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CAPÍTULO 1
LA TABLILLA DE ARCILLA
Dickon, en su gran aprecio por los animales, se quedó admirado tan magnífica
obra y acercándose para tocar con sus dedos las figuras de los animales, cuando se
dio cuenta que uno de los bloques de piedra estaba suelto. Él lo empujó hacia dentro,
desplazándose de tal manera que pudo ver un agujero, un hueco en la piedra del lado.
Allí metió su mano y encontró una tablilla de arcilla.
Todos los niños estaban con la boca abierta ante el descubrimiento. Dickon se
sentó con la tablilla en sus manos y los otros niños lo siguieron, dándose cuenta que
había una escritura sobre la tablilla, que decía:
Los niños se frotaron los ojos y se pellizcaron para saber si estaban soñando o
no, porque comenzaron a pensar que estaban frente a un misterio que debía ser
resuelto, como en los libros de Colin. Más abajo continuaban las palabras:
Colin y los demás se pusieron de pie de un brinco, felices de haber hallado algo
que parecía ser una nueva aventura. Caminaron juntos rumbo a la mansión tratando de
entender aquellas palabras que releían una y otra vez.
La mano de la mujer sostenía la tablilla de tal forma que solo se podía ver solo
una pequeña parte y el resto quedaba detrás del vestido. Colin, que siempre había
mirado el cuadro de su madre, nunca se había dado cuenta de ese detalle, tal vez
porque siempre lo había observado con rabia y tristeza en su corazón.
- ¿Es posible que mi madre haya escrito este enigma y ocultado la tablilla en su jardín?
– dijo Colin pensando en voz alta.
- Tal vez ella quiso guardar algún secreto y dejó esta pista para que tú algún día la
encontraras. – añadió Dickon.
El diario de vida de su madre era uno más de los libros que tenía en su estante y
tomándolo comenzó a hojearlo, encontrándose con algunas flores disecadas entre sus
páginas, flores del jardín secreto. Solo en la última página del diario encontraron al fin
una pista de lo que era la tablilla.
“Querido hijo: En mi hermoso jardín hay un secreto, una manera de buscar la más
preciosa de las semillas que da origen al árbol de los sueños… Es en otoño que debes
seguir el camino de los árboles dorados hacia las colinas”
Los niños tenían una gran sonrisa en sus caras, nunca habían oído hablar sobre
un árbol de los sueños. Tenían que encontrarlo y para eso la tablilla les daba la primera
pista. Colin era el más feliz de los tres puesto que su madre le había dejado una nota
especialmente para él.
CAPÍTULO 2
ENTRANDO EN EL BOSQUE
CAPÍTULO 3
EL ARBOL Y EL AGUILA
CAPÍTULO 4
LA SEMILLA