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Psicoandlisis y psiqtliafrfn
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Psconáliss y 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 609
. . . .del
Noh sobre IR organizacidn . . libm
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Notn rrclaratonn a ln versión castellana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 615
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 617
El hecho es qiie mda scritor crea sus premaons.
Su labor mod~@ nziestra concepnón del pasndo co-
mo ha de rnodyicar elfituro.
J. L. BORGES
nerar las condiciones para la creación de la futura Escola bra- La versión castellana de Lacan elucidado difiere de la origi-
sileiru de psicoanálise, cuya frsndaci6n ocurrió el 30 de abril de nal en lengua portuguesa, publicada en Río de Janeira en
1
1995. 1997, Las clases de Curitiba sobre el rnbtodo psicoanalítico y
las de Salvador de Bahia sobre el deseo de Jacques Lacan cir-
culan, en sendos libros, en nuestra lengua. Un recorrido de
catorce años (1981/1995) publicado en un tomo en la lengua
Conseguí en Brasil la versión ofiginai de este libro y coma
también se callar en portugués -es decir, sólo leo esa lengua- 1 portuguesa, es ahora tres libros en lengua castellana.
El lector de psicoanálisis que ha frecuentado la enseñanza
me encontrk con un prefacio que, al igual que el de los Écrits,
comienza con el proverbio "e1 estilo es el hombre". E1 párrafo 1 de Jacques Lacan enconbará interesante esta transformación
de uno en tres, más si esta advertido de que "sólo se puede
siguiente dice que "este principio, por ser parodia, no deja de
ser menos fundamental".
Uno advierte de inmediato que ese libro de seiscientas phgi-
/11 hablar de una lengua en otra lengua". Digamos, al pasar, que
son tres las lenguas -La francesa, La portuguesa y la castella-
na- atravesadas por un vocabulario, el del psicoanálisis.
nas -por su formato, su color blanco y su diseño despojadu- re-
mite al famoso volumen de Jacques Lacan ¿Se trata de una pro- 1 Las clases sobre el método psicomalitico contienen,en su
vocación? Es verdad que Newton da Costa no es Jean Hyppolite
y que Jacques-AIainMiller no es Jacques Lacan -la prueba es la
1 versibn castellana, otras intervenciones realizadas en Argen-
tina y España -que con Brasil suman tres países- y comienzan
ausencia en su libro de u n "fndice razonado de conceptos ma- con una presentación de Miquel Bassols, que es de lengua ca-
yores"-, pero tambih es cierto que la m o v a d a enunciación de l:.
talana. Estas lenguas y paises, que se anudan en el vocabula-
aquella enseñanza está abierta a lo incalculable. rio del psicoanálisis, tienen sus vasos comunicantes con otras
A medida que avanzamos en su lectura se nos impone, con lenguas y otros países que tambibn se reúnen en Ia Asociación
discreción y firmeza, un gusto por la demostración que está Mundial de Psicoanálisis (AMP).
en abierto contraste con las paráfrasis superfluas y los recha- En cuanto a La versión castellana de las clases sobre el de-
zos que se argumentan de cualquier manera. seo de Jacques Lacan, por suerte más que por mérito, tienen
No seria de bum gusto dar catedra en esta presentación un prefacio mío donde puntualizo algunos encuentros con la
sobre el tema del gusto -del que se ha dicho mucho desde producciún de Jacques-AEain Miiler y llamo la atención sobre
Kant a Galvano della Volpe, sin olvidar a Montesquieu-, bas- la compleja realizacibn institucional que convierte en un he-
ta recordar que en más de wta oportunidad Miller se refiri6 a cho histórico la "reconquista del campo freudiano" propues-
ese tema a propósito de la posición que conviene al analista ta por Jacques Lacan. Se trata de una empresa que no puede
en tanto "forma parte del concepto de inconsciente". Hay lu- reducirse al punta de apoyo de los seminarios establecidos
gar, dice Miller en 1979, para una especie de educación del (arduo trabajo, con más beneficiarios que los dispuestos a
gusto. Asunto de tiempo, incluso de "control". reconocerlo). .
Para mi gusto, el argumento de Miller sobre e1 gusto se en-
cuentra en su articulo "U o no hay metalenguaje" y difiere de
10s que elabora la tradición a partir del sigla XVIII (m el aroni-
lo uno puede inferir que el gusto es una exigencia del uso del Estoy entre los que encontraron en Jacques-AIain Miller
lenguaje, una manera de tratar lo que es pura sustracción en -primero a través de la lectura, después en seminarios, cursos
la perspectiva del. materna). y conferenciasen las más diversas ciudades- una orientación
Preset~ttición 13
-
el lugar de paso, la ocasión, el médium).
Digamos que me presté al deseo del Otro. iHá~asetu vo-
luntad! Aún es preciso elegir a nuestro Otro... Mejor elegirlo a *
nuestro gusto, lo que para mi quiere decir: con bastante dic-
cernimiento como para que este no desee hacemos e no nos
16 Jacques-Alain Milla Prefacio 19
1
j EL MALENTENDIDO
1
l
nencia con ustedes -un apretado fin de semana- me llevó a
desistir de dar las conferencias programadas, prefiriendo en-
tablar conversaciones más largas, más articuladas y, al mismo
I tiempo, informales. Basta la eleccibn del tbrmino "conversa-
ción" para imaginar el tono y el estilo de nuestro encuentro.
Es ésta mi primera visita a Brasil, cuya lengua desconozco,
como ignoro la literatura en lengua portuguesa. Aquí estoy,
respondiendo a una invitacián m y especial de Jorge Forbes.
San Pablo
dad de decir la suya. Estoy de acuerdo en enfrentar ahora con que Freud esctibió sus famosos "Cinco psicoanálisis" (que no
ustedes la cuestión del significante, que es mucho más com- tienen el. mismo estatuto porque no analizó directamente a
plicada de lo que seria si Fuese s6l0 un fonerna o una palabra Schreber, tampoco al pequeño Hans, lo que hizo fue publicar
y que supone la reducción de la interpretación analítica a u n su trabajo) y que Lacan no publicó casos clinicos. ¿Existe al-
juego de palabras. Se puede pensar así al leer "La instancia de guna explicación para esto?
la letra...", y sin duda esa dimensión está presente en el inter-
pretar analítico, pero manejar el significante es más complejo J.-A.M.: ]Seria formidable que Lacan lo hubiera hecho! Ex-
que jugar con palabras. Lacan 10 introduce, al principio, como ceptuando el hecho de que tenia publicado un interesante ca-
función mediadora esencial -una manera bastante optimista so psiquigtrico en su tesis, defendida en 1932 4 1 eritonces era
de concebir el significante-. Tomemos como ejemplo de pala- psiquiatra-; a partir de allí se comprometió con el psicoanáli-
bra mediadora, de palabra plena, la conocida frase: "Tú eres sis y realmente no escribió casos clínicos.
mi mujer". Para establecerme como marido debo antes darle Se trata de una paciente que había escrito sobre sus deli-
al otro su identidad, de donde vendrá la m í a . ¡Que maravilla! rios y Lacan se encontrd frente al mismo tipo de material que
Sin embargo, el Lacan posterior hubiera sonreído a raíz de es- Freud había tenido en relación a Schreber.
te ejemplo, que aparenta inscribir la relaciíin sexual a nivel de Frecuentemente, tenemos una idea un tanto simple de lo
lo simbólico. que es un caso. Lo vemos como la novela de una vida: ante-
La religiiin dice lo mismo, utiliza esa ausencia y la explota cedentes, desarrollo y eventual resolucibn.
para proponer en su lugar un artificio de relación sexual, a En el psicoanálisis existe aún otra dimensión que, siendo
condición de realizar algunas operaciones simbólicas rii-uali- e timológica, es la que se ajusta y, en sentido psicoanalítico, Ias
zadas. ¿La diferencia de los sexos podrá ser colmada por pa- formaciones de1 inconsciente pueden stiscitar casos. Estamos
labras mediadoras? El Lacan de 1970 se habría burlado del hablando de los cinco grandes psicoanhlisis de Freud, pero lo
tacan de los años '50, el Lacan que terminó diciendo que el que él toma en la Psicopatologia de la vida cotidiana o en La infer-
hombre y la mujer en la especie humana can dos razas dife- puefación de los szieZos son casos, cosas que suceden en la vida.
rentes, especialmente las mujeres, que estan allí para encarnar Es necesario extender nuestro concepto de "caso", para in-
el Otro para los hombres. Ese Lacan no podria promover más cluir los lapsus, los actos fallidos. Laca11 consider6 y analizó
el "Tu eres mi mujerf' como la resolución mediadora de un ra- ese género de fragmento. En los Escritos, sin embargo, existe
cismo estructural. un bello ejemplo en el texto "La dirección de la cura". Consi-
En este sentido, proseguiré mañana partiendo del deseo en derar eso es importante para poder conceptualisar qué es un
Lacan y de sus transformaciones
En el psicoadlisis hubo, sin embargo, una crisis de relato
de casos. Tal vez esa práctica sea relativa a un cierto momen-
Debate to, hasta que se percibió que un caso psicoanalítico es siempre
el caso del analista mismo.
P: Mi pregunta es sobre algo curioso: siempre pensé que Freud retorna el caso Dora para decir: "Me equivoqué cre-
había una gran diferencia entre Freud y Lacan. Éste, cronoló- yendo...". ¿Se equivocó sobre qué? Él supuso que el Sr. K y
gicamente hablando, tal vez haya trabajado como clinico más luego 41 mismo deberían atraer a Dora apasionadamente.
tiempo que Freud. Noto como gran diferencia entre ambos Creía en la relación sexual, en la fórmula sexual: la joven con
el joven, la mujer con el hombre. Se equivocó, pues a Dora le Y resolveríamos lo que atañe a la discreción que, a veces,
interesaba la mujer, como histhica que era. impide que se publiquen los casos en el propio país.
La histérica testimonia contra la relación sexual. Ella esth Son &as algunas de las consideraciones esenciales que hi-
concernida por una relación esencia1 a la mujer, por medio de ce el año pasado sobre aquello que perturba al psicoanalista:
la cual hace tambalear a los hombres o por 10 menos intenta que el paciente vaya a leer su propia historia publicada. Sin
hacerlo. duda, el Hombre de los Lobos estaba encantado leyendo su
El caso Dora, a1 ser expuesto por Freud, se vuelve el caso caso, de saber que existía pero, en verdad, eso no le hizo bien.
Freud.
La interpretslcion de los sueños (Traumdeutungl y la Psicopato- P: Mi pregunta es clínica. La fórmula lacaniana de la psi-
logia de la vida cotidiana nos permitieron escribir el caso Freud. cosis a través de la forclusibn, de la Verwerfing, se postula co-
Existe algo verdaderamente indicativo: aunque el psicoa- mo función del inconsciente no semejante a lla de la represián.
nalista se rehúse a publicar casos porque sabe que se expone ¿Cómo se pueden comprender las íunciones metonimica y
y ese miedo explique en gran medida su abstención, la clíni- metafórica del objeto a, sin ejemplos de casos clínicos?
ca psicoanaIítica es de transferencia y nadie m& que Lacan la
elaboró y reelaboró. Todas sus innovaciones teóricas tienen J.-A.M,:Se puede, sin contar con los detalles de nuevos ca-
consecuencias o fueron elaboradas simultáneamente con la sos clínicos. Lacan retornó lo descubierto por Freud.
teoría de la transferencia. No se identificó con 41, ni crey6 que liabia inventado el psi-
En los textos de Freud es impresionante esa riqueza que coanálisis. En un movimiento de relectura y de critica, extra-
sobrepasa su propio saber. Tales textos requieren escritura, de jo lo que podía transmitir y la Mgica de su enseñanza. Hacien-
tal modo que ella es interminable; nos dio los mitos del siglo do un h s t e dijo que había hecho de la enseñanza de Freud
XX: el pequeño Hans, el presidente Schreber, el Hombre de "jardines a la francesa". No se puede olvidar que Lacan reto-
los Lobos, el Hombre de las Ratas; san nuestra Odisea, nues- rnó una enorme cantidad de literatura psicoanalitica para de-
tra Ilíado. Llegan a suministrar expresiones como "Aquiles del mostrar sus conceptos.
pie ligero". No habiendo sido el pionero del psicoanálisis, curgib en el
Lacan no hizo como Freud. con quien esa vía se habia ago- momento exacto en que la obra de Preud llegaba a su fin. No
tado. trabajó solamente en la enseñanza, sino también en lo que su-
En la revista Ornicar? quisimos abnr una sección sobre for- cedía en la época de Freud y alrededor de éste.
maciones del inconsciente, con pequefios fragmentos. Es muy Intentó precisar el punto de aplicación sobre Dora, el
dificil conseguir contribuciones, incluso teniendo en cuenta Hombre de las Ratas, el Hombre de los Lobos, Schreber, el pe-
que yo mismo a ú n no he contribuido. En la Escuela de la Cau- queño Hans y cada uno de los cinco psicoanálisis. Esta última
sa Ereudiana hoy nos plantean si seria posible reencontrar la obra fue el tema de un año de trabajo y extrajo, siguiendo al
gran vena clSsica. Ésa fue tarnbien la preocupación que inspi- texto de cerca, las funciones que le parecieron clínicamente
ró el tema del encuentro de febrero que fue aprobado por La- esenciales. Fue el primero en Francia en interesarse por Mela-
can -"La clínica psicoanalíüca, casos y fomaciones del in- nie Klein, en traducir a Winnicott en 1955, en divulgar a Ba-
col-rsciente", suponiendo que pudiésemos exponer casos lint y siempre apreció críticamente a Francis Alexander.
act~ialeso retomar los clásicos. Es a través de ese intercambio En su obra existe el privilegio de los casos clásicos que to-
clinico que podríamos sernos más útiles 10s unos a los otros. dos conocen, que todos analizaron, no pudiendo decirse que
El malentendido 47
fueron inventados por el propio psicoanalista para ajustarse a caer. Allí se situó el objeto a, aclarando una serie de cuestio-
su tesis: por eso sirven aún más como prueba. nes, inclusive la del goce del presidente Schreber.
En cuanto a la diferencia entre la forclusi6n y la represión Allí está, en Ia mortificacihn y en el sufrimiento, pero al
y la posicidn de1 objeto R con respecto a la metáfora y la me- mismo tiempo en el goce: él nada en el goce cuando está ves-
tonimia, intentaré elaborar respuestas más detalladas. tido de mujer, el espejo refleja para él la mujer esencial, la mu-
Cuando Lacan articuló la metáfora y la metonimia en "La jer de Dios.
instancia de la letra ..." aún no había inventado el objeto a. Es Lacan dijo que La mujer no existe, a no ser en la psicosis,
verdad que Freud sólo acentuó la castracibn, de manera deci- La mujer Schreber existe.
dida, en los años '20. Y mucho del trabajo de Lacan consistid
en retomar temas anteriores de Freud, reordenándolos a par- P: Nos interesa saber c6mo puede ser transmitido el psi-
tir de la problemática de la castración. Lacan hizo una lectura coanálisis, considerando que el discurso de Lacan nos enseñó
retroactiva. a pensar la diferencia y no la analogia. Si nos ocupamos por
Es preciso estar atentos a hechos que sólo pueden aparecer situar casos clínicos como ejemplos, me parece que aún esta-
a partir de las categorías extraidas por Lacan como: sujeto ba- mos pensando analógicamente. Por otro lado existe ia preocu-
rrado, objeto Q, significante 1, significante 2; las cuales le per- pación por transmitir el psicoanálisis en muchas personas.
mitieran estructurar los cuatro discursos. No es evidente que ¿Cómo se pueden comprender los matemas por fuera de un
tales categorías puedan concernirle a la psicosis. pensamiento analógico?
Recuerdo haberle preguntado en la Sección Clínica -que
por otro lado está publicado en un número de Ounicar?- si J.-A.M.:No entendí muy bien 10 que usted Ilama analogía.
esas categorías eran aplicables a la psicosis. Para sorpresa ge- ¿Lo podría precisar?
neral, respondió que sí; entonces le pidieron que hablara más
sobre ello, y 41 dijo: "Queda para una pr6xima vez" y nunca P: Entiendo por analogía un razonamiento que parte de un
más volvió sobre el asunto. Fue muy gentil de su parte no ha- punto de referencia fijo, una referencia considerada absoluta;
ber respondido, porque durante todo el aÍio de trabajo en la mientras que la metáfora seria un deslizamiento, una sustitu-
Sección Clínica, intentamos hacerlo y también aislar la fun- ción y un movimiento diacrónico continuos.
ción del objeto a en la psicosis, en particular en el caso del pre- En "Función y campo de la palabra y el lenguaje", tacan
sidente Schreber. dice que analogla no es metáfora.
Lacan, cuando habló sobre psicosis, subrayó en el texto del
presidente Schreber, la función del objeto a, aunque no lo ha- J.-A.M.: No existe analogía para la experiencia analítica. En
bía nombrado. Se manifiesta cuando el presidente Schreber se ella, toda referencia está suspendida. Freud intentó verificar
deja perder, momento cmcial en que fue dejado caer. actitudes y dichos de sus pacientes; la única referencia fue el
Es así que Lacan caracteriza al objeto a en una de sus fra- propio discurso, sin los principios de analogía que nos ocu-
ses: precisamente el objeto que cae de la articuIación simbdli- pan. Se puede tener, como máximo, consistencia significante,
ca, el objeto que se desprende de ella. Uno de los momentos y lo que hace el papel de referencia es la lógica y la topología
cruciales de ese delirio es cuando el presidente es un objeto del significante. Para espíritus empiristas, es insuficiente. Pe-
que cae de la palabra divina y se separa de ella. Es más que ro, iqué demuestra la experiencia del psicoanálisis? Que las
una identificación con e1 objeto: él es el propio objeto dejado personas no saben lo que dicen: cuando les repetimos una pa-
labra importante de lo que acaban de decir, pueden sentir un
efecto extraordinario. Lacan partió de lo siguiente: iqué debe EL DESEO
ser el lenguaje? qué debe ser el sujeto para que las personas
no sepan lo que dicen?
Us6 gandes referencias y se dedicó a los casas clinicos de
Freud, ya teorizados por el autor, e hizo otra lectura. Es mu-
cho mejor prueba que traer un caso para apoyar su tesis, y de-
mostrar que los casos del propio Freud la apoyan.
Los casos de Freuci aún son de una escritura clásica, son
las últimas novelas del siglo XIX. Nosotros somos post-joy-
ceanos, post-James Joyce -al que Lacan le consa~róun semi-
-----
" se conta-
-
nario- y no podemos contar mas las historias como Interrumpimos la charla ayer a la noche porque teníamos
ban antes. necesidad de comer y dormir. Toda la cuestion es ésta. ~ E x i s -
te realmente la necesidad de comer y dormir? En psicoanáli-
sis, no se sabe nada sobre la base de la necesidad. Admitamos
San Pablo
al ser hablante hecho de deseo. Para mi, es evidente que no
16-10-81
fui a cenar por necesidad, sino por el deseo de entrar en con-
tacto con Brasil. En cuanto a dormir, es cierto que se duerme
para encontrar los sueños. Podriamos haber continuado ha-
blando, pero otros deseos atravesaron la charla.
El deseo es un concepto complejo, que según Freud puede
ser reprimido y realizado en los sueños y, sobre todo, puede
ser modificado en la experiencia analítica. En verdad, la cues-
tión teórica es saber qué es el deseo. De acuerdo con Freud, es
la esencia misma de la demostración de su experiencia: el de-
seo es sexual. Ahora bien, éste está presente en los animales,
en los que se observan ciclos de comportamiento que ellos si-
guen para realizar el encuentro entre los sexos. Por lo tanto,
ese deseo puede estar relacionado con los ciclos de comporta-
miento cuyo término se da en la satisfacción, pudiendo el de-
seo ser considerado apaciguado.
El deseo sexual, en la medida que determina un ciclo de
comportamiento observable no es le mismo que el deseo que
se interpreta en psicoan6lisis; hay allí un hiato. El deseo que
se interpreta en psicoanálisis es un deseo que por defini-
ción no se conoce; la ignorancia del propio deseo es un efec-
to producido por el dispositivo analitico.
Si el sujeto entra en el dispositivo, por ese hecho se coloca
EE deseo 51
en posici6n de ser interpretable, se separa de su deseo que se su imagen como deseable. Se trata de captar el deseo en la ex-
le torna enigmático. Antes ya lo era, pero en el límite. La dis- periencia analítica, sin desplegar el encanto de la imagen. Si
tancia con el propio deseo es inducida por el dispositivo que hay seduccidn transferencia1 ésta pasa por abstenerse del la-
coloca al sujeto en posición de desconocimiento y, por lo tan- do imaginaria y no por acentuarlo.
to, en posición de que este deseo le sea revelado. La interpre- La tesis de Lacan, una especie de axioma, es que el deseo
taci6n freudiana se ocupa de eso: de desalojar el deseo que en el género humano debe hacerse reconocer.
habita en el sintoma, el. lapsus, el sueño y el acto fallido. Es bastante extraña el hecho de que Lacan haya subrayado
La cuestión es entonces: jqué quiere decir que el deseo se- ese término filos6fic0, extraído de la lectura de Hegel hecha
xual está presente en estas formaciones? ~CUAI es la relación por Kojkve, diciendo que d e todas las figuras que se desplie-
entre el deseo que inviste, formando el lapsus, el acto fallido, gan en la Fenomenologi~~ del espíritu (de Hegel), la central sería
el sueño...y lo sexual que determina m comportamiento tam- el par del amo y el esclavo, cuyo nudo central. se propuso es-
bién en el. ser humano? El ser humano se perpetúa, termina clarecer. Lacan permaneci6 fiel a esa referencia, que lo acam-
conducido a ello de manera extremadamente complicada, lo pañó a lo largo de toda su enseñanza como un materna a1 que
que permite que la especie continúe. Hay alli un hiato que se le va dando, en diversos momentos, sentidos diferentes, La
desplaza en la enseñanza de Lacan, no forzosamente colma- mayoría de las veces, es eso lo que hace difícil captar hasta
do, en las dos vertientes en que el deseo se presenta: la de la qué punto la enseñanza de Lacan se modificó durante su vi-
imagen, que tenemos en común con el animal, aunque se ma- da, aunque él haya permanecido fiel a los mismos paradig-
nifieste en nosotros de modo diferente, y la vertiente en que mas, las mismas expresiones. Él utiliza, por ejemplo, la refe-
aparece ligado al otro. Las dos pueden confundirse cuando se rencia al amo y al esclavo antes del Informe de Roma. Y
trata del otro semejante, especular o imaginario, siendo dic- cuando construye los cuatro discursos en 1970, entre los cua-
tintas si se trata del Otro simbólico. En ese contexto es impor- les está el discurso del amo, con el lugar del amo y del escla-
tante situarse entre la dimensión imaginaria del deseo y la di- vo, lugar que puede ser ocupado por diferentes significantes
mensión simbólica. que permutan: continúa operando con el mismo paradigma
iCuA es la pregunta clínica de Lacan con respecto al de- hegeliano. Existe allí un hiato en la enseñanza de Lacan entre
seo? Explicar, demostrar e inventar su estructura: en la medi- la economía de ciertas referencias esenciales y la riqueza de
da en que el andlisis puede operar sobre el sujeto. Lacan, al las significaciones.
comienzo, encontró el dispositivo analítico y un determinado En la ~e~enomenoiogi~del espírntu, se sitúan frente a frente dos
n h e r o de efectos; no realizó una transformaci6n, aunque la conciencias que deben hacer, por si solas, las mismas opera-
propia construcción lo había vuelto más puro. Su trabajo fue ciones, pues sólo se distinguen por ser dos.
extraer la razón de dichos efectos. Al comienzo tienen las mismas propiedades, y Hegel
TratQndocedel deseo, iqu6 debe ser esa x de la experiencia muestra que la confrontación no implica una si tuación esta-
para que éste pueda ser modificado en un dispositivo que no ble; cada una debe querer dar muerte a la otra. Tomada en
prevé que se despliegue el ciclo del comportamiento sexual? forma pura, la relación dual no puede llegar a un acuerdo,
Dispositivo construido sobre la absfenciíin de tal compor- pues al final cada una debe querer la supresi6n de la otra: en
tamiento y que no está basado en el manejo de la imagen. ese sentido, aparece alli un "el otro a yo" esencial. En esa idea
El análisis se retira de esa dimensión, su fuerza es que 6s- se apoya Lacan cuando considera la paranoia como la estruc-
ta no se presente, que no pueda captarse el deseo ofreciendo tura clínica de base para todo sujeto. En cierto modo, la para-
F
52 J~cquec-AIrrinMilIer EE deseo 53
to de Lacan que mis tarde él mismo rechazo: no es necesario ¿Qué inventó Lacan? Una creación teórica: que el deseo en
que el deseo sea de reconocimiento. juego en la experiencia analítica, el deseo sexual, se inscribe
Desde el punto de vista hegeliano, esa historia no es una en el registro del reconocimiento, está dentro de ese circuito y
cuestión sexual: es preciso que yo reconozca una mujer como depende de la mediación constitutiva. Lo que sucede en un
tal para que sea reconocido como hombre por ella. No es tan punto depende de la mediación, no es un punto aislado, no
claro como para que podamos articularlo así, ya que seria ins- hay mónada. Lo que sucede en el punto 1 s6l0 puede ser al-
cribir en el registro del reconocimiento la diferencia de los ce- canzado por el sesgo del punto 2, por su mediación, por su in-
xos. El "amo y e1 esclavo" funciona para Ja humanidad: reco- termedio.
nocer al otro como humano es muy diferente de reconocerlo Se ve algo así cuando Lacan explica que hay una clínica del
corno sexuado. reconocimiento y que hay un deseo en tma estructura especial
Para el pequeño Hans, eso seria muy simple: en su concep- que encaja muy bien con eso, no siendo una invención com-
ción, todos los seres animados poseían un pene. Para él habia pletamente suya. Eso se observa en la estructura clínica del
un significante de humanidad que podía funcionar. Allí está el histérico. Lacan considera como fórmula general del deseo
equívoco de la frase "Tú eres mi mujer", escrita en el nivel de -punto de partida de su Informe de Roma- que su función, en
la atribución simbólica, aunque estemos en el nivel del pacto. el ser humano, es la de hacer reconocer el propio deseo. Ins-
Es bien diferente de "eres una mujer", expresidn que Lacan no cribe el deseo en una relación intersubjetiva y así pudo expli-
comentó, ero fue la dirección hacia la cual se desplazó su en-
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señanza. ste, sin embargo, no es el problema del "Tú eres mi
mujer". La cultura ha116 muchas formas de decir eso. Por otro
car por que la experiencia analítica puede operar sobre el de-
seo, si éste fuera intersubjebvo, en un análisis tambih inter-
subjetivo.
lado, "eres una mujer" es mucho más complejo. En el estadio ¿Cuál es la definición que Lacan nos da sobre el deseo?
del espejo, el otro en cuestión, el otro especular, es del mismo Un desea evanescente, cuyo único objeto y Única satisfac-
sexo. Lo que secretamente habita esa primera construcción de ción es ser reconocido por el otro. No tiene ninguna sustancia:
Lacan es una ausencia de consideración de la diferencia de los lo que lo dominaría, io encuadraría, lo habitaría, sería el de-
sexos, ya sea de modo especular o filosóficamente.Los filóso- seo de reconocimiento. De extrema sofisticación, en ese con-
fos siempre tuvieron grandes dificultades para integrar la con- cepto algo está en un círculo lógico. ¿Qué es el deseo? Es el
sideracidn del hecho de que existan dos sexos. Podemos leer la deseo de hacer reconocer su deseo.
Crítica de la razón pura, ...de la ~nzónprácf im,o del juicio, de Kant, Es un círculo vicioso: desde el punto de vista lógco, no se
sin sospecl-iarque existan dos sexos. Obviamente, en la doctri- puede definir al deseo sino por él mismo. Esta definición le
na de las costumbres él considera la existencia de los dos se- conserva el estatuto de x y muestra que él se enfrenta sola-
xos. En la antropología tarnbihn se toma en cuenta que existen mente con faltas, como el vértigo de ayer a la noche. Tiene el
dos sexos. Los fil6sofos tienen gran dificuItad en admitir eso, mismo aire de infinitud, de pseudo-infinitud que e1 síntoma
existiendo incluso aquellos que construyen una dimensión de ayer. Eso no le da nada sustancial, ningún objeto con sus-
donde tal diferencia no se presenta, por lo cual se les hace ne- tancia: el propio deseo no es nada más que el reconocimiento
cesario explicar que existen pequeños sexos o multiplicidad de de1 deseo. iDe cuál deseo? Del deseo de reconocimiento, he
ellos. Esto testimonia la dificultad filosófica en poder dar aquí el círculo.
cuenta de eso. EI propio Lacan ccimenz6 por ahí, por extraer Existe un indice que se puede tomar para situar esta cons-
w t a dimensión en que eso se diluye. trucción en la enseñanza de Lacan: retomar ese otro paradig-
l
El deseo 57
t
ma que lo acompaña a lo largo de su enseñanza, eIfort-da. La- pertamos, luego de un pequeño viaje encantado. También yo
can retorna decenas de veces y de m modo un poco diferen-
te cada vez, el momento que Freud aisl6 con un carretel, el ni-
ño con su carretel. En el Informe de Roma, jcómo presenta el
i
1
soy sensible a esa fascinación absolutamente especial. En fin,
eso no debería impedimos pensar por nosotras mismas, com-
parar un texto con otro, o cuando vemos tres o cuatro expre-
fort-da? ¿Que parece indicar el modo como lo presenta? Hay siones en paginas diferentes de un mismo texto que intentan
la que 61 llama un campo de fuerza del deseo, eso no es muy emontrar algo. Hay algo que no es satisfactorio en sus esfuer-
claro, y hay un deseo de cierto modo preliminar, un deseo zos. Por ejemplo, la expresión del nlku-ego que lo domina es
bruto. E1 furt-da marca d momento en que ese deseo bruto justamente una expresión bastante inestable.
-admitamos allí el Deseo de la madre, en la medida en que se- Una función que es una negativización. ¿Qu&quiere decir?
ria bruto-, se encuentra en la operacidn del forf-da sofisticado, tacan la retornará en otro momento. Lo dice de manera bas-
negativizado, dado que de ahora en adelante lo que será re- tante hegeliana, evidentemente, muy patktica: el símbolo es la
querido es el retorno del carrete1 y ya no mt5s el de la madre. muerte de la cosa. ¿Qué implica eso? Es lo que quiere decir el
Y en ese momento, dice Lacan, en que éi percibe e1fort-da, teo- elefante en la tapa del seminario. Cuando digo elefante, inclu-
riza esa accibn, la considera su propio objeto. E1 deseo bruto so si él no está alli en su presencia, en verdad está alli en for-
es de cierta manera negativizado y sustituido, yo diría, por ma descarnada, puedo hacerlo entrar por medio de palabras.
una auto-reflexión del deseo, AI mismo tiempo muestra al En el momento en que lo nombré como sustancia, él desapa-
otro implicado en ese deseo, y él lo formula allí, a ese otro, al rece, Los hombres saben que los elefantes existen y comenza-
decir que era ixn aífer-ego. ron a e r l e s un nombre, el nombre elefante, ei nombre que los
No extrajo aún al Otro que será inmediatamente un punto elefantes no conocen, los elefantes no saben que son elefantes
clave de su teorfa-ciertamente podría encontrar la cita-. En el para nosotros. ElIo no impide que tenga un gran efecto sobre
momento delfork-da, el niño eleva su deseo a una segunda po- sus existencias, que nosotros sepamos y que los hayamos
tencia por su acción, que negativiza el campo de fuerza del nombrado, Los elefantes como especie, cuando comienzan a
deseo para volverse su propio objeto. En Ia soledad, el deseo ser nombrados, no sobrevivirán por mucho más tiempo.
del niño se vuelve el deseo de un otro, de m alter-ego que lo Siempre exaltamos ese pasaje de la Biblia: "ellos Ies dieron
domina, hay allí un alter-ego que es una figura dual y a la vez nombres a las especies, etcétera". Qué lindo! Los pequeños
lo domina, eso supone que estamos en un nivel superior de la pájaros ...Por otra parte, siempre nos preguntamos en que len-
aIteridad, es el equivoco supuesto en e1 esquema y cuyo obje- gua ellos les dieron esos nombres, Todo eso es maravilloso,
to de deseo es su propio pensamiento. pero el momento en que Adán da lindos nombres a toda la
Es difícil que veamos a Lacan escondiendo algo. Su estilo creación, elia está condenada al exterminio. Todos los días
es formular ias cosas de manera afirmativa. Estamos frecuen- constatamos que es así como nos desenvolvemos nosotros y
temente frente a ese texto que eran las tablas de la ley, las con- todos los ecologistas del mundo, tan simpáticos, tan conscien-
sideramos en primera Iinea y luego hay una mano autoritaria tes del efecto del progreso del discurso de la ciencia, no pue-
que nos toma y nos conduce por su camino y seguimos hasta den hacer nada contra esa lógica. E1 símbolo es la muerte de
el final. hasta la última línea. Y la mayor parte del tiempo, la cosa, también materialmente, y nuestra propia especie tra-
cuando commtamos a Lacan, lo seguimos como una gallina ta de encontrar los medios para ponemos en peligro como es-
fascinada, seguimos la linea del texto hasta el final -momen- pecie, pero no encontramos los medios para poner en peligro
to en e3 que nos encontramos exhaustos-, y finalmente des- a los individuos, incluso a grandes colectividades. Ahora sa-
l
El deseo 59
bemoc, especialmente con esas cositas que hacemos con nues- La teoría del Informe de Roma es equívoca: por un lado te-
tras celuIas, que tenemos algo a partir de lo cual llevar al Iími- nemos al deseo como deseo de reconocimiento, y por el otro
te la muerte de la cosa, la cosa que nosottos mismos somos. tenemos al deseo eterno en el sujeto, eternizado en él a partir
Eso es siempre patético de decir. de la negativización significante, Son dos construcciones que
La dimensión que se introduce con la negativización del. no tienen la misma Iógica, que será necesario hacer coincidir
significante, permite la anulación de la referencia sustancial. enese punto. Evidentemente, la expresi6n que Lacan a partir
Lo cuaI le hace decir a Lacan, por ejemplo, en su Seminario de alli promoverá, "El deseo es el deseo del Otro" -expresión
AEin, en el '72-'73: "El lenguaje no tiene referencia". Todos se extremadamente seductora- según la perspectiva desde la
quedaron sorprendidos: ";Qué novedad! !Cómo dice eso La- que se la considera, puede tener sentidos diferentes. En prin-
can!". Para mí es lo mismo que dijo en el Informe de Roma, cipio puede ser de orden simplemente imaginario, deseo lo
que el símbolo es la muerte de la cosa. Es otra manera de de- que desea el otro, sólo deseo porque el otro desea. Lacan iEus-
cirla. La primera, hegeliana; la segunda, una manera lógica- tra esa rivalidad con el ejemplo de Carlos V y Enrique VIII,
positivista. Es la misma cosa la que se intenta decir, "lo que mi hermano quiere, tambikn yo lo quieror'. ¿Sería és-
Es la negativización del significante lo que le da una chan- ta una expresión de acuerdo o de rivaIidad? Es difícil saberlo,
ce de captar un rasgo que no es a priori explicado por el circui- pienso que ocurre lo mismo en portugués. Será una expresión
to del reconocimiento. El deseo, en el sentido freudiano, es de rivalidad, o tal vez, por e1 contrario, una exprecibn de
eterno, en si mismo no tiene su fin. Eterno entre comillas, pe- acuerdo, y según se escriba al otro con "o" (otro) o con "0"
ro un deseo que no es justamente del tipo de esos deseos que (Otro), nos situamos en una dimensión imaginaria, de rivali-
encuentran su satisfacción al término de ~ uciclo
i de compor- dad, o en una dimensión simbólica. Por otro lado, a partir del
tamiento sexual. El problema del deseo en el sentido freudia- momento en que Lacan efectivamente escribe a1 Otro y sitúa
no es que no hay satisfacción y que él, en el inconsciente, es- lo simbólico,las dos dimensiones que expuse, las dos vertien-
tá en cierto modo eternizado, supone la desaparición del tes, se pueden encontrar.
objeto. Si el deseo tuviese un objeto determinado, podríamos Ustedes tienen un buen ejemplo de esos equívocos, de la
imaginar que, capturado, podríamos satisfacerlo, y es aIli manera como se desarrollan, precisamente en el primer serni-
donde Lacan opone lo natural a lo simbólico. Si el deseo del nario de Lacan, hasta hoy el único que fue traducido al portu-
que se trata es un deseo natural, podríamos decir: "Bien, pue- gués, el finico publicado en Brasil, me pregunto por qué.
de encontras su satisfacción consumada". Si consideramos el Es posible que se lea menos a Lacan que a Maud Manno-
hambre como una necesidad, se come y después se llega a la ni, es una lastima para Brasil. Pensé en aprovechar mi estadía
saciedad y después se puede comer de nuevo. Dormimos aqui para buscar a los editores en cuestión, y averiguar lo que
cuando estamos cansados y luego permanecemos despiertos. los motiva a no publcar otros serninari~s.~
Tenemos funciones que conocen un ciclo de despertar y de sa- Ustedes verán, especialmente en la parte central -que él
tisfacciíin. llamó "Mas a116 de la psicología"-, que en los tres capítulos
La satisfacción de la que se trata, según Freud, en el deseo, "La báscula del desea", "Las flucfxiaciones de la libido" y "El
es otra cosa, no termina, y esto es verdad para el deseo y tam-
bién para la pulsion. Tratándose del deseo, la única cosa que
2. En la actualidad, abril de 1997, ya se encuentran publicados en
lo satisface son las cosas que no existen. El sueño es la realiza- portugues por Jorge Zahar Editor, los Seminarios 1,2,3,4,7,8,11,17 y
ción del deseo, que satisface cosas que no existen. 20.
niicleo de la represión", se puede verificar hasta qué punto 110s distingue a nivel de lo imaginario. Es el lugar esencial de
estas cuestiones no están resueltas. Vean por ejemplo, en el ca- la imagen de sí mismo, imagen del.propio cuerpo, todo lo que
pítulo 13, p. 253 (de la edición castellana}: "En el origen, antes es del orden de lo imaginario en nosotros puede ser reducido
del lenguaje -dice Lacan-, el deseo s610 existe en el plano úni- a esto: es lo que Freud llama narcisismo, Nuestro propio sem-
co de la relación imaginaria del estadio especular; existe pro- blante es lo que nos interesa, todas las formas imaginarias son
yectado, alienado en el otro. La tensión que provoca no tiene de hecho deducibles de esa imagen. Es ksa la teoría que Lacan
salida. Es decir que no tiene otra salida -Hegel lo enseña- que pone en su lugar.
la destrucción del otro". 61 evoca: "En esta relación, el deseo Continúo con la enumeración de los tiempos: el tercer
del sujeto sólo puede confirmarse en una competencia, en una kiempo sería aquél en el que el deseo se simboliza, se media-
rivalidad absoluta con el otro, por el objeto hacia el cual tien- tiza, que es la expresión que emplea Lacan. Vean:
de". "En el sujeto humano, el deseo es realizado en el otro, por
Ahora bien, ¿quéretener de ese párrafo? Esa historia, "en el el otro -en casa del otro. ..", capítulo 14, p. 263 de la edicihn
origen, antes del lenguaje, el deseo sóIo existe...".Claro, Lacm castellana. "Éste es el segundo tiempo -dice- el tiempo espe-
vio más allá:no es el ser cronológico, 61 no se interesó en el de- cular [...] A partir de entonces -he aqui el tercer tiempo- el de-
sarrollo. La consideración tanto del estadio del espejo como seo del otro, que es el. deseo del hombre, entra en la mediati-
delfo~t-datiene algo interesante, una cierta consideración del zación del Ienguaje t...] entra en la relación simbólica [.,.] en
desarrollo; sin embargo, él no se ocupii de la cronología sino una relación de reconocimiento recíproco y de trascendencia,
de la 16gica de la cuestión, lo que viene a dificultar más las co- en el orden de una ley ya preparada para incluir la historia de
sas. En esa época, para 61 hay un estatuto del deseo previo al cada individuo".
lenguaje, dicho con todas las letras, Lo que veremos luego de Tenemos alli al Lacan humanista, que dice que, definitiva-
esta construccitin, y para resolver dificultades teóricas preci- mente, la comunidad humana encuentra su consistencia en lo
sas, es que Lacan plantea que, por el contrario, no hay deseo simbólico.
sino a partir del lenguaje, como efecto del lenguaje. Aquí, esa He aqui la definición que da de la palabra, p. 266: "La pa-
construcción estd aún sustentada en la suposici6n de un deseo labra es esa rueda del rndino donde constantemente se media-
anterior, lógicamente anterior al lenguaje, que impondría -en tina el deseo humano al penetrar en el sistema del lenguaje".
última instancia como un segundo e incluso un tercer tiempo- Les mostraré que lo que sigue a esta construcción es com-
la mediatización de1 deseo. Si podemos construir allí, sera pletamente diferente. No se trata del deseo en el orden del
acerca de lo que él va bordeando en esos seminarios, que son lenguaje sino, por el contrario, como efecto del lenguaje. Es
seminarios de investigación. No son seminarios del sujeto que una inversión completa a la cual Lacan va a ser conducido.
sabe y que desde lo alto de la montaña dice: "Es así". Él se Hay un sesgo "pastoral" en el seminario. Por ejemplo, cuan-
rompe la cabeza para lograr sostener en conjunto sus planteos. do dice que entre el hambre y la mujer las cosas podrían mar-
Si comprendemos su teoría, el primer tiempo en un senti- char. Vean lo que dice, por ejemplo, cuando comenta el texto
do lógico es el de un deseo que sería bruto, en cierta manera de Balint: "Si el amor está totaImente capturado y adherido
un impulso vital, un instinto; el segundo tiempo seria e1 del en esta intersubjetividad imaginaria [...] exige en su forma
deseo como imaginario, que encuentra su estructura en el es- acabada la participación en el registro simbólico, el intercam-
tadio del espejo y que evidentemente ya e5 distinto en el ani- bio libertad-pacto, que se encarna en la palabra dada".
mal, pues al animal no le importa su propia imagen, lo que ya fiste es un fragmento de sermón, de prédica, por lo tanto
El deseo 63
el otro que está presente en la psicosis schreberiana no es un sas, Así logra articular la dimensión imaginaria a la dimen-
otro gentilmente situado en el circuito del reconocimiento, un sión simbólica del deseo. Una vez que alcanzamos este pun-
otro que hace bien su trabajo derivando las cosas en direccián to, vemos que la que va a interesarle a Lacan es fa dimensión
al sujeto, para que kl. encuentre allí, digamos, su identidad per- real de la cosa, y para ello necesitará transformar una vez más
dida, Entonces, desde esta óptica, se trataría de que el sujeto esa construcci6n. Es cierto que las cosas deben ser situadas a
encuentre su identidad perdida como sujeto de su deseo. partir de esas dos dimensiones.
Retornando, Lacan articula esencialmente dos cosas: arti- Ahora bien, ide qué vamos a dar cuenta? De lo que impli-
cula el deseo con la función de la imagen, más precisamente ca la teoría del narcisismo en Freud: que el deseo se aferra a
con el narcisismo. El deseo se relaciona con la dimensión de formas narcisisticas. Lacan lo desarrolla nuevamente en El Se-
lo imaginario por la vía del narcisismo. En segundo lugar, el tninnrio 2, cuando se ocupa del amor a primera vista de
deseo como algo inextinguibIe -esa dimensión se volver&ca- Werther por Charlotte, que acunaba maternalmente a un ni-
da vez más importante en la psicosis- dar cuenta, como sea fio. La coincidencia del objeto con la imagen fundamental. Po-
posible, de que el deseo inconsciente está eternizado. De esa demos dar cuenta de eso por el hecho de que él mismo se si-
manera, el desee se relaciona con la función simbólica. Es po- túa en la imagen que le presenta la idea del otro, que él ubica
sible incluso imaginar que a veces hay un acento más desta- cl amor a primera vista como una metáfora del deseo sexual.
cado que otro. En primer lugar, el deseo se relaciona con la di- Su deseo va a fijarse alli s6l0 ci coloca su propia imagen e n el
mensión de lo imaginario; en segundo lugar, el deseo se espectáculo que se le presenta. Tenernos ahi un paradigma de
relaciona con la dimension simbólica. Quiero destacar una CO- la fijacibn imaginaria del deseo a partir del cuadro que se nos
sa: que la enseñanza de Lacan no dejó de transformarse, hay presenta. Lacan concluye que es el narcisismo el que envuel-
un punto de síntesis provisoria, de referencia para 61. J-acan ve las formas del deseo, que marca la dependencia primera
con ese gran grafo -ustedes saben el grafo de dos pisos- nos del deseo del sujeto con relación a su imagen.
proveyó del elemento y de lo que vendrá: cuál es la funcion Por un lado existe esa dimensión, la de un modelo imagi-
que Lacan aislará en Freud precisamente para mostrar esa do- nario +amo en la expresión de Lacar-, y por otro lado, la di-
ble relaci6n con el deseo; relacidn con la dimensión imagina- mensión de la repetición del deseo, del deseo inextinguible.
ria y con la dimensión simbiilica. Es realmente necesario ha- Es precisamente lo que Lacan llama la rememoración perma-
cer esa reconstrucción para comprender por qué promovió de nente del deseo en el síntoma. Hay una juntura que falta en-
tal manera ese término de Freud, el fantasma. La prevalencia, tre esas dos dimensiones. Lacan intenta valerse de eso dicien-
la importancia capital del fantasma en la ensañanza de Lacan do en "La cosa freudiana": "La insistencia repetitiva de esos
proviene de que en &te, precisamente, la función imaginaria deseos en la transferencia y su rememoracihn permanente en
se presenta donde el deseo se sostiene. Y, al mismo tiempo, un significante del que se ha apoderado la represión, es decir,
una función simbdlica, ya que se trata de un escenario que de donde lo reprimido retorna, encuentra su razón necesaria y
hecho dar&la construcción que seguiremos. suficiente, si se admite que el deseo de reconocimiento domi-
iQu4 proporciona la fórmula que figura en e1 grafo de La- na en esas determinaciones al que queda por reconocer, con-
can: d para deseo, + una flecha, $ barrado, o punzón, a-mi- servándolo como tal hasta que sea reconocido".
núscula (d + $ O a) que es la fórmula que él da para el fart- Mientras no haya reconocimiento del deseo por parte del
tasma? Esto es una solución de hecho provisoria para todas Otro, el deseo se conserva indefinidamente, y eso explica lo
las dificultades que encontramos en la articulacibn de Ias CD- que Freud kabia dicho. No es muy convincente, porque no es
El deseo 67
para é1 el inconsciente pasa a estar estructurado por las leyes 17osiciÓr1,sus preguntas se volvieron las mías. Todos esos mo-
del lenguaje. R r o si hacemos nuevas investigaciones sobre mentos, ese instante del deseo bruto, ese instante del psicóti-
las psicosis, nos podemos preguntar a partir de cuál defini- i.o que es anterior a la ley del padre, de ese cuerpo despeda-
cidn del orden simbólico vamos a proceder para situar su zado que sabemos que es la propia imagen del psicotico. Me
desfallecimiento. Existen muchas cuestiones que están im- pregunto dónde se inscribe el cuerpo en la psicosis. La mujer
plicadas allí en un punto muy posterior de la ensefianza de que no esta inscripta como el hombre en el inconsciente, es el
Lacan. A partir del momento ui que Lacan implica el goce en primer cuerpo. Es en esa relación de real donde Lacan lo ins-
ei orden sirnb6lic0, estamos obligados a decir que es precisa i-ribe, pero cuanda se habla de psicoanálsis del cuerpo, que-
operar desde ese punto. Existe allí una relación con los trata- da sobreentendido que se habla del objeto a, sobreentendien-
mientos clínicos ya que dependen de una hipótesis sobre la rinse que se habla de toda lo que usted present6 hoy y
estructura del inconsciente. La posición de1 analista es sus- sobreentendiéndose también especialmente en la psicosis.
ceptible de cambiar según lo que él supone acerca de la es- ¿Cómo se inscribe ese cuerpo en el inconsciente?
tructura. Por ejemplo, Lacan de ninguna manera mantuvo la
idea de que no existe Otro para el psicótico. No la mantuvo P: Me gustaría decir algunas palabras más sobre la psico-
pues en el esquema que él hace de Schreber, incluso si hay sis,Lo escuché a usted decir que el psicótico está fuera del
agujeros que se introducen, mantiene esas estructuras, la rela- cliscurso. ¿Usted piensa que existe alguna posibilidad de ins-
ción entre e1 yo y su semejante; él dice: "en verdad, considero cribir ese discurso o no?
que si Schreber se sostiene de dos maneras, muy claras, es
porque él continúa teniendo una relación de amistad conyu- ].-A.M.: De hecho, son tres preguntas relacionadas. Lacan
gal con su mujer y, en segundo lugar, es claro que Schreber se sc dedicó a la cuestión de la psicosis en "De una cuestión pre-
dirige a alguien, se dirige realmente pues quiere hacer de su liminar...", que est6 en sus Escritos; no. obstante, allí no termi-
caso cUnico, la clinica Schreber. No se lo puede reprobar, 41 116su relación con la psicosis. Continuó, por ejemplo, con la
quiere dejar su clínica para la humanidad científica". Decir presentación de enfermos. Pero desde ese gran texto no hubo
"el psicótico está fuera de ias leyes de la palabra" es un poco nada comparable en toda su enseñanza. Fue cuestionado en
radical, una &poca,hace cinco o seis años, por un pequeño grupo que
se reunía en la Escuela Freudiana. Le pregunté por qué no ha-
P.: Sosteniendo que lo simbólico debería definirse a partir bía hecho otros avances sobre la cuestión de la psicosis. Res-
del Nombre del Padre, pienso que mi pregunta permanece en pondió gentilmente que era porque no había visto bastantes
suspenso: ¿cuál sería el futuro en cuanto a la posición posible psicóticos y no tenia experiencia suficiente para adoctrinar
del analista en relación a esa falta del Nombre del Padre? correctamente en cuanto a ese tema; señal de una gran humil-
dad clínica. Le preguntarnos si habia tenido psicóticos en m á -
J.-A.M.: ¿Ustedes quieren que primero responda ésta o de- lisis. Dijo "sí". Le preguntamos si 10s había curado. Respon-
' sean agregar otras preguntas? di6 que eso había sucedido pero que no sabia cómo lo habia
hecho. Él nos habló de la cura, la cura de los niños psicáticos,
P:Me parece mejor hacer mi pregunta ahora. Cuando us- como Maud Mannoni. En general, eso consiste en detenerse
ted comenzó a pensar en las fisuras que existen en una lectu- en un momento del relato, a mi me gustaría saber qué pasó
ra como la que usted hizo, especialmente en el final. de su ex- dos años o un año después. No estoy convencido de que se-
pamos de una manera tan segura acerca de la cura. La pre- 1.5 la policía quien hace la selección en los hospitales psiquiá-
gunta es: jes posible por un forsamienfo, por un injerto, reins- Iricos: la policía y las familias. Al sujete se lo coiiduce alli
cribis al psicótico en el orden simbdlico del cual fue rechaza- iquando no se encuadra en las exigencias de sociabilidad,
do? Es lo que Melanie Klein intenta con los niños, el famoso 13uandofracasa en relación al lazo social. No tiene nada de ex-
forzamiento edípico que ella lleva a cabo con el pequeño Dick Iiaordinario decir que la psicosis está básicamente fuera del
del que Lacan habla en El Senzinauio 2. Ella mete el simbolis- iliscurso. Eso no quiere decir fuera del lenguaje. El discurso es
mo en él diciéndole cómo irá a estructurar las cosas con su pa- i lila concreción del lenguaje, especial, institucionalizada.
dre, su madre, siendo 61 el pene. Eso constituye una imposi- Ahora, en cuanto al psicom(l1isis del cuerpo, es preciso ser
ción forzada de lo simbólico para que 41 se encuentre. Parece c.laso: no hay psicoanálisis del cuerpo. E1 cuerpo está inscrip-
algo escandaloso; los filósofos encuentran escandalosa la in- to y representado en el inconsciente. ~ C Oesti ~ Orepresenta-
tervención de Melaxiie Klein. Es mejor que arrodillarse frente ilo? Bajo la forma despedazada, representado esencialmente
a un esquizofrénico creyendo que eso es realmente la posición 17or 10s cuatro objetos involucrados en el. circuito de la pul-
subjetiva suprema, lo que de hecho es un delirio irresponsa- xirin: los senos, las heces, a los que Lacan agregó la voz y la
ble. No era a ese trabajo filosófico al que me refiero; EE Anfi- mirada, cuatro desechos del cuerpo que tienen función en el
Ediipo no es un trabajo para tomar en serio. El propio autor de- inconsciente. Se agrega la forma imaginaria que se imprime
cía que no tenía una respuesta para la que habia formulado r*nel. inconsciente, al cuerpo del hombre, que se llama falo. Es
allí. Es normal pues, que nadie haya pensado verdaderamen- ,isi cl cuerpo en el inconsciente: no es Ia carne, es lo que hace
te en practicar esquizo-análisis, ni ellos mismos, los primeros. ttue no haya relación sexual en el inconsciente. Por un lado,
Lacan ciertamente no tomó una posición teórica respecto a ilxiste la representación de un único sexo, en relación a la cual
ello, se sabe que existen muletas imaginarias para esas fallas los dos sexos tienen que determinarse, ambos en relacidn al
simbólicas. Éstas le permitieron al presidente Schrebcr man- iilismo símbolo sexual.
tenerse hasta los cincuenta y u n años con la falla esencial, que Y, por otro lado, hay cuatro objetos, sustancias del objeto a,
nadie percibe. objetos asexuados. Hay en realidad dos sexos, pero en el in-
Hay muletas imaginarias que la vida, la existencia, le ofre- consciente hay un único símbolo para los dos; en cuanto al
cen al psicótico, pero que lo colocan en una dependencia ex- rcsto, es asexuado, lo que no le hace más fácil la vida al cuer-
trema a esa contingencia. Si la vida retira esas muletas, se que- po. Podemos soñar siempre con reencontrar la armonía con el
da sin apoyo. Cuando esa falla se revela, se puede intentar cuerpo, con reintegrar el sujeto a su cuerpo. Para esa separa-
inventar muletas imaginarias, nuevas muletas. Es verdad que ci6n pluralizante que acabo de evocar, 110 hay remedio; cuan-
el anclaje de esa o aquella relación psicoterapéutica puede do el discurso de la ciencia era menos virulento que hoy en
funcionar asi, no obstante no se sutura la forclusión. E inclu- día, era posible encontrar una forma cIara para acomodarse
so aunque se haya curado algo, es una actividad de sostén tnejor al goce del cuerpo. Había sabiduría, un saber hacer con
que ofrece apoyo suficiente para que, con esa herida abierta, cl goce del cuerpo. Claro que sofiarnos, sólo hacemos eso, no
el sujeto consiga incluso así más o menos mantenerse. podemos practicarlo, y a medida que el discurso de la ciencia
Es muy difícil constituir la psicosis en lazo social; ella no se expande, se profundiza, eso se pierde, esa sabiduría se
genera lazo social, escapa al lazo social. ¿A quiénes lIevamos pierde irremediablemente. A medida que el malestar se ex-
a los hospitales psiquiátricos, al menos en Francia? A las per- tiende, al mismo tiempo el psicoan~lisisextiende su empresa,
sonas que no están estabiIizadas en el lazo social, finalmente resiste desde ese punto de vista. Claro que según los lugares
El deseo 77
del mundo, segun la penetración de esa entidad abstracta que implica que basicamente es hablado a la vez que es hablante,
es el discurso de la ciencia. Y los lugares donde no se adapta- y que es incluso más hablado que hablante pues está determi-
ron completamente a ese discurso, serían lugares en donde nado por un significante que le es exterior. Eso lo conducirá
aparentemente esa armonía con el goce sería posible. Es la le- inclusive a la expresión: "hablante-ser", que expresa al mismo
yenda que creamos en Francia sobre Brasil, que habría más fa- tiempo, ser hablante y ser hablado. Ahora bien, en el Informe
cilidad aquí con el goce. Se dice eso o porque está lejos o por de Roma tiene una posici6n diferente, acentuando el carhcter
exotismo. Pero la presencia de ustedes aqui, practicantes del de actividad del habla, y ello acompaña esa teoría del recono-
psicoanálisis, muestra que no se trata de eso. El psicoanálisis cimiento pleno y entero de la identidad del sujeto en su deseo.
gana. Se trata de un punto de ruptura capital en su enseñanza: ais-
lar el momento en que Lacan renuncia a la idea de reconoci-
p:Me gustaría hacerle una pregunta en relación al deseo. miento del deseo. Es un punto clave a partir del cual Lacan re-
En la primera de las teorías de las pulsiones en Freud, las pul- comienza, y espero poder ccinducirlos hasta ese punto antes
siones de autoconservación y las pulsiones sexuales, el pri- de pasar a otras cosas.
mer modelo de conflicto entre pulsión de autoconservación Plantearé cuestiones respecto de la clínica. La clínica, la di-
-o pulsión del y* y las pulsiones sexuales es superado por nica psiquiátrica, la clínica de observación, no es un dato bru-
otra oposición: pulsión de vida, Eros, versus la muerte, Thana- to. La gran clínica psiquiátrica que se constituye a lo largo del
tos. Lo que veo en Laca11 sería eso: tenemos también el yo y la siglo XIX, especialmente en Francia y en Alemania, eran dos
opasici6n en relación al deseo; el deseo es lo que desborda, escuelas con una cierta relación de rivaIidad, de complemen-
pone en jaque al yo. tariedad. Eso termino, extrajimos de ella todo lo que pudi-
Luego esa oposición se inscribe en otro termino de conflic- mos. Terminó en los años 1920,1930, después no se encontró
to que sería el goce. La función del deseo en cierto modo se- una nueva entidad. Con los medios propios de la clínica psi-
ria la de cernir hasta preservar una cierta unidad narcisística. quiátrica se arrib6 a un cuadro satisfactorio que es su comple-
tud. La Última gran tesis psiquiátrica de la escuela francesa es
J.-A.M.: Puede ser que esa sirnetria sea un poco artificial, la tesis de Lacan, en 1931, el último suspiro de la clínica psi-
que no haya simetría entre el t4rmino sexualidad, tal como quiátrica. Un joven psiquiatra que no es lacaniano, Paul Ber-
usted expresa en primer término, y el deseo que figura en se- cherie, public6 su tesis Fundamentos de ln clinica, en la cual in-
p d o término. Estoy de acuerdo con eso, ego x deseo. En el tenta demostrar que la c l í í c a psiquiátrica termin6 hace
punto al que arribamos respecto a Ea construcción del concep- cincuenta años. Desde entonces, evidentemente, por un lado
to de deseo en Lacan, por el contrario, éste aparece en un mo- la psiquiatría continúa, y por otro lado también, la biologia
mento ligado al ego imaginario, que es lo que implica preci- rnolecular, prometiendo llevar a cabo en breve el fin de la psi-
samente la teoría del narcisismo en Freud: que el deseo en el quiatría, 6 reducir la psiquiatris a la asistencia social, pues es
ser humano está conducido pos las vías del narcisismo, que es preciso decir que ya está, en rnucl~oslugares, reducida a eso.
más hablado que hablante. Vean entonces que en la época del A partir del momento en que se inventó el medicamento pa-
Mofme de Roma, Lacan toma muy en serio el hecho de que ra las enfecmedades mentales, ¿cual clínica necesitamos? La
, el hombre sea hablante, y dice que cuando 61 es hablado, está . clínica de los efectos del medicamento. De la gran clínica clá-
loco. Ustedes verán que es muy diferente de lo que va a decir . . sica, que era tan fina, tan llena de matices, han quedado sen-
mas tarde, cuando considera que justamente el inconsciente cillamente elementos que permiten decir que tal medicamen-
to tiene o no tal efecto. Es una clínica que se construyó a par-
tir de la eficacia del medicamento. Mientras que la clínica psi-
coanalifica no está cerca del fin, se distingue de la otra por el
hecho de que el propio paciente enuncia su síntoma: la dife-
rencia fundamental es que su síntoma es el que lo conduce al
anilisis. A partir de1 momento en que el síntoma llama al
complemento del psicoanalista, éste viene en la experiencia
analítica a unirse al sintonza. Eso da identidad, el sintoma to-
ma forma propia, lo que dice Freud al afirmar que es sólo en
la experiencia analitica que los shtomas adquieren su forma
consistente en la enunciaciói~que es hecha. La clhica pslcoa- Intentaré retomar el tono de la charla que había dejado de
nalítica tiene ese rasgo particular que la torna difícilmente ob- lado para comunicarles mis preocupaciones con respecto a los
jetivable, difícilmente transmisible, pues incluye a aquel que cambios de la enseñanza de Lacan. Durante estos tres prime-
se dice observador y lo incluye de manera esencial. Tambien ros encuentros sus observaciones fueron tomando una cierta
esto es verdad para la clínica psiquiátrica. Sabemos que Char- consistencja: no exactamente la que yo esperaba, pero sí la
cot tenia algo que ver con la demostración de sus lustéricas: que habia previsto a pesar de todo.
cuanto más el interlocutor de la histérica hace de sujeto su- Yo esperaba el malentendido.
puesto saber, cuanto más imita al sujeto supuesto saber, más Intentaré hablar de lo que nos preocupa: por un lado la
se agrandan las manifestaciones de la histeria, más crecen, eso psicosis y por el otro la transmisibilidad del psicoan&lisis.
ofrece teatro puro. De parte del analista puede ser necesaria IJay un punto en el que la psicosis y el materna se recortan. Se
cierta deflación, si él no desea que la histérica se agite excesi- recortan precisamente en el escrito; no hay transmisión inte-
vamente. Pero no existe la clínica bruta en psicoanálisis. La gral.
clínica psicoanalítica es siempre de transferencia: en ella no Son escritos de difícil lectura y, a causa de la imposibilidad
puede abstraerse la cuestión de la posición del analista. Todo de leerlos, será un verdadero hallazgo si toda esa producción
lo que es un caso está siempre marcado, debe ser marcado por termina apareciendo en las librerías. Eso no impide que acu-
esa suspensión. En el relato del casa analitica, se trata siempre inulen papeles. Lo mismo sucede con los escri.tos específica-
de un analista que expIica la idea que 61 tiene de su lugar. De mente científicos, no hechos para ser leidos, contrariamente a
allí deviene la forma en que él teoriza e1 deseo, el goce, la se- lo que sucede con las novelas, hechas para ser leidas. No obs-
xualidad, el hambre, etcétera. Cuando Lacan nos habla del tante, algo puede enseñarse a partir de esos escritos, algo que
deseo, del goce, del reconocimiento, lo que el está haciendo es se sostiene sin ayuda de la traducción. Allí no hay riesgos de
clinica. Nos muestra cómo se aprehende por sí mismo el fenó- malentendidos, porque en una fórmula 16gica no hay nada
meno de la experiencia analítica. que entender. Como se habla "sobre", se habla a partir "de lo"
escrito, allí también comienzan las inquietudes. Eso parece
San Pablo singular: la tesis de Lacan es que incluso lo real, que en la ex-
periencia analítica no tiene nada que ver con lo concreto, de-
pende de la escritura. No se lo puede captar y aislar sino a
partir de una red de significantes. Lo real se diferencia del res-
80 Jacqraes-AlaiinMiller La psicosis 81
to, especialmente porque presenta lo imposible difícil de ser iipficante de la propia experiencia analítica, de la cual el ob-
alcanzado. Consideremos el tiempo que precede al surgi- jeto a es un producto. Una vez extraído por la experiencia
miento del discurso cientifico en el siglo XVIl -con la fisica- ;inalítica pero en sentido propio, es lo que se espera a partir
matemática- y hace un corte can el estilo que psevaIece hasta de la forrnalización significante que la constituye. El resulta-
el siglo XVI, marcando toda una diferencia. A partir del mo- do es que eso nos proporciona otra vía de abordaje de la rela-
mento en que la física se vuelve matemática, surge lo imposi- ción entre psicosis y ciencia, psicosis y transmisión; en cierto
ble. Con las doctr.inas de la analogía, del macro y microcos- inodo, la ciencia depende de una forclusíón, es tambibn una
mos -referencias que alguien trajo aquí ayer- nu hay nada hrma de psicosis, está en el límite. Y lo es porque supone al-
imposible. Todo puede relacionarse con todo, no hay allí real go bastante sorprendente: que haya un significante articulado
propiamente dicho; lo real depende de aislar un imposible y iln el propio real y que en realidad se puede leer alli el lengua-
éste depende de la lógica, para decirlo en pocas palabras. Es jc matemático en el cual la naturaleza se expresa como Gali-
necesario plantear de forma lógica "lo imposible" para que lo leo. Lacan dice que lo que escandalizaba a los contemporá-
real emerja; categoría especia1 para tacan, diferente de lo que neos de Newton era la idea de que los astros conocían sus
se entiende por realidad. La realidad depende del sentimien- fí3rrnulas matemáticas, lo que les parecía impensable: supo-
to que se tiene de ella y si partimos del estatuto del deseo, tal iier que las fórmulas están en lo real. Es bastante distinto de
como evoqud ayer, es siempre poca para e1sujeto en tanto ha- lo que ocurria antes, los cielos cantaban la gloria de Dios y se
blante. Es estricta en su dependencia del fantasma y si no con- Iri puede cantar también ahora. Ya no hay reino de la analogía
sideramos una excepción al. supuesto de que nos alcanza a porque esas fdrmulas, esas escrituras, son inscripciones en lo
través de Ios cinco sentidos, para el sujeto la realidad es su iaeal.Una suposición, si imaginamos que estamos generando
fantasma. Y lo lleva a definir el fin del propio psicoanálisis un cierta numero de objetos que se crean por el discurso de la
por el atravesamiento del fantasma, por la caída de vuestra ciencia y que cada día son más y más numerosos. Miren lo
idea de realidad. Alguien me preguntó ayer a la noche qué es- que ustedes tienen puesto en las orejas, por ejemplo. Cada
peranza y qué consuelo traía el psicoanálisis. Tuve bastante vez tenemos más de esos objetos que caen del discurso de la
dificultad en responder que la esperanza principal que trae es ciencia, del saber en lo real y nosotros mismos comenzamos a
un pequeño plus de "entusiasmo" -no sé si esto queda por ser un conglomerado de esos objetos.
fuera del consuelo filosófic* una vez que el fantasma, que En la psicosis existe otra forma de situar el saber en lo real,
constituye el marco de aprehensidn de la realidad, se encuen- cl automatismo mental, categoría que ustedes conocen. Para
tra ya caído. Ya aliviado de dicha realidad, haberse vuelto lo el sujeto psicótico se trata del funcionamiento puso en lo real
que resta de su propia realidad, tiene sus ventajas. ¿Quédife- de un saber que le habla -que e1 ya poseía anteriormente y
rencia a lo real, del simbolo y de la imagen? La ausencia de funcionaba de forma pura-, saber que nosotros decimos que
transfosmaci6n; se puede calificar como real en Ia experiencia estA en su cabeza, sin embargo él dice que está afuera, en lo
aiíalitica, a todo aquello que resiste a la dialéctica. Lacan ha- real. Esto le sucede al paciente sobre el que les voy a hablar,
bla de dialéctica del deseo, siempre ligado al Otro: el deseo no cuyo caso conocí en el Hospital Italiano, en Buenos Aires, el
se define en ese sentido por ser real. El goce es un término sin jueves pasado. Él repite que no está enfermo psíquicamente
dialéctica. En la experiencia analítica se puede hacer un real sino por causas externas y, en el fondo, tiene razón; es preciso
del goce como no dialectizable, que hace decir que el objeto a, considerar esto al pie de la letra: se enfermó de un saber que
como plus de goce, es un real que depende de la articulación le es exterior. Es exactamente ése el problema de fondo de la
psicosis: el psicótico tiene sobre nosotros la ventaja de saber En verdad el psicoanálisis gana, pues avanza al existir un
que el significante está afuera, que no se trata de hacer psico- discurso de la ciencia utilitarista a la cual le gustaría que se
logía de las profundidades como dicen los junguianos, que pudiera reciclar al psicótico, que es evacuado como un dese-
imaginan el significante muy profundo. Ayer también alguien cho del bien social: estamos cada vez más motivados para in-
me dijo que en Brasil hay un especial aprecio por Jung, ese ici.itar reciclarlo, como se hace con todo. Antiguamente se lo-
psicoanálisis que nació en los Alpes suizos y que e~~cuentra graba encontrar un espacio, una función social para los locos,
un campo de expansibn en un país totalmente diferente en to- 4i.i intentar curarlos. Nos volvimos filbntropos a partir de de-
do. lerminado momento; es por eso que nos ocupamos de "tera-
El movimiento junguiano es anterior al discurso de la cien- l?eutizar" la psíquico, como decía Lacan, lo que no está claro
cia: es por eso que se interesó tanto en la astrología; escribió PS que sea necesario. Cuando nos ocupamos de la psicosis lo
el psicoanálisis de la astrología, hizo del psicoanálisis mismo I.iacemosa partir de la estructura d e la neurosis como referen-
una astrología, operó con la correspondencia universal. Fue a cia, pues se supone que el psicoanálisis sabe tratarla. Es el ses-
través de la astrología que Jung pretendió restituir la relación xo que tomamos, está marcado en los Escritos de Lacan, cuya
del micro y del macrocosmos. El punto de partida de Freud y iaeferenciaes la "Cuestión preliminar". Abordando ese texto,
de Lacan es diferente: el sujeto de la ciencia est6 en el mundo, vernos que el primer esquema que figura allí es el de la estruc-
nació y no podemos deshacernos de ese parásito. Soñamos tura de una neurosis del cual él obtiene el esquema de la psi-
con hacerlo, soñamos volvernos horno natum. Sin embargo, no cosis, a través de su modificación, apoyándose en la comple-
se avanza mucho diciendo que ese retorno es sin esperanza y n~entaciónde dicho esquema. Esa nada que se crea nos
que tenemos que lidiar con los efectos de la ciencia que se muestra que Freud también aborda la psicosis a partir de la
multiplican siempre en desventaja para el sujeto que somos, ~~eurosis, ya que en el psicoanálisis es una condición tener re-
envueltos en las consecuencias que eso implica, concernientes ferencias. Pero eso hace necesario invertir el punto de vista,
a nuestro goce. El surgimiento de la idea de estructura es de para que se pueda admitir que la psicosis es un dato inicial y
otra época, en la medida que está construida por fórmulas lo que llamamos normalidad es la sobreimposición de un sín-
que nos capturan y que sin ellas, no podría funcionar la es- toma sobre la psicosis. Es preciso hacer esa conversión para
tructura del lenguaje. Coino lo demuestra la menor experien- no ser el terapeuta ingenuo y filántropo que nos invitan a ser,
cia de la psicosis, nadie se expresa cuando habla; hablar supo- saber que sólo tenemos un síntoma para proponerle al psicó-
ne una pérdida que se extiende a todo, se habla a expensas de1 tico. Fue lo que Lacan n~arcó,en la época de la presentación
goce. Bste se presenta en nuestra epoca como una falta a COI- en el hospital psiquiátrico, frente a un cierto tipo de loco, pa-
mar, y se produce cada vez más, es insaciable, y nosotros, en ra lo cual se le pidió su opinión. Y él dijo: "iPero él es comple-
todo el planeta, entramos en esa economla. iY por qué eso no tamente normal!". Es paradójico, sin duda, pero es una invi-
tendría relación con el psicoanálisis? Estamos ante la eviden- tación al público a "despegarse" de las evidencias. No es
cia de la inanidad de nuestro consumo. La producción, por cuestión de ser mayoría, de que tengamos coincidencias por-
ser incapaz de completar la falta de goce que ella suscita, nos que compartimos el micino sintonla. No es por ser más nume-
deja insatisfechos. Pero hacemos clasificacionec, coma decir rosos desde ese punto de vista que debamos imponer nuestra
que todo el planeta está en desarro110 y se estimula a aquellos ley al otro. Considerarlo as! es más importante que sentirse o
que aún no entraron completamente en la máquina de la fal- mostrarse ingenuamente filántropa en relación al loco.
ta de goce a precipitarse en ella. Intentaré hablarles un poco sobre el caso N, cuyo nombre
84 lacques-Alain Miller
I La psicosis 85
1
propio es el de un gran inventor cuyo legado produjo un vi- los tratos de los que es víctima. He aqui que ese hombre que
raje en el curso de la historia. Este paciente autorizó la utiliza- hasta los 66 años estaba muy bien, comienza a ceder en su
ción de su caso. Pero tiene su precio: no existe razón, bajo el personalidad y a presentar desbrdenes. Reconstruyendo los
pretexto de que es loco, para que no se le pregunte la opinión. acontecimientos a través de su círculo más cercano, sabemos
Me hubiera sido más fácil presentarles el. caso si desde que lo que lo que había precedido a la fase vegetativa habría sido un
conocí hubiese tenido tiempo de trabajar en él. Sin embargo, edema pulmonar que apareció por primera vez en junio de
no fue posible por el estilo de vida que he llevado desde en- 1980 en una persona que jamás se había enfermado, y a cau-
tonces, pero creo poder extraer las líneas más fuertes. Espero sa de eso, N tuvo que pasar una semana en el hospital. Fue
trabajar en él en breve, pues en la institución estuvieron de allí que las cosas comenzaron a cambiar y él se lanzó a escri-
acuerdo en remitirme el texto de sus memorias, su autobio- bir una autobiografía.
grafía compieta. Ya existen datos en esa secuencia. Considero las cosas más
El caso es interesante por ser el de un hombre que se hun- simples pues tenemos que demostrar de nuevo por qué con-
de de manera brusca a los 46 años. Acontecimiento relativa- sideramos la cuestión del modo en que lo hacemos. Hay un
mente tardío, a Schreber le ocurrió a los 51 años, pero N tenia período de evolución y aparentemente tina causa, una contin-
quince años m6s. En octubre de 1980 se comenzó a observar gencia. Pero si a partir de la causa contingente hay un perio-
una modificación de su comportamiento: de hombre activo, do de evolución, se lo puede aislar porque el propio paciente
pasa a estar todo el tiempo acostado, con ideas de persecu- lo dice, sin ser forzado de ninguna manera. No llegu6 a verlo
ción y de ruina. Vale la pena notar que ese período llegó a ser a N, leí el documento que un servicio psiquiAtrico me remitió;
calificado de "vida vegetativa", pero no es muy acertado lla- hay, por lo tanto, un cierto carácter de demostrativa autentici-
marlo así. Éste termina el día 2 de agosto cuando abrupta- dad. El propio paciente alsla su momento de franqueamiento:
mente N cambia de conducta, sale de casa durante el. dia, 10 califica de una manera impresionante, "había nacido de
vuelve a las once de la noche, cuenta cosas graciosas, chistes ... nuevo", una especie de modificación de su identidad. Es un
A la familia él le explica que naci6 de nuevo, y pasa a vivir ba- viraje, no algo que viene evolucionando, es un movimiento,
jo u n ritmo frenético, pasando largas horas fuera de su casa. un instante aislado, en el que el sujeto pasa para el otro lado.
Comienza a reorganizar papeles comerciales (relativos a su No se puede descuidar ese momento en beneficio de la evo-
profesidn), pues terne ser objeto de control fiscal. Cree que lucidn de la enfermedad. Todo se vuelve inexacto desde el
aún se mantienen los controles fiscales en Argentina, que pa- punto de vista mental y es preciso ocuparse de io que el pro-
recen ser especialmente rigurosos -en realidad, también de- pio paciente dice cuando se lo examina, especialmente de la
ben ser10 en Brasil, pues hacen llenar una pila de papeles certeza que tiene de que un día algo cambió. De 10 que se tra-
cuando uno llega aquí-. Esto se transforma seriamente cuan- l ta es de buscar la certeza del paciente -que esth en otro lu-
do piensa que en su casa hay micráfonos colocados por la po- gar-, un elemento del diagnóstico de las psicosis. Adoptar co-
licía, por el FBI, por la Gestapo, y está convencido de que tie- mo regla esa idea evita confundir la histeria y la psicosis. Es
he papeles que lo van a comprometer. Un determinado día, se sensible la fluctuación clinica en las presentaciones de casos
- desorienta y no sabe más dónde está su casa ni en qué día vi- 1 colectivos o individuales en Argentina. El elemento de certe- .
ve. Tiene vértigo, náuseas, sensación de que le flotan las pier-
nas y teme perder el equilibrio. Reta a sus hijos porque no lo
i za que tiene el paciente, tanto de la entrada en otra fase de su
comprenden y dice que se va a quejar a la policía por los ma- 1 existencia como de que sus alucinaciones están en lo real, se
diferencia por completo del estilo de la histeria. No puedo .
La psicosis 87
imaginar que haya locura cuando una histérica viene a verme ber. S610 tengo el material escrito, no vi ni interrogu6 a nadie.
con el sentimiento de la realidad modificado, porque ya no Se constatan las tres generaciones que se necesitan para hacer
sabe más si esta despierta o soñando: muchas ideas fant6sti- un verdadero psicótico: en este caso como en Schreber, tene-
cas le estBn pasando por Ia cabeza. Cuanto mayor es su incer- mos las tres generaciones. La psicosis es una cultura, necesita
tidumbre de si está soñando o está despierta, más alejada tradición, es eso, por otro lado, lo que se llama superyó en psi-
queda la posibilidad de una verdadera psicosis, que se carac- coanhlisis. El superyó no es simplemente la identificación con
teriza por la certeza de1 paciente y no por la idea de que el t los padres, con las prohibiciones parentales, sino que conden-
mundo gira en torno a él, de que desconoce su lugar y que in- sa en efec.to las tradiciones existentes.
tenta identificarse con el mundo para fijarse. Éste no es el es- En Argentina me hablaron del caso de una paciente presa
tilo de la psicosis. de la tradición materna. Hace tres generaciones las mujeres
Así como es posible aislar ese momento de certeza, es típi- de la familia se desembarazan del hombre con regularidad, Es
co de la psicosis esa fase aparentemente de "vida vegetativa", un caso que comenzó el tratamiento hace poco. El analista
aunque, en verdad, es vida intensa. Si la persona pasa tres tendrá que hacer una gran labor, pues en este momento, el
meses acostado es porque reflexiona cobre la preparación de destino de la paciente está totalmente determinado e inscrip-
su nuevo nacimiento. Tenemos un testimonio especifico en las to. Esta casada hace dieciséis meses, t i m e un hijito y piensa en
Memorins de Schreber, que nos dice de qué se ocupaba al pa- la manera de librarse de su marido, y parece que lo va a lo-
sar días y días acostado en la cama. Ese momento estático no grar. El psicoanAlisis no hace milagros, el. analista puede ape-
es nada comparable a la fatiga del neuróticor no es depresión nas intentar colocarse entre el hecho y la paciente, pero es
sino vida intelectualmente intensa, que 10 absorbe ente- muy dificil.
ramente. 6cta fue una digresión para hablar del destino de familia.
Volviendo al primer elemento, la autobiografía, es caracte- El. padre de N no esa violento, segsn él mismo expresa, pero
rístico el recurso al escrito para aprehender lo real que tampoco era afectuoso. La madre tenía buen genio, pero a la
surgirá. vez sufria de una enfermedad mental y había sido internada
¿Por qué medio vamos a implicar allí al significante? Va- tres veces. ¿Qué imagen se puede inferir del: propio N? En su
mos a implicado porque hay este momento de franqueamien- familia, al decir de sus hijos, él era muy duro, poco afectuoso,
to, momento que debe ser pensado en términos de eIemento excepto con la hija mayor, y hacía reinar una dura ley sobre la
y de sustracción del mismo. Pero no sólo por eso, pues el familia. Dos o tres elementos de lo que se reveló en eI examen
hombre se llama N, es su nombre propio. Tiene dos hermanos psiquiátrico que tengo aquí frente a mis ojos: "Cuando lo vio
I
con nombres propios banales y tiene otros dos más con nom- 1 el psiquiatra, su gran preocupación era poner sus papeles en
bres propios de famosos inventores, lo que demuestra quien orden. Eso vuelve a aparecer en algunas entrevistas que están
era su padre: tenía relación con las grandes figuras de la hu- en el dossier: es importante el hecho de si sus papeles están en
manidad, a la cual soñaba reconstruir con su propia familia.
Ei primer resultado es el nombre propio N, era un ingeniero
l
I
desorden, para él es necesario ponerlos al dia. Está también
convencido de que no se ocupaban de él con la atención nece-
que trabajaba con explasivos. Se pasó la vida haciendo inves- saria y afirma lo siguiente: "Yo no tengo problemas psíquicos,
tigaciones en eso. El psiquiatra señaló que Ia figura valoriza- mis problemas son externos".
da de la familia era el abuelo paterno, que era profesor. Éste Les puedo dar además el diagnóstico aproximativo del
. le trasmitió a su hijo, el padre de N, un gran respeto por el sa- hospital: psicosis mixta involutiva. Personalidad pre-m6rbi-
iu psicosis 89
-.
centenas de gatos y gatitos, muchísimos gatitos: esa multitud Esperamos mucho del Encuentro en febrero, en París, que
-y me atrevo a decirlo en franc4s- chatoyunie (fulgurante),una fue convocado por el propio Lacan en el iiltimo que se realizó
multitud f ~ l g u r a n t e . ~ en Caracas. Esperemos, pues es gracias al intercambio de ca-
Y ese es su recurso. Podriamos escribir este caso a partir cos clínicos como podremos ser más Utiles a los otros, no so-
del discurso de1 amo en Lacan, pues consideramos como hi- lamente compartiendo reflexiones te6ricas sobre Lacan. Me
pótesis que N era amo, y e1 discurso del amo supone la iden- puso muy contento encontrar en Argentina materiales clini-
tificación del sujeto con un significante amo. Partimos de la cos y no voy a dejarlos en el fondo d e un cajón.
idea de que ese significante, que nosotros suponemos debe Quisiera plantear una última cuestión. ¿Por qué uno no
haber sostenido su existencia, fue el nombre N, ¿y por qué debe hipnotizarse con la terapia? Porque hay una autoterapia.
no? Pues se trata de1 padre justamente en el momento del Una vez pasado el momento agudo, de vida vegetatíva, se
franqueamiento. Este significante ama dominado por el signi- opera una restitución y se establece un nuevo equilibrio, una
ficante absoluto que es Ia muerte, en tanto elia hace irrupción nueva metáfora se reconstituye, lo que Lacan llama rnetáfora
en su existencia con su edema pulmonar. E1 significante que delirante. Es una metáfora que delira de manera diferente del
solo lo suplantó de repente, suelta los diferentes elementos de delirio de la metáfora paterna. Por eso no es preciso desespe-
este discurso, especialmente el saber, que se pone a vivir su rarse tanto y, en este caso, es preciso aprender a respetar lo
propia vida en lo real, que cesa de estar ligado al significante impasible. Es difícil.
amo, que se encuentra separado. Ése es el desencadenamien- Voy a detenerme aquí y responderé a las preguntas que me
to. Entonces, ¿qué queda? Por un lado, un único nombre, por- quieran hacer.
que de ahora en más está separado del significante amo, el sa-
ber se separa, el propio sujeto se separa, y existe una funci6n
que tendremos que encontrar en algún lugar: adónde es que Debate
se va su goce, que escribimos con una a minúscula. El nombre
que él pierde en esa transformación, N, lo sustituye por uno Su presentacihn me gustál mucho, particularmente por
que fabrica con su goce, el nombre Felicidad, y a partir de allí dos cuestiones: la primera sería que el desencadenamiento
va, eventualmente, a poder reconstruir un delirio estable. Tal del delirio, que la psiquiatria clásica denominaba irrupci6n
como sucedib con Schreber, quien se cura por e1 propio goce, delirante, aparece, tanto en N como en Schreber, bajo la forma
porque le causa goce mirarse en el espejo y ver allí reflejada de irrupción irónica, una enorme ironía en relación a los idea-
una beIla mujer. les del padre. Tanto tino como el otro intentaban ironizar la
Lo interesante en este paciente es, en principio, todo lo que determinación y los ideales paternos, siendo eso un elemento
les dije, pero son tan s61o hipótesis. Espero volver a París pa- que se repite con frecuencia en la eclosión de cualquier psi-
ra leer toda su autobiografia y allí veré qué modificar en la hi- cosis.
pótesis que tomé como punto de partida. En segundo lugar, Por otro lado, la evoluci6n del delirio parece ser, sin duda,
el paciente de 66 años está en buen estado de salud y podre- el trabajo de producción de un lugar del sujeto. Da la impre-
mos verificar como va a evolucionar, tenemos esperanza. sion de que el psicótico necesita m amo, pero no un amo que
la domine, sino otro. El encuentro con ese otro amo -la muer-
3. En la traducción se pierde la hornofonía entre clzntoy~nfe(fulgu- te- en el caso de Schreber es con la impotencia que lo lleva a
rante: proviene del reflejo del ojo del gato) y chat (gato), (N. del T.) no engendrar hijos. Todo el delirio puntúa y busca ese amo;
La psicosis 97
podríamos decir que el psicbtico, al menos el paranoico, como cesario retomar Ias cosas por el principio, por la historia de
N y Schreber, buscan al amo como se busca a la mujer. Ellos los términos, no cilvid6ndose qtie el propio psicoanálisis esta
se encuentran, pero no en posición de amo sino de mujer. en el origen del término esquizofrenia, y que ese termino se lo
Hace ya mucho tiempo que pienso sobre esto: jpodriamos debemos a Bleuler. Basta leer la co~respoi-~dencia de Freud y
decir que el delirio es una tentativa de constituir un discurso,
sin éxito? ¿Seria un discurso en el sentido lacaniano? ¿Discur- 1
,
Jung para verificar hasta qué punto es en relación a lo que en-
señaba Freud que Bleuler forjó el concepto de esquizofrenia,
so del amo, de Ia universidad o incluso de la hist&rica?Sin du- 1
i
que es en verdad un problema que compromete al cuerpo.
da, no queremos asociar esos discursos a la nosología. ¿Pero en qu4 sentido? Lacan lo explica de este modo: caracte-
1 riza la relación entre el órgano y la función en el ser humano.
J.-A.M.: Existe un problema en decir que se trata de la ten- 'Tenemos las órganos, precisamos encontrarles sus fui-iciones.
tativa de constituir un discurso en el sentido lacaniano, el cual Desde el punto de vista biológico 10s órganos ya tienen fun-
se funda en la ausencia de la relación sexual. Son cuatro dis- ciones, pero siempre aparecen pequeñas cosas que pensamos
cursos, existen, están instibidos y responden a la ausencia de que no habremos de usar en lo inmediato, y de cuya utilidad
relación sexual. Ahora bien, en el fondo, ¿qué constituye el sólo tendremos conciencia m6s adelante. Durante un buen
delirio de Schreber, por ejemplo? Hablamos de él porque lo tiempo nos pareció que las amígdalas sólo servían para ser
conocemos como caso clínico en toda su extensión. El delirio extirpadas quirúrgicamente; hoy Ias extirpamos con menos
de Schreber tiende, por el contrario, a constituir la relación se-
xual, incluso a dar una relación sexual mayor, un casamiento 1 frecuencia pues conocemos su función específica.
Esto es desde el punto de vista biolíigico. La otra cuestión
sagrado. Un verdadero casamiento sagrado como se lo cono- cs desde el punto de vista del significante. El hombre invei~tó
ce en la mitología antigua y que era practicado por las gran- funciones significantes para sus órganos. Aunque haya idio-
des monarquías japonesas o chinas, e incluso en las occiden- tas como Bernarclin de Saint-Pierre y sus ideas de que el mar
tales -la pareja real representando la unión de los dos existe para colocar en él barcos y que tenemos nariz para apo-
principios esenciales de la vida, que hoy conocernos de un yar los anteojos. No obstante, es verdad que nos ocupamos en
moda degradado-, Cuando el príncipe Carlos se casa con hacer significar a nuestros órganos, a las partes de nuestro
lady Diana, de una forma ya no es más sagrada sino publicí- cuerpo, y es por eso que se modifica el uso. ¿Los lóbulos de
taria, queda algo de ese imaginar la relación sexual. Ahora las orejas habrán sido inventados para colocarse aros? La pre-
bien, Schreber se vuelve mujer de Dios, es la prometida de gunta está planteada.
Dios y en el futuro -pues lo posterga al futuro- de esa unión 1 Existen invenciones extraordinarias, como por ejemplo la
saldría una nueva raza de hombres. Su discurso está dado pa- 1 de la religión judía, que logró hacer significar -mediante la
ra situar la relación sexual, para hacerla existir; yo tendería a
dejarlo corno debería estar, fuera del discurso.
Usted tiene razón en definirlo así, paranoico, porque la es-
1 Alación de una parte del cuerpo- la alianza fundamental con
la ley divina. Existen también muchas otras formas, a veces
más secretas en cuanto a su utilización, de significantizar los
quizofrenia es diferente. Hay una vieja cuestión que hace va- órganos.
rios años se viene planteando en la Sección Clínica: consagrar Lacan, en verdad, caracteriza como esquizofrénico a aquel
un día, un año, a la esquizofrenia; pero siempre nos echarnos que tiene dificultad en encontrar Ias funciones de sus Órga-
atrás, precisamente como ocurrió hace tres años. Es necesario I nos. El propio deseo encuentra esa dificultad debiendo hacer-
decir también que Lacan habló muy poco sobre eso. Serfa ne- los significar, dado que no están presos en una relación insti-
La psicosis 99
tuida. De cualquier manera, en la esquizofrenia, eso no llega P: ¿Pero por qué Schreber me pide que realice la lectura y
muy lejos, ciertamente no indica ninguna vía de tratamiento, saque conclusiones?
aunque sea la forma hablante, pues todo el asunto reside en
que los órganos se ponen a hablar, cada uno por su cuenta. J.-A.M.: Hay casos en que puede haber demanda, pero es
Forma hablante de marcar la posición fuera del discurso, pe- preciso subrayar que esa demanda, constituida o no, se trata
ro no fuera del lenguaje del esquizofrénico. ya de un elemento a ser considerado con precisión. En si mis-
Estoy satisfecho con lo que podemos, nosotros, los analis- mo, ya es mucho poder demandar. EI obsesivo, por ejemplo,
tac, decir de la esquizofrenia, pero no totalmente aún, dado es perfectamente capaz de demandar un análisis, pero en el
que esta cuestión es fundamental ciertamente. Desde nuestro transcurso del mismo puede no ser capaz de demandar de-
punto de vista, hablamos muy bien de la paranoia, mucho masiado, pide un otro que responda automáticamente a la de-
mejor que los psiquiatras. De la esquizofrenia los psiquiatras manda, pero no mucho más que eso.
no dicen mucho. Si no hay otras preguntas, nos veremos en la última reu-
De cualquier manera hay allí un campo abierto. nilón-conversación, a las tres de la tarde, donde veré si hablo
sobre un caso de neurosis obsesiva. Me gustaría también de-
p:Me pregunto si la posicihn del psicótico es doble; fuera cir aIgo sobre Ios grupos analíticos, pero veremos cómo se va
del discurso y dentro del lenguaje. En su delirio, N afirma que desarrollai-ido.
hay relación. No obstante, dice: "Mi padre era loco, quería- San Pablo
que yo fuese N . Schreber dice: "Mi padre era loco, quería que 18-10-81
yo fuese una marioneta bien hecha, siguiendo su gimnasia,
sus ejercicios, sus imposiciones". Quiero puntuar la dualidad
en la que me encuentro cuando dialogo con los psicóticos,
que demandan algo escuchable de muchas maneras.
nes: Rosine Lefort no lo esconde. Es difícil decir algo más por- fuertemente en enco11,trarse de modo profesional. Y por eso
que, si Lacan consideraba que sobre el tema no tenia exye- consiguen hacer congresos m i s tranquilos que los que hace-
riencia, no me siento capaz de inventar a pesar de mi desvelo mos nosotros, plies nosotros les dejarnos su lugar a las histe-
por agradarles. ricas. Fue lo que sucedió en Buenos Aires, cuando hicimos un
homenaje a Lacan: después de haber tomado la palabra, con
Como abrió un espacio para que sugiriésemos temas la sala totalinente llena, vimos florecer el discurso de la histe-
para la próxima vez, me gustaría oírlo hablar sobre puntua- ria. Debemos asumir las consecuencias: es mejor convocar
cibn, ya que hubo algo que me molestó en uno de los ultimos 1200 personas que van a disputarse el lugar como estrellas, al-
ejemplares de Le Nouvel Obsemiateur, en el cual entrevistaban gunas de ellas histéricas, que hacer seminarios entre veinte
a Fran~oiseDolto. Ella habló de sesiones cortas y largas, y di- obsesivos que no esperan nada más de Ea vida.
jo que los analistas, analizado; por Lacan,no hacen puntua- Es esencial que la duración de las sesiones no obedezca a
ción. Aunque no me haya impresionado con sus palabras, me un estándar, eso trae aparejados riesgos, pero son menores
gustaría que usted hablara sobre este punto, pues lo terrible que las consecuencias aseguradas del estándar. Cuando digo
es que en Brasil las personas quizás eviten al analista lacania- que en la IPA son obsesivos, sólo repito sus quejas para con el
no por temor a la falta de puntuacihn. tipo medio que captan en su red y los llena de tedio. Comien-
znn a buscar objetos lacanianos para distraerse.
J.-A.M.: Es verdad que las sesiones estándar, en el criterio
de la Internacional, obedecen a las leyes del mercado: se paga El tema aquí es la psicosis. Mi práctica me hace estar en
la fuerza de trabajo del anaIista por el tiempo transcurrido. Se contacto con los psicóticos, por lo que me gustaría hacer algu-
teme perder esa protección y que el psicoanálisis escape de las nas preguiitas.
leyes del mercado. Pero es precisamente de lo que se trata, de Lacan dijo que la psicosis es la clínica de los efectos de lo
que se escape. Es incluso la condicion para que emerja el go- real, que es la condición o el registro, entre los tres (simbólico,
ce. La forma más simple de Lacan de situar al goce es como real e imaginario), que va a poner wi cierto orden en 10 sim-
opuesto a todo lo que es útil; hay algo en él que parece no ser- bhlico y en lo imaginario. ¿Por qu4 usted no habló en ningiin
vir para nada. Y es por eso que él hab16 del. plus-de-gozar, en momento de lo real? ¿No lo abordó especificamente?
base al modelo de la plusvalí'a. Lo que tenemos de goce es lo Cuando Freud escribió "El Hombre de los Lobos", lo hizo
que nos queda una vez que hicimos el cambio: cambiamos para mostrar que toda neurosis en el adulto aparece en fun-
nuestro goce por el del significante. Es necesario lograr trans- ción de una neurosis infantil. Me pregunto si seria lo mismo
cender la econoda del mercado; es el objetivo del psicoana- con la psicosis en el adulto, ¿estaría también precedida por
lisis que Lacan llev6 a1 extremo. No todo el mundo puede ir una neurosis infantil? iQu&es lo que lleva al desencadena-
tan Iejos, él no pidiíi a nadie que lo hiciese. Pero en fin, es ~ i e - miento de la psicosis?
cesario ver lo que implica la posición del analista, estar él mis- LCuAI es la relación, no del psicoanálisis sino de la psicote-
ma sometida a un Otro; es la moral internacional del psicoa- rapia con el uso de neurolépticos o psicotrópicos como abor-
nalista. En el fondo, la Internacional, la IPA, hace existir al daje en el tratamiento de la psicosis?
Otro del Otro, y así pone en movimiento la falla del deseo. No
es de esta manera como va a desaparecer porque existe una J.-A.M.: La experiencia que usted tiene no es una experien-
forma precisa de selección de sus sujetos, los cuales insisten cia a partir del análisis, como bien observó. ¿Por qué se habIa
tanto de psicoterapia de las psicosis? Justamente porque no co mismo de la psicosis, darse cuenta que el paciente es pre-
tiene importancia. Cuando no se disponía de neurolépticos ciso en cuanto a saber cuhndo comenzó su enfermedad. Lacan
para construir el 'khaleco de fuerza químico", el diálogo con buscó el punto de certeza que el sujeto tiene del instante del
el psicótico se limitaba a la observacibn clínica. A partir del desencadenamiento y, en general, no es algo vago sino extre-
momento en que se lo pudo dominar con los medicamentos, madamente preciso, el momento en que la certeza se cristali-
surgió la posibilidad de conversar con él, pero para advertir zo. El psicoanálisis puede ayudar al diagnóstico. El diálogo
que eso no tenia importancia. con el psiquiatra es lo que se llama psicoterapia, la asistencia
Realmente el blablablá -paIabra que en francés inventó Le social con su dignidad de práctica, pero que se muestra en
Canard Encha2ne-l desempefía el papel de acompañar a la me- duda respecto a lo que puede hacer en esos casos. A los ojos
dicación, y puedo decir que la eficacia esencial y determinan- de los psiquiatras de Francia, directores de los hospitales don-
te, lo que determina la transformación en ese caso, es ese ob- de trabajan los psicoterapeutas, se puede constatar cada vez
jeto cientifico interesante, el medicamento, y en ese sentido más el intergc por la biología, que promete hacerlos desapare-
intentarán hacerlo cada vez mejor. Los biólogos ~noleculares cer. Uno de mis esfuerzos es intentar resituar los numerosos
esperan lograr encontrar arinas aún más precisas que los me- enunciados de Lacan en su lugar y en orden, cori una cierta
dicamentos, con efectos globales. ¿De qué manera el psicoa- lógica. La psicosis es una clínica de lo imaginario, en tanto no
nálisis se relaciona con eso? Con frecuencia se lo confunde dominada por el orden simbólico. Es una clinica de lo simbó-
con la psicoterapia, pero debemos distinguirlos. No esta pro- lico, en la medida en que es emisión continua de la voz -en
bado que pueda responder a todas las cuestiones, porque in- Schreber, por ejemplo-, en el sentido del sujeto, que le habla
cluso la mujer más bella del. mundo s610 puede dar lo que tie- fuera de él. Tal funcionamiento nos esclarece algo de lo sim-
ne, y el psicoanálisis esta lejos de ser la mujer rnas bella del bólico,
mundo. Sobre el desencadenamiento de la psicosis, en ver- Se puede decir que todo lo que concierne al automatismo
dad, el psicoanálisis arrojó alguna luz, aunque 110 química. mental tiene algo que ver con la clinica de lo simbólico. No
Lacan elaboró fórmulas precisas para determinar el desenca- soy dogmático, no veo inconveniente alguno en que se deno-
denamiento del caso Schreber. Habló de irrupción en lo real, mine clinica de lo real, ¿pero para que? Me esfuerzo en darle
en el momento en que el sujeto está en posición de rivalidad un sentido correcto a la expresión, y para responderle seria
imaginaria. Hizo cierto número de coyunturas típicas, a par- necesario que me dijese en qué contexto la vio, porque en lo
tir de las cuales se desencadenan las psicosis. En el momento simbólico mismo puede querer decir cualquier cosa.
en que ciertos soportes imaginarios que permitían obturar la
falta de significante se sustraen, por ejemplo. Y al mismo P.: Mi interés se vincula con la articulación que hizo esta
tiempo un llamado proviene de lo real, que para responderlo mañana, porque me preocupa escribir sobre el psicoanálisis y
es preciso disponer del Nombre del Padre y de la significa- el cuerpo. Así, en uno de mis textos, expresé que el cuerpo en
ción Mlica. No sé hacer la articulación que alií existe, el el psicoanálisis podría ser inscripto en los tres registros ima-
psicoanálisis puede responder de esa manera. Puede mostrar- ginados por Lacan, en lo real, en lo imaginario y en lo simbó-
le al psiquiatra en qué medida es importante, en el diagn6sti- lico, tres registros n o asociados.
Dije también que el cuerpo, para el psicoanálisis, se pre-
1. Nombre de una revista francesa (de perfil critico, fuera de la senta en un registro simbólico. Las representacioi-ies, en un re-
media oficial). (N. del T.) gistro imaginario. Las imágenes, en un registro real, en el cual
yo colocaba la relación del cuerpo con el sexo, entendiéndolo susceptibles de variaciones, pasan unas a otras, pueden inclu-
como una actividad de Ia pulsión, el resto de la actividad pul- so jugar a que nos dan placer, fumando u oliendo algo, pro-
sional. ~Podriaprecisar mejor ese problema de lo real? ducen cambios agradables y no nefastos a ese nivel. Lo que
concierne a lo real no es susceptible de metabolismo signifi-
J.-A.M.: Evité hasta ahora hablar de lo real. Es necesario cante ni de transformaciones imaginarias pues, en ese senti-
ver que Lacan en sus últimas elaboraciones no sitúa de ningu- do, resiste. La psicosis es especialmente lo que resiste como
na manera al cuerpo en lo real. Dice lo contrario, el cuerpo es c h i c a . Es por eso que se busca lo que hay de real en la psico-
lo imaginario, y lo afirma coi1 precisión. Lo imaginario es el sis, lo que hay de real en el síntoma que no desliza con el sig-
cuerpo, se opone a nuestra intuición inmediata porque tene- nificante; al psicótico el significante no le va ni le viene. La in-
mos la impresión de que es sólido. Si prestamos atencih, ve- terpretación parece no servir para nada. En el acto, se intenta
remos que desde el principio de su ensefianza el cuerpo inter- operar en otro registro y, al mismo tiempo, permanecer en los
viene de esa manera. En el estadio del espejo interviene sobre límites del psicoanálisis. Es asi que se puede hablar de lo real
todo como imagen del cuerpo. Y todo lo que Lacan desarrolló en juego en la psicosis, y no se puede dogmatizar la propia ex-
a partir de la tcoria freudiana del narcisismo implica que to- presión. Es preciso resituarla.
das las formaciones imaginarias son reducibIes a las imáge-
nes del propio cuerpo: el sujeto trae una imagen de su cuerpo E: Lacan situ6 el cuerpo en la dimensión de lo imaginario,
para alimentar a todos sus fantasmas. Por lo tanto, el cuerpo pero en lo real. Tengo la impresión de que eso se mantuvo en
no interviene como sustancia ni como lo que retorna al mis- los 36 años de su enseñanza. A ese cuerpo le son dados juicios
mo lugar. Ésta es una de las definiciones de lo real para La- y atribuciones anteriores al inicio del pensamiento lacaniano,
can, que se muestra bastante variable según el registro de lo y como el psicótico no llega hasta allí, se crean historias, se
imaginario. Es por eso que es necesario separar, cuando se ha- fantasea el cuerpo, aunque su referencia no sea real. Contido
bla de esa cuestión: no hay que imaginar que, cuando se tra- pensando que el cuerpo es real, cuya referencia permite ima-
ta del cuerpo, se tocará algo sustancial, que permitirá estar en ginar, fantasear, atribuir, juzgar... dejando traslucir las dife-
lo concreto. A nivel de la experiencia analítica, de ninguna rencias de estructuras.
manera.
Por qué pudo decir Lacan "la clínica es lo real, en la medi- J.-A.M.: Consideremos el cuerpo de Schreber. Ese cuerpo
da que es imposible de soportar", estableciendo allí la rela- que según él se transformó en mujer: le crecen los senos y le
ci6n con Za clhuca, que es impasible de soportar, lo cual es d a placer ver su propia imagen reflejada en el espejo. ~Dcinde
muy relativo porque el psicoanalista está allí para soportarlo. esta lo imaginario y dónde lo real? Lo real es la alucinación de
Se trata en ese caso de lo real como traumático en lo simbóli- Schreber, pero al mismo tiempo es por la imagen que él atra-
co. ¿Qué sucede? Lo simbólico esta regido por las leyes meto- pa al cuerpo, Pasa horas frente al espejo contempIándose co-
nímicas: un elemento en Ia cadena significante puede ser sus- ino una bella mujer. Es así como goza y también cuando Dios,
tituido por otro. Es lo que permite liberarse del síntoma. Es un dios simbólico, se le acerca y lo inunda con una voluptuo-
susceptible de encontrar otro significante para ser retornado sidad sin límites, Lo real, en este caso, pues hay m real de lo
en la cadena significante y después edificado en ella. En el simbólico, es este gace que él guarda para sí. En Lacan es pre-
significante eso se transforma. Existe un metabolismo propio ciso distinguir entre dos reales: una de lo imaginario y otro de
de1 significante a nivel de las imágenes, que son igualmente lo simbólico, lo que vuelve extremadamente complejo su pen-
saxniento. Pero hace imposible el equivoco entre real y cuer- mucha buena voluntad, creer mucho en el significante para
po, porque eso es pura y simplemente un prejuicio sustancia- creer en la resurrección de los cuerpos. Es verdad que la sim-
lista vulgar, que haría de1 lenguaje wi blablablá y del cuerpo bolización del cuerpo tiene como resultado muy preciso su
un único real. Existe una tendencia a pensar así cuando se ha- mortificación, la d e separarlo del goce que de hecho se con-
ce mucha psicoterapia de las psicosis; cuando se verifica que centra en los desechos del cuerpo. U i ~ ose fascina can el cuer-
el significante no es nada, se imagina que todo significante es po. El psicoanálisis se ocupa de los cuatro desechos esenciales
blablablá, lo cual no es asi para el neurótico. del cuerpo -que mencioné esta mañana- más esta parte espe-
Cuando se hace psicoterapia de las psicosis se desvaloriza cial que concentra el goce bajo una forma negativizada que es
al significante y se ponen las esperanzas en una relación di- el falo. Lo que resta del cuerpo mortificado por lo simbó~ico
recta con el cuerpo, lo que me parece m ptmto de vista dis- se refugia en esas partes extremas, incluso caducas, partes
torsionado. que caen. Eso es el objeto en psicoanAlisis, al que Lacan califi-
ca como real. No el cuerpo en su conjunto -el cuerpo en su
p: Pensaba un poco sobre esta cuestión de lo real y el lu- conjunto es una forma- sino lo que es real del cuerpo, lo que
gar del cuerpo, intentando articularlo con otras cuestiones cae de él. Es más agradable reflexionar sobre el cuerpo en su
que no son claras. Es por eco que estamos aquí. conjunto, pero eso n o es lo real.
La primera metáfora de Lacan sobre lo real fue las estre-
llas, porque vuelven siempre al mismo lugar. Con el cuerpo, San Pablo
sin embargo, no es así, él cambia. Por otro lado, como usted 18-10-81
mismo dijo del elefante, a partir del momento en que lo nom-
bramos, comenzamos a matarlo. Cuando todo el cuerpo esth
simbolizado hay riesgo de muerte, se enfrenta con la castra-
ción, y eso es terrible, es lo psicótico del psicótico. ¿Podría de-
cir algo más sobre este tema?
lia. E1 estado final me parece que es Ia tentativa cle producción J.-A.M.:Yo también pensaría que es una histérica, aunque
del lugar de 10s hombres. Sobre ese punto me gustaría avan- en el relato del caco ella presenta signos de obsesión, de de-
zar, antes de concluir en términos de diagnóstico, cuya distin- fensas obsesivas. Creo que lo que esta mujer busca es encon-
ción estructural para establecerlo carece de elementos y datos trarse en la condicióri de ser sexuado, pero como mujer. Me
sobre este punto. parece que hay en ella un desconocimiento de su condición
de mujer.
J,-A.M.: A d e d s de un relevamiento de datos sobre este Desde su abuela -no reconocida, pues su abuelo era biga-
punto para establecer el diagnóstico, sería también muy útil mo- hasta su madre -sobre cuyo marido hubo sospechas de
elegir antes la dirección a seguir. Hay elementos que van a haber tenido relaciones con una jovencita-; cuando ella busca
confirmar y otros que n e g a r h el diagnóstico inicial. una figura bajo la cama, es cn el sentido de rearrnar un fantas-
Teniendo una idea del caso se constituye una hipótesis y, ma, sospecha que ve como una realidad. Mi primera hipóte-
sin cerrarla, se intenta comprobarla con uno, dos o tres pun- sic seria que es una paciente histfrica que trata de incluirse en
tos. la condición de mujer, porque no sabe quién es.
A partir de allí se va a los elementos que sirven de suple-
mento o a los que se oponen a la hipiitesis. P.: jacques-Alain Miller habló esta mañana sobre un caso
¿Qué orientación van a seguir? de tres generaciones que llevan a la psicosis y, al mismo tiem-
po, dijo que se había considerado la posibilidad de una neu-
E?: Yo la pensaría como una histérica, neurbtica de modo rosis. ¿Es neurosis o psicosis?
general, y en crisis en 10 que respecta a la función paterna. Lo
que más me l l m 6 la atencidn, en la secuencia, fueron las pre- P.:Yo comenzaría pensando en el nombre "Virginia", sobre
guntas que le hace a su madre, por no tener otra persona a la virginidad y el miedo a la violación. Y el acto fallido, entre
quien hacerlas, nadie en quien apoyarse. No escucha lo que la los 15 y los 23 años, al decir que el padre tenía una amante
madre no habla, pues ésta no le dice nada. No afcanza a com- muy joven, casi niña. Va por ahí: el calnino es la importancia
prender lo que La madre le dice respecto de los hombres, prin- de las tres generaciones.
cipalmente del padre.
P.: Es necesario "imaginar" porque ni la analista ni el ana-
],-A.M.: ¿Dónde ve usted que ella no comprende lo que 1a lizante están presentes. ¿Qué es lo que se podría imaginar? Yo
madre dice en relación a los hombres? empezaría por el discurso, la elección del caso, la posición del
padre entre las dos mujeres y la virgen. Recordaría también a
P: En el discurso. Afirma no oír las palabras de la madre y la tia que la crió y que aquí fue olvidada.
repite incai-icablemente el movimiento de la demanda. Creo
que la cuestión tiene que ver con el hombre que eIIa busca de- p: ¿Cuáles ellugar deesajoven? ,
bajo de la cama, en el coniienzo de Isi crisis. Ese hombre que Cuando dibujó la historia en el pizarrón, Miller cometió un
declaró que la calidad de las personas era "muy mala" y que pequeño lapsus: no dejó claros los lugares ocupados por la jo-
la toc6 profundamente. Sobre estos elementos puntuados ha- ven, por el padre y por la madre. ¿Quién es PJ padre? ¿Quién
ría mi primera hipótesis. es la madre? Tal vez "la mujer" debería ser "la otra".
Pero tenemos también la cuesti6n del maltrato al propio
130 Jacques-AEwiri Miller Un cnso c h i c o de neurosis oksesiwn 131
cuerpo como síntoma obsesivo, llegando a presentar incluso chas. Hoy parece que el grupo evita decir ciertas cosas: que
una enfermedad en la piel de las manos. El cuerpo es como un usted no habló sobre lo que habia prometido, por ejemplo. El
instrumento. Hay en esa joven algo de histérica, pero también grupo es un poco histérico y parece que el problema está en
algo de psicótica. otra vertiente: usted no tiene un caso, porque no tiene una clí-
nica formalizada y entonces aqui no se escuchan casos suyos
No me comprometería tan rápido en definir si es una sino de otros. Es como si así fuese:nadie lo interroga directa-
psicosis o una neurosis. El caso presenta, de manera muy cla- mente sobre eso.
ra, el problema del campo oscura de la sexualidad femenina. Pregunto: ipor que no un caso de otro analista? Creo que
¿Cuál es Ia relación entre lavarse las maiios de manera com- el problema, e1 síntoma, es del grupo.
pulsiva, la cama y el hombre que está debajo de la misma? ¿Y
el "goce de sueldo" que percibe sin trabajas? Me pregunto: J.-A.M.: Cuando los síntomas son serios, no cambian, no I
jc6m0 es la vida sexual de esa paciente? Bhcicamente, la sepa- I
son fluctuantes. El grupo en si es un sintoma: no tiene uno, es l
I
ración de los objetos de uso personal -uno de los síntomas- lo uno. Para no considerar el conjunto que ustedes forma11 aquí
relacionarla con la femineidad y ia castración; el goce lo rela- como grupo, haría a cada uno de ustedes -en tanto relaciona- \
cionaría con la masturbación y el.papel desempeñado alli por dos al campo freudiano, o practicantes de psicoanAlisis o psi-
la tía. coterapia- la siguiente pregunta, hecha ciertamente por la
propia analista que siguió el caso, lo cual constituyó un pro-
R: El casa llamado "Virginia" se nos relató como siendo de bIema para ella, pues llego a presentarlo públicamente en I
una analista que no conocemos. Fue traído hoy aquí cuando Buenos Aires:
esper5bamos escuchar hablar de la relación entre el deseo y el Primero, es preciso saber cuál es la ley de toda supervi-
goce. cuál es el discurso analitico que alli tendríamos? EI re- sión. En el psicoaná~isis,aunque el estatuto de la supervisián
lato de un caco vuelto a contar tres veces. no esté teóricamente reglamentado, siempre es una cuestión
teórica abierta. Estamos obligados a constatar que la supervi- 1
P.: Me gustaría hacer una observación respecto a lo que si611 se volvió tradicional en el psicoanálisis, y la realizan tan-
acaban de decir del discurso del discurso del discurso, Siem- to las sociedades de la Internacional como la Escuela Freudia-
pre se hacen discursos: se trabaja sobre u n texto, por lo tanto i-ia de París. Y se admiten ciertos efectos de verdad, la trans-
su pregunta no tiene lugar. Utilizamos textos con mucha fre- misión de saber analítico, posible incluso sin la presencia del
cuencia y así la analista dice lo que Jacques-Alain MilIer dice. paciente. La psiquiatría quiere la presencia del individuo. El
Podemos hacer ejercicios sobre el texto. psicoanálisis, no obstante, prev4 efectos de verdad y transmi-
sión de saber; concibe el carácter indirecto de la presentación,
i?: No entendí muy bien en qué momento la analista entra sin la presencia del individuo, porque en definitiva se sabe
en esta historia. La paciente fue internada, habia una analista muy bien que lo esencial son los signlficantes, cuyos elemen-
que trabajaba en la institución, pero Virginia no pidió su pre- tos esenciales y armadura se destacan, se aislan. Eso ocurre en
sencia. De esta manera, ¿por qué se plantea tal cuestión? cualquier supervisión, y aquel que supervisa 10 hace por la
mediacihn de1 analista, extrayendo conclusiones que utiliza
E: Hay algo aqui que yo llamaría "síntoma del grupo". en conferencias y en sus propias reflexiones. A rní me piden
Ayer usted dijo seriamente que hay cosas que no deben ser di- justamente esto: que reflexione y saque conclusiones sobre el
Un caso díilico de neurosis obs~sion 135
caso que me presentan. A partir de1 momento en que saco cir: "Después de todo, ¿dónde están sus casos? Ustedes siem-
conclusiones, no constituye ningún tipo de exceso hacerselas pre hablan indirectamente...". Y asimismo, el error está en
saber a ustedes. Y, en mi opinión, no llega a haber gran dife- pensar que cuando estamos en presencia de alguien, se trata
rencia entre un grado más o un grado menos en el carácter in- de su cuerpo, y de su individualdad. Entonces, para com-
directo. prender el caso N, seria necesario conocer a su abuelo, pero
El discurso del discurso del discurso es lo que pasa, es lri como no creemos que los cuerpos resuciten ... Lo más impor-
que sucede, se cree en él. Evidentemente si lo esencial fuera el tante d e este caso que estamos analizando ocurrió en las ge-
cuerpo de la paciente, seria necesario que ella estuviese aquí. tieraciones anteriores. Lo estamos abordando de modo indi-
Pero como no se trata de psicoanálisis del cüerpo y si del sig- recto, justamente porque el cignificante está en el exterior. Y
nificante, ese carácter indirecto esta perfectamente asegurado. por otra parte, frecuentemente es necesario anular la densi-
Incluso considerando el dispositivo del pase, que instihiy6 dad de la presencia para tratar de llegar a un punto que está
Lacan y para el cual estainos acostumbrados a pensar que sc inás allh, el punto del sujeto que no se identifica con el de la
necesita la presencia del candidato mostrando Ia densidad dc persona. Creo que es importante este pequeño debate que tu-
su cuerpo. Sabemos que su paradoja, lejos de hacer que el vimos, porque evidentemente se trata de saber si partiendo
candidato esté directamente, interpone lo que Lacan lIama de algo tan indirecto, se puede aun transmitir saber y obtener
"los pasadores". Lo relatado por el candidato llega al jurado cfectos de verdad. Y s i llegado el caso, dice algo de la delimi-
solamente por su mediación. Aunque algo se pierda en esa kación del campo propiainente analítico, en tanto evidente-
mediación, lo esencial se preserva. Lacan decia que el pase mente es muy diferente de las exigencias de otras disciplinas.
tiene la estructura del chiste, pues ni bien los pasadores oyen
lo que sucede con el candidato, van a contarle al Otro que re- Hay una diferencia muy clara en el discurso psicoanaii-
presenta el jurado. Existe u11carácter mediato, organizado vo- tic0 cuando se piensa de manera empírica -su critica al dis-
luntaria y artificialmente, como en el caso "Virgutia": ustedes curso psiq~iiátrjco-o cuando se habla a partir de lo que dijo
lo contarán y así entrara en el circuito. nlg"en. Algunos d e los presentes trataron de crear hipótesis
Por otro lado debemos imaginar que Freud no d u d j en es- sobre su discurso. POKmi manera de trabajar, no puedo veri-
cribir su texto esencial sobre la psicosis sobre un paciente que ficar el discurso del significante si no es en la palabra de al-
jamás había visto y del cual sólo tomó en cuenta las memorias guien, tengo allí un sujeto barrado. La presentaci6n de un ca-
escritas. Me refiero a Schreber. No obstante haber visto a aIgu- so en sei~tidopsiquiAtrico o psicológico, sin la palabra del
nos pacientes psicóticos y también haber podido oír relatos de sujeto, nos pone frente a un objeto en oposición al sujeto.
Jung, de Abraham ... eligió justamente realizar el análisis es-
tructural más profundo sobre el texto de un paciente. Y La- J.-A.M.: Usted imagina que el sujeto es el ser hablante, pe-
can, que era psiquiatra, dice en su tesis que había por lo me- co es también el ser hablado, Y allí no vale la oposición filos6-
nos treinta casos como el de Aimée. Y sólo trat6 uno: el fica del sujeto y del objeto, que tendría de un lado el error
paciente que continuó viendo todo el tiempo en el hospital subjetivo o la actividad subjetiva, y del otro, la caida del suje-
psiquihtrico. Cuando fue a enseñar sobre la psicosis, eligió las to en la objetividad positivista. Es la forma fei~omenologica
Memorias de Schreber, ocupándose de ellas y de los comenta- de hacer oposici6n, pero no la que utilizamos: el sujeto barra-
rios de Freud, a los cuales agregó efectivamente un nivel d s do y el objeto n.
en el discurso. Se puede reprobar eso en el psicoanálisis y de-
Lln caso clínico de neurosis obsesiva 135
p:Cada vez admiro más la gran sabiduria de Lacan: no wb tanos no inventaron hacer sesiones analíticas en que el super-
puede hablar de casos clínicos cuando se quiere habIar de I,i visor se encontrase detrás de un falso espejo. Es como en las
clínica. De allí la pregunta: si hablo de un sujeto hablado, ibxperiencias psicoliigicas, en Ias cuales me parece que llegan
~ q u dpuedo imaginar en el terreno de las hipótesis o en ui-iii ,r grabar sesiones analíticas para que alguien las oiga, lo que
teoría preconcebida? cw inconveniente e imposible. Existe a priori esa limitación en
En la transmisión de un caso recordé el articulo que escri i>lpropio dispositivo analítico, que hace que no haya más que
bi, en el cual cito lo que usted dice en La lettre de l'zcole (Id,) r los personas en ese lazo social.
carta de la Escuela): que no hay transmisión sin transferenci'~. Por el tipo de elementos que se advierten y que tiene todas
Por ende, al tratar un caso estamos empleando una teoría prv- I;is chances de perdurar, a pesar de las transformaciones y de
concebida, que todos ya conocen. Es asi que nos preguntamtis Ins partes inducidas por la transmisión, debemos justificar ese
si es psicosis, neurosis, metáfora paterna, esto o aquello. En !<1 Iiecho una vez más. Fuimos llevados a desarrollar un poco las
supervisión crearemos una teoría y no tendremos necesidarl observaciones, y si continuamos no tendrk tiempo de dar mi
del cuerpo físico-biológico; hay sin embargo otra necesidarl, i)pi.niÓny contar otros hechos relativos al caso.
la de trabajar el caso. Si usted nos hubiese dado su teoría so* ¿Saben qu&fue 10 que cambió en los mitos Lévi-Strauss?
bre el caso, podríamos trabajar a partir de ella y comprendci Antiguamente se buscaba lo auténtico, lo primero en una se-
su origen. Y si planteara la pregunta: "¿Ustedes qué pien- iic de mitos. Lévi-Strauss reformuló esa 6ptica diciendo: "Fi-
san?", 10 imaginario quedaría libre. lialmente considero la serie de mitos con todas sus transfor-
Pienso que tendríamos mil hipótesis. Recuerdo las super- tnaciones, con todas sus variantes, incluso las lejanas. Y no
visiones, cuando yo frecuentaba la Sociedad de Psicoanalisls, Iiusco el mito original, a partir del cual todo se transformaría,
Nos preguntaban: ustedes qué piensan?". Respondiamos: ,i partir del cual se producirían las transformaciones. Los con-
"Pienso esta, aquello, aquello otro". Y salíamos todos mtiy sidero globalmente en sus transformaciones: el mito es todo
contentos. I'SO junto, sin buscar cronológicamente el anterior". La estruc-
Como dije, no hay analista nj analizante. Entonces no3 lura se va haciendo clara, de hecho, a partir de las transforma-
quedó su esquema. il'or qué e1 circulo en torno al padre? iPor ciones ocurridas en los materiales. EI mito es la totalidad de
qué los actos fallidos? ¿Por qu4 los olvidos? Lo que qued6 ilsa transformación; así pues, en el fondo es -como dice La-
fueron estas preguntas, ya que no entendemos su opinión so- can- lo que da forma épica a la estructura, la cual está allí a
bre la teoría que construyó y sobre el propio caso que expuso. lravés de lo que se perdió en el relato. Ustedes se verán lleva-
dos otra vez a relatar y, en definitiva, puede ser legítimo con-
J.-A.M.: De hecho y o tenía la intención de dar mi opinióri siderar que toda eso es el caso y sus transformaciones. No hay
al respecto. De cuaIquier manera, es la práctica enigmática y que dejarse hipnotizar por lo que habría sido la verdad de ori-
discutible de la supervisión. Y, contrariamente a lo que dijo cl Ken porque sin eso, habrá que bajar los brazos de inmediato;
señor a su lado, en psicoanálisis se acepta hablar y reflexionar la teoria y su pre-comprensión ya están presentes. Fue el ana-
sobre casos que no se vieron u oyeron directamente. Es discu- lista quien escuchó a la paciente, por lo tanto la teoría esta en
tible, pero es un hecho. Y es preciso preguntar por qué tal cos- 01 hecho de que estamos situados en el dispositivo analítico.
tumbre se inscribió en psicoanAlicis. Está inscripto, pues va Si la paciente hubiese hecho relajación y gimnasia nuestra
contra el discurso analítico que el supervisor esté presentc evaluación del caso seria diferente, como también si le hubie-
durante la sesión. No se inventó eso, incluso los norteameri- sen hecho electroshock. Perdemos a priori, si imaginamos que
Un caso dinico de neurosis obsesiva 139
reivindicación de valores) me induce a inclinarme, como l i i d e que se le haga un discurso. Ella pide que se le repita la mis-
pótesis, por la obsesión. Es algo que uno puede considerar pc>- ma cosa porque en este sentido jamás es suficiente. Esto tiene
ro con mucha precaución, porque la neurosis obsesiva en I , i la misma estructura que el lavarse compulsivamente las ma-
mujer es muy rara, si bien no es totalmente excepcional como i-ios, porque jamás están suficientemente limpias. Ahora co-
sería el fetichismo. Sin embargo, antes de situar el caso como menzamos a tener una cierta consistencia sintomática. El
neurosis obsesiva en una mujer es conveniente tener muchos punto en el cual interrumpí el relato es donde se tiene el peso
más puntos de apoyo. En principio, no deberíamos seguir 1;) de la hipótesis, que está frente a lo increfile: neurosis obsesi-
dirección de la psicosis, si bien lo único que podría inquietar, va constituida en la mujer. Mantendremos aún su estatuto de
nos sería el hecho de que se lava las manos hasta arrancarSta Iiipótesis y a continuación trataremos de saber si hay elemen-
la piel, lo que parece ser un poco excesivo. tos que la confirmen o no.
Además de lo que limita nuestra hipótesis, sabemos qtiv Puedo dar más detalles sobre esa demanda de repetición.
tal manía se encuentra en la mujer, que el fetichismo se e n Tenemos un interesante caso traido de Buenos Aires por al-
cuentra en el hombre, y no al revés. Hay allí una barrera. I.,i guien que se llama JuanCarlos, acerca de un paciente que tu-
mujer también es fetichista en cierto modo, fetichismo del f,i- vo un síntoma obsesivo, del cual nos dio sólo un fragmento,
lo, pero es muy diferente del que presenta el hombre. Es casi lo suficiente, un síntoma bien recortado, muy rico en lo que
un abuso decirlo. hace a la enseñanza. Es un hombre que espera un llamado te-
En este caso es necesario tener prudencia pero como -tl!i lef6nico de la mujer que ama. Se queda cerca del teléfono y se
verdad- la tenemos, no me detuve por ahí sino que continuii pasa la noche verificando que éste funcione: levanta el tubo
hasta hablar de lo que ella llama su "fantasía" que esta, de h(1- de manera cornpulsiva, para oír la señal. Hicimos un análisis
cho, constituida como sintoma. iCua1 es la fantasía? ElIa dicc*: rnuy interesante de ese síntoma. En la acción misma de veri-
"Tengo una fantasía, no puedo quitClrmeIa de la cabeza". N, ficar si puede recibir el llamado, imposibilita el recibirlo. Al
sin embargo, no llama a eso "fantasía". Ella cree, no puede dc- verificar si el aparato funciona, impide que funcione y hace
jar de creer. "Fantasía" es su expresión. N dice: "No soy uii que el buen funcionamiento no sirva para nada. Hay un efec-
enfermo psíquico, estoy enfermo por causas exteriores". Eii to impresionante de anulación de la actividad. Es un pequeño
cambio Virginia dice: "Tengo fantasías, no puedo quitarmelai. caso, pero se trata de un paradigma del obsesivo: solucionó la
de la cabeza" y en e1 fondo j a qué la conduce eso? A que c11,i relación sexual que no existe sustituyendo a la mujer por el te-
reaIice una apelacion al Otro, a un Otro que le pueda garanti- léfono. Encontró el medio de telefonear al telbfono, y tener
zar que eso no es verdad. De lo que surge del texto y de La cli- siempre a alguien allí. En el lugar de la mujer, que en ese mo-
nica, se aísla la función del gran Otro de la garantia. Ella le dc- mento no existe de ninguna manera, instala un teléfono que
manda al Otro encarnado por la madre que Ie garantice quct le responde cada vez que llama, con una sehal. de perfecto
no es verdad. Y lo que aparece como obsesivo es, una vez ob- funcionamiento. Creo que vamos a publicar ese caso, agre-
tenida la respuesta, el pedido constante de que se repita. Ella gándole algunos comentarios: quizá podamos elevarlo a la
está presa allí, en la compulsi6n de obtener la garantia del categoría de paradigma.
Otro, por lo cual persigue a la madre para que le diga que na- Tenemos lo tipico del obsesivo: tener un Otro, un gran
da de lo que ella teme va a suceder. Otro a su disposición, un gran Otro automático, un gran Otro
Su angustia la lleva a demandarle al Otro que asegure y que le responde ni bien lo llama, aunque exista siempre un
"reasegure". Podríamos decir que en la repetición ella no pi- riesgo fundamental: el hundimiento de todo el sistema signi-
Un caso clínico de neurosis obses~va 143
pervisión" para escapar a 10 que el analista puede entendci Muchas gracias. Le paso la palabra.
como delirio de a dos. Por otro lado, delegar esa supervisifi~i
a una persona, a 1u-t analista, puede ser justamente el ejercicio J.-A.M.: También quiero agradecer a todas las personas
de una supervisi611 múltiple y reclproca. En la Escuela de l i i gracias a las cuales esta conversación fue posible. Especial-
Causa Freudiana tal como se constituyó, hay actualmente unti mente a las traductoras, que sabemos con qud cuidado, incIu-
hipótesis de trabajo, formar carteles de supervisión, uti1izai1- so con qué escrupulosidad, procuraron traducir un discurso
do la estructura del cartel para efectivizar y sustentar esa rr. improvisado. Les hablP a través de sus voces, y todo fue de-
lación. Un cartel de supervisión en el que sus miembros lleva- positado básicamente sobre ellas. Ya le agradeci a Jorge y lo
rian problemas para ser discutidos por otros tres o cuatro, ~ i i Iiago ahora a ustedes por vuestra atención constante e ininte-
escala alternada. rrumpida.
Otra cuestión es saber lo que produce o no ese cartel. Eii Tuve una idea precisa de lo que debería haberles dicho,
vez de la supervisiún confiada a un analista jerárquicamenfi~ idea que no tenía en el inicio. Es ahora cuando podríamos co-
superior, con más experiencia, podría ser hecha dentro d c l menzar, cuando justamente necesitamos terminar. Simple-
mismo cartel, como otra forma alternativa. mente, les agradezco.
Saber si en el carteI hay sólo miembros de la Escuela o no,
es otra cuestihn. He aqui una hipótesis que responde a vues- San Pablo
tras preocupaciones. 18-10-81
como universitarias, que nacieron de la carencia de consrrva- mente en el poder. La universidad es complaciente por razo-
ción de la universidad -de recoger, de ordenar y de transmi- nes de estructura del saber deshabitado del deseo; el saber ha-
tir el saber- como también del examen y de la jerarquía de los bitado por un deseo supo causarle inconvenientes a Abelar-
que saben o creen que saben. do. Fichte, festejado por los estudiantes de la Universidad de
Con todo, no conviene igualar el discurso universitario al Jena, y MicheIet, del Collkge de France, fueron momentos glo-
discurso cientifico, ya que son absolutamente diferentes. El riosos en que la enseñanza universitaria no tomo el deseo co-
universitario está acomodado, como por ejemplo, la física de mo normalmente lo hace sino que por el contrario, lo desper-
Aristóteles. La filosofia, como posición subjetiva fundanien- t6. Son excepciones, son los casos perdidos de la universidad;
tal, no esperó a la universidad para existir. Fue la universidad la vocacibn universitaria es la de tocar el deseo. Piensen por
la que en tm determinado momento se apoderó de ella. ejemplo, en el acogimiento que tuvo la Critica de la rnzón prác-
Volvamos a los orígenes históricos de la universidad: nació Zicn de Kant. Piensen en el choque que causó a sus lectores, el
de la iniciativa del poder político en la Edad Media, siglo XII. entusiasmo que trajo, y compárenlo con lo que sucede con Ia
El progresa de las matemáticas se abstuvo durante mucho obra en nuestros días. Creo que tanto aquí como en Francia es
tiempo de la inscripción universitaria. Si admitimos que el su- simplemente un libro del programa; es bueno, sin embargo,
jeto cartesiano es el mismo que el de la ciencia, debemos reco- que por lo menos subsista de ese modo: como un libro para
nocer que él só1o emerge vaciado de todo saber. Es lo que ser trabajado. Vean bien la diferencia con la época en que el
Descartes comprendió en su primera meditación: una opera- deseo estaba implicado allí. El psicoanálisis aún ostenta algo
ci6n de vaciamiento de saber. de obstinación, y es ésa la razón por la cual no lamento que el
En un movimiento posterior fueron acogidas la física y la Departamento de Psicoanálisis de París VIL1 sea aún el único.
matemática, pero no sin resistencia, pues lo que las universi- En el fondo, espero que la inscripción universitaria del psi-
dades propagan es el saber aristotélico, una vieja tradición de coanálisis se vea demorada lo máximo posible. En todo caso,
oscurantismo. Un departamento de física no tiene absoluta-
se debe decir que existe antipatía entre el discurso universita-
mente ninguna vocacidn para formar físicos sino profesores
rio y el psicoanalítico, y hay incluso ciertos modos de sentir
de física que se dirán físicos. La cuestión es saber si el psicoa-
que son contrarios. Hay sensibilidades diferentes, no compar-
nálisis existente constituye un saber propio para ser acogido
ten el mismo pnfhos (debemos reconocerfo), pero justamente
por la universidad. Esta pregunta, ciertamente, no se haría si
la friccion entre los dos discursos puede ser fecunda. En todo
el psicoanálisis hubiese caído en desuso, si nadie mas lo prac-
caso, el pnthos no es todo en la cuestión. En la universidad se
ticara, si nadie mas se prestara a su artificio, si no hubiese más
enseña en nombre de un saber, que no es forzosamente cien-
sujeto para inscribirse en su estructura. Seria el momento de
cia, pero que está ligado por una coherencia y por relaciones
estar contentos en la universidad, ya que en ella estaríamos
que implican una cierta estabilidad. Hay una exigencia mlni-
muy a gusto para tratarla como un hecho sociaI, coino un fe-
ma del discurso universitario: quien habla es el profesor, el es-
nómeno de opinión. Entonces, habría una historia del psicoa-
tudiante se limita a imitar al profesor cuando habla. Él es su-
nálisis, una .sociología, una liturgia pura, una arquelogía. Lo
puesto saber lo que dice. En el psicoanálisis la experiencia
que perturba el sosiego de la universidad francesa, lo que in-
estA fundada sobre el imperativo inverso, es decir, el sujeto
comoda, es la existencia del psicoanálisis y de psicoanalizan- que habla está desligado del imperativo de saber lo que dice:
tes, de una práctica social que se sustenta en ese saber y que por el contrario, se lo invita a excluirse de saber. La regla hin-
conserva algo salvaje, no reglamentado, no encajada directa-
darnental de Freud implica: decir todo lo que pasa por la ca-
beza, que no sepa lo que dice; interesante en la experiencia a sus exigencias. En el discurso analítico actúa lo controlado
analítica, pero no previsible al comienzo. Lo que pasa por la en e).discurso universitario. Es muy simple oponer la verdad
cabeza de las personas son tonterias no previsibles, según los al saber; la verdad en estado naciente, al saber, en el cual ella
filósofos de entonces. Podríamos pensar que los matemáticos puede depositarse. Platón ya hablaba de lo que no se puede
se pusieran a soñar para construir sus teorias. Ahora, curiosa- ; el intento de guardar la verdad de S6-
enseñar en el M e ~ 6 n en
mente, lo que dice ese discurso desligado del imperativo de crates, escribió libros con sus diálogos. Podemos oponer uno
saber se encuentra imantado por una serie de pwtos funda- al otro. Ya existió dicha tentativa. Y Platón desnaturaliza a SÓ-
mentales. Es increíble, por ejemplo, el tiempo que las perso- crates, porque 10 estabiliza como saber. También hago libros
nas pasan hablando de sus familias. Podemos lamentamos, de los seminarios d e Lacan y ya están comenzando a oponer-
pero es un hecho de experiencia. me a el, pero él no es Sócrates y yo no soy Platón. Siempre nos
El psicoanálisis implica la conversión del sujeto, lo obliga sorprendemos cuando volvemos al p m t o en que ernerge el
a situarse de otra forma respecto al saber. Como el sujeto de saber. Lamento que se haya retirado el doctor Angelini pues
Descartes: vaciado, evanescente, es un sujeto -por decirlo así- me gustaría hacerle a él la siguiente pregunta: jen el Instituto
"antiuniversitario". Di cinco conferencias el fin de semana, in- de Psicología se da lugar a Fechner? (Alguien desde el pulsli-
vitado por el doctor Forbes, cinco conferencias en 48 horas. co responde que si.) iAl Fecher visionario o al loco? Publica-
En una de ellas recuerdo haber dicho que el malentendido era mos un artículo sobre el Fechner visionario que hizo poner los
muy importante, pues se trata del inconsciente, todo hecho de pelos de punta en el Instituto de Psicología. Les aconsejaría
malentendidos. El saber universitario imagina que puede re- que traten de leerlo pues lec permitiría familiarizarse con la
sidir en la dimensión del bien-entendido. Imposible. S610 es antinomia verdad-saber. Fechner no era el Único loco, pero lo
posible en un caso como el de la matemática y en todo saber era. También era cantante. Esto lo sabemos porque un tal Do-
que pueda ser maternatizado y formalizado. Es una exigencia gel, de la editorial de la Universidad de Harvard, acaba de
que se le impone a la teoría psicoanalítica, causando algunas publicar su biografía el año pasado. Eso no quita nada de SU
dificultades; en eso me siento un experto con relación al saber saber aunque él lo haya inventado a partir de la verdad del
universitario, a pesar de lo cual también el discurso psicoana- deseo. En el psicoanálisis hay una oposición entre verdad en
lítico sufre en esa relación con la ciencia. El sujeto en la expe- estado naciente y saber constituido. Alrededor de Freud -su
riencia psicoanalitica se imagina estar buscando la verdad, grupo, como él decla- había personas dudosas, marginales,
mis acá o mAs allá del saber. No la encuentra, pero eIla si lo personas distanciadas del saber conformista.
encuentra. A eso lo llamamos lapsus, chiste, acto fallido. Es el Sin embargo, los analistas imaginaron que debían ser per-
momento en que el sujeto se ve sobrepasado por la palabra. sonas respetables y se precipitaron a formar una organización
He aquí la razón por la cual un sujeto se halla en estado de di- internacional para respetar lo que llamaban el sfanclard. Si hay
visión y no en estado de control, como en el discurso univer- algo que está en oposición al psicoanálisis en su estado na-
sitario. Ese sujeto pasa a percibir la verdad como algo transi- ciente es la idea de respetar el standard. Es absolutamente con-
torio, fugaz, enigmático. Ella está también en la interpreta- trario a la experiencia analítica, la que cuestiona el standard,
ción, para la cual no necesita diccionario; el sujeto mismo lo desencadena el sujeto y lo encamina al significante. Veamos
deja de Eado: algo por si mismo emite una formación del in- un ejempIo histórico: no hay que olvidar que Newton pasó
consciente y es por eso que no produce un saber sino que lo mucho m& tiempo haciendo alquimia que física. Intentaba
equivoca, por lo que es d e s d e ese punto de vista- contrario arrancar los secretos ociosos mientras hacía física. Lleg6 a pu-
El psiconnálisis en la uniwersidnd 157
nuestra opinidn, es necesario saber cómo Freud pretendía ro no le dio el nombre de "goce", como hubiera sido necesa-
mantener su descubrimiento con la invención del superyó, el rio que lo hiciese. Y por eso el supery6 es el origen de la con-
cual tuvo gran importancia para Lacan, habiendo incluso si- ciencia moral. Pero la conciencia moral no dice en qué cree
do su vía de entrada en el psicoanálisis. Lacan, como psiquia- Kant. EI superyó formula el imperativo de la verdad, lo cual
tra clásico, de buena formación, fue compañero de Henry Ey, hace que no nos sintamos muy bien. No está interdicto, pero
el maestro de la psiquiatría en Francia hasta su muerte. Laca11 obliga. Y Lacan formula el imperativo del superyó así: goza.
escribió una tesis sobre la personalidad paranoica, la cual no Este deber es terrible en el superyó: se transform6 en conoci-
se si fue traducida al portugués; si no lo fue es una pena, pues miento del asunto a través de los sentimientos inconscientes
constituye el momento en que Lacan se pasó al psicoanAlisis, de culpa y la necesidad de punición. Son aspectos limitados.
justamente a propósito del superyó, que le permitía concep- La pregunta es: i q u é se satisface en el sujeto a través del sín-
tuar el caso clínico que estaba presentando. Pero en esencia, toma? ¿Por qué el sujeto adhiere al sintoma? iCuil es el goce
~ c u seria
~ I la intuición esencial de Lacan? ¿Podernos emplear encontrado en el síntoma? Sin eso, el síntoma se desvanecería;
aquí el término "intuiciOn"? ¿Sería el inconsciente estructura- por el contrario, Freud constató qtic hay resistencia por parte
do como un lenguaje? Yo no diria eso, puesto que él lo formu- del sintoma. El sujeto está implicado en el síntoma, no quiere
ló tardíamente, cuando ya tenía más de cincuenta años. Creo ser curado e incluso con el sufrimiento que causa el síntoma
que su intuición fundamental es la división del sujeto contra obtiene satisfacción. El psicoanálisis valoriza la ley: la ley del
si mismo, oponiéndose así a una buena parte de lo hecho en padre, por ejemplo. En la secuencia del complejo de Edipo
filosofia, íntegramente preservado por los psiciilogos: el pre- hay cierta normalización del deseo y se imagina que es 6ca la
concepto de que el sujeto quiere su propio bien, de que quie- función del superyó; Freud, sin embargo, le da otro valor, re-
re sobrevivir, de que todo se conjuga para eso y, si así no fue- lacionándolo con la pulsión. El superyó no opera únicamente
ra, es necesario terapeufizarlo. Suponemos que el sujeto para oponerle barreras a las exigencias, sino que cada renun-
obedece a la ley como rechazo de la pulsión de muerte, la cual cia a la satisfacciiin pulsional refuerza la severidad del mis-
los psicoanalistas no aceptaron de inmediato en la obra de mo, que es insaciable. 8110 dice en El mnlestur en la cullura. La
Freud, considerando que él especulaba, que era una contra- frase de Freud es una paradoja, si el superyó es la interdicción
dicción. Con todo, si la pulsión es un instinto, no es posible del goce. Lacan resuelve esta aparente paradoja, al decir que
comprender lo que quiere decir "pulsi6n de muerte"; fórmu- el superyó impone e1 goce; de este modo elimina la paradoja
la en la que el sujeto está dividido contra sí mismo, cuestio- freudiana. El superyó va en contra del deseo, pero porque el
nando la positividad del bien, se introduce en una ética dife- deseo va en contra del goce, siendo una defensa contra este
rente de la 4tica del bien y muestra la fórmuIa en que el sujeto último. El goce no es deseable. Es una de las verdades acumu-
se aferra a un bien que de ninguna manera es su bienestar. Es ladas en la experiencia analítica que son desconocidas por-
10 que Freud llarn6 masoquismo primordial, incomprensible que las escondemos colocándolas en el baúl. En los años '20
para los psicoanalistas por ser psicólogos: fue necesario que los contemporáneos de Freud -Alexander, Theodor Reik y
Eacan les diera sentido a algunos conceptos de Freud. El bien Wilhelm Reich- se apasionaron por el superyó y percibieron
que está más allá del bienestar, que puede hacer mal, es lo que que no era una instancia social de normalizaci6n sino lo con-
Lacan llamó "goce", que no necesariamente da placer e i~npli- trario, una ley del inconsciente que no normaliza cino que in-
ca una kica. Kant percibió eso a su modo en la Critico de la ra- troduce al sujeto en una dimensidn donde el goce está loco,
zón prhcfica, que el bien como tul era contrario al bienestar, pe- suelto, sin significante, sin medida. Es necesario respetar tal
El psicoanilisis en Ira universidad 159
dimensión y distinguirla de la del Nombre del Padre, que f ~ w de casos de psicosis, especialmente del caso pvinceps estudia-
el kxito de Lacan, muy aplaudida. Hoy es necesario que la do por Freud. Es ~ r principio
n transfenom&nico,que no se lo
Secci6n Clínica restablezca la función del superyo, que llega n puede identificar como simple institución. Es cierto que exis-
constituir un hecho singular en la historia del pcicoan~lisis. ten elementos sociales que pueden, durante algún tiempo, ta-
Los analstas cuestionan permanentemente a1 superyó en par ese agujero simbólico. Sin embargo, hay otros que pueden
la mujer. Freud ya habia comprendido que de ese lado había -por el contrario- volverlo evidente, como el presidente
algo de la conciencia moral que sucedía de manera diferente. Schreber que hasta los cincuenta años fue un modelo de com-
En e1 momento en que Freud fue infiel a si mismo, dejó dc portamiento social y recién cuando iba a asumir la digna po-
comprender 10 ilimitado de la mujer, las infracciones que pue- sición de Presidente del Senado de la Corte de Apelaciones de
de cometer contra la conciencia moral. E s también el probIc- Dresde se refirió a una idea que le pasaba por la cabeza, la
rna de los filósofos de este siglo. Jamás se tuvo certeza de esc cual no estaba de acuerdo con su papel social. Un buen día co-
punto de vista, de la humanidad de la mujer. Pero el proble- mienza a decirse que sería lindo ser mujer durante el coito. E1
ma del superyó femenino es el de su goce, y Lacan dio cuen- presidente de la Corte podría hasta soñar con eso, pero para
ta de las paradojas que encontró Freud. Desde siempre se sa- él se vuelve real, no es una alucinaci611, no es un sueño, es lo
be que las mujeres cometen infracción a los mandamientos dv que Dios quiere de él, y Dios lo obtiene. Cuando su delirio se
la palabra, así como los hombres la conciben. Es por eso qutk estabiliza lo suficiente como para poder escribir ~ i nlibro,
. estA
los hombres jamás dejaron de reflexionar. convencido de que su cuerpo se ferniniza. ¿Dónde está lo co-
l la verdad? El superyó del hombre es la mujer. Hc
~ C u des cial en todo eso? El elemento desencadenante de su psicosis
aquí por que es tan difícil encontrarle un supery0. Es mucho fue el. ascenso a un puesto destacado. En cierta medida pode-
más trabajoso desembarazarse del imperativo que viene de l n mos decir que la enfermedad es social: la "cura" tambien po-
mujer que del que exige la conciencia moral. dría serlo.
San Pablo
19-10-81
Deba fe
nos dejó una serie de cuadros clinicos, una especie de zooló- sacarlos del encierro, un movimiento de liberación de los psi-
gico humano. Bellos cuadros, diseños que puntúan sus leccio- quiatras. Esto los llevó a suponer que el respeto a la locura
nes y que parecen fotos. Se trata de una zoología. consistía en imitar a los locos: concurrir a su escuela e incluso
En ese aspecto, el psiquiatra desconoce la parte implicada identificarse con ellos. Hay, inclusive, un determinado núme-
en la producción del objeto de su estudio. En cuanto al analis- ro de ingleses vociferantes defensores de la antipsiquiatria
ta, al estar implicado en el cuadro clínico, se encuentra en una que tomaron ese camino.
posición menos cómoda, no pudiendo mirarlo a distancia Identificarse con los locos no es la orientación de Lacan,
porque forma parte de 61. Freud se arriesgó a escribir los cin- motivo por el cual fue mal visto por los antipsiquiatras y por
co psicoanálisis, describiendo tan sólo el caso Freud, que es el los diccípulos franceses de la antipsiquiatria, como Maud
sexto psicoanálisis. Mannoni quien al mismo tiempo, era miembro de su Escuela,
Los psicoanalistas jamás dejaron de apasionarse por la clí- Le recriminaban el hecho de seguir siendo psiquiatra. Reto-
nica de los casos de Freud, por los cinco psicoanAlisis, por Lrr rnaré más tarde este tema. Lacan siempre se presentó como
znterpmtacidn de Ios sueños, por la Psicopatolo~íade la vi& cofi- quien tiene formación médica y psiquiátrica.
dinnn, 7 por todo lo demás. La clinica de Freud, de la cual él Era de la generación de Henry Ey, uno de los mayores
es objeto, constituye la disciplina clinica entera del psicoaná- maestros de los estudios psiquiátricos en Francia.
lisis. Las persoi-ias se espantan porque Lacan no escribió casos Henry Ey y Lacan hicieron juntos la residencia en psiquia-
clínicos: no querría que hubiese el caso Lacan en la clínica psi- tría y a pesar de las divergencias -el orgáno-dinamismo de la
coanalítica. Por otro lado, tal caso existe, pues él se resistió a escuela de Jackson y las disciplinas del significante de Jakob-
ser absorbido por la Asociación Internacional de Psicoa- son- conservaron siempre una relación de respeto y amistad.
n6lisis. El mismo Lacan continuó con su presentación semanal (y lue-
Tornando la definición de la clínica que Lacan propuso: "la go quincenal) de enfermos en el hospital. psiquihtrico de
clínica es lo real como imposible de soportar", Ssta no tiene Cainte-Ame. Allí, frente a un grupo de discípulos residentes
-en la psiquiatría y el psicoanálisis- el mismo punto de apli- y de médicos, presentaba un paciente psiquiátrico cuyo caso
cación. le era comunicado quince minutos antes. Durante una hora o
En el caso del psicoanálisis, se trata de un imposible de so- una hora y media realizaba la demostración del caso: escu-
portar para el sujeto. En el caso de la psiquiatria, se trata de lo chaba al paciente y le hacía preguntas pertinentes y efectivas.
imposible de soportar para el cuerpo social. Está claro que Mantuvo tal práctica durante todo el tiempo de su enseñanza
uno puede recubrir al otro en ciertos puntos y por eso los psi- psicoanalítica. Lo que expresé se trata tan sólo de un comen-
coanalistas y los psiquiatras tienen interés en trabajar juntos tario, pues mi intención es retornarlo dentro de esta perspec-
en los mismos cacos, aunque sus responsabilidades no sean tiva más adelante.
las mismas, especialmente en el hospital. Lo que intento demostrar es que el psicoanáIisis olvida la
No estoy a favor de la antipsiq~iiatsíaque enfatiza la di- psiquiatría, con el pretexto de que tanto la demanda como el
mensión social del psiquiatra. AdemAs, ésta es un malenten- síntoma son estructuralmente distintos en las dos dimensio-
dido. En realidad, se trata de un movimiento de psiquiatras nes.
que se concientizaron, no de que encerraban a los locos sino Se suele pensar que el psicoanálisis comprendería al pa-
de que, hacihdolo, también ellos quedaban encerrados, Lla- ciente en oposición a la psiquiatría, y ésta se mantendría a
maron antipsiquiatria al movimiento que tiene por finalidad una distancia objetivante respecto de 41. Se suele imaginar
PsicoandIisis psiquiatría 167
bitual que desprecia el concepto de género. En lo que atañit , I existen segmentos de inter6s por el psicoanálisis que acorra-
la psicosis y a la histeria, conviene recordar que eso se vurI\~i~
más patente. Hay promotores de psicosis I-iistérica. Lacan ( \ i i
lan a los psiquiatras entre dos fuerzas y no les dejan otra al- 1
I
ternativa más que la asistencia social. I
sus presentaciones de enfermos, prestaba mucha atenci011,iI Existe también el poderío del medicamento, cuyo yrogrs-
hecho de distinguir, en cada caso, si se trataba de psicosis a so no está en sus manos y el intento de los biólogos de alcan-
histeria, lo que muchas veces es difícii de precisar A pesar i j i zar un objetivo cada vez más preciso, haciendo imposible el
las dificultades, siempre se decidía por una u otra cosa. Adv establecimiento de relaciones estables con el paciente.
más, justamente el estilo de la psicosis y de Ia histeria no l i i b Hay aún otro serio factor para que los profesionales del
nen nada en común. No basta con que el paciente les diga co área se sientan abatidos: ellos pueden considerarse terapeutas
sas extrañas o que les parezcan extrahas, contradictoriah, o psicoterapeutas, pero los psicóticos no los consideran así.
abundantes en t6rminos imaginarios, para que se le atribu yi A partir de esta realidad, te hacernos una pregunta al psi-
un diagnóstico de psicosis. Vean, por ejemplo, en qué estado coanálisis: ¿qué puede hacer éste por los psicóticos?
de confusion y delirio llega a Freud el Hombre de las Ratas, Debemos reconocer que con frect~enciano puede hacer na-
lo que no impide que su neurosis obsesiva sea paradigmáticn. da, que la lección del doctos Eacan en sus presentaciones de
Es totalmente insensato ver en ese caso un diagnóstico de psi- enfermos era sólo u n a lección de humildad. Podemos hten-
cosis, basado en fenómenos iinagnarios no indicativos de la tar interpretar los síntomas de los psicóticos delirantes, pero
estructura en si. Del mismo modo, una histkrica que vi la sc- ellos lo hacen mucho mejor. En lugar de esto, podemos man-
mana pasada en Buenos Aires producía las más locas identi- tener actividades de apoyo con méritos sociales, pera que no
174 Jaques-Alain Miller
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Psicoanlilisis y psiquiatría 179
llama "Del síntoma al fantasma". Mi intento, este año, fue ción de Sade en Paris. Era difícil encontrarlo. El e d i t ~ Jean-
r
acentuar la importancia teorica y prhctica en la enseñanza de Jacques Pauvert fue lo suficientemente audaz para publicar
Lacan, en la conducción del tratamiento, distinguiendo los toda su obra porque en esa &pocaparecía una idea totalmen-
dos términos: síntoma y fantasma. A través de ellos podemos te loca. Ésa fue, según recuerdo, cuando tenia 17años, su idea
decir que el estatuto, la estructura, la posición del analista para conseguir dinero y no estoy muy seguro si se permitía la
frente a cada uno es fundamentalmente distinta. Es un punto venta a los menores de 18 años. Había una cierta ansiedad por
comprar algunos de esos textos. No era un objeto como los -f
esencial en la practica del análisis que fue completamente
abandonado por muchos años, a pesar de su importancia, en otros, no era un libro como los otros. Hubo una prohibicihn 5
U
la obra de Lacan. Fue el tema de mi curso, así como el del se- de esta obra hasta los años '60 en Paris. No hace tanto tiempo.
minario. Elegí este texto por ser e1 paradigma lacaniano con Es un ejemplo de cierto rechazo social e instiiucional, que es
respecto al fantasma, a través del cual podemos verificar la un buen ejemplo, también, de-la dificultad de situar los fan-
esencia de lo que estamos tratando. Es un ejemplo del fantas- tasmas en el orden social, donde los síntomas se sitúan mu- 2
ma y al mismo tiempo, m ejemplo a partir del cual pueden 44,
p3.
desarrollarse las articulaciones de la esencia del fantasma. No
es tan evidente en un primer momento, pues es un texto don-
mas constituyen el yropio orden social. No hay nada mejor
para la organización social que los síntomas obsesivos, si se - Q-A
*-5
de hay muchas referencias eruditas. Hay toda una biblioteca - puede colocarlos cómodamente en la automatización de
en estas páginas, toda una biblioteca de literatura y de filoso- nuestras actividades. Estos síntomas pueden ser una ayuda'
fía que nos impide aproximarnos a la medida clínica de la en el trabajo. En ocasiones pueden también impedirlo com-
cuestión. pletamenté. Pero el fantasma es mucho más dificil de locali-
También es interesante pensar en el paradigma freudiano zar. También hay fantasmas del mismo orden social -es una
del fantasma que está en el texto "Pegan a un niño". Hay Ihea-. Fantasmas
. .
de utopias.-El fantasma
.
sadiana, sin ernbaG-
otros textos de Freud sobre el fantasma, por ejemplo, uno de go, tuvo su localización en el orden social precisamente en la
1908que se llama: "Fantasías histéricas y su relación con la bi- Bastilla donde fue encarcelado, encerrado dentro de las pare-
sexualidad". Sin embargo, el mayor ejemplo paradigmático des más fuertes del mundo. Este era el centro: la Bastilla esta-
es el primer texto: "Pegan a un niño". Se puede hacer una ba dentro de Paris como símbolo del discurso del amo. Cim-
comparación entre el paradigma del fantasma d e Freud y el bolo del amo que fue destruido. Es sabido que no son
de Lacan. El texto de Freud se refiere estrictamente a su prác- frecuentes esas destrucciones de edificios. Por ello, la idea de
tica, toma solamente casos de su propia práctica (seis casos) la Revolución Francesa de 1789 fue contra ~ S edificw
P c o u
en los que encontro el mismo fantasma. E1 texto de Lacan es símbolo, y al destruirlo jnü querían deiar nada! Con odio, la
exactamente lo contrario, porque nunca toma el paradigma intención era demostrar d vacío, lo sin importancia--
fantasmático de su práctica. Podemos afirmar que lo toma de ba allí. Podemos decir que fue con cierta pasión porque este
Kant y de Cade. edificio tenía un significado esencial para la gente. Ahora,
Sade es conocido aquí, se lo puede encontrar en las libre- cuando alguien va a París, ya no puede ver la Bastilla. Sólo se
' ve la Plaza de la Bastilla, ya que no se construyó nada más, só-
rías. Por eso, debe interesar un poco menos, ya que el suceso,
el éxito de Cade, su fundamentación, fue durante siglos la di- lo una columna. Son los símbolos las que comandan -tene-
ficultad de encontrar sus libros. Puedo recordar que a finale: mos que decirlo- a los seres humanos, ya que la construcción
de mis años de escuela secundaria era muy mala la reputa- de ese edificio se produjo cuatro siglos antes de su destruc-
Sobre " h n b con Sade" 205
ción. Hay funciones, pocas cosas, de las que podamos decir en la Francia de1 '56. Mucho después, otro editor emprende el.
que tienen una característica humana. Por eso, construir co- proyecto de hacer una gran edición -las de Pauvert eran libri-
lumnas, cosas indirectas, es una caracteristica humana. Vea- tos azules, en un papel feo, más o menos corno una edición pi-
mos ..., por ejemplo, solamente en el campo cercano de Gui- rata-. E1 proyecto de los años '60, de otro editor, era una gran
trancourt donde está la casa de campo del doctor Lacan. Al edición de volúmenes negros, en bello papel, presentada por
final de "Kant con Sade" están las letras R.G. Creo que es " R grandes intelectuales franceses de la época. Ése fue el mo-
de Ruma y "G" de Guitrancourt. Son las últimas palabras, lle- mento de un cambio. Lacan pidió hacer la presentación de la
gamos al final del texto. Por ejemplo, cerca de Guitrancourt obra. Lo interesante para la historia de las ideas es que el tex-
hay (y no es un edificio) una piedra histórica que se llama pie- to de Lacan fue rechazado por el propio editor. El pedido fue
rre drcsséc, piedra erigida. Es una piedra muy grande que fue escribir para la edicion de Sade. El editor dijo que no pudo en-
colocada verticalmente por los hombres prehistóricos. Esto es tender nada del. texto y, de ese modo, no podría publicarlo.
un discurso a propósito de la Bastilla.. . es u11 poco al estilo de Por lo tanto, era ponerlo a Lacan, y no sólo a Sade, en la Bas-
mi seminario en Paris. Está conformado a partir de cursos ya tilla. dónde poner a Lacan? En Francia, la idea -la conoce-
realizados, a partir de divagaciones. El seminario es el lugar mos por la IPA- era poner a Laca11 afuera; la versión de los he-
donde no se permite asociar libremente sino, a partir de un chos es diferente, en general, para la IPA. Quiero decir, las
punto, abrir un sendero en la selva, caminar en la selva. Es personas en la IPA se cierran ellas mismas en una pequeña
una linda expresión del texto "K-S": "en la selva". Más preci- Bastilla, la propia IPA es una pequeña Bastilla. Creen que ...
samente "en la selva del fantasma". Es una linda expresión. cuando ponen a la gente afuera, están expulsadas del mun-
Lacan toma la cuestión del fantasma a partir de la "obra Ii- do...Lacan dice algo así en Scilicef, a propósito de la Plaza de
teraria" de Sade y no a partir de su experiencia clinica. Lo in- la Concordia, en París. En la Plaza de la Concordia hay, hoy
teresante se ve luego. Tal vez ustedes conozcan el seminario también, un obelisco; alrededor hay una reja. Cuando alguien
de Lacan sobre James Joyce, uno de los últimos. En este semi- está adentro, fuera de las relaciones del espacio desde el pun-
nario, Joyce fue la mayor referencia literaria y, simultánea- to de vista topológico,
. - puede convertirse el adentro en afue-
mente, Lacan dio una conferencia: "Joyce el Síntoma". Pode- ra. Y el mismo espacio, adentro, el pequeño espacio, o el espa-
mos decir que lo que 41 estudia en el texto "K-S" es, en cierto cio exterior, son exactamente equivalentes, pues r i m t r a t a de
modo, Sade y el fantasma, pues de eso se trata: toda la litera- ,cantidad, de metros y de medidas sino solamente de transfor-
tura de Sade a partir de la reconstrucción de su fantasma. inaciones. de un eswacio aue ouede transformarse. Si en la es-
1. 1 1
¿Por qué? Cómo podemos explicaz de entrada, por qu6 lacan fera se hace un pequeño círculo en la superficie o un globo,
A .
toma las cosas a propósito del. fantasma -su ejemplo mayor- desde el punto de vista topológico está permitido atravesar el
a partir de eso; parece un hecho cultural: ihay o no hay opo- círculo pequeño. De este modo, un punto que estfi adentro del
sición entre cultura y cIínica? Ese texto parece decir que no es circulo permanece adentro del círculo, sin embargo, el círculo
tan simple la relación entre cultura y ~Iínica. puede crecer y tomar casi todo el espacio de la esfera, o un pe-
Podemos decir que hay una dimensión de azar en todo queño círculo de otro lado. Sobre esas cuestiones de afuera y
eso. "K-S" es un texto de los años '60-'62. En los años '50, Jean de adentro hay cosas más difíciles,
Jacques Pauvert era un editor muy querido por los intelectua- (
Así es que el texto de Lacan fue rechazado en la edición de
les, elitistas o no. Publicó la obra de Sade, 30 hizo en el '55 y las obras completas de Sade y después su propuesta era pu-
no era cierto que la justicia y la policia permitiesen esa edición blicarlo en la Nouvelle Reuue Francuise, la mayor revista de 1i-
Sobre "Karat con Sade" 207
If mos necesariamente que conocer a Kant y a Sade, porque ta segregación de los analistas. No tenemos que ser compla-
ellos están presentes en la práctica. La tesis de Lacan es: tene- cientes con eso como en la IPA, pero es verdad que hay un
a
e mos que estudiar las condiciones de posibilidad del psicoaná-
movimiento de segregacibn, de diferenciación d e los analistas
lisis, todo lo que se r&e a la l b ~ i c adel psicoanálisis, a $r- en todas partes.
8 de la vida en Vienn n fin del siglo XIX Para estudiar lar
condiciones de posibilidad del psicoanCilisis, todo el mundo
Entonces, vamos a abordar lo que "camina en las profun-
didades del gusto", expresión de Lacan en la primera página
) lee los libros que Freud leyó, sus profesores de mitología, del texto. Tenemos más que ver con las escuelas de filosofia
I- etcétera. Lacan los leyó -antes de la moda de volver a todo griega, no regidas por el. modelo universitario. La wllversi-
5 eso-. Sin embargo, es uno forma mucho más estrecha de con-
siderar las condiciones de posibilidad del análisis. El mismo
dad es una invención posterior, de la Edad Media. Podemos
estudiarlo: las universidadlresnanden en un momento da- <
término "condiciones de posibilidad" es kantiano. Entonces/
el tema de la tercera crítica kantiana es sobre las condiciones
do, a la voluntad explícita del poder del amo, una voluntad
de poner la mano sobre la elaboración de saber. La elabora-
4
de posibilidad del juicio estético. La mimera, la Critica de In rrr- ción del saber se inició afuera, sin el control dirécto del amo y
zón p z m , es sobre las condiciones de posibilidad de los "jui- la universidad fue una invención extraordinaria para someter
a los que elaboran el saber. Y cuando eso se hace de manera
eficaz, funciona durante siglos. La conjunción de las universi-
Otra cosa es estudiar e s a s o n e s de posibilidad" en- dades, del discurso universitario como estructura, permite,
tendidas como las influencias sustentadas &r Freud y ver ciertamente en nuestros dias, conducir a la gente que elabora
más lejos. A partir de allí, se nota que hay un estilo de inter- el saber. Permite un control completo sobre el "tiene que lu-
cambio entre las universalidades. Si una universidad indica el char", o "tiene que poseer una jerarquía", o "tiene que tener
nombre de un profesor, otro profesor del mismo nivel va a ser un wemiso para enseñar", o "todo el mundo no puede ense-
indicado por otra. Esto define un cierto tipo de intercambio ñar, solo los licenciados". Y después, organizar intercambios
regulado. Nosotros, analistas, tenemos formas diferentes. mundiales entre los prohares, dar becas de investigación o
cómo es el tipo de agnipación alrededor de los significantes no, y todo ese pequeño mundo bailalla música del amoJ
de Lacan? En verdad, somos una pequeña secta que se multi- Cuando se elabora la estructura de una manera coherente, si-
plica en ciertos puntos del mundo y, poco a poco, hay un cam- glos después puede continuar funcionando. Esta invención
bio muy importante hace aIrededor de cinco años. La univer- de Carlo Magno se produjo entre el siglo XI y el siglo XII con
sidad se ubica más en torna a un significante, y hay personas las primeras universidades de Bolonia y París.
que son alcanzadas, en un momento dado, por un rasgo y no Es verdad que el. modo analitico de trasmitir las cosas es
se bautizan en nuestro ambiente. También es cierto que tene- diferente, hay clases, cursos... tiene un peso sobre nuestra so-
mos la propensión a hacer nuestras propias publicaciones, no ciedad, sobre el mismo lazo social analitico, sobre el lazo mi-
compartimos la vida intelectual en general. vercitario. S610 por eso, el todo del análisis no se puede tras-
Tenemos que abrir las puertas. Sin embargo, las puertas mitir. Primero porque el analizante elabora su propio saber en
también tienen una cierta propensión a cerrarse. Por ejemplo, la experiencia. Incluso la comunicación entre analistas no
Lacan ofrece ese texto extraordinario a Ia revista literaria NOU- puede estar toda en ese nivel de generalización. Las conferen-
velle Revtie Franpise y ella lo rechaza. Podemos abrir mas el cias en Buenos Aires se dieron para seiscientas personas, pa-
circulo. De todos modos, hay un círculo, se produce una cier- ra que la escuchen doscientas. Hay un movimiento natural
Sobre "Kant con Sade" 211
que es hablar con un micráfono. Con una audiencia menor, texto porque se trata, en el mismo periodo, de la expresión
más reducida como ésta, i-iuestro modo de discurso, de con- lunfarda "sin calzón", que quiere decir "los que no tienen ro-
trol, de supervisión, o lo que llamamos así, es un tipo de co- pa interior", y significa que alguien que dice eso.. . tiene que
municación, de trasmisión de saber que no es de1 tipo univer- tener cojones. Y por esa razón tiene que cubrirse con ropa in-
sitario. Se trata de un tipo de relación que fue abandonado por terior. Para decir que hay un discurso analítico al mismo nivel
la universidad: la conexión, la vinculación verdaderamente in- del discurso del Amo o del discurso universitario, tenemos
dividualizada. En la universidad cada uno debe valerse por sí que tener cojones. No son esos los términos que usó Lacan en
mismo, y esto toca a los estudiantes. Estoy en Ia práctica del "K-S", sin embargo, hay una referencia a la escuelas griegas
psicoanálisis, pero al mismo tiempo tengo una función univer- en la primera página. La pobre práctica analítica funciona con
sitaria en el Departamento de PsicoanAlisis de París WI. Hay un casi nada en una época en que para hacer la menor cosa
una tensibn entre esas dos actividades porque hay un deber hay que tener instrumentos, fondos, etcétera. Para practicar el
cuando un universitario va a hacer una tesis, va a hablar de su análisis, cuanto menos se tiene mejor, bastan un diván y un si-
tesis en el nivel en donde se habla de las tesis, esto es, en el ni- 116n. Y nuestra práctica analítica se confunde con la psicotera-
yia, por las mejores razones del mundo. h a s son siempre las
ic
vel de un cierto trabajo, pero también es alli donde se escon-
den un poco las cosas importantes para el sujeto. --
Hay entonces, de cuando en cuando, una autonomía del e n este texto: la cuestión de saber si el bienest;
discurso universitario. Cuando el pedido se hace a1 analista
que al mlsmo tiempo es universitario, ¿qué es exactamente
ese pedido? Siempre nos interrogarnos sobre el sentido, el fu- sión, sin embargo, ella esta definida por la sociedad. Bienestar
turo de esos pedidos: es un punto de vista amplio sobre la his- es poder trabajar, ésta es una definición: las personas enfer-
toria, ese tipo de relación fue abandonada por siglos por e1 mas no pueden trabajar. Esto se ve en esta delicada disciplina
discurso universitario y se mantenía, seguramente porque, que se llama "medicina del trabajo". ¿Qué es esto? Esto pue-
por ejemplo, el sujeto histérico necesita, para sustentarse, otro de ser entendido de muchas maneras: que en si mismo ei tra-
tipo de discurso que no es e1 universitario. El modo del dis- bajo es una enfermedad (tiene esta dimensión). Sin embargo,
curso analitico es un modo reciente, no tiene aún un siglo, na- esa medicina, definida precisamente, percibe las enfermeda-
ció a comienzos de este siglo. Entonces, para Lacan tenemos: des como lo que conceptualmente serían las enfermedades
el discurso analítico, el de¡ Ama, el de la-universidad y el de* producidas por el trabajo, que el trabajo produce: en las mi-
la histeria. El discurso del Amo tiene siglos y siglos, y fue in- nas, por ejemplo, hay siIicosis. Tenemos que ver cómo funcio-
ventado en los tiempos prehistóricos. El de la Universidad es na con el correr de los años alguien que es médico del traba-
un discurso inventado en la Edad Media. En psicoanálisis, el jo. Dirá por ejemplo: "Bien, no esta tan mal, usted puede
discurso es una voluntad por el futuro que Freud destacó, ar- trabajarf' y es así como los mineros permanecen en sus ocupa-
ciones. El médico del trabajo no estudia las enfermedades
ticuló, y Lacan explicó, matematizó; un discurso que puede 5' o
durar siglos con la misma presencia en el mundo que tiene
ahora el discurso del Amo o el de la Universidad.
En la Revolución Francesa, estuvieron los snns culotfes, jco- En Francia hay personas muy progresistas que no aceptan ese
..A v
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nocen los culottes, los revolucionarios que eran tan pobres que papel, sin embargo, es muy difícil para ellas resistir la ver- < -J
no tenían ropa interior? La palabra "sin calzón" aparece en el dadera función de la fuerza del dinero.
212 Jnquec-Alaiii Miller Sobre "Kant con Sade" 213
El punto de partida: "las profundidades del gusto", con al- vel de salud mental que esperan de sus pacientes. Entonces,
gunas divagaciones. A pesar de ello, segui la misma direc- eso puede ser un chiste, o también debe ser conocer a los ana-
ción. Esta meta, "las profundidades del gusto", ¿de que se tra- listas.
ta? El punto de partida para Lacan: nuestra pobre práctica; ¿Por qué la jerarquía es tan interesante? ¿Por qué en la TPA
recibir gente todos los días, escucharla, escuchar cosas más o el contacto con el analista fuera de las sesiones está conside-
menos significativas. Se pierde el tiempo. Es una práctica co- rado más o menos difícil o prohibido? De esa forma el pacien-
mo toda profesión. También hay en esta profesión una dimen- te puede ignorar los rasgos neuróticos de su propio analista.
.;3 sión de odio. Para Lacan, cuando las cosas se vuelven un po- ¿Y cómo se relacionan los analistas entre ellos? GeneraImen-
G co odiosas, son serias; cuando hay entusiasmo, está bien. te, en las asociaciones jes un horror! No sé por aquí, Letra
Cuando un discurso penetra en el mundo como profesión ha- Freudiana es una asociación joven. Generalmente, jla vida de
>
J
ce ver las cosas razonablemente. Este texto es muy valioso, asociación entre analistas es un infierno! No podemos decir
ilumina un poco la pobre práctica, posicionándola en la histo- que están curados de la agresividad al prójimo. Por el contra-
ria. .demos ser diferentes al m4dico del trabajo, no s r r e wS rio, hay un odio que circula en el ambiente analítico y tuve ex-
2= esclavos de la finalidad social general. No estamos en la luna,
--
"
J
,
en un planeta, como piensan a vecTs los analistas, ni estamos
periencia de ello cuando fue la disolución de la Escuela Freu-
diana de Paris por Lacan. Hubo un momento álgido de dos o
* la Bastilla, para aceptar todn del orden social.
en tres meses en el cual cien, doscientos miembros de la Escuela
El analista debe aceptar la tesis de lacan de que funda- Freudiana e n t r e los seiscientos que habia- ifirrnaron, escri-
mentalmente el análisis, la práctica del análisis, tiene una fi- bieron cartas de odio contra mí! Bueno, pero por no estar en
nalidad incompatible, distinta de las otras prácticas sociales. la Edad Media no hay posibilidad de que nos coman los pe-
2 Éste es el texto que dice eso. No se trata simplemente de cu- rros. El Único hecho que me puso contento en ese período es
rar al paciente, porque el mismo nivel de la experiencia impli- no haber respondido jamás esas cartas. Resolví estudiar todo
=c
ca una dimensión de lo que no se cura y eso es propio del anh- eso y aprender a través de esos movimientos. No sé si los ac-
lisis. Freud lo llama castracihn_ Cadh vez más hay en la tores de esa época reciente tienen vergiicnza ahora ...puede
5 m l ~ o crar, una fpr- u ser. Después de ese momento de pánico general en torno a las
ma de o real. dificultades de Lacan, de su edad, y después de su muerte, es
Hay que introducir en esa discusión el síntoma y el fantas- posible que ahora se les haya despertado un cierto páruco. Es
ma, porque se trata ddcurar el síntoma] El sintoma produce posible. Sin embargo, también sé que cuando uno de ellos
la dimensión de la terapéutica. En cambio, no se trata de cu- viaja, por ejempPo a Brasil o a otros paises, se permiten decir
j a r los fantasmas; pero cuando tratamos el fantasma, estamos calumnias que no se permiten hoy en París. Piensan que estar
en el nivel propio del. análisis. Y es a nivel del fantasma y n o en Buenos Aires o en Río les permite decir tonterías. Yo tam-
del síntoma donde Lacan sitúa la cuestión del fin de análisis. bién viajo y puedo recogemn poco de sus entrevistas. Recien-
Situar la cuecti6n del final de análisis a nivel del. sintoma era temente vi en Buenos Aires una entrevista de mi amiga Maud
10 tradicional; los analistas deberían estar completamente cu- Mannoni, Digo amiga porque hace dos meses me mandó una
rados para funcionar como tales. Freud dice, como ustedes sa- carta en París: "Querido Jacques-Alain Miller...". Sin embar-
ben, en el articulo "Análisis terminable e Interminable", que go, a la entrada de mi cwso en Buenos Aires se distribuyó una
el problema era que los analistas no se curan de la misma ma- revistita con su entrevista y otros textos. Su entrevista decía
nera que esperarían lo hicieran sus pacientes. No tienen el ni- que yo ahora era de la institución llamada SERp Puede ser
Sobre "Kant con Snde" 215
que esa entrevista haya sido hecha en enero de1 '82 y leida re- que firmarlo para decir: "estoy de acuerdo". En el análisis no
cién ahora. El SERP ya no existe mas, hace mas de un afio. Fue se firma lo que se dice porque en la asociaci6n libre la frase si- %
por ese infierno natural que hubo una disolución y la forma- guiente puede ser: "no, yo no pienso así". El analicta no tiene
ción de nueve o diez pequeños grupos. Entonces, la querida
Maud es extraordinaria. Tengo cierta ternura por ella, pero es-
obligación de decir "iAh no! En la sesión Pasada usted decía
que estaba contento,-ahora no; no se puede entender nadagi 3
9
tá tan agitada y revela la vieja idea sobre los normnlzens, los
normalistas, estudiantes de la Escuela Normal Superior que
se volvieron lacanianos hacia el '64, periodo del Seminario de
i
esclavo de la firma! Hay que ser esclavo de su firma en todo @
y LJ
3
?o social, en todos los compromisos: jseguramente! Por ejem-
los Cunfroconceptos ...: "Los normnliens no son e1 mejor material plo, venir aquí era continuar un viaje de Buenos Aires a Cara-
humano para el psicoanálisis". Es una frase curiosa, "material cas, en el recorrido me quedaría dos o tres dias aqui para en-
humano" es una expresión de Stalin. Ésta es la "delicadeza" contrarme con los que se interesan en Lacan. Una hora antes
cuando ella se refiere a los normnliens. En la Escuela de la Cau- de dejar París para ir a Buenos Aires, recibo un llamado de
sa Freudiana hay solamente dos: Alain Grosrichard, que no es Caracas, de nuestro amigo del Ateneo, cancelando la cita por
analista, y yo. Sí, me parece necesario ese plural ... Entonces, causa de un mal entendido entre mis amigos del Ateneo de
tiene el mismo sentido, no tomar la experiencia analítica a tra- Caracas y el Congreso de Lógica al que tambikn estaba invi-
vés de lo que se cura sino de lo aue no se cwa. tado. ¡Una hora antes! Todo se firmó con el cornpromico de
Es por esa razón que Lacan, cuando h a b ~ a efin l de análi- venir aqui. Estoy aqui, no vengo de Caracas sino de Buenos
sis no lo hacea de la cura de los síntomas sino del atra- Aires, y si eso fuese la primera idea, no seria exactamente el
vesamiento del fantasma. Atravesar (fue uno de mis temas mejor momento porque ustedes podrían estudiar una semana
del año) significa no curar. No se trata de curar, tenemos que más, como mi amiga Coiette. Pero, al mismo tiempo, puede
definir &o movimiento a propósito del fantasma. En ese tex- ser lo mejor.
to Lacan no tiene todavía la fórmula de atravesamiento del ~acan'diceuna frase esencial en "K-S": "En la ética del psi-
fantasma. Es sobre ese camino que se produce una definición coanálisis, no se debe ceder en su deseg". Es una frase clav&
verdaderamente nueva en Lacan, situable a través de la opo- que fue generalmente entendida como que se permitía hacer
sición -que esth en Lacan; sin embargo, no la llevó adelante- lo que se quiere en cualquier momento, que es como obede-
entre síntoma y fantasma. Las "profundidades del gustor' ter- cer la ley de sus elucubraciones, obedecer el gusto del mo-
minan en eso y es apenas el comienzo del texto. mento. No se trata de eso el "no ceder en su deseo". Durante
Estudiamos todo el año, un poco con nuestro estilo de de- mi curso dije que la mejor manera de entenderlo es pensar
rivaciones y no llegamos al final de1 texto. Puede notarse aqui que "no ceder en su deseo" tiene una relación muy est'recha
la tesis de Lacan sobre "el origen del psicoanálisis". Podemos con hacer su deber. En el final del curso trabajamos esa ecua-
hacer una diferenciación improvisada, basada en un año de ci6n o casi ecuación entre "no ceder en su deseo" y "hacer su
trabajo, por lo tanto, improvisando con alguna seguridad. No deber", y las posibilidades de cambiar por: no ceder su deber,
se tiene que tomar todo lo que digo aqui como una palabra hacer su deseo ... Los movimientos son así, principalmente los
que debe ser absorbida sin reflexionar, porque el seminario es movimientos femeninos. Parecen ser una ecuación. Las muje-
un lugar en el que se pueden decir cosas conservando su pro- res parecen una ecuación discutible.
pia aprobación a lo que se dice. cómo entender eso? Para al- De allí la pregunta de Freud: no sabia con certeza si las
quilar una casa es necesario un contrato. Despubs tenemos mujeres tenían superyó. Puede ser que cuando se usa la pala-
h
-
4
216 Jlacq~ics-AlainMiller
2 bra "deber", ella ya estuviera allí como una diligencia de su
Sobre "Kaiat con Slade"
3
4
deber. jTemm~sque entender ese deber! Vamos tambibn a da es a prop6sito de la moralidad de la acción, de lo que al- Q
3
Y
3 ver esto en "K-S", sin embargo, mi idea es que esa cuasi ecua- guien debe hacer, y si existe una regla universal de esa acci6n.
5 ción se refiere mucho más a decir: "no hay más seres del de-
z ber que las mujeres". Esto se ilustra muy bien en el teatro ,..
griego, en Antigona, ejemplo hegeliano-lacaniano. cer su deseo. En p s i c o a i W PI yo es precisamente donde se 2
ES P( La suposición del siglo XVlIl es que e sOlo puede anula el problema del desen. I Tn paciente decía: "Yo no co-
.E -tener un bienestar, un estado mejor, cu,"dE%bueno. LO qué nozco mi deseo, 2dMrle es-
P .
ex
q G sería muy poco. L L
ciones nacidas &unte la k t o r k En época & l o a -
térpretec autorizados como el intér" ;áXi2, el pap?,
que tiene una función de mfalibilidad.
P: Hable un poco más sobre "ceder en su deseo"
Eca no sólo a enfrentarse con el hecho de 3
J.-A.M.: El deseo no produce una anarquía del deseo y To- que lnav un . m i f i c e que encarna al Otro no barrado,
dos esos textos, con su referencia a Kant, tampoco. Bsta pue- unto absoluto de realidad, que sabe certeramente cuándo se
12) de ser, aún, una dimensión ética, completamente distinta de Puede cambiar un poco la situación. El lacanismo está mhs
lo que a usted le gusta y de lo que a usted no le gusta. Es la k r c a de1 protestantismo porque puede funcionar -no es una
búsqueda de la ética. La búsqueda de la ética es la pregunta recomendacibn, no es un consejo- como Io requiere una Bi-
kantiamia en el comienzo de la Crítica de In 1m6n prictica, que bIia. Es importante ver cómo evolucionaron para llegar al
es la referencia de tacan en este texto. La cuestión es si ex& N u e ~ ~Testamento
o ...Es verdad que cada uno que esti tocado
cciones en el mundo, u a universal de To por la pasión de Lacan en la autenticidad de la investigación
que debe hacerse. Si existe una regla aue me vermite saber In
. . -- - - es completamente diferente de los otros que repitieron más o
Gue alguien debe hacer en 1 menos bien a Freud, se refieren a eso y consideran que cada
'
La cuestión de la prime uno es igual a cada uno. Es verdad que existe ese cuerpo ofi-
una pregunta sobre el conocimiento como tal, sobre Gs condi- cial de las intérpretes autorizados, la jerarquía eclesiástica.
ciones de posibilidad del conocimiento. La tercera es sobre las Hay una tendencia sectaria en el lacanismo que se ve en
218 Jttcqties-Alain Millw
Sobir "Kant con Snde" 219
Buenos Aires, por ejemplo. Cada uno, cuando puede, después Cuando Lacan fundó la Escuela Freudiana de París, para no-
de un cierto aprendizaje se dice: "¿Y por qué no yo? ¿Por qué sotros el significante Escuela fue tomado de la Escuela Nor-
no volverme intérprete de Lacan por mi cuenta y tener mi mal Superior. En esa época, Lacan fundó su Escuela y el sig-
propia acociaci6n?". Cada vez que vuelvo a Buenos Aires se nificante Escuela es derivado de la Escuela Normal Superior.
crearon allí dos o tres nuevas asociaciones. Eso va a continuar Mi opinión sobre mi papel en ese momento es que no fue tan
durante mucho tiempo porque creen que es un testimonio de fácil porque estaba el efecto de la interpretación de Lacan.
vitalidad. Yo lo considero diferente; como la insuficiente vita- Hay necesidad verdadera de una orientación de esa apertura,
lidad de las instituciones, de diferencias personales, etcétera. si no puede hacerse una lectura como la de la Escuela Freu-
Es más fácil desempeñarse en el exterior, presionar un poco diana, por ejemplo, detenerse en una cierta frase de Lacan, re-
de manera que las diferentes corrientes puedan establecer petirla de un modo o de otro y después seguirla, sin rever ja-
-seria más correcto decir los diferentes feudos, como se dice más las referencias de todo eso. Entonces, es necesario
en Buenos Aires- lo intercambiable entre ellos. No odiarse de- -aunque de otro modo- ese lugar vacío: el lugar de una inter-
masiado unos a otros es más fácil para la vida exterior, en pretación autorizada jes también un lugar vacío! jVacío para
América latina que en París, donde seguramente hay perso- el lacanismo! Lacan no pretendía ocupar ese lugar de intér-
nas que ya nunca más podría ver después de la disoluci6n. prete autorizado de su propia obra. Era claro, cuando había
Bien, como ese texto podemos decir que hay una propen- un problema en los seminarios de Lacan -una taquigrafia po-
sión a la dispersihn de la diferencia en Los lacanianos, al tornar co clara-, él muchas veces no sabia ya exactamente lo que ha-
eso como una Biblia, sin intérpretes autorizados. Pueden pre-
guntar de qué modo soy el intérprete autorizado. Cada vez
bía dicho veinticinco afios antes. Él afirmó una vez: "Usted $=
más debo diferenciarme de ese lugar a donde soy llamado, el
sabe mucho más que yo de lo que se trata en ese text&É;lá
es una manera de dejar vacío el lugar donde el significante es- 4 1
C
del intérprete autorizado que -por más que existan razones- taría completo.
-
no puede rechazar toda esa situación y tiene que aislarse un --u ...A
reflector en el momento en que estaba en la tribuna. iNunca! *No- es una interdicción. El superyó organiza los sintamas, lo
Solamente con su palabra, era como si para la audiencia sur- gue es una tesis clásica, porque en el síntoma también hay un
giese un haz de luz cuando él agarecfa. No es lo mismo pro- goce que es la razón de nuestra fascinacihn por el y de nues-.
ducir ese efecto con las palabras que producir ese efecto como Ira vinculación con 61. Eso fue algo sobre la palabra tocador y
un show-business. Aunque también pueden ser las múltiples boudozr.
facetas de Lacan. P
tesis que produjo también la Revolución Francesa. Si los hom- Después del período de la Revolución, desarrollé un poco ,
bres &n buen& naturalmente no necesitan de Ún p,obier& este tema en mi seminario, el abordaje de la literatura cambia. 2
fuerte que sea amo de todos. En el siglo XVII, lo diffcil es en- Desde el Romanticismo hasta Baudelaire no se trata va de "es
contrar e11 la historia de la cuItura la tendencia a seguir... Us-
tedes deben conocer a Hobbes, e1 filósofo inglés-del siglo
XVII, cuya tesis es "el hombre es el lobo del hombre"; esta fa- rG del bien, están las flores del mal. Los personajes están an-
mosa frase constituye el fundamento de su filosofía política. gustiados, son malos, representantes del diablo: Mefistófeles
Si el hombre es el lobo del hombre, necesitamos un iobierno y Fausto, de Goethe, pertenecen a esa vertiente. El diablo es
o s c o n v i v e n c i a , Necesi- un personaje, hay una especie de diabolización de la literatu-
tarnos lalev. Su axioma de base era: la maldad y la agresivi-' ra. Hay una enorme tesis publicada en los años '50, no muy
had fundamental de1 hombre en reIación al otro. Puede fun- conocida, llamada "El diablo en la literatura francesa", sobre
darse en eso la necesidad de la ley,
"permita controlar la a~resividad,
-nu
- el tema del diablo y del mal durante el siglo XIX; el mal que
>
OX h e
Por el contrario, durante el siglo XVIn la tesis pro~resista
encarnada por Jean Jacques Gusseau. La bondadktural
introduce un nuevo tipo de filosofia política. De una manera
o de otra, permite también luchar contra el poder político de
su tiempo. Luchar fue u m J e s . L q revolucionaria.
-
gusto" en la literatura.
rara Platón, nada es espontáneamente malo. No hay sus-
tancia del mal, hay sólo personas que son malas porque no sa-
ben: si lo suisiesen serían b u e n a W m a 1 wrevalece
&
I
Y
z
Por ejemplo, hay un personaje de una obra de teatro de Di-
derot, cuyo título interroga si él es bueno o malo: "C'est tu Eion a e s k ~ a n lo
t conocia~pue~ fue por eso que Kant se referia a
ou c'ect tu méchant?" -¿Eres bueno o eres malo?-. En cierto la religión en los Iími.tes de la razón. Lo estudió como un es-
modo, en la filosofía del siglo XVIII siempre la resvuesta fue: cándalo, aunque también tratando de darle estatuto de mal
"Es bueno" -"iZ est bon"-.
~d
contrar el sustantivo mal, una literatura sobre todo angelical.
absoluto. La cuestión es si puede existir una sustancia del mal
considerando, por ejemplo, la divinidad. Ustedes conocen la
En la novela de Jean Jacques Rousseau, La norivelle Helüise, to- tesis de Leibniz: todo lo que aparece como mal en el mundo
do el mundo es bueno; Julie, su marido y el joven, cuyo per- permite otro bien que no conocemos. El mal es apenas una
sonaje encarna el propio Jean Jacques Rousseau: Devieme apariencia para nosotros. En realidad, es un medio de un bien
que ama a Julie. Le que se produce no es la fórmula de una mejor y una manera de pensar la vinculación de la divinidad
dramatización terrible. Al contrario, todo está bien y van a vi- con el mundo. No se puede decir "Dios es bueno". Allí el es-
vir los tres juntos - no exactamente en un nzénage Ei frois, no tatuto del mal es siempre un estatuto derivado, un estatuto de
exactamente en un matrimonio de tres-. No está de más decir apariencia. Y es por esa misma razón que, cuando se piensa la
que Julie es muy tierna con el personaje que encarna Jean Jac- sustancialidad del bien, del mal, el personaje del diablo gana
ques y el marido sabe eso y, en cuanto a él, considerando los
ideales elevados de los dos, no los molestaba de ninguna ma-
existencia autónoma frente al bien.
En psicoanálisis, Lacan nos da un resumen diciendo que 3 t %u
nera. Julie es un modelo de virtud y no de... puta. Hay una hay, durante todo ese siglo XIX, un crecimiento del tema de la 3 -.
cierta idealización fantasiosa. Es sólo un ejemplo; iremos to- "felicidad del mal". ~ u k r decir
e que el mal tiene una sustan-
mándolo y desarrollándolo más. cia y que hay una felicidad propia -no una contradición- del
Cobre "Kant con Sade" 225
bre Lacan en ese texto. Es difícil, aunque no debemos olvidar da uno, sin excepción, tiene ese derecho. De tal modo que la
la promesa de Lacan de revelar el objeto escondido en la Éti- fórmula hecha por Lacan de ese "imperativo sadiano" no di-
ca. Es una frase única, una de las frases clave de este texto. ce: "yo tengo derecho a gozar", pues eso puede impIicar que
iHay otras preguntas? el otro no tiene el mismo derecho si la frase se dice con el "yo"
como sujeto. De este modo, Lacan prefiere formular el "impe-
P: En cuanto a la rotación que Lacan realiza del primer es- rativo sadiano" de un modo diferente de: "tengo derecho a
quema al segundo, ¿por qué el realismo tiene que ver con la gozar del cuerpo de cualquiera", porque de acuerdo a este
causa? Me parece que esa ubicación tiene que ver con la pri- texto cualquiera podría decirme: "tengo derecho a gozar de tu
macía que Lacan concede al objeto a en el goce. En este texto cuerpo". Y esto nos demuestra la formulación misma de una
Lacan define el goce, la jouissance, como un derecho... palabra a la cual estoy yo mismo sometido. ¿Entendieron es-
to? Cualquiera puede decirme, todos podemos decir: "tengo
J.-A.M.: Es como un derecho al goce. En la vida, usted tie- derecho", porque en esa formulación se nota que el enuncia-
ne derecho a gozar del cuerpo de otra persona solamente con dor que dice ser "yo" es el otro y de este modo, yo soy el otro
su permiso. Hay varios problemas sociales si usted usa el de- de ese otro. Lo que vemos desarrollarse en ese parágrafo es
recho a gozar sin permiso del cuerpo del otro, como usted tie- una paradoja. Enunciemos la máxima: - - T"
ne derecho a gozar de su propio cuerpo. La posibilidad de go- zar de tu cuerpo, puede decirme quienquiera ..." (pág. 340).
zar de su propio cuerpo tiene un lugar importante en la Es muy importante ese "puede decirme quienquiera", ya que
clinica analitica. Existe una problemAtica del derecho a go- realiza el efecto que esa palabra tiene para cada uno, vía el
zar... jExiste en la práctica común! El acento especial, el aten- Otro. Introduce esa climensión que hace que, de este modo,
to sadiano sobre ese derecho a gozar es que da el sentido de sea yo también el otro de esa máxima: H.:. y ese derecho lo
G si se trata
deseo masculino, porque la constitución misma del deseo es-
fantasma. ,
contiene la estructura perversa en el hombre. Hay hombres en cuando Lacan dice: "aqui se puede hablar de deseo como
los que eso puede darse de otra manera. Hay una cierta elec- *
ción en los hombres y en las mujeres: elegir la forma masculi- 1
na o la forma femenina de la sexualidad. No se trata de homo-
sexuales. Es un hecho clínico: la ausencia, en general, de la
m
de muier, acentuando todos los rasgos de la femineidad y, al
perversión en el sentido clinico, en las mujeres. De este modo, y e c o n c e r v a ñ d o i a l de sus ahibutos mas-
esas fantasias no conducen a estas mujeres al masoquismo. Su l i u u n time Ios rasgos
vida nada tiene que ver con la estructura perversa. No es su- esenciales del otro sexo, esas personas son dioses.
ficiente querer Ilorar para ser masoquista. Tenemos que dife- El ejernplo=so en Jean Genet se llama Divina. Es inte-
renciar comvletamente el uso común del lenguaje v el uso téc-
V I , resante tratar el fantasma a partir de la perversi6n porque las
2 F
nico-clínico de las palabras. ¡Esa mujer en la vida es una
feminista! Puede ser también una causa de sufrimiento la
" r ~ ideas aue pretende construir en la v i h y
opocici6n ~ n t pnas
esa fantasía. Eso fue, para mi, uno de los p~tntosde partida,
de reflexión de este año: ;e@ Freud, la fantasía es el más es-
t
propias fantasias neuróticas son fantasías perversas y, en se-
gundo lugar, porque en la perversión son más abiertas. En
tercer lugar, tomar un camino a través de la literatura porque
esas personas nunca vienen a análisis. Esto es fundamental.
$ condido de los tesoros, muy diferente a los síntomas. El suje-
para entender por qu&en ese texto la entrada en la clínica es
una entrada cuItural o literaria.
to habla de sus síntomas con mucha facilidad al principio. La Es verdad que Freud toma casos de su experiencia, pero no
trama de la experiencia analítica consiste en una-lamentación son casos de perversos. En "Pegan a un niño" hay seis casos,
sobre el síntoma. Cuando alguien se acerca al punto Iímite y no son casos de perversos: son casos de neurhticos con la
donde la fantasia se vincula al goce, hay una reticencia muy misma fantasía perversa, la misma fantasía sado-masoquista;
grande del sujeto, que puede ser muy poco tenida en cuenta son neuróticos. Es verdad que hay perversos que pueden ve-
por el analista. nir al consuItorio, pero no esos. Esto puede ser la prueba. Es
Las fantasias neur6ticas son fantasias perversas, aunque una ventaja para mí poder preguntarlo a los analistas que tra-
son muy distintas de las fantasías de un perverso. Primero, bajan en Río, porque es un testimonio que aquí nadie tiene
3%
Sobre " h n t con Sadc" 231 -
una persona así en anhlisis, un testimonio que voy a comuni- ne una positividad y todo su problema es cómo alguien pue-
car en París. Está confirmado que en Rio no se analizan los de querer algo mAs que su bienestar.
travestis brasileños, en París también son muchos (hay una La perversión es una demostración su nobleza- de que
gran importación). hav cosas que alguien puede querer más que el bienestar, que
Es verdad que el perverso puede entrar en análisis, pero en el bienestar no esel vnior supremo. Es
estos casos hay rasgos neuróticos. Y cuando su relación con el
goce está en ocasiones perturbada, lec sobrevienen síntomas.
Un resultado del. análisis puede ser permitirles regular los
problemas que tienen con el goce perverso, no se trata de
cambiar el modo de gozar. Lo que permite el análisis de la
obra de Sade es articular el fantasma en la perversión de una
manera más completa. Por eso, es el caso de un hombre que
-vida T & G i i i ~ i c >t . .
se pue
no puede ir n análisis, por razones de estructura. Ésa es la de- morir Por una causa. También vemos una causa esa pervw-
mostración de Lacan: por qué un perverso no puede ir a aná- sión. En ésta hay una causa -la causa del dEeo- que, precigasa
lisis.
-mente, .,
puede permhr abrir una dimemmu&allá
- ..
del bie-
Hablaremos un poco de ese objeto escondido en la Crítica e --u
de la razón práctica. Es el plano de entrada. iQué hay en ese Vemos así, en los propios ejemplos de Kant transformados
texto? Hay una introducci6n general donde toda esa historia por Lacan, que Sade esta más allá de la moralidad, más allá
de las ideas prepara el análisis. Lacan dice, en la primera pá- que el propio Kant. Vamos a retomar esto luego.
gina, de una manera muy perspicaz a propósito de la formu- Para abordar e1 objeto escondido en la Critica de la razón
lación de Freud en su "principio del placer", que es un prin- prdctica, seria preciso retomar la Crítica de IR razón pura, para
cipio vinculado a la repetición, al "más allá", que contiene darles una cierta idea, para su investigación. Tengo aquí unas
"un más allá". Esto es también una disarmonía fundamental, referencias de Kant y de cómo desarrollarIas. La investigacihn
en oposición a todo lo que expone la historia de la filosofía y, kantiana tiene como referencia la investigacidn fundada en
para decirlo en t4rminos de Lacan (en la primera página del los hechos de discurso: ¿Es posible una formulación como %
-
*-
texto, en el tercer párrafo), donde se trata del "...prejuicio in-
controvertido de dos milenios, para recordar la atracción que
preordena a la criatura con su bien...". ¿Qué significa eso, "lo
que preordena a la criatura con su propio bien"?
Hay un preardenamiento entre Ia criatura y su bien. La te-
t,
J
"dos y dos con cuatroJf?~ C Opuede ~ O tener esta formulaci6ii
una aprobación universal? El "dos v dos son cuatro" no de-
3 3
y dos son cuatro" es verdad aqui y al otro lado del Atlántico.
1 s verdad que, en ocasiones, hay un esfuerzo para cambiai
,
2
3
P
sis anjerior, anterior a Freud, es qye cada uno quiere su bien. eso. Tarnbien es un gemplo de George Orwell, del que hablé
Habría unapositividad en Ia v ~ . & p ~ n ~ r - o& l u ñ - esta mañana y que podemos ver en 2984. Al final -cuando es-
tariamente malo. Sin embargo, se hacen muchas cosas en con- tá el pobre vencido por la orden totalitaria- para mostrar que
tra del propio
- -
bien, en contra de la salud; por ejemplo, beber h e vencido en el plano burocrático, este pobre viene y 'dice a
mucho. De allf que se piense el hacer cosas contra el propio Big Brother: "Cinco". Dice "cinco" y ve "cinco". Ésta es una
bien de la criatura como un error, un hecho accidental, y de- parte del libro que me encanta. Se trata dp ~ o d e dominar
r lg
be poder ordenarse. Quiere decir que ninguna perversión tie- 5(
más seguro del discurso, dominar el significante -el rnatem6-
Sobre "Kant con Sude" 233
-
del "me gusta o no me gusta"? Hay siempre verdades que son *está confinada a un cierto campo: no se puede conocer direc- *,
menores. Una persona que desembarca en Francia -es un tamente la estructura del alkta, la finalidad del mundo,
3.3 ejemplo inglés- ve una mujer rubia y dice: "Volveré a Inglate-
rra para decir que todas las mujeres en Francia son rubias". I
etcétera. Eso no lo podemos ver, no está verdaderamente fun-
dado. La metafísica es un engaño, una ilusion que nos hace
L ~ $
Q
Eso es una verdad, s i bien depende de la experiencia un poco penetrar en el pensamiento divino, como Leibniz. Es una elu-
'C limitada del caso. Esa persona cree que la mujer existe, ve una cubracidn, pues no podemos pensar una ley así. Sería una re-
y piensa que estA ahi, que así es la mujer en Francia. Sin em- flexión sobre la estructummisma de la experiencia.
$ bargo, ésa es una verdad de la experiencia, debemos decir, y I
pues m hay pIacer sino displacer: Hubo intentos de fundar I vez la conciencia can su frase. Tenemos que ver cómo cada
moralidades sobre el placer, Hay en Kant un estudio de puris- palabra en Lacan fue pensada y eso es, precisamente, una des-
mo o de historicismo, etc., demostrando que cada uno no tie- cripción. Es por ello que se trata de ética sin objeto. La tesis de
ne universalidades. No puedo retomar aquí cada crítica hecha Lacan es que a través del fantasma sadiano podemos saber
a esas moralidades, sin embargo, de manera general, como que hay takbién un objeto en la ética kantiana, sin embargo,
los objetos de Ia experiencia cambian, son diferentes, una mo- no es un objeto de la experiencia. Es- a
condip
-
de cierto modo, para formuIar una ética a priori que tenga un objetos son modificables, diferentes, etcStera. hn la pervsf-
valor para toda la humanidad, tenemos que abandonar las re- - sión tenernos la idea de un objeto absoluto para un sujeto. Un?
laciones con los objetos, podemos hacerlo sin objetos, o sea, sujeto que no puede desear sin zapatos, sin la presencia de
sin referencia a los bienes y a1 placer. Es lo maravilloso en las unos dos o tres zapatos. El fetichismo es Ia demostración de
primeras páginas de la Critica de la razon p~ictica:todo desa-
+parece, estamos en un lugar donde no podemos apoyamos
- ello.
- - Ese es sólo un wmto de visra un poco conocido por e1
-- -- - -- - -
1
garle a Kant, Sade. No se puede verlo cuando se lee el kexto cuerpo del otro. Hay una distinción en psicoanálsis: gozar
de Kant sin embargo, si alguien toma esa huella de Sade pue- del propio cuerpo y gozar del cuerpo del Otro. No es el mis-
de verse el objeto escondido en Kant. El objeto se ve con la mo goce, la diferencia no es física, es material.
ayuda de Sade, y "Kant con Sade" significa eso: Sade es el iris- Sin embargo, está perfectamente bien constituido; es cier-
, trumento quepermite ver lo escondidn enKant. Y Lacan dice I
to que el gozar del cuerpo del Otro, contiene un elemento de
de manera muy precisa en su textonSade es utilizado por no- formar parte de ese cuerpo. En la poesía Lec blasons d'nrnour
sotros como instrumento en referencia a Kant. Dice que el es- (Los blasones del amor), Ios poemas tratan sobre las partes
tatuto de instrumento conviene muy bien a Cade porque en su del cuerpo femenino: uno sobre la boca, uno sobre los ojos,
propio fantasma, 41 no es nada mas que un instrumento. "Con otro sobre las rodillas. Las partes del cuerpo humano me'
Sade" tiene un sentido muy preciso que es la funcián de ins- agradan en castellano, pero las palabras referentes a ellas, en
trumento de Sade para ver lo escondido en Kant. Sade nos da castellano, son muy feas.
la verdad del discurso de Kant. Eso es lo que Lacan dice en el '\ La propia poesía er6tica realza la separación de las partes
final de la página 337, la primera página del texto: "La fiIoso- de1 cuerpo y la perversión del deseo masculino, es la caracte-
fía ...da la verdad de la Crftica". La fórmuIa de "Kant con Sa- rística de ese tipo de partición, causa del deseo masculino. En
de" primeramente presenta un cierto acuerdo entre los dos y, cuanto al deseo, hay una relacion con ciertas características,
en un segundo momento, Sade completa la Crítica de la razón g como podemos ver en Sade, comenzando desde la desagrega-
prdc#ca porque nos da el objeto escondido y así, la verdad, el ción del c u e p o del Otro. De todos modos, es un principio ge-
verdadero sentido de ese texto. neral. Es en eso que la perversión es tan humana como la psi-
cosis, pues las caracteristicas no son de inhumanidad; al
P: En ese enunciado de Lacan a1 estilo de Kant, "el derecho
de gozar del cuerpo del otro lo ejerceré sin ningún límite en
contrario, la locura, como la perversión, son ambas posibili-
dades humanas. P
mis caprichos", no existe otra fórmula. No sé si en el Semina- Lacan dice en el seminario sobre la angustia aue no es el
!
rio, en el cual es bastante preciso, afirma que se refería a una sufrimiento del otro -la souff~nncede i'autre - lo que busca Sa- b
parte del cuerpo del otro y no a la totalidad. El derecho del ti- de, sino su angustia. Cómo se mantiene esa relación si el cuer-
po está todo cortado, pues el fantasma sadiano debe fragmen-
k
rano, de Sade; el derecho a matar al otro, de hacerlo desapa-
recer, figura en algunos de sus libros, tar todo el cuerpo. Y lo que se busca es la angustia, es lo que$g
1 tacan articula de la relacion de Sade con el otro. 4
J.-A.M.: Es verdad. En Sade esta la idea de que no pode- Vamos a ver lo que significa buscar la angustia del otro.
mos pretender gozar del cuerpo completo, sino que debemos Cuando se trata de la fragmentación del cuerpo del otro no
dividirlo. De allí sus víctimas -pobres víctimas de la novelas podemos decir que busca eso; sin embargo, cuando alguien $
de Sade!, cuando salen de sus manos generalmente ya no tie- toma el brazo y después los ojos, el resultado es una fragmen-
tación. No podemos decir que sea esto lo que busca Sade, pe- 2
$
nen muchas cosas, por lo menos ya no tienen un cuerpo ente-
ro. Con ello surge la parte. Hay otra pregunta de Lacan: iC6- ra si busca la angustia del otro. Para obtenerla, hay ciertas co- #
mo gozar del cuerpo del otro? Tocarlo, penetrarlo es- sas que se hacen, y en Sade la angustia se produce por medio
actividad d e i d t e es destruirlo. Hay algo ~ importante para los verdwos, en
de 1s; a r n e n a z a s . . ~muy
impensable en gozar del cuerpo del otro. Se goza dentro de su Sade, decir ante: a la victima lo que va a pasa& les interesa
propio cuerpo sólo de manera física, nadiigoza dentro del miirhn demostrar a la víctima aue hacen 10 mismo con otra
Sobre "Kant con Sade" 241
víctima y eso produce angustia. Sin embargo, cuando se cuentra un caballero genti1 y obsesivo: después, es otro sádi-
arranca un brazo, la angustia por el otro brazo es más fuerte. co... Ésa es la historia de Justine que no sé cómo atraviesa to-
No hay contradiccibn entre esa fragmentacion y buscar la an- do eso y sigue viva. Y al final, para acabar verdaderamente
gustia, la producción de angustia. Y bien, era una respuesta a con ella, tenemos que ir a la historia de Juliette. Hay una tor-
la pregunta sobre la relación entre gozar del cuerpo y de una menta extraordiiwria y el fuego del cielo alcanzara a Justine
parte de él. para que su cuerpo sea separado en dos por el rayo. Decir que
En el fetichismo, es verdad, s61o hay una parte que no pue- *
no tiene su lugar en el mundo ¿y terminar cómo? Como suje-
de dejar de ser destacada de un todo: es una parte, como dice to barrado.
' ~ a c a nen un texto, que juega el j u e m ~ parte,
a
en el fetichismo, es sólo una parte; sin embargo, tiene funcio- P: A partir de cierto tiempo de lectura, cada uno va vol-
- namiento
.>
propio. Ésa es la posición correcta de la parte que> viéndose una especie de pequeño interpretador del texto.
el. objeto a, que es en si n~ismouna parte, pero Luna parte de Pensaba que esa formulacidn que hace Lacan ubica una cues-
qué? Es mejor decir: a parte es una parte, sin embargo a par- tión de la siguiente naturaleza: que el dolor es un elemento
te. fista es la posicián correcta. buscado por el propio sujeto, dentro de una formulación nar-
Pero debemos observar en las novelas de Sade que todo cisistica, autoerótica propia del dolor.
termina en fragmentación. Lacan subraya que las víctimas tie- La tendencia sádica es buscar la angustia del otro, porque
nen una resistencia extraordinaria, lo cual. es necesario en su el dolor es algo que el propio sujeto busca como una referen-
fantasma para el crecimiento de la angustia. En la historia de cia autoerótica. Porque, cuando formula la idea en Aun de
Juliette hay locuras horribles. Sufre durante treinta días y al que el goce es siempre gozar del cuerpo del Otro, me parece
final, pobre, ciega, con hambre, camina sobre el hielo y cae, que el dolor tiene una posibilidad de entrar en esa formula-
golpeándose los dos brazos, y aún viva, yace. Vemos en la ción que hace Lacan.
fragmentación que hay mucha resistencia, de esa sola mane-
ra, destacando paso a paso todas las partes del cuerpo, como J.-A.M.: Podemos hablar un poco sobre el autoerotismo.
si quisiese obtener el punto puro del sujeto, el sujeto de pura Tenemos que ver si es tan "auto", porque siempre está funda-
angustia. Vemos más adelante todo eso en forma de amena: d o sobre partes destacadas del. cuerpo. En el centro del erotis-
zas. Ahies de hacer algo lo comunica al sujeto. Ésa es la pro- mo hay una separación del propio cuerpo. Es a partir de la di-
pia operacion del fantasma sadiano: obtenir que su ang;stia mensión del goce que podemos decir: en los hombres y en las
caiga sobre todo el cuerpo. En la historia de la pobre Justine, mujeres el goce fálico es la parte común a los dos sexos. No es
al finctl de la novela más amplia que sería la historia de Juliet-te, un tema tan amplio como los síntomas, por ejemplo. Hay una
ella es Ia víctima por excelencia, Justine es la santa víctima, cierta discrecion sobre ello en análisis. Podemos decir que ese
siempre víctima, la virtud infortunada; el subtítu10 es Los in- goce no puede obtenerse m6s que alterizando el propio cuer-
fortunio~de la Virtud. Esa novela es una tesis kantiana. En Kant po, tornando una distancia con ese cuerpo. Gozar de1 propio
tambibn, si alguien se da la regla moral no encontrará su bie- cuerpo conlleva otro cuerpo, incluso si éste no esta fisicamen-
nestar necesariamente. Quiere decir que en Kant hay un in- t e p r e s ~ s u j e t tiene
o otros medios de subjetivar el goce.
fortunio necesario de la virtud moral. Sade acierta en elIo. La No me gusta mucho dar ejemplos de mi práctica, pero hay
pobre Justine es la victima por excelencia en cuanto busca, pi- una paciente cuya fantasía comporta eso: que ella no puede
de ayuda, el cura dice "Si, pobrecita", y es un cura sádico, con gozar del hombre sino por una artimaña especial de su fanta-
sus colegas curas también sádicos y bien... ella escapa y en- sía que no es habitual. Su fantasía no es común, ser penetra-
Sobre " K m t coi1 Sade" 243
l
por su marido, su novio, etc. La makobra d e su
fantasía, la subjetivacibn de su goce, es m& compleja porque En el "centro" de ese escrito -si pudiéramos definir uno-
para gozar con un hombre debe pensar que es otra mujer la está la estructura del fantasma sadiano. El paradigma lacania-
que hace el amor con él. no del fantasma es un fantasma no descubierto en la expe-
_Ausentarse del goce para que el goce sea efectivo: ése es riencia analítica sino a trav6s de la literatura. Por razones clí-
un ejemplo para mostrar los refinamientos de la cubjetivacion nicas escogidas por él es un fantasma en la perversión.
de1 goce. Y e1 autoerotismo, para F'reud, realmente no es tan De este modo, ese "centro" del texto es el primer esquema
"auto", porque solo el hecho de gozar a causa del fantasma ya propuesto por Lacan:
introduce al Otro. No es e1 on-o del cuerpo mismo sino
una derivación a través del fantasma; ya el otro no es nuestro v S
cuerpo físico sino que ya esta presente en ese goce mrsmo. s i S: sujeto bruto del placer
N
debemos situar una diferencia, podemos colocar eso en ra rú- 3: sujeto del inconsciente
brica del goce fálico. El goce fálico es precisamente el goce d. V: velo
"cuerpo mismo", y lo vemos también en las mujeres. Los go-
- d+ a: categor(a
-ces de las mujeres son testimonios discretos o confusos. Lacan
de causalidad
nos dice que- kenemos que entender lo que una mujer dice
exactamente sobre su manera de gozar o no: hay un goce, sin 1,
d-w a O
embargo,
- ¿dónde lo sitúa?
En psicoanAlisis, las psicoanalistas dan una cierta orienta-
Las máximas son dos reglas de acción, dos máximas éticas
ción a esa diferencia entre el goce vagina! y el goce clitoridiano;
sin embargo, se trata de la diferencia entre el Eoce fálico en las
que tienen mucho en común. En el sentido de Lacan, la máxi-
mujeres y el Otro goce. Ustedes saben, Lacan trató de dar fór- I ma sadiana permite descubrir cosas escondidas en la máxima
de Kant, en el punto mismo de la enunciación. Primeramen-
5 Ü G - á los dos goces. Encontré recientemente una paciente
que goza solamente en sueños y nunca con un hombre, aunque te, el anAlisis de la máxima de Kant y en segundo lugar, el de
quiere mucho hacer el amor. ¿Qué podemos hacer con esa de- la máxima sadiana y, tercer punto, la introducción del fantas-
claración? Es verdaderamente para ella una manera de expre- ma sadiano. De este modo está compuesta la entrada en ese
I texto. Después vamos a analizar el segundo esquema y luego
sar esa imposibilidad de situar el Otro goce. Es un goce que no
puede subjetivar: no puede decir "mi goce"; es un goce que se viene el final del texto, que es un texto más amplio.
produce. 1-Iay una modalización de esa experiencia del goce Lo importante es recordar la articulación de la dos máxi-
que es mucho más compleja en las mujeres que en los hombres. mas, lo que surge de la diferencia de enunciación. En la má-
xima kantiana, Kant se presenta a sí mismo como la máxima
Tengo que decir que l& hombres, generalmente, saben dónde
gozar y las mujerestambi&nsaben dónde gozan los hombres.
I ,enunciada por la voz de-la conciencia, y esa presentación pe;-
Sin embargo, ni los hombres ni las mujeres saben dónde gozan ! mite olvidar que se trata de una enunciación; es como metá-
las muieres. Eso. creo, no son ugeneralidades vacías. Son cosas füra de la voz de la conciencia que se imwone al sujeto. Es una
necesidad lógica, a los ojos de Kant, cuando alguien busca
J 4
>e lo más cotidianas en la práctica. 1 universalidad y necesidad en la moral, hay una necesidad 1ó-
1 gica que conduce a esa fórmula donde se formula la acción
Sobre " K ~ n tcon Snde" 245
sin referencia a ningún objeto. Eso porque, dice Lacan de una O I En la máxima sadiana el Otro esta encarnado, no es la voz
manera muy exacta, la enunciación de la máxima es sólo su I de ning6n lugar. Es la voz de esa función llamada "quien
sustancia, se trata solamente de actuar de manera tal que
cualquier hombre debe y podría hacer lo mismo. No se trata
de una máxima que tiene un consejo u obligaci6n. No se tra-
i quiera que sea". Y de ese moda, se justifican las palabras de
Lacan, (pág. 343 de la edición en castellano, segundo párrafo):
"Es pues sin duda el Otro en cuanto libre (el discurso sadiano
ta de no robar, no es una moral como son los Diez Manda- es el discurso 'yo tengo derecho de gozar de su cuerpor), es la
mientos. No es una moral especifica que dice lo que alguien libertad del Otro lo que el discurso del derecho al goce pone
debe hacer frente a objetos que no son cualesquiera. Sabemos como suieto de su enunciación". Quiere decir aue la maxima
. -
que en los Diez Mandamientos se trata de la madre, del pr6- sadiana no dice "yo tengo derecho de gozar de su cuerpo", si-
jimo, y Lacan tiene una fórmula para los Diez Mandamientos, no "yo tengo derecho -puede decirme quien quiera que sea-
dice que son las leyes de la palabra. Para desarrollar este pun- poza de su cuerpo". De alli surge que la máxima es'una
: máxima que se impone a cuaIquier sujeto a partir del Otro,
to tenemos que circunscribir un poco Ias cosas en esta reu- S
nión, incluir m poco el aporte clínico de Lacan. que no es la voz de ningún lugar sino la voz del Otro presen-
De este modo, la mSxima kantiana no concierne a ningún tificada, manifestada. Y bien, eso es también esencial -lo que
objeto preciso sino a una ley que carece de reciprocidad y a manifiesta la experiencia analítica-. Esa enunciación dividida
una ley fuera de la dimensión infinita. Parece que esa máxima no se refiere aqui a un sujeto unitario, sino que se trata de una
que alli se impone, está verdaderamente lejos de esta d h e n - enunciaci6n dividida que se manifiesta en la compejidad del
sión, parece dicha desde ningiin lugar. Eso es lo que parece "yo tengo derecho, puede decirme quien quiera que sea", que
cuando hay una demostración matemática, una razón 16gica: hace que ese mundo de la enunciación se manifieste. esa es la
es como si estos dichos lógicos se dijeran desde ningún lugar, diferencia en la primera comparación/ y es de ese modo que
como si ellos dijeran por si mismos. -desde el punto de vista de la enunciación- la máxima sadia-
Ahora, Lacan consagra precisamente la tercera parte a Sa- na es más honesta que la máxima kantiana. Es lo que Lacan
de, mostrando que se trata de una enunciación escondida, por nos dice.
ejemplo, en esa voz de la conciencia. Por lo tanto, se trata so- La máxima kantiana apunta a ser una ley de Ia compatibi-
lamente de m a metáfora. lidad entre los hombres. Sí, precisamente, es no actuar sino en
Hay un pasaje en el propio texto de Lacan para decir que no- referencia a la posibilidad de que el otro haga lo mismo. De es-
sotros conocemos tales voces, que son las voces de la psicosis, I
te modo, es por excelencia una ley de la compatibilidad huma-
por ejemplo. En la psicosis son esas voces las que toman su inde- na, al contrario de la máxima sadiana "yo tengo derecho-pue-
pendencia: eso da una suerte de realizacidn dínica de esa enun- de decirme quien quiera que sea- de gozar de su cuerpo, sin
ciación.externa. El texto tiene una incidencia, que para m analis- límite, a mi capricho". Pero ésta se presenta, en cierto modo,
ta escuchar la voz de la conciencia supme subrayar e indicar que de Ia misma manera; esto es, como una ley universal. Sin em-
se trata de un cierto modo de enunciación.Precisamente, la má- bargo, ¿de qué manera podría hacerse de esta última maxima
xima sadiana formulada por Lacan hace surgir ese problema de la ley de una sociedad? Sade describe que si, sería perfecta-
la enunciacián porque dice: "yo tengo derecho, puede decirme mente compatible con la sociedad actuar así. Debemos decir
quien quiera que sea". Así, como dice Lacan,la máxima sadiana que eso es una paradoja. Lacan utiliza también la paradoja sa-
es más honesta que Ia máxima kantiana, porque hace surgir al diana. No podemos decir, por otro lado, que la máxima kan-
-m_idgr que yace escondido en la máxima kantiana. tiana sea una paradoja, Ésta es una diferencia entre las dos.
/
Sobw " b n l con Snde" 247
I
Tercer nivel. de comparación entre las dos máximas. El ter- q~ del Evangelio, etcétera) tiene la virtud de instaurar a la vez
cer nivel trata lo que es igual en las dos: en Kant, hay un re- tanto ese rechazo radical de lo patológico (esto es fundamen-
chazo -para fundar la ética- de toda evidencia, que Kant tal), de todo miramiento manifestado a un Bien (esto es un
llama patológica. Patológica no significa aquí enfermedad; bien barrado), a una pasión, incluso a una compasión (porque-
patológico es todo lo que pertenece a la dimensión de la afec- 1 no se trata de una simpatía, de una religión, etc., en la máxi-
tividad, de la sensibilidad, del placer o del displacer. Lo fun- ma; se trata solamente de algo muy abstracto: actuar de ma-
damental de la 6tica kantiana, es decir, que ningún elemento nera tal que..., etcétera), o sea el rechazo por e1 que Kant libe-
-tomado de la dimensión de Ia sensibilidad o de la afectivi- ra el campo de la ley moral, como la forma de esa ley que es
dad- puede admitirse en la ética como tal; que regirse en la también su única sustancia". Eso -que introduje en mi propio
vida sólo por el principio del placer, por ejemplo, hacer lo que comentario- parece claro porque no hay un objeto así: es un
da placer no puede producir una regla general, universal, puro matema, en cierto modo es una pura formulaci6n 16gi-
constante para la conducta humana. Quiere decir que, al con- ca.
trario de las morales antiguas, el principio del placer no pue- Varnos a ver lo que podemos decir de la máxima sadiana,
de funcionar como un principio moral, un principio de con- de dónde se toman nuestras objeciones a la misma. Nuestras
ducta. Podemos decir que la ética kantiana está fundada objeciones son objeciones patológicas porque no sería huma-
sobre un rechazo de lo patológico en el hombre, en el sentido no tratar a los seres humanos así. Sin embargo, en cierto mo-
idea de que e1 supervó es censura, confundiéndolo con la ley Ahora, después de ese trabajo, podemos decir que Lacan es-
social. S& embargo, él superyó freudiano es una instancia dc tudió desde el punto de vista del significante, desde el punto
humor que complica la vida del hombre, que no está en el ni-- de vista de la articulación de las fórmulas cuasi formalizadas
*ve1 de la armonía del ser humano, conceptualizada luego co- de Kant y de Sade. Cuasi formalizadas porque sus formas son
mo la instancia aue permite regularizar al Ello. Por el con: las fmicas sustancias de las cuales se trata.
trario. en e1 obsesivo es la matriz de su cokncirtamiento
I * Vamos a comenzar con una cierta ruptura, la parte a pro-
recisamente asocial, dificil de reducir al orden social. El su- pósito del fantasma, sin embargo, 6sa es la precondición para
$ery6 no es el maestro de la escuela, no es la. ' El super- ver el texto. Eso está tratado en las páginas 344 de la edición
y6 -a través de este análisis en "Kant con Sade"- aparece en castellano y 773 de la edición en francks; abajo de: "pero
exactamente como lo contrario. Efectivamente, como un pun- ipfuitt! Shwnrme~eien,negros enjambres, os mandamos lejos
to exterior, un punto que manifiesta Ia división del sujeto, que para volver a la función de la presencia en el fantasma sadia-
impone una ley -debemos decir- una ley absurda, una ley no". Bsa es una frase muy importante en el texto. ~n Ia pági-
que abarca el alma y el cuerpo humano. ~énen-tosque ver esto na 343, Lacan dice: "suspendamos del decir su resorte para
en Freud y en la elaboracibn deIirante de los llamados ortodo- recordar que el dolor que proyecta aquí su promesa de igno-
xos que presentan un superyó socializado en 10s seres huma- minia...", etcétera. Con este "pfuitt" comienza la construcciÓn
nos. NO s e trata d e eso en la experiencia analítica. Se trata de de1 esquema del fantasma sadiano, que se desplaza -dos pá-
los deberes absurdos que se imponen a los seres humanos 6 ginas antes- de la parte propiamente del significante a la par-
los síntomas y en sus fantasmas. Y, así, buscar la moralidad te que va hacia el fundamento del objeto. Esa parte es un aná-
kantiana en tanto que, desde este vunto de vista, no es una
lisis de la relaci6n significante de las dos máximas, pero de lo
moral del sentido común. La &cica kantiana no tiene nada qu> que aqui se trata es, más esencialmente, del objeto y de las re-
ver, en ese sentido, con una moral común de mas o menos. No
laciones entre el objeto y el sujeto. Hay un desplazamiento en
se trata, en ese campo de la ley, de más o de menos: se trata
el texto.
de un absoluto.
Esa parte del texto la vamos a ver paso a paso, no todo el
Godino: Tengo una pregunta. Por lo que dice el texto, exis-
texto, pero si ciertas páginas. Lo leemos paco a paso en París
ten dos frases en el párrafo que comienza en la edición fran-
con personas casi todas de lengua francesa y con personas
cesa.
que iienen conocimiento preciso de psicoanálisis, de ortodo-
En la p A p a 771 dice: "imagínese una continuaci6n [...]
iia, de la obra de ~acan: de ~reud;etcétera: Alain Grosri-
ves, la has roto, dice designando su pierna. Rebajar el goce a
chard, Colette Soler, Serge Cottet, Eric Laurent, etcétera; tra-
la miseria de tal efecto en el que tropieza su búsqueda, ¿no es
bajamos las pAginac y dlespu&clos piirrafoc, con dificuItad
convertirlo en asco?". La frase problema es la siguiente: "En
sobre las marcaciones de1 texto, con partes de algunas frases
lo cual se muestra que el goce es aquello con que se modifica
que parecen dificiles de entender y ese texto nos parecía, a no-
la experiencia sadiana". ~ C Ó funciona
~ O ese goce, cómo cau-
sotros, una suerte de problema para no entender. Yo digo eso
sa la modificación de la experiencia sadiana?
para que se entienda que no se pueden aclarar en todo mo-
mento todos Ios problemas del texto. Ustedes comentan aqui J.-A.M.: Bueno, allí está verdaderamente la transici6n entre
y ahora (creo) ciertas referencias que son el resultado de un
esas dos partes del texto que se vuelve mAs definida con la
trabajo agudo sobre este texto, lo que nos permite incluirlas.
parte "...ipf~itt!Shzunrrnereien...". Lacan comienza con la pre-
Cobre "Kaiib con Snde" 251
gunta sobre el goce, porque éste es un elemento que no aga- como medio para su propia goce. Tenemos que ver que ese
rece en la máxima kantiana. El goce aparece s610 en la máxi- dolor es, también, un momento de goce del cuerpo del otro.
ma sadiana. Entonces, de lo que se trata de u n a manera muy De este modo podemos entender que ese dolor tiene valor en
clara es de gozar, del derecho de gozas -derecho sadiano-, y la experiencia cadiana: se trata siempre de obtener el dolor
se trata de los medios de obtener el goce, un valor fundamen- del otro.
tal de la experiencia sadiana. Obtener el goce, no se trata de Ahora, si decimos el otro, tenemos que ver qué es el otro.
obtener la simpatía de los otros seres humanos o de asegurar Lacan compara el valor mismo del dolor en el fantasma sadia-
el progreso de la humanidad, obtener el progreso de la l~urna- no con el estoicismo, una de las grandes escuelas morales
nidad hacia un futuro de felicidad, de igualdad, de libertad o
de riqueza ... Bien, todos los fantasmas que conocemos, gene-
frente al epicureísmo: "imaginen si la víctima -la víctima de
los seviciadores sadianos- fuese un estoico". El estoico recha- 4
ralmente están representados en nuestras sociedades -a veces
por los partidos políticos o, a veces, por las Fuerzas Armadas:
son algunos fantasmas-.
za la subjetivaci6n del dolor, su posición ética es retirarse de
lo que pasa frente al propio cuerpo, un punto de vista de es-
pectador frente al propio cuerpo.Eso también es la demostra- \/1
&F
Ciertamente, hay fantasmas más simpáticos que otros, sin ción de la independencia del sujeto c m respecto al propio L\J
embargo tenemos que ver tambien lo que hay en cada uno. El cuerpo. En el estoicismo se puede aislar esto y, de ese modo,
fantasma sadiano no permite construir un partido político a el dolor cae como algo sin ninguna subjetivación del sujeto
su alrededor. Es verdad que puede ser el fantasma escondido aislado. El ejemplo es este: Epicteto, con la pierna cortada por
en algunas otras fantasías que se presentan con otro aspecto. el sadiano, por Sade, dice; "mire, la cortó", o sea, "así soy". Es
El fantasma sadiano desde ese punto de vista, es más hones- sólo una ficción, una historia, creo, casi famosa. Siempre es
to. De la misma manera que Lacan dice que la máxima sadia- así, sin embargo. S i las víctimas son estoicas v dicen: ' 3 s cier-
na es más honesta que la kantiana, el fantasma sadiano tam- *to, de hecho q m a " , no se produce el goce sadiano. El goce
bién puede ser visto como mas honesto. Porque se trata del sadiano es dependiente de la subietivación que se produce
$me. No se trata tanto del deseo. El modo como parece obte- de1 otro lado, del lado de la víctima. La experiencia, la moda:
ner Sade ese goce en su fantasma es e1 paradigma del fantas- - lidad propia de la experiencia sadhna, de la experiencia per'
ma en la perversión. Estudiamos ese fantasma -superyÓ- en versa, chcamente depende de esa relación. Si tenemos como
su forma kantiana o sadiana para entrar en Ia estructura , a del
i n s a t n a f a l el. sujeto barra-
cfantama. do en relación con el objeto llamado objeto a: $ O n. Esto pue-
De qué forma se obtiene el goce figurado, presentado en la de ser el centro de la problemática en el fantasma. 0
obra misma de Sade, cuando sus personajes dicen: "estoy go- e el suiito en el fantasma sadiano? O mejor
~ D h d está
zando" y es, verdaderamente, una tempestad e1 momento de ¿quién es el sujeto en el fantasma sadiano? ¿Dónde se produ'-
goce en los personajes de Sade. La cumbre del goce es un mo- >e la división del sujeto, la subjetivación, la experiencia de la
mento tan brutal, que produce -en ocasion~s-ia muerte f i l ' f j - 3 \
kortenni~e~ Asi como esos personajes que Sade representa en h a , no es el verdugo. La paradola del fantasma en la perveg
sus novelas obtienen ese goce, puede obtenerse el goce por sión en Sade, como el paradi~made Lacan, es que el sujeto no
medio de la producción del dolor en otras personas, eso se co- P S auuel aue tiene la fantasía. La maniobra nrovia de esos ian-
A 1
noce en la clínica antes de Freud. Es también la imagen popu- *tasrnas es construir las cosas--ralo -surge
lar del sádico, el que provoca dolor, el que hace sufrir a otro el suieto. surge en tanto barrado, del lado del ~ a r f e n a i rEso'
~
Sobre "Kflnt coii Sade" 253
ley, en las reglas que impone al sujeto y obtiene que, precisa- cho más preciso en Lacan que en Freud: el masoquista tam-
mente, el sujeto surja, se manifieste mas allá de todo lo pato- "bien rechaza la castración. v es é1 quien tiene todos los hilos
Sobre "lOint con Siade" 255
, de la situación. Podemos verlo muy bien en una obra que te- sobre el problema de la perversibn con el objeto, mi pregunta
nemos que leer, sobre las memorias de la sefiora Sacher-Ma- se refiere a la relación de la mujer con la perversión; porque
soch, Wanda Sacher-Masoch. ella se ubica en la condición de ser objeto de un deseo del
El nombre "sadismo" esta tomado del Marqués de Sade. El Otro; o mejor, en el momento en que el hombre o la mujer asu-
nombre "masoquismo" esta tomado de un hombre del siglo men la posición femenina, si hay esa relación de la mujer con
XIX, de comienzos del siglo, que se llamaba Sacher-Masoch.
Es interesante que, en la clínica, esa perversión se llama sa-
dismo debido a Sade, masoquismo es también Ilamado así de-
bido a un escritor. Sacher-Masoch es un escritor de libros en
l la perversión, porque Freud hablaba de un masoquismo fe-
menino también.
iHay o no hay masoquismo femenino? El pensamiento de porque para la ética clííica, eso ya no importa. Ahora los psi-
Lacan dirá que no, que es una ilusión masculina; la propen- quiatras son, si podemos decirlo, de los laboratorios.
sión de las mujeres a aceptar el papel propuesto en el fantas-
i: HabIamos de ello hace dos días. Sobre las dificultades de
ma masculino no es masoquismo. Hay una cierta relación en- tener encuentros internacionales porque pagamos todo. Son
tre la perversión y la estructura del deseo masculino. El L los analistas, los oyentes, los que pagan todo en esos encuen-
supuesto masoquismo femenino es más la aceptaci6n (even- tros, muy diferente de los Encuentros de Psiquiatría, donde
tual) de la docilidad (eventual) de la mujer para aceptar el pa- todo lo pagan los laboratorios. No sé, podríamos pedir ayuda
pel preparado para ella en el fantasma del hombre. Sin em- a los fabricantes de divanes. jNo es justo! Después de nuestra
bargo, una mujer: no es masoquista porque llora, no por ello discusión, compré la selección semanal internacional Le Mon-
es una masoquista; esto puede ser un medio para mandar. Pa- de. Había un pequeño articulo que era la confirmación de
ra Lacan, el sexo d4bil es el deseo masculino. Es así aue hav nuestra discusión aquí. Es muy interesante, trata sobre un
-una escena f e m a una fi~uracidnfemenina, sin embargó
no creo que debamos creer demasiado en ello, jno mucho! Ido i
1
Congreso Internacional de Psiquiatría, en Viena, que se reaii-
zó a fines de julio. Esa parte se llama "El papel de la industria
difícil para ustedes -debe ser lo mismo en Argentina, en AL@- farmacológica": "El Congreso de Viena, por sus gastos y su
rica latina- para entender a Lacan, el problema reside en que
hay una falta de clínica, una falta de discusiones del registro
de la estructura clinica. Porque Francia fue un lugar de un de-
1
I
!
organizaci6r1, no podría tener lugar sin el poderoso concurso
de la industria farmacéutica, organizadora durante ia reunión
de numerosos simpocios y principal financiadora de los gas-
sarrollo muy importante de la clínica psiquiátrica. Hay dos tos considerables provocados por una manifestación de esa
paises en el mundo que estaban al frente de la elaboración dimensión [...] la industria farmaceútica está muy interesada
propiamente clínica en el siglo XIX: Francia y Alemania, con en las consecuencias industriales de la psicofarmacologia [...]
sus estilos propios. Más conceptuales en Alemania y más des- Algunas cifras: venta de tranquilizantes, un billón y medio de
criptivos en Francia. Tambien. hay una Escuela italiana, me- dólares; seiscientos billones en antidepresivos; 500 billones en
[
nos importante sin embargo. Y el discurso de Lacaii, como el neurolépticos; 250 en psicoestimulantes ...Y Eso también es un
texto de Freud, fue en la misma época de la sistematización dato fundamental para nosotros. En ese Congreso de Viena, la
clínica de Kraepelin. Lacm estA alrededor de esa tradición clí- tesis propuesta por un psiquiatra fue que el papel histórico
nica francesa. Como él dice, su único maestro en psiquiatría del psicoanálsis ya había terminado. jEn Viena! iFue especial-
fue de Clérambault, gran psiquiatra franc6s; y la tesis de La- mente a Viena para decir eso! Ahora, los psiquiatras no son
can sobre la psicosis paranoica fue uno de los últimos grandes más que distribuidores de medicamentos y vemos el estanca-
trabajos de la clínica psiquiatrica francesa, porque después de miento de la clinica psiquiátrica. Esa discusiiin fue con res-
la Segunda Guerra, en todos los paises, hay un estancamien- pecto a la dificultad de hacer encuentros internacionales por-
to completo de los trabajos clínicos. que hay muchos gastos como la traducción, el local, etcétera,
La clínica psiquiátrica terminii; es un hecho que los psi- y no hay otro medio de pagarlo si no es con la contribución de
quiatras ya no saben clinica: saben ahora los efectos de los la audiencia. Es completamente diferente cuando hay una
medicamentos y tenemos ahora sólo una clínica del medica- ! subvención de tm poder, poder del Estado o industrial. Sin al-
mento. Una clínica muy limitada que sólo sigue un razona- 1 g m a ayuda económica, no se puede hacer eso.
miento: "iCuáles son los medicamentos a dar?". No existe Hay u n a dificultad en la cuesti6n clínica. Para Lacan, para
más una c h i c a refinada de los síntomas como habla antes, nosotros en Francia, hay estructuras clínicas muy diferencia-
l t
258 ]~cqltes-AíninMiller Sobre "Kant con Snde" 259
das y muy distintas. La psicosis es una estructura, la neurosis muy rápidamente. No se trata de decir que el verdugo está en
es otra y la perversión es otra estructura. la Crítica de la razdn práctica, sino que no se puede operar si no
Podemos decir que para nosotros las categorías transclini- es con la presencia escondida de ese objeto como separador.
cas, como el masoquismo moral y otros, están entre comillas. Antes, ese texto era muy poco leido en la Escuela Freudiana
Hay un problema de formación básica, creo, en América lati- de París, poco citado. La estructura de este texto, taI como lo
na porque no hay esa base que, por ejemplo, existe en Alema- estoy desarrollando para ustedes, creo que fue una cosa com-
nia y en Francia. Es necesario estudiar la tradición clínica clá- pletamente nueva en París, tambikn, durante e1 año. Ésta fue
sica, conocer los elementos de Kraepelin, los más dificiles de una motivación para estudiar este texto.
encontrar son los de de Cl&rambault, porque sus libros en Vemos en todos los textos escritos a propósito de Lacan
Francia están agotados y es un proyecto muy difícil el de ree- que esa estructura del fantasma en la perversidn no está cita-
ditar sus obras: hay dificultades de derechos, hay que buscar da, fue interdicta. El objeto escondido y el objeto a del fantas-
a la familia, etcétera. Sin embargo, publicamos regularmente ma perverso. No es decir que Kant es perverso. No, no lo sa-
en Paris, en la revista Analyfica, los grandes textos clásicos. E n bemos. Sin embargo, la separación que propone esa máxima*
San Pablo, tengo que hablar sobre la psicosis y, eventualmen- no
*
es posible si no es con una acción escondida del objeto. Es
te, voy a hablar un poco sobre la diferencia entre paranoia y sólo con la presencia de tal objeto que podemos separar esos
esquizofrenia en el campo analítico. Es así que,I todas esas dos elementos: el sujeto puro, como sujeto de la falta, como
cuestiones son materiales esenciales en el campojclinico, para sujeto de una vacilación esencial, sin vitalidad, y, del otro la-
una sección clínica. Vemos, con la cuestión de la perversión, /. 4
que no debemos confundir perversión, corno estructura des-
tacada, con los fantasmas perversos o con una posición que P.: Pagina 347 (versión espanola): "Se verá que hay una es-
acepta o busca el sufrimiento para el mundo, por ejemplo, el tática del fantasma por la cual al punto de afanisis, supuesto
sufrimiento psíquico. en $, debe hacérsele en la imaginación retroceder infinitamen-
Ahora tenemos la respuesta a la primera pregunta sobre el te". Despubs habla de una monotonía de la relaci6n del suje-
objeto escondido de la Crítica de la mzón pracfica. Lacan da esa to y del significante, de una capacidad de variacih del obje-
respuesta, tan rápido sin embargo, que generalmente nadie la to, el verdugo. Yo no entendí la primera frase -esa "estática
ve. Lo vimos en París: propongo Fa pregunta: ¿cuál es el obje- del fantasmau- y ese "retroceder". ¿Usted podría comentar
to escondido? En las dos primeras reuniones, nadie sabía ver- un poco sobre eso?
lo en el propio texto de Lacan, sin embargo, hay una respues-
ta. La tesis de Lacan del objeto escondido en la Crítica de la J.-A.M.: La estática del fantasma es un punto muy impor-
razón prdctica es la separación entre el sujeto y su dimensi6n tante y seria necesario retomar insistentemente esta expresión
patológica para obtener el campo de la etica sin objeto, e1 para pensar que se trata, clínicamente, de algo importante. Se-
campo de la ética pura. La operación kantiana se efectúa in- ría necesario retomar los temas del curso del año, no del se-
dependientemente de Lacan. La tesis de tacan es que esa se-
paración entre el sujeto y 10 patológica, el sujeto puro y la
1 minario sino del curso sobre "El síntoma y el fantasma". No
puedo hacerlo ahora, sin embargo, me parece que para enten-
afectividad, etdtera, supone la acción de una ética del objeto der esa est5tica del fantasma, podemos primero entenderla a
escondido en la razón práctica. partir del mismo. Porque se trata, en Sade, de una misma si-
Bien, no tenemos que decir muy fuerte, lo que Lacan dice tuacion que se repite, de manera más o menos semejante. Es
Sobre "Kant con Snde" 261
$
decir, que los personajes pueden cambiar: a veces es un cura, significante solo, no quiere decir nada. Tenemos que pensar
a veces un caballero, a veces es una mujer como verdugo; sin todo lo que Lacan no dice para decir esa expresión. Cada ex-
embargo, fundamentalmente, se repite siempre una situaci6n presión se destaca sobre el fondo de lo que no fue dicho. Hay
identira. En otras novelas vemos cambios de situaciones, evo-
luciones. Vean, por ejemplo, las novelas que se llaman de
qpcnt sacre (agente sagrado) en el siglo XVIII y tal vez en el si-
una colección en Francia que se lIarna "Lo que Freud dijo ver-
daderamente", "Lo que Jung dijo verdaderamente", "Lo que
Lenin dijo verdaderamente", etcétera; esos son los títulos, sin
4
glo XIX: no sé, Goethe y otros, donde se trata del desarrollo
de la "personalidad", del desarrollo de alguien que entra en
u n mundo fuera de su famiIia, aprendiendo progresivamente
cómo se manejan las cosas del mundo a aprendiendo las rela-
ciones con las mujeres, con el poder, con las costumbres, con 1
embargo, lo más importante es lo que Lacan no dijo. Y, en ese
ejemplo, estática del fantasma es lo contrario de dinámica del
síntoma,
Hay también una nota de Lacan en el párrafo, que dice có-
mo las victimas sadianas son del mismo tipo siempre. Cuan-
-
A
f
0
/"
el. saber, etcétera. Nada de eso está en Sade. do Sade las representa, lo hace siempre
Los otros conocen las 120 jornadas en Sodoma. No nhay * l
progresión entre la primera jornada y 1 última. Se trata, du- l a piel, los ojos, etcétera, y a veces, no hay adjetivos, sólo tr&
'R
rante los 120 dias, con ínfimas variacia es, siempre del mis- puntos suspensivos para decir el. colmo de la dulzura,
mo fantasma.
De este modo, podemos entender esa estática a partir de la
!
f~
'sujeto delsigiuficante, el sujeto de una pura función, un pun-
t
obra de Sade. Debemos decir que hay yaruna monotonía, creo to puro y que, en la descripcion de la trictima de Sade, tal m;-
que hay una cierta decepción para el lector de Sade que pri-
mero parece ser unico, yero después es siempre lo mismo: no
es tan divertido. Eco si, es divertida esa expresión la "estática
del fantasma". Sin embargo, está tainbién la experiencia ana-
lítica misma donde, al contrario del síntoma, el faritasma es
kotonía muestra cómo el sujeto del significante (q,uees un su- 9
jeto ue no le diversidad) es un punto puro, las cualidades
v s e s . ES por esa razhn, por ejemplo, que cuandoQ
ros niiros se expresan, ya sea en análisis o en la vida cotidia-
na, nos asustan. Lacan se interesaba mucho en los pequeños,
9 ' 3
versidad posible de la víctima, del niño; hay una nota de cada frase de Lacan tiene una fundamentación formalizada.
I
Freud diciendo que hay muchos, diversos niños; sin embargo, Creo que eso nunca fue elaborado antes de este seminario y
una cierta unidad de los "veírdugos". Podemos proponer 110s da una formulaci6n distinta de la perversión que consis-
como inversos el paradigma lacaniano y el paradigma te en la unilateralización del sujeto del lado del Otro. La per-
1 versi6n es unilateralizar la división del sujeto en el Otro. En-
freudiano. l
Debemos dividir el esquema en dos campos. De ese modo tienden exactamente por qué tenemos que leer esa cuestión
podemos decir que el campo del sujeto del fantasma est6 cada vez en la estructura significante: ¿cómo se sitúa la rela-
aquí, y tenemos que poner al Otro de ese lado. Es eso lo que ción al Otro? Vemos allí la maniobra del fantasma perverso,
no dice Lacan. De un cierto modo, es una frase muy impor- del sujeto perverso, rechazar la división del sujeto de si para
tante. l~acerlasurgir en el Otro.
8,
e
deramente el principio del placer freudiano. Es un principib
__
11lirni con un fYrnino más m i v o g u e Fnud: ho-
- * - _ _
can, en el párrafo siguiente. El deseo como voluntad de goce clel sexo masculino. "Siempre precoz, la recaida del ala con
parte vencido, prometido a la impotencia, mientras que una que le es dado poder rubricar la reproduccion de su forma";
parte de él esfa sometido al placer. no puede ser más claro que eso. Evoca también el velo eleu-
La volunta- sometida al. placer tiene limite. Es lo siano que vela la forma fálica en los misterios de Eleusis. Tra-
que dice Lacan: cambiar es el principio del aún, del encoce; si ducimos así la función del fantasma en ese lugar.-El. fantasma
hav necesidad Te1 aún. del encoie.' ~rovíenedel hecho de aue
2 I
ermite ir mas allá, hasta el goce. Ppirmite atravesar ese obs-
la ley de).placer es acotar la voluntad de goce. Es un principio {acuio de1 placer y los límites del placer El primer privilegio
de separación. Hay una idealización de la voluntad de goce... del fantasma sadiano es ir más allá gracias al dolor, porque es
ésta tiene su símbolo imaginario, el falo freudiano, que enten- un hecho orgánico: el dolor comienza cuando el pla¿er termi-
dido en su posición de simulacro se hacia encima de na. Podemos hacer cualquier cosa que dé placer, pero un po-
Y u las puertas de los burdeles romanos. Podemos verlo cuando co más y estarnos ya en la vertiente del dolor. Qué podemos
vamos a Pornpeya, son símbolos de una voluntad permanen- hacer con un cuerpo, al presionar10 dice Lacan: un poco mhs
te de goce. v, va
, estamos en la vertiente del dolor Eso permite, de cierto
Lamentablemente hay una cierta distancia entre los falos modo, ir más allá.
gIoriosos y aquellos de los cuales podemos disponer en la vi- E1 dolor es la-primera manera de atravesar los Iirnitec del
da humana, la parte correspondiente en el cuerpo masculino lacer, de producir un exceso. A veces no sabemos si es placer
no tiene ese nivel de permanencia. Por el contrario, si tuviése- O dolor El goce amalgama, puede hacer eclosión a través del
mos un hueso en ese Iugar, sería mas semejante a ese símbo- doloba supuesto masoquismo femenino es también una ma-
nera un poco más grosera de entrar en esa zona donde no es
8
lo. Sin embargo, las cosas son así. Estoy informado de que
ahora se hace un hueso en ese lugar, se puede con una cirugía fácil decir algo, donde es difícil para las mujeres decir lo que
poner un metal de manera que se obtenga una rigidez perma- pertenece al dolor y al goce, donde hay una mezcla que pue- t,
nente. Escuché historias sobre el10 en París: que hay algunos de parecer un masoquismo, un placer en el dolor, pero es mas
príncipes de Arabia que vienen especialmente a París para especificidad del goce femenino que se impone en ese mo-
hacerse esa operación que, a veces, tiene ciertos resultados mento.
muy modernos, totalmente exitosos; hay menos investigacibn La fórmula lacaniana en ese texto, la fórmula del fantasma
sobre eso que sobre el cáncer o la cirugía del corazón, pero eso es: e1 fantasma hace al placer apropiado para el deseo. La pa-
no cambia, fundamentalmente, la verdad de las cosas. Desde labra deseo no es la mejor en este lugar, es mejor decir el fan-
el punto de vista analítico, no cambia las cosas. Bien, hay una tasma hace al placer apropiado para el, goce o para el deseo
encarnación muy precisa en ese párrafo de Lacan. Se trata de d- de goce. Permite relacionar placer y goce, per-
ese funcionamiento "en eclipse" del Órgano masculino. mite sobrepasar la antinomia del placer y del goce, función
¿Cuáles son los emblemas de la voluntad de goce? Esa par- clásica del fantasma.
te idealizada del cuerpo masculino o el cuerpo entero, la for- Freud en su texto "Pegan a un niño", comienza por el fan-
ma femenina como tal que tiene una cierta permanencia. Hay tasma vinculado a la actividad de la masturbacibn, permitien-
un límite en el camino hasta el goce y es así que Lacan dice de do obtener un goce placentero. Es un aliento obtener un goce
manera un poco velada: "siempre precoz la recaída del ala". placentero, pero el estatuto fundamental del goce como más
Esta también, por ejemplo, en los poemas de Mallarm4; a ve- allá del placer es más displacer, y se necesita del fantasma pa-
ces el ala es una metáfora -met6fora clásica, debemos ciecir- ra que el placer pueda cer apropiado para e1goce. En el párra-
Sobre "Krrnt con Sade" 267
fo siguiente: "...demuestra que el dolor es de un ciclo mas lar- etcétera. Es cierto que no están al mismo nivel d e percepci0n;
go desde todo punto de vista que el placer, puesto que un es- sin embargo, todo el esfuerzo de Lacan es demostrar a nivel
tímulo lo provoca en el punto donde el placer termina". Y di- del materna la similitud de los dos.
ce, después, que el fantasma es una posibilidad vital para La pregunta está u n poco más desarrollada en el semina-
obtener el paterna, y el fantasma lo aprovecha. Hay ciertas po- rio La éficn del psiconndlisis. La idea de Lacan es a propbsito de
sibilidades que estin, de hecho, en el funcionamiento biológi- la función de la belleza. ¿Qué es la función de la belleza? ¿Por
co, fisiológico del cuerpo, pero que el significante, el fantasma qu6 tiene esa prevalencia en nuestro imaghario? Lacan en ese
o el deseo aprovechan esa posibilidad para sus maniobras, momento cita a Antigona exactamente antes de la maiufesta-
para sus dialécticas, etcétera. ción del coro: "qué encanto, qué bella es Antígona". Para La-
cial. No vamos a decir que el discurso analítico tiene la mis- tuci6n -a través del lenguaje- de la pérdida que hay en todo
ma estructura del fantasma perverso, porque los maternas uso "libre" de la palabra. Experiencia de ese deslizamiento in-
permiten significaciones diferentes. Sin embargo, es verdad cesante de la palabra, de esa ausencia de si mismo que se pro-
que el discurso analítico -en su estructura lacaniana- está duce en la asociación libre, etcbtera. El analista, cuando fun-
fundado sobre el fantasma. ¿Ustedes conocen la fórmula de ciona, no es un sujeto. E l analista funciona más como la causa
ese discurso analítico? Es verdad que la relación del analista de la alabra del analizante, como objeto que produce la 85-
con el analizante está formulada as? .
--%-r-
sián de1 en e a n i i t e . A veces, eso se pone ya a funcio-
nar en el momento de la entrada en el consultorio del analis-
ta. Ustedes, como analizantes o como analistas, saben que
sólo con el acto de entrar en el consultorio, sólo con este acto,
surgen muchas ideas para el sujeto, pues éste olvida, en ese
En relación a esta pregunta que el analista tiene e1 lugar momento, muchas cosas de la vida. Podemos ver varios fenó-
de1 objeto a y el analizante es el sujeto, de una manera ciega menos de esa acción separadora del objeto, del analista como
podemos decir que está fundada sobre la estructura del fan- objeto a.
tasma. Es muy esclarecedor comparar los dos. Hay una razón No debemos ir muy lejos en la comparación de la perver-
precisa de por qué un verdadero perverso, un perverso deci- si6n y el análisis. No estaría mal ir más allá. Laca11 decía que
dido, no entra en análisis; porque él ya estA en posición de ob- lamentablemente el análisis no permitía inventar ninguna
jeto a y al mismo tiempo está, por sí mismo, en posición de perversión nueva. Deleuze dice que no hay una sexualidad
Sujeto supuesto Saber. masculina o femenina sino pequeñas sexualidades, jqué ma-
ravilla si fuese verdad! Sin embargo, lamentablemente, la lis-
ta de los fantasmas humanos es muy pobre. Las perversiones
sabe lo que quiere, que tiene depresiones... Hay un desbreciq son u n a categorización clínica. Evidentemente, hay una cier-
del perverso por las depresiones neuróticas. Podemos enten- ta invención clínicamente masoquista, un teatro pobre. Debe-
mos ver eso cuando tratamos el caso clínico. Podemos ver, no
sé, en Ias calles de París, si en las prostitutas que deambulan
va a analizarse. Es aceptar ser un instrumento del deseo del existe ese fantasma. Entonces, lamentablemente, el psicoaná-
Otro. Ahora, la neurosis es, precisamente, rechazar esa posi-- lisis no agregó nada a ese registro y no vamos a decir que el
ción,-rechazar el fantasma. De ese modo el fin idealizado, analista lacaniano es un perverso, no seria verdad: el analista
esencial del análisis de un neurótico es volverse analista. Pa- lacaniano es, en general, un neurótico más o menos curado,
ra el perverso, al contrario, es muy difícil la constitución del un neurótico analizado. Hay algunos que son psicoticos, pero
Sujeto supuesto Saber, por la convicción de que ya sabe lo que que no obstante pueden ocupar ese lugar, a veces con ciertas
desea. E1 fetichista sabe lo que desea; para él el deseo no es dificultades.
una pregunta, ya es una respuesta. Según e1 modelo de la IPA, el. analista es un obsesivo un
kle este modo, esa formulación permite entender el obs- poco regulado; en la IPA eso da una cierta seguridad. Se pro-
táculo al análisis de un perverso, permite ver de qué se trata. duce también un cierto apuro en la enseñanza, en la vida ...En
En un análisis, el sujeto está unilateralizado del lado del ana- Nueva York, el año pasado, no hubo un solo candidato sano.
lizante. Es el analizante el que hace la experiencia de la desti- Seguramente hay más lugar para los sujetos histéricos en el
272 Jacques-AlninMiller Sobre "Kant con Sade" 273
campo Iacaniano que en la IPA. Esa diversidad es también en esos pocos lugares de este texto, que no está muy desarro-
una razón de la vivacidad del movimiento lacaniano. t o s llada esa antinomia del placer y del goce. Por ejemplo, en el
analistas de la IPA tienen miedo de Ias histéricas, para ellas se texto sobre Schreber hay dos o tres referencias solamente
inventó la categoría de bord~rline,para protegerse de una his- -creo que dos- que Lacan hace del goce imaginario, de la ima-
teria que puede presentar una fenomenología muy compleja gen de si mismo en el espejo, y del goce transexualista de
y resistir a la rutina del encuadre analitico. Y, así, todo eso se Schreber. Tambikn es verdad que hay en "Subversión del su-
pone como borderlzne, nosotros no podemos hacer nada por jeto.. . " consideraciones sobre el goce. Consideraciones no
ellos. Incluso en el análisis, la histeria es una enfermedad pe- muy desarrolladas y, efectivamente, está la definici6n del falo
ro también es el estatuto fundamental del sujeto. como sigruficante del goce; esto es, del falo como semblante,
El sujeto histérico es el sujeto sometido al significante has- símbolo de la voluntad de goce. No esta, de ninguna manera,
ta en su cuerpo. Lacan dice: el analista nunca debe retroceder en oposición a eso.
frente a la psicosis. Es necesario decírselo a nuestros colegas
norteamericanos: el analista nunca debe retroceder frente a la P: Ese sujeto barrado que se coagula en el objeto, yo pre-
histeria. Eso es el abc del análisis, ciertamente. Vemos en eso guntaría si eso es una operación imaginaria; si cada fantasma
la razón analítica de la decadencia de la IPA. La razón analiti- es una frase, si eso es una cara simbólica del fantasma. Y si ese
ca es la de querer gente que no cause problemas. El resuifado fantasma es lo real. Me gustaría situar eso en los tres registros.
lo podemos ver en los signos de interbs, en la transferencia h-
cia el análisis en los lugares en que trabzjan. Porque si hay J.-A.M.: Creo que ya hablamos de eso. En Caracas, en el
transferencia, no se trata sólo de una transferencia con un año 80, hay un texto publicado. Sin embargo, desarrollé eso a
analista u otro. Es importante construir, proteger, desarrollar propdsito de mi curso, a propósito del síntoma y del fantas-
la transferencia al psicoanálisis. ma. El. fantasma está presente en los tres registros: lo Real, lo
Simbólico y lo Imaginario.
P: El desea neurótico no es el mismo que el. del perverso.
En relación al goce, el goce perverso permanece de1 lado del
El fantasma mrno imaginario es lo más claro; fue así que el
fantasma como ensueño diurno fue descubierto en el análisis
1
objeto. Cuando Lacan trabaja en "Subversión del sujeto.. .", de Anna 0, que lo llamó "mi teatro privado". Y cuando se tra-
coloca el goce del lado del significante, el significante que fal- ta de fantasía es esa dimensien, la selva del fantasma, con to-
ta, de1 S($). Yo pienso que es como si existiese un goce tam- dos esos personajes que pueden ir y venir; la ubicación ima-
bién para el neurótico y un goce para el perverso. Se puede ginaria del fantasma depende siempre del estadio del espejo.
pensar también esto: ihay ~ t deseo
seo para e1 perverso?
n para el neurótico y un de- Segundo, esta también la dimensión simbólica del fantasma.
Es precisamente así como Freud trata el fantasma en su para- s
digma "Pegan a un niño", porque el fantasrna es una frase
J.-A.M.: Es seguro que se trata, podemos decir, del mismo que podemos estudiar a partir de ciertas modificaciones gra-
goce. La elaboración de Lacan cobre el goce es un camino I
maticales, y en ese texto Freud distingue tres tiempos del fan-
muy amplio. El goce no es una categoría muy importante en tasma según las transformaciones gramaticales. Sin embargo,
los Escritas; fue una categoría desarrollada, podemos decir, al mismo tiempo, hay una localización del. fantasma en Io
luego de su publicación. En ocasiones, hay una presencia re- real, en tanto en la experiencia analítica el fantasma es estáti- S
ducida dd concepto de goce y es en esos pocos fragmentos, co, no cambia, es imposible cambiarlo.Podemos hablar de cu-
Sobre "Kant con Sode" 275
rar el síntoma, pero no el fantasma. Y sólo en el fin de análi- J.-A.M.: Es verdad que cada vez que se trata del fantasma
sis se trata de cambio de posición del sujeto frente a su fantas- hay una cierta prevalencia del problema económico. Es así co-
ma. Este cambio Lacan lo Ilama "atravesamiento del fantas- mo Freud también sitúa la cuestión: "E1 problema económico
ma", que no es curar el fantasma sino ir a ver la máquina que del masoquismo". Primero, hay un problema de alimenta-
lo constxuy6, el materna del propio fantasma, podemos decir. ción, de dónde viene la energía de todo eso; en todo psicoa-
Para mi, el año '80 fue verdaderamente el comienzo de un nilisis hay un problema de alimentación cuando hay finali-
nuevo ciclo de mi gran trabajo, porque durante los años '70 dad y una estática, se trata más de una fijación real que se
hice un curso semanal de dos horas con Lacan. Desde el '71- mantiene. Tenemos que explicar su inmovilidad y no su mo-
72, fue un ciclo de aproximadamente 7 años. Después fue la vimiento. Cuando hay un auto que funciona, debemos pensar
disolución, etcétera. Esa intervencibn en el '80, fue el inicio de de dónde viene la energía de su movimiento; cuando hay un
un nuevo ciclo de trabajo, exactamente sobre ese punto: ver la auto parado, si no hay nafta en el auto, no hay diferencia. El
oposición de síntoma y fantasma en Lacan. No era tan claro punto de vista estructural en el análisis no considera las cosas
para mí el momento en que eso variaba, y que el problema es- a partir de los problemas pseudo econtimicos de alimenta-
taba en el fin de análisis; para Lacan está a nivel del fantasma ción... Podemos decir que hay sólo una cosa que alimenta to-
y no a nivel del síntoma. En el sintorna, se trata de terapéuti- do eso, que alimenta el fantasma y el síntoma, es la castración.
ca. Y sólo en el nivel del fantasma podemos pensar el fin pro-
pio del análisis.
En la tesis de Lacan, que se encuentra en el texto "Kant con gusta más la respuesta a la manera del pescador del ejemplo
Sade", leemos: "Sade, realiza el atravecarniento de su propio freudiano: primero, "nunca pedí prestado ese caldero"; se-
fantasma". En esas palabras, antes del esquema 2, vemos que gundo, "ya lo devolví", y tercero, "ya estaba agujereado",
Sade no es engañado por su fantasma. En la pagina 786 de la porque es así también con el inconsciente.
edición francesa, en la edición castellana página 358, donde Si hay una alimentasibn, la única en psicoanálisis, es el go-
Laran habla del fantasma dice: "Esos límites sabemos que en ce mismo. El fantasma siempre se alimenta con una sola sus-
su vida Sade los rebasó". Seria quizás excesivo hablar de atra- tancia, la "sustancia del goce". Podemos curar los síntomas eh
vesamiento del fantasma a propósito de Sade, sin embargo, el sujeto sin tocar de manera alguna sus fantasmas. También
deberíamos pensar que Sade, como escritor, conocía algo del &q10 pq uiGrGzF
materna de su fantasma porque no fue sólo un sádico; se tra- cerrada y, al mismo tiempo, son varias. Podemos presentarlo
ta siempre de lo sadiano, no de lo sádico. El Marqués de Sade con una cierta variedad, Un anaMsta sabe que el análisis no
no es un sádico como otros, porque fue también un escritor. puede todo.
La cuestión seria si esa literatura es sublimación. Cuesti6n di-
fícil, sin embargo, debemos pensar que él sabia algo de su Godino: EI problema del trabajo clínico con respecto al fan-
propio fantasma de manera que podía eiaborarlo en obras tasma. Suponía que seria muy fAcil pensar en un paciente que
que pueden ser consideradas como obras de arte: las novelas tuve, con una práctica que no podríamos llamar estrictamen-
de Sade son obras de arte. te perversa. Escribía a los diarios, se escribía con personas que
escribían en diarios, mujeres que solicitaban compafiia mas-
Isidoro: ¿Cuál es la relacion entre el éxtasis y la estática fan- culina... Tenía el fantasma de correo y una correspondencia
tasmática? enorme, en articulas. Era una prhctica imaginaria que comen-
Sobre ''Knnt con Sade" 277
1
zaba y luego pasaba. Allí, el fantasma se manifest6 con mu- tasma, pero sobre el fantasma fundamental todo lo que apa-
cha claridad. Durante mucho tiempo del. análisis se pasó dis- rece es siempre uno.
cutiendo algo ligado a ese fantasma. ¿CuAl seria la función del Está el Amazonas de los fantasmas y sus relatos son jidini-
anáIisis en el caso? La escucha de tal fantasma iimpficaría la tos, pero si aparece cualquier cosa del fantasma básico, este es
i
simbolización a partir de él? También se dio la desaparicihn un pedazo de real inmutable: estA agul, allá... y creo que no es
de los síntomas, los fantasmas surgen sin su anterior fuerza. poco importante la fugacidad de tal manifestacibn en la expe-
¿Se aplica ese caso al trabajo que estamos viendo sobre el riencia. Es, por el contrario, el punto de referencia del anhlisis,
fantasma? ¿Ocurriría lo mismo con pacientes en los cuales el en mi opinión. Es necesario desarrollar esto desde el comien-
fantasma, aparece puro, y no sólo privado? iC6m0 debe ope- zo, desde el punto en que fue construido...Lo que me interesa
rar el análisis allí? Al oírlo hablar de fantasma es fácil para mí de la pregunta es que cada vez que elaboramos esa definición
pensar en esa persona, pues seria un cuasirnodelo de la expre- clínica del síntoma y del fantasma, surgen las repuestas de los
sión fantasma. Pero en términos de cambio de estructura, analistas, a veces en forma de preguntas, pero siendo de ana-
¿qué pasa? Si estuviera reprimida, jese fantasma podría ser listas tocan un punto esencial de la experiencia del análisis.
objeto de represión, u objeto de repudio y de otras elaboracio- Tenemos que trabajar el fantasma. Como en "Kant con Sa-
nes en la neurosis? ¿A Lacan le interesaba clínicamente? de", trabajar el sintoma con el fantasma. iEs lindo! Mi título
del año fue "Del sintoma al fantasma y del fantasma al sínto-
J.-A.M.: iVimos eso aquí! A1 hablar situamos la clínica con ma'" Podría haber sido: "El fantasma con el sintorna, el sínto-
repecto al síntoma y al fantasma; entonces, hay una respues- ma con el fantasma".
ta fuerte de los analistas por ser un problema en Lacan. Estoy
un poco cansado de hablar de eso, porque fue el tema de to- P: La obra de Sade ilustra la fórmula de Lacan: "no ceder
do el año en mi curso y en mis conferencias en Buenos Aires, en su deseo representa una ética", por la cual él presta gran
I
pero voy continuar un poco en San Pablo. Hay corno una in- parte de su vida. Lo importante es saber cuándo se usa ese es-
versiiin entre síntoma y fantasma en la experiencia, el sujeto quema en la clínica, porque hay una analogía en la automuti-
se vuelve muy explícito sobre el síntoma y reticente sobre el lación de niños autistas ... psicóticos, con tendencia a destruir
fantasma; esto es un hecho clínico. En mi práctica y, secunda- ! un órgano, una superposición entre dolor y goce que hace
riamente en lo que yo pretendo acerca de la e n s e m z a de La- pensar en el fantasma de la madre de esos niños, que toma co-
can y Freud, me pareció así. Lacan habla de "Pegan a un ni- mo real el fantasma de la madre; ¿representa el niño la fun-
ño", la frase está también en el texto freudiano; he encontrado ción verdugo y la madre la función víctima? De esa manera,
en varios pacientes ese fantasma: "No sé, pero pegan a un ni- mantener la castracibn es mantener el fantasma como objeto
ño". El punto límite del fantasma se presenta así: "No sé, pe- del Otro no barsado. La situación del niño no responde al in-
ro...". Y podemos seguir hablando del fantasma por un dato centivo de la madre de gozar, lo que elIa podría escuchar en
clínico de observación fenomenol6gica de la experiencia ana- forma invertida: "puedes gozar", permitiendo nacer el fantas-
rna de la madre en su deseo, visto en relación al déficit de me-
Iítica: la reticencia. Es posible elaborar más allá, hay razones
de estructura para el silencio constante sobre el fantasma fm- l táfora del falo.
damental. Podemos hablar, a veces, de las diversos fantas-
J.-A.M.: A propósito de Sade, esoy de acuerdo en que obe-
mas, no s61o una selva sino un verdadero Amazonas del fan-
decía a la máxima "no ceder en su deseo...".Su vida, desde es-
278 Jacques-Alain Miller S o b ~ e"Kanl con Sade" 279
te punto de vista, puede ser admirabIe en la voluntad. Un es- P: En realidad, él habla de "un derecho al goce", una rela-
critor surrealista, Gilbert Lély -hay una referencia en el texto ción hecha por Sade.
de Lacan-, dedic6 buena parte de su propia vida a recoger to-
dos los documentos a propósito de Sade. Escribió una biogra- J.-A.M.: No siempre hay una respuesta posible para una
fía, es m libro verdaderamente apasionante, más que biogra- pregunta. Lacan dice que ese esquema es el de la vida de Sa-
fias de políticos, de reyes, de actrices de cine; es un ejemplo de, pues hay oposici6n entre los dos esquemas, el de la obra
de tenacidad, de no ceder en su deseo. y de la vida. Su obra es leida como soportada por el fantasma
La terapia familiar es un error sobre el sujeto. Para el psi- en el primer esquema y, en el segundo, es como se produce el
coanálisis, sin embargo, es la manera de tocar el punto en que esquema del fantasma en la vida normalizada. En la tesis de
el niño puede ser, tener el lugar de síntoma de sus padres, ma- Lacan se lee una frase muy linda antes del esquema 2: "Vea-
nifestar la verdad escondida de sus relaciones y, la dependen- mos más bien que Sade no es engañado por su fantasma, en
cia frente al fantasma materno, de manera privilegiada. Es la la medida en que el rigor de su pensamiento pasa a la 16gica
manera de estudiar las enfermedades mentales de los niños, de su vida". Esta frase me encanta, hablé de ella en mi curso,
de articularlas al análisis a partir del fantasma materno, para "el rigor de SU pensamiento pasa a la lógica de su vida". Per-
ver dónde está localizado en el fantasma y a qué tipo de obje- mite vivir una vida que tiene su ldgica, tiene un acuerdo en-
to está identificado por el fantasma materno. tre el rigor de su pensamiento y Ia lógica de su vida. Fue el ca-
E1 niño autista permitiendo a la madre la unilateralidad de so del propio Lacan. Hay una lógica en la vida de Lacan, de
la función subjetiva, quedando s610 en el lugar del objeto a. Es expulsion, de escisiones, de expurgación, de exclusiones, has-
una idea válida, estoy de acuerdo con esa orientacion. ta eI fin.de su vida y por culpa de algunos de sus discursos.
Esa lógica se repetía en su vida de manera implacable. Y Sa-
P; Yo quería retomar la pregunta que se hizo sobre el es- de, dice Lacan, no es engañado por su fantasma porque su vi-
quema 2, ya que nos encontramos en ese punto. qu6 pen- da tiene una lógica común con su fantasma. Esa lógica co-
sar la rotación en el espacio a fin de explicar el desplazamien- mún, sin embargo, no le realiza el fantasma. Es un punto
to de la causa? Los términos son los mismos, pero hay un delicado, Sade no fue un verdugo y si una víctima, y es por
cambio de dirección. No entiendo por qu6 ocurrió este des- esa raz6n que hay un trastocamiento de los mismos términos,
plazamiento. una permutación muy bonita lógicamente, como tacan lo ha-
ce. Esto es, esa estructura misma. S610 podemos entenderlo
J.-A.M.: Me parece muy bien como Última pregunta. Pero sobre la base del trabajo que le permite saber donde está el
antes hay otra: jesquema de qué? Sabemos, ahora, que el es- Otro y el sujeto. Es de este modo, también, con el esquema 1
quema 1 es el de1 fantasma sadiano. ¿De qué es el esquema 2? del fantasma, que produce la permutación de los términos.
Podemos decir que no hay cambio porque para que haya
un cambio debe haber un punto fijo: si se cambia todo, no hay
cambio. Hay una cosa que cambia cuando alguien pone la d
minúscula del deseo; no vamos a entrar en eso. No vernos un
cambio sino cuando alguien piensa -como yo los intreduje-
en la separacidn de las dos dimensiones del sujeto y del Otro.
Esquema 1 Esquema 2 Cuando alguien introduce esa separacion, el cambio aparece
280 Jacques-AlainMiller
inmediatamente, es decir, cada término torna una nueva sig- 111. CL~NICA
Y CULTURA
nificación.
La voluntad en la vida de Sade, la voluntad en su vida en-
carnada en el Otro -dice Lacan- es. lo que se encarna, por Belo Horizonte, 1998
ejemplo, en la voluntad de su suegra. Ella no fue una comple- San Pablo, 1989
ta enemiga de Sade, sin embargo -dice Lacan- esa voluntad,
en la convicción moral ejercida implacablemente por la pre-
sencia de su suegra, no esta del Iado fundamental del sujeto
sino del lado del Otro. Y también dice: "lo patológico en su vi-
da es encarnado por la devoción que Sade recibió de parte de
su esposa, de la hermana de su esposa, que fue también su
amante, y una devoción d e los iamiliarrs de Sade". Es muy
difícil de entender si alguien piensa a Sade como un hombre
monstruo. Fue un hombre protegido por las mujeres de su
ambiente.
Del otro lado, la posición de la víctima es la posición de Sa-
de. Debemos ver en su vida lo que es eso realmente. Fue a
buscar ayuda de las pobres mujeres en las calles de Marsella,
dándoles algunos bombones con una sustancia supuestamen-
te erótica y, después, golpéandolas un poco, Ies daba unos
golpes, hacía el amor con ellas y después dos golpes, también
les daba nzedicamentos; era muy cuidadoso para las costum-
bres de la época. Sade era un gran sefior, de la más alta noble-
za: hacer cositas así, pagando a las chicas jes de una inocen-
cia ...! Debemos pensar solamente que fue un poco mal visto
en su actuar social. Sin embargo, quince años o más en la Bas-
tilla por cosas de esa naturaIeza ... se ve que no fue un tipo
sanguinario, de ningún modo. Durante la Revolución France-
sa, no fue partidario de la pena de muerte; Lacan explica eso
también: por qué Sade no fue partidario. De este modo, la
opini6n de que fue víctima está fundada en la objetividad de
su vida.
Río de Janeiro
1985
truyendo en mi curso en Paris la semana pasada, tomando co- movimiento "sex pol" -sexualidad política-, que preconiza el
mo punto de partida el tema de esta noche, la teoría de la cul- deber de reivindicar la liberaci6n del sexo contra lo social vi-
tura desde el punto de vista freudiano, lo que hace surgir in- gente. Como este cambio sometía la sexualidad al dominio
mediatamente el termino antitético "naturaleza", al que se Ie político, por parte clel Estado, de la burguesía, podremos con-
opone el término cultura. No es éste un tema exclusivamente cluir que habría coacción. En realidad, el deseo seria prisione-
freudiano, pues los fiIósofos ya afirmaban que e1 hombre es ro de lo social y no se tendria, de este modo, derecho a la re-
un animal "no natural", calificándolo como animal afectivo, lación sexual. La idea de Reich es que todos nosotros gramos
con lo cual denotaban la desnaturalización del animal huma-
no. Decir que el hombre es un animal yolitico, o un animal
que habla, es decir que en la humanidad, la naturaleza fue
prisioneros de la cárcel social, política, sin tener conocimien-
to del hecho. Como si el sexo estuviese a nivel de lo natural.
Freud, s h embargo, no habla de coacción sino de Verduan-
2
0
reemplazada por la cultura. La idea de esa sustitución o de la 1 1 . Para h
repreción
-
dominacibn de la cultura sobre la naturaleza puede escribirse
asl:
Cultura
él, la idea de Verdrangunp supone la existencia de una censu-
ra, una barrera que le impediria a l inconsciente emerger al ni-
ve1 de lo consciente. 3
U
Naturaleza Consciente
Inconsciente
En la filosofía existieron intentos de pensar que al hombre
le sería necesario volver a la naturaleza, pues todas las enfer- En el concepto freudiano de Verdringung liay algo que no %
medades lriumanas eran consecuencia de la cultura; por lo es similar a las ideas anteriores. Primero, porque lo reprimido 2i
tanto, seria oportuno volver a la supuesta armonia del ser hu- siempre retorna, m -isn~a:r a tra-
mano con la naturaleza. La escuela de Diógenes toma esa po- >vés de los lapsus, los actos fallidos v los sueños. Segundo,
G
*>o) más misterioso: c6mo la atraccih del inconsciente, atrae a e)e>
sicion: la del retorno a ra naturaleza en el campo de la sexua- Freud ya expresó eii la La inierpretncidn de los suemos, por qué
lidad. E1 método de Diógenes se hizo famoso en toda la
historia: practicó la masturbación pública para demostrar que
el hombre debería mantenerse en armonía natural. las ideas, a las palabras y, al mismo tiempo, I-iace que el suje?
Podemos constatar que para los animales no hay ningún 'to olvide.
inconveniente en hacer el amor con los padres, con los herma-
nos y hermanas e incluso con los abuelos. Existe, por lo tanto,
utilizó la teoría de la cultura no para dar una visión
general de la ciudad o del Estado, sino para entender lo que
' i$
el sexo que sería de orden natural y en este caso las exigencias ocurría en la experiencia analítica. En ese momento, Freud no
de orden social sustituirían a la naturaieza del instinto sexual. habla de repreiion o de Verdrangung, sinode sublimación.
Como este tipo de pensamiento está fundado en la historia de ;Por qué utiliza este último concepto y no el primero cuandg --
la cultura, Freud fue leído como un liberador de la sexualidad se refiere a los objetos de la cultura? ~ i e r t a k e n t eporque fba _y
humana reprimida, y el psicoanálisis, tomando partido por el piensa que la sexualidad esté reprimida por lo social. Realiza U>
instinto sexual, anunciaba una nueva época: la de la libera- otro tipo cle construcción. Dirá que er scxuel 'lfieb -traducido
"- L
ción del deseo. como instinto sexual, aunque sería mejor traducirlo como
Esa concepción fue t0mad.a por Wilhelm Reich, creador de1 pulsi6n sexual- tiene lo sexual como objeto, pero que puede
4
Freud y la twria de 10 cultura 287 e?
L
satisfacerse con otros objetos, como por qjemplo la cuItura.
kncontramos allí una sustitución. Que no es lo mismo hacerh
r a m o r to"o"9Témp0, o escribir En busca del tiempo aerdido.
I I
3s
familia es una metáfora de la biología. El desarrollo de la en- ~ncnte.En relación a ello, al Zwang, Freud habla del automa-
señanza de Lacan incIuye también las estructuras elementales l ismo de repeticion, por el cual el sujeto está forzado al ena-
de parentesco de Claude Lhi-Strauss, las cuales demuestran iiiriramiento cuando encuentra la fórmula idealizada xel
el vinculo con la cu1hir.a. &jeto sexual. La fórmula podría ser algebraica, como cn
Existe en el psicoanálisis la presencia constante de la fami- 1 .~vy-~trauss,Jy estar escondida en el inconsciente del sujeto.
lia. Freud creó la Asociación Jnternacional alrededor de su fa- La condición de amor del Hombre de los Lobos no parece
milia, de la misma forma que la Fundacibn del Campo Freu- IIILIY elevada y es casi la misma que está presente en Goethe:
diano estaba nucleada en torno a la familia de Lacan. Werther ve a la joven Charlotte en el momento en que acari-
BI espacio social de la familia humana es diferente del de c-ia y alimenta a los niños que estnn a su alrededor. Imedia-
la familia animal, porque en la primera hay interdicción. Co- tnmente se enamora, porque ve en Charlotte la imagen subli-
nocemos, a partir de la experiencia analítica, el rol fundarnen- inada de la madre. Goethe no sufre la misma compulsión
tal que puede tener en los hijos la vician de los rlirganos sexua- crótica del Hombre de los Lobos. Por el contrario, dicha subli-
les de los padres. En el caso del Hombre de los Lobos, Freud nación le da inspiraci6n para una de las mejores obras de la
destaca el papel del coito parental, observado por el sujeto. cultura occidental.
Considera que hay allí un trauma que determina su destino iCui41 es exactamente el descubrimiento de Freud? Que los
sexual. A partir de la observación del acto sexual, el sujeto cibjetos primariamente libidinizados que encontramos en el
puede resignarse a Ia castración de la madre, a su falta de pe- cspacio familiar posibilitan las condiciones para el amor y la
ne, pero no a su propia castración en el sentido simb6lico. clección del objeto. E1 trabajo de anAlisis apunta a elegir un
La experiencia analítica nos muestra que na se trata sólo objeto nuevo. La novedad introducida por Ereud no es tan
de las obsevaciones de los genitales de los padres, 2ino de to- tcorica, es un nuevo objeto ofrecido al amor: el psicoanálisis,
das las siflificaciones del deseo de los padres, de todos los que permite elucidar 1a fórmula de la condición de amor, es
m e . Podemos concluir que en el espacio familia; decir, tanto el psicoanálisis como Ia familia establecen una in-
'hay varios objetos sexuales posibles. a r ' t T C terdicción a las relaciones sexuales. El hecho de que la relacio-
turas elementales deparentesco. kxiste la rnterclicción de la; nes sexuales no estén permitidas en el análisis lo convierte en
relaciones sexuales con los padres y la obligación de encon-
v
una cierta repetición cle la familia. No se puede esperar del
trar el objeto sexual fuera del espac;o familiar. En cuanto a las análisis la cGa del amor, sino solamente que el sujeto reco-
culturas primitivas, estudiadas por Lhy-Strauss, los datos nozca su f6rmula escondida de enamoramiento desdoblada
equivalentes a formas algebraicas- son los que determinan los en un objeto valorizado y en otro desvalorizado. Es necesario
objetos sexuales posibles fuera de la familia. Se puede cons- entender por qué el sujeto esti vinculado al espacio de la fa-
truir gráficos que indiquen los objetos de interdicción y los milia, y cómo eso reformula la idea que tenemos de la sexua-
objetos posibles. lidad humana.
Freud descifra en el anAlisis las condiciones de la elección Hay una condición de amor inconsciente que determina
del objeto sexual y las llama "condición de amor", fórmula cómo y por qué el ser humano elige su objeto sexual, que po-
dria ser concebida con el modelo de las fórmulas aIgebraicas A través de la relación de los padres se puede deducir qu4 es
de Lévy-Ctrauss, las que señalan cómo el hombre se puede re- I,I ii-iujer y qué es el hombre, o incluso c6mo se da la relaciOn
lacionar con la mujer y cómo ésta puede relacionarse con él. iv~treel hombre y la mujer. E1 trauma sexual es la consecuen-
Es como si existiese una fórmula matemática que expresase la i i n del hecho que el sujeto haya asistido a la relación de los
relación entre el hombre y la mujer, es decir, la relación su- liiidres, y en algunos casos, impide que se formule la propor-
puestamente algebraica del vínculo sexual.
HOM
<f
3
-
que produce un trauma en el Hombr-ede 10s Lobos cuando
observa el E@ sexual de los padres? ~Freudse pregunta el
jeto a un goce llamado a, que como tal no está sexualizado en
cuanto al otro sexo
b poraué de un trauma? ~n e-eln aue ocurre no es un
ch,il-t apr2s coup, a posflriori, cuando torna
sentido tsara el suieto. Pues no existe motivo Inara aue L
la ob-
servación del acto cexial de los padres produzca un trauma. El objeto rr oral, o anal, o vocal y el escópico son extraños
e transforma en trauma cuíindri-n- . . ribjetos descubiertos por Freud y Lacan, y no suponen rela-
ta dar un sentido al acto sex-Qu6 sentido m- i ción entre hombre y mujer, sino entre sujeto y goce, en una
.---
tenta dar el. sujeto a ese acto? Intenta traducirlo en términos
versión polimorfa del niño, relación con el goce en el cual no lista sociolo~iaun poco simple nos permite entender por @
entra el otro sexo. t i i 16cl Dsicoanzisis se-difundibátravés-del mundo. En laex- 3
La pareja parental no puede fundar la relaci6n sexual en- i;,*ricniiaanalítica. el artalista no trabaia, s61o controla la en-
tre hombre y mujer. La experiencia muestra que el amor por t--
Icia, toma la responsabilidad del acto analíticg, peró el
la madre es un obst&ulo al acceso del hombre a la mujer, y
6
4 I ,iIi,ijo d e desciframiento Eo hace el analizante, que le papa al 5
que el amor por el padre es un obstáculo al acceso de la mu-
.-.
, i i i . ilista por el trabalo que el (el analizante) hace. El analista se
Lacan, se trata de la metáfora paterna, la sustitución del signifi- i<i.icn el papel de objeto.
cante de la madre por el del padre. Es la fórmula que expresa de Pero si utilizamos el Edipo masculino como norma, podre-
manera automática c6mo los padres se relacionan, una sustitu- iiios decir que, en cuanto a la hija, el padre es quien tiene la
ción que Lacan escribe barrando el significante de la madre. i iinción y la madre es el objeto fundamental. La fórmula
P + &nls;oh
Eso se traduce de la siguiente forma: el Nombre del Padre i~iilcvara ambos sexos, aunque en cada caso es necesario ve- .
.nciones del objeto v w
hl
metaforiza el deseo de la madre. Podemos traducir términos i3il i c a i cómo se distribuyen las funciones
políticos en forma de metáfora, como se sugiere en el orden .+i,iculo.Lo que llamamos significante del padre o Nóom*
androcéntrico, en el cual el niño y la madre están efectiva-
mente separados por la función paterna. A los niños se los
-iime e! p.% ? resenta
--
~ t el
-
a 0,s-
ombs-
!grillo frente al objeto funduinental. ~a madre es el significan- y$ $
aparta del seno materno y se los envía al mundo: escuela, uni-
versidad, fuerzas armadas, por una ley comrin, Platón pensa-
- - d
primordial del*S
i i udel objeto primoFdia1
.
cortar esa relaci6n. El suj& del inconsciente, el O (cero) del -11parado del w o- rim rdial, Que traumas y sufrimientos
. .,
sujeto puede identificarse a estos tres lugares: J . iifecfaron y qur sii.uficaciOn a d a ~ e r d i d para a C.
$)ti6 fantasías surgieron en ese momento y cómo apareció e ñ V
P ( 4 ~iialicisla relación k
Cr.
l- M
Y) u 296 Jacpin-A1.m mil le^ Freud y la teouí~de la cultur~297
I ',I 1.3el hombre el goce fálico parece estar bien localizado. Sin
(liiihargo, se sugirió que la mujer tambien podía tener un %
~atoriedaddel s u g i ~ d simbolizar
e su experiencia, de atravT- i m tfhlico,
b eventualmenteClitoridiano. ipero de qué se trata?
sar el l e n ~ w a der su goce, que al-ser hablado,
pzmite que se produzca una sustitucion metafórica d c l e
-
i 11, un Roce autoerótico que a Freud le pareció primitivo. El
-. -- 0iiijr.to goza de su propio Cuerpo. Es difícil pencar que alguien
por el Iei~guaje. 1 biirlda gozar del cuerpo de otro. De cierto modo, el goce siem- 4
f
del goce del propio cuerpo. ~ p o r i - to que los objetos que no veo pueden existir perfectamente.
zar el goce autoerotico. En El Selnznario 20, Aun, Lacan abor- IJnsta tomar términos abstractos como inconsciente, Verdran-
da, justamente, la metsfora reIativa a la sustitución del goce. girng, para obtener palabras que indican objetos que nunca
__YI
voy a ver como los veo a ustedes ahora. Puedo verlos sin co-
P: El materialismo histórico habla de Estado sin poder. tiocerlos y, no viendo a la Verdrhngulzg, conocerla muy bien.
~ C Oseria
~ Ola relación naturaleza/cultura con la evolució~~ (;s~.os son conceptos abstractos. Ayer fue la primera vez que
del comunismo? I istcdes me vieron, pero yo existía para ustedes antes de eso.
Q Ilxistia desde el momento en que el simposio colocó en sus
J.-A.M: El Estado futuro sin poder es un bello horizonte y li,ipeles: "Miller en Belo". Estas palabras fueron suficientes
9
i
simpatizo con la idea. Al mismo tiempo, las relaciones sacia-
les producidas por este ideal na parecen responder, en la ac-
,*ira hacerme existir sin ser visible. El lenguaje permite que
4 objetos no visibles existan para el. sujeto.
tualidad, a la idea de un Estado sin poder. Pocas sociedades
presentan una idea tan fuerte del poder como las inspiradas P: Me gustaría escuchar su definicion de ética del psicoa-
3 fl por ei materialismo dialéctico. La disolución del poder pre-
vista por Lenin en su libro sobre el Imperialismo parece no
ii,ílisis.Es un tema polémico y extenso, ¿pero hasta qué pun-
i ri es singular, propia, especifica, dentro de la ética universal,
haber tenido lugar. Nunca se vio un estado sin poder en la ,i1.i stotelica, teológica? ¿Cómo seria la etica del psicoanAlisis?
historia humana. En el futuro de la humanidad podr6 haber
todo tipo de sorpresas posibles. Por razones estructura le.^ Be1 j.-A.M: ¿Se refiere a la ética del psicoanálisis como particu-
-ser humano es muy difí-ra el animal hablante, un I,ir cn contradicción con la ktica universal? ¿Es ésta su pre-
Estado sin v& porque upq&&nguaJe impone wr po-
der, desde la relación mínima: Si- S2. El termino "amo%&
--- - ):i~nta?
Cuando Lacan habla de ética del psicoanálisis esta hablan-
- p l e n g u a j e trabajo de a n a l i s i c n - i lo de la ética de la práctica analítica. No es una ética para to-
u o ~ a l t tiene el lugar i Iii el mundo, universal. Es una ética de los analistas y de los
del aino es w- . tiPJle
PS ~ n i i i ~
.n au
e ,inalizantes, una ética del discurso analitico. No es peculiar a
hablar, Se trata de subvertir la relación de poder, no hasta que ixda analista, es la ética de la praxis. Hay una ética de la uni-
desaparezca, pues quien dirige el tratamiento es el analista. vc%rsidaddonde hay una transmisibn generalizada dirigida al
Dirige el tratamiento de manera tal, que debe obtener la des- ~~iiblico. En Francia, por ejemplo, es obligatorio en cada exa-
trucción de su propio poder, de la transferencia. El análisis es rilcn en la universidad abrirle las puertas a cualquiera. Es una
el Unico vinculo sonal donde el que tiene lugar de amo, tiene r.i~glamentación de la ética de la universidad en Francia; no es
como objetivo la destrucción de su propio poder. Debe permi- 1;) etica del psicoanálisis, pues las puertas de los consultorios
~tirlec a o 'n s c i n s t é ¿ d e T a i o i y 110 pueden abrirse al público. Al contraria, en los consultorios
2 e p a r a ~ s ede ella. Cuando esto se realiza, se produce un aB- iIc psicoanálisis las puertas deben estar cerradas, porque im-
téntico final de análisis. Puedo responder, sin modestia, que
el hnico eitado sin poder del ser humano es el final de
análisis.
1 plica una intimidad que no debe ser dicha a todos. Conse
c~ucntemente,la ética de la práctica universitaria y la psicoa-
ii;ilitica son distintas.
La ética propia del análisis tiene que ver con el amor. No
la de conducir al ser humano a la verdad universal a través
del amor. Lacan dice: "Sbcrates fue un preanalista". La etica
del psicoanálisis rechaza el amor, en vez de generarlo, para
permitir que se desnude la fórmula del fantasma fundamen-
tal. La palabra ética tiene un fundamento: no rechaza el de-
seo, va en su dirección. Sergio de Castro dijo ayer que, en la
obra de Freud, el sentimiento de cuIpa es de tal orden que, ca-
da vez que alguien acepta las intrusiones de su superyó, de-
b 3 1 0 ,
la ética del psicoanálisis dice que si se puede culpar (de a l g 3
a alguien es de no ir eri la dirección de sil r l ~ s ~ r l , -
La ética peculiar a cada individuo, vinculada a1 fantasma Voy a hablar de este lado porque necesito el pizarrbn, que
fundamental, es una manera de manejar la relacihn del sujeto , cs como una representación familiar del lugar del Otro, por-
con su goce y con el Otro. En los términos analíticos de Lacan, , que sobre su superficie se pueden escribir símbolos, sigmfi-
se puede hablar de Idchcté, de cobardía del sujeto obsesivo i ntec. Este desplazamiento que me conduce hacia un lado
frente al deseo. Se puede también hablar de coraje, y todos los 11 pizarrón es habitual, pues siempre estoy hablando desde
valores tradicionales tienen una traducción para cada uno con 1 lado. A veces, me parece que estoy conversando con el pi-
respecto al goce. A partir de alli, se puede hacer la metáfora zarrón. Ésta es la primera y la tercera vez que estoy hablando
propia que se relaciona al goce del Otro. Honestidad, cobar- cn Belo Horizonte sobre psicoan~lisis.Es la primera de dos
día, coraje: todos esos valores se refieren a modalidades del conferencias con el titulo: "Consideraciones sobre la clínica
goce. Podemos suponer que el coraje seria la mayor arma de ~~sicoanalitica";en realidad, es la tercera, porque ya di una
los hombres en la guerra, de los militares: profesionaIes de la conferencia pública en el coloquio de "Psicoanálisis y cultu-
violencia y del coraje. Lacan, A prop6sito de los militares fran- ra", a partir del tema "Teoria de la cuItura en Freud", y esta
ceses, expresa que si alguien elige la carrera de las armas, del mañana, la segunda, para una audiencia más restringida,
coraje profesional, lo hace por miedo a las mujeres. ! compuesta por miembros del Simposio de1 Campo Freudia-
ft 110, cuando hice un extenso comentario improvisado sobre un
Belo Horizonte i casa de psicosis, presentado por CeIso R. Lima en la Sección
20-3-88 Clinica. De este modo, al mismo tiempo, voy a recomenzar y
continuar, teniendo en cuenta el hecho de que la audiencia
aquí presente es más profesional, más comprometida con el
psicoanálisis, y supuestamente más erudita en Freud y Lacan.
2 Al mismo tiempo, tengo que considerar que este lugar pa-
i 54. ~
~ e wlpccr
d c dq rece más serio que el de1 coloquio. A veces, las multitudes, de-
-&~iem ~3 de. n o m bi masiadas personas para el. lugar disponible, tienen su venta-
ja, por una razón estructural: habiendo en un local menos
lugares que personas, hay un plus de goce. Esto no debe en-
Sobre la clínica psicoanalitica 303
tenderse inmediatamente. Hay cosas dichas para ser com- y,;irse. Simplemente, es para avanzar con Eas ideas que estoy
prendidas de inmediato v otras vara dar idea de un cierta lomando la obra de Freud de la manera aceptada por todos. '
I -
(nisteño a ser elucidada. És una iuestibn matemática: un lu- Juntando las dos vertientes, podríamos tener lo que se lla-
gar para cada persona Ó más personas que lugares. ina, en el lenguaje de la física-matemática, la teoría unificada
Ciertamente, estoy hablando para usted&, que . &
pueden r lcl campo freudiano. Éste es actualmente ej. camino de mi
verme y oírme en el presente. Al mismo tiempo, sin embargo, ~wnsa"ento: la teoria unificada del campo freudiano consti-
debo confesar que hablo para mi mismo, porque continuo mi Iuye la base de la clínica analítica, y podemos adoptar como
trabajo. En la práctica no hay diferencia entre trabajar en Pa- Iilsis que tal unificación se funda en el uso generalizado de la
rís, en un curso, en un seminario, o hacerlo afuera, como aho- Iiiirra y que este camino está indicado por Lacan en la lectura
1
ra en Belo Horizonte. No es mi costumbre perder una o dos i I 1 b 1+eud y en la práctica analítica. Esta barra proyectada en el
horas repitiendo lo que ya fue dicho. Prefiero aprovechar el 1 iizarrón es, ciertamente, un significante, porque no tiene sen-
tiempo disponible dando continuidad a lo que ya fue inicia- 1 itlo en si misma. Podría ser s61o la tentativa de verificar si se-
do. De este modo, voy a trabajar ahora con las cosas que me viii posible escribir algo sobre el pizarrón. A veces, para ase-
preocupan en este momento, y que, eventualmente, expondré i;iirarse de que una lapicera funciona, se hacen marcas y
en París cuando regrese. l1,i rras sin ningún sentido, a no ser el de saber si hay o no Sin-
Como participamos de un seminario, tengo algunos textos c.n la lapicera. Incluso esta barra es un significante sin sen-
de Freud para comentar lo, y lo recibir6 de mis palabras, no uno, sino varios, mien-
Voy a continuar a partir de la barra, que constituye este lu- as continúa siendo la misma barra. El hecho de que asuma
gar, el lugar del.significante, lo que me interesa de ella. La ba- i Iivcrsos sentidos impide su uso automático, como en la mú-
rra, aquí horizontal, puede ser inclinada y también vertical. b i i i - r i , por eiemplo.
,A
que esconden su función. Transcribe, sin embargo, con perfec- iii~cccariohacerle en el terreno de ia iogica del. significante.
cibn lo que puede Ilamarse funcionamiento conceptual de la E I,iv alli un ordenamiento cronológico. Uecirnos ~rimeramez-
teoría freudiana. Es wi, símbolo que, destacado como tal, per- 11% clue hay mo; en segundo lugar, que hay otro sustituyendo
mite que se lo use como generalizador y unificador de la teo- :i I primero. I3odemosdejar escrito esto eiz un rincón del pus-
" .
ría analítica. En Freud podría presentarse dividido entre dos
7
vertientes: la primera, los complejos de Edipo y de castración; bsta simple escritura, 2/ 1, expresa que el segundo sustitu-
y la segunda, usualmente llamada metapsicología. yc al primero. Ya dimos un paso de mucho peso, bien freudia-
Por u n lado, hablamos de la madre como objeto primor- iiii, que nos permitirá preguntar si hay originalidad en Lacan
dial, del padre como interdictor, como castrador y también ;iI decir que el Otro es primario; el Otro ya está siempre cons-
como objeto de identificación primaria; así está en el capitulo liluido y, de cierta manera, el sujeto viene en segundo lugar.
VI1 de la Psicología de las masas (Massenpsychologie. Por otro la- E Y seauimos advirtiendo que el esquema tan simple de la sus-
u
do, hablamos del aparato psíquico, del pensamiento, de la li tución imnlica aue el UAO, sustitiido por el O&, está supri-
percepción, del principio del placer, de la realidad en la di- inido, esE b a r r a d o , F o en otro sentido, pues constituye el
mensión psíquica, Esto, dicho con prudencia, no puede ne- * G í m , , w n d ~ . -Podemos leer también que el primero
e-
Sobre 10 clfnica psicoonalitica 305
soporta al segundo. Esta reducción tan simple podria expli- I ~ I I iiietáforas, sólo hay unas pocas, como por ejemplo que el
carse a los niños déescuela primaria. iEs mi ambición para el 1 4 i l 4 i r o de Marilia es la "flor del jazmín"; ejemplo que, real-
futuro del. psicoanálisis! CU-&do las cosas son realmente se- i~i(~irlc, para entrar en la metAfora no nos sirve tanto. Voy a re-
rias, no necesitan la cultura universitaria, no necesitan cone- )lihi.varpara mañana un poco de tiempo para leer Ma~flia de
xiones con la cultura general para ser bien comprendidas. I 1ii.i rvi y verificar por qué tiene tan pocas metáforas. Hay algo
Evitando algunas dificultades, la teoría de los conjuntos de 1 r,iíío: al abrir el libro, el primer poema me pareció total;
Cantor, inventada poco antes de la publicaci6n de La hterpre- t~it*nlc construido de manera de no contener metáforas po6ti-
facidn de 10s sueños, puede enseñarse a los niños de siete y ocho 4 .rb;, (11 contrario de los poemas de Góngora, por ejemplo.
años de edad. Sabiendo realmente de qué se trata el psicoaná- 1lc!spuéc de Lacan, la metáfora tiene una función y, toma-
lisis, hay eIementos de la lógica del significante que también i-timo tal, produce un determinado resultado a nivel de la
podrían ensefiarse a esa edad. Es más un horizonte que una I I i Cicacihn.
~ . . .Si verificamos conlo se traduce a nivel del signi-
- -
f'
iIc. Al decir esto, le damos un segundo sentido: barra de re-
Ir%riciaentre significante y significado. Y af haber metafora,
;i sustitución significante, se produce el traspaso de la ba-
1,
El resto, que es similar, forma el contexto que nos permite No voy a desarrollar lo que ocurre cuando, al contrario de
asegurar que hay sustitución de un elemento y, porque es fi- Ibi iiretáfora, hay metonimia, es decir, cuando no hay sustitu-
jo, podemos significarlo con una letra solamente. Así es la fór- I ,iiin sino coAexion, penerándose otra fórmula. ~ontinuemog
mula de la metáfora que encontramos en el escrito de ~ a c a n 1 li i c w , l~ablanclodc la metáfora, de la segunda metáfora sobre
"La instancia de la letra...": ibstructuraminima de la sustituci6n; a partir de ese argu-
%titotan simple Lacan introdujo la metáfora paterna como
Iiirmalización del Edipo freudiano. Lo que él llama metáfo-
paterna es, en primer lugar, la madre, y en segundo, el pa-
r*. Es una simplificaci6n que introduje en el coloquio y que
iclemos encontrar en los Escrifoc de Lacan, debiendo desta-
Compré un Iibro del poeta brasileño Gonzaga, uii libro de r ,I i; sin embargo, que se trata efectivamente del padre y de
poemas, Muri7ia de Dirceu, pues fui a Ouro Preto y leí algo so- IIi inadre como significantes. En Lacan, tanto el padre como la
bre 61 y su obra, Para mi sorpresa, a pesar de no ser un gran iiindre (ésta en el exacto sentido de la metáfora paterna) son
conocedor del portugués, me pareció que el poema era pobre I v , i tados como significantes.
306 Jlicques-Alliin Miller Cobre la clinica psicoanalft?ca 307
-e-
rición y a la desaparición de ésta corni significante; es corno n e1 otro. ¿Me entendieron? Podemos decir, por a p r z
significante que habla. i,ici6nr que cada sujeto está casado con la función del falo
:Qué traduce la fórmula P/M? \ I i(i con el otro sexo. A partir de allí, tenemos una dimensión
ELhecho de
la madre. Y, de hecho,=
(parece una canción laca-
-
Y la respuesta, en la teoría analítica por 1s me-
falo. La fórmula anterior, aun con su simplici-
dad, tiene una ventaja teórica máxima, pues permite unificar
los complejos de ~ d i y~deocastración, aemo&rando cómo se
1
4 ,iilo de sus movimientos, de sus apariciones y desaparicio-
i i i u hSegún
~.
~st~nta
Lacan, el significado del ir y venir maternos se re-
con una X, y de la metáfora -que sustituye el
i i iCicante de la madre por el del padre- surge la significa-
vinculan el uno con el otro, lo que nos permite decir que tene-
mos allí un materna, una fórmula cuasimatematizada, el ma-
tema de la relación padre-madre, que constituye una estmc- 1 i i Fhlica. Debajo de la barra hay un "no sé qué"; no s& qu6
1 , . Iii que causa el deseo, no se qué goce hay en ello En el r m-
i i i t h i i t c ide Ia sustitución significante surge lo que estaba por
I I ~ l i ;jci:i el "no sé quk" se sustituye por la función fálica. Se es-
1 0 así:
no hace mucho tiempo que empec6 a entender esta afirma- Ir i!, iictalles de la escritura:
ción de Lacan. Es algo que presenta una gran dificultad en ser
comprendido: no hay relación sexual. Podemos colocarlo en
contraposición con la metáfora paterna y ésta, efectivamente,
nos da un matema, una relación matematizada entre los dos