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Examen de Prehistoria e Historia de América y del Río de la Plata

(UNIDAD 1) Introducción y origen del hombre americano.

1) Civilización. Cultura. Espacio. Economía y términos relacionados. Sociedad


y términos.

2) Mentalidad colectiva. Religión.

3) Origen del hombre americano: autóctono o alóctono? Teoría difusionista,


paralelista o convergente.

4) Aldeas agrícolas, hordas pastoriles, estados rurales artesanales, jefaturas


pastoriles nómades, sociedad hidráulica, periodización clásica (lítico, arcaico,
formativo, clásico y postclásico), diferentes formas de asentamiento
(campamento, aldea, pueblo, ciudad).

(UNIDAD 2) Niveles culturales.

1) Una cultura lítica, una del periodo arcaico y una del formativo a elección para
el escrito.

2) Civilizaciones de los Andes Centrales (Chavín, Paracas, Nazca, Mochica,


Tiahuanaco. Huari. Chimú. Imperio Incaico. Mapa. Imperialismo. Elementos
que permitieron el dominio del Tahuantinsuyo. Ayllu.

Cultura nahua considerada en todas sus estructuras (Se trabajó Civilización


Maya). Hierofanía. Chinampas (infraestructuras de Civilización Azteca). NO VA

(UNIDAD 3) Viajes de exploración europeos (Siglos XV y XVI).

1) Líneas de tiempo desde 1400 a 1600. Características generales de la


Europa del Renacimiento. Situación de España y Portugal antes de los
descubrimientos. Motivaciones de los viajes de exploración. Viajes portugueses
y españoles. Adelantos tecnológicos. Navegación a la estima, guiada,
astronómica, instrumentos de navegación. Colón y la llegada a América.

(UNIDAD 4) Conquista de América.

1) Descubrimiento, conquista, colonización, núcleos o focos de expansión.

2) Conquista de México.

UNIDAD 1:

1) Civilización.

Definiciones:

Bagby:
 Las civilizaciones serían aquellas culturas que incluyen entre sus
características la construcción de ciudades y el habitar en ellas con sus
instituciones esenciales.

Elementos de una civilización:

LAS CIVILIZACIONES SON ESPACIOS.

Es el medio natural transformado por el hombre. El espacio es el medio natural


en el cual está organizada la sociedad, en donde conviven los individuos y se
interrelacionan con el medio ambiente.

Siempre es posible localizar las civilizaciones en un mapa (representación


geográfica esquemática de la superficie de la tierra o alguna parte de ella,
mostrando el tamaño y la posición relativa en una escala determinada), sea
cual sea su tamaño, tanto a las civilizaciones ricas como a las pobres. Un
aspecto esencial de su realidad depende de las sujeciones o ventajas
determinadas por su medio geográfico.

Al hablar de civilizaciones se habla de espacios, de tierras, de relieves, de


climas, de vegetaciones, de especies animales, de privilegios dados o
adquiridos.

Y de todas las consecuencias que esto tiene para el hombre: agricultura,


ganadería, alimentos, casas, trajes, comunicaciones, industrias… El escenario
en el que tienen lugar estas interminables obras de teatro condiciona en parte
su desarrollo, explica sus peculiaridades; los hombres pasan, pero el medio
permanece relativamente igual a sí mismo.

LAS CIVILIZACIONES SON SOCIEDADES.

Los grupos humanos, al evolucionar, han ido organizando de una manera


sumamente variada sus formas sociales, las relaciones entre personas y los
procedimientos empleados para realizar los cambios que se plantean.

Todas las sociedades humanas se encuentran en mayor o menor proporción,


divididas o articuladas en grupos, y el conjunto de estos grupos y sus
relaciones mutuas forman la estructura de esa sociedad. De esta estructura
social y de los grupos que la integran dependen muchas características de una
civilización.

A pesar de su gran variedad, los grupos sociales pueden clasificarse en dos


tipos principales, que se denominan: estratos y asociaciones.

Los estratos o capas sociales, son grupos integrados por hombres vinculados
según su situación en un modo de producción determinado. Surgieron, como
grupos, con la aparición y el desarrollo de la división del trabajo, y se divide en
tres formas principales:
1. Estratificación de órdenes, estamentos o estados (son grupos
cerrados con leyes que los regulan, como los existentes en la
sociedad feudal en tiempos medievales).
2. La estratificación en castas (forman la estructura social más cerrada
y diferenciada. Se pertenece a las castas por nacimiento y durante
toda la vida; el matrimonio está permitido sólo dentro de cada casta,
tal como se observa en la sociedad Inca clásica). Se caracteriza por
ser un grupo endógamo cuyos miembros siguen tradicionalmente una
misma ocupación o grupo de ocupaciones conexas y que se
mantienen unidos por obra de normas de conducta muy definidas y
por observaciones rituales o ceremonial común.
3. La estratificación en clases (cuando las personas se agrupan según
su lugar en el proceso de la producción, en la economía; es un grupo
social abierto y cambiante que se da especialmente en la época
contemporánea).

El segundo tipo de grupos, las asociaciones, se forman de una manera


consciente y voluntaria, para lograr objetivos o intereses concretos. Son
ejemplo de estos grupos la familia, los gremios, los sindicatos, los partidos
políticos, etc.

CLASES SOCIALES→ Son grupos abiertos, no cerrados. Tienen dimensión de


verticalidad, no de horizontalidad. Están superpuestas, no yuxtapuestas.
Tienen movilidad social vertical ascendente.

LAS CIVILIAZACIONES SON ECONOMÍAS.

Toda sociedad, toda civilización está determinada por unos datos económicos,
técnicos, biológicos, demográficos. Las condiciones materiales y bilógicas son
siempre un factor importante en el destino de las civilizaciones. El aumento o la
disminución de la población, la salud o la decrepitud física, el auge o la
decadencia económica o técnica repercuten tanto en el edificio cultural como
en el social. La economía política, entendida en su sentido más amplio, es el
estudio de todos estos inmensos problemas.

El sistema económico se manifiesta con un tipo de producción, los métodos de


trabajo, el nivel tecnológico alcanzado y los principios jurídicos que lo orientan.

Es la ciencia que estudia los recursos, la creación de riquezas y la producción,


distribución y consumo de bienes y servicios, para satisfacer las necesidades
humanas.

LA ORGANIZACIÓN POLITICA.

Surgió ante el creciente desarrollo de los grupos humanos y la necesidad de


reglamentar las relaciones entre sus integrantes. El termino Política, proviene
del griego, “polis” con el que se denominaba a las ciudades griegas soberanas
e independientes cuya organización fue un anticipo de los Estados modernos.
Como actividad, la política constituye el conjunto de actividades realizadas por
personas, grupos o poderes estatales en orden a la consecución del bien
público.

Las tareas políticas han planteado y obligado a resolver problemas


fundamentales como el origen y la división del poder, la designación de quien
detenta la autoridad, las relaciones o el equilibrio entre la autoridad y la libertad,
los derechos individuales y sus garantías, entre otras.

El conjunto de actividades directivas del Estado y los órganos que las realizan
forman un sistema de gobierno; éste siempre se basa en una determinada
filosofía política y constituye, por ello, un elemento esencial para caracterizar
una civilización.

2) LAS CIVILIZACIONES SON MENTALIDADES COLECTIVAS.

A cada época corresponde una determinada concepción del mundo y de las


cosas, una mentalidad colectiva predominante que anima y penetra a la masa
global de la sociedad. Esta mentalidad que determina las actitudes y las
decisiones, arraiga los prejuicios, influyen en un sentido o en otro los
movimientos de una sociedad es eminentemente un factor de civilización.
Son las creencias compartidas y las actitudes morales que funcionan
como una fuerza unificadora dentro de la sociedad. Por esta razón a la
religión se la ubica dentro de la mentalidad colectiva.

Religión→ “las religiones son sistemas culturales y simbólicas que ofrecen


explicaciones del mundo que potencian la estabilidad, pero a la par pueden
vehicular a fuerzas de desarticulación. Apuestan por la paz, pero también
utilizan la violencia, sostienen la concordia y la revuelta, y es que las religiones
son no solo diversas, sino también multifuncionales, y se manifiestan en una
multiplicidad de experiencias y ámbitos desde el individual y el familiar (donde
el culto lo dirige el padre o la madre) hasta el universal, pasando por el étnico,
el imperial, el nacional”. Francisco Diez de Velasco.

Cultura.

Definiciones:

Bagby:

 “la cultura consiste en las regularidades en la conducta interna y


externa de los miembros de una sociedad”.

Taylor (contenidos):
 “la cultura es un todo complejo que incluye los conocimientos, las
creencias, el arte, la moral, las leyes, las costumbres y otras
capacidades adquiridas por el hombre como miembro de la sociedad”.

Redfield (características):

 “un conjunto organizado de comprensiones convencionales


manifestadas en artes e instrumentos y que, perdurando por medio de la
tradición, caracterizan un grupo humano”.

Características:

a) La cultura es adaptativa y puede considerarse como el medio


específicamente humano a través del cual las sociedades y los grupos se
adaptan a su medio físico. Las personas necesitan procurarse alimentos,
comer, cobijarse, comunicarse entre sí, etc. pero dentro de ciertas condiciones
determinadas por su medio natural. La cultura es el medio del cual se valen los
grupos, para hacer un mejor uso de los recursos que la naturaleza les ofrece
para la satisfacción de sus necesidades.

b) La cultura es aprendida, no es innata al hombre sino que éste aprende sus


contenidos en contacto con los demás miembros del grupo.

c) La cultura es compartida por los miembros del grupo. En las sociedades


pequeñas o muy simples, la cultura es uniformemente compartida por todos
sus integrantes. Cualquier miembro de una tribu aborigen es un representante
de su cultura: habla un idioma, profesa un conjunto de creencias religiosas,
tiene una visión del mundo, etc. similar a cualquier otro integrante. En cambio,
en sociedades más complejas la cultura, si bien es básicamente compartida, no
es tan uniforme, y se habla más bien de cultura dominante.

d) La cultura es simbólica, tiene que ver con significados y comprensiones


comunes más que con objetos. Dichos objetos no son más que formas de
expresión de valores y creencias de esa sociedad. La cultura no son los objetos
mismos sino lo que éstos representan. Un ejemplo de esto es el lenguaje, que
es un conjunto de símbolos creado artificialmente y totalmente convencional.

3) Origen del hombre americano: autóctono o alóctono? Teoría


difusionista, paralelista o convergente.

Revista de National Geographic

El problema aún no resuelto sobre el origen del hombre americano, es una


cuestión que no se sabe ni cuándo se va a resolver y si en realidad va a haber
alguna posibilidad de resolverlo. Es una incógnita que se tendrá que
sobrellevar, analizando los diferentes hallazgos que se van descubriendo; y
tener en cuenta lo que plantea David Meltzer “Hay muchas cosas que no
sabemos y que quizá nunca sepamos. Pero estamos encontrando nuevas
maneras de hallar cosas y nuevas maneras de enterarnos de cosas”.

En 2007, en una caverna en el subsuelo llamada “Hoyo Negro”, se encontraron


restos de una adolescente, conocido como Naia (en honor a las ninfas del agua
de la mitología griega). Los análisis que realizaron arqueólogos entre otros
investigadores, determinaron que era el más antiguo de los restos hallados en
América del Norte. Esto señalaba cómo y cuándo podrían haber llegado al
continente; rondaba entre los 12.000 a 13.000 años de antigüedad. Durante el
s. XX parecía que la duda había sido resuelta. Pero en 1908, en Folsom
(Nuevo México) se encuentran restos de una subespecie extinta de bisonte
gigante. En él se encontraron puntas de lanzas que determinaba la presencia
de gente en Norteamérica hace más de 10.000 años, mucho antes de lo que se
creía. Poco después se encontraron puntas de lanza de hace 13.000 años
cerca de Clovis, Nuevo México.

Dado que Asia y Norteamérica estuvieron conectadas por una extensa masa
terrestre llamada Beringia durante la última Era del Hielo y que los primeros
americanos parecían ser cazadores móviles de animales grandes, fue fácil
concluir que habían seguido a los mamuts y otras presas desde Asia, a lo largo
de Beringia, y luego hacia el sur por un corredor abierto entre dos capas
masivas de hielo canadiense. Y ya que desde entonces no se encontró restos
más antiguos a los cazadores de Clovis, surgió una nueva ortodoxia: ellos eran
los primeros americanos. Otra vez el caso fue cerrado.

Todo cambió en 1997, cuando Tom Dillehay, en un sitio al sur de Chile llamado
Monte Verde encontró evidencia de ocupación humana de hace más de
14.000 años. En esta situación hay que volver a replantearse preguntas que ya
habían sido resueltas, es como comenzar de cero nuevamente. En 2011, el
arqueólogo Michael Waters habría desenterrado del yacimiento de Debra L.
Friedkin evidencia de ocupación humana de hace 15.500 años, otra datación
importante y distinta a las demás.

De todos modos, la evidencia arqueológica más reciente coincide con una línea
cada vez más importante. En años recientes, los genetistas han comparado el
ADN de los nativos americanos modernos con el de otras poblaciones
alrededor del mundo y concluyeron que los ancestros de los nativos
americanos eran asiáticos que se separaron de otras poblaciones de Asia y
permanecieron aislados por alrededor de 10.000 años. Durante ese tiempo
desarrollaron marcas genéticas únicas que hoy solo los nativos americanos
poseen.

Estos marcadores genéticos se han encontrado no solo en el ADN que se


recuperó del esqueleto de Naia, sino también en los restos de un niño
enterrado hace alrededor de 12.600 años en el oeste de Montana, en un lugar
conocido actualmente como el yacimiento de Anzick. Con este niño, por
primera vez se pudo determinar un genoma paleoamericano completo. Esto
quiere decir que tanto el espécimen de Hoyo Negro como el de Anzick tienen
un ancestro en común que vino de Asia.

Entonces, ¿cómo y cuándo llegaron los primeros habitantes del Nuevo Mundo?
Considerando que hubo gente que llegó hasta el sur de Chile hace más de
14.000 años, sería sorprendente que no hubiesen viajado en canoa.

El archipiélago del norte o islas del Canal, frente a la costa sur de California, es
accidentado y salvaje, alberga un parque nacional, un santuario marino
nacional y un sitio de entrenamiento para los equipos de la Armada de Estados
Unidos. El archipiélago también aloja miles de sitios arqueológicos.

En 1959, el curador Phil Orr encontró en la isla Santa Rosa algunos huesos de
un humano, al que llamó “hombre de Arlington Springs” y fijaron su edad en
13.000 años.

Hace 13.000 años, la parte norte de las islas del archipiélago estaba separada
de tierra firme por ocho kilómetros de agua. Por lo tanto, el hombre de Arlington
Springs y sus compañeros isleños tenían botes capaces de alejarlos de la
orilla.

En 2008, Dennis Jenkins encontró coprolitos humanos (excremento fosilizado)


en el mismo lugar, de hace entre 14.000 y 15.000 años a.C., en una serie de
cuevas poco profundas cerca de la población de Paisley.

Historia de América, Amores Carredano

Una de las teorías reafirmada a fines del s. XVIII por Alexander Humboldt, es la
de que los primeros pobladores de América procedían de Asia, debido a la
similitud entre sus rasgos físicos y los de los mongoloides, especialmente en el
caso de los esquimales y los aleutianos. Todos ellos habrían llegado hasta aquí
cruzando el Estrecho de Bering. Por ello, y para refutar la teoría autoctonista
formulada hacia 1890 por el argentino Florentino Ameghino, que propugnaba
una solución a la inversa para la cuestión del origen del hombre americano y de
la humanidad en general, aparecen a escenas hombres como Alex Hrdlicka
que sostuvieron desde entonces la llegada relativamente reciente del hombre a
América, no más de un par de miles de años antes de esta era. Sin embargo,
no fueron otros científicos los que socavaron su teoría, sino el azar. Los pocos
miles de años de la llegada del hombre que Hrdlicka sostenía, fueron refutados
por la aparición de restos de industria humana asociada a animales extinguidos
hace más de 10.000 años.

Según Amores, no hay un acuerdo generalizado respecto al momento de


llegada del hombre a América. Las posturas más conservadoras
(generalmente basadas en las evidencias más abundantes y menos discutidas
del ámbito norteamericano) aceptan antigüedades máximas de 12.000 a
13.000 años A.P. Posiciones más extremas hablan de fechas más superiores
a 40.000 años A.P., apoyándose en evidencias muy discutidas como en
Sudamérica (sitios como Monte Verde en Chile o Pedra Furada en Brasil con
dataciones superiores a 30.000 años). Frente a estos extremos, una actitud
prudente adoptada y sugerida por algunos arqueólogos es aceptar el acceso a
América por Beringia entre los 15.000 a 20.000 años A.P.

Los yacimientos más antiguos de Sudamérica

Monte Verde: sitio a cielo abierto ubicado en el Sur de Chile. Excavado por
Dillehay a partir de inicios de 1980, presenta un nivel de ocupación datado
entre 13.000 y 12.500 años A.P. que ofreció una colección sin precedentes de
instrumentos de piedra y hueso escasamente formatizados. Entre los primeros
se cuentan los basamentos de estructuras de viviendas de planta rectangular y
uno de planta circular. Pero debajo de este completo nivel de ocupación, se ha
registrado un fogón de asociación con una decena de instrumentos de donde
proviene una fecha de 33.000 años A.P.

Pedra Furada: yacimiento brasileño que ha sido estudiado por Guidon.


Aparecen allí una serie de abrigos bajo roca. El sitio de Pedra Furada ha
arrojado fechas que van desde el 50.000 hasta el 12.000 A.P. En la primer fase
establecida por Guidon, que va desde el 32.000 hasta el 17.400, los artefactos
son cuchillos, raspadores y lascas, utilizadas tal cual o con algunos retoques.
Hasta el presente no se ha publicado casi nada sobre fauna asociada y restos
vegetales, aunque las paredes rocosas de la región están adornadas con
pictografías y representaciones naturalistas de animales. La inexistencia de
puntas, aún en madera y hueso, y la representación en el arte rupestre de
propulsores y dardos pero nunca de arcos y flechas son indicios que podrían
ser característicos de estos cazadores de la región semiárida del nordeste de
Brasil.

Sociedad hidráulica.

Wittfogel propone que el término "agricultura hidráulica" se aplique al sistema


de cultivo que depende del control del agua en gran escala dirigido por el
gobierno. Propone, asimismo, que el término "sociedad hidráulica" se aplique
a las sociedades agrarias en las cuales las obras agro-hidráulicas así como
otras construcciones hidráulicas y no hidráulicas que tienden a desarrollarse en
este tipo de sociedades, son dirigidas y controladas por un gobierno
excepcionalmente poderoso. Propone, además, que el término "sociedad
hidráulica" se use como sinónimo de "sociedad Oriental". Propone, también,
que el término "despotismo Oriental” se aplique a aquel estado que es más
fuerte que todas las demás fuerzas existentes en una sociedad dada.

Los hombres que llevaron a cabo la revolución hidráulica empleaban con


frecuencia los mismos implementos de trabajo (pala, azada, cesto) y los
mismos materiales (tierra, piedra, madera) que los agricultores de secano. Sin
embargo, a través de medios específicos de organización (cooperación en gran
escala, subordinación rígida y autoridad centralizada) establecieron sociedades
que difieren estructuralmente de las sociedades basadas en la agricultura de
secano.

El extraordinario poder del estado hidráulico es el resultado de una serie de


rasgos institucionales que se entrelazan y sostienen mutuamente. De entre
ellos se considera de principal importancia: las realizaciones del estado en
construcciones, en organización y en sistemas de apropiación; su éxito en
mantener débil al sistema de propiedad privada y en ligar asimismo la religión
dominante; y también el tipo específico de la clase dominante: una burocracia
monopolista.

Las construcciones en el despotismo Oriental incluyen la creación y el


mantenimiento de grandes obras hidráulicas con fines de producción o de
defensa (regadío y control de las inundaciones), y en ciertas ocasiones la
creación de canales de navegación y de grandes acueductos de agua
potable. Entre las construcciones no hidráulicas que tienden a desarrollarse
paralelamente, se encuentran trabajos defensivos monumentales (grandes
murallas y fortalezas); redes de caminos; grandes edificios (palacios,
templos) y tumbas colosales (pirámides, etc.).

Por ejemplo, la cultura Chavín controlaba el agua mediante una agricultura de


riego. La cultura Paracas controlaba mediante huachaques, eran hoyos en el
suelo de forma escalonado y allí cultivaban diferentes especies. Los mochicas
instalaron canales de regadíos. Nazca construyó un sistema de
canalización, en superficies y también subterráneos, galerías subterráneas
para aprovechar la napa freática (10 m. de profundidad), además tenían
reservorios para el agua. Tiawanaco controlaba el agua mediante
canalización, un sistema de cochas (lagunas artificiales). La cultura Chimú
tenía depósitos de agua.

Acá se ve claramente la interacción del hombre con la naturaleza y la manera


que este transforma el espacio. Siempre utilizando los mismos elementos:
agua, tierra, plantas.

Las características en cuanto a la economía hidráulica son:

 División del trabajo a nivel comunal o nacional: preparación


(regadío), protección (control del agua), cultivo.
 Es una tarea que ocupa mucho tiempo.
 Es un cultivo más intensivo.
 Cooperación a gran escala.
Era una tarea realizada por los varones, duraba entre 180 días, era mucho
tiempo el cual dedicaban a la construcción de canales, diques de contención,
pozos, acarreo de fango.

La integración no solo es necesaria, sino que es imprescindible. Fue necesario


colocar un líder que organice, dirija, planifique y coloque disciplina a los
trabajadores. También de intermediarios como capataces que ejercieran
violencia física.

Capacitados para el liderazgo hidráulico están preparados para el liderazgo


político. Por eso, pudieron haber sido sacerdotes, jefes militares, funcionarios,
mayordomos del palacio.

4) Osvaldo Silva “Prehistoria de América”

Economía y sociedad Paleoindia (desde la llegada del hombre a América


hasta el 6.000 a.C.)

El tiempo en que los hombres convivieron con animales pertenecientes a la


extinguida fauna pleistocénica se denomina período paleoindio. Durante él, los
primeros americanos formaban pequeños grupos familiares que se
desplazaban en busca de sus alimentos. Entonces contaban con escasos
utensilios y herramientas dedicados, en su gran mayoría, a la recolección del
diario sustento. Eran piedras talladas en sus bordes para darles filos cortantes.
Tenían hachas de mano para golpear animales u otros objetos, cuchillos y
raspadores con los cuales cortaban y limpiaban los cueros, perforadores para
abrir agujeros en las pieles a objeto de unirlas, puntas de lanzas enmangadas
en palos, etc. Tradicionalmente se los consideraba cazadores, pero en realidad
no ejercían esa actividad porque sus armas eran débiles y pequeñas para dar
muerte a los grandes animales. Sólo servían para herirlos, una vez logrado ello
debían seguir la huella sangrante hasta encontrar la presa exhausta y
rematarla. En otras ocasiones se ubicaban a orillas de lagos y pantanos
esperando que las bestias se hundieran en el barro por efecto de su peso.
Inmovilizadas, se acercaban clavándoles proyectiles hasta desangrarlas. A
veces pasaban días sin poder encontrar alguna presa; entonces se
alimentaban de raíces y otros vegetales recolectados.

La dificultad para obtener alimentos los llevó a tomar medidas a fin de impedir
el crecimiento poblacional. Solían practicar el infanticidio femenino y abandonar
a los ancianos y enfermos que no podían cooperar en las actividades
económicas.

Poseían una división del trabajo por sexo. Los hombres se esforzaban por
capturar animales mientras que las mujeres, con sus hijos colgados en la
espalda, recogían vegetales, preparaban las comidas alrededor de fogatas,
suavizaban los cueros con que confeccionaban las vestimentas, y tejían
canastos de fibras donde guardaban sus pertenencias.

Los niños eran amamantados hasta los cuatro años, edad en la que
comenzaba el aprendizaje de las labores correspondientes a sus sexos. Los
varones imitaban a sus hermanos o parientes mayores y éstos a los adultos.
Contraían matrimonio en cuanto alcanzaban la pubertad. Eran polígamos, y
generalmente llegaban a tener tres esposas cada hombre.

Acerca de sus creencias se conoce poco. Posiblemente, reconocían la


existencia de espíritus bienhechores y maléficos.

Hacia el 12.000 a.C. debió ocurrir un importante cambio en los sistemas


ecológicos en que se desenvolvían los hombres del paleoindio. Aumentó el
número de campamentos, como probable consecuencia de un incremento
poblacional, y aparecen por primera vez, puntas de flechas líticas. Entre ellas
sobresale un tipo especial conocido como Clovis. Su tamaño se encontraba
entre los 7 y 12 cm. Poco después surgen las lanceoladas o en forma de cola
de pescado. Alrededor del 9.000 a.C. toda América fabricaba puntas de flechas
utilizadas, probablemente, en armas de mayor eficacia que las conocidas hasta
entonces.

La población comenzó a aumentar en aquellas regiones donde podía cazarse


con cierta efectividad debido a la especialización posibilitada por la nueva
tecnología. Sin embargo, nunca dejaron de recolectar vegetales silvestres,
especialmente semillas que molidas, servían para hacer una especie de tortilla
asada sobre las cenizas de sus fogatas.

La retirada de los hielos anuncia otras innovaciones. Los cambios coincidieron


con el inicio del retroceso del glacial Wisconsin. Al derretirse los hielos aumentó
el nivel de la agua del mar; el relieve terrestre fue modificado por la erosión y el
clima alterado.

Las variaciones climáticas influyeron, naturalmente, en las formaciones


vegetales. Regiones boscosas se desecaron, la tundra comenzó a desaparecer
en extensas zonas, lo que provocó un movimiento hacia las comarcas polares
de los animales adaptados a ella, arrastrando, de paso, a los hombres que se
habían especializados en su caza.

La megafauna pleistocénica, restringida cada vez más en sus hábitats


alimenticios, comenzó un proceso de extinción, afectando la conducta de los
cazadores, quienes para subsistir, tuvieron que readaptarse a los nuevos
sistemas ecológicos imperantes en América.

Los grandes animales dieron paso a una fauna menor: bisontes, antílopes,
alces, llamas, alpacas, conejos y pequeños roedores.
Los cazadores y recolectores arcaicos (8.000 a.C. o 6.000 a.C.-2.000 a.C.)

El periodo de experimentaciones e innovaciones para adaptarse a las nuevas


condiciones ecológicas se conoce como Arcaico. Durante los primeros siglos el
hombre creó armas para cazar la desconocida fauna pleistocénica, y recolectó
tubérculos, raíces, semillas o frutos silvestres. Quienes se localizaron a orillas
del mar, ríos o lagos desarrollaron técnicas e instrumentos para pescar,
marisquear y cazar aves acuáticas. Esta dieta rica en proteínas, se
complementaba con la recolección de vegetales. Así las culturas americanas
fueron diversificándose en los dispares sistemas ecológicos del continente.

El cambio en los hábitos alimenticios está testimoniado por la aparición de


pequeños instrumentos, o microlitos entre los cuales sobresalen puntas de
flechas, perforadores, raspadores, cuchillos y punzones. También se
confeccionaron morteros con sus respectivas manos para moler los vegetales.

Los hombres reunidos en bandas, delimitaron los territorios que recorrían,


siguiendo un ciclo anual, buscando animales y vegetales que se localizaban en
diversos sitios como consecuencia del cambio en las estaciones o de las
variaciones climáticas provocadas por la altura y latitud. Durante dicha
trashumancia, intentaban abarcar una amplia superficie que incluyera todo tipo
de recursos alimenticios. Se cobijaban en cuevas o abrigos rocosos donde
abandonaban los implementos desechados y dejaban basuras o restos de
comidas que, ahora, han servido de testimonio para reconstruir la cultura de
este periodo. Gracias a ello, también se sabe, que en el verano, las bandas
solían establecerse en sitios con abundantes frutos silvestres y caza. Allí
levantaban pequeños albergues temporales, aprovechando la estada para
intercambiar experiencias, traspase de leyendas y, quizás concertar
matrimonios. Los muchachos, a su vez, recibían las enseñanzas relacionadas
con su sexo, persecución y caza de animales, manejo de las armas para
defender el territorio de los frecuentes invasores y, por sobre todo, aprendían
de los más viejos la historia de la banda conservada por la tradición oral.

Las niñas aprendían a distinguir las especies vegetales comestibles y


venenosas, a preparar los alimentos, tejer los cestos y coser las vestimentas.

Cada familia estaba integrada por un linaje, cuyo fundador era recordado por
todos. Probablemente rendían culto a los espíritus de los antepasados. La
filiación al linaje se efectuaba por vía paterna o materna.

Conformaban la banda varios linajes emparentados entre sí por la convicción


de que descendían de un mismo personaje mitológico; este podía ser un
animal o un fenómeno natural. Su figura se conserva en el tótem protector del
grupo, por esta razón le presentaban ofrendas y efectuaban rogativas. A este
tipo de organización se le llama también, clan.
Cada linaje estaba encabezado por su integrante más anciano, entre ellos se
elegía al jefe de la banda, quien debía velar por la tranquilidad de la
comunidad, dirimir los pleitos entre sus integrantes y oficiar las ceremonias a
los espíritus fundadores

Estructura similar tuvieron las bandas que explotaban recursos acuáticos o


marinos. Sin embargo, disponiendo de alimentos permanentes a lo largo del
año, no necesitaron adoptar una forma de vida nómade. Se transformaron en
sedentarios, como atestiguan los inmensos conchales, o depósitos de basuras,
localizados tanto en el litoral del Pacífico como del Atlántico.

El Arcaico fue un periodo de experimentación en la utilización de vegetales


silvestres. La dieta humana comenzó a depender en forma cada vez más
creciente de ellos. Hallazgos arqueológicos en el valle de Tehuacán (México) y
Ayacucho (Perú) señalan que hacia el 6.000 a.C. el 80% de la alimentación
estaba compuesta por vegetales silvestres.

Mucho se ha discutido acerca de los motivos que impulsaron al hombre a


domesticar los vegetales silvestres y a convertirse, más tarde en agricultor.
Durante años se sostuvo que ello fue la respuesta a las variaciones climáticas y
a la extinción de la megafauna. Sin embargo, modernas investigaciones
geológicas y botánicas señalan que dichos cambios no fueron tan drásticos
como se pensaba, sucediéndose en forma gradual, fenómeno que habría
permitido la subsistencia de aquellas bandas cazadoras-recolectoras cuya
población no superaba el equilibrio entre recursos disponibles y bocas a
alimentar. Cuando se sobrepasaba ese nivel imperaba la hambruna; entonces
las bandas expulsaban algunas familias a fin de compensar la demografía con
los bienes alimenticios. Los grupos desplazados transportaron sustentos
conocidos hacia sus nuevas localizaciones. Algunas semillas silvestres
debieron caer, inadvertidamente, sobre el suelo de los nuevos
campamentos; como su caparazón era muy dura debieron soportar las
bajas temperaturas hasta la primavera. Al amparo de los primeros
calores, se abrieron naturalmente liberando la fértil simiente. Entonces,
con asombro, los hombres vieron crecer esos vegetales donde, a la
sazón, no se producían. La asociación de ideas les llevó a descubrir el
principio básico de la agricultura donde cae una semilla crece una planta.
A partir de ese momento guardaron los mejores granos para sembrarlos.
Este acto inconsciente de selección provocó mutaciones que
transformaron a las especies silvestres en domesticadas. El proceso fue
largo, abarcando gran parte del Arcaico, periodo que por dicha razón aparece
como transición entre las economías recolectoras y las productoras de
alimentos.

Se desconoce cómo eran los antecesores de los alimentos cultivados en


América cuando llegaron los españoles. Sin embargo, los botánicos,
auxiliándose con ejemplares obtenidos en las excavaciones arqueológicas, han
podido reconstruir sus evoluciones y logrado identificar las especies
ancestrales que, en algunas regiones, aún subsisten en forma silvestre.

El maíz (3.600 a.C.); el teosinte (domesticado alrededor del 5.000 a.C.); frijoles
o porotos (domesticados hacia el año 4.000 a.C.), son unos de ellos. Estos
experimentaron importantes cambios: aumento en el tamaño de las semillas,
incremento de la permeabilidad, disminución del contenido proteico, perdida de
la capacidad para liberarse de la vaina y transformación de planta perenne en
planta anual.

Calabazas y zapallos completan la trilogía clásica de la alimentación


americana. Más difícil de establecer es la domesticación de los tubérculos
debido a que se propagan vegetativamente. Con excepción de la papa, la oca y
el añu, que crecían en los fríos climas de los Andes.

A medida avanzaban en sus experimentos las bandas del Arcaico sembraban


en pequeños campos situados junto a las chozas del campamento en que se
reunían durante la cosecha. No poseían más instrumentos que el hacha de
piedra o un palo aguzado en el extremo para sus tareas de labranza. Tampoco
construían canales para regar los cultivos. Este sistema tan simple, en donde
todo se sigue dejando prácticamente a la propia naturaleza, se denomina
horticultura o agricultura incipiente.

Las bandas, entonces, adoptaron un seminomadismo. A fines del verano


cuándo con dardos, arcos, lazos y trampas, pequeños animales, y recolectando
raíces u otras especies silvestres. En la época de abundancia solían reunirse
varias de ellas, constituyendo lo que se ha llamado macrobandas.

La población experimentó un sostenido aumento y el papel del jefe adquirió


cada vez mayor importancia. A las tareas anteriores unió funciones religiosas.
Fenómenos naturales como el sol y la lluvia fueron deidificados,
ofreciéndoseles periódicas ceremonias. Además comenzaron a desarrollar
creencias en una vida extraterrenal, poniendo más cuidado al enterrar los
muertos. Sus cuerpos se depositaban bajo tierra, acompañados de ofrendas y
otros implementos necesarios para el desenvolvimiento en el más allá.

Los enfermos eran atendidos por curanderos o chamanes, único oficio


especializado entre las bandas.

Las sociedades localizadas en la costa llevaban una vida sedentaria.


Levantaron aldeas cuyas casas estaban hechas de tierra y vegetales.
Poseyendo una alimentación segura, su crecimiento demográfico fue más
notorio que el de las macrobandas interiores.

Paralelamente a las primeras prácticas de domesticación de vegetales debió


realizarse el de los animales. De ello hay pocas evidencias hasta ahora, pero,
al parecer, hacia el 2.500 a.C. se había logrado domesticar al perro y al cuy.
Posteriormente se agregarían allí, los auquénidos: llamas, alpacas y vicuñas.

Las bandas seminomadas no podían fabricar objetos que, por su fragilidad, se


rompiesen durante el traslado de una región a otra. Por ello la cerámica debió
inventarse en poblaciones relativamente sedentarias como las localizadas en la
costa durante el Arcaico.

Hasta hace poco los vestigios más antiguos de alfarería arqueológica en


América se remontaban al 3.200 a.C. Se trataba de la cerámica Valdivia, en la
costa de Ecuador, cuyas vasijas evidencian una técnica bastante avanzada
tanto en la confección de la pasta como en las decoraciones.

Al finalizar el Arcaico habían surgido muchas aldeas agrícolas. Levantadas


en sitios con abundancia de tierras cultivables y recursos de agua para el riego,
pudieron aceptar inmigrantes y abandonar las prácticas destinadas a limitar el
crecimiento demográfico. Así la población aumentó y fue posible repartir las
tareas entre sus miembros. El comienzo de la especialización laboral exigió la
designación de un jefe que tenía como misión principal distribuir las tierras de
la comunidad entre los diversos grupos familiares. Cada uno recibía una
superficie proporcional al número de personas que lo integraban.

El jefe, además redistribuía los bienes, organizaba los trabajos de la


comunidad, ejercía justicia, vigilaba la defensa de la aldea y celebraba las
ceremonias religiosas, especialmente las relacionadas con el culto a la
fertilidad, tan importante en las sociedades productoras de alimentos, en
compensación de estas labores recibía tributos en especies o en mano de
obra. Los primeros eran consumidos durante los festejos que el jefe estaba
obligado a ofrecer.

El cargo de jefe implicaba sólo una diferenciación de status dentro de la


comunidad, derivada del rol que juzgaba en ella. Su situación era más grande
que las otras; posiblemente utilizaba adornos distintivos del cargo; la sociedad
le sembraba tierras, cuyos frutos se gastaban en fiestas. En lo demás era igual
al resto de los hombres. Tal tipo de estructura social es propia de las tribus. Allí
las relaciones entre el jefe y los dirigidos se basaban en reciprocidad, es
decir, quien recibía un favor o un regalo estaba obligado a devolverlo lo más
pronto posible.

La tecnología de las tribus agrícolas incluían la confección de utensilios de


cerámicas y piedras pulidas, objetos de madera, hueso, conchas y piedras
semipreciosas; cestería y tejidos de algodón, fibras vegetales o lana en la
sierra de los Andes, única región donde, además, trabajaban los metales
(cobre y bronce).
Las aldeas estaban conformadas por chozas hechas de piedra, barro o
materiales vegetales. A veces eran protegidas por empalizadas, lo que
demuestra un creciente desarrollo de guerras cuyos orígenes podrían ser la
captura de tierras o alimentos. La lucha se manifestaba bajo formas de
comandos, emboscadas e invasiones. En las zonas de selvas tropicales
frecuentemente iban acompañadas de canibalismo, conservándose las
cabezas de los vencidos como trofeos de guerra.

Las duras obligaciones de la agricultura (2.000 a.C.-300 d.C.)

A medida que aumentaban la dependencia de alimentos cultivados y la


población, las tribus tuvieron que inventar métodos, herramientas y formas de
trabajo con el objetivo de incrementar tanto las superficies labradas como su
productividad. Dichas innovaciones conforman los llamados sistemas
agrícolas que, en ciertas áreas de América, comenzaron a desarrollarse hacia
el año 2.000 a.C. Ellos caracterizaban al periodo Formativo, denominado
así porque anuncia el surgimiento de las civilizaciones. Los sistemas
agrícolas pueden ser extensivos o intensivos. Los primeros son propios de
las regiones selváticas tropicales o templadas. Los intensivos se practicaron en
las zonas semiáridas, oasis y valles costeros, con escasas precipitaciones
anuales. La agricultura extensiva, llamada también de roza, requiere poca
inversión de trabajo, siendo su rendimiento muy alto, especialmente en los
trópicos, ya que es posible obtener hasta dos cosechas anuales.

El sistema de roza tiene, sin embargo, el grave inconveniente de agotar


rápidamente el suelo debido a la erosión pluvial. Por ello, una misma región no
puede ser cultivada más de una o dos veces al año seguidos, hasta que crezca
el bosque secundario, lo que ocurre, dependiendo del sitio, entre 18 a 25 años.

Suponiendo que una familia obtiene alimento suficiente para un año con el
cultivo de una hectárea, debe poseer tantas hectáreas como años dure el
barbecho a fin de ir rotándolas y no disminuir la productividad. Debido a ello en
las selvas el crecimiento poblacional está limitado y no pueden existir grandes
ciudades, puesto que los campos de labranza están en continuo cambio.

Los sistemas intensivos, por el contrario, requieren de pequeñas superficies,


pero exigen gran inversión de trabajo y preocupación constante de los terrenos
cultivados. Estos son irrigados artificialmente mediante canales que, a
veces se alimentan desde diques. La tierra se ara con palos aguzados y palas;
luego se abren los surcos y se echan las semillas. En las regiones costeras del
Perú, además se abona con cabezas de pescado o guano de aves marinas,
mientras que en la sierra andina utilizaban de excremento de auquénidos. Las
siembras se regaban, desmalezaba y protegían de los animales hasta el
momento de cosechar.
La producción de los alimentos transformó a la sociedad; ambos sistemas
posibilitaron el surgimiento de señoríos. En ellos los linajes comenzaron a
diferenciarse entre sí, rompiéndose la igualdad en bandas y tribus. Una
familia monopoliza el acceso al cargo de jefe o señor, mientras las otras
adquieren distintos grados de prestigio según sus respectivas
especializaciones. En los señoríos la persona del jefe juega un importante
papel en el ceremonial religioso. A sus tareas administrativas y económicas
agrega las de supremo sacerdote, lo que aumenta considerablemente su
poder. Posee numerosas esposas; sirvientes perpetuos y auxiliares; está
rodeado por una serie de reglas y protocolos que impiden el libre acercamiento
a él; sus actos van acompañados de un complejo ritual público. El rápido
desarrollo de las especializaciones permite que el señor acumule los bienes
entregados como tributo. Con ello mantiene una Corte, financia la construcción
de obras públicas, especialmente canales y templos; sostiene un selecto grupo
de guerreros, etc.; el resto, al igual que los jefes de las tribus, los redistribuye
durante las fiestas y ceremonias comunitarias. El incremento de las riquezas
del señor, unido a la mayor cantidad de mano de obra tributaria, permitió
construir plataformas ceremoniales y monumentos que, lentamente,
transforman la aldea en un centro ceremonial. A los edificios religiosos le
agregan el palacio del señor, las casas de sus sirvientes y de la burocracia
administrativa. En el centro ceremonial vivían, además los sacerdotes y
artesanos. Los campesinos levantaban sus chozas cerca de los campos de
labranza, protegidos, en su gran mayoría, por pequeñas fortalezas. Algunos
señoríos alcanzaron gran desarrollo y llegaron, incluso, a establecer
relaciones con distintas comunidades traspasándoles sus conocimientos,
tecnologías y, por sobre todo, su religión. Notorios en este aspecto fueron
los Olmecas de la costa del Golfo de México y Chavín en el valle de Mosna
(Perú). Ambos conforman la verdadera base en que se sostienen las
tradiciones culturales mesoamericanas y andina central. Por tal motivo,
constituyen civilizaciones emergentes, la transición, en sus respectivas áreas,
entre los señoríos y los Estados, expresión política, estos últimos, de las
Civilizaciones. Los contactos mantenidos por las culturas arcaicas continuaron
en el Formativo, según se desprende de la gran difusión alcanzada por los
elementos olmecas y chavín.

El surgimiento de las civilizaciones y la vida urbana (300 d.C.-900 d.C)

Muchas de las características de los señoríos sirvieron de antecedente para la


organización de los primeros Estados. Estos simbolizan una compleja
estructuración interna basada en la creación de instituciones que relacionan a
los hombres entre sí, desplazando, de tal modo, a los nexos familiares como
factor aglutinante de la población.

El poder, en los Estados, se encuentra altamente centralizado, y es ejercido por


un rey, cuyo sucesor debe pertenecer a la misma familia. Esta es propietaria
del territorio ocupado por el Estado, posición, frecuentemente, se explica a
través de mitos o leyendas que la hacen descender de dioses. Por su origen
divino, el monarca, disfruta de poderes superiores a los de cualquier otro
hombre u organismo dentro de la sociedad: él encarna al dios de quien es hijo
y representante sobre la tierra. Dueño de tierras, accede a otorgarlas a los
campesinos en usufructo; a cambio de ello recibe tributos y fidelidad.

En los primitivos Estados, el monarca dictaba las leyes y las hacía cumplir por
medio de la fuerza; nombraba y removía, a su voluntad, a los funcionarios del
aparato estatal; encabezaba, además, la jerarquía religiosa y dominaba la
redistribución de bienes a través de los mercados. El centro de las funciones
estatales era la ciudad. Esta podía ser nucleada o dispersa. Las primeras se
encuentran en sitios con tierra y recursos con agua suficientes para mantener
concentrada a una población que crece continuamente, aumentándose las
superficies agrícolas mediante la construcción de diques y canales. Las
ciudades dispersas se desarrollaban en aquellas regiones donde se practicaba
la agricultura de roza. La mayoría de los campesinos mueven sus chozas hacia
las cercanías de campos cultivados que rotan continuamente. El monarca y sus
funcionarios, en cambio, moran en un sector permanente, el centro ceremonial,
al cual acuden los agricultores para efectuar trámites administrativos, realizar
compras en el mercado y participar en las ceremonias religiosas.

Los Estados por su complejidad, conforman Civilizaciones. Estas en


América, al igual que en el resto del mundo, emergieron tanto en regiones
subtropicales, como sistemas agrícolas extensivos, como en zonas semiáridas,
con recursos de agua permanente que permitían el desarrollo de una
agricultura intensiva.

Las selvas del sur de México, Guatemala, el Salvador y Honduras fueron


escenarios del desenvolvimiento de civilizaciones con ciudades dispersas. Las
tierras altas de México, Guatemala, la costa y sierra del Perú, y el altiplano
Perú-boliviano, vieron surgir civilizaciones que se asentaron en ciudades
nucleadas.

Teotihuacán, en el valle de México, constituyó la primera civilización urbana


mesoamericana. Sobre una superficie de 20 km² se alzaban pirámides,
templos, palacios y recintos habitacionales que pudieron albergar a una
población cercana a las 100.000 personas. Los comienzos de su construcción
se remontan al año 100 a.C. Teotihuacán ejerció gran influencia sobre el resto
de Mesoamérica. Sus comerciantes recorrieron hasta las más alejadas
regiones en busca de materias primas y mercados para colocar objetos
elaborados en la urbe. Ellos difundieron el culto a Quetzalcóatl, la serpiente
emplumada, y traspasaron sus tecnologías e ideologías a otras sociedades,
posibilitando el que estas también alcanzasen el grado de desarrollo
correspondiente a la civilización. En el siglo VII d.C. Teotihuacán fue invadida y
destruida por poblaciones nómades. Sin embargo, su importancia se conservó
hasta la época de la conquista española.

En la costa norte del Perú, los mochicas conformaron la más antigua


expresión de una civilización basada en la agricultura intensiva. Practicaban,
además, la pesca y la ganadería. La capital debió encontrarse en Moche,
donde se alzan dos pirámides: la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna.
Llevados por la necesidad de incrementar las tierras agrícolas se convirtieron
en conquistadores, extendiendo sus dominios hacia los valles vecinos. La
cerámica mochica, una de las más bellas del mundo, constituye una fuente
documental inapreciable para reconstruir sus costumbres y modo de vida. En la
superficie pintaron escenas económicas, guerreras, religiosas y actos
cotidianos tan comunes como el lavado de cabello.

Los mochicas, cuyo Estado floreció hacia el 300 d.C. fueron, en el siglo IX d.C.,
incorporados al Imperio Tiahuanaco-Huari, cuya capital se encontraba en
Ayacucho, al sur del Perú.

Tiahuanaco, ciudad ubicada a 3.800 m, sobre el nivel del mar y a unos 24 km.
al sureste del lago Titicaca, fue la primera civilización del altiplano Perú-
boliviano. A esa altura no se da el maíz. Base alimenticia de Teotihuacán y de
los mochicas, por lo que su población dependía del cultivo de la papa y la
quinua. Gracias a las grandes oscilaciones entre las temperaturas diurnas y
nocturnas podían deshidratar los tubérculos y conservarlos por mucho tiempo.
Poseían numerosos ganados de llamas y alpacas con cuya lana
confeccionaban vestidos; los animales, además, le servían de alimento,
guardando la carne transformada en charqui, y de medio de transporte. Con
ellos se dirigían hacia los valles bajos en busca de maíz, coca, ají, o visitaban
las regiones que les proporcionaban obsidiana, cobre y otros materiales.

Unidad 2:

1) Una cultura Lítica (Clovis), una cultura del periodo arcaico (Valdivia), y
una del formativo (Chavín).

Cultura Valdivia

Esta cultura se ubica sobre un poblado formativo (extenso) en Real Alto.


Mediante estudios de restos arqueológicos se puede decir que este sitio fue
ocupado unos dos mil años (4.000-2.000). Su población no solo estaba
orientada hacia el consumo de ictiófago, sino que su economía se basaba en
una agricultura intensiva del maíz y complementaban su dieta con proteínas de
animales obtenidos durante la caza y la pesca.

Los valdivianos del Real Alto, fueron grupos sociales que conocían las formas
de vida sedentaria y, esto lo confirma el descubrimiento de un poblado que
desde su etapa inicial, que corresponde al horizonte precerámico (4.500), se
desarrolló hasta alcanzar mil años después la fase 3 (máxima extensión).
Ocupando áreas mayores a 12 hectáreas que comprendían 120 casas
elípticas, varias de ellas con entierros humanos, asociados a las zanjas de
pared de las estructuras de viviendas, que rodeaba una plaza igualmente
elíptica: se calcula aproximadamente 1000 habitantes. En esta época aparecen
dos estructuras que dividen la plaza en mitades. La estructura oriental se usó
quizás para reuniones administrativas o festivas, que controlaban ritualmente el
modo de vida y la producción. El montículo occidental u osario, se sitúa en el
centro de la plaza y del poblado que era allí donde se enterraba a las personas
principales y ceremonias sacrificiales. Era una cultura matriarcal, fueron
encontrados los restos de una mujer, colocado en un lugar alto. Fue enterrada
con gran cantidad de figurillas, metales, 8 hombres fueron enterrados a sus
pies luego de ser desmembrados. Esto significaba: la fuerza de los
antepasados, la fertilidad y el poder femenino, en la comunidad.

Fase 4 y 5 se mantiene el mismo desarrollo poblacional. Solo que al final


aparece una importante obra pública: el enlucido montículo oriental o lugar de
las reuniones.

Fase 6 y 7 hay un aumento de la producción y consumo del maíz. Se distingue


dos grupos. Uno menor, directivo, que ocupa el poblado original y otro
demográficamente mayor de agricultores, probable base de la producción, para
el mantenimiento de casta religiosa administrativa, viviendo en el núcleo
poblacional.

Esto demuestra que el que vive en el centro residencial es diferente al que vive
en el ámbito rural, no solo por vivir donde hay mayor población, sino que las
tierras son diferentes. El productor rural se identifica más con la producción de
alimentos y bienes de consumo, el morador urbano era un productor de
servicios políticos, técnicos, religioso. Esto puede ocurrir solo cuando un
excedente de producción en el campo permite una división social.

Las figurillas de cerámica se conocen por ser las primeras en aparecer, las más
antiguas hechas en piedra. En la fase 1 de Real Alto en el 3.500, pero desde
Valdivia las más frecuentes son elaboradas a barro. Son figurillas
explícitamente femeninas.

Los chamanes valdivianos, posiblemente conformaron calendarios rituales para


controlar la producción, al crear un rito propiciatorio de la lluvia al observar la
mayor o menor cantidad de la concha Spondylus, asociadas a variaciones
climáticas causada por la corriente de “el niño”. Las figurillas representaban el
ícono de la virilidad y fecundidad, del desarrollo de la producción agrícola y de
la sociedad y de los chamanes que sistematizaron el conocimiento de este
proceso transformador.

Cultura Chavín
Situado a 3.177 m. sobre el nivel del mar, en plena sierra andina del
departamento de Ancash, la aparición de Chavín, estaba ya anunciada a
finales del periodo precerámico, debido a que la grandeza de sus ruinas
arquitectónicas dejó claro que se trataba de un foco cultural importante.

Su localización entre dos ríos, el Huachecsa y el Mosna le otorga un lugar de


privilegio para controlar la zona ya que este último, afluente del Marañón, lo
comunica directamente con la gran cuenca amazónica.

Este centro de poder se caracteriza por la aportación de toda una serie de


elementos que se repetirán en distintos lugares de los Andes peruanos, como
la arquitectura en piedra con decoración exterior, las plazas rehundidas para la
celebración del ritual o la estructura en el interior de los edificios denominados
“templo viejo” y “templo nuevo”.

Con respecto al arte Chavín, la piedra es su material preferente y el resto de


las materias primas utilizadas como la cerámica, el hueso, el tejido o la madera,
son trabajadas con técnicas que se vinculan con las tallas líticas. Es una
técnica de representación plana, donde las figuras han sido delimitadas con
sus rasgos características.

Chavín también se convierte en el transmisor de toda una ideología de


poder: el Lanzón, el Obelisco Tello y la Estela Raimondi son tres de los
mejores ejemplos del arte al servicio de las élites. El Lanzón representa la
forma de un ser humano con atributos de jaguar, su importancia es indiscutible,
ya que todo el arte chavinoide repite constantemente este tótem emblemático
que será reproducido tanto de forma naturalista, como por alguno de sus
rasgos más representativos: garras, colmillos, manchas de la piel u ojos,
aparecen como símbolos de su fuerza y destreza.

Pero en la costa norte, los antiguos asentamientos habían dado paso a grupos
sedentarios mejor organizados, con un gran control del agua y de los terrenos
agrícolas. Culturas como los Cupisnique o los Virú sentaron las bases de los
grandes Señoríos Mochicas.

Los restos arqueológicos de la cultura Virú o Gallinazo evidencian plataformas,


montículos y enterramientos que confirman la presencia de una estructura
social muy jerarquizada. Las ofrendas a los antepasados confirman la
utilización de los metales y la cerámica ritual aparece como la gran informante
de los acontecimientos que le rodean, que consigue transmitir la imagen de sus
edificaciones, el aspecto de sus gobernantes con grandes orejeras,
deformación craneal, atuendos de guerreros, así como animales y plantas de
su entorno. La técnica negativa en blanco y negro es uno de sus logros más
representativos. La tumba del gran Señor de Virú, pone al descubierto la
práctica de ritos de nocropompa, donde al difunto se le acompaña de familiares
y sirvientes para el más allá.
La cultura Cupisnique está localizada entre los valles de Virú y Lambayeque,
siendo uno de los lugares más representativo la “Huaca de los Reyes”, donde
se encuentran evidencias de una arquitectura monumental, utilización de
metales y una cerámica que la sitúa como antecesora de la Mochica. La figura
humana adquiere también una gran importancia, pero entre sus
representaciones de animales, plantas, etc. se ve una gran presencia del felino.

2) Civilizaciones de los Andes Centrales.

Periodización:

Los periodos que la arqueología ha podido reconstruir son los siguientes:


Precerámico (1.200 a.C.-180 a.C.), Formativo u Horizonte Temprano (180 a.C.-
50 a.C.), Desarrollo Regional o Intermedio Temprano (50 a.C.-600), Periodo
Wari u Horizonte Medio (600-1000), Estados Regionales o Intermedio Tardío
(1000-1450) y Periodo Inca u Horizonte Tardío (1450-1532).

El hombre y el medio:

Para comprender la realidad andina es necesario conocer su territorio, su


espacio. A las condiciones extremas de sus zonas (desiertos, selvas) se añade
el factor de altitud, que los obligó a adaptarse físicamente, ya que vivían y viven
a 3.000 m. sobre el nivel del mar.

Situada en el oeste de Sudamérica, las montañas andinas discurren a lo largo


de 8.500 km. desde el noreste venezolano hasta Tierra del Fuego, recorriendo
los territorios de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Noreste argentino.
Entre sus picos se encuentran unos de los más altos del planeta como el
Aconcagua en Chile, el Huascarán en Perú y el Chimborazo en Ecuador.

Los parajes del Área Andina Central se concentran en tres ecosistemas


distintos y bien diferenciados: Costa, Sierra y Selva, que, aunque parecen
representar opciones totalmente aisladas, tuvieron una interacción cultural
constante desde tiempos inmemoriales.

Los territorios de la Costa, situados al borde del océano Pacífico, no presentan


un aspecto homogéneo: por un lado, se aprecian grandes ensenadas de fácil
acceso donde los pueblos costeros consiguieron dominar el arte de la
navegación, acantilados imposibles de penetrar, o esteros de agua dulce que
irrumpen en el mar y que han servido de redes de comunicación. Por otro lado,
se encuentran los grandes desiertos del territorio peruano y norte de Chile,
Atacama, una de las zonas más secas del planeta.

Las corrientes marítimas como la del Niño (cálida) que discurre desde el Golfo
de Guayaquil hacia el sur o la de Humboldt (fría) desde territorios chilenos
hacia el norte, han jugado un importante papel en el calentamiento o
enfriamiento de las costas, y en algunos casos la aportación de especies
marinas como la concha Spondylus.

Se denomina Sierra, al ecosistema de altura a partir de los 2.300 m., pero se


distinguen en ella varios pisos ecológicos muy diferenciados: la zona Quechua,
la Suni, la Puna y la Janaca o Cordillera que han sido utilizados por el hombre
con gran rentabilidad económica y simbólica.

La zona Quechua, ofreció la posibilidad de cultivar tres productos básicos de


altura (maíz, frijol y calabaza), las vertientes de las montañas en sus “chacras
de altura”, ofrecieron un producto muy importante como lo es la papa. Las
enormes pampas de la Puna ofrecen un ecosistema magnífico de pastos
idóneos para el desarrollo de los auquénidos andinos (guanaco, llama, vicuña y
alpaca). En estas tierras fértiles se desarrolló una cultura muy interesante como
la de Tiawanaco.

La Selva se diferencia según su altura descendente en Selva Alta (1.000 a 400


m.), donde el clima tropical se ve matizado por la altura, dando lugar a
temperaturas moderadas; y Selva Baja (400 m. al nivel del mar). La abundante
pluviosidad proporciona una gran cantidad de especies vegetales.

La capacidad de adaptación y explotación equilibrada de su entorno fue uno de


los factores decisivos para el crecimiento y prosperidad de grupos andinos
como los Moche, Tiawanaco, Wari o Inca.

El periodo precerámico (15.000 a 1.800 a.C.)

Los arqueólogos y antropólogos dividen este periodo de las culturas andinas en


Lítico (15.000-3.000 a.C.) y Arcaico (3.000-1.800 a.C.)

A principios del Holoceno (10.000-8.000 a.C.) las condiciones del retroceso


glaciar en la zona andina permitieron el desplazamiento de pequeños grupos
humanos cazadores. Las evidencias más antiguas aparecen vinculadas a los
primeros lugares que los cazadores frecuentaban en sus recorridos
estacionales. Entre el 10.000 y el 400 a.C., cuevas o abrigos en la sierra
peruana, son el comienzo de largas tradiciones de ocupación a lo largo de todo
este periodo.

Los artefactos líticos más frecuentes son los raspadores, perforadores y puntas
de proyectil conocidas como Cola de pescado, que eran necesarias para
conseguir las piezas de caza y manipular las pieles. La utilización del ocre rojo
en el momento de manipular las pieles fue importantísimo, ya que evitaban el
endurecimiento y la putrefacción. Los restos de animales frecuentes
encontrados son cérvidos, aves, vizcachas y camélidos andinos entre otros,
apareciendo hacia el 4000 y 300 a.C. los primeros signos de domesticación de
estos últimos.
Complementaban su dieta en un primer momento con plantas recolectadas,
pero entre el 6.000 y el 400 a.C. aparece ya una horticultura incipiente en las
fértiles tierras de las orillas de ríos y lagunas, como es el caso Guitarrero.
Tubérculos, papa, calabaza, lúcuma, frijoles, ají y finalmente el maíz asentarán
las bases de un sistema de alimentación que para finales del Arcaico dará lugar
en los Andes Septentrionales y Centrales a los grandes avances de la
“revolución neolítica”, periodo denominado por algunos autores como la
“domesticación andina”.

Estos grupos se organizaron en bandas, que pasaron de pequeños


grupos itinerantes en el Lítico a asentamientos continuos en el Arcaico,
formando así las primeras aldeas como Huaca Prieta y Chilca. La
arqueología ha podido rastrear la complejidad y el avance de pensamiento
humano ha sido en la cultura material asociada a los rituales de enterramiento.
Lauricocha, entre el 6.000 y el 500 a.C. es un ejemplo de ello. Allí fueron
encontrados los primeros entierros en fosas y basurales, sin diferenciar niños
de adultos. Junto a ellos, ocres amarillos, piedra turquesa y cristales de hierro
indican ya la importancia que algunas piedras van a tener.

Envoltorio funerario: el hombre, en posición fetal, era envuelto en numerosas


capas de tejido de fibras vegetales de cactus o juncos, en redes y en piel de
vicuñas cuyo número aumentaba o disminuía según la importancia social del
individuo. El tejido aparece como un demarcador social, esto quedará definido
en el periodo Formativo.

En el Arcaico, a partir del 450 a.C. se observa un cambio en el


comportamiento socio-cultural de los grupos, que ahora son capaces de
construir sus cosas independientemente del medio físico y establecerse en
lugares más o menos idóneos para la obtención de alimentos. Los pueblos
costeros desarrollaron entonces aldeas pescadoras y recolectores de
moluscos, mientras los grupos de la sierra aumentaron su densidad
estableciéndose en la zona del quechua o la Puna. Los primeros como
agricultores incipientes y los segundos como cazadores de camélidos en estas
extensas zonas de pastos.

Las estrategias para el conocimiento del medio y su aprovechamiento máximo


se pusieron en marcha: los asentamientos, las tecnologías incipientes como la
obtención de agua y su transporte, los tejidos redes y cobertores, el uso de
calabazas o mates, la intencionalidad funeraria, la domesticación de camélidos
y maíz, y en general todo un mundo de creencias y de cultura material que
comienza a desarrollarse hacen que hacia el 250 a.C. la domesticación o
neolitización en los Andes centrales sea una realidad.

El Formativo u Horizonte Temprano (180-50 a.C.)


Los avances de la revolución neolítica son ya una realidad. La agricultura
incipiente dará paso al cultivo intensivo del maíz, lo que producirá grupos
cada vez más estables y un aumento demográfico considerable en los
Andes Centrales.

La domesticación de los camélidos, sobre todo de la llama y del guanaco,


que permitirá el desarrollo de las comunidades de pastores en las altas punas,
será aprovechada totalmente, inclusive su lana se convertirá en la materia
prima de los tejidos serranos y en objeto de trueque e intercambio por todo el
territorio.

La aparición de la cerámica ya es un hecho fundamental, pero el Formativo


avanza y las vasijas se diferencian para fines utilitarios y rituales, que
diferenciarán a los distintos grupos y a las élites de campesinos.

La complejidad en los asentamientos se ve aumentada por la complejidad


religiosa, que requiere una organización espacial muy distinta a la domestica.

La cultura CHAVÍN

Situado a 3.177 m. sobre el nivel del mar, en plena sierra andina del
departamento de Ancash, la aparición de Chavín, estaba ya anunciada a
finales del periodo precerámico, debido a que la grandeza de sus ruinas
arquitectónicas dejó claro que se trataba de un foco cultural importante.

Su localización entre dos ríos, el Huachecsa y el Mosna le otorga un lugar de


privilegio para controlar la zona ya que este último, afluente del Marañón, lo
comunica directamente con la gran cuenca amazónica.

Este centro de poder se caracteriza por la aportación de toda una serie de


elementos que se repetirán en distintos lugares de los Andes peruanos, como
la arquitectura en piedra con decoración exterior, las plazas rehundidas para la
celebración del ritual o la estructura en el interior de los edificios denominados
“templo viejo” y “templo nuevo”.

Con respecto al arte Chavín, la piedra es su material preferente y el resto de


las materias primas utilizadas como la cerámica, el hueso, el tejido o la madera,
son trabajadas con técnicas que se vinculan con las tallas líticas. Es una
técnica de representación plana, donde las figuras han sido delimitadas con
sus rasgos características.

Chavín también se convierte en el transmisor de toda una ideología de


poder: el Lanzón, el Obelisco Tello y la Estela Raimondi son tres de los
mejores ejemplos del arte al servicio de las élites. El Lanzón representa la
forma de un ser humano con atributos de jaguar, su importancia es indiscutible,
ya que todo el arte chavinoide repite constantemente este tótem emblemático
que será reproducido tanto de forma naturalista, como por alguno de sus
rasgos más representativos: garras, colmillos, manchas de la piel u ojos,
aparecen como símbolos de su fuerza y destreza.

Pero en la costa norte, los antiguos asentamientos habían dado paso a grupos
sedentarios mejor organizados, con un gran control del agua y de los terrenos
agrícolas. Culturas como los Cupisnique o los Virú sentaron las bases de los
grandes Señoríos Mochicas.

Los restos arqueológicos de la cultura Virú o Gallinazo evidencian plataformas,


montículos y enterramientos que confirman la presencia de una estructura
social muy jerarquizada. Las ofrendas a los antepasados confirman la
utilización de los metales y la cerámica ritual aparece como la gran informante
de los acontecimientos que le rodean, que consigue transmitir la imagen de sus
edificaciones, el aspecto de sus gobernantes con grandes orejeras,
deformación craneal, atuendos de guerreros, así como animales y plantas de
su entorno. La técnica negativa en blanco y negro es uno de sus logros más
representativos. La tumba del gran Señor de Virú, pone al descubierto la
práctica de ritos de nocropompa, donde al difunto se le acompaña de
familiares y sirvientes para el más allá.

La cultura Cupisnique está localizada entre los valles de Virú y Lambayeque,


siendo uno de los lugares más representativo la “Huaca de los Reyes”, donde
se encuentran evidencias de una arquitectura monumental, utilización de
metales y una cerámica que la sitúa como antecesora de la Mochica. La figura
humana adquiere también una gran importancia, pero entre sus
representaciones de animales, plantas, etc. se ve una gran presencia del felino.

La cultura PARACAS

El conocimiento del entorno, aumentará en el Formativo dando lugar a un


sistema agrícola, pesquero y recolector, y una estructura social más compleja
donde la jerarquía ya era patente. Sus ritos funerarios llagan a su apogeo
durante el Formativo y parece ser que su foco más importante es en el Valle de
Ica, ubicada en la costa.

La primer época se denomina Paracas Cavernas, posiblemente se deriva de la


forma de enterramiento en pozos o silos que posteriormente fueron ocupados o
construidos como cámaras funerarias. Siempre bajo tierra, se componen de un
túnel de acceso vertical y una cámara más o menos circular donde se
colocaban los individuos fallecidos. El cadáver era flexionado hasta la posición
fetal y envuelto en un sin número de capas de distintos tamaños según la
tradición, pero en este momento el envoltorio se cierra con forma de higo,
amarrado siempre en la parte superior. Se los conoce bultos funerarios.

El ajuar es el reflejo de los avances tecnológicos y los objetos destinados a


acompañar al difunto se colocan dentro y fuera del fardo. Las vasijas cerámicas
señalan las distintas fases en el desarrollo de esta cultura, observando para la
época Caverna una clara influencia chavinoide. La cerámica en este momento
adquiere un alto nivel de desarrollo, en ella se distinguen diez fases en las que
se destacan el asa estribo, las vasijas de doble pico silbadoras y las formas
lenticulares así como los temas vinculados con las actividades cotidianas.

Pero, poco a poco se fue fraguando en el desierto la llamada Paracas


Necrópolis. Los fardos aparecieron en grandes cantidades, colocados de
manera conjunta en el mismo lugar. Sus diferencias no eran de colocación,
sino que su status social se determinaba por el número de capas de tejido
incorporado al igual que en la fase anterior. Pero se incorporó un elemento
nuevo entre los tejidos, conocidos como “mantos de Paracas”. Los fardos son
un verdadero reto en su preparación por lo que posiblemente estaba en manos
de especialistas.

La cerámica todavía presenta una gran semejanza con la de Paracas


Cavernas, pero abandonando el color e incluyendo las piezas anaranjadas con
engobe blanco.

Gracias a su sistema de enterramiento, se recompuso parte de la vida de los


Paracas, pero una de las incógnitas que explicó el sistema es el motivo de las
“deformaciones craneales”. Posiblemente las causas estén vinculado a lo
estético y con las gentes de élites.

El Desarrollo Regional o Intermedio Tardío (50 a.C.-600 d.C.)

Hacia el 50 a.C., la fuerte influencia que Chavín había irradiado durante el


Formativo había disminuido.

Tanto la sierra como la costa, demuestran aumento demográfico de estos


grupos, donde la agricultura tanto de cultivos de altura como de tierras bajas
será la responsable de su estabilidad. Culturas costeras como Moche, Lima o
Nazca y serranas como Recuay, Cajamarca, Huarpa o Pucara pueden ser
tomadas como ejemplos de tradiciones locales de este momento. La
importancia de las iconografías en cerámicas, textiles, metales, etc. es tan
significativa que en ocasiones llenará los vacíos que se presentan en la
arqueología.

La costa norte: los MOCHICAS

El desarrollo de los valles costeros del norte del actual Perú aparecen
vinculados al desarrollo de los Señoríos Mochicas en este periodo. Grandes
conocedores de su propio territorio, controlaron y planificaron las tierras llenas
de nutrientes que los ríos andinos proporcionaban antes de llegar a su
desembocadura en el Océano Pacífico.
Posiblemente los territorios mochicas fueron organizados en dos sectores. El
Norte, desde Piura a Jequetepeque, y el Sur, desde Jequetepeque a Casma.
Sin embargo, el nivel de organización social no se conoce bien y es tema de
debate. La propuesta de que se tratase de Señoríos, Jefaturas o Cacicazgos
de alto nivel, parece hasta el momento la más aceptada.

La arqueología ha recabado información gracias a sus sistemas de


enterramiento. Tumbas con contenidos muy variables apuntaba a una sociedad
estructurada en clases muy diferenciadas. Los enterramientos de los Altos
Señores registraban una gran complejidad en los rituales, como lo demuestran
la enorme cantidad de ofrendas y pertenencias asociadas al mismo, los
entierros del resto de la población reducían enormemente los presentes que
dependían claramente de su rango social en vida.

Las élites moche debieron de ocupar sus Centros de poder, construcciones


planificadas con gran minuciosidad donde ceremonias civiles y religiosas
formaban parte de las actividades cotidianas. Las grandes dimensiones de los
basamentos tronco piramidales que elevaban los edificios significativos, las
rampas de acceso perfectamente diseñadas o la alternancia de grandes patios
abiertos con construcciones cerradas, apuntan directamente a la utilización de
una abundante mano de obra y al control y dirección de especialistas en su
construcción.

Lugares como Sipán y Moche reflejan la complejidad de estas élites y el control


directo sobre sus tierras de cultivo. El patrón de asentamiento diferencia
claramente los Centros de Poder como unidades de control, y un hábitat
disperso de aldeas en torno a los campos de cultivos.

Con respecto al arte, se reparte en los “frisos de estuco”, que decoran las
construcciones de los centros de poder, y en sus trabajos de metal, madera,
concha, hueso y textiles, pero sobre todo en los objetos de alfarería.

La cerámica ha sido una de las grandes aportaciones moche a la historia de


los Andes Centrales. Larco Hoyle desarrolla una clasificación en seis fases que
todavía hoy se sigue utilizando y a lo largo de la cual podemos apreciar las
variaciones de formas y asas estribo, características de esta cerámica. La
cerámica parece estar realizada por especialistas, que esmeraban su trabajo
en algunas de sus repercusiones, de forma tal que podemos hablar de
“escultura en barro” para algunos casos, como los “vasos retratos” de
individuos masculinos de élites.

Desarrollaron técnicas de modelado y moldeado, rematando sus vasijas con un


acabado en superficie color crema al que se le aplicaba la decoración pictórica.
La calidad y cantidad fueron dos aspectos utilizados por esta cultura para
diferenciar sus tipos de ofrendas.
Costa sur: NAZCA

Nazca será la heredera de la cultura de Paracas ubicada en la zona costera,


manteniendo comportamientos muy similares pero incorporando los cambios
propios del momento. Se extiende aproximadamente entre el valle de Chincha
al norte y el de Yauca al sur, encontrando evidencias de ocupación asociadas a
oasis y ríos en los valles de Ica, Nazca, Acarí, Pisco, Cañete y Yauca, entre
otros.

Los poblados aparecen dispuestos como agrupaciones de unidades


habitacionales de cubierta plana asociada a espacios abiertos en los que se
realizaban las tareas domésticas.

En el valle de Nazca, se encuentra el mayor complejo encontrado hasta el


momento en la zona: Cahuachi. Las dimensiones y distribución del conjunto
encajan con un centro de poder que posiblemente controlaba a los habitantes
de los valles cercanos.

Hay varios datos que llevan a pensar que la cultura Nazca ejerció su control
mediante las armas. En primer lugar, por la presencia de construcciones
amuralladas; en segundo lugar, la presencia de guerreros o alusiones a
combate son muy frecuentes en sus iconografías; y en tercer lugar, por la
aparición tanto de ofrendas como iconografías de “cabezas trofeos”, que
estaban asociadas a prácticas de enfrentamientos y símbolos guerreros.

La tradición de cortar cabezas y mostrarlas al enemigo en combate


parece incrementarse en este momento. Sea cual fuere su significado,
siempre encierra un componente de apropiación violenta de la esencia del
enemigo y exhibición del trofeo.

Los nazcas fueron pueblos agrícolas complementando su economía con caza


de mamíferos y aves y tomando del mar todo aquello que les resulte
provechoso. Pero uno de sus grandes aciertos consistió en el control de las
aguas procedente de las filtraciones de los cauces de los ríos, lo que
consiguieron con un sistema de canalizaciones en superficies y subterráneas
que almacenaba y distribuía el agua destinada a los campos.

Su mundo de creencias parece estar ligado a una gran cantidad de espíritus,


muchos de ellos antropozoomorfos. La cerámica Nazca presenta como
novedoso la aplicación del engobe y la decoración pre-cocción, a la inversa que
los paracas. El resto de las artes ya desarrolladas logran un alto grado de
calidad sobre todo en los textiles, que siguen consiguiendo verdaderas obras
de arte en los mantos e indumentarias.

La “cabeza trofeo” ocupa un protagonismo mayor que los ritos de ultratumba.


Los enterramientos siguen conteniendo cuerpos en fardos pero con la
peculiaridad de que muchos de ellos presentan en la parte superior una
“cabeza falsa” con rasgos humanos en mascaras. La aparición de “cabezas
falsas” asociadas con las momias, que son ataviadas y vestidas con la ropa de
los vivos, parece comenzar en este periodo y ya no cesará hasta los
tiempos coloniales.

Pero durante mucho tiempo la cultura Nazca ha estado ligada a la incógnita


que suponía la aparición de figuras de grandes dimensiones representadas
o dibujadas sobre las pampas del desierto. La composición de los tablazos
permitió la representación a gran escala de motivos de animales (mono,
orca…) de plantas y animales geométricos que pueden llegar a ocupar más de
15 km² o 200 m. de longitud. Su tamaño ha hecho que sus figuras se puedan
ver en la totalidad desde el aire. Los últimos descubrimientos en Cahuachi
parecen relacionar este centro con líneas, lo que sucedía por primera vez, de
forma que rituales procesionales posiblemente se llevarían a cabo en ellas con
algún fin astronómico que permitiera un mejor control de la agricultura en la
zona y cuya coordinación se haría desde el propio centro.

El debilitamiento de Nazca posiblemente esté vinculada a los procesos de


desertización a los que la costa sur se vio sometida.

El área circunlacustre: TIAWANACO

El lago Titicaca ha ocupado un papel fundamental como generador de una de


las culturas que irradió su influencia en todas direcciones convirtiendo la zona
en el núcleo de un área cultural por sí misma.

Su clima es muy frio y seco, pero la presencia del lago lo atenúa consiguiendo
un ecosistema único en los Andes. Su potencial de alimentos es también
notable, ya que en sus orillas se puede encontrar plantaciones de totora que
servía de materia prima para la construcción de canoas y viviendas.

Uno de los mayores potenciales que Tiawanaco supo aprovechar fue la


domesticación de sus camélidos, ya que toda la región está cubierta de pastos
naturales.

Fueron capaces de desarrollar una agricultura estable mediante el control del


agua (canalizaciones y sistemas de cochas o cuencas artificiales que les
permitía la agricultura intensiva). Además, la estrategia de los campos de
cultivos en camellones les permitió controlar las heladas nocturnas y las
pérdidas de cosechas. Junto a esto, las laderas del lago fueron trabajadas con
un sistema de andenerías o bancales que les hizo incorporar como tierras de
cultivo extensas áreas de terreno pendiente que de otra forma no hubiera sido
rentable.

La arqueología plantea el origen de Tiawanaco vinculado a la cultura Pucara, al


norte, que durante los Desarrollos Regionales recoge en la sierra la tradición de
los centros de poder iniciadas por Chavín.
Su centro administrativo y religioso se encuentra al sur del lago. La posibilidad
de disponer de distintos tipos de piedra les permitió construir todo el conjunto
en piedra. De este modo, las personas del Titicaca comenzaron a
especializarse en los trabajos de cantería: corte, pulido, ensamblado… de
forma que siglos después, los incas reclutaron canteros de esta zona,
Collao, para construir su capital, el Cuzco.

Junto a la gran pirámide de Akapana, es interesante destacar el Templete


Semisubterraneo que se traza como un espacio bajo el nivel de tierra siguiendo
la tradición de Chavín y Pucara. Estos lugares, vinculados siempre a los
centros de poder serranos, se conoce como “plazas rehundidas”, posiblemente
diseñadas para el culto y el ritual. Forradas de magníficos sillares de piedra y
decoradas con emblemas de “cabezas clavas”, Tiawanaco parece representar
en ellas a sus jefes diferenciándolos por sus tocados y la utilización de roca
volcánica.

Al lado del Kalasasaya aparece una gran plataforma rectangular en cuya parte
superior se encuentra uno de los elementos más importantes de Tiawanaco: La
Puerta del Sol. Se trata de una puerta adintelada realizada en una sola pieza,
con un friso superior en el que una figura humana de pie y con los brazos
extendidos porta lo que parecen ser dos bastones de mando; es por esto que a
esta figura también se la conoce como “El dios de los báculos o bastones”.
Un gran tocado de forma radical y la máscara facial que parece desprender
lágrimas, identificaron a esta imagen con “El Sol o el Dios Llorón de
Tiawanaco” muchos investigadores piensan que este centro de poder
constituyó un estado teocrático donde el “Dios de los Báculos”, un dios del
altiplano, aparece como único señor civilizador y con un protagonismo muy por
encima de los otros.

Otras evidencias del arte Tiawanaco son los monolitos que aparecen dentro del
centro. El tejido, la cerámica y los trabajos en madera adquieren un notable
desarrollo, transmitiendo siempre la iconografía del poder. En la cerámica se
distinguen tres formas por su función ritual: los sahumerios, los keros, vaso
ritual tronco-cónico que se consolida como tal hasta la época incaica, y los
vasos retratos que representan con facciones más o menos realistas los rasgos
de los hombres destacados. Las figuras aparecen planas, geometrizadas y
perfiladas.

Toda una serie de objetos de pequeño tamaño, destinados al uso de


alucinógenos, como tabletas, cucharas, punzones, tubitos, espátulas, etc.
fueron confeccionados con sumo cuidado para la ingesta de psicotrópicos que
los chamanes controlaban. Esta utilización vinculada con los cultos estatales
parece tener su origen en Chavín y continúa con los mochicas, pero no termina
en Tiawanaco, sino que se extiende por todo el ámbito cultural andino hasta la
actualidad.
Tiawanaco aparece como una cultura que se empieza a formar en el Horizonte
Antiguo, adquiere su mayor grado de desarrollo en el Intermedio Temprano
entre los s. IV d.C. al IX d.C. y se introducirá en territorios de Ayacucho dejando
sentir su influencia en el Horizonte Medio.

El Periodo Wari u Horizonte Medio (600-1000)

Wari se muestra desde el principio como un estado expansionista; su fuerza


militar respaldaba su ideología y las evidencias arqueológicas muestran una
ocupación que abarca desde Lambayeque y Cajamarca en el norte, hasta
Cuzco y Arequipa por el sur.

Construyeron centros administrativos que debieron controlar las necesidades


de la zona y de sus propios ejércitos. La ciudad fue ampliándose según las
necesidades de las personas que se iban incorporando a ella.

Estos centros administrativos eran protegidos y funcionales. La mayoría están


fortificados y construidos con muros de cantería más o menos trabajados
según los sectores, indicando así la importancia de la zona. Todos ellos
albergan tal complejidad que sería imposible haberlos construidos sin movilizar
una gran cantidad de mano de obra. Dentro de sus elementos más repetitivos
se encuentran las calles, las salas con nichos, los grupos patio y las divisiones
celulares que dan un aspecto de orden funcional.

Otro de los elementos incorporados en estos centros son los depósitos de


almacenaje o Collcas, de planta circular y que posiblemente permitieron la
acumulación de maíz seco, papa deshidratada o chuño y quinua, los tres
productos básicos de la agricultura de altura. Esto muestra una mayor
acumulación de excedentes, y es que los Wari incorporaron una mayor
cantidad de tierras de cultivo mejorando el sistema de andenerías y
canalizaciones.

El mundo de las creencias retoma la tradición del Titicaca y así el “Dios de las
Báculos” de Tiawanaco vuelve a aparecer de forma recurrente en muchos de
sus objetos. De gran importancia son también los motivos decorativos felínicos
que dejan constancia del peso que esta deidad conserva durante este periodo.
Las representaciones de guerreros siguen llevando cabezas trofeo.

Fenómeno chulpario: era un sistema de enterramiento procedente del lago


Titicaca consistente en un a modo de torres de planta cuadrada o circular, una
cámara funeraria con falsa bóveda en el interior donde se colocaban las
momias. Se las conocía como Chulpas.

Periodo de los Estados Regionales o Intermedio Tardío (1000-1430)

El desarrollo de las culturas andinas en esta etapa corresponde en su mayoría


a grupos de jefaturas y señoríos de mayor o menor complejidad social que
identifican a su jefe con la denominación de curaca o capac, de ahí el nombre
de curacazgos. El mayor núcleo de poder parece concentrarse en la costa
norte peruana, antiguos territorios mochicas, donde su herencia todavía pudo
ser recuperada y conocida como Cultura Chimú.

Los chimú extienden su territorio fundamentalmente por las tierras bajas o


yungas de norte del Perú, mantuvieron relaciones comerciales y contactos con
los valles del altiplano de Cajamarca. Su lengua yunga posiblemente ya se
hablaba desde tiempos remotos, como una manifestación de su fuerte tradición
local. Su magnífica capital Chanchán ofrece un ejemplo de lo que fue su
arquitectura en adobe y el manejo del espacio de poder con toda la
complejidad que ello conlleva. Los ritos funerarios han aportado un gran
número de objetos que muestran sus avances en la tecnología del metal, en la
confección de tejidos de plumas o en la manufactura de cerámicas, madera o
hueso. Todo el arte chimú refleja una refinamiento estético muy acentuado
que fue valorado por los propios Incas en su proceso de expansión.

Se extendieron desde Tumbes al norte hasta el valle del Rimac en la costa


central, desde el 1.300 al 1.462 con la llegada de los Incas a esa área. Su
capital Chanchán, según cuenta la leyenda, parece que fue fundada por una
dinastía de reyes (siete en total) procedentes del otro lado del mar que se
fueron sucediendo hasta Minchansaman, el último antes de la ocupación
incaica. Cada uno de ellos amplió este gran centro de poder, logrando su
momento de esplendor hacia el 1.300 y consiguiendo así uno de los mayores
asentamientos de la historia andina precolombina.

Parece que Chanchán llegó a tener 200.000 habitantes distribuidos en tres


sectores diferentes: ciudadelas o palacios en la parte central, construcciones
menores y barrios al suroeste y grandes recintos al noroeste. Está diseñada
según una distribución de recintos amurallados de gran altura (9 m.) que le
confiere un aspecto laberintico y defensivo. Sus muros de adobe presentan en
algunos lugares decoraciones en bajo relieve con motivos geométricos o
relacionados con el agua: peces, aves marinas, caracolas, conchas, nutrias,
repetidos secuencialmente, convirtiendo los muros en verdaderas obras de
artes; muchos de los sectores fueron coloreados. Todo el conjunto incluye
caminos, habitaciones con nichos, depósitos de agua, almacenes, corredores,
plataformas piramidales, enterramientos, huertos hundidos, que reflejan sus
conocimientos y adelantos urbanísticos, y también el control de la mano de
obra empleada en sus construcciones.

Había otros centros que se construyeron dentro de su territorio, como la Huaca


del Dragón y la Huaca Esmeralda, pero no hay duda de que desde Chanchán
se controlaba toda la distribución de excedentes e intercambio y que, de ese
modo, sus gobernantes acumularon riqueza y afianzaron su propia dinastía.
El grueso de la población dispersa permanecía en aldeas junto a los campos
de cultivo, principal base económica de los chimús. El mismo control de aguas
y de la producción de valles fértiles costeros que había dado a los moches, las
claves del éxito en la producción agrícola, continúa con los chimú. Heredero de
sus técnicas, el cultivo intensivo de especies típicas de tierras bajas (ananás,
maní, paltas, algodón) clasifica a este grupo principalmente como agricultores.

Las grandes celebraciones y cultos posiblemente también se controlarían


desde Chanchán, aunque se sabe que las creencias locales de los grupos
sometidos fueron respetadas. La Luna aparece como su deidad principal
seguida del Sol. El Mar también recibía un lugar destacado entre sus dioses.

La sociedad chimú, estaba muy jerarquizada, por lo que las diferencias entre
las dinastías de poder, las elites medias y el pueblo tenían que estar bien
definidas. En este sentido, los sacrificios humanos merecían claramente las
divisiones entre unos y otros. Además, el sacrificio femenino demuestra que
la situación de la mujer estaba muy condicionada a las decisiones políticas y
religiosas del momento (intercambios, alianzas, sacrificios).

Los chimú fueron los grandes orfebres del momento, eran conocedores de las
técnicas más sofisticadas del trabajo en metal. Controlaron las materias primas
como el oro, la plata y el cobre; las aleaciones tumbagas; la fundición, y el
trabajo en frío. El repujado sobre molde de madera, la incrustación de maderas
y conchas, etc.

Los textiles han sido difíciles de investigar debido a la climatología de la zona,


pero se sabe que utilizaban hilos de algodón, lana de alpaca en una misma
pieza, y del empleo de las plumas coloreadas como materias primas en mantos
coronas o tejidos; las piezas más complicadas estaban destinadas a las élites.
Sus decoraciones son ricas en motivos antropo y zoomorfos que se repiten
alternando colores. Algunos de estos personajes se representan como señores
de élite con sus tocados de plumas y atributos como los bastones de mando y
las “cabezas trofeo”. Las técnicas del simple brocado, entrelazado y kelim
fueron las más utilizadas.

La cerámica se fabrica también dentro de las tradiciones locales: vasijas de


panzas decoradas, asas de estribo y realizadas a molde. Incorporaron el
“paleteado” (golpeado de la superficie con una paleta antes de la cocción), y la
“reducción” en la cocción de las piezas que les da una tonalidad en el acabado
gris oscuro parecida a las superficies en metal. La iconografía cerámica recoge
escenas más vinculadas a los hombres que a los dioses. Viviendas, músicos,
caballitos de totora, entierros, animales y plantas entre otros.

Trabajos en madera: figuras antropomorfas, cortejos funerarios, bastones de


mando, etc., que combinados con incrustaciones de nácar o policromados y
grabados constituyen algunos de los objetos más significativos de esta cultura.
Periodo INCA u Horizonte tardío (1438 a 1553)

Definición de Imperio:

Un imperio, es una forma de organización estatal que extiende su dominio a


otros pueblos, en la que el poder recae en la figura de un emperador. En estos
Estados, por lo tanto, el poder está completamente centralizado en él. La
palabra Imperio, también hace referencia a esos pueblos que el emperador
tiene bajo su dominio.

Mapa/extensión:

Ocupó un vasto territorio de América del Sur: comprende las actuales partes de
los territorios de las Repúblicas de Perú, Ecuador, occidente de Bolivia, norte
de Argentina, norte de Chile y el extremo suroccidental de Colombia.

Ocupando más de tres millones de kilómetros, la extensión territorial de la


cultura Inca se dividió en cuatro suyos o regiones, las cuales tenían como
centro político-religioso a la ciudad de Cuzco, de esta manera, por el noroeste
el Chinchaysuyu se prolongaba hasta Colombia; al noreste, se extendía el
Antisuyu por los valles subtropicales, ocupando la parte baja de la selva
amazónica; por el suroeste, el Contisuyo irrumpía parte de la costa peruana
hasta el río Maule, en Chile; y al sureste, el Collasuyu cubría una gran porción
de Bolivia hasta Tucumán, en Argentina.

La civilización Inca, que supo desarrollar las estrategias y mecanismos


necesarios para expandirse por sus territorios, según sus mitos de origen se
remiten a la zona del lago Titicaca. Desde allí el dios Viracocha va a formar a la
primera generación de hombres. A ese lugar también se asocian sus héroes
civilizadores, Manco Capac y Mama Ocllo, hacia las tierras fértiles del Cuzco,
donde introduciendo una coa en el suelo reconocerían su lugar de
establecimiento. Según sus leyendas, parece claro que los incas procedían del
altiplano y que su cultura estaba vinculada a los patrones culturales de las
tierras altas.

Su dinastía se divide en dos etapas: la primera de Señores legendarios, debido


a que sus hecho se pierden en un tiempo dudoso donde mito y realidad se
confunden fácilmente, y una segunda conocida como Incas históricos,
recuperados por la tradición oral con una cronología bastante fiable. En 1970
algunos etnohistoriadores dedicados a estudiar la Capacuna (lista de
gobernantes incas) propusieron la agrupación de la misma en dos partes: Hurín
y Hanan, el incanato se caracterizaba por tener un gobierno dual, una Diarquía.
Así, estas dos dinastías se repartirían las tareas administrativas y de control de
las zonas alta (Hanan) y baja (Hurín) del Cuzco.

Se piensa que fue la Dinastía Hanan, la que comenzó la expansión incaica,


pero las crónicas atribuyen a Pachacuti y a su hijo Topa Inca Yupanqui los
momentos de mayor esplendor del incanato. Pachacuti es una figura
controvertida y rodeada de mito. A él se le atribuye la victoria contra los
Chancas, la anexión de territorios ecuatorianos y derrota de Chanchán,
además la gran Reforma Legislativa con un Código respecto a las normas
estatales y la remodelación urbanística del Cuzco. También llevaría a cabo la
reforma religiosa, revitalizando el culto al Sol y a los Antepasados, instaurando
un calendario de fiestas estatales dirigidas desde la propia capital.

El siguiente soberano es Huayna Cápac que hereda un territorio difícil de


gobernar por su tamaño y las constantes sublevaciones, que le hacen
trasladarse constantemente fuera del Cuzco. Sin embargo, territorios serán
anexionados al Imperio Inca o Tawantinsuyu bajo su gobierno, por ejemplo el
Golfo de Guayaquil y las tierras de Ecuador hasta Tulacán, al sur de Colombia.

Con su muerte la historia de esta dinastía entra en su momento más conflictivo


que la llevarán a un final anunciado. Dos hijos de Huayna Cápac, Huáscar y
Atahualpa, se enfrentaron por la sucesión comenzando una de las guerras más
sangrientas que se vivieron en esos territorios. Como resultado de la batalla,
muere Huáscar, pero con la llegada de los hombres de Pizarro en Cajamarca a
Atahualpa también le llegó su fin. Con esto, también llegaba el fin del Imperio
Inca.

Pero se destacar que desde el primer momento los incas diseñaron una capital,
El Cuzco, y desde allí se controlaba las tierras anexadas, sus habitantes, los
sistemas de producción, excedentes y tributos. De la capital salieron los cuatro
caminos que dividieron el territorio en cuatro partes según la dirección de los
puntos cardinales, recibiendo cada una la denominación de Chinchaysuyu,
Collasuyu, Cuntisuyo y Antisuyu.
Se impuso una lengua oficial, el quechua, se organizó una red de comunicación
vial el Capac Nan (que medían 9 m. alto y 3 m. de ancho, según Nigel), que
permitía los desplazamientos rápidos del Inca y sus ejércitos o de las noticias al
poco de producirse, ya que aseguraron sus sistemas de comunicación
mediante corredores especializados o chasquis. Sus sistemas de tambos o
postas al pie de las calzadas garantizaron con sus almacenes, el
aprovisionamiento de hombres y animales; sus pucaras o fortalezas controlaron
los pasos estratégicos previniendo posibles ataques. Esto se logró con
excelencia gracias a la férrea legislación y un ejército especializado, logrando
en muy poco tiempo un gran imperio gobernado por el Inca.

Según Amores, las estrategias de control fueron especialmente efectivas


cuando organizaron el mundo de las creencias. Si bien impusieron al Sol, Inti,
como dios supremo oficial y los cultos estatales marcaban el calendario ritual
durante todo el ciclo anual, los incas también fueron capaces de respetar las
huacas locales y las prácticas de hechicería a nivel local, lo que les evitó de
antemano nuevas sublevaciones.

ORGANIZACIÓN SOCIAL

El control que ejercían sobre el territorio, también afectó la forma de organizar


la sociedad, dentro de un sistema marcado por el carácter divino del Inca, que
encarnaba el poder absoluto civil y religioso y la jerarquía más alta. Las élites
militares, civiles y religiosas ocupaban el segundo grupo y los Hatun Runa o
pueblo compuesto por campesinos, artesanos, mitimaes y yanas, que
tributaban de distintas maneras, el nivel social más bajo.

1. Realeza→ Inca – Coya – Auqui (hijo)


2. Nobleza→ Nobleza de sangre o privilegio –Religiosa (Vírgenes del
Sol).
3. Hatun Runa (pueblo) → Campesinos- Artesanos -Mitimaes. -
Yanaconas o yanas.

REALEZA: El Inca y su mujer la Coya recibían un trato absolutamente


diferenciado y refinado: el soberano reconocido como el Sapa Inca y su
carácter divino hizo que nadie pudiera dirigirse a él ni mirarle a la cara, sus
desplazamientos se hacían en andas y sus alimentos, ropajes y aseo eran el
trabajo diario de parientes y servidores.

Su tocado se denominaba mascaipacha y se caracterizaba por una borla roja


remarcada de oro y dos plumas de ave, todo ello sujeto por una banda tejida o
llauto enrollada en la cabeza y complementado por valiosas orejeras. Su
voluntad y poder llegaron a ser ilimitados como “Hijos del Sol” que eran. Fueron
las Coyas, sin embargo, las que mediante el matrimonio con su hermano
(adelfogámico), mantenían la pureza de su linaje y la posibilidad de acceso al
poder.
NOBLEZA DE SANGRE O PRIVILEGIO: Las élites civiles o nobles de privilegio
podían adquirir este trato por ser parientes del Inca o por actuaciones en el
ejército o en actividades civiles que el mismo Inca quisiera recompensar. Entre
ellos se encontraban también antiguos curacas procedentes de grupos
anexionados a los incas, de forma que dentro de su sistema de alianzas estaría
el del mantenimiento de su jerarquía local, aunque no de su poder, que pasaría
a depender del Cuzco. Los hijos de estos caciques y curacas recibían
educación en la capital del Imperio, en un colegio de chicos, de manera que al
regresar a sus lugares de origen, ellos mismos afianzaban el proceso de
incanización.

NOBLEZA RELIGIOSA: Las élites religiosas estaban, al igual que las civiles,
totalmente jerarquizadas y presididas por el Sumo sacerdote que siempre
mantenía una relación de parentesco con el Inca. Por debajo estaban todos los
oficiantes del culto y del ritual estatal que cuidaban los templos y realizaban
puntualmente los rituales y ofrendas. Todas las prácticas de magia y hechicería
estaban reconocidas y valoradas, aunque la importancia de los chamanes
dependía únicamente de su comportamiento individual.

Entre la nobleza religiosa se encuentra a las “Vírgenes del Sol”, se trataba de


mujeres escogidas entre las élites locales por su belleza y que eran trasladadas
al Cuzco para ser educadas. Allí transcurriría su vida de castidad, sin
posibilidad de retorno a su lugar de origen. Aprendían a tejer las finísimas telas
de cumbi, preparar chicha y alimentos para las ofrendas y todo tipo de
actividades propias de las mujeres. Algunas se convertirían en mujeres
secundarias del Inca, otras serían destinadas a matrimonios concertados con
caciques y altos funcionarios o militares, y solo algunas destinadas a los
sacrificios humanos.

Las clases nobles disfrutaron de los privilegios de élite, como la poligamia, la


ausencia de tributos, el traslado en andas, el servicio de yanaconas o los ritos
funerarios de gran boato y los sacrificios de necropompa.

En el escalón más bajo de la población se encontraba a los Hatunruna. Se los


identificaba por su atuendo, su falta de privilegios y su obligación de tributar al
Estado y al culto oficial. Ellos y ellas constituyeron la mano de obra y la fuerza
productiva del Tawantinsuyu.

La estrategia para su organización partía del conocimiento que los incas tenían
de sus propias gentes. La unidad básica de agrupación familiar andina era el
ayllu, célula social de parentesco pero también un sistema social de
producción y trabajo conjunto y una organización de reparte comunal de los
beneficios. El culto a sus ancestros, sus huacas y dioses locales comunes, les
convertía en unidades diferentes pero eficaces para el desarrollo de la vida
cotidiana. La ayuda mutua, el sistema de reciprocidad, aplicadas a las
necesidades individuales y colectivas fueron las características que
definen al ayllu. El purej era el jefe de la familia.

El sistema de división tripartito del trabajo del pueblo, para el curaca, para las
divinidades y para el propio ayllu (era una dinámica cultural andina con
diferentes modalidades antes de que llegaran los incas), los incas aplicaron
ese mismo sistema para todos los territorios anexionados. Los Hatunruna
fueron la mano de obra agrícola, y gracias a ellos el Estado explotó y
domesticó los distintos tipos de pisos ecológicos andinos, en lo que Murra
denominó “control vertical de los pisos ecológicos”; se realizaron grandes obras
públicas como caminos, puentes, distribución de agua, etc.; se construyeron las
fortificaciones militares, centros de poder y redistribución y, por último, se
edificó el Cuzco.

Los mitimaes, consistían en un grupo de individuos extraídos conjuntamente


del pueblo, hasta ayllus enteros que fueron trasladados por decisión del Inca
para realizar trabajos especializados o colonizar nuevas tierras. Sin embargo,
nunca perdieron su conciencia de etnicidad y conservaron sus huacas,
costumbres locales, sus jefes y hasta sus ritos funerarios. Fueron utilizados
como cultivadores de coca, constructores de obras públicas y, en algunos
casos conocidos como “mitimaes de castigo”, trasladados y desarraigados de
por vida a lugares difíciles de ocupación.

Los yana también eran extraídos de entre los Hatunruna, pero esta vez de
forma individual. Su destino estaba en manos del Inca, que los utilizaba como
servidores más que como esclavos. Se les desarraigaba de por vida, tanto a
hombres como a mujeres. Su situación era hereditaria, pasando de padres a
hijos.

Funcionarios especializados, los Quipucamayoc, llevaban registros de la


población y la producción utilizando los Quipus, instrumento con un conjunto de
cuerdas y nudos alternos y de distintos colores que permitían, mediante
múltiples combinatorias, la anotación de la producción, los excedentes, número
de habitantes y cualquier otro dato necesario para la administración cuzqueña.

ORGANIZACIÓN ECONIMICA

El desarrollo de los sistemas de producción tiene aspectos importantes. El


“control vertical de pisos ecológicos”, les dio la posibilidad de acceder a
productos de tierras bajas y cálidas tanto del área del Pacífico como de la
Amazonía, y establecer rutas de intercambios consolidadas. Pero la
explotación agrícola fue uno de sus logros principales, ya que
aprovecharon las estrategias llevadas a cabo por grupos dominantes
anteriores. La utilización de andenerías (de Tiahuanaco) fue una de ellas, y así
los incas convirtieron las laderas de las montañas en verdaderos huertos
controlados de terreno horizontal, domesticando por completo el medio. Los
andenes se componían de un muro de contención y un relleno de tierra fértil,
pero su colocación permitió el control de aguas y evitó la erosión del terreno
inclinado.

La alimentación dependía de la situación de los grupos en ecosistemas de


altura o de tierras bajas, pero la utilización de fertilizantes como el guano y la
“bosta de camélidos”, les permitió consolidar la calidad de sus productos
independientemente del medio. El maíz, la papa, la quinua, el frijol, el ají o la
calabaza fueron cultivados en la sierra como productos de altura, mientras que
la yuca, el maní o el algodón procedían de las zonas bajas.

Los valles templados de las dos vertientes de los Andes (oriental y occidental),
proporcionaron extensas plantaciones de coca de diferentes calidades y una
variedad de frutas como la papaya, ananá. La carne de llama y del cuy y peces
aportaban las proteínas necesarias. La chicha (obtenida del maíz fermentado)
se utilizaba con gran frecuencia en todas las festividades y rituales tanto por
hombres como por mujeres.

En la sierra les permitió desarrollar sistemas de conservación: deshidratación


de alimentos como la papa, o la carne de llama. Ambos perdían peso, tamaño y
volumen lo que facilitaba su almacenamiento o traslado, conservando su valor
energético. El Estado se encargaba de almacenar estos productos además del
maíz en numerosos depósitos o collcas (Wari), para su distribución según las
necesidades.

La domesticación de los camélidos proporcionó al incanato un potencial


económico completamente estable. Los rebaños del Inca, del culto y del
pueblo, eran cuidados por los Hatunruna o por los mitimaes, llegando algunos
de ellos a convertirse en pastores de puna. En la puna del lago Titicaca se
encontraban concentrados los CAMELLONES: (Tiahuanaco) eran montículos
artificiales de tierra, elaborados y sembrados en la parte alta del terreno o
surco, para facilitar el drenaje durante lluvias torrenciales o inundaciones. Estos
surcos evitan la rápida circulación del agua conservándola cerca del sembrío,
sirviendo también como drenaje, riego, fuente de nutrientes para el suelo. Por
eso en la puna había los mejores pastos naturales.

De la llama se aprovechaba prácticamente todo: piel, tendones, dientes,


carnes, pezuñas, hueso, pelo, y además por su resistencia y condiciones
físicas pudo ser utilizado como animal de carga en toda América.

MUNDO DE CREENCIAS

A medida que los incas extendían su poder, los cultos oficiales fueron
incorporados a las creencias populares de las nuevas tierras conquistadas,
como parte fundamental del proceso de incanización. Pero los incas se
desenvolvían en un mundo de pensamiento mágico, donde el animismo hacia
que toda la naturaleza circundante tuviera vida propia; así sus grandes dioses
fueron similares a los de otros pueblos de la tierra.

El Sol Inti y la Luna Quilla, seguidos del Trueno Illapu, fueron los dioses más
venerados del poder cuzqueño. Al Sol Inti se le erigió el Templo Mayor del
Cuzco, el Coricancha y también la Fiesta mayor dedicada a él era el Inti Raymi.
En ellas se ofrecían gran cantidad de llamas, alimentos y chicha, se bailaba y
bebía. También la Luna y demás divinidades tenían sus fiestas oficiales que
eran celebradas por igual en las cuatro provincias del Tawantinsuyu.

Los conocimientos astronómicos que poseían los amautas fueron puestos al


servicio de la producción agrícola, y así el calendario oficial de doce meses
organizado según las faenas agrícolas coincidía con el ritual controlado desde
el Cuzco.

Creencias anteriores a los incas, también fueron tomadas por ellos, como el
culto al agua, que se potenció con ofrendas a lagunas, ríos o manantiales.
Algunas lagunas o ríos también fueron identificadas por los ayllus como
pacarinas, lugares de origen de los linajes.

El desarrollo de sociedades agrícolas en los Andes propició que el culto más


extendido sobre todo en la sierra, fuera el de la Pachamama (Madre Tierra).
Diosa de la vida, protectora de hombres, cosechas y animales que se vinculaba
con lo femenino y la fecundidad.

El Mar Mamacocha estuvo deificado por todos los pueblos costeros, así como
Illapu el Trueno, el dios de los hechiceros y adivinos, tercero en importancia
después del Sol y la Luna.

Los restos funerarios constatan la gran importancia que el culto a los


antepasados tenia para los incas, ya que, la forma ritualizada de
comportamientos funerarios que diferenciaron claramente el nivel de prestigio
del individuo fallecido.

La momificación, tan generalizada en las élites, era un privilegio y como tal el


pueblo no accedía a ella. Sin embargo, fueron objeto de veneración popular y
así eran sacadas a los campos para pedir lluvia, o consultadas a modo de
oráculo. Su importancia fue decisiva cuando se pronunciaban como oráculos
sobre matrimonios, alianzas, y su papel como elemento de cohesión para el
grupo de parentesco del Inca fallecido fue decisivo, ya que todos los miembros
del grupo seguían cuidándola y produciendo al igual que si del propio Inca vivo
se tratase.

El termino huaca es aplicable a todo aquello considerado sagrado y digno de


ser venerado, por lo tanto huaca podía ser una montaña, una piedra de forma
extraña, un ídolo, etc. Además, los incas, diseñaron un sistema de huacas que
se colocaron a cierta distancia unas de otras a lo largo de 41 caminos virtuales
que partían del Cuzco en forma radical hacia las cuatro direcciones de los
suyus y que se denominaba ceques.

Otro de los referentes culturales andinos, tan antiguo como el hombre andino,
fue conservado por los incas como lo es el culto a los cerros o montañas. Estos
rituales de altura se caracterizaban por la ofrenda de sacrificios humanos.

AYLLU: según Carmagnani

El dominio de la tierra pertenece al emperador. Es este quien la distribuye o la


quita a los súbditos. La tripartición del sistema de tenencia de la tierra era la
siguiente:

 Los ayllu, comunidades rurales unidas por vínculos de parentesco, que


reciben una parte de los suelos;
 Otra parte está destinada a ser cultivada para el mantenimiento de los
cultos religiosos;
 Una tercera parte, finalmente, es la que se puede llamar del Estado,
para el mantenimiento de la familia imperial y de la Corte; pero también
para el culto de las momias de los Incas, la guerra, la administración del
Estado y para las obras sociales.

Esta tripartición determina y mantiene un sistema de conjunto bastante


complejo.

La tierra de cultivo se repartía cada año, de forma igualitaria, cada uno


recibía un tupu de tierra. Al hacer esta repartición variaba cada año:
aumentaba en el caso de matrimonio, de nacimiento de hijos, disminuía en
caso de fallecimiento. En paralelo a esta tripartición de suelo también estaba la
de los rebaños y de los pastizajes, prevalecía el mantenimiento de ganado, en
forma colectiva por parte del ayllu.

La tenencia de la tierra y del ganado toma verdadero sentido solo a través del
trabajo. La organización de este es un rasgo peculiar del sistema andino. El
trabajo no es concebido solo en función del núcleo familiar, sino de toda la
comunidad y del Estado.

Entre los individuos existen obligatoriamente el intercambio reciproco de las


fuerzas laborales (el ayni), del mismo modo hay obligación entre la
comunidad y el individuo (la minga: en la construcción de la casa, por
ejemplo)

El tributo al Estado no se daba con bienes, sino en trabajo: la mita (en


quechua significaba tanda). Este era un sistema de turnos de trabajo en favor
del Estado, por parte de cada ayllu para la ejecución de obras públicas, para el
cultivo de las tierras del Estado y de los cultos religiosos, mantenimiento de los
rebaños estatales o del Sol; para la hilatura de fibras (lana o algodón); para el
servicio de guerra y de grandes depósitos (tambo) de bienes alimentarios,
tejidos, etc., del Estado para el trabajo en las minas; construcción y
mantenimiento de caminos, puentes, fortalezas; para el servicio de
comunicaciones del Estado; para el servicio doméstico prestado a las familias
nobles.

Existe una relación de reciprocidad en el interior del ayllu. Pero el Estado


interviene con otro elemento: la redistribución. El Inca redistribuye los
bienes que llegan a él de los diversos nichos.

Una vez cumplidas las tareas debidas al Estado y al Sol, el ayllu y sus
miembros conservan gran autonomía: el Inca no tiene derecho a intervenir
en la gestión del ayllu. Mientras que el Estado se burocratiza y queda cada
vez más fuerte, el ayllu continúa formándose sobre las relaciones de
parentesco.

El modo de producción estatal se apoya en el modo de producción


comunitario, que el Estado mantiene para utilizar el principio de
reciprocidad y legitimar su dominación.

Para cada ayllu el ideal económico era la autarquía (sistema económico en el


cual el Estado se abastece con sus propios recursos, evitando en lo posible las
importaciones), producir la mayor cantidad de bienes y la mayor variedad
posible.

De esta manera, cada ayllu establecía colonias en los nichos ecológicos,


para cuyo cultivo se enviaban “colonos” y de esta manera se construía
alrededor de un núcleo central, colonias distribuidas en distintos pisos
ecológicos, permitiendo estos cultivos que eran imposibles de lograr en las
tierras del núcleo originario.

Este modelo de organización ya estaba sólidamente instituido en las diversas


culturas o civilizaciones, pero solo con el Inca adquiere dimensiones no
vistas antes; el modelo original limita a las antiguas y de esta manera va a
adquirir dimensiones imperiales. Va a experimentar transformaciones, que de
manera inevitable la más importante es la presencia de los mitimaes, el cual
trabaja por cuenta del Inca y viene de zonas muy lejanas.

No se trata de un hecho de orden cuantitativo o de distancias geográficas, sino


de interferencias de factores de naturaleza política, militar y de orden público
en el ámbito económico.

Muchas veces la razón de enviar mitimaes imperiales a pueblos recién


conquistados no es por razón económica, sino más bien de control.
La isla de los mitimaes se encuentra, muy lejos de su núcleo central y de esta
manera se rompe la relación estrecha de reciprocidad y redistribución y se
sustituye por una relación de dependencia hacia el emperador.

Este sistema organizativo de la economía es dominante en el sector productivo


más importante: la agricultura y la cría; y entra en todas las actividades: la
tejeduría (actividad predominantemente femenina). El tejido se lo realiza en los
tres pisos ecológicos, eso demuestra claramente la reciprocidad y la
redistribución.

El trabajo en las minas demanda gran cantidad de hombres (mediante turnos:


la mita) hacia zonas muy precisas y durante ese lapso de tiempo su tierra
queda a cargo de la comunidad de origen. El Estado tiene un fuerte crecimiento
y esto lleva a la donación de tierras a los individuos y la formación de una
población de criados (yanaconas, mitimaes) Murra. Estos estaban cada vez
más dependientes del Estado y se desvinculan de la relación con el ayllu.

Carmagnani en su libro: “Para una historia de América” plantea que una


palabra tan simple como “trabajo” es una palabra compleja y con muchos
significados, unidos a contextos temporales, sociales y geográficos. Trabajar no
es solo cultivar, tejer, es mucho más que eso.

Grandes aportaciones de las culturas

Chavín:

 Grandes arquitecturas en piedras con decoración exterior, las plazas


rehundidas para la celebración del ritual o la estructura en el interior de
los edificios denominados “templo viejo” y “templo nuevo”.
 Transmisor de toda una ideología de poder: Lanzón, Obelisco Tello y la
Estela Raimondi (arte al servicio de las élites).

Paracas:

 “Mantos de Paracas”, son un verdadero reto en su preparación por lo


que tendría que estar en manos de especialistas.

Mochicas:

 La cerámica, una de las más bellas del mundo.

Nazca:

 Sistemas de canalizaciones en superficies y subterráneas (hasta 10 m.


de profundidad) que almacenaba y distribuía el agua destinada a los
campos.
 “Cabezas falsas”, asociadas con las momias, que son ataviadas y
vestidas con la ropa de los vivos.
 Figuras de grandes dimensiones representadas sobre las pampas del
desierto (ocupan hasta 15 km. o 200 m. de longitud).

Tiawanaco:

 Sistema de cochas o cuencas artificiales (agricultura intensiva).


 Los campos de cultivos en camellones (controlar las heladas nocturnas y
las pérdidas de cosechas).
 Sistemas de andenerías o bancales (hizo incorporar como tierras de
cultivo extensas zonas en áreas de terreno pendiente).

Wari:

 Depósitos de almacenaje o Collcas (planta circular, que permitieron la


acumulación de maíz seco, papa deshidratada o chuño y quinua).
 Fenómeno Chulpario: sistema de enterramiento consistente en un a
modo de torres de planta cuadrada o circular, una cámara funeraria con
falsa bóveda en el interior donde se colocaban las momias. Se las
conocía como Chulpas.

Unidad 3:

Situación de España antes de los descubrimientos.

El absolutismo español nació de la unión de Castilla y Aragón efectuada por el


matrimonio de Isabel I y Fernando II en 1469.

Según Perry Anderson, la monarquía española debió su preminencia a la


combinación de dos conjuntos de recursos que eran, a su vez, proyecciones
inusuales de excepcional magnitud, de los componentes generales del
absolutismo ascendente. Por una parte, su casa real se benefició más que
ninguna otra familia europea de los pactos de política matrimonial dinástica.
Las conexiones familiares de los Habsburgo produjeron al Estado español
un volumen de territorio e influencia que ninguna monarquía rival pudo igualar:
supremo fruto de los mecanismos feudales de expansión política. Por otra
parte, la conquista colonial del Nuevo Mundo le suministró una
superabundancia de metales preciosos que puso en sus manos un tesoro fuera
del alcance de cualquiera de sus contrarios. El pillaje de las Américas fue al
mismo tiempo, y a pesar de eso, el acto singular más espectacular de la
acumulación originaria de capital europeo durante el Renacimiento. El
absolutismo español derivó su fuerza, pues, tanto de la herencia del
engrandecimiento feudal en el interior como del botín de la extracción de capital
en el exterior.

El absolutismo español comenzó con una base económica aparentemente


firme. Durante la escasez de trabajo producida por la crisis general del
feudalismo occidental, numerosas áreas de Castilla se convirtieron a una
lucrativa economía lanera, que hizo de ella la “Australia de la Edad Media” y
uno de los grandes socios del comercio flamenco. Aragón, por su parte, había
sido durante mucho tiempo una potencia territorial y comercial en el
Mediterráneo, donde controlaba a Sicilia y Cerdeña. El dinamismo político y
militar del nuevo Estado dual se reveló muy pronto de forma dramática en una
serie de majestuosas conquistas exteriores. El último reducto moro de
Granada fue destruido y la Reconquista quedó completada; Nápoles fue
anexionado y Navarra absorbida; y sobre todo, fueron descubiertas y
conquistadas las Américas. La vinculación familiar con los Habsburgo añadió
a Milán, el Franco Condado y los Países Bajos. Estos éxitos convirtieron a
España en primera potencia de Europa durante todo el siglo XVI. Sin embargo,
el Estado que presidió este vasto imperio era en sí mismo un montaje
destartalado, unido tan solo, en último término, por la persona del monarca.
El absolutismo español, tan imponente para el protestantismo nórdico, fue
notablemente modesto y limitado en su desarrollo interior. Sus articulaciones
internas fueron las más débiles e irregulares.

La unión de Castilla y Aragón, presentaban una base extremadamente diversa


para la construcción de la nueva monarquía española a finales del siglo XV.
Castilla era tierra de una aristocracia con enormes posesiones y de poderosas
órdenes militares; tenía también un considerable número de ciudades, aunque
carecía de una capital fija. La nobleza castellana había tomado de la
monarquía grandes extensiones de propiedad agraria durante las guerras
civiles de finales de la Edad Media. En esas grandes propiedades, la
agricultura cerealista cedía constantemente terreno a la cría de ovejas. La
rápida expansión de la lana, que proporcionó las bases para las fortunas de
tantas casas aristocráticas, estimuló al mismo tiempo el crecimiento urbano y el
comercio exterior. El perfil económico y demográfico de Castilla dentro de la
Unión era, pues, ventajoso desde el principio: con una población calculada
entre 5 y 7 millones y un próspero comercio ultramarino con Europa del norte,
era el Estado dominante de la península. Políticamente, su constitución era
inestable. Castilla-León fue uno de los primeros reinos medievales de Europa
que desarrolló un sistema de Estado. Pero la aristocracia no había establecido
ningún molde jurídico. Las Cortes fueron siempre una asamblea ocasional e
indefinida; quizá a causa del carácter migratorio del reino castellano, al
desplazarse hacia el sur y arrastrar en este movimiento su modelo social,
nunca había desarrollado una institucionalización sólida y fija del sistema de
Estados. Así, tanto la convocatoria como la composición de las Cortes
quedaban sujetas a la arbitraria decisión de la monarquía. Las Cortes carecían
de poderes para iniciar una legislatura y, la nobleza y el clero gozaban de
inmunidad fiscal. El resultado era un sistema de Estados en el que únicamente
las ciudades tenían que pagar los impuestos votados por las Cortes, impuestos
que, por otra parte, recaían prácticamente de forma exclusiva sobre las masas.
La aristocracia no tenía, por tanto, ningún interés económico directo en su
representación en los Estados castellanos, que formaban una institución
relativamente débil y aislada.

El carácter económico y político de Aragón, era muy diferente al de Castilla. El


alto Aragón del interior abrigaba el sistema señorial más represivo de la
península Ibérica; la aristocracia local estaba investida con todo el repertorio de
poderes feudales sobre un campo estéril en el que aun sobrevivía la
servidumbre y donde un campesinado morisco (moros) esclavizado trabajaba
penosamente para sus señores cristianos. Cataluña tradicionalmente había
sido el centro de un imperio mercantil en el Mediterráneo: Barcelona era la
mayor ciudad de la España medieval, y su patriciado urbano la clase comercial
más rica de la región. La prosperidad catalana había sufrido durante la larga
depresión feudal. Las epidemias del siglo XIV golpearon duramente a la
población, la peste negra hizo estragos en la población, que perdió alrededor
de un tercio entre 1365 y 1497. Las bancarrotas comerciales se mesclaron con
la agresiva competencia de los genoveses en el Mediterráneo, mientras los
pequeños comerciantes y los gremios de artesanos se rebelaban contra los
patricios en las ciudades. En el campo, los campesinos se levantaron para
desterrar los malos usos y tomar las tierras desiertas. Finalmente, una guerra
civil entre la monarquía y la nobleza, que arrastró a los demás grupos sociales,
debilitó todavía más la economía catalana. La disparidad económica entre los
dos reinos de la unión creada por el matrimonio de Fernando e Isabel puede
apreciarse en el hecho de que la población de las tres provincias de Aragón
sumaba en su totalidad alrededor de un millón de habitantes, mientras que
Castilla tenía entre cinco y siete millones. Por otra parte, el contraste político
entre ambos reinos no era menos sorprendente. En Aragón podía encontrarse,
quizá, la estructura de Estado más compleja y defensiva que existía en Europa.
Las tres provincias de Cataluña, Valencia y Aragón tenían sus propias Cortes
independiente. Cada una de ellas disponía, además, de instituciones
especiales de control jurídico permanente y de administración económica
derivada de las Cortes. El ejemplo más eficaz era la Diputacio catalana (comité
de Cortes permanentes). Las Cortes aragonesas tenían el refinamiento
suplementario de un sistema de cuatro curias que representaban a los
potentados, la pequeña aristocracia, el clero y los burgueses.

El poder real se concentró en Castilla, ya que Aragón presentaba obstáculos


políticos para la construcción de un Estado político centralizado. Castilla
contaba con una población cinco o seis veces mayor, y su superior riqueza no
estaba protegida por barreras constitucionales. Así pues, los dos monarcas
pusieron en marcha un programa metódico de reorganización económica.
Las órdenes militares fueron decapitadas, y sus vastas posesiones de tierras y
rentas anexionadas. Fueron demolidos dos castillos de baronías, desterrados
señores fronterizos y prohibidas las guerras privadas. La autonomía municipal
de las ciudades quedó suprimida por la implantación de corregidores oficiales
para administrarlas; la justicia real fue reforzada y extendida. Se conquistó para
el Estado el control de los beneficios eclesiásticos, poniendo el aparato local de
la Iglesia fuera del alcance del papado. Las Cortes fueron domesticadas por la
omisión efectiva de la nobleza y el clero a sus asambleas desde 1480, y el
principal propósito de su convocatoria era recaudar impuestos para los gastos
militares. Las recaudaciones fiscales aumentaron de forma impresionante. El
Consejo Real fue reformado, y la influencia de los grandes excluida de él; el
personal del nuevo organismo estaba compuesto por burócrata-.juristas o
letrados que procedían de la pequeña aristocracia. La máquina de Estado
castellana, fue racionalizada y modernizada. Las altas posiciones militares y
diplomáticas quedaron reservadas para los magnates. Los dominios usurpados
desde 1454, fueron recobrados por la monarquía, pero los que se habían
apropiado antes de esa fecha (la mayoría) quedaron en manos de la nobleza.
Se concedieron deliberadamente amplios privilegios a los intereses pastoriles
de la Mesta en el campo, dominados por latifundistas del sur. En las ciudades
se impuso a la fuerza un estrecho sistema de gremios sobre la naciente
industria urbana, y la persecución religiosa contra los conversos condujo al
éxodo del capital judío. Todas estas políticas se llevaron a cabo en Castilla con
gran resolución y energía.

En Aragón nunca se intentó un programa político de alcance comparable. Lo


único que Fernando pudo conseguir allí fue la pacificación social y la
restauración de la última constitución medieval. A los campesinos remensas se
les concedió la remisión de sus obligaciones en 1486, por medio de la
Sentencia de la Guadalupe, y así el malestar rural disminuyó. El acceso a la
Diputacio se amplió con la introducción de un sistema de sorteo. Por lo demás,
Fernando e Isabel confirmaron sin ninguna ambigüedad la identidad del reino
oriental: las libertades catalanas fueron reconocidas, y nuevas barreras contra
posibles infracciones reales se añadieron al arsenal de armas legales ya
existentes. Fernando, que residió pocas veces en su país natal, instaló virreyes
en las tres provincias, que ejercían autoridad delegada por él, y creó un
Consejo de Aragón con base en Castilla, para que sirviera de lazo entre ellos.
Aragón quedó prácticamente abandonada a sus propios órganos; incluso los
grandes intereses laneros fueron incapaces de obtener sanción legal para el
paso de ovejas por tierras destinadas a la agricultura. Fernando nunca se
planteó una fusión administrativa a ningún nivel entre Castilla y Aragón. Sus
Católicas majestades no consiguieron establecer una moneda única, menos de
un sistema legal dentro de sus reinos.

La subida al trono de Carlos V no iba a modificar este modelo, sino que a


complicarlo y a acentuarlo.

Edad Media.
La Edad Media comienza con la caída del Imperio Romano de Occidente en el
año 476 hasta el año 1492 con el descubrimiento de América. La Edad Media
se divide en dos: Alta Edad Media (desde el siglo V al X) y Baja Edad Media
(desde el siglo XI al XV).

Durante la Edad Media Alta está caracterizada por tres flagelos: las invasiones
y guerras (los eslavos, los sarracenos y los normandos), enfermedad (peste
negra o bubónica, causada por un bacilo llegado de Oriente y que la
transmitían las ratas) los resultados fueron una serie de terribles hambrunas y
epidemias microbianas; barrio a más de un tercio de la población europea.
También se produjo un importante hecho: la expansión del Islam (siglo VIII), lo
cual afectó mucho a España. Por esto, durante esta época, se puede decir que
se produce un gran cambio cultural y surgen así las luchas por el poder. La
expansión del sistema feudal (organización social y política que se basa en las
relaciones de vasallaje entre vasallos y señores feudales)

En la Baja Edad Media uno de los hechos principales es que el feudalismo


comienza a agotarse como sistema. Por otro lado, otro hecho fundamental
son las cruzadas (el feudalismo se debilito y comenzó a acentuarse la
autoridad de los monarcas, como caudillos nacionales. Grandes beneficiarias
de las cruzadas fueron ciudades como Génova, Florencia y Barcelona, que
alcanzaron su máximo esplendor. Consecuencia de esta prosperidad de las
ciudades fue su nuevo estatuto político: la mayoría obtuvo de los monarcas la
concesión de fueros o libertades municipales, con derecho al gobierno propio y
a la inmunidad de sus vecinos), el nacimiento de una burguesía (clase social
formada por personas acomodadas que logran tener propiedades y capital),
alcanzaría a través del derecho obtenido, una nueva función política de singular
importancia. En lo económico se produjo una revolución agrícola. Se abandonó
la economía cerrada de los feudos para pasar a otra más abierta, de
intercambios; se restableció el uso de la moneda.

Transformaciones en la Baja Edad Media

Revolución agrícola: entre los siglos XII y XIII se generalizaron los


instrumentos férreos, se implementó el uso del arado en ruedas. Por lo tanto
se puede decir que hay una producción agraria y ganadera que va en aumento.

El arado con ruedas y vertederas, lo que hacía era facilitar el trabajo, ya que
en los suelos que eran duros se podía plantar y mejor, haciendo surcos más
profundos de esta manera la tierra se aireaba y era más productiva. También
se mejoró el tiro de animales. Se comenzó a usar el caballo, ya que este era
más ágil. Se le colocaba una collera rígida y un yugo frontal. Se le colocaba
herradura y de esta manera se generaliza el uso del hierro.

Se comenzó a utilizar el molino hidráulico o molino de agua y el molino


eólico o molino de viento, y de esta manera se produjo un importante ahorro
en cuanto a la mano de obra. El sistema de rotación Bienal fue sustituido por el
de sistema trienal, de esta manera alternaba los cereales de trigo, los de
primavera (avena) y el barbecho.

En el libro de libro de Le Goff “Mercaderes y Banqueros” dice que toda esta


revolución se da gracias a mercaderes y a su espíritu y a la utilización de
métodos comerciales, se pudo mejorar la producción y además ellos
colaboraron con la liberación de los campesinos y estos, a su vez, le retribuían
con trabajo.

Revolución demográfica: se produjo un aumento de la población que provee a


la Cristiandad de consumidores y productores, mano de obra y un stock
humano del que tomará sus hombre el comercio, esto se produce debido a que
muchos de los campesinos liberados, emigraron a la ciudad. Comienza a
haber una diversificación de las tareas, debido a la demanda y la
productividad. Se le dio mayor importancia al ganado y con la selección de las
semillas y cereales la población. La población mejoró su calidad de vida, por
las dietas. Aparecen nuevos grupos como los artesanos y la burguesía que
eran: comerciantes, prestamistas y banqueros.

Revolución comercial: Le Goff dice que esta revolución está unida a varios
fenómenos de la época. Primero que cesan las invasiones, los intercambios
que hay son pacíficos y los mundos que eran rivales ahora aparecen como
grandes centros de producción o de consumo. El otro fenómeno es la paz
que va a sustituir a los ataques y los pillajes, creando así una seguridad
permitiendo renovar la economía. De esta manera, al ser menos peligrosas las
rutas de tierra y mar permiten acelerar el comercio, disminuyen las muertes
por accidentes, mejora la alimentación, se produce un importante desarrollo
urbano y crecimiento económico, creciendo los intercambios. Este desarrollo
en las ciudades se vincula a los progresos que tenían los comercios y así se
sitúa el auge que tiene el mercader medieval. Los intercambios comerciales se
dan de tres maneras por vía terrestre, fluvial y marítima. Los caminos: se
van a encontrar con muchos obstáculos por el cual tienen que transportar la
mercadería, obstáculos sobre todo naturales, por ejemplo montañas. Por eso,
el mercader prefería las rutas navegables (vía fluviales), contaban con
barcas chatas los cuales les facilitaba transportar madera por ejemplo, las vías
marítimas dice Le Goff que es “el medio por excelencia del comercio
internacional medieval”. Pero a su vez, presenta obstáculos como: riesgo al
naufragio y la piratería, la poca capacidad de las naves, la escasa velocidad
que estas tenían.

La producción se da en talleres, surge el capitalismo mercantil o comercial y


reconocen los puertos.

Ferias: en el siglo XIII, lo más importante para el mercader era la feria de


Champaña. Allí había un mercado casi permanente, del mundo occidental.
Para poder ir a esta feria los mercaderes hacían viajes largos y difíciles. Los
Condes de Champaña controlaban todo, había policías que se encargaban de
la legalidad de las transacciones y garantizaban las operaciones comerciales y
financieras.

Le Goff llama “mercader sedentario” a aquellos mercaderes que buscaban


capitales al margen de sus propios recursos. De esta manera, surgen las
nuevas formas de hacer transacciones comerciales:

Valores de cambios (fe o confianza): permite que las transacciones


comerciales se realicen entre grandes distancias y agilitan los intercambios de
producto.

Billetes: al principio eran documentos o recibos que certificaban que una


persona había guardado o depositado en orfebres (luego sería un banco) sus
valores (armas, joyas, metales).

Cheques: quienes tenían ahorros o depósitos en un orfebre o banco, podían


hacer circular órdenes de pago a una o más personas para que fuera allí a
cobrar.

Letra de cambio: son las transacciones a largas distancias u órdenes de pago


de una ciudad a otra. Ej. Dos ciudades (Amberes y Génova) que funcionaba el
mismo banco y un comprador de lana de Amberes tenía ahorros en él. Compra
lana a un genovés y le da la orden al banco para que le pague a este lo
concretado en una determinada fecha, aunque sus ahorros sean en florines.

Por último nacen las Asociaciones Familiares; los intercambios se daban


entre la familia por cuestiones de confianza.

Compañías: alrededor de ciertos mercaderes, ciertas familias y ciertos grupos


se desarrollaron organismos complejos a los que tradicionalmente se ha dado
el nombre de compañías. Estas sociedades están basada en contratos que
solo unen a los contratantes por una operación comercial o por una duración
limitada. Pudieron desarrollarse grandes monopolios.

Sociedades en comandita: Asociaciones de personas con capital para


obtener ganancias. Ej. Un comerciante pone su dinero y el dueño de un barco
se arriesga a ir a las costas de Asia Menor a buscar mercadería que viene del
Oriente. Riesgos: todo va bien, ambos ganan y de antemano se dice que
porcentaje van a cobrar, en el caso de que fracasen, lo hacen ambos.

CONCEPTOS:

Capitalismo: sistema económico basado en la acumulación e inversión de


capitales (dinero, joyas, metales, oro, plata).
Mecenas: personas que fomentan el desarrollo artístico comprando obras de
arte. Cuentan con recursos económicos suficientes como para tomar bajo su
protección a un artista para permitirle realizar su tarea y beneficiarse de ella.

Burguesía: grupo dentro de la sociedad que posee capital.

Burgués Capitalista: grupo dentro de la sociedad que posee capital y, que


invierte el mismo con el objetivo de lograr ganancias. Generalmente son
mercaderes, artesanos, dueños de talleres y depósitos, banqueros,
prestamistas. Características: afán de lucro, ahorro (dinero, tiempo, energía de
trabajo), racionalismo, individualismo.

Características generales del Renacimiento.

Es un movimiento cultural que surge en Europa en los siglos XV y XVI, en las


ciudades italianas (ej. Venecia, Florencia y Milán). En esta etapa se planteó
una nueva forma de ver el mundo e implicó un cambio en la forma de pensar,
sentir y actuar.

Las características son: antropocentrismo, individualismo, no conformismo y


espíritu crítico.

Hay dos sucesos fundamentales que posibilitan el comienzo del Renacimiento,


la caída de Constantinopla en mano de los turcos (1453) y esto provoca la
huida de sabios, que se refugian en Europa y, la invención de la imprenta.

Hubo adelantos científicos que permitieron que los viajes se llevaran a cabo.

Navegación es el arte de dirigir o conducir un barco de un puerto a otro. Se


debe conocer rutas marítimas, los diversos climas, por lo tanto poseer
conocimientos astronómicos, de trigonometría y geometría.

Tres tipos de navegación

A la estima: se estima la posición de un navío desde rumbo y velocidad. (Más


utilizada).

Guiada: referente a señales geográficas y ayuda de navegación y uso de


sondas.

Astronómica: observación de los cuerpos celestes para determinar la posición


del barco sobre la superficie terrestre. (Menos utilizada).

Instrumentos de navegación

Astrolabio, cuadrante, timón, corredera de barquilla y ampolleta, brújula (más


adelante), sonda. Estos instrumentos sirven para fijar la posición, medir la
dirección, medir la distancia, determinar la velocidad (tiempo de
desplazamiento de un punto a otro), determinar la profundidad de un navío.
Mapa marino de Tiro y Toscanelli.

Motivaciones de los viajes de exploración de los ibéricos.

Factores ideológicos: a partir del 1.400, lenta y progresivamente, a medida


que Europa restauraba su economía y restablecía el orden de la convivencia,
iría aflorando un nuevo espíritu, lleno de curiosidad e inquietud por el destino
del hombre en el mundo. Eran los humanistas, entusiastas admiradores de las
fuentes de la Antigüedad grecorromana, considerada como modelo de vida y
cultura. El humanismo nació en las ciudades italianas donde la prosperidad
económica y el deseo de los burgueses de destacarse por el lujo y los
refinamientos del arte y la cultura habían creado un clima propicio, siendo sus
principales centros, Roma, Venecia y, en particular, Florencia. El humanismo
vio favorecido su desarrollo en el siglo XV por tres grandes factores: la acción
de los eruditos emigrados de Bizancio, la invención de la imprenta y la acción
de los mecenas.

Estos revindican la potencialidad del Hombre como individualidad activa y


creadora y ponen de relieve valor de la experiencia y del conocimiento
sensible, los humanistas fueron los iniciadores de ese ciclo histórico de revisión
crítica del saber y de exaltación del naturalismo en la vida y en el arte, llamado
Renacimiento. Fue en este momento, de ampliación de horizontes
intelectuales, de optimismo y confianza en la capacidad del individuo como
actor de la Historia, que se gestó la gran aventura del Descubrimiento.

Factores económicos: desde que los europeos conocieron y aprendieron a


estimar el uso de las especias, estas se habían transformado en el epicentro de
toda la economía. Su utilización era indispensable para la conservación de las
carnes. El déficit de forraje de invierno para el ganado obligaba a sacrificar gran
cantidad de cabezas cada otoño, cuya carne solo podía conservarse salándola
o adobándola. La sal era el preservador más común y barato, mucha de ella
procedía de Portugal. Pero todos los demás venían del Oriente: la pimienta, la
canela, la nuez moscada y la macis, el jengibre, el clavo. Además, traían de allí
piedras preciosas, materias para teñir (palo brasil), la cochinilla y el alumbre,
alfombras y tejidos de algodón y seda, oro en bruto, marfil y plumas de aves
exóticas.

Este desarrollo del comercio fue acompañado por el perfeccionamiento de la


construcción naval y del arte de navegar. Se construyeron navíos de mejor
calidad marinera y mejor tonelaje; se difundió el uso de la brújula; se trazó el
llamado Portulano normal, carta náutica muy exacta del Mediterráneo.

Factores sociales/culturales: hubo una nueva imagen del Oriente, aportada


por el franciscanismo, Marco Polo y otros, que impactó la conciencia europea
de la época y perduró hasta muy avanzados los tiempos Modernos, hubo
también un conjunto de leyendas sobre la geografía del Atlántico, que muchas
veces fue recogida en mapas y cartas náuticas.

Una secular tarea científica (que rescató la mejor tradición clásica y recogió los
datos de la observación experimental) liberó al hombre occidental de muchos
prejuicios y temores y produjo un florecimiento de la cultura cosmográfica y
geográfica que, revalorizada por los humanistas del Renacimiento, sería motor
decisivo de los descubrimientos de los siglos XV y XVI.

Factores Políticos: en el siglo XV estaban dadas las condiciones para que


Europa se lanzara al Atlántico en pos de unir sus puertos directamente con el
Lejano Oriente.

Una nueva actitud ante la vida; un ansia de conocer y dominar el mundo de la


Naturaleza; el persistente afán de llevar el Evangelio de Cristo a los pueblos
infieles y de reencontrar a otros cristianos residentes en desconocidas regiones
con el propósito de adquirir fieles y el correspondiente diezmo y así adquirir,
aún más riquezas; el interés de lograr fabulosas riquezas en oro y especias
serían los motivos impulsores de la gran expansión europea.

Por otro lado, el deseo de eludir la intermediación forzosa de los mercaderes


musulmanes en los puertos de Egipto y Siria, determinó a venecianos y
genoveses a procurar una ruta marítima propia a los centros productores de
especias del Lejano Oriente.

Colón y la llegada a América.

El hecho americano está directamente relacionado con la figura de Cristóbal


Colón. Este personaje había nacido en la montañosa región de Liguria, en
Génova, en el verano de 1451, dentro de una familia de comerciantes. Desde
su adolescencia, se vinculado con los negocios familiares. Hace sus primeros
viajes por el Mediterráneo en 1474 visitando Quíos y Túnez.

En 1476, ya como adulto, se encuentra sirviendo como marinero en una flota,


con las familias Spinola y Di Negro. La flota en que navegaba fue atacada en
las costas portuguesas de Lagos, y a resueltas de ello su galera (barco de
guerra), naufragó, siendo Colón recogido en la costa como náufrago.

Comienza así, la etapa portuguesa de Colón en que viajará hasta Inglaterra y a


su vuelta se casará con Felipa Mónix de Perestelo, hija de un noble portugués,
capitán donatario de la isla de Madeira.

Su estatus de noble consorte le permitirá asomarse a la política de


descubrimientos del monarca portugués. Esta etapa se prolongará hasta 1485,
y en ella Colón elabora su proyecto de navegar a Oriente por Occidente, como
una solución más fácil al proyecto portugués de rodear África para llegar a la
especiería.
Cuando Cristóbal Colón creyó haber terminado su plan de ruta comercial por
Occidente, se lo comunicó al rey Juan II. El monarca lo escucho con agrado,
incluso realizó algunas investigaciones para comprobar si era posible realizar el
proyecto colombino, para finalmente encomendar a una comisión que
dictaminara. Los expertos de la Junta rechazaron el plan. También, por estos
días, de mediados de 1484, parece ser que había muerto su esposa Felipa,
con lo que Colón se encontró, a la vez, que le habían rechazado su plan, viudo
y con hijo de seis años.

De pronto este genovés soñador pasó de ser un noble consorte a un viudo


pobre y con alguna causa pendiente con la justicia, lo que le obligó a exiliarse a
España.

Colón aparece como un peregrino anta la puerta del monasterio de la Rábida,


con su hijo. Ambos solicitaban agua del monje franciscano Antonio Marchena,
quien amablemente les atiende. Es de suponer que padre e hijo habían partido
de Portugal a finales del mes de abril de 1485, del puerto de Lisboa, y habrían
viajado en barco, por ser este el medio más fácil y cómodo para realizar el
viaje.

El destino de los viajeros fue el puerto de Palos; desembocarían y subirían al


pueblo camino a la Rábida.

Según Fernández Armesto en su libro “1492”, Cristóbal Colón pasó varios años
tratando de conseguir el patrocinio y permiso de los monarcas españoles para
poder realizar el viaje. Sin embargo, un comité de expertos había denegado la
propuesta de tratar de atravesar el océano occidental. Pero, en el año 1492
cuando los monarcas vuelven a reconquistar la ciudad de Granada que, estaba
bajo el dominio de los moros (musulmanes); los reyes que allí estaban
mandaron a llamar a Colón para comunicarle que aceptarían que realizara el
viaje, ya que había quedado claro que el proyecto de Colón se podía financiar
sin que implicara ningún coste directo para Fernando e Isabel. Sino, los que
serían principales inversores del viaje eran un grupo de banqueros italianos
radicados en Sevilla y algunas autoridades de las Cortes de Castilla y Aragón,
y Martín Pinzón sería el encargado de brindar sus barcos.

Según Amores Carredano en su libro “Historia de América”, Colón va a solicitar


dos tipos de prebendas: compensaciones económicas proporcionales a los
rendimientos de su empresa, y compensaciones que solo se podía pedir a una
monarquía, caso de títulos nobiliarios, como el de almirante, virrey y
gobernador perpetuo. Estas peticiones se plasmaron en el documento
conocido como capitulaciones de Santa Fe.

El proyecto colombino veía luz, y tres navíos, dos carabelas, la Pinta y la Niña,
y una nao la Santa María, zarpaban del puerto del puerto de Palos el 3 de
agosto de 1492.
Navegando en altamar, el día 6 de agosto, se soltó el timón de la carabela pinta
y con dificultades arribaron al archipiélago de las Canarias el 9 de agosto. En
estas islas permanecerá la flotilla un mes, en que Colón trabajó aparejando las
naves; el 9 de setiembre partieron rumbo a Oeste, hacia el Océano Atlántico.

El 10 de setiembre, Colón había perdido la vista de tierra y le esperaban 32


días de una travesía bonancible, ya que soplaban vientos Alisos del Este. Los
problemas vinieron precisamente de esta persistencia de los vientos, y de
prolongarse la navegación mucho más de lo convenido. La tensión llega a tal
punto que se registraron tres intentos de motín, que fueron aplacados por los
hermanos Pinzón. Entre tanto se gritó tierra varias veces durante el viaje. El día
8 de octubre, la tensión sobre Colón se acentuó hasta el punto que cambiaron
el rumbo de Oeste a Suroeste, siguiendo los consejos de Pinzón, lo que llevó a
la flotilla a ver tierra la noche del 11 al 12 de octubre.

Según Fernández Armesto, la tecnología que utilizaría Colón sería el cuadrante


y el astrolabio. En teoría, el cuadrante y el astrolabio son fáciles de utilizar para
fijar la latitud. Se ajusta la Estrella Polar a través de una mirilla que hay en una
varilla unida a un ventilador, y se lee la latitud según el punto correspondiente
en una escala adjunta. En la práctica, la técnica es demasiado poco fiable
sobre una superficie inestable. Colón jamás utilizó con precisión aquella
tecnología. Por el contrario, se guiaba con un almanaque de un navegante
corriente, que tabulaba la latitud según las horas de luz. Los instrumentos eran
supuestamente utilizados, para desviar la atención de la tripulación de lo que
estaba sucediendo en realidad.

En la madrugada del viernes 12 de octubre, tras cinco semanas de travesía, un


marinero de la nave de Martín Alonso lanzó el grito de “tierra a la vista”.

Acerca de la primera isla con la que tomó contacto Colón podría haber sido en
la zona de las Bahamas o del conjunto insular de turcos y Caicos. Sin embargo,
lo que más impresionó a Colón fueron los indígenas del Nuevo Mundo. De ese
primer encuentro, emergen cuatro temas, según Armesto.

En primer lugar, Colón resaltaba la desnudez de las personas con las que se
encontró. Para los franciscanos, que eran la fuente de la mayoría de las
influencias religiosas importantes en Colón, la desnudez era signo de sumisión
a Dios.

En segundo lugar, Colón comparaba una y otra vez a los isleños con los
canarios, los negros y las razas humanoides monstruosas que la
imaginación popular suponía que poblaban las regiones inexploradas de la
Tierra. Los indígenas tenían un aspecto físico normal, no monstruoso, por
lo tanto eran plenamente humanos y racionales.
En tercer lugar, Colón insistía en su bondad natural. Los caracterizó como
criaturas ingenuas y en absolutos belicosos, no corrompidos por la codicia
material, sino en realidad, más bondadosas gracias a la pobreza.

Por último, veía a los indígenas desde el punto de vista comercial, debido a
la inocencia que ellos poseían, se volvían más fáciles de conquistar.

El 4 de diciembre, Colón se encuentra con la isla “La Española”. Era por dos
razones, la isla más importante que iba a encontrar. En primer lugar, porque
producía cantidades importantes de oro. En segundo lugar, la isla albergaba
una cultura indígena con suficiente riqueza y prosperidad como para
impresionar a los españoles.

Según Amores, la vuelta del viaje fue dificultosa, enfrentándose a tormentas y


borrascas atlánticas, que terminaron por superar a las carabelas a la altura de
las islas Azores, el 14 de febrero.

Los primeros días de febrero de 1493, Colón y la Niña recalaban en las Azores
y más tarde, el 4 de marzo, avistaba la roca de Sintra, cercana a Lisboa. Juan
II, rey de Portugal, tuvo noticias de la llegada de Colón y reclamó su presencia,
que se materializó el 9 de marzo con la vista al Valle del Paraíso, donde se
entrevistó con el monarca. El 13 de marzo partió de Portugal rumbo a Palos. La
Niña arribó a la ría del Tinto el 15 de marzo, el mismo día que lo hacía Martín
Alonso en su carabela Pinta. Había finalizado el viaje descubridor.

Unidad 4:

Descubrimiento, conquista, colonización, núcleos o focos de expansión.

Según Roberto Ares Pons, en las relaciones de España con sus colonias
pueden distinguirse dos etapas bien diferenciadas: la Conquista y el Coloniaje.
La Conquista comprende las exploraciones y las luchas con la población
nativa por el dominio de los territorios descubiertos. Se extiende desde el
Descubrimiento hasta mediados del siglo XVI. En medida que se consolida el
dominio de las tierras conquistadas, se produce la Colonización, es decir el
arraigo de poblaciones hispánicas en tierra americana, la explotación de sus
recursos naturales y el establecimiento de un orden institucional y social. Se
inicia así la etapa del Coloniaje, que se extiende hasta la Revolución
Emancipadora. Las características de ambos periodos difieren por el tipo
humano que predomina en ellos. Mientras en la Conquista predominan
audaces hombres de armas que actúan las más de las veces por iniciativa
personal y abnegados misioneros, en el Coloniaje se encuentra ya la jerarquía
social y política trasplantada de la Península y una sociedad consolidada con
sus gobernantes, ricos propietarios y mercaderes, trabajadores manuales, etc.,
sometidos a normas e instituciones estables.
Diferencias entre Descubrimiento (la palabra está mal empleada, debido a que
había población desde generaciones anteriores), Conquista (apropiación
violenta de la tierra) y Colonización (asentarse en un lugar, desarrollarse
económicamente, habitar un territorio)

Conquista de México.

2) 1) La expedición de Cortés

Hernán Cortés procedía de Extremadura. Nació en la ciudad de Medellín en el


año 1485 (según Amores, nació en el año 1465). Pertenecía a la baja nobleza
de los hidalgos, quienes no poseían ningún título nobiliario, pero sí escudos de
nobleza y disfrutaban determinados privilegios. Su madre procedía de la familia
de los Pizarro, de Trujillo (Extremadura), de suerte que, según la costumbre
española, su nombre de familia completo es Hernán Cortés y Pizarro. El padre
participó en muchas campañas guerreras, vivió más tarde en Medellín de las
rentas de sus propiedades y algunos alquileres. Su único hijo debía seguir la
carrera de Derecho, ya que iba ganando mucho en significación política y en
prestigio social. Con catorce años fue enviado a estudiar a Salamanca, la
famosa ciudad universitaria, donde lo tuvo a su lado un pariente letrado.
Aprendió bien la gramática latina, ya que años más tarde mostraba saber latín.
Sin embargo, regresó a los dos años a la casa paterna. Su naturaleza inquieta
y altiva y su insensatez acarreaba muchos disgustos domésticos, y finalmente
tomó la carrera de las armas y se fue por el mundo. Existían dos posibilidades
para un joven español de aquel tiempo: o ir a Italia y servir bajo el Gran
Capitán, o emigrar a las islas de las Indias occidentales descubiertas
recientemente, a donde el nuevo gobernador Nicolás de Ovando se disponía a
partir con una gran flota. Optó por la segunda posibilidad. Pero por motivos
personales no logró partir en la flota de Ovando. Entonces decidió probar
suerte en Italia, pero desistió pronto de ello y pasó largo tiempo como ayudante
de un notario en Sevilla. En el año 1504 con 19 años de edad, navegaba
Hernán Cortés en un barco mercante desde el puerto Sanlúcar de Barrameda
hacia La Española.

Se le aconsejó, que solicitara en el Ayuntamiento de Santo Domingo, la


concesión de la vecindad y solar y, las circunstancias le convirtieron en un
colono avecinado en el país. El gobernador Ovando le entregó indios para el
trabajo y le confió el empleo de escribano del Ayuntamiento de la nueva ciudad
de Azúa, donde Cortés vivió seis años dedicado a la agricultura y
desempeñando su cargo público a satisfacción de todos.

En el año 1511 acompañó a Diego Velázquez a Cuba y le sirvió como


secretario. Fijó su residencia en la primera ciudad española de Cuba, Santiago
de Baracoa y fue elegido dos veces alcalde del lugar. Continuó su actividad
como agricultor y se distinguió por su espíritu de empresa. También se dedicó
a la cría de animales, y con la ayuda de los indios extrajo gran cantidad de oro
de las montañas y ríos. Se casó con Catalina Suárez, quien procedía de una
familia de la baja nobleza. Como colono de Cuba, había alcanzado un
bienestar económico que, sin embargo, despilfarraba para y con su esposa y
en festines. Los tiempos en La Española y Cuba significaban años de
aprendizaje. Había aprendido el arte de la guerra con los indios; se familiarizó
con los fundamentos y métodos de la política colonial española y tuvo ocasión
de informarse sobre la situación y las camarillas en la Corte española.

Cortes había logrado prestigio y estimación en la isla de Cuba. Agradaba ya


por su apariencia exterior, su robusto y esbelto cuerpo, el cabello y barba
oscura, y expresivos ojos. Era un diestro jinete y sabía manejar las armas con
habilidad. En sus vestidos se mostraba pulcro y cuidadoso. Era muy buen
conversador y hacía gozar con su inteligencia rápida y aguda sin ser
impertinente. Amaba la sociabilidad y tenía afecto a las mujeres y al juego.

Tan desarrollado estaba el aparato administrativo oficial, que ni el gobernador


de Cuba podía equipar nuevas expediciones sin el consentimiento de las
autoridades de La Española y de los funcionarios de la Corte correspondiente
ni las podían ejecutar habitantes particulares de la isla sin permiso e instrucción
del gobernador. Cuando llegó el barco de Grijalba con sus ricos tesoros de oro,
tomó Velázquez en consideración a varias personas para el nombramiento de
jefe del tercer viaje a las costas centroamericanas, pero se decidió por Hernán
Cortés, el cual Velázquez decía que como fue su criado por mucho tiempo,
podía confiar en él.

Objetivos de la expedición de Hernán Cortés: La instrucción que le dio el


gobernador el 23 de octubre de 1518 no menciona la población ni colonización
de las tierras descubiertas. Cortés debía encontrar a los miembros
desaparecidos de la expedición de Grijalba, continuar con la exploración de
aquellas islas y países, fijar los puertos y entradas y sondear su profundidad,
anotar todo en los mapas marinos y practicar comercio de trueque con los
indígenas. Le es ordenado ir a tierra solamente en casos especiales, solo para
buscar agua y leña, o para tomar posesión de las islas en nombre del rey.

En realidad, no le faltaba al gobernador de Cuba el espíritu de empresa de los


conquistadores, pero no quería exponer su fortuna y su crédito en una
arriesgada expedición hasta que no estuviera seguro de la autorización de la
Corona para protegerse, al mismo tiempo, contra la intrusión de cualquier rival.
Además, ante todo, asegurarse contra la pretensión del virrey Diego Colón,
quien entonces estaba en la Corte española y allí perseguía sus derechos, que
según creía, le facultaban solo a él como hijo del descubridor, para efectuar
más conquistas y colonizaciones desde las islas ya descubiertas y colonizadas.
En estas circunstancias, Diego Velázquez envió a un apoderado, Gonzalo de
Guzmán, a la Corte española para informar sobre las islas y tierras recién
descubiertas y ofrecerse para conquistar estas a sus expensas, en caso de que
el rey lo nombrara su Adelantado y gobernador de las mismas. Gonzalo de
Guzmán obtuvo el convenio con la Corona, el cual fue firmado por Carlos V en
Zaragoza el 13 de noviembre de 1518. El rey nombraba a Velázquez como
Adelantado vitalicio de todas las tierras descubiertas por él.

Diego Velázquez, con el fin de apoyar y acelerar la decisión real, envió a su


capellán Benito Martín a la Corte española y le entregó los valiosos objetos de
oro y plata de la expedición de Grijalba como regalo para Carlos V. Pero el
capellán llegó tarde a España para tomar parte en la conclusión del convenio
con Diego Velázquez.

Con esto queda caracterizada la situación en la cual Cortés llegó a ser


conquistador y colonizador de México. El gobernador de Cuba quería, mientras
no tuviera el poder real en las manos, limitar la expedición encargada a Cortés
a la simple continuación de los descubrimientos con un pequeño grupo de
barcos y expedicionarios. Hernán Cortés, por el contrario, estaba decidido a
tomar para sí esta gran tarea y ejecutar la obra como su acción personal. Los
preparativos eran tan grandes que pronto despertó la sospecha en el
gobernador, quien trató de impedir la partida de Cortés. Este, por su parte, se
dio prisa y zarpó antes, incluso cuando no habían llegado las provisiones.
(Primer acto de rebelión). Triunfó el osado y decidido (Cortés) sobre el
precavido, calculador y competente burócrata (Velázquez). Cuando luego hizo
comunicar Diego Velázquez su nombramiento de Adelantado a Cortés y le
exigió subordinación incondicional, ya lo sucedido no podía anularse. Cortés
había creado entre tanto una nueva situación por los hechos consumados. La
armadura de la flota fue un negocio en sociedad entre Velázquez y Cortés.
Cortés sostuvo que había aportado dos tercios de los fondos necesarios. De
los diez barcos de la expedición solamente tres pertenecían al gobernador
Velázquez y los otros siete pertenecían a Cortés.

La expedición tenía un carácter absolutamente militar. El reclutamiento de los


participantes se hizo a través de llamados públicos, como era usual para el
enganche de soldados. Para la adquisición de armas y caballos se pusieron
fondos a disposición de cada uno según la necesidad. Cortés dividió su tropa
en once compañías, y al mando estaban capitanes nombrados por él, mientras
que Cortés tomó el rango de capitán general. Sueldos no se pagaban. Apeló
al espíritu militar de los españoles en la arenga que dirigió a los soldados
a su salida de Cuba. Da tres arengas (palabras de aliento): la primera
incentiva es que tienen que ganar grandes y ricas tierras. La segunda dice
que la guerra va a ser justa y que Dios va a ser quien le dé la victoria. Y la
tercera les dice que en muy poco los va a hacer ricos. Tal apelación no falló su
efecto. De los 58 sobrevivientes de la expedición de Grijalba, se alistaron 43
para la nueva empresa y otros 10 se unieron más tarde con Narváez.
La expedición de Hernán Cortés se hizo a la mar el 18 de febrero de 1519,
contaba con once barcos viejos y pocos marineros, de los cuales el mayor
desplazaba cerca de cien toneladas, y aparte de los 110 marineros, llevaba a
bordo 508 soldados. Luego de sumarse diferentes refuerzos, se elevó a 1.222
hombres. Hasta la conquista de la ciudad de México se juntaron unos
2.000 hombres.

Las armas principales de los españoles eran espadas, picas y puñales, era
usual en la infantería. Eran usadas en la lucha cuerpo a cuerpo con los
indígenas. Además llevaban 32 ballesteros, 13 fusiles, 10 cañones de
bronce y 4 ligeros. La caballería constaba en principio de solo 16 caballos;
con Narváez llegaron otros 80. Como armas defensivas, los escudos de
hierro europeos eran poco útiles, la gran humedad los oxidaba mucho. Para la
defensa de las flechas indias se fabricaron armaduras de algodón, eran
acorazadas que llegaban hasta las rodillas. El rostro y los caballos también
eran protegidos de esta forma.

Poder político y militar de los aztecas.

Los aztecas derivaban sus nombres de su lugar de origen Aztlan y llamaban a


su país como a un héroe de la tribu Méxica. Se establecieron en una isla del
lago de México y dieron a la ciudad, fundada allí hacia 1730, el nombre de
Tenochtitlan. Era una ciudad construida sobre pilotes. El tráfico se hacía por
medio de calles firmes y canales, o corrían calles y canales unos al lado de
otros. Era considerada la Venecia del Nuevo Mundo. Estaba unida con tierra
firme por tres diques que eran al mismo tiempo calles, en las que podían
caminar, según el informe de Cortés, ocho caballos unos al lado de otros. Se
habían dejado huecos a ciertas distancias para permitir el paso del agua y el
tráfico de botes. Un puente movible cubría el pasaje. La más larga de estas
calles medía 8 kilómetros. La ciudad-isla estaba bien protegida contra los
atacantes.

El ascenso político de esta ciudad provino de una alianza con las


ciudades vecinas: Texcoco y Tlacopan. Esta triple alianza se transformó bajo
Moctezuma I en una preponderancia de la ciudad de Tenochtitlan. En 80 años
apenas se formó un gran Imperio, que hacia el Norte se extendía hasta
Durango y Colima y hacia el Sur poseía puestos avanzados hasta Chiapas.
Contaba con 38 provincias-ciudades que estaban obligadas a pagar tributo,
pero tenían su administración independiente. En lugares estratégicos
importantes estaban las guarniciones aztecas. Algunas ciudades del interior,
por ejemplo Tlaxcala, habían logrado mantener su independencia, esto
facilitó a Hernán Cortés encontrar aliados.

Los aztecas, cuya expansión militar creó un vasto Imperio, eran considerados
un pueblo guerrero y veían la guerra no solo como un deber y ocupación, sino
como la realización de su vida. Todos los jóvenes aztecas querían ser
guerreros y la educación estaba dirigida al aprendizaje del arte de la guerra y a
la adquisición de las virtudes guerreras. Los hechos guerreros señalaban al
hombre su posición en la sociedad. Las mismas ideas religiosas animaban el
ansía de las acciones de guerra. La muerte en batalla significaba la promisión
de eterna felicidad.

Los aztecas no hacían la guerra solamente por afán de conquista ni por una
insaciable voluntad de poder, ni buscaban solamente el botín y tributo. Solo se
sometían con esto, según creían, a la voluntad de los dioses, que exigían
incesantemente sangre, que en lengua azteca era llamada agua de piedras
preciosas. Se necesitaban prisioneros para sacrificarlos. La guerra proveía,
por tanto, para la nutrición de los dioses.

Los aztecas perseguían con sus conquistas metas guerreras limitadas. Se


conformaban con el reconocimiento de su soberanía y con los pagos regulares
de tributos. Los sometidos conservaban sus propios cultos a los dioses,
costumbres e instituciones.

Este pueblo guerrero se sentía paralizado en su espíritu de lucha frente a


los intrusos europeos a causa de la fe en sus dioses. El miedo se había
apoderado de los ánimos ante la profecía del retorno del rey-sacerdote
Quetzalcoatl, que debía aparecer en el Este y preparar el fin al regimiento de
los dioses sanguinarios. Los libros de profecías anunciaban este suceso para el
año “1 cañas”, que se repetía cada cincuenta y dos años. Uno de estos años
era 1519, en que Cortés desembarcó en las costas mexicanas. Surgen muchas
preguntas: ¿regresaba Quetzalcoatl ahora del Este con las extrañas “casas de
agua”? ¿Eran estos extranjeros los dioses blancos? Se producían señales de
mal agüero. El pesimismo, que era propio de la concepción del mundo
mexicano, se mostraba fatal en este instante de la mayor crisis histórica del
Imperio azteca.

Las armas eran construidas de madera y piedra. La más temida era la espada
azteca, que consistía en una barra de madera, en cuyos lados eran incrustadas
afiladas cuchillas de obsidiana, una piedra vidriosa. Para la lucha cuerpo a
cuerpo utilizaban largas lanzas con puntas de piedras, además usaban arcos y
flechas y dardos provistos con una punta de obsidiana, que eran disparados
con hondas; escudos de madera y vestido de algodón gruesamente acolchado
en el que quedaban clavadas las flechas que no venían de muy cerca, las
fortificaciones eran casi desconocidas. La lucha comenzaba con gritos de
guerra, ruidos de tambores y silbatos. En la pelea buscaban hacer prisionero al
enemigo más que matarlo. La guerra culminaba cuando los aztecas lograban
penetrar en el templo de los enemigos e incendiarlo, esto anunciaba que el dios
mexicano había sometido a la deidad extranjera.

La constitución política del Imperio azteca se encontraba en la evolución


hacia un despotismo oriental, donde el soberano, como magistrado
supremo y jefe del Estado, poseía un absoluto poder de mando y al
mismo tiempo era sacerdote supremo. Moctezuma II residía en una corte
fastuosa (lujosa), en la cual la vida estaba severamente reglamentada
conforme a una alambicada etiqueta.

Monarquía azteca. (Relato de Cortés). Todos los señores que entraban en su


casa no entraban calzados, los que él enviaba a llamar entraban con la cabeza
y ojos inclinados y el cuerpo muy humillado, y cuando hablaban con él no le
miraban a la cara, lo cual hacían por mucho acatamiento y reverencia
(significado de respeto). Cuando Moctezuma marchaba por la ciudad todos le
volvían el rostro, y de ninguna manera lo miraban, y los demás se postraban
hasta que él pasara.

La administración del Estado del Imperio azteca estaba rígidamente


centralizada y ampliamente burocratizada. Había un gran número de
funcionarios, incluso para los asuntos más insignificantes, pero los
representantes superiores del poder oficial tenían que estar diariamente en el
palacio para recibir las órdenes y deseos del emperador. Solamente un consejo
superior tenía aún parte en las resoluciones más importantes, pero podía ser
paralizado por el emperador.

La primera condición para un conocimiento de la situación del Imperio azteca y


para negociaciones con los indígenas era la adquisición de intérpretes.
Cortés, encontró en la costa de Yucatán, a un español, Jerónimo de Aguilar,
que había naufragado hacía años durante el regreso del continente a La
Española, y desde entonces había vivido entre los indios. Aguilar había
aprendido la lengua maya, pero no conocía los dialectos nahuatls a los que
pertenecía el azteca. Cuando los españoles llegaron a la región de este idioma,
Aguilar ya no era comprendido por los indígenas. Sin embargo, los caudillos de
Tabasco, cuya amistad había ganado Cortés por medio de Aguilar, le
entregaron como regalo veinte muchachas indias, que luego de ser bautizadas,
repartió entre sus capitanes. Entre esas indias se encontraba Malinche (Marina
después de ser bautizada). Era la hija de un caudillo del lugar de idioma
nahuatl, pero después de la muerte de su padre, fue repudiada, robada y
enviada como esclava a Tabasco, donde aprendió la lengua maya hablada allí.
Malinche sería la encargada de traducir el habla de los indígenas del nahuatl a
la lengua maya y Aguilar traduciría esas palabras al español; por el caso
inverso Cortés podía hacerse comprender.

Malinche, primeramente, fue adjudicada al capitán Portocarrero, pero después


de la partida de este a España, Cortés la tomó como amante, a quien le agradó
por su belleza e inteligencia, y a quien dio un hijo. Ella aceptó el cristianismo y
servía a los extranjeros con gran devoción. Años más tarde se casó con el
hidalgo español Juan Jaramillo.
Para avanzar al interior de México, necesitaban los españoles una base de
operaciones en la costa que mantuviera el enlace marítimo con las Islas
de las Indias occidentales y España, para asegurarse que llegaran los
informes y obsequios de Hernán Cortés a la Corte española. En la bahía de
San Juan de Ulúa se encontró un puerto favorable, apropiado para la
instalación de un punto de apoyo. Con la intención de fundar una colonia,
seguía Cortés al mismo tiempo una norma derivada de la experiencia y que el
cronista López de Gómera había formulado para la colonización española de
América: Quien no poblare, no hará buena conquista, y no conquistando la
tierra, no se convertirá la gente; así que la máxima del conquistar ha de ser
poblar”. Con la decisión de Cortés, coincidían también la mayor parte de sus
gentes que no tenían ninguna propiedad en la isla de Cuba, o que esperaban
mejorar su situación económica y posición social por la colonización en el
nuevo país.

Así surgió como primera ciudad europea en suelo mexicano la Rica Villa de la
Veracruz (actualmente Veracruz). La fundación se ajustó a la forma usual de
las colonizaciones españolas. Fueron trazadas la plaza mayor y las calles, que
formaban rectángulos, y se fijaron sitios para la construcción de iglesias, la
casa ayuntamiento, la cárcel, el matadero y otros edificios públicos. Cortés
nombró los funcionarios de la ciudad y el consejo municipal.

El Ayuntamiento recién construido de Veracruz eligió a Hernán Cortés para


Alcalde y Justicia Mayor y Capitán General, confiándole así el más alto poder
jurídico y militar. Esto era un acto revolucionario, pues, según la monarquía
española de ese momento, no podía ser constituido jurídicamente el
Ayuntamiento de Veracruz ni por Cortés (no tenía poder real para eso), ni por
acuerdo colectivo (no tenían facultad para apropiarse funciones de autoridad y
nombrar funcionarios).

2) Avanzada hacia la capital del Imperio azteca

Cortés atrajo por persuasión o soborno a algunos amigos de Velázquez, pero


otros solamente pretendían seguir con las instrucciones del gobernador para
luego volver con sus familiares. Cortés trató de neutralizar tal oposición, sin
embargo, varios optaron por la rebelión abierta y declararon que no querían
tomar parte en la avanzada ulterior. Se apoyaban en que Cortés les había
prometido, que en cualquier momento podían regresar a sus casas y él les
pondría a disposición un barco y provisiones. Finalmente dio permiso a siete
personas para volver y les asigno un barco. Pero los demás, exigieron a Cortés
que no concediera permiso, pues, según el derecho de guerra, toda persona
que quiera abandonar en el peligro a su bandera y a su jefe merece la pena de
muerte. Cortés revocó el permiso concedido, por esta razón hubo un intento de
huida de los partidarios de Velázquez. Cortés al enterarse del hecho hizo
colgar en la horca a dos de ellos como desertores, cortar los pies del piloto
culpable y azotar a algunos otros participantes.

Para evitar una deserción de sus gentes, resolvió destruir los barcos, con el
pretexto de que las naves estaban comidas por la tiñuela y hacían agua, las
hizo traer a tierra y desmontarlas. Se dice que ordenó agujerear en secreto las
naves para que luego se comunicara la noticia de que se hundían. De esta
manera, Cortés sumó más gente, ya que pudo alistar en el ejército a los
marineros debido a que no iba a utilizar los barcos.

La primera gran ciudad india en que entraron los españoles fue Cempoala,
capital del Imperio Totonaca. El blanco resplandor de los edificios hizo suponer
a la vanguardia española que las casas estaban revestidas con plata. Contaba
con extensos palacios, amplios patios interiores, magníficos jardines. Quedaron
tan asombrados que comparaban la ciudad con Sevilla.

Gran impresión les causó la ciudad de Tlaxcala, en la cual llegaron el 18 o 23


de setiembre de 1519. Cortés la describe así: la ciudad es tan grande, es casi
increíble, es mucho más grande que Granada y más fuerte, muy buenos
edificios y mucho más gente que en Granada, y mejor abastecida en cuanto a
la agricultura, pan, aves, caza y pescados y otras legumbres. Hay un mercado,
donde hay 30.000 personas vendiendo y comprando, en él venden vestidos,
calzados; hay joyerías de oro y plata, piedras preciosas, joyas de plumaje.
Venden, además, leña, carbón, yerbas de comer medicinales. Hay barberos
(lavan cabezas y rapan). Hay baños, policías y mucho orden. América
sobrepasa en mucho a África.

Cholula, era según Cortés, igual a la ciudad más bella de España y la más
apropiada para vivir en ella. Contaba con un templo en lo alto y desde ahí se
podía visualizar más de 400 torres. La tierra era fértil y en general estaba
regada por regadíos, el suelo estaba repleto de cultivos. Sin embargo, debido a
la numerosa población, se veía mucha gente pedir en las calles y en las casas.
La ciudad fue comparada con Castilla.

Luego de pasar las montañas con la nieve y el frio del invierno, descendieron al
Valle de México y contemplaron desde lejos la ciudad de las lagunas,
Tenochtitlan. Los españoles quedaron perplejos y comparaban la ciudad con
las cosas de fantasías que cuenta el libro de Amadís de Gaula. Pero en el
asombro se mesclaba la angustia y preocupación, como lo expresa Bernal
Díaz: “Por delante estaba la gran ciudad de México; y nosotros aún no
llegábamos a cuatrocientos solados”. Ya que no era un simple grupo turístico,
sino que se habían introducido en la ciudad como conquistador militar. Desde
ese momento, les llevó más de siete meses para llegar hasta la capital
mexicana. En este trayecto perdieron entre 45 y 55 soldados a causa de luchas
y enfermedades. Si esta tropa había logrado alcanzar la meseta lo debía a
su disciplina militar y a su sólida formación. Cortés prohibió de la forma
más severa causar daño a indios amigos o robarles algo.

En Tlaxcala, Cortés dictó sus severas Ordenanzas Militares ya que se


encontraban lejos de la patria y no podían contar más que con ellos mismos
ante la enorme multitud de guerreros. Las ordenanzas prohibían juramentos y
blasfemias, juegos de dados y cartas, sarcasmos y discusiones, y el pillaje.
Todo botín debía reunirse y luego ser repartido por Cortés, cada uno recibía lo
que le correspondía. Los castigos estaban pautados según la posición social.
Si un hidalgo era multado con 100 pesos oro, el español sencillo tenía que
esperar 100 azotes en público.

Había mucho miedo por parte de los españoles, ya que muchas veces tenían
que ver desde lejos lo que los aztecas les hacían a los españoles que tomaban
como prisioneros. Los aztecas arrastraban al español a lo alto del templo, y allí,
adornado con plumas en la cabeza, lo obligaban a bailar ante los ídolos, luego
lo ponían sobre una piedra de sacrificios, le abrían el pecho y le sacaban el
corazón, que era ofrecido a los ídolos. Después de muerto era arrojado
escaleras abajo y desmembrado por indios matarifes, que cortaban los brazos
y piernas para comerlos y le quitaban la piel de la cara para usarla como
máscara en las danzas.

Muchos soldados sufrían crisis nerviosas, ya que debían hacer servicio de


vigilancia por las noches y no lograban descansar, ni siquiera podían
desprenderse de sus armas. Cortés acudió a otra arenga para levantar el
ánimo de sus hombres; las palabras no fallaron e hizo que todos le
obedecieran incondicionalmente.

El proyecto de conquistar con seiscientos hombres un imperio que podía


levantar quizá dos millones de guerreros, hubiera sido un disparate si Cortés
hubiera concebido su expedición como una simple campaña. Ni la superioridad
técnica guerrera, ni la estrategia más genial hubiesen podido alcanzar tal meta
militar. La conquista española de México se hizo posible por los recursos
políticos-diplomáticos.

Cuando los españoles desembarcaron en el puerto de San Juan de Ulúa,


sintieron alivio porque los indios de esa comarca los recibieron amistosamente.
Se encontraban en tierra totonaca. Los totonacas sufrían mucho bajo el
dominio de los aztecas debido al despotismo de sus cobradores de tributos,
además les robaban las más bellas mujeres y mancebos. Veían a estos
extranjeros como sus libertadores. El cacique Gordo, era el jefe de esta cultura,
quien propuso hacerse vasallo del rey español. (Primera alianza). El cacique
puso a disposición 400 cargadores para llevar equipaje. Esta alianza
garantizaba protección para la recién fundada ciudad-puerto de Veracruz y
aseguraba el enlace de las tropas con su base de partida de la costa.
Los totonacas aconsejaron a Cortés que tomara el camino por la ciudad de
Tlaxcala, ya que los habitantes eran enemigos de Moctezuma.

En Tlaxcala no fue fácil realizar la alianza, ya que contaba con una aristocracia
regida por cuatro jefes. Estos se resistían porque pensaban que los españoles
podían estar aliados en secreto con Moctezuma. Cortés le aseguró al pueblo la
paz y la amistad, de esta manera se aliaron. Tlaxcala puso a disposición de
Cortés un ejército de cien mil hombres.

Así marcharon hacia la ciudad de Cholula el 12 de octubre de 1519. Estaba


situada a 80 km. de Tenochtitlan y era un punto de apoyo de los aztecas para
sus expediciones militares. Los habitantes de Cholula se sometieron a los
españoles. Pero parece ser que era una trampa preparada por Moctezuma,
pues, se ha encontrado trampas instaladas en las calles y montones de piedras
en los tejados planos de las casas. Malinche se enteró del plan y avisó a
Cortés. Este se anticipó y llamó a los dignatarios de la ciudad a reunión y estos
fueron acompañados de dos mil indios; Cortés los atacó y los mató. Su ejército
mato y saqueó el resto de la ciudad (3 a 6 mil habitantes). Al término nombró
nuevas autoridades. Después de tomar posición de la ciudad de Cholula,
Cortés ordenó liberar a prisioneros; eran indios que estaban siendo engordados
para el sacrificio de los dioses.

Con medios diplomáticos, sin lucha abierta, logró Cortés su primera


entrada en la capital azteca.

El soberano azteca había recibido pronto, noticia por parte de sus espías sobre
el desembarco de raros extranjeros en sus costas. Comparaban los barcos con
“una colina o un pájaro grande”. Cuando Moctezuma oyó estas palabras quedó
completamente abatido, ya que desde hace diez años se habían observado
toda clase de señales que anunciaban la desdicha: fuego cayendo desde el
cielo, agua hirviendo en el lago de México, gritos en la noche, hombres
deformes, pájaros y peces extraños, un cometa con cola larga.

Moctezuma mandó llamar a los hechiceros, con el fin de averiguar qué era lo
que estaba sucediendo, pero estos no pudieron dar respuesta. Él se enojó y
mandó meterlos a la cárcel y matar a sus familias.

Moctezuma se preguntaba si esos extranjeros que venían del mar, era su dios
Quetzalcoatl. Ante la duda, mandó llamar a dos joyeros para labrar un collar
con colgantes de preciosas piedras, pulseras de oro para brazos y piernas, una
máscara de turquesa, tocado de plumas, aderezo auricular en forma de
serpiente y otras alhajas (estos adornos pertenecían a su dios Quetzalcoatl).
Luego mandó enviar estas ofrendas al jefe de los extranjeros. Con esto debía
probarse si realmente era su dios.
Portillo en su libro “Visión de los vencidos” dice que cuando llegaron ante ellos
los enviados por Moctezuma, Cortés les quiso colocar temor. Los ató con
hierros en los pies y cuello, estos se desmayaron y cayeron. Pero, los
españoles los ayudaron, le dieron vino y luego de comer, y les propuso hacer
un duelo, porque ya sabía que eran guerreros. Quería probar hasta donde
llegaba su fuerza. Pero estos no estaban autorizados y por eso se fueron lo
más rápido posible con temor.

Los enviados dan muchos detalles de los españoles por ej: están todos
vestidos de hierro, escudos, espadas, arcos, solamente se les ve su cara. Les
llama la atención que sean blancos, de cabello amarillo, algunos negros y
crespo. Sus perros enormes de orejas grandes y caídas. Sus panzas
ahuecadas, acanaladas. Fuertes y robustos, nunca están quietos.

Moctezuma al oír esto se angustió y se llenó de temor. Envió a sus magos y


hechiceros a llevarles comida a los españoles. También llevó guerreros y gente
valiente. Mandó todo tipo de comida y oro. El objetivo era que los españoles
quedasen satisfechos y no siguieran avanzando. Incluso envió cautivos para
que los sacrificaran. Pero cuando sucedió eso, los españoles sintieron asco.
Moctezuma aún creía que ellos eran dioses: “Dioses venidos del cielo” y los
negros “divinos sucios”, y los caballos eran venados.

La idea era además, poder hacerle algún hechizo, maleficio, o colocarles


algunas llagas. Pero todo fue en vano. Una enorme angustia se apoderó de
Moctezuma y el pueblo. Portillo dice en su libro que el soberano estaba con
temor, espanto y terror. La idea era reanimar a la gente para que esta no
desfallezca. Las familias se lamentaban, ya que no sabían qué iba a pasar con
ellas. Ante la llegada inminente de esas naves a sus tierras.

Moctezuma estaba muy nervioso, debido a que se enteró que los “dioses
venidos del cielo” averiguaban sobre él y su aspecto físico. Le dio mucho
temor, incluso pensó en huir o esconderse en una cueva, ir al templo de la
diosa del maíz, pero no lo pudo hacer; decidió quedarse y esperarlos.

3) Llegada de los españoles al Imperio azteca

El 8 de noviembre de 1519, entró el ejército de 400 hombres a la ciudad de


México. Fueron recibidos por mucha gente, la cual llenaba las calles. Según
Konetzke cerca de mil dignatarios acudieron para darle la bienvenida. Sobre
andas iba el jefe azteca, con ostentosas vestiduras de soberano y por otro lado,
a caballo iba Cortés. Fue un encuentro entre el Viejo y el Nuevo Mundo.
Moctezuma comenzó el saludo basando el suelo y esto significaba sumisión
ante los blancos. Sin embargo, Cortés quería saludar según la costumbre
española, darle un abrazo y golpes en la espalda, pero se lo impidieron, ya que
nadie toca al “Señor de los Hombres”. Intercambiaron regalos y, luego fueron al
palacio-templo del padre de Moctezuma.
Moctezuma pensando que eran dioses aún, puso todo su dominio a los pies de
un caudillo, el cual tenía un pequeño grupo de guerreros. Como si fueran
legendarios esperados.

Sin embargo, Cortés tomó muchas precauciones al entrar al palacio para su


protección. Hizo nuevamente algo para asustar a los indios: disparó el cañón.
Causó temor y espanto, corrían desordenadamente. Según en el libro de la
“Visión de los vencidos” dominaba el terror, como si todo el mundo estuviera
descorazonado. Y cuando anochecía, era grande el espanto, el miedo
dominaba a todos, se les iba el sueño, por el temor.

Además, se veía en los aztecas un cambio de actitud. Los funcionarios que


tenían a su cargo, al abastecimiento de los españoles, obedecían de mala
gana. Claramente se anunciaba una crisis de autoridad en la monarquía
despótica de Moctezuma.

¿Cómo hizo Cortés para someter con cuatrocientos hombres, una ciudad
y provincia de aproximadamente un millón de habitantes? Esto, una vez
más, solo podía lograrse por medios políticos-diplomáticos. Cortés dio un
golpe de fuerza (Estado). Tan solo una semana después de la entrada en la
ciudad, hizo poner al soberano azteca en prisión y llevarlo al palacio, donde
Cortés instaló su Corte.

Cortés en su informe a Carlos V, justificaba el paso arbitrario como una medida


necesaria para seguridad de los españoles y en interés de la Corona española,
ya que en cualquier momento el líder azteca podía cambiar de opinión y
comenzar una guerra contra ellos.

Sin embargo, tener al soberano en prisión significaba poner bajo el dominio


español a los países dominados por Moctezuma. Por ende, el soberano era
un medio político para ser utilizado en la conquista de México, que no
podía ser solo militarmente.

Definitivamente el poder del gobierno había pasado a manos de Cortés, ya que


los tributos le pagaban a él. Así mismo, Moctezuma soportaba su destino con
dignidad y daba tranquilizadoras órdenes a la población. Les dice que los
españoles son los nuevos dioses, esperados desde hace mucho tiempo y por
eso él acepta todo lo que está sucediendo. Moctezuma era víctima de sus
creencias y de la de sus sacerdotes en el regreso del Dios.

Los españoles extrajeron mucho oro, no solamente de la ciudad de México,


sino también de las provincias que estaban bajo el dominio azteca. Esto trajo
varios problemas, en primer lugar pusieron en peligro el Imperio mundial de
Carlos V, ya que esta sed de oro podía llevarlos a la perdición.

Por otro lado, el afán desmesurado por el brillante metal, amenazaba con
relajar la disciplina en el campamento español. Hubo disputas por la
repartición de los tesoros. Incluso se le acusó a Cortés de esconder mucho oro,
mientras que los soldados, que habían luchado día y noche, eran defraudados
con la recompensa. Asimismo, Cortés logró tranquilizar los descontentos.

También resultó peligroso el apresurado e inhábil afán de querer


evangelizar a los indígenas. Pensaba que en poco tiempo se convertirían
muchos o todos al cristianismo. Por esta razón, Cortés tenía como primera
obligación la destrucción de los dioses paganos y la demolición de las
pirámides-templos cada vez que entraba en una ciudad india.

Para este arbitrario proceder, Cortés no tenía en cuenta el poder que una
religión ejerce por su tradición sobre sus adeptos. Tal incomprensión por poco
termina fatalmente en Tlaxcala. Cuando Cortés concluyó con la alianza de esta
ciudad, quiso también desarraigar enseguida a los dioses paganos. Habló a los
tlaxcaltecas del único Dios, de Jesucristo, el Espíritu Santo y la Virgen María, y
les pidió que no creyesen más en sus dioses. Los tlaxcaltecas respondieron
decididamente que no debían molestarse en hablar más con ellos de esas
cosas, ya que no dejarían los sacrificios a sus dioses aunque se les matara.

Cortés no dejó de insistir, incluso fue a visitar a Moctezuma y le dio un largo


discurso sobre la Historia Sagrada cristiana, y acabó la charla con la
exhortación a no creer más en los aborrecidos ídolos. Moctezuma respondió a
esto, que los aztecas veneraban a sus dioses desde viejos tiempos y los tenían
por buenos dioses, como también puede serlo el Dios cristiano.

Cortés no cesaba, quería transformar el gran templo principal


HUITZILOPOCHTLI en una iglesia, colocar la cruz cristiana en lo alto de la
pirámide y dentro colocar una imagen de la Virgen María, Moctezuma muy
molesto le respondió que jamás les hubiese mostrado el templo si hubiera
sabido que ellos le iban a pedir algo tan irrespetuoso.

Cortés, sin darse cuenta, estaba destrozando la base principal de sus


éxitos al ofender a los dioses aztecas. Los españoles estaban seguros en
México mientras existiera la religión mexicana con sus mitos y cultos; si Cortés
intentaba destruir todo esto, sería el fin de los españoles.

4) La catástrofe de la “noche triste”

Cortés, prometió irse, pero buscaba escusas para demorar el momento de la


salida española de la capital azteca. Puso como excusa que después de su
desembarco había destrozado los barcos. Ante esto, el soberano dio orden de
que trabajadores indios le ayudasen a construir nuevas naves para que puedan
irse. Pero, al llegar la noticia de que Diego Velázquez había enviado en una
expedición a 800 hombres para aprender a Cortés y sus hombres, el
pequeño grupo veía interrumpida la retirada hacia la costa. Todos los éxitos
logrados hasta el momento en la conquista de México se veían en peligro.
Ante esta situación, Cortés debía hacer algo y nuevamente engañó a
Moctezuma diciendo que los que venían no eran de la misma ciudad y que
eran enemigos.

Cortés, salió al encuentro de las tropas de Narváez con 250 soldados y dejó
200 para la vigilancia de Moctezuma y protección de la ciudad.

La forma en que Cortés por medio de intrigas y promesas rompe con la


resistencia del campamento de Narváez es increíble. Además las
seductoras riquezas de la capital azteca contribuyeron a que los soldados se
adhiriesen al jefe. Cuando regresó, contaba con más de mil hombres y noventa
y seis caballos aproximadamente.

Pero, mientras él estuvo afuera, había estallado, por culpa de su


subalterno, la sublevación de los mexicanos contra los españoles. Los
aztecas tenían muchas razones para atacar los españoles: la prisión de su
soberano Moctezuma, la destrucción de sus imágenes y la profanación de su
templo, el robo de sus tesoros. Un insignificante motivo podía conducir en todo
instante a un levantamiento general contra los conquistadores. Los aztecas
prepararon la gran fiesta para su dios que duraría veinte días y, según vagos
rumores, luego de esa fiesta los aztecas atacarían a los españoles.

Alvarado al enterarse de los planes aztecas, interrumpe las fiestas y mata sin
piedad a mucha gente esa noche. Se estima que alrededor de cuatro mil
personas murieron, ya que la matanza continúo por las casas y calles. Los
aztecas indignados, continuaron la guerra, hasta que lograron arrinconar a
Alvarado al cuartel fortificado de los españoles. Cuando Cortés regresó, se
enojó mucho con lo sucedido y por la imprudencia de Alvarado pero, ocultó su
enojo ante la peligrosa situación. Ni siquiera, Moctezuma podía calmar a los
aztecas, ya que se encontraba muy ofendido y enojado por la matanza de los
españoles. Pero, igualmente lo obligaron a que ordenara a sus súbditos la
suspensión de la lucha. Según Portillo, en su libro dice, que Moctezuma
expresaba que los aztecas no igualaban a los españoles y que no luchen más;
y que los que sufren son los ancianos, la clase humilde, los recién nacidos. La
respuesta del pueblo azteca fueron gritos salvajes y rabiosas maldiciones hacia
Moctezuma. Las flechas de los mexicanos se dirigían al propio soberano.

Cuando Cortés regresó, liberó al hermano de Moctezuma para que reabriera


los mercados de la ciudad, entonces los aztecas eligen a este como su
soberano.

Después de mucha lucha y muertes, Cortés le pide a Moctezuma que hable


con el pueblo. Este acepto, pero sin mucha gana porque sabía que no lo iban a
escuchar. Subió a la terraza del palacio y comenzó a hablar, pero nadie lo
escuchó. Le arrojaron piedras y provocaron su muerte.
El 30 de junio de 1520 comenzó la retirada de Cortés. Se eligió para la huida
el dique más corto y, como algunas partes estaban en mal estado,
construyeron un puerto transportable. Se conoce como “Noche triste” esta
huida catastrófica, ya que más de ochocientos españoles murieron y las tropas
auxiliares indias perdieron cerca de cuatro mil hombres.

Los españoles agotados, hambrientos y heridos se retiraban, pero el 7 de julio


les salió al encuentro un poderoso ejército azteca donde parecía que llegaba el
fin de los españoles, pero Cortés logra matar a uno de sus jefes, y nuevamente
renovó fuerzas.

Cortés contaba con cuatrocientos cuarenta hombres y veinte caballos, al llegar


a la ciudad de Tlaxcala y, debido a la alianza, los españoles fueron ayudados.

5) Lucha final por la ciudad de México

Los españoles deseaban irse, ya que habían perdido todo, armas, municiones,
caballos y habían muerto muchos de sus colegas. Sin embargo, Cortés acude
nuevamente a la arenga y, logra infundir valor y confianza entre sus soldados.
De esta manera, comienza nuevamente su ataque. Empezó primeramente a
ensanchar su base de operaciones, para un nuevo ataque a México, más allá
de su aliada Tlaxcala. En varias expediciones sometió sin pérdidas propias, a
poblaciones indias y con estos éxitos fortaleció a sus tropas. Mandó hacer
prisioneros y vender como esclavos a los indígenas que resistían con las armas
a la soberanía española o se rebelaban contra ella. Para sembrar terror y
espanto, ya que sin esto era imposible conseguir algo.

Además de los sucesos de la “Noche triste” había sacado Cortés, la enseñanza


de que la capital azteca, rodeada de agua, solamente podía ser definitivamente
conquistada y conservada mediante una combinación de fuerzas de tierra y
agua. Por esta razón, Cortés mandó construir barcos, trece en total, para el
ataque por agua.

Entre tanto, había recibido Cortés refuerzos militares. De Castilla y las islas
Canarias llegó a Veracruz un barco con gran cargamento de fusiles, ballestas,
pólvoras, armas y otras mercancías, además trece soldados y caballos. De La
Española llegaron refuerzos de hombres y materiales.

Cortés disponía en total, de una fuerza de combate de más de novecientos


hombres. De artillería llevaba consigo tres cañones pesados y quince ligeros.
(A finales de mayo sitia la ciudad de Mayo).

El ataque de la ciudad debía hacerse simultáneamente por tierra y por mar. Las
tropas que iban por tierra se dividieron en tres secciones. Cada una iba por un
dique-calzada que conducían a la ciudad.
Pero, para los barcos hacía falta remeros y, mediante amenazas de severos
castigos, Cortés ordenó que todos debían ayudar, incluyendo hidalgos (nobles).

Cuauhtémoc había sido elegido en diciembre de 1520 como soberano del


Imperio azteca, ya que Cuitláhuac había fallecido. Este, además era un
encarnizado enemigo de los españoles y, estaba decidido en restaurar el
antiguo poder del emperador. Nuevamente exigió tributos. Procuró ganar a
otros caciques por medio de regalos y promesas. Mandó mensajeros haciendo
propaganda contra los invasores y que era mejor ayudar a los nativos y no a
los extranjeros. Y una vez que los españoles tomaran la ciudad o los matarían
o los harían esclavos. De este modo Cuauhtémoc infundía valor en los indios
para resistir el avance español. Además, rechazó todas las ofertas de paz
españolas. Preferían morir antes de ver como los españoles los hacían
esclavos. La guerra debía decidir sobre el destino de México.

El 31 de marzo de 1521 comenzó la gran batalla por la ciudad de México.


Cortés dirigía el ataque desde los barcos, ya que requería especial cuidado y
preocupación. Atacaron a las canoas indias y allí mataron a la mayoría.

Pero, a pesar de todo, los españoles avanzaban lentamente tras duros y


costoso combates con un enemigo tan superior en número. Cortés tenía que
lograr el bloqueo completo de la ciudad de México. Dio la orden de ocupar la
salida septentrional de la calzada del Tepeyec y cerrar con esto el último
enlace de la ciudad-isla con la orilla del lago. Cortó el suministro de agua
potable a la capital con la destrucción del acueducto de Chapultepec.
Según Konetzke, la conquista de México fue posible, ante todo, por la
inanición de la ciudad sitiada.

En el tire y afloje de la lucha, Cortés se resolvió en impulsar el ataque lenta y


metódicamente. Cada casa tomada era quemada o derribada con catapulta y
sus escombros se utilizaban para rellenar los canales. Así fue manzana por
manzana. También se incendió el gran templo de Huitzilopochtli. Cortés
lamentaba el destrozo total de la ciudad, pero todas las peticiones de
capitulación fueron rechazadas por Cuauhtémoc.

A pesar de todo, los aztecas se resistían, hasta que el hambre y las


enfermedades rompieron con sus fuerzas. Según Portillo, todo el pueblo
estaba angustiado, padecían y morían de hambre, no bebían agua potable.
Comían lagartijas, golondrinas. Masticaban semillas de colorín y lirios
acuáticos. El estar sitiados los llevó a la muerte.

Lo peor es que las tropas auxiliares indias fueron las que arremetieron con
mayor crueldad contra los mexicanos, ni siquiera Cortés podía poner fin. Mucha
gente huyó a la orilla del lago, pero fueron alcanzados y otros morían
ahogados.
Cuauhtémoc fue llevado ante Cortés, quien tuvo una actitud caballerosa y trató
de consolar al joven soberano. Pero, Cuauhtémoc prefería morir. Cortés no le
dio importancia, ya que le parecía una persona valiente. Ahora, Cuauhtémoc
debía señorear como antes en México y el Imperio azteca, pero como
vasallo del rey español.

A petición de Cortés, Cuauhtémoc pidió a su pueblo que cesara en las


hostilidades contra los españoles.

Los españoles continuaron con el saqueo en las casas y el rapto de las


mujeres. Cuauhtémoc se quejó de estos sucesos y, Cortés ordenó que las
llevasen a casa si ellas querían regresar. Pero muchas preferían quedarse con
los españoles. Nace aquí, la primera generación de mestizos en México.

El 13 de agosto de 1521, Carlos V capituló la capital mexicana. Casi ochenta


días se había luchado ininterrumpidamente y encarnizadamente y, más de
doscientos mil mexicanos murieron en la conquista española de México.

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