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MATERIALES MAGNÉTICOS

Los materiales magnéticos son materiales industriales importantes para muchos diseños de ingeniería,
particularmente en el área de ingeniería eléctrica. En general, hay dos tipos principales: materiales
magnéticos blandos y duros. Los blandos son empleados en aplicaciones en las que el material debe ser
fácilmente magnetizado y desmagnetizado, tales como núcleos de transformadores de distribución de
energía eléctrica, pequeños transformadores electrónicos, estatores y rotores para motores y
generadores. Por el contrario, los materiales magnéticos duros son usados para aplicaciones que
requieren imanes permanentes, los cuales no se desmagnetizan fácilmente, tales como auriculares,
altavoces, motores sincrónicos sin escobillas, así como motores de arranque.

En este informe de investigación estudiaremos el origen del magnetismo en materiales ferromagnéticos


y, brevemente, examinaremos algunas de las unidades básicas y ecuaciones asociadas con el
magnetismo y materiales magnéticos.

CAMPOS Y MAGNITUDES MAGNETICAS

Los materiales hierro, cobalto y níquel son los tres únicos elementos que cuando son magnetizados a
temperatura ambiente son capaces de producir un campo magnético fuerte alrededor suyo, y se les
conoce con la denominación de ferromagnéticos. La presencia de un campo magnético alrededor de una
barra de hierro magnetizada puede ser evidenciado dispersando pequeñas partículas de hierro sobre
una hora de papel colocada justo por encima de una barra de hierro. Como se muestra en esa figura, el
imán tiene dos polos, y las líneas del campo magnético aparecen abandonando un polo y entrando por
el otro.

En general, el magnetismo es dipolar en esencia, y no ha sido descubierto nunca un monopolo


magnético. Existen siempre dos polos magnéticos o centros de campos magnéticos, los cuales se
encuentran separados a una determinada distancia, y el comportamiento de este dipolo separados a una
determinada distancia, y el comportamiento de este dipolo es extrapolable a los dipolos magnéticos
encontrados en algunos átomos.

Los campos magnéticos son producidos también por conductores portadores de corriente. La figura 11.3
ilustra la formación de un campo magnético a lo largo de una espiral de alambre de cobre, llamada
solenoide, cuya longitud es grande respecto de su radio. Para u solenoide de n espiras y longitud l, la
0.4 𝜋𝑛𝑖
intensidad del campo magnético H es: 𝐻 =
𝑙
PROPIEDADES MAGNÉTICAS

El magnetismo es un fenómeno sutil y misterioso, una emanación de la corriente eléctrica. No obstante,


interviene poderosamente en la industria de telecomunicaciones y en el entretenimiento personal, en
aparatos como la bocina o altavoz de un tocadiscos o de una grabadora de cinta. Si se hiciera una lista
de las manifestaciones del magnetismo que es posible encontrar a diario, como en una brújula o un cierre
magnético, ¿se pensaría incluir en ella el “zumbido de 60 ciclos” que emite un transformador?. Así como
el efecto magnético fundamental se visualiza mejor con una bobina magnética. Si la corriente fluye en
una bobina helicoidal, entonces la relación entre la corriente eléctrica y el campo magnético, H, se define
como el producto de la corriente e amperes por el número de vueltas por metro de la bobina. Como se
indica en la figura, por ejemplo, una corriente de 10 A que fluye en una bobina con 102 vueltas por metro,
genera una intensidad de campo magnético H= 103 amperes vueltas por metro (A-v/m).

¿Cuán poderoso es este campo magnético? Es posible obtener la respuesta, si se utiliza la analogía
magnética de la fuerza, 𝐹 = 𝑞𝐸 que experimenta una carga q en un campo eléctrico. La ecuación será
ahora,

𝐹 = 𝑚𝐻

Donde m es el número de polos magnéticos Norte(flujo magnético en webers). Un imán de acero en


forma de barra larga tiene polos norte en un extremo y polos Sur en el otro. Por información obtenida en
la tabla 5.4, se sabe que un imán de barra de unos 3 cm de diámetro, tiene un flujo magnético de 10 3 Wb
(weber). Si el extremo Norte de la barra se introduce en la bobina magnética, la fuerza que actúa sobre
él es

𝐹 = 𝑚𝐻 = (10−3 )(103 ) = 1𝑁

Al utilizar campos magnéticos más potentes, se pueden obtener fuerzas cien veces o más superiores.

Tipos de magnetismo

Así como los materiales difieren en sus respuestas a un campo eléctrico aplicado, también lo hacen
radicalmente cuando se exponen a un campo magnético. Al describir los diferentes tipos de
comportamiento magnético es el sistema de unidades SI, se expresa la intensidad de campo magnético
H en función de la densidad de flujo magnético B0 (en WB/m2) que el campo produce al vacío. La
relación cuantitativa es

𝑩𝟎 = 𝝁𝟎 𝑯 (𝟓. 𝟐𝟗)

donde μ() es la permeabilidad magnética del vacío, 4𝞹 𝒙 𝟏𝟎−𝟒 Henry por metro (H/m). Por ejemplo, el
campo magnético de 103 𝐴 − 𝑣/𝑚 de la figura 5.12ª se expresa como

𝑩𝟎 = 𝝁() 𝑯 = (𝟒𝝅 𝒙 𝟏𝟎−𝟕 )(𝟏𝟎𝟑 ) = 𝟒𝞹 𝒙 𝟏𝟎−𝟒 𝑾𝒃/𝒎𝟐 .


CLASIFICACIÓN DE LOS MATERIALES MAGNÉTICOS

Con base en el grado y la naturaleza de la interacción entre los electrones del sólido y un campo
magnético externo, es posible agrupar a los materiales en cinco clases. Tres de ellas, los
paramagnéticos, diamagnéticos y antiferromagnéticos, casi no responden a los campos magnéticos
externos. En contraste, los materiales ferromagnéticos y ferrimagnéticos interactúan fuertemente con los
campos magnéticos externos, y se usan en una diversidad de aplicaciones.

La propiedad que describe en forma cuantitativa la respuesta del material a un campo externo es su
susceptibilidad magnética. Si χ<<1, el material tiene una respuesta débil al campo externo; si χ >>1, su
respuesta es muy marcada.

Diamagnetismo y paramagnetismo

Los efectos magnéticos en materiales se originan en las minúsculas corrientes eléctricas asociadas al
movimiento de los electrones en sus órbitas atómicas o al giro (espín), de los mismos. En materiales
diamagnéticos (Fig. 5.13a), las numerosas corrientes en el interior de un átomo (o ion) se neutralizan,
por lo que dejan un momento magnético nulo para el átomo en conjunto, en ausencia de un campo
magnético externo. En materiales paramagnéticos, cada átomo posee un momento magnético neto (Fig.
5.13b), pero sus orientaciones al azar dan por resultado una magnetización neta igual a cero para un
grupo de átomos. La mayor parte de los materiales son diamagnéticos o paramagnéticos y pueden
considerarse como “no magnéticos” para la generalidad de las aplicaciones.

Si un material diamagnético o paramagnético se coloca en un campo magnético (fig.5.12b), la densidad


de flujo en su interior es casi idéntica a la del vacío. La permeabilidad μ de los materiales paramagnéticos
es mayor que μ(), aproximadamente en una parte en 10 5; en los materiales diamagnéticos, μ es más
pequeña, digamos en una parte de 106. El comportamiento magnético de una material típico en cada una
de estas dos clases (Fig. 5.12c) se traza de manera conveniente como una gráfica de B en función de
μ()H. Conforme μ()H aumenta, la curva de cada material coincide esencialmente con la del vacío; la
pequeña desviación positiva o negativa se ha amplificado a gran escala en la figura.

Figura 5.13 Ilustraciones esquemáticas de los orígenes atómicos de los cuatro


tipos de comportamiento magnético. No hay ningún campo magnético externo.

Comportamiento eléctrico, térmico, magnético y óptico de los materiales.


Figura 5.12 Esquema de la significación física de la intensidad de campo magnético H, la densidad de
DIAMAGNETISMO
flujo Y PARAMAGNETISMO
magnético en el vació B0 y la densidad de flujo B en tres tipos de materiales magnéticos. (Para
convertir Wb/m en gauss multiplíquese por 104)
2
El diamagnetismo y el paramagnetismo son formas débiles de interacción entre los sólidos y los
campos magnéticos externos. En los sólidos diamagnéticos, el campo magnético interno es antiparalelo
al campo externo, mientras que en los sólidos paramagnéticos, los campos interno y externo apuntan en
la misma dirección. El movimiento orbital de una electrón en torno a su núcleo siempre da como resultado
una contribución a la respuesta diamagnética de un material. Sin embargo, el spin del electrón puede
aportar una contribución paramagnética.

¿Qué factores determinan si un material es diamagnético? El diamagnetismo se suele observar en los


sólidos formados por átomos cuyas capas electrónicas están totalmente llenas. La razón es que en una
capa llena hay cantidades iguales de electrones con espines positivos y negativos, por lo que el momento
magnético total originado por el espín es cero. Como ejemplos de materiales diamagnéticos tenemos a
la mayor parte de los cristales iónicos y covalentes, casi todos los compuestos orgánicos, incluyendo los
polímeros, y algunos metales, notablemente el Cu, Ag, y Au. La interacción entre un sólido diamagnético
y un campo externo es muy débil. De hecho, la magnitud de χ para la mayor parte de los sólidos
diamagnéticos está en el orden de 10-4 a 10-5. En consecuencia, los materiales diamagnéticos tienen
pocas aplicaciones magnéticas.

El paramagnetismo se relaciona con el momento magnético ocasionado por electrones no apareados en


capas electrónicas internas no totalmente llenas (los electrones no apareados en la capa de valencia no
contribuyen al comportamiento paramagnético). Así, la mayor parte de los metales de transición son
paramagnéticos. Las siguientes figuras muestran la distribución de los spines electrónicos en las capas
3d de algunos metales de transición. La cantidad de espines no apareados por átomo se puede
determinar mediante la regla de Hund, que establece que en una capa no llena, la cantidad de espines
no apareados será la máxima posible, compatible con las restricciones del principio de exclusión de Pauli.
Como en el caso de los sólidos diamagnéticos, la intensidad de la interacción entre un material
paramagnético y un campo magnético externo es escasa (χ está en orden de 10-2 a 10-3). En
consecuencia, los materiales paramagnéticos tienen pocas aplicaciones en el magnetismo. Al comparar
la figura 12.5-1 y la tabla 12.5-1 se ve la relación entre la estructura electrónica y el comportamiento
magnético. Por ejemplo, el Cr paramagnético tiene cinco capas internas con electrones no apareados,
mientras que el Cu, que es diamagnético, no tiene ninguna.

Ferromagnetismo
Los sólidos ferromagnéticos tienen valores de susceptibilidad magnética mucho mayores que 1. La
diferencia principal entre los materiales paramagnéticos y los ferromagnéticos está en la fuerza de la
interacción entre los dipolos magnéticos atómicos adyacentes. Si bien los dipolos son en esencia
independientes en los materiales paramagnéticos, interactúan fuertemente en los ferromagnéticos.

La causa de una intensa magnetización en algunos materiales está en la alineación espontánea de


momentos magnéticos de átomos adyacentes dentro de un dominio. El ferromagnetismo (Fig. 5.13c)
corresponde a la alineación paralela y el ferromagnetismo (Fig. 5.13d) a la alineación antiparalela de
componentes de dirección opuesta en un dominio. Si ocurre la cancelación entre dominios cercanos,
como se aprecia en la figura 5.13c, la magnetización global puede ser nula. Los materiales
ferromagnéticos son hierro, níquel, cobalto, seis elementos de tierras raras y muchas aleaciones. Sus
respuestas a un campo magnético son alrededor de 10 9 veces mayor que la de sustancias ordinarias
(diamagnéticas o paramagnéticas), como lo indican los datos de la figura 5.12c para la magnetización
inicial de “Supermalloy”, una aleación ferromagnética técnicamente importante (tabla 5.3). La pendiente
de esta gráfica de B versus μ()H es la permeabilidad magnética relativa μr. Se puede deducir la expresión
de μr si se escribe la ecuación (5.29) para un material cuya permeabilidad es μ; el resultado es B = μH.
Después de multiplicar y dividir por μ(), se obtendrá la ecuación correspondiente a utilizar con unidades
SI,
𝝁
𝑩= (𝝁 𝑯) = 𝝁𝒓 (𝝁𝟎 𝑯) (𝟓. 𝟑𝟎)
𝝁𝟎 𝟎

Por lo que la permeabilidad relativa será la razón


𝜇
𝜇𝑟 =
𝜇0

Las permeabilidades relativas de varios materiales ferromagnéticos se enumeran en la tabla 5.3; el


valor μr para sustancias diamagnéticas y para magnéticas es, virtualmente, la unidad.

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