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La violencia en edad antigua

La violencia se ha dado desde que tenemos registro en la historia de la humanidad


(Hernández, 2002). En palabras de Domenach (1981): “la violencia es tan vieja como el
mundo; cosmogonías, mitologías y leyendas nos la muestran vinculada a los orígenes,
acompañando siempre a los héroes y a los fundadores” (p. 33). Pero si la violencia y su
amplia gama de manifestaciones ha sido una constante en toda la historia del ser humano,
incluyendo la tendencia de usarla como contraviolencia1 (Hernández, 2002). Se podría
decir que los discursos sobre la violencia han estado desde que existe la humanidad y han
sido registrados en sus culturas, tanto oral como de manera escrita. En esta línea, Guthmann
(1991) plantea que: "discursos de violencia en un sentido amplio, son todos los textos
religiosos, como la Biblia, El Corán, la Ilíada, el Popol Vuh, etc. y otros tantos
monumentos literarios. No es necesario que tales discursos no inciten directamente a la
violencia: basta que divida a los seres humanos entre réprobos y elegidos o ponga en
práctica criterios para su discriminación, tanto en los tiempos antiguos como en los
contemporáneos estos discursos casi constituyen la mayoría de los que se consumen en
nuestras sociedades. Las Ciencias Sociales, por ejemplo, registran por millares discursos
que establecen pautas discriminatorias y excluyentes" (pp. 20-21). No parece menor que los
discursos cientificistas hayan ocupado el lugar que en algún momento tuvo la religión. Si
antes la religión diferenciaba a partir de criterios principistas y normativos, discriminando a
las personas de modo tal, que los actos violentos que se Las manifestaciones de la violencia
no sólo se han modificado en su expresión a través de la historia de la humanidad, sino
también ha variado su sentido. Guthmann (1991) señala que se puede distinguir un primer
momento en que la violencia no tiene necesariamente una connotación negativa. En las
historias clásicas de épocas antiguas se hace referencia a héroes que ganaban prestigio a
través de hazañas teñidas de sangre y muerte. Estas proezas no eran por controlar grandes
tierras u obtener beneficios materiales específicos, sino que en su mayoría estaban
relacionados con el honor y la venganza, debido a la importancia del prestigio y de la
estima social, así como de la subordinación del interés propio al del grupo. De aquí,
podemos entender que los hombres se ganarán el reconocimiento a través de la fuerza,
luchando a muerte para imponer respeto y para defender la honra (Lipovetsky, 2000).
Siguiendo a Lipovetsky (2000), podemos plantear que “a lo largo de los milenios en que las
sociedades [primitivas 3 - en su mayoría-] han funcionado de un modo salvaje, la violencia
de los hombres, lejos de explicarse a partir de condiciones utilitarias, ideológicas o
económicas, ha sido regulada esencialmente en función de dos códigos (…) el honor, la
venganza” (p. 174). Honor y venganza son generalmente dos imperativos inseparables de
las sociedades más antiguas, siendo parte del motor de la dinámica social de la violencia en
la antigüedad. De esta manera, a diferencia de la sociedad actual en que las reglas de la vida
son marcadas principalmente por el mercado, el Estado y la individualización, en la época
antigua (o primitiva) “ni el individuo ni la esfera económica tienen una existencia
autónoma y están sometidos a la lógica del estatuto social, como el código del honor, el
primado absoluto del prestigio y de la estima social, como el código de la venganza que
significa la subordinación del interés personal al interés de grupo”

Honor y venganza, entonces, son códigos de sangre, siendo la honra uno de los principios
ordenadores de la violencia. De aquí que se afirme que la violencia no es sólo una
impulsividad descontrolada, sino que representa mayoritariamente una lógica social, un
modo de socialización consustancial al código de honor. En gran medida las guerras y
conflictos estaban vinculadas al honor y también a la venganza: “se es violento por
prestigio o por venganza” (Lipovetsky, 2000, p. 176), siendo los enfrentamientos
desencadenados para vengar un ultraje, una muerte, una enfermedad atribuida a un brujo,
entre otros. De aquí la importancia de despsicologizar la venganza en estas sociedades
antiguas, pues no tiene que ver con la hostilidad reprimida, sino más bien con una violencia
al servicio de la búsqueda de un equilibrio del cosmos y de lo social (Lipovetsky, 2000).

Según victor Montoya La violencia existe desde siempre; violencia para sobrevivir,
violencia para controlar el poder, violencia para sublevarse contra la dominación, violencia
física y psíquica.

Los etólogos, en sus investigaciones sobre el comportamiento innato de los animales,


llegaron a la conclusión de que el instinto agresivo tiene un carácter de supervivencia. Por
lo tanto, la agresión existente entre los animales no es negativa para la especie, sino un
instinto necesario para su existencia.
El hombre, desde el instante en que levantó una piedra y la arrojó contra su adversario,
utilizó un arma de defensa y sobrevivencia muchísimo antes de que el primer trozo de sílex
hubiese sido convertido en punta de lanza. "Una ojeada a la Historia de la Humanidad -dice
Sigmund Freud-, nos muestra una serie ininterrumpida de conflictos entre una comunidad y
otra u otras, entre conglomerados mayores o menores, entre ciudades, comarcas, tribus,
pueblos, Estados; conflictos que casi invariablemente fueron decididos por el cotejo bélico
de las respectivas fuerzas (...) Al principio, en la pequeña horda humana, la mayor fuerza
muscular era la que decidía a quién debía pertenecer alguna cosa o la voluntad de qué debía
llevarse a cabo. Al poco tiempo la fuerza muscular fue reforzada y sustituida por el empleo
de herramientas: triunfó aquél que poseía las mejores armas o que sabía emplearlas con
mayor habilidad. Con la adopción de las armas, la superioridad intelectual ya comienza a
ocupar la plaza de la fuerza muscular bruta, pero el objetivo final de la lucha sigue siendo el
mismo: por el daño que se le inflige o por la aniquilación de sus fuerzas, una de las partes
contendientes ha de ser obligada a abandonar sus pretensiones o su oposición" (Freud, S.,
1972, pp. 3.208-9).
Desde la más remota antigüedad, los hombres se enfrentaron entre sí por diversos motivos.
En los últimos 5.000 años de la historia, la humanidad ha experimentado miles de guerra, y
en todas ellas se han usado armas más poderosas que la fuerza humana. La historia de la
humanidad es una historia de guerras y conquistas, donde el más fuerte se impone al más
débil, y que si de los textos de historia quitásemos las guerras, se convertirían en un puñado
de páginas en blanco.

En la Edad de la Piedra, los mismos instrumentos ideados para defenderse de la naturaleza


salvaje fueron trocados en armas de guerra. Después, cuando el hombre descubrió los
metales, construyó armas más mortíferas que la honda y la lanza con punta de piedra. Al
irrumpir la pólvora en la historia, se fabricaron proyectiles para ser disparados por medio de
un cañón. De modo que el arte de la guerra se perfeccionó entre el siglo XV y XVIII, con la
progresiva consolidación del arma de fuego como factor decisivo en la contienda. El uso de
la pólvora se extendió rápidamente a los campos de batalla y las armas tradicionales fueron
sustituidas por arcabuces, mosquetes y cañones.

La guerra, que es un producto de la violencia y el deseo de poder, está generada por los
instintos agresivos de la psicología humana.Los instintos que tienden a destruir y a matar:
los comprendemos en los términos ‘instintos de agresión o de destrucción’

Se esperan que podrán eliminar la agresión humana asegurando la satisfacción de las


necesidades materiales y estableciendo la igualdad entre los miembros de la comunidad.

, no se trata de eliminar del todo las tendencias agresivas, humanas, se puede intentar
desviarlas, al punto que no necesiten buscar su expresión en la guerra

Para Nicolás Maquiavelo, lo propio que para Friedrich Nietzsche, la violencia es algo
inherente al género humano y la guerra una necesidad de los Estados.

Cuando los marxistas plantean que la lucha de clases genera la violencia, y la violencia es
el motor que permite la transformación cualitativa de la sociedad.

También encontramos de como nacio la violencia según la biblia en cuyo primer libro,
"Génesis", se describe la creación de un mundo exento de maldades y sufrimientos. El
sexto día en que Dios crea al hombre y la mujer, a su imagen y semejanza, los hace
perfectos en cuerpo y alma, pero ni bien caen en la tentación de una criatura maligna
(Satanás), Adán y Eva son expulsados del paraíso por desobedecer lo que el Creador les
dejó dicho: "Que no comieran del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo". Fue
entonces cuando Dios, refiriéndose a la serpiente, le dijo: "Tú eres la maldita entre todos los
animales domésticos y entre todas las bestias salvajes del campo. Sobre tu vientre irás y
polvo comerás todos los días de tu vida (...) Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre la
descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón". Y,
dirigiéndose a Eva, sentenció: "Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolor
de parto darás a luz hijos, y tu deseo vehemente será por tu esposo, y él te dominará". En
efecto, cuando Adán y Eva tuvieron descendientes, éstos nacieron cargados de pecados y
fueron imperfectos como sus progenitores. Caín encarnaba ya la violencia y, con su
agresión irrefrenable, degolló a su hermano Abel, para así dar origen a la violencia humana.
VIOLENCIA A LAS MUJERES EN LA ANTIGUEDAD
Al estar una sociedad básicamente rural, la mujer ayudaba en las faenas del campo, con el
resto de su familia. Así como colaborar con su marido en las labores de su trabajo.

Si la mujer abandonaba a su familia para trabajar por su cuenta, solía ser como criada.
Dentro de este trabajo había distintas clases:

 Las damas de honor de la nobleza


 Las sirvientas que eran el juguete sexual de sus amos. Éstas trabajarían en los
peores trabajos, llevarían las ropas más humildes y comerían las sobras.
 Las esclavas, que eran fruto del comercio humano que se da a lo largo de toda la
época medieval. Con preferencia entre las mujeres orientales o blancas.

Había trabajos destinados especialmente a las mujeres como eran el hilado, que debían ser
desencantados antes, o el horneado. Poseía un sueldo menor al del hombre.
Las muchachas se iniciaban en el trabajo entre los 6 y 13 años.

La Mujer en la Antigüedad

Los estándares sociales de evaluación de la mujer en las diferentes épocas de la antigüedad


varían en gran medida oscilando entre la negligencia y la desmesura, privados de cualquier
estado de moderación. La mujer, en primer lugar, era vista como una criatura de baja
categoría, imperfecta. Por lo tanto se la juzgaba como un demonio que inspiraba el pecado
y el mal. Luego, se la calificó como la señora de la sociedad que poseía el control absoluto
sobre todo. Y después se la consideró como un trabajador que debía ser ejercer todos sus
esfuerzos para salvar su vida.

Durante la mayor parte de estas épocas, la mujer solía sufrir la miseria y la humillación, ya
que sus derechos fueron usurpados y su alma fue esclavizada por quien tenía derecho a
utilizarla para cualquier propósito.

Durante la civilización Romana, los valores de la mujer eran inestables. En primer lugar,
ella fue marcada como esclava y sirvienta del hombre, quien tenía toda la libertad
dominarla. Luego, la sobrestimaron al liberarla del puño de los padres y maridos,
otorgándoles todos los derechos de posesión, herencia, divorcio, falta de decoro e
indecencia, a tal punto que una mujer romana solía casarse sin pudor con un gran número
de hombres.

Un escritor Romano mencionó la anécdota de una mujer que trajinó por el regazo de ocho
hombres en menos de cinco años. Otro Santo se refirió a la historia de esa mujer cuyo
último matrimonio fue el vigésimo tercero, y ese hombre se había casado veinte veces antes
que ella. (29)

Además, a la mujer romana le fue permitido practicar libremente la desviación sexual, y


más allá de la corrupción, esa fue la razón principal que afectó a la sociedad romana.

En la costumbre de la civilización Griega, la mujer fue añadida a la basura. Fue vendida,


comprada y considerada como una infección diabólica.

Los antiguos códigos de la India decidieron que las epidemias, la muerte, el infierno, el
veneno, las serpientes… etc. eran mejores que la mujer. Por lo tanto, los derechos para vivir
de la mujer en la India cesaban con la muerte de sus maridos que eran sus absolutos amos y
señores. Por lo tanto, debían lanzarse en el fuego en el que fueron lanzados los cuerpos de
sus esposos al morir; no sea que la maldición eterna les caiga sobre ellas.

Desde el punto de vista de la Torah, se aprecia el rango de la mujer a través de las


siguientes palabras que se registran en el Éxodo, Capítulo 14, párrafo 17:

“Mi corazón y yo vagábamos con el fin de conocer, buscar y buscar la sabiduría y la razón
y saber que el mal es la ignorancia y la idiotez es la locura. Me encontré con la mujer cuyo
corazón es trampa y sus manos son grilletes, es más amarga que la muerte.” (30)

Así, la sociedad occidental solía menospreciar a las mujeres. En el año 586 D.C., se celebró
una conferencia en Francia para decidir si la mujer era un ser humano o no! Después de las
discusiones, decidieron que la mujer es el ser humano que se ha creado para servir al
hombre!

En Inglaterra, Enrique VIII consideraba ilegal que las mujeres recitaran las Sagradas
Escrituras. Hasta el 1850 D.C., las mujeres no eran consideradas ciudadanas, y hasta 1882,
no tenían ningún derecho personal y ni tenían derecho a poseer nada. Por lo tanto, las
mujeres eran disueltas en las personalidades de sus padres o maridos

Edad antigua
En esta época, el papel del hombre era completamente dominante en casi todos los
aspectos, ya que la sociedad se fundamentaba en tres pilares primordiales:

- Trabajos comunitarios
- Guerras
- Religión
Por lo que hace el trabajo comunitario y la guerra era exclusivamente masculino, cosa que
hacia las mujeres quedaran en un segundo lugar, apartadas y dedicándose exclusivamente a
los trabajos que se realizaban en casa, a la educación y a cuidar de sus hijos.

La mujer era tratada como un elemento de evolución de la especie.

Lo extraño de esta época es que en el tema restante, la religión, la mujer tenia un papel
importante, ya fuera para bien o para mal. En todos los textos religiosos de esta época,
encontramos que la mujer tiene un papel importante.
Por ejemplo un papel importante e interesante era el papel que tiene la virgen Maria que es
de las pocas mujeres que han tenido una importancia positiva o no negativa en la historia de
la religión.En otros libros sagrados o códigos nacionales de otros lugares se observa que la
importancia de la mujer varía y su papel es más negativo.
EL PAPEL DE LA MUJER EN ROMA Y GRECIA

Al hablar de Grecia y Roma hay que mencionar el poder absoluto del hombre y el papel de
sumisión de la mujer romana, que necesariamente estaba a cargo de un hombre,
generalmente era su padre o su marido, esto se puede emparentar con el riesgo de
descontrol de la mujer en el pensamiento griego, además la mujer en Roma debería estar en
la casa por razones de estratificación, concebidas en una sociedad patriarcal.

Durante los primeros años de la infancia las niñas se educaban en su hogar y a partir de los
doce años se instruían con maestros para aprender a escribir, leer y adquirir algunas
nociones de cálculo. Luego se comprometían en matrimonio muy jóvenes, justo en la edad
que se convertían en niñas fértiles, generalmente, a partir de los doce años. Por su parte, los
hombres podían casarse a partir de los catorce años, aunque lo más común son los treinta.
El objetivo principal del matrimonio era tener hijos que perpetuaran la familia, los cultos y
costumbres familiares, de ahí, que fuera necesario garantizar la posibilidad de procreación
de ambos géneros, este caso se daba en las dos civilizaciones.

Así pues, las mujeres nunca estaban solas e indefensas porque siempre dependían de un
hombre que las cuidara (de hecho morían, en muchos casos, antes que el hombre), la
esperanza de vida de una mujer en la mayoría de civilizaciones antiguas es muy pequeña,
pues se enfrentaban a una serie de dificultades antes, durante y después del parto. Ya
casada, la mujer desempeñaba un papel determinante en la conformación de una familia.
Sus acciones las ejerce en el ámbito de las tareas domésticas. Dependiendo a la clase a la
que pertenecía ejercía diferentes funciones. Supervisaba los esclavos domésticos y podía
dedicarse a actividades como el tejido o el bordado, entre otras. También, podía asistir a
espectáculos públicos en compañía de su esposo..
MUJER EN LA ANTIGÜEDAD

1) La mujer en el judaísmo antiguo


El judaísmo forma parte de las sociedades mediterráneas de la antigüedad (Roma,
Grecia,…), esto es, una sociedad patriarcal, estructurada alrededor del paterfamilias – el
varón de mayor edad de un grupo familiar que incluía a todas las familias de todos los hijos
varones de un matrimonio –. La situación general de la mujer era de subordinación al
varón: ya fuese este el padre – o hermano varón de mayor edad en su defecto – y, tras
consumarse el matrimonio, el marido. La edad normal de los esponsales se encontraba entre
los doce y trece años, y la mujer no tenía derecho a rehusar un matrimonio impuesto por su
padre o tutor. El ámbito de la mujer era lo privado (el hogar) mientras que el del hombre
era lo público (mercado, comercio, reuniones,...). Su formación intelectual era, como
norma, débil; aunque esto podría vincularse a su nivel socio-económico.

Respecto a la ley judía, la mujer se encontraba en una situación de inferioridad. Así, las
mujeres no estudiaban a fondo las leyes de Moisés, no era necesario que viajaran a
Jerusalén para asistir a las principales festividades, y en las sinagogas no necesitaban recitar
en común las oraciones diarias, como el shemá. Como norma, no podían actuar como
testigos, aunque algunos rabinos podían aceptar su testimonio, que tendría más valor que el
de un pagano o un esclavo. Al respecto, debe precisarse que las mujeres sí podían acudir a
las sinagogas (en virtud de Deut 31,12), aunque tal vez hacia finales s.I o inicios s.II se
empezó a ubicarlas ya en un espacio separado de los hombres, con el ‘único privilegio’ de
poder leer el libro de Ester en la fiesta de Purim. (Ello implica que, al menos algunas
mujeres, habrían aprendido a leer). A diferencia del derecho romano, según la ley judía la
mujer no podía iniciar el proceso de divorcio, sobre la base de Deut 24,1-4 solo el marido
podía hacerlo. Así, la mujer que deseaba volver a casarse necesitaba un libelo de repudio de
su anterior marido. La condición de las repudiadas (divorciadas) y de las viudas podía ser
un serio agravante a su situación socio-económica y favorecer un estado de marginación
social. Jesús puede hacerse eco de ello en el episodio conocido como el óbolo de la viuda
(Mc 12,41-44; Lc 21,1-4) y en la parábola de la viuda y el juez (Lc 18,1-8).

En las últimas décadas el rol de la mujer judía en la sociedad antigua está sometido a
cierta revisión, pues podría ser mayor de lo que se pensaba, aunque su situación siga siendo
de inferioridad. La base de esta revisión se encuentra en que la mayor parte de fuentes
judías de la época proceden del rabinismo, pero entre los rabinos había diversidad de
interpretaciones; además, las comunidades de la diáspora tenían características distintivas.
Y la información que procede de fuentes cristianas no tuvo interés en mostrar la
importancia del rol de la mujer en las primeras comunidades, probablemente mayor del que
reflejaban.

2) Jesús de Nazaret y la mujer


Analizamos tres pasajes evangélicos que aludían a la compasión de Jesús hacia la mujer,
por ejemplo, el óbolo de la viuda (Mc 12,41-44 y par.), la curación de la hemorroísa (Mc
5,25-35 y par.) o la mujer adúltera que espera ser lapidada (Jn 7,53-8,11), y vimos que, en
el primero, el comentario de Jesús estaba en línea con la ley judía (como de costumbre),
aunque no se vio que ayudara o mandara a los suyos ayudar a la mujer de algún modo, lo
que sí supondría un giro claro de aproximación especial hacia las mujeres más desvalidas.
En el segundo texto, no se ve ningún acto especial en favor de la mujer ni de la igualdad de
sexos. Si el que le hubiese tocado hubiera sido un varón enfermo o un varón ciego, no
parece que la actitud de Jesús hubiese sido distinta. En cuanto a la mujer adúltera es un
relato exclusivo de Juan que es considerado una interpolación tardía, siendo la razón el que
no se encuentre en los primitivos papiros P46 ni P75 (s.II-III), y la primera vez que aparece
lo haga en papiros de finales s.IV- inicios s.V, que pertenecen al códice Baeza, pero no al
texto alejandrino, considerado el más antiguo y el normalmente utilizado. En definitiva, no
hay pruebas de que el episodio de la adúltera sea atribuible al Jesús histórico.
Otro punto esencial en la predicación de Jesús es el uso de parábolas. Existen cuatro
parábolas en los evangelios sinópticos que tienen un protagonismo femenino: la parábola de
la levadura; la mujer y la dracma (perdida); el juez (injusto) y la viuda, y las diez vírgenes.
Una lectura de estos pasajes refleja que el punto de vista de Jesús se encuentra en sintonía
con el judaísmo de su época. Jesús no fue un liberador de la mujer, ni un defensor de la
igualdad de géneros, sino un judío del s.I, respetuoso y fiel seguidor de la ley judía. Y
aunque su actitud hacia la mujer fue más benevolente que la de otros rabinos
contemporáneos suyos – de quienes sabemos por la mishná –, y en ello puede jugar un
papel importante el hecho que Jesús fuera Galileo, pues en esa tierra, a diferencia de Judea,
las mujeres tenían, como vimos, más libertad, Jesús no fue tampoco un ‘feminista’.
De todo ello (y sintetizando mucho), es razonable pensar que si Jesús actuó así lo hizo por
dos razones posibles (que podrían o no sumarse): en primer lugar, que no hubo realmente
por parte del Nazareno una intención clara de mejorar el estatus social de la mujer y por eso
los evangelistas no lo retrataron, (hipótesis que ya hemos dicho que apoyamos). Pero
también, y en segundo lugar, que el contexto patriarcal de los evangelistas pudo impedir
retroproyectar ese aspecto, a pesar de que los evangelistas habían retroproyectado otros (el
rol negativo de los fariseos, los falsos mesías que iban a llegar, las futuras persecuciones de
cristianos en las sinagogas,…). Esta segunda hipótesis nos parece más difícil a tenor de
todo lo dicho con anterioridad.
Sobre el discipulado femenino, y como resume Mercedes Navarro “los evangelios
canónicos no narran ninguna llamada a ninguna mujer.” Esta autora prefiere distinguir entre
un discipulado vertical (maestro-discípulo), representado por ‘los Doce’, y un discipulado
circular, más abierto y libre en la entrada y la salida, que sería el formado por el grupo de
seguimiento de Jesús. Estrictamente, pues, las mujeres que acompañaron a Jesús lo hicieron
en un sentido de seguimiento y de logística, pero no ejercieron un rol de discípulas y,
mucho menos, de misioneras. E.P. Sanders considera que, a lo sumo, podían acompañar al
grupo en las peregrinaciones a Jerusalén – lo que era socialmente aceptable –, o en alguna
ocasión puntual en Galilea, pues un seguimiento femenino más continuo hubiera generado
críticas que es difícil que los evangelios no hubieran recogido, en especial cuando sí
recogieron otras críticas.

3) La mujer en el cristianismo primitivo (ss.I-IV)


Tras la muerte de Jesús, y progresivamente, se producirá una revalorización del estatus de
la mujer. Ello no proviene sin embargo del Jesús histórico ni de indicaciones que este
hubiera dado, y no hay fuentes que así lo muestren; sino que proviene en gran parte de las
ventajas sociales para la mujer que el desarrollo de este cristianismo más primitivo produjo
en la sociedad de esa época. A favor de ello jugaron elementos como: a) la celebración de
las primeras reuniones cristianas en casas privadas, hoy conocidas como domus ecclesiae
(Hch 12,12-17; 16,15; Rom 16,5; 1 Cor 16,19; Flm 2), donde ellas podrían destacar
socialmente, ejerciendo su rol de matronas; b) Su labor de difusión del evangelio, donde
efectivamente, sabemos que Pablo tuvo mujeres que lo acompañaron como misioneras y
predicadoras (Rom 16,1-2.12; 1 Cor 11,5,...), y también de la existencia de mártires
femeninas; c) Las distintas comunidades cristianas fueron influenciadas por los modos de
vida helenístico-romanos. La prueba de ello es la importancia de la mujer en otros
ambientes –religiosos o filosóficos– desarrollados con el helenismo; d) La atracción de las
mujeres hacia el cristianismo primitivo no sería, como a menudo se ha manifestado, por un
pretendido igualitarismo de género, sino por motivaciones sociales; pues ofrecía a la mujer
un marco más propicio para su crecimiento personal en sociedad y no solo en el ámbito
privado. Al respecto, en su estudio sobre el auge del cristianismo primitivo, el sociólogo
estadounidense Rodney Stark destacaba que las mujeres se sintieron atraídas por el
cristianismo porque tenían un mayor estatus en círculos cristianos que en cualquier otro
lugar del mundo clásico –a pesar de excepciones puntuales, como Egipto o Esparta–, y
señalaba un conjunto de razones que ya vimos.
Igualmente, creemos, debe señalarse que si desde mediados del s.I hasta finales s.III-
inicios s.IV el rol de la mujer fue cobrando auge en la Iglesia primitiva, resulta significativo
que, en el contexto histórico en el que se escribieron los evangelios canónicos (último
tercio del s.I), y en el que sabemos que muchas veces los evangelistas hicieron
retroproyecciones de su propia situación a la época de Jesús, no existiera un apoyo claro del
Nazareno hacia la figura femenina. Incluso a pesar de la influencia paulina sobre los
evangelios canónicos, dado que Pablo suele ser favorable a la mujer (Gal 3,28); pues
sabemos por sus propias palabras que, entre sus colaboradores, tenía a mujeres que
predicaban (Rom 16, 1 Cor 11,5).
A mediados del s.II, también encontramos apócrifos que dan relevancia al papel femenino,
como son pasajes en el evangelio de Felipe (EvF 32,55b,...) o en el de María (pp. 11 y 18
del manuscrito), aunque haya otros evangelios apócrifos que muestren una actitud opuesta a
la mujer, como el de Tomás (EvT 114). Posteriormente, hacia inicios s.IV, esa importancia
irá decayendo progresivamente cuando la función de la domus ecclesiae en la comunidad
cristiana, sea progresivamente sustituida por la creación de iglesias (basílicas), perdiendo
aquella el rol que había ganado desde los inicios del cristianismo (no con Jesús). Parece
entonces factible, aceptar que la Iglesia fue contrarrestando, disminuyendo y finalmente
anulando el importante rol que la mujer había tenido en las comunidades cristianas de los
primeros siglos, incluyendo la predicación (según se estima, por ejemplo, de Pablo: Flp 4,2-
3; 1 Cor 11,5), o el sacerdocio.
mujeres en tiempos antiguos

Culturas que comprenden a la edad antigua

1) Cultura asiria-mesopotamia
a) Los reyes asirios estaban convencidos de que su misión era someter al mundo a su
dios, Assur. En sus mensajes a él, rendían cuentas de las campañas que habían
realizado en su nombre y en su honor. Creían que podían alegrar y aplacar sus iras
si aplicaban crueles castigos a los derrotados. Y este va a ser el objetivo de sus
soberanos más poderosos, como Senaquerib Assurnasirpal, Assurbanipal,
Tiglatpileser o Sargón, reyes que han alcanzado una fama legendaria, gracias en
buena parte al legado que nos ha dejado en sus palacios o incluso por sus menciones
bíblicas.
b) Pero el rasgo que más ha caracterizado la imagen histórica de los asirios ha sido su
recurso a la violencia y el terror. Arrasaron pueblos, devastaron países enteros,
enviaron al cautiverio y al exilio a millares de personas y sembraron en todas partes
el terror y la muerte. Los relieves de los palacios asirios muestran una sucesión de
escenas bélicas en las que las conquistas por la fuerza son seguidas por crueles
castigos contra los vencidos.
c) Es cierto que tales relieves tenían una función de propaganda e intimidación, pues
se colocaban en las estancias que visitaban primero los embajadores y enviados
extranjeros. Pero otras fuentes confirman que, sobre todo durante el Imperio Nuevo,
los soberanos asirios practicaron una política de terror en su voluntad de establecer
un imperio universal.
d) El ejército asirio fue asimismo uno de los más poderosos y mejor organizados de la
Antigüedad. Constituido sobre una base permanente desde el siglo VIII a.C., se
distinguió por el uso de la infantería y de la caballería, que le daba mayor movilidad
que los tradicionales carros de guerra, así como por su efectividad en las
operaciones de asedio de ciudades, gracias al empleo de una sofisticada maquinaria.
e) Los asirios luchaban continuamente para mantener a los distintos pueblos bajo su
dominio. Para demostrar su poder, destruían completamente las ciudades capturadas
y las tierras de cultivo que las rodeaban; se llevaban sus tesoros como botín y a sus
habitantes los mataban o hacían prisioneros. La mayor parte terminaba como
esclavos; el resto era enviado a otras ciudades para que contaran lo que habían
sufrido, con el fin de evitar rebeliones.
f) Organizaron un gran ejército compuesto por infantería y caballería. Fue el primer
ejército que se conoce que utilizara armas de hierro.
g) Utilizaron el caballo como arma de combate, espadas de hierro, carros de guerra,
lanzas, armaduras de metal, siendo la caballería la fuerza de choque, que apoyaban
la obra sanguinaria de un ejército rudo y poderoso. El Imperio Asirio se convirtiera
en el primer gran imperio militar de Mesopotamia. Entre los pueblos reprimidos
empezó a crecer el odio y la oposición. El rey de la ciudad de Babilonia se unió con
el pueblo indoeuropeo de los medos, quienes desde la meseta de Irán atacaron el
corazón de Asiria. En el año 612 a.C. cayó la capital, Nínive; sus lujosos palacios y
templos fueron incendiados. Sardanápalo, el último rey de Asiria, se lanzó a las
llamas.
h) Han llegado muchas muestras de su brutalidad y de los métodos de dominación en
múltiples grabados firmados por algunos de sus principales y más representativos
reyes: Tiglat-Pileser I, Assurnasirpal II, Tiglat-Pillesher II. También han llegado
escritos de su poder como este texto de Assarhardon (siglo VII a.C.) que dice lo
siguiente: " Será vuestro rey y vuestro señor. Puede derribar al poderoso y elevar
al débil, ajusticiar al que lo merezca y perdonar al que pueda serlo. Escucharéis
todo cuanto diga y haréis lo que ordene. No incitaréis a ningún otro rey, a ningún
otro señor en contra suya".
2) Para comprobarlo aquí están los siguientes textos que explican la crueldad de los
asirios.
a) "Los cuerpos de mis enemigos derribé como lo hace el dios de las tempestades;
corría sangre en sus barrancos. Les corte las cabezas y las amontoné a la entrada
de sus ciudades, como gavillas de trigo. Arrebaté sus posesiones y los despoje de
sus bienes." Tiglat-Pileser I, crónica de conquista de pueblos del Mediterráneo
,cilindro de arcilla, Museo Británico.
b) Grabado que representa a soldados asirios, contabilizando el numero de enemigos
abatidos en batalla por medio de sus cabezas.
c) "Levanté un pilar en la entrada de la ciudad para colgar los pellejos de los
príncipes a los que hice arrancar la piel. Algunas pieles estaban en el pilar, otras
colgadas con estacas a su alrededor. A algunos rebeldes solo los hice
descuartizar..."
d) Los degollé como si fueran corderos. Corte sus preciosas vidas como quien corta
un hilo. Como la abundante agua de una tormenta hice que el contenido de su
garguero y de sus entrañas fluyera sobre el llano abierto. Mis corceles saltaron
haciendo cabriolas en los arroyos de sangre y suciedad. Con los cuerpos de sus
guerreros llene la planicie como si fuera hierba." Tiglat-Pillesher II.
e) “No dejé a uno solo, joven o viejo, con sus cadáveres llené las anchas calles de la
ciudad…” (Senaquerib 704-681 a.C.)
f) “¡No respetes a ningún dios! ¡No temas a ningún hombre!” Da muerte tanto a
jóvenes como a viejos, al lactante y al bebé, ¡no dejes a ninguno!” (Poema de
Erra)
g) "Mis carros de guerra aplastan a los hombres y las bestias y los cuerpos de mis
enemigos. Los trofeos que conquisto están hechos de cadáveres humanos, de los
que he arrancado los miembros y las cabezas. Hago cortar las manos a todos los
que prendo vivos". Escenas narradas por los escribas de Sares como Sargón y
Asurbanipal..
h) Ningún ejercito en su tiempo, llevo la guerra a lugares tan remotos como ellos,
fueron los mas brutales y sanguinarios-al igual que otras culturas, pero a estos no
tenían ningún pudor en representar, torturas, decapitaciones, descuartizamientos,
empalamientos, desmembramientos, ojos sacados de sus órbitas y otra clase
actuaciones para la represión y con lo que aumentaba su imagen de brutal ejército.

Para los pueblos de la antigüedad no había nada peor que ser invadidos por los asirios, por
estas 7 atroces razones.

1. Guerra psicológica

Este pueblo del sureste asiático que alcanzó la categoría de imperio alrededor del año 1800
antes de la Era Común, fue pionero en el desarrollo de la guerra psicológica. Por donde
pasaban, los asirios iban mostrando gráficos y textos con las barbaridades que eran capaces
de cometer, para que los siguientes pueblos por conquistar supieran lo que les esperaba.

2. Anulación completa del adversario

Los reyes asirios se enorgullecían de su brutalidad. Cuando el rey


asirio Seenacherib invadió Babilonia escribió: «destruí, devasté y quemé la ciudad desde
sus cimas hasta sus cimientos. Cave canales y la inundé de una manera más destructiva que
una tempestad. En los días venideros, ni los dioses de esa ciudad podrán ser recordados».

3. Tortura

El catálogo de tormentos aplicado por los asirios contemplaba hacer comer y beber
excrementos y orina, el desollamiento de personas vivas y la mutilación de nariz y
orejas. Los nobles de los pueblos vencidos eran obligados a llevar collares con las cabezas
de sus reyes.

4. Esclavitud
Los hombres esclavos eran usados como mulas, arrastrando las piedras que se utilizaban
en la construcción de los palacios de los reyes asirios y no les estaba permitido detenerse.
Las mujeres eran obligadas a marchar con sus partes íntimas al descubierto.

5. Política de reasentamientos

Los hombres fuertes, hábiles y talentosas eran reubicados, a veces en lugares remotos,
para que pusieran su fuerza y conocimientos al servicio del imperio, viviendo entre
extraños, lo que les hacía casi imposible organizarse para la rebelión. Pocos tenían la suerte
de ser desarraigados con sus familias.

6. Código brutal de derecho

Los hombres practicantes de encuentros amorosos del mismo sexo eran convertidos
en eunucos. Los varones tenían derecho a matar a la mujer adúltera, con la particularidad
de que el asesino era entregado a la familia de la víctima, que era libre de hacer con él lo
que quería.

7. Armas de asedio y tácticas avanzadas

Los asirios inventaron el ariete para romper las puertas y las murallas de las ciudades que
atacaban. Le colocaron ruedas para una mejor maniobrabilidad y llevaba una careta de
carnero hecha de hierro en el extremo para darle más fortaleza. Los hombres se protegían
con planchas de madera cubiertas con pieles de animales mojadas para apagar las flechas
incendiarias del enemigo.

Civilización ejipcia

La violencia contra la mujer

en el interior de la sociedad egipcia, que colocó a la mujer en una posición subordinada y


secundaria frente al hombre, "se ven 'explotadas' al ser tenidas en una situación de
inferioridad jurídica y económica, y son tan dependientes de los hombres (en primer lugar
de sus maridos, con la parentela de género masculino de reserva) que no tienen más opción
que realizar las tareas que se les han impuesto, cuyo carácter forzoso no se ve aminorado,
en principio, por el hecho de que muchas veces puedan obtener una auténtica satisfacción
personal en ellas"

Sacrificios humanos en Egipto

Aunque desde nuestra óptica moderna parezca contradictorio, una de las formas que existía
en la Antigüedad para proteger la vida era, curiosamente, morir por ella.
La Fosa de la muerte de Ur

El arqueólogo inglés Charles Leonard Woolley (1880-1960) , gracias al descubrimiento y


excavación de la tumbas reales de Ur , Allí descubrió los restos de 74 esqueletos
femeninos, al parecer damas de la corte que se habían enterrado frente a la tumba del rey.
Los cadáveres aparecieron con los brazos doblados, llevándose las manos a la boca. El
propio Woolley pudo reconstruir la macabra ceremonia siguiendo los restos allí
descubiertos. “He aquí que se percibe el rumor de un procesión que se acerca por el pasillo
-comenta el arqueólogo. (…) Luego vienen los carros con los animales de tiro, bueyes o
asnos, aurigas, que los hacen bajar o los empujan hacia abajo. Cada hombre y cada mujer
lleva una pequeña copa; lo único que necesitaban para la horrible ceremonia. Los músicos
tocaban. Luego cada cual apuró su copa -en medio de la fosa de la muerte se hallaba un
gran recipiente del que todos podían tomar bebida (opio o quizás hachís)-, y después se
acostaron en espera de la muerte”.
Para sorpresa del arqueólogo británico, la Fosa de la muerte no era el único ejemplo de
sacrificios humanos en las tumbas reales de Ur. En muchas otras los suelos estaban repletos
de cadáveres de hombres y mujeres que habían sido inmolados allí mismo, aparentemente,
de forma violenta. Woolley También relata el caso de un auriga que fue asesinado sobre su
carro y junto a los bueyes del mismo. En otro ejemplo, en la tumba de la reina Shub-ad, se
encontraron las damas de honor en dos filas y al final el cadáver del desdichado arpista
tañendo las últimas notas de su macabra tonada.

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