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Desde el inicio del descubrimiento dio comienzo en España una seria discusión
sobre la naturaleza de los indios; sobre la posibilidad de esclavizarlos o la imposibilidad
moral de hacerlo, y en 1494, a instancias de la reina Isabel, una junta de teólogos y
juristas determinó que los indios no podían ser sometidos a esclavitud.
Mientras tanto, la Conquista seguía su curso y llegaron los enfrentamientos con
los taínos provocados por el rapto que de sus mujeres se estaba llevando a cabo. Como
consecuencia de esos enfrentamientos comenzó el apresamiento de indios y su
reducción a esclavitud, momento en que Colón, convencido de su derecho, que era
abonado por los sacerdotes que apoyaban la medida al no ser bautizados los indios,
comenzó a remitir a la península remesas de esclavos.
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extralimitase y se dedicase a buscar indios esclavizables entre las tribus de
antropófagos, de lo cual nos da razón Fernández de Oviedo en su Historia General. En
la misma señala:
Y desque vimos los soldados que aquello que nos pedía el Diego Velázquez no
era justo, le respondimos que lo que decía no lo manda Dios ni el rey, que
hiciésemos a los libres esclavos. Y desque supo nuestro intento, dijo que era
mejor que no el suyo, en ir a descubrir tierras nuevas, que no lo que él decía, y
entonces nos ayudó con cosas para el armada. (Díaz: 25)
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y en la tierra firme de la mar Océana [un modo bastante extraño de expresarlo]
llegue a ser cristiano y se convierta a nuestra fe católica, hemos enviado una
carta estipulando que ningún miembro de nuestra administración se atreva a
hacer prisionero a ningún indio que habite en esos territorios, ni a traerlo a
nuestros reinos ni a ningunos otros». (Thomas, el imperio español)
Otrosy hordenamos y mandamos que cada vno que touiere cinquenta yndios o
dende arryba encomendados sean obligados de haser mostrar vn muchacho el
que mas avile dellos le pareciere a leher y a escriuir (Leyes de Burgos)
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Los motivos para esclavizar tenían su justificación para algunos; así, Pedro
Mártir de Anglería, en una carta de 1525 al arzobispo de Cosenza, refiere:
El derecho natural y el canónico mandan que todo el linaje humano sea libre;
mas el derecho romano admite una distinción, y el uso contrario ha quedado
establecido. Una larga experiencia, en efecto, ha demostrado la necesidad de
que sean esclavos, y no libres, aquellos que por naturaleza son propensos a
vicios abominables y que faltos de guías y tutores vuelven a sus errores
impúdicos. Hemos llamado a nuestro Consejo de Indias a los bicolores frailes
Dominicos y a los descalzos Franciscanos, que han residido largo tiempo en
aquellos países, y les hemos preguntado su madura opinión sobre este
extremo. Todos, de acuerdo, convinieron en que no había nada más peligroso
que dejarlos en libertad. (Iraburu 2003: 175)
Pero la Corona no participaba de esas ideas. No podía ser que una cuestión como
la tratada, que venía siendo discutida desde hacía tiempo y que parecía estar clara para
su aplicación en la península, tuviese que aplicarse de forma contraria en los nuevos
territorios.
Y los motivos de alarma no cesaban de llegar a la corte por informes procedentes
de los funcionarios reales. Así, el contador de la Nueva España, Rodrigo de Albornoz,
denunciaba en 1525 la costumbre de hacer esclavos… y estos eran sometidos a
esclavitud, no por incursiones como las señaladas por Fernández de Oviedo, sino por
romper las alianzas o promover guerras.
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en tiempo, y ocasión de paz o guerra, aunque justa y mandada hacer por Nos o
por quién nuestro poder hubiere, sea osado de cautivar indios naturales de de
nuestras Indias, islas y Tierra Firme del Mar Océano, descubiertas ni por
descubrir, ni tenerlos por esclavos, aunque sean de las islas y tierras que por
Nos o quien nuestro poder para ello haya tenido, y tenga, esté declarado que se
les pueda hacer justamente guerra, o los matar, prender o cautivar.
(Recopilación Tomo II: Libro VI, Título II, Ley I)
Era una iniciativa que venía en apoyo de la actuación marcada por la Reina
Isabel.
Vaivenes en la actuación que fueron esporádicos y de breve duración; vaivenes
que acabaron consolidando la idea de la Corona, que no dudó en aplicar las leyes. El
primero fue el mismo Cristóbal Colón, y en 1539 pasaría su juicio de residencia Hernán
Cortés, que también esclavizó y marcó con hierro a aquellos que le plantearon guerra y
fueron vencidos. De esclavitud de indios fue acusado.
Pero difícilmente puede acusarse a Hernán Cortés de promover el esclavismo
cuando a la hora de su liberación los esclavos que tenía eran todos de edad avanzada, de
donde se deduce que habían sido hechos por acciones de guerra en el primer periodo de
la conquista de México y no con posterioridad.
Este juicio es refrendado por Bernal Díaz del Castillo, quién afirma de Cortés:
había hecho esclavos en los pueblos que habían muerto españoles, y se habían
quitado de la obidiencia que habían dado a nuestro rey y señor. (Díaz: 775)
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En su largo discurso, Bernal Díaz dice más cosas en las que señala la corrupción
que se instauró en el Virreinato durante el tiempo que estuvo ausente Hernán Cortés:
De aquí adelante por ninguna causa de guerra ni otra alguna, aunque sea so
título de rebelión, ni por rescate ni de otra manera, no se pueda hacer esclavo a
indio alguno, y queremos que sean tratados como vasallos nuestros de la
corona de Castilla, pues lo son" (Leyes Nuevas)
Por estas actuaciones y vaivenes queda manifiesto el calor de las discusiones que
la naturaleza y los derechos de los indios provocaba en la Corona y en todos los
ámbitos, todo lo cual acabaría dando lugar en 1550 a la Controversia de Valladolid, la
gran disputa académica que tuvo lugar entre Las Casas y Ginés de Sepúlveda. Cierto
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que la Controversia acabó sin resolución, pero la discusión sirvió para reafirmar la
voluntad antiesclavista.
En ese orden, el once de agosto de 1553 ordena Carlos I
Y esa política se lleva a todos los puntos del Imperio. Ya no hay salvedades. Ya
no se permite poner como excusa la guerra o el canibalismo, como había venido siendo
costumbre.
Así, cuando Legazpi conquistó Filipinas el año 1566, ya el rajá Tupas había
masacrado una expedición española en una cena trampa. Una vez vencido Tupas,
Legazpi le ofreció la paz. Y es que, cuando salió de México para hacerse cargo de
Filipinas había dado una consigna a la tripulación: “guerra sin cuartel a los piratas y
ladrones; respeto absoluto a los nativos”. En cuanto a la mortandad de los filipinos, fue
muy inferior a la que existió entre los indígenas americanos, y según quién entiende en
el asunto eso pudo deberse a que los filipinos habían vivido en un ecosistema abierto y
por ello estaban inmunizados contra numerosos virus.
Pero como no hay regla sin excepción, sí estaba permitido someter a esclavitud a
los mahometanos; así, el 4 de Julio de 1570, Felipe II ordenaba esclavizar a aquellos
que fuesen hechos prisioneros en actos de guerra.
Pero esa ley no iba dirigida contra todos, ya que en la misma orden se indica
que “los que fueren indios y hubieren recibido la secta no los harán esclavos”.
Esa orden era posterior a otra similar dictada el 25 de enero de 1569 por la que
se permitía esclavizar a los indios caribes “que fueren a hacer la guerra a las islas”
(recopilació, Tomo II Libro VI, Título II, Ley XIII)
Por otra parte, es necesario señalar que los culpables del esclavismo que llegó a
producirse a pesar de los esfuerzos de la Corona, no eran sólo los esclavistas, sino los
propios indios, que como señala Hugh Thomas, llegaban a dar a sus hijas como esclavas
sólo por hacerse con una pequeña hacha o un cuchillo.
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Y los mismos caciques daban á los españoles algunos indios que entre ellos
tienen por esclavos, y se sirven dellos, que los han avido en la guerra, la qual
nunca falta entre los indios unos con otros; y al ques esclavo llámanle paco, y
cada cacique tiene sus esclavos herrados con su señal diferengiada en el braço
ó en la cara, y algunos tienen por señal sacarle al esclavo un diente de los
delanteros de la boca. (Oviedo II: 8)
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No procedería explicarles por qué en la Península se había acabado con las
encomiendas en los mismos momentos que se estaban implantando en América. Eso se
estudiaría medio milenio después, pero sí se les darían las armas necesarias para llegar a
comprenderlo cuando llegasen a planteárselo. Los medios utilizados, la doctrina
cristiana y la enseñanza de la lectura y de la escritura. Ello les permitiría tener acceso a
la comprensión de las leyes que para ellos y su protección estaban elaborando los
mejores juristas españoles. No era una labor pequeña…
Lo que la Corona se planteaba era que los indios se acostumbrasen a protestar
contra la esclavitud y que aprendiesen que tenían derecho a iniciar acciones legales
contra los esclavistas.
Errores y excesos, como resultado de toda obra humana, existieron, pero su
existencia no puede entenderse como la generalidad de la actuación, sino como obra de
particulares que se saltaban las leyes... del mismo modo que hoy hay quién se las salta.
La diferencia entre un momento y otro es que las leyes laborales promulgadas en el
siglo XVI comparativamente presentan unas ventajas que ya quisieran tenerlas los
trabajadores en el siglo XXI… Y también podemos observar la diferencia en los medios
de control que representaron los visitadores.
Pero ya nada importa que hasta ellos reconozcan lo que hay, porque como hoy,
en la Hispanidad no se lee, hasta se pueden permitir el lujo de reconocer la verdad. Así,
Pierre Chaunu, historiador de hoy, fuera de toda duda por ser calvinista, escribió:
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caso de España por defender la unidad de la fe católica que entonces era
confesional, y en el caso de los países conquistados, por el culto a sus dioses
con el ofrecimiento de cruentos sacrificios de jóvenes cebados que
descuartizaban para así ofrecerlos a sus ídolos religiosos. (Powell 2008: 266)
No fue sólo, así, lo legislado por la reina Isabel, muerta en olor de santidad y no
beatificada por los intereses políticos de los enemigos de España, sino la práctica
totalidad de la política llevada a cabo con posterioridad a ella, la que vigiló el buen
gobierno y el buen trato de las personas en concreto en América.
BIBLIOGRAFÍA
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Díaz del Castillo, Bernal. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. En
Internet http://www.saavedrafajardo.org/Archivos/diazhistoria.pdf Visita 25-7-2018
Monje Santillana, Juan Cruz. LAS LEYES DE BURGOS DE 1512, PRECEDENTE DEL DERECHO
INTERNACIONAL Y DEL RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS.
http://dspace.ubu.es:8080/trabajosacademicos/bitstream/10259.1/85/1/Monje_Santillana.pdf
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