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Igual que ustedes, estoy molesto, enojado y muy dolido por conocer
informaciones tan aterradoras sobre la pésima gestión pública y privada
ocurrida en nuestro hermoso país. Parece una narración de terror saber que
fuimos gobernados por personas de muy baja calidad moral y ética así como
de las sucias maniobras de los principales empresarios que integran grupos
económicos dominantes. La triste y negra historia gubernamental y
empresarial ocurrida en los últimos 30 años y revelados recientemente en
libros, informes, videos y comentarios periodísticos, nos dicen que nuestra
nación estuvo en manos y mentes inapropiadas.
Y como muchos peruanos y peruanas siento asco y vergüenza por conocer
hechos de corrupción, traición, robo y mentiras, que no se conocían porque
habían actuado a espaldas de la nación. Fueron presidentes y autoridades
elegidas con el voto popular y también gerentes y expertos en gestión
privada quienes por ambición y codicia han dejado un país en ruina moral
con ira contenida entre otros ciudadanos honestos que viven y trabajan en
esta tierra bendita.
Nadie hubiera imaginado que los sucesivos gobiernos de turno, personas con
cargos públicos, empresarios, profesionales con estudios universitarios,
tuvieran conductas aberrantes y decisiones impropias copadas de: mentiras,
traiciones, corrupción, ocultismo y entreguismo. Estos innombrables
personajes han convertido sus gobiernos y las políticas públicas en una gran
oportunidad para tramar delitos junto a grupos de mafiosos, y así pudieron
sacar provecho económico personal y familiar, perdiendo toda consideración
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y respeto a los 32 millones de habitantes que pueblan este grandioso país,
llamado Perú.
Los sumisos peruanos casi como “borregos inconscientes” cada cinco años
acudimos a las urnas para elegir al gobernante equivocado, porque no
tomamos conciencia ni tenemos cultura política en los cerebros y luego nos
lamentamos de los errores y fracasos. Todo ello ocurre por negligencia de
cada uno, y también por factores exógenos como la fragilidad de los
partidos, la presión publicitaria avasalladora de los medios que a su vez son
apéndices y voceros de las campañas y los intereses ocultos que hay en
juego. Así, cada quinquenio de gobierno se convierte en un botín para el
aprovechamiento ilícito, por ejemplo las entregas de concesiones y
contratos para la ejecución de obras públicas condicionado a sobornos.
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Esta actitud traidora y de sujeción, no sólo irrita y exaspera todo
entendimiento, también es un atentado anti humano, de clara traición a la
patria, por lo mismo un delito grave. No es una broma o un cuento de
fantasía pues ocurrió frente a los ojos de millones de personas. Sin embargo,
siendo algo perverso y ruin nunca fue ni es juzgado o castigado porque reina
la impunidad y la prescripción.
La fatalidad que cayó y dañó a la patria, generando parálisis y crisis en la
sociedad al parecer nos hizo incapaces de revertirla o encontrar
alternativas o a las personas idóneas. Sin duda debemos superar esta etapa
negra, y borrar las heridas dolorosas causadas por serviles y mafiosos.
Debemos desmontar la organización y eliminar la estructura jurídica perversa
compuesta por leyes, decretos, adendas y patrañas usadas para delinquir.
Estos grupos de antipatriotas, muchos de ellos inmigrantes, aún herederos de
un colonialismo moderno destructor, que igual que el pasado, siguen
cometiendo latrocinio y atrocidades. Está generación de individuos sucios
están aquí para destruir y agudizar la miseria e inventar conflictos so pretexto
imponer una economía de libre mercado dentro un sistema atroz de
dependencia.
Nos jactamos de vivir en una república independiente y democrática desde el
año 1821, y en 200 años sólo hemos creado un monstruo gigante con 13
millones de cabezas como es la caótica ciudad capital Lima, (cuna de los
malos gobiernos y empresarios), mientras las provincias del interior
languidecen en un campo de olvido y de frustraciones. Nuestra democracia
es muy débil, sectaria, corrupta con instituciones, partidos, empresas y
personas contaminadas por el mal y el daño.
Además es una democracia impropia, modelada con patrones impuestas
desde el exterior y atada a los intereses de las grandes potencias y sus
organismos internacionales que a su vez son entes usados por los poderes
fácticos de la economía, el armamentismo y los medios de información, y
todos ellos creados para sembrar pánico, ignorancia, temores, manipular
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conciencias, además imponer una doctrina jurídica sobrecargada de leyes
que favorecen el delito.
Esta maldición nacional que ha caído sobre mi país significó perdidas y
retraso en sus aspiraciones como el “anhelado desarrollo”, pues los efectos
negativos están a la vista y según las estadísticas e informes que se conocen
hay datos aterradores en todas las áreas, por ejemplo: en economía 40 mil
millones de dólares en pérdidas por corrupción y fuga de capitales; en salud
con hospitales en la ruina; en educación con una pésima calidad formativa;
en ciencias y tecnología inversión cero; en ética y moral pérdida de valores
humanos y civiles; en administración de justicia plagado de fiscales y jueces
ineptos; en bienestar humano con desnutrición y anemia infantil; en vialidad
e infraestructura pésimo estado y con pueblos sin carreteras ni centros
laborales. A esto se añaden otros males sociales como la depresión colectiva.
Un país, con inmensos recursos naturales, con una herencia cultura ancestral
asombrosa, y también con poblaciones nativas modestas y sanas, no es
posible que tenga una dirección equivocada e inhumana. Es realmente cruel
e incomprensible ver una involución tan sucia, que pocos entienden y
explican. Unos dicen que aquí perviven los vicios de la herencia colonialista
del fácil saqueo y sometimiento, un rezago genético que ha quedado en el
cerebro destructor de una casta de invasores e inmigrantes que siguen
apoderándose de los recursos estatales y naturales con sobornos y dádivas.
En lo personal, el año 1990 tomé la decisión de ser protagonista de un estilo
de vida atípico, me asigné un código personal, que contendía tres reglas
fundamentales basadas en una trilogía de valores: simplicidad, autenticidad y
resiliencia (temática sobre el cual he escrito varios documentos) y con este
instrumento entre mi mente y manos cumplí una misión cultural solidaria
denominada “voluntariado artístico”, todo bajo cuenta, riesgo y amor propio.
Esta hermosa experiencia me hizo descubrir y realizar varios roles como: el
de analista y pensador; de servidor no asalariado; de ser solidario; de optar
por una vida con austeridad; de vivir la libertad plena; de cultivar un
pensamiento sensato y equilibrado, además de enfrentar la existencia con
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optimismo y realismo. Además pude hacer algo extraordinario como es crear
y elaborar un arte plástico compuesto de 1,200 obras, asimismo escribir más
de 120 textos de reflexión y enseñanza que los dejaré para la posteridad.
Con esta credencial personal de actuación limpia, modesta, solidaria y
analítica de mi país, puedo libremente expresar mis opiniones, mis tristezas,
mis sueños y pregonar en voz alta lo que no está bien o es negativo. Hay
muchas cosas que se dejaron de hacer y también otras que se pueden y
deben hacer de cara al presente y futuro, y sólo así podremos superar y
corregir paso a paso los errores, las falencias, las debilidades y las barreras
que frenan el progreso. Es urgente emprender el camino de un verdadero
avance humano y humanista con audacia, sabiduría, justicia e equidad en
todas las áreas.
Si yo fuera presidente de esta gran nación, gobernaría como un auténtico
peruano, con limpieza y sabiduría en mis actos, usando la pedagogía del
buen ejemplo y con la doctrina del bienestar para todos. Pondría en mis
decisiones primero el amor a la patria, a su integridad, a su herencia
ancestral, a la laboriosidad de sus habitantes y al valor de la cultura cívica y
moral.
Formaría el mejor equipo de profesionales amantes del desarrollo nacional
honesto y limpio y con ellos refundar las instituciones claves de la estructura
gubernamental para así garantizar el manejo de la hacienda pública, y que
ellas se hagan con escrupuloso cuidado y control en las inversiones y los
gastos. El presupuesto producto del dinero de los contribuyentes sería usado
para cubrir las demandas y los servicios sociales como salud, educación,
cultura, vías de comunicación, prevención, promoción de la ciencia y la
tecnología, el turismo y el medio ambiente.
Haría que todos los peruanos y peruanas crean en las correcciones y en la
honestidad, en la verdad y en el saber, en el orden y la armonía, además sean
partícipes directos de los beneficios del estado, todos deben sentir que sus
derechos y deberes sean garantizados, y haría todo esfuerzo por disminuir
las vallas burocráticas en los trámites y gestiones, y en lo máximo impulsaría
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el uso de los medios tecnológicos disponibles y el cumplimiento real de las
leyes y normas para alcanzar una convivencia pacífica y sana.
La más grande misión nacional que tendría entre mis planes de corto,
mediano y largo plazo sería la promoción de la industria del turismo y la
agricultura saludable. Esto sería la mejor alternativa a la excesiva extracción y
comercialización de recursos naturales como la minería grande y pequeña
que a su vez genera contaminación irreversible de las aguas, las tierras y el
aire. Todos unidos deberíamos construir la infraestructura cultural, artística y
turística más importante de Latinoamérica.
En el campo de la autoeducación civil crearía un sistema de estímulos para
las familias que conviertan sus hogares en escuelas poderosas de formación
básica. Facilitaría el acceso masivo de más usuarios al Internet cultural y
formativo. Apoyaría totalmente a las mentes brillantes desde la temprana
edad, creando estrategias y fondos de atención a la inteligencia creativa y
productiva.
En el campo productivo, formaría redes de creatividad y productividad
empresarial e industrial orientadas a la producción en gran escala de
productos agrícolas saludables en las tres regiones del país. Además mi
gobierno impulsaría las oportunidades y las condiciones ocupacionales con
beneficios laborales y sociales justos y oportunos.
Haría todos los esfuerzos posibles para orientar la construcción de carreteras,
puertos, aeropuertos y rutas de acceso para la totalidad de pueblos y
comunidades nativas. Para que ellos faciliten el ingreso y salida de productos
comerciales. El crecimiento económico del Perú estaría basado en la
productividad y los servicios.
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Convocaría a los propietarios de universidades y los medios de comunicación
a mejorar sus estrategias de gestión académica, cultural y producción de
contenidos. Y sería correcto disminuir la emisión de programas que denigren
a los seres humanos, la apología de la delincuencia o la manipulación
subliminal.
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dejaría de impulsar una política de estado por la salud intelectual de chicos y
grandes.
La campaña denominado “No más daños al país que amamos”, sería apoyado
por la totalidad de la población. Es tiempo de la unidad y la concordia
nacional. El secreto de la armonía social está en un buen gobierno.
Hay miles de peruanos que tienen una conducta intachables y hojas de vida
impecables, ellos debería ser los primeros invitados a desempeñar una
pedagogía de sanación y moderación de los temperamentos alterados y
ofuscados, y también promover el desarrollo de ideas y acciones
humanitarias.
Creo en una segunda independencia del Perú, que proclame el nuevo rumbo
de la prosperidad para todos, sin excepciones. Somos una patria bendecida
por los poderes divinos, tenemos todos los medios para ser una nación líder
en América Latina. Aprovechar los recursos naturales en beneficio de la
patria, multiplicar la inversión, los conocimientos, los esfuerzos y el trabajo
honesto para conquistar el bienestar personal y familiar, sería la meta
definitiva.
La segunda independencia tiene que tener “efecto moral” y ser dirigida por
los mejores hombres y mujeres de la nación,.. “los verdaderos líderes son
aquellos que van detrás y no delante de uno”. Poner fin al terror, guerras y
pugnas, nunca más saqueos ni robos, nunca más discriminación ni maltratos,
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tampoco odios ni revanchas, no más inseguridad, miedos ni traiciones.
Debemos disminuir drásticamente los problemas sociales, económicos y
culturales, sembrando en cada hogar propósitos honestos y justos.
De todos modos hay que dejar atrás los vicios y las taras, los hábitos
deprimentes y superar creencias ajenas como a los que nos engañaron con
promesas falsas, igualmente a los que consideran al género humano como
esclavos y también a aquellos religiosos que usaron a Dios y su sagrada
palabra para reforzar miedos, abusar a menores o para enriquecerse
económicamente.
Ojalá, más personas pudieran expresar sus ideas, divulgar sus acciones o
temas de interés formativo a través de los medios electrónicos, así también
seremos contribuidores de la sanación y la limpieza mental. Ayudamos a
desechar aquellos contenidos malévolos y frívolos que denigran la dignidad
humana. Muchas gracias. RCHV.
https://reynaldocharresvargas.blogspot.com
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charres.rey@gmail.com
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