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Hace más de una década, dentro de la comunidad científica mundial nació la necesidad de construir un
radiotelescopio mucho más poderoso y avanzado que lo que existía. Algo que les permitiera observar el universo
con más detalle y en un mayor espectro. En ese entonces, en el 2002 existían tres observatorios importantes con la
misma inquietud: observar el universo a través de un radiotelescopio más grande y poderoso. Estas tres iniciativas
se encontraban en paralelo trabajando por básicamente lo mismo.
Uno era el Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO) de Estados Unidos, que tenía un proyecto llamado
Millimeter Array (MMA) que esperaba conseguir el objetivo a través de la construcción de 40 antenas parabólicas de
ocho metros de diámetro.
El segundo, el Observatorio Europeo Austral (ESO) trabajaba en el Large Southern Array (LSA), que ideaba instalar
50 antenas de 16 metros de diámetro para recibir longitudes de ondas milimétricas y así poder estudiar el universo
con una herramienta mucho más apta.
Por último, el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ), que estimaba que con las mismas 50 antenas
que quería construir la ESO, pero de 10 metros de diámetro, se podía conseguir incluso más longitudes de ondas
milimétricas, es decir, mayor visión. El proyecto se llamaba Large Millimeter/Submillimeter Array (LMSA).
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ALMA: Unir fuerzas para descubrir los confines del universo
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ALMA: Unir fuerzas para descubrir los confines del universo
El proyecto ALMA fue muy complejo, debido a la gran cantidad de procesos y actividades que se debían estudiar,
planificar y organizar en conjunto. Además de ser varios los
promotores del proyecto.
El traslado de antenas de 115 toneladas desde el Centro de Operaciones, que se encontraba a 2.900 metros de
altura, hasta el emplazamiento del proyecto a cinco mil, fue una tarea compleja. Para ello, se optó por utilizar dos
camiones autocargadores de 28 llantas que fueron especialmente fabricados para esta tarea en Alemania. Cada
uno tenía 10 metros de ancho, 20 de largo y seis de alto.
Los camiones tuvieron que ser equipados con tanques de oxigeno para ayudar a respirar al conductor, debido a la
altitud del terreno donde estaría emplazado el nuevo observatorio. Además, se trabajó en la precisión de las
máquinas para poner las antenas en los lugares previstos.
También fue necesario el desarrollo de un software para la predicción de fallas en las antenas y para la toma de
requerimientos. Con este propósito se construyóuna Data Warehouse, Data Mart y ETL, además de modelos
predictivos (clasificación y regresión) utilizando softwares Java, MongoDB, Matlab, Weka, SVM, SVR y Naive Bayes.
La construcción y operaciones de ALMA fueron conducidas por representantes de los tres observatorios, en una
fase a la que llamaron Joint ALMA Observatory (JAO). Tenían a su cargo la dirección general y la gestión de la
construcción, así como también la puesta en marcha y las primeras operaciones.
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Una de las variables más relevantes y, al mismo tiempo, de riesgo en términos del desarrollo del proyecto, es
considerar los costos, que en el caso de este megaproyecto fue de 1.300 millones de dólares. Los socios de ALMA,
ESO de Europa, NRAO de América del Norte Y Naoj del este de Asia, compartieron el costo de construcción y
operación de la siguiente manera:
Europa
El Observatorio Europeo Austral (ESO) representa a sus 16 estados miembros: Austria, Bélgica, Brasil, República
Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Portugal, España, Suecia, Suiza, Polonia y
Reino Unido. ESO organizó las contribuciones de diversas instituciones de educación universitaria, tecnológica y de
investigación de Europa que hicieron su contribución al proyecto por medio de tecnología, experiencia y dinero.
Entre esas contribuciones se encuentra el 37,5 % del presupuesto total del proyecto, la compra de 25 antenas y la
residencia de ALMA con los dormitorios para los trabajadores.
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El beneficio
La construcción y operación del observatorio ALMA en Chile es una gran contribución al desarrollo de la ciencia del
país, especialmente de la astronomía. Gracias a este observatorio, los astrónomos chilenos tienen garantizado cierto
tiempo de observación, lo que permite un estudio del universo que antes era impensado en Chile. También se ha
reforzado la formación de recursos humanos especializados en la materia, dando trabajo en la región, se han
impulsado innovaciones en el campo de la ingeniería y de los softwares, se han mejorado las telecomunicaciones a
nivel de infraestructura y el observatorio se ha transformado en un promotor del desarrollo social y económico para
el norte del país.
Tanto a nivel nacional como regional, ALMA ha mantenido excelentes relaciones con el pueblo y el Gobierno de
Chile. Hay una constante colaboración a nivel ministerial, así como con las autoridades regionales (a través de las
intendencias), y las autoridades locales, encarnadas por el alcalde, los concejales de San Pedro de Atacama y la
comunidad indígena de Toconao.
Gracias a este observatorio, los astrónomos chilenos tienen garantizado cierto tiempo de observación, lo que
permite un estudio del universo que antes era impensado en Chile.
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Tanto el gobierno central del país, como los regionales, están muy complacidos con el aporte de ALMA al país.
Desde 2004, el observatorio a contribuido al desarrollo de la astronomía a través del fondo ALMA-CONICYT, que se
entrega todos los años para promover esta ciencia. En 2017 ALMA entregó 615.000 dólares aproximadamente a
este fondo, lo que suma 8.400.000 dólares hasta la fecha.
Alma también contribuye a nivel regional con otros fondos y ha sido un verdadero aporte para las universidades
chilenas, que han desempeñado un papel activo en el desarrollo y puesta en marcha de nuevas funcionalidades
para el observatorio.
*La información se obtuvo del sitio web oficial del observatorio ALMA y de diversas publicaciones de medios de
comunicación.
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