Sei sulla pagina 1di 6

Filosofí a del lenguaje, Cuestionario

Luis G. Vargas Villalobos

1. ¿Cómo configuran lo real las sociedades sacralizadas o simbólicas?

La configuración de lo real tiene que ver con una manera de entender al mundo. Esta
manera de entender al mundo, es una visión global que lo articula, dándole un sentido.
Ahora bien en una sociedad sacralizada, esta configuración de lo real está íntimamente
ligada con su concepción divina. Así, una sociedad sacralizada, que es una sociedad de
culto de veneración que rinde a lo sagrado, tendrá una configuración de lo real basado en
un principio divino.

Esta manera de entender el mundo que es dado por un discurso divino, es el mito, pues,
es una realidad cultural, que cuenta una historia sagrada1. Relata un acontecimiento que ha
tenido lugar en un tiempo primigenio, pues relata el tiempo de los comienzos. Así, el mito
cuenta cómo una realidad ha venido a la existencia; se dice una realidad, porque el mito
puede narrar tanto el nacimiento del cosmos, o solamente el nacimiento de una nación, un
hombre, una especie, una configuración del hombre, es decir, puede narrar sólo un
fragmento del cosmos. De esta manera, conforme a lo relatado, la sociedad encontrara
sentido y fundamentación en el mito, por ejemplo, en el mito de autoctonía de los
atenienses, pues en él, el hombre originario nacido de la tierra con descendencia originaria
de un Dios es el fundamento e identidad de los principios característicos de su sociedad, la
autoctonía fundamentada en un mito le da isonomía y isegoría a los hombres.

De esta manera, los mitos narran las diversas intervenciones divinas en torno al mundo y
su configuración, por eso estas intervenciones de lo sagrado es lo que fundamenta
realmente al mundo y lo hace como tal. La sociedades sacralizadas entenderán al mito
como la mejor forma que explicar la configuración de lo real, pues la divinidad es quien
influye en el mundo de una manera primordial, siendo el mito la narración de este
acontecimiento.

1
Mircea Eliade, “La estructura del mito” en Mito y realidad, Barcelona, Kairós, 2003 pág. 5
El mito o discurso sacro, es el que configura lo real para las sociedades sacras, pero de qué
manera se da esta incidencia. Para estas sociedades el mito “vive”, o las sociedades sacras
viven el mito, pues lo que paso en el origen se repite en los ritos mediante la
rememoración, puesto que los mitos al ofrecer una explicación del mundo, de como ellos
llegaron a ser, repitiendo este fundamento. Se repite el mito, porque esto narran las
acciones de los dioses, de los héroes o de los antepasados que son dignas de imitación y
admiración. La cultura sacra le debe al mito, sus creencias y sus los valores. Hay que
pensar en Homero para ver esta cuestión, pues del ser dice que es el educador de Grecia.

Por lo anterior ritos son la recreación de la historia de la creación, el rememorar es la


reactualización del tiempo primigenio en donde lo real llego a ser. Una manera en que se da
esta rememoración o recreación del mito se da mediante la oralidad, pues en culturas orales,
la memoria colectiva se actualiza mediante la repetición del mismo discurso. Esta
repetición es la idea implícita que esta creencia es la primera manifestación de una cosa
que significa y es válida, es un modelo de imitación y de reactualización con forme a lo
echo por los antepasados.

Así en las sociedades sacras el mito es vivo, significa y se reactualiza en el actuar y pensar
de los individuos: ¨ En suma, se trata de rituales colectivos de periodicidad irregular, que
comportan la construcción de una casa cultual y la recitación solemne de los mitos de
origen de estructura cosmogónica.2¨ Recobrar sus fuentes revide sus orígenes, la idea una
renovación universal en tanto su configuración y sentido, es la reactualización del mito
cosmogónico .

2
Ibíd. Pág. 20
2. ¿Cómo entienden la verdad los hombres de las sociedades orales?

Al respecto, podríamos retomar la tesis de Walter Ong3 diciendo que todo el lenguaje
nunca escapa de su carácter oral, pues toda escritura aunque pareciera desplazar la cultura
oral, sigue dependiendo de esta, como primigenia, pues cuando nos relacionamos con un
escrito, al leerlo, lo convertimos en voz, haciendo de él, lenguaje fonético. Bajo este mismo
planteamiento, las culturas fundamentalmente orales son aquellas que desconocen el
lenguaje escrito, por lo que su modo de aprensión del discurso será mediante la repetición
del mismo. Esta repetición tiene que basarse en un solo discurso, por lo que hay un discurso
que es aceptado por todos. Por lo cual hay que preguntarnos, cuál es este discurso oficial.

El discurso oficial, en este sentido, puede ser entendido como el mito que aún está vivo,
pues este se practica y recrea por todos. En este sentido el mito es un discurso verdadero, y
no sólo eso, sino, que es la verdad, al ser una historia que habla de los orígenes del mundo,
teniendo como aspecto principal la divinidad interventora en el mundo. El discurso
verdadero o mito, también puede ser el de los héroes, que relatan la creación de cierta parte
del cosmos. La contraparte del mito será entonces lo que sea falso. Pero cómo entender lo
que es la contraparte del mito. Si el mito es lo divino, o la narración de la creación divina,
lo contrario será lo profano. La verdad del mito también puede entenderse como adecuación
a lo real, pues lo que narra es la incidencia de la divinidad en la conformación del mundo,
el mito es una historia que siempre se refiere a realidades, así la existencia del mundo esta
ahí para comprobar estas narraciones: ¨ El mundo vegetal y el animal le «habla» de su
origen, es decir, en última instancia, de Hainuwele; el paleocultivador entiende este
lenguaje, y al entenderlo descubre una significación religiosa en todo lo que le rodea y en
todo lo que hace4.¨

Un aspecto preponderante del mito es su función de revelar modelos, dando así una
significación del mundo y la existencia humana. No sólo lo profano será lo falso, sino

3
Walter Ong, Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra, México, FCE, 1997.
4
“La estructura del mito” en Mito y realidad pág. 69
también la historia que no se adecue a este modelo, pues él es realidad, valor y
trascendencia. Lo significativo y lo real, por lo tanto siempre será lo sacro, el discurso oral
que se repite y es siempre uno. Este discurso asociado con la repetición de una cultura
fundamentalmente oral es el discurso verdadero, por adecuación a lo real, pues este
configura lo real, lo real es testigo del discurso, también por convención gracias a la
repetición y también como modelo.
3. Explica la relación entre lenguaje y verdad.

El lenguaje y la verdad están íntimamente relacionados. El hombre crea el intelecto como


una manera de sobrevivir fingiendo, pues finge tener conocimiento, tener verdad y saber lo
que son las cosas. La palabra se origina dentro de esta mentira, pues el nombrar es referir a
una cosa fuera de nosotros lo que ya es un deseo y un principio injustificado, pues lo que es
la cosa con las palabras jamás se llega a la verdad, es decir, una expresión adecuada de lo
que es la cosa.

El lenguaje dentro de esta génesis, dentro de la voluntad de conocer, no puede ser la


voluntad de un conocimiento puro, pues el trato con lo real sólo puede ser dado por
metáforas: “creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles, colores,
nieve y las flores y no poseemos, sin embargo, más que metáforas de las cosas que no
corresponden en absoluto a las esencias primitivas5”. De esta manera el origen del lenguaje
no es un proceso lógico, y al constituir el hombre la verdad en el lenguaje, la verdad
tampoco lo tendrá. El problema que resalta Nietzsche es que el concepto debe agregar a
todas las experiencias singulares de una cosa, que en tanto singulares, son puramente
diferentes, por lo que el concepto se formula en base a una equiparación de algo que no es
igual en sí mismo (estas experiencias singulares).

En base a esto, la verdad, en tanto que se basa en un lenguaje que ha enunciado Nietzsche
como únicamente metafórico, es: “una hueste en movimiento de metáforas, metonimias,
antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas […] las
verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son6”, por ello la verdad tiene

5
Nietzsche, F., sobre verdad y mentira en sentido extemoral, traducción, Luis M. Valdés y Teresa Orduña,
tecnos, Madrid, 1998 23
6
Ibíd. sobre verdad y mentira en sentido extemoral pág.24
cabida en esta caracterización, a pesar de que es imposible que sea en correspondencia o
verificación con el mundo, la verdad en el lenguaje metafórico solo puede ser verdad por
otra negación, por la negación de la metáfora. Así el que es veraz es el que usa metáforas
habituales, al olvidar que sigue una convención y que solo en virtud de su ignorancia dice
verdad.

La verdad en este sentido es mentira, porque la verdad es una ilusión, el error de creer que
se tiene ante sí, de una manera inmediata, a los objetos como puros es lo que genera la
falsa creencia en que se está diciendo la verdad del objeto, y olvidar que el lenguaje es
esencialmente metafórico y de lo que se predica la verdad, es sólo de las relaciones entre el
lenguaje (metáforas). De esta manera no hay manera de conocer las leyes de la naturaleza,
pues lo que podamos inferir de ellas es lo que nosotros les agregamos 7, pues toda verdad
que podamos captar es perspectiva, finalmente, una interpretación del mundo. Por ello
tampoco se puede dar las pautas para establecer lo que es una percepción correcta, pero que
no se dispone de un criterio para ella ya que todas son percepciones subjetivas al agregar
siempre algo de nosotros.

La interpretación del mundo, o más bien, la necesidad del humano de interpretar al mundo
revela un estatuto ontológico del mismo, pues esta voluntad de saber le es natural, como las
garras y colmillos a la bestia. De esta manera el lenguaje es una sunción para relacionarse
con el mundo, es una función vital, el error esta en creer que este para ordenarlo.

7
Ibíd. Pág.32

Potrebbero piacerti anche