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TEORÍA Y PRÁCTICA.
MÓDULO II
Por último, en cuanto a los intereses aplicables a las deudas dineradas, el art.
769 determina: «Los intereses punitorios convencionales se rigen por las
normas que regulan la cláusula penal».
Pero, más allá de la posibilidad de aplicar estos intereses, el nuevo Código
sujeta las deudas dineradas al valor en que hayan sido convenidas
primigeniamente por las partes, sin posibilidad de actualización alguna
conforme a la evolución del costo de vida o de ciertos índices indexatorios de
esa deuda (de conformidad con lo que establecieron las leyes 23.928 y
25.561).
Más allá de ello, cabe destacar que este nuevo Código admite en forma
explícita el pago de la deuda alimentaria en especie en sus arts. 542 y 659,
siendo que esta forma de abonar la cuota alimentaria implica -aunque, en
forma indirecta- la actualización de dicha cuota.
En tanto, el art. 659 del Código que venimos siguiendo resuelve, en cuanto a
los alimentos debidos a los hijos menores de edad:
«La obligación de alimentos comprende la satisfacción de las necesidades de
los hijos de manutención, educación, esparcimiento, vestimenta, habitación,
asistencia, gastos por enfermedad y los gastos necesarios para adquirir una
profesión u oficio. Los alimentos están constituidos por prestaciones
monetarias o en especie y son proporcionales a las posibilidades económicas
de los obligados y necesidades del alimentado».
Podemos observar que en el art. 659 -y a diferencia del art. 542- el pago de la
cuota en especie se establece de forma explícita.
Más allá, que con el pago en especie se configure una actualización -si bien, de
forma indirecta- de aquellos rubros de la cuota alimentaria que se han
establecido de esta manera, en realidad, el Código precitado debería
contemplar la posibilidad de actualización directa de la cuota alimentaria.
Sobre todo en lo referido a los menores de edad, a fin de evitar una
confrontación con los postulados establecidos en la Convención de los
Derechos del Niño.
En consonancia con esta opinión, un fallo -más reciente- determinó que «si
bien, por imperio de la ley 23.928, se mantiene la prohibición de actualizar, la
cuestión de alimentos debe tener un tratamiento más prudente respecto de la
aplicación de dicha normativa. Ello así, si un progenitor -en su rol de
alimentante- resuelve voluntariamente reconocer una actualización de la cuota
por entender que es una forma de preservar el poder adquisitivo de la misma
y responde al interés superior del menor, ello no es ilegal, por cuanto está en
juego el interés superior del menor que manda arbitrar todos los medios para
su protección, y porque estas cuestiones no obstruyen el objetivo que tuvo la
ley 23.928 al momento de su dictado, que fue frenar un importante proceso
inflacionario».
Así, lo ha señalado -con acierto- un fallo provincial al decir quo «debido a que
estamos inmersos en un proceso inflacionario en crecí miento, la cuota
alimentaria no puede mantenerse sin actualizar y uno pretensión en tal sentido
deviene inconstitucional; por lo tanto, resultan inaplicables las disposiciones de
la ley 23.928 con sus modificaciones introducidas por la ley 25.561 y el
plenario del 28/2/95 porque, dadas las circunstancias posteriores a estas
normas, se configura una inconstitucionalidad sobreviviente respecto de la
prohibición de fijación de pautas de reajuste automático en materia
alimentaria, se trate de una determinación por sentencia o por convenio, al
producir también un resultado claramente disfuncional y perjudicial para el
interés de los menores».
Otro fallo provincial (JFamilia n° 6, Mar del Plata, 30/9/13, sentencia firme.),
de la misma época y en el mismo supuesto (convenio por el cual el progenitor
alimentante acepta la actualización de la cuota, en este caso, conforme la
aplicación del porcentaje del aumento de costo de vida que emana del INDEC),
explícitamente declara la inconstitucionalidad de la normativa vigente que
prohíbe la actualización de la cuota alimentaria de forma directa o automática.
Este destacable fallo (JFamilia n° 6, Mar del Plata, 30/9/13, sentencia firme.),
establece:
«Los fundamentos que he enunciado en los acápites que anteceden me
conducen a sostener que en la actualidad las normas contenidas en los arts. 7
y 10 de la ley 23.928, a partir de la reforma introducida por la ley 25.561,
resultan inconstitucionales. En efecto, la prohibición de actualización allí
contenida con respecto a las obligaciones alimentarias, contraría la esencia de
las mismas, en tanto ellas deben comprender y asegurar eficazmente la
satisfacción de las necesidades del hijo hasta los 21 años de edad (art. 265 y
cones, del C.C.)».
«Asimismo, dichas previsiones normativas en tanto prohíben el convenio de
partes que contenga cláusula de estabilización, contrarían el correcto ejercicio
de la responsabilidad parental (art. 264 y concs, del C.C.; art. 7 y concs, de la
ley 26.061; arts. 18 y 27 de la Convención Internacional de los Derechos del
Niño)».
CUESTIONES PROCESALES
Veremos, a continuación, aquella normativa inserta en el nuevo Código que
conforma el bloque procesal en materia de familia y que está relacionada con
los alimentos.
*
Decía el art. 375 del anterior Código Civil: «El procedimiento en la
acción de alimentos, será sumario, y no se acumulará a otra acción
que deba tener un procedimiento ordinario; y desde el principio de la
causa o en el curso de ella, el juez, según el mérito que arrojaren los
hechos, podrá decretar la prestación de alimentos provisorios para el
actor, y también las expensas del pleito, si se justificare absoluta falta
de medios para seguirlo».
*
El art. 3, inc. 1 de la Convención de los Derechos del Niño, determina
«En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las
instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las
autoridades administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del
niño».
*2
Cabe recordar que el art. 3o de la ley 26.061, establece: «A los
efectos de la presente ley se entiende por interés superior de la niña,
niño y adolescente la máxima satisfacción, integral y simultánea de
los derechos y garantías reconocidos en esta ley.
Debiéndose respetar:
a) Su condición de sujeto de derecho;
b) El derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser oídos y que su
opinión sea tenida en cuenta;
c) El respeto al pleno desarrollo personal de sus derechos en su
medio familiar, social y cultural;
d) Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y
demás condiciones personales;
e) El equilibrio entre los derechos y garantías de las niñas, niños y
adolescentes y las exigencias del bien común;
f) Su centro de vida. Se entiende por centro de vida el lugar donde
las niñas, niños y adolescentes hubiesen transcurrido en condiciones
legítimas la mayor parte de su existencia.
Este principio rige en materia de patria potestad, pautas a las que se
ajustarán el ejercicio de la misma, filiación, restitución del niño, la
niña o el adolescente, adopción, emancipación y toda circunstancia
vinculada a las anteriores cualquiera sea el ámbito donde deba
desempeñarse.
Cuando exista conflicto entre los derechos e intereses de las niñas,
niños y adolescentes frente a otros derechos e intereses igualmente
legítimos, prevalecerán los primeros».
Principio de oficiosidad
Una valiosa e innovadora característica procesal trae el art. 709.
En los procesos de familia y, específicamente en el de alimentos, el impulso
procesal está a cargo del juez, quien puede ordenar pruebo» oficiosamente.
Pero, seguidamente, se aclara que el impulso oficioso no procede en los
asuntos de naturaleza exclusivamente económica, en los que las partes sean
personas capaces.
Prueba
Esto último es un gran avance para los juicios por alimentos, vista la dificultad
probatoria con que -frecuentemente- tropieza el actor pan acreditar los
ingresos o el caudal económico del demandado por alimentos.
En consecuencia, este art. 710 permite aplicar al proceso de alimentos las
«cargas procesales dinámicas» en materia probatoria.
Recordamos que las «cargas procesales dinámicas» (o inversión de la carga de
la prueba, como algunos autores gustan denominar) implican que este
principio procesal deberá ser utilizado por el juez, imponiendo la carga
probatoria a aquella parte que se encuentra en mejores condiciones de hacerlo
fáctica y jurídicamente.
Es decir que, aquella parte que -en el juicio por alimentos- cuente con mejores
posibilidades de conocimiento e información (de ingresos, entradas o rentas) o
con más posibilidades de suministrar los elementos de juicio conducentes (v.
gr., acerca del ingreso y cuantía de rentas provenientes de participaciones
societarias) deberá brindarlos, a riesgo de que su conducta evasiva o la
negativa a proporcionarlos repercuta en la decisión del magistrado.
En tal sentido, se había manifestado que en los juicios por alimentos «debe
seguirse como criterio orientador el de las cargas procesales dinámicas, o el
desplazamiento de la carga probatoria en función del principio de solidaridad o
colaboración, expresado en la máxima que es necesario el examen de quien se
encontraba en mejores condiciones de hacerlo».
Por ello, cierta Alzada (CCiv. y Com. San Isidro, Sala 1a, 7/11/96, JA, 2000-lll-
síntesis, sum. 57 y ED, 172-502.) había revocado un fallo de primera instancia
atinente a la materia de que trata esta obra, cuando ha ignorado el principio
de las cargas probatorias dinámicas.
Dice el art. 545 del nuevo Código: «El pariente que pide alimentos debe probar
que le faltan los medios económicos suficientes y la imposibilidad de
adquirirlos con su trabajo, cualquiera que sea la causa que haya generado tal
estado».
Dado lo que esta nueva norma legal preceptúa, el derecho alimentario de los
parientes es un derecho objetivo en expectativa, hasta tanto un pariente
necesitado demuestre su necesidad -a través de la falta de medios para
alimentarse y la imposibilidad de hacerlo con el producido de su trabajo- y
que, en virtud de esto accione convirtiendo dicha expectativa en un derecho
subjetivo actual.
La parte final del art. 545 (al igual que lo hacía el art. 370 del anterior Cód.
Civil) determina que, resulta indiferente la causa que haya sometido al
pariente al estado de necesidad que le lleva a solicitar alimentos.
Por otra parte, y aunque el art. 545 del nuevo Código no lo exprese (a
diferencia de alguna legislación extranjera (Art. 1695 del nuevo Código Civil
brasileño (ley 10.406 del 10/1/02, texto actualizado con las modificaciones
introducidas por la ley 10.838 del 30/01/04).)), el otro requisito que el juez
deberá tener en cuenta para la procedencia de la acción alimentaria
interpuesta por el pariente, será que se haya acreditado que el demandado
tenga los medios económicos suficientes como para afrontar la cuota de
alimentos que se le fije.
Prueba testimonial
El art. 711 trata de este medio probatorio.
Al respecto, dice que los parientes y allegados a las partes pueden ser
ofrecidos como testigos.
Sin embargo, agrega, que según las circunstancias, el juez está facultado para
no admitir la declaración de personas menores de edad, o de los parientes que
se niegan a prestar declaración por motivos fundados.
Competencia
Estipula el art. 716 que «en los procesos referidos a responsabilidad parental,
guarda, cuidado, régimen de comunicación, alimentos, adopción y otros que
deciden en forma principal o que modifican lo resuelto en otra jurisdicción del
territorio nacional sobre derechos de niños, niñas y adolescentes, es
competente el juez del lugar donde la persona menor de edad tiene su centro
de vida».
Por otra parte, es el criterio que viene siguiendo la Corte Suprema de Justicia
de la Nación desde hace varios años (CS, 20/2/01, LL, 2001-D-691; CS,
20/2/01, JA, 2002-1-138.), ya que unifica la competencia -tratándose de
menores de edad- en el domicilio que habitan en ese momento, aplicando tal
postura a diferentes procesos de familia.
En tanto, el art. 723, dice que este art. 721 es aplicable a las uniones
convivenciales, en cuanto sea pertinente.
Lo que nos interesa señalar, atento el tema de que trata esta obra, son los
alimentos que determina el inc. d) del art. 721,
Es decir, la posibilidad de fijar luego de deducida la acción do nulidad o
divorcio, o antes en caso de urgencia, una cuota alimentaria provisional.
Asimismo, es interesante destacar que conforme este inciso d), el juez puede
decretar de oficio un régimen de alimentos provisionales (como los denomina
este nuevo Código) para los hijos.
Es decir que, la sentencia que reduce o hace cesar los alimentan fijados por el
juez de primera instancia, no tiene efectos retroactivos en las cuotas
efectivamente percibidas, pero sí lo tiene en las meramente devengadas.
Dentro del ámbito jurisdiccional gobernado por las normas del CPCCN (la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires), la apelación contra la:, sentencias
dictadas en un proceso por alimentos se concede en relación (conforme se
desprende del art. 243 de ese Código).
Retroactividad de la sentencia
La retroactividad de la sentencia es tratada por el art. 548.
Reza, el art. 548: «Los alimentos se deben desde el día de la interposición de
la demanda o desde la interpelación al obligado por medio fehaciente, siempre
que la demanda se presente dentro desde los seis meses de la interpelación».
A primera vista, se vuelve a lo que preceptuaba el art. 644 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, antes de la modificación establecida por la
nueva ley de mediación 26.589.
Recordemos que esta ley de mediación, modificó el texto del art 644 de ese
Código de rito nacional y estableció que los alimentos decretados en la
sentencia se retrotraían al inicio de la mediación previa y obligatoria
(Producida la modificación por la ley 26.589, el art. 644 del CPCCN determina,
en su parte pertinente: «...Admitida la pretensión, el juez fijará la suma que
considere equitativa y la mandará abonar por meses anticipados, desde la
fecha de interposición de la mediación».).
No compartimos, en principio, el texto del art. 548 del nuevo Código Civil, ya
que pareciera ignorar la etapa de mediación previa y obligatoria, vigente desde
hace varios años en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
De lo que no cabe duda alguna, es que cuando este art. 548 se refiere a «la
interpelación por un medio fehaciente» queda comprendida en este supuesto
la interpelación mediante carta documento.
La interpelación mediante carta documento, en materia de alimentos, había
sido admitida por un fallo (CNCiv., Sala K, 28/2/02, LL, 2002-B-468.) durante
la vigencia del Código anterior.
Medidas cautelares
El art. 550 permite la adopción de la traba de medidas cautelares para
asegurar el pago de alimentos definitivos (fijados por sentencia o convenidos)
e, inclusive, para asegurar alimentos provisionales y futuros.
Al respecto, cabe señalar que la primera parte del art. 550 del nuevo Código
está tomada del texto del art. 628 del Proyecto de Código Civil Unificado de
1998, que expresaba: «puede disponerse la traba de medidas cautelares para
asegurar el pago de alimentos futuros, provisionales, definitivos o
convenidos».
Las medidas cautelares que tienen por finalidad asegurar la ejecución forzada
de la sentencia a dictarse -en cuanto atañen a los alimentos que todavía no se
han devengado- o, con posterioridad a aquello sobre las cuotas alimentarias
que al momento de la solicitud aun no han vencido, son concedidas, por lo
general, con carácter restrictivo por los jueces o tribunales.
Por lo cual, su admisión dependerá de que se acredite determinada
circunstancia táctica que habilite la petición (v. gr., cuando existe un cierto
riesgo de que el obligado enajene sus bienes para eludir el pago de la cuota
alimentaria (CNCiv., Sala F, 16/3/83, , LL, 1983-C-146, Rep. LL, 1983-158,
sum. 116 y Rep. ED, 20-A-214, sum. 363.)).
En cambio, las cautelares que tienen por objeto mantener una da terminada
situación fáctica, o la tutela de la integridad física de las personas y la
satisfacción de sus necesidades más urgentes, tratándose de lo que atañe a la
prestación alimentaria -a diferencia de las medidas enumeradas con
anterioridad-, son receptadas en forma amplia por la jurisprudencia.
Intereses
Con muy acertado criterio, el art. 552 resuelve aplicar la tasa de interés
equivalente a la más alta que cobran los bancos a sus clientes, sobre las
sumas debidas por alimentos por el incumplimiento en el plazo previsto, «a la
que se adiciona la que el juez fije según las circunstancias del caso».
Más explícitamente, decreta este art. 552: «Las sumas debidas por alimentos
por el incumplimiento en el plazo previsto devengan una tasa de interés
equivalente a la más alta que cobran los bancos a sus clientes, según las
reglamentaciones del Banco Central, a la que se adiciona la que el juez fije
según las circunstancias del caso».
Por lo tanto, cabe interpretar, a la luz del texto del art. 553, que las «medidas
razonables» podrán tener una fuente jurisprudencial o doctrinaria o, inclusive,
basada en la legislación extranjera, siempre que tiendan a asegurar la eficacia
de la sentencia en materia alimentaria.
Fallo completo
Fallo completo
CUESTIÓN
¿Corresponde modificar la resolución apelada?
VOTACIÓN
A la cuestión planteada el Dr. Llobera, dijo:
I. La apelación Vienen las presentes actuaciones para su conocimiento en
virtud del recurso de apelación interpuesto por la actora (fs. 376), contra la
providencia simple que rechazó su petición para continuar interviniendo en
éste proceso de ejecución de alimentos (fs. 368 «in fine»), atento a que su
hijo cumplió la mayoría de edad (354). El memorial fue presentado a fs.
382/387 y contestado a fs. 390/394.
IV. La solución
La cuestión traída a esta alzada, en torno a la legitimación de la madre para
ejecutar los alimentos devengados durante la minoridad, una vez que el hijo
alcanzó su mayoría de edad, suscita distintas posiciones tanto en la doctrina
como en jurisprudencia.
Surge entonces el interrogante acerca de ¿quién es el titular del crédito contra
el obligado: el hijo o el progenitor conviviente? o lo que es lo mismo ¿la madre
que reclama las cuotas atrasadas debe hacerlo en representación de su hijo o
por derecho propio? La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil considera
que la madre está legitimada para la ejecución de la deuda por las cuotas de
alimentos que se devengaron durante la minoridad del hijo, subrogándose en
su respectivo derecho de cobro, porque ante tal situación cabe presumir que
ella -a falta de contribución del padre- anticipó lo necesario para atender a las
necesidades del menor. Máxime teniendo en cuenta que 4 cuando se trata del
reclamo de prestaciones ya cumplidas, ellas han quedado incorporadas al
patrimonio del acreedor que las hizo (Sumario N° 20703 de la Base de Datos
de la Secretaría de Jurisprudencia de la Cámara Civil) (Cám. Nac. Civ. Sala I,
R.14527 en autos «B., P.C. cl M., E. N. si Ejecución de Alimentos, 8/02/11)
(Sumario N° 15380 de la Base de Datos de la Secretaría de Jurisprudencia de
la Cámara Civil, Boletín N° 11/2003) (Cam. Nac. Civ., Sala «A», R.358848, en
autos «M., C. E. cl W., M. A. s/ Ejecución de Alimentos» del 26/11/02),
coincidiendo con la postura de la recurrente.
En sentido contrario se ha expedido la Cámara de Apelación en lo Civil y
Comercial de Necochea que en un caso similar resolvió, que al alcanzar el
menor la mayoría de edad, los créditos alimentarios pendientes, esto es, tanto
los que se fueron devengando hasta el cese de la minoridad, como los
posteriores, deben ser reclamados por el hijo mayor de edad por derecho
propio, atento haber caducado la representación legal de su progenitora (art.
57 y 274 del Código Civil) (Ca.Civ.Com Necochea, Expte. 8665, Reg. n° 71, del
6/10/2011 en autos «Ch., L. P. c/C., S. O. s/incidente de ejecución de
alimentos).
Parte de la doctrina, entiende, que el hijo es quien debe reclamar los alimentos
devengados durante su minoridad por haber concluido la representación legal
del progenitor que obró por aquél (particularmente a partir de la irrepetibilidad
que consagran los artículos 371 y 376 del Código Civil), aun cuando reconoce
la injusticia que ello puede significar en muchos casos (Kielmanovich, Jorge,
«Derecho Procesal de Familia», 3era. edición, año 5, 2009, editorial Abeledo
Perrot, pág. 67).
Ahora bien y solo como pauta de orientación, cabe tener en cuenta que el
Código Civil y Comercial promulgado (B.O. N° 32.985 del 8/10/ 2014), en su
artículo 662 reconoce amplia legitimación al progenitor que convive con el hijo
que se encuentra entre los 18 a los 21 años, y con quien convive, a iniciar el
juicio de alimentos, proseguir el iniciado cuando el hijo era menor de edad,
administrar y disponer de la cuota, todo por derecho propio.
En el caso de autos, el demandado se obligó a pagar en concepto de cuota
alimentaria en favor de su hijo menor de edad, el 50 % de los gastos de
escolaridad y aquellos relacionados con sus actividades extracurriculares (art.
267, CC), acuerdo que fue homologado al decretarse el divorcio vincular de la
partes el 4/11/2003 (fs. 9/10).
El 2/11/2011, A. M. S., promovió demandada de ejecución de alimentos contra
el demandado por la suma de $ 16.971,65, afirmando que el alimentante dejó
de pagar en el mes de Octubre de 2009, practicando liquidación hasta febrero
de 2014, y si bien en un principio accionó en representación de su hijo, una
vez que aquel alcanzó la mayoría de edad pretende se la legitime para
continuar actuando en este proceso hasta cobrar la suma reclamada.
El monto que se reclama es una suma de dinero equivalente a la que debió
abonar para afrontar el pago de los gastos de escolaridad y extracurriculares
para que su hijo, por entonces menor de edad, terminase la escuela
secundaria.
De manera que tratándose de necesidades del hijo de las partes, que debieron
ser solventadas por la madre, el hecho de que el menor haya alcanzado la
mayoría de edad, no lo torna en acreedor de los alimentos atrasados sino que
dicha acreencia queda en cabeza de su madre con quien aquél convivió
mientras era menor.
Como mencionara tal razonamiento encuentra fundamento en la pauta
orientativa del Código Civil y Comercial de la Nación en el cual se reflejan las
nuevas ideas en materia de familia. Dicho cuerpo legal reconoce legitimación
al progenitor que convivió con el hijo -hoy mayor de edad-, para reclamar las
cuotas alimentarias atrasadas ante la presunción «iuris tantum», de que este
progenitor fue quien, necesariamente, adelantó los gastos que debían cubrirse
con las cuotas no abonadas por el alimentante; ello encuentra apoyo en la
convivencia con el hijo, y ante la falta de medios propios para satisfacer sus
necesidades de subsistencia. Las máximas de la experiencia demuestran que
haya o no juicio de alimentos en trámite, cuando uno de los progenitores no
cumple es el otro quien sufraga las necesidades del menor.
De manera que, aun cuando el menor haya llegado a la mayoría de edad, la
madre está legitimada para reclamar los alimentos atrasados subrogándose en
los derechos del hijo a la pensión fijada (art. 768, inc. 2o, 771 y concs, del
Código Civil), de tal manera que las sumas que corresponda abonar no
ingresarán al patrimonio de aquel sino de la madre, que de este modo
reembolsa los gastos efectuados en beneficio del menor que debieron ser
atendidos por el padre.
Por la forma en que se decide las costas de Alzada se imponen al vencido (art.
68 del CPCC).
Por los motivos expuestos voto por la AFIRMATIVA.
El señor Juez Dr. Ribera por los mismos fundamentos votó por la AFIRMATIVA.
Con lo que terminó el Acuerdo, dictándose la siguiente:
SENTENCIA
Por lo expuesto en el Acuerdo que antecede, se revoca la resolución de fs. 368
y se admite la legitimación de A. M. S. para reclamaren estos obrados el pago
de la cuota alimentaria desde octubre de 2009 a febrero de 2014; con costas
al demandado.
Regístrese y devuélvase.
Fdo.: Carlos Enrique Ribera - Hugo O. H. Llobera. - Miguel L. Álvarez,
Secretario.
Fallo completo
Fallo completo
En la ciudad de Reconquista, Santa Fe, a los 12 días de Abril de 2013, se
reúnen los Jueces de esta Cámara, Dres. María Eugenia Chapero, Aldo Pedro
Casella, y Santiago E. Dalla Fontana para resolver los recursos interpuestos
por la parte co-demandada D. J. L. contra la resolución dictada por la Señora
Jueza de Primera Instancia de Familia del Distrito N° 4, de esta ciudad de
Reconquista, Santa Fe, en los autos: «A., M. A. cl L., D. J. y/u otro s/Alimentos
y litis expensas» (Expte. nro. 95 año 2012). Acto seguido, el Tribunal establece
el orden de votación conforme con el estudio de autos: Casella, Dalla Fontana
y Chapero y se plantean para resolver las siguientes cuestiones:
Primera: ¿Es nula la sentencia?
Segunda: Caso contrario, ¿Es justa?
Tercera: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
A la primera cuestión, el Dr. Casella dijo: el recurso de nulidad no es sostenido
en esta Alzada, y no advierto irregularidades que hagan menester la
consideración de oficio de la cuestión planteada, por lo que voto por la
negativa.
Ala misma cuestión, el Dr. Dalla Fontana y la Dra. Chapero votan en igual
sentido.
A la segunda cuestión, el Dr. Casella dijo: La jueza de grado dictó sentencia a
fs. 20/22 por la cual condenó a abonar a la actora en concepto de cuota
alimentaria definitiva para sus hijos menores de edad M L. e I. L. la suma de
pesos un mil quinientos, resultando obligados a ello el padre de los menores D.
J. L. como obligado principal y, en caso do incumplimiento de este ordena que
el abuelo paterno de los menores C. L. F. deposite el 20 % de su remuneración
o beneficio previsional o la suma mensual de pesos quinientos en igual
concepto.
La parte accionada interpone recursos de nulidad y apelación en subsidio (fs.
28) contra la resolución dictada por el Juzgado de Primera Instancia de Familia
del Distrito N° 4 (fs. 20/22) los que fueron concedidos a fs. 30 solo al co-
demandado D. J. L. y le son rechazados al coaccionado C. L. F. por
extemporáneos.
La apelante expresa agravios a fs. 53 manifestando que se lo condena a
abonar una cuota alimentaria definitiva cuyo monto excede sus posibilidades
atento a su situación económica actual e ingresos mensuales. Agrega que es
monotributista categoría B y que el monto de la cuota debe guardar relación
con las necesidades a cubrir y la aptitud del obligado al pago. Además, señala
que el deber alimentario hacia los hijos menores debe ser satisfecho por
ambos padres y que la madre de los menores es empleada pública y debe
colaborar con sus ingresos propios. Añade que al no contar el apelante con un
ingreso mensual fijo le resulta imposible cumplir con una cuota alimentaria de
$ 1.500 solicitando su reducción a $ 700. Luego, introduce agravios en relación
a la condena contra el co-demandado C. L. F. aduciendo que la obligación que
establece la ley en relación a los mismos es subsidiaria y solicita que cesen los
descuentos que se efectúan sobre los haberes de aquel.
Corrido el pertinente traslado para contestar los agravios expresados, la
apelada deja transcurrir el término de ley y los contesta a fs. 58 en forma
extemporánea, por lo que corresponde dar por decaído el derecho dejado de
usar.
Corrida vista a la Asesora de Menores la evacúa a fs. 61/62 advirtiendo que en
materia de familia si cambia la situación fáctica que dio lugar a la sentencia del
juez de baja instancia corresponde el inicio de una acción o incidente de
reducción de cuota alimentaria. Dictado y firme el llamamiento de autos,
quedan estos autos en estado de resolver.
En definitiva, el planteo del quejoso se circunscribe por una parte a la suma
fijada en concepto de cuota alimentaria y por otra parte solicita que cesen los
descuentos efectuados sobre los haberes previsionales del Sr. C. L. F. por lo
que, corresponde entrar al análisis de la cuestión.
En relación al planteo respecto de que el monto de la cuota alimentaria fijada
por la jueza de grado excede las posibilidades e ingresos mensuales del
quejoso, cuadra señalar que el apelante no respondió la demanda y no ofreció
ningún elemento probatorio tendente a acreditar sus afirmaciones, solicitando
recién en esta Instancia la apertura a prueba que fuera denegada por
improcedente (fs. 62vta.)
Que este Tribunal ha sostenido que «La cuota alimentaria debe valorarse
tratando de lograr un adecuado equilibrio entre el monto de las mismas
necesidades a cubrir y la aptitud del obligado, partiendo de que la obligación
pesa sobre ambos padres.» (Debarbora, Silvia Doris c/ Furlan, Juan Antonio
s/Alimentos y Litis expensas 7/5/08-AyS 170-T° 5), en tan sentido se entiende
que la obligación alimentaria es un deber ineludible derivado de la patria
potestad sobre los hijos menores que no sólo debe estar acorde con los
ingresos del alimentante sino ser suficiente para cubrir las necesidades de
alimento, vestimenta, educación y esparcimiento del alimentado. Conforme el
contexto de la causa se vislumbra que si bien la Sra. A. posee un ingreso fijo
ello no es óbice para que el quejoso cumpla con la obligación a su cargo,
máxime cuando no habiendo alegado ni acreditado oportunamente los hechos
en que ahora aduce en su defensa no puede ampararse en los mismos ya que
«La falta de aptitud de cumplimiento del obligado no puede disminuir la cuota
mínima fijada» (CACCLRqta. -8/8/05- «Quintana, Olga c/ Ramírez, Mario
Manuel s/Demanda de Alimentos» Expte. 314/04 AyS N° 182 - T° 1). Cabe
agregar en este sentido que, la doctrina jurisprudencial tiene dicho que «los
progenitores tienen el deber de suministrar asistencia a los hijos menores de
edad y para ello deben realizar todos los esfuerzos que a tal fin resulten
necesarios, realizando trabajos productivos y sin que les sea posible excusarse
invocando falta de trabajo o de ingresos suficientes cuando ello no se debe a
imposibilidades o dificultades prácticamente insalvables» (CNCiv., Sala H,
15/02/96, LL, t. 1996-D,p. 890, sum. 6) criterio este totalmente aplicable al
sublite ya que, a fuerza de reiterar el apelante no ha acreditado sus
afirmaciones.
En segundo lugar, en relación al agravio relativo al Sr. C. L. F., cuadra señalar
que no tendrá acogimiento. Ello obedece a que el recurso de apelación
introducido por aquel fue denegado por extemporáneo, y el Sr. D. J. L. carece
de legitimación para peticionar por su padre, condenado subsidiariamente y
quien debe afrontar la obligación de pago solo en caso de que el apelante no lo
hiciere.
Que, por todo lo expuesto, deberá desestimarse la apelación interpuesta por la
demandada, con costas en virtud del principio de vencimiento objetivo (art.
251 CPCyC) En consecuencia voto por la afirmativa.
A la misma cuestión, el Dr. Dalla Fontana y la Dra. Chapero vota en igual
sentido.
Por ello, la Cámara de Apelación en lo Civil, Comercial y Laboral de la Cuarta
Circunscripción Judicial; RESUELVE: 1) Desestimar los recursos de nulidad y
apelación interpuestos. 2) Imponer las costas al demandado. 3) Regular los
honorarios profesionales de segunda instancia de los letrados actuantes en el
50 % de la regulación firme de primera instancia.
Regístrese, notifíquese y bajen.
Casella Lanteri - Dalla Fontana - Chapero.
Legitimación procesal de la progenitora conviviente con el hijo mayor
para la continuación de los alimentos correspondientes a aquel
Fallo completo
En la ciudad de San Salvador de Jujuy, capital de la Provincia do Jujuy,
República Argentina, a los dieciocho días del mes de marzo del año dos mil
trece, reunidas las integrantes de la Sala Segunda del Tribunal de Familia,
Dras. Mirta Beatriz Chagra y Sergio Marcelo Cau Loureyro (habilitado),
analizaron el Expte. N° B-273.942/12, caratulado: «Sumario por Reducción de
Cuota Alimentaria en B-233035/10. C., J. R. c/ C., G. V.»; tras lo cual,
CONSIDERANDO:
I. A fs. 11/12 se presenta el Dr. Leonardo Zazzali, en nombre y representación
de J. R. C., a mérito de la Carta Poder agregada a fs. 4, promoviendo demanda
por reducción de cuota alimentaria en contra de G. V. C.
En el relato de los hechos manifiesta que en el Expte. N° B-233.035/ 10,
caratulado: «Homologación de Convenio. C., G. V. y C., J. R.», se convino fijar
una cuota alimentaria a favor de las tres hijas menores de su mandante, M. de
los Á., J. A. A. y C. A., equivalente al 55 % de los haberes que aquél percibe
como empleado de la Policía de la Provincia. Agrega que en la actualidad la
hija mayor, M. de los Á. C., alcanzó la mayoría de edad, no estudia y trabaja
por cuenta propia; y que, por otro lado, su poderdante se encuentra con
tratamiento médico por una Hernia Discal, que dejó a la demandada la
vivienda a los fines de resguardar el techo a sus hijas, no teniendo -por ende-
dónde vivir, amén de otros problemas económicos. Ofrece prueba y cita
derecho.
Admitida la acción y corrido el traslado pertinente, a fs. 37/39 el Dr. Gustavo
Javier Jung, en nombre y representación de G. V. C., a mérito de la Carta
Poder glosada a fs. 23, contesta demanda y opone a su progreso excepción de
falta de legitimación pasiva, solicitando su rechazo, con costas; ello, en mérito
a los fundamento de hecho y derecho nllí expuestos, a los que remito para ser
breve.
A fs. 49/50, la parte actora contesta la excepción opuesta, solicitando su
rechazo y se haga lugar a la demanda interpuesta.
Declarada la cuestión de puro derecho e integrado el Tribunal, la causa se
encuentra en estado de resolver.
II. Por Expte. N° B-233.035/10, caratulado: «Homologación de Convenio. C.,
G. V. y C., J. R.», agregado por cuerda, se convino (entre otras cuestiones
relacionadas con la patria potestad) una cuota alimentaria a favor de las tres
hijas menores de las partes, equivalente al 55 % de los haberes que percibe el
Sr. J. R. C. como empleado de la Policía de la Provincia; cuota ésta que sería
depositada en el Banco Macro - Suc. San Martín, y percibida por la Sra. V. G.
C.
Ello así, acreditada la mayoría de edad de M. E. de los Á. C. con el Acta de
Nacimiento glosada a fs. 5, corresponde, en primer término, pronunciarnos
acerca de la excepción de falta de legitimación pasiva opuesta por la parte
demandada.
Este es uno de los puntos más álgidos que la reforma no define. Si bien recién
se están perfilando las diferentes y posibles soluciones a estos interrogantes
por parte de la doctrina, en el momento actual tiene primacía la opinión que
defiende la idea de que es el hijo, desde que adquiere la mayoría de edad -a
los 18 años-, quien está facultado para solicitar los alimentos, así como
también para continuar el proceso, y no el progenitor conviviente, quien dejó
de ser «el representante legal» de su hijo y, por tanto, no debiera continuar
interviniendo en el juicio de alimentos, defendiendo un derecho que titulariza y
debería ejercer el hijo, más allá de que tenga un interés en el tema.
Tal la postura de Kielmanovich, quien sostiene que «desde el momento que al
cumplir los 18 años de edad cesa la representación legal o necesaria de los
padres a tenor de lo que disponen los arts. 57, inc. 2o, y 306, inc. 3o, del
Código Civil, se impone la necesaria citación del hijo mayor de edad en los
procesos pendientes en que se encuentra tramitándose reclamos de alimentos
en su favor, a fin de que tome intervención por sí o por apoderado en el plazo
que se señale bajo apercibimiento de decretarse su rebeldía, hipótesis que,
aunque no se encuentre expresamente prevista en el Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, se deduce con arreglo a lo que disponen los arts. 1 '>
y 16 del Código Civil y por aplicación analógica de lo que estable el art. 53,
inc. 3o, del Código Procesal, en este caso, a partir de la hipótesis de cese de la
«personalidad con que litigaba el poderdante» contemplada en el inc. 3 o del
referido dispositivo». (Kielmanovich, J. L, «Reflexiones procesales sobre el
deber alimentario en favor del hijo mayor», LL del 29/4/2010, p.1).
Este grave efecto, tal como lo entiende Cecilia Grosman, posición .i la que
adhiero, «pone en evidencia que se debe buscar otro camino para no lesionar
la protección del hijo en la franja de edad de los 18 hasta los 21 años, finalidad
que la ley, por razones sociales, quiso preservar. Debe partirse de la idea de
que la permanencia del deber alimentario de los padres hasta los 21 años,
pese a que se fija la mayoría de edad en los 18 años, ha querido mantener el
amparo asistencial, razón por la cual las interpretaciones deben tener, como
premisa sustancial, el fundamento de la reforma en este aspecto. Si bien la
capacidad jurídica de los mayores de 18 años es plena, la ley mantiene la
protección alimentaria de los padres hasta los 21 años, atendiendo a nuestra
realidad social, que pone en evidencia que los jóvenes en este período aún
estudian, no están preparados y tienen dificultades para acceder al mercado
laboral. Esto significa que el punto central es disociar la mayoría de edad de
las protecciones que la sociedad estima necesarias». (Grosman, Cecilia R, «La
mayoría de edad y la responsabilidad alimentaria de los padres», Revista de
Derecho de Familia, 2010- 47-17).
Consecuentemente, debe interpretarse que, si bien llegado el hijo a la mayoría
de edad cesa la patria potestad (art. 306, inc. 3, CCiv.), la norma hace una
excepción respecto de la obligación alimentaria de los padres que recién
concluye a los 21 años. Por lo tanto, el progenitor que ha demandado
alimentos para el hijo tiene legitimación para continuar los respectivos
procesos en cualquier instancia en que se encuentren, por derecho propio y en
beneficio del hijo, porque el deber alimentario pesa sobre ambos progenitores
y debe ser compartido de acuerdo con las posibilidades económicas de cada
uno de ellos.
Tales conceptuaciones, aplicadas a la pretensión que nos ocupa, legitiman a la
progenitora conviviente a intervenir en el proceso de cesación y/o reducción de
la cuota alimentaria pues, la propia participación del hijo llegado a la mayoría
de edad, contra el otro progenitor, no depende exclusivamente de la capacidad
procesal para desenvolverse en el proceso, sino que se relaciona con factores
de carácter sustancial que hacen al interés de sus integrantes, como ser evitar
las perturbaciones que generen conflictos de distinta naturaleza entre los
diferentes actores. Adviértase que, en el sublite, la progenitora conviviente es
quien percibe y administra la cuota alimentaria oportunamente convenida a
favor de las tres hijas habidas de la unión de hecho de las partes, dos de ellas
menores de edad a la fecha; por consiguiente, existe un interés legítimo de
aquella de administrar dicha cuota alimentaria para proteger la crianza y el
desarrollo de todas las hijas.
Tal como lo sostiene la autora citada, «es el principio igualitario en la
responsabilidad alimentaria de los padres frente a los hijos lo que permite
interpretar que, si el hijo continúa conviviendo con el progenitor, éste tiene el
derecho de seguir cobrando y administrando la cuota alimentaria, sin perjuicio
del derecho del hijo al pertinente reclamo en caso de una mala
administración».
«La capacidad derivada de la mayoría de edad -que en modo alguno se
discute- no puede ser a costa del perjuicio de alguno de los progenitores
vulnerando el principio esencial derivado de los tratados de derechos humanos
de jerarquía superior, que es el principio igualitario en el ejercicio de la
responsabilidad parental». (Convención sobre Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer, art. 16, inc. d); Convención sobre los
Derechos del Niño, art. 18); igualmente, art. 271, CCivil; art. 7o, ley 26.061; a
cuyo respecto, «si bien podría argumentarse que estas normas sólo son
aplicables a los menores de edad, su aplicación se amplía respecto de la
obligación alimentaria que se extiende hasta los 21 años, deber derivado de la
responsabilidad parental». (Aut. y ob. ct.).
Voto, entonces, por el rechazo de la excepción de falta de legitimación pasiva
opuesta por la parte demandada.
No obstante ello, la pretensión deducida en autos debe ser rechazada. Ello así,
porque uno de los temas de mayor debate que introduce la ley 26.579 se
refiere a la permanencia de la obligación, en cabeza de los padres o
responsables de los niños y adolescentes, hasta los 21 años. La reforma
mantiene el contenido del art. 265, título III, sección 2a, libro I, C Civ., pero
agrega como párr. 2° el siguientes texto: «La obligación de los padres de
prestar alimentos a sus hijos, con el alean ce establecido en el art. 267, se
extiende hasta la edad de 21 año-, salvo que el hijo mayor de edad o el padre,
en su caso, acrediten que cuenta con recursos suficientes para proveérselos
por sí mismo».
El hijo mayor de 18 y menor de 21 años no requiere acreditar los requisitos
establecidos en el art. 370, CCiv., o sea, que le faltan los medios para
alimentarse y que no es posible adquirirlos con su trabajo, ya que se trata de
un deber alimentario de los progenitores derivado do la responsabilidad
parental que, por disposición legal, se extiende hasta los 21 años, y no del
parentesco. Es decir, no debe acreditar la necesidad. Esta interpretación surge
claramente de la propia norma cuando dispone que la obligación alimentaria
debe cumplimentarse «con el al canee establecido en el art. 267», o sea, la
que alcanza a los menores de edad dentro de la figura de la «patria potestad».
Esta pretensión se desprende de manera elocuente del texto, al establecer que
el padre a quien se le reclama alimentos es quien deberé probar que el hijo
cuenta con los recursos suficientes para proveérse los por sí mismo, lo que
implica que si aquél no discute el reclamo, éste debe ser satisfecho. Esto
significa que la limitación a la extensión de la obligación alimentaria es sólo
una excepción a la regla.
Pues bien, en el caso particular, la joven M. E. de los Á. C. cuenta con 18 años
de edad, según Acta de Nacimiento que en fotocopia certificada luce a fs. 5;
consecuentemente, a su respecto, para que prospere la excepción a la regla, el
actor debió probar que la misma cuenta con recursos suficientes para
proveérselos por sí misma, lo que no acontece. Contrariamente, en su
responde, la progenitora conviviente -legitimada pasiva, según la posición
asumida párrafos arriba- negó por falso que la joven no estudie y menos aún
que trabaje.
Razón por la cual me pronuncio por el rechazo de la pretensión deducida en
autos, con costas al actor (art. 102 CPC), propiciando la regulación de los
honorarios profesionales de los Dres. Gustavo Javier Jung y Leonardo Zazzali
en la suma de pesos un mil ($ 1.000), y pesos seiscientos setenta ($ 670),
respectivamente, mas IVA si correspondiere, en mérito al carácter de su
intervención y a la labor efectivamente desarrollada (arts. 4, incs. b) y c), 6, 7,
10 y de la ley 1687 y Ac. N° 16/11 STJ).
Por ello, la Sala Segunda del Tribunal de Familia, RESUELVE:
1o) Rechazar la demanda por reducción de cuota alimentaria deducida en
autos, por los motivos expresados en el considerando.
2o) Costas a cargo del actor, regulando los honorarios profesionales de los
Dres. Gustavo Javier Jung y Leonardo Zazzali en la suma de pesos un mil ($
1.000), y pesos seiscientos setenta ($ 670), respectivamente, mas IVA si
correspondiere.
3o) Agregar copia en autos, registrar y notificar por cédula.
Alimentos a favor del hijo mayor de edad que cursa una carrera
universitaria
«El progenitor debe abonar una cuota alimentaria a su hijo mayor de edad que
cursa estudios universitarios, pues la formación de una nueva familia y la
existencia de nuevos hijos alegada no es un reparo hábil, ya que esa
circunstancia no hace más que agregar obligaciones, correspondiéndole al
obligado realizar los mayores esfuerzos para cumplir satisfactoriamente las
responsabilidades que le caben en razón de su paternidad para afrontar la
manutención de su prole».
«El deber alimentario de los padres para con los hijos menores de edad
continúa después de alcanzar estos la mayoría si la asistencia económica es
necesaria para su formación laboral y profesional, siempre que no exceda las
posibilidades de los obligados».
«La obligación alimentaria del progenitor para con su hijo mayor de edad que
cursa estudios universitarios debe limitarse temporalmente hasta los 25 años
de éste, pues es entonces cuando los Proyectos de Reforma del Cód. Civil
ponen fin automático a los alimentos del hijo mayor que se capacita».
(CApel. Civ., Com. y Lab. Gualeguaychú, 11/12/12, LL Litoral 2013 (julio),
607, con nota de Rodolfo G. Jáuregui)
Fallo completo
Fallo completo
VISTOS
Estos autos caratulados «en trámite por ante este Juzgado de Primera
Instancia de Familia N° 3 de Rawson, venidos a despacho a fin de resolver:
Y CONSIDERANDO:
I. Que a fs. 14/16 se presenta la Sra. G. J., en representación de sus hijos
menores M. y F. D. R., y promueve demanda de atribución de custodia y
fijación de cuota ordinaria de alimentos contra el progenitor, Sr. E. R.//-
En lo que aquí interesa, sostiene que el demandado no realiza ningún aporte
para la manutención de sus hijos, pese a que F. padece de una insuficiencia
renal por la cual debe realizarse diálisis mientras permanece a la espera de un
trasplante de riñón.
A fs. 17 se corre traslado de la demanda por el plazo legal, a fs. 30 se decreta
la rebeldía del demandado, y a fs. 32 se fija una cuota provisoria de alimentos
equivalente al 30 % de las remuneraciones del alimentante, quedando a cargo
del empleador el descuento directo y posterior depósito en la cuenta judicial. A
fs. 38 y 48 dos diferentes empleadores del Sr. R. informan que no () pueden
cumplir con la orden judicial dado que renunció a su trabajo.
II. Como bien lo expresan Grosman y Kraut, la falta de pago de la cuota por
parte del padre perturba severamente la formación del niño, además de
perjudicar su proyecto de vida. Constituye un aditamento de menoscabo
moral, espiritual y mental hacia su persona, aun si el otro progenitor puede
mantenerlo. Esa evasión alimentaria no sólo priva al niño de los recursos
materiales, sino que lo afecta psíquicamente, pues siente que el padre se ha
desinteresado de su persona (Grosman, Cecilia - Kraut, Alfredo, «Algunas
reflexiones sobre la creación del registro de deudores alimentarios morosos.
Ley 269 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires», LL2000-D, 1054)).
Es sabido que el incumplimiento alimentario de los progenitores es cada vez
mayor, y que en muchas ocasiones, las medidas tendientes a asegurar el pago
en tiempo y forma de la cuota alimentaria no son efectivas. Ello sucede por lo
general cuando el deudor no posee bienes o ingresos comprobables para cubrir
el monto de las cuotas mensuales, o como en el presente caso, cuando el
demandado que se desempeña como trabajador en la industria pesquera,
cambia voluntariamente de empleador para eludir el embargo sobre sus
remuneraciones.
De ahí que compete a los jueces de familia crear nuevas formas para hacer
efectivas sus sentencias en aquellos casos en que no es posible recurrir al
auxilio de la fuerza pública (Kemelmajer de Carlucci, Aída, «El proceso familiar
y sus características», en Memoria del VII Congreso Mundial sobre Derecho de
Familia, El Salvador, 1992, p. 448 y ss.).
En este sentido, ante el grave y sostenido incumplimiento del demandado que
vulnera seriamente la integridad psico-física de los hijos, corresponde adoptar
de oficio una medida conminatoria con el objeto de que acate el anticipo
jurisdiccional que le impuso el pago de la cuota provisoria de alimentos, de
acuerdo al art. 27.4 de la Convención sobre los Derechos del Niño, que
establece el deber del Estado de tomar todas las medidas apropiadas para
asegurar el pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras
personas que tengan la responsabilidad financiera por el niño.
Cabe recordar que la medida conminatoria consiste en cualquier orden -de
contenido no pecuniario y con alcances extraprocesales- emanada de un
tribunal de justicia que tiende a obtener el debido cumplimiento in natura de
un mandato judicial primigeniamente desobedecido, a través del concurso de
la voluntad del destinatario del mismo y que involucra para el desobediente la
amenaza de un desmedro que prima facie podría llegar a ser de mayor entidad
que el resultante de persistir en dicha actitud contumaz (Peyrano, Jorge,
«Poderes de hecho de los jueces. Medida conminatoria», LL 1988-D, 851; del
mismo autor, «Medidas conminatorias», LL 1989-E, 1043; y «Las medidas de
apremio en general y la conminatoria en particular [Poderes de hecho de los
jueces, su contribución a la eficacia del proceso civil]», LL 1991- D, 984).
El despacho de la medida conminatoria encuentra fundamento en los poderes
de hecho del Juez, especie del género «atribuciones judiciales implícitas», que
se caracterizan por conformar un plexo de facultades que posibilitan la
materialización efectiva de lo ordenado por un tribunal de justicia y el
consiguiente tránsito exitoso de lo «declarado» a lo «ejecutado». Sólo se
encuentra limitado por la imaginación y la mesura, pudiendo mencionarse
como ejemplos la clausura provisoria de un local de comercio que produce
molestias a otra explotación comercial vecina, la paralización de una línea de
montajes peligrosa de una fábrica hasta tanto deje de serlo para los operarios,
el secuestro de un número de una revista sensacionalista que sigue publicando
una serlo de notas escandalosas a pesar de habérsele prohibido judicialmente
dicha publicación, etc. (Peyrano, Jorge, «Poderes de hecho de los jueces...»,
cit.).
Conforme a ello, se decretará como medida conminatoria la prohibición al Sr.
E. R. para desempeñarse como personal embarcado y terrestre de la
navegación, hasta que regularice el pago de la cuota y brinde caución
suficiente por las pensiones devengadas y no abona das, quedando a cargo de
la Prefectura Naval Argentina arbitrar lo necesario para cumplir con el mandato
judicial (art. 5o, inc. 17 de la ley 18.398; arts. 104 y ss. de la ley 20.094).
No puede tolerarse que el progenitor pretenda colocar en entredicho la eficacia
del sistema judicial para hacer cumplir sus propias resoluciones, máxime
cuando se encuentran involucrados los intereses de dos menores de edad.
Lejos de hundirse en la indiferencia, ese incumplí miento voluntario constituye
una modalidad del abuso procesal al que debe reaccionarse poniéndole punto
final aquí y ahora, de manera que si el Sr. R. prefiere seguir empecinado con
tal inconducta, le resultará mucho más gravosa que cumplir.
Es que la responsabilidad estatal no termina cuando el Juez emite la sentencia,
pues se requiere que el Estado garantice los medios para ejecutar sus
mandatos (Corte IDH, Caso Baena Ricardo y otros c/ Panamá, Sentencia del
28 de noviembre de 2003, Serie C N° 104, párr. 79). Se trata, en definitiva, de
concretar el derecho del niño a la ejecución de la cuota alimentaria, habida
cuenta que el beneficiado con una sentencia debe contar con la garantía para
que el derecho que ha obtenido pueda ser cumplido en la condición más rápida
y efectiva que el sistema le pueda ofrecer. Es una garantía jurisdiccional que
forma parte del debido proceso, precisamente, porque la función judicial es
declarar el derecho y ejecutar lo juzgado cuando la sentencia no se acata de
inmediato (conf. Gozaini, Osvaldo, «El Debido Proceso», p. 387 y ss.).
El interés superior del niño consagrado en el art. 3o inc. 1o de la Convención
sobre los Derechos del Niño configura una pauta de decisión ante un conflicto
de intereses y un criterio para la intervención institucional destinada a
proteger al menor, en tanto proporciona un parámetro objetivo que permite
resolver los problemas de los niños en el sentido de que la decisión se define
por lo que resulta de mayor beneficio para ellos (CSJN, 2/8/2005, «S. C.»,
Fallos 328:2870).
Y en este caso, el principio implica que planteada la colisión entre el derecho
de los hijos al cobro de los alimentos, y el derecho del padre a trabajar e
inclusive el del empleador a contratarlo, debe prevalecer el primero, por
expresa disposición del art. 3 in fine de la ley 26.061.
A ello responde el principio de efectividad establecido en los arts. 4o de la
Convención sobre los Derechos del Niño y 29 de la ley 26.061, que trasciende
en el deber de los organismos del Estado de adoptar las medidas
administrativas, legislativas y judiciales para garantizar el efectivo
cumplimiento de los derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes.
Por ello, RESUELVO:
I. Decretar como medida conminatoria la prohibición al Sr. E. R. para
desempeñarse como personal embarcado y terrestre de la navegación, hasta
que regularice el pago de la cuota provisoria de alimentos y brinde caución
suficiente por las pensiones devengadas y no abonadas. Líbrense oficios a la
Prefectura Naval Argentina y al Sr. Jefe de la Prefectura Rawson a fin de que se
arbitre lo necesario para cumplir con el mandato judicial, bajo apercibimiento
en caso de inobservancia de remitir las actuaciones al fuero penal federal por
la comisión del delito de desobediencia, y requerir la instrucción de
actuaciones sumariales.
II. Regístrese y notifíquese personalmente o mediante cédula a la parte
actora, en el público despacho a la Asesoría de Familia e Incapaces, y en forma
automática a la parte demandada.//-
Fdo.: Martín Benedicto Alesi.
LEGISLACIÓN
Art. 432.- Alimentos. Los cónyuges se deben alimentos entre sí durante la vida
en común y la separación de hecho. Con posterioridad al divorcio, la prestación
alimentaria sólo se debe en los supuestos previstos en este Código, o por
convención de las partes.
Esta obligación se rige por las reglas relativas a los alimentos entre parientes
en cuanto sean compatibles.
Art. 433.- Pautas para la fijación de los alimentos. Durante la vida en común y
la separación de hecho, para la cuantificación de los alimentos se deben tener
en consideración, entre otras, las siguientes pautas:
a) el trabajo dentro del hogar, la dedicación a la crianza y educación de los
hijos y sus edades;
b) la edad y el estado de salud de ambos cónyuges;
c) la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo de quien
solicita alimentos;
d) la colaboración de un cónyuge en las actividades mercantiles,
industriales o profesionales del otro cónyuge;
e) la atribución judicial o fáctica de la vivienda familiar;
f) el carácter ganancial, propio o de un tercero del inmueble sede de esa
vivienda.
En caso de ser arrendada, si el alquiler es abonado por uno de los cónyuges u
otra persona;
g) si los cónyuges conviven, el tiempo de la unión matrimonial;
h) si los cónyuges están separados de hecho, el tiempo de la unión
matrimonial y de la separación;
i) la situación patrimonial de ambos cónyuges durante la convivencia y
durante la separación de hecho.
El derecho alimentario cesa si desaparece la causa que lo motivó, el cónyuge
alimentado inicia una unión convivencial, o incurre en alguna de las causales
de indignidad.
Art. 440.- Eficacia y modificación del convenio regulador. El juez puede exigir
que el obligado otorgue garantías reales o personales como requisito para la
aprobación del convenio.
El convenio homologado o la decisión judicial pueden ser revisados si la
situación se ha modificado sustancialmente.
Art. 515.- Límites. Los pactos de convivencia no pueden ser contrarios al orden
público, ni al principio de igualdad de los convivientes, ni afectar los derechos
fundamentales de cualquiera de los integrantes de la unión convivencial.
Art. 538.- Parientes por afinidad. Entre los parientes por afinidad únicamente
se deben alimentos los que están vinculados en línea recta en primer grado.
Art. 545.- Prueba. El pariente que pide alimentos debe probar que le faltan los
medios económicos suficientes y la imposibilidad de adquirirlos con su trabajo,
cualquiera que sea la causa que haya generado tal estado.
Art. 552.- Intereses. Las sumas debidas por alimentos por el incumplimiento
en el plazo previsto devengan una tasa de interés equivalente a la más alta
que cobran los bancos a sus clientes, según las reglamentaciones del Banco
Central, a la que se adiciona la que el juez fije según las circunstancias del
caso.
Art. 660.- Tareas de cuidado personal. Las tareas cotidianas que realiza el
progenitor que ha asumido el cuidado personal del hijo tienen un valor
económico y constituyen un aporte a su manutención.
Art. 662.- Hijo mayor de edad. El progenitor que convive con el hijo mayor de
edad tiene legitimación para obtener la contribución del otro hasta que el hijo
cumpla veintiún años. Puede iniciar el juicio alimentario o, en su caso,
continuar el proceso promovido durante la minoría de edad del hijo para que el
juez determine la cuota que corresponde al otro progenitor. Tiene derecho a
cobrar y administrar las cuotas alimentarias devengadas.
Las partes de común acuerdo, o el juez, a pedido de alguno de los
progenitores o del hijo, pueden fijar una suma que el hijo debe percibir
directamente del progenitor no conviviente. Tal suma, administrada por el hijo,
está destinada a cubrir los desembolsos de su vida diaria, como esparcimiento,
gastos con fines culturales o educativos, vestimenta u otros rubros que se
estimen pertinentes.
Art. 663.- Hijo mayor que se capacita. La obligación de los progenitores de
proveer recursos al hijo subsiste hasta que éste alcance la edad de veinticinco
años, si la prosecución de estudios o preparación profesional de un arte u
oficio, le impide proveerse de medios necesarios para sostenerse
independientemente.
Pueden ser solicitados por el hijo o por el progenitor con el cual convive; debe
acreditarse la viabilidad del pedido.
Art. 667.- Hijo fuera del país o alejado de sus progenitores. El hijo que no
convive con sus progenitores, que se encuentra en un país extranjero o en un
lugar alejado dentro de la República, y tenga necesidad de recursos para su
alimentación u otros rubros urgentes, puede ser autorizado por el juez del
lugar o por la representación diplomática de la República, según el caso, para
contraer deudas que satisfagan sus necesidades. Si es adolescente no necesita
autorización alguna; sólo el asentimiento del adulto responsable, de
conformidad con la legislación aplicable.
Art. 674.- Delegación en el progenitor afín. El progenitor a cargo del hijo puede
delegar a su cónyuge o conviviente el ejercicio de la responsabilidad parental
cuando no estuviera en condiciones de cumplir la función en forma plena por
razones de viaje, enfermedad o incapacidad transitoria, y siempre que exista
imposibilidad para su desempeño por parte del otro progenitor, o no fuera
conveniente que este último asuma su ejercicio.
Esta delegación requiere la homologación judicial, excepto que el otro
progenitor exprese su acuerdo de modo fehaciente.
Art. 704.- Subsistencia del deber alimentario. Los alimentos a cargo de los
progenitores subsisten durante la privación y la suspensión del ejercicio de la
responsabilidad parental.
Art. 710.- Principios relativos a la prueba. Los procesos de familia se rigen por
los principios de libertad, amplitud y flexibilidad de la prueba. La carga de la
prueba recae, finalmente, en quien está en mejores condiciones de probar.
Art. 711.- Testigos. Los parientes y allegados a las partes pueden ser ofrecidos
como testigos.
Sin embargo, según las circunstancias, el juez está facultado para no admitir la
declaración de personas menores de edad, o de los parientes que se niegan a
prestar declaración por motivos fundados.
Art. 723.- Ámbito de aplicación. Los artículos 721 y 722 son aplicables a las
uniones convivenciales, en cuanto sea pertinente.
—Testimonial
Del Sr (DNI N° ) con domicilio real en la calle
y de la Sra (DNI N° ) con domicilio real en la calle
, vecinos del inmueble en el que
habito junto a mi progenitora, los cuales declararán acerca de la situación
laboral de mi madre, en cuanto ésta no tiene un trabajo bajo relación de
dependencia con un ingreso fijo, ya que sólo realiza tareas de limpieza en las
casas de distintos vecinos y por las cuales recibe una suma que apenas nos
alcanza para subsistir a ambos.
Asimismo, y aunque conforme a la normativa legal se presume mi falta de
medios, los testigos propuestos declararán acerca de que yo no tengo ingresos
como para proporcionarme los alimentos por mí mismo.
—Informativa
a) Relativo a la actividad laboral del demandado y a los ingresos que por
ella percibe, solicito se libren sendos oficios a la Clínica ………….. y al Hospital
de Agudos, a fin de que informen: si el demandado se desempeña
laboralmente en tales establecimientos asistenciales, su antigüedad, cargo que
ocupa y a cuánto asciende actualmente su salario mensual.
b) Asimismo, si el demandado desconociera la documental que acredita mis
gastos y los que irroga el inmueble en el que habito junto a mi madre, se
solicita que se libren oficios a:
1o) Colegio La Inmaculada Concepción, sito en de la
ciudad Autónoma de Buenos Aires, para que informe si soy alumno regular,
año que curso, monto de la cuota mensual y monto de la matrícula anual.
2o) Rentas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: a fin de que informe cuál
es el importe anual del ABL que se debe abonar por el inmueble en que habito
junto a mi madre.
3o) Metrogas, Telecom, Edenor y Aguas Argentinas, para que informen
respectivamente sobre el importe facturado en el último bimestre, respecto del
inmueble que habito junto a mi madre.
—Confesional
Del demandado, a tenor del pliego de posiciones que acompaño en sobre
cerrado para su apertura en la audiencia que fije V.S. con expresa reserva de
su ampliación hasta el momento establecido en el art. 410 del CPCCN.
—Informe socio-ambiental
Se designe asistente social, a fin de informar sobre las condiciones de vida que
tenemos con mi madre y su entorno social, sobre el nivel de vida del
demandado, como asimismo, las características y comodidades de los
inmuebles en que habitamos cada uno, a fin de que V.S cuente con un
elemento de suma importancia para fijar el «quantum» de la cuota ordinaria
que se peticiona.
V. Petitorio
Por lo expuesto, a V.S. pido que:
1. Me tenga por presentado, por constituido el domicilio legal y por
denunciado el real.
2. Haga lugar a la prueba testimonial y confesional ofrecida fijando las
respectivas audiencias, y tenga presente la documental acompañada.
3. Se designe asistente social, para que efectúe informe socio ambiental
sobre las condiciones de vida, y sobre las características y comodidades de los
inmuebles en que habito (junto a mi madre) y el que habita el demandado,
respectivamente.
4. Respecto de la actividad laboral del demandado y, asimismo, en caso de
que desconozca la documental presentada de los gastos relativos a mis
necesidades alimentarias, haga lugar a la informativa ofrecida.
5. Oportunamente, haga lugar a la demanda, fijando una cuota de
alimentos ordinaria para mi persona, que cubra todas las necesidades que
enumera el art. 659 del nuevo Código Civil.
6. En consecuencia, se condene al demandado al pago de aquella
por la suma de pesos ($ ), con costas a su cargo.
7. Se fije la cuota suplementaria, más los intereses correspondientes,
desde la fecha del inicio de la mediación previa (conforme lo estipula el art.
644 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, texto según ley
26.589).
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Señor Juez:
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Promueve incidente
Señor Juez:
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Señor Juez:
………., D.N.I. N° con domicilio real en la calle ………………….. y legal
constituido en la ........................, of. «…», ambos de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, por derecho propio y con el patrocinio letrado del
Dr. ..................................., T° ... F° ... C.P.A.C.F., C.U.I.T.
N° ........................, a V.S. manifiesta:
I. Objeto
En tal carácter, vengo a promover incidente para que V. S. decrete la
continuidad de la cuota alimentaria establecida oportunamente a mi
padre, el Sr. R. A. G., D.N.I. N° de profesión médico, con
domicilio real en la calle piso depto...., de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, por hallarme cursando la carrera universitaria de
medicina, cuya carga horaria me imposibilita trabajar a fin de solventar mis
necesidades por mis propios medios.
II. Hechos
Mi madre la Sra. …………., D.N.I. N° con domicilio real
en la calle ...................................oportunamente inicio demanda por
alimentos para mi persona contra mi padre, el Sr. ………., en los autos «…... c/
…... s/alimentos», en los cuales V. S. condenó al demandado al pago de una
cuota alimentaria.
Al haber cumplido los 18 años, inicié la carrera universitaria de medicina, cuya
carga horaria me imposibilita trabajar a fin de solventar mis necesidades por
mis propios medios.
Al ser mayor de edad y poder actuar por derecho propio, decidí reclamarle la
continuidad de los alimentos a mi padre, a fin de cubrir mis necesidades
durante el lapso que irrogue la cursada de tal carrera universitaria.
Mi padre, el Sr. …………., cuenta con ingresos suficientes para la continuidad de
la cuota alimentaria que solicito.
III. Derecho
Fundo mi petición en lo preceptuado en el art. 663 del nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación*.
* La norma precitada recoge el criterio jurisprudencial que permitió la
continuidad de la cuota por el cursado de una carrera universitaria
(TFamilia Formosa, 2/10/96, DJ, 1997-3-512; ídem, 20/5/99, LL,
2000-C-894 y LL Litoral, 2000-102; C 2 a Civ. y Com. Paraná, Sala 2a,
25/8/00, Zeus, 85-321, See. Jurisprudencia; CCiv. y Com. 1a Nom.
Santiago del Estero, 22/11/04, LL Noroeste, 2005-458; Juzg. Nac. de
1a Inst. en lo Civil n° 81, Capital Federal, 25/ 9/98, publicado en
Derecho de Familia. Revista Interdisciplinaria de Doctrina y
Jurisprudencia, Ed. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1999, n° 14, p.
263).
IV. Prueba
—Documental
Acompaño testimonio del acta de mediación familiar, por el cual se acredita no
haber llegado a un acuerdo con el demandado respecto de la continuidad de la
cuota alimentaria oportunamente fijada por V. S.
Acompaño original del certificado de estudios como alumno regular de la
carrera universitaria de medicina, expedido por la Universidad y de la carga
horaria que insumen los teóricos y prácticos, tanto a la mañana como a la
tarde, que demuestra mi imposibilidad de desarrollar una tarea remunerada
con la cual solventar mis necesidades alimentarias por mis propios medios.
También, de lo relativo a los gastos efectuados para cubrir las mis necesidades
alimentarias.
Por último, copia certificada de los autos «……………. c/………. si alimentos», en
los cuales V. S. condenó al demandado al pago de una cuota alimentaria.
—Informativa
a) Relativo a la actividad laboral del demandado y a los ingresos que por ella
percibe, solicito se libren sendos oficios a la Clínica …………………… y al Hospital
…………….., a fin de que informen: si el demandado se desempeña laboralmente
en tales establecimientos asistenciales, su antigüedad, cargo que ocupa y a
cuánto asciende actualmente su salario mensual.
b) Asimismo, si el demandado desconociera la documental que acredita la
cursada de la carrera de medicina como alumno regular, se solicita que se libre
oficio a la Universidad a fin de hacer constar tal circunstancia.
V. Petitorio
Por lo expuesto, a V.S. pido que:
1. Me tenga por presentado, por constituido el domicilio legal y por
denunciado el real.
2. Tenga presente la documental acompañada.
3. Respecto de la actividad laboral del demandado y, asimismo, en caso de
que desconozca la documental presentada respecto de que me encuentro
cursando la carrera de medicina como alumno regular, haga lugar a la
informativa ofrecida.
4. Oportunamente, haga lugar a la demanda incidental, fijando la
continuidad de la cuota alimentaria para mi persona.
5. En consecuencia, se condene al demandado a la continuidad del
pago de aquella por la suma de pesos ($ ), con costas a su
cargo.
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Señor Juez:
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Alimentos durante la convivencia matrimonial
Señor Juez:
—Testimonial
Del Sr (DNI N° ) con domicilio real en la calle y de la Sra
(DNI N° ) con domicilio real en la calle , vecinos del
inmueble en el que habito, los cuales declararán acerca de mi
situación de ama de casa durante la convivencia, y de que mi esposo es quien
aporta económicamente, y de forma exclusiva, al hogar conyugal.
—Informativa
Para el caso de desconocimiento de la documental presentada, relativa a la
actividad laboral del demandado, solicito se libren sendos oficios a la Clínica a
fin de que informe: si el demandado se desempeña laboralmente en tal
establecimiento asistencial, su antigüedad, cargo que ocupa y a cuánto
ascienden actualmente sus haberes mensuales por todo concepto.
—Confesional
Del demandado, a tenor del pliego de posiciones que acompaño en sobre
cerrado para su apertura en la audiencia que fije V.S. con expresa reserva de
su ampliación hasta el momento establecido en el art. 410 del CPCCN.
V. Petitorio
Por lo expuesto, a V.S. pido que:
1. Me tenga por presentada, por constituido el domicilio legal y por
denunciado el real.
2. Haga lugar a la prueba testimonial y confesional ofrecida fijando las
respectivas audiencias, y tenga presente la documental acompañada.
3. Para el caso en que el demandado desconozca la documental relativa a
su labor como profesional de la salud en el establecimiento de salud
mencionado, haga lugar a la informativa ofrecida.
4. Oportunamente, haga lugar a la demanda, fijando una cuota de
alimentos ordinaria para cubrir mis necesidades.
5. En consecuencia, se condene al demandado al pago de aquella
por la suma de pesos ($ ), con costas a su cargo.
6. Se fije la cuota suplementaria, más los intereses correspondientes,
desde la fecha del inicio de la mediación previa.
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Alimentos posteriores al divorcio vincular para el cónyuge que no tiene
recursos propios suficientes, ni posibilidad razonable de
procurárselos*
*
El art. 434 del nuevo Código limita la posibilidad de reclamar
alimentos con posterioridad al divorcio. Sólo se permite tal petición:
a) cuando se solicita para quien padece una enfermedad grave
preexistente al divorcio que le impide auto sustentarse. Si el
alimentante fallece, la obligación se trasmite a sus herederos.
b) A favor de quien no tiene recursos propios suficientes, ni
posibilidad razonable de procurárselos. La obligación no puede tener
una duración superior al número de años que duró el matrimonio y no
procede a favor del que percibe la prestación compensatoria del art.
441.
Señor Juez:
…………., D.N.I. N° con domicilio real en la calle …………… y legal
constituido en la ........................, of. «…..», ambos de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, por propio derecho y con el patrocinio letrado del
Dr. ..................................., T° ... F° ... C.P.A.C.F., C.U.I.T.
N° ........................, a V.S. manifiesta:
I. Objeto
En tal carácter, vengo a promover demanda por alimentos contra mi
ex cónyuge, Sr………….., D.N.I. N° de profesión médico, con
domicilio………………………., de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a fin de
cubrir mis necesidades.
II. Hechos
Ante V.S. tramitaron los autos « G., R. A. cl M., E. M. s/divorcio «, (Expte. N°
101.784), en el cuál se dictó el divorcio vincular.
Cuando nos casamos, mi ex cónyuge me pidió que dejara de trabajar en la
empresa a fin de atender las tareas del hogar conyugal.
Por lo tanto, durante estos años de convivencia matrimonial, fue
exclusivamente Sr. R. A. G., quien se ocupó de proveer los recursos
económicos para solventar los gastos del hogar conyugal y los que irrogaba
nuestra convivencia.
Dado el tiempo en que estuve ausente del mercado laboral y la edad con la
que cuento, se me hace sumamente difícil reinsertarme en aquel.
Razón por la cual, me veo obligada a interponer esta demanda para que se
fijen alimentos en concepto de cuota ordinaria, a fin de cubrir mis necesidades
más imprescindibles.
III. Derecho
Fundo mi petición en lo preceptuado en el art. 434 del nuevo Código Civil y
Comercial de la Nación, y en los arts. 638 y ss. del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación.
IV. Prueba
—Documental
Acompaño testimonio del acta de mediación familiar (ley 26.589), por el cual
se acredita no haber llegado a un acuerdo con el demandado respecto de los
alimentos ordinarios solicitados.
Acompaño testimonio de la sentencia emitida por V.S. en los autos «M., E. M.
c/G., R. A. s/divorcio», (Expte. N° 101.784).
También, de lo relativo a mis gastos personales para cubrir mis necesidades.
—Testimonial
Del Sr (DNI N° ) con domicilio real en la calle y de la Sra (DNI N°
) con domicilio real en la calle vecinos del inmueble en el que habito,
los cuales declararán acerca de mi situación de ama de casa durante la
convivencia, y de que mi ex esposo era quien aporta económicamente, y de
forma exclusiva, al hogar conyugal.
—Informativa
Solicito que se libre oficio a la Clínica a fin de que informe: si el
demandado se desempeña laboralmente en tal establecimiento asistencial, su
antigüedad, cargo que ocupa y a cuánto ascienden actualmente sus haberes
mensuales por todo concepto.
—Confesional
Del demandado, a tenor del pliego de posiciones que acompaño en sobre
cerrado para su apertura en la audiencia que fije V.S. con expresa reserva de
su ampliación hasta el momento establecido en el art 410 del CPCCN.
V. Petitorio
Por lo expuesto, a V.S. pido que:
1. Me tenga por presentada, por constituido el domicilio legal y por
denunciado el real.
2. Haga lugar a la prueba testimonial y confesional ofrecida fijando las
respectivas audiencias, y tenga presente la documental acompaña da.
3. Haga lugar a la informativa ofrecida.
4. Oportunamente, haga lugar a la demanda, fijando una cuota de
alimentos ordinaria para cubrir mis necesidades.
5. En consecuencia, se condene al demandado al pago de aquella
por la suma de pesos ($ ), con costas a su cargo.
6. Se fije la cuota suplementaria, más los intereses correspondientes,
desde la fecha del inicio de la mediación previa.
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Señor Juez:
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Señor Juez:
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Señor Juez:
Señor Juez:
Proveer de conformidad,
Será Justicia.
Señor Juez:
Proveer de conformidad,
Será Justicia.