Sei sulla pagina 1di 5

UNIDAD EDUCATIVA “HIPATIA CÁRDENAS DE BUSTAMANTE”

BACHILLERATO INTERNACIONAL

Historia NS

Nombre: Hiang Magne

Curso: 1ro Bi F

Fecha: 08/03/2019

La llegada de estas expediciones sería respaldada en Cuba con alzamientos encabezados


por Guillermo Moncada y Bartolomé Masó, en Oriente; Salvador Cisneros Betancourt
en Camagüey; Julio Sanguily y José María Aguirre en Jagüey Grande y Matanzas.
En tres pequeños vapores, fletados legalmente aunque con misión secreta, saldrían los
armamentos, comprados con los fondos aportados en su mayoría por las capas más
humildes de la emigración cubana.

Una de las naves debía recoger en Santo Domingo al mayor general Máximo Gómez
-dominicano y glorioso combatiente del 68- y 200 hombres, con escala final en Santa
Cruz del Sur, Camagüey.

La segunda que se dirigiría a Oriente, tomaría a los generales Flor Crombet y Antonio
Maceo en Costa Rica, en unión de otro grupo de veteranos.

El otro saldría de la Florida hacia Las Villas, con un grupo de hombres al mando de los
generales Serafín Sánchez y Carlos Roloff.

Este suceso nefasto pudo retrasar el movimiento revolucionario, pero la decisión fue
tomada, contra viento y marea como dicen los cubanos, mediante la orden de
alzamiento firmada el 29 de enero de 1895 y enviada a Juan Gualberto Gómez,
intermediario en Cuba de Martí.

El suceso debía ocurrir con la mayor simultaneidad posible durante la segunda quincena
y no antes, del mes de febrero; los conspiradores escogieron el domingo 24 de febrero,
día de carnaval, ideal para el tránsito en los campos y reunión de personas, incluso
jinetes, sin llamar la atención.

SUCESO DE GRAN ALCANCE HUMANO

Organizador y guía de la Revolución del 95, José Martí convocó los distintos factores
humanos, los veteranos de la llamada Guerra Grande o de los Diez Años (1868-1878) y
la Chiquita (1879-1880), así como las nuevas generaciones de patriotas.
El 14 de marzo de 1892 nació en Nueva York el periódico de Martí, Patria, que sembró
en sus lectores el sentimiento y orgullo de la nación cubana, y la necesidad de liberarla.
Tuvo Martí también la genialidad de fundar el Partido Revolucionario Cubano (PRC),
proclamado el 10 de abril de 1892, como frente único, sin intención electoralista y el
primero para hacer una revolución independentista. En el Artículo primero de sus bases,
señala: El Partido Revolucionario Cubano se constituye para lograr con los esfuerzos
reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la Isla
de Cuba, y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico. No fue casual la fecha escogida,
aniversario de la Asamblea de Guáimaro, celebrada el 10 de abril de 1869, en la cual los
delegados presentes de la Revolución independentista de 1868, constituyeron la
República en Armas y la primera Constitución de Cuba.

Tampoco, la integración a sus filas de patriotas de Cuba y de Puerto Rico, las dos
últimas colonias hispanas en las Antillas, en beneficio de sus pueblos y por la
trascendencia, repercusión e influencia de este hecho en el resto de América.
Procedente de Nueva York, antes de partir a la que denominó guerra necesaria, Martí
hizo escala en la República Dominicana, donde redactó en la humilde vivienda de
Máximo Gómez, el documento que trasciende a la historia con el nombre de Manifiesto
de Montecristi.

El Manifiesto expone el carácter y finalidad de la guerra emancipadora que estalló en


Cuba, un mes antes; la actitud de la Revolución y de la futura república respecto a los
españoles; cómo ha de constituirse, organizarse y desenvolverse la República, con la
misma participación e iguales derechos y deberes, de blancos y negros.
Expresa que el PRC ha sido creado para ordenar y auxiliar la guerra actual y, el General
en Jefe, electo en este cargo por todos los miembros activos del Ejército Libertador.
Según escribió a sus amigos y colaboradores Gonzalo de Quesada y Benjamín Guerra,
el 28 de marzo, Martí asegura que luego de escrito el manifiesto no ocurrió en él un solo
cambio; y que sus ideas envuelven a la vez, aunque proviniendo de diversos campos de
experiencia, el concepto actual del general Gómez, y el del Delegado. Martí sintió en lo
más profundo de sus convicciones que se trataba de un suceso de gran alcance humano
y el servicio oportuno que el heroísmo juicioso de las Antillas, presta a la firmeza y trato
justo de las naciones americanas y al equilibrio aún vacilante del mundo.

Un año antes advirtió en Patria: “En el fiel de América están las Antillas, que serían, si
esclavas, mero pontón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y
superior que se prepara ya a negarle el poder, y si libres serían en el continente la
garantía del equilibrio, la de la independencia para la América española aún amenazada
y la del honor para la gran república del Norte…” (17 de abril de 1894).

Así reafirmó este juicio en su carta a Federico Enríquez y Carvajal, fechada el 25 de


marzo de 1895, el mismo día de la firma del Manifiesto de Montecristi; “…Las Antillas
libres salvarán la independencia de nuestra América, y el honor ya dudoso y lastimado
de la América inglesa, y acaso acelerarán y fijarán el equilibrio del mundo…”

"Condenadme, no me importa, la Historia me absolverá". El que fuera líder de la


Revolución Cubana, el hoy fallecido Fidel Castro, pronunciaba aquella famosa frase
hace unos 65 años, como alegato en su defensa con motivo del proceso judicial que
tenía como objeto el enjuiciamiento de los hechos probados contra el asalto del cuartel
Moncada, situado en la segunda ciudad más importante del país, Santiago de Cuba; así
como contra el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.

Precisamente, fue un 26 de julio de 1953, cuando se produjo el fallido asalto a los dos
cuarteles que custodiaban las fuerzas de seguridad cubanas, siendo éste un escenario
propicio para las asonadas de este tipo puesto que Cuba, por aquel entonces, era un país
que se encontraba en manos de una dictadura militar cuya cabeza era Fulgencio Batista.
Este asalto fue perpetrado por un grupo de jóvenes cubanos, comandados por el propio
Fidel, en los que estaban empezando a influir las ideas socialistas que habían triunfado
en otros Estados alrededor del mundo, principalmente por la adopción del ideario
marxista-leninista, si bien, en el caso cubano, con un carácter nacionalista encarnado en
la figura de José Martí y con un fuerte sesgo antiimperialista (especialmente anti-
norteamericano).

Es en esos instantes cuando todo hacía presagiar que la posteriormente acontecida


Revolución Cubana y la llegada del socialismo a Cuba, era cuestión de tiempo. Sea
como fuere, este grupo de jóvenes se benefició de una amnistía decretada en el año 1955
por Batista, con lo cual supuso el inicio de la preparación para la toma del poder por
estos guerrilleros, desde su exilio en México. Pasaron unos años, hasta que finalmente
esta Revolución pudo triunfar en Cuba en el año 1959.

Una vez instalados en el poder, Fidel Castro y los demás oficiales que ocupaban cargos
destacados en los destinos del país en esta nueva etapa, todos ellos provenientes de la
lucha contra el régimen anterior instalado en la isla, fueron incorporando a Cuba las
tesis del marxismo-leninismo que ya estaba empezando a extenderse, aunque de forma
minoritaria, a otros países de América Latina. Por supuesto, todo este proceso hay que
considerarlo unido a las tensas y posteriores rotas relaciones internacionales entre Cuba
y Estados Unidos, principal motivo de la pertinencia política en la asunción de este
nuevo régimen cubano. En este caso, consideramos el año 1962 como la fecha clave, en
la cual se acoge como propia la ideología socialista en Cuba, así como la consolidación
de un sistema de partido único (el Partido Comunista de Cuba), acontecimientos que
fueron dando paso a la institucionalización progresiva del régimen.

Todo este proceso sigue su curso con la elaboración y promulgación de una nueva
Constitución en la República de Cuba, en el año 1976, año en el cual pasamos a hablar
de una institucionalización completa del marxismo-leninismo en el país, hecho por el
que en su artículo 1 se define a la República de Cuba como "un Estado socialista de
obreros y campesinos y demás trabajadores manuales e intelectuales", conformando la
Asamblea Nacional del Poder Popular (y el Consejo de Estado), el órgano que da
expresión política e institucional a este socialismo constitucional; asamblea que por otra
parte es necesario mencionar que todos sus integrantes son miembros del propio Partido
Comunista de Cuba. Así mismo, se establece el principio de la economía socialista, en
favor de la propiedad estatal de los medios de producción.

El socialismo en Cuba tuvo una consolidación y cierto desarrollo en aspectos clave de la


vida pública, e intervenciones de carácter regional e internacional, hasta que en el año
1991 la URSS desaparece como entidad política y principal referente de todo el
socialismo a lo largo del mundo. Es con este acontecimiento clave, respecto del cual en
el país, de forma progresiva, comenzaron a producirse acontecimientos clave, pero que
no se observan de manera destacada hasta el actual siglo XXI, concretamente en el año
2006, con la delegación de poderes de Fidel en su hermano Raúl, como consecuencia de
problemas de salud del líder de la Revolución.

Con la llegada a la máxima magistratura de Raúl Castro, las cosas en Cuba comenzaron
a dar un giro moderado, con respecto a la ortodoxia que se había desarrollado en el país
hasta tiempos muy recientes. Con el menor del hermano de los Castro, se produjo una
flexibilización de las condiciones de la economía socialista, como podemos citar la
cesión de terrenos a agricultores, la venta de automóviles o telefonía móvil y el acceso a
Internet, con el objetivo de paliar la maltrecha situación de los ingresos públicos del
Estado. Se iban dando pasos a la asunción del "capitalismo de Estado", respecto al cual
las relaciones que durante la segunda mitad del siglo XX tuvieron la URSS con Cuba, se
pasa en el momento actual a una relación con China, precisamente como el claro
representante de este modelo institucional a lo largo del mundo, además de una
normalización de las relaciones con Estados Unidos, rotas desde hace décadas.

Tras el fallecimiento del histórico líder Fidel Castro en el año 2016, apartado del poder
desde hace unos años, surgen con fuerza voces dentro del partido y de la propia
sociedad cubana que, con mayor o menor acierto, empiezan a hablar de una renovación
en el poder del país caribeño y, por tanto, de un posible camino al final de la Revolución
Cubana. Entre estos posibles líderes emergentes, dentro del Partido Comunista de Cuba,
surge la figura de Miguel Díaz-Canel, quien era vicepresidente del Consejo de Estado y
del Consejo de Ministros, siendo la nueva cabeza visible de la llamada "nueva
generación" de líderes cubanos que, dentro de la ideología socialista, pretenden dar
cierto cariz actual a los problemas que acontecen en el país.

Finalmente los Castro apuestan por la nueva generación para dirigir el país en los
próximos años, con el liderazgo de Díaz-Canel, de origen placeteño, ciudad del centro
de la isla, y, lo que es más importante, siendo el primer presidente que nació
posteriormente al triunfo de la Revolución Cubana. Por tanto, las diferencias con sus
sucesores, si bien el cariz en el propio gobierno e ideario de la misma no cambiará
demasiado, sí que dará cierto aire de innovación a las ideas socialistas en Cuba.

Es en la actualidad, donde se están dando los pasos para la elaboración de una nueva
Constitución cubana, que vendría a sustituir a la anterior del año 1976 y en la que se
estableció las bases del sistema marxista-leninista en el país, puesto que el objetivo que
antaño preveía la carta magna en pro de la construcción de un sistema comunista, no es
compatible con las reformas económicas que en Cuba se han venido haciendo en los
últimos tiempos. Por lo que este camino hacia la nueva Constitución cubana debe ser
entendido como una institucionalización de las reformas en Cuba, en pro a un
"capitalismo de Estado", que no socialismo, aunque el propio Anteproyecto de la nueva
Constitución de Cuba haga referencia, y que deberá ser sometido a consulta popular
para su aprobación por el pueblo cubano entre el 13 de agosto al 15 de noviembre del
presente año.

Por tanto, con cierta cautela, pues no conocemos el contenido de la futura Constitución,
siendo entonces cuando se puedan dar opiniones fundamentadas en la lectura de la
misma) no cabe nada más que decir que Cuba se encamina hacia la consecución de un
"capitalismo de Estado", en el cual se otorgan ciertas libertades como la propiedad
privada y el matrimonio homosexual, pero que, en un contexto de globalización y
movimiento internacional de capitales, no podría sostenerse una perpetración del
sistema que aupó la Revolución Cubana hace 59 años en cuanto a sus postulados
ortodoxos. Es por ello que, a falta de ver la definitiva aprobación del texto
constitucional, las ideas vayan más encaminadas hacia un capitalismo de Estado y no
hacia un socialismo (aunque, como es previsible, en la Constitución se haga referencia a
ello), siendo el objetivo de éste, el surgimiento del capitalismo con un control político
del Estado, si bien fronterizo con un sistema mixto capitalista-socialista. Pero no creo
que el socialismo, en todo su esplendor, se pueda implantar en Cuba, puesto que, si
bien, encubierto en el comunismo que la Constitución de 1976 le dedica algunas
afirmaciones, finalmente el socialismo es el sistema que se ha venido desarrollando a
día de hoy, porque en Cuba no puede hablarse de una implantación de un sistema
comunista, porque no se ha conseguido en ningún momento. El socialismo sería el
proceso para la consecución final del sistema comunista y, precisamente, las referencias
que la Constitución de 1976 a Cuba como "Estado socialista" son amplias, y, entre
otros, las podemos observar en los artículos 1,7 y 8. En estos preceptos se establecían
las bases de ese Estado socialista en la Constitución aún hoy vigente, sistema que, en
último término, "realiza la voluntad del pueblo trabajador y encauza los esfuerzos de la
nación en la construcción del socialismo"; por lo cual, siendo como objetivo el
socialismo, en Cuba no se "constitucionalizó" el comunismo, por lo que no se puede
hablar de un paso de un comunismo a un socialismo, puesto que el fin último de toda
sociedad comunista no tuvo lugar.

Potrebbero piacerti anche