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La autoridad en la familia

(El Éxito y la bendición de vivir bajo ella)


Texto base: Romanos 13: 1-2 Pas. Ismael Mejía S.

La familia.
La reconocemos, no solo como la célula base de la sociedad, sino como la célula base del Reino de Dios.

I. La familia es un organismo y una organización.


Organismo en cuanto a que es allí en donde se gesta la vida.
Organización en cuanto se requiere de una estructura y un orden, solido que permita no solo la gestación de la vida,
sino la estructuración y formación de la misma (estoy hablando de los hijos)
Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre
los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra. Gen 1:28

En cuanto a organización:
1. para su buen funcionamiento, debe existir “orden y respeto entre las distintas partes que la componen”
2., para que haya orden y respeto, deben existir leyes y normas que regulen el accionar de los miembros que
componen.
3. para que las leyes y normas se ejecuten correctamente, debe haber alguien con autoridad que las enseñe, las
promulgue y las haga cumplir

La palabra de Dios nos dice:


“Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las
que hay, por Dios han sido establecidas… (Romanos 13: 1-2)

II. Vivimos tiempos de confusión en relación a la autoridad familiar, producto de varios factores:
1. El machismo y la prepotencia, 2. El feminismo, 3. La autonomía de los hijos, 4. El slogan Vive como quieras… todo
vale… 5. La violencia doméstica, 6. Condiciones culturales

III. La Biblia, nuestra regla de fe y práctica para conducirnos correctamente en todo orden de vida.

(1) Adán y Eva… creados por Dios a su imagen y semejanza, iguales pero distintos en géneros y rol…
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27)

(2) La palabra de Dios hace distinciones entre los roles del hombre y la mujer:
“Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del
varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón” (1 Cor 11: 7-9)

Las diferencias tiene como propósito no amenazar sino complementar.


(3) El liderazgo y responsabilidades de Adán, fue establecido por Dios antes de la creación de la mujer:
“Y mandó Jehová Dios al hombre diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia
del bien y del mal no comerás… Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda
idónea para él” (Génesis 2:16-18)

(4) El pecado rompe el equilibrio matrimonial creado por Dios, dando lugar a otras condiciones…
… el hombre “ pretender lavarse las manos”: “…La mujer que me diste por compañera…” (Gén 3: 9-12)

IV. ¿QUE hay PARA LA FAMILIA DE HOY?


(1) Debemos regresar al manual perfecto de vida, la Biblia.
(2) Cumplir en la vida matrimonial y familiar con los mandatos de Dios:
– La esposa debe tener una “sujeción bivalente”: a Cristo y al esposo (en ese orden)
“…sujetas a sus propios maridos, como al Señor” (Efe 5:22)

La figura perfecta de sujeción, en la figura de Cristo como cabeza de la Iglesia:


“… Así qué, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo” (Efesios 5:
23-24)

Para el esposo la contrapartida que muestra el equilibrio;


“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella…” (Ef 5: 25-29)

V. EL ROL DE LOS HIJOS CON RELACIÓN AL OBEDECER

– De los hijos hacia los padres:


“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es
el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y sea de larga vida sobre la tierra” (Ef 6:1-3)

– De los padres hacia los hijos:


“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del
Señor” (Ef 6:4)

CONCLUSIÓN:

LA OBEDIENCIA A CRISTO COMO BASE FUNDAMENTAL DE TODA OTRA FORMA DE OBEDIENCIA. (2da.
Corintios 10: 3-5)

“Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que
se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo” (2
Cor 10: 3-5)

Definitivamente, si no somos capaces de obedecer al Señor, será imposible poner en práctica cualquier regla de
obediencia entre los seres humanos.

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