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Cómo decir verdades y proyectar lectores en la prensa correntina de fines

del siglo XIX

Chao, Daniel

Introducción

Esta propuesta se enmarca en el proyecto de investigación Tensiones, rupturas y


continuidades. La relación entre prensa y política en la provincia de Corrientes (1880 –
1999) de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Se presenta en estas líneas un
dispositivo de abordaje que permite marcar una serie de regularidades en los discursos de
los medios de prensa de la ciudad de Corrientes en el período que abarca la investigación.
Este dispositivo parte de, al menos, tres presupuestos: a) La necesidad de distanciar al
sujeto físico emisor; b) la necesidad de distanciar lo “ideológico”, entendido como las
características políticas del medio (ya que dos medios distanciados políticamente pueden
hacer uso de los mismos recursos para decir verdades distintas); y c) el no definir o
diferenciar discurso político y discurso de prensa bajo parámetros actuales puesto que
trabajamos con piezas textuales surgidas a lo largo de 120 años. Bajo este marco
presentamos tres entradas de análisis que tienen que ver con tres marcas presentes, desde
nuestro punto de vista, en todo discurso y no sólo en el de prensa. Decimos entonces que
todo discurso postula una verdad (entendida como los recursos de los que se valen los
discursos para presentar algo como verdadero), que presenta una relación entre un
enunciador y un lector (no fáctico sino como una forma de comprender el repliegue del
discurso sobre sí mismo) y que presenta un mundo (no solo del cual se escribe sino que
además da cuenta del campo de prácticas reconocidas como valederas para ingresar en el
discurso). A partir de estas entradas, y presentando una serie de operacionalizaciones
correspondientes, creemos que se abre la posibilidad de caracterizar un paquete discursivo
con aquella distancia temporal. Finalmente, ponemos en marcha parte de nuestro esquema
de trabajo a partir del análisis de tres diarios de 1883, puntualmente bajo las entradas
verdad y enunciador-lector.
Una propuesta de análisis

Las siguientes líneas presentan un marco de reflexión sobre un posible abordaje que tenga
presente las tres discusiones planteadas en la primera parte. Lo que se propone es un
dispositivo de análisis que, a nuestro entender, podría permitirnos iniciar el abordaje bajo el
objetivo de pensar relaciones entre prensa y política. Partimos de preguntarnos en primer
término cómo pensar la regularidad/discontinuidad en 120 años donde, tanto en el plano
político como en el campo de los medios, mucha agua ha pasado bajo el puente. Pero sobre
todo nos planteamos un interrogante situado, si se quiere, en un paso previo respecto al
cuadrante discursivo: ¿podemos buscar una relación posible entre los discursos de prensa y
los discursos políticos partiendo de una diferenciación y conceptualización que nos brindan
las actuales teorías sobre discursos y géneros? Es decir, ¿podemos llamar discurso de
prensa a la materialidad lingüística producida por los diarios respecto al levantamiento
radical de 1895 en Corrientes al igual que los que abordaron el “Correntinazo” de 1999?
¿Estamos hablando del mismo género? Un campo similar de preguntas podríamos
establecer respecto al discurso político. Incluso las primeras búsquedas nos llevaron a
pensar de qué maneras leer la interdiscursividad política/prensa a partir de algunas marcas
retóricas-argumentativas “clásicas”: la construcción del lector, la apelación a colectivos
específicos, las diversas marcas enunciativas, etc. Pero siempre partiendo de una diferencia
establecida en la segunda mitad del siglo XX (sobre todo en sus últimos 20 años y
principios de XXI) entre tipos de discursos.
La propuesta es no partir de presupuestos, pero sí de algunos reconocimientos. Es decir, no
avanzar desde una definición estricta de géneros discursivos (incluso discutir el alcance
mismo de este concepto), partiendo desde tres distancias:
a) Distanciar al sujeto físico emisor: no pensar en quién habla en tanto sujeto “real”. En
este sentido, la pareja enunciador-lector son marcas discursivas que ponen en relieve
aspectos del propio discurso; hablan de él.
b) Distanciar lo “ideológico”: no considerar las características políticas del medio, ya que
dos medios distanciados políticamente pueden hacer uso de los mismos recursos para decir
verdades distintas.
c) Distanciar la diferencia entre discurso político y discurso de prensa. No partir de
definiciones y no aspirar a llegar a alguna.
Desde estas tres distancias, y a partir del corpus amplio y variado que construimos, la
propuesta es configurar un dispositivo de análisis flexible que nos permita marcar a los
emergentes del estudio se vayan visibilizando como regularidades. Es decir, definir una
serie de hitos de significancia para el sistema político correntino que abarquen desde fines
del siglo XIX hasta 1999, y hacer un trabajo en conjunto sobre estos períodos a partir de
ciertas categorías. Esto nos posibilitaría tener un primer marco de regularidades en una
cierta cantidad de medios en un período determinado y con ellas empezar el análisis e ir
caracterizando los cambios y las continuidades que se producen.
Para ello proponemos tres entradas de análisis que parten de tres reconocimientos sobre las
características de los discursos: todos los discursos dicen una verdad, presentan un
enunciador y un lector, y hablan de un mundo. A partir de estas tres aristas de lectura, las
siguientes líneas presentarán un esbozo de definición de cada una más una posible
operacionalización.

1° entrada: verdad

Se trataría de indagar aquí no en lo que se afirma como verdadero o falso, sino los recursos
a los que echan mano para hacerlo. El término “recursos” hace referencia al reconocimiento
de aquellas marcas donde se apoya la verosimilitud de lo que se afirma, es decir aspectos
identificables del aparato retórico que hacen referencia a un interdiscurso en donde se
apoya. En ese sentido, una posible operacionalización se centraría en caracterizar los
recursos a los que se apela para “decir verdad”. Algunos posibles:
- La propia palabra, o ausencia de recurso explícito (lo cual supone que no hay necesidad
de validar o legitimar, ligado al recurso de la palabra propia);
- La palabra de Otro (autoridad): que puede sancionar o habilitar un discurso
- las palabras de otros (testigo de algún tipo);
- verdades existentes (saberes o valores);
- textos mediáticos (otros diarios)
- otros textos (Biblia, Constitución, Estatuto Partidario).
La propuesta específica de trabajo es, a partir del tratamiento del hito en particular, realizar
una tipificación de segmentos textuales sean descriptivos (narrar), prescriptivos (movilizar)
o argumentativos (convencer). Luego procederíamos a identificar los lugares de “apoyo” de
la descripción, prescripción, etc, es decir: luego dela individualización del tipo de textos
con los que trabajemos para este punto, identificar en ellos los pasajes en los que aparecen
la propia palabra, la palabra de otros o algún texto como recursos para hablar de una
verdad.

2° entrada: enunciador-lector

Se trata de ahondar en las formas en que el enunciador se presenta y a la vez postula uno o
varios lectores. Esta pareja pone en relieve las formas en que el discurso se repliega sobre sí
mismo y habla de sí. Puntualmente si pensamos al texto como un protocolo de lectura, es
decir un texto y sus reglas de lectura, una de las formas de poder reconocer ese protocolo
sería leer qué tipo de lector se construye, que imagen de enunciador presentan, qué lugar
ocupa este dentro del discurso, con que cercanía o lejanía se le habla a este, etc. Esta
entrada se apoya en la necesidad de romper con la concepción de entender en quién enuncia
un sujeto físico, que, atravesado por su trayectoria personal, demarcaría el sentido de lo
enunciado. Proponemos la identificación de tres aspectos:
En primer término, identificar tipos de verdades, saberes y prácticas compartidas entre
enunciador-lector y de qué tipo de saberes se trata (especializado, de mundo, de sentido
común, etc.). La fuerza está en las marcas de distancia entre esas verdades compartidas. En
este sentido proponemos determinar la distancia que se establece entre lo que se dice y
sobre lo que se habla. Esto marcaría, a modo general, un tipo de saber:
1) Un saber de conocimiento, que implica un hablar sobre el mundo (lo cual nos mostraría
cierta distancia “descriptiva” – pedagógica);
2) Un saber de creencia, es decir hablar desde el mundo (lo que nos mostraría grados de
cercanía con aquello de lo que se hablar, así como también cierta capacidad de generación
de patemas, es decir saber de sentido común y apelación a lo pasional).
A partir de este modo de lectura (conocimiento/creencia) puede categorizarse el discurso en
sus fuerzas de verdad, es decir en la fuente de legitimidad que enunciador/lector le dan al
discurso. Esas fuerzas de verdad pueden ser
a) trascendentales es decir por fuera del mismo discurso (el partido, la nación, la ciencia, el
bien público, la religión, la familia) con lo cual habría otro-exterior a la pareja; o bien
b) una fuerza de verdad personal, puesta en el enunciador y el lugar que “representa”,
marcado, por ejemplo, por la presencia de pronombres o desinencias verbales pronominales
(nosotros, pensamos).
A su vez, avanzar sobre tipos de interpelación al lector: para qué lo invoca (darle a conocer,
movilizarlo, enseñarle), en qué momentos se enmarcan este tipo de interpelaciones. Al
respecto entendemos que la distancia entre el yo enunciador y lo que enuncia se marca en el
tipo de actividad discursiva. Esta modalidad nos permite cruzar tipos de actividad
discursiva -con distintos grados de distancia entre enunciador y lo que enuncia- como la de
describir, convencer o movilizar, con el tipo de propuesta que tiene lo enunciado con el
lector, en tanto que quiera hacer-saber; hacer-creer o hacer-hacer (poniendo en el tapete la
relación entre un deber-hacer y un querer-hacer).
Por último, no ocuparemos de tipos de construcción del espacio sociopolítico compartido:
cómo se apela al conocimiento del espacio del lector (provincia o ciudad, nación o mundo,
el partido, otros). Se trataría de indagar los modos de referenciación y expectativas sobre lo
que se espera en la interpretación y anclar la “imagen del lector ideal o modelo” presente en
el texto con la posibilidad de pensar una “imagen ideal o modelo de circulación el texto”.
En este punto interesa el tipo de apelación al espacio compartido. Se trata de la
clasificación de colectivos de identificación que marcarían por un lado la apelación a
diferentes grados de cercanía mediante el espacio entre el enunciador y el lector; y por otro
los tipos de espacios a los que se apelan. En ese sentido, el análisis sería a partir del uso de
léxicos o sintagmas lexicales de identificación que pongan de relieve la relación:
- colectivos amplios (argentinos, ciudadanos, correntinos);
- meta-colectivos singulares (pueblo, pago chico, aldea, patria, compañeros,
correligionarios, camaradas);
- sintagmas nominales a modo de fórmula sobre todo ligados a los partidos.
3° entrada: mundo

Nos interesa evaluar aquí las regularidades y los cambios en el dispositivo de comunicación
(un ejemplar) en tanto desde él se escribe sobre un mundo y a su vez algunas situaciones
que ocurren en este. Por ello, dos líneas de abordaje se estiman probables desde esta
dimensión:
a) un nivel discursivo, destinado a visibilizar el mundo del que se escribe y esquematizar la
organización que se postula de determinados hechos (hitos); y
b) un registro de las prácticas (institucionales, simbólicas, etc.) que son condiciones de los
enunciados que el medio incluye. El objetivo aquí es individualizar otras “esferas de práxis
social” productoras de discursos que el medio, al incluirlas, les reconoce existencia.
Proponemos dos formas de operacionalizar esta entrada a partir de dos niveles:
1) Nivel Discursivo: se propone un análisis de la disponibilidad temática y el encuadre. Con
el primero podemos mapear el espectro temático y postular dominantes. Con el segundo,
registrar la organización sincrónica y diacrónica que se postula de los elementos incluidos
en el hito tomado como referencia. Respecto a la disponibilidad temática, supone la
descripción molar del ejemplar con el fin de caracterizar a) las zonas de interés
predominantes (tanto temáticas como geográficas); b) el tipo de tejido que los organiza (y
aquí suponemos que el modo por “secciones” es un tipo de tejido para organizar temas).
Para trabajar este aspecto puede ser importante no centrarnos en acontecimientos puntuales
ya que interesa ver las regularidades por fuera de – o lo más externo posible a – las
oscilaciones de determinados hechos. Respecto al encuadre, desde aquí sí proponemos un
trabajo con el hito de referencia, avanzando desde un estudio de la distribución de las
voces, los procesos etc. en el medio, aplicado a determinados hechos (cercanos a una idea
de crisis).

2) Nivel de las prácticas: se presenta un trabajo ligado a los estudios sobre “inclusión de
voces”, “formas de cita”, etc. pero con otra orientación. Si suponemos que las emisiones
lingüísticas remiten a condiciones concretas de existencia, aquí la operación pasa por la
identificación y caracterización delas prácticas que hicieron posibles esos enunciados (en
tanto incluidos en los textos). Para avanzar en este plano, se postula un primer momento de
selección de pasajes que remitan a citas o discursos referidos o indirectos. Para esta tarea
podemos centrarnos en los textos referidos al hito de referencia así como a las notas
centrales del ejemplar. Oportunamente, pasaríamos a un segundo momento de
identificación y tipificación de enunciados en tanto sean: a) externos al dispositivo: se
incluyen enunciados que corresponden a otros dispositivos. Ej. Homilía, discurso en una
asamblea partidaria, Nadal después de ganar un campeonato de tenis, etc. b) internos al
dispositivo: se incluyen enunciados por medio de técnicas propias de las rutinas
periodísticas. Ej. Entrevista, conferencias de prensa.

Un inicio, dos entradas: la verdad y el lector en la década de 1880.

El objetivo es poder pensar en regularidades presentes en la capa significante de los


medios, que no necesariamente ancle en la historia social y política de Corrientes para
poder entenderla. Sin embargo, creemos también (y por ello el trabajo a partir de hitos
revulsivos de la política local) que las concreciones históricas fijan límites, establecen
presiones, determinan campos posibles de juego, por lo cual son altamente significativas
para pensar cualquier problema discursivo. De esta forma creemos que es a partir de pensar
regularidades propias en el discurso que se despliega en los medios de comunicación
(entendido en un nivel interdiscursivo, es decir relacionado consigo mismo y con otros) a
partir de las tres entradas en un transcurso de tiempo finito, sin la necesidad de pensar en la
transformación delas fronteras genéricas para poder historizar la prensa, podremos decir
algo sobre la relación prensa-política, con la clara idea de que son necesarias formas
abordajes que nos posibiliten no quedar entrampados en el sólo anclaje histórico-
institucional o, contrariamente, únicamente en el nivel discursivo.
Las siguientes líneas se centrarán en el análisis de tres periódicos publicados en la ciudad
de Corrientes en el año 1883. El hito de referencia será la elección a gobernador de la
provincia, en la cual resultó vencedor el candidato por el Partido Autonomista (PA) Manuel
Derqui. La fecha puntual de la elección de Electores (sistema que regulaba los comicios)
fue el 16 de noviembre, por lo cual trabajaremos diarios publicados entre el mes de octubre
y diciembre, bajo la apuesta de dar con regularidades previas y posteriores al
acontecimiento matriz. Los medios que abordaremos son El Autonomista y La Verdad
portavoces del PA; y el diario Las Cadenas surgido al calor de las elecciones y con una
tendencia ligada al Partido Liberal (PL). Respeto a la elección de estos tres periódicos
debemos tener presente que existen pocos y vagos trabajos previos que nos permitan saber
si existían otras publicaciones (y en la lectura del archivo tampoco se hace referencia a
otros salvo esta tríada), a lo que debemos sumar que son los únicos que constan en la
hemeroteca del Archivo General de la Provincia de Corrientes.
De las tres entradas conceptualizadas trabajaremos las dos primeras, ya que nos permiten
plantear una primera hipótesis de lectura sobre las regularidades. Trataremos de mostrar
que pese a tener tendencias diferentes (al menos dos respecto de uno) los recursos que
sostienen la verosimilitud del medio son los mismos, es decir se sostienen de estructuras
similares para decir verdades diferentes. A su vez, el punto de fuga entre los tres diarios
está dado en la forma en que presentan su relación hacia el lector pese a que muchas marcas
discursivas de esta entrada tienen puntos en común. Trataremos de explicitar estas hipótesis
mediante el análisis de los períodos octubre-diciembre, a partir de la operacionalización
definida en párrafos anteriores.

Descripción general del corpus

El diario El Autonomista se presenta bajo el lema “periódico de la tarde” y como


propietario y administrador a M. C. Garay. Estaba regenteado por Benito Abad y no da
cuenta de los miembros de su redacción, se publicaba los días miércoles y sábado y contaba
con cuatro páginas tamaño sábana. El medio organizaba su información en una variedad de
secciones que le daban una estructura irregular número a número. En el recorte temporal
que establecimos pudimos dar cuenta de las siguientes secciones: a) Sección editorial, con
notas que inician en un número y pueden extenderse por dos o tres más; b) Sección
noticias, donde se puede apreciar una variedad de información referida a espacio público,
chismes, clima, tragedias, crímenes, cumpleaños, enfermedades, alternando indistintamente
lo nacionales e internacionales con lo local; c) Sección oficial, notas y decretos de
funcionarios, leyes y proyectos; d) Avisos, donde figuran edictos (judiciales, provinciales,
municipales), avisos oficiales, publicidades, licitaciones, profesionales. Estas cuatro
secciones presentan mayor continuidad aunque también aparecen de manera más
descontinuada: a) Sección electoral, sobre todo con actas de comités autonomistas; b)
Variedades, cuentos y chistes; c) Poesía; d) Sección Literaria; e) Jardín correntino, la cual
presenta también textos literarios de autores locales; f) Solicitadas; g) Telegramas oficiales;
h) Crónica, a cargo de un autor ficticio que se presenta bajo el nombre de Pico-tones; i)
Sueltos, sobre todo para responder y atacar al diario opositor; j) Correspondencias; y k)
Boletín de El Autonomista.
La Verdad, también tenía tendencia hacia el autonomismo aunque su ligazón hacia el
partido era mucho más fuerte en lo discursivo. El lema de tiraje era “Órgano del Partido
Autonomista” y su dueño era del Diputado Antonio Sánchez Negrette. Aparecía los jueves
y domingos, constaba de cuatro páginas tamaño sábana y esta administrado por S. Solis y
A. Berdier, según figura en su portada. La información se organizaba en las siguientes
secciones: a) Sumario a modo de índice de secciones; b) Redacción, donde se establece la
posición editorial del diario; c) Variedades, con cuestiones sobre política; d) Legislatura
provincial, con las sesiones resumidas; e) Ministerio de Gobierno, transcripción de notas
oficiales y decretos; f) Departamento topográfico, con información institucional; g) Tribuna
de Justicia, partes informativos del espacio institucional; h) Comisión de Inmigración,
movimiento de inmigrantes; i) Consejo de Higiene Pública; j) Municipalidad. Estos últimos
muestras la inscripción fuertemente institucional del medio. A su vez se destacan las
secciones a) Noticias, donde se presenta una variedad temática amplia: clima, cuestiones de
la sociedad (mal estado del espacio público, por ej.), sociales, defunciones, chismes,
nacionales, locales, internacionales, diario de sesiones para mostrar trifulcas políticas,
policiales y judiciales, actividades culturales. Estadísticas en cárceles, hospitales, cartas en
correos y listas de pasajeros, entre otras; b) Poesías; c) Literatura; d) Avisos: oficiales,
publicidades, profesionales; e) Telegramas enviados en tanto corresponsal de diarios de
Capital Federal; f) Noticias de Europa, con comentarios del periodista; g) Solicitadas; y h)
Bric a Brac, sección de humor, anécdotas y chistes.
Por último, el diario Las Cadenas de tendencia liberal vio la luz el 18 de noviembre de
1883, dos días después de celebradas las elecciones provinciales. Pese a su salida en ese
mes, no existen en el archivo los primeros ejemplares publicados por lo cual centramos
nuestro análisis en el mes de diciembre, a partir del N°7. El periódico se presenta bajo la
dirección de Manuel Pedevilla y como cronista destacado a Juan Eusebio Torrent, de quién
además se destaca una máxima que juega como lema del medio: “Gobernar es moralizar”,
junto a la cita de Alberdi, “gobernar es poblar”. El diario se publicaba los miércoles y
domingos, y contaba con cuatro páginas de tamaño sábana. Sus secciones eran a)
Redacción, con notas editoriales generalmente firmadas por Torrent o Manuel Mantilla; b)
Noticias, regionales, sociales, viajes, novedades municipales, cuestiones edilicia y de
funcionamiento de lo público, calificaciones de escuelas, hospitales, estadísticas, presos,
comerciales, defunciones, chismes; b) Revista escolar, con información sobre escuelas y
notas; c) Humorística; d) Avisos y edictos oficiales, publicidad, bancos; e) Comercial; f)
Variedades, literatura; g) Comunicado, como espacio de respuesta directa a La Verdad y El
Autonomista, sin firma (o formado por “Un Liberal”); h) Colaboración, donde se da voz a
otros opositores al autonomismo; i) Literatura; j) Telegrama, corresponsal de Buenos
Aires; k) Perfiles históricos, aparecida a fines de diciembre con la “historia” de referentes
liberales.

Estructura de apoyo a la verdad

En la lectura propuesta sobre los tres medios nos centramos en los discursos referidos al
hito regular, es decir a un acontecimiento previsto cuya fuerza está dada en la regularidad
informativa que lo precede (lo que no sucedería, entendemos, en un hito de emergencia
imprevista o menos regular como una “revolución” o intervención). Este hito es,
recordemos, la elección de Electores prevista para el 16 de noviembre de 1883, el colegio
de Electores del 8 de diciembre y la asunción del nuevo gobernador el 25 de diciembre de
ese año. La tipificación de los textos nos llevó a marcar dos regularidades: en primer
término, aquellos ligados a las editoriales (como es de prever) tienen mayor fuerza
argumentativa respecto de los demás, sobre todo de la sección noticias cuya fuerza se
respalda en la descripción. No obstante, está división comparte en los tres medios una
potencia prescriptiva (que también aparece en la relación enunciador-lector) unificando
sentidos de creencia o instando a la acción.
En el análisis encontramos regularidades de apoyos de verdad concretos que se repiten en
los tres medios, es decir que más allá de decir verdades diferentes los lugares desde las
cuales esas verdades se sostienen son similares. Apoyaturas de verdad:
1) Voz patriótica. Lo histórico y algunas definiciones generales de democracia.
 Grandes temas como la república, la soberanía, la libertad, el ciudadano (imaginario del
republicanismo), el lugar de la opinión pública, la verdad y la prensa.
 Historia (biografía y hechos)
 Recuperación de voz contrincante para contrargumentar: citas directas/indirectas.
 Recuperación de voz histórica: frases “gobierno con mi partido”/”abstención activa”
(Mitre).

2) La propia voz
 Trascendidos (chismes).
 Sentido común – verdades/hechos evidentes – la propia palabra.
 Propia palabra descriptora (se contaron X votos; llegó a la ciudad X elector; se vio
deteriorado a X contrincante)
 Diferencia descriptora – propia palabra.
 Frases hechas: “claro como el agua” – “mañas de vieja loca”.
 Palabra poética
 Voz irónica humorística

3) La voz del partido.


 Proclama de apoyo al candidato autonomista.
 Candidatos a electores (estos dos primeros sólo se dan en La Verdad y El Autonomista).
 Colaboradores que firman
 Palabras miembros del partido (cartas o solicitadas)
 Actas de comités: trascripción/resumen
 Cartas (de apoyo por ejemplo): voz de apoyo
 Otros medios: citas de otros medios nacionales.

4) Otros textos.
 Telegramas
 Decretos
 Discursos de asunción
 Telegramas de corresponsales

Estas apoyaturas están organizadas en orden de importancia, lo que nos permite establecer
una hipótesis de estructura de apoyo a la verdad definida por la regularidad de marcas de
verosimilitud. Se puede destacar un apoyo en grandes reflexiones, máximas, sentencias,
axiomas. Los textos tienen marcas directamente ligadas a republicanismo y progreso, y en
gran medida allí están sostienen lo que dicen: hay un pasado oscuro/glorioso (depende del
enunciador), hay un presente corregido/turbulento (ídem) y un futuro de prosperidad. Esto
se repite en la lectura, es un sentido común donde se apoya la presentación de la tríada
pasado/presente/futuro. Se pueden apreciar dos diferenciaciones: las que parten desde la
pureza de la república, la libertad, el ejercicio de la prensa para diferenciar; y las que parten
del pasado oscuro con el mismo fin; por lo cual hay un uso del pasado, una apelación a la
memoria, y una inclinación hacia la enciclopedia como recurso diferenciador. Por lo cual
son dos apoyos los fundamentales: el enciclopédico y la voz propia, ambos combinados al
republicanismo y el deber ser siempre presentado valores dicotómicos (lo no republicano
junto al deber no ser).
Bajo esta descripción general podemos presentar dos estructuras de apoyo a la verdad
entendida como el modo en que se organizan, sobre todo, los textos editoriales ligados a las
elecciones y la delimitación con los opositores.
Estructura 1: a) Dos o tres párrafos de verdades trascendentales – a1) características
personales/diferencias con otros – a2) Vuelta al pasado. Sostenida en la propia palabra.
Estructura 2: b) verdades – b1) pasado/presente – b2) mentiras/verdades – b3) futuro.
Sostenida en la propia palabra.

Puntos de fuga: tres lectores para tres diarios

En estas líneas daremos cuenta de la relación enunciador-lector a partir de la propuesta


definida. Aclaramos que desestimamos en este análisis partir de saber quién o quienes
escriben en el medio y a qué tendencia política adscriben, con el objetivo de entender a la
pareja analizada como posiciones y marcas de discurso. Trabajamos bajo el parámetro del
hito eleccionario analizando los textos que aluden a este acontecimiento a partir de las tres
hipótesis de operacionalización: verdades, saberes, creencias compartidas (que nos darán
información sobre el lugar desde dónde se posiciona el enunciador); la interpelación al
lector que nos llevará a comprender las formas de invocación y el espacio sociopolítico
compartido que nos permitirá dar cuenta de las formas en que se entiende la cercanía de lo
que se enuncia.
El análisis que llevamos adelante nos permitió ver algunos puntos de contacto y también
distancias en las formas de plasmarse la relación. En ese sentido reforzamos nuestra
hipótesis de entrada, ya que la inscripción política de dos de los tres medios es la misma,
sin embargo la relación entre enunciador-lector es diferente, acercando algunas marcas del
protocolo de lectura entre La Verdad (autonomista) y Las Cadenas (liberal), y otras entre
este último y El Autonomista. Podemos decir que, pese a encontrarnos estructuras de
organización textual regulares respecto a los recursos para decir verdad, las formas en que
aparece la relación enunciador-lector implican un punto diferencial entre los tres, aunque
con marcas en común. Iniciaremos con estas últimas.
Trabajamos con 57 notas (diferenciadas por poseer título y texto) referidos a las elecciones
por parte de La Verdad, 59 de El Autonomista y 17 de Las Cadenas. La extensión de este
último tiene dos justificaciones, en primer lugar por centrarnos únicamente en el mes de
diciembre para respetar las decisiones metodológicas referidas al hito; y además, porque las
notas ligadas a las elecciones fueron escasas, puntualizando en la asunción del gobernador
autonomista Manuel Derqui. En base a este corpus y nuestra propuesta pudimos establecer
regularidades entre los tres respecto al tipo de origen de la verdad desde la que se habla al
lector y la propuesta de la actividad discursiva. En los tres, el sostén de lo verosímil está
dado en una verdad personal, sostenida en los ojos y voz del que enuncia, y la actividad
propuesta como marca es la del convencimiento y el hacer-creer. Es decir, prácticamente
no hay verdades apoyadas de modos trascendental, por ejemplo en textos, en testigos, u
otros apoyos que excedan la propia palabra (salvo en los recuentos de votos, por ejemplo).
Por otro lado, la actividad descriptiva –como una superficial desprovista de subjetividad, es
decir como un hacer-saber- queda al margen, salvo en situaciones marcadas por lo
institucional. Está claro que la actividad movilizadora, es decir el hacer-hacer está presente
particularmente en los dos autonomistas ligados a la exhortación a votar, aunque debemos
destacar que La Verdad pone esa movilización en términos más inclusivos (“todos debemos
ponernos a una voz, en una sola idea y concurrir al propósito del bien común”, 13 de
noviembre de 1883), es decir formando parte del colectivo que debe ir a sufragar. Al menos
el primer mes de Las Cadenas el llamado a movilizar quedó restringido por el trabajo de
diferenciación y convencimiento respecto al contrincante político.
En cuanto a las distancias de la pareja, la lectura nos llevó a hacer una distinción primaria
entre el modo de organizar lo textual. Mientras que La Verdad diferencia el tipo de saber
entre la editorial y la sección noticia, poniendo mayor fuerza en los saberes de creencia a
nivel editorial y saberes de conocimiento en lo noticioso, El Autonomista intercala estos
saberes entre ambas secciones (en las cuales aparecen en mayor medida las notas referidas
a las elecciones). En ese sentido, Las Cadenas pone mucho énfasis a nivel editorial en
marcar distancia con sus contrincantes, dejando la superficie de noticias para aconteceres
menos “politizados”. Esto nos lleva a decir que en La Verdad y Las Cadenas el enunciador
está más delimitado respecto a su lugar como protagonista de lo que dice, a diferencia de El
Autonomista donde está más disperso. Por otro lado, un punto diferencial importante es el
espacio compartido entre enunciador y lector. El Autonomista presenta marcas de un
espacio colectivo amplio, poniendo la contienda en términos de republicanismo, soberanía,
derechos universales. Constante apelación a la opinión pública y el lugar democrático de la
prensa. Ese tipo de marcas le permite sostener una Corrientes menos singularizada y más
ligada al concierto de las democracias occidentales. A su vez, le permite establecer una
distancia en los mismos términos con sus adversarios políticos. Su apelación a lo histórico
se marca en esos términos, lo que le permite poner al candidato del partido como
representante la república en términos clásicos. Cabe destacar que este grado de lejanía lo
diferencia nuevamente de los otros dos medios, quienes establecen una especialidad más
cercana, echando mano a términos como “hijos de corrientes”, “patria”, “tierra” antes que
ciudadanos o nación. En este sentido podemos explicar las razones de la historización
constante de La Verdad y Las Cadenas, es decir que ambos se hayan convertido en lugares
de revisión histórica para autonomistas y liberales: el pago chico atravesado por penurias y
glorias (en ambos lados) se hace concreto en esas páginas, a diferencia de El Autonomista
que si bien no desestima la historización, tampoco dedica el mismo espacio que sus colegas
para la definición histórica del espacio común. Nuevamente la cercanía de colores no opera
en la regularidad discursiva, pese a que en general se enuncien cosas similares sobre los
mismos sujetos.

Conclusión

Con esta presentación iniciamos el análisis de 120 años de historia de la prensa correntina,
bajo parámetros que nos permitan atravesar esa temporalidad y sobrevolar algunas marcas
del discurso de los medios gráficos provinciales. Como todo inicio, este nos entrega las
primeras hipótesis de lectura bajo las cuales veremos funcionar nuestro esquema en otros
medios; con otras condiciones temporales, tecnológicas y políticas. Establecimos que a
nivel de apoyaturas de verdad los tres medios analizados parten de estructuras de
organización regulares, es decir que usan los mismos criterios para decir cosas distintas. A
su vez, pudimos ver el movimiento mediático respecto a la cercanía o lejanía respecto al
lector y el lugar del enunciador como protagonistas de lo que dice. En ese sentido, podemos
pensar que el nacimiento de la objetividad como fin de la prensa no se dio sólo por una
manera diferente de decir la verdad, sino tal vez por una forma distinta de organizar cómo
hablarle a quien se le habla.

Fuentes

Diario El Autonomista. Octubre – diciembre de 1883. Archivo General de la Provincia de


Corrientes.
Diario La Verdad. Octubre – diciembre de 1883. Archivo General de la Provincia de
Corrientes.
Diario Las Cadenas. Diciembre de 1883 – enero de 1884. Archivo General de la Provincia
de Corrientes.

Bibliografía
Angenot, M. (2012). El discurso social. Los límites históricos de lo pensable y lo decible.
Buenos Aires: Siglo XXI.
Foucault, M. (2002). La arqueología del saber. Buenos Aires: Siglo XXI.
Maingueneau, D. (2005). Ethos discursivo. San Pablo: Contexto.
Narvaja de Arnoux, E. (2009). Análisis del discurso. Modos de abordar materiales de
archivo. Buenos Aires: Santiago Arcos.
Verón, E. (1998). La semiosis social. Fragmentos para una teoría de la discursividad.
Barcelona: Gedisa.

CV. Daniel Chao

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).


Doctorando en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y
Especializando en Historia Regional por la UNNE (Trabajo Final presentado, pendiente de
aprobación). Jefe de Trabajos Prácticos en la cátedra Teorías de la Comunicación Social III,
Carrera de Comunicación Social - Facultad de Humanidades (UNNE). Becario Doctoral
por CONICET (período 2014-2019). Personal de investigación en los proyectos PI 12H010.
Tensiones, rupturas y continuidades. La relación entre prensa y política en la provincia de
Corrientes (1880 – 1999), bajo la dirección de la Dra. María del Mar Solís Carnicer; y PI
13H003. Antroposemiótica de las prácticas culturales. Análisis del tatuaje carcelario en
las ciudades de Corrientes y Paraná, a cargo de la Dra. Claudia Rosa. Ambos acreditados
por la UNNE.

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