corporativo y la desigualdad ¿Es cierto que las corporaciones rigen al mundo? Si así
fuera, seguramente no sería correcto ni apropiado ¿Es cierto que la expansión de
los procesos de globalización está produciendo un mundo más desigual?

Yo pienso que sí necesitamos más regulación al poder corporativo. Esto es posible.


Sin embargo, tal regulación debe ser tanto a nivel transnacional como nacional, e
incorporar incentivos y también sanciones. La regulación también debe incluir
aquellos temas en los que la OCDE está trabajando; por ejemplo: cerrando los
paraísos fiscales y aumentando la regulación sobre las cuentas bancarias anónimas.
Ustedes no desean un mundo que está simplemente sometido al poder corporativo.
Por otra parte, es un error fundamental demonizar a los negocios y a las
corporaciones, pues el desarrollo corporativo es necesario para la inversión y, bajo
las condiciones adecuadas, la inversión corporativa es deseada por las naciones
pobres. La pregunta es cómo lograr esto. Sería estúpido decir simplemente que el
poder corporativo debiera ser completamente erradicado del mundo desarrollado.
Es ampliamente conocido que la única cosa peor que ser explotado por una
corporación multinacional, es no ser explotado por ninguna. La inversión
corporativa es deseable, pero sólo bajo condiciones reguladas.

¿La globalización aumenta la desigualdad? La gente en las calles parece pensar eso,
pero si ustedes examinan la evidencia, esta idea no puede sostenerse. En este
caso, no importa qué visión sobre la globalización ustedes tengan, incluso si es tan
estrecha como pensar que significa sólo mercados abiertos. Si ustedes examinan
los estudios recientes, no existe una clara conexión entre la expansión del libre
comercio y el desarrollo de las desigualdades. Por el contrario, las economías
pobres abiertas tienen un mejor desempeño que las economías pobres cerradas. En
términos de tasas de crecimiento, para los últimos 15 años, la comparación es 0%
para las economías pobres cerradas y 5% para las economías pobres abiertas.
Además, en estas últimas hay una reducción de la desigualdad más que un
incremento.

Fundamentalmente, la desigualdad proviene de una amplia gama de fuentes:


corrupción, excesivo poder estatal, cambio tecnológico, cambios demográficos y
enfermedades (la dispersión del SIDA en África) La globalización, unida a
generalizados cambios en el mundo, es crucial para los países menos desarrollados
tanto como para los desarrollados. Ningún país que se haya separado del ancho
mundo ha prosperado.

Basta mirar los casos de Corea del Norte o Burma para ver lo que es un país que
intenta aislarse de la economía mundial. No hay futuro en el regionalismo o en el
proteccionismo encubierto. Esto no significa que uno deba simplemente aceptar el
libre comercio. Las industrias deben abrirse a los mercados cuando existan ciertas
condiciones institucionalizadas. Por otro lado, ustedes necesitan unirse a la
economía global. La cuestión central para los países pobres es saber cuáles son las
condiciones de esa unión.

Fred Halliday
Durante la primavera, tuve el gran placer de viajar a Kuwait con Anthony Giddens,
en donde él conferenció sobre la globalización. Su visita fue un buen ejemplo de un
aspecto de la globalización, puesto que mientras la primera pregunta de la
audiencia se relacionó con la OMC y la liberalización del comercio, la segunda fue
sobre la disputa entre el Arsenal y el Tottenham. Casi la mitad de su visita fue
ocupada en discutir con la audiencia y con los gobernantes los diversos sucesos de
los equipos de fútbol británicos - curiosamente, un área donde globalización no es
sinónimo de americanización.

Cambio

Hay algunas cosas latosas que decir respecto a la globalización. Primero, que nada
ha cambiado. En lo que estoy de acuerdo con Anthony. La perspectiva histórica es
importante y deberíamos examinar el grado de comercio, inversión y movimiento
de personas existente antes de la 1a. GM. Una observación que Meghnad ha hecho
a menudo, es que nosotros deberíamos también ver porqué esa globalización falló.
Falló por la incapacidad de los estados para ponerse de acuerdo. Visto así, el
pasado es relevante. Decir que algunas de las cosas que la globalización promueve
y que las personas discuten han ocurrido antes es también relevante. Cuando se
dice que las ideas cruzan rápidamente el mundo de hoy día, también es cierto decir
que, mientras hace 50, 500 o 1.000 años atrás la gente carecía de microchips o de
CNN, las ideas de Jesucristo, el Profeta Mohammed, Martin Luther King, Karl Marx y
la Revolución Americana también atravesaron las fronteras en forma muy
dramática.

Por lo tanto, decir que nada ha cambiado o que todo ha cambiado es aburrido,
inexacto y deja lanzado el reto intelectual de definir qué es lo que exactamente ha
cambiado. En algún sentido no lo sabemos porque todos estamos volando a ciegas.
Por ejemplo, no creo que ninguno de nosotros sepa cuán importante será el actual
10% de la economía de USA que se realiza electrónicamente en los próximos diez o
quince años. Talvez permanezca en 10 o 15%, talvez será mucho mayor. No creo
que ninguno de nosotros lo sepa. Esta es una cuestión intelectual, y también una
cuestión personal y aún sindical. ¿Cuál será el efecto en la enseñanza universitaria?
¿Veremos realmente tal cambio profundo en las universidades en los próximos
años? No lo sabemos. Sin embargo, creo que deberíamos tratar de tener una
noción acerca de lo que es nuevo y aquello que no lo es.

En el fondo de nuestras mentes, debiéramos también guardar la que es quizá la


más anticuada, aunque siempre relevante, pregunta que el sistema educacional
británico se formula - ¿Qué es lo que exactamente se pretende? A menudo, en la
globalización, se pierde de vista lo que exactamente se persigue, porque no todo
está relacionado con todo. Cambios en tecnologías, aumento en el interés por la
religión, disminución del secularismo en las sociedades y cambio en las costumbres
familiares, en el comercio y en el empleo, pueden o no pueden estar relacionados
entre sí. Sin embargo, pienso que es una ilusión creer que sí lo están. Quisiera
echar un vistazo a cuatro temas que están bajo la rúbrica de la globalización.

Desigualdad

El mundo está llegando a ser cada vez más un lugar de desigualdades en términos
de ingresos, oportunidades y cambio tecnológico. La brecha en términos de
ingresos es impactante. El Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas en
sus últimos informes ha enfatizado el hecho de que la brecha entre los más ricos y
el 20% más pobre del mundo ha aumentado hasta una proporción de 86 a 1 y se
ensancha cada día. Cuando se examina el último Informe de Inversión Mundial de
la ONU, si usted es un entusiasta en extremo de la globalización, podrá decir que la
inversión extranjera directa ha aumentado desde aproximadamente US $300.000
millones o $400.000 millones al año a principios de los 90s hasta casi US $900.000
millones el año pasado. Ese es un enorme incremento de transferencia de capital.
No obstante, el 80% de este capital va a los países de la OECD y más del 50% del
restante 20%, dirigido a los mercados emergentes, o países del tercer mundo, llega
solamente a 10 países, entre los cuales China es receptor seguro. En otras
palabras, bajo cualquier forma que se le mida, existen sobre 100 países en el
mundo que se encuentran excluidos del flujo global de inversiones. Por lo tanto,
existe desigualdad en ingresos e inversiones.

Ahora, tenemos el problema del empleo, el que puede ser el más explosivo de
todos debido a sus enormes consecuencias políticas. La brecha entre el cambio
tecnológico en la sociedad contemporánea y la creación de empleo se hace cada
vez mayor. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, durante los
próximos 50 años, a nivel mundial, será necesario crear 30 millones de nuevos
empleos cada año para poder ocupar a aquellos que ingresan al mercado laboral.
Eso no está precisamente ocurriendo. El presidente electo Vicente Fox estuvo aqui
la semana pasada. Entregó las cifras para México. Este país necesita crecer al 7%
anual para poder dar trabajo a 1.4 millones de personas que están ingresando al
mercado laboral. Adicionalmente, cerca de 400.000 personas están tratando de
entrar a Estados Unidos cada año. La incapacidad de solucionar el problema en
cada país tiene enormes consecuencias para la migración y para la estabilidad
política y económica. Así como lo veo, no creo que la globalización esté
solucionando esto. A menos que, y hasta que, estados y corporaciones enfrenten
las desigualdades y sus consecuentes inestabilidades provocadas por la
globalización en el largo plazo, esta globalización no será capaz de dar ni
prosperidad ni estabilidad a la mayor parte de la humanidad.

Estados

Todos sabemos que existe un tremendo debate acerca de si los estados tienen
importancia o no. ¿Porqué la gente invierte en algunos países y en otros no lo
hace? No debido a los recursos naturales. No hay recursos naturales en Singapur, y
hay muy pocos en Irlanda. La gente invierte debido al sistema educacional, que es
función de los estados, y dada la estabilidad y gobernabilidad que los estados
presentan. En donde no exista buena gobernabilidad -algo que probablemente
usted no pueda definir exactamente pero que notará cuando no la haya- la gente
no invierte. Si los estados no importaran en las elecciones, nadie estaría gastando
todo ese dinero en Bush o en Gore. Sin embargo, ellos están gastando mucho
dinero. Sin duda, la cuestión del financiamiento de las campañas en el mundo
desarrollado - vean Alemania, Francia, el Reino Unido, Estados Unidos y Japón- es
un asunto central. Eso es porque los estados todavía importan. La indicación hecha
por Meghnad anteriormente es crucial. El futuro de la globalización descansa en los
acuerdos que los estados puedan alcanzar. Si los europeos fracasan con el Euro,
espero que así no sea, pero es algo que puede ocurrir, será por falla de los estados.
Si la OMC fracasa, con todo respeto, no será debido a la acción de los labradores,
los ambientalistas o los sindicatos en las calles de Seattle, sino por desacuerdo de
los estados.

El tema de la seguridad entre los estados es más importante que la cuestión de la


globalización.
A pesar de que vivimos en un mundo afortunadamente libre de la amenaza de
guerra nuclear inter estados, no vivimos en un mundo donde la amenaza de guerra
interestados haya desaparecido. Seremos afortunados si pasamos los próximos 25
años sin un intercambio nuclear en Asia Oriental entre China y sus rivales, o en
Asia del Sur entre India y Pakistán, o en el Golfo Pérsico involucrando a Irak, Saudi
Arabia, Irán y otros estados. Puede no ocurrir, pero no sucederá automáticamente.
Ese tema, el tema de 1914, está todavía entre nosotros.

Derechos Humanos

Este semestre, la London School of Economics está desarrollando un centro de


derechos humanos, del cual soy su actual Director. Un nuevo curso sobre derechos
humanos está comenzando. Haciendo un balance, no estoy del todo convencido que
la globalización esté ayudando a promover los derechos humanos. La globalización
es negativa para los derechos laborales. En múltiples formas la globalización es
mala también para los derechos de género. La globalización se atiborra de toda
suerte de nacionalismos y comunalismos (localismos), lo que es perjudicial para los
derechos de los individuos.Creo que debemos poner mucho más atención a la
manera como la globalización, mientras promueve normas universales, también
sirve para socavar los derechos humanos.

Elección

Enfrentamos alternativas. Actualmente, hay una especie de mito, una creencia de


que estos procesos son inevitables y ocurren por sí solos. Tenemos tres fetiches en
nuestra era -el mercado, el microchip y el genoma. El mercado, el microchip y el
genoma pueden proveer tales cosas. Sin embargo, ellos también pueden crear
mayor desigualdad y ser orientados por la exclusiva preocupación por la ganancia
de corto plazo. Si lo hacen, el mundo terminará por ser más inestable y/o, por lo
menos, un lugar más desigual. Por lo tanto, a menos que los mantengamos bajo
control democrático e interestatal, apoyado por protestas responsables desde las
bases, estos procesos no nos van a conducir a una mayor prosperidad o una mayor
estabilidad.

Nos hemos desviado un buen trecho desde la perspectiva de globalización del siglo
XIX que visualizaba un mundo que se haría más homogéneo. Existen 10.000
lenguas en el mundo, algunas pueden desaparecer, pero tengamos fé en que la
diversidad perdurará. Hay diversidad de gastronomías en el mundo. Es de esperar
que no terminemos comiendo la misma comida en todo el orbe, ya sea
hamburguesas o cualquier otra. Tampoco espero un mundo en que todas las
universidades sean las mismas. Creo que la homogenización de las universidades
es asimismo un error. Deben aprender unas de otras y mantener sus culturas
distantes. Eso también implica una cuestión de elección. Si hay algo, aparte de la
desigualdad, que me preocupa sobre el tema de la globalización, es el tema de la
reafirmación de la posibilidad de elegir -la elección democrática, intelectual y
cultural- y no simplemente aceptar este proceso como algo inevitable.

Mary Kaldor
Guerra

Para mí, lo primero y más importante de la globalización es el término de la guerra


interestatal de escala mayor. La formación del estado moderno estuvo
indisolublemente ligada a la guerra contra otros estados. En el siglo xx alcanzó su
cima con dos horribles guerras mundiales, la emergencia de sistemas totalitarios
modelados en la preparación para la guerra y, durante 50 años después de la
2a.GM, la amenaza de una conflagración nuclear y el exterminio global. Ahora,
pienso que la guerra interestados se ha hecho improbable. No descarto las
posibilidades que Fred Halliday ha mencionado, pero pienso que la guerra
interestatal se ha hecho cada vez más improbable por una multiplicidad de razones:

· El incremento de las prohibiciones internacionales en contra de la actividad bélica


expresada en la ley internacional y apoyada por la opinión pública global. Si
pensamos retrospectivamente 50 años atrás, acerca de los movimientos en contra
de la Guerra de Vietnam y la guerra nuclear, encontramos una fuerte opinión
pública en contra de guerras interestatales de gran escala.
· La guerra ha llegado a ser tan destructiva que se ha hecho cada vez más difícil
alcanzar objetivos políticos por la via militar. Es casi imposible capturar territorio
por medios militares, a menos que se asesine a personas o a menos que se cometa
genocidio. Lo hemos visto en Grozny con los rusos y también en Bosnia.

· El incremento en la interconexión y la interdependencia en el campo militar. Hoy


en día sólamente Estados Unidos y China tienen la capacidad de llevar a cabo una
guerra de manera unilateral.

Por lo tanto, por todas estas razones, pienso que el fin de la Guerra Fría marcó un
impactante quiebre con el pasado. Marcó talvez el regreso a la globalización de la
era pre-1914. Sin embargo, no creo que esto se pueda revertir una vez más.
Dentro de cien años, si miramos atrás, creo que lo que definirá a la presente era,
que comenzó a fines del siglo xx, será el fin de la destrucción masiva organizada. Y
esto es tremendamente importante.

Desde luego, aquello no significa que se terminaron las guerras. Por el contrario,
persisten toda clase de guerras, pero guerras de diferente tipo. Existen las que yo
llamo nuevas guerras, que están ocurriendo en lugares como Bosnia, Kosovo y
Africa. Ellas constituyen una mezcla de guerras realizadas con fines políticos,
violación masiva de derechos humanos y crimen organizado.
(Esto se puede considerar definitivamente como efecto de la globalización), ya sea
por la influencia del libre comercio o por el colapso de los estados autoritarios. En
todo caso, la inseguridad, los grupos criminales transnacionales o los grupos
nacionalistas y fundamentalistas organizados transnacionalmente, provocan las
guerras. Son definitivamente el lado oscuro de la globalización.
Existen lo que llamo las guerras espectáculo, que son guerras aéreas de larga
distancia de las del tipo que hemos visto a la OTAN realizar en Yugoslavia y a
Estados Unidos llevar a cabo en Irak, guerras aéreas de larga distancia , de alta
tecnología y con muy escasas bajas por parte del atacante. Talvez este sería el tipo
de choques que podríamos ver entre China y Taiwán o entre India y Pakistán.
Tenemos también la intervención humanitaria, por la cual entiendo la imposición de
la ley internacional, las convenciones de la guerra o las de derechos humanos-
protección directa en terreno. No creo que la guerra de la OTAN en Yugoslavia fue
una intervención humanitaria. Una intervención humanitaria podría ser la que
estamos viendo en Sierra Leone, Timor Oriental o, en sentido menor, lo que ocurre
en Bosnia.
Por lo tanto, el lado malo de la globalización es el despliegue de las guerras
espectáculo y las nuevas guerras.

Democracia

Una de las muy buenas cosas de la globalización ha sido la demanda universal por
democracia y participación. Esta fue y es una reacción al estado despótico de
mediados del siglo xx. Así como la desregulación y el neoliberalismo fueron una
reacción ante el estado dominador y que condujo a la explosión del capitalismo
global, así también ha sido la demanda por la redistribución del poder. La
diseminación global de organizaciones ciudadanas, ONGs, movimientos sociales etc.
es tán parte de la globalización como lo es el capitalismo global.

¿Y en cuánto a las cosas malas?


Una es que, a pesar de la demanda por democracia, es cada vez más difícil para los
estados ofrecer respuestas. Los estados aún tienen relevancia, pero su libertad de
maniobra cada vez es menor. Las decisiones son tomadas a niveles
intergubernamentales. Los estados se constituyen en agentes de la globalización, lo
que implica, sin embargo, que muchos ciudadanos presenten demandas que los
estados, en forma creciente, no están en condiciones de responder. ¿A quién se
dirigirán cuando surgen nuevas demandas? ¿Al FMI o a sus respectivos estados? El
resultado es una creciente frustración, apatía y desafección hacia la política formal.
El otro mal producto es el incremento de las redes nacionalistas y fundamentalistas,
las cuales hacen uso de tales frustraciones, reaccionan en contra de la
globalización, intentan recuperar el Estado y contribuyen a las nuevas guerras.

El Futuro

Podemos discutir dos opciones para el futuro. La primera, un mundo con nuevas
guerras, guerras de espectáculo y redes nacionalistas y fundamentalistas, un
mundo anárquico caracterizado por la desigualdad, el crimen transnacional, etc. Lo
que se podría llamar la globalización salvaje, caracterizada por el lado oscuro de la
globalización. La segunda, lo que se podría denominar un proceso globalizador
civilizado, en el que se refuercen la ley internacional, las convenciones que regulan
la guerra, las leyes humanitarias y de derechos humanos, la imposición mediante la
intervención humanitaria y una sociedad civil activa (que canalice de forma efectiva
y racional) la nueva ola de demandas ciudadanas. Por eso es que soy realmente
positiva respecto a lo ocurrido en Praga y Seattle. Desde luego, estoy en contra de
la violencia y estoy en desacuerdo con mucho de lo que los grupos en Seattle están
expresando. No estoy de acuerdo con "No a la globalización". Sin embargo, lo que
más me ha gustado y lo que más me ha impactado viendo lo de Praga, es que
gente joven está expresando solidaridad con las víctimas de la globalización y están
demandando una respuesta global. Están planteando la idea de una sociedad civil
global, en mi concepto el imperio de la ley y una esfera pública global, a ser
incluida en la agenda. Creo que es la única manera de civilizar o domesticar la
globalización.
John Gray
Tecnología

La globalización no es ni buena ni mala. Es ambas cosas a la vez. La globalización


es una inmensa transformación histórica del mundo. Se la entiende mejor,
haciendo abstracción de los términos del actual marco global, el de régimen
económico con libre circulación de flujos de capital, desregulación y libre comercio.
La más profunda transformación que conlleva la globalización significa pasar a otra
fase en la industrialización del mundo. De este modo, aunque la globalización sea
compleja y posea más de un origen, su motor central es de carácter tecnológico. Lo
que la globalización realmente produce es una interconexión mundial cada vez más
amplia y profunda entre aspectos culturales, políticos y económicos, conducidos
mediante nuevas tecnologías que eliminan o recortan significativamente, el tiempo
y la distancia. Pienso, realmente, que esto es lo que debemos entender por
globalización. Si la comprendemos de este modo, veremos que no es un fenómeno
enteramente nuevo, aunque actualmente se presente con algunas características sí
del todo novedosas.

Uno podría considerar las décadas de 1860 y 1870, cuando se instalaron los cables
telegráficos submarinos transatlánticos, como uno de los períodos paradigmáticos
de la globalización. Por tanto, si pensamos la globalización en su sentido más
profundo y fundamental, no deberíamos identificarla sólo con nuestro actual
régimen ecónomico con sus instituciones y acuerdos, pero si concebirla como un
proceso inextricable, potente y totalizador( holístico), conducido por la interacción
de seres humanos detentores de nuevas tecnologías. Si la podemos aprehender de
este modo, veremos que comenzó en el siglo diecinueve, continuó durante el siglo
veinte, siglo que no se caracterizó por ser un período de mercados libres a escala
mundial en cambio sí como un período con muchas guerras y dictaduras. Sin
embargo, la globalización en su más profundo sentido se fue paulatinamente
llevando a cabo.

Pienso que su imperativo básico es tecnológico y esto tiene importantes


consecuencias. Significa que resulta imposible "desglobalizar", en el sentido de
revertir o detener este proceso histórico inmensamente potente. No habrá
"desglobalización" como del mismo modo si habrá redefiniciones de la economía.
Pienso que estas posibilidades son ilusorias o engañosas. Por otra parte, el régimen
mundial actual, supervisado por la OMC ( Organización Mundial de Comercio), el
FMI ( Fondo Monetario Internacional) y otras instituciones transnacionales, bien
pudiese tener corta vida. Se ejercen importantes presiones sobre este régimen. De
estas presiones, pienso en algunas que fueron aquí mencionadas, como la irrupción
en muchas partes del orbe de manifestaciones anticapitalistas que utilizan, para
oponerse al presente régimen global, tecnologías propias de la globalización. Sin
embargo, si el presente régimen global colapsa, no creo que lo haga debido
principalmente a estas protestas. Si colapsa, lo que considero perfectamente
posible, será por fractura entre sus más resistentes eslabones. Los pilares del
actual régimen económico global lo componen los estados más poderosos, USA,
Europa - considerada como una entidad económica unitaria - y China. Si hay
colapso, será porque se debilita o fracasa la cooperación entre los estados
fundadores.

Instituciones Transnacionales
Quisiera plantear una nota de escepticismo en relación a la confiabilidad depositada
en las instituciones transnacionales. Estas instituciones, del modo como se
presentan en el mundo de hoy, son creaciones financiadas - y a menudo no
financiadas - por estados soberanos. Su autoridad, poder de influencia y dinero les
son proporcionadas por estados soberanos, especialmente por aquellos más
poderosos. Estos, eventualemente, podrían retirar su financiamiento, desconocer
sus compromisos y dejar a estas instituciones paralizadas y sin poder.

Uno de los puntos claves que debemos entender, acerca del momento presente en
la historia de la globalización, es que estamos viviendo una suerte de fase
anárquica de este proceso. Pese a vivir un período en el que contamos con
instituciones transnacionales y corporaciones de negocios, éstas sin embargo no
gobiernan al mundo. Contrariamente a lo que piensan tanto algunos críticos como
otros defensores de la globalización, las instituciones anteriormente reseñadas
parecieran estar debilitadas, ser más vulnerables y más facilmente dislocadas que
lo que frecuentemente se plantea. La verdad descarnada es que nadie gobierna al
mundo, que nadie tiene el control y que la globalización es un proceso que, de
modo similar al de fases tempranas de la industrialización, nadie controla, gobierna
o dirige.

Por consiguiente, uno de los puntos principales que he querido insistir y transmitir,
es la escala de magnitud, la profundidad del cambio que se está llevando a cabo, el
cual desde una perspectiva optimista, presenta algunas ventajas ampliamente
favorables. Hay en curso, una hibridación cultural que se verifica en todo el orbe,
mediante la cual el mundo no será un lugar homogeneamente chato, estéril y
antiséptico. El mundo es cada día más diverso, gracias a que gentes,
geograficamente aisladas, pueden conectarse mediante la Internet y la televisión
satelital. Sin embargo, al mismo tiempo, preservan, renuevan y desarrollan sus
identidades culturales sin privarse de interactuar con los demás y así ahondan un
tipo de hibridación ya en marcha. Esto lo considero algo deseable y completamente
beneficioso. Es un error pensar que la globalización sólo acarrea problemas,
riesgos, peligros o costos que cubrir. No es así, también conlleva algunos aspectos
muy positivos.

Medio Ambiente

En la coyuntura actual, constituye un riesgo muy grande que un conjunto de


instituciones transnacionales, débiles, bastante frágiles y en cierta medida
desconectadas, no gobiernen, guíen o dirijan el proceso de globalización
subyacente. De todos los riesgos a los que debemos prestar atención, incluídos los
riesgos de guerras y desigualdades, el mayor de todos es el relativo al impacto
mundial que tiene sobre el actual medio ambiente natural del planeta, el proceso de
globalización llevado a cabo de manera improvisada, sin control y sin coordinación
ni guía alguna.

De aquí a unos pocos años se doblará el número de seres humanos que habiten el
planeta, muchos de los cuales serán muy pobres, muchos de ellos refugiados
ecológicos. La línea que marca nítidamente los riesgos y peligros de la globalización
- y recuerden, también hay importantes beneficios, posibilidades y ventajas - la
constituye el hecho que tal proceso puede dejar al planeta, desde el punto de vista
ecológico, en ruinas.

11 de octubre de 2000

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