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Los inmigrantes; enemigos de la modernidad.

Alba Nájera Stefanía Giovanna

21 de septiembre 2018

Curso “Introducción a los Derechos Humanos”

Comisión

Tutor a cargo: Fátima Perez


El presente trabajo apunta a responder en definitiva a los cuestionamientos
planteados en base a la problemática a abordar. Podemos claramente identificar la
existencia de un problema; el racismo. Los elementos que componen esta
problemática tienen que ver en definitiva con la discriminación, la xenofobia, la
criminalización de diferentes grupos de personas migrantes. Es decir, la
problemática afecta a todos ellos, aunque pongamos la atención particularmente
en la comunidad senegalesa.

Es una problemática cada vez mayor debido al fluyo migratorio creciente; y sus
consecuencias son variadas: desde la confiscación de la mercadería por parte de
la autoridad, hasta la detención o golpizas a este grupo de personas.

La información acerca del problema es escaza porque podría denominarse como


una comunidad naciente que cuenta con pocas herramientas incluso jurídicas para
su defensa. Aquí radica quizás el mayor problema, sumado a la falta de
documentación de los y las senegaleses/as que ingresan a nuestro territorio de
manera ilegal; no por elección propia por supuesto. Lógicamente su ingreso es
ilegal porque no cumplirían con los requisitos exigidos por la Nación para el
ingreso y permanencia; en definitiva, como se desarrollará en el presente trabajo,
más allá de no considerárselos como refugiados arriban a la Argentina en
condiciones de pobreza y extrema necesidad.

¿Quiénes son ellos?

Senegal es un país democrático del Oeste de África. Tiene 14 millones de


habitantes. El 56 % de su población es pobre. La mayoría habla wólof y francés.
Se estima que 3 millones han emigrado a otros países, y aproximadamente 6000
residen en la Argentina. La mayoría de ellos se dedica a la venta ambulante.
Joyas de fantasía, lentes de sol, cinturones de cuerina y hasta pantuflas son
algunos de los productos que, luego de obtenerlos de vendedores mayoristas, se
lanzan a vender en las calles de las ciudades.
Es considerable destacar que la mayoría de los senegaleses ingresan de manera
ilegal, cruzando la llamada “triple frontera”. Generalmente son hombres que
provienen en soledad. En su mayoría, indocumentados, o con documentos que no
son válidos para nuestra República. No es un dato menor considerar que nuestro
país no cuenta con embajada senegalesa, lo que dificulta muchísimo la
regularidad de estas personas.

¿Inmigrantes o refugiados?

El concepto de inmigrante es definido como aquella persona que llega a un país o


región diferente de su lugar de origen para establecerse en él temporal o
definitivamente.

Los refugiados, por otro lado, coincide en el hecho de que la persona se encuentra
fuera de su país pero debido a temores de ser perseguidos por motivos de raza,
religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones
políticas, y no quiere o no puede acogerse a la protección de su país. Si una
persona que migra quiere ser reconocido/a como refugiado/a debe solicitar el
reconocimiento del estatuto de refugiado en argentina. Es la CONARE ( Comisión
Nacional para los Refugiados ) es la encargada de no solo determinar el estatuto
antes mencionado sino de todos los aspectos vinculados a la protección de los
derechos y la búsqueda de opciones para la asistencia e integración local.

Claramente la situación de refugiado es más abarcativa de derechos que la sola


condición de inmigrante. De hecho, muchos y muchas senegaleses/as se
encuentran tramitando la condición de refugiados que puede o no darse,
dependiendo el caso concreto.

¿Cuál es la legislación vigente que los protege en nuestra región?

La ley 25871, conocida como Ley de Migraciones, fue sancionada el 17 de


diciembre de 2003. Vale aclarar, frente a cualquier tipo de sorpresa, que la primer
ley sobre temáticas migratorias fue la Ley de Avellaneda N° 817 sancionada el 6
de octubre de 1876, cuyo objetivo prioritario fue poblar y aprovechar las grandes
extensiones de tierra que poseía nuestro país.

Volviendo a la actualidad, la ley vigente establece ciertas pautas como ser los
derechos que le asisten a los migrantes, vale mencionar el derecho a la salud, la
asistencia social o atención sanitaria. Aclara que pese a no ser regular su
condición de migrante pueden incluso acceder a establecimientos educativos, en
los cuales se los deberá orientar a que puedan formalizar su situación migratoria.
Tendrán derecho a recibir información acerca de sus derechos y obligaciones; a
las formas que tienen de acceder a regularizar su situación en caso de hallarse
irregular.

Se favorecerán las medidas de integración, por ejemplo brindando cursos de


idioma castellano.

Así como se enuncian variados derechos también se mencionan las obligaciones


que deberán cumplir como ser las obligaciones enunciadas en la Constitución
Nacional, los Tratados Internacionales adheridos y las leyes vigentes.

Respecto a la documentación podrán obtener el DNI los residentes permanentes o


temporarios, no así los residentes transitorios transitorios que son por ejemplo los
turistas.

Este año, los Estados miembros de la ONU han logrado el primer acuerdo global
para ayudar a proteger los beneficios de la migración y proteger a los inmigrantes
indocumentados. Es un compromiso a aumentar las vías para la migración regular,
a mejorar la protección de los migrantes y a garantizarles servicios básicos. Hay
que tener presente que la inmigración conlleva a grandes problemáticas como la
trata y el tráfico de personas.

La sociedad frente a los migrantes…

Aquí la cuestión deja de ser legal para pasar a tener un enfoque histórico,
sociológico, criminológico y porque no antropológico también. No podemos
desconocer el alto nivel de racismo que atraviesan nuestras sociedades
contemporáneas. El miedo al otro, al nuevo, al ajeno, al diferente es algo palpable
a diario. Los medios de comunicación muchas veces son generadores de
discursos que se enlazan en el cotidiano social y hacen que las personas sientan
cierta inseguridad frente a estas personas que presentan costumbres y rasgos
físicos diferentes a los propios. La figura del chivo expiatorio engloba tanto a las
clases marginadas como así también a los grupos vulnerables, y dentro de estos
últimos se ubican las personas que han ingresado a un territorio en busca de
mejores condiciones de vida, que incluso muchas veces, dejando a sus familias
enteras, siguen sosteniéndolas económicamente.

En definitiva todo puede ser traducido en prácticas discriminatorias; la Convención


Internacional para la Eliminación de todas las formas de Discriminación Racial de
las Naciones Unidas vigente desde 1969 define a la discriminación racial como
cualquier distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en raza, color,
descendencia u origen nacional o étnica que tenga el propósito o el efecto de
anular o perjudicar el reconocimiento, goce o ejercicio en pie de igualdad de los
derechos humanos y de las libertades fundamentales. Debe de considerarse que
la discriminación, a diferencia de los prejuicios, son el efecto de convicciones
personales en la esfera pública. No sólo se trata de acciones discriminatorias, sino
que el no hacer, el ignorar, o el negar derechos también constituyen actos de
discriminación. Un dato no menor es que entre nosotros mismos ejercemos
discriminación; por ejemplo hacia los pueblos originarios que forman parte de
nuestra propia cultura. El Estado Argentino no está libre de responsabilidad en
esta temática; desde hace años el propio Estado ha considerado por ejemplo a los
indígenas como enemigos de la civilización y el desarrollo, y como obstáculos para
la confección de una unidad nacional. Estas prácticas pueden evidenciarse por
ejemplo en obras maestras de la literatura como “Civilización y barbarie” o mismo
las obras de José Ingenieros. La población Argentina es migrante en su conjunto;
es decir, no incluyendo históricamente a los indígenas, negándolos como
fundadores de nuestra tierra, fue mejor recepcionar a las razas europeas que en la
década del 30 se desplegaron hacia nuestra Argentina en busca de mejores
condiciones de vida. Eso parece ya haber sido olvidado; tanto para los migrantes
que ingresan al país como para los europeos que no tienen consideración alguna
con los latinoamericanos; y realizan incluso las mismas, o peores prácticas que
aquí. El no otorgamiento de derechos como educación, salud, vivienda, entre otras
cosas.

Desde un punto de vista criminológico, la estructura de cualquier discurso racista


consiste, ante todo, en una devaluación de la víctima acompañada de una
ampliación de la legítima defensa y del estado de necesidad. Además, todo
discurso racista esconde un falso humanitarismo. Podemos ubicar como un primer
discurso criminológico racista al Malleus Maleficarum o Martillo de las Brujas,
proveniente de la Edad Media, observándose allí una clara jerarquización
biológica. En ese caso el grupo vulnerado eran las mujeres; acusadas de ser
portadoras de todos los males y por eso merecedoras de torturas seguidas de
muerte. Luego podemos mencionar a Lombroso con sus estudios plasmados en
“L’ hommo delincuente” donde a partir de rasgos físicos se identificaba quien era
considerado como delincuente. A este momento se lo llamó criminología
positivista; y es tan bisagra que muchos doctrinarios hacen nacer este saber en
aquel momento de la historia. Por supuesto que a través de la historia han sido
diferentes grupos sociales los discriminados; mujeres, negros, adolescentes en
conflicto con la ley penal, judíos y ahora, frente a una sociedad que sufre las
consecuencias de la globalización, asistimos al espectáculo de que sean los
inmigrantes los enemigos que nos acechan. En defintiva son discursos que
marcan al migrante como otro, como un extraño. Y eso entonces nos lleva a la
noción de miedo; sobre todo por hallarnos en sociedades punitivas con ideas de
seguridad/inseguridad muy marcadas. Ya es más que evidente que los gobiernos
de turno aplican medidas represivas o extremas para anular cualquier tipo de
amenaza, aunque sea ilusoria, para dar una especie de tranquilidad a los pedidos
del populismo punitivo.
La falsa idea de la delincuencia e inseguridad ligada a los inmigrantes…

La construcción de la idea de seguridad vamos a decir que es puramente


construida por el sentido común. El sentimiento de inseguridad social se
incrementa con los medios de comunicación que muestran casi las 24 horas
diarias casos de supuesta inseguridad, haciendo que en definitiva las personas se
encierren en sus hogares y alimenten el temor hacia la sociedad en su conjunto.
Los discursos construidos carecen de datos duros de la realidad pero eso no
interesa; alguien debe tener la culpa y en definitiva hay un sector político que se
ve beneficiado, así como otro sector empresarial que desarrolla tecnologías en
materia de seguridad y vigilancia, como pueden ser las cámaras de seguridad, las
puertas blindadas, los barrios privados. Las sociedades del control presentan
determinadas características como ser sociedades represivas, creadoras de
mayores legislaciones penales dirigidas a castigar delitos menores, con un control
duro contra personas con características especiales.

En definitiva, los migrantes terminan siendo víctimas de la discriminación social, y


a su vez, de las políticas punitivas de un estado. Es común escuchar que la
comunidad senegalesa se ha visto muchas veces interceptada por la policía; por
supuestas conductas sospechosas imposibles de identificar. Procedimientos que
no llegan a nada porque no se puede probar ninguna conducta lesiva de bien
jurídico alguno.

Según datos del Sistema Nacional de Estadística sobre Ejecución de la Pena un


6% de la población detenida en todo el país es extranjera. Esto destruye de lleno
el falso mito de que los migrantes vienen a nuestro país con la finalidad de
delinquir. Eso es una idea construida para en última instancia ser un recurso extra
de entretenimiento.

Reflexiones finales
En definitiva todos los migrantes en virtud de su dignidad humana, están
protegidos por el derecho internacional de los derechos humanos
independientemente de su situación administrativa o de su condición. Los
derechos humanos están plasmados en toda la normativa internacional pero
podemos referirnos particularmente a la Declaración de los Derechos Humanos
proclamada en el año 1948. Toda la Declaración es de absoluta importancia e
impone un mínimo de derechos y garantías para toda la humanidad. Es de
destacar en su articulado 13 donde se establece el derecho de toda persona de
circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado, además de
que toda persona tiene derecho a salir de su país hacia cualquier otro y poder
regresar al de origen.

Como ya hemos mencionado, nuestra sociedad está condicionada por la


globalización pero pareciera que solo es una globalización a nivel empresarial. En
realidad, la globalización implica la apertura de las fronteras haciéndose cargo los
diferentes Estados de las consecuencias de los programas políticos elegidos. El
movimiento es constante, fluctuante, y seguirá siéndolo. Las personas no se
trasladan de un territorio a otro por divertimento en este caso; no son turistas que
quieren conocer el Obelisco o la Patagonia. Vienen en busca de mejores
condiciones de vida, y no solo para quien emigra, sino también para los grupos
familiares que permanecen en los países de origen.

Evidentemente desde el Estado se requieren políticas públicas que apunten en


primer lugar en lo que tiene que ver en regularizar la situación de los
indocumentados. Facilitar los trámites para obtener la respectiva residencia que le
permita luego acceder al documento nacional de identidad.

Por otro lado, en este caso el Estado descentralizado, en los municipios, puede
coordinar actividades que integren a la comunidad, en el caso concreto
senegalesa, a actividades locales.
Bibliografía

Criminología de los Derechos Humanos, Lola Aniyar de Castro, Editores del


Puerto, 2010.

Declaración Universal de Derechos Humanos,


https://www.ohchr.org/EN/UDHR/Documents/UDHR_Translations/spn.pdf

Después de la negación: el Estado argentino frente al racismo y la discriminación;


Rivera Vélez, 2017.

El discurso racista: eficacia de su estructura, Eugenio Raúl Zaffaroni, 1997.

Racismo, discriminación y acciones afirmativas: herramientas conceptuales, Rita


Laura Segato, Brasilia, 2006.

Sistema de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena, SNEEP,


http://www.jus.gob.ar/media/3268598/Informe%20ejecutivo%20del%20Sneep%20
2016-
Sistema%20Nacional%20de%20Estad%C3%ADsticas%20sobre%20Ejecuci%C3
%B3n%20de%20la%20Pena.pdf

Pacto Global para las migraciones, CELS, https://www.cels.org.ar/web/wp-


content/uploads/2018/02/CELSPactoGlobal.pdf

Nuevas xenofobias, nuevas políticas étnicas en Argentina, Alejandro Grimson.

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