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LAS FORMAS DE TIEMPO Y DEL

CRONOTOPO EN LA NOVELA.
ENSAYOS DE POÉTICA HISTÓRICA
BAJTIN, Mijail M.
Teoría y estética de la novela;
Madrid, Taurus, 1.989; pág. 237 a 409.

Tamar Ester Hurtado Piña


LAS FORMAS DE TIEMPO Y DEL CRONOTOPO EN LA NOVELA

Línea argumentativa del autor y resumen del texto

Míjail Bajtín, mediante el presente texto, plantea una teoría literaria para el
análisis de la novela. Dicha teoría se basa en un concepto fundamental: el Cronotopo, la
“conexión esencial de las relaciones temporales y espaciales asimiladas artísticamente en
la literatura”. Aún cuando este concepto no es de uso privativo de la especialidad que nos
incumbe, el autor se apropia de él, dotándolo de una carga conceptual bien definida.

Asimismo, la noción cronotópica permite al autor delimitar géneros novelísticos


que giran en torno al concepto que él mismo plantea. Luego de exponer su concepto base
(definiéndolo, explicándolo y relacionándolo con el análisis de la novela) junto a ciertos
planteamientos fundamentales, Bajtín procede a validar su propuesta de la utilización del
Cronotopo mediante la exposición de una clasificación de la novela en torno a este
concepto, es decir, el autor expone géneros novelísticos caracterizándolos de acuerdo a
un tiempo-espacio, unidad indivisible que configura una trama especial con una
determinada visión del hombre.

Posteriormente, el teórico pasa a ejemplificar lo que él llama la “novela antigua”,


dentro de la cual se distinguen la “novela de aventuras y la prueba”, “novela de aventuras
costumbrista” (que incluye, por ejemplo, la “novela picaresca”) y “novela biográfica”, cada
una gira en torno a un gran cronotopo, un gran estilo o género, que puede contener
cronotopos más pequeños, que caracterizan la obra de un mismo autor o de ciertos
subgéneros. Los cronotopos pueden, eventualmente, cruzarse y modificarse dentro de las
obras.

El primer tipo de novela que caracteriza a fondo es la “novela griega”, tipo de


novela antigua que corresponde al género novelesco de la “novela de aventuras y la
prueba” y que, en el futuro, será un referente para la “novela bizantina”, género que
engloba las “novelas de caballería”.
La trama de la “novela griega” se configura por motivos: una pareja de jóvenes,
que poseen particularidades específicas, se encuentran de forma inesperada, surgiendo
espontáneamente una pasión amorosa irresistible entre ambos. Sin embargo, la esperada
unión de ve retrasada y amenazada por una serie de obstáculos que produce la separación
de los héroes. Tras dicha separación se produce un proceso de búsqueda y encuentros,
para finalizar con la feliz unión. Los elementos que se entremezclan en esta trama son
producto de una larga tradición literaria.

El tiempo, por una parte, se ve estructurado mediante un encuentro inicial, una


sucesión de aventuras, series atemporales que son potencialmente infinitas, y la feliz
unión. El punto de partida y el de llegada parecen dos momentos biográficos contiguos (es
como si entre ellos no sucediera nada): las acciones son una pausa que no cambia la vida
de los héroes, entes pasivos e inmutables que coinciden con la imagen del hombre del
cronotopo de la antigua novela griega siendo víctima del destino y de las fuerzas divinas o
sobrenaturales, los acontecimientos les suceden, los protagonistas carecen de iniciativa
propia, sus movimientos son forzados en el espacio (las fugas, las persecuciones, las
búsquedas). Este espacio, por otra parte, presenta “extensiones espaciales abstractas”
medidas por su “lejanía o proximidad”. Es debido a esto que el motivo del rapto, por
ejemplo, se materializa en un rápido traslado a un lugar extraño; el motivo de la
persecución conlleva la superación de obstáculos (frecuentemente de naturaleza
espacial); mientras que el motivo del cautiverio implica el aislamiento espacial de alguno
de los héroes, entre otros.

Bajtín sigue el mismo procedimiento de la “novela antigua” para el cronotopo de la


“novela caballeresca”, cuyo tiempo se puede configurar como el de la “novela griega” o
como el tipo apuleyano. Luego, reconoce un cronotopo especial perteneciente a las
novelas de Rabelais, en las cuales se presentan dimensiones espacio-temporales
inusitadamente amplias. Así también, plantea un tiempo idílico, caracterizado por
configurarse espacialmente como un microuniverso o microcosmos limitado y
autosuficiente, que da lugar a variados tipos de novela tanto por su confirmación (el “idilio
amoroso” presenta la variante de la “novela pastoril”), como por su negación (la
“destrucción del idilio” es fundamental en la “novela generacional”).

Mijaíl Bajtín señala que ha analizado los grandes cronotopos, elementos estables
desde un punto de vista tipológico, que han determinado las más importantes variantes
del género novelesco en las etapas tempranas de su evolución.

El autor concluye con observaciones finales sobre el cronotopo y, al final de su


ensayo, analiza “valores cronotópicos” que impregnan la literatura y se corresponden con
cada motivo o elemento fundamental de la obra literaria: el “encuentro” y el “camino”
(que cumple un papel temático fundamental en la novela hasta nuestros días), el “castillo”
(presente en la “novela caballeresca” y la “novela gótica”), el “salón-recibidor” (que surge
con Sthendal y Balzac), la “pequeña ciudad provinciana” (“Madame Bovary” es un claro
ejemplo) y el “umbral” (de gran importancia en las obras de Dostoievzki).
Conceptos fundamentales

Cronotopo

Vamos a llamar cronotopo (lo que en traducción literal significa <<tiempo-


espacio>>) a la conexión esencial de relaciones temporales y espaciales
asimiladas artísticamente en la literatura. (Bajtín, 1989, pág. 237)

En el cronotopo artístico literario tiene lugar la unión de los elementos


espaciales y temporales en un todo inteligible y concreto. El tiempo se
condensa aquí, se comprime, se convierte en visible desde el punto de
vista artístico; y el espacio, a su vez, se intensifica, penetra en el
movimiento del tiempo, del argumento, de la historia. Los elementos de
tiempo se revelan en el espacio, y el espacio es entendido y medido a
través del tiempo. (Bajtín, 1989, págs. 237-238)

En la literatura el cronotopo tiene una importancia esencial para los


géneros. Puede afirmarse decididamente que el género y sus variantes se
determinan precisamente por el cronotopo (…) El cronotopo, como
categoría de la forma y el contenido, determina también (en una medida
considerable) la imagen del hombre en la literatura; esta imagen es
siempre esencialmente cronotópica. (Bajtín, 1989, pág. 238)

El cronotopo determina la unidad artística de la obra literaria en sus


relaciones con la realidad. Por eso, en la obra, el cronotopo incluye siempre
un momento valorativo, que sólo puede ser separado del conjunto artístico
del cronotopo en el marco de un análisis abstracto. En el arte y en la
literatura, todas las determinaciones espacio-temporales son inseparables,
y siempre matizadas desde el punto de vista emotivo-valorativo (…) La
contemplación artística (…) considera el cronotopo en su total unidad y
plenitud. (Bajtín, 1989, pág. 393)
¿En dónde estriba la importancia de los cronotopos que hemos
examinado? En primer lugar, es evidente su importancia temática. Son los
centros organizadores de los principales acontecimientos argumentales de
la novela. (…) Se puede afirmar abiertamente que a ellos les pertenece el
papel principal en la formación del argumento. (Bajtín, 1989, pág. 400)

Pero toda la imagen artístico-literaria es cronotópica. Esencialmente


cronotópico es el lenguaje, como tesoro de imágenes. Es cronotópica la
forma interna de la palabra –ese signo mediador con cuya ayuda las
significaciones espaciales iniciales se transfieren a las relaciones
temporales (en el más amplio sentido)–. (Bajtín, 1989, pág. 401)

Valores cronotópicos

El arte y la literatura están impregnados de valores cronotópicos de diversa


magnitud y nivel. Cada motivo, cada elemento importante de la obra
artística, constituye ese valor. En nuestros ensayos, sólo hemos analizado
los grandes cronotopos (…) al final de nuestro trabajo, mencionaremos
únicamente algunos valores cronotópicos. (Bajtín, 1989, págs. 393-394)

El <<encuentro>> y el <<camino>>.

Generalmente, en la novela, los encuentros tienen lugar en el <<camino>>.


En el camino (en el << gran camino>>), en el mismo punto temporal y
espacial, se intersectan los caminos de gente de todo tipo (…) que,
generalmente, están separados por la jerarquía social y por la dimensión
del espacio; en él pueden aparecer diversos contrastes, pueden
encontrarse y combinarse destinos diversos. (Bajtín, 1989, pág. 394)

El <<castillo>>.

El castillo está impregnado de tiempo, de tiempo histórico en el sentido


estricto de la palabra, es decir, de tiempo del pasado histórico (…) La
historicidad del castillo ha posibilitado que el tiempo represente un papel
importante en la evolución de la novela histórica. El castillo procede de los
siglos pasados y tiene vuelta la cara hacia el pasado. (Bajtín, 1989, pág.
396)
El <<salón recibidor>>.

Ahí están condensados los rasgos visibles y concretos, tanto del tiempo
histórico como del biográfico y cotidiano que, al mismo tiempo, están
estrechamente relacionados entre sí, comunes a la época. La época se hace
concreta- visible y argumental-visible. (Bajtín, 1989, págs. 397-398)

La <<pequeña ciudad provinciana>>.

En Madame Bovary, de Flaubert (…) Esa pequeña ciudad es el lugar del


tiempo cíclico de la vida cotidiana. Aquí no existen acontecimientos, sino,
tan sólo, una repetición de lo <<corriente>>. El tiempo carece aquí de curso
histórico ascendente, se mueve en ciclos limitados: el ciclo del día, el de la
semana, el del mes, el de la vida entera. (…) Es el tiempo banal de la cíclica
vida cotidiana. (Bajtín, 1989, pág. 398)

El <<umbral>>.

Este puede ir también asociado al motivo del encuentro, pero su principal


complemento es el cronotopo de la crisis y la ruptura vital. (…) En la
literatura, el cronotopo del umbral es siempre metafórico y simbólico. (…)
El tiempo es en este cronotopo un instante que parece no tener duración, y
que se sale del transcurso normal del tiempo biográfico. Esos instantes
decisivos forman parte, en Dostoievsky, de los grandes cronotopos
abarcadores del tiempo de misterios y carnavales. (Bajtín, 1989, pág. 399)

Bibliografía

Bajtín, M. (1989). Teoría y Estética de la Novela. Madrid: Taurus.

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