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CAPÍTULO 1

\ El "crisol de razas" hecho trizas:


ciudadanía, exclusión y sufrimiento

María Rosa Net¡,j'eld' y.fens A riel Thisled"

,(,

Un día cualquiera, en un canal cualquiera ...

L a coordinadora de un programa televisivo invitó a un panel multitudinario a


hombres y mujeres de distintas edades y nacionalidades: penlanos, chile-
no~, paraguayos, bolivianos y argentinos. La pedodista trataba de coordinar la
discusión, que permanentemente se escapaba de control.'
Algunos participantes argentinos plantean muy agresivamente su visión de
los extranjeros:

Panelista 1: "... vean cómo estamos: no nospodemos autoabastecer; y toda-


vía tenemos que cargar con los extranjeros!".
Panelista 2: "Quiero opina·r... yo soy argentina... mi hijo, argentino, inge-
¡., niero, y no consigue trabajo/".
'1' Panelista 1: "Nos vienen a quitar lo nuestro!".
j'
,11 Panelista 2: " . esa gente que viene y pone un locutorio trucho... "
I¡I
\' oF Antropóloga social, profesora del Departamento de Ciencias Antropológicas, coordin~ldor~l

~
del programa del Area de Anlropología y Educación. Co-directo,,] del Proyecto FI112, en el
que se des~lrroll6 la inveslig¡Jción de la que da cuema este lihro.
f'
li'L [; .. Psicólogo. profesor del Departamento de Ciencios Antropológicas de la Facultad de Filosofía
y Letras (UilA) y de la Facultad de Ciencias Sociales (Olavarría). Co·direcror del Proyecto
FI112 mencionado en la nota '.

I
1. Nota de campo realizada a partir de un programa televisivo (Causa Común, del 14/7/97).
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MARrA ROSA NUJFEI.D - ..Jfl.NS AIHE.L T¡'¡¡S'l'RI)
El "cri.sol de razas" hecho trizas: ciudadanfa, ex.dtlsi6n y sufrHniento
r,1
Algun'os extranjeros se defienden, fundamentando sus derechos y.reclaman- Muchas de estas expresiones, en la vida cotidiana de la Ciudad de Buenos
1
do por-su dignidad: Aires, dan cuenta de las difíciles relaciones que entablan quienes. se consideran
locales, con los nuevos migrantes: son visualizados como una cafga, vinculados'
Panelista 3 (boliviano): ".. ./a sei'iorita {coordinadora} está tmtando de con- con el delito, considerados como responsables qe la falt.a de trabajo. Para aquellos
fi'ontarnos, a argentinos y holivianos. . el día en que la ley diga que no que llegaron en busca de t.rabajo, las distintas formas de abuso'y la estigmatización
puedo eslay, me voy!... mim, que la discrimú~ación es también 1'especto de de la que son objeto, son una dura experiencia.,En este capítulo, analizamos las
la gente del norte (argentinos de.1ujuy o Salta). .. ¿cómo te das cuenta de que continuidades y rupturas que se dan entre estos hechos de fa vida cotidiana, y las
es boliviano o norteño? Y si lo piensas: ¿quién es más extmnjero acá? Los SituaCIOnes que hemos registrado en escuelas de esta misma ciudad.
latinoamericanos, o los extranjero~~ que vinl:eron de Europa? .los bolivia-
nos se dedican a tmbajos independientes... no creo que le pongas tú -el
hacer agn:cultum ni a costurem... La cue..,tión de los 711igranles, un analizador de una problemática
más amplia ,
Entre los palticipantes predomina el registro de los duros tratos recibidos:

Panelista 4 (chilena): "En varias oportunidades, al busca1' tmbajo, mi na-


cionalidad lo impidió. ., [dramatiza}", escondé la billetera. .. que ahí viene
"Ser extranjero" en un país que se preciaba ele haber dado una generosa acogi-
da a las ojeadas migratorias de la segunda mitad del siglo X¡X y las primeras déca-
das del XX, de las que desciende buena parte de la población argentina actual era
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la chilena, ,. u. una condición honrosa aunque pragada de ·contenidos contradictorios. En el se~tido
Pcmelista 5 (boliviana): "... soy boliviana... me pasó la discriminación común de la sociedad argentina, se int.roduce un supllesto fuerte: la existencia de li,
física, ,,me dicen 'qué cara, bonita', no panxe boliviana, no tiene cat'a de i
una cultura de la tolerancia2 a la que hace referencia una de las asistentes al
galletita, , .qué mro, una bolita bonita y un poco alta, ., u. programa de televisión reseüado en la página anterior. Esta disposición, justamen-
Panelista 6 (pen/ano): "Yo vine de pe¡'ú bace tres afias, .. en nuestros luga- te, había posibilitado la creencia en la amalgama que se produciría en el crisol de
res ele origen nosotros st~frünos muchas necesidades... aquí ie miran por mzc:s,3 en otros términos, la asimilación o integración de una masa de personas
encima del hombro... que somos subversivos... me dijo [la policíal que ven- naclclas en otras latitudes que debían suplir Jasla/encias de los nativos.
go a robaJ'a /aArgentina.. De Ja escuela se esperaba mucho: en los omienzos de la Organización Na-
Panelista 2 (una argentina, que había partiCIpado al comienzo, inc1'édula donal; se vio en ella eJ modo de generar unidad donde había conflictos o diferen-
'"especIa ele este tipo de maltmtos): "... no es tan así... acá, en la Argentina, cias: entre gauchos holgazanes y citadinos cosmopolitas, ent.re provincianos y
bay una cultura de la tolerancia... .I'J. porteüos ... Como destaca Tedesco (986) "el contenido de la educación fue.
Panelisla 6· "Desgraciadamente, no es así.. " i~cJuyendo ~1J1 énfasis cada vez más sostenido en el papel político que Je compe-
Panelista 2: "La policía golpea, a todos... no tiene que ver con ser perua- tía para la transformación del habitante nativo en un Ciudadano "Sus '., "
... pOSICiones
no, Iiene que ver con la edad,. , ".
jJa1'le/ista 7 (chileno): 'Wo estoy de acuerdo: es lo laboml más lo mcial. Lo

/ahoral es así: a los chaenos nos mban el sueldo. ,. me pagamn el tel'cio ... 2. "Tolerar" coloca al clue "tal . " 1. •.
3 Es a ", _ el~ en una c ara pOSICIón de superiorich,d respecto del "tolerado".
no me contratamn.. . se apmvechan. Lo 1'acial es lo siguiente; nuestros com- .. r expreslun, acunada en EEUU de América, que había recihido desde principios de siglo
patriotas argentinos nos tratan mal,., sí corremos, lJíensá;~ que somos la- o~l;o ,I~dlon~s de Inmigrantes, apostaba fuelte111ente al «medio ambiente cultural": la idea
. rel~ltla d. n~e/t111g pol
en el que se fundían los metales. La diversidad de 1(1\ coslllmbres de
drones... no piensan que llegainos tanle al tmbajo .. po.acl~s, ltalla~O~, .~tc. deb~::t. amalgamarse en lIn único "american way of Sólo des~ués
liré.
ante ~.l comp'JObaClón empJ.nca reiterada ele que los sujelOS sociales y .~llS modo el . 1_ 1

:e, ~~lSI?nal~a~1 COI~O "n~elal~s en el crisol" ~ sino que eventualmente defendían :sP:C:~~ <lq~~~
pa eClan hgaclos a su Identidad, surge la Idea de lln~ sociedad "multicultural"

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MAnf", ROSA NEUFELD - JENS ARJel T)-JISn:D El "crisol de razas" hecho trizas: ciudadania, exclusión y sufrimiento

no eran totalmente homogéneas: Alberdi, uno de los principales referentes de En este siglo que concluye, aún quedan fragmentos vivos de esa historia: el
ese período, apostó inicialmente y por encima de las. virtudes de la escuela, al ':discurso de la educación como formadora de ciudadanos, así como el que se
poder quf ejercería la expansión de la industria, los ferrocarriles, y una inmigra- o''':: ¡ refiere a la Argentina como país generoso receptor de inrnigranres (tal como reza
ción masi'va,o a la que imaginaba aportando la cultura l~tl°ada y la civilización en su .~ : el Preámbulo mil veces repetido de la Constitución). Y también quedan las prác-
.máximo desarrollo que se imaginaba radicada en el Viejo Mundoo' ;;~ ,ticas que se vplvieron habituales para su recepción, entre eUas la imposición
Es sabido que la inmigración que efectivamente llegó a la Argentina no satis- escolar del monolingüismo, que desechaba el ingreso de palabras italianas desig-
fizo estas expectativas~ Dolores Juliano 0993 b) desmitifiCa el nivel cultural y nándolas peyorativamente como cocoliche (Juliano, op. cit.); se desalentaba la .
educativo, de los inmigrantes que se radicaron en nuestro país, destacando que 'conselvación de los idiomas de los padres inmigrantes. Como destaca F. Gagliano
los,censos de habitantes mostraban 01ayores niveles de analfabetism0 entre los (1991), en las escuelas primarias se prohibía el uso de textos extranjeros, como
extranjeros que entre la población nativa.; Una vez más, entonces, se puso la el Corazón de Edmundo de Amicis, con los que algunos maestros enseñaban a
mira en la educación, que debía uoansformar a los europeos, analfabetos y campe- leer a sus alumnos recién llegados. Esto perduró en la consideración de queJa
sinos, tanto como a los criolloso Reunidos en una única escuela, debían alcanzar propia variante Iin!,'üística es laforma correcta de hahlar el español, a pattir de lo
allí esa homogeneidad, o "conciencia nacional", que aparecía como sinónimo cual se desvalorizan tonadas y expresiones provincianas o ele otros países latinoa-
mismo de la gobernabilidad de un país moderno. Sin embargo, los estereotipos' mericanos.
decimonónicos arraigaron fuertemente0 5 Las imágenes del criollo holgazán o del No faltaban las teorías justificadoras. Ricardo Rojas en La restauración ~lacio­
lano hruto se hicieron carne en el sistema educativo argentino y en los ideólogos nalisla (909) decía: "nosotros no abrimos las puertas de la nación al italiano, al
y'técnicos que lo sustentaron, y contribuyeron a modelar la óptica descle la que francés, al inglés, en su condición de italiano, de francés o de inglés; se las abri-
se pensaban las modalidades pedagógicas adecuadas para atender a estos gnIpOS mos en su calidad de hombre, simplemente ... " (Citado en Puiggrós, 1992)0
pobla¡;ionales de orígenes étnicos distintos (Neufeid, 1992). 10s inmigrantes europeos no sólo fueron obligados a esta integración: tam-
Las estrategias cuyo objetivo final era asimilar a los inmigrantes fueron cambian- bién les fue casi imposible lograr tierras en condiciones que no fueran las del
do. En.una etapa inicial, correspondiente a la generación del '80, predominó la arrendamiento expoliador. Por elJo, la gran mayoría se instaló en las ciudades.
línea que preconizaba la enseñanza obligatoria, gratuita y laica, apoyada en la ge: Fueron pocos los casos en que pudieron instalarse en condiciones favorables.
nera'lización de la alfabetización y el desarrollo del normalism0 6 En una segunda En el Delta, por ejemplo, ocuparon tierras fiscales. Tanto los inmigrantes como
etapa, que Juliano ubica en el período conoespondiente a las presidendas de YIigoyen sus descendientes olvidaron esta histoIia que estamos recordando ahora: amnesia
0916-1930) el énfasis pasó a la recuperación de la tradición hispana, en donde se : de alguna forma obligada que hace que en el Delta los italianos, españoles o
esperaba encontrar un horizonte común que aglutinara tanto a los descendientes : polacos se refieran a sí n;ismos como a los pobladores, y subalternicen a los
de la pobladón previa a las oleadas inmigratoIias co~o a los hijos de los inmigranteso 0- Irabajadoresgolondrina criollos (migrantes internos, generalmente clellitoral),
Recordemos que cerca de la mitad de éstos procedian de España. 00 que obviamente llegaron cuando ya la tierra había sido apropiada.
Hoy, los extranjeros son otros: bolivianos, peruanos, paraguayos y chilenos,
;coreanos, chinos, rusos y uC1<1nianos. Una estratificación nan.1ralizada y compatticla
4. En fechas tan avanzadas como 1960, los analfabetos nativos alcanzaban al 1,2%, mientras
que los extranjeros multiplicaban por ocho esta camidad. Esto era una muestra evidente del
éxito de la estrategia escolarizante puesta a pumo desde 1880 (Juliano, 1992 b).
5. Por ello "el racismo, cuidadosamente acariciado por la oligarquí(l, impregne.) a todas las
l '7. A mediados de siglo, cOrnO lo mueslra una nola del periódico Delta de febrero de 1946, 105
capas sociales, sirviendo para el enfrentamiento y ia ffélgmenlación de los sectores subalternos. · desc~ndientes de esa inmigración europea recienre juzgaban dllr~llnente a los criollos: (un
entre sí. Penetró el lenguaje pedagógico y es aún hoy Lino de los elementos determinantes maestro de escuela) pim6 el sombrío cuadro de 105 criollos qut: pueblan esta zona, con su
de las distinciones educalivas que producen circuitos desiguales de escolarización ... se eligió · vida moral y física relajada ... nos tortura la pregunta de por qué maléfica r~lzón no puede
"nacionalizar" al inmigrante, imponiéndole una disciplina y poniendo diques a su influencia · sustraerse esta gente a eso que parece su sino fatal. Conviven con gente venida de tndas
sobre costumbres, cultura polílíca.. ... (P~iggrós, 1990, O. partes del mundo (pobres pt:ro trabajadores, que rápidamente lognln rener su C'dsa decorosa.
6. Puede encontrarse una amplia referencia a esta historia en Juliano, 1992 b, Puiggrós, die, 1992. : con jardín) ... ¿Por qué 1~lz6n misteriosa no produce eS[Q en ellos un deseo de imítarlos?

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. El "cd,oLde raZ;]s" hecho U" "1 d .
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,. a afija, ~c.lllsjón y Sufrimiento
Izas: qUt

-a v~c~s y;erb,al¡.4ac!.;¡. 4~ f.9rm,a,d~~~ll)boZ<\,dil- cotOC¡¡ !J¡).<! vez rnás a jo" e!Jrope()~ ~e.rma¡~er¡te~ O r.esidentes JempOxa¡)os ,deb.idamente hab,i/itados a tajes efectos"
y b)af1,C9s ~p. Jª ~,sp~¡j~ ,4~ ti! f!!iGí!la ~;vQ)utiV¡¡, ;¡. [0,$ ,hiperexo~iZ¡¡90S ori~ma)el; <;:n esto s,e aglega la resolución 1378 de a994 [ _ '
el l1¡edio, y depaj,Q, maltrarados d~ distinlas m¡¡neras, a Jos liltinoanlericanos lim¡, ción ele la C' d d e l ' ! por ~a que la ~ecrelaf1;i;l ,de Educa:
, ,,'" W, ,a ,e Buenos Aü;e,s obHga.a jos .cil,ldacia;)os ,extran}'ero's'a'''' l'" .
trofe~ y no jimílrof\l,s, ,C:;ontip.u~dacJ,~s ,COn esa h¡stori~, coor.inuicl<tgeS ('on lo q\Je ,con Documento N ' ¡el ' ' ,, ,<cpn al
° ce tifi. ,"". ' " a9.Ql)a ",' e Iclenr1d,acl, ,.5i)1 -el~l;Ia:les impps!bJe ~~tende.f,el ~Lu10
suc~d\1 ,a ni:y~l
,Q.@ I,a ;spciedad en su conjunto! pero tajnbiér¡ rupturas y ~, cado <tl¡(:;ud"wla.no jp<¡locu,mentado,(p, 223), La:p @1' ' ó ' "
resignifica~ion~s qIJI; lLmen {:jJ.)(! y~r ,<;:9n los cambips políti.:;o-econÓmicQs y'eul-
,el carácter .discrimin t " e l . " ." ' . 1:1, .J0aq 1} c.1(;¡.cla destaca
, , a O~10 ,e ,~s,tas '13 edlcla.s, .dado ,qu,e un .ciudadano argent'
l
turaJes del último cyp.rLo ,g¡:¡J ¡¡i;S1o XX, ,que carecIera ,de doeume t ' el.' . ' '. ' ' ." ,,' 1~10
, . ' " ,n os po: ll,a ~eelb¡Jde to¡j.os modos SU tltulo 9
La inten<;:jonalJ<;lad d~ logrilr lma il1tegmción del tipo qu~ propone la metáfo- .com~; Be verá en '1, " , ' ,, ,
, _ . , as pagmas que SlgllelJ, PO¡lemOS el foco en la.cuestión de
ra crisol de razas no corresponde a las condiciones actuales: al contrario, ¡que los los 117-1g1 ames, pero no ,cerranJOs .elproblenJa, sino que 10 inscJibimo~.en e; co )
coreanos se aglutinJi!fl ej) "CoreaLown", que los bolivianos festejen a la Virgen de Lexto¡¡¡ctua1.deajusleydes, U 'ó ", ' ", ' " 1 ..
del q" j , " '~" "Qc pael J1) :au,r¡ hegemol),izad,o po,r.~l 'l1eoliber¡¡¡liSI1;tQ
Copacabana, que se exhiba su dJv~rsielacJ! Sin embargo, esto no sucede en un , "ue(epmos,qu,e:SO.l',W),a.l)alizadorf,lotablc,Colno~en-al'l¡lD J ' JI' ' ,
1,(19 ) , , , . , , " " .• \' OO¡<;lS Ulanoet
clima benevolente. Coincidimos con Eric Wolf, que caracleriza a las sociedades a, 98, las tendenCIas en 'las poJJticas soci 1 "J ' ' '"
de este fin de siglo por su "énfasis en cuán difícil o imposible resulta para las r~lación ~as_ao~aJes ¡noviJjdad~s n~cional~ ya~::~~::;~~~ll~:as;;:~:~:~:;d:~
a
gentes de diferentes culluras vivir juntos en una ciudad, una región o una nación- l,a¡Se,¡¡¡nt:iupdtoHa8 .de ot¡:as ,tendencias de alcance ¡n' Pi,'.."
aJ)'J.P tios sectores soci<l!l. á" ,
. as genera en relacio"
' '" < n a
estado, hay COlT),O Un decirles a los demás, que se han sumado vía las migraciones ,,' es, m s alla ,de los estn.:;tamente cate ' -l,
laborales y políticas:., NuestFas raíces están aquípor Viltud de la descendencia l,nnllgra,ntes o extranjeros", gonzau,Os como
- ustedes, los otros, tienen un modo de vida distinto, an-aigado en otFO lugar, ,E)1situaciones ,de pl:eearización, 10scoftes se producen a lo largo de l r
no aquí" (Wolf, 1994), fractura ya p,re dise- d , ' , lile,as é e
:.':' - na ,as en este,c;aso porlaJlistoria.negada,de la d1seüminac'ó
A esto se agrega la naturalización8 de distintos procesos de exclusión, ·en 1a Algenlll1a. Por eso p.roponem ' ¡ " ,In
a t ,,' lid d " . os a ,tr,atanllento dado a los migrantes en La
los cuales constituyen seguramente, una de las experiencias más cotidianas , Q ,ua a Como an<J,üzadOJ: Jo que sueed " 1, '
de los migrantes: están fuera de los planes ele vivienda económica; füera eJlLJ:ever mod0s en que ,se justifj~a la"eXcllJ:i~:deo::::~~:;:l:::;~~:~
pcrn¡Jte
ele las posibilidades de obtención de medicamentos graLuilos o alimentos ))o.r seonmigrantes sino por:su :pobrez¡¡¡ su falt el d " es, ya 1)0
e(área, etc, ." a e €. uca,c¡6n, la obso.lescencia
(especialmente en ámbitos que se manejan con modalidades de clientela
eleClOf¡¡l), y fundamentalmente, la imposibilidad ele acceder a trabajos esta- J,os JWl5rames Jntern.os, 1110vitizaÓOS;¡¡l.so,n eJe cierres de ;in I Ix' , , '
bles o remunerados en igualdad de coneliciones con los nativos. los indígenas ,desplazados de sus I}.J aJes d . ' ' , , , ,G us las ¡eglonales,
h¡¡bilantes del, d ' '11' g., e o.lJgen, o aur¡ mas sencillamente, los
En el plano educativo, si a la condición de inmigrantes suman la ilegalidad,
teño" ". ,segun o ilIll o. .cle~ 'Co.nurb;¡.no, olas vecin.os e1el "cordór) sur" )or-
,1
también se encuentran con nuevos impedimentos y obstáculos, Tal como detalla 'e ~ '~~,ol:p,g0D1,4an ,sllua~lOnes ,sll111la.res con quien,es preler¡e1el1 "eslablecer ~ife­
ellnfonne Anual elel CELS C1996}, el artículo 102 de la ley 22439 ele 1981 esta- 1,11,C¡as ,especto de dIos,
blece que "los institutos de enseñanza media o superior, ya sean públicos o El contexto de expoliac,ión Urbal)a en - 1 ' .
privados, nacionales o municipales, solamenle podrán admitir como alumnos a internos y.de países lalino.americano :ue vIve a mayona de Jos migrantes
que , J' ,,
aquellos extranjeros que acrediten para cada curso su calidad de residentes l'es
,, ana'lzamos es u ' l !s y en el que suceden las slluaciones
' escola-
"
, , n cjemp o ( e lo que venimos sei'íalando, Como define

8. EntendenlQS que un proceso se naturaliza cuando se desconoce su carácter conslmido, 9, La publkaciól) ,del CEL5 destaca ue e , ' . , '\
hi,'lórico, Desde la antropología, se han propuesto diversas formas de desnaturalizar las Federal ,ele Educación, en el que el 6tad stos ,:mpedlmenlOs Violan el an ícúJo 3 de la Ley
in.'ltituciones y prácticas de la propia sociedad, a partir de comprender lo distinto, en su lodo~ ,Jos de,los, '-niveJes y re.gímencs es 1~cj~i~~o~lal. ..~d(antJ7.a el. ~ICCeso a la educación en
inmensa vadedad, al tiempo que se SOll1ete lo propio, lo cotidiano, a un ejercicio· de des- . !amblen vuelve el "rtículo 8 Má. I lod,. la poblaCJón, derecho sobre el que
• s que un problema esl ' [, I
cotjdianiz~ción, por un lado de eles-naturalización, por otro.
j
.destaca las características de ,traba b' ". [le amente egal, el Informe citado
" lllocratlca y de falla de información de los casos anaJizados.

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. 11)
1 Pi MAnIA"RosA NFlJFEID - JENS AR1EL THl5TED
El '/crisol de razas" hecho trizas: ciudadanía, exclusión y sufrimiento
: :'1
Id:'
"i Kowarick (1985), cuando hablamos de expoliación urbana nos referimos a "la el
a estigmatizar los establecimientos escolares, acentuando carácter indeseable
'1 .sumatoria de extorsiohes que se produce a través de la inexistencia o precarie-
(: i dad de servicios de consumo colectivo, que -conjuntamente con el acceso a la
de éstos. La progresiva segmentaCión del sistema educativo ha llevado a la cons-
trucción social de circuitos de escolarización, verdaderos subsistemas implícitos
.,
tierra y la vivi~~da- se 'Presentan como socialmente necesarios para la reproduc-
que resuitan de la articulación compl~ja del conjunto de políticas econónÍicas,
ción de los trabajadores y que agudiza aún más la dilapidación que caracteriza la culturales y educacionales instrumentadas por el Estado, con la intervención de
explotación del trabajo, o lo que es peor, la falta de éste... ". En los capít1Jlos que los sujetos.
siguen (especialmente el Il)se analizan aspectos centrales· de este contexto·de ·En función de valoraciones construidas socialmente en las que se conjugan
expoliación. . aspectos diversos: la ubicación geográfica, las características socio-económicas de
En Buenos Aires, una amplia franja de trabajadores precarizados se distrjbu- la población escolar (villeros, mrales, ete.), la calidad de los aprendizajes que
ye en l~ ciudad de manera ·desigual, en los llamados cordones, pero también ofrecen, el estado de los edificios, la provisión de computadoras o videos, las
l;¿r medio de la ocupación de viviendas. A las escuelas llegan intensamente los características del personal docente, los niveles de conf1ictividad de los niños y
ecos del drama de la desocupación en forma de la fragilización de las relaciones del barrio mismo, se va constituyendo un ranking de escuelas. Estas
familiares que sigue a las duras condiciones por las que atraviesan las clases categorizaciones circulan y retroalimentan la configuración de estos circuitos.
subalternas. También los padres de sectores populares ponderan las eventuales consecuen-
La falta de trabajo y las condiciones precarias en que los sectores populares cias de mandar a sus hijos a las escuelas más desacreditadas, y las familias que
11.1

desarrollan sus estrategias ele vida, aparecen cotidianamente, a veces en torno de pueden, desarrollan estrategias de evitación. Los distintos estableCimientos se
,I
,, personajes infantiles conocidos por todos, como en este· caso, el niño (sujeto van definiendo por la mayor cercanía o alejamiento respecto de las "escuelas
I
.;., verídico en nuestra etnografía escolar) al que llamaremos "Pedrito". para villeros (públicas o privadas) que funcionan como un verdadero jJolo de
Pedrito tiene sólo seis arIos, y está en primer grado. Una maestra cuenta estigma, 10 ubicándose en el otro extremo las escuelas que, aún siendo estatales,
que cuando vuelve a su casa no tiene quién lo atienda, incluso, destaca, tiene logran asumir características atribuibles a la oferta privada.
que lavarse la ropC( ... es el herma1'}o por parte de su madre de Lupe, una niña El saberse docente (o alumno) de una escuela estigmatizada no es una cir-
de tercero, "muy mala alumna"... Tanto Lupe como Pedrito son chicos castiga- cunstancia externa, sino que se vive ele maneras muy diversas, pero en general
dos por sus padres. ..,. como lll1a.cuestión que envuelve o involucra en la descalific~ción. La reconstruc-
La breve trayectoria escolar de Pedrito ya lo pinta como un eventual candi- ción, por parte de una ele las investigadoras de! equipo,· de la situación reinante
dato a ser culpado P01" futuros robos, ya que esta anécdota suya recorr,; la en una escuela convertida en "polo negativo" clarifica lo que estamos mostrando:
escuela: ha ido a dir·ección a pedir galletitas p01"que tenía hambre, a lo que la
directo ni le contestó que no tenía la llave del armario en que se guardan. Los docentes de la escuela se sienten involucrados de distintas maneraspor
Pedrilo propuso entonces abrir el arm~rio con una tij~ra. La docente se la dio, el ~'bajo nivel" de los niños:
f para ver corno hacía y le preg~mtó donele había aprendido eso. Pedrito pasó a A1. 1: "Ser maestra es un apostolado en esta escuela.. el trabajo se hace
,1
,11 contar que su mamá y su papá cuanelo él se porta mal juntamente con su d{fícil, los chicos no se concentran, no se interesan por nada... . ".
1,
hel'rnana de 9 años, los atan en la cama y guardan la comida en el armario
con llave, les ponen sal en la boca y los dejan así unas cuantas homspara que
apmndan; cuando se libera se apodera de la tijera de la mamá y roba la comida ·10. ¡'¡emos trabaiado esta problemática en Neufeld, M. R.: "Subahernidad y escolarización:
porque tiene mucho hamb1íI3... acerca de viejos y nuevos problemas de las escuelas de islas", 1992. l.a utilización del
concepto poto ele esligme¡ es tributaria de la conceptualización de G. Althabe (985), en el
A su vez, la presencia de estos niños y sus problemas se inscribe en la dinámi" análisis de la relación entre [uITIUias ü-áncesas y pohlación de origen extranjerO en graneles
ca propia de las escuelas: en el contexto de la Reforma educativa, el alumnado conjuntos de viviendas colectivas. Otros escritos posteriores que abordan la cuestión: Las
familias en la escuela primaria: transfOflnaciones recientes en fa vida cotidiana S Carro M R
.procedente de villas, casas tomadas o migrantes internos o externos, contribuye Neufeld, A Paclawer y S. Thisrec!. ,. , '. .
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MAltlA R05A. NI~ilF~LD - JEt'<'S.Antl~t. THISTI!H.
El "crisol de f<J.7Á1S" hecho trizas: ciudadanía, exclusión y ~ufrimienlo

M.2: nA veces pienso que no doy más, los chicos de 7rrw. me dan muchísi- libro. Es imposible negar que, en la cotidianeidad de patios y aulas se producen
mo trabajo ... ". maniobras elisuasoras, a veces poco sutiles, destinadas a evitar que diferentes
M. 3: '/1 los chicos hay que bancurlos, hay que aguantarlos "; estigmatizados asistan a determinados establecimientos (dado que a su vez Jos
- contagian on su marca negativa). A este aCCiO)lar de los adultos, se suman situa-
Esto, a su vez, desacredita reíativarnente a la esc1:Jela, circyn.stancia que nue-
ciones desa-iptas muchas veces por los integrantes de nuestro equipo: las cárgadas
vamente es asumida en forma personal: insidiosas entre los dlicos, los hostigamientos que convierten para algunos la vida
de todos los días en un suplicio.
M. 1: "'El nivel de las escuelas de la zona es bájo'~
Un cJima contradictorio suele enmarcar estos hechos: se habla copiosamente
(nv.: "¿De todas las escuelas de la zona o particu}armente de ésta?": . del respeto a la diversidad, pero a la hora de encontrar explicaciones, se pone
M. J mirando aMo 2: "Los docentes de las escuelas de la Avenida V. prensan
énfasis en la existencia de diferencias cultl.trales entre Jos niños de distintos sec-
de nosotms'que somos 111férion2s a ellos, 'nos toman a menos'. Al principio tores sociales, asignáhdoles a las m.ismas una serie de atributos naturalizados, casi
me desesperaba, luego te l'esignás, ya no te impresionás lanto, ... (con aire _irunodificables.
t1'l:sle) yo nunca bajé los brazos". Para un antropólogo, procluce ciClta sorpresa encontrarse con la utilización de un
concepto de CLütUl,l que le es absolutamente familiar: tal como señaláramos hace un tiem-
/l.clentrémonos ahora en la cotidianeid'ad de las escuelas, intentando realizar la
po (NeufeJd 1994), hay una apropiación, como parte del sentido común
contrastación que proponemos con lo qLie ' suce<.1"e ,1 n¡'vel de los. con¡"untos socia-
ele conjuntos sociaJes más amplios (que incl.uyen la escuela) de este 'con-
les. El desarrollo de nuestra investigación nos confrontó. con la dificultad de abor-
cepto. Su empleo es tan cotidiano que hasta es difícil de percibir: "es una
dar en este contexto el tratamiento dado a las diférenci'as: ya sea respecto de los
cuestión de cultura" (de sus dueños) que los perros ensucien las calles, así
niños de sectores populares en general', de los migrantes internos o externos, de
como algún funcionario o periodista pudo afirmar, en tiempos de la epide-
los diferentes por su aspecto físico, su pertenencia étni'ca o religiosa, etc. Ha sido
mia de cólera, que la misma tenía que ver con "la cultl.lra de los callas: estas
complejo acordar, en algunos casos, acerca de la legitimidad de abordar estas
gentes no tienen pautas culturales adecuadas de alimentaCión ni hábitos
<.'Uestiones. Por momentos, tuvimos la sensación de estarptanteando un proble- de limpieza".
ma inexistente: cuando iniciabamos algunas entrevist,ls con docentes o·directi-
Hasta aquí, estamos en el plano del sentido común, conformado, como desta-
vos, en las que intentábamos abordar la cuestión de los usos ele la diversidad
caba Gramsci, 11 por los rasgos difusos y dispersos del pensamiento genérico de
sociocultural en el ámbito escolar, nuestros interlocutores ponían todo el énfas1s
una cierta época. Pero, también decía Gramsci que toda masofía tiende a Conver-
en la cuestión de los atravesamientos de la pobreza, minimizando el peso de
tirse en sentido común de un ambiente, aunque sea limitado. Empezando por "el
discriminaciones o diferencias.
lenguaje mismo, que es un conjunto ele nociones y de conceptos determinael9s y
En un nivel esto es cierto: la escuela argentina sigue proponiendo la
no sólo de palabras gramaticalmente vacías de contenido... " '
aceptación en ;us aulas de los hijos de "todos tos hombres. del mundo que
En este sentido, el concepto clásico de cultura forma parte cOnstitutiva del
quieran babitar el suelo argentino" y el mandato referido a la 'integración, a la
saber docente o del saber de los docentes corno téc1úcos. De esta forma se
igualdad, tiene fuerte vigencia discursiva. Esto, por un lado, es absolutamen-
justifican diferencias de comprensión, o dificultades de aprendiZaje por part~ de
te positivo. Sobre esta base las escuelas pueden ser un ámbito en que se puede
lbs estudiantes.- En estos argumentos, hay algunos núcieos conceptuales
luchar contra el embate ele políticas neollberales que pr~fundizanlas elesigualdades
que deben destacarse: el primero, la fuerza de la herencia social. Tal como
y diferencias.
lo aseveraban los culturalistas como Unton o Herskovits, la cull:u'¡', de un grupo se
Pero simultáneamente, lo que hemos llamado inandato refe1"ido a la 'integra-
ción y la igualdad, se erige encübriendo, bloqueando, el acceso a la realidad
escolar, y se altera convirtiéndoseen el de eso no-se habla del título de nuestro
11. Gr<llnsci, A. ["troducclón a la Filosojla de la praxis, p.n l'enmsula, Ediciones de Bolsillo, 1972.

32 33
11""
/11· I MARIA ROSA NElJFELD - JENS ARIEL 1'HL'rfED El "crisol de razas" hecho trizas: ciudad<lní.a. exclusión y sufrimiento
1',' I
'"
( l· piensa como producto de esa herencia; se suponía que en el proceso de transmi- riquezas produddas socialmente y los que pugnan por sobrevivir en el contexto
sión se recibe un conjunto de pautas y valores que luego -a su vez- serían del mayor nivel de desigualdad conocido históri amente(I-Iobsbawn).12
heredadas por los sucesores. Otras veces, la cultura e's pensada coalO modo de Como destaca Rockwell (1980), "Los diferentes grupos en juego se definen
vida, y hay u~.relativi'smodifuso que señala que estos modos de vida pueden ser por medio de las diferencias culturales; esto resulta fácil cuando se trata de
distintos entre sí y que como tales deben ser respetados, al menos tolerados. Esto minorías étnicas, pero aun cuando no existen diferencias lingüísticas o naciona-
genera una pendiente casi inevitable hacia la desvalorización de lo diferente. les marcadas, se buscan subculturas de clase o regionales, o se propone una
Es casi obvio recordar que los concepto? o categorías, enlTe mras posibilida- . general cultura ele la pobreza. El mecanismo de producción es la socialización
des, circulan en libros que, investidos de autoridad, logran pervivir por largo familiar; la determinación de la actuación ele los sujetos es interna, cullllral o en
tiempo. En este sentido, es significativo reenconlTar el concepto clásico de cultu- algunos casos es explicable como adaptación a la cultura contraria. La escuela,
ra en los textos utilizados desde mediados de siglo para la formación de docentes como institución funciorlal de la cultura representa fielmente sus valores y pau-
'0 trabajadores sociales. En textos muy recientes seguimos encontrando interpre- tas, y las impone o requiere de los educanelos de culturas diferentes. La con-
taciones culturalistas nada problematizadas. Un ejemplo paradigmático lo encon- frontación entre educandos y escuela se concibe como un conflicto entre cultu-
tramos en el texto de Camilleri: una obra que se presenta como un libro destina- ras abstractas, entre las cuales difícilmente bay comunicación, mucho menos
do a los docentes, publicado por UNESCO. No es nuestra intención dar aquí una transmisión.
discusión en torno del concepto de cultura, pero sí analizar algunos de estos
énfasis, ya discutidos y abandonados en la teoría <lOtropológica, pero que Camilleri
convalida, aportando más de lo mismo al saber técnico de los docentes: como Se analiza la interrelación entre la escuela y el educando
corresponde al paradigma, alude al hecho de que "una cultura sólo existe en la
medida que se refiere a una configuración integrada, es decir que la coherencia buscando el contraste entre formas de la comunicación verbal y no verbal,
prevalece sobre la conlTac!icción, el acuerdo sobre el conflicto". Siguiendo este para sustentar un juicio de incompatibilidad. Si.hay cambio cultural es por la vía
razonamiento, imagina a las sociedades industriales segmentadas e integradas ele un proceso largo, arduo, ele incorporación ele elementos cuyo significado pue-
por subculturas correspondientes a las clases sociales. Pese a esl:<1. mención, en su ele cambiar, toelo ello tendiente a mantener sin modificaciones los patrones cultu-
propio anáUsis no se incorpora la existencia de antagonismos, ni las relaciones de rales básicos, ordenadores."
hegemolúa/subalternidad. En sus páginas, no hay más indicios de conflictos que Los usos de la diversidad sociocultural en una spciedad profundamente
los que puedan plantearse en el pla~o personal: conflictos de ambigüedad, de desigual:
culpa por el abandono de la cultura de origen, o bien de identidad. Sin embargo, como venimos destacando, permanentemente se alude a las
Otros autores, en cambio, aún sin cuestionarse críticamente'la correlación sim- diferencias como diferenci;s culturales: postulamos que esto sucede porque hay
ple una sociedad = una cultura, y plameando imáge~es fuertes como el tímlo usos de las diferencias culturales, étnicas y sociales. Estos usos son tan antiguos
"Vivir entre dos culturas" CAndizian et al., 1983) reconocen los aspectos altamente entre nosotros como la relación entre criollos y migrantes del siglo XIX, por lo que
conflictivos en que se mu~ven los migrantes y sus niños: en las relaciones de suelen pasar desaperdbielos. Más comúnmente aparecen como la "discriminación
subalternización en el plano laboral,la relaciones de mando! subordinadón incor-
poradas en las formas lingüísticas que se les enseñan como adecuadas a su lugar
concebido como inferior, la doble sujeción de las mujeres -migrantes, etc. 12, Otros análisis de situaciones escolare!) inter o multicultllr~¡Jes en la Argentina destacan con
toda claridad que no se trata de enfrent'tltnientos "entre c..:ulruras". Por ejemplo, la investigación
Por estas cuestiones, nosotros preferimos señalar, junto con Elsie RockweIl y
llevada a cabo por E. Achilli, COn famili", toba lTIigr"das clesde el Chaco al Gr"n I{osario, así
Elena Achilli, que la presencia multicultural en las escuelas de ninguna manera como El análisjs de la segmentación escolar y sus justificaCiunes en el muncipio de Quilmcs
(escuelas céntricas VS. escuelas del "río": la concentración ele niños del "centro" en el turno
puede pensarse como un conflicto entre culturas. En todo cáso, es parte de un
mañana mientras ql1~ los "negros villeros" que asisten a las escuelas cénLricas se concentr'dn a
sordo enfrentamiento entre clases sociales, entre aquéllos que se apropian de las la tarde (Padawer, 1996, Carro, 5.,1992).

34 35
mil
11; I MARrA ROSA Nr::UFEtO - JENS AIUEI. TIII$'fEO

~¡T , El "crisol de ¡-.azas" hecho trizas: ciudadanía, exclusión y sufrimiento

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1
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positiva" que favoreció a los "rubios" y "blancos" en situaciones laborales y coti-
dianas (entre ellas, las situaciones escolares)H sus estrategias justamente el diferenciarse por lo étl1ico. Surgen asi otl·os usos de
:11, la diversidad sociocultural: las manipulaciones SUbol'dinadas -tendientes a
1. 1
¿uando hablamos de usos, hablamos de desenlaces no necesariamente pre-
. '¡-)les de comportamientos relacionales: estableeer las diferenci.as existentes efectivizar derechos (a la vivienda, a la tierra,) que funcionan más a nivel 'de la
VISI.. /
entre sujetos pertenecientes a colectivos diversos na implica, de por SI, que a supervivencia material y gwpai que de las'¡ventajas relativas entre grupos. En
partir ele esta diferencia se generen relaciones de desigualda,d entre los mIsmos. esta categoría incluimos las luchas y reiVindicaciones de los grupos indios o cam-
pesinos, intentando recuperar derechos sobre la tierm de la que fueron despoja-
apli<:ables luego, por ejemplo, al sometimíent~ laboral o pO]¡tlC~. . .,
Cuando habl~mos de usos, hablamos tambié;r de manipulaclon. Mampulaclon dos en la conquista, etc. Al igual que en el caso de las "transacciones subordina-
de ¡1larcas ét1).icas, manipulación que generalmente se asocia a fenómenos ele das" a las que se refiere E. Menéndez (1988), es muy claro su carácter de disputa
esti¡p11aLización de los otros, desde lugares de ejercido del podeL . desde lugares desfavorecidos, el hecho de que son manipulaciones que se hacen
tn Jos usos de la diversidad sociocultural en su vanante estlgmatlzante se desde un lugar do~de lo que predomina se da al nivel de paliar pérdidas antes
que adquirir el domit1io de las situaciones.
jnchJyenlas [armas silenciosas, globales y permanentes de discriminación, en s~s
manifestaciones más "naturalizadas". En la medida que éstas cuenl'an, en algun Estas cuestiones que ,abordamos aquí han sido sei'í.aladas también por
punto, con el asentimiento de los luismos discriminados, se abr. el campo a la 'c. GeertZ,14 en un texto que ~eñaJa las condiciones aduales de un mundo.
{ -como seliala él-: de sensibilidades enfrentadas en contacto ineludible:
.
II1ve· stigación de
. las relaciones de hegemonía que aquí se juegan. . Muchas, de.
·; cuestiones encuentran sus antecedentes en la his.toria argentll1a de los ultl- "... (Ias dos versiones: Horty y Lévi-$trauss) de moralidad de 'a cada Uno lo
t
es a. I'.f'
mas cien años, pero esto no debe confundirnos. La coyul1tura actual marca el e- suyo' descansan en parte sobre \lI1a misma opinión acerca de la diversidad cultu-
rencías impoltantes entre aquellos usos de la diversidad sociocultural y las mam-. ral: la de que su principal iJ11poltanciaT~~ide en presentamos ... las alternativas a
fesL;:lciones actuales: la hegemonía neoliberal, la crisis del modelo de acumula- nosotros misn:IOS como Opuestas a alternativas válidas para nosotros. Otras creen-
. , la desocup;ción y la precarización del empleo generan la politización de la cias, valores y modos de hacer son vistos corno creencias que podríamos haber
Clan, ,
tenido, vaJores a los que nos podríamos haber adherido y modos de hacer que
con¿lición étnica, que es usada y manipulada en la acción política, aSl como la
pociJíamos haber practicado, caso de haber nacido en algún otro lugar o en algún
etni:tación de la mano de obra. En la Argentina, es más visible este segundo
otro tiempo ... "
,dspe cto ,.c"on el que se vinculan las manifestaciones xenófóbas registradas en los
"... estos problemas (los que tienen que ver con 'somos-quienes-somos' y
últin10S años. .
Sin embargo, aunque anclan en los profundos cambios económico-polítiCOS ellos 'son-quienes-son') surgen no sólo en 105 lindes de nuestra Saciedad, do~de
cabria esperarlos, según este enfoque, sino, por así decirlo, en los lindes de noso-
de hlS (!ltimas décadas, los usos de la diversidad sociocultural implementados
. j'ustificar las situaciones de fragilización tros mismos. La extranjería (f01'eigness) no comienza en los márgenes de los ríos,
pala . ,y.exclusión que genera. el. sino en los de la piel ... "
neoliberalismo, esquivan la formulación económICa directa. Los usos de la clivel-
sida<J sociocultural permiten, justamente, atribuir estas situaciones a capacidades "... las cuestiones morales suscitadas por la diversidad c~ltu'ral (que están, por
(o a la falta de las mismas), o a las características étnicas o culturales (se ~iente supuesto, lejos de ser todas las cuestiones morales que existen) que, de surgiI; lo
hacían principalmente entre sociedades-las 'costumbres contral'ias a la razón y a
rechazo por un coreano por sus características hiperexotizadas, Slll objetivar el
la moral', ejemplo del1.ema del que se nutrió el imperialismo- surgen ahora cada
lugar que ocupa esta colectividad en algunos rubros económicos). '. .
vez más dentro de ellas mismas".
pero también se da el descubrimiento, por parte de grupos reconOCidos pOI
marc:as étnie<is y simultáneamente subalternizados, de la posibilidad de incluir en

13. jllliano (1992, mímco), sei1.ala el carácter contradictorio de esle IlIgar privilegiado. 14. Geenz, Los usos de la diversidad (The T:ume.n lectures ún human vaJues, vol. 7, pp. 251-
275), Paic!ós Ibérbl, J 996.

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37
MARfA ROSA NEUFEJ.D ~ JENS AIUEI. TlmTED
El "crisol de razas" hecho trizas: ciudadanía, exclusión y Dufrimiento

Prácticas y representaciones en torno de la diversidad El concepto de representación social fue retomado luego por la Psicología
y la desigualdad sociocultural Social, por Moscovici y Jodelet (Moscovici, ,1984, Jodelet, 1989), proceso durante
el cual desarrolla t}uevos alcances teóricos y abre métodos de investigación acer-
r:' Los uso~de la diversidad sociocultural, a los que nos refeIÍamos en el acápite ca de las condiciones de surgimiento de tales representaciones.
l' I
anterior, articulan prácticas '5 y representaciones acerca de otros, a quienes even- Spink (1995) destaca en estos desarrollos teóricos el aporte de Moscovic.i,

tualmente no se conoce más que por referencia. Representaciones y prácticas , quien enfatiza el lugar del sujeto, como product? y productor de la realidad
I!¡ son, en términos cotidianos, un clásico de los análisis antropolÓgicos y sociológi- social, al tiempo que destaca el poder creador de las representaciones sociales,
I cos actuales. En términos de Menéndez y Di Pardo, estos conceptos tienen una mostrando su doble faz de estructuras estructuradas y estructuras estructurantes.
"honorable y discontinua historia dentro del campo de las ciencias sociales y Las representaciones, sintetiza Spink (1995), son siempre un "conocimiento
antropológicas ... estos conceptos han sido manejados básicamente en términos práctico", siempre son una forma conlextualizada de interpretar la realidad, 'me-
SOcioculturales y referidos a conjuntos sociales.,." (Menéndez y Di Pardo, 1996). diada por categorías construidas subjetivamente (en este sentido, comprometen
En nuestro caso, nos referimos a las visiones estereotipadas, estigmatizantes o no sólo la cognición sino los afectos).
ponderativas ele los otros que circulan en multi'plicidad de ámbitos· públicos o En tanto productos históricos, son "campos socialmente estructurados en la
privados, entre ellos las escuelas, dando sentido a procederes diversos y poco interfase de contextos sociales de corto y largo alcance histórico", no son meros
reflexivos o no necesariamente conscientes de sujetos o conjuntos sociales. contenidos sino procesos: expresión de permanencias culturales y lugar" de la
Queremos detenernos un momento en la forma en que estamos utilizando la diversidad y jas contradicciones.
categoría representación social. 16 Este concepto fue propuesto por E. Durkheim, Su funcionalidad en la creación y mantenimiento de un orden social se vincula
quien se refeIÍa a las categorías de pensamiento a través de las cuales determina- con el hecho de que orientan las conductas y las comunicaciones; legitiman las
da sociedad elabora y expresa su realidad. identidades sociales, familiarizan con la novedad al tiempo que anclan lo desco-
SOL1za Minayo (1994) i'ecorre, en un amplio panorama, las distintas vertientes nocido en representaciones ya existentes; operan formando imágenes que U'ans-
de la Sociología buscando la multiplicidad de conceptos conexos (la vinculación forman las nociones abstractas en casi tangibles.
entre la base material y las ideas sostenidas ¡:lor.lds integrantes de una clase social En nuestra investigación, es posible apreciar el hecho de que las representa-
o una época en La ideología alemana de Marx, las visiones del mundo, en ciones sociales acerca de los "diferentes" son producciones que se forjan de
Weber, los desarrollos de la fenomenología de Schutz, 'respecto del sentido co- manera contradictoria, vinculadas con-prácticas tam\)ién complejas. Las represen-
mún, que aportan desde ángulos diferentes a la comprensión de lo mismo. taciones, tal como las entendemos aquí, no son una mera reproducción de una
realidad sino que están a su vez dándole entidad. Cuando .alguien tiene una
representación de uD. "bolita" (denominación peyorativa ele los bolivianos) "pro-
duce un bolita" que a su vez debe responder a esa imagen a la manera de una
15. Anteponemos prácticas a "epresentaciones como forma de remarcar, dentro de la tradición
1:0
r~larxisra, el 1,1e~ho de que sólo las represen((lciones están vinculadas a la práctica social¡ profecía autOl1'ealizada. No sólo representan sino que producen lo que esperan.
SlJ1~ la aJ1[eno,~·ldacl de la vld~ social a las representaciones. Como destacan Mel'lénd~z y Di Estas representaciones se centran en aspectos étnicos que se entrelazan con
Pald~ (996) ~as represel.lta~lones son aprendidas como un sistema que presenta aporía:'),
~onnlcto~ y ha.sta contradiCCiones, pero que constituye un sistema de expectativas lpara la otros atributos tales como categorías residenciales: villeros, habita~tes de "casas
I1lterve~)C~ón clínica] siendo en la práctica donde la representación se realiza y se modifica. tomadas"; ocupaciona¡'e.~ rales 'como contrati<;tas y mano de obn;¡ esclava y olras.
Las practlCé¡S no reproducen a las representaciones ni mecánica ni icléncicamerúe ... "
16. Seña~aI11o~ en algunas act:pciones de representación su pregnanda psícológica individual y por Cuando se trata de minorías que forman parte de nuesU'a sociedad, encontramos
ello pel'leneclente a un nivel de análisis que, si bien es preciso tener claro en su distinción, representaciones denigratorlas y/o ambivalentes que son producciones casi nun-
no es el ~~l: nos ocupa, En ese nivel, sin agotar las posibles acepciones, se distingue la
[epresentaCl~n de un objeto presente, que corresponde ti la percepción, de la reproducción ca conscientes ele los conjuntos sociales,
ele percepcIOnes pasadas , pertinente a la memoria, de la anticipación de hechos futuros A la par de estas representaciones, que sirven de base a procesos de
propue.stos, por el LISO COmún del término imaginación, y por último los que conespúnclen a
la alUCinaCIón o sea de lo nunC"d presente y vivido como actual. estigmatización, surgen formas complementarias: mientras que hay sectores que

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MARIA l{osh ~EUI'El.¡) - JENS ARIEL 'l'HISTED El "crisol de raZ<ls" hecho lrizas: ciucladaní,I J exclusión y sufrimiento

son arrojados a un polo "negativo", otros son colocados o se colocan en lugares escuela. Estas reLraducciones se expresan, fundamentalmente, en la centralidad
privilegiados. Estas representaciones funcionan, dentro elel ámbito escolar y fuera de las consideraciones acerca de capacidades ele aprendizaje (coreanos brillantes,
del mismo como polos de relaciones, que obedecen a maniobras de acercamien- bolivianos lentos ...) yen prácticas muy incorporadas al saber técnico de los
to y apartamiento. Hemos registrado durante el trabajo ele campo esta relación, maestros, A la lentitud de algunos estudiantes, a su dispersión, se la tipifica
especialmente respecto ele "niños de '''casas tomada~"", "villeros" y en algunos asociándola a características culturales, nacionales, propias de sus lugares de ori-
casos, migrantes. gen, ya partir de este diagnóstico se instrumentan prácticas pedagógicas propias
En las situaciones que hemos planteado, jas representaciones aluden a proce- de ese saber trasmitido (aunque modificlble) y en 1que se amalgaman conoci-
sos que actúan como "econom¡'~dores"del esfuerzo de comprender la comple- mientos cientificos con estas ultrageneralizaciones:
jidad y la diversidad inherentes a cada sujeto en situación. Regisu"o realizado en un segundo grado. La investigadompl-eguntapor qué un
Los planteamientos hipotéticos iniciales de nuestra investigación asignaban núio, F., está se~tado solo, en una mesita aislada espacialmente, en el centro de
importancia a las continuid;,c1es y eventuales discrepancias entre las prácticas y la clase. Todos los demás están sentados de a cuatm o cinco. La docente explica:
representaciones propias del campo escolar, y las de Jos conjuntos sociales en "E, peruano, como todos ellos, tiene mucbos problemas pam concentra1-se.
términos amplios. Esto nos llevó a explorar el discurso de la prensa, así como de (Primero, fue uhicado junto al escritorio de la maestl'a. Pero lo distraían los
la normativa legal referida a los migrantes, como algunos ámbitos cotidianos, para cbicos que iban a jJl'eguntar cosas. De
modo que se lo sentó así.,. 'para que
contrastarlos con el trabajo de campo en curso en las escuelas. pueda trabaja¡-')."17
En algunos casos, son mllY claras las continuidades entre el pensamiento co- En ocasiones, la asociación irreflexiva y peyorativa que asocia a algunos gru-
tidiano (reconstruido en la investigación a partir de conversaciones informales en pos de inmigrantes latinoamericanos' on el robo, el tráfico de drogas o la sucie-
ámbitos barriales, taxímetros, comercios, etc.), el discurso de los medios y lo que dad entra a las escuelas en materiales didácticos producidos desde la órbiLa gu-
acaece en las escuelas. El ejemplo más claro de estas coincidencias lo encontl"a- bernamental, y destinados a la población infantil. La siguiente nota recupera el
mas en la omnipresente idea de que la Argentina sufre (o sufrirá en un futuro audio de un video educativo utilizado en un "taller sobre adicciones" en una
cercano) una invasión(oránea que pondrá en peligro los ya escasos puestos de escuela prüllaria de la Ciudad de Buenos Aires (año 1994, período en que Lestelle
u"abajo. fue secretario de lucha contra la drogadicción):
Otro punto recurrente es la atención contradictoria que se brinda a las pecu- Se oye la voz de un traficante en off (para no ser identificado), que explica
liaridades de los coreanos y sus nü'los: en todos estos medios se insiste con certe- ;;:" cómo se realiza el comercio:
za absoluta, en que todos los coreanos son inteligentes (pero de mal trato, apro- - La bolivianapasa la merca desde ellwl'tey la distribuye, bah..., puede ser
vechados, egoístas ...). Al tiempo que se elogia su capacidad intelectual sobresa- boliviana ojujeña o salteña.,
liente, se arrojan dudas sobre las intenciones de los adultos: En este caso, hay una doble generalización: se dice a los niños, que los
bolivianos distribuyen droga, y por extensión, que Jos salteños o jujei'ios también
", .. los chicos coreanos son brillantes especialmente en matemáticas, pero trafican, con lo que se refuerzan ou"as representaciones también prejuiciosas que
lospadres se apmvecban de la escu.ela gratuita argentina -en especial en el " adultos y niños tienen profundamente incorporadas, como puede verse en el
"'
d
caso del Nacional Bu.enos Aires- todo para seguir luego su ruta rhigmtoria comentario de un alumno de doce afias, en el curso del m.ismo taIJer:
aEEUU. .. "

El relativo nivel de autonomía del campo escolar -con su tradición \


bomogeneizadora-, 10 convierte en un ámbito en el que las influencias coyuntu- ]7. En la siluadón de c1aBe, ha)' di.'ilinlOS tipos de prácticas, algunas ;n{ls tradicionales, otras

I rales de ..5igno etnocéntrico y xenófobo son retraducidas, en algunos casos, o


más innovaclol~as desde Jo ped<.IgÓgico, con las que los Illaestros abordan el {rah~Jjo con grupos
numerosos y heterogéneos. En la si,luación an:alizada, se privilegia hl posibilidad de bl
l' neutralizadas, en otros, por el encuadre tradicional e institucionalizado de la incorporación de conocimientos al acentu3miel1lD de la segregación grupo!.

40 41
I1 "crisol de razas" hecho trizas: ciudadanía, exclusión y sufrimiento
MARIA ROSA NEUFEtD - JENS AalEL THI5TED

T- (con tono de obviedad) Porque viven cerca de la villa.


"... si estás en la estación de Flores, cuando ves que se te acerca uno mal
lnv: (contaron que se sentían discri1r¡inadas por sus compañeros P9r ser
vestido, sudo, un negrito, tenés que escaparte."
bolivianas, cuando me decían esto lo hacían con tristeza. pensé: son cria-
( .... turas de doce años, es muy Juerte bancarse esto .. J. "Nos dicen sucias,
Este proces<;> de ptodu~ción de representaciones sucede en los múltiples
ladronas, villeras, hijas de ladrones, bolitas, buchonas. No somos queridas
ámbitos cotidianos de interrelación obligada. Uno de esos lugares es la situación
pero no tenemos vergüenza de ser bolivianas" "estamos cansadas de que
escolar. En ella confluyen los actores visibles, maestros y alumnos, personal jerár-
nos digan esas cosas... ".
quico y subordinados, también los padres. También se encuentran presentes'
pero de manera implícita las normas formales y las del interjuego social que
Vale la pena destacar que para percibir un olor se requiere cercanía. Cuando
reguhul !os comportamientos de cada uno.
se rechaza a alguien porel olor lo que está implícito es "no quiero estar cerca de
, Algunas de estas formulaciones tienen lugar dentro del aula, ~omo la aprecia-
este olor, pero lo estoy". Se trata por lo tanto de una intimidad con quien no se
cióh de ritmos y características de personalidad asignadas con anterioridad al
desea estar, con quienes no se quiere ser identificado. Se produce por artilugio
conocimiento de los sujetos paniculares. En los ámbitos más distendidos y menos
del discurso un rechazo, un distanciamiento que la proximidad física desmiente.
formalizac1Ds de la escuela, inclusive, es posible reconocer la preferencia por
Otro indicio de diferenciación suele ser el "ritmo", generah~1ente en el sentido
argentinos, en caso de tener que asignar algún bien escaso (una vacante o algún
negativo de "ser más lentos que... orros" valorados positivamente por su rapidez.
beneficio especial).
Esto puede referirse a ritmos de babIa, de traslación y/o de aprendizaje. Así, los
En las interacciones obselvadas surgen de manera recurrente algunas mani-
bolivianos son más lentos que los argentinos o los paraguayos.
festaciones de diferenciación y exclusión. Una de ellas, muy reiterativa, refiere al
Siguiendo a Castoriadis (983), la producción de un valor relacionado con el
"olor diferente", por ejemplo, el "olor a ajo" de un migrante se señala con des-
olor o el ritmo es un producto imaginario: Por 'imaginario entendemos que se ha
agrado, y esto siIve como justificación para excluirlo. Esto se vincula con el hecho
incorporado a una realidad indiferente un valor de aceptación/rechazo que no es
de que el ámbito escoJar participa de las ultrageneralizaciones que circulan en Jos
inherente' a ella. Esta adjudicación produce un efecto de aceptación/rechazo que
conjuntos sociales: entre los niños, especialmente, aparecen permanentemente
sostiene la marca disoiminatoria y que actúa con eficacia formidable. Nos hemos
est?s estereotipos apoyados en lo biológico (entremezclados con las Waltables
preguntado 'cómo y quiénes son los que pueden producir este tipo ele hechos
categorías residenciales).
que coloca a unos como víctimas inconsultas y a otros como victimarios general-
Los docentes trabajan estas cuestiones tanto cuando se producen peleas o las
mente también inconsultos.
"cargadas" entre los chicos, como en las situaciones formales de aprendizaje.
No siempre ni todos permanecen inermes. En el trabajo de campo, hemos
r gistrado prácticas con las que se hace frente a estos procesos ele estigmatización
Niñas de 6to: "El ser boliviano en esta escuela es p'ara que te carguen, te
y exclusión. En forma recurrente, las mániobras de sobreadaptaCión de Jos niños
molesten, lo bablamos con la maestra, ella le dice la los chicos pero no le
coreanos que u-atan de evitar que los diferencien de los argentinos. En conversa-
hacen caso... "
ciones tenidas 'on niños de esta nacionalidad, éstos insistían en haber abandona-
F: '¿t míme dicen negra, negr·afea ... (contraataca) Uds., son todos(eos y S.
do las preferencias alimentarias del país de origen (lo cual garantizaba a sus
tiene la cara arrugada.!"
eventuales invitados argentinos que no recibirían quién sabe qué plato a la hora
A la investigadora le llaman la atención tres chitas de sexto que no se
ele la comida), y decían contestar a sus padres en español cuanelo éstos les habla-
q¡cerca1-on en ningún momento al grupo de cbicos que conversan con ella:
ban en coreano. Incluso, fuimos testigos de la distancia que ponfan niños ya
-les pregunta si las tres chitas son compañeras de ellos.
asimilados de una compañera recién llegada (ayudarla hubiera significado mos-
A-Sí pero no se integran al gnljJo.
· I trar que hablaban coreano, y que compartían aún mucho de ese mundo p:uesto
B.-Deja/as, son unas vi/leras.
bajo sospecha).
lnv.-¿Por que decís que son villeras?

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J
;,\ MAldA ROSA NEU¡;UW - jENS ARIEL THlsTr:n
El "crisol de razas" hecho lriz~s: ciudadanía, exclusión y sufl:i.miento

,:11
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P Pero estas prácticas tienen como sustento las duras vivencias ele los primeros La producción social de la singularidad dd sufrimiento, I~ lbs gritos en los pa-
P .tios, la dificultad para que se constituya un clima en el que comenzar a trabajar,
! tiempos y los recuerdos imbonables que éstas dejan. En un diálogo sost nido con un
grupo de niñas coreanas, por una integlante del equipo, éstas se refelÍan a esa época: ciertos actos vandálicos de los chicos, de los cuales son destinatarios otr9s chicos,
las burlas, los actos destinados a excluir a algún compañero, los esfuerzos o la
11: "nos hablaban mm, como no entendíamos no podíamos contestar- impotencia de algunos maestros frente a las ;ituaciones difíciles que atr~viesan
les .... , en el colectivo nos decían que teníamos 0101~ o que émmos muy sus alumnos, la fatiga o la exasperación que van acumulando a medida que avan-
cenadas... yo tenía vergüenza, además me costaba muchísimo la gramá- za el aRo escolar, la indiferencia de otros frente a las dificultades de los coreanos
tica del castellano ... " o chinos con el aprendizaje del idioma, la discriminación como experiencia coti-
B: "Fede tenía dos aiios cuando llegó a la Al15entina. Recuerda que comen- diana: eñ esta investigación, el sufrimiento (como algo que se impone a ot.ro que
zó a apl'ender castellano con el repartidor de soda de su banio, también a su vez debe soportado) se nos planteó no s610 como experiencia de los secto-
huho un seiior que le enseñaba un poco... (Insiste una y otm vez, con tono res más desposeído'~, sino también de los maestros y los propios investigadores
e1~fático) Demas·iado sufrí, demasiado me costlj aprender/" durante su trabajo de campo ... Las notas de campo de distintas intcgrantes del
A: "En mi casa les hablo en castellano a mis papás y ellos me hablan en equipo revelan con nitidez estas situaciones de sufrimiento en la vida cotidiana y
coreano (JI ahom habla muy l'ápidamente) .. .yo estoy siempre con mis ami- singular de quienes participan tanto activa como pasivamente de las miSmas.
gas (w7Sentinas), en casa comemos lo mismo que todos: ¡-avioles, milanesas, También aparece con frecuencia el ocultamiento (no necesariamente voluntario)
milanesas con pW'é... al p¡-incipio piensan fiNe no van a poder comer en ele 10 que motiva estas situaciones.
casa, pe7'O no es así/" Adentrémonos en esta problemática: nas proponemos considerar qué enten-
lvf: "al princip¡:o) vivía aquí, en este bmrio (se tmta de la zona de Caballito demos en este contexto por suji-imiento, luego precisaremos algunas cuestiones
sU!' conocida como 'Comatown'). Luego nos mudamos a Moreno. Allá no que se producen reiteradamente en las escuelas. Entre éstas, nos preocupan
había coreanos, me trataban bien, fpem} me miraban como mono de zoo- centralmente las que tienen que ver con algunos usos de la diversidad sociocultural,
ló,¡¿ico .... también decían Oh! una coreana de ojos grandes... " llegando finalmente a las formas en que se produce en lo singular el sufrimiento
E: "...hay cosas que no me agradan, (dicen que los coreanos) no tienen ya algunas de sus consecuencias en la vida de los sujetos.
de1'ecbo de ent7'CW a la Universidad de Buenos Ai7'es.. los otros días un Vincularemos tres conceptos: sufrimiento, en tanto acto de recepción o soporte,
laxista dijo cosas muy malas, dijo que los coreanos son una mafia... hay que puede incluir algún consent:itl1Íento; dolor, en tanto sensación penosa, coq:JOral o
veces que tengo ganas de irme, que tengo ganas de decÍ1' que soy japone- anímica, y la acci6n de extrafia¡; en tanto convierte a un conocido en alguien que
sa... (mira hacia abajo, entre decepcionada y l¡'¡ste) ... mispadres se irían a dej6 de serlo, en un desterrado, vuelto extraño. 19 El análisis de una secuencia fre-
US/J, viviríamos allá... este vemno vamos a viajar... ellos quieren ver... ay, cuente en las escuelas nos permitirá aclarm mejor lo que queremos destacar:
yo no me quiero ir... "
18. Utilizamos nota.'; de campo propias y de otros integrantes del equipo de invec;tigación del
En los juicios discriminatorios a los que nos referimos, el "olor a ajo" co¡~firma Proyecto UBACYf "Los usos de la diversidad cultural. Continuidades y rupluras entre escuela
la racionalidad de la e.,'{c:!usiÓn. Sin embargo, ese mismo olor, en otro contexto, no y sociedad", en especial de Mónica Lorenzo.
19. Una breve revlsión de palabras de uso corrienle tales como sufrimiento, dolor y la
estigmatiza (por ejemplo, como parle de una comida italiana valorada). Esto nos relación enlre extranjero y extr;111o: en el diccionario (Sopena, 1973) las acepciones de
lleva a pensar que se trata de sanciones imaginarias- efectivas- productoras de sufrimiCJ'lIQ refieren a: "recibir resignadamente un dai'ío físico o momI, Soportar, agu~nlar,
consentir, satisfacer por medio de una pen;¡; oprin)ir la parte de una pieza de madera o hierro
actos a su alrededor, del tipo "si te juntás, sos igual que ella". El "acto contrario" opuesta a la que se golpea". Por olr~1 parte la palabra dolor lndidl "scnsa~~Ql1 penusa y molesta.
-no hay que discriminar por el olor a ajo!- no es más racional porque sean nues- . en algU¡)(l paltc del cuerpo, congoja, anicci6n de ánimo", Sintetizando lo
que expresa para
extranjero y extraiio "dcsternu' a país extranjero. Privar él uno del tiTilo que se tenía con él, de
tras razones. También propone un valor (no inherente al olor); la diferencia es nación familia O profesi6n, diferente a aquello que se nombra o sobrentiende. Seguido de la
que cuando se excllJye, el "otro excluido" participa sin voz ni votn. proposición 'a' se aplica a quién no tiene parte en lo que nombra tr;'lS la preposición".

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MAldA ROSA NEUFElD - JENS AnlEL TIIIsnD El "crisol de razas" hecho trizas: ciu?adanía, exclusión y sufrimiento

En sala de maestros una maestra de grado y un profesor de educación física No es fácil para los docentes lograr que estos intermediarios infantiles,
comentan las características de uno de los terceros grados, y dicen: ''se pelean iITeflexivos, asuman algún compromiso con la situación de la nueva compañera,
todo el tiempo, y además agreden a esa nena nueva. .. 'todos la agreden' ". La o el haber estado antes en situaciones idénticas o parecidas: aunque en la activi-
nena en CU&~~tión se,!!arr~a Noelia. Tiene 9 arios y hace 20 días que está en la dad de reconocimiento que plantea la docente se identifican como de piel más
.escuela. Su.s compañeros la atacanpermanentemente. Hace dos días- cuentan bien oscura, rá piclamente acuerdan en que todos ellos preferirían ser rubios; aun-
los maestms- "la agarraron en la calle, le pegaron, la pateamn, le dejaron que la maestra intenta que consensúen -oliéndose- que toclas las personas tie-
m~rcas, todo eso en la esquina de la escuela ". nen olores corporales, se empeñan en remarcar que la compañera estigmatizada
Los maestros ident~/icaron a los agresores: Lupe (una niña uruguaya casli- tiene más mal olor.
gada por sus padres, a la que sus compai'ieros le dicen ''puta ': un'a niña chile-
na, olra boliviana a la que a su vez sus compañeros atormentan diciéndole Lupe sepone en el medio del círculo a pegarse con Mauro que le decía 'Tupe
"-"bolita" y "negra ': y dos chicos más. puta".
Como los compañeros saben que la chica está sola en la.casa durante todo Inv.-¿No parecen ser todos amigos entre ustedes?
el día, la siguieron pegándole hasta que pudo entrar. Los maestros, preocupa- Nooo.-g1'ita Lupe- ele ella no, señalando a Noelia:- es sucia y tiene mal
dos, tO'maron la determinación de no dejar salir al grupo agresor hasta que olor... ¿ ves?~y la olió.
Noelia llegue a su casa. Inv.-¿Qué pensás, Noelia, de esto que te dice Lupe, te pone triste?
N-Sí, estoy triste, los chicos me pegan, me tratan mal.
La elocente: "Hice un consejo de grado, hablamos ele los orígenes, del color Lupe.-Yo no soy tu amiga porque sos una negra.
de la piel, les pregunté·cuántos había de ojos celestes y rubios en el gmdo, Inv.-¿Y quien es rubio acá?
les hice mirarse la piel, y les hice tomar conciencia que todos en;m de piel Dina (una nena chílena).-Es diferente, ella es negra y boliviana-Lupepone
oscura, me respondieron que les gustaría ser' ntbios. Les dije lo difícil que su mano alIado ele la de Noelia- mirá ves ella es negra y no... los bolivianos
seríct para ellos ir a una escu~la donde los chicos/iteran blancos o r'ubios, tienen mal 0101' en la boca.
les hice ver que les dirían lo mismo que ellos le dicen a Noelia. Dicen que La investigadora le pregunta a Dina. -¿Por. qué pensás así de los chicos
Noelia tiene mal olor, entonces hice que se olieran, pero igual dicen que ella bolivianos?
tiene más malolor. Pudieron reconocer que casi todos son de origen boli- Dina.- Yo los trato mal porque en mi casa me pegan y me elicen que a los
viano, que son negros como ella, 'igual que ella que es boliviana, todo esto bolivianos hay que tratarlos mal.
lo trabajé en círculo, quedaron callados... " Inv.-¿Quiénes tepegan?
Dina.- Mi mamá, y mi papá es malo, quiero que se muera.
Comentario de la antropóloga que hizo el registro:l11ntre los chicos del grado Inv.-¿Quién le pegó a Noelia a la salida ele la escuela?
la discriminación es permanente, por ser boliviano, por ser rubio, por ser "Fui yo (Lupe) con ella (Dina) y con él (Mauro), le pegamos pOI'que .no la
coreano, por ser eliferente... se hieren permanentemente. queremos, porque es negr'a. No se puede, yo a ella no la quiero, 'Puaj; qué
Estas situaciones no una "rareza" en la cotidianeklad de muchas escuelas. olor~l' ".
Los atacantes, pobres como la recién llegada, con padres que no pueden
hacerse cargo de lo que sucede en el camino de la escuela a la casa ... como En la discriminación y estos usos de la diversidad sociocullural se altera con
cÜa , igualmente esligmatizfldos o estigmatizables por su origen, por su coloJ~ violencia moral el cuerpo del otro. Se produce un valor que produce cloJor por
por SU. lugar ele residencia, logran, sin embargo, poner distancia. Son, segura- extrañamienlo, que por reiterado e inevitable se convierte en sufrimiento, que es
mente, negros, bolitas, villeros.. pero no son negrCls, bolitas, villeros y re.'. preciso soportar porque no se tienen recursos para desprenderse de esa situa-
cién llegados! dón, llegando no pocas veces a aceptarlo cómo propio y adecuado. Así, entre

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MARrA HOSA NWf'ELD - JEI\'S ARIa 'fIliSTEO
El "crisol ele r3Z<1'j" hedlo triz.¡:IS: ciudadanía, exclusión y su rl'üniento

iguaJes, la diferencia es la marca en un "otro" a quien se 10 desconoce en calidad


E;nfre los demás cbicos, llamaba la atención una niiia coreana, llegada
de semejante. Pero esta marca es producción sociaJ activa, ya que el que es pocos meses atrás.
rechazado lo es por la producción imaginaria del acto dé extrañamiento y no por
""es una niña alta y delgada". participa de la clase de gimnasia _ corre,
las cualidades singulares de ese sujeto.
realiza jlexl:ones, ejercicios de elongación, et<i.~ pero no babia ni le bablan. "
Proponemos que en el caso que analizamos, se produce una doble alienación
"".En la bora de 'enselianza CI1tesanal; la niña sigue sola, en su asiento.
(extl'anjerizaciÓn). Por un lado el que es pasivo es extrañado, desconocido a
No tiene los mat(n-iales que ban traído (o que comparten) los otros cbicos:
partir de alguna marca imaginaria, como "quien no tiene parte" en el conjunto
cables, pinzas pelacables, tornillos. Nadie parece interesCl1'Se por que esté
social con el que interactúa. Se espera que "reci!;>a resignadamente", que "sopor- inactiva, con las manos laxamente ubicadas sobm la mesa. "
le", como si estuviera pagando una culpa, la de ser m.igrante, pobre y silenciosa-
".. .En la clase de matemática, ba estado en silencio; nadie le babló ni la
mente desterrado. Por otra, la aJienación del activo (en este caso los compañe-
mil'ó, mouió las manos, bojeó su cuaderno, siguió con la mirada los diálo-
ros), qujenes no perciben el lugar desde donde procede el efecto imaginario de
gos. En este momento, P01' pn:mera uez desde que registro esta clase, saca
distinción estigmatiz~U1te.
una birome y trata de cOPiCl1-lo que esc/-ibió su vecina. "
En defU1itiva, se da la lucha entre los que padecen, en rriayor o menor medida, lo
Sólo en una oportunidad, cuando la maestl'a acude a un Ilam.ado de la directo-
mismo: se pone en el "otro" cercano lo que tememos padecer socialmenLc.
m, cambia el ánimo: junto con otro chico coreano y una compañera argenti-
Esta producción de dolor se realiza a partir de modelos de valoración (por
.na, buscan en su dü:;ciona/-io coreano-espCl1iolla palabra "bolón ". Luego, su
ejemplo, la equiparación holila=uillero) que se constituyen como "imagi'narios
compaliem argentina tmta de escribir la palabm coreana. Los tres se ríen.
sociales", cuestión a la que ya hicimos referencia. Estos modeladores de valores
Quien l-ealizó el mgistro consigna que la situación antes descriptafúe atípica;
concretan su act:ividad a partir de d.iversas producciones, tales como estilos de
pasCl1-on jornadas escolares completas sin que nadie le bablam, ni la mira-
tratamienlo del d{ferente en lo lingüístico; asignación de cualidades nacionales, m, ni ella se di1"igiera a nadie.
generación de pánico (nos quitan ellmba;o) etc.
Esta situación dio lugar a toda una se/'ie de conve1'Saciones con los partíci-
Est~s, a su vez, se originan en las relaciones de hegemonía/ subalternidad pes: la justificación pedagógica destacaba la necesidad de "que se ~fuerce
entre Jos conjuntos sociales. Hay una cualidad que es inherente a estos procesos, hasta que comprenda lo que se le dice... "
y que <Iparece con lada brutalidad en la nota de campo que analizamos: la violen-
Un día, tan silenciosamente como babíapasadopor la escuela, la niña dejó
cia. Pero coincidimos con P. Aulagnier (1978) que d.iferencia una "violencia pri-
de asistil'; nos explicaron que sus padres la sacaron de la escuela, aparente-
maria", en la que nos constituimos y apropiamos del entorno social que nos mente habían decidido que 1"indiera examen Ubre.
precede, de estas formas de "violencia secundaria", producto de condiciones de
opresión social.
Se suele ocultar la naturaleza o ú1dole del sufrimiento por medio de la singu-
En los ámbitos escolares, se dan a veces procesos traumáticos por los que larización y/o la patologización del que padece, en formulaciones que'
\')<'S3n niii.os recientemente llegados, en el curso de su contraclictoria inclusión. En
responsabiliza.n a la víctima, del tipo de "lo que pasa es que él/ella ~s así".
una de las escuc1as en las que trabajamos, asistimos a la "integración"20 de una
lento ...". Esto, acompañado por la indiferencia dei que "hace sufrir": de este
niña core:1na, lleg<lda pocos meses atrás, y que asistía al 7mo. grado. Dice el
macla, se puede explicar con naturalidad por qué aislar a una niña coreana que
registro etnográfico:
no habla castellano, para que ele esa manera se vea obligada a comunicarse con
sus compañeros. 2I

20. Inlcgr,lción r:raca~wda, en t31llu la situación que describimos culminó con el abandono¡ pOI"
21. Segurameqte, esta modalidad Se haya desplazado de la ensei\anza fornlBJ de idiomas,
p;:lrk de la niña, de la escuela, dacio que .sus padres decidieron que rindiera libre el examen
donde se intenta reforzar el aprendizaje por la "necesidad" de hablar 13 lengua que se está
de séptimo gnlClo. aprendiendo.

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MARrA HOSA NEUFELO - jeNs A IUEI. TJIl::rn:o El '/crisol de r'..lzas" hecho trizas: ciudadanía, exclusión y sufrimiento

Cuando llevamos la cuestión de la "producción social de la singularidad del "Es un chico que po~e en peligro su vicia permanentemente, dos veces inten-
sufrimiento" al ámbito de la escuela, nos encontramos con una serie de actores: tó tirarse de la rampa ele la escalera, otras veces se tiró por el pasamanos... "
maestros, alumnos, padres con sus múltiples inserciones sociales coinprometidos Inv: '¿Y cómo tratás uos estos temas?"
en la intera<f'E=ión del'ámbito escolar. Se involucran en acciones específicas y "su' MI: Como respuesta, recordó con dolor las situaciones discriminatorias por
fren" o "hacen sufrir" sin que una de estas posiciones excluya a la otra. Los que 'las que tuvo que pasar-por serjudía, ella dice que desde ese lugar aprendió
padecen se "extrañan, se los hace extraños por medio de decisiones, de actos: . que todo somos iguales y merecemos las mismas oportunidades...
"los saco del aula porque molestan todo el tiempo", se persigue a una niña hasta
la casa por "bolita", se estigmatiza a otra por "puta". Y cle esta manera sucede Las maestras caracterizan la escuela y el tipo de población infantil con la
que el separaclo como extraño-extranjero no puede verse a sí mismo sino como que In/bajan: Tmbajamos con una población como te dije "marginal". A eso
causa 'impensada e impensable de su rechazo y su persecución, burla, repetición hay que agregar la diversidad cultural, bolivianos, coreanos y otros JI las dife-
"cle gracia, etc. Es alienado en su condición de sujeto; se le impide su inserción, . rencias socioeconómicas, es bastanl.e complejo... Debería haber un gabinete
tratándolo con códigos que no comprende; esto sucede alm de manera paradojal, para todos los grados, no sólo para los más chicos, hay problemas de conducta
cuando como modo de inclusión desesperada termina participando de la perseo y gntesos..
cución de sus "pares" recién llegados tomando parte activa de aquello que pade· MI: 'Ves como gritan, son locos, está mal que una maestra diga esto de sus
ció antes pasivamente. Estas situaciones paradojales no dejan de producir sus alumnos pem gritan, en el comedor gritan muchísimo, gritan todo el día, gri-
efectos también en los protagonistas con aparente poder. tan mucbo, no se quedan quietos son agresivos: lo IJes? Ahí se están peleando
Como señala Deolidia Martínez (1993), "el trabajo docente se realiza en forma de nuevo".
conjunta entre el maest1'0 y el alumno.... (que) no es un objeto sino un sujeto,
también lo es el docente. Así, maestro y alumno, ambos sujetos de un mismo La experiencia de campo realizada muestra que el "sufrimiento" no involucra
proceso, tienen como objeto de irab<Ljo la enseñanza y el aprendizaje." sólo a los que son objeto de discriminación o exclusión, sino también a los inter-
Pero en la cotidianeidad de las escuelas estos alumnos y docentes abstractos mediarios, que en momentos no reflexivos llevan a cabo la actividad que discri-
se corporizan en personajes como los de esta nota de campo que evocamos: mina o 'excluye. Postulamos que ser partíCipes activos de estas situaciones inclu-
ye movimientos múltiples de signo contrario: discriminar/ no discriminar/comen-
"Tiene 6 ai'íos y 4 hermanitos de diferentes padres, la madre es vidente, si la tar con los colegas la gravedad de deternunados episodios/esforzarse por trabajar
vieras... " "haciendo como si" no hubiera un ruido infernal producto de múltiples peleas
Muchas, especialmente sus 'maestms directas, se impaCientan con él: simultáneas entre l~s chicos, llevar adelante actividades teatrales o consejos de
"a veces lo querría echm- de la escuela ya no lo soporto. '. " grado para hacer frente a los conflictos, intervenir en las peleas, etc ..
'Nos vuelve locos a todos'; "Pobre chico pe1\) pÓr momentos da ganas de Como señala Deolidia Martínez Cap. cir.) "...el maestro tiene que resolver de
matarlo... .. alguna manera los problemas causados por la desarticulación del trabajo y la
Mientra~~ otras desarmllan estmtegiaspara "salvarlo ": pedagogía con el contenido ele las materias que enseña y las .condiciones y me-
"No sabía que decirle, me sentí inútil anle tanta desprotección. " dio ambiente de la escuela. Todo esto genera en el trabajador docente una fatiga
1:' "Es un pequeño ser humano de seis años, qué va a ser de él si la escuela no especial, que lo convierte poco a poco en un ser defensivo, bloqueado, impro-
l' . lo contiene... " ductivo e insatisfecho. En España más del 70% de las licencias otorgadas se de-
Las antropólogas corzstql.cm, por lo menos, que pone a prueba a las docen- ben a problemas siquiátricos (en la Argentina el 60%). Muchas de ellas son solici-
tes y sus preocupaciones p01-1a "re~ponsabilidad civil'~· tadas cuando el maestro está ya en él límite de resistencia ... "
"Hoy tiene un día terrible, quiso sacade un ojo con un alambre a una En 1989 se realizó en Córdoba una investigación sobre la salud de los maes-
nena, la maestra no se lo banca más... " tros en la Argentina que abarcó una muestra de 422 maestros de escuela prima-

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MAnfA ROSA NEUJ~HLD - JENS ,\IUEt 'f1'lISTED El "crisol de raz~s" hec.ho tri7.as: ciucladanJ"I, exclusión y sufrirrtiento

¡ia rural o urbana. Los principales problemas que se deteclélron son pérclid" ele educación. Esta misma condición se vincula con las causas de la emigración de los
memoria, can,~ancio muscular vinculado con problemas posturales, alergias de conjuntos sociales que nos ocupan, que los· priva de los valores propios, de las
piel y afecciones de las cue¡d,\s vocales, irritabilidad y excitación, astenias, desga- pequeí'ias "posiciones" que se reconocían en los lugares de origen, o del paren-
no, in8petencia. No se toman medidas de prevención, en general (en la encues- tesco, o las habilidades locales. Esto sucede tanto en las migraciones nacionales
ta) no se reconoce el cansancio (que sí aparece en las conversaciones). Una como en las internas. ,)
s81icb frecuente, 8unque negativa, es la solicitud de pasar a "tare,lS pasivas", es Estas dificultades no se reconocen a primera vista; SlIl embargo, docentes y
decir, al área administrativ8 de la misma escuela. Pero en este caso, una vez alumnos terminan haciéndose cargo de los problemas del traslado y las conse-
lograda la recuperación, es muy difícil volver a las wreas docentes, y más aún cuencias del desarraigo.
cu;mdo el motivo (1<~1 cambio ha sido por agotamiento mental (destacado nues- Como hemos señalado en el curso de estas páginas, nos preocupamos por la
tro) ... La l~lliga residual es una forma de cansancio que provoca una cierta insen- situación de los migran tes internos y externos en nuestras escuelas, por sí mis-
sibilidad o anestesia interna, un modo de inercia o falta de reacción ante situacio- mos, pero también como a10a.lizad01' en el que aparece magnificado el trata-
nes en las que hay que responder defendiéndose," miento que, en el actual contexto neoliberal, se extiende a sectores sociales más
Planteadas reflexivamente, las cuestiones a las que nos referimos llegan e amplios. Las escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, contienen una hete-
involucran fuertemenLe a los integrantes del equipo. Presenciar determinadas rogeneidad de sujetos de los sectores subalternos, y los episodios que relat8mos
situ,¡ciones en la vida escolar, como las que hemos referido, han llevado a pre- hablan de diferencias entre pobres y todavía más pobres, tanto como del peso ele
guntarse críticamente por los límites de la no intervención, o a la decisión de justificaciones xenófobas ampliamente distribuidas eJ1n~estra sociedad y del uso
darla por concluida. Estos momentos de compromiso personal son, sin embargo, de características étnicas o melales en su cotidianeidad.
los que permiten muchas veces introducirse en ciertas problem{¡ticas elusivas Los trabajos históricos que hemos mencion;do nos permiten apreciar que
En síntesis, lo que tratamos de cuestionar es algo así como 18 fascinación de la este Lipa de situac'iones no son nuevas. Sin embargo, hay distintos hechos que
evidencia directa: la falta de estimulación, de ,ltención o los ritmos distintos 8pa- hemos trat~l(lo de sintetizar que atestiguan los cambios habidos, y la vimlencia e1el
recen como productos de la diversidad cultural y jusUfiCalYel mucho o' poco impacto de estos años ele hegemonía neoliberal. El conocimienlo de los moelos
aprovechamiento de la enseñanza impartida, Los ritmos de aprendizaje se justifi- en que se produce la exclusión o discriminación permit:e, quizás, sólo asomarse a
can, para. bien o para mal, por la procedencia nacional o étnica. Los olores pernu- indicios acerca de cómo se producen. Explicitar cJáles son estos indicios implica-
ten fllnd,llnentar el rechazo () aceptación del otro. Esto está ahí, es lo que apare- ría que el conjunto de las ciencias soci,des no sean cómplices de los fenómenos
ce, pero no el por qué está ahí. ele exclusión.
Que IBya bolivianos a quienes se llama "bolitas", y paraguayos a quienes se
les dice "paraguas", mient.ras que a otros se los llama por su nombre, no depende
del color, ni del fenotipo, menos <le su nacionalidad, sino de los lugares de pres-
ligio o desprestigio social en que se mueven.
Lo que está a la vista en un 'lul~ es la,consecuencia de políticas económicas y
educativ<ls no explícitas, que expanden la fragilización de los laws familiares,
acentú,ll1 1<1 profundidad de la segmentación. educativa, aumentan las diferencias
socioeconómicas entre se'clores hegemónicos y subalternos, y naturalizan luego
las siluaciones planteadas, devolviendo la responsabilidad de las mismas a las
víctimas.
La vida social se car<rcteriza por la dificultad inherente a percibir ciertas situa-
ciones en su globalidad. 1"'1 pobrez,¡ condiciona principalmente el acceso a la

52 53
, ;

El "crisol ele razas" hecho trizas: ciudadanía¡ exdtl~ión y sufrimiemo

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.. li~. en C¡e~lldas de la ~dllc~d6n, lnvesUg;;lclora del Area de Antropología)' EducacIón. Instituto de
Ant,apalagla. F:ac. ele f'/asarla y Letras. UDA. .
.... Lic. en Ci~ndas de la Educadón. lnve.<;lig<lclora del Area ele Antropología y Educa<;'¡(¡n, lnstituto de
Antropo[agla. Fac de Fjlo.sufí~l y Letras. UBA. '

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