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SALMO 137 – LA TRISTE

CANCIÓN DE LOS EXILIADOS


A. Cantándose a sí mismo.
1. (1-3) Llorando junto a los ríos de Babilonia.
Junto a los ríos de Babilonia,
Allí nos sentábamos, y aun llorábamos,
Acordándonos de Sion.
Sobre los sauces en medio de ella
Colgamos nuestras arpas.
Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos,
Y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
a. Junto a los ríos de Babilonia: Esta canción del exilio nos coloca en las costas de
uno de los poderosos ríos de Babilonia, muy probablemente el Éufrates. Judea y
todo Israel no tenían ningún poderoso río que se comparara al Éufrates, así que
definitivamente crearía una fuerte impresión sobre los refugiados forzados de
Judea en Babilonia.

i. Debido a que esto es un recuerdo de Babilonia, muchos comentaristas creen


que el Salmos 137 fue escrito después de regresar del exilio. Pudo también haber
sido escrito muchos años después durante el exilio.

ii. Ríos de Babilonia: “Estos pueden haber sido el Tigris y el Éufrates, o alguna de
sus corrientes, o corrientes que fluían a ellos. En su cautividad y dispersión, era
una costumbre para los judíos el tener sus reuniones religiosas en los bancos de
los ríos. Se hace una mención de esto en Hechos 16:13, donde encontramos a los
judíos de Filipo al costado de un rio, donde se reunían a orar.” (Clarke)
iii. Horne pone un sentido de lamento en la boca de los arrepentidos: “Oh Señor,
soy un israelita, exiliado por mis pecados de tu ciudad santa, y dejado aquí para
lamentarme en esta Babilonia, la tierra de mi cautividad. Aquí moro en tristeza, al
lado de estas aguas, reflexionando en las impasibles e inestables aguas naturales
de los placeres de la tierra.”

b. Allí nos sentábamos, y aun llorábamos: Los inmensos ríos de Babilonia le decían
a los exiliados, tú ya no estás en tu hogar. Mientras recordaban Sion lloraban.
· Lloraban por la muerte de tantos seres amados.

· Lloraban por la pérdida de casi todo lo que poseían.

· Lloraban por la destrucción de la ciudad de Jerusalén y de su gran templo.


· Lloraban por la agonía de una marcha forzada de Judea a Babilonia.
· Lloraban por la crueldad de sus captores.

· Lloraban por la pérdida de un pasado tan tranquilo y bendecido.

· Lloraban por la cautividad forzada de su presente.

· Lloraban por la débil naturaleza de su futuro.

· Lloraban por sus pecados que invitaron tal juicio de Dios.

i. “En nuestro idioma las palabras son tristes, incluso de lamento, pero las palabras
tienen un sonido aún más triste en el lenguaje hebreo. Los versos 1–3, que guían
y explican la patética pregunta del verso 4, repetida en nueve ocasiones el
pronombre terminando en nu (que significa ‘nosotros’ o ‘nuestro’), que suena a
lamento. Es como clamar ‘ohhh’ o ‘ay’ repetidamente.” (Boice)

ii. Acordándonos de Sion: “Ellos no lloraron cuando recordaban las crueldades de


Babilonia; los recuerdos de la dura opresión secaron sus lágrimas e hicieron sus
corazones arder con ira: pero cuando la amada ciudad de su solemnidad vino a
sus mentes ellos no pudieron evitar una inundación de lágrimas.” (Spurgeon)
c. Sobre los sauces en medio de ella colgamos nuestras arpas: El cantante usa la
libertad poética para presentar una fuerte escena. En las costas de un gran rio con
grandes sauces, donde ya no les quedaba ninguna canción a estos cautivos,
ellos colgaron sus arpas sobre estos sauces.

i. “Muchos cantores fueron llevados cautivos: Esdras 2:41. Ellos por supuesto se
llevarían sus instrumentos con ellos.” (Horne)

ii. “Las harpas son usadas aquí como una sinécdoque de todos los instrumentos
de música. También debe de ser observado, que aunque las harpas eran usadas
por los griegos en sus lamentos, estas eran usadas por los judíos en sus
momentos de gozo, como se muestra en Génesis 31:27,2 Crónicas 20:27,
28,Salmos 43:4.” (Poole)
iii. “Los arabim o sauces eran muy abundantes en Babilonia. La gran cantidad de
ellos que había en los bancos del Éufrates causó que Isaías, Isaías 15:7, los
llamara el arroyo o río de los sauces.” (Clarke)

iv. “Notamos que aunque los exiliados eran incapaces de cantar las canciones de
Sion en Babilonia, aun así no rompieron sus arpas en pedazos ni las arrojaron a la
corriente. En su lugar las colgaron en las ramas, presumiblemente guardándolas
para lo que seguramente sería un mejor día.” (Boice)

d. Cantadnos algunos de los cánticos de Sion: Esta era la cruel demanda de los que
nos habían llevado cautivos. Ellos pidieron alguna de los famosos canticos de Sion.
Los que habían desolado al pueblo de Dios ahora querían que los entretuvieran.
Sin embargo no quedaba ninguna canción en ellos; sus arpas habían sido
colgadas en los árboles.
i. “Así que, como borrachos, ellos gritaban ‘¡Canten!’ La petición hundió el acero
aún más profundamente en los tristes corazones, porque provino de aquellos que
habían causado su miseria. Ellos se habían llevado a los cautivos, y ahora
deseaban convertirlos en su entretenimiento.” (Maclaren)

ii. “Un relieve en el palacio de Senaquerib, en la vecina tierra de Asiria, presenta


una situación no ajena a esta, con tres prisioneros de guerra tocando liras
mientras marchan escoltados por soldados de guerra.” (Kidner)

iii. Ellos no cantaron, y tal y como las líneas próximas dicen, ellos no podían
cantar. “Aun así, había una canción en el silencio, no escuchada por los crueles
opresores, sino escuchada por Jehová mismo. Era la canción del corazón,
recordando Jerusalén, contándola como la máxima alegría del corazón.” (Morgan)

2. (4-6) Un voto a recordad Jerusalén, incluso en el exilio.


¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
En tierra de extraños?
Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su destreza.
Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegría.
a. ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová en tierra de extraños?: Aunque sus
conquistadores querían que cantaran para su propio entretenimiento, el canto
simplemente no estaba en ellos. Los cantos del pueblo de Dios eran más que
simples presentaciones; estas nacían de su relación con Dios. Tomaría un largo
tiempo el poder cantarlas en tierra de extraños.
i. “Ellos buscaban ser entretenidos por estas personas de religión extraña, y la
petición era en sí misma un insulto a su fe. Era imposible, y ellos se rehusaron a
cantar las canciones de Jehová. El haber hecho esto hubiera sido como volverse
traidores de su propia ciudad perdida, y a todo lo que su ciudadanía
representaba.” (Morgan)

ii. F.B. Meyer tomo la idea de no ser capaces de cantar y la aplico a la experiencia
cristiana. “Has dejado de cantar últimamente. El gozo de tu vida religiosa se ha
ido. Continúas con tu vieja rutina, pero sin la emoción de sus días pasados.
¿Puedes decir la razón? No es porque tus circunstancias sean deprimentes,
aunque puede que estas lo sean; ya que Pablo y Silas cantaron alabanzas a Dios
en su prisión. ¿No es la desobediencia la razón de tu falta de canto? Haz
permitido que una pequeña cuarteadura venga a la flauta de tu vida, la cual
lentamente se ha vuelto más grande, y ahora amenaza con silenciarlo todo. Y
nunca será capaz de continuar con esa canción hasta que hayas hecho a un lado
el mal que estás haciendo, y vuelvas de la tierra de tu enemigo.”
b. Si me olvidare de ti, oh Jerusalén: El cantante juró que nunca se olvidaría de la
ciudad santa, e incluso da una maldición sobre sí mismo si llega a hacerlo. Si
se olvidare, entonces su diestra podría perder su habilidad para tocar el arpa. Si el
fallara en acordarse, entonces su lengua perdería su habilidad para cantar.

i. “Los piadosos no podían olvidarse de Jerusalén y todo lo que representa: pacto,


templo, presencia y realeza de Dios, expiación, perdón, y reconciliación. Ellos
juraron nunca olvidarse de las promesas de Dios y a perseverar, esperando el
momento de la redención.” (VanGemeren)

ii. Pierda mi diestra su destreza: “En el hebreo es solo olvidar, sin expresar que,
para intimar la extensión y la generalidad del deseo; Dejémoslo que olvide o que
se vuelva incapaz no solo de tocar, sino de cualquier otra acción de la que antes
era capaz.” (Poole)

iii. “Los judíos en estos días, cuando construyen una casa, ellos deben, dicen los
rabís, deben de dejar un parte de ella sin terminar y en crudo, para recordar que
Jerusalén y el templo están actualmente desolados. Por lo menos, solían dejar
una yarda cuadrada de la casa sin emplastar, sobre la cual escribían, en grandes
letras, esto del salmista, “si me olvido de Jerusalén,” &c., o si no estas palabras,
Zecher leehorban, esto es, El recuerdo de la desolación (Leo Modena of the Rites
of the Jews).” (Trapp, 1601-1699)

B. Cantando sobre las naciones.


1. (7) Recuerda Edom.
Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el día de Jerusalén,
Cuando decían: Arrasadla, arrasadla
Hasta los cimientos.
a. Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom: El salmista dirige sus palabras a
Dios, pidiéndole que recuerde al pueblo de Edom (al sureste de Israel) por su
conducta durante la conquista de Jerusalén. En este caso, el llamado
a recordar era un llamado a oponérseles y juzgar.
i. “Parece ser por Jeremías 12:6; 25:14; Lamentaciones 4:21, 22; Ezequiel 25:12;
Abdías 1:11-14; que los edomitas se unieron al ejército de Nabucodonosor en
contra de sus hermanos judíos; y fueron los instrumentos principales en la
destrucción de las murallas de Jerusalén hasta sus cimientos.” (Clarke)

ii. El pequeño libro de Abdías es una pronunciación profética en contra de los


edomitas por su parte en la conquista de Judea. No debiste haberte alegrado de
los hijos de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el
día de la angustia. (Abdías 1:12)

b. Arrasadla, arrasadla hasta los cimientos: Los edomitas eran una nación hermana
de Israel, siendo descendiente de Esaú, el hermano de Jacob (Israel). Ellos
debían de haber apoyado y simpatizado con Jerusalén cuando los babilonios
vinieron en su contra en su lugar, ellos disfrutaron de la agonía de Jerusalén y
deseaban que la ciudad fuera completamente destruida.

i. “La palabra ‘cimientos’… implica más que solo los cimientos de la murallas de
Jerusalén, ya que también se relaciona con el orden establecido por Dios en la
creación, en su gobierno, y en su elección de un pueblo mismo (cf. 24:2; 78:69;
89:11; 104:5). Los edomitas deseaban la destrucción de los ‘cimientos’ del
gobierno de Jehová en la tierra.” (VanGemeren)

ii. “Es horrible cuando los vecinos son enemigos, y es peor para ellos cuando
muestran su enemistad en momentos de gran aflicción, pero lo peor de todo es
cuando los vecinos incitan a otros a hacer el mal en contra de sus vecinos.”
(Spurgeon)

2. (8-9) Juicio de Babilonia.


Hija de Babilonia la desolada,
Bienaventurado el que te diere el pago
De lo que tú nos hiciste.
Dichoso el que tomare y estrellare tus niños
Contra la peña.
a. Hija de Babilonia la desolada: El salmista dirige sus palabras a las futuras
generaciones del imperio babilónico, dándoles el aviso de que ellos mismos serán
desolados en el juicio de Dios.

i. Es interesante que el salmista no hizo esto como una oración a Dios como lo
hizo con lo concerniente a Edom (Salmos 137:7). Tal vez él consideraba el juicio a
Babilonia como algo tan seguro que no necesitaba orar por ello, solo necesitaba
pronunciarlo, especialmente a la luz de las otras profecías.

b. Bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste: Esta es una


bendición sobre el que traiga el juicio sobre Babilonia, y un juicio que fuera acorde
con lo que ellos hicieron a Jerusalén y a Judea.

i. “Hay una amplia evidencia de que ‘estrellar a sus hijos era una secuencia común
después de la victoria de una nación pagana y que Babilonia no había tenido
ningún deseo de contenerse después de la caída de Jerusalén (2 Reyes 25:7;
Lamentaciones 5:11f.).” (Kidner)

c. Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña: Esta horrible bendición
es entendible a la luz del versículo anterior. No hay duda de que el cantante pudo
ver que esto le pasará a los niños de Jerusalén, y la terrible imagen estaba
grabada en su mente. Él oraba que los babilonios recibieron lo mismo que ellos
habían dado.

i. Aunque no es una orden de matar a los niños, esto sin duda es una aprobación
de ello. El nuevo testamento nos llama a un estándar aún mayor: que nuestra
respuesta debe ser el reconocer que nuestro llamado, desde la cruz, es el de orar
por la reconciliación, no por el juicio” (Boice). Sin embargo podemos simpatizar
con el impulso del salmista.

ii. “Tal vez, si alguno de sus críticos modernos hubieran estado bajo el yugo del
cual el salmista ha sido liberado podrían entender un poco mejor como es que un
buen hombre de aquella época pudiera regocijarse de la caída de Babilonia y de la
destrucción de su gente.” (Maclaren)

iii. “Dejemos que aquellos que encuentran mal en esto consideren, que nunca han
visto sus iglesias destruidas, sus ciudades arruinadas sus esposas violadas, sus
hijos asesinadas; puede que, entonces, no serían tan bocones si hubieran sufrido
estas mismas cosas. (Spurgeon)

iv. Puede que el salmista también conociera las profecías de Isaías que anunciaba
que esto pastaría: sus hijos también serían estrellados delante de sus ojos (Isaías
13:16).

v. “Hoy en día las antiguas fortalezas de Edom están en desolación, y el lugar de


la antigua Babilonia está en ruinas. Dios no puede ser burlado.” (Boice)
©2017 David Guzik – No distribuir más allá del uso personal sin permiso

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