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Colección Orientación Lacaniana COLECCI~NORIENTACI~NLACANIANA

Publicación de la Escuela de la Orientación


Lacaniana - EQL Jacques-Alain Miller

Directora responsable: Dudy Bleger


Director de la pubXicaci6n: MorZa Inés Xiegrl
Directora adjunta: Graciela Musachi
Comité editorial: Silvia Baudini, Adriana Ltakn, Marina
Remlde, Pablo Xusso, Llauru Vignola.

Charlas brasileñas

La Escuela de la Orientaci611 Lacaniana (EOL), la École de lo Cm-


sejretidiepiize (ECF), la Escuela del Campo Freudiano de Caracas
(ECFC), la Escuela Europea de Psicoanálisis (EEP) y la Escola
Hraseleira de Psic~nilzSe (EBP) son miembros institucionales de la EOL PAID~S
Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Buenos Aires - Barcelona - México
O Copyright de todas las ediciones
Jacques-Alain MiIler

Supervisi611 técliica de la traducción: hlarcelo Canossa

EstabTecimiento del tmrn: Maria In6s Negri

Cubierta de Gustavo Macri

la. ediriia, 1998 ! !


t. EstructuraJORGE FORBES
Presentación, . . . . . . .. . . . .. . . . . . . .. .. . . . . , . . . . -
El nmlentendido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . , .
23
27
.
El deseo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Impreso en la Argenti~ia- Printed ili Argentina Ln psicosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , . . . , . 79
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 .. .
0
El sign#cante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , . . . . . 101
' i 1,
7 8 Un caso clínico de neumsis obsesiuia . . . . . . . . , . . . . . . , . . . . . . . . . . . 125
'
(
I
< El psicofinblisis en la Universidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . , . . . . . . , . 149
Psicoandlisis y psiquiat~ín . . . . . . . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . , . 161
Editorial Paid6s SAICF
11. Ldgica, ética
Defensa 599. Buenos Aires Psácoandlisis y 16gzw . . . . . . . . . . , . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . , . . . . . 185
Sobre "Kani con sladee". . . . , . . . . . , . . . . . , . , . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
Ediciones Paidós Ibérica S,A
Mariano Cubí 92, Barcelona
111. Clínica y cultura
Editorial Paidds Mexicana S.A.
a .
Freud y la teorh de la cu/tlrya . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283
Sobre la clhica psicaaraalftic~ . . . . . , . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . 301
Rubén Dario 118, Mexico D.R
Pafologfadelaética . ' . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335

IV. La lógica del análisis


La reyroducc16n rota! o parcial de estc libro, en cualquier forma que sea, idéntica o Demanda y deseo . , . . . . . . . . . . , . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409
modificada, escrita a niáquina, por el sistema "multigaph", mimeÓgrafo, impreso Elfnlubawado , . . , . . . . . . . . . . , . , . . , . . . . . . . . . . . . . . , . . . . . . . , 431
por fotocopia, fotoduplicación, etc., n o autorizada por los editores, MoIa derechos Objeto y castración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
m
455
reservados. CuaIquier utilización debe ser previamente solicitada. La gbnesic del x s t a . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 483

V. Las paradojas del psicoanalista


La Escueln de Lacan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..
Affectio societatis . . . . . . . . . . . . . . . . . - . fi
Respuestos de IR pradoja . . . . . . . . . . . . .

VI. Punto de almohadiIlado


La imagen reina

Documentos
..........................................

Psicoandlisis y psiqtliafrfn
577

605
l
!I
Psconáliss y 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 609
. . . .del
Noh sobre IR organizacidn . . libm
...............................
Notn rrclaratonn a ln versión castellana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 615
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 617
El hecho es qiie mda scritor crea sus premaons.
Su labor mod~@ nziestra concepnón del pasndo co-
mo ha de rnodyicar elfituro.
J. L. BORGES

Además de sus otras virtudes, este libro condensa en un vo-


lumen más de una década de intervenciones, de manera que el.
ti lector tiene una mtlestra de lo realizado por Jacques-Alain
Miller desde el n-iornentoen que tuvo que interpretar el legado
de Jacques Lacan y actuar en consecuencia. Es verdad que era
mucho lo que habia escrito y enseñado antes, pero también es
cierto que conoció una verdadera "ascensión a los extremos" a ,

partir de ese momento clrxcial para el psicoanálisis. '

Cuando en 1997 se publicó en Brasil Lacan elucidado el pe-


riodista M. José Castelle le pregunta a Jacques-AIain Miller
sobre la difusión de Jacques Lacan en ese país: "...laprimera
vez que vine a Brasil -responde, en 1981, alrededor de un
mes despu4s de la muerte de Lacan, me escuchó un grupo de
colegas venidos de todas las regiones del país que no llegaban
a 70. Hoy, en el seminario brasileño del Campo Freudiano, or-
ganizado por el mismo Jorge Forbes, ine han seguido casi 700
personas. Es un data objetivo. Otro indicador, el número im-
presionante de publicaciones" (Uno por uno, no45).
En la lectura de este libro sorprende la consistencia de un
"programa" que se despliega año tras año, realizando el do-
ble objetivo de descifrar la enseñanza de Jacques Lacan y ge-
10 Germán Leopoldo G ~ r c i a
II ' Presentación 11

nerar las condiciones para la creación de la futura Escola bra- La versión castellana de Lacan elucidado difiere de la origi-
sileiru de psicoanálise, cuya frsndaci6n ocurrió el 30 de abril de nal en lengua portuguesa, publicada en Río de Janeira en

1
1995. 1997, Las clases de Curitiba sobre el rnbtodo psicoanalítico y
las de Salvador de Bahia sobre el deseo de Jacques Lacan cir-
culan, en sendos libros, en nuestra lengua. Un recorrido de
catorce años (1981/1995) publicado en un tomo en la lengua
Conseguí en Brasil la versión ofiginai de este libro y coma
también se callar en portugués -es decir, sólo leo esa lengua- 1 portuguesa, es ahora tres libros en lengua castellana.
El lector de psicoanálisis que ha frecuentado la enseñanza
me encontrk con un prefacio que, al igual que el de los Écrits,
comienza con el proverbio "e1 estilo es el hombre". E1 párrafo 1 de Jacques Lacan enconbará interesante esta transformación
de uno en tres, más si esta advertido de que "sólo se puede
siguiente dice que "este principio, por ser parodia, no deja de
ser menos fundamental".
Uno advierte de inmediato que ese libro de seiscientas phgi-
/11 hablar de una lengua en otra lengua". Digamos, al pasar, que
son tres las lenguas -La francesa, La portuguesa y la castella-
na- atravesadas por un vocabulario, el del psicoanálisis.
nas -por su formato, su color blanco y su diseño despojadu- re-
mite al famoso volumen de Jacques Lacan ¿Se trata de una pro- 1 Las clases sobre el método psicomalitico contienen,en su
vocación? Es verdad que Newton da Costa no es Jean Hyppolite
y que Jacques-AIainMiller no es Jacques Lacan -la prueba es la
1 versibn castellana, otras intervenciones realizadas en Argen-
tina y España -que con Brasil suman tres países- y comienzan
ausencia en su libro de u n "fndice razonado de conceptos ma- con una presentación de Miquel Bassols, que es de lengua ca-
yores"-, pero tambih es cierto que la m o v a d a enunciación de l:.
talana. Estas lenguas y paises, que se anudan en el vocabula-
aquella enseñanza está abierta a lo incalculable. rio del psicoanálisis, tienen sus vasos comunicantes con otras
A medida que avanzamos en su lectura se nos impone, con lenguas y otros países que tambibn se reúnen en Ia Asociación
discreción y firmeza, un gusto por la demostración que está Mundial de Psicoanálisis (AMP).
en abierto contraste con las paráfrasis superfluas y los recha- En cuanto a La versión castellana de las clases sobre el de-
zos que se argumentan de cualquier manera. seo de Jacques Lacan, por suerte más que por mérito, tienen
No seria de bum gusto dar catedra en esta presentación un prefacio mío donde puntualizo algunos encuentros con la
sobre el tema del gusto -del que se ha dicho mucho desde producciún de Jacques-AEain Miiler y llamo la atención sobre
Kant a Galvano della Volpe, sin olvidar a Montesquieu-, bas- la compleja realizacibn institucional que convierte en un he-
ta recordar que en más de wta oportunidad Miller se refiri6 a cho histórico la "reconquista del campo freudiano" propues-
ese tema a propósito de la posición que conviene al analista ta por Jacques Lacan. Se trata de una empresa que no puede
en tanto "forma parte del concepto de inconsciente". Hay lu- reducirse al punta de apoyo de los seminarios establecidos
gar, dice Miller en 1979, para una especie de educación del (arduo trabajo, con más beneficiarios que los dispuestos a
gusto. Asunto de tiempo, incluso de "control". reconocerlo). .
Para mi gusto, el argumento de Miller sobre e1 gusto se en-
cuentra en su articulo "U o no hay metalenguaje" y difiere de
10s que elabora la tradición a partir del sigla XVIII (m el aroni-
lo uno puede inferir que el gusto es una exigencia del uso del Estoy entre los que encontraron en Jacques-AIain Miller
lenguaje, una manera de tratar lo que es pura sustracción en -primero a través de la lectura, después en seminarios, cursos
la perspectiva del. materna). y conferenciasen las más diversas ciudades- una orientación
Preset~ttición 13

decisiva en el psicoanálisis. (Es por eso que, frente a la alter-


r.xt.fución de cualquier enunciación colectiva y la exigencia de
nativa del maestro insustituible y el profesor que se puede
i.ibspuestasparticulares.
sustituir, surgió de alguno de nosotros la figura del mentor,
Una de las respuestas de Miller se encontrará en este libro,
con sus particularidades históricas.)
rTiirindodice "Lacan era considerado 'oscuro' hasta por sus
Orientación decisiva ademfis, porque no se trató s61o de
,ilutnnos. E1 enigma exigía un descifrador. Es 10 que yo fui.
descifrar la enseñanza de Jacques Lacan, sino de extraer sus
riin duda era necesario, para poder 'comunicar' a Lacan, al-
consecuencias inctitucionalec. Es decir, de entender que "el
,riuien
. que amase el estilo de Montesquieu y el de Ctendhal:
monienfo cartesiano" en que Jacques Lacan redujo e1 psicoa-
nálisis al acto de enunciación de su seminario, fue el antece-
dente cuya consecuencia fundó una Escuela.
La disolución de esa escuela, la adopción de lo que llamó
i
5
i
i ii tidez, rapidez, precisión".
Tanto el término "oscuro" como "comunicar" esthn entre
crimiIlas, 10 que implica m uso en al@ sentido figurado.
Además, Miller no define, como su audiencia, su estilo por la
la escuela de sus alumnos, fue el hiato en que su palabra de-
"claridad" Porque, después de todo, la "claridad" y la "OSCU-
finitiva hizo un llamado de amor a las que deberían ser pro-
r i d a d -como el murciélago de la fábula- suelet~mutarse en
nunciadas por quienes iban a cucededo.
to opuesto. Y hasta conf~~ndirse en la brillante oscuridad.
Que alguien pueda crear sus precursores es algo menos
El estilo calificado de nítido, rápido y preciso, supone dar-
misterioso de 10 que parece, si tenernos en cuenta el inevita-
le la última palabra al receptor sin ceder en Ia lógica de la ex-
ble anacronismo del receptor.
posición: "Ningún imperativo de investigaciái cientifica
Nuestra acápite de Borges encanta porque alude a una im-
-leemos en este libro-, ninguna preparación dialktica, ningu-
posible anulación de la linea del tiempo, a una realización on-
na reserva epistemológica jamás refrenaron en rní el impulso
tol6gica del "futuro anterior".
retórico. Del mismo modo como siempre prepar6 el material
La creación de los sucesores es m6s ardua, puesto que im-
de m i s intervenciones, siempre deposité confianza también
plica sancionar a unos como elegidos, entre todos aquellos
en lo que ocurre en el momento, en aquello que el oyente ex-
que responden al llamado.
perimenta como dicho para 61 en ese instante".
Jacques Lacan se abocó a esa tarea, frente a una multitud
impaciente por tornar el relevo, por gozar de los beneficios de .
esa enunciaci6n singular sin tener que responder a nadie por
el valor de los propios enunciados.
Maternas (1 y 11) compilan en nuestra lengua varios articu-
Le Monde pudo enterarse, el 24 de enero de 1980, de lo que
Los de la época de Cahiers pour I'Analyse (sobre diversos pro-
Jacques Lacan deseaba dejar en claro: "A fin que se sepa que
bIernas de "epistemología") y algo de lo aparecido en Omi-
nadie a mi lado aprendió nada, para hacerlo valer. Sí, el ana-
cm? (una publicación ya orientada por el psicoanálisis).
lista tiene horror de su acto. Al punto de que lo niega, deniega
Recordemos, sin embargo, que en 1971 la editorial Siglo XXI,
y reniega -y maldice a quien se lo recuerda, Lacan Jac-
que después editaría los Escritos de Jacques Lacan, public6 un
ques; para no nombrarlo, incluso se indigna con Jacques-
libro bajo el título de Ciencias sociales: ideología y co~zocimiento
Alain MiHer, odioso por demostrarse el al-menos-uno que lo
que induye junto a dos trabajos de Thomas Herbert el artícu-
lee. Ya sin las contemplaciones debidas a los "analistas esta-
lo "Accibn de la estructura", de Jacques-AiainMiIler. La pre-
blecidos". Me parece que la afirmación "nadie a mi lado
sentación firmada por Oscar Landi explica el interés político
aprendió nada" no es un rechazo dirigido a cada uno, sino la
de esa traducci~n,tanto como el clima althusseriana que la
impulsa. Por la misma Ppoca y en la misma editorial, por su- I ino Escuela, porque pensamos que no seda posible sacar la
gerencia de Qscar Masotta, se publica "La sutura". ircuela y el pase de la ensefianza de Lacan. Consecuentemen-
Aquel Miller "autor" de artícuios deja paso al que publica t.c, tratamos de demostrar que esos conceptos son parte inte-
conferencias y seminarios, a partir de las dictadas en Caracas grantes de la ensefianza de Lacan, y que sustraedos es desco-
en 1979. Tenernos, entonces, un recorrido de casi dos décadas, tiocer, en verdad, toda la lógica de su ensefianza."
que se realiza en casteIlano y en diversas ciudades y países. El. Es posible que el lector tenga que recordar la falacia gene-
producto de esa actividad ha sido difundido en parte por re- tica y la falacia de lo colectivo que la psicología ha difundido
vistas y libros del Campo freudiano, como testimonio de un cn el ámbito analítico, para calibrar el peso de las palabras an-
Work i~ Prugress que se realiza en nuestra lengua. teriores y las que a continuación cito: "Por lo tanto, nosotros
La tarea de reseñar la enseñanza de Miller en castellano no deseamos -ni los otros ni Lacan- continuar con la Escuela y
serA fácil, lo que da un valor particular a la muesha que nos con el pase. Sería una escuela para nuestra generación @o po-
llega de la lengua portuguesa. Se parte, como corresponde, dríamos hacer de ningún modo Ia Escuela de 25 años atrás).
del malentendido mismo que es de estructura para avanzar Debimos hacer una Escuela sin Lacan, cuando antes sólo se
hacia la Idgica y la ética, la clínica y la cultura. conocía la Escuela hecha a la medida Lacan. Trabajamos mu-
Las paradojas del psicomálisis nos introducen en el tema cho y practicamos mucho más que en tiempos de Lacan".
de la Escuela de Lacan: encontrarnos en ese momento conclu- Eluciducih de Lacan se lee con gusto, sólo hace falta que ca-
sivo el precipitado de la enseñanza que el conjunto del libro da lector se tome su tiempo, lo que implica dar crPdito a lo
expone. Se trata de la Siftlichkeit, de la moralidad objetiva de que ocurre en estas páginas.
Hegel, en tanto está en juego la particularidad de la causa .
analítica. Esas últimas cincuenta páginas -Ultimas, aunque GERMAN LEOPOLDO GARCÍA
anteriores a la puntada final de la imagen reina y los docu- Buenos Aires, mayo de 1998
mentos correspondientes- ponen en juego el conjunto de los
problemas que se plantean en el pasaje de una versión carie-
siana del saber hacer, a la composición colectiva de una Es-
cuela. Resumen, en pocas líneas, problemas cuya resolución
consumió décadas de tropiezos que el. mismo Jacques Lacan ,
no pudo evitar.
"Luego de la desaparición de Lacan (no voy a decir des-
pués de Lacan, porque no creo que estemos después de La-
can) -dice Millerl de su dirección politica del psicoanálisis,
sus alumnos tiavieron que tomar una posición frente a la Es-
cuela, al concepto de escuela y al de pase. Y hubo allí un gran
clivaje, lo que es un hecho objetivo. La gran mayoría de esos
alumnos decidió continuar sin Escuela y sin pase y sólo un
pequeiío grupo,'ya desde e1 comienzo, decidió continuar con
la Escuela y con el. pase y formó la Escuela de la Causa Freu-
diana, lo que es un hecho histórico. Deseamos continuar co-
"El estilo es el hombre" dice Buffon. La frase se convirtió
en proverbio. Es el hombre pero, corrige Lacan, "...aquel a
quien nos dirigimos".
Este principio, por ser parodia, no deja de ser menos fun-
damental. Para ser comprendido por el otro tengo que hablar,$
'0-
c
E1

su lengua. Y por lo tanto es el oyente, el lector quien tiene el 4 3


poder en la comunicación (por eso los medios no se cansan de Q d
sondearlo para saber qué quiere). b-" 3
\$-
Lleyándolo al extremo, es el lector quien escribe, el oyente
qiien habla por- mi boca, el propio receptor quien emite $ -'
meirisaic,
Nada mejor que la presente recopilación para comprobar
esa inversión de la comunicación. No hay aqui una sola pala-
bra impresa que no haya sido dicha en Brasil y que los brasi-
leños no me hayan hecho decir. Sólo vine a decirlas aqui, a lo
largo de todos estos años, por iniciativa de los brasileños. Si
mis afirmaciones no hubiesen sido grabadas, transcriptas,
conservadas, ocasionalmente publicadas en alguna región
por ellos, esta recopilación no existiría, como tainpoco existi-
ría si todo eso no se hubiese reunido, corregido y ahora ectita-
do. Esto también se lo debo a los brasileños. En s.uxna, &te es
un libro brasileño, hecho por y para brasileños (y no soy sino

-
el lugar de paso, la ocasión, el médium).
Digamos que me presté al deseo del Otro. iHá~asetu vo-
luntad! Aún es preciso elegir a nuestro Otro... Mejor elegirlo a *
nuestro gusto, lo que para mi quiere decir: con bastante dic-
cernimiento como para que este no desee hacemos e no nos
16 Jacques-Alain Milla Prefacio 19
1

haga demasiado mal. De (casi todos} mis Otros brasileños lo


l único que puedo es vanagloriarme, y tambibn de haberme
c>i~unciado suyo alcanzasen a uno o a otro, que diera en el
hlanco e incitase al desciframiento, El texto de Lacan no se lee
confiado a ellos. El Otro primordial es el auditorio, y siempre como m rostro. No es que tenga una máscara, no, sino que
tuve en Brasil auditorios talentosos. No hay palabra de esta vehiculiza un saber al mismo tiempo fuera de las sendas ha-
recopilación que no lmya pronunciado inirándolos fijamente, bituales, y que toca lo más íntimo de cada uno. En suma, exi-
1
escrutando sus emociones -interés, tedio, diversión- que con- ge una interpretación. Lacan era considerado "oscu~o"hasta
dicionaban, momento tras momento, el fluir de mi discurso. por sus alumnos. El enigma exigía un descifrador. Es lo que
1 Espiaba en especial las señales de incomprensión, que me ha- ya fui. Sin duda era necesario, para poder "comunicar" a La-
cían inventar nuevos argumentos, hasta que el malestar diese can, alguien que amase el estilo de Montesquieu y el de
¡ paso a la satisfacción y que yo sintiera que acordaban con lo Stendhal: nitidez, rapidez, precisión. Y la frase con la que el
que les estaba diciendo. auditorio siempre me recibe (en Brasil y en otros lugares) es:
Por lo tanto, bajo estas lineas hay un conjunto de rostros, "iQu6 claro que es usted!". Me gustaría que el lector de hoy
ceños fruncidos, sonrisas, tambidn aplausos, y si tuviera que pensara lo mismo -y, en ese caso, nada de preguntas y res-
responder de qué género literario deriva esta obra, diría sin puestas...-.
dudas del arte de la oratoria. Ningún imperativo de investi- Al hojear las pruebas de galera de este libro, transmitidas
gación científica, ninguna preparaci6n dialéctica, ninguna vía Internet, me sorprendió un tono alegre que no puede des-
reserva epistemológica jamás refrenaron en iní el impulso re- mentirse. Veo allí wi mgrito, en el caso que se imagine que lo
t6rico. Del mismo modo como siempre preparé cuidadosa- que da responsabilidad al analista es el dolor de existir: impo-
mente el material de m i s intervenciones, siempre deposit4 tencia, angustia, síntoma, malestar, desgracia. No siempre ad-
confianza también en lo que ocurre en el momento, en aque- vierto esa jovialidad en París. Reconozco que también esto se
110 que el oyente experimenta como dicho para 61 en ese ins- 10 debo al Otro brasileño.
tante. De alll el riesgo que asumí en cada momento Gada vez No me preocupa haber hablado en vano, ya que poco a po-
que me orienté por el deseo del 0tP.o-. Confirmo eso: fui acep- co se fue formando una comunidad y esta recopilación se ha- !
tado tal cual. ce en el mismo momento en que una Escuela despunta en
De allí, incluso, lo no consumado que se evidencia de esas Brasil, asegurando la formación psicoai~alíticadentro de la
afirmaciones, que, sin embargo, se consumaban siempre a la orientacihn que llamé "lacaniana", que es la que yo preconi-
hora fijada por los programas de los seminarios,jornadas, co- zo. Este libro cierra un período, sella una fundación. Al mis-
loquios. Y la no consumido es lo que las valoriza, porque es mo tiempo, les quita a los especialistas una exclusividad, con-
la falta, la hiancia, lo que excita, lo que estimula el pensamien- vocando al lector desconocido, cuyo rostro es para mi ilegible.
to. Me voy contento cuando dejo como huella el contorno de
un agujero. Y dejé muchos de esos agujeros para que se viera JACQUES-ALAIN MILLER
que eran piedras. 1
l
P a ~ í s 17
, de febrero de 1997
¿A qué debo esos vibrantes auditorios que nunca me falta-
ron desde 1981?Yendo directamente a lo esencial, lo que ha-
llo es esto: el enigma de Lacan. Ya se lo conocía en Brasil, pe-
ro no mejor que en Francia. Sólo lo suficiente como para que 1
la imagen de su personaje no impidiese que este o aquel I
X. ESTRUCTURA

San Pablo, 1981


Mi primera visita a Brasil está asociada a la
persona de Jorge Porbes, quien quiso que yo vinie-
ra a San Pablo y supo encontrar las palabras para
convencerme. Fue a partir del seminario, en la ca-
lle Wanderley, que todo comenzó. Jorge fue el pri-
mer director (1995-97) de la BscueIa Brasileña de
Psicoanálisis.

Creo que tanto la produccion teórica de Jacques-Alain Mi-


ller como los títulos que viene acumulando en el devenir de
su vida profesional son sobradamente conocidos por todos
los aqui presentes, lo que me ayuda a evitar llevar a cabo la
tradicional presentación de un conferencista.
Antes de dar apertura a este curso de cinco conferencias,
quisiera decir dos palabras sobre la historia de este encuentro.
La invitación que le formul4 a Jacques-Alain MilIer data ya de
un año y tres meses. Fue a ralz de un encuentro que tuvimos
en el Congreso de Caracas, en julio de 1980. En aquel momen-
to, y después de mucho conversar sobre 10s rumbos del psi-
coanálisis en Europa y en América latina, lo invité a que vi-
niera a hablar aqui a Brasil, más precisamente a San Pablo,
pensando que era importante traer un discurso que se uniría
a los que tanto brasileños como extranjeros profieren aqui en
nuestro medio, preocupados por el desarro110 del psicoanáli-
sis, en especial por las contribuciones de Jacques Lacan. Cada
I persona que habla es portadora de una especificidad, de uri
24 Jorge Forbes 1 Presentación 25

estilo. Jacques-AIain Miler es conocido por el brillo de su


l
Recife, Brasilia, Salvador, Río de Janeiro, San Pablo, Curitiba
pensamiento y por la excelencia de su didhctica. Un produc- y Porto Alegre, testimonia que, desde aquella conversación en
tor tedrico que tanto y tan intimamente convivió con Jacques Caracas, no estábamos solos al pensar que era interesante que
Lacan. Sus contribuciol-ies -sea en el establecimiento de los viniera a Brasil, para poder debatir juntos temas de nuestra
textos de los seminarios o en sus particulares y enriquecedo- área común de trabajo y de investigación.
ras f~rmulacionespsicoanalíticas ya son notables. Luego de Le cedo la palabra.
ese encuentro en Caracas y despues de haberle hecho la invi-
taciónf conversamos mucho sobre la mejor forma de reaIizar
este curso; estas ~onversacionesse continuaron e n París este
ano, en enero, cuando discutimos el programa a seguir en San
Pablo, en este octubre de 1981. Fue grande y extenso el esfuer-
zo para que esto ocurriese, y hubiese sido más difícil si no hu-
biera contado -en las diferentes etapas de preparacidn duran-
te este año y medio- con la ayuda de varios amigos psi-
coanalistas. Algunos desde el primer momento, otros se su-
maron luego y otros son amigos nuevos. A todos, en este mo-
mento, quisiera decirles: muchas gracias.
También quisiera agradecerles a las dos instituciones a las
que recurrí y a las que les ofrecí una conferencia abierta de
Jacques-Alain MiPler. Hablando con él, pensamos en una con-
ferencia abierta en la universidad, dirigida a la comunidad
universitaria, a sus estudiantes y profesores y, tambi&n,otra
conferencia en un hospital psiquiátrico, para discutir con las
médicos. Querría, pues, agradecer al Departamento de Psico-
logía de la Universidad de San Pablo, donde Jacques-Alain
MiZler dará una conferencia el dia lunes 19, a las 15 horas. El
tema ser6 "Psicaanálisis en la universidad". También quiero
agradczer a1 profesor doctor Carol. Sonnenreich, director del
Servicio Psiquiátrico de1 Hospital del Empleado Público Esta-
dual, y al doctor Jgor Sergio Prujansky presidente del Grupo
de Estudios Psiquiátricos del mismo hospital, por haber reci-
bido de tan buen grado Ia propuesta de realizar una confren-
cia que tendrá como tema "Psicoanálisis y psiquiatrla", la que
se realizara el miQcoles 21 a las 21 horas en el Auditorio "A"
de dicho hospital;
Finalmente, desearía expresarle a usted, Jacques-Alain,
que la presencia hoy, en este auditorio, de psicoanalistas de
I

j EL MALENTENDIDO
1

l Una reflexión objetiva sobre el escaso tiempo de mi perma-

l
nencia con ustedes -un apretado fin de semana- me llevó a
desistir de dar las conferencias programadas, prefiriendo en-
tablar conversaciones más largas, más articuladas y, al mismo
I tiempo, informales. Basta la eleccibn del tbrmino "conversa-
ción" para imaginar el tono y el estilo de nuestro encuentro.
Es ésta mi primera visita a Brasil, cuya lengua desconozco,
como ignoro la literatura en lengua portuguesa. Aquí estoy,
respondiendo a una invitacián m y especial de Jorge Forbes.

San Pablo

Estando en Brasil. por primera vez, me resultó muy agra-


dable el hecho de comenzar por la ciudad de San Pablo, que
me trae wr recuerdo muy especial; y como estamos conver-
sando, no voy a dejar de decir lo que me evoca el nombre de
Ea ciudad. Permanecí junto a Lacan hasta el fin de su vida, Sin
embargo, durante tres anos estuve alejado, despubs de los
acontecimientos de mayo del '68. En un seminario en el que
yo no estaba presente entre los oyentes, Lacan usó una expre-
sión, sin nombrarme, pero con suficientes indicios como para
que vinieran a repetírmela. Me comparó con San Pablo, di-
ciendo que me caería del caballo a causa de una revelación
política. Ante tal observación, cambié el mmbo de mi existen-
cia. Monté de nuevo, como San Pablo, esta vez sobre el caba-
llo lacaniano, yendo ahora aún mas lejos que el apóstol. Co-
mo San Pablo, tomé la posición de organizar y difundir una te, sino que es estructural. Intrínseco a Ia comunicación, con-
verdad. 81,en la historia del cristianismo, fue portador, orga- lleva indirectamente el sentido; y vale la pena saberlo cuando
nizador y propagador de la verdad de Cristo. En este viaje, en se inicia una conversación.
Argentina y ahora en Brasil, hasta podría Uegar a imaginarme La enseñanza de Lacan, y ciertamente algunos cle ustedes
ser San Pablo...pero si digo esto es para protegerme de dicha han tenido ya la ocasión de descubrirla y comprobar Ia difi-
idea y para que no haya confusión. La verdad del psicoanáli- cultad de introducirse en ella, tiene en cuenta este malenten-
sis m tiene nada que ver con la verdad del Evangelio y tal vez dido de estructura, lo que les evita creer que se la comprende
sea la razón por la cual esa verdad no es agradable y no pro- de inmediato: a1 especular sobre lo que leyeron, descubren un
mete salvación. malentendido y esto Ios involucra.
La sala donde estamos, en la clhica de Jorge Forbes, es Eso condujo a muchos lacanianos a refugiarse en la oscu-
acogedora, favorece la proximidad y diré que incluso da la ridad, aunque ustedes ya se habrán dado cuenta de que ése
apariencia de intimidad. lo que nos es muy útil para acortar no es mi método. No me identifico con el doctor Lacan. ~Sufi-
la distancia que de hedio nos separa a ustedes y a mí, que ciente con que haya habido uno y que no fue uno cualquiera!
nunca tuvimos oportunidad de hablar. Debo decir que no sé No utilizo los recursos inherentes a la dificultad de expresión.
c6mo es la práctica del psicoanálisis en Brasil, me faltan refe- En e1 fondo, al discurso que especula sobre su propia diiicul-
rencias y para establecerlas debería escuchados largamente a tad conviene que le corresponda otro que especule sobre la
fui de tener una idea consistente de vuestros dichos; pero, m propia claridad: espero mantenerme en esa dimensión y ha-
vez de eso, me toca a mí hablar. Me gustaría conocer sus in- blar con toda simplicidad.
quietudes sobre el psicoanálisis. Como contrapartida, les co- El inconsciente en el sentido de, Freud, tal como Lacan 10
mentaré lo que me ocupa en este momento, teñido para mí retorna y lo demuestra, está hecho, está entramado de ma-
porla muerte reciente del doctor Lacan. lentendido~que se depositaron, se inscribieron en el sujeto
y de manera singular determinaron lo que puede scr deno-
minado -a partir del psicoanálisis- "su destino", A partir
Malentendido del psicoanálisis se podrá recuperar lo que d e repente se
comprende oblicuamente, lo que permite resituar al sujeto
Utilicé la palabra "conversación", bastante poco lacaniana, en su senda.
pues en el fondo no se puede disimulas que la conversación,
lejos de permitir la comprensión mutua, alimenta el malen-
tendido. Sólo un tipo de conversación tiene posibilidades de Un caso clíraico
superarlo: ia conversación analítica, evidentemente muy es-
pecial en su dispositivo. Traigo como ilustración un caso del cual tuve conocimien-
El inalaitendido entre los seres hablantes y los habladoe to en Buenos Aires, en m control, la semana pasada. Se trata
(tesis de Lacan) explica la ambig(iedad entre ambos, para lo de una mujer a quien su padre le dijo, en un contexto cual-
cual Lacan creó el término parl?tre (ser hablante), cuya traduc- quiera, probablernenie anodino: "Nunca serás nada". Ella es-
ción en portugués @da-ser), me han dicho hace unos instantes, cuch6 esta frase y entendió que la misma le marcaba la posi-
woca sentidos que modulan de manera valiosa la expresión ción fundamental en su existencia. Sin saberIo, se apegaba a
francesa, ese malentendido que no es accidental ni contingai- ese dicho paterno: todo lo que presentaba como síntoma 10-
graba ordenarse a partir de ese dicho, del cual ella habia he-
finido, donde ninguna sustancia es atrapada. Así es el estilo
cho su propio síntoma.
de vida de la paciente. Si ella dejara a ese analista, despu6c de
Ya se habia psicoanalizadovarias veces y ésa era su depen-
haber tenido ya otros tres, seguirá de analista en analista,
dencia esencial. El gran problema de su vida era el vktigo,
pues a medida que en análisis su síntoma adquiere consisten-
una cuestión evanescente, pues todo giraba en torno a1 miedo
cia, ella se escapa, huye de los analistas, a los que ve como en
de tener vértigo. Actualmente lo que más la inquieta es la au-
serie, sin detenerse en ninguno, porque no quiere saber qué
sencia del miedo de tener vértigo. Su vida adquiría consisten-
hav en el fondo de la cuestión. Frecuenta a uno de los analis-
cia a partir de ese síntoma, hablaba de él a su anaiista corno si J

tas durante cinco años, siempre con el mismo problema, ei.


fuese una persona (dicho esto por el propio analista). Elia de-
cual desapareció con el desvanecimiento. la fuga de la propia
cía: "mi síntoma, mi sintoma desapareció, mi síntoma va a
paciente. Lo interesante del caso, repito, es el desvanecimien-
volver, mi sintoma está ahi", como si fuese un compañero.
to, no hay otra cosa.
Podemos escribir a ese sujeto afirmándose en su depen-
Traigo este caso clínico como ejemplo de la eficacia del ma-
dencia, al modo de Lacan, con una S maycscula y tornarlo co-
lentendido. Finalmente es posible aislar la palabra determi-
mo fórmula de partida. Lo interesante del caso es el extrernis-
nante de la esencia de su vida y el significante que la coman-
mo de la posición subjetiva de asumir, hasta las últimas
da. En eso consiste la experiencia analítica, Su padre tenía tal
consecuencias, ese nada proferido por la boca paterna, tomán-
importancia para ella que podría haberle abierto el camino
dolo al pie de la letra. He aquí el malentendido. En ese senti-
para la histeria, que la libraría del síntoma, curándola. Hay
do, el hecho sobrepasa sensiblemente las intenciones cons-
otro obstáculo, que es la relaci6n del padre con el saber: siem-
cientes que el padre había puesto en eso. Después de e v o -
neme el caso en veinte minutos, intentamos realizar una
pre que la hija le hacía una pregunta, el padre le daba un li-
bro. La fórmula del discurso de la histérica en Lacan, indica-
consh.ucci6n y verificar si el material traído la confirmaba. En
ría que ése era el obstáculo para que ella pudiera -como una
ese momento el analista me dice: "M,sabe, me acuerdo de
una frase del padre, que ella mencionó". La consistencia del
histkrica- referirse a un significante amo, para hacerle produ-
cir ese saber que ya le llegaba hasta el cuello.
síntoma indicaba la negación de ese punto decisivo. Lo inte-
resante del caso es saber cómo ese síntoma se constituyó. El
vértigo no es verdaderamente el sintoma, pues de hecho ella
Saber demnsiudo
tiene miedo de tener vértigo. Pienso que alli se puede distin-
guir un síntoma 1, que sustenta el síntoma 2: miedo de tener
No se debe saturar a los otros con saber, es preciso mode-
vértigo. Y, en defmitiva, cuando ella lleg6 a este último ana-
ración, no atosigarlos, impidiéndoles vaciarse... Ésa es mi
lista, el síntoma era la ausencia del miedo de tener vértigo,
preocupación: sofocarlos con una serie de c h c o conferencias
que la aterrorizaba porque su miedo de tener vértigo era, si
en dos días, causando la incomodidad de forzarlos a una in-
puedo decirlo así, lo que la sostenla.
gestión de saber. Tengo que cuidarme para mantener el estilo
Éste es un caso sobre el cual he meditado desde que me fue
coloquial.
relatado. Y si continué en el vacío de mis pensamientos es
Esta última semana tuve el privilegio de escuchar a Borges
porque el síntoma está constituido por el vacío, por la vacui-
durante dos horas en su casa. No puedo decir que 41 me escu-
dad de1 sujeto, que no tiene sustancia, presenta algo de eva-
chaba, pero tuve el cuidado de no hacerle preguntas sobre
nescente y de vertiginoso. El vértigo está en el retroceso inde-
psicoanAlisis pues no lo tiene demasiado en cuenta. De cual-
quier modo, su conoumiento sobre la materia ankrior a la la cultura francesa de los años '60? Él fue notorio hkrnacio"
y no contiene rdeien~iaalguna a la obra del doctor nñlmente el momento en que la ~nfiuenciaCMsartrismo en
Lacan que con certeza desconoce. hdagué sobre su relación prancia se debilitaba y 10s estruct~alistaspasaban a primera
'On la l i t e r a k a francesa, a 10 que respondió de buen grado. fila. han he&* como un tren, han puesto a Lacan
Debo Rconoc@rque había un nexo entre mis preguntas y sus lo han a viajar, difundiéndose por gran parte
aunque 61,visiblemente, no conociera la situacidn pluieta en las regimes en donde las cosas se dejan difundir.
junto
le
Ouo para oírlo. iEs algo difícil para un ciego! Pero a 41 no
parece que cuando el diálogo se lleva razonable-
1, con
~~d~ era -diatamente
Se
pre-compredido Y
sin embargo, a percibir qne su caso es
bien, le gusta hablar indefinidammte. cantó un tango, diferente pues el hterés por él perdura hace mucho tiempo Y+
recitó versos de Mallarmé, a quien, por otra park,encuentra jmtamente, con relación ai malentendido. Todavía no fue bien
de gusto; tuvo una palabra malintencionada para mn
Joyce, habló de su familia. Es lo que L~~~ denomina el dis-
, en todos sus aspectos, no han logrado encuadrar'0 ni
medirlo. Y es muy probable que S U discurso haya encontrado
corriente: 10s interlocutores se dándole la ni ~ ~un punta
~ de ~ aplicaci611,
i l pero no sé exactamate
'Pohnidad de reiterar lo que se presata como una especie vez para situar a Lacan sea necesario coloca*1o en una
de discurso cuyo oyente es siempre el misino, pues le red de oposiciones, la que atañe al significante Y CUYQ
es dificil individualizar la presencia que le traen, no teniuido en la diferencia. El significanteLacan vale como o ~ o s i -
Otra posibilidad más que la de reanudar siempre el mismo si@finificanteMelanie Klein, al psicoanálisis de grupo! a
discurso. la terapia familiar, a terapeutas que practican la acción
Lacmdecía; "&dos monologan". Es eso lo que implica el tn sobre el werpo, a todas las prácticas que involucran
es-
que definitivamentetodos monologan. s610en
debido a la manera en que el
el ~~icoanálisis,
tado de conciencia, como las drogas, por ejemplo- iToda esta l
se presen- red de oposición es necesaria para situar a Lacan e*actamen-
existe unaPequeh h c e de m0nologar de otro modo, te ~ a c a se
n sitúa en, Brasil? ¿La red de oposiciones esta-
Para Ser prudente y no elogiar la Operaci6n en ocasiones ver- ,& construida o deshecha?&te es el tipo de preguntas que les
figinosa. pretendo hacer, cuyas respuestas son de interés.
Generalmente se comprende a la persona ya antes de co- Hace ya más de aiio que me preocupa el malentendido
a y allí está el malentendido, la pre-compren- acerca de Lacan.
1 sión.
Cargo un cierto número de significantes gracias a los cua-
les se puede aislar mi persona; se espera entonces que yo m-
rresponda a mi reputacidrt! sin importar si es aduladora, co-
mo la que escucharon m la introducción de mi amigo Farbes,
o si aterroriza. Esperar que yo me comporte conforme a lo que Ese tipo de malentendido no tiene ninguna importancia:
se presupone ya está comprobando la existencia del malen- Lacan era un clinico excepcional En ocasión de su muerte, un
tendido. Debo decir también que el lugar es determinante; profesor de psiquiahia, no psicoanalista, que conoci6 a Lacan
por ello es que aprecio este lugar retirado, donde podemos cuando era un joven residente, me comentaba cáno quedó
respirar libremente. impresionado, y aún continuaba estándolo después de tantos
años, por el cuidado, la precisión, la vigilancia con que Lacan
~ L a c a nno habrá llegado a Brasil como parte integrante de
seguía a sus docentes en el hospital. No es posible imaginar
que un charlatAn, como a veces lo califican, hubiese podido HC detuvo como si ya hubiese dicho todo. Se percibe clara-
permanecer practicando el psicoanálisis en París durante cin- mente que debe haber existido una especie de síntesis que lo
cuenta años, atendiendo al mayor número de pacientes jamás impulsó indefinidamente.Eso es lo que nos debe interesar.
confiado a un analista desde el nacimiento del psicoanálisis. Es e1 caso del desarro110 de las consecuencias de su hipóte-
Era censurado por sus sesiones cortas, pero debe verse el la- sis de partida, de Ia cual proviene todo el inconsciente estruc-
do positivo de las cosas. En la cúspide de su carrera, él aten- lurado como un lenguaje. Esta fórmula la escribí yo: toda la
día desde las 630 de la mañana hasta las 8:30 de la noche, y rwseñanza de Lacan es el desarrollo de esa hipótesis inicial.
no estoy exagerando. Solamente con una pequeiía pausa pa- Ilespués de escribirla, no obstante, tengo deseos de corregir-
ra almorzar y llevando a cabo sesiones cortas. Pos lo tanto, es la pues ella lleva a pensar en un desarrollo homogéneo y uní-
posible hacerse una idea de lo que podía ser su experiencia. voco mientras que, en verdad, su enseñanza fue hecha de
¿Es posible imaginar un charlatán practicando el psicoad- constantes rectificaciones, de confrontaci6n entre las conse-
lisis durante cincuenta años. teniendo muchísimos pacientes cuencias.
y habiendo sido los titulares de todas las sociedades psicoa- He aquí e1 Lacan que se debe abordar: no el Lacan eterno,
naliticas de Francia, ligadas o no a la Internacional, ex-anali- 170 el Lacan teórico que daba respuestas en términos que na-
zantes suyos? iNo seria más razonable tener una idea de rec- die comprendía, sino el Lacan frente a sus problemas que pro-
titud, de constancia Inica en su género? Todo eso me parece curaba no esconder, demostraba sus enojos e inquietudes, pe-
evidente. in no a simple vista. Logró tambikn popularizar algunas de
Son preocupantes los malentendidos sobre su enseñanza. sus expresiones y esquemas. Por ejemplo, la metáfora pater-
Así, estoy interesado en rectificar la puntuación que se hace na, esencial para constituir un mundo normal para el niño: el
de Lacan, pues ese proyecto nos interesa a todos. 81 ha sido metaforizar el Deseo de la Madre por el sigruficante del Nom- !
resumido, simplificado, como si fuese tan sólo el teorizador bre del Padre. Fuerte y robusta conio construcción, pero bien
del significante. Fecha el comienzo de su enseñanza, con el in- simple en el fondo. Es esencial que el padre sea un verdadero
forme hecho en Roma en un congreso, en septiembre de 1953, padre, legislador. Sin embargo, es complicado que un padre
titulado "Funci6n y campo de la palabra y el lenguaje en psi- sea identificado con un legislados, con el Nombre del Padre.
coanálisis". No significa que no estuviera Irabajando desde Eso, en general, produce un psicbtico en la familia. Es Ia lec-
antes, sino que esa fecha marca un corte, el momento en que ción que se puede extraer del caso Schreber: un padre educa-
él, de hecho, habld en nombre propio, dejando de ser un pos- dor en la sociedad, que asumió la posición del Nombre del
freudiano para abrir una nueva dimensión. Esa escansión ini- Padre y lo encarnó con un resultado desastroso. La metáfora
cial dominó efectivamente toda la comprensión que se inten- paterna demuestra que es mejor que el padre no se considere
t6 hacer de su enseñanza. padre eterno, que tome distancia de ese significante y que se-
Hay en Lacan mucho mis que ese aspecto. Y esto no es crí- pa que no hay incompatibilidad entre el matriarcado y el
tica, sino a1 contrario, él mismo rectificó y desarrolló su orga- Nombre: del Padre, estructura secreta que toda familia cono-
nizacih inicial. Continuó su enseñanza durante casi treinta ce. Allí también surgen graves malentendidos. Los consejos se
años, con un seminario semanal durante mucho tiempo y lue- volvieron una especialidad internacional y una industria:
go cada quince días. "Cómo educar a su lujo". Y es extraordinario cómo, a medida
Es necesario encontrar el resorte impulsor de esa enseñan- que el discurso de la ciencia se difunde en el planeta, los se-
za, que siempre lo hizo avanzar. En ningún momento Lacan res llamados humanos son situados como ignorantes, todo
debe ser objeto de educación, es necesario enseñar todo. Sólo p afirme, esa tesis no debe ser considerada como una inven-
se les da consejo a las madres, a los padres se los aconseja mu- rih, pues una vez lanzada pasa a ser la evidencia que con-
cho menos. Mejor, porque así el malentendido no causa tan- cierne al inconsciente, tal como lo constituyó Freud. No exis-
tos estragas. Hay un ejemplo típico de malentendido sobre la I.c otra cosa en la experiencia analítica más que el lenguaje. La
obra de Lacan, un bello caso de psicosis que fue presentado experiencia analítica está hecha de todos los medios de los
en Buenos Aires en el Hospital Italiano. cuales el analista se priva, de todo a 10 que 61 renuncia, de
Fue un padre que se torno muy en serio el Nombre del Pa- darle palmaditas en la espalda al paciente, de manejar su
dre, un malentendido también. Es dramático el caso de ese cuerpo, de darle un cigarrillo de marihuana, de atenderlo jun-
hombre de 66 años que se desmoronó. Su nombre de pila es- to con papá, mamá, niños ...N o acepta la terapia familiar. El
tá pleno de sentido al igual que el de dos de sus hermanos, psicoanáiisis es una terapia familiar, toda la familia está pre-
son nombres de geniales inventores de la humanidad. Eso sd- sente bajo el significante; aún más presente que si el paciente
10 da una idea de cdmo era su padre. Como Schreber, é i escri- trajera su casa.
bid sus memorias y las divulg6. Funci6n y campo de la palabra y de1 lenguaje es lo que so-
Si hubiera interés, trataré de rever este caso. Por el mo- bra cuando se saca casi todo. Por lo tanto, esa proposición de
mento, vuelvo a lo que me parece esencial. Lacan debe ser tomada como evidencia, aunque haya allí rnu-
Lacan no se fijo a la posición proclamada en el Informe de chas otras cosas. Nadie está obligado a analizarse, hay quien
Roma. Eso aparece en su texto principal, el más difundido prefiere andar por La playa ... Felizmente, eso en Brasil se hace
justamente por haber interesado a mucha gente que estaba porque sí; no es necesario, como en los Estados Unidos, una
por fuera del psicoanálisis. terapia especial para pasear por la playa. Es posible que la
Este texto, nacido de la orientación del Morme de Roma, inanipulición del cuerpo dé resultados en cuanto a la posi-
se denomina "Instancia de la letra", por cierto muy conocido ción subjetiva. ¿Por qu6 no? Esas terapias, sin embargo, apa-
aquí, y donde desarrolla la metáfora y la metonimia, a partir recen y desaparecen conforme a la moda, mieniras que el psi-
de la oposición aidada por Jakobson. Son figuras de retórica coanálisis viene resistiendo. Existe una teoría de Lacan en
conocidas hace siglos, que Jakobson hizo funcionar una en re- psicoanálisis, que precedi6 a la instauración en primer plano
laci6n a la otra. Lacan señaló en La inlnpretocidn de los sueños del significante y del lenguaje: la que hace de lo imaginario la.
cómo funcionan esos d o s mecanismos esenciales, peemitien- dimensión esencial del psiquismo. Por ende, la tesis, que va-
do simplificar, retraducir, abordarlos de nuevo de manera
le como evidencia, no es el comienzo de lo que dijo y reflexio-
más sólida, aunque simple, a travds de pequeños maternas o nó.
fórmulas; en fin, articular lo que Freud había descubierto con
la Paumdeufung.
Creo que la camprensián, el malentendido sobre Lacan es- Esfadio del espejo
tá marcado en ese texto; no se trata de criticarlo sino de estu-
diado, como recientemente hicimos en París, durante todo un No voy a rehacer la historia del pensamiento de Lacan, pe-
año, ro comentar6 algo del comienzo de su exposición sobre el es-
Por otro lado, eso indica un Lacan no suficiente para noso- tadio del espejo que fue resistido,
tros. Con d Informe de Roma, él introdujo la tesis, aún domi- Lacan hizo su entrada en el psicoanálisis presentando una
nante, del inconsciente estructurado como un lenguaje. Como observación en el Congreso de Marienbad, en 1936. En ese
El malentendido 39

momento, Ernest Jones le impidió seguir hablando, alegando


que habían terminado los diez minutos que tenía para hacer- pasaje de una identificación a otra, hacienda suponer que la
lo. Lacan tuvo siempre, hasta el final, un resentimiento contra imagen tiene efectos reales. La prueba, según Lacan, está en la
Jones, cuya intervencihn fue una pena, pues provocó que La- ctologia animal, que demuestra de modo claro la real eficacia
can no dejara su comunicaci6n, y Freud, que de esta manera [lo la imagen. En los Escritas es posible encontrar referencias a
hubiera podido tomar conocimiento de ella, nunca la leyó. He la paloma, a la langosta y a otros animales. En el fondo. admi-
aquí los encuentros frustrados. timos que esa teoría tiene consistencia. aunque sepamos bien
A partir de la conceptualización de "El estadio del espejo", cuhl es el obstáculo con el que se topa: no todas las identifica-
vivió otras experiencias muy importantes. Asisti6 al primer ciones son equivalentes.
seminario en Francia sobre Hegel, a cargo de Kojhve, del cual Al salir del complejo de Edipo, existe una nueva identifica-
participaron, entre otros, Aaron y Queneau. Efectivamente, ción del sujeto que le permite constituir su mundo de manera
fue un momento importante en la historia de la intelectuali- ~bstabley tener buena relacidn con los objetos. ¿Dónde esta la
dad francesa. diferencia entre esas identificaciones?¿Por qué la segunda tie-
iie ese mérito? ¿Cómo se fórmula la presencia de la imagen en
cl inconsciente? Una cosa es tomar ejemplos en la etología ani-
Hegel, el esfadio del espejo y mhs nE1d inal, sin necesidad de tener una hipótesis sobre ef inconscien-
te, donde estamos en presencia de hechos con caracteres de
En esa época, Hegel estaba absolutamente proscrito: la automatismo, observables hasta en algunas especies de peces:
universidad no admitía cursos sobre él. Sólo a partir de 1940 los congéneres se reconocen, existe la relación de los sexos, de-
-por iniciativa de Merleau-Pon% Sartre e Hyppolite- Hegel be haber una fbrmula por la cual el macho se relaciona con la
se volvi6 un autor reconocido por los fiiósofos académicos hembra y viceversa. Allí puede surgir la simulación y todo
franceses. El estadio del espejo no es ciertamente una expe- puede desarrollarse bien, basta con destacar los rasgos perti-
riencia pura, y si Lacan hivo k sensibilidad necesaria y la teo- i~entec.Allí esta la relación sexual en el sentido de Lacan, no
rizó es porque ya estaba en su cabeza el esquema hegeliano las relaciones sexuales sino la relación como formula que, se-
del amo y del esclavo. El estadio del espejo es aparentemente gún SU tesis, no existe en nuestra especie animal.
una experiencia. aunque en verdad es un fenómeno empírico, Vi, si no me equivoco, el valumen de Desmond Morris en
un paradigma del amo y del esclavo. De inmediato el ego la mesa de la casa de Forbes. Ese etólogo ya fue sabio en otra
queda situado en la posición de amo parasitario. No se trata, ocasión, antes de comenzar a realizar cosas dirigidas al gran
sin embargo, de rehacer ahora la historia: lo interesante es la público, como EI mono desnudo. Es siempre divertido confron-
teoria que Lacan extrajo de alli, afirmando que lo esencial en tar la especie humana can la especie animal. el intenta escri-
el psicoanálisis es la función de las identificaciones, lo que bir tratados sobre el comportamiento humano, tomando co-
constituye su teoría antes de evidenciar la función del signifi- mo molde el comportamiento animal. Es exactamente en el
cante. El sujeto durante toda su vida es captado por imágenes tema del sexo donde reside el obstáculo; respecto a la sexua-
a las cuales se identifica sucesivamente y, por lo tanto, su ego lidad no es posible aislar los rasgos pertinentes a cada espe-
es, como dice Freud en uno de sus textos,un mercado persa, cie. No se puede decir que el hombre desea a la mujer en las
identificaciones que pueden ser contradictorias entre sí. mismas condiciones que los animales. Es por ello que todos
Los momentos esenciales de la vida están marcados por e1 buscan secretos, se apasionan por el problema, pero no es po-
sible preguntarle a cada uno y revelar individualmente los ca-
sos. El único rasgo pertinente al género humano aislado kas-
ta ahora es la dilatación de la pupila: minuciosas experiencias Evolución de ln enseñanza de Lacan
de psicólogos habrían demostrado que el hombre, en general,
considera mAs erbtica a la mujer cuya pupila esta di1atsida.l Es lo que 41 dice de un texto que figura en los Escritos, pa-
¿Por qué todas las identificaciones no con equivalentes y co comentado, y que complementa el Informe de Roma. Uti-
subsistan en el inconsciente como imágenes? EI inconsciente liza allí frases singulares, pues al lado del amplio Informe de
tiene oídos y es allí donde se complica, por el malentendido. 1953, donde introduce la función y el campo de la palabra y
Por otro lado, incluso en el detestable esquema de la segunda el lenguaje, ese texto parece vaIer poco; en s6to una decena de
t6pica de Freud, criticado por Lacan en Caracas en su último páginas formula algunos conceptos expresados en El Semina-
seminario público, hay una especie de orejitas, Freud señala- rio 12, Los cuatro coplcepto~fiknd~mentales del psiconndlisis. Nadie
ba que el superyd estaba formado por residuos auditivos. El imagina que ese pequeño texto apunta a equilibrar el prime-
inconsciente tiene orejas y no ojos, aunque no escuchen con- ro: veo allí el inicio de la rectificacih en h c a n , cuanda la fun-
sejos y sea éste el motivo de la existencia del psicoanfilisis. ci6n del objeto en psicoanálisis toma wi lugar esencial en su
Lacan, en una época, para dar cuenta de la subsistencia de teoria. Fue el énfasis puesto en el deseo la base de su discur-
la imagen en el inconsciente, utilizaba el t6rmino imago. Eso so durante diez años y continúa siendo un término relativa-
no era, sin embargo, muy ventajoso. La palabra era ambigua mente popular, el deseo en oposici6n a Ia demanda. Es en ese
entre la imagen real y la imagen que subsistía en el incons- momento que dicho 4dasis se desplaza sobre otra cosa, que
ciente. Ya mostré que al introducirse la función simbólica se no tiene la misma Iey de funciot~amiento,que es el goce. No
separan los dominios: por un lado, lo imaginario -lo que es se llegó a observar c6mo Lacan cambió la purituaci6n entre
efectivamente del orden de la imagen-, por el otro, lo simbó- deseo y goce, lo que explica que fue llevado a reelaborar la
lico -lo que es del orden de la inscripción significante-. A par- cuestibn del goce femenino,que desde los debates de los años
tir de allí es posible distinguir las identificaciones imagina- '20 y '30 permaneciera como una incbgnita para Freud y para
Ms,siempre agresivas, como en el estadio del espejo -el otro, rniichos psicoanalistasa
a quien me identifico, soy ya mismo-, estructuradas sobre un: La cuestibn de1 deseo atormentó muchísimo a Lacan, pues
"el otro o yo". Son identificaciones guerreras, que no traen es- sería abreviar demasiado buscar una definición dada por él
tabilidad ni paz. c?n determinada página y decir: "Para Lacan el deseo es...".
En segundo lugar están las identificaciones simbólicas, No es de este modo como se lee a Lacan; es preciso saber que
que reposan sobre la mediaci6n de Ia palabra y que operan de dc un lugar a otra procuró delimitar algo. Ese deseo no exis-
modo totalmente distinto. Fue como surgió lo simbólico en tió desde siempre, por el contrario, siendo una definición su-
Lacan. para resolver la situación de la guerra imaginaria con- ya, es un concepto creado, que ademas conlleva sus propias
tenida en el narcisismo. dificultades, que recorta m á s o menos bien los hechos clini-
Existe, por así decir, una verdadera noveia que se desarro- cos. Esos conceptos se van transformando muy sutilmente. Es
lla a partir de ese punto y un corte en la enseñanza de Lacan, t~reciso,incluso, estar atento a las rupturas que puede infligir
que 41 mismo señaló y que nunca fue notado. n sus ideas. Todo eso está en tos Escritos: es un libro mucho
inhs voluminoso de lo que parece, como si fuese una bibliote-
cii en un solo libro, con transformaciones extremadamente su-
1. Por eso mísmo, las "damas romanas" usaban jugo de "belladona"
para dilatar Ia pupila y volverse m6s atractivas (N. del T.). tiles y minuciosas.
Precise decir aún una palabra antes de darles la oportuni-
42 Jncques-Alaii~Miller

dad de decir la suya. Estoy de acuerdo en enfrentar ahora con que Freud esctibió sus famosos "Cinco psicoanálisis" (que no
ustedes la cuestión del significante, que es mucho más com- tienen el. mismo estatuto porque no analizó directamente a
plicada de lo que seria si Fuese s6l0 un fonerna o una palabra Schreber, tampoco al pequeño Hans, lo que hizo fue publicar
y que supone la reducción de la interpretación analítica a u n su trabajo) y que Lacan no publicó casos clinicos. ¿Existe al-
juego de palabras. Se puede pensar así al leer "La instancia de guna explicación para esto?
la letra...", y sin duda esa dimensión está presente en el inter-
pretar analítico, pero manejar el significante es más complejo J.-A.M.: ]Seria formidable que Lacan lo hubiera hecho! Ex-
que jugar con palabras. Lacan 10 introduce, al principio, como ceptuando el hecho de que tenia publicado un interesante ca-
función mediadora esencial -una manera bastante optimista so psiquigtrico en su tesis, defendida en 1932 4 1 eritonces era
de concebir el significante-. Tomemos como ejemplo de pala- psiquiatra-; a partir de allí se comprometió con el psicoanáli-
bra mediadora, de palabra plena, la conocida frase: "Tú eres sis y realmente no escribió casos clínicos.
mi mujer". Para establecerme como marido debo antes darle Se trata de una paciente que había escrito sobre sus deli-
al otro su identidad, de donde vendrá la m í a . ¡Que maravilla! rios y Lacan se encontrd frente al mismo tipo de material que
Sin embargo, el Lacan posterior hubiera sonreído a raíz de es- Freud había tenido en relación a Schreber.
te ejemplo, que aparenta inscribir la relaciíin sexual a nivel de Frecuentemente, tenemos una idea un tanto simple de lo
lo simbólico. que es un caso. Lo vemos como la novela de una vida: ante-
La religiiin dice lo mismo, utiliza esa ausencia y la explota cedentes, desarrollo y eventual resolucibn.
para proponer en su lugar un artificio de relación sexual, a En el psicoanálisis existe aún otra dimensión que, siendo
condición de realizar algunas operaciones simbólicas rii-uali- e timológica, es la que se ajusta y, en sentido psicoanalítico, Ias
zadas. ¿La diferencia de los sexos podrá ser colmada por pa- formaciones de1 inconsciente pueden stiscitar casos. Estamos
labras mediadoras? El Lacan de 1970 se habría burlado del hablando de los cinco grandes psicoanhlisis de Freud, pero lo
tacan de los años '50, el Lacan que terminó diciendo que el que él toma en la Psicopatologia de la vida cotidiana o en La infer-
hombre y la mujer en la especie humana can dos razas dife- puefación de los szieZos son casos, cosas que suceden en la vida.
rentes, especialmente las mujeres, que estan allí para encarnar Es necesario extender nuestro concepto de "caso", para in-
el Otro para los hombres. Ese Lacan no podria promover más cluir los lapsus, los actos fallidos. Laca11 consider6 y analizó
el "Tu eres mi mujerf' como la resolución mediadora de un ra- ese género de fragmento. En los Escritos, sin embargo, existe
cismo estructural. un bello ejemplo en el texto "La dirección de la cura". Consi-
En este sentido, proseguiré mañana partiendo del deseo en derar eso es importante para poder conceptualisar qué es un
Lacan y de sus transformaciones
En el psicoadlisis hubo, sin embargo, una crisis de relato
de casos. Tal vez esa práctica sea relativa a un cierto momen-
Debate to, hasta que se percibió que un caso psicoanalítico es siempre
el caso del analista mismo.
P: Mi pregunta es sobre algo curioso: siempre pensé que Freud retorna el caso Dora para decir: "Me equivoqué cre-
había una gran diferencia entre Freud y Lacan. Éste, cronoló- yendo...". ¿Se equivocó sobre qué? Él supuso que el Sr. K y
gicamente hablando, tal vez haya trabajado como clinico más luego 41 mismo deberían atraer a Dora apasionadamente.
tiempo que Freud. Noto como gran diferencia entre ambos Creía en la relación sexual, en la fórmula sexual: la joven con
el joven, la mujer con el hombre. Se equivocó, pues a Dora le Y resolveríamos lo que atañe a la discreción que, a veces,
interesaba la mujer, como histhica que era. impide que se publiquen los casos en el propio país.
La histérica testimonia contra la relación sexual. Ella esth Son &as algunas de las consideraciones esenciales que hi-
concernida por una relación esencia1 a la mujer, por medio de ce el año pasado sobre aquello que perturba al psicoanalista:
la cual hace tambalear a los hombres o por 10 menos intenta que el paciente vaya a leer su propia historia publicada. Sin
hacerlo. duda, el Hombre de los Lobos estaba encantado leyendo su
El caso Dora, a1 ser expuesto por Freud, se vuelve el caso caso, de saber que existía pero, en verdad, eso no le hizo bien.
Freud.
La interpretslcion de los sueños (Traumdeutungl y la Psicopato- P: Mi pregunta es clínica. La fórmula lacaniana de la psi-
logia de la vida cotidiana nos permitieron escribir el caso Freud. cosis a través de la forclusibn, de la Verwerfing, se postula co-
Existe algo verdaderamente indicativo: aunque el psicoa- mo función del inconsciente no semejante a lla de la represián.
nalista se rehúse a publicar casos porque sabe que se expone ¿Cómo se pueden comprender las íunciones metonimica y
y ese miedo explique en gran medida su abstención, la clíni- metafórica del objeto a, sin ejemplos de casos clínicos?
ca psicoanaIítica es de transferencia y nadie m& que Lacan la
elaboró y reelaboró. Todas sus innovaciones teóricas tienen J.-A.M,:Se puede, sin contar con los detalles de nuevos ca-
consecuencias o fueron elaboradas simultáneamente con la sos clínicos. Lacan retornó lo descubierto por Freud.
teoría de la transferencia. No se identificó con 41, ni crey6 que liabia inventado el psi-
En los textos de Freud es impresionante esa riqueza que coanálisis. En un movimiento de relectura y de critica, extra-
sobrepasa su propio saber. Tales textos requieren escritura, de jo lo que podía transmitir y la Mgica de su enseñanza. Hacien-
tal modo que ella es interminable; nos dio los mitos del siglo do un h s t e dijo que había hecho de la enseñanza de Freud
XX: el pequeño Hans, el presidente Schreber, el Hombre de "jardines a la francesa". No se puede olvidar que Lacan reto-
los Lobos, el Hombre de las Ratas; san nuestra Odisea, nues- rnó una enorme cantidad de literatura psicoanalitica para de-
tra Ilíado. Llegan a suministrar expresiones como "Aquiles del mostrar sus conceptos.
pie ligero". No habiendo sido el pionero del psicoanálisis, curgib en el
Lacan no hizo como Freud. con quien esa vía se habia ago- momento exacto en que la obra de Preud llegaba a su fin. No
tado. trabajó solamente en la enseñanza, sino también en lo que su-
En la revista Ornicar? quisimos abnr una sección sobre for- cedía en la época de Freud y alrededor de éste.
maciones del inconsciente, con pequefios fragmentos. Es muy Intentó precisar el punto de aplicación sobre Dora, el
dificil conseguir contribuciones, incluso teniendo en cuenta Hombre de las Ratas, el Hombre de los Lobos, Schreber, el pe-
que yo mismo a ú n no he contribuido. En la Escuela de la Cau- queño Hans y cada uno de los cinco psicoanálisis. Esta última
sa Ereudiana hoy nos plantean si seria posible reencontrar la obra fue el tema de un año de trabajo y extrajo, siguiendo al
gran vena clSsica. Ésa fue tarnbien la preocupación que inspi- texto de cerca, las funciones que le parecieron clínicamente
ró el tema del encuentro de febrero que fue aprobado por La- esenciales. Fue el primero en Francia en interesarse por Mela-
can -"La clínica psicoanalíüca, casos y fomaciones del in- nie Klein, en traducir a Winnicott en 1955, en divulgar a Ba-
col-rsciente", suponiendo que pudiésemos exponer casos lint y siempre apreció críticamente a Francis Alexander.
act~ialeso retomar los clásicos. Es a través de ese intercambio En su obra existe el privilegio de los casos clásicos que to-
clinico que podríamos sernos más útiles 10s unos a los otros. dos conocen, que todos analizaron, no pudiendo decirse que
El malentendido 47

fueron inventados por el propio psicoanalista para ajustarse a caer. Allí se situó el objeto a, aclarando una serie de cuestio-
su tesis: por eso sirven aún más como prueba. nes, inclusive la del goce del presidente Schreber.
En cuanto a la diferencia entre la forclusi6n y la represión Allí está, en Ia mortificacihn y en el sufrimiento, pero al
y la posicidn de1 objeto R con respecto a la metáfora y la me- mismo tiempo en el goce: él nada en el goce cuando está ves-
tonimia, intentaré elaborar respuestas más detalladas. tido de mujer, el espejo refleja para él la mujer esencial, la mu-
Cuando Lacan articuló la metáfora y la metonimia en "La jer de Dios.
instancia de la letra ..." aún no había inventado el objeto a. Es Lacan dijo que La mujer no existe, a no ser en la psicosis,
verdad que Freud sólo acentuó la castracibn, de manera deci- La mujer Schreber existe.
dida, en los años '20. Y mucho del trabajo de Lacan consistid
en retomar temas anteriores de Freud, reordenándolos a par- P: Nos interesa saber c6mo puede ser transmitido el psi-
tir de la problemática de la castración. Lacan hizo una lectura coanálisis, considerando que el discurso de Lacan nos enseñó
retroactiva. a pensar la diferencia y no la analogia. Si nos ocupamos por
Es preciso estar atentos a hechos que sólo pueden aparecer situar casos clínicos como ejemplos, me parece que aún esta-
a partir de las categorías extraidas por Lacan como: sujeto ba- mos pensando analógicamente. Por otro lado existe ia preocu-
rrado, objeto Q, significante 1, significante 2; las cuales le per- pación por transmitir el psicoanálisis en muchas personas.
mitieran estructurar los cuatro discursos. No es evidente que ¿Cómo se pueden comprender los matemas por fuera de un
tales categorías puedan concernirle a la psicosis. pensamiento analógico?
Recuerdo haberle preguntado en la Sección Clínica -que
por otro lado está publicado en un número de Ounicar?- si J.-A.M.:No entendí muy bien 10 que usted Ilama analogía.
esas categorías eran aplicables a la psicosis. Para sorpresa ge- ¿Lo podría precisar?
neral, respondió que sí; entonces le pidieron que hablara más
sobre ello, y 41 dijo: "Queda para una pr6xima vez" y nunca P: Entiendo por analogía un razonamiento que parte de un
más volvió sobre el asunto. Fue muy gentil de su parte no ha- punto de referencia fijo, una referencia considerada absoluta;
ber respondido, porque durante todo el aÍio de trabajo en la mientras que la metáfora seria un deslizamiento, una sustitu-
Sección Clínica, intentamos hacerlo y también aislar la fun- ción y un movimiento diacrónico continuos.
ción del objeto a en la psicosis, en particular en el caso del pre- En "Función y campo de la palabra y el lenguaje", tacan
sidente Schreber. dice que analogla no es metáfora.
Lacan, cuando habló sobre psicosis, subrayó en el texto del
presidente Schreber, la función del objeto a, aunque no lo ha- J.-A.M.: No existe analogía para la experiencia analítica. En
bía nombrado. Se manifiesta cuando el presidente Schreber se ella, toda referencia está suspendida. Freud intentó verificar
deja perder, momento cmcial en que fue dejado caer. actitudes y dichos de sus pacientes; la única referencia fue el
Es así que Lacan caracteriza al objeto a en una de sus fra- propio discurso, sin los principios de analogía que nos ocu-
ses: precisamente el objeto que cae de la articuIación simbdli- pan. Se puede tener, como máximo, consistencia significante,
ca, el objeto que se desprende de ella. Uno de los momentos y lo que hace el papel de referencia es la lógica y la topología
cruciales de ese delirio es cuando el presidente es un objeto del significante. Para espíritus empiristas, es insuficiente. Pe-
que cae de la palabra divina y se separa de ella. Es más que ro, iqué demuestra la experiencia del psicoanálisis? Que las
una identificación con e1 objeto: él es el propio objeto dejado personas no saben lo que dicen: cuando les repetimos una pa-
labra importante de lo que acaban de decir, pueden sentir un
efecto extraordinario. Lacan partió de lo siguiente: iqué debe EL DESEO
ser el lenguaje? qué debe ser el sujeto para que las personas
no sepan lo que dicen?
Us6 gandes referencias y se dedicó a los casas clinicos de
Freud, ya teorizados por el autor, e hizo otra lectura. Es mu-
cho mejor prueba que traer un caso para apoyar su tesis, y de-
mostrar que los casos del propio Freud la apoyan.
Los casos de Freuci aún son de una escritura clásica, son
las últimas novelas del siglo XIX. Nosotros somos post-joy-
ceanos, post-James Joyce -al que Lacan le consa~róun semi-
-----
" se conta-
-

nario- y no podemos contar mas las historias como Interrumpimos la charla ayer a la noche porque teníamos
ban antes. necesidad de comer y dormir. Toda la cuestion es ésta. ~ E x i s -
te realmente la necesidad de comer y dormir? En psicoanáli-
sis, no se sabe nada sobre la base de la necesidad. Admitamos
San Pablo
al ser hablante hecho de deseo. Para mi, es evidente que no
16-10-81
fui a cenar por necesidad, sino por el deseo de entrar en con-
tacto con Brasil. En cuanto a dormir, es cierto que se duerme
para encontrar los sueños. Podriamos haber continuado ha-
blando, pero otros deseos atravesaron la charla.
El deseo es un concepto complejo, que según Freud puede
ser reprimido y realizado en los sueños y, sobre todo, puede
ser modificado en la experiencia analítica. En verdad, la cues-
tión teórica es saber qué es el deseo. De acuerdo con Freud, es
la esencia misma de la demostración de su experiencia: el de-
seo es sexual. Ahora bien, éste está presente en los animales,
en los que se observan ciclos de comportamiento que ellos si-
guen para realizar el encuentro entre los sexos. Por lo tanto,
ese deseo puede estar relacionado con los ciclos de comporta-
miento cuyo término se da en la satisfacción, pudiendo el de-
seo ser considerado apaciguado.
El deseo sexual, en la medida que determina un ciclo de
comportamiento observable no es le mismo que el deseo que
se interpreta en psicoan6lisis; hay allí un hiato. El deseo que
se interpreta en psicoanálisis es un deseo que por defini-
ción no se conoce; la ignorancia del propio deseo es un efec-
to producido por el dispositivo analitico.
Si el sujeto entra en el dispositivo, por ese hecho se coloca
EE deseo 51

en posici6n de ser interpretable, se separa de su deseo que se su imagen como deseable. Se trata de captar el deseo en la ex-
le torna enigmático. Antes ya lo era, pero en el límite. La dis- periencia analítica, sin desplegar el encanto de la imagen. Si
tancia con el propio deseo es inducida por el dispositivo que hay seduccidn transferencia1 ésta pasa por abstenerse del la-
coloca al sujeto en posición de desconocimiento y, por lo tan- do imaginaria y no por acentuarlo.
to, en posición de que este deseo le sea revelado. La interpre- La tesis de Lacan, una especie de axioma, es que el deseo
taci6n freudiana se ocupa de eso: de desalojar el deseo que en el género humano debe hacerse reconocer.
habita en el sintoma, el. lapsus, el sueño y el acto fallido. Es bastante extraña el hecho de que Lacan haya subrayado
La cuestión es entonces: jqué quiere decir que el deseo se- ese término filos6fic0, extraído de la lectura de Hegel hecha
xual está presente en estas formaciones? ~CUAI es la relación por Kojkve, diciendo que d e todas las figuras que se desplie-
entre el deseo que inviste, formando el lapsus, el acto fallido, gan en la Fenomenologi~~ del espíritu (de Hegel), la central sería
el sueño...y lo sexual que determina m comportamiento tam- el par del amo y el esclavo, cuyo nudo central. se propuso es-
bién en el. ser humano? El ser humano se perpetúa, termina clarecer. Lacan permaneci6 fiel a esa referencia, que lo acam-
conducido a ello de manera extremadamente complicada, lo pañó a lo largo de toda su enseñanza como un materna a1 que
que permite que la especie continúe. Hay alli un hiato que se le va dando, en diversos momentos, sentidos diferentes, La
desplaza en la enseñanza de Lacan, no forzosamente colma- mayoría de las veces, es eso lo que hace difícil captar hasta
do, en las dos vertientes en que el deseo se presenta: la de la qué punto la enseñanza de Lacan se modificó durante su vi-
imagen, que tenemos en común con el animal, aunque se ma- da, aunque él haya permanecido fiel a los mismos paradig-
nifieste en nosotros de modo diferente, y la vertiente en que mas, las mismas expresiones. Él utiliza, por ejemplo, la refe-
aparece ligado al otro. Las dos pueden confundirse cuando se rencia al amo y al esclavo antes del Informe de Roma. Y
trata del otro semejante, especular o imaginario, siendo dic- cuando construye los cuatro discursos en 1970, entre los cua-
tintas si se trata del Otro simbólico. En ese contexto es impor- les está el discurso del amo, con el lugar del amo y del escla-
tante situarse entre la dimensión imaginaria del deseo y la di- vo, lugar que puede ser ocupado por diferentes significantes
mensión simbólica. que permutan: continúa operando con el mismo paradigma
iCuA es la pregunta clínica de Lacan con respecto al de- hegeliano. Existe allí un hiato en la enseñanza de Lacan entre
seo? Explicar, demostrar e inventar su estructura: en la medi- la economía de ciertas referencias esenciales y la riqueza de
da en que el andlisis puede operar sobre el sujeto. Lacan, al las significaciones.
comienzo, encontró el dispositivo analítico y un determinado En la ~e~enomenoiogi~del espírntu, se sitúan frente a frente dos
n h e r o de efectos; no realizó una transformaci6n, aunque la conciencias que deben hacer, por si solas, las mismas opera-
propia construcción lo había vuelto más puro. Su trabajo fue ciones, pues sólo se distinguen por ser dos.
extraer la razón de dichos efectos. Al comienzo tienen las mismas propiedades, y Hegel
TratQndocedel deseo, iqu6 debe ser esa x de la experiencia muestra que la confrontación no implica una si tuación esta-
para que éste pueda ser modificado en un dispositivo que no ble; cada una debe querer dar muerte a la otra. Tomada en
prevé que se despliegue el ciclo del comportamiento sexual? forma pura, la relación dual no puede llegar a un acuerdo,
Dispositivo construido sobre la absfenciíin de tal compor- pues al final cada una debe querer la supresi6n de la otra: en
tamiento y que no está basado en el manejo de la imagen. ese sentido, aparece alli un "el otro a yo" esencial. En esa idea
El análisis se retira de esa dimensión, su fuerza es que 6s- se apoya Lacan cuando considera la paranoia como la estruc-
ta no se presente, que no pueda captarse el deseo ofreciendo tura clínica de base para todo sujeto. En cierto modo, la para-
F

52 J~cquec-AIrrinMilIer EE deseo 53

noia es inactiva y debemos comprender que en el fondo no to- 1


dos somos paranoicos y llegamos a mantener distancia para clavo no sea reconocido. Por el hecho de reconocer al otro, pa-
no atacamos los unos a los otros. rn él existe la dimension del reconocimiento que le hace posi-
Y es a causa de esa incompatibilidad de las conciencias ble fundarse en el otro.
que, se& Hegel, se termina dividiendo en amo y esclavo: el Es una construcción al mismo tiempo seductora y equívo-
amo se enfrenta con la muerte y el esclavo cede ante el nesgo ca, se encuentra en el grafo de Lacan.
de la muerte, porque reconoce al otro pero no es reconocido Es lo que inscribe la célula primordial del grafo de Lacan.
por él. 1
I'or ejemplo, si coloco aquí a un sujeto y allí a otro, es sola-
La definición de amo y esclavo es: el esclavo reconoce al mente con la condicicin de que uno reconozca al otro.
otro y el amo no reconoce a nadie. Hegel concluye que lo He aquí la celula básica del grafo de Lacan, que puede ser
esencial es que en definitiva dialécticamente el esclavo triun- ~itilizadoen varios trabajos de diferentes maneras: escribir el
fa por haber reconocido al otro y es susceptible de ser también circuito del reconocimiento con la ayuda de este esquema.
reconocido simétricamente, y por dedicarse a1 trabajo se va a '
Ilebo, en un primer momento, reconocer al otra para ser reco-
volver la clave de la historia. El amo se afirma en no recono- iiucido por 8. Sólo puedo ser reconocido en mi identidad con
cer al otro, confrontado pura y simplemente con su inevitable In condición de fundarme en un otro. Ese esquema sostiene
muerte. Se aparta de1 trabajo, ante la cuestión de su dominio. las frases en que Lacan veía los ejemplos de palabras verda-
En tanto el esclavo se dedica al trabajo y al goce, el amo per- dcras, como "Tú eres mi mujer".' Esto supone que yo fundo
manece contemplando el asumir su dominio y al mismo tiem- ni otro, mi mujer, para poder existir como marido. No puedo
po se vuelve un elemento fuera de toda diakctica. decir "yo soyf', porque sólo puedo sabedo si el otro concuer-
Fue ésa la ficción que inspiró a Marx, pues contiene la pro- da con el lugar que le propongo. Solamente en el retorno mi
mesa de que el futuro pertenecerá a1 esclavo, a aquel que pro- identidad puede emerger. Otro ejemplo es "Tú eres mi maes-
duce. Es un punto clave en Hegel. Seria interesante para los tro'': Io sera, si yo puedo decir que coy su discípulo. Ahora
aficionados del sincretismo que se imaginase trazar sobre el bien, es un esquema equivoco, porque exige simetría; pero si-
mismo punto las vías de Freud y de Marx, de Lacan y de tUa al otro en una posici6n asimé2rica en relaci6n a la prime-
Marx, a partir de la posición variable del amo y del esclavo. ra, la pura instancia del otro. En el esquema, las dos posicio-
¿Qué se aprende con esta cuesüdn? Que no puedo ser recona- nes pueden ser diferenciadas. Si el otro consiente, el esquema
cido en mi humanidad como un sujeto verdadero, a no ser se vuelve simétrico. Es equívoco, porque puede leerse de dos
que reconozca al otro, que de este modo también me recono- maneras: "Usted me presenta el esquema pero, de cualquier
cerá. forma, es otro", y La segunda, "Usted me presenta un esque-
Hay, entonces, un circuito del reconocimiento. ma que funciona igualmente para nosotros dos". De es un es-
No está lejos del "el otro o yo", pero es el punto en donde quema simétrico, si se lo ve a nivel de las posiciones, com-
el "el otro o yo' pasa por el "el otro y yo": soy yo porque el puesto de dos posiciones asimetricasJ que no funcionan
otro es. La posici6n del amo implica que 61 no reconozca a na- exactamente de la misma manera. Si ponemos el énfasis en
die y que no pueda de esta forma ser reconocido por nadie, una lectura u otra, obtenemos cosas sensiblemente diferentes.
pues incluso el sujeto que lo reconoce, el esclavo, como el amo Es necesario que les aclare, y a mi mismo también, este pm-
no lo reconoce en su humanidad, su reconocimiento nada va-
le para él. E1 amo es efectivamente inhumano, en tanto el es- 1.Lacan opera con Ia homofonia entre las expresiones Tu es ipaafemme
("Tú eres mi mujer") y Ttler mafemme ("Matar a mi mujer"). (N. del T.)
El deseo 55

to de Lacan que mis tarde él mismo rechazo: no es necesario ¿Qué inventó Lacan? Una creación teórica: que el deseo en
que el deseo sea de reconocimiento. juego en la experiencia analítica, el deseo sexual, se inscribe
Desde el punto de vista hegeliano, esa historia no es una en el registro del reconocimiento, está dentro de ese circuito y
cuestión sexual: es preciso que yo reconozca una mujer como depende de la mediación constitutiva. Lo que sucede en un
tal para que sea reconocido como hombre por ella. No es tan punto depende de la mediación, no es un punto aislado, no
claro como para que podamos articularlo así, ya que seria ins- hay mónada. Lo que sucede en el punto 1 s6l0 puede ser al-
cribir en el registro del reconocimiento la diferencia de los ce- canzado por el sesgo del punto 2, por su mediación, por su in-
xos. El "amo y e1 esclavo" funciona para Ja humanidad: reco- termedio.
nocer al otro como humano es muy diferente de reconocerlo Se ve algo así cuando Lacan explica que hay una clínica del
corno sexuado. reconocimiento y que hay un deseo en tma estructura especial
Para el pequeño Hans, eso seria muy simple: en su concep- que encaja muy bien con eso, no siendo una invención com-
ción, todos los seres animados poseían un pene. Para él habia pletamente suya. Eso se observa en la estructura clínica del
un significante de humanidad que podía funcionar. Allí está el histérico. Lacan considera como fórmula general del deseo
equívoco de la frase "Tú eres mi mujer", escrita en el nivel de -punto de partida de su Informe de Roma- que su función, en
la atribución simbólica, aunque estemos en el nivel del pacto. el ser humano, es la de hacer reconocer el propio deseo. Ins-
Es bien diferente de "eres una mujer", expresidn que Lacan no cribe el deseo en una relación intersubjetiva y así pudo expli-
comentó, ero fue la dirección hacia la cual se desplazó su en-
8
señanza. ste, sin embargo, no es el problema del "Tú eres mi
mujer". La cultura ha116 muchas formas de decir eso. Por otro
car por que la experiencia analítica puede operar sobre el de-
seo, si éste fuera intersubjebvo, en un análisis tambih inter-
subjetivo.
lado, "eres una mujer" es mucho más complejo. En el estadio ¿Cuál es la definición que Lacan nos da sobre el deseo?
del espejo, el otro en cuestión, el otro especular, es del mismo Un desea evanescente, cuyo único objeto y Única satisfac-
sexo. Lo que secretamente habita esa primera construcción de ción es ser reconocido por el otro. No tiene ninguna sustancia:
Lacan es una ausencia de consideración de la diferencia de los lo que lo dominaría, io encuadraría, lo habitaría, sería el de-
sexos, ya sea de modo especular o filosóficamente.Los filóso- seo de reconocimiento. De extrema sofisticación, en ese con-
fos siempre tuvieron grandes dificultades para integrar la con- cepto algo está en un círculo lógico. ¿Qué es el deseo? Es el
sideracidn del hecho de que existan dos sexos. Podemos leer la deseo de hacer reconocer su deseo.
Crítica de la razón pura, ...de la ~nzónprácf im,o del juicio, de Kant, Es un círculo vicioso: desde el punto de vista lógco, no se
sin sospecl-iarque existan dos sexos. Obviamente, en la doctri- puede definir al deseo sino por él mismo. Esta definición le
na de las costumbres él considera la existencia de los dos se- conserva el estatuto de x y muestra que él se enfrenta sola-
xos. En la antropología tarnbihn se toma en cuenta que existen mente con faltas, como el vértigo de ayer a la noche. Tiene el
dos sexos. Los fil6sofos tienen gran dificuItad en admitir eso, mismo aire de infinitud, de pseudo-infinitud que e1 síntoma
existiendo incluso aquellos que construyen una dimensión de ayer. Eso no le da nada sustancial, ningún objeto con sus-
donde tal diferencia no se presenta, por lo cual se les hace ne- tancia: el propio deseo no es nada más que el reconocimiento
cesario explicar que existen pequeños sexos o multiplicidad de de1 deseo. iDe cuál deseo? Del deseo de reconocimiento, he
ellos. Esto testimonia la dificultad filosófica en poder dar aquí el círculo.
cuenta de eso. EI propio Lacan ccimenz6 por ahí, por extraer Existe un indice que se puede tomar para situar esta cons-
w t a dimensión en que eso se diluye. trucción en la enseñanza de Lacan: retomar ese otro paradig-
l
El deseo 57
t
ma que lo acompaña a lo largo de su enseñanza, eIfort-da. La- pertamos, luego de un pequeño viaje encantado. También yo
can retorna decenas de veces y de m modo un poco diferen-
te cada vez, el momento que Freud aisl6 con un carretel, el ni-
ño con su carretel. En el Informe de Roma, jcómo presenta el
i
1
soy sensible a esa fascinación absolutamente especial. En fin,
eso no debería impedimos pensar por nosotras mismas, com-
parar un texto con otro, o cuando vemos tres o cuatro expre-
fort-da? ¿Que parece indicar el modo como lo presenta? Hay siones en paginas diferentes de un mismo texto que intentan
la que 61 llama un campo de fuerza del deseo, eso no es muy emontrar algo. Hay algo que no es satisfactorio en sus esfuer-
claro, y hay un deseo de cierto modo preliminar, un deseo zos. Por ejemplo, la expresión del nlku-ego que lo domina es
bruto. E1 furt-da marca d momento en que ese deseo bruto justamente una expresión bastante inestable.
-admitamos allí el Deseo de la madre, en la medida en que se- Una función que es una negativización. ¿Qu&quiere decir?
ria bruto-, se encuentra en la operacidn del forf-da sofisticado, tacan la retornará en otro momento. Lo dice de manera bas-
negativizado, dado que de ahora en adelante lo que será re- tante hegeliana, evidentemente, muy patktica: el símbolo es la
querido es el retorno del carrete1 y ya no mt5s el de la madre. muerte de la cosa. ¿Qué implica eso? Es lo que quiere decir el
Y en ese momento, dice Lacan, en que éi percibe e1fort-da, teo- elefante en la tapa del seminario. Cuando digo elefante, inclu-
riza esa accibn, la considera su propio objeto. E1 deseo bruto so si él no está alli en su presencia, en verdad está alli en for-
es de cierta manera negativizado y sustituido, yo diría, por ma descarnada, puedo hacerlo entrar por medio de palabras.
una auto-reflexión del deseo, AI mismo tiempo muestra al En el momento en que lo nombré como sustancia, él desapa-
otro implicado en ese deseo, y él lo formula allí, a ese otro, al rece, Los hombres saben que los elefantes existen y comenza-
decir que era ixn aífer-ego. ron a e r l e s un nombre, el nombre elefante, ei nombre que los
No extrajo aún al Otro que será inmediatamente un punto elefantes no conocen, los elefantes no saben que son elefantes
clave de su teorfa-ciertamente podría encontrar la cita-. En el para nosotros. ElIo no impide que tenga un gran efecto sobre
momento delfork-da, el niño eleva su deseo a una segunda po- sus existencias, que nosotros sepamos y que los hayamos
tencia por su acción, que negativiza el campo de fuerza del nombrado, Los elefantes como especie, cuando comienzan a
deseo para volverse su propio objeto. En Ia soledad, el deseo ser nombrados, no sobrevivirán por mucho más tiempo.
del niño se vuelve el deseo de un otro, de m alter-ego que lo Siempre exaltamos ese pasaje de la Biblia: "ellos Ies dieron
domina, hay allí un alter-ego que es una figura dual y a la vez nombres a las especies, etcétera". Qué lindo! Los pequeños
lo domina, eso supone que estamos en un nivel superior de la pájaros ...Por otra parte, siempre nos preguntamos en que len-
aIteridad, es el equivoco supuesto en e1 esquema y cuyo obje- gua ellos les dieron esos nombres, Todo eso es maravilloso,
to de deseo es su propio pensamiento. pero el momento en que Adán da lindos nombres a toda la
Es difícil que veamos a Lacan escondiendo algo. Su estilo creación, elia está condenada al exterminio. Todos los días
es formular ias cosas de manera afirmativa. Estamos frecuen- constatamos que es así como nos desenvolvemos nosotros y
temente frente a ese texto que eran las tablas de la ley, las con- todos los ecologistas del mundo, tan simpáticos, tan conscien-
sideramos en primera Iinea y luego hay una mano autoritaria tes del efecto del progreso del discurso de la ciencia, no pue-
que nos toma y nos conduce por su camino y seguimos hasta den hacer nada contra esa lógica. E1 símbolo es la muerte de
el final. hasta la última línea. Y la mayor parte del tiempo, la cosa, también materialmente, y nuestra propia especie tra-
cuando commtamos a Lacan, lo seguimos como una gallina ta de encontrar los medios para ponemos en peligro como es-
fascinada, seguimos la linea del texto hasta el final -momen- pecie, pero no encontramos los medios para poner en peligro
to en e3 que nos encontramos exhaustos-, y finalmente des- a los individuos, incluso a grandes colectividades. Ahora sa-

l
El deseo 59

bemoc, especialmente con esas cositas que hacemos con nues- La teoría del Informe de Roma es equívoca: por un lado te-
tras celuIas, que tenemos algo a partir de lo cual llevar al Iími- nemos al deseo como deseo de reconocimiento, y por el otro
te la muerte de la cosa, la cosa que nosottos mismos somos. tenemos al deseo eterno en el sujeto, eternizado en él a partir
Eso es siempre patético de decir. de la negativización significante, Son dos construcciones que
La dimensión que se introduce con la negativización del. no tienen la misma Iógica, que será necesario hacer coincidir
significante, permite la anulación de la referencia sustancial. enese punto. Evidentemente, la expresi6n que Lacan a partir
Lo cuaI le hace decir a Lacan, por ejemplo, en su Seminario de alli promoverá, "El deseo es el deseo del Otro" -expresión
AEin, en el '72-'73: "El lenguaje no tiene referencia". Todos se extremadamente seductora- según la perspectiva desde la
quedaron sorprendidos: ";Qué novedad! !Cómo dice eso La- que se la considera, puede tener sentidos diferentes. En prin-
can!". Para mí es lo mismo que dijo en el Informe de Roma, cipio puede ser de orden simplemente imaginario, deseo lo
que el símbolo es la muerte de la cosa. Es otra manera de de- que desea el otro, sólo deseo porque el otro desea. Lacan iEus-
cirla. La primera, hegeliana; la segunda, una manera lógica- tra esa rivalidad con el ejemplo de Carlos V y Enrique VIII,
positivista. Es la misma cosa la que se intenta decir, "lo que mi hermano quiere, tambikn yo lo quieror'. ¿Sería és-
Es la negativización del significante lo que le da una chan- ta una expresión de acuerdo o de rivaIidad? Es difícil saberlo,
ce de captar un rasgo que no es a priori explicado por el circui- pienso que ocurre lo mismo en portugués. Será una expresión
to del reconocimiento. El deseo, en el sentido freudiano, es de rivalidad, o tal vez, por e1 contrario, una exprecibn de
eterno, en si mismo no tiene su fin. Eterno entre comillas, pe- acuerdo, y según se escriba al otro con "o" (otro) o con "0"
ro un deseo que no es justamente del tipo de esos deseos que (Otro), nos situamos en una dimensión imaginaria, de rivali-
encuentran su satisfacción al término de ~ uciclo
i de compor- dad, o en una dimensión simbólica. Por otro lado, a partir del
tamiento sexual. El problema del deseo en el sentido freudia- momento en que Lacan efectivamente escribe a1 Otro y sitúa
no es que no hay satisfacción y que él, en el inconsciente, es- lo simbólico,las dos dimensiones que expuse, las dos vertien-
tá en cierto modo eternizado, supone la desaparición del tes, se pueden encontrar.
objeto. Si el deseo tuviese un objeto determinado, podríamos Ustedes tienen un buen ejemplo de esos equívocos, de la
imaginar que, capturado, podríamos satisfacerlo, y es aIli manera como se desarrollan, precisamente en el primer serni-
donde Lacan opone lo natural a lo simbólico. Si el deseo del nario de Lacan, hasta hoy el único que fue traducido al portu-
que se trata es un deseo natural, podríamos decir: "Bien, pue- gués, el finico publicado en Brasil, me pregunto por qué.
de encontras su satisfacción consumada". Si consideramos el Es posible que se lea menos a Lacan que a Maud Manno-
hambre como una necesidad, se come y después se llega a la ni, es una lastima para Brasil. Pensé en aprovechar mi estadía
saciedad y después se puede comer de nuevo. Dormimos aqui para buscar a los editores en cuestión, y averiguar lo que
cuando estamos cansados y luego permanecemos despiertos. los motiva a no publcar otros serninari~s.~
Tenemos funciones que conocen un ciclo de despertar y de sa- Ustedes verán, especialmente en la parte central -que él
tisfacciíin. llamó "Mas a116 de la psicología"-, que en los tres capítulos
La satisfacción de la que se trata, según Freud, en el deseo, "La báscula del desea", "Las flucfxiaciones de la libido" y "El
es otra cosa, no termina, y esto es verdad para el deseo y tam-
bién para la pulsion. Tratándose del deseo, la única cosa que
2. En la actualidad, abril de 1997, ya se encuentran publicados en
lo satisface son las cosas que no existen. El sueño es la realiza- portugues por Jorge Zahar Editor, los Seminarios 1,2,3,4,7,8,11,17 y
ción del deseo, que satisface cosas que no existen. 20.
niicleo de la represión", se puede verificar hasta qué punto 110s distingue a nivel de lo imaginario. Es el lugar esencial de
estas cuestiones no están resueltas. Vean por ejemplo, en el ca- la imagen de sí mismo, imagen del.propio cuerpo, todo lo que
pítulo 13, p. 253 (de la edición castellana}: "En el origen, antes es del orden de lo imaginario en nosotros puede ser reducido
del lenguaje -dice Lacan-, el deseo s610 existe en el plano úni- a esto: es lo que Freud llama narcisismo, Nuestro propio sem-
co de la relación imaginaria del estadio especular; existe pro- blante es lo que nos interesa, todas las formas imaginarias son
yectado, alienado en el otro. La tensión que provoca no tiene de hecho deducibles de esa imagen. Es ksa la teoría que Lacan
salida. Es decir que no tiene otra salida -Hegel lo enseña- que pone en su lugar.
la destrucción del otro". 61 evoca: "En esta relación, el deseo Continúo con la enumeración de los tiempos: el tercer
del sujeto sólo puede confirmarse en una competencia, en una kiempo sería aquél en el que el deseo se simboliza, se media-
rivalidad absoluta con el otro, por el objeto hacia el cual tien- tiza, que es la expresión que emplea Lacan. Vean:
de". "En el sujeto humano, el deseo es realizado en el otro, por
Ahora bien, ¿quéretener de ese párrafo? Esa historia, "en el el otro -en casa del otro. ..", capítulo 14, p. 263 de la edicihn
origen, antes del lenguaje, el deseo sóIo existe...".Claro, Lacm castellana. "Éste es el segundo tiempo -dice- el tiempo espe-
vio más allá:no es el ser cronológico, 61 no se interesó en el de- cular [...] A partir de entonces -he aqui el tercer tiempo- el de-
sarrollo. La consideración tanto del estadio del espejo como seo del otro, que es el. deseo del hombre, entra en la mediati-
delfo~t-datiene algo interesante, una cierta consideración del zación del Ienguaje t...] entra en la relación simbólica [.,.] en
desarrollo; sin embargo, él no se ocupii de la cronología sino una relación de reconocimiento recíproco y de trascendencia,
de la 16gica de la cuestión, lo que viene a dificultar más las co- en el orden de una ley ya preparada para incluir la historia de
sas. En esa época, para 61 hay un estatuto del deseo previo al cada individuo".
lenguaje, dicho con todas las letras, Lo que veremos luego de Tenemos alli al Lacan humanista, que dice que, definitiva-
esta construccitin, y para resolver dificultades teóricas preci- mente, la comunidad humana encuentra su consistencia en lo
sas, es que Lacan plantea que, por el contrario, no hay deseo simbólico.
sino a partir del lenguaje, como efecto del lenguaje. Aquí, esa He aqui la definición que da de la palabra, p. 266: "La pa-
construcción estd aún sustentada en la suposici6n de un deseo labra es esa rueda del rndino donde constantemente se media-
anterior, lógicamente anterior al lenguaje, que impondría -en tina el deseo humano al penetrar en el sistema del lenguaje".
última instancia como un segundo e incluso un tercer tiempo- Les mostraré que lo que sigue a esta construcción es com-
la mediatización de1 deseo. Si podemos construir allí, sera pletamente diferente. No se trata del deseo en el orden del
acerca de lo que él va bordeando en esos seminarios, que son lenguaje sino, por el contrario, como efecto del lenguaje. Es
seminarios de investigación. No son seminarios del sujeto que una inversión completa a la cual Lacan va a ser conducido.
sabe y que desde lo alto de la montaña dice: "Es así". Él se Hay un sesgo "pastoral" en el seminario. Por ejemplo, cuan-
rompe la cabeza para lograr sostener en conjunto sus planteos. do dice que entre el hambre y la mujer las cosas podrían mar-
Si comprendemos su teoría, el primer tiempo en un senti- char. Vean lo que dice, por ejemplo, cuando comenta el texto
do lógico es el de un deseo que sería bruto, en cierta manera de Balint: "Si el amor está totaImente capturado y adherido
un impulso vital, un instinto; el segundo tiempo seria e1 del en esta intersubjetividad imaginaria [...] exige en su forma
deseo como imaginario, que encuentra su estructura en el es- acabada la participación en el registro simbólico, el intercam-
tadio del espejo y que evidentemente ya e5 distinto en el ani- bio libertad-pacto, que se encarna en la palabra dada".
mal, pues al animal no le importa su propia imagen, lo que ya fiste es un fragmento de sermón, de prédica, por lo tanto
El deseo 63

es extraordinariamente optimista. Lo que es singular -me


mente palabra del sujeto, pues que es siempre fundbndola en
pregunté qué es lo que lo 1lev6 a eso, en esta teoría en la que
la mediación de otro sujeto como ella opera, y puesto que por
señalo los rasgos fantásticos- es que no se reconoce al Lacan
ese camino está abierta a la cadena sin fin [...] de las palabras
al cual uno está habituado. Diría que es porque en el fondo lo
donde se realiza concretamente en la comunidad humana la
que él atribuye al inconsciente en esa época, son las leyes de
dialéctica del reconocimiento".
la palabra. Para éi, el circuito del reconocimiento constituye el
Se esboza en el horizonte de dicha construcción esa cornu-
dominio de las leyes de la palabra. El inconsciente estructura-
nidad humana, ese gran discurso universal que cabe por to-
do según las leyes de la palabra. Intento pones orden en ese
das las palabras dónde cada sujeto encontró su lugar. Diría
laberinto de su enseñanza en el que me debato desde hace
que entre eso y el sarcasmo lacaniano de los años '60 y '70, po-
mucho tiempo. Evidentemente, lo lograré si superpongo a dríamos tener la impresión de que estamos frente a dos auto-
esas expresiones otras expresiones de Lacan; el sentido de esa
res diferentes. Por estar totalmente obnubilados por la idea
enseñanza no puede provenir sino de otra, no en posición de
del autor permanecemos insensibles a esa extraordinaria va-
metalenguaje, sino capaz de operar una retraducci6n de cier-
riacidn. Incluso esas leyes de la palabra permiten situar la psi-
tos tkrrminos.Yo me aboquii de manera intensa, lo que es algo
cosis, como forciusión de estas leyes. En el marco d e esa con-
muy difícil de hacer, y sigo en esa vla cautelosamente. Lacan
cepción considerará al psicótico; éste rechaza ese circuito del
atribuyó al inconsciente las leyes de la palabra y lo que cam-
reconocimiento. El psicótico es aquel que rechaza la ley del re-
bió justamente con "La instancia de la letra ..." fue atribuir al
conocimiento. En "Variantes de la cura-tipoffprecisa la acción
inconsciente no ya las leyes de la palabra sino las del lengua-
del psicoanalista: "Pero si, conforme a la ley de la palabra, es
je. Entonces se puede ver que cambia su conceptualización.
en 61 en cuanto otro donde el sujeto encuentra su identidad,
En un primer momento de ese circuito del reconocimiento, él es para mantener en ella su ser propio". El analista está en el
lo atribuye al propio inconsciente, y en un segundo momento
lugar del Otro de acuerdo con la ley de la palabra; de este mo-
son las leyes del lenguaje que funcionan como metáfora y me-
do, la experiencia analltica respeta la estructura de la ley de la
tonimia, que no obedecen a ese circuito. Evidentemente, es un
palabra, el analista situado en ese lugar permite al sujeto en-
golpe magistral haber conseguido presentar el mismo esque-
contrar su verdadera identidad. Es una teoria completa de la
ma para las leyes de la palabra y del lenguaje, ¡o que final- experiencia analítica. Totalmente diferente de la identificación
mente permitió nuestra comprensi6n. Pero no se debe recibir
narcisistica, pues es justamente una identificación por la a e -
eso como un objeto, como las tablas de la ley precisamente.
diaciOn al Otro y no por la fusión identificatoria, "porque la
Éste es e1 resultado de un trabajo teórico extremadamente
identificación narcisistica deja al sujeto en una beatitud sin
complejo y heterogéneo. Para fijar las ideas en el punto ai que
medida, más ofrecido que nunca a esa figura obscena y feroz
estaba Lacan, considero que el texto más claro sobre este tema
que el analista llama su Cuperyó, y que hay que entender co-
es "Variantes de la cura-tipo".
mo el boquete abierto en lo imaginario por todo rechazo (Ver-
Me gustaría leerles dos o tres citas, pues creo que ahora
we+ng) de los mandamientos de la palabra".
pueden comprender todo e1valor que encierran. Lacan expre- Cualquier rechazo de la mediación constitutiva del deseo,
sa en la página 352 de los Escrifos, edición francesa, "Es que
y la palabra "rechazo" serB traducida más tarde par "forclu-
también el hombre, m la subordinación de su ser a la ley del
sión", en alemán Verwerfi~zg,precipita a1 sujeto directamente
reconocimiento". Esto implica las leyes del reconocimiento.
ante esa figura, ya no más preso en el reconocimiento: éste es
Dice también "...que ninguna verdadera palabra es Gnica-
el valor que Lacan le da al superyó freudiano. Es verdad que
E1 deseo 65

el otro que está presente en la psicosis schreberiana no es un sas, Así logra articular la dimensión imaginaria a la dimen-
otro gentilmente situado en el circuito del reconocimiento, un sión simbólica del deseo. Una vez que alcanzamos este pun-
otro que hace bien su trabajo derivando las cosas en direccián to, vemos que la que va a interesarle a Lacan es fa dimensión
al sujeto, para que kl. encuentre allí, digamos, su identidad per- real de la cosa, y para ello necesitará transformar una vez más
dida, Entonces, desde esta óptica, se trataría de que el sujeto esa construcci6n. Es cierto que las cosas deben ser situadas a
encuentre su identidad perdida como sujeto de su deseo. partir de esas dos dimensiones.
Retornando, Lacan articula esencialmente dos cosas: arti- Ahora bien, ide qué vamos a dar cuenta? De lo que impli-
cula el deseo con la función de la imagen, más precisamente ca la teoría del narcisismo en Freud: que el deseo se aferra a
con el narcisismo. El deseo se relaciona con la dimensión de formas narcisisticas. Lacan lo desarrolla nuevamente en El Se-
lo imaginario por la vía del narcisismo. En segundo lugar, el tninnrio 2, cuando se ocupa del amor a primera vista de
deseo como algo inextinguibIe -esa dimensión se volver&ca- Werther por Charlotte, que acunaba maternalmente a un ni-
da vez más importante en la psicosis- dar cuenta, como sea fio. La coincidencia del objeto con la imagen fundamental. Po-
posible, de que el deseo inconsciente está eternizado. De esa demos dar cuenta de eso por el hecho de que él mismo se si-
manera, el desee se relaciona con la función simbólica. Es po- túa en la imagen que le presenta la idea del otro, que él ubica
sible incluso imaginar que a veces hay un acento más desta- cl amor a primera vista como una metáfora del deseo sexual.
cado que otro. En primer lugar, el deseo se relaciona con la di- Su deseo va a fijarse alli s6l0 ci coloca su propia imagen e n el
mensión de lo imaginario; en segundo lugar, el deseo se espectáculo que se le presenta. Tenernos ahi un paradigma de
relaciona con la dimension simbólica. Quiero destacar una CO- la fijacibn imaginaria del deseo a partir del cuadro que se nos
sa: que la enseñanza de Lacan no dejó de transformarse, hay presenta. Lacan concluye que es el narcisismo el que envuel-
un punto de síntesis provisoria, de referencia para 61. J-acan ve las formas del deseo, que marca la dependencia primera
con ese gran grafo -ustedes saben el grafo de dos pisos- nos del deseo del sujeto con relación a su imagen.
proveyó del elemento y de lo que vendrá: cuál es la funcion Por un lado existe esa dimensión, la de un modelo imagi-
que Lacan aislará en Freud precisamente para mostrar esa do- nario +amo en la expresión de Lacar-, y por otro lado, la di-
ble relaci6n con el deseo; relacidn con la dimensión imagina- mensión de la repetición del deseo, del deseo inextinguible.
ria y con la dimensión simbiilica. Es realmente necesario ha- Es precisamente lo que Lacan llama la rememoración perma-
cer esa reconstrucción para comprender por qué promovió de nente del deseo en el síntoma. Hay una juntura que falta en-
tal manera ese término de Freud, el fantasma. La prevalencia, tre esas dos dimensiones. Lacan intenta valerse de eso dicien-
la importancia capital del fantasma en la ensañanza de Lacan do en "La cosa freudiana": "La insistencia repetitiva de esos
proviene de que en &te, precisamente, la función imaginaria deseos en la transferencia y su rememoracihn permanente en
se presenta donde el deseo se sostiene. Y, al mismo tiempo, un significante del que se ha apoderado la represión, es decir,
una función simbdlica, ya que se trata de un escenario que de donde lo reprimido retorna, encuentra su razón necesaria y
hecho dar&la construcción que seguiremos. suficiente, si se admite que el deseo de reconocimiento domi-
iQu4 proporciona la fórmula que figura en e1 grafo de La- na en esas determinaciones al que queda por reconocer, con-
can: d para deseo, + una flecha, $ barrado, o punzón, a-mi- servándolo como tal hasta que sea reconocido".
núscula (d + $ O a) que es la fórmula que él da para el fart- Mientras no haya reconocimiento del deseo por parte del
tasma? Esto es una solución de hecho provisoria para todas Otro, el deseo se conserva indefinidamente, y eso explica lo
las dificultades que encontramos en la articulacibn de Ias CD- que Freud kabia dicho. No es muy convincente, porque no es
El deseo 67

posible suponer que el deseo es suprimido por el reconoci-


miento del Otro. Sería conservado como tal porque no es re- i>suna construcción totalrner~teespeculativa y que supone,
conocido, como exigencia de reconocimiento. En el momento justamente, que lo que hay que retener es eso que está re-
en que es reconocido, de cierto modo seria suprimido. En ese ~ . ~ ~ s e e n t aen
d oel inconsciente, porque ésa es toda la cues-
ki6i-i:lo que es fisico, ai~atómicoo natural, o lo que existe
pequefio párrafo, ustedes ven que él ensaya una fórmula que
cn la realidad, iqu4 de todo eso está presente en el incons-
a él mismo no le parece muy convincente, porque él preferirá
ciente?
construcciones de más y de menos, que figuran en la intro-
duccidn de "La carta robada". El esquema elemental -varias En el fondo, el descubrimiento de Freud -tratAndose de las
generaciones se rompieron la cabeza a causa de él- es un ejer- relaciones de los sexos- es que la mujer no está representada
cicio de lógica bastante elemental, un ejercicio de cornbinato- cn el inconsciente como el hombre. De hecho, es una ventaja
d e la mujer, aunque en ese sentido hay u11 defecto en el signi-
rias; efectivamente, preferirá esa forma. Podemos imaginar,
casi de manera cibernética, qué es la permanencia de un sig- Cicante: el significante no refleja lo que creemos que es el mun-
nificante que se repite, sin que sea necesario, por otro lado, in- do, en ese sentido. La ciencia nos permite crear la relacibn se-
volucrar alli al deseo de reconocimiento. xual y nos permite describir la relacidn del espermatozoide
Agregaré que en el escrito que se llama "La cosa freudia- con el óvulo, tenemos allí una fórmula científica de la relación
na", existe una teorfa muy simpática para explicar por qué es sexual. Pero esa fórmula no está en el inconsciente. Entonces,
el deseo sexual -y no el hambre- el que estaría representado ustedes ven que lo que es preciso subrayar de ese párrafo,
en el inconsciente. Existen dos grandes deseos en la humani- p. 432, es la idea: ¿qué se encuentra, en verdad, representado
dad: el hambre y eel deseo sexual. Solamente el deseo sexual cn el inconsciente? ¿Qué se encuentra, en verdad, inscripto?
está representado en el inconsciente. ¿Por qué? Porque la pri- La relación sexual puede estar inccripta en el discurso de la
ciencia, sólo si en cierto modo del individuo: es
mera combinatoria de intercambio de mujeres se apoya en la
relación sexual. Es la relación sexual entre los dos sexos la que lo que se llama inseminación artificial, cuando se elimina al
da su sustancia, s u materia, sus objetos, a la combinatoria del individuo paterno, cuando se elimina lo superfIuo. En fin, és-
ka sería la idea: aún no lo realizamos completamente, eliminar
intercambio de mujeres. Intenta explicar lo que él hace del ori-
gen de la relación entre el deseo y el significante; la combina- al otro, al otro individuo, al individuo materno, ya que es una
ción es &a, la combinatoria del significante. Lo que sucede es utopía. Pero se lo busca, se trabaja en ello, no existe ninguna
que la relación sexual da su materia, sus objetos, a la combi- r a ~ ó nque lo impida. Aquí vemos bien una expresión encar-
natoria significante. El dice, por otro Iado: el hambre no está nada de la relacihn sexual; encarnada, es decir, cornplet-amen-
representada en el inconsciente porque sólo concierne a la te desencarnada. Pero toda la cuestión es: L ~ L existe
I ~ en el in-
conservación del individuo. Tan sólo se presenta del lado consciente? Lo que veremos en la enseñanza de Lacan es
imaginario, en la Iucha hasta la muerte imaginaria, Ia del hasta qué punto es compIejo el problema de dar cuenta de la
amo-esclavo, que se trata de vida y de muerte. Es muy ele- duracihn del deseo en el inconsciente, de ta duración sin fin
gante como distribución? captar el hambre en defhttiva, pero del deseo en el inconsciente, de su ancIaje en el significante.
reflejado en la dirnensiiin imaginaria, en la Iucha a muerte, Durante cierto tiempo él trabajó sobre otro aspecto, y cuando
mientras que el deseo sexual esta simbolizado por el liecho de en "La instancia de la letra ..." define al deseo como metoni-
que la primera combinatoria se apoya sobre los materiales de mia, es ese aspecto que domina, el aspecto del deseo como li-
Ia relación sexual, es decir, la relación de los sexos. Asimismo gado al significante y al mismo tiempo que él da esa defini-
ción, existe otra que va a aparecer en el plano imaginario. Es
El deseo 69

algo de lo que no habíamos oido hablar en su enseñanza has- Ilebate


ta entonces y que no está hecho para entrar inmediatamente
en esa historia del reeonocim iento. I?: Aprovechando su exposición sobre Hegel y por ende de
Vemos su esfuerzo para dar cuenta de la duración inextin- In lectura de un filósofo, pensaba cómo se puede comprender
guible del deseo a partir de la cadena significante. Al mismo IIi idea que Lacan tenía del discurso filosófico -o sea, un dis-
tiempo, la problemática del deseo sobre el plano imaginario curso que trabaja en la abstracci6~1- y el hecho de que Lacan
deberá dar cuenta de un elemento que no es absolutamente ttqa de Iado casos particulares durante un cierto tiempo y to-
compatible, que no está de ninguna manera establecido por tEa su preocupacion clínica, en especial para estudiar la psico-
esa construcción, y que es el falo corno objeto del deseo. Has- sis. A partir de esto, le pregunto c6mo comprender ese discur-
ta ahora hemos permanecido en una dimensi6n bastante aje- so de Lacan sobre el deseo si su discurso estaría aún más
na a eso. Xelean el Informe de Roma y vean donde Lacan ha- l'rciximo a un discurso filosófico (por lo tanto, a un discurso
bla del falo. Es muy importante el falo, y casi no halla de él. ;ibstracto), haciendo difícil su aplicación a casos particulares,
Es necesario que lo relean buscando una vez mhc; no es difí- cw decir, el estudio de un problema clínico sobre la psicosis o
cil percibir en un texto palabras que no están en él. No todas sobre la neurosis.
las palabras son tan interesantes cuando no están en el texto.
Su ausencia lo destaca, me di cuenta de ello mucho más tar- J.-A.M.: Está muy bien lo que usted señala. Esa parte de la
de. Necesito releer el texto, recomiendo que alguien lo haga. i~ilseñanzade Lacan es la más filosófica. Y lo que la distingue
Pero eso surge en su enseñanza, en todo caso, en un momen- ilc una pura construcción filosófica es que Lacan utiliza esos
to correlativo a la profundización de la relación del deseo con ii~nterialesextraídas de Hegel para intentar dar cuenta de la
la cadena significante. itxperiencia analítica. Eso permite en un primer tiempo expli-
A la sesión de esta mañana le he dado u n aspecto laborio- (#;irpor qué se puede esperar, conversando con alguien o es-
so. Me gustaría que me disculpasen por seguir los meandros c~iichándolohablar de cualquier cosa, modificar algo del de-
de esas cuestiones sobre las cuales ya reflexioné mucho, srlo. Esa es una idea loca. Cuando AristOteles hablaba de
meandros que yo mismo seguí otra vez para intentar reenccin- ií tcros como una cosita que se encontraba en el organismo de
trarlas en la enseñanza de 'lacan. In mujer, de ningún modo podria conducir a la idea de que
Espero ir más rápido esta tarde, pero no veo cómo evitar la csa tal cosa tenía orejas y se podia conversar con ella para mo-
dificultad de esta cuesti6n. Evidentemente, es más denso que i lificar el anclaje del deseo. Existe la necesidad de implicar al
si yo continuara hablanda de las verdades primeras;,cui.istru- ritro en el deseo para dar cuenta de la experiencia analíticaa
yo un camino entre ustedes y yo, k s kimieutos d e la ensefian- . I~LIP la primera forma que Lacan encontr6 y es una forma, una
za de Lacan, sobre las cuales 61. & i s i i ~elevb
~ con~trucciories ',
manera, una explicación filosófica. Y a eso se le opone otra
sorprendentes. Justamente allí paseamos por. los lugares más. vcrtiente, la de dar cuenta de.que el deseo puede modificar-
oscuros con una pequeña linterna, encontramds~a~gunas vie- sc. pero también de $7perm&n&n~ia inekiinguible.
jos conceptos que hace mucho tiempo fueron relegados al ba- Estoy de a c k r d o en'i&r en cuenta las reffeenclas dúu-
zar de antigüedades, pero espero que cuando ustedes lean h-- ros, pero lo interesante es qw k ¿ a n las considerar6 eGecia1- .
Esmitos de Lacan se sientan más familiarizados. inente cuando co~i~fru+a el afielaje del deseo en el stgnifidana
le. .El primer ejempio, que con'sidera 6s el nueva análisis del
h~iefiode la "bella carnicera" en "Dirección de La cura". Tene-
mos pistas de cómo se debe entender el deseo: es el. deseo del iiiiiy agradable e instructivo. Hicimos ese ejercicio en Buenos
Otro, expresión que se aplica especialmente en la clínica de A i res durante un día entero: a la mañana fue el equipo medi-
las histericas. tbr1 en el hospital psiquiátrico que present6 un caso y a la tar-
Lo que desarrollé esta mañana fue la primera filosofía de tic, cuatro casos sucesivamente, lo que nos proporcionó un
Lacan. Lo importante es darse cuenta que él no se quedó en ilin muy completo. Entonces, me parece muy posible que
eso. Él hubiera podido quedarse, sus amigos filósofos lo ,ihordemos un caso clínico durante este fin de semana.
aplaudían. Lacan fue amigo de filiisofos durante un período,
personas como Hyppolite, Merleau-Ponty, etcétera; en cam- P.: Usted expuso una secuencia lógica relativa al deseo:
bio los filósofos que vinieron después tuvieron una relación j~viineroen estado bruto, luego imaginarizado y finalmente
diferente con él, una relación que sería en verdad de hostili- :,i inbolizado. Por otro lacio, las psicosis se escapan de esa se-
dad, de agresividad. iwencia a causa de una posición estructural de la Verwerfing,
Iti forclusión. En tercer lugar, el análisis apunta a una refor-
P.: Existe una cierta repetición en el grupo, hay u n cierto iiiulación a nivel del deseo. Me pregunto acerca del futuro de
síntoma sobre la cuestión de la clínica, esa diferencia entre la ilstc propósito del análisis en lo que concierne a la estructura
filosofía y el psicoanálisis. Estoy un poco detenido en ese sin- tlc la psicosis. ¿Es que se podría proponer trabajar en el nivel
toma. La pregunta que quiero hacer, y no sé si tiene algun sei-t- tlc la Veuweufung, de la forclusión, abriéndole al sujeto psicóti-
tido, se relaciona con un filósofo que también está ligado a La- L O el curso por ese camino, ese paso de lo bruto a lo imagina-
can, Althusser. Es la cuestión de "Matar a mi mujer", porque i'io y de lo imaginario a lo simbólico?
Althusser se analizó con Lacan, o con un lacaniano, desde la
época de ese intento de pensar esta cuestión. J.-A.M.: Los tres tiempos lógicos que distinguí son relati-
Cuando Lacan trabaja lo real en 1974, sabemos que Althus- vos a un momento de la enseñanza de Lacan: el de El Semina-
ser mató a su mujer. Ayer, usted habló sobre la cuestión del i i r i 7. Podría demostrar en la secuencia cómo se resihla. Hoy
Nombre del Padre para el psicótico. iwe esquema no me parece muy satisfactorio para una re&-
Me gustaría pensar ese problema de los filásofos o de la fi- xitín sobre la psicosis. Pero ya tenemos las preliminares de la
losofía y de la clínica psicoanalitica a partir de 'Matar a mi lcoria de Lacan, él sitúa Ia psicosis a partir de una forclusión
mujer". ¿Es posible efectuar una articulación con e1 síntoma que se sitúa en el registro simbblico. ¿La cuestión es saber có-
del grupo? 1110 define ese registro simbólico? En esa época, lo esencial del
iecgistrosimbólico está dado por las leyes de la palabra, el cir-
J.-A.M.:Se nota que el mal gusto no asusta. Es verdad que cuito del reconocimiento. En primer lugar, el psicótico se re-
Lacan jugó con la homofonia en francés de Tu es mafemme IiUsa, es rechazado, él se excluye del circuito del reconoci-
("Tú eres mi mujer") y Tier wzafemwze ("Matar a mi mujer"), lo miento. Habla entonces de la Verwerfung, del Nombre del
que le permite en cierto sentido reunir en el mismo juego de I'adre, Verw~rfklngde Las leyes de la palabra. Cuando Lacan
palabras el evento simbólico de la norninaciiin y el asesinato cambia su definición del registro de lo simbólico, ya no 10 de-
implicado en toda significación.
Sobre la clinica, me quedaría contento si entre ustedes que
fine por las leyes de la palabra sino por las leyes del lenguaje.
Ida Vevwerfung se formula como Verwe~fitngdel Nombre del
1
i
san 60 o 70, alguien, esta tarde o mañana por la mañana, pre- Padre, no de las leyes de la palabra sino Verwerfung de la me-
sentase u11 caco y lo discutiéramos durante una hora. Sería táfora paterna. Lacan lo pudo concebir como metáfora porque
El deseo 73 '

para é1 el inconsciente pasa a estar estructurado por las leyes 17osiciÓr1,sus preguntas se volvieron las mías. Todos esos mo-
del lenguaje. R r o si hacemos nuevas investigaciones sobre mentos, ese instante del deseo bruto, ese instante del psicóti-
las psicosis, nos podemos preguntar a partir de cuál defini- i.o que es anterior a la ley del padre, de ese cuerpo despeda-
cidn del orden simbólico vamos a proceder para situar su zado que sabemos que es la propia imagen del psicotico. Me
desfallecimiento. Existen muchas cuestiones que están im- pregunto dónde se inscribe el cuerpo en la psicosis. La mujer
plicadas allí en un punto muy posterior de la ensefianza de que no esta inscripta como el hombre en el inconsciente, es el
Lacan. A partir del momento ui que Lacan implica el goce en primer cuerpo. Es en esa relación de real donde Lacan lo ins-
ei orden sirnb6lic0, estamos obligados a decir que es precisa i-ribe, pero cuanda se habla de psicoanálsis del cuerpo, que-
operar desde ese punto. Existe allí una relación con los trata- da sobreentendido que se habla del objeto a, sobreentendien-
mientos clínicos ya que dependen de una hipótesis sobre la rinse que se habla de toda lo que usted present6 hoy y
estructura del inconsciente. La posición de1 analista es sus- sobreentendiéndose también especialmente en la psicosis.
ceptible de cambiar según lo que él supone acerca de la es- ¿Cómo se inscribe ese cuerpo en el inconsciente?
tructura. Por ejemplo, Lacan de ninguna manera mantuvo la
idea de que no existe Otro para el psicótico. No la mantuvo P: Me gustaría decir algunas palabras más sobre la psico-
pues en el esquema que él hace de Schreber, incluso si hay sis,Lo escuché a usted decir que el psicótico está fuera del
agujeros que se introducen, mantiene esas estructuras, la rela- cliscurso. ¿Usted piensa que existe alguna posibilidad de ins-
ción entre e1 yo y su semejante; él dice: "en verdad, considero cribir ese discurso o no?
que si Schreber se sostiene de dos maneras, muy claras, es
porque él continúa teniendo una relación de amistad conyu- ].-A.M.: De hecho, son tres preguntas relacionadas. Lacan
gal con su mujer y, en segundo lugar, es claro que Schreber se sc dedicó a la cuestión de la psicosis en "De una cuestión pre-
dirige a alguien, se dirige realmente pues quiere hacer de su liminar...", que est6 en sus Escritos; no. obstante, allí no termi-
caso cUnico, la clinica Schreber. No se lo puede reprobar, 41 116su relación con la psicosis. Continuó, por ejemplo, con la
quiere dejar su clínica para la humanidad científica". Decir presentación de enfermos. Pero desde ese gran texto no hubo
"el psicótico está fuera de ias leyes de la palabra" es un poco nada comparable en toda su enseñanza. Fue cuestionado en
radical, una &poca,hace cinco o seis años, por un pequeño grupo que
se reunía en la Escuela Freudiana. Le pregunté por qué no ha-
P.: Sosteniendo que lo simbólico debería definirse a partir bía hecho otros avances sobre la cuestión de la psicosis. Res-
del Nombre del Padre, pienso que mi pregunta permanece en pondió gentilmente que era porque no había visto bastantes
suspenso: ¿cuál sería el futuro en cuanto a la posición posible psicóticos y no tenia experiencia suficiente para adoctrinar
del analista en relación a esa falta del Nombre del Padre? correctamente en cuanto a ese tema; señal de una gran humil-
dad clínica. Le preguntarnos si habia tenido psicóticos en m á -
J.-A.M.: ¿Ustedes quieren que primero responda ésta o de- lisis. Dijo "sí". Le preguntamos si 10s había curado. Respon-
' sean agregar otras preguntas? di6 que eso había sucedido pero que no sabia cómo lo habia
hecho. Él nos habló de la cura, la cura de los niños psicáticos,
P:Me parece mejor hacer mi pregunta ahora. Cuando us- como Maud Mannoni. En general, eso consiste en detenerse
ted comenzó a pensar en las fisuras que existen en una lectu- en un momento del relato, a mi me gustaría saber qué pasó
ra como la que usted hizo, especialmente en el final. de su ex- dos años o un año después. No estoy convencido de que se-
pamos de una manera tan segura acerca de la cura. La pre- 1.5 la policía quien hace la selección en los hospitales psiquiá-
gunta es: jes posible por un forsamienfo, por un injerto, reins- Iricos: la policía y las familias. Al sujete se lo coiiduce alli
cribis al psicótico en el orden simbdlico del cual fue rechaza- iquando no se encuadra en las exigencias de sociabilidad,
do? Es lo que Melanie Klein intenta con los niños, el famoso 13uandofracasa en relación al lazo social. No tiene nada de ex-
forzamiento edípico que ella lleva a cabo con el pequeño Dick Iiaordinario decir que la psicosis está básicamente fuera del
del que Lacan habla en El Senzinauio 2. Ella mete el simbolis- iliscurso. Eso no quiere decir fuera del lenguaje. El discurso es
mo en él diciéndole cómo irá a estructurar las cosas con su pa- i lila concreción del lenguaje, especial, institucionalizada.
dre, su madre, siendo 61 el pene. Eso constituye una imposi- Ahora, en cuanto al psicom(l1isis del cuerpo, es preciso ser
ción forzada de lo simbólico para que 41 se encuentre. Parece c.laso: no hay psicoanálisis del cuerpo. E1 cuerpo está inscrip-
algo escandaloso; los filósofos encuentran escandalosa la in- to y representado en el inconsciente. ~ C Oesti ~ Orepresenta-
tervención de Melaxiie Klein. Es mejor que arrodillarse frente ilo? Bajo la forma despedazada, representado esencialmente
a un esquizofrénico creyendo que eso es realmente la posición 17or 10s cuatro objetos involucrados en el. circuito de la pul-
subjetiva suprema, lo que de hecho es un delirio irresponsa- xirin: los senos, las heces, a los que Lacan agregó la voz y la
ble. No era a ese trabajo filosófico al que me refiero; EE Anfi- mirada, cuatro desechos del cuerpo que tienen función en el
Ediipo no es un trabajo para tomar en serio. El propio autor de- inconsciente. Se agrega la forma imaginaria que se imprime
cía que no tenía una respuesta para la que habia formulado r*nel. inconsciente, al cuerpo del hombre, que se llama falo. Es
allí. Es normal pues, que nadie haya pensado verdaderamen- ,isi cl cuerpo en el inconsciente: no es Ia carne, es lo que hace
te en practicar esquizo-análisis, ni ellos mismos, los primeros. ttue no haya relación sexual en el inconsciente. Por un lado,
Lacan ciertamente no tomó una posición teórica respecto a ilxiste la representación de un único sexo, en relación a la cual
ello, se sabe que existen muletas imaginarias para esas fallas los dos sexos tienen que determinarse, ambos en relacidn al
simbólicas. Éstas le permitieron al presidente Schrebcr man- iilismo símbolo sexual.
tenerse hasta los cincuenta y u n años con la falla esencial, que Y, por otro lado, hay cuatro objetos, sustancias del objeto a,
nadie percibe. objetos asexuados. Hay en realidad dos sexos, pero en el in-
Hay muletas imaginarias que la vida, la existencia, le ofre- consciente hay un único símbolo para los dos; en cuanto al
cen al psicótico, pero que lo colocan en una dependencia ex- rcsto, es asexuado, lo que no le hace más fácil la vida al cuer-
trema a esa contingencia. Si la vida retira esas muletas, se que- po. Podemos soñar siempre con reencontrar la armonía con el
da sin apoyo. Cuando esa falla se revela, se puede intentar cuerpo, con reintegrar el sujeto a su cuerpo. Para esa separa-
inventar muletas imaginarias, nuevas muletas. Es verdad que ci6n pluralizante que acabo de evocar, 110 hay remedio; cuan-
el anclaje de esa o aquella relación psicoterapéutica puede do el discurso de la ciencia era menos virulento que hoy en
funcionar asi, no obstante no se sutura la forclusión. E inclu- día, era posible encontrar una forma cIara para acomodarse
so aunque se haya curado algo, es una actividad de sostén tnejor al goce del cuerpo. Había sabiduría, un saber hacer con
que ofrece apoyo suficiente para que, con esa herida abierta, cl goce del cuerpo. Claro que sofiarnos, sólo hacemos eso, no
el sujeto consiga incluso así más o menos mantenerse. podemos practicarlo, y a medida que el discurso de la ciencia
Es muy difícil constituir la psicosis en lazo social; ella no se expande, se profundiza, eso se pierde, esa sabiduría se
genera lazo social, escapa al lazo social. ¿A quiénes lIevamos pierde irremediablemente. A medida que el malestar se ex-
a los hospitales psiquiátricos, al menos en Francia? A las per- tiende, al mismo tiempo el psicoan~lisisextiende su empresa,
sonas que no están estabiIizadas en el lazo social, finalmente resiste desde ese punto de vista. Claro que según los lugares
El deseo 77

del mundo, segun la penetración de esa entidad abstracta que implica que basicamente es hablado a la vez que es hablante,
es el discurso de la ciencia. Y los lugares donde no se adapta- y que es incluso más hablado que hablante pues está determi-
ron completamente a ese discurso, serían lugares en donde nado por un significante que le es exterior. Eso lo conducirá
aparentemente esa armonía con el goce sería posible. Es la le- inclusive a la expresión: "hablante-ser", que expresa al mismo
yenda que creamos en Francia sobre Brasil, que habría más fa- tiempo, ser hablante y ser hablado. Ahora bien, en el Informe
cilidad aquí con el goce. Se dice eso o porque está lejos o por de Roma tiene una posici6n diferente, acentuando el carhcter
exotismo. Pero la presencia de ustedes aqui, practicantes del de actividad del habla, y ello acompaña esa teoría del recono-
psicoanálisis, muestra que no se trata de eso. El psicoanálisis cimiento pleno y entero de la identidad del sujeto en su deseo.
gana. Se trata de un punto de ruptura capital en su enseñanza: ais-
lar el momento en que Lacan renuncia a la idea de reconoci-
p:Me gustaría hacerle una pregunta en relación al deseo. miento del deseo. Es un punto clave a partir del cual Lacan re-
En la primera de las teorías de las pulsiones en Freud, las pul- comienza, y espero poder ccinducirlos hasta ese punto antes
siones de autoconservación y las pulsiones sexuales, el pri- de pasar a otras cosas.
mer modelo de conflicto entre pulsión de autoconservación Plantearé cuestiones respecto de la clínica. La clínica, la di-
-o pulsión del y* y las pulsiones sexuales es superado por nica psiquiátrica, la clínica de observación, no es un dato bru-
otra oposición: pulsión de vida, Eros, versus la muerte, Thana- to. La gran clínica psiquiátrica que se constituye a lo largo del
tos. Lo que veo en Laca11 sería eso: tenemos también el yo y la siglo XIX, especialmente en Francia y en Alemania, eran dos
opasici6n en relación al deseo; el deseo es lo que desborda, escuelas con una cierta relación de rivaIidad, de complemen-
pone en jaque al yo. tariedad. Eso termino, extrajimos de ella todo lo que pudi-
Luego esa oposición se inscribe en otro termino de conflic- mos. Terminó en los años 1920,1930, después no se encontró
to que sería el goce. La función del deseo en cierto modo se- una nueva entidad. Con los medios propios de la clínica psi-
ria la de cernir hasta preservar una cierta unidad narcisística. quiátrica se arrib6 a un cuadro satisfactorio que es su comple-
tud. La Última gran tesis psiquiátrica de la escuela francesa es
J.-A.M.: Puede ser que esa sirnetria sea un poco artificial, la tesis de Lacan, en 1931, el último suspiro de la clínica psi-
que no haya simetría entre el t4rmino sexualidad, tal como quiátrica. Un joven psiquiatra que no es lacaniano, Paul Ber-
usted expresa en primer término, y el deseo que figura en se- cherie, public6 su tesis Fundamentos de ln clinica, en la cual in-
p d o término. Estoy de acuerdo con eso, ego x deseo. En el tenta demostrar que la c l í í c a psiquiátrica termin6 hace
punto al que arribamos respecto a Ea construcción del concep- cincuenta años. Desde entonces, evidentemente, por un lado
to de deseo en Lacan, por el contrario, éste aparece en un mo- la psiquiatría continúa, y por otro lado también, la biologia
mento ligado al ego imaginario, que es lo que implica preci- rnolecular, prometiendo llevar a cabo en breve el fin de la psi-
samente la teoría del narcisismo en Freud: que el deseo en el quiatría, 6 reducir la psiquiatris a la asistencia social, pues es
ser humano está conducido pos las vías del narcisismo, que es preciso decir que ya está, en rnucl~oslugares, reducida a eso.
más hablado que hablante. Vean entonces que en la época del A partir del momento en que se inventó el medicamento pa-
Mofme de Roma, Lacan toma muy en serio el hecho de que ra las enfecmedades mentales, ¿cual clínica necesitamos? La
, el hombre sea hablante, y dice que cuando 61 es hablado, está . clínica de los efectos del medicamento. De la gran clínica clá-
loco. Ustedes verán que es muy diferente de lo que va a decir . . sica, que era tan fina, tan llena de matices, han quedado sen-
mas tarde, cuando considera que justamente el inconsciente cillamente elementos que permiten decir que tal medicamen-
to tiene o no tal efecto. Es una clínica que se construyó a par-
tir de la eficacia del medicamento. Mientras que la clínica psi-
coanalifica no está cerca del fin, se distingue de la otra por el
hecho de que el propio paciente enuncia su síntoma: la dife-
rencia fundamental es que su síntoma es el que lo conduce al
anilisis. A partir de1 momento en que el síntoma llama al
complemento del psicoanalista, éste viene en la experiencia
analítica a unirse al sintonza. Eso da identidad, el sintoma to-
ma forma propia, lo que dice Freud al afirmar que es sólo en
la experiencia analitica que los shtomas adquieren su forma
consistente en la enunciaciói~que es hecha. La clhica pslcoa- Intentaré retomar el tono de la charla que había dejado de
nalítica tiene ese rasgo particular que la torna difícilmente ob- lado para comunicarles mis preocupaciones con respecto a los
jetivable, difícilmente transmisible, pues incluye a aquel que cambios de la enseñanza de Lacan. Durante estos tres prime-
se dice observador y lo incluye de manera esencial. Tambien ros encuentros sus observaciones fueron tomando una cierta
esto es verdad para la clínica psiquiátrica. Sabemos que Char- consistencja: no exactamente la que yo esperaba, pero sí la
cot tenia algo que ver con la demostración de sus lustéricas: que habia previsto a pesar de todo.
cuanto más el interlocutor de la histérica hace de sujeto su- Yo esperaba el malentendido.
puesto saber, cuanto más imita al sujeto supuesto saber, más Intentaré hablar de lo que nos preocupa: por un lado la
se agrandan las manifestaciones de la histeria, más crecen, eso psicosis y por el otro la transmisibilidad del psicoan&lisis.
ofrece teatro puro. De parte del analista puede ser necesaria IJay un punto en el que la psicosis y el materna se recortan. Se
cierta deflación, si él no desea que la histérica se agite excesi- recortan precisamente en el escrito; no hay transmisión inte-
vamente. Pero no existe la clínica bruta en psicoanálisis. La gral.
clínica psicoanalítica es siempre de transferencia: en ella no Son escritos de difícil lectura y, a causa de la imposibilidad
puede abstraerse la cuestión de la posición del analista. Todo de leerlos, será un verdadero hallazgo si toda esa producción
lo que es un caso está siempre marcado, debe ser marcado por termina apareciendo en las librerías. Eso no impide que acu-
esa suspensión. En el relato del casa analitica, se trata siempre inulen papeles. Lo mismo sucede con los escri.tos específica-
de un analista que expIica la idea que 61 tiene de su lugar. De mente científicos, no hechos para ser leidos, contrariamente a
allí deviene la forma en que él teoriza e1 deseo, el goce, la se- lo que sucede con las novelas, hechas para ser leidas. No obs-
xualidad, el hambre, etcétera. Cuando Lacan nos habla del tante, algo puede enseñarse a partir de esos escritos, algo que
deseo, del goce, del reconocimiento, lo que el está haciendo es se sostiene sin ayuda de la traducción. Allí no hay riesgos de
clinica. Nos muestra cómo se aprehende por sí mismo el fenó- malentendidos, porque en una fórmula 16gica no hay nada
meno de la experiencia analítica. que entender. Como se habla "sobre", se habla a partir "de lo"
escrito, allí también comienzan las inquietudes. Eso parece
San Pablo singular: la tesis de Lacan es que incluso lo real, que en la ex-
periencia analítica no tiene nada que ver con lo concreto, de-
pende de la escritura. No se lo puede captar y aislar sino a
partir de una red de significantes. Lo real se diferencia del res-
80 Jacqraes-AlaiinMiller La psicosis 81

to, especialmente porque presenta lo imposible difícil de ser iipficante de la propia experiencia analítica, de la cual el ob-
alcanzado. Consideremos el tiempo que precede al surgi- jeto a es un producto. Una vez extraído por la experiencia
miento del discurso cientifico en el siglo XVIl -con la fisica- ;inalítica pero en sentido propio, es lo que se espera a partir
matemática- y hace un corte can el estilo que psevaIece hasta de la forrnalización significante que la constituye. El resulta-
el siglo XVI, marcando toda una diferencia. A partir del mo- do es que eso nos proporciona otra vía de abordaje de la rela-
mento en que la física se vuelve matemática, surge lo imposi- ción entre psicosis y ciencia, psicosis y transmisión; en cierto
ble. Con las doctr.inas de la analogía, del macro y microcos- inodo, la ciencia depende de una forclusíón, es tambibn una
mos -referencias que alguien trajo aquí ayer- nu hay nada hrma de psicosis, está en el límite. Y lo es porque supone al-
imposible. Todo puede relacionarse con todo, no hay allí real go bastante sorprendente: que haya un significante articulado
propiamente dicho; lo real depende de aislar un imposible y iln el propio real y que en realidad se puede leer alli el lengua-
éste depende de la lógica, para decirlo en pocas palabras. Es jc matemático en el cual la naturaleza se expresa como Gali-
necesario plantear de forma lógica "lo imposible" para que lo leo. Lacan dice que lo que escandalizaba a los contemporá-
real emerja; categoría especia1 para tacan, diferente de lo que neos de Newton era la idea de que los astros conocían sus
se entiende por realidad. La realidad depende del sentimien- fí3rrnulas matemáticas, lo que les parecía impensable: supo-
to que se tiene de ella y si partimos del estatuto del deseo, tal iier que las fórmulas están en lo real. Es bastante distinto de
como evoqud ayer, es siempre poca para e1sujeto en tanto ha- lo que ocurria antes, los cielos cantaban la gloria de Dios y se
blante. Es estricta en su dependencia del fantasma y si no con- Iri puede cantar también ahora. Ya no hay reino de la analogía
sideramos una excepción al. supuesto de que nos alcanza a porque esas fdrmulas, esas escrituras, son inscripciones en lo
través de Ios cinco sentidos, para el sujeto la realidad es su iaeal.Una suposición, si imaginamos que estamos generando
fantasma. Y lo lleva a definir el fin del propio psicoanálisis un cierta numero de objetos que se crean por el discurso de la
por el atravesamiento del fantasma, por la caída de vuestra ciencia y que cada día son más y más numerosos. Miren lo
idea de realidad. Alguien me preguntó ayer a la noche qué es- que ustedes tienen puesto en las orejas, por ejemplo. Cada
peranza y qué consuelo traía el psicoanálisis. Tuve bastante vez tenemos más de esos objetos que caen del discurso de la
dificultad en responder que la esperanza principal que trae es ciencia, del saber en lo real y nosotros mismos comenzamos a
un pequeño plus de "entusiasmo" -no sé si esto queda por ser un conglomerado de esos objetos.
fuera del consuelo filosófic* una vez que el fantasma, que En la psicosis existe otra forma de situar el saber en lo real,
constituye el marco de aprehensidn de la realidad, se encuen- cl automatismo mental, categoría que ustedes conocen. Para
tra ya caído. Ya aliviado de dicha realidad, haberse vuelto lo el sujeto psicótico se trata del funcionamiento puso en lo real
que resta de su propia realidad, tiene sus ventajas. ¿Quédife- de un saber que le habla -que e1 ya poseía anteriormente y
rencia a lo real, del simbolo y de la imagen? La ausencia de funcionaba de forma pura-, saber que nosotros decimos que
transfosmaci6n; se puede calificar como real en Ia experiencia estA en su cabeza, sin embargo él dice que está afuera, en lo
aiíalitica, a todo aquello que resiste a la dialéctica. Lacan ha- real. Esto le sucede al paciente sobre el que les voy a hablar,
bla de dialéctica del deseo, siempre ligado al Otro: el deseo no cuyo caso conocí en el Hospital Italiano, en Buenos Aires, el
se define en ese sentido por ser real. El goce es un término sin jueves pasado. Él repite que no está enfermo psíquicamente
dialéctica. En la experiencia analítica se puede hacer un real sino por causas externas y, en el fondo, tiene razón; es preciso
del goce como no dialectizable, que hace decir que el objeto a, considerar esto al pie de la letra: se enfermó de un saber que
como plus de goce, es un real que depende de la articulación le es exterior. Es exactamente ése el problema de fondo de la
psicosis: el psicótico tiene sobre nosotros la ventaja de saber En verdad el psicoanálisis gana, pues avanza al existir un
que el significante está afuera, que no se trata de hacer psico- discurso de la ciencia utilitarista a la cual le gustaría que se
logía de las profundidades como dicen los junguianos, que pudiera reciclar al psicótico, que es evacuado como un dese-
imaginan el significante muy profundo. Ayer también alguien cho del bien social: estamos cada vez más motivados para in-
me dijo que en Brasil hay un especial aprecio por Jung, ese ici.itar reciclarlo, como se hace con todo. Antiguamente se lo-
psicoanálisis que nació en los Alpes suizos y que e~~cuentra graba encontrar un espacio, una función social para los locos,
un campo de expansibn en un país totalmente diferente en to- 4i.i intentar curarlos. Nos volvimos filbntropos a partir de de-
do. lerminado momento; es por eso que nos ocupamos de "tera-
El movimiento junguiano es anterior al discurso de la cien- l?eutizar" la psíquico, como decía Lacan, lo que no está claro
cia: es por eso que se interesó tanto en la astrología; escribió PS que sea necesario. Cuando nos ocupamos de la psicosis lo
el psicoanálisis de la astrología, hizo del psicoanálisis mismo I.iacemosa partir de la estructura d e la neurosis como referen-
una astrología, operó con la correspondencia universal. Fue a cia, pues se supone que el psicoanálisis sabe tratarla. Es el ses-
través de la astrología que Jung pretendió restituir la relación xo que tomamos, está marcado en los Escritos de Lacan, cuya
del micro y del macrocosmos. El punto de partida de Freud y iaeferenciaes la "Cuestión preliminar". Abordando ese texto,
de Lacan es diferente: el sujeto de la ciencia est6 en el mundo, vernos que el primer esquema que figura allí es el de la estruc-
nació y no podemos deshacernos de ese parásito. Soñamos tura de una neurosis del cual él obtiene el esquema de la psi-
con hacerlo, soñamos volvernos horno natum. Sin embargo, no cosis, a través de su modificación, apoyándose en la comple-
se avanza mucho diciendo que ese retorno es sin esperanza y n~entaciónde dicho esquema. Esa nada que se crea nos
que tenemos que lidiar con los efectos de la ciencia que se muestra que Freud también aborda la psicosis a partir de la
multiplican siempre en desventaja para el sujeto que somos, ~~eurosis, ya que en el psicoanálisis es una condición tener re-
envueltos en las consecuencias que eso implica, concernientes ferencias. Pero eso hace necesario invertir el punto de vista,
a nuestro goce. El surgimiento de la idea de estructura es de para que se pueda admitir que la psicosis es un dato inicial y
otra época, en la medida que está construida por fórmulas lo que llamamos normalidad es la sobreimposición de un sín-
que nos capturan y que sin ellas, no podría funcionar la es- toma sobre la psicosis. Es preciso hacer esa conversión para
tructura del lenguaje. Coino lo demuestra la menor experien- no ser el terapeuta ingenuo y filántropo que nos invitan a ser,
cia de la psicosis, nadie se expresa cuando habla; hablar supo- saber que sólo tenemos un síntoma para proponerle al psicó-
ne una pérdida que se extiende a todo, se habla a expensas de1 tico. Fue lo que Lacan n~arcó,en la época de la presentación
goce. Bste se presenta en nuestra epoca como una falta a COI- en el hospital psiquiátrico, frente a un cierto tipo de loco, pa-
mar, y se produce cada vez más, es insaciable, y nosotros, en ra lo cual se le pidió su opinión. Y él dijo: "iPero él es comple-
todo el planeta, entramos en esa economla. iY por qué eso no tamente normal!". Es paradójico, sin duda, pero es una invi-
tendría relación con el psicoanálisis? Estamos ante la eviden- tación al público a "despegarse" de las evidencias. No es
cia de la inanidad de nuestro consumo. La producción, por cuestión de ser mayoría, de que tengamos coincidencias por-
ser incapaz de completar la falta de goce que ella suscita, nos que compartimos el micino sintonla. No es por ser más nume-
deja insatisfechos. Pero hacemos clasificacionec, coma decir rosos desde ese punto de vista que debamos imponer nuestra
que todo el planeta está en desarro110 y se estimula a aquellos ley al otro. Considerarlo as! es más importante que sentirse o
que aún no entraron completamente en la máquina de la fal- mostrarse ingenuamente filántropa en relación al loco.
ta de goce a precipitarse en ella. Intentaré hablarles un poco sobre el caso N, cuyo nombre
84 lacques-Alain Miller
I La psicosis 85
1
propio es el de un gran inventor cuyo legado produjo un vi- los tratos de los que es víctima. He aqui que ese hombre que
raje en el curso de la historia. Este paciente autorizó la utiliza- hasta los 66 años estaba muy bien, comienza a ceder en su
ción de su caso. Pero tiene su precio: no existe razón, bajo el personalidad y a presentar desbrdenes. Reconstruyendo los
pretexto de que es loco, para que no se le pregunte la opinión. acontecimientos a través de su círculo más cercano, sabemos
Me hubiera sido más fácil presentarles el. caso si desde que lo que lo que había precedido a la fase vegetativa habría sido un
conocí hubiese tenido tiempo de trabajar en él. Sin embargo, edema pulmonar que apareció por primera vez en junio de
no fue posible por el estilo de vida que he llevado desde en- 1980 en una persona que jamás se había enfermado, y a cau-
tonces, pero creo poder extraer las líneas más fuertes. Espero sa de eso, N tuvo que pasar una semana en el hospital. Fue
trabajar en él en breve, pues en la institución estuvieron de allí que las cosas comenzaron a cambiar y él se lanzó a escri-
acuerdo en remitirme el texto de sus memorias, su autobio- bir una autobiografía.
grafía compieta. Ya existen datos en esa secuencia. Considero las cosas más
El caso es interesante por ser el de un hombre que se hun- simples pues tenemos que demostrar de nuevo por qué con-
de de manera brusca a los 46 años. Acontecimiento relativa- sideramos la cuestión del modo en que lo hacemos. Hay un
mente tardío, a Schreber le ocurrió a los 51 años, pero N tenia período de evolución y aparentemente tina causa, una contin-
quince años m6s. En octubre de 1980 se comenzó a observar gencia. Pero si a partir de la causa contingente hay un perio-
una modificación de su comportamiento: de hombre activo, do de evolución, se lo puede aislar porque el propio paciente
pasa a estar todo el tiempo acostado, con ideas de persecu- lo dice, sin ser forzado de ninguna manera. No llegu6 a verlo
ción y de ruina. Vale la pena notar que ese período llegó a ser a N, leí el documento que un servicio psiquiAtrico me remitió;
calificado de "vida vegetativa", pero no es muy acertado lla- hay, por lo tanto, un cierto carácter de demostrativa autentici-
marlo así. Éste termina el día 2 de agosto cuando abrupta- dad. El propio paciente alsla su momento de franqueamiento:
mente N cambia de conducta, sale de casa durante el. dia, 10 califica de una manera impresionante, "había nacido de
vuelve a las once de la noche, cuenta cosas graciosas, chistes ... nuevo", una especie de modificación de su identidad. Es un
A la familia él le explica que naci6 de nuevo, y pasa a vivir ba- viraje, no algo que viene evolucionando, es un movimiento,
jo u n ritmo frenético, pasando largas horas fuera de su casa. un instante aislado, en el que el sujeto pasa para el otro lado.
Comienza a reorganizar papeles comerciales (relativos a su No se puede descuidar ese momento en beneficio de la evo-
profesidn), pues terne ser objeto de control fiscal. Cree que lucidn de la enfermedad. Todo se vuelve inexacto desde el
aún se mantienen los controles fiscales en Argentina, que pa- punto de vista mental y es preciso ocuparse de io que el pro-
recen ser especialmente rigurosos -en realidad, también de- pio paciente dice cuando se lo examina, especialmente de la
ben ser10 en Brasil, pues hacen llenar una pila de papeles certeza que tiene de que un día algo cambió. De 10 que se tra-
cuando uno llega aquí-. Esto se transforma seriamente cuan- l ta es de buscar la certeza del paciente -que esth en otro lu-
do piensa que en su casa hay micráfonos colocados por la po- gar-, un elemento del diagnóstico de las psicosis. Adoptar co-
licía, por el FBI, por la Gestapo, y está convencido de que tie- mo regla esa idea evita confundir la histeria y la psicosis. Es
he papeles que lo van a comprometer. Un determinado día, se sensible la fluctuación clinica en las presentaciones de casos
- desorienta y no sabe más dónde está su casa ni en qué día vi- 1 colectivos o individuales en Argentina. El elemento de certe- .
ve. Tiene vértigo, náuseas, sensación de que le flotan las pier-
nas y teme perder el equilibrio. Reta a sus hijos porque no lo
i za que tiene el paciente, tanto de la entrada en otra fase de su

comprenden y dice que se va a quejar a la policía por los ma- 1 existencia como de que sus alucinaciones están en lo real, se
diferencia por completo del estilo de la histeria. No puedo .
La psicosis 87

imaginar que haya locura cuando una histérica viene a verme ber. S610 tengo el material escrito, no vi ni interrogu6 a nadie.
con el sentimiento de la realidad modificado, porque ya no Se constatan las tres generaciones que se necesitan para hacer
sabe más si esta despierta o soñando: muchas ideas fant6sti- un verdadero psicótico: en este caso como en Schreber, tene-
cas le estBn pasando por Ia cabeza. Cuanto mayor es su incer- mos las tres generaciones. La psicosis es una cultura, necesita
tidumbre de si está soñando o está despierta, más alejada tradición, es eso, por otro lado, lo que se llama superyó en psi-
queda la posibilidad de una verdadera psicosis, que se carac- coanhlisis. El superyó no es simplemente la identificación con
teriza por la certeza de1 paciente y no por la idea de que el t los padres, con las prohibiciones parentales, sino que conden-
mundo gira en torno a él, de que desconoce su lugar y que in- sa en efec.to las tradiciones existentes.
tenta identificarse con el mundo para fijarse. Éste no es el es- En Argentina me hablaron del caso de una paciente presa
tilo de la psicosis. de la tradición materna. Hace tres generaciones las mujeres
Así como es posible aislar ese momento de certeza, es típi- de la familia se desembarazan del hombre con regularidad, Es
co de la psicosis esa fase aparentemente de "vida vegetativa", un caso que comenzó el tratamiento hace poco. El analista
aunque, en verdad, es vida intensa. Si la persona pasa tres tendrá que hacer una gran labor, pues en este momento, el
meses acostado es porque reflexiona cobre la preparación de destino de la paciente está totalmente determinado e inscrip-
su nuevo nacimiento. Tenemos un testimonio especifico en las to. Esta casada hace dieciséis meses, t i m e un hijito y piensa en
Memorins de Schreber, que nos dice de qué se ocupaba al pa- la manera de librarse de su marido, y parece que lo va a lo-
sar días y días acostado en la cama. Ese momento estático no grar. El psicoanAlisis no hace milagros, el. analista puede ape-
es nada comparable a la fatiga del neuróticor no es depresión nas intentar colocarse entre el hecho y la paciente, pero es
sino vida intelectualmente intensa, que 10 absorbe ente- muy dificil.
ramente. 6cta fue una digresión para hablar del destino de familia.
Volviendo al primer elemento, la autobiografía, es caracte- El. padre de N no esa violento, segsn él mismo expresa, pero
rístico el recurso al escrito para aprehender lo real que tampoco era afectuoso. La madre tenía buen genio, pero a la
surgirá. vez sufria de una enfermedad mental y había sido internada
¿Por qué medio vamos a implicar allí al significante? Va- tres veces. ¿Qué imagen se puede inferir del: propio N? En su
mos a implicado porque hay este momento de franqueamien- familia, al decir de sus hijos, él era muy duro, poco afectuoso,
to, momento que debe ser pensado en términos de eIemento excepto con la hija mayor, y hacía reinar una dura ley sobre la
y de sustracción del mismo. Pero no sólo por eso, pues el familia. Dos o tres elementos de lo que se reveló en eI examen
hombre se llama N, es su nombre propio. Tiene dos hermanos psiquiátrico que tengo aquí frente a mis ojos: "Cuando lo vio
I
con nombres propios banales y tiene otros dos más con nom- 1 el psiquiatra, su gran preocupación era poner sus papeles en
bres propios de famosos inventores, lo que demuestra quien orden. Eso vuelve a aparecer en algunas entrevistas que están
era su padre: tenía relación con las grandes figuras de la hu- en el dossier: es importante el hecho de si sus papeles están en
manidad, a la cual soñaba reconstruir con su propia familia.
Ei primer resultado es el nombre propio N, era un ingeniero
l
I
desorden, para él es necesario ponerlos al dia. Está también
convencido de que no se ocupaban de él con la atención nece-
que trabajaba con explasivos. Se pasó la vida haciendo inves- saria y afirma lo siguiente: "Yo no tengo problemas psíquicos,
tigaciones en eso. El psiquiatra señaló que Ia figura valoriza- mis problemas son externos".
da de la familia era el abuelo paterno, que era profesor. Éste Les puedo dar además el diagnóstico aproximativo del
. le trasmitió a su hijo, el padre de N, un gran respeto por el sa- hospital: psicosis mixta involutiva. Personalidad pre-m6rbi-
iu psicosis 89

da, paranoide, narcisista. Factor detonante: "estadía en el. hos-


qué punto lo angustiaba la idea de que estaban en desorden.
pital, en junio del año pasado, vivida como una situación de
El terapeuta intenta decirle que todo no es más que un senti-
dependencia, con mucho miedo a la muerte". E1 psiquiatra
miento interno, a lo que el paciente le responde que no, que
piensa que puede realzar un buen diagnóstico a partir del es-
se trata de hecho de cosas externas, objetivas.
tado actual, lo que no coincide con nuestra impresión sobre el Es un caso muy lindo. Nada en este caco fue forzado para
asunto, ya que tenemos un punto de vista estructural. No es
mostrar cbmo lo correlativo a ese momento agudo de fran-
un paciente que no deba salir, pero no en un breve lapso. Lo-
queamiento significante cuestiona su propia identidad y +o-
graron controlarlo con medicamentos. E incluso realizaron aI-
mo verán en la autobiografía- su propio nombre que tuvo
gunas sesiones de terapia familiar que consistieron en llevar
evidente importancia en su vida, incluso en su actividad pro-
hasta allí a la familia para hacerles entender que no seria más
fesional. El momento de franqueamiento es correlativo, sensi-
como antes, pero que "no por eso había que desembarazarse
ble al desmoronainiento de un mundo, ¿pero marcado por
de élf'. Esa terapia se basa en actividades de contención. Lo
qué? ¿Qué es afectado de manera sensible? Lo que concierne
central en el episodio del paciente es el mal estado o la pérdi-
a la palabra, su palabra, ya que 41 está convencido de que lo
da de sus papeles. Puedo citar aiin dos o tres cosas y despuks
escuchan realmente a través de micrófonos, y al mismo tiem-
pasaremos a la reflexión.
po, es afectada la escritura. Lo que se evidencia en el perma-
É1estaba convencido de que ése fue el momento en que su
nente retorno de que hay desorden en los papeles, en las ór-
delirio retrocedió, o tal vez haya experimentado un cierto
denes de pago, en las deudas, en todo lo que sustenta el orden
aplacamiento. "Yo tenia la impresión de que me perseguían,
significante de su mundo. Él no dice que tiene una psicosis h-
que me tenían localizado y que toda mi actividad podría ha-
volutiva, sino que está enfermo del significante y del desor-
cerme pasar por un elemento subversivo, por el hecho de que
den de éste; podemos agregar, en estos dos registros: de la pa-
eventualmente usamos explosivos de gran potencia. Yo traba-
labra y de la escritura. Debemos preguntarnos ahora por la
jaba con el permiso especial de los militares. Podrían pensar
causa. Qué hizo que en la época de la hospitalizacibn, se le ha-
que yo iría a utilizar los explosivos como terrorista". No se
ya presentado un elemento no integrable, un elemento que
podría probar inmediatamente que eso es un delirio. "Yo te-
fue suficiente para hacer ir a pique la armadura de su mundo.
nia miedo de que tomasen mis papeles, que no estaban en ar-
Estamos solamente en las hipótesis, pero son éstos los térmi-
den, sino 'traspapelados"'. ¿Se dice así en portugués, "traspa-
nos en que se debe plantear la pregunta: ¿Qué elemento se
pelados"? NO? Es una bonita palabra, no sé si española o
presento como no integrable a su universo significante? ¿Qué
argente.la. Española, "traspapelados". Es para expresar que
elemento lo "traspapel6"? ¿Quién efectuó el "traspapela-
Iris papeles están en desorden, unos por encima de los otros,
miento"? ¿Cuál es el elemento "traspapelador"? No fue por
es una expresi6n bonita que no existe en francés. Y además
azar que llegamos a esto, esta palabra existe realmente en la
una cita: '"Una vez oí un ruido muy especial, un sonido fuer-
lengua española.
te en la casa, y me explicaron que eran ruidos de autoalimen-
Tenemos una tendencia a imaginar, aunque los testimo-
tacidn que se producen cuando los sistemas de micrófonos es-
nios existen, que él era "una personalidad fuerte", forma ele-
tán grabando". Estaba realmente convencido de que se
gante de decir lo que se revela en el dossier; que era un tirano
grababa pernianentemente desde todas partes y eso lo enfer-
doméstico, un padre de familia que hacía reinar a su alrede-
maba. dor una ley de hierro. Todos sus hijos lo ubican del mismo
Continuando con el tema de los papeles, él explica hasta
modo, como un hombre duro que los oprimía. En su posición
subjetiva era un amo, 41 mismo dice cuán duro era en su h a -
l La psicosis 91

t i afuera, somos noktroc los que imaginamos que está en


bajo, duro para con él mismo; su vida transcurrió en tensión. nuestras cabezas, donde en el límite intentamos colocar ese
De un padre terribIe, al que todos los hijos le temen y que era real. Consideremos a Chomsky, por ejemplo, indiscutible-
especialmente afectuoso con la hija, se dice: he aquí una ver- mente un sabio, pero un sabio delirante. En sus ÚItimos escri-
sión moderna, un poco degradada, del padre de la horda. He
aquí al amo de todo el goce. Es una reconstrucd6n, pero vuel- i tos está obsesionado por el hecho de que lo real del lenguaje
lo tendríamos en la cabeza, exactamente en el cerebro. Es por
ve comprensible este caso, pues la primera hospitaIizaci6n de 1 lo tanto un sabio Iingüistico. Por otro lado, él lo explica con
su vida pudo producir el desencadenamiento de manera bru-
tal. Es un amo elevado a le que Hegel Ilarna "el amo absolu- i mucha seducción. Lo escuché recientemente en París, duran-
te uno de sus viajes; es muy simpático, pero eso no impide
to", es decir, la muerte. Si reconstruimos su posición subjeti-
va coherentemente podemos comprender la emergencia del
significante amo absoluto, la muerte, que de hecho entró con-
tra todo el fitndamento de su posición subjetiva. Tiene, a1 me-
nos, valor de hipótesis para hacer comprender la articulación
I
i
1
que sea delirante. El manifiesta que el. significante existe afue-
ra, como para N, o sea, que viene del exterior. Sale por la bo-
ca, pero está afuera. Lo que ahora sale de mi boca, para mu-
chos de ustedes no es importante -pues es la voz femenina de
las intérpretes lo que escuchan, que habla, que cuenta el sig-
posible entre la personalidad descrita y la incidencia extrema nificante en cuestiiin-, ya que mañana cualquiera podrá delei-
de Ia emergencia del desencadenamiento, la hospitalización y I
i
tarse con mis palabras tanto como quiera, gracias a este pe-
después el estado en que 41 se encuentra dentro de la familia.
Las sesiones de terapia farniIiar nos hacen ver con crudeza iI queña aparato. He aquí cómo el significante se sustenta fuera
del sujeto, es m6s sagaz que nosotros. Este psicótico lo expli-
que él pasó de la posición de amo a la de esclavo, de la cual ca en su autobiografía, a la que llama "Mi vida", de la cual s6-
renacerá en la posición inversa, de asistido. No podemos si- lo conozco algunas páginas, pero al salir de Argentina hice el
quiera imaginar que sea recuperable, no se ptiede curar a un pedido y el Servicio me envió el texto completo. 81 se sitúa en
hombre de 66 aiíos; después de un episodio así me sorpren- relación a la computadora IBM; si existe algo que presenta un
dería que lo dejasen trabajar con explosivos. saber independiente del sujeto y que existe en lo real es esa fi-
Cuando vemos un caso como éste no debemos precipitar- F gura moderna: la computadora. La ciencia hace algo por la
i
nos a decir que vamos a curarlo, sabemos que estarnos frente 1 psicosis, le garantiza que no es un sueño.
a lo imposible de recuperar, es un caso de escuela. Di una cla- La forma como presenta su autobiografía está relacionada
se a partir de él, incluso es 10 mejor que se puede hacer. Pero con el situarse a si mismo en relaci6n a la computadora.
tengo estima por e1 trabajo hecho por los psiquiatras, que es- '"ecuerdo mi existencia, hasta la séptima vida terrena
tán visiblemente interesados en ser precisos, no lo trataron a computada por las más modernas computadoras IBM, octava
la ligera. No puedo, sin embargo, estar de acuerdo con su idea generación, en el buen año del Señor de 1980 por la gracia de
de que puede tener un buen pronóstico, ni veo lo que en di- Dios Nuestro Señor. Autor N X, pero el equivalente de la X no
cho caco puede llegar a ser "el buen pronóstico". Si desean esta, porque no está su nombre. Autor: N, alias FéUx, y su so-
decir simplemente que el momento agudo pasó y que se pue- ! brenombre familiar: (Gato)."
de controlar su humor, de acuerdo, pero no vea~cómorecupe- fi1 estaría entonces, en su séptima vida, mientras que la
rar la estructura en cuesti6n. computadora esta en la octava generación, y eco solo ya cons-
Concuerdo con el paciente cuando éI considera que sólo tituye una diferencia. Es un nombre muy interesante, el famo-
tiene problemas externos porque, en efecto, el significante es- . mismo lo comenta:
so ~ é l i xÉl
La psicosis 93

dice que lo que lo perturbó, lo preocupó, fue el hecho de que


El autor aclara expresamente que L.,nombre de guerra (en no existía la habitación número 13. Su malestar, se centra so-
francés en e1 texto), arriba señalado, no es fruto de un capricho
Fue impuesto en extrañas circunstancias en la primera infancia,
bre el significante, es la ausencia del número 13, que 4 supo-
por un desconocido... Que no logríi posiblemente Investigar al- ne no le dan por superstición; allí se advierte un agujera en el
gún ancestro europeo nacido en las famosas planicies de la Man- significante que lo perturba especialmente. Pero 61 evoca su
cha. La raz6n conocida hasta ahora es su identificación con la ra- estadía "feliz", y hay otro momento en el relato en que vuel-
za felina de FPlix, cuyo origen proviene de la quinta de la resi- ve a aparecer la palabra "feliz": "la felicidad" cuando él esta-
dencia paterna, en la calle... etdtera. Así el nombre F&lix,que el ba en la escuela, con sus amigos, y a causa de una pérdida de
destino -o alguien allá arriba que domina las marionetas que ha- la estructura, designa a su goce psicótico c o i este i~ombre,Fé-
bitamos en este valIe de 1Agrimas-, le ftie impuesto desde la m6s
tierna edad, se identificó en los juegos de niños con centenas de
lix. Goce del cual Schreber nos habla con tanto énfasis sin los
gatos y gatitos instalados en la extensa quinta del solar citado. límites que le colocamos. Un goce que puede ser intolerable,
Y los gatos disponibles hasta esta fecha, aún incompletos, ali- que es lo que vincula la Iocura y la mujer, lazo que se conoce
mentaron el horrendo vientre electrónico de una nueva compu- desde hace mucho tiempo, que lleva a pensar que las mujeres
tadora IBM. En homenaje a la memoria de mi padre adorado, estarian locas, porque los locos en algo son mujeres. Es posi-
Don Rarniro, a quien el autor debe no siilo su existencia, el raro ble buscar siempre en los locos ese purito de goce especial y
nombre, Único en el mundo, sino también, y que es lo m6s im- excesivo: Schreber es el ejemplo paradigmático. Lacan escri-
portante, la actual. profesi611 de genfísico especializado en petró-
leo, minerales e hidrolegía. bió el materna: el efecto del 'kmpuje a la mujer". En francés
tenemos la expresibn "empuje al crimen",' que significd que
Éste es el inicio de la autobiografia de nuestro personaje. alguien lleva a otro a cometer crímenes. Lacan sustituyo "em-
que debe leerse teniendo al Iado el texto de Schreber que es puje al crimen" pos "empuje a la mujer", un efecto de femini-
u n paradigma de la psicosis. Una expresión como "las mario- zación del loco que traduce inuy especialmente la forclusión'.
netas que"habitamos en este valle de lágrimas", es algo que del Nombre del Padre. Freud había detectado el problema
ustedes m.oyen en una histerica; es necesario saber de qué analítico y por eso no sabía qué era lo que la mujer quería, por
habla el paciefiie. Hay casos dificiles, fronterizos, que, sin em- parecerle que en ella el superyó no era como en el hombre; en
bargo,no autirizan. a hablar de psicosis Esterica, lo cual es la mujer no hay límites. Es lo que los maternas de Lacan inten-
una contradic¢ion en.los términos desde el punto de vista es- taron escribir: el no-todo de la mujer, como dice Lacan, es la
fmctural. escritura de la ausencia de límites en la mujer, no hay límites
Del mismo modo, la evocaci6l-i del destino, o de alguien en lo que una mujer puede hacer por un.hombq por'ejemplo.
que desde las alturas "domina este valle de lágrimas, domina Pero F6lix brilla, como "el colarf'," con todo el goce que le
las marionetas que habitamos", es también tipica de la psico- aueda a N. Él se perturbó por el desorden de los papeles, pe-
sis. r'o nos convencieron de que en alguna parte de su autobiogra-
Es muy linda la cdíficacih que hace del saber.en Io~eal: fía, encontraremos expresamente su identificación con las
".
"el ho~rendovientre elecfrhico''. D e b e w psegrrntar de
..
, dónde vi&! qué gs p6ra $1 ese nombre Féiix, ese nombre que 3 -
, suplaitaLalsuyo: ~odémos~ cguiados.hacia
r allí por 10 que 61 .
. evoea más adel&k, "mi feliz estadía" en e1 hospital, donde se
"
1.E n fran&s POU.USSEd la f m m e y pousse B &me.
* ' -'
., . 2. Antigua vivienda de familia ('N . 1.). . L .

-.
centenas de gatos y gatitos, muchísimos gatitos: esa multitud Esperamos mucho del Encuentro en febrero, en París, que
-y me atrevo a decirlo en franc4s- chatoyunie (fulgurante),una fue convocado por el propio Lacan en el iiltimo que se realizó
multitud f ~ l g u r a n t e . ~ en Caracas. Esperemos, pues es gracias al intercambio de ca-
Y ese es su recurso. Podriamos escribir este caso a partir cos clínicos como podremos ser más Utiles a los otros, no so-
del discurso de1 amo en Lacan, pues consideramos como hi- lamente compartiendo reflexiones te6ricas sobre Lacan. Me
pótesis que N era amo, y e1 discurso del amo supone la iden- puso muy contento encontrar en Argentina materiales clini-
tificación del sujeto con un significante amo. Partimos de la cos y no voy a dejarlos en el fondo d e un cajón.
idea de que ese significante, que nosotros suponemos debe Quisiera plantear una última cuestión. ¿Por qué uno no
haber sostenido su existencia, fue el nombre N, ¿y por qué debe hipnotizarse con la terapia? Porque hay una autoterapia.
no? Pues se trata de1 padre justamente en el momento del Una vez pasado el momento agudo, de vida vegetatíva, se
franqueamiento. Este significante ama dominado por el signi- opera una restitución y se establece un nuevo equilibrio, una
ficante absoluto que es Ia muerte, en tanto elia hace irrupción nueva metáfora se reconstituye, lo que Lacan llama rnetáfora
en su existencia con su edema pulmonar. E1 significante que delirante. Es una metáfora que delira de manera diferente del
solo lo suplantó de repente, suelta los diferentes elementos de delirio de la metáfora paterna. Por eso no es preciso desespe-
este discurso, especialmente el saber, que se pone a vivir su rarse tanto y, en este caso, es preciso aprender a respetar lo
propia vida en lo real, que cesa de estar ligado al significante impasible. Es difícil.
amo, que se encuentra separado. Ése es el desencadenamien- Voy a detenerme aquí y responderé a las preguntas que me
to. Entonces, ¿qué queda? Por un lado, un único nombre, por- quieran hacer.
que de ahora en más está separado del significante amo, el sa-
ber se separa, el propio sujeto se separa, y existe una funci6n
que tendremos que encontrar en algún lugar: adónde es que Debate
se va su goce, que escribimos con una a minúscula. El nombre
que él pierde en esa transformación, N, lo sustituye por uno Su presentacihn me gustál mucho, particularmente por
que fabrica con su goce, el nombre Felicidad, y a partir de allí dos cuestiones: la primera sería que el desencadenamiento
va, eventualmente, a poder reconstruir un delirio estable. Tal del delirio, que la psiquiatria clásica denominaba irrupci6n
como sucedib con Schreber, quien se cura por e1 propio goce, delirante, aparece, tanto en N como en Schreber, bajo la forma
porque le causa goce mirarse en el espejo y ver allí reflejada de irrupción irónica, una enorme ironía en relación a los idea-
una beIla mujer. les del padre. Tanto tino como el otro intentaban ironizar la
Lo interesante en este paciente es, en principio, todo lo que determinación y los ideales paternos, siendo eso un elemento
les dije, pero son tan s61o hipótesis. Espero volver a París pa- que se repite con frecuencia en la eclosión de cualquier psi-
ra leer toda su autobiografia y allí veré qué modificar en la hi- cosis.
pótesis que tomé como punto de partida. En segundo lugar, Por otro lado, la evoluci6n del delirio parece ser, sin duda,
el paciente de 66 años está en buen estado de salud y podre- el trabajo de producción de un lugar del sujeto. Da la impre-
mos verificar como va a evolucionar, tenemos esperanza. sion de que el psicótico necesita m amo, pero no un amo que
la domine, sino otro. El encuentro con ese otro amo -la muer-
3. En la traducción se pierde la hornofonía entre clzntoy~nfe(fulgu- te- en el caso de Schreber es con la impotencia que lo lleva a
rante: proviene del reflejo del ojo del gato) y chat (gato), (N. del T.) no engendrar hijos. Todo el delirio puntúa y busca ese amo;
La psicosis 97

podríamos decir que el psicbtico, al menos el paranoico, como cesario retomar Ias cosas por el principio, por la historia de
N y Schreber, buscan al amo como se busca a la mujer. Ellos los términos, no cilvid6ndose qtie el propio psicoanálisis esta
se encuentran, pero no en posición de amo sino de mujer. en el origen del término esquizofrenia, y que ese termino se lo
Hace ya mucho tiempo que pienso sobre esto: jpodriamos debemos a Bleuler. Basta leer la co~respoi-~dencia de Freud y
decir que el delirio es una tentativa de constituir un discurso,
sin éxito? ¿Seria un discurso en el sentido lacaniano? ¿Discur- 1
,
Jung para verificar hasta qué punto es en relación a lo que en-
señaba Freud que Bleuler forjó el concepto de esquizofrenia,
so del amo, de Ia universidad o incluso de la hist&rica?Sin du- 1
i
que es en verdad un problema que compromete al cuerpo.
da, no queremos asociar esos discursos a la nosología. ¿Pero en qu4 sentido? Lacan lo explica de este modo: caracte-
1 riza la relación entre el órgano y la función en el ser humano.
J.-A.M.: Existe un problema en decir que se trata de la ten- 'Tenemos las órganos, precisamos encontrarles sus fui-iciones.
tativa de constituir un discurso en el sentido lacaniano, el cual Desde el punto de vista biológico 10s órganos ya tienen fun-
se funda en la ausencia de la relación sexual. Son cuatro dis- ciones, pero siempre aparecen pequeñas cosas que pensamos
cursos, existen, están instibidos y responden a la ausencia de que no habremos de usar en lo inmediato, y de cuya utilidad
relación sexual. Ahora bien, en el fondo, ¿qué constituye el sólo tendremos conciencia m6s adelante. Durante un buen
delirio de Schreber, por ejemplo? Hablamos de él porque lo tiempo nos pareció que las amígdalas sólo servían para ser
conocemos como caso clínico en toda su extensión. El delirio extirpadas quirúrgicamente; hoy Ias extirpamos con menos
de Schreber tiende, por el contrario, a constituir la relación se-
xual, incluso a dar una relación sexual mayor, un casamiento 1 frecuencia pues conocemos su función específica.
Esto es desde el punto de vista biolíigico. La otra cuestión
sagrado. Un verdadero casamiento sagrado como se lo cono- cs desde el punto de vista del significante. El hombre invei~tó
ce en la mitología antigua y que era practicado por las gran- funciones significantes para sus órganos. Aunque haya idio-
des monarquías japonesas o chinas, e incluso en las occiden- tas como Bernarclin de Saint-Pierre y sus ideas de que el mar
tales -la pareja real representando la unión de los dos existe para colocar en él barcos y que tenemos nariz para apo-
principios esenciales de la vida, que hoy conocernos de un yar los anteojos. No obstante, es verdad que nos ocupamos en
moda degradado-, Cuando el príncipe Carlos se casa con hacer significar a nuestros órganos, a las partes de nuestro
lady Diana, de una forma ya no es más sagrada sino publicí- cuerpo, y es por eso que se modifica el uso. ¿Los lóbulos de
taria, queda algo de ese imaginar la relación sexual. Ahora las orejas habrán sido inventados para colocarse aros? La pre-
bien, Schreber se vuelve mujer de Dios, es la prometida de gunta está planteada.
Dios y en el futuro -pues lo posterga al futuro- de esa unión 1 Existen invenciones extraordinarias, como por ejemplo la
saldría una nueva raza de hombres. Su discurso está dado pa- 1 de la religión judía, que logró hacer significar -mediante la
ra situar la relación sexual, para hacerla existir; yo tendería a
dejarlo corno debería estar, fuera del discurso.
Usted tiene razón en definirlo así, paranoico, porque la es-
1 Alación de una parte del cuerpo- la alianza fundamental con
la ley divina. Existen también muchas otras formas, a veces
más secretas en cuanto a su utilización, de significantizar los
quizofrenia es diferente. Hay una vieja cuestión que hace va- órganos.
rios años se viene planteando en la Sección Clínica: consagrar Lacan, en verdad, caracteriza como esquizofrénico a aquel
un día, un año, a la esquizofrenia; pero siempre nos echarnos que tiene dificultad en encontrar Ias funciones de sus Órga-
atrás, precisamente como ocurrió hace tres años. Es necesario I nos. El propio deseo encuentra esa dificultad debiendo hacer-
decir también que Lacan habló muy poco sobre eso. Serfa ne- los significar, dado que no están presos en una relación insti-
La psicosis 99

tuida. De cualquier manera, en la esquizofrenia, eso no llega P: ¿Pero por qué Schreber me pide que realice la lectura y
muy lejos, ciertamente no indica ninguna vía de tratamiento, saque conclusiones?
aunque sea la forma hablante, pues todo el asunto reside en
que los órganos se ponen a hablar, cada uno por su cuenta. J.-A.M.: Hay casos en que puede haber demanda, pero es
Forma hablante de marcar la posición fuera del discurso, pe- preciso subrayar que esa demanda, constituida o no, se trata
ro no fuera del lenguaje del esquizofrénico. ya de un elemento a ser considerado con precisión. En si mis-
Estoy satisfecho con lo que podemos, nosotros, los analis- mo, ya es mucho poder demandar. EI obsesivo, por ejemplo,
tac, decir de la esquizofrenia, pero no totalmente aún, dado es perfectamente capaz de demandar un análisis, pero en el
que esta cuestión es fundamental ciertamente. Desde nuestro transcurso del mismo puede no ser capaz de demandar de-
punto de vista, hablamos muy bien de la paranoia, mucho masiado, pide un otro que responda automáticamente a la de-
mejor que los psiquiatras. De la esquizofrenia los psiquiatras manda, pero no mucho más que eso.
no dicen mucho. Si no hay otras preguntas, nos veremos en la última reu-
De cualquier manera hay allí un campo abierto. nilón-conversación, a las tres de la tarde, donde veré si hablo
sobre un caso de neurosis obsesiva. Me gustaría también de-
p:Me pregunto si la posicihn del psicótico es doble; fuera cir aIgo sobre Ios grupos analíticos, pero veremos cómo se va
del discurso y dentro del lenguaje. En su delirio, N afirma que desarrollai-ido.
hay relación. No obstante, dice: "Mi padre era loco, quería- San Pablo
que yo fuese N . Schreber dice: "Mi padre era loco, quería que 18-10-81
yo fuese una marioneta bien hecha, siguiendo su gimnasia,
sus ejercicios, sus imposiciones". Quiero puntuar la dualidad
en la que me encuentro cuando dialogo con los psicóticos,
que demandan algo escuchable de muchas maneras.

J.-A.M.:Es necesario examinar cada caso para decir que un


psicótico demanda algo, ésa es la dificultad del proceso.
Cuando se es cirujano, no se precisa ser reconocido por el pa-
ciente. El terapeuta, sin embargo, en tanto se considera como
tal, es necesario que sea constituido como tal por el paciente.
En la psicosis no es evidente la existencia de ese lugar. Si tino
de nosotros se presentara frente a Schreber, tendremos todas
las chances de ser ya un condenado. Podemos considerarnos
terapeutas pero no lo seremos para el paciente. La única de-
manda que se tiene por parte de Schreber es que lean sus Me-
morilrs para contribuir con la educación científica. de la huma-
nidad. Ésa es su demanda. Él no pide de ninguna manera ser
curado. Toda la demanda de N es la de colocar sus papeles en
orden. fisa es su demanda esencial.
EL SIGNIFICANTE

No podemos decir que el deseo del psicótjco sea simple,


bruto. Como alguien expresó esta mañana, se lo reconocería
alli donde en un primer tiempo podría ser desprendido del
deseo bruto. Leyendo a Schreber, de ninguna manera pode-
inos llegar a tener la idea de un deseo bruto, sino que, por el
contrario, se trata de un deseo altamente sofisticado. El está
cspecialmentc fijado por la imagen de si mismo como mujer;
como montaje no parece bruto sino bastante cornp]ejo.
Intento, con un trabajo bastante arduo que hago tal vez pa-
ra mí mismo, quebrar poco a poco el sintagma cristalizado de
la enseñanza de Lacan. Como en su articulaci6n esa enseñan-
za es dificil de comprender, subrayamos una especie de blo-
que: la inethfora paterna, el falo como significante del deseo,
el goce del Otro.
Todo eso viene en bloque, son como signos de reconoci-
miento. Creo que es necesaria quebrar esos sintagmas, esas
fórmulas, y reencontrar la lógica que los anima y que a veces
da lugar a contradicciones.
Yo les había señalado esta mañana la doble articulación del
deseo: por un lado la dimensión imaginaria en la que todas
las formas e s t h envueltas por el narcisismo, y por el otro la
simbólica, pues es preciso rastrear un significante para expli-
car su permanencia.
Estas dobles articuIaciones no impiden que se pueda aislar
como caracteristica su "poco de realidad", característica del
deseo en el ser humano, a la que Lacan permanecerá fiel has-
ta el final. Ese "poco de realidad" es una expresión surrealis-
ta de André Breton; se trata de un fenómeno en lo imaginario terpretación, a intentar poner su atención en otra cosa; se
que aparece fragilizando al desee, pues est5 más anclado en construyó entonces la teoría de la agresividad, la segunda t6-
Ia imagen que en el propio cuerpo. Es decir, el deseo es sus- pica de Freud no fue bien comprendida. Con el tiempo, el sín-
ceptibie de ser tomado por artificios. Es por eso que en nues- toma se volvió más resistente y se debe suponer que el sujeto
tra cultura pueden existir cosas como la moda, la publicidad, se satisface en él, es decir, que le proporciona un goce. Esto
que especidan con el "poco de realidad" del deseo, bastan al-
justifica que se apegue de esta manera y que no se libere de 61
gunos semblantes bien ubicados para que el deseo se anime.
con tanta facilidad como era de esperar. El goce es como un
Esto se debe a su "poco de realidad" en lo imaginario. No hay
lastre de ese nudo de significantes. Si nos referimos solamen-
menos "poco de realidad" en lo simbólico, pues incluso en la
Le a esta característica evanescente del deseo o a su carácter de
expresion "deseo de reconocimiento", aparece como un círcu-
falta, no lograremos deducir el. lugar prevalentc del falo en el
lo, como un fe116meno de infinitud en lo que se transmite, na-
da sustancial sino algo que remite (el deseo remite al deseo). deseo, ni percibir que el gran Otro es la madre y que su deseo
Es exactamente lo que afirma Ia fórmula: "el deseo es el deseo es la funcibn dominante. Eso se recupera por otro lado, pues-
del Otro". to que lo que domina la cuestión eS el falo de la madre, que
Eacan no hará variaciones sobre el "poco de realidad" del no existe. A partir de allí, eso permite respetar este laso del
deseo, expresión que permite oponer deseo y goce. Hay "po- deseo a la falta.
co de realidad" en el deseo, pero no se puede decir lo mismo Cuando Lacan paso de las leyes de Ea palabra a las del Ien-
del goce. Por el contrario, Lacan marca claramente que en la bwaje, apoyhi-idose en la metáfora y en la metonimia siguien-
experiencia analítica sólo trabajamos con sustitutos, signifi- do a Jakobson, encontró una solución para algunas cuestio-
cantes que son sustitutos unos de otros y que remiten unos a nes. Como dice en "La instancia de la Ietra ...", el deseo
otros. De alIi surge la definición: un significante remite siem- presenta enigmas para una filosofía natural; no encuentra su
pre a otro; es una definición circular. Si en el anáIisis, como ex- camino de manera reglada en la especie humana. La solución
periencia significante hubiese algún tipo de sustancia, ésta se- propuesta por Lacan en "La instancia de la letra.. ." es ligarlo
ria el goce, la única que deja el nudo del significante. n la metonimia y considerar que el deseo freudiano no es mis
En el Jnfoorme de Roma el síntoma estA tomado ante todo que el reenvío indefinido de un término a otro, que se opera
como una articulación significante, tal que podría parecer que en el lenguaje. Fue lo que comenzó a percibir en el sentido de
cuando es interpretado, se suprime. Fue lo que vimos con en- que, de hecho, no podría captarse ninguna significación hu-
tusiasmo en el comienzo del psicoaná1isis. En esa &poca el mana si no se remitía a otra. Dicho de otro modo: no existe
análisis no durabít tanto como ahora: el paciente llegaba con significante que no remita a otro.
un lastre, con un síntoma enorme, y luego de dar algunos pa- El ejemplo que uso a menudo, porque en este punto es cla-
seos en el jardín con el doctor Freud salía liviano como una ro, es e! del lógico que dice: "cuando nos hacen una pregunta
pIuma. En esa epoca, con sólo haber paseado tres veces con sobre el término k',¿cuál es la respuesta? Cuando le pregun-
Freud, hubiéramos podido decir que eso era un psicoanálisis. tamos qué es 'a', la respuesta es siempre: es una %',porque no
Fue lo que los analistas verificaron, cuando a partir de un de- se puede definir 'a', un término, sino por otro". He aquí el va-
terminado momento las cosas comenzaron a no andar tan lor del reenvío, que constituye La ley misma del lenguaje. La
bien. Hubo una crisis en el psicoanAlisis que obligó a los psi- soluci6n de Lacan es decir que el deseo no es nada mis que la
coanalistas, una vez concluido el período milagroso de la h- investidura, el efecto, de ese valor de reenvio. O sea, es lo que
siempre estuvo en su enseñanza. iQué sucede si seguimos es- porque en ese sentido constituye un síntoma y refuerza ia
te camino? El Nombre del Padre metaforiza el significante, la función fálica. Lacan piensa la función f6lica en relación al go-
ausencia de la madre escrita a partir de su Deseo, y el efecto ce, lo que no quiere decir que el goce se reduzca a eso. De alll
ya no es de una significación que remite a otra. La x encuen- proviene la pregunta: ¿la interpretación analítica debe ser
tra su significación absoluta que es fslica. ¿Qué quiere decir pensada a partir de la metáfora o a partir de la metanimia? He
eso? En un sentido es lo que se produce cada vez que hay una aqui una oposición muy simple. La construccih que haré
metáfora, toda metáfora es metáfora del falo. Aunque nos aqui se inclinarh m el sentido d e que la interpretaci6n debe
pueda parecer muy osado como formula, es Io que Lacan di- ser metonimica y no metafórica. Es decir, reconducir al sujeto
ce en el famoso texto de los icrits, "La significación del falo". en las vías de la metonimia, sin fijarlo en el sintoma analítico.
¿Qué es la significacihn del falo? Es la única en verdad, si no Es así que Melanie Xlein interpreta, adhiere el Nombre del
estamos en un remitir hdefinido. ¿Qué es una a? Es una b; Padre e intenta hacer emerger la significación fálica con efec-
¿qué es una b? Es una c; ¿qué es una c? Es una d. O estamos tos de regulación. Lacan, sin embargo, destaca el medio-decir
en la dimensión metonírnica del remitir indefinido de cignifi- de la verdad; creo que al expresarlo de este modo nos indica
caciones, o en la metáfora, cuando surge un sentido -tal como precisamente que hay que interpretar en la vertiel~tede la me-
se produce en e1 juego de palabras o en el lapsus- se tiene la tonimia, aunque algunos digan que eso prolonga más tiempo
impresión de que por una vez el lenguaje allí dice la verdad. el psicoanálisis.
Justamente porque se la dijo de lado. He aquí el principio de La consecuencia de esta situación del deseo -que se enlaza
la interpretación analítica: decir un poco de lado para estar más a otro significante que al Otro como tal o que s61o se en-
donde es necesario. Es lo que Sacan IIarna el "medio decir", el laza al gran Otro por el sesgo del reenvío al otro cignificante-
decir a medias. Si se lo dice todo, se falla; por el contrario, si es que no vemos claro lo que podría querer decir el reconoci-
se falla un poquito, se tiene la oportunidad de decirlo justo. miento del deseo. El reconocimiento del deseo seria, creo, que
Cada vez que se aísla un significante, puede ser interpretado el encuentre finalmente su propio significante. De esta mane-
a partir del falo. Es ése el rniIagro del psicoantílisis, del cual ra, el punto al que Lacan llega en "La instancia de la letra ..."
no se debe abusar: poder interpretar a partir del falo. Es lo por la vía que siguió, entra en conflicto con toda su elabora-
que le da la apariencia de pansexualismo. Sin embargo, de ción inicial, Esa página de los zcrits saltó a mi vista como un
manera alguna es pansexualismo, pero la producción invaria- instante de viraje, absolutamente capital en la obra de Lacan.
ble de la significacicín fálica, en cada methfora, en cada lapsus, Y luego uno se pregunta cómo no la subrayó apenas leida. En
en cada juego de palabras, en cada salida de la senda de la Buenos Aires la evoqué vagamente pero no la encontré. Aho-
metonimia, el falo emerge como significación absoluta. Scko- ra, sin embargo voy a dárselas a ustedes: es la página 623 de
penhauer lo sabía a su modo; muestra, en una página adrni- los Écrits y está en "La direccion de la cura...". Se las leo: "Al
rable, que todas las actividades humanas son susceptibles de sentido del suefio le preeexiste su lectura, asi como a la ciencia
ser entendidas a partir de lo que llama "deseo sexual". Lo su desciframiento, una y otro demuestran que el sueño esta
cual plantea al pasar, una pequefia pregunta a la interpreta- hecho para el reconocimieiito...". Oc~pensede estas frases:
ción analítica. La interpretación analítica funciona, pero fre- "El suefio esth hecho para el reconocimiento...", "pero nuestra
cuentemente a partir del Nombre del Padre, no se imagina voz desfallece antes de concluir: del deseo. Porque el deseo, si
nada más allá de eso. Ella apunta allí a producir indefinida- Freud dice la verdad del inconsciente, y si el análisis es nece-
mente la significación del falo, lo que es muy inquietante, sario, no se capta sino en la interpretación". Pero sigamos: "la
eIaberaci6n del suefio está alimentada por el deseo, ¿por qué na. Sale de la filosofia y sólo a partir de allí le da sentido a la
nuestra voz desfallece para concluir con el reconocimiento, búsqueda de $; ia barra es el sujeto que ya no puede ser reco-
como si se apagase la segunda palabra, que era primera hace nocido. La problemática no es más la del reconocimiento de la
un momento, y realssorbia a la otra en su luz?". identidad del sujeto por la mediación del Otro, eso se perdib.
Es un pasaje extremadamente articulado, pero ¿qué nos di- ¿Y viene en lugar de qué? De la idea de que el sujeto podria
ce? No me detengo en e1 contexto preciso del párrafo: "Co- alcanzar su ecuación, reencontrar la famosa identidad por la
mienzo por admitir que el sueño está hecho para el reconoci- vía del Otro. Allí Lacan coloca el límite estructural en esa uto-
miento y, luego, no me atrevo a decir deseo, no puedo decir pia de reconocimiento. Ya no se podrá hablar más de la comu-
más". Lo consideramos de manera muy linda, muy dramáti- nidad humana y de su armonía, de su participaciiin en una
ca: "nuestra voz desfallece antes de concluir: del deseo". En vasta historia común; no podrá decir que la experiencia ana-
otra vertiente dice: "La elaboración está nutrida por el deseo, lítica es solo intersubjetiva y que apunta a reconciliar aI suje-
y no puedo escribir más el deseo de reconocimiento [...] mi to con el sentido de su lustoria. Desde ese momento hay algo
voz, ¿por qué desfallece para concluir con el reconocimien- que separa -irremediablemente- el deseo de su asunción
to?". Ese instante, 61 lo presenta como un momento defading completa en la palabra. Es en ese punto que se constituye el
de su voz de orador, es el momento en que rechaza cinco o Lacan que conocemos: el sujeto está oculto en el deseo. La
seis ai'tos de su elaboración sobre e1 deseo. Abandona simul- consecuencia es que el sujeto no tiene un deseo que pueda ser
táneamente la idea de reconocimiento del deseo y el deseo de reconocido sino interpretado, y ello no constituye una recon-
reconocimiento y lo hace de modo muy convincente, sin de- ciliación del sujeto con su deseo. Existe un hiato desde el de-
cir que está negando, cuestionando toda una parte de su ela- seo hasta el deseo del sueño que no se puede colmar. El suje-
boraci6n anterior. No es durmiei-idocomo nos hacemos reco- to dice "yo" y jamas ningún sujeto como ese "yo" podrá ser
nocer. igual a él en su deseo.
A partir de allí se percibe que en 1958, pues ésta es la fe- Lacan escribe en el mismo texto, en la página 634 de la edi-
cha, cuestiona toda su elaboración del Informe de Roma de ción francesa, esta frase: "El sujeto recibe la absolución de una
1953, e incluso antes, pues era lwgeliano y la sustentaba des- palabra que ID devolvería a su deseo", es su propia teoría an-
de 1936, a partir de El estadio del espejo. Es un paso esencial terior, que él demanda, pues Lacan soñ6 con un psicoanálisis
en su enseñanza que jamás fue aislado como tal. La conse- que fuera reconciliación, asuncih plena del deseo, adveni-
cuencia es que, una vez que se encontró ese pasaje, se confir- miento de una palabra plena. A partir de esa fecha, define el
ma con todo lo que se puede leer al respecto, a saL>er, por deseo como la imposibilidad de la palabra de restituirle al su-
ejemplo, lo que él dijo antes: "Hacerlo reencontrarse allí como jeto su propio deseo y se desplaza de la posicibn de partida
deseante es lo contrario de hacerlo reconocer como sujeto". cuando formula que eI deseo es incompatible con la palabra.
Vacila entonces, la idea de un sujeto del deseo. Lejos de que el Ése no es ei Lacan que se olvida, en la página 641: "Que puec-
sujeto pueda reintegrar su deseo como implicaba la idea de to que no se pone ningún obstáculo a la confesión del deseo,
recoiiocirniento del deseo y del deseo de reconocimiento; el es hacia eso donde el sujeto es dirigido e incluso canalizado.
sujeto aparece como irremediablemente separado de su de- Que la resistencia a esa confesión, en último análisis, no pue-
seo. Existe en Lacan la idea clínica de que el sujeto jamás po- de consistir aquí en nada sino en la incompatibilidad del de-
drá alcanzar su identidad de sujeto como deseante. A partir seo con la palabra".
de ese momento cuestiona su filosofia efectivamente hegelia- Esa incompatibilidad no está queriendo significar que el
deseo es, pura y simplemente, inefable; que éste sería de una intervenciones de Serge Leclaire, Lacan respondió magnífica-
sustancia inefable. Esto quiere decir que en definitiva todo es- mente: "Usted es un ai~alista".He aquí a lo que conduce el re-
to que se articula depende de todo cuanto aqui se articrila, pe- gistro del reconocimiento. La articulación del deseo al fantas-
ro que en si mismo no es articulable; pues es un efecto, un r p ma supone la introducción de una posición de ana1ist.a
chazo, una derivación de Ia cadena significante. De allí la completamente diferente. Hay alli zin cortocircuito para mos-
expresión de Lacan "El deseo está articulado pero no es arti- trar que las cuestiones abstractas tienen un punto de aplica-
culable; esta articulado en el sentido de que depende de la ar- ción inmediato y absoluto, según sea su parte en esta peque-
ticulación significante pero, al mismo tiempo, en si mismo no ña historia.
es articulabie". Esto no constituye un inefable sustancial, sino Muchos de los que están aqui pasaron por el reconoci-
el muro invisible que separa al sujeto de su propio desea miento de la Internacional y tienen la idea de que lo esencial
Después de eso, Lacan no formuló nunca más e1 final de aná- del psicoanálisis no pasa por el taponamiento significante. Y
lisis en términos de reconocimiento. El pase -que preocupa a es eso lo que hace necesario que haya malentendidos entre
las personas por ser la promesa de saber qué sería un analis- nosoíros, no nos encontramos del mismo liado con relación a
ta-, la idea del pase en Lacan, la idea de que una experiencia la instancia internacional, porque entre ellos no hay malen-
analítica llevada a cabo puede alcanzar dicho momento de tendidos, todos se comprenden muy bien, saben lo que pre-
pase, time su fundamento a condicióii de que no se plantee el servan.
fin de análisis como reconocimiento de1 deseo. Esa idea supo- Como no puedo avanzar tanto como me gustaría, me de-
ne que la única consistencia que le llega a1 deseo no le viene tengo aqui para que conversemos un poco.
del significante, donde el sujeto puede reconocerse como de-
seante, sino de la que se articula al fantasma -que todavía no
tuve tiempo de desarrollar y no sé si algún día desarrollaré,
pues hay otras cosas más urgentes-.
A partir de alli ya no se habló más del reconocimieiito del Digamos que u n paciente psicótico llamado B. se consi-
deseo en el final del análisis, sino de atravesamiento del fan- deraba Roberto Carlos. Dice: "Soy Roberto Carlos" -famoso
tasma. En 1958 se desarrolla esta definición: no es a nivel de1 cantante brasileño que usa un aparato ortopédico-, pero "Soy
significante donde el deseo encuentra solución, no hay solu- Roberto Carlos, sin la pierna de madera". Durante el trata-
ción para el significante del deseo, la .ioIución" del deseo es miento cambia: "Soy eI paciente del Dr. H., no soy más Rober-
fantasmática y no pasa por ningún reconocimiento, es uii pro- to Carlos, me volvi B.". Ese paciente presenta problemas para
ceso diferente. Tan diferente, que para Lacan, el analista no mí, tengo muchas dificultades teóricas.
debe ser reconocido por sus pares de este inodo. A raiz de es- Lo escuchaba hablar de la metáfora paterna, del Nombre
ta cuestión, en 1958, Lacan pudo decir que el analista, estruc- del Padre y de la identificación primaria con el padre, según
turalmente, se autoriza en si mismo. No se autoriza en ningún Freud, anterior a cualquier relación con el objeto. Me gustaría
reconacimiento, corno lo implicaba la idea anterior: adquirir que me explicara si considera que el síntoma tiene relación
una posición institucional, ser analista, dependía de ser reco- con esta megalomania.
nocido por otro analista; el suyo. Es la posicidn dásica que La-
can adoptó durante un cierto tiempo como toda el mundo. In- J.-A.M.:Megalomanía y síntoma dan cuenta de una estruc-.
cluso en 1953, cuando después de su Informe de Roma hubo tura bastante diferente. No entendí bien el caso de su pacien-
te, ¿me puede decir algo más? iÉl pidió análisis como si fue- pueda ordenar su mundo, lo que es bastante equívoco en la
ra Roberto Carlos? fórmula de Lacan. Esta fórmula, previo a la intervención
del Nombre del Padre, confronta al deseo de la madre con la
P: Es un aciente internado en un hospital, que buscaba x del sujeto. ¿Esto qu& quiere decir en esa construcci6n de La-
un analista. l$ me dijo: "Busco a ñIguien". can? Quiere decir que el Deseo de la madre como tal, sin ley
del sipfican'ce, en tanto ella va y viene y no es enteramente del
J.-A.M.: ¿Buscaba un annlista considerándose Roberto Car- niño, abre en él una hiancia. Esto quiere decir que la madre es
los? ¿O se consideraba asi antes de la terapia? llamada ya que no permanece con 61 todo el tiempo; en ese
sentido la posición del niño respecto al deseo que la convoca
P.:Antes. EscribX mi nombre, Hugo, en el pizarrón donde es inestable. Es necesario que esa posición se estabilice, que
estaban los nombres de los pacientes, estando escritos sobre intervenga un elemento transfenoménico que venga a fijar el
clios los nombres de los terapeutas. Debajo de mi nombre es- Deseo de la inadre y permitir al sujeto distinguirse, fijarse, de-
cribí el de 41 y le dije "Si usted busca a alguien, puedo traba- sidentificarse del Deseo de la madre. Lacan denominó falo a
jar con usted". Él se puso a llorar y empezó el tratamiento, y este elemento que le permite desidei~tificarsedel Deseo de la
fue allí donde me dijo que era Roberto Carlos. Me dijo: "Soy madre. Tal como lo empleó a propósito de la frase Jun equi-
Roberto Carlos, pero sin la pierna de madera". voca e11su texto sobre la psicosis, permite al sujeto inscribir-
se bajo el significante del falo. Es una expresión equivoca por-
J.-A.M.: usted escribió su nombre como Nombre del Pa- que hace suponer que el sujeto encuentra su identidad como
dre? falo, justamente es lo que no quiere decir, Es por ello que no
es una frase satisfactoria para Lacan mismo, pero es para re-
P: Escribí mi nombre, Dr. Hugo, como todos los que esta- solver la cuestión de esa x, de la identidad del sujeto que La-
ban escritos en el pizarr6n. can propone esta construcción. No es más el. reconocimiento
del sujeto del deseo en el circuito que acabo de describir. Se
J.-A.M.:Allí usted hizo un brutal injerto del síntoma. Es supone que esta construccián establece el materna del Edipo.
preciso diferenciar la identificación primaria en Freud y la La identificación primaria de Freud es otra cosa: implica
metifosa paterna, que de ninguna manera están al mismo ni- de manera muy misteriosa una relación primordial con el pa-
vel. La primera identificación que Freud distingue y que pa- dre, independiente de todo lo que es el Edipo, el desarrollo,
rece misteriosa en extremo no tiene relaci6n directa con esa etcetera. Se lo puede interpretar de dos maneras. Por ejemplo,
metáfora, que es la misma metáfora edípica, tal como Lacm es la prueba necesaria para interpretar a Freud en térmii~os
la transcribe. del desarrolla. En definitiva este Nombre del Padre siempre
No habl4 de identificación primaria en mi conferencia -US- eshlvo donde lo situamos, desde el principio. Pero eso no da
ted la rnencion6- y es importante distinguir el nivel en el cual cuenta de lo que Freud percibió: la relación de incorporaciiin
podemos encontrar el sentido de la identificaciiin primaria en con el padre. qué es el padre como objeto? Es muy diferente
Freud y la metáfora paterna. El sujeto no debe de ningún mo- del padre como significante ya que allí hay un nombre, el del
do identificarse con el Nombre del Padre, nadie debe; ni si- padre. Seria importante continuar con este comentario, pero
quiera el propio padre. El sujeto esta supuesto en esa metáfo- tal vez haya otras cuestiones.
ra; es necesario encontrar el significante a partir del cual
Mi pregunta es si e1 Nombre del Padre, la madre en Ia psicóticos tuvieran sus "changas". En los hospitales psiquiá-
función materna, incluye la metáfora utilizada por Freud de tricos antiguos, especies de fortalezas, existía gran dornestici-
la identificaci6n con el padre, como si el padre estuviese ins- dad. Hoy se hace eso bajo la forma de "amigo-amigo". Uste-
cripto en la madre, en la función materna aún no significada. des saben que es porque el amo moderno se hizo muy
sofisticado y con mayor frecuencia continuamos haciendo eso
J.-A.M.: ¿Hay otras preguntas o señalamientos relativos a con electroshock. Como en la famosa Clínica de La Borde, la
esta cuestión que será el tema que abordaremos mañana? de Oury y Guattari, donde del lado público se comparte todo
con los psicóticos, y privadamente el elactroshock. He aquí el
P.: Insistiendo en el tema de la psicosis, quisiera preguntar- significante amo operando en la psicosis. Pero se lo puede ha-
le sobre la posici6n del analista en la clínica de1 psiciitico. cer operar de manera más sutil, como Melanie Klein al inten-
Quiero saber qué piensa usted a este respecto y también de su tar sacar al pequeño Dick de su mundo salvaje.
texto "Conferencias caraqueñas", e11 las que habla de la posi- No obstante, existe otra posición además de ésa -la de la
ción del analista y de la pasividad. Me gustaría que definiese fuerza- evidentemente heroica: tenemos el qempIo de dos
la posici6n que tomó en el artículo "Todos lacanianos". iCuál personas que hablaron de niños psicóticos de manera total-
seria la posición del analista con el psicbtico? mente nueva. En el trabajo sobre clínica psicoanalitica del ni-
fio psicótico, la obra mas importante d e los úlfimos quince
J.-A.M.: Lo que llama la atención es que sea justamente lo años, apareci6 el año pasado y es el Nacimien to d ~ Otro,
l de Ro-
que está en el limite del analisis lo que lo apasiona. Adrnita- sine y Robert Lefort. Ellos fueron a Río de Janeiro en agosto
mos que quiero decir: el limite de la interpretación. Es la prue- último, porque van. a publicar una continuación el. año que
ba de que la interpretación al psicótico no le va ni le viene, no viene. Son cases de niños muy pequeños, que aún no hablan,
le dice nada, porque kl la hace mejor que nosotros, pues ella que Rosine Lefort tuvo en análisis (lo que ella considera aná-
es su síntoma e interpretarlo seria desconectarlo de la misma. lisis), los cuales supervisó con Lacan, hace doce o quince
El psicótico delirante a causa de la interpretación, sabe hacer- años. Ambos estuvieron en la Sección Clínica y tuve oportu-
la mucho mejor que el.analista, y si éste la resitúa lo íuiico que nidad de tomar conocimiento acerca de cómo eilos ven las co-
consigue es que el delirio del psicótico caiga sobre él. ¿Qué se sas. Lo que está desarrollado en el libro es que Rosine Lefort
propone como posición? En principio, la posición de amo, de tiene una posicion opuesta a la de Melanie Klein (que es la del
dominio; mucho de lo que aprendemos de la terapia de las amo): ofrecerse corno objeto, ofrecer su propio cuerpo como
psicosis consiste en "dar e1 significante amo". Es el ii~icio,el objeto a y así aproximarse a la estructura del discurso analiti-
punto de partida; cuando lo encerramos lo retiramos de circu- co de Lacan. De hecho, es heroico, porque los niños son difí-
lación, ellos mismos quieren hacerlo, colocarse al abrigo del ciles, implicaría tm aspecto de "posición masoquista", en el
significante amo. El amo moderno puede tener formas rnu
sofisticadas, puede hasta decir: "Sí, somos todos amigos".
hace un club, no va a utilizar más los azotes, en tanto puede
A sentido de que la posicirjn analítica, como dice Lacan, guarda
alguna analogía con la posición masoquista que sucede en la
real. Es la posición de todos los que se ocupan de niños psicó-
dominar con los medicamentos. Así, permite jugar al bridge, ticos, pagan con sí mismos en esta relación. Son las dos ver-
construir, hacer trabajar al psic6tic0, que pueda estar en el jar- tientes esenciales en el tratamiento: ofrecerse como significan-
dín... lo cual no cambi6 mucho. En el hospital psiquiátrico los te amo o como objeto. Este último caso es el más análogo al
nombres cambian pero no el trabajo: siempre dejamos que los discurso analítico. Pero eso no funciona en todas las situacio-
116 Jlicque,s-AlaiilMiller

nes: Rosine Lefort no lo esconde. Es difícil decir algo más por- fuertemente en enco11,trarse de modo profesional. Y por eso
que, si Lacan consideraba que sobre el tema no tenia exye- consiguen hacer congresos m i s tranquilos que los que hace-
riencia, no me siento capaz de inventar a pesar de mi desvelo mos nosotros, plies nosotros les dejarnos su lugar a las histe-
por agradarles. ricas. Fue lo que sucedió en Buenos Aires, cuando hicimos un
homenaje a Lacan: después de haber tomado la palabra, con
Como abrió un espacio para que sugiriésemos temas la sala totalinente llena, vimos florecer el discurso de la histe-
para la próxima vez, me gustaría oírlo hablar sobre puntua- ria. Debemos asumir las consecuencias: es mejor convocar
cibn, ya que hubo algo que me molestó en uno de los ultimos 1200 personas que van a disputarse el lugar como estrellas, al-
ejemplares de Le Nouvel Obsemiateur, en el cual entrevistaban gunas de ellas histéricas, que hacer seminarios entre veinte
a Fran~oiseDolto. Ella habló de sesiones cortas y largas, y di- obsesivos que no esperan nada más de Ea vida.
jo que los analistas, analizado; por Lacan,no hacen puntua- Es esencial que la duración de las sesiones no obedezca a
ción. Aunque no me haya impresionado con sus palabras, me un estándar, eso trae aparejados riesgos, pero son menores
gustaría que usted hablara sobre este punto, pues lo terrible que las consecuencias aseguradas del estándar. Cuando digo
es que en Brasil las personas quizás eviten al analista lacania- que en la IPA son obsesivos, sólo repito sus quejas para con el
no por temor a la falta de puntuacihn. tipo medio que captan en su red y los llena de tedio. Comien-
znn a buscar objetos lacanianos para distraerse.
J.-A.M.: Es verdad que las sesiones estándar, en el criterio
de la Internacional, obedecen a las leyes del mercado: se paga El tema aquí es la psicosis. Mi práctica me hace estar en
la fuerza de trabajo del anaIista por el tiempo transcurrido. Se contacto con los psicóticos, por lo que me gustaría hacer algu-
teme perder esa protección y que el psicoanálisis escape de las nas preguiitas.
leyes del mercado. Pero es precisamente de lo que se trata, de Lacan dijo que la psicosis es la clínica de los efectos de lo
que se escape. Es incluso la condicion para que emerja el go- real, que es la condición o el registro, entre los tres (simbólico,
ce. La forma más simple de Lacan de situar al goce es como real e imaginario), que va a poner wi cierto orden en 10 sim-
opuesto a todo lo que es útil; hay algo en él que parece no ser- bhlico y en lo imaginario. ¿Por qu4 usted no habló en ningiin
vir para nada. Y es por eso que él hab16 del. plus-de-gozar, en momento de lo real? ¿No lo abordó especificamente?
base al modelo de la plusvalí'a. Lo que tenemos de goce es lo Cuando Freud escribió "El Hombre de los Lobos", lo hizo
que nos queda una vez que hicimos el cambio: cambiamos para mostrar que toda neurosis en el adulto aparece en fun-
nuestro goce por el del significante. Es necesario lograr trans- ción de una neurosis infantil. Me pregunto si seria lo mismo
cender la econoda del mercado; es el objetivo del psicoana- con la psicosis en el adulto, ¿estaría también precedida por
lisis que Lacan llev6 a1 extremo. No todo el mundo puede ir una neurosis infantil? iQu&es lo que lleva al desencadena-
tan Iejos, él no pidiíi a nadie que lo hiciese. Pero en fin, es ~ i e - miento de la psicosis?
cesario ver lo que implica la posición del analista, estar él mis- LCuAI es la relación, no del psicoanálisis sino de la psicote-
ma sometida a un Otro; es la moral internacional del psicoa- rapia con el uso de neurolépticos o psicotrópicos como abor-
nalista. En el fondo, la Internacional, la IPA, hace existir al daje en el tratamiento de la psicosis?
Otro del Otro, y así pone en movimiento la falla del deseo. No
es de esta manera como va a desaparecer porque existe una J.-A.M.: La experiencia que usted tiene no es una experien-
forma precisa de selección de sus sujetos, los cuales insisten cia a partir del análisis, como bien observó. ¿Por qué se habIa
tanto de psicoterapia de las psicosis? Justamente porque no co mismo de la psicosis, darse cuenta que el paciente es pre-
tiene importancia. Cuando no se disponía de neurolépticos ciso en cuanto a saber cuhndo comenzó su enfermedad. Lacan
para construir el 'khaleco de fuerza químico", el diálogo con buscó el punto de certeza que el sujeto tiene del instante del
el psicótico se limitaba a la observacibn clínica. A partir del desencadenamiento y, en general, no es algo vago sino extre-
momento en que se lo pudo dominar con los medicamentos, madamente preciso, el momento en que la certeza se cristali-
surgió la posibilidad de conversar con él, pero para advertir zo. El psicoanálisis puede ayudar al diagnóstico. El diálogo
que eso no tenia importancia. con el psiquiatra es lo que se llama psicoterapia, la asistencia
Realmente el blablablá -paIabra que en francés inventó Le social con su dignidad de práctica, pero que se muestra en
Canard Encha2ne-l desempefía el papel de acompañar a la me- duda respecto a lo que puede hacer en esos casos. A los ojos
dicación, y puedo decir que la eficacia esencial y determinan- de los psiquiatras de Francia, directores de los hospitales don-
te, lo que determina la transformación en ese caso, es ese ob- de trabajan los psicoterapeutas, se puede constatar cada vez
jeto cientifico interesante, el medicamento, y en ese sentido más el intergc por la biología, que promete hacerlos desapare-
intentarán hacerlo cada vez mejor. Los biólogos ~noleculares cer. Uno de mis esfuerzos es intentar resituar los numerosos
esperan lograr encontrar arinas aún más precisas que los me- enunciados de Lacan en su lugar y en orden, cori una cierta
dicamentos, con efectos globales. ¿De qué manera el psicoa- lógica. La psicosis es una clínica de lo imaginario, en tanto no
nálisis se relaciona con eso? Con frecuencia se lo confunde dominada por el orden simbólico. Es una clinica de lo simbó-
con la psicoterapia, pero debemos distinguirlos. No esta pro- lico, en la medida en que es emisión continua de la voz -en
bado que pueda responder a todas las cuestiones, porque in- Schreber, por ejemplo-, en el sentido del sujeto, que le habla
cluso la mujer más bella del. mundo s610 puede dar lo que tie- fuera de él. Tal funcionamiento nos esclarece algo de lo sim-
ne, y el psicoanálisis esta lejos de ser la mujer rnas bella del bólico,
mundo. Sobre el desencadenamiento de la psicosis, en ver- Se puede decir que todo lo que concierne al automatismo
dad, el psicoanálisis arrojó alguna luz, aunque 110 química. mental tiene algo que ver con la clinica de lo simbólico. No
Lacan elaboró fórmulas precisas para determinar el desenca- soy dogmático, no veo inconveniente alguno en que se deno-
denamiento del caso Schreber. Habló de irrupción en lo real, mine clinica de lo real, ¿pero para que? Me esfuerzo en darle
en el momento en que el sujeto está en posición de rivalidad un sentido correcto a la expresión, y para responderle seria
imaginaria. Hizo cierto número de coyunturas típicas, a par- necesario que me dijese en qué contexto la vio, porque en lo
tir de las cuales se desencadenan las psicosis. En el momento simbólico mismo puede querer decir cualquier cosa.
en que ciertos soportes imaginarios que permitían obturar la
falta de significante se sustraen, por ejemplo. Y al mismo P.: Mi interés se vincula con la articulación que hizo esta
tiempo un llamado proviene de lo real, que para responderlo mañana, porque me preocupa escribir sobre el psicoanálisis y
es preciso disponer del Nombre del Padre y de la significa- el cuerpo. Así, en uno de mis textos, expresé que el cuerpo en
ción Mlica. No sé hacer la articulación que alií existe, el el psicoanálisis podría ser inscripto en los tres registros ima-
psicoanálisis puede responder de esa manera. Puede mostrar- ginados por Lacan, en lo real, en lo imaginario y en lo simbó-
le al psiquiatra en qué medida es importante, en el diagn6sti- lico, tres registros n o asociados.
Dije también que el cuerpo, para el psicoanálisis, se pre-
1. Nombre de una revista francesa (de perfil critico, fuera de la senta en un registro simbólico. Las representacioi-ies, en un re-
media oficial). (N. del T.) gistro imaginario. Las imágenes, en un registro real, en el cual
yo colocaba la relación del cuerpo con el sexo, entendiéndolo susceptibles de variaciones, pasan unas a otras, pueden inclu-
como una actividad de Ia pulsión, el resto de la actividad pul- so jugar a que nos dan placer, fumando u oliendo algo, pro-
sional. ~Podriaprecisar mejor ese problema de lo real? ducen cambios agradables y no nefastos a ese nivel. Lo que
concierne a lo real no es susceptible de metabolismo signifi-
J.-A.M.: Evité hasta ahora hablar de lo real. Es necesario cante ni de transformaciones imaginarias pues, en ese senti-
ver que Lacan en sus últimas elaboraciones no sitúa de ningu- do, resiste. La psicosis es especialmente lo que resiste como
na manera al cuerpo en lo real. Dice lo contrario, el cuerpo es c h i c a . Es por eso que se busca lo que hay de real en la psico-
lo imaginario, y lo afirma coi1 precisión. Lo imaginario es el sis, lo que hay de real en el síntoma que no desliza con el sig-
cuerpo, se opone a nuestra intuición inmediata porque tene- nificante; al psicótico el significante no le va ni le viene. La in-
mos la impresión de que es sólido. Si prestamos atencih, ve- terpretación parece no servir para nada. En el acto, se intenta
remos que desde el principio de su ensefianza el cuerpo inter- operar en otro registro y, al mismo tiempo, permanecer en los
viene de esa manera. En el estadio del espejo interviene sobre límites del psicoanálisis. Es asi que se puede hablar de lo real
todo como imagen del cuerpo. Y todo lo que Lacan desarrolló en juego en la psicosis, y no se puede dogmatizar la propia ex-
a partir de la tcoria freudiana del narcisismo implica que to- presión. Es preciso resituarla.
das las formaciones imaginarias son reducibIes a las imáge-
nes del propio cuerpo: el sujeto trae una imagen de su cuerpo E: Lacan situ6 el cuerpo en la dimensión de lo imaginario,
para alimentar a todos sus fantasmas. Por lo tanto, el cuerpo pero en lo real. Tengo la impresión de que eso se mantuvo en
no interviene como sustancia ni como lo que retorna al mis- los 36 años de su enseñanza. A ese cuerpo le son dados juicios
mo lugar. Ésta es una de las definiciones de lo real para La- y atribuciones anteriores al inicio del pensamiento lacaniano,
can, que se muestra bastante variable según el registro de lo y como el psicótico no llega hasta allí, se crean historias, se
imaginario. Es por eso que es necesario separar, cuando se ha- fantasea el cuerpo, aunque su referencia no sea real. Contido
bla de esa cuestión: no hay que imaginar que, cuando se tra- pensando que el cuerpo es real, cuya referencia permite ima-
ta del cuerpo, se tocará algo sustancial, que permitirá estar en ginar, fantasear, atribuir, juzgar... dejando traslucir las dife-
lo concreto. A nivel de la experiencia analítica, de ninguna rencias de estructuras.
manera.
Por qué pudo decir Lacan "la clínica es lo real, en la medi- J.-A.M.: Consideremos el cuerpo de Schreber. Ese cuerpo
da que es imposible de soportar", estableciendo allí la rela- que según él se transformó en mujer: le crecen los senos y le
ci6n con Za clhuca, que es impasible de soportar, lo cual es d a placer ver su propia imagen reflejada en el espejo. ~Dcinde
muy relativo porque el psicoanalista está allí para soportarlo. esta lo imaginario y dónde lo real? Lo real es la alucinación de
Se trata en ese caso de lo real como traumático en lo simbóli- Schreber, pero al mismo tiempo es por la imagen que él atra-
co. ¿Qué sucede? Lo simbólico esta regido por las leyes meto- pa al cuerpo, Pasa horas frente al espejo contempIándose co-
nímicas: un elemento en Ia cadena significante puede ser sus- ino una bella mujer. Es así como goza y también cuando Dios,
tituido por otro. Es lo que permite liberarse del síntoma. Es un dios simbólico, se le acerca y lo inunda con una voluptuo-
susceptible de encontrar otro significante para ser retornado sidad sin límites, Lo real, en este caso, pues hay m real de lo
en la cadena significante y después edificado en ella. En el simbólico, es este gace que él guarda para sí. En Lacan es pre-
significante eso se transforma. Existe un metabolismo propio ciso distinguir entre dos reales: una de lo imaginario y otro de
de1 significante a nivel de las imágenes, que son igualmente lo simbólico, lo que vuelve extremadamente complejo su pen-
saxniento. Pero hace imposible el equivoco entre real y cuer- mucha buena voluntad, creer mucho en el significante para
po, porque eso es pura y simplemente un prejuicio sustancia- creer en la resurrección de los cuerpos. Es verdad que la sim-
lista vulgar, que haría de1 lenguaje wi blablablá y del cuerpo bolización del cuerpo tiene como resultado muy preciso su
un único real. Existe una tendencia a pensar así cuando se ha- mortificación, la d e separarlo del goce que de hecho se con-
ce mucha psicoterapia de las psicosis; cuando se verifica que centra en los desechos del cuerpo. U i ~ ose fascina can el cuer-
el significante no es nada, se imagina que todo significante es po. El psicoanálisis se ocupa de los cuatro desechos esenciales
blablablá, lo cual no es asi para el neurótico. del cuerpo -que mencioné esta mañana- más esta parte espe-
Cuando se hace psicoterapia de las psicosis se desvaloriza cial que concentra el goce bajo una forma negativizada que es
al significante y se ponen las esperanzas en una relación di- el falo. Lo que resta del cuerpo mortificado por lo simbó~ico
recta con el cuerpo, lo que me parece m ptmto de vista dis- se refugia en esas partes extremas, incluso caducas, partes
torsionado. que caen. Eso es el objeto en psicoanAlisis, al que Lacan califi-
ca como real. No el cuerpo en su conjunto -el cuerpo en su
p: Pensaba un poco sobre esta cuestión de lo real y el lu- conjunto es una forma- sino lo que es real del cuerpo, lo que
gar del cuerpo, intentando articularlo con otras cuestiones cae de él. Es más agradable reflexionar sobre el cuerpo en su
que no son claras. Es por eco que estamos aquí. conjunto, pero eso n o es lo real.
La primera metáfora de Lacan sobre lo real fue las estre-
llas, porque vuelven siempre al mismo lugar. Con el cuerpo, San Pablo
sin embargo, no es así, él cambia. Por otro lado, como usted 18-10-81
mismo dijo del elefante, a partir del momento en que lo nom-
bramos, comenzamos a matarlo. Cuando todo el cuerpo esth
simbolizado hay riesgo de muerte, se enfrenta con la castra-
ción, y eso es terrible, es lo psicótico del psicótico. ¿Podría de-
cir algo más sobre este tema?

J.-A.M.: Desde que tenemos un nombre ya estamos muer-


tos. No se lo sabe aún porque respondemos al llamado de su
propio nombre: uno es llamado por su nombre. Pero habrá un
momento en que el nombre permanecerá solo, y ningún cuer-
po irá para responder al llamado. Es por eso que el nombre de
Jacques Lacan ya no me suena mas como antes de su muerte,
porque era alguien a quien se podia llamar. Aunque yo podía
llamarlo con más frecuencia, todos eventualmente podían ha-
cerlo. Hay un momento en que el nombre permanece solo.
Lacan habló bastante sobre eso: el nombre eterniza al sujeto
pero no a su cuerpo. Porque tenemos nombres somos condu-
cidos a imaginar la resurrección de los cuerpos para que final-
mente el cuerpo venga a encontrar su nombre. Es necesaria
UN CASO c ~ í ~ r c o
DE NEUROSIS OBSESIVA

No veo mejor modo de comenzar este encuentro que evo-


cando el segundo caso que pensaba presentarles. Es un caso
que escuchk hace poco en Argentina. Les pido presten aten-
ci6n a la presentación porque hay una cuestión diagnostica
que se plantea, a diferencia del prjmer caso cuyo diagnóstico
era claro, se trataba de una psicosis. Es el caso de una mujer
joven llamada Virginia. La analista que la trató presenta la
historia partiendo de su genealogía. Su abuelo materno era
bígamo y tuvo una hija no con su esposa legitima sino con
otra mujer. Esta hija es la madre de Virginia. A su vez el padre
de Virginia había sxdo acusado de violar a tma jovencita, ami-
ga de la familia.
La pareja se separó muy pronto y Virginia fue criada por
una tía. Desde pequeña es tristona, pálida y tímida; lo opues-
to a su madre, quien se maquilla, se peina bien, tiene ojos bri-
Ilantes y sonríe con facilidad, incluso en situaciones difíciles.
Madre e hija conforman un evidente contraste.
Desde el divorcio de los padres ella concurrió a una escue-
la religiosa, lo que motivó que viera a su padre sólo los fines
de semana. Cuando tenía 23 años y vivía con su madre, arw-
mentando que ésta la odiaba, le pidió al padre que la llevgra
a su caca, pero Ccte se negó. Es así como siguen viviendo jun-
tas, madre e hija tan cont.rastankes.Con lo que gana haciendo
tareas administrativas, Virginia paga escrupulosamente una
pensión. Es muy importante para ella ser Independiente. Al
mismo tiempo se pelea bastante con su madre, a la que consi-
dera portadora del bien, siendo ella misma la portadora del
Lln caso clínico de neumsis 01iseciva 129

lia. E1 estado final me parece que es Ia tentativa cle producción J.-A.M.:Yo también pensaría que es una histérica, aunque
del lugar de 10s hombres. Sobre ese punto me gustaría avan- en el relato del caco ella presenta signos de obsesión, de de-
zar, antes de concluir en términos de diagnóstico, cuya distin- fensas obsesivas. Creo que lo que esta mujer busca es encon-
ción estructural para establecerlo carece de elementos y datos trarse en la condicióri de ser sexuado, pero como mujer. Me
sobre este punto. parece que hay en ella un desconocimiento de su condición
de mujer.
J,-A.M.: A d e d s de un relevamiento de datos sobre este Desde su abuela -no reconocida, pues su abuelo era biga-
punto para establecer el diagnóstico, sería también muy útil mo- hasta su madre -sobre cuyo marido hubo sospechas de
elegir antes la dirección a seguir. Hay elementos que van a haber tenido relaciones con una jovencita-; cuando ella busca
confirmar y otros que n e g a r h el diagnóstico inicial. una figura bajo la cama, es cn el sentido de rearrnar un fantas-
Teniendo una idea del caso se constituye una hipótesis y, ma, sospecha que ve como una realidad. Mi primera hipóte-
sin cerrarla, se intenta comprobarla con uno, dos o tres pun- sic seria que es una paciente histfrica que trata de incluirse en
tos. la condición de mujer, porque no sabe quién es.
A partir de allí se va a los elementos que sirven de suple-
mento o a los que se oponen a la hipiitesis. P.: jacques-Alain Miller habló esta mañana sobre un caso
¿Qué orientación van a seguir? de tres generaciones que llevan a la psicosis y, al mismo tiem-
po, dijo que se había considerado la posibilidad de una neu-
E?: Yo la pensaría como una histérica, neurbtica de modo rosis. ¿Es neurosis o psicosis?
general, y en crisis en 10 que respecta a la función paterna. Lo
que más me l l m 6 la atencidn, en la secuencia, fueron las pre- P.:Yo comenzaría pensando en el nombre "Virginia", sobre
guntas que le hace a su madre, por no tener otra persona a la virginidad y el miedo a la violación. Y el acto fallido, entre
quien hacerlas, nadie en quien apoyarse. No escucha lo que la los 15 y los 23 años, al decir que el padre tenía una amante
madre no habla, pues ésta no le dice nada. No afcanza a com- muy joven, casi niña. Va por ahí: el calnino es la importancia
prender lo que La madre le dice respecto de los hombres, prin- de las tres generaciones.
cipalmente del padre.
P.: Es necesario "imaginar" porque ni la analista ni el ana-
],-A.M.: ¿Dónde ve usted que ella no comprende lo que 1a lizante están presentes. ¿Qué es lo que se podría imaginar? Yo
madre dice en relación a los hombres? empezaría por el discurso, la elección del caso, la posición del
padre entre las dos mujeres y la virgen. Recordaría también a
P: En el discurso. Afirma no oír las palabras de la madre y la tia que la crió y que aquí fue olvidada.
repite incai-icablemente el movimiento de la demanda. Creo
que la cuestión tiene que ver con el hombre que eIIa busca de- p: ¿Cuáles ellugar deesajoven? ,

bajo de la cama, en el coniienzo de Isi crisis. Ese hombre que Cuando dibujó la historia en el pizarrón, Miller cometió un
declaró que la calidad de las personas era "muy mala" y que pequeño lapsus: no dejó claros los lugares ocupados por la jo-
la toc6 profundamente. Sobre estos elementos puntuados ha- ven, por el padre y por la madre. ¿Quién es PJ padre? ¿Quién
ría mi primera hipótesis. es la madre? Tal vez "la mujer" debería ser "la otra".
Pero tenemos también la cuesti6n del maltrato al propio
130 Jacques-AEwiri Miller Un cnso c h i c o de neurosis oksesiwn 131

cuerpo como síntoma obsesivo, llegando a presentar incluso chas. Hoy parece que el grupo evita decir ciertas cosas: que
una enfermedad en la piel de las manos. El cuerpo es como un usted no habló sobre lo que habia prometido, por ejemplo. El
instrumento. Hay en esa joven algo de histérica, pero también grupo es un poco histérico y parece que el problema está en
algo de psicótica. otra vertiente: usted no tiene un caso, porque no tiene una clí-
nica formalizada y entonces aqui no se escuchan casos suyos
No me comprometería tan rápido en definir si es una sino de otros. Es como si así fuese:nadie lo interroga directa-
psicosis o una neurosis. El caso presenta, de manera muy cla- mente sobre eso.
ra, el problema del campo oscura de la sexualidad femenina. Pregunto: ipor que no un caso de otro analista? Creo que
¿Cuál es Ia relación entre lavarse las maiios de manera com- el problema, e1 síntoma, es del grupo.
pulsiva, la cama y el hombre que está debajo de la misma? ¿Y
el "goce de sueldo" que percibe sin trabajas? Me pregunto: J.-A.M.: Cuando los síntomas son serios, no cambian, no I
jc6m0 es la vida sexual de esa paciente? Bhcicamente, la sepa- I
son fluctuantes. El grupo en si es un sintoma: no tiene uno, es l
I
ración de los objetos de uso personal -uno de los síntomas- lo uno. Para no considerar el conjunto que ustedes forma11 aquí
relacionarla con la femineidad y ia castración; el goce lo rela- como grupo, haría a cada uno de ustedes -en tanto relaciona- \
cionaría con la masturbación y el.papel desempeñado alli por dos al campo freudiano, o practicantes de psicoanAlisis o psi-
la tía. coterapia- la siguiente pregunta, hecha ciertamente por la
propia analista que siguió el caso, lo cual constituyó un pro-
R: El casa llamado "Virginia" se nos relató como siendo de bIema para ella, pues llego a presentarlo públicamente en I
una analista que no conocemos. Fue traído hoy aquí cuando Buenos Aires:
esper5bamos escuchar hablar de la relación entre el deseo y el Primero, es preciso saber cuál es la ley de toda supervi-
goce. cuál es el discurso analitico que alli tendríamos? EI re- sión. En el psicoaná~isis,aunque el estatuto de la supervisián
lato de un caco vuelto a contar tres veces. no esté teóricamente reglamentado, siempre es una cuestión
teórica abierta. Estamos obligados a constatar que la supervi- 1
P.: Me gustaría hacer una observación respecto a lo que si611 se volvió tradicional en el psicoanálisis, y la realizan tan-
acaban de decir del discurso del discurso del discurso, Siem- to las sociedades de la Internacional como la Escuela Freudia-
pre se hacen discursos: se trabaja sobre u n texto, por lo tanto i-ia de París. Y se admiten ciertos efectos de verdad, la trans-
su pregunta no tiene lugar. Utilizamos textos con mucha fre- misión de saber analítico, posible incluso sin la presencia del
cuencia y así la analista dice lo que Jacques-Alain MilIer dice. paciente. La psiquiatría quiere la presencia del individuo. El
Podemos hacer ejercicios sobre el texto. psicoanálisis, no obstante, prev4 efectos de verdad y transmi-
sión de saber; concibe el carácter indirecto de la presentación,
i?: No entendí muy bien en qué momento la analista entra sin la presencia del individuo, porque en definitiva se sabe
en esta historia. La paciente fue internada, habia una analista muy bien que lo esencial son los signlficantes, cuyos elemen-
que trabajaba en la institución, pero Virginia no pidió su pre- tos esenciales y armadura se destacan, se aislan. Eso ocurre en
sencia. De esta manera, ¿por qué se plantea tal cuestión? cualquier supervisión, y aquel que supervisa 10 hace por la
mediacihn de1 analista, extrayendo conclusiones que utiliza
E: Hay algo aqui que yo llamaría "síntoma del grupo". en conferencias y en sus propias reflexiones. A rní me piden
Ayer usted dijo seriamente que hay cosas que no deben ser di- justamente esto: que reflexione y saque conclusiones sobre el
Un caso díilico de neurosis obs~sion 135

caso que me presentan. A partir de1 momento en que saco cir: "Después de todo, ¿dónde están sus casos? Ustedes siem-
conclusiones, no constituye ningún tipo de exceso hacerselas pre hablan indirectamente...". Y asimismo, el error está en
saber a ustedes. Y, en mi opinión, no llega a haber gran dife- pensar que cuando estamos en presencia de alguien, se trata
rencia entre un grado más o un grado menos en el carácter in- de su cuerpo, y de su individualdad. Entonces, para com-
directo. prender el caso N, seria necesario conocer a su abuelo, pero
El discurso del discurso del discurso es lo que pasa, es lri como no creemos que los cuerpos resuciten ... Lo más impor-
que sucede, se cree en él. Evidentemente si lo esencial fuera el tante d e este caso que estamos analizando ocurrió en las ge-
cuerpo de la paciente, seria necesario que ella estuviese aquí. tieraciones anteriores. Lo estamos abordando de modo indi-
Pero como no se trata de psicoanálisis del cüerpo y si del sig- recto, justamente porque el cignificante está en el exterior. Y
nificante, ese carácter indirecto esta perfectamente asegurado. por otra parte, frecuentemente es necesario anular la densi-
Incluso considerando el dispositivo del pase, que instihiy6 dad de la presencia para tratar de llegar a un punto que está
Lacan y para el cual estainos acostumbrados a pensar que sc inás allh, el punto del sujeto que no se identifica con el de la
necesita la presencia del candidato mostrando Ia densidad dc persona. Creo que es importante este pequeño debate que tu-
su cuerpo. Sabemos que su paradoja, lejos de hacer que el vimos, porque evidentemente se trata de saber si partiendo
candidato esté directamente, interpone lo que Lacan lIama de algo tan indirecto, se puede aun transmitir saber y obtener
"los pasadores". Lo relatado por el candidato llega al jurado cfectos de verdad. Y s i llegado el caso, dice algo de la delimi-
solamente por su mediación. Aunque algo se pierda en esa kación del campo propiainente analítico, en tanto evidente-
mediación, lo esencial se preserva. Lacan decia que el pase mente es muy diferente de las exigencias de otras disciplinas.
tiene la estructura del chiste, pues ni bien los pasadores oyen
lo que sucede con el candidato, van a contarle al Otro que re- Hay una diferencia muy clara en el discurso psicoanaii-
presenta el jurado. Existe u11carácter mediato, organizado vo- tic0 cuando se piensa de manera empírica -su critica al dis-
luntaria y artificialmente, como en el caso "Virgutia": ustedes curso psiq~iiátrjco-o cuando se habla a partir de lo que dijo
lo contarán y así entrara en el circuito. nlg"en. Algunos d e los presentes trataron de crear hipótesis
Por otro lado debemos imaginar que Freud no d u d j en es- sobre su discurso. POKmi manera de trabajar, no puedo veri-
cribir su texto esencial sobre la psicosis sobre un paciente que ficar el discurso del significante si no es en la palabra de al-
jamás había visto y del cual sólo tomó en cuenta las memorias guien, tengo allí un sujeto barrado. La presentaci6n de un ca-
escritas. Me refiero a Schreber. No obstante haber visto a aIgu- so en sei~tidopsiquiAtrico o psicológico, sin la palabra del
nos pacientes psicóticos y también haber podido oír relatos de sujeto, nos pone frente a un objeto en oposición al sujeto.
Jung, de Abraham ... eligió justamente realizar el análisis es-
tructural más profundo sobre el texto de un paciente. Y La- J.-A.M.: Usted imagina que el sujeto es el ser hablante, pe-
can, que era psiquiatra, dice en su tesis que había por lo me- co es también el ser hablado, Y allí no vale la oposición filos6-
nos treinta casos como el de Aimée. Y sólo trat6 uno: el fica del sujeto y del objeto, que tendría de un lado el error
paciente que continuó viendo todo el tiempo en el hospital subjetivo o la actividad subjetiva, y del otro, la caida del suje-
psiquihtrico. Cuando fue a enseñar sobre la psicosis, eligió las to en la objetividad positivista. Es la forma fei~omenologica
Memorias de Schreber, ocupándose de ellas y de los comenta- de hacer oposici6n, pero no la que utilizamos: el sujeto barra-
rios de Freud, a los cuales agregó efectivamente un nivel d s do y el objeto n.
en el discurso. Se puede reprobar eso en el psicoanálisis y de-
Lln caso clínico de neurosis obsesiva 135

p:Cada vez admiro más la gran sabiduria de Lacan: no wb tanos no inventaron hacer sesiones analíticas en que el super-
puede hablar de casos clínicos cuando se quiere habIar de I,i visor se encontrase detrás de un falso espejo. Es como en las
clínica. De allí la pregunta: si hablo de un sujeto hablado, ibxperiencias psicoliigicas, en Ias cuales me parece que llegan
~ q u dpuedo imaginar en el terreno de las hipótesis o en ui-iii ,r grabar sesiones analíticas para que alguien las oiga, lo que
teoría preconcebida? cw inconveniente e imposible. Existe a priori esa limitación en
En la transmisión de un caso recordé el articulo que escri i>lpropio dispositivo analítico, que hace que no haya más que
bi, en el cual cito lo que usted dice en La lettre de l'zcole (Id,) r los personas en ese lazo social.
carta de la Escuela): que no hay transmisión sin transferenci'~. Por el tipo de elementos que se advierten y que tiene todas
Por ende, al tratar un caso estamos empleando una teoría prv- I;is chances de perdurar, a pesar de las transformaciones y de
concebida, que todos ya conocen. Es asi que nos preguntamtis Ins partes inducidas por la transmisión, debemos justificar ese
si es psicosis, neurosis, metáfora paterna, esto o aquello. En !<1 Iiecho una vez más. Fuimos llevados a desarrollar un poco las
supervisión crearemos una teoría y no tendremos necesidarl observaciones, y si continuamos no tendrk tiempo de dar mi
del cuerpo físico-biológico; hay sin embargo otra necesidarl, i)pi.niÓny contar otros hechos relativos al caso.
la de trabajar el caso. Si usted nos hubiese dado su teoría so* ¿Saben qu&fue 10 que cambió en los mitos Lévi-Strauss?
bre el caso, podríamos trabajar a partir de ella y comprendci Antiguamente se buscaba lo auténtico, lo primero en una se-
su origen. Y si planteara la pregunta: "¿Ustedes qué pien- iic de mitos. Lévi-Strauss reformuló esa 6ptica diciendo: "Fi-
san?", 10 imaginario quedaría libre. lialmente considero la serie de mitos con todas sus transfor-
Pienso que tendríamos mil hipótesis. Recuerdo las super- tnaciones, con todas sus variantes, incluso las lejanas. Y no
visiones, cuando yo frecuentaba la Sociedad de Psicoanalisls, Iiusco el mito original, a partir del cual todo se transformaría,
Nos preguntaban: ustedes qué piensan?". Respondiamos: ,i partir del cual se producirían las transformaciones. Los con-
"Pienso esta, aquello, aquello otro". Y salíamos todos mtiy sidero globalmente en sus transformaciones: el mito es todo
contentos. I'SO junto, sin buscar cronológicamente el anterior". La estruc-
Como dije, no hay analista nj analizante. Entonces no3 lura se va haciendo clara, de hecho, a partir de las transforma-
quedó su esquema. il'or qué e1 circulo en torno al padre? iPor ciones ocurridas en los materiales. EI mito es la totalidad de
qué los actos fallidos? ¿Por qu4 los olvidos? Lo que qued6 ilsa transformación; así pues, en el fondo es -como dice La-
fueron estas preguntas, ya que no entendemos su opinión so- can- lo que da forma épica a la estructura, la cual está allí a
bre la teoría que construyó y sobre el propio caso que expuso. lravés de lo que se perdió en el relato. Ustedes se verán lleva-
dos otra vez a relatar y, en definitiva, puede ser legítimo con-
J.-A.M.: De hecho y o tenía la intención de dar mi opinióri siderar que toda eso es el caso y sus transformaciones. No hay
al respecto. De cuaIquier manera, es la práctica enigmática y que dejarse hipnotizar por lo que habría sido la verdad de ori-
discutible de la supervisión. Y, contrariamente a lo que dijo cl Ken porque sin eso, habrá que bajar los brazos de inmediato;
señor a su lado, en psicoanálisis se acepta hablar y reflexionar la teoria y su pre-comprensión ya están presentes. Fue el ana-
sobre casos que no se vieron u oyeron directamente. Es discu- lista quien escuchó a la paciente, por lo tanto la teoría esta en
tible, pero es un hecho. Y es preciso preguntar por qué tal cos- 01 hecho de que estamos situados en el dispositivo analítico.
tumbre se inscribió en psicoanAlicis. Está inscripto, pues va Si la paciente hubiese hecho relajación y gimnasia nuestra
contra el discurso analítico que el supervisor esté presentc evaluación del caso seria diferente, como también si le hubie-
durante la sesión. No se inventó eso, incluso los norteameri- sen hecho electroshock. Perdemos a priori, si imaginamos que
Un caso dinico de neurosis obsesiva 139

reivindicación de valores) me induce a inclinarme, como l i i d e que se le haga un discurso. Ella pide que se le repita la mis-
pótesis, por la obsesión. Es algo que uno puede considerar pc>- ma cosa porque en este sentido jamás es suficiente. Esto tiene
ro con mucha precaución, porque la neurosis obsesiva en I , i la misma estructura que el lavarse compulsivamente las ma-
mujer es muy rara, si bien no es totalmente excepcional como i-ios, porque jamás están suficientemente limpias. Ahora co-
sería el fetichismo. Sin embargo, antes de situar el caso como menzamos a tener una cierta consistencia sintomática. El
neurosis obsesiva en una mujer es conveniente tener muchos punto en el cual interrumpí el relato es donde se tiene el peso
más puntos de apoyo. En principio, no deberíamos seguir 1;) de la hipótesis, que está frente a lo increfile: neurosis obsesi-
dirección de la psicosis, si bien lo único que podría inquietar, va constituida en la mujer. Mantendremos aún su estatuto de
nos sería el hecho de que se lava las manos hasta arrancarSta Iiipótesis y a continuación trataremos de saber si hay elemen-
la piel, lo que parece ser un poco excesivo. tos que la confirmen o no.
Además de lo que limita nuestra hipótesis, sabemos qtiv Puedo dar más detalles sobre esa demanda de repetición.
tal manía se encuentra en la mujer, que el fetichismo se e n Tenemos un interesante caso traido de Buenos Aires por al-
cuentra en el hombre, y no al revés. Hay allí una barrera. I.,i guien que se llama JuanCarlos, acerca de un paciente que tu-
mujer también es fetichista en cierto modo, fetichismo del f,i- vo un síntoma obsesivo, del cual nos dio sólo un fragmento,
lo, pero es muy diferente del que presenta el hombre. Es casi lo suficiente, un síntoma bien recortado, muy rico en lo que
un abuso decirlo. hace a la enseñanza. Es un hombre que espera un llamado te-
En este caso es necesario tener prudencia pero como -tl!i lef6nico de la mujer que ama. Se queda cerca del teléfono y se
verdad- la tenemos, no me detuve por ahí sino que continuii pasa la noche verificando que éste funcione: levanta el tubo
hasta hablar de lo que ella llama su "fantasía" que esta, de h(1- de manera cornpulsiva, para oír la señal. Hicimos un análisis
cho, constituida como sintoma. iCua1 es la fantasía? ElIa dicc*: rnuy interesante de ese síntoma. En la acción misma de veri-
"Tengo una fantasía, no puedo quitClrmeIa de la cabeza". N, ficar si puede recibir el llamado, imposibilita el recibirlo. Al
sin embargo, no llama a eso "fantasía". Ella cree, no puede dc- verificar si el aparato funciona, impide que funcione y hace
jar de creer. "Fantasía" es su expresión. N dice: "No soy uii que el buen funcionamiento no sirva para nada. Hay un efec-
enfermo psíquico, estoy enfermo por causas exteriores". Eii to impresionante de anulación de la actividad. Es un pequeño
cambio Virginia dice: "Tengo fantasías, no puedo quitarmelai. caso, pero se trata de un paradigma del obsesivo: solucionó la
de la cabeza" y en e1 fondo j a qué la conduce eso? A que c11,i relación sexual que no existe sustituyendo a la mujer por el te-
reaIice una apelacion al Otro, a un Otro que le pueda garanti- léfono. Encontró el medio de telefonear al telbfono, y tener
zar que eso no es verdad. De lo que surge del texto y de La cli- siempre a alguien allí. En el lugar de la mujer, que en ese mo-
nica, se aísla la función del gran Otro de la garantia. Ella le dc- mento no existe de ninguna manera, instala un teléfono que
manda al Otro encarnado por la madre que Ie garantice quct le responde cada vez que llama, con una sehal. de perfecto
no es verdad. Y lo que aparece como obsesivo es, una vez ob- funcionamiento. Creo que vamos a publicar ese caso, agre-
tenida la respuesta, el pedido constante de que se repita. Ella gándole algunos comentarios: quizá podamos elevarlo a la
está presa allí, en la compulsi6n de obtener la garantia del categoría de paradigma.
Otro, por lo cual persigue a la madre para que le diga que na- Tenemos lo tipico del obsesivo: tener un Otro, un gran
da de lo que ella teme va a suceder. Otro a su disposición, un gran Otro automático, un gran Otro
Su angustia la lleva a demandarle al Otro que asegure y que le responde ni bien lo llama, aunque exista siempre un
"reasegure". Podríamos decir que en la repetición ella no pi- riesgo fundamental: el hundimiento de todo el sistema signi-
Un caso clínico de neurosis obses~va 143

gencias contradictorias, Tenia pensado al comimzo dedicar


uno de estos encuentros al problema del grupo analítico, al p: Habiendo hecho el comentario que generó tantas obser-
del pase, al de la asociación analítica y a la situación analítica vaciones, continúo can la misma pregunta respecto a la super-
tal como se la puede concebir después de la muerte de Lacan, visión, cuestión que no es muy clara para mi, anterior a su ve-
Todo eso formarai parte de inis lamentos. Vamos ahora a las nida a San Pablo; ese gran ojo, ese súper ojo ... Y aún más,
preguntas. ¿qué hacer con las hipótesis elaboradas a partir de un caso?
No les pido que concuerden con lo que enuncié, pueden ¿Qué hacer con el diagnóstico que se trata de dilucidar antes
sospechar que existen otros elementos que irían en contra de o durante el propio proceso analltico a través de la palabra?
eso. Espero que se les permita acceder a la publicación del Yo no necesitaba estar alli de cuerpo presente pero tenía nece-
texto, pero de cualcluier manera la hipótesis sigue en pie, aun-
sidad -y aún la tengo- de las palabras de Virginia, porque por
que sólo sea una hip6tesis. mi propia experiencia analítica -no terminada- el síntoma es
lo que la lleva al análisis. ¿Lo que se dijo sobre Virginia fue lo
'

que la llevó a análisis?


Otra cosa es que el síntoma mismo en la boca del analizan-
Debate
te, es lo que va y viene constantemente-Para situarme en el
p: El aspecto depresivo que presenta esa joven es deliran- papel de analista, necesito olvidar ese ojo que me acompaña,
te cuando dice que no es culpable. ¿Puede ser que ese aspec- ese ajo teórico; en el momento m que escucho debo olvidar
to llegue a cambiar el diagnóstico por el de una depresión con las referencias teóricas que me harían anticipar lo actual del
manifestaciones obsesivo-compulsivas, pudiendo incluso ser analizante. Como habló de un caso clínico yo esperaba escu-
histérica pero con base depresiva? char lo que la analista dijo, pero no lo escuché. h4e pregunto
entonces, jcuál es el lugar del analista? Tal vez sea una expec-
J.-A.M.: La depresión no es un concepto estructural: en ella tativa que pasó: luego que habló del caso, me quedé inquieta.
puede incluirse todo. En el momento en que el señor N. pasa Sin duda, se puede realizar el análisis de un texto. El caso
tres meses de vida vegetativa, sin duda se trata de depresión, Schreber es inagotable, pero su relato es el relato de Schreber.
No se progresa en el diagnóstico cuando se llega a un concep- Yo me quedaría alli, en mi momento y en mi camino, a través
to puramente descriptivo. La depresión es tal cuando se está del psicoanálisis. Trato de explicar lo que podría ser un traba-
en el principio del tratamiento. Y se nota que no se mantienen j o analítico.
los tonos iniciales, pero no va mucho más lejos. Hay en Virgi-
nia elenientos histdricos que abarcan la relación coi1 el padre J.-A.M.: Usted tiene toda la razón en seguir su esquema.
y con ese hombre que ronda cerca, capaz de violarla. Todo eso Nadie piensa en descartarlo, dio testimonio de su inquietud,
tiene menos consistencia que el sintoma obsesivo que, en tos de su insatisfacción. No tengo la ambición de satisfacerla.
momentos de viraje, es lo que da impulso a su vida. En su ca- Concuerdo con usted sobre el hecho de que falta la palabra
sa ella se vuelve insoportable para la madre, a causa de la ob- del analista en este caso, pero fue traído así -si puedo decir-
sesión. Debemos buscar los elementos histéricos que nos fue- lo-, sin las intervenciones de la analista que debia encontrar-
ron presentados. En verdad, no se puede pensar en la cura de se, en todo caso, un poco molesta para hacerlo, porque es
una neurosis obsesiva histerizándola. Es preciso verificar si es muy lindo decir que no se debe tener ideas preconcebidas, es
posible. verdad. Pero en fin, es necesario ver que el saber del analista
está comprometido en toda interpretación que hace. Y que es
Un coso clínico de ncurosis obsesiva 145

mejor explicitar lo que suponen sus intervenciones que creer


Hace poco alguien evocó la palabra "delirio" en relación a
que no se tienen pre-supuestos. Es mejor sistematizar como ibsa paciente. Es un delirio en el mismo sentido en que el
medida de autocontrol que imaginar que no se tienen pnecm-
I lombre de las Ratas, paradigma del obsesivo, delira.
ceptos. El delirio no impide que sea una neurosis obsesiva bien
El diagnóstico, al principio y en el devenir del análisis, pa- iqcinstituida. Los pacientes no son psicóticos por contar histo-
rece esencial para la más mínima de las interpretaciones. La
iaiosextravagantes. El hecho de contarlas es totalmente ccom-
posici~ndel analista no es la misma cuando piensa lidiar con patible con la psicosis, la histeria, la neurosis obsesiva y la
uiia histérica que cuando lo hace coi1 un psicótico. Lo que se
j'crversión. La cuestión es saber cuál es el estilo y la consisten-
hace en lino y en otro caso tiene un alcance completamente
ria de esas extravagancias. No son cuestiones psiquiátricas,
diferente. Es miar aclarar bien eso al comienzo que s u Ileva-
mn cuestiones que tienen la más directa incidencia en la prAc-
d o a hacerlo despues. Un ejemplo: es verdad que aquí se tra-
l ica cotidiana del psicoanalista. He aqui mi punto de vista.
ta auténticamente de un psicótico que tiene toda una parte de
la experiencia que lo stistenta, que lo ayuda, que lo apoya y P.: Quisiera hacer un coment.ario: en estos días que estuvi-
hay que ser cuidadoso con eso. Pero si tienen que tratar a una [nosjuntos tuve varias sorpresas. La primera fue saber que
histérica, ella estaría lista para pedirles ayuda, para pedirles
usted es joven, pues lo imaginaba mbs viejo. Y verlo analizar
que sean un verdadero hombre, incluso si el analista es una
tantos textos de Lacan, me hace comprender mejor sus ideas.
mujer. Laisser-faire, volverse cómplice de ese estado medio en- 'Tal vez a través de la lectura del texto, muchas cosas hayan si-
tre dormir y soñar, entre sueño y viglia. Alentarla a ser atra- tlo consideradas de manera diferente.
pada en su imaginario es una conducta bastante reprochable
Su opinión es extremadamente importante como para que
para un analista. Y si se trata de una histérica, de un histérico,
yo pueda confirmar algunas ideas y modificar otras. Me gus-
se debe hacer algo para separar el sujeto de eso. Para esto sir-
Laría decirle que fue un gran placer escucharlo hablar de la
ven mucho las sesiones cortas. EscrichP en Argentina algunos
cmseñanza de Lacan.
casos de histCricas. Escuchar ese discurso durante 50 minutos
no sólo es una fantástica abnegación -podríamos decir que el
J.-A.M.: Gracias.
analista está allí para eso- sino que tambien es alentar a la pa-
ciente a que continue enviscándose así año tras año. Es nece-
P.: Quisiera hablarle de una cuestión que me preocupa: la
sario llamarle la atención acerca del hecho de que hay cosas
posibilidad de que el supervisor sustituya el supuesto saber
que valen la pena escuchar y otras que no. Sin eso, ella no ten-
del analista.
drá raz6n alguna para despegarse de su delirio.
La cuestión del diagnóstico, supuesto de la oricntacicin de1 J.-A.M.: La supervisión h a sido el fundamento de la jerar-
analista, es muy decisiva, y no sustituye la lbgica de la estruc-
quia analítica y del poder del didacta, de aquel que en las so-
tura sólo diciendo que nos vamos a dejar sorprender por la
ciedades tradicionales se arroga el monopolio del savoir-f~zin
palabra del paciente. Esto también va a suceder, pero no se
en el análisis. Lacan ya lo había abolido en su Escuela; inten-
puede hacer un impnsse sobre su saber parque de cualquier
tó poner un límite, consideraba didacta a tado analista que
manera tenemos ese saber. Es siempre mejor que este sea do- haya llevado un psicoanálisis hasta su final.
minado, que tenga reglas y que conozca sus - límites,
+
en vez de Sin embargo, es verdad que se mantuvo un cierto privile-
dejarse llevar.
gio del supervisor Es precisa distinguir "la necesidad de su-
Un caso clínico de neui.osis obsesiva 147

pervisión" para escapar a 10 que el analista puede entendci Muchas gracias. Le paso la palabra.
como delirio de a dos. Por otro lado, delegar esa supervisifi~i
a una persona, a 1u-t analista, puede ser justamente el ejercicio J.-A.M.: También quiero agradecer a todas las personas
de una supervisi611 múltiple y reclproca. En la Escuela de l i i gracias a las cuales esta conversación fue posible. Especial-
Causa Freudiana tal como se constituyó, hay actualmente unti mente a las traductoras, que sabemos con qud cuidado, incIu-
hipótesis de trabajo, formar carteles de supervisión, uti1izai1- so con qué escrupulosidad, procuraron traducir un discurso
do la estructura del cartel para efectivizar y sustentar esa rr. improvisado. Les hablP a través de sus voces, y todo fue de-
lación. Un cartel de supervisión en el que sus miembros lleva- positado básicamente sobre ellas. Ya le agradeci a Jorge y lo
rian problemas para ser discutidos por otros tres o cuatro, ~ i i Iiago ahora a ustedes por vuestra atención constante e ininte-
escala alternada. rrumpida.
Otra cuestión es saber lo que produce o no ese cartel. Eii Tuve una idea precisa de lo que debería haberles dicho,
vez de la supervisiún confiada a un analista jerárquicamenfi~ idea que no tenía en el inicio. Es ahora cuando podríamos co-
superior, con más experiencia, podría ser hecha dentro d c l menzar, cuando justamente necesitamos terminar. Simple-
mismo cartel, como otra forma alternativa. mente, les agradezco.
Saber si en el carteI hay sólo miembros de la Escuela o no,
es otra cuestihn. He aqui una hipótesis que responde a vues- San Pablo
tras preocupaciones. 18-10-81

JORGE FORBES: Antes de terminar, quisiera agradecer a to-


das las personas que colaboraron en este encuentro; Hilda,
Augusta, Isabel, Ana María, aquí en la sala, y las intérpretcs
Maria Clara y Judith.
Cuando llegue aquí hace un rato, despues de haber aIinor-
zado con Jacques-Alain, me di cuenta de que tuvimos cinco
reuniones en menos de cuarenta y ocho horas. Fue probable-
mente un esfuerzo para él muy grande y, para nosotros, el ii-i-
tentar entender todo -no logré aún terminar mi comprensión,
tal vez sea para mí un nuevo camino y no un momento dc
conclusión-. iU por que no cinco conferencias más?
Pensé en decirle aún una última palabra. Usted nos dio la
nueva palabra "traspapelado", que traspasó la frontera, pues
es intraducible. Cada vez que repetimos "traspapelado" nos
aproximamos mAs a nuestros amigos de la Argentina. Voy a
dejarle una palabra portuguesa tambikn intraducibie: saudade.
Expresa un sentimiento de nostalgia, cuando a uno le gusta-
ria que una persona se quedara aUn más tiempo entre no-
sotros.
EL PSICOANÁLISIS
EN LA UNIVERSIDAD

Me debo disculpar por no poder dirigirme a ustedes en


portugués: cuando hablan lentamente logro comprender ai-
go, pero todavía no me siento capacitado para hablarlo, lo
que me incomoda mucho. Agradezco la invitación del Institu-
to de Psicología de la Universidad de Can Pablo, particular-
mente a su directora Sra. María JoséAguirre, así como la pre-
sencia del vicedlrector, Sr. Arrigo Angelini. El Departamento
de Psicoanálisis de la Universidad de París WII es aún mas
sensible a esta invitación ya que ese departamento continúa
siendo aun hoy, diez años después de su creación, único en su
género y en la denominación. No me vanaglorio, me inclina-
ría mis a deplorar la falta de seguidores en otras universida-
des francesas y en otros países. Que yo sepa, es el único De-
partamento de Psicoanálisis en el mundo. Es necesario que
me interrogue sobre ese hecho.
El Departamento de Psicoanálisis, único en Francia, es una
formación del inconsciente, un lapsus, un acto faILido y aún
hoy tratado como un caso, un desecho, caído de los aconteci-
mientos de mayo de 1968, ya que su creación fue posterior.
Por lo tanto, su naturaleza es hacer reflexionar sobre esto:
¿qué podría esperar e1 gobierno de la época, de tal precipita-
ción? La universidad está hecha para acoger los saberes y es
necesario prestarle atención al hecho de que no los acoge a to-
dos. S610 lo hace con los modos de transmisión, con los mo-
dos de saber que le interesan, que le convienen. So10 acoge los
saberes que el amo le permite, pues es éste quien sustenta las
relaciones universitarias. Sólo algunas disciplinas continúan
El ysicoanálisis en la uiliwrsidad 151

como universitarias, que nacieron de la carencia de consrrva- mente en el poder. La universidad es complaciente por razo-
ción de la universidad -de recoger, de ordenar y de transmi- nes de estructura del saber deshabitado del deseo; el saber ha-
tir el saber- como también del examen y de la jerarquía de los bitado por un deseo supo causarle inconvenientes a Abelar-
que saben o creen que saben. do. Fichte, festejado por los estudiantes de la Universidad de
Con todo, no conviene igualar el discurso universitario al Jena, y MicheIet, del Collkge de France, fueron momentos glo-
discurso cientifico, ya que son absolutamente diferentes. El riosos en que la enseñanza universitaria no tomo el deseo co-
universitario está acomodado, como por ejemplo, la física de mo normalmente lo hace sino que por el contrario, lo desper-
Aristóteles. La filosofia, como posición subjetiva fundanien- t6. Son excepciones, son los casos perdidos de la universidad;
tal, no esperó a la universidad para existir. Fue la universidad la vocacibn universitaria es la de tocar el deseo. Piensen por
la que en tm determinado momento se apoderó de ella. ejemplo, en el acogimiento que tuvo la Critica de la rnzón prác-
Volvamos a los orígenes históricos de la universidad: nació Zicn de Kant. Piensen en el choque que causó a sus lectores, el
de la iniciativa del poder político en la Edad Media, siglo XII. entusiasmo que trajo, y compárenlo con lo que sucede con Ia
El progresa de las matemáticas se abstuvo durante mucho obra en nuestros días. Creo que tanto aquí como en Francia es
tiempo de la inscripción universitaria. Si admitimos que el su- simplemente un libro del programa; es bueno, sin embargo,
jeto cartesiano es el mismo que el de la ciencia, debemos reco- que por lo menos subsista de ese modo: como un libro para
nocer que él só1o emerge vaciado de todo saber. Es lo que ser trabajado. Vean bien la diferencia con la época en que el
Descartes comprendió en su primera meditación: una opera- deseo estaba implicado allí. El psicoanálisis aún ostenta algo
ci6n de vaciamiento de saber. de obstinación, y es ésa la razón por la cual no lamento que el
En un movimiento posterior fueron acogidas la física y la Departamento de Psicoanálisis de París VIL1 sea aún el único.
matemática, pero no sin resistencia, pues lo que las universi- En el fondo, espero que la inscripción universitaria del psi-
dades propagan es el saber aristotélico, una vieja tradición de coanálisis se vea demorada lo máximo posible. En todo caso,
oscurantismo. Un departamento de física no tiene absoluta-
se debe decir que existe antipatía entre el discurso universita-
mente ninguna vocacidn para formar físicos sino profesores
rio y el psicoanalítico, y hay incluso ciertos modos de sentir
de física que se dirán físicos. La cuestión es saber si el psicoa-
que son contrarios. Hay sensibilidades diferentes, no compar-
nálisis existente constituye un saber propio para ser acogido
ten el mismo pnfhos (debemos reconocerfo), pero justamente
por la universidad. Esta pregunta, ciertamente, no se haría si
la friccion entre los dos discursos puede ser fecunda. En todo
el psicoanálisis hubiese caído en desuso, si nadie mas lo prac-
caso, el pnthos no es todo en la cuestión. En la universidad se
ticara, si nadie mas se prestara a su artificio, si no hubiese más
enseña en nombre de un saber, que no es forzosamente cien-
sujeto para inscribirse en su estructura. Seria el momento de
cia, pero que está ligado por una coherencia y por relaciones
estar contentos en la universidad, ya que en ella estaríamos
que implican una cierta estabilidad. Hay una exigencia mlni-
muy a gusto para tratarla como un hecho sociaI, coino un fe-
ma del discurso universitario: quien habla es el profesor, el es-
nómeno de opinión. Entonces, habría una historia del psicoa-
tudiante se limita a imitar al profesor cuando habla. Él es su-
nálisis, una .sociología, una liturgia pura, una arquelogía. Lo
puesto saber lo que dice. En el psicoanálisis la experiencia
que perturba el sosiego de la universidad francesa, lo que in-
estA fundada sobre el imperativo inverso, es decir, el sujeto
comoda, es la existencia del psicoanálisis y de psicoanalizan- que habla está desligado del imperativo de saber lo que dice:
tes, de una práctica social que se sustenta en ese saber y que por el contrario, se lo invita a excluirse de saber. La regla hin-
conserva algo salvaje, no reglamentado, no encajada directa-
darnental de Freud implica: decir todo lo que pasa por la ca-
beza, que no sepa lo que dice; interesante en la experiencia a sus exigencias. En el discurso analítico actúa lo controlado
analítica, pero no previsible al comienzo. Lo que pasa por la en e).discurso universitario. Es muy simple oponer la verdad
cabeza de las personas son tonterias no previsibles, según los al saber; la verdad en estado naciente, al saber, en el cual ella
filósofos de entonces. Podríamos pensar que los matemáticos puede depositarse. Platón ya hablaba de lo que no se puede
se pusieran a soñar para construir sus teorias. Ahora, curiosa- ; el intento de guardar la verdad de S6-
enseñar en el M e ~ 6 n en
mente, lo que dice ese discurso desligado del imperativo de crates, escribió libros con sus diálogos. Podemos oponer uno
saber se encuentra imantado por una serie de pwtos funda- al otro. Ya existió dicha tentativa. Y Platón desnaturaliza a SÓ-
mentales. Es increíble, por ejemplo, el tiempo que las perso- crates, porque 10 estabiliza como saber. También hago libros
nas pasan hablando de sus familias. Podemos lamentamos, de los seminarios d e Lacan y ya están comenzando a oponer-
pero es un hecho de experiencia. me a el, pero él no es Sócrates y yo no soy Platón. Siempre nos
El psicoanálisis implica la conversión del sujeto, lo obliga sorprendemos cuando volvemos al p m t o en que ernerge el
a situarse de otra forma respecto al saber. Como el sujeto de saber. Lamento que se haya retirado el doctor Angelini pues
Descartes: vaciado, evanescente, es un sujeto -por decirlo así- me gustaría hacerle a él la siguiente pregunta: jen el Instituto
"antiuniversitario". Di cinco conferencias el fin de semana, in- de Psicología se da lugar a Fechner? (Alguien desde el pulsli-
vitado por el doctor Forbes, cinco conferencias en 48 horas. co responde que si.) iAl Fecher visionario o al loco? Publica-
En una de ellas recuerdo haber dicho que el malentendido era mos un artículo sobre el Fechner visionario que hizo poner los
muy importante, pues se trata del inconsciente, todo hecho de pelos de punta en el Instituto de Psicología. Les aconsejaría
malentendidos. El saber universitario imagina que puede re- que traten de leerlo pues lec permitiría familiarizarse con la
sidir en la dimensión del bien-entendido. Imposible. S610 es antinomia verdad-saber. Fechner no era el Único loco, pero lo
posible en un caso como el de la matemática y en todo saber era. También era cantante. Esto lo sabemos porque un tal Do-
que pueda ser maternatizado y formalizado. Es una exigencia gel, de la editorial de la Universidad de Harvard, acaba de
que se le impone a la teoría psicoanalítica, causando algunas publicar su biografía el año pasado. Eso no quita nada de SU
dificultades; en eso me siento un experto con relación al saber saber aunque él lo haya inventado a partir de la verdad del
universitario, a pesar de lo cual también el discurso psicoana- deseo. En el psicoanálisis hay una oposición entre verdad en
lítico sufre en esa relación con la ciencia. El sujeto en la expe- estado naciente y saber constituido. Alrededor de Freud -su
riencia psicoanalitica se imagina estar buscando la verdad, grupo, como él decla- había personas dudosas, marginales,
mis acá o mAs allá del saber. No la encuentra, pero eIla si lo personas distanciadas del saber conformista.
encuentra. A eso lo llamamos lapsus, chiste, acto fallido. Es el Sin embargo, los analistas imaginaron que debían ser per-
momento en que el sujeto se ve sobrepasado por la palabra. sonas respetables y se precipitaron a formar una organización
He aquí la razón por la cual un sujeto se halla en estado de di- internacional para respetar lo que llamaban el sfanclard. Si hay
visión y no en estado de control, como en el discurso univer- algo que está en oposición al psicoanálisis en su estado na-
sitario. Ese sujeto pasa a percibir la verdad como algo transi- ciente es la idea de respetar el standard. Es absolutamente con-
torio, fugaz, enigmático. Ella está también en la interpreta- trario a la experiencia analítica, la que cuestiona el standard,
ción, para la cual no necesita diccionario; el sujeto mismo lo desencadena el sujeto y lo encamina al significante. Veamos
deja de Eado: algo por si mismo emite una formación del in- un ejempIo histórico: no hay que olvidar que Newton pasó
consciente y es por eso que no produce un saber sino que lo mucho m& tiempo haciendo alquimia que física. Intentaba
equivoca, por lo que es d e s d e ese punto de vista- contrario arrancar los secretos ociosos mientras hacía física. Lleg6 a pu-
El psiconnálisis en la uniwersidnd 157

nuestra opinidn, es necesario saber cómo Freud pretendía ro no le dio el nombre de "goce", como hubiera sido necesa-
mantener su descubrimiento con la invención del superyó, el rio que lo hiciese. Y por eso el supery6 es el origen de la con-
cual tuvo gran importancia para Lacan, habiendo incluso si- ciencia moral. Pero la conciencia moral no dice en qué cree
do su vía de entrada en el psicoanálisis. Lacan, como psiquia- Kant. EI superyó formula el imperativo de la verdad, lo cual
tra clásico, de buena formación, fue compañero de Henry Ey, hace que no nos sintamos muy bien. No está interdicto, pero
el maestro de la psiquiatría en Francia hasta su muerte. Laca11 obliga. Y Lacan formula el imperativo del superyó así: goza.
escribió una tesis sobre la personalidad paranoica, la cual no Este deber es terrible en el superyó: se transform6 en conoci-
se si fue traducida al portugués; si no lo fue es una pena, pues miento del asunto a través de los sentimientos inconscientes
constituye el momento en que Lacan se pasó al psicoanAlisis, de culpa y la necesidad de punición. Son aspectos limitados.
justamente a propósito del superyó, que le permitía concep- La pregunta es: i q u é se satisface en el sujeto a través del sín-
tuar el caso clínico que estaba presentando. Pero en esencia, toma? ¿Por qué el sujeto adhiere al sintoma? iCuil es el goce
~ c u seria
~ I la intuición esencial de Lacan? ¿Podernos emplear encontrado en el síntoma? Sin eso, el síntoma se desvanecería;
aquí el término "intuiciOn"? ¿Sería el inconsciente estructura- por el contrario, Freud constató qtic hay resistencia por parte
do como un lenguaje? Yo no diria eso, puesto que él lo formu- del sintoma. El sujeto está implicado en el síntoma, no quiere
ló tardíamente, cuando ya tenía más de cincuenta años. Creo ser curado e incluso con el sufrimiento que causa el síntoma
que su intuición fundamental es la división del sujeto contra obtiene satisfacción. El psicoanálisis valoriza la ley: la ley del
si mismo, oponiéndose así a una buena parte de lo hecho en padre, por ejemplo. En la secuencia del complejo de Edipo
filosofia, íntegramente preservado por los psiciilogos: el pre- hay cierta normalización del deseo y se imagina que es 6ca la
concepto de que el sujeto quiere su propio bien, de que quie- función del superyó; Freud, sin embargo, le da otro valor, re-
re sobrevivir, de que todo se conjuga para eso y, si así no fue- lacionándolo con la pulsión. El superyó no opera únicamente
ra, es necesario terapeufizarlo. Suponemos que el sujeto para oponerle barreras a las exigencias, sino que cada renun-
obedece a la ley como rechazo de la pulsión de muerte, la cual cia a la satisfacciiin pulsional refuerza la severidad del mis-
los psicoanalistas no aceptaron de inmediato en la obra de mo, que es insaciable. 8110 dice en El mnlestur en la cullura. La
Freud, considerando que él especulaba, que era una contra- frase de Freud es una paradoja, si el superyó es la interdicción
dicción. Con todo, si la pulsión es un instinto, no es posible del goce. Lacan resuelve esta aparente paradoja, al decir que
comprender lo que quiere decir "pulsi6n de muerte"; fórmu- el superyó impone e1 goce; de este modo elimina la paradoja
la en la que el sujeto está dividido contra sí mismo, cuestio- freudiana. El superyó va en contra del deseo, pero porque el
nando la positividad del bien, se introduce en una ética dife- deseo va en contra del goce, siendo una defensa contra este
rente de la 4tica del bien y muestra la fórmuIa en que el sujeto último. El goce no es deseable. Es una de las verdades acumu-
se aferra a un bien que de ninguna manera es su bienestar. Es ladas en la experiencia analítica que son desconocidas por-
10 que Freud llarn6 masoquismo primordial, incomprensible que las escondemos colocándolas en el baúl. En los años '20
para los psicoanalistas por ser psicólogos: fue necesario que los contemporáneos de Freud -Alexander, Theodor Reik y
Eacan les diera sentido a algunos conceptos de Freud. El bien Wilhelm Reich- se apasionaron por el superyó y percibieron
que está más allá del bienestar, que puede hacer mal, es lo que que no era una instancia social de normalizaci6n sino lo con-
Lacan llamó "goce", que no necesariamente da placer e i~npli- trario, una ley del inconsciente que no normaliza cino que in-
ca una kica. Kant percibió eso a su modo en la Critico de la ra- troduce al sujeto en una dimensidn donde el goce está loco,
zón prhcfica, que el bien como tul era contrario al bienestar, pe- suelto, sin significante, sin medida. Es necesario respetar tal
El psicoanilisis en Ira universidad 159

dimensión y distinguirla de la del Nombre del Padre, que f ~ w de casos de psicosis, especialmente del caso pvinceps estudia-
el kxito de Lacan, muy aplaudida. Hoy es necesario que la do por Freud. Es ~ r principio
n transfenom&nico,que no se lo
Secci6n Clínica restablezca la función del superyo, que llega n puede identificar como simple institución. Es cierto que exis-
constituir un hecho singular en la historia del pcicoan~lisis. ten elementos sociales que pueden, durante algún tiempo, ta-
Los analstas cuestionan permanentemente a1 superyó en par ese agujero simbólico. Sin embargo, hay otros que pueden
la mujer. Freud ya habia comprendido que de ese lado había -por el contrario- volverlo evidente, como el presidente
algo de la conciencia moral que sucedía de manera diferente. Schreber que hasta los cincuenta años fue un modelo de com-
En e1 momento en que Freud fue infiel a si mismo, dejó dc portamiento social y recién cuando iba a asumir la digna po-
comprender 10 ilimitado de la mujer, las infracciones que pue- sición de Presidente del Senado de la Corte de Apelaciones de
de cometer contra la conciencia moral. E s también el probIc- Dresde se refirió a una idea que le pasaba por la cabeza, la
rna de los filósofos de este siglo. Jamás se tuvo certeza de esc cual no estaba de acuerdo con su papel social. Un buen día co-
punto de vista, de la humanidad de la mujer. Pero el proble- mienza a decirse que sería lindo ser mujer durante el coito. E1
ma del superyó femenino es el de su goce, y Lacan dio cuen- presidente de la Corte podría hasta soñar con eso, pero para
ta de las paradojas que encontró Freud. Desde siempre se sa- él se vuelve real, no es una alucinaci611, no es un sueño, es lo
be que las mujeres cometen infracción a los mandamientos dv que Dios quiere de él, y Dios lo obtiene. Cuando su delirio se
la palabra, así como los hombres la conciben. Es por eso qutk estabiliza lo suficiente como para poder escribir ~ i nlibro,
. estA
los hombres jamás dejaron de reflexionar. convencido de que su cuerpo se ferniniza. ¿Dónde está lo co-
l la verdad? El superyó del hombre es la mujer. Hc
~ C u des cial en todo eso? El elemento desencadenante de su psicosis
aquí por que es tan difícil encontrarle un supery0. Es mucho fue el. ascenso a un puesto destacado. En cierta medida pode-
más trabajoso desembarazarse del imperativo que viene de l n mos decir que la enfermedad es social: la "cura" tambien po-
mujer que del que exige la conciencia moral. dría serlo.

San Pablo
19-10-81

Deba fe

P.: Quisiera que dijera algo respecto de la afirmación dc


Lacan en el texto "Cuestión preliminar...", en el que habla dv
los indicadores sociales de la falla del Nombre del Padre.

J.-A.M.: La invención de1 Nombre del Padre, gran éxito dc


Lacan, le sirvió fundamentalmente en la teoría de la psicosis,
pues partió de esta misma estructura. Lo que él llam6 forclu-
sión del Nombre del Padre es lo que tradujo del alemán Ver-
werfing, término de Freud, algo no observable.
Es como un principio que se dedujo a partir de exámenes
Poder Público. Eligen por el paciente. "En general", pues no última es el sentimiento del psiquiatra que está teorizado en
siempre es ése el caso. Hay pacientes que eligen el hospital co- el ámbito de la psicología y de la teoría del psiquismo con sus
mo un refugio para situarse a resguardo de la locura. Todos fundamentos escol6sticos.
nosotros conocemos esos cacos, incluso hay quienes eligen Volviendo atrás encontramos estos fundamentos, que nos
tan bien ese refugio, que el hospital psiquiátrico se vuelve su obligan a enumerar, a describir, a clasificar, distinguiendo el
enfermedad, y en ese caso todo el esfuerzo debe consistir en síntoma primario del sec~mdario,tendiendo a considerar pri-
mantenerlos afuera de éste. marias las perturbaciones que pueden ser comprendidas des-
No es excesivo decir que la selección de los pacientes psi- de el punto de vista neurofisiológico.
quidtricos es social y que, si el paciente está enfermo, es por E1 ideal es que la clínica tenga un modelo -que sería la pa-
dificultad de adaptación social; lo cual es ciertamente su dile- rAlisis general- al cual lamentamos que no obedezcan todas
!
ma, pero que no deja de ser el de la sociedad, considerando las enfermedades mentales y que no podamos encontrar allí
que ésta tampoco se adapta a él. un agente tan "agradable" como el treyonema de la sífilis, con
Hoy en día, los psiquiatras de toda el mundo se enfrentan demencias infecciosas que podrían constituir el. modelo de
continuamente con la dimensión socia1 y eventualmente polí- una buena clínica. Pero poco importa el orden de la clínica
tica de su trabajo, buscando soluciones sociales y políticas pa- psiquiátrica. La fineza, los matices de la clínica clásica, son
ra su enfermedad. una lección para todos nosotros, los psicoanalistas y los psi-
Los locos antes tenían un lugar reservado en el orden so- quiatras, que parecen ignorar -por lo menos en Francia- la
cial: ni siquiera iinaginAbamos curarlos. Esto lo sabemos des- historia de la psiquiatría. Y a nosotros nos cabe, la rnayoria de
de que, por iniciativa de Michel Foucault, se realizaron estu- las veces, recordarles esa historia, que nos interesa.
dios hace unos quince años. La preocupación terapéutica por En cuanto al síntoma psicoanalítico, sólo existe si esta di-
cho por el paciente, pues la clínica psicoanalítica está hecha
los locos demuestra la intolerancia social a la locura. Es un
círculo, y estamos presos en él. por el paciente, originada en su propio discurso.
I
El más contestatario de los fi16sofosrcuando se vio perse- El síntoma freudiano sólo existe a partir del discurso del
guido por una erotómana, recurrió a la poIicia y él mismo ter- paciente, dentro del dispositivo analítico. Es pues una para-
mino en un psiquiatra. Evoco eso para ser realista: la deman- doja, pero la base de la clínica psicoanalítica es la autoclínica
da psiquiátrica es esencialmeiite opuesta a la psicoanalítica. y no la heteroclinica psiquiátrica. Si el síntoma analítico está
constituido en la experiencia analítica, en que el paciente di-
rige su discurso hacia el analista, éste es parte del sintoma, es-
tá implicado en su función. Por este motivo Freud pudo decir
que el primer momento de la experiencia analítica se traduce
Tampoco el síntoma es el mismo en el campo psiquiátrico por una reorganización del síntoma, el cuaI requiere que el
que en el psicoanalítico. El psiquidtrico está constituido por el psicoanalista esté incluido en él para completarlo. Esto vuel-
psiquiatra que lo observa, lo describe, lo clasifica y le da nom- ve la situacion bastante difícil para el analista, cuya relación
bre. Se trata de una clínica de observación. en cuanto al síntoma no es de exterioridad. No puede mante-
iCu5l es la referencia de los grandes síntomas clásicos, el nerse a distancia ni desconocer el hecho de que se encuentra
manierismo, la estereotipia, el negativisrno, las bizarrias, el implicado ahí.
paradoxismo, las discordancias, las atipismos...? La referencia Charcot, que ignoraba que estaba incluido en el síntoma,
Psicoan&lisisy psiquiatría 165

nos dejó una serie de cuadros clinicos, una especie de zooló- sacarlos del encierro, un movimiento de liberación de los psi-
gico humano. Bellos cuadros, diseños que puntúan sus leccio- quiatras. Esto los llevó a suponer que el respeto a la locura
nes y que parecen fotos. Se trata de una zoología. consistía en imitar a los locos: concurrir a su escuela e incluso
En ese aspecto, el psiquiatra desconoce la parte implicada identificarse con ellos. Hay, inclusive, un determinado núme-
en la producción del objeto de su estudio. En cuanto al analis- ro de ingleses vociferantes defensores de la antipsiquiatria
ta, al estar implicado en el cuadro clínico, se encuentra en una que tomaron ese camino.
posición menos cómoda, no pudiendo mirarlo a distancia Identificarse con los locos no es la orientación de Lacan,
porque forma parte de 61. Freud se arriesgó a escribir los cin- motivo por el cual fue mal visto por los antipsiquiatras y por
co psicoanálisis, describiendo tan sólo el caso Freud, que es el los diccípulos franceses de la antipsiquiatria, como Maud
sexto psicoanálisis. Mannoni quien al mismo tiempo, era miembro de su Escuela,
Los psicoanalistas jamás dejaron de apasionarse por la clí- Le recriminaban el hecho de seguir siendo psiquiatra. Reto-
nica de los casos de Freud, por los cinco psicoanAlisis, por Lrr rnaré más tarde este tema. Lacan siempre se presentó como
znterpmtacidn de Ios sueños, por la Psicopatolo~íade la vi& cofi- quien tiene formación médica y psiquiátrica.
dinnn, 7 por todo lo demás. La clinica de Freud, de la cual él Era de la generación de Henry Ey, uno de los mayores
es objeto, constituye la disciplina clinica entera del psicoaná- maestros de los estudios psiquiátricos en Francia.
lisis. Las persoi-ias se espantan porque Lacan no escribió casos Henry Ey y Lacan hicieron juntos la residencia en psiquia-
clínicos: no querría que hubiese el caso Lacan en la clínica psi- tría y a pesar de las divergencias -el orgáno-dinamismo de la
coanalítica. Por otro lado, tal caso existe, pues él se resistió a escuela de Jackson y las disciplinas del significante de Jakob-
ser absorbido por la Asociación Internacional de Psicoa- son- conservaron siempre una relación de respeto y amistad.
n6lisis. El mismo Lacan continuó con su presentación semanal (y lue-
Tornando la definición de la clínica que Lacan propuso: "la go quincenal) de enfermos en el hospital. psiquihtrico de
clínica es lo real como imposible de soportar", Ssta no tiene Cainte-Ame. Allí, frente a un grupo de discípulos residentes
-en la psiquiatría y el psicoanálisis- el mismo punto de apli- y de médicos, presentaba un paciente psiquiátrico cuyo caso
cación. le era comunicado quince minutos antes. Durante una hora o
En el caso del psicoanálisis, se trata de un imposible de so- una hora y media realizaba la demostración del caso: escu-
portar para el sujeto. En el caso de la psiquiatria, se trata de lo chaba al paciente y le hacía preguntas pertinentes y efectivas.
imposible de soportar para el cuerpo social. Está claro que Mantuvo tal práctica durante todo el tiempo de su enseñanza
uno puede recubrir al otro en ciertos puntos y por eso los psi- psicoanalítica. Lo que expresé se trata tan sólo de un comen-
coanalistas y los psiquiatras tienen interés en trabajar juntos tario, pues mi intención es retornarlo dentro de esta perspec-
en los mismos cacos, aunque sus responsabilidades no sean tiva más adelante.
las mismas, especialmente en el hospital. Lo que intento demostrar es que el psicoanáIisis olvida la
No estoy a favor de la antipsiq~iiatsíaque enfatiza la di- psiquiatría, con el pretexto de que tanto la demanda como el
mensión social del psiquiatra. AdemAs, ésta es un malenten- síntoma son estructuralmente distintos en las dos dimensio-
dido. En realidad, se trata de un movimiento de psiquiatras nes.
que se concientizaron, no de que encerraban a los locos sino Se suele pensar que el psicoanálisis comprendería al pa-
de que, hacihdolo, también ellos quedaban encerrados, Lla- ciente en oposición a la psiquiatría, y ésta se mantendría a
maron antipsiquiatria al movimiento que tiene por finalidad una distancia objetivante respecto de 41. Se suele imaginar
PsicoandIisis psiquiatría 167

que el mérito esencial de1 psicoanáiisis seria disolver la ftin


cirugía o quiere hacerla por si mismo, termina yendo a parar
ción del diagnóstico. A partir del momento en que las persci.
a un hospital psiquiatrico.
nas comienzan a interesarse por el psicoanálisis, la dimensicíir La clínica psiquiátrica, en esencia, culmin6 alrededor de
particular de la experiencia analítica los sensibiliza y el ps-
1920,1930. En el plano teórico fue desplazada por el esfuerzo
coanálisis termina teniendo u11 efecto disolvente sobre cl
de presentar grandes sistemas capaces de afrontar la cuestión
diagnbstico psiquiátrico. Lleva a los propios psiquiatras a evi psicoanalítica. El sistema de Henry Ey es un buen ejemplo de
tar cada vez más el diagnóstico, que empieza a ser visto como
ello, pues los clinicos no estaban preocupados por las grandes
una responsabilidad muy pesada, un riesgo de objetivacibn,
síntesis filosóficas, aunque hacían observaciones finas, reple-
un etiquetador. tas de matices. Por nuestra parte, estamos intentando reeditar
Los tres puntos (olvidar la psiquiatría, comprender al pa a los clásicos de la psiquiatría que en su mayoría no se en-
cien.te y no hacer diagniistico) no son exactos, y traduzco aqti i
cuentran más, a no ser en donde se venden libros usados o en
la enseñanza de Lacan tal como la recibi en Calnfe-Anne.Pri-
algunas reediciones hechas en los Estados Unidos.
mero, la clínica fundamental es la psiquiátrica, incluso para id Suelo decir a mis alumnos que los psiquiatras no se preo-
psicoanálisis, una herencia de ella (tal vez pesada) de la cual
cupaban por la sistematizacihn: fue necesario que el psicoaná-
debemos deshacernos pero que por ahora esta allí. En segun-
lisis planteara esta cuestión para que pudiésemos ver cómo
do lugar, comprerider no es psicoanálisis: Freud no es Jaspers.
fructificaban los esfuerzos por las grandes sintesis sobre el
En tercer lugar, es del psicoanAlisis del. que esperamos la ver-
psiquismo. A partir de los años '20 observamos una regresión
dadera disciplina del diagnóstico.
evidente de la clínica psiquiátrica. Para verificar eso de mane-
ra sistemática, consulté tesis presentadas por residentes en
psiquiatría en Francia. Todas son sobre socio!ogia. En verdad,
cada vez es mAs raro encontrar una tesis clínica. LAqué se de-
be ese movimiento? A la incidencia de los medicamentos, los
La constitucion de la cIínica psiquiátrica se extendió en cl
tratamientos químicos que disolvieron la clínica. No hay más
siglo XIX y comienzos del siglo XX. Fue la disciplina esencial-
interés en pensar los fenómenos clínicos sino a partir de los
mente francesa y alemana que nos legó un cuadro muy bien
efectos que se pueden obtener con los medicamentos, que pa-
organizado, aunque a veces contradictorio. Constatamos sin
saron a ser el principio organizador de la clínica. La mayor
embargo que esta clínica de observación se halla terminada
parte de las veces basta con un embrión clínico, basta con una
desde 1920,1930, pues a partir de aIli no se descubrieron mis
clínica de rasgos diferenciales extremadamente limitados,
entidades clínicas de observación, aunque aún se lo intente.
que termina sustentándose en una lectura de prospectos. Evi-
Hay un fenómeno interesante que se desarrolló paraleh- dentemente, esa incidencia de los medicamentos tiene un
mente a los medios técnicos: por ejemplo, la clínica del tran-
efecto disolutorio del interés clínico.
sexuallsmo, que no existía anteriormente, responde bien a esa
Para aquetlos que saben francés debo aconsejarles la lectu-
oferta, porque existi6 un perfeccionamiento quirúrgico quc
ra del libro de un joven psiquiatra francés no lacaniano, que
suscitó un nuevo abordaje, con nuevas entidades. Desde el
dedicó su trabajo a la historia de la clínica. Fue él quien cons-
punto de vista de la psiquiatría, esto constituyó los límites
tató que la clinica se detuvo a principios de siglo y que cuan-
propios, pues los pacientes camenzarori a dirigirse al cirujano do hablamos de ella, nos estamos refiriendo a otra época. Se
y no al psiquiatra. Solo cuando el paciente no logra realizar la Ilama Paul Bercherie y su libro se titula Lesfondementc de la clí-
nique. Yo 10 hice editar en la revista Ornicur?, que se distribu- Transformó la clínica de la histeria y la propia histeria. Exac-
ye en Francia por Editionc du Seuil. Lamento que no esté tra- tamente eso es lo que se manifiesta en la pregunta: ¿por qué
ducido al portugués, pero espero que lo sea en breve (prontri los grandes sintornas histéricos desaparecieron o, por lo me-
saldrá en español) pues merece ser conocido.' nos, disminuyeron tanto? Sin embargo, en cuanto a lo demás,
La relación del psicoanálisis con la clínica psiquiátrica no no se puede decir que el psicoanálisis haya cumplida con su
es de exterioridad, pues el descubrimiento de Freud está ins- trabajo; hay aún mucho por hacer. Entiendo que hizo surgir la
cripto en categorías utilizables. La entidad polimorfa de es- psiquiatría infantil, que no tenia consistencia antes de que el
quizofrenia fue inventada por BleuIer a partir de Freud, para psicoanálisis se hubiera interesado por los niños. Allí las rela-
responder a la presión del. descubrimiento freudiano. Pode- ciones son de involución del propio psicoanálisis en la psi-
mos seguir de cerca la presión del psicoanálisis leyendo Ia cti- quiatría. El hecho es que tenemos que constatar que el psicoa-
rrespondencia entre Freud y Jung. Bleuler loar6 una sintesis nálisis no puede desconocer que su clínica de referencia es la
magistral con su concepto de ecguizof~enia.Si pudiésemos psiquiátrica.
ver las cosas epistemológicamente veríamos al mismo tiem-
po lo que él disimula y esconde en ese concepto-tapón.
¿Cómo el psicoanálisis construiría la clínica sin tener otrti No se debe comprender nl paciente
m6s que la psiquiátrica? Es lo que constituye el basamento dv
sus referencias y tiene un objetivo especifico: la clasificación En lo que respecta a comprender al paciente, privilegio del
de los sintomas. psicoanálisis cobre la psiquiatría, se trata de lo contrario. Con
Cuando escuché la presentaciiin de un cierto número dc la experiencia psicoanaltica aprendimos que no se debe pre-
casos en el Hospital Italiano de Buenos Aires, no quedé des- juzgar el significado ligado a un significante. Más aún hoy en
concertado -aunque fuese la primera vez que ponía mis pies día, en que el vocabulario "psi" se infiltro en lo cotidiano.
allí-. Los síntomas se parecen entre si, se diferencian en las es- Cuando el paciente nos dice que tiene depresión, haciendo él
tructuxas y, contrariamente a las eIucubraciones de las perso- mismo el diagnbstíco, ¿qué quiere decir? No debemos imagi-
nas que se creen contestatarias, hay un número muy pequeño nar haber comprendido lo que {a "depresión" quiere decir.
de sintomas. Es una idiotez imaginar que la locura o la neu- Del mismo modo, no debemos contentarnos con el diagnósti-
rosis podrían ser un camino de creatividad. Por el contrario, co de histeria cuando el paciente dice tener alucinaciones,
está bastante estandarizado. Únicamente quien nunca pisó un pues el psicótico no dice eso pero las tiene. Por el contrario,
hospital psiquiatrico podría imaginar que la esquizofrenia y dice que eso es real.
la paranoia serían el dominio de la gran creatividad equiva- Éste es uno de los criterios que marcan la diferencia entre
lente a la que se obtiene con la sublimación de Freud. t o s sin- el histbrico y el psicático. Si hay una lección para extraer de la
tomas son estandarizados, dando así fundamento a la clínica. experiencia analítica es que no se debe imaginar que se com-
El psicoanálisis tiene vocación para transformar la cIínica. prende al paciente: sería una elucubracián. En la psiquiatría
es de Jaspers, pues conocemos su trabajo sobre la compren-
sión.
1. Publicado en Brasil bajo el titulo Los $indamenf~sde /a dinicn. Cuando Lacan dio su seminario sobre la psicosis, su pri-
Hisforia y esfructwrn del saber pstquzdtrico, por Jorge Zahar Editor (N. mer recaudo fue el d e demoler la idea de las relaciones de
del E.). comprensión, pues es la idea más peligrosa que se puede te-
ner; en esencia, debemos mantenernos a cierta distanci,~I Ir al ficaciones entre el sueño y el despertar. Tanto el psicoanálisis
otro. El humanitarismo que consistiría pura y sirnplemci-ili~ibit
como Lacan acentúan que no se debe retroceder frente a un
decir "tu eres mi hermano" es la vía mis opresiva, la vía I,I
( 1 1 0
diagnóstico de estructura. Lo que necesitamos buscar en el
dominación. Lo que nos importa es percibir el discursil i 1 ~ 1 cxamen del psicótico es el punto de certeza.
otro en su particularidad, sin prejuzgar a partir de un aciiibi No debemos imaginar que términos como "certeza" o "sa-
do de almas o de conciencias. ber" sólo son filosóficos. El hecho de que sean tSrminos hege-
lianos o cartesianos no debería hacer que los psiquiatras se
opusieran al co~~ocirniento que aportan. ¿De qué otra cosa sii-
El diagnóstico fre el paranoico si no es del saber del Otro? Fue en su propio
texto que eso se hizo perceptible. Esto, por otra parte, lo de-
Si hay algo que la experiencia analítica puede enseñni. i n l i mostré en uno de los casos que me presentaron en Argentina I
que existen estructuras y que éstas son sólidas, no se rnocli 1i y que tuve la oportunidad de retomar durante 10s coloquios
can y no pasan de una a la otra. Solemos pensar que hall! i,i clhicos en los que estuve invitado por el doctor Forbes. Un
fluctuaciones de una estructura a otra. Así, las personas sr i Q i i bello caso, bien schreberiano.
tusiasmaron por el llamado borderline, que se volvi6 un rii:~ i
Es necesario rehacer la clínica, y los psiquiatras están te-
límite, particular de la especie. niendo dificultades en esa área. La psiquiatría, por lo menos
Freud dice que 11ay estructuras, con lógica y tipo de síniii en Francia, se halla en situación de gran malestar. Por 1u-t la-
ma, a veces difíciles de ser revelados: la lógica y el síntrinr,~, do, su autonomía, su dominio, comienza cz ser invadido por la
Por lo tanto, la lección del psicoanálisis se opone a la idea Ii,i biologia molecular, que propo~~e su desaparición. Por el otra, 1

bitual que desprecia el concepto de género. En lo que atañit , I existen segmentos de inter6s por el psicoanálisis que acorra-
la psicosis y a la histeria, conviene recordar que eso se vurI\~i~
más patente. Hay promotores de psicosis I-iistérica. Lacan ( \ i i
lan a los psiquiatras entre dos fuerzas y no les dejan otra al- 1
I
ternativa más que la asistencia social. I
sus presentaciones de enfermos, prestaba mucha atenci011,iI Existe también el poderío del medicamento, cuyo yrogrs-
hecho de distinguir, en cada caso, si se trataba de psicosis a so no está en sus manos y el intento de los biólogos de alcan-
histeria, lo que muchas veces es difícii de precisar A pesar i j i zar un objetivo cada vez más preciso, haciendo imposible el
las dificultades, siempre se decidía por una u otra cosa. Adv establecimiento de relaciones estables con el paciente.
más, justamente el estilo de la psicosis y de Ia histeria no l i i b Hay aún otro serio factor para que los profesionales del
nen nada en común. No basta con que el paciente les diga co área se sientan abatidos: ellos pueden considerarse terapeutas
sas extrañas o que les parezcan extrahas, contradictoriah, o psicoterapeutas, pero los psicóticos no los consideran así.
abundantes en t6rminos imaginarios, para que se le atribu yi A partir de esta realidad, te hacernos una pregunta al psi-
un diagnóstico de psicosis. Vean, por ejemplo, en qué estado coanálisis: ¿qué puede hacer éste por los psicóticos?
de confusion y delirio llega a Freud el Hombre de las Ratas, Debemos reconocer que con frect~enciano puede hacer na-
lo que no impide que su neurosis obsesiva sea paradigmáticn. da, que la lección del doctos Eacan en sus presentaciones de
Es totalmente insensato ver en ese caso un diagnóstico de psi- enfermos era sólo u n a lección de humildad. Podemos hten-
cosis, basado en fenómenos iinagnarios no indicativos de la tar interpretar los síntomas de los psicóticos delirantes, pero
estructura en si. Del mismo modo, una histkrica que vi la sc- ellos lo hacen mucho mejor. En lugar de esto, podemos man-
mana pasada en Buenos Aires producía las más locas identi- tener actividades de apoyo con méritos sociales, pera que no
174 Jaques-Alain Miller

mentados o incluso impuestos y, sin mediación, se hacen oir la revista Le M i n o t n ~ r eSalvador


. Dalí extrajo d e la tesis de La-
en el interior del sujeto, que asi imagina la voz del Otro. Nos can su concepto de paranoia critica. Desde entonces se creyó
preguntamos por qué este concepto no fue creado antes, ya que Lacan tenia simpatía por los surrealistas, lo que es falso:
que es el de la exterioridad del discurso en la esfera mds ínti- eran ellos los que simpatizaban con Lacan. Él siempre consi-
ma. Si su influencia fue limitada es porque la teoría que Clé- deró el surrealismo como academicista, no habiendo creido
rambault elaboró del fenómeno que logró aislar era mecani- jamás en sus virtudes contestatarias y considerando al psicoa-
cista y organicista. Lacan percibió que el organicismo no era nálisis n~uchomás interesante.
más que una metáfora que trataba de dar cuenta del carácter Retornando el caso, es asombroso y singular que el pasaje
real, para el sujeto, de esa influencia interior, así como el he- al acto haya sido suficiente come para hacer desaparecer el
cho de que su obra es la descripción estructural de b que ha- delirio. La agresión contra las figuras del teatro logro satisfa-
ce funcionar al discurso. cer algo. Lacan intenta saber qué es, y lanza un principio su-
Toda una parte de la enseñanza de Lacan -que lo llevó a gestivo, un rasgo preciso del joven Lacan psiquiatra: "la natu-
distinguir entre el otro semejante y el gran Otro, lugar de la raleza del tratamiento demuestra la naturaleza de la enfer-
palabra- está apoyada en la experiencia del automatismo medad". Se trata, por lo tanto, de u11 principio epistemológi-
mental puesto que allí 41 esclareció la función gran Otro del co notable. Si logramos saber lo que hace desaparecer el deli-
discurso, que habla en el interior de la propia identidad. rio, sabremos de qué sufría ella. De los hechos que Lacan ex-
Es interesante observar por cuales vias Lacan, viniendo de pone concluimos que lo que la cur6 no está en el acto
la psiquiatría, llegó aI psicoanálisis en el inicio de los años '30. cometido y sí en el castigo inmediato que es consecuencia de
Su tesis sobre la psicosis paranoica relacionada con la perso- él. &te debería ser entonces el principio de su enfermedad. Él
nalidad es la última gran tesis de la clínica francesa clásica. Al dice: "observo en ella el deseo de a~~topunición. Como el. de-
comienzo hay una parte histórica que nos remite a una biblio- seo de autopunición se satisfizo, hela curada".
grafía enorme; la parte central es la rnonografia "El caso Ai- Fue lo que llevo a Lacan al psicoanálisis. Encontró en la
mée", titulo con el nombre de la paciente. Se trata de un caso obra de Freud de los años '20 e1 concepto de superyó como
de delirio pasional, que tiene como particularidad el pasaje al instancia del mecanismo de autopunici0n. Y consider6 el ca-
acto dirigido a lo largo de la existencia, a través de personajes so de su paciente como prototipo cle una paranoia de autopu-
diversos, que termina por afectar a las personas con dicho pa- nición, lo opuesto de la reivindicación. Fue éste su último in-
saje al acto. Lacan dice que tenia treinta casos como aquel, pe- tento en la psiquiatría. Lo importante es la referencia al
ro hizo la rnonografia eligiendo trabajar no con la generaii- concepto de superyó que implica, en el propio análisis, el én-
dad, con el rasgo común de los treinta casos sino por el fasis de la división del sujeto: trabaja contra si mismo, no sien-
contrario, eligió hacerlo trabajando con lo particular, con lo do una entidad homogénea.
más preciso, considerando que trabajando intensamente se Hablar de autopunición es la manera sumaria de captar el
pueden extraer lecciones generales. La lección se perdió com- énfasis de este aspecto: no existe ninguna raz6n para que el
pletamente, pues incluso cuando se intenta hacer una tesis cli- sujeto quiera su propio bien. Creer en esto es un preconcepto
nica, lo que se hace es reunir cierto número de casos para en- filosófico y psiquiátrico que muchas veces lleva a los psiquia-
contrar las ideas generales, lo que es una pena. tras a querer el bien del enfermo. Respecto de eso, es necesa-
Lacan publicó los escritos de la paciente, en los cuales es- rio mantener distancia, evaluar el motivo en el deseo de "te-
tán expresadas sus delirios. La tesis de Lacan f u e muy apre- rapcutizar" a las personas que no lo piden.
ciada en el medio surrealista, como muestran los artículos de Es querer imponerles nuestro propio síntoma.
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Psicoanlilisis y psiquiatría 179

siderar que el psicoanálisis no es una ciencia, en Io que tienc


según la respuesta (castigo o cariños), lloraba o sonreía. EI
toda la razbn, ya que sólo encuentra pruebas a su favor. Una
sentido siempre viene del Otro. En lugar de la comprensión,
ciencia se caracteriza por la posibilidad de ser falsificada pro-
Lacan postulaba la asimetría en la experiencia analítica. Es
duciendo un hecho que iría contra su demostración. El psi-
responsabilidad del analista ocupar el lugar del Otro, y el pa-
coanálisis es irrefutable -esto divirti0 mucho a Lacan- J I es
ciente busca el sentido del síntoma en el Otro. No obstante, el
justamente lo que constituye su debilidad. No obstante, da
psicoanalista no sabe; se plantea allí una cuestión ética. Deci-
para mucho más. Lacan abordó el problema de la psicosis a
dir el. sentido del síntoma implica una neutralidad, no es el
partir de la relectura del. caso Cclzreber que, lejos de ser un ca-
se~itidosino la falta de él lo que cura el. síntoma.
mino oscuro, es la via mas sólida, más simple, en que se pue-
Me gustaría saber qué sucede en Brasil.
de tratar la cuestión.
Queda, sin embargo, Ia cuestión de saber si es posible rc-
P: Al coiiocer sus posiciones, quedt! agradablemente sor-
cuperar la forclusión del Nombre del Padre e insertarlo en el
prendido. No diría nada muy diferente de la impresión ya ex-
paciente. Fue lo que intentó Melanie Klein.
presada aquí. H ~ i b oposiciones que en un sentido general son
Respecto a eso debemos ser pesimistas, pues es cierto quc
de gran proximidad. Si tuviésemos algo para discutir serían
no tenernos relatos de tratamientos de adultos psicóticos. El
pequeños puntos referentes a exámenes clínicos, evaluación
propio Lacan, cuando le preguntaron por q ~ i & no había ido
de Eos síntomas, lidiar con el paciente...o sea, hábitos diferen-
más allá de su escrito de 1959 sobre la psicosis, respondió qiic
tes y no antinomias.
no tenia experiencia suficiente sobre el tema. Y como insiskic~-
Me llamó poderosamente la atención la forma de valorizar
ron, agregó: "si, pude tratar a algunos psicóticos, pero no sc
algunas distinciones, como por ejemplo que el histérico cuen-
c6mo lo hice"'.
ta que tiene alucinaciones y el psicótico no. Nuestros puntos
Esta leccihn de humildad debe ser el corolario de nuestra
de vista son en este aspecto divergentes: frecuentemente el
conversacibn sobre psicoanálisis y psiquiatría.
histérico tendría un modo particular de contarnos sus aluci-
naciones, pero el psicótico también nos contaría que las tiene,
pero exponiéndolo de otra manera. Creo que se trata más de
Debate
un pequeño detalle que iio debe ser transformado en una di-
ferencia radical. No me guiaría por el ejemplo. Las divergen-
P.: Esta pregunta es para que se esclarezca un punto de sii cias son pequeñas y los puntos de referencia, los esquemas
exposición. Es sobre la comprensión. Podríamos pensar q ~ w
globales, parecen muy pr6ximos.
comprender sería el intento de reconstituir el núcleo del pa-
ciente. Si unirnos esta concepción con su crítica al concepto dv
J.-A.M.: Es rin punto esencial en el diagnóstico diferencial.
alucinación (percepción no falsa, que corresponde a un real
La distinción para Lacan recae en la creencia: la histkrica no
para el paciente), jnü estaríamos aproximando las dos coi?-
cree nunca en las voces. El psicótico tiene una certeza respec-
cepciones?
to de eso. Si tuvi4ramos tiempo, podríamos discutir y trabajar
un caso a partir del material del discurso. Lo que usted llama
J.-A.M.: Lacan ahí es muy claro. La relación de compren- un detalle es una cuestión fundamental.
sien es reversible. No hay comprensión,lo que hay es el ejemd
plo de los dos pequeños: al no entender interrogaba al otro y, 13: Tomo un detalle de lo que fue dicho. Usted distinguió
la demanda hacia el psiquiatra y hacia el psicoanalista. La di- J.-A.M.: No se le pide al paciente que sea lacaniano. A ve-
rigida al psiquiatra sería social y la dirigida al psicoanalista ces se les pide eso a los analistas, si fuese de buen grado. Una
seria la demanda propiamente dicha. Lo entiendo y hasta vez Lacan encontró en Sainte-Anne un caso de psicosis en el
concuerdo con eso. Sin embargo, en la medida en que ese in- que el sujeto sufría de "palabras impuestas". E1 caso se traba-
dividuo trae en sí, se constituye, recibe sentido, ipodría ser jó bajo ese aspecto -enfatizado por el paciente- y por eso Io
entendido como social? Percibo la diferencia, pero si el psi- designó "psicosis la caniana".
quiatra se volviese asistente social, jcuál seria la función so- Lo social en el psicoanSlisis es sui géneris. Lacan Ilam6 "Es-
cial del psicoanálisis? cuela" a la asociaci6n de analistas, poniendo énfasis en la en-
señanza, aunque él nunca aprobó que hubiese un diploma
J.-A.M.: Existe lo social en el psicoanftlisis, pero de manera universitario o una productividad social inmediata. En la Es-
particular. La experiencia constituye un lazo social particular, cuela la ensefianza no era obligatoria.
una relación inédita. Por otro lado, los analistas tienen intereses sociales, no son
La psiquiatría es un asunto de Estado, la del paciente en su parásitos sociales. Promueven el avance del psicoanálisis pa-
vinculo social. Por ejemplo, en la Unión Soviética, la psiquia- ra protegerse de los efectos devastadores del discurso de la
tria no fue prohibida, como sí lo fue el psicoanálisis. La rela- ciencia, intentando responder a las cuestiones del discurso
cidn con el poder del Estado no es la misma para las dos dis- contemporáneo. EI psicoanalista no puede quejarse de la ex-
ciplinas. traterritorialidad.

R: Me gustaria escuchar su opinión sobre las innovaciones San Pablo


clínicas introducidas por el esq~iizoanálisis. 21-10-81

J,-A.M.: Es la teoría intraducida en Francia por Deleuze y Traducción: Mnriila Recalde


Guattari; eso cayó en el olvido. Hay lectores de ese libro, pe-
ro como práctica es totalmente desconocida. Observación cu-
riosa: se escuchan mAs declaraciones edípicas entre los lecto-
res del libro.

P,:Usted dijo que una de las diferencias entre psiquiatría y


psicoanálisis consiste en que en los dos casos hay demandas
diferentes, que la demanda psiquiátrica es social y que el pa-
ciente analítico es analizador, él mismo hace la clínica. ¿No sc
trata de una trampa? ¿Los dos saben y practican el mismo jue-
go? ¿No se tratará de una trdmpa para decir que la demandn
psicoanalitica no es social, para negar que el psicoanálisis no
es una institución? ¿Su verdadera funcion social es su posi-
ción frente al deseo, especialmente los pacientes lacanianos?
San Pablo, 1983
Rio d~ Jalr~zeiro,1985
Estoy hoy aqui para escuchar más que para hablar: voy a
tornar notas. Debo introducir la pregunta del profesor New-
ton da Costa.
El titulo "Psicoan~llsisy lógica" es mucho más árido, a pri-
mera vista, que el de "Sintoma y fantasma", pues ocurren co-
sas extrañas en el campo de la lógica, especialmente cuando
no se cierra la puerta a las singularidades. Acepté este titulo
por la presencia del profesor Newton da Costa, un nombre de
gran peso. ¿Ser&él un nuevo Newton?
Él trató de darle credibilidad lógica a la contradicción, ate-
nuar la inconsistencia de la lógica matemática con la paracon-
sistencia. En lugar de cerrar la puerta de la liigica matemática
a la inconsistencia, trató de domesticar al monstruo y poner-
lo a trabajar mientras fuera 41 quien hiciese el trabajo. Creo
que lo hizo en contra de la comunidad de los lógicos rnatemh-
ticos y, de este modo, debe haber empleado mucha fuerza y
energía para perseverar en ese camino.
Eso me conmueve profundamente, pues cuando a ú n era
estudiante di una conferencia en el seminario del doctor La-
can con la presencia de trescientas personas. Habia leido un
Libro de Frege, lo cual no era ni es muy común en Francia. El
libro se refiere a los fundamentos de la aritmética e intenta
producir, a partir de conceptos ldgicos, la sucesión de los nu-
meros enteros cuya secuencia es: O, 1 , 2 , 3 ...
Hice, con mucho coraje, una lectura lacaniana de su obra,
lo cual no fue bien recibido por mis profesores de filosofia de
la época; fue incluso un escándalo. Me interesó el hecho de
que Frege esté en el origen de la filosofia de la lógica matemd- Está claro que admitir esos microbios debilita Las lógicas y
tica moderna y de la propia práctica de esa Iógica. Frege tuvo -podríamos decir- las hace menos poderosas. De este modo
gran importancia para Bertrand Russell, siendo incluso muy parecen menos poderosas que las matemáticas, por ejemplo,
respetado por el. Sin embargo, desgraciadamente, le tenia más necesarias para otros campos de actividades y para otras
preparada una mala pasada: en el instante en que apareció el disciplinas, y particularmente esencial para el psicoanálisis.
segundo capitulo de la obra fundamental de Frege, Russell Voy a tratar de hacerles percibir eso.
encontró su famosa paradoja y se la envió en una pequen. Es necesario un punto de vista 16gico para que se perciba
carta, de apenas una hoja, que le impidió terminar su monu- el sujeto del inconsciente, expresión de términos aparente-
mental habajo. Era algo mínimo, una nada, como un lapsus mente contradictorios: jexiste un sujeto del inconsciente? En
de la teoría, pero fue suficiente para hacer vacilar toda la am- psicoanálisis llamamos sujeto al término que designa aquello
plitud del. saber elaborado por Frege. Por otro lado, es intere- a lo que apuntamos con nuestro trabajo y no a un hombre,
sante la respuesta de Frege a Russell, pues admite la pequeño una persona, un individuo o seres que -agrupados- ocupan
paradoja y, con mucha dignidad, dice que va a intentar com- un determinado espacio y son un determinado número de
poner su sistema. personas. No se trata de la individualidad del cuerpo vivien-
Frege, en sus Fwndnrne?ttos de 1, aritmética, hace funcionar te con sus cualidades y defectos en el sentido lógico, tampoco
un elemento no identico a si mismo -la idea de no identidad- de sus almas, o del individuo a través del cuerpo, o q o m o en
para poder producir el primer objeto de su construcción arit- la filosofia idealista- del sujeto de la representación, o incluso
mética, es decir, el propio concepto de cero, lo que no hay, lo el de la comunicación, de la información.
que no existe. Lo que no hay, de todos modos, es susceptible Sólo operamos a partir de lo que Freud llamó asociación li-
de ser simbolizado, tan susceptible que de alli se desprendc bre, la invitaciiin hecha a una persona para que diga todo lo
toda la sucesión de los números. que se le pase por la cabeza. Constatamos, de manera general,
Eso me parecía fundamental para entender al sujeto del que eso no es posibIe en lógica matemática, pues, cuando pe-
psicoanálisis, el sujeto barrado, tal como lo escribe Lacan, que dimos a las personas que digan lo que les pasa por la cabeza
funciona sin estar allí. De esta forma se puede entender cómo no hacen literatura, ni lógica, ni lingüística: dicen necedades,
puede operar lo que no existe. Podríamos pensar que estamos tonterias, trivialidades y, muchas veces, tienden a hablar del
en el nive1 místico, pues los lógicos tienen, al contrario de lo papá y de la mamá.
que se piensa, mucha relación con los místicos. Para trabajar Esto nos da una cierta idea no muy alentadora de la huma-
eso en nuestra época es necesaria la lógica matemática. Mis nidad. Si el sujeto comienza a hablar un poquito mAs poética-
propios profesores de filosofía estaban atónitos pero de nin- mente, el analista lo fuerza a volver al dicho anterior. Incluso
gún modo eso me descorazonó, tenia para apoyarme al doc- lo importante es la asociación libre que permite descubrir que
tor Lacan. Por lo tanto, continué leyendo lógica matemática y ella misma no es libre en absoluto. Por el contrario, está res-
comencé a percibir, tal vez un poco tarde, que el lógico que yo tringida, se desarrolla a partir de ciertos axiomas escondidos
estaba esperando vivía exactamente en Brasil, aquel que lle- en el sujeto y el fantasma es el axioma fundamental.
vaba hasta el fondo las paradojas de la Iógica esforzándose Entonces, ¿qué es el material analítico? Es la cadena signi-
por modificarlas al punto de ajustarlas a la Iógica clásica y ficante con su sujeto y nada más. ¿Quién es ese sujeto? No lo
dando un lugar civil a esos fenómenos -hasta podría decirse- conocemos como podria hacerlo un psicólogo, no tenemos la
para legalizarlos. más mínima idea de sus talentos, sus posibilidades, su memo-
ria, su tolerancia a1 cansancio; no operamos con ninguna de preciso tener en mente algo que no tiene relación con el mun-
estas medidas. No sabemos siquiera si es o no inteligente. Di- do: es preciso confiar en el significante. En el sentido de La-
cen que la inteligencia es una facuItad animal y el doctor La- can, la fórmula de Newton es el colmo del estatuto del sujeto
can agrega que no es algo para ser abordado por el psicoaná- por no tener ninguna referencia a la experiencia l~umana,es
lisis sino, tal vez, una forma de conocer la capacidad muscular puramente significante.
del individuo. Es posible escuchar durante mucho tiempo a Eso quiere decir que el sujeto del psicoanálisis, aquel que
un sujeto en análisis, sin saber de qué es capaz afuera, en el Freud tomó en serio, constituyó y creó al inventar el psicoa-
mundo. Existen personas brillantes en la vida social que se nálisis, sería impensable sin el estatuto científico, sin una se-
presentan como nulas en el diván, al punto de sorprender al paración de la experiencia sensible. El sujeto del psicoanálisis
analista cuando conoce la vida social de esa persona. En cuan- no es el sujeto patológico en el sentido de Kant, no esta liga-
to a esto, la práctica de la asociación libre es extremadamente do a la experiencia sensible, ni a la afectividad; es un'sujeto
democrática, incluso igualitaria. que puede ser Ilamado matematico.
Tengo un amigo que es lógico, cuyo nombre no voy a men- El primer obst6culo para que pueda admitirse que hay una
cionar, y que vive en los Estados Unidos. Me contaba cuán in- relaci6n entre lógica y psicoan6licis es la frase de Freud: "El
soportable le resultaba la expansión del psicoanálisis en una inconsciente no conoce la contradicción". Lo ilustró con la
determinada época y me decía: "Usted sabe, hasta las secreta- anécdota del caldero agujereado, que permite al sujeto res-
rias se analizan". No tenía la menor idea de que la secretaria ponder: "En primer lugar usted no me prestó el caldero, en
en la experiencia analítica pudiera ser mucho más interesante segundo lugar ya lo devolví y, en tercer lugar, ya estaba agu-
que él. jereado". Si las tres fórmulas nos hacen reir es porque son in-
Se los cuento como una anecdota, pero es necesario tornar- compatibles, inconsistentes. Sin embargo, existe una relación
la seriamente, pues el sujeto del psicoanálisis está totalmente entre el inconsciente y Ia inconsistencia que puede abreviarse
desligado de la relación del hombre con el mundo. Para que con la fórmula ICS.
el psicoanálisis sea posible es preciso que haya una separa- Pero, Leso querrá decir que el principio de contradicción se
ción de la experiencia l~umana,contrariamente a lo que se encuentra suspendido en el inconsciente? Mejor seria decir
piensa. que a través de eso y de las diferentes interpretaciones posi-
Al doctor Lacan le gustaba dar el ejemplo de la gravedad, bles de la misma formacihn del inconsciente el sujeto del psi-
que no corresponde a nada sensible en la experiencia huma- coanálisis esta dividido, no est6 hecho de un solo bloque, de
na; supone una acción a distancia de las enormes y minuscu- tal forma que puede aparecer ora aquí, ora allá, al mismo
las masas, 10 que parecía imposible de ser comprendido por tiempo en dos lugares, en ninguno de ellos, o en ocasiones en
los contempor8neos, 10s cartesianos, que creían que estaban todos los lugares. Y también ese es el valor del $ de Lacan, el
volviendo al ocultismo y a la magia. $ esta en lugar de la fórmula S = S, sujeto no idéntico a si mis-
La pregunta es: cómo sabe un astro y calcula su distancia mo, que no aparece dos veces en el mismo lugar. Hegel ya ha-
de los otros astros. ¿Los cuerpos celestes conocen la fórmula bía hecho alusión a la posibilidad de escribir dos veces el mis-
de Newton, sólo posible en el campo de la ciencia? Que supo- mo símbolo. ¿Pero seria el mismo, cuando se escribe dos
ne que ya no nos ocupamos sólo de lo que vernos y sentimos, veces? Existe una parte interesante de su Ciencin de la lógicn
como en la física de Aristóteles donde las cosas caen como la con respecto a esto. Nosotros decimos: "Es igual", y estamos
lluvia y suben como el humo. Para aceptar que todo cae es esperando algo nuevo, algo sorprendente, pero encontramos
al mismo S del otro lado. Eso no es muy honesto, lo Miico in-
Uno y no es el Uno. De este modo, el Otro de Lacan no es sim-
teresante que podríamos decir es que <es igual a T y tendría-
plemente el otro del Uno, es el Otro en relación a sí mismo.
mos así algo nuevo.
;Pura retbrica? No, de ningún modo, pues existe allí el fenó-
En el psicoanálisis el sujeto no es idkntico a si mismo por-
meno liigico que Rusself escribi6 en su carta a Frege y que es-
que si existe un concepto que ha sido banaIizado es el de
tá estrictamente construido y estructurado como conjunto de
identificación. Un sujeto capaz de identificarse a otra cosa no
todos los conjuntos que no se contienen a si misinos.
tiene identidad. Y de este modo el concepto implica que hay
Tal paradoja puede describirse y explicarse fácilmente, in-
una falla de identidad. En el psicoanálisis podemos soñar con
cluso un niño de cinco años puede entenderlo -se lo expliqué
completar esa falta, pero es imposible pues es constitutiva del
a mi hija cuando tenia esa edad y obtuve Óptimos resultados,
sujeto del significante, apenas representado por el significan-
es muy buena en matemáticas-. Basta escribir la definición de
te, sin valor en si mismo; solo vale en la relación con otros cig-
un conjunto que no esté contenido en si mismo. Para abreviar,
nificantes. Por lo tanto, a nivel de la cadena significante, el su-
Asería la característica de no contenerse a si mismo, por ejem-
jeto jamás encuentra su identidad.
plo, los catálogos de libros que no contienen sus propios títu-
El sujeto no es una sustancia en el sentido filosófico del tér-
los. Damos una ojeada y cuando el catálogo se presenta sin su
mino. Lo común entre los dos tbrrninos es algo que está su-
propio titulo lo apartamos diciendo que él tiene la propiedad
puestamente abajo, algo que se encuentra abajo y sustenta
A. ¿Se entiende? En general nos volvemos menos inteligentes
predicados y cualidades, pues Aristóteles fue inal comprendi-
después de los cinco años, de todos modos tengo la impresión
do. El sujeto no es lo mismo que "ousía", palabra que los lati-
de que esto es simple. No se preocupen, la inteligencia no lo
nos, más tarde, traducirán como sustancia. Y en realidad, el
es todo en la vida, es apenas una facultad animal.
sujeto es producido por el discurso, muy diferente al indivi-
Cuando un conjunto tiene la propiedad A no es elemento
duo cuyo fundamento es el cuerpo viviente con identidad nu-
de si mismo, así el catálogo cuyo título no está en su conteni-
mérica. El primero es el efecto que se produce en el cuerpo vi-
do no es elemento de si mismo. Es un ejemplo típico. ¿Se en-
viente en tanto que habla y nada tiene que ver con la
tiende?
conciencia: es una etapa del funcionamiento del cignificante,
Vamos a pensar ahora en un conjunto especifico. El con-
en el sentido tradicional del término "sujeto".
junto w es el nombre de 11x1 determinado catilogo cuya pro-
Justamente allí, Lacan se demuestra más despierto. Llaman-
piedad particular es la siguiente: un conjunto no forma parte
do a ese efecto "sujeto" impide, por medio de su propia lengua,
de si mismo y por consiguiente pertenece a la categoría arri-
que el término se vacíe y hace que aun sin entender, los lacania-
ba citada, entonces vamos a escribir su título en el conjunto y,
nos, llevados por el lenguaje de Lacan, se hayan acostumbrado
si no forma parte de si mismo, forma parte de o.
a llamarlo de ese modo, permitiéndose olvidar totalmente al
Esto fue suficiente para desmoronar todo el movimiento
viejo sujeto de la filosofía. Pero, es necesario trabajar con ese su-
jeto IIQ idéntico a sí mismo. Y eso aún no es todo.
de Frege. ¡Apenas dos líneas! Después, podemos preguntas
qué hacer con un conjunto que no forma parte de si mismo.
De manera correlativa, jel conjunto de los cignificantes re-
Tendrá que formar parte de si mismo; lo que tambikn funcio-
presenta un todo? puede ser pensado como un código? No
na del lado inverso. Es el modo más económico, una puerta
puedo describir aquí todas Ias etapas de la democtración de
de entrada al reino d e la lógica matemática, y decirlo no es
la tesis de Lacan pero, en sintesis, el conjunto de Jos signifi-
una paradoja. En la base de la lógica existe, segun la expre-
cantes no forma el Uno y por eso Lacan lo llama Otro; no es
si611 de Lacan, un nudo de paradoja.
¿Dónde está el error que nos da la contradicción? ¿En qu4 del saber inconsciente allí no se encaja, no puede ser situado
nos equivocamos al escribir estas tres líneas? No existe una en esa relación. Por otro lado, podemos constatar que ni si-
sola respuesta sino varias y, por eso no existe una sola teoría quiera a partir de todos los seres podemos formar un todo. En
de los conjuntos sino varias. Para curar al monstruo, Bertrai~d la especie humana hay una buena ventaja que resiste a la for-
Russell se rompió la cabeza durante casi diez años inventan- mación del todo, exactamente atribuida a las mujeres, motivo
do cuatro o cinco teorías al respecto. por el cual Lacan estructuró la sexualidad femenina basindo-
Hay varios axiomas de la teoria de los conjuntos, de acuer- se en este hecho: no existe un ejbrcito de mujeres. En la mito-
do con el metodo adoptado como tentativa de cmar la herida. logia fue concebido uno, llamado "las amazonas", y para in-
Par ejemplo, podemos decir que no toda defhición permite gresar en el era necesario cortarse los senos, realizar la
construir el conjunto. Mientras tanto, en general, una cláusu- castración en el cuerpo para formar el todo, haciéndolas pa-
la puede permitir dividirlo. Dividamos a las personas: las qut\ sar para el lado hombre.
nacieron antes de 1945 y las que nacieron después. Es una Pero, La mujer, el todo de las mujeres, no existe; y Lacan
propiedad que permite construir dos clases pero, aparente- formuló eso de manera bastante paradójica. Basado en esa 10-
mente, hay otras que no corresponden a conjuntos de este ti- gica, dijo que La mujer no existe y si las mujeres. Es preciso
po. Ésta es una de las maneras de abordar el problema, res- abordarlas una por una, siendo eso lo que hace que el ideal de
tringiendo las cláusulas que permiten producir un conjunto o la mujer se encuentre en el corazón de1 problema analítico, en
distinguiendo dos tipos de conjuntos. la médula del problema del ser.
Los conjuntos que se comportan bien pueden figurar a la No voy a entsar en la cuestión de la función y la variable,
izquierda o a la derecl-iade este simbolo y a los que llamamos que le debemos a Frege. S610 voy a decir que la distinción en-
"malcriados", que sólo pueden figurar a la derecha, podernos tre variable y función nos da el estatuto moderno del ser, di-
hacerlos formar parte como elementos, aunque no pueden co- ferente al de la antigüedad. Un lógico americano, Quine, dice
mo tales formar parte de otro; no pueden, en ese sentido, eso de manera muy bonita, como lo diría un griego: "Ser es
constituir un conjunto. Fue lo que nos mostró la teoría de los ser el valor de una variable". Es una de esas frases que po-
conjuntos: no existe una unica solución verdadera. Es mis dríamos atribuir a Herhclito o a Parménides. Lacan lo llevó al
que un "lapsus" de la teoría, pues no se intentó producir la re- extremo de lo serio. Y Newton da Costa lo tiene muy en cuen-
fracción de la teoría de los conjuntos y en psicoanálisis, el con- ta. He aqui al sujeto del psicoanálisis: "ser el valor de una va-
junto de todos los significantes tiene la estructura de w, Ic) riable", una variable ligada al cuantificados. La cuestión es sa-
cual produce un efecto muy especial sobre el sujeto. Vamos a ber de qué función es la variable. El psicoanhlisis da la
diseñar la deconstrucci6n circunscribiendo el conjunto w y su- respuesta: es la variable de la función fálica; sólo asl podemos
poniendo intxoducir el tiempo en la equivalencia escrita ante- explicar las paradojas encontradas en Ereud. Voy a detenerme
riormente, a la cual w pertenece o no como elemento de si aquí. Ya tenemos una idea general de esa función, aunque to-
mismo. Si introducimos el tiempo, el elemento w forma parte davía queda mucho por hacer con respecto a esta paradoja.
de ese conjunto, o no. Así se comporta el sujeto de la cadena
significante, oscila en una posición de v a i v h y se presenta co-
ma el sujeto del lapsus, apareciendo inesperadamente; antes
y después de ese momento exacto no está allí. Ese comporta-
miento nos permite tornar lógico al sujeto de1 lapsus, pues el
Debnte
sibilidad, como, por ejemplo, ocurrió hace veinticinco años
J.-A.M.:Yo diría que el problema articulado por el profesor con algunos precursores.
Newton da Costa produjo un sistema que es una contradic- Algunos lógicos, como Qujne, no reciben con agrado la 10-
ción tan evidente como la que existe en la paradoja de Russell, gica paraconsistente, no admiten la Iógica neoclásica. Pero las
una equivalencia entre dos fórmulas, una de las cuales es nc- fuerzas cambian lentamente, Hoy en la Unión Soviética, en
gación de la otra. Un sistema donde eso se prodtice, según la Polonia, en los Estados Unidos, en Francia, hay mucha gente
fórmula clásica, es un sistema infectado, dentro del cual. todo estudiando y dedicándose a la lógica paraconsistente. Tengo
puede ser demostrado: todo es lo contrario de todo. No es una concepción historicista de la ciencia; la lógica paraconsis-
muy útil y el profesor dijo que era una trivialidad de1 sistema tente existirá como un área de la maternhtica donde habrá
tratar de aplicar fórmulas contradictorias. Para aceptar for- personas que se dediquen a su desarrollo. Ella encontró re-
mas contradictorias es necesario distinguir niveles dondc cientemente las primeras aplicaciones en la teoría de la com-
puedan producirse las contradicciones, pero donde puedan putación. Fue muy bueno que esto ocurriera, en especial la
también ser construidas ciertas barreras, las murallas del sig- aparición de otra equivalente a la paraconsistente. Fue algo
nificante, que impiden la infección que se extiende pero qtie muy importante en mi vida.
admiten al mismo tiempo la validez de seres ~ontradictnr~ibs. Hago una observación: mis trabajos en Iógica no esthn to-
Podemos distinguir aún varios tipos de relación. dos en el campo de la lógica paraconsistente, también he ela-
La cuestión es la fuerza de esas lógicas que pueden er borado temas con otros modelos. Tengo la certeza de que es-
consideradas tanto más generales que las clásicas, teniendo i' a tamos llevando la 16gica paraconsistente hacia el universo de
éstas como un caso particular, como -al mismo tiempo- todo la lógica clásica, pues quien estudia Ia clásica está entrando,
el precio a pagar por las generalidades puede convertirse en sin saberlo, en la paraconsistente. Aquélla es un caso particu-
una flaqueza. lar de algunas de las lógicas paraconsistentes.
El hecho es que el estudio de las 16gicas paracons!stenks, Hay una pregunta especifica: una lógica de ese tipo a qué
que se está desarrollando hoy, especialmente en América lati- material se aplicaria. La lógica intuicionista estudia las regu-
na pero correlativamente en Estados Unidos y en Polonia, laridades, las relatividades de la matemática inhicionista; en
continúa siendo un estudio minoritario dentro de las lógicas pocas palabras, ja quS se aplicaria? ~Habrianecesidad de m6s
matemáticas, sin que esto sea un argumento en su contra. de una lógica?
Antes del debate, me gustaría que el profesor Newton da
Costa nos hable de sus relaciones con los otros lógicos. iC6- J.-A.M.: Lacan se preocupó mucho con la lógica en estos
mo reciben sus investigaciones? términos, él la conocía y fe pareci6 muy importante conocer
un sistema en el que la doble negación no fuese necesaria-
Newton da Cosfa: Cuando comencé a trabajar la lógica pa- mente una afirmaci611. Todos saben que en el lenguaje común
raconsistente me invitaron a hablar en una clase en la Univer- no es lo mismo decir sí que no decir no. Hay un ejemplo muy
sidad de San Pablo, pero al mencionar el tíhilo de mi confe- canocido: el nivel para formalizar fenómenos semánticos im-
rencia me impidieron comenzar: Tiempo después, entré como plica algo diferente de la lógica clásica, a fin de dar respuesta
profesor titular. Al principio encontre mucha resistencia, ab- a la retórica. No son sólo los dichos los que requieren ser for-
solutamente terrible, sin ningún lógico que admitiese esa po- malizados, no se trata de cambiar la 16gica por la lengua co-
mún, se trata también, para Lacan, de formalizar la estmctu-
ra de la sexualidad masculina y femenina. De este modo, for- diera decir lo que es posible porque hay imprevistos que son
malizar dónde se coIoca el sujeto frente a la posición falica, variables ontológicas, semejantes a compromisos ontológicos
posibilitando dos maneras de inscribirse como variable en es- que existen solamente cuando la clasificación está sujeta al
ta función. contexto del sistema lógico. Eso, sin embargo, es como un di-
Lacan partió cle la definición -entre otras- de la arquitec- cho nuevo, como la expresión moderna del sentido del ser, a
tura de las neurosis y d e las psicosis. Dijo cómo utilizar la la cual podriamos no a.dherir si no fuese el cambio lo que nos
misma idea, el mismo camino del sujeto que se inserta como impide retornar al. sentido antiguo del ser y también a otros
variable en la función fálica, no sólo para diferenciar la sexua- sentidos de la época de la ciencia, en que "ser" significa aque-
lidad sino también para diferenciar las estructuras clínicas, lo llo que existe, en q u e las computadoras cambian para propo-
que la lógica permite. Para formalizar mejor las posiciones ner el desarrollo de la nación, época en que e1 sentido nuevo
histérica, obsesiva, psiccítica, perversa ... fóbica... podría intro- del ser es ser variable de alguna función, es ser verdadera-
ducirse una nueva función lógica, o un nuevo modelo para mente variable. En psicoanálisis, el estatuto moderno, dificilí-
clasificar de acuerdo con los lógicos clásicos, influencia ex- simo, es el sentido nuevo del estatuto del ser y, desde la épo-
traordinaria de la clasificación de la 16gica matemática mo- ca de Freud, el analista recubre el nuevo estatuto de sujeto del
derna. Todo eso puede estudiarse en conjunto. En la misma ten- ser en la función ser la variable, tener función y valor de va-
tativa del fundador del prii~cipio,Frege, fue muy divertido riable, que Lacan recorta en el análisis.
formalizar la lengua en la biblioteca de la Escuela Normal Su-
perior. Newton. da Costa formalizó el funcionamiento de lo P: Según Octave Mannoni el objetivo de la ciencia es la
que se líarna strjeto creativo en actividad matemática, a partir lucha contra la ignorancia. El trabajo analítico, por ser una lu-
del desarrollo de los números reales. Hasta que un lógico, cha contra la resistencia, impide situar el psicoanhlisis en el
Kreisel, lector de los textos de Lacan, formalizó el sujeto crea- campo de la ciencia.
dor, en los años '60, con ese tipo de reflexión. Seguramente
Kreisel no tiene mucho que ser con la paraconsistencia, sin J.-A.M.:No se trata de situar el psicoanálisis en el campo
embargo tiene en su reflexión un camino común que podría de la ciencia. El psicoanálisis no seria posible sin la emergen-
llevar a un lugar más amplio, a las conexiones entre lógica, cia previa del campo de la ciencia y de la posici6n cientifica,
biología y psicoanálisis. la cual permite la diferencia con las supuestas evidencias sen-
sibles de la experiencia humana. Lacan hizo declaraciones
Newton da Costa: Sólo una observación. Me gusta el dicho provocativas, tales como: "El sujeto del psicoanálisis es el
de Quine en el que trabaja con la lengua: "Ser es ser el valor mismo que e1 de la ciencia, el sujeto cartesiano". Un sujeto
de una variable en lenguaje". Por otro lado, es lo mismo que puntual y evanescente. No se trata de decir que el psicoanáli-
decir: "Ser es ser el valor de una variable en un determinado sis es una ciencia, sino de una dialéctica con la ciencia.
numero, en un determinado lenguaje, con una determinada
lógica". P:Con respecto a la formalización en psicoanálisis, ¿puede
quedar algo excluido como es propio del discurso analítico?
J.-A.M.:Es necesario indicar una variable frente al proble-
ma o frente a un dato del problema que no indique una ten- Newton da Costa: Naturalmente hay diferentes formaliza-
dencia y por eJ cual, en el aprieto, en vez de u n camino, se pu- cisnes de la lógica y éstas son más precisas, más rigurosas de
acuerdo con su realidad. Pero solamente el analista en su J.-A.M.:Lacan dedicó un seminario entero a la angustia, la
práctica, en su actividad cotidiana podrá responder con la ex- consideraba aparte de los otros afectos. En cuanto a la angus-
periencia si "siempre queda algo excluido". La lógica intenta tia propiamente dicha está siempre bien ubicada: la angustia
al máximo decir todo sobre deterrni~~ado tema. La formaliza- es lo que no engaña cuando se produce. El mismo Freud dis-
ción pasa prácticamente por todo lo que es esencial. En física tingue ese afecto dándole un estatuto especial.
las formalizaciones captan absolutamente todo lo que se dice. La semiótica no separa la sintaxis de la semántica. Me gus-
taría saber, por el profesor Newton, si desde el. punto de vista
P: ¿Y el sujeto de la emoción? lógico eso es posible; si podemos hacer tal comparaci6n.Ade-
más, jel inconsciente tiene un estatuto lógico? O yendo mas le-
J.-A. M.: Es verdad que tenernos emociones, no se puede jos, jel inconsciente podría ser una lógica? ¿Yc6mo es la rela-
negar. iC6mo dejarse guiar en la experiencia analítica por las ción entre la lógica del significante y la del fantasma? ¿Existe
ernoc$ones?Las emociones entran en la experiencia analítica relación entre ellas? Y otra pregunta: quisiera que usted habla-
en la medida en que son habladas. Pueden ser señales, está11 se con respecto a la psicopato~ogia,una de las posibilidades
incluso codificadas y a veces significantizadas. En la historia que tiene la teoría de pensar la perversión, la neurosis y sus di-
de las ideas, en cierta época estuvo de moda llorar, entre los ferentes clasificaciones. Lacan nos deja la formalización de la
siglos XVIII y XIX. Existen emociones de moda. histeria, ipodriamos ir más allá? Y todavía una pregunta más
En el ser humano, las emociones no son naturales, están sobre la aplicación de la lógica del predicado.
determinadas por el Otro. En e1 animal, el afecto lo ayuda a En la formalización de los tcrits de Lacan, publicados en
sobrevivir; no es el caso del animal doméstico, neurótico gra- 1966, se verificó que el inconsciente depende puramente de la
cias a nosotros. lógica, del significante. Eso me parece una respuesta categóri-
En la experiencia analítica constatamos emociones despla- ca. Eso no quiere decir que el inconsciente sea una lógica, pe-
zadas. Es el caso de una joven muy perjudicada por el afecto. ro sí que depende de la dimensi6n lógica. La posición lógica
Son risotadas que le ocurren en momentos inadecuados, sinies- fundamenta la posición científica, la posición ética. "La lógica
tros. Es m síntoma que la hace sufrir. Freud no niega la exis- del significante" es una expresión utilizada por mí en las con-
tencia del afecto, pero afirma que éste se presenta desplazado. tribuciones que hice al primer seminario de Lacan.
En cuanto a la formalización, no creo que todo pueda ser A propósito de Frege, la proposición no da lugar al objeto
formalizado. Lacan no quiso formalizar todo en psicoanálisis, rr, el término en si no es significante. La lógica del fantasma, al
hay una parte del saber psicoanalítico que se encuentra afue- contrario, integra esa función.
ra. El psicoanálisis se constituye con profundas formulas ma- En relación a la perversión, el perverso no acepta la falta
temáticas, pero hay una parte de la teoría psicoanalitica hecha en el Otro, la duda en el Otro. Intenta hacer que el Otro sea
por el contacto directo entre un jjovei~analista con el analista, consistente. Volver lógica, de este modo, la rechazada castra-
es la supervisión. Ya es difícil pensar en eso para dar un cur- ción del perverso. Podriamos proseguir y hacer lo mismo con
so, mucho más formalizar el psicomálicis. la forclusión del Nombre del Padre y seguir así.

P: Más a116 de la risa o el llanto me refería a la angustia de Can Pablo


castración. 10-08-83
Voy a hablar en castellano. Creo que hay aquí más perso-
nas que entienden castellano que francés. Hablo castellano
desde hace poco tiempo, aún es reciente para mi. Pero por
ejemplo, la semana pasada di una conferencia en Buenos Ai-
res -de seis horas- en castellano. Así que me parece posible
ser entendido en este idioma, lo que me da más facilidad pa-
ra relacionarme con los seres humanos, aquellos que quieren
perder un poco de tiempo escuchándome. Vamos a seguir de
esta manera, ;de acuerdo? Y cuando haya dudas, cuando me
falten las palabras (mi vocabulario es bastante reducido), el
traductor dará la traducción en portugués.
Se trata de un seminario en sentido propio, pues para mí
hay u n a diferencia entre conferencia o curso y seminario. El
último exige de Ioc oyentes u n a participación más activa. Te-
nemos como punto de partida un texto dificil de Lacan; un es-
crito que no es de los más utilizados. Y hace tin año, en París,
comenzamos a leerlo en mi seminario de1 Tercer Ciclo que se
realiza en la Universidad, con algunas personas que ustedes
conocen, como Alain Grosrichard, Colette Soler, Eric Laurent,
Michel Silvestre, amigos del grupo un poco reducido de la Es-
cuela de la Causa Freudiana que está en relación con la Sec-
ción Clinica.
iPor gué elegir este año este texto de Lacan? No es sola-
mente un esnobismo: es un texto un poco olvidado y seria
conveniente estudiarlo, porque es tema de un curso que se
Cobre "Kant can Sade" 203

llama "Del síntoma al fantasma". Mi intento, este año, fue ción de Sade en Paris. Era difícil encontrarlo. El e d i t ~ Jean-
r
acentuar la importancia teorica y prhctica en la enseñanza de Jacques Pauvert fue lo suficientemente audaz para publicar
Lacan, en la conducción del tratamiento, distinguiendo los toda su obra porque en esa &pocaparecía una idea totalmen-
dos términos: síntoma y fantasma. A través de ellos podemos te loca. Ésa fue, según recuerdo, cuando tenia 17años, su idea
decir que el estatuto, la estructura, la posición del analista para conseguir dinero y no estoy muy seguro si se permitía la
frente a cada uno es fundamentalmente distinta. Es un punto venta a los menores de 18 años. Había una cierta ansiedad por
comprar algunos de esos textos. No era un objeto como los -f
esencial en la practica del análisis que fue completamente
abandonado por muchos años, a pesar de su importancia, en otros, no era un libro como los otros. Hubo una prohibicihn 5
U
la obra de Lacan. Fue el tema de mi curso, así como el del se- de esta obra hasta los años '60 en Paris. No hace tanto tiempo.
minario. Elegí este texto por ser e1 paradigma lacaniano con Es un ejemplo de cierto rechazo social e instiiucional, que es
respecto al fantasma, a través del cual podemos verificar la un buen ejemplo, también, de-la dificultad de situar los fan-
esencia de lo que estamos tratando. Es un ejemplo del fantas- tasmas en el orden social, donde los síntomas se sitúan mu- 2
ma y al mismo tiempo, m ejemplo a partir del cual pueden 44,
p3.
desarrollarse las articulaciones de la esencia del fantasma. No
es tan evidente en un primer momento, pues es un texto don-
mas constituyen el yropio orden social. No hay nada mejor
para la organización social que los síntomas obsesivos, si se - Q-A
*-5

de hay muchas referencias eruditas. Hay toda una biblioteca - puede colocarlos cómodamente en la automatización de
en estas páginas, toda una biblioteca de literatura y de filoso- nuestras actividades. Estos síntomas pueden ser una ayuda'
fía que nos impide aproximarnos a la medida clínica de la en el trabajo. En ocasiones pueden también impedirlo com-
cuestión. pletamenté. Pero el fantasma es mucho más dificil de locali-
También es interesante pensar en el paradigma freudiano zar. También hay fantasmas del mismo orden social -es una
del fantasma que está en el texto "Pegan a un niño". Hay Ihea-. Fantasmas
. .
de utopias.-El fantasma
.
sadiana, sin ernbaG-
otros textos de Freud sobre el fantasma, por ejemplo, uno de go, tuvo su localización en el orden social precisamente en la
1908que se llama: "Fantasías histéricas y su relación con la bi- Bastilla donde fue encarcelado, encerrado dentro de las pare-
sexualidad". Sin embargo, el mayor ejemplo paradigmático des más fuertes del mundo. Este era el centro: la Bastilla esta-
es el primer texto: "Pegan a un niño". Se puede hacer una ba dentro de Paris como símbolo del discurso del amo. Cim-
comparación entre el paradigma del fantasma d e Freud y el bolo del amo que fue destruido. Es sabido que no son
de Lacan. El texto de Freud se refiere estrictamente a su prác- frecuentes esas destrucciones de edificios. Por ello, la idea de
tica, toma solamente casos de su propia práctica (seis casos) la Revolución Francesa de 1789 fue contra ~ S edificw
P c o u
en los que encontro el mismo fantasma. E1 texto de Lacan es símbolo, y al destruirlo jnü querían deiar nada! Con odio, la
exactamente lo contrario, porque nunca toma el paradigma intención era demostrar d vacío, lo sin importancia--
fantasmático de su práctica. Podemos afirmar que lo toma de ba allí. Podemos decir que fue con cierta pasión porque este
Kant y de Cade. edificio tenía un significado esencial para la gente. Ahora,
Sade es conocido aquí, se lo puede encontrar en las libre- cuando alguien va a París, ya no puede ver la Bastilla. Sólo se
' ve la Plaza de la Bastilla, ya que no se construyó nada más, só-
rías. Por eso, debe interesar un poco menos, ya que el suceso,
el éxito de Cade, su fundamentación, fue durante siglos la di- lo una columna. Son los símbolos las que comandan -tene-
ficultad de encontrar sus libros. Puedo recordar que a finale: mos que decirlo- a los seres humanos, ya que la construcción
de mis años de escuela secundaria era muy mala la reputa- de ese edificio se produjo cuatro siglos antes de su destruc-
Sobre " h n b con Sade" 205

ción. Hay funciones, pocas cosas, de las que podamos decir en la Francia de1 '56. Mucho después, otro editor emprende el.
que tienen una característica humana. Por eso, construir co- proyecto de hacer una gran edición -las de Pauvert eran libri-
lumnas, cosas indirectas, es una caracteristica humana. Vea- tos azules, en un papel feo, más o menos corno una edición pi-
mos ..., por ejemplo, solamente en el campo cercano de Gui- rata-. E1 proyecto de los años '60, de otro editor, era una gran
trancourt donde está la casa de campo del doctor Lacan. Al edición de volúmenes negros, en bello papel, presentada por
final de "Kant con Sade" están las letras R.G. Creo que es " R grandes intelectuales franceses de la época. Ése fue el mo-
de Ruma y "G" de Guitrancourt. Son las últimas palabras, lle- mento de un cambio. Lacan pidió hacer la presentación de la
gamos al final del texto. Por ejemplo, cerca de Guitrancourt obra. Lo interesante para la historia de las ideas es que el tex-
hay (y no es un edificio) una piedra histórica que se llama pie- to de Lacan fue rechazado por el propio editor. El pedido fue
rre drcsséc, piedra erigida. Es una piedra muy grande que fue escribir para la edicion de Sade. El editor dijo que no pudo en-
colocada verticalmente por los hombres prehistóricos. Esto es tender nada del. texto y, de ese modo, no podría publicarlo.
un discurso a propósito de la Bastilla.. . es u11 poco al estilo de Por lo tanto, era ponerlo a Lacan, y no sólo a Sade, en la Bas-
mi seminario en Paris. Está conformado a partir de cursos ya tilla. dónde poner a Lacan? En Francia, la idea -la conoce-
realizados, a partir de divagaciones. El seminario es el lugar mos por la IPA- era poner a Laca11 afuera; la versión de los he-
donde no se permite asociar libremente sino, a partir de un chos es diferente, en general, para la IPA. Quiero decir, las
punto, abrir un sendero en la selva, caminar en la selva. Es personas en la IPA se cierran ellas mismas en una pequeña
una linda expresión del texto "K-S": "en la selva". Más preci- Bastilla, la propia IPA es una pequeña Bastilla. Creen que ...
samente "en la selva del fantasma". Es una linda expresión. cuando ponen a la gente afuera, están expulsadas del mun-
Lacan toma la cuestión del fantasma a partir de la "obra Ii- do...Lacan dice algo así en Scilicef, a propósito de la Plaza de
teraria" de Sade y no a partir de su experiencia clinica. Lo in- la Concordia, en París. En la Plaza de la Concordia hay, hoy
teresante se ve luego. Tal vez ustedes conozcan el seminario también, un obelisco; alrededor hay una reja. Cuando alguien
de Lacan sobre James Joyce, uno de los últimos. En este semi- está adentro, fuera de las relaciones del espacio desde el pun-
nario, Joyce fue la mayor referencia literaria y, simultánea- to de vista topológico,
. - puede convertirse el adentro en afue-
mente, Lacan dio una conferencia: "Joyce el Síntoma". Pode- ra. Y el mismo espacio, adentro, el pequeño espacio, o el espa-
mos decir que lo que 41 estudia en el texto "K-S" es, en cierto cio exterior, son exactamente equivalentes, pues r i m t r a t a de
modo, Sade y el fantasma, pues de eso se trata: toda la litera- ,cantidad, de metros y de medidas sino solamente de transfor-
tura de Sade a partir de la reconstrucción de su fantasma. inaciones. de un eswacio aue ouede transformarse. Si en la es-
1. 1 1

¿Por qué? Cómo podemos explicaz de entrada, por qu6 lacan fera se hace un pequeño círculo en la superficie o un globo,
A .

toma las cosas a propósito del. fantasma -su ejemplo mayor- desde el punto de vista topológico está permitido atravesar el
a partir de eso; parece un hecho cultural: ihay o no hay opo- círculo pequeño. De este modo, un punto que estfi adentro del
sición entre cultura y cIínica? Ese texto parece decir que no es circulo permanece adentro del círculo, sin embargo, el círculo
tan simple la relación entre cultura y ~Iínica. puede crecer y tomar casi todo el espacio de la esfera, o un pe-
Podemos decir que hay una dimensión de azar en todo queño círculo de otro lado. Sobre esas cuestiones de afuera y
eso. "K-S" es un texto de los años '60-'62. En los años '50, Jean de adentro hay cosas más difíciles,
Jacques Pauvert era un editor muy querido por los intelectua- (
Así es que el texto de Lacan fue rechazado en la edición de
les, elitistas o no. Publicó la obra de Sade, 30 hizo en el '55 y las obras completas de Sade y después su propuesta era pu-
no era cierto que la justicia y la policia permitiesen esa edición blicarlo en la Nouvelle Reuue Francuise, la mayor revista de 1i-
Sobre "Karat con Sade" 207

teratura de Francia, que fue dirigida en esa época por Sean


que no conocía antes, a que a alguien le guste por ejemplo la
Poulanc, menos conocido, pero una autoridad en las letras
,%bra de Picasso, Son gustos de nivel de awrobación diferente.'
francesas y un amigo de Lacan. Sin embargo, esta revista tam-
Se entiende @Fa alguien le guste una comida y no otra -y así
- -

bién rechazó el texto de Lacan. Antes de conocer a Lacan, ha-


bía leido "K-S'en la revista Critique. Creo que fue publicado
se dice en francés: 31 g u c t o ~ ose discute". Mientras alguien
puede pensar acerca de Picasso: "eso es bello", hay otras per-
allí porque era una revista fundada por Georges Bataille y e1
mnas a las que no les gusta Picasso, seguramente. Sin embar-
director en aquel momento era Jean Piel, cuñado de Lacan.
Creo que por esas relaciones familiares, el texto de Lacan "K- go, cuando alguien di& que una obraes bel!?, es diferente a
decir lo mismo de la comida, porque hay una presuposición
S" pudo ser publicado en aquella &poca.Entonces, toda esa
de que ese primer juicio es universal, es para toda la humanF
historia está presente en el texto, tiene un peso sobre él. Es di-
.i34. Es vosible discutir sobre la apreciación de Picasso (Picas
vertido, para mi, pensar: "Bien, eso fue escrito en el '62, esta- r
so no es el ejemplo de Kant, ciertamente). A pesar de eso hay
mos ahora veinte años después y ese pequeño texto rechaza-
u n ~ r e s u p o s i c i ó nde universalidadd~ac~iestiónfilosófica es:
do por todos lados tiene inter&s,interesa a cuarenta personas
cuál
-... es el estatuto del juicio del gusto, del juicio estético, có-
en Río de Janeiro". Eso demuestra cómo camina el significan-
rno puede haber tiniv&rs:salidadsÜpuesta del. juicio estético e
te. ¿Quién lee hoy los textos de la Nouvell~Xevue Francaice del.
imposibilidad de demostrar las otras. Porque podemos de-
'62? Podriamos tomarlos -es una idea: tomar los textos publi-
mostrar si alguien dice: "dos y dos son cuatro", hay una uni-
cados en el '62 en la Nouvelle Reuue Frnngaise- para que vea-
versalidad de esa fhrmula. lJero cuando alguien dlce: "bello"',
mos si hay un solo texto que conozcamos ahora.
En la enseñanza de París, durante un año, tratarnos de
pensar esto para hacer un estudio. "Cómo camin-
hay como una universalidad anticipada. Sin embargo, no po-
demos demostrarla. Eso nosotros loT%emos; sin embargo,
a
ser filósofo es, también, tomar en serio esas preguntas que
-", es así como comienza el texto: a propósito de lo qué
pueden ser rechazadas como sin importancia para la vrda de
camina. Esta frase de Lacan siempre me pareció muy justa,
todos los diaq Es también algo común entre los analistas y los
muy exacta (podemos decir, una cierta clínica de la cultura,
filbsofos. Ellos también toman en serio errores que alguien
porque ¡hay una!): "lo que camina en las pro- del
puede cometer en el uso del lenguaje. Los lapsus... se podría
justo". No confundir "profundidades del gusto" con el guc-
decir que los lapsus son tonterías. Kant es PI p n t de ~ partida
tar, el que guste o no guste, es decir, cuando alguien quiere o
de cada una de las criticas. De este modo, son puntos de par-
& no quiere las cosas. El gusto es una funcias-i cpefue a n a l i d a tida muy especificas. Después de desarrollados, tenemos que
or Kant. Su tercera Crítica es la crítica del gusto. Son tres li-
@
CiH
.:ros complementariai: la Críiicn de la rnzón la Crítica de
decir: "La obra filosófica de Kant es una ruptura en la histo-
ria de la filosofía; era su idea hacer una ruptura iy así fue!".
la rmón prdcticn y la Critica de la fncuEEnd de juzgar -la tercera es Descartes también es una ruptura; sin embargo, los tiempos
$ la obra más misteriosa-. Hay u n profesor en San Pablo. Ge-
modernos comenzaron con Kant. Es el limite de dos mundos.
rard Lebrun, amigo de Alain Grosl-ichard, cuya tesis sobre
Kant es excelente. EI problema de Kant en ese libro es que no
Son consideraciones generales sobre la historia de las ideas
que no pertenecen al campo freudiano. El punto de vista de
es lo mismo decir que a alguien le gusta comer pequeñas col
Lacan es exactamente el contrario: tenemos que leer, y leer
más, la primera página de este texto y ver precisamente que
el psicoanálisis sólo es posible con Kant, con la ruptura kan-
* Postre típico brasileño. \
tiana y con lo que se manifiesta en la obra de Sade. No tene-
Sobre "Kailt con Sade" 209

If mos necesariamente que conocer a Kant y a Sade, porque ta segregación de los analistas. No tenemos que ser compla-
ellos están presentes en la práctica. La tesis de Lacan es: tene- cientes con eso como en la IPA, pero es verdad que hay un

a
e mos que estudiar las condiciones de posibilidad del psicoaná-
movimiento de segregacibn, de diferenciación d e los analistas
lisis, todo lo que se r&e a la l b ~ i c adel psicoanálisis, a $r- en todas partes.
8 de la vida en Vienn n fin del siglo XIX Para estudiar lar
condiciones de posibilidad del psicoanCilisis, todo el mundo
Entonces, vamos a abordar lo que "camina en las profun-
didades del gusto", expresión de Lacan en la primera página
) lee los libros que Freud leyó, sus profesores de mitología, del texto. Tenemos más que ver con las escuelas de filosofia
I- etcétera. Lacan los leyó -antes de la moda de volver a todo griega, no regidas por el. modelo universitario. La wllversi-
5 eso-. Sin embargo, es uno forma mucho más estrecha de con-
siderar las condiciones de posibilidad del análisis. El mismo
dad es una invención posterior, de la Edad Media. Podemos
estudiarlo: las universidadlresnanden en un momento da- <
término "condiciones de posibilidad" es kantiano. Entonces/
el tema de la tercera crítica kantiana es sobre las condiciones
do, a la voluntad explícita del poder del amo, una voluntad
de poner la mano sobre la elaboración de saber. La elabora-
4
de posibilidad del juicio estético. La mimera, la Critica de In rrr- ción del saber se inició afuera, sin el control dirécto del amo y
zón p z m , es sobre las condiciones de posibilidad de los "jui- la universidad fue una invención extraordinaria para someter
a los que elaboran el saber. Y cuando eso se hace de manera
eficaz, funciona durante siglos. La conjunción de las universi-
Otra cosa es estudiar e s a s o n e s de posibilidad" en- dades, del discurso universitario como estructura, permite,
tendidas como las influencias sustentadas &r Freud y ver ciertamente en nuestros dias, conducir a la gente que elabora
más lejos. A partir de allí, se nota que hay un estilo de inter- el saber. Permite un control completo sobre el "tiene que lu-
cambio entre las universalidades. Si una universidad indica el char", o "tiene que poseer una jerarquía", o "tiene que tener
nombre de un profesor, otro profesor del mismo nivel va a ser un wemiso para enseñar", o "todo el mundo no puede ense-
indicado por otra. Esto define un cierto tipo de intercambio ñar, solo los licenciados". Y después, organizar intercambios
regulado. Nosotros, analistas, tenemos formas diferentes. mundiales entre los prohares, dar becas de investigación o
cómo es el tipo de agnipación alrededor de los significantes no, y todo ese pequeño mundo bailalla música del amoJ
de Lacan? En verdad, somos una pequeña secta que se multi- Cuando se elabora la estructura de una manera coherente, si-
plica en ciertos puntos del mundo y, poco a poco, hay un cam- glos después puede continuar funcionando. Esta invención
bio muy importante hace aIrededor de cinco años. La univer- de Carlo Magno se produjo entre el siglo XI y el siglo XII con
sidad se ubica más en torna a un significante, y hay personas las primeras universidades de Bolonia y París.
que son alcanzadas, en un momento dado, por un rasgo y no Es verdad que el. modo analitico de trasmitir las cosas es
se bautizan en nuestro ambiente. También es cierto que tene- diferente, hay clases, cursos... tiene un peso sobre nuestra so-
mos la propensión a hacer nuestras propias publicaciones, no ciedad, sobre el mismo lazo social analitico, sobre el lazo mi-
compartimos la vida intelectual en general. vercitario. S610 por eso, el todo del análisis no se puede tras-
Tenemos que abrir las puertas. Sin embargo, las puertas mitir. Primero porque el analizante elabora su propio saber en
también tienen una cierta propensión a cerrarse. Por ejemplo, la experiencia. Incluso la comunicación entre analistas no
Lacan ofrece ese texto extraordinario a Ia revista literaria NOU- puede estar toda en ese nivel de generalización. Las conferen-
velle Revtie Franpise y ella lo rechaza. Podemos abrir mas el cias en Buenos Aires se dieron para seiscientas personas, pa-
circulo. De todos modos, hay un círculo, se produce una cier- ra que la escuchen doscientas. Hay un movimiento natural
Sobre "Kant con Sade" 211

que es hablar con un micráfono. Con una audiencia menor, texto porque se trata, en el mismo periodo, de la expresión
más reducida como ésta, i-iuestro modo de discurso, de con- lunfarda "sin calzón", que quiere decir "los que no tienen ro-
trol, de supervisión, o lo que llamamos así, es un tipo de co- pa interior", y significa que alguien que dice eso.. . tiene que
municación, de trasmisión de saber que no es de1 tipo univer- tener cojones. Y por esa razón tiene que cubrirse con ropa in-
sitario. Se trata de un tipo de relación que fue abandonado por terior. Para decir que hay un discurso analítico al mismo nivel
la universidad: la conexión, la vinculación verdaderamente in- del discurso del Amo o del discurso universitario, tenemos
dividualizada. En la universidad cada uno debe valerse por sí que tener cojones. No son esos los términos que usó Lacan en
mismo, y esto toca a los estudiantes. Estoy en Ia práctica del "K-S", sin embargo, hay una referencia a la escuelas griegas
psicoanálisis, pero al mismo tiempo tengo una función univer- en la primera página. La pobre práctica analítica funciona con
sitaria en el Departamento de PsicoanAlisis de París WI. Hay un casi nada en una época en que para hacer la menor cosa
una tensibn entre esas dos actividades porque hay un deber hay que tener instrumentos, fondos, etcétera. Para practicar el
cuando un universitario va a hacer una tesis, va a hablar de su análisis, cuanto menos se tiene mejor, bastan un diván y un si-
tesis en el nivel en donde se habla de las tesis, esto es, en el ni- 116n. Y nuestra práctica analítica se confunde con la psicotera-
yia, por las mejores razones del mundo. h a s son siempre las
ic
vel de un cierto trabajo, pero también es alli donde se escon-
den un poco las cosas importantes para el sujeto. --

Hay entonces, de cuando en cuando, una autonomía del e n este texto: la cuestión de saber si el bienest;
discurso universitario. Cuando el pedido se hace a1 analista
que al mlsmo tiempo es universitario, ¿qué es exactamente
ese pedido? Siempre nos interrogarnos sobre el sentido, el fu- sión, sin embargo, ella esta definida por la sociedad. Bienestar
turo de esos pedidos: es un punto de vista amplio sobre la his- es poder trabajar, ésta es una definición: las personas enfer-
toria, ese tipo de relación fue abandonada por siglos por e1 mas no pueden trabajar. Esto se ve en esta delicada disciplina
discurso universitario y se mantenía, seguramente porque, que se llama "medicina del trabajo". ¿Qué es esto? Esto pue-
por ejemplo, el sujeto histérico necesita, para sustentarse, otro de ser entendido de muchas maneras: que en si mismo ei tra-
tipo de discurso que no es e1 universitario. El modo del dis- bajo es una enfermedad (tiene esta dimensión). Sin embargo,
curso analitico es un modo reciente, no tiene aún un siglo, na- esa medicina, definida precisamente, percibe las enfermeda-
ció a comienzos de este siglo. Entonces, para Lacan tenemos: des como lo que conceptualmente serían las enfermedades
el discurso analítico, el de¡ Ama, el de la-universidad y el de* producidas por el trabajo, que el trabajo produce: en las mi-
la histeria. El discurso del Amo tiene siglos y siglos, y fue in- nas, por ejemplo, hay siIicosis. Tenemos que ver cómo funcio-
ventado en los tiempos prehistóricos. El de la Universidad es na con el correr de los años alguien que es médico del traba-
un discurso inventado en la Edad Media. En psicoanálisis, el jo. Dirá por ejemplo: "Bien, no esta tan mal, usted puede
discurso es una voluntad por el futuro que Freud destacó, ar- trabajarf' y es así como los mineros permanecen en sus ocupa-
ciones. El médico del trabajo no estudia las enfermedades
ticuló, y Lacan explicó, matematizó; un discurso que puede 5' o
durar siglos con la misma presencia en el mundo que tiene
ahora el discurso del Amo o el de la Universidad.
En la Revolución Francesa, estuvieron los snns culotfes, jco- En Francia hay personas muy progresistas que no aceptan ese
..A v
? \
nocen los culottes, los revolucionarios que eran tan pobres que papel, sin embargo, es muy difícil para ellas resistir la ver- < -J

no tenían ropa interior? La palabra "sin calzón" aparece en el dadera función de la fuerza del dinero.
212 Jnquec-Alaiii Miller Sobre "Kant con Sade" 213

El punto de partida: "las profundidades del gusto", con al- vel de salud mental que esperan de sus pacientes. Entonces,
gunas divagaciones. A pesar de ello, segui la misma direc- eso puede ser un chiste, o también debe ser conocer a los ana-
ción. Esta meta, "las profundidades del gusto", ¿de que se tra- listas.
ta? El punto de partida para Lacan: nuestra pobre práctica; ¿Por qué la jerarquía es tan interesante? ¿Por qué en la TPA
recibir gente todos los días, escucharla, escuchar cosas más o el contacto con el analista fuera de las sesiones está conside-
menos significativas. Se pierde el tiempo. Es una práctica co- rado más o menos difícil o prohibido? De esa forma el pacien-
mo toda profesión. También hay en esta profesión una dimen- te puede ignorar los rasgos neuróticos de su propio analista.
.;3 sión de odio. Para Lacan, cuando las cosas se vuelven un po- ¿Y cómo se relacionan los analistas entre ellos? GeneraImen-
G co odiosas, son serias; cuando hay entusiasmo, está bien. te, en las asociaciones jes un horror! No sé por aquí, Letra
Cuando un discurso penetra en el mundo como profesión ha- Freudiana es una asociación joven. Generalmente, jla vida de
>
J
ce ver las cosas razonablemente. Este texto es muy valioso, asociación entre analistas es un infierno! No podemos decir
ilumina un poco la pobre práctica, posicionándola en la histo- que están curados de la agresividad al prójimo. Por el contra-
ria. .demos ser diferentes al m4dico del trabajo, no s r r e wS rio, hay un odio que circula en el ambiente analítico y tuve ex-
2= esclavos de la finalidad social general. No estamos en la luna,
--
"
J
,
en un planeta, como piensan a vecTs los analistas, ni estamos
periencia de ello cuando fue la disolución de la Escuela Freu-
diana de Paris por Lacan. Hubo un momento álgido de dos o
* la Bastilla, para aceptar todn del orden social.
en tres meses en el cual cien, doscientos miembros de la Escuela
El analista debe aceptar la tesis de lacan de que funda- Freudiana e n t r e los seiscientos que habia- ifirrnaron, escri-
mentalmente el análisis, la práctica del análisis, tiene una fi- bieron cartas de odio contra mí! Bueno, pero por no estar en
nalidad incompatible, distinta de las otras prácticas sociales. la Edad Media no hay posibilidad de que nos coman los pe-
2 Éste es el texto que dice eso. No se trata simplemente de cu- rros. El Único hecho que me puso contento en ese período es
rar al paciente, porque el mismo nivel de la experiencia impli- no haber respondido jamás esas cartas. Resolví estudiar todo
=c
ca una dimensión de lo que no se cura y eso es propio del anh- eso y aprender a través de esos movimientos. No sé si los ac-
lisis. Freud lo llama castracihn_ Cadh vez más hay en la tores de esa época reciente tienen vergiicnza ahora ...puede
5 m l ~ o crar, una fpr- u ser. Después de ese momento de pánico general en torno a las
ma de o real. dificultades de Lacan, de su edad, y después de su muerte, es
Hay que introducir en esa discusión el síntoma y el fantas- posible que ahora se les haya despertado un cierto páruco. Es
ma, porque se trata ddcurar el síntoma] El sintoma produce posible. Sin embargo, también sé que cuando uno de ellos
la dimensión de la terapéutica. En cambio, no se trata de cu- viaja, por ejempPo a Brasil o a otros paises, se permiten decir
j a r los fantasmas; pero cuando tratamos el fantasma, estamos calumnias que no se permiten hoy en París. Piensan que estar
en el nivel propio del. análisis. Y es a nivel del fantasma y n o en Buenos Aires o en Río les permite decir tonterías. Yo tam-
del síntoma donde Lacan sitúa la cuestión del fin de análisis. bién viajo y puedo recogemn poco de sus entrevistas. Recien-
Situar la cuecti6n del final de análisis a nivel del. sintoma era temente vi en Buenos Aires una entrevista de mi amiga Maud
10 tradicional; los analistas deberían estar completamente cu- Mannoni, Digo amiga porque hace dos meses me mandó una
rados para funcionar como tales. Freud dice, como ustedes sa- carta en París: "Querido Jacques-Alain Miller...". Sin embar-
ben, en el articulo "Análisis terminable e Interminable", que go, a la entrada de mi cwso en Buenos Aires se distribuyó una
el problema era que los analistas no se curan de la misma ma- revistita con su entrevista y otros textos. Su entrevista decía
nera que esperarían lo hicieran sus pacientes. No tienen el ni- que yo ahora era de la institución llamada SERp Puede ser
Sobre "Kant con Snde" 215

que esa entrevista haya sido hecha en enero de1 '82 y leida re- que firmarlo para decir: "estoy de acuerdo". En el análisis no
cién ahora. El SERP ya no existe mas, hace mas de un afio. Fue se firma lo que se dice porque en la asociaci6n libre la frase si- %
por ese infierno natural que hubo una disolución y la forma- guiente puede ser: "no, yo no pienso así". El analicta no tiene
ción de nueve o diez pequeños grupos. Entonces, la querida
Maud es extraordinaria. Tengo cierta ternura por ella, pero es-
obligación de decir "iAh no! En la sesión Pasada usted decía
que estaba contento,-ahora no; no se puede entender nadagi 3
9
tá tan agitada y revela la vieja idea sobre los normnlzens, los
normalistas, estudiantes de la Escuela Normal Superior que
se volvieron lacanianos hacia el '64, periodo del Seminario de
i
esclavo de la firma! Hay que ser esclavo de su firma en todo @
y LJ
3
?o social, en todos los compromisos: jseguramente! Por ejem-
los Cunfroconceptos ...: "Los normnliens no son e1 mejor material plo, venir aquí era continuar un viaje de Buenos Aires a Cara-
humano para el psicoanálisis". Es una frase curiosa, "material cas, en el recorrido me quedaría dos o tres dias aqui para en-
humano" es una expresión de Stalin. Ésta es la "delicadeza" contrarme con los que se interesan en Lacan. Una hora antes
cuando ella se refiere a los normnliens. En la Escuela de la Cau- de dejar París para ir a Buenos Aires, recibo un llamado de
sa Freudiana hay solamente dos: Alain Grosrichard, que no es Caracas, de nuestro amigo del Ateneo, cancelando la cita por
analista, y yo. Sí, me parece necesario ese plural ... Entonces, causa de un mal entendido entre mis amigos del Ateneo de
tiene el mismo sentido, no tomar la experiencia analítica a tra- Caracas y el Congreso de Lógica al que tambikn estaba invi-
vés de lo que se cura sino de lo aue no se cwa. tado. ¡Una hora antes! Todo se firmó con el cornpromico de
Es por esa razón que Lacan, cuando h a b ~ a efin l de análi- venir aqui. Estoy aqui, no vengo de Caracas sino de Buenos
sis no lo hacea de la cura de los síntomas sino del atra- Aires, y si eso fuese la primera idea, no seria exactamente el
vesamiento del fantasma. Atravesar (fue uno de mis temas mejor momento porque ustedes podrían estudiar una semana
del año) significa no curar. No se trata de curar, tenemos que más, como mi amiga Coiette. Pero, al mismo tiempo, puede
definir &o movimiento a propósito del fantasma. En ese tex- ser lo mejor.
to Lacan no tiene todavía la fórmula de atravesamiento del ~acan'diceuna frase esencial en "K-S": "En la ética del psi-
fantasma. Es sobre ese camino que se produce una definición coanálisis, no se debe ceder en su deseg". Es una frase clav&
verdaderamente nueva en Lacan, situable a través de la opo- que fue generalmente entendida como que se permitía hacer
sición -que esth en Lacan; sin embargo, no la llevó adelante- lo que se quiere en cualquier momento, que es como obede-
entre síntoma y fantasma. Las "profundidades del gustor' ter- cer la ley de sus elucubraciones, obedecer el gusto del mo-
minan en eso y es apenas el comienzo del texto. mento. No se trata de eso el "no ceder en su deseo". Durante
Estudiamos todo el año, un poco con nuestro estilo de de- mi curso dije que la mejor manera de entenderlo es pensar
rivaciones y no llegamos al final de1 texto. Puede notarse aqui que "no ceder en su deseo" tiene una relación muy est'recha
la tesis de Lacan sobre "el origen del psicoanálisis". Podemos con hacer su deber. En el final del curso trabajamos esa ecua-
hacer una diferenciación improvisada, basada en un año de ci6n o casi ecuación entre "no ceder en su deseo" y "hacer su
trabajo, por lo tanto, improvisando con alguna seguridad. No deber", y las posibilidades de cambiar por: no ceder su deber,
se tiene que tomar todo lo que digo aqui como una palabra hacer su deseo ... Los movimientos son así, principalmente los
que debe ser absorbida sin reflexionar, porque el seminario es movimientos femeninos. Parecen ser una ecuación. Las muje-
un lugar en el que se pueden decir cosas conservando su pro- res parecen una ecuación discutible.
pia aprobación a lo que se dice. cómo entender eso? Para al- De allí la pregunta de Freud: no sabia con certeza si las
quilar una casa es necesario un contrato. Despubs tenemos mujeres tenían superyó. Puede ser que cuando se usa la pala-
h
-
4
216 Jlacq~ics-AlainMiller
2 bra "deber", ella ya estuviera allí como una diligencia de su
Sobre "Kaiat con Slade"

condiciones de posibilidad de los juicios estéticos. La segun-


217

3
4
deber. jTemm~sque entender ese deber! Vamos tambibn a da es a prop6sito de la moralidad de la acción, de lo que al- Q
3
Y
3 ver esto en "K-S", sin embargo, mi idea es que esa cuasi ecua- guien debe hacer, y si existe una regla universal de esa acci6n.
5 ción se refiere mucho más a decir: "no hay más seres del de-
z ber que las mujeres". Esto se ilustra muy bien en el teatro ,..
griego, en Antigona, ejemplo hegeliano-lacaniano. cer su deseo. En p s i c o a i W PI yo es precisamente donde se 2
ES P( La suposición del siglo XVlIl es que e sOlo puede anula el problema del desen. I Tn paciente decía: "Yo no co-
.E -tener un bienestar, un estado mejor, cu,"dE%bueno. LO qué nozco mi deseo, 2dMrle es-
P .

deseo? Mi deseo siempre es-


'g gB jWeresa a Freud no es el bienestar, es el malestar en la civili- tuvo anulado por mi padre".
E s s a r s e , y la cuestión es expresar ese
zación, que no permite el sueño de una armonía pastoral. Sin
z-embargo, hay para nosotros en todo eso una limitaci6n. deseo. No parece mal ubicada la palabra deseo en ese sentido,
Hasta aquí,esto fue apenas una introducci6n desordenada el. de una vinculación totalmente estrecha con los ideales del
de este texto; pues, lo que Lacan trata en "K-S", corno todos *padre, quien era un hombre que p a r ~ r W o i o s o Tal vez d&
saben, tiene una vinculación estrecha con la función del fan- una religión no moderada, más aguda, como el protestantis-
tasma en el seno de la literatura, pero tambih en la experien- mo, que permite a los sujetos una vinculación personal con
cia analítica. No sé si ustedes ya leyeron el texto de Lacan. Po- las sectas. La diferencia de la Iglesia católica y de las diferen-
demos ahora interrumpir esta exposici6n y retornarla con tes sectas del protestantismo es muy interesante en el campo
preguntas. del discurso. Lacan decía que hay una única religión, la cató-
lica, lo que permite que ella no sea sólo el texto de la Biblia, To

ex
q G sería muy poco. L L
ciones nacidas &unte la k t o r k En época & l o a -
térpretec autorizados como el intér" ;áXi2, el pap?,
que tiene una función de mfalibilidad.
P: Hable un poco más sobre "ceder en su deseo"
Eca no sólo a enfrentarse con el hecho de 3
J.-A.M.: El deseo no produce una anarquía del deseo y To- que lnav un . m i f i c e que encarna al Otro no barrado,
dos esos textos, con su referencia a Kant, tampoco. Bsta pue- unto absoluto de realidad, que sabe certeramente cuándo se
12) de ser, aún, una dimensión ética, completamente distinta de Puede cambiar un poco la situación. El lacanismo está mhs
lo que a usted le gusta y de lo que a usted no le gusta. Es la k r c a de1 protestantismo porque puede funcionar -no es una
búsqueda de la ética. La búsqueda de la ética es la pregunta recomendacibn, no es un consejo- como Io requiere una Bi-
kantiamia en el comienzo de la Crítica de In 1m6n prictica, que bIia. Es importante ver cómo evolucionaron para llegar al
es la referencia de tacan en este texto. La cuestión es si ex& N u e ~ ~Testamento
o ...Es verdad que cada uno que esti tocado
cciones en el mundo, u a universal de To por la pasión de Lacan en la autenticidad de la investigación
que debe hacerse. Si existe una regla aue me vermite saber In
. . -- - - es completamente diferente de los otros que repitieron más o
Gue alguien debe hacer en 1 menos bien a Freud, se refieren a eso y consideran que cada
'
La cuestión de la prime uno es igual a cada uno. Es verdad que existe ese cuerpo ofi-
una pregunta sobre el conocimiento como tal, sobre Gs condi- cial de las intérpretes autorizados, la jerarquía eclesiástica.
ciones de posibilidad del conocimiento. La tercera es sobre las Hay una tendencia sectaria en el lacanismo que se ve en
218 Jttcqties-Alain Millw
Sobir "Kant con Snde" 219

Buenos Aires, por ejemplo. Cada uno, cuando puede, después Cuando Lacan fundó la Escuela Freudiana de París, para no-
de un cierto aprendizaje se dice: "¿Y por qué no yo? ¿Por qué sotros el significante Escuela fue tomado de la Escuela Nor-
no volverme intérprete de Lacan por mi cuenta y tener mi mal Superior. En esa época, Lacan fundó su Escuela y el sig-
propia acociaci6n?". Cada vez que vuelvo a Buenos Aires se nificante Escuela es derivado de la Escuela Normal Superior.
crearon allí dos o tres nuevas asociaciones. Eso va a continuar Mi opinión sobre mi papel en ese momento es que no fue tan
durante mucho tiempo porque creen que es un testimonio de fácil porque estaba el efecto de la interpretación de Lacan.
vitalidad. Yo lo considero diferente; como la insuficiente vita- Hay necesidad verdadera de una orientación de esa apertura,
lidad de las instituciones, de diferencias personales, etcétera. si no puede hacerse una lectura como la de la Escuela Freu-
Es más fácil desempeñarse en el exterior, presionar un poco diana, por ejemplo, detenerse en una cierta frase de Lacan, re-
de manera que las diferentes corrientes puedan establecer petirla de un modo o de otro y después seguirla, sin rever ja-
-seria más correcto decir los diferentes feudos, como se dice más las referencias de todo eso. Entonces, es necesario
en Buenos Aires- lo intercambiable entre ellos. No odiarse de- -aunque de otro modo- ese lugar vacío: el lugar de una inter-
masiado unos a otros es más fácil para la vida exterior, en pretación autorizada jes también un lugar vacío! jVacío para
América latina que en París, donde seguramente hay perso- el lacanismo! Lacan no pretendía ocupar ese lugar de intér-
nas que ya nunca más podría ver después de la disoluci6n. prete autorizado de su propia obra. Era claro, cuando había
Bien, como ese texto podemos decir que hay una propen- un problema en los seminarios de Lacan -una taquigrafia po-
sión a la dispersihn de la diferencia en Los lacanianos, al tornar co clara-, él muchas veces no sabia ya exactamente lo que ha-
eso como una Biblia, sin intérpretes autorizados. Pueden pre-
guntar de qué modo soy el intérprete autorizado. Cada vez
bía dicho veinticinco afios antes. Él afirmó una vez: "Usted $=
más debo diferenciarme de ese lugar a donde soy llamado, el
sabe mucho más que yo de lo que se trata en ese text&É;lá
es una manera de dejar vacío el lugar donde el significante es- 4 1
C
del intérprete autorizado que -por más que existan razones- taría completo.
-
no puede rechazar toda esa situación y tiene que aislarse un --u ...A

No creo que todas las interpretaciones sean iguales. Hay


poco d e eso. una lucha de interpretaciones en Lacan porque también fue
Pero no se trata de los seminarios publicados: cada frase, un hombre, escritor, de muchas facetas. A propósito de ese fe-
la escribí yo. Cada frase publicada en los seminarios, en los li- nómeno carioca: Magno. Yo lo conocí en París. Fue, creo, un
bros, fue a partir de la taquigrafía de mi escritura. Mi punto mes 'y medio a ver a Lacan, no más, y después volvió a Río.
de vista no es necesariamente el íínico; sin embargo, mi apre- Por lo que pude escuchar~oen París fue una catástrofe de opa-
ciación tiene cierto peso. Ese libro es asi por pedido del doc- cidad, sin sentido...Aquí su papel me parece comprometedor
tor Lacan, en la publicación conocida. En aquella época no se para Lacan. Ese tipo fue a ver a Lacan unas veinte veces, no
leía a Lacan. En el '66, los propios discípulos no conocían los más. Fue, ciertamente, tocado por un elemento que también
textos de Lacan. Él era un hombre exigente, sin embargo an- existía en Lacan: un rasgo espectacular. En Lacan hay un
tes que nada era un maestro. Fueron los normaliens los que -la acento de un trabajo continuo y auténtico sobre las ciencias,
querida Maud los odia tanto- percibieron en la obra de Lacan un trabajo de todos los dias, una responsabilidad frente a los
una enseñanza. Lacan redacta también un seminario a causa pacientes que no tiene nada que ver con las prácticas de Mag-
de esos nomalienc que daban cuenta de que se trataba de una no... Al mismo tiempo, hay otra faceta de Lacan que es espec-
enseñanza. Porque para nosotros e1 tínico ambiente en esta tacular. Él no tenia necesidad de vestirse de la misma manera
época era el de la Escuela Normal...escuela de nivel superior. todo e1 tiempo y de poder atender en Ia oscuridad o con un
Cobre "Kan! con Sniie" 221

reflector en el momento en que estaba en la tribuna. iNunca! *No- es una interdicción. El superyó organiza los sintamas, lo
Solamente con su palabra, era como si para la audiencia sur- gue es una tesis clásica, porque en el síntoma también hay un
giese un haz de luz cuando él agarecfa. No es lo mismo pro- goce que es la razón de nuestra fascinacihn por el y de nues-.
ducir ese efecto con las palabras que producir ese efecto como Ira vinculación con 61. Eso fue algo sobre la palabra tocador y
un show-business. Aunque también pueden ser las múltiples boudozr.
facetas de Lacan. P

Durante nuestro curso volveremos a esto después que re-


Creo que hay una fórmula que encontramos en Animal situemos esta cuestión del superyó. El término aparece sólo
Farm, de George Orwell. Todas las interpretaciones son igua- u n a vez en este texto, cuando se trata de una orden del super-
les, aunque hay interpretaciones más iguales que otras. Y yó, noción ya descubierta por Freud. Hay un pequeño texto
bien, en cierto modo, creo que mis interpretaciones de Lacan de Freud sobre el humor donde especifica que alguien puede
-mías, porque son diferentes, y a veces cambiantes- son más pensarse pequeño y los otros también. Los motivos de risa
iguales, están dentro de las más iguales. frente a los tropiezos de los seres humanos deben pensarse a
En una frase de Lacan se dice que con Kant y Cade, entre partir del superyó, No pensamos el superyó sólo como ~ i n
los dos, entre la publicación de la Crítica de la razún prhcrim, de
Kant, y Znfilosofta del tocador transcurrió poco tiempo. Yo fui a
ver esa palabra en el diccionario para preparar y ver cómo se tiene función punitiva sino también funci6n de dulzura, no es
traduce boudoir: encontré tocador. Pero ide dónde viene toca- z n ,
dor? Es curioso, en francés es botlduir y en castellano tocador...
En francés boudoir viene del verbo boudc~que significa que Se podría situar el papel de la mujér de otra manera. Sería
alguien está descontento, que puede llorar. La palabra en preciso desviar el seminario, aunque no lo desviemos aquí.
francés significa el cuándo y el d6nde la mujer tiene su lugar Así es que -insiste Lacan- existen ocho años entre la primera
propio, su cuarto para prepararse, para arreglarse en el toca- publicación de ia Crítica de la razón pricfica y Sade, hay un
dor. Por ello, la palabra tiene una función esencialaEsto se ve conjunto entre esos dos elementos que constituye una ruptu-
en el c a u a t n : ~1 elemento esencial de un casamiento es ra sub.terránea, ruptura "de gustoUquecamina, y el psicoaná-
también una encarnar& del suveryó para los l~ombres.La lisis es como una consecuencia de esta ruptura.
encarnación del s u p e r ~ óp a No hay límite para el conocimiento en psicoanálisis. Lacan
p p u i u & . kDe allí, - - necesitó a Freud y eso produce muchas otras consecuencias.
el famoso problema teórico en ~ k ddel , superyó femenino, Y se necesita de Lacan para leer a Freud retroactivamente. Por
porque su idea es que tal vez no exista el superyii femenino. eso en aquel momento, fin del siglo XVIíI -todo eso se produ-
Mi respuesta a la famosa pregunta te6rica de Freud sobre cia en tomo de la Revolución Francesa- se produce una rup-
la existencia o no del superyó femenino es: la mejor encarna- tura que camina en las profundidades hasta el fin del siglo
ción del superyó femenino para los hombres es, precisamen- XIX. Y les dice, de alguna manera, ya en Ia primera parte, al
te, una mujer, y el boudoir es un cuarto que denuncia esa fun- dar un pequeño resumen de eso, de dos siglos de literatura y
ción. En todos los sentidos, superyó no es la prohibición. Eso de gusto. E,l siglo XVIlI y el siglo XIX son diferentes por eso.
fue desarroIlado, por ejemplo, en América latina, en las con- La tesis que caminó durante el siglo XVIII, antes de Kant y Sa-
ferencias que di en Buenos Aires en el '81. aPoraue '
la valabra de, fue la tesis de la Filosofía d e l a s T ,-: Aufilisrung. Una
+fundamentaldel superyó, como Lacan entiende es: "~Goz~!". convicción profunda en la bondad natural del hombre. ~ u e r
F i b o ~ i da ~ \ - ~ L \ i ~
Sobre "Kanf con Snde" 223

tesis que produjo también la Revolución Francesa. Si los hom- Después del período de la Revolución, desarrollé un poco ,
bres &n buen& naturalmente no necesitan de Ún p,obier& este tema en mi seminario, el abordaje de la literatura cambia. 2
fuerte que sea amo de todos. En el siglo XVII, lo diffcil es en- Desde el Romanticismo hasta Baudelaire no se trata va de "es
contrar e11 la historia de la cuItura la tendencia a seguir... Us-
tedes deben conocer a Hobbes, e1 filósofo inglés-del siglo
XVII, cuya tesis es "el hombre es el lobo del hombre"; esta fa- rG del bien, están las flores del mal. Los personajes están an-
mosa frase constituye el fundamento de su filosofía política. gustiados, son malos, representantes del diablo: Mefistófeles
Si el hombre es el lobo del hombre, necesitamos un iobierno y Fausto, de Goethe, pertenecen a esa vertiente. El diablo es
o s c o n v i v e n c i a , Necesi- un personaje, hay una especie de diabolización de la literatu-
tarnos lalev. Su axioma de base era: la maldad y la agresivi-' ra. Hay una enorme tesis publicada en los años '50, no muy
had fundamental de1 hombre en reIación al otro. Puede fun- conocida, llamada "El diablo en la literatura francesa", sobre
darse en eso la necesidad de la ley,
"permita controlar la a~resividad,
-nu
- el tema del diablo y del mal durante el siglo XIX; el mal que

>
OX h e
Por el contrario, durante el siglo XVIn la tesis pro~resista
encarnada por Jean Jacques Gusseau. La bondadktural
introduce un nuevo tipo de filosofia política. De una manera
o de otra, permite también luchar contra el poder político de
su tiempo. Luchar fue u m J e s . L q revolucionaria.
-
gusto" en la literatura.
rara Platón, nada es espontáneamente malo. No hay sus-
tancia del mal, hay sólo personas que son malas porque no sa-
ben: si lo suisiesen serían b u e n a W m a 1 wrevalece
&
I

bien. Esta es la tesis cle todos los progresistas.


sobre el

=ay un escritor muy importante -no 56 si Lacan se refería


,

Y
z
Por ejemplo, hay un personaje de una obra de teatro de Di-
derot, cuyo título interroga si él es bueno o malo: "C'est tu Eion a e s k ~ a n lo
t conocia~pue~ fue por eso que Kant se referia a
ou c'ect tu méchant?" -¿Eres bueno o eres malo?-. En cierto la religión en los Iími.tes de la razón. Lo estudió como un es-
modo, en la filosofía del siglo XVIII siempre la resvuesta fue: cándalo, aunque también tratando de darle estatuto de mal
"Es bueno" -"iZ est bon"-.
~d
contrar el sustantivo mal, una literatura sobre todo angelical.
absoluto. La cuestión es si puede existir una sustancia del mal
considerando, por ejemplo, la divinidad. Ustedes conocen la
En la novela de Jean Jacques Rousseau, La norivelle Helüise, to- tesis de Leibniz: todo lo que aparece como mal en el mundo
do el mundo es bueno; Julie, su marido y el joven, cuyo per- permite otro bien que no conocemos. El mal es apenas una
sonaje encarna el propio Jean Jacques Rousseau: Devieme apariencia para nosotros. En realidad, es un medio de un bien
que ama a Julie. Le que se produce no es la fórmula de una mejor y una manera de pensar la vinculación de la divinidad
dramatización terrible. Al contrario, todo está bien y van a vi- con el mundo. No se puede decir "Dios es bueno". Allí el es-
vir los tres juntos - no exactamente en un nzénage Ei frois, no tatuto del mal es siempre un estatuto derivado, un estatuto de
exactamente en un matrimonio de tres-. No está de más decir apariencia. Y es por esa misma razón que, cuando se piensa la
que Julie es muy tierna con el personaje que encarna Jean Jac- sustancialidad del bien, del mal, el personaje del diablo gana
ques y el marido sabe eso y, en cuanto a él, considerando los
ideales elevados de los dos, no los molestaba de ninguna ma-
existencia autónoma frente al bien.
En psicoanálisis, Lacan nos da un resumen diciendo que 3 t %u
nera. Julie es un modelo de virtud y no de... puta. Hay una hay, durante todo ese siglo XIX, un crecimiento del tema de la 3 -.
cierta idealización fantasiosa. Es sólo un ejemplo; iremos to- "felicidad del mal". ~ u k r decir
e que el mal tiene una sustan-
mándolo y desarrollándolo más. cia y que hay una felicidad propia -no una contradición- del
Cobre "Kant con Sade" 225

mal. Está muy próximo al titulo de un pequeño relato de una


escritora francesa del siglo XIX, Madame Reviquy: el Iibro,
constituido por seis relatos de mujeres, Las diabólicas, son seis J.-A.M.: ¿Hay preguntas sobre algun punto del texto de La-
relatos diab6licos y uno de ellos se llama "La felicidad en el can?
crimen", Cuando Lacan pone entre comillas, en la primera
página, el tema de la felicidad en el mal, es un eco del título P: En el texto, en la traducción española de "K-S", en la pá-
de Madame Reviquy. gina 340, en el comienzo del segundo párrafo, Lacan dice:
Propongo, en mi seminario, retomar ese texto. Puedo reco- "Convendremos en que a todo lo largo de la Crífica ese obje-
menzar la lectura de este pequeño relato de Barrais porque es to se hurta". Se refiere a la Críticn de la rozón prhcfica ... "pero se
una excelente literatura y hay mucho que decir sobre este ti- le adivina por el rastro, que deja la implacable continuación
po de escrito. En psicoanálisis, se supone la aceptación de no- que aporta Kant para demostrar su hurtamiento y cuya obra
armonía de la personalidad humana. No hay ningún Papá retira ese erotismo, sin duda inocente, pero perceptible, cuyo
Noel fundamental de la humanidad, las cosas no caen bien, carácter bien fundado vamos a demostrar por la naturaleza
no hay ninguna señal de armonizaci6n en el ser humano. Se del susodicho objeto." Me gustaría entender más la cuestibn
supone que la filosofía de la bondad natural del hombre sea del objeto escondido.
un optimismo, como también lo es la concepción de que todo
puede curarse. Es muy cierto que toda esa fantasmagoria se J.-A.M.: Es una frase muy importante de este texto y está
extiende alrededor de Freud, en el comienzo del siglo XX, perfectamente en el punto. Quiere decir que no podemos ol-
ubicándoIo como un personaje de la literatura del siglo XIX, vidarlo a1 leer el texto de Lacan y entender su intención. La
un personaje diabdlico, dividido, escondido en su consultorio vinculacion de Kant con Sade tiene como finalidad permitir
en Viena, con todos los misterios que envuelven el alma hu- que el objeto escondido en la Critica de Za raz0n prdctica -escon-
mana. Quiere decir que, en cierto modo, Freud también es un dido, vamos a saber por qué- pueda aparecer a través de Sa-
personaje de ese siglo. Y es de este extremo último que pode- de. La tesis de Lacan estA fundada en el propio texto de Kan$
mos ver, en los escritos morales de la epoca, en los escritos en su Etica. La caracteristica de la Ética kantiana es que no
eróticos, la descripción de un paraíso del goce. El siglo XVHI, hay objeto. Es lo que quiere Kant, porque cuando se trata de
en la nueva literatura, con las pequeñas novelas eróticas que objeto no se puede dar u n a regla universal a la acción huma-
son también lo contrario de una novela santa. La novela mo- na. De allí su tentativa de determinar el objeto de su ética. Y
ral es lo mismo que una santa, siempre se proponen ia prome- Lacan dice: "Bien, en realidad se trata de un cierto objeto en
sa de la vida, de la felicidad con su pequeño amo, su novio, esa Crítica. Y se puede ver cuál a través del fantasma sadia-
su novia. Esto es lo que podemos oír en la ópera cuando las no". Es un párrafo clave porque conjuga la cumbre de la mo-
voces responden una por vez y después en conjunto. Es ver- ralidad en el sentido habitual y la cumbre de la inmoralidad.
daderamente encantador; cuando una se produce aqui, la otra Vincular las dos y decir que Sade puede manifestar la verdad
responde y las voces se mezclan. que hay en Kant, fue un escándalo filosófico. De un lado, Ia
Freud y el psicoanálisis tienen una dimensión opuesta a Ia cumbre de la moralidad filosófica, del otro lado, ese perverso
pastoral. e inmundo Sade diciendo la verdad. La cumbre de la morali-
dad es la perversión sadiana. Eso es un efecto de humor que
no puede desaparecer...Es muy dificil ver cuál objeto descu-
226 Jocques-Alaiii Miller Sobre "Kant con Sade" 227

bre Lacan en ese texto. Es difícil, aunque no debemos olvidar da uno, sin excepción, tiene ese derecho. De tal modo que la
la promesa de Lacan de revelar el objeto escondido en la Éti- fórmula hecha por Lacan de ese "imperativo sadiano" no di-
ca. Es una frase única, una de las frases clave de este texto. ce: "yo tengo derecho a gozar", pues eso puede impIicar que
iHay otras preguntas? el otro no tiene el mismo derecho si la frase se dice con el "yo"
como sujeto. De este modo, Lacan prefiere formular el "impe-
P: En cuanto a la rotación que Lacan realiza del primer es- rativo sadiano" de un modo diferente de: "tengo derecho a
quema al segundo, ¿por qué el realismo tiene que ver con la gozar del cuerpo de cualquiera", porque de acuerdo a este
causa? Me parece que esa ubicación tiene que ver con la pri- texto cualquiera podría decirme: "tengo derecho a gozar de tu
macía que Lacan concede al objeto a en el goce. En este texto cuerpo". Y esto nos demuestra la formulación misma de una
Lacan define el goce, la jouissance, como un derecho... palabra a la cual estoy yo mismo sometido. ¿Entendieron es-
to? Cualquiera puede decirme, todos podemos decir: "tengo
J.-A.M.: Es como un derecho al goce. En la vida, usted tie- derecho", porque en esa formulación se nota que el enuncia-
ne derecho a gozar del cuerpo de otra persona solamente con dor que dice ser "yo" es el otro y de este modo, yo soy el otro
su permiso. Hay varios problemas sociales si usted usa el de- de ese otro. Lo que vemos desarrollarse en ese parágrafo es
recho a gozar sin permiso del cuerpo del otro, como usted tie- una paradoja. Enunciemos la máxima: - - T"
ne derecho a gozar de su propio cuerpo. La posibilidad de go- zar de tu cuerpo, puede decirme quienquiera ..." (pág. 340).
zar de su propio cuerpo tiene un lugar importante en la Es muy importante ese "puede decirme quienquiera", ya que
clinica analitica. Existe una problemAtica del derecho a go- realiza el efecto que esa palabra tiene para cada uno, vía el
zar... jExiste en la práctica común! El acento especial, el aten- Otro. Introduce esa climensión que hace que, de este modo,
to sadiano sobre ese derecho a gozar es que da el sentido de sea yo también el otro de esa máxima: H.:. y ese derecho lo

expone la idea d e que cada uno tiene dérecho a gozar del


---
derecho a eUo. Es por eso que, en la Filosofh del tocador, Sade ejercer&,sin aue nineún limite me detenea en el ca~richode
3as exacciones que me."ién -v
e Y Lacan
cuerpo del otro sin su permiso. Hay múltiples implicaciones, -2, en el tercer párrafo} "
-
sin embargo es verdaderamente la problemática sadiana. La na", porque el limite de su capricho en el uso del cuerpo del
problemática del derecl~oa gozar es tambikn kantiana; tales otro es morir. Es dificil pensar una sociedad con esa ley. Pare-
paradojas aparecen a traves de la reformulación lacaniana eh ce que si cada uno tiene ese derecho, es dificil concebir una
la fórinula del llamado "imperativo sadiano" en oposición al continuacihn de los acontecimientos sociales y de una sacie-
"imperativo kantiano". Lacan iormuia ei "iinperatrvo sadia- dad entera. Por eso Lacan habla de "paradoja sadiana". "Esos
no" que es el "derecho de cada uno a gozar del cuerpo del dos imperativos [...] nos son impuestos en la paradoja sadia-
otro sin su permiso y hasta el límite que quiera". usted& pue- na como al Otro, y no como a nosotros mismos." De este mo-
den leer en la Filosojí~.del focadoy la demostración por parte de do, tenernos una dirección de la paradoja cuando formula: la
Sade de que se puede imaginar una sociedad donde cada uno VOZ viene del exterior de cada uno. Cada uno que quiera pue-
va a hacer las cosas de este modo, con derecho. Así como hay de decirlo. Así fomulado no se encuentra en el texto de Sade,
derecho a la Fibertad, hay derecho al goce. ¡El otro puede de- es una construcción lacaniana. El "imperativo sadiano" debe
cir lo mismo de mí! ¿Se trata de un déspota que dice: "yo ten- contrastarse con el "imperativo kantiano". Este último es mo-
go derecho a gozar del cuerpo de cada uno de mis subditos?". ral y se encuentra en la Critica de ln razón práctica, en la cual
NO! En la filosofía sadiana se trata, precisamente, de que ca- hay una frase clave de Kant que hace que aparezca como el
Sobre "Knnt con Sade" 229

principio mayor de la moralidad. Vamos a saber cuál, y va-


mos a saber por qué no hay objeto en esa Btica.
porqu u
que un neurótico. La fantasia del neurótico es una especie de'
La fantasia que le interesa a Lacan en este texto, es la fan- espectáculo privado. Conserva una distancia repetable der
tasía perversa. Más aún: es la fantasía en la perversión. Y aún fantasma como lugar de elaboración, como medio de gozar.
mas porque las fantasías son un hecho clínico, Ias fantasías de t
El perverso demuestra de una manera abierta su fantasía. Lo
los neuróticos son fantasías perversas, son tambibn fantasías vemos en Copacabana, por ejemplo. Vemos tipos extraoxdina-
en relación con el goce. Un ejemplo: una paciente cuya fanta-
sía es ser golpeada por varios hombres que, luego, en contra
rios que parecen mujeres, hay un cierto ritmo a1 caminar, etc. &
Todo eso es una demostración acerca de lo que es una fanta-
de su voluntad, gozan de su cuerpo. Esa fantasía no hace de sía cuando se realiza, que no es pensar en eso sino hacerlo.
ella una masoquista. Es muy rara la perversibn en las muje-
res. La perversión es un rasgo masculino, una acentuación del
No es frecuente ver, creo, a esas personas en análisis.$José \> Q Q

G si se trata
deseo masculino, porque la constitución misma del deseo es-
fantasma. ,

contiene la estructura perversa en el hombre. Hay hombres en cuando Lacan dice: "aqui se puede hablar de deseo como
los que eso puede darse de otra manera. Hay una cierta elec- *
ción en los hombres y en las mujeres: elegir la forma masculi- 1
na o la forma femenina de la sexualidad. No se trata de homo-
sexuales. Es un hecho clínico: la ausencia, en general, de la
m
de muier, acentuando todos los rasgos de la femineidad y, al
perversión en el sentido clinico, en las mujeres. De este modo, y e c o n c e r v a ñ d o i a l de sus ahibutos mas-
esas fantasias no conducen a estas mujeres al masoquismo. Su l i u u n time Ios rasgos
vida nada tiene que ver con la estructura perversa. No es su- esenciales del otro sexo, esas personas son dioses.
ficiente querer Ilorar para ser masoquista. Tenemos que dife- El ejernplo=so en Jean Genet se llama Divina. Es inte-
renciar comvletamente el uso común del lenguaje v el uso téc-
V I , resante tratar el fantasma a partir de la perversi6n porque las

2 F
nico-clínico de las palabras. ¡Esa mujer en la vida es una
feminista! Puede ser también una causa de sufrimiento la
" r ~ ideas aue pretende construir en la v i h y
opocici6n ~ n t pnas
esa fantasía. Eso fue, para mi, uno de los p~tntosde partida,
de reflexión de este año: ;e@ Freud, la fantasía es el más es-
t
propias fantasias neuróticas son fantasías perversas y, en se-
gundo lugar, porque en la perversión son más abiertas. En
tercer lugar, tomar un camino a través de la literatura porque
esas personas nunca vienen a análisis. Esto es fundamental.
$ condido de los tesoros, muy diferente a los síntomas. El suje-
para entender por qu&en ese texto la entrada en la clínica es
una entrada cuItural o literaria.
to habla de sus síntomas con mucha facilidad al principio. La Es verdad que Freud toma casos de su experiencia, pero no
trama de la experiencia analítica consiste en una-lamentación son casos de perversos. En "Pegan a un niño" hay seis casos,
sobre el síntoma. Cuando alguien se acerca al punto Iímite y no son casos de perversos: son casos de neurhticos con la
donde la fantasia se vincula al goce, hay una reticencia muy misma fantasía perversa, la misma fantasía sado-masoquista;
grande del sujeto, que puede ser muy poco tenida en cuenta son neuróticos. Es verdad que hay perversos que pueden ve-
por el analista. nir al consuItorio, pero no esos. Esto puede ser la prueba. Es
Las fantasias neur6ticas son fantasias perversas, aunque una ventaja para mí poder preguntarlo a los analistas que tra-
son muy distintas de las fantasías de un perverso. Primero, bajan en Río, porque es un testimonio que aquí nadie tiene
3%
Sobre " h n t con Sadc" 231 -
una persona así en anhlisis, un testimonio que voy a comuni- ne una positividad y todo su problema es cómo alguien pue-
car en París. Está confirmado que en Rio no se analizan los de querer algo mAs que su bienestar.
travestis brasileños, en París también son muchos (hay una La perversión es una demostración su nobleza- de que
gran importación). hav cosas que alguien puede querer más que el bienestar, que
Es verdad que el perverso puede entrar en análisis, pero en el bienestar no esel vnior supremo. Es
estos casos hay rasgos neuróticos. Y cuando su relación con el
goce está en ocasiones perturbada, lec sobrevienen síntomas.
Un resultado del. análisis puede ser permitirles regular los
problemas que tienen con el goce perverso, no se trata de
cambiar el modo de gozar. Lo que permite el análisis de la
obra de Sade es articular el fantasma en la perversión de una
manera más completa. Por eso, es el caso de un hombre que
-vida T & G i i i ~ i c >t . .
se pue
no puede ir n análisis, por razones de estructura. Ésa es la de- morir Por una causa. También vemos una causa esa pervw-
mostración de Lacan: por qué un perverso no puede ir a aná- sión. En ésta hay una causa -la causa del dEeo- que, precigasa
lisis.
-mente, .,
puede permhr abrir una dimemmu&allá
- ..
del bie-
Hablaremos un poco de ese objeto escondido en la Crítica e --u

de la razón práctica. Es el plano de entrada. iQué hay en ese Vemos así, en los propios ejemplos de Kant transformados
texto? Hay una introducci6n general donde toda esa historia por Lacan, que Sade esta más allá de la moralidad, más allá
de las ideas prepara el análisis. Lacan dice, en la primera pá- que el propio Kant. Vamos a retomar esto luego.
gina, de una manera muy perspicaz a propósito de la formu- Para abordar e1 objeto escondido en la Critica de la razón
lación de Freud en su "principio del placer", que es un prin- prdctica, seria preciso retomar la Crítica de IR razón pura, para
cipio vinculado a la repetición, al "más allá", que contiene darles una cierta idea, para su investigación. Tengo aquí unas
"un más allá". Esto es también una disarmonía fundamental, referencias de Kant y de cómo desarrollarIas. La investigacihn
en oposición a todo lo que expone la historia de la filosofía y, kantiana tiene como referencia la investigacidn fundada en
para decirlo en t4rminos de Lacan (en la primera página del los hechos de discurso: ¿Es posible una formulación como %

-
*-
texto, en el tercer párrafo), donde se trata del "...prejuicio in-
controvertido de dos milenios, para recordar la atracción que
preordena a la criatura con su bien...". ¿Qué significa eso, "lo
que preordena a la criatura con su propio bien"?
Hay un preardenamiento entre Ia criatura y su bien. La te-
t,

J
"dos y dos con cuatroJf?~ C Opuede ~ O tener esta formulaci6ii
una aprobación universal? El "dos v dos son cuatro" no de-
3 3
y dos son cuatro" es verdad aqui y al otro lado del Atlántico.
1 s verdad que, en ocasiones, hay un esfuerzo para cambiai
,
2
3
P
sis anjerior, anterior a Freud, es qye cada uno quiere su bien. eso. Tarnbien es un gemplo de George Orwell, del que hablé
Habría unapositividad en Ia v ~ . & p ~ n ~ r - o& l u ñ - esta mañana y que podemos ver en 2984. Al final -cuando es-
tariamente malo. Sin embargo, se hacen muchas cosas en con- tá el pobre vencido por la orden totalitaria- para mostrar que
tra del propio
- -
bien, en contra de la salud; por ejemplo, beber h e vencido en el plano burocrático, este pobre viene y 'dice a
mucho. De allf que se piense el hacer cosas contra el propio Big Brother: "Cinco". Dice "cinco" y ve "cinco". Ésta es una
bien de la criatura como un error, un hecho accidental, y de- parte del libro que me encanta. Se trata dp ~ o d e dominar
r lg
be poder ordenarse. Quiere decir que ninguna perversión tie- 5(
más seguro del discurso, dominar el significante -el rnatem6-
Sobre "Kant con Sude" 233

imponiendo la ley del amo sobre la mate-


t i r n ~ P discurso-
I blar directamente de sus problemas, hay una posibilidad de
mática. El ejemplo de OrwelI es importante: el esfuerzo de ese ser profeta. Aunque es más dificil ahora que antes. Hay una
hombre moderno en dominar la lengua, la memoria y la ma- posibilidad de ser profeta, una santa como Juana de Arco.
temática, es una condicibn de percepción. Sin embargo, es co- Ahora hay u n a posibilidad mas para ello: el hospicio psiquia-
mo si ya no hubiese "dos y dos son cuatro". L trico.
La primera pregunta kantiana: como hay un tipo de cono- Generalmente no tenemos una experiencia de la divinidad 0
cimiento que no depende de la experiencia, que no depende y la cuestión de Kant es que no pensar más allá de
de ninguna experiencia de cada uno. ~Puedeeso ser del orden los limites de una experiencia posible. Hay limites y la ciencia

-
del "me gusta o no me gusta"? Hay siempre verdades que son *está confinada a un cierto campo: no se puede conocer direc- *,
menores. Una persona que desembarca en Francia -es un tamente la estructura del alkta, la finalidad del mundo,
3.3 ejemplo inglés- ve una mujer rubia y dice: "Volveré a Inglate-
rra para decir que todas las mujeres en Francia son rubias". I
etcétera. Eso no lo podemos ver, no está verdaderamente fun-
dado. La metafísica es un engaño, una ilusion que nos hace
L ~ $
Q

Eso es una verdad, s i bien depende de la experiencia un poco penetrar en el pensamiento divino, como Leibniz. Es una elu-
'C limitada del caso. Esa persona cree que la mujer existe, ve una cubracidn, pues no podemos pensar una ley así. Sería una re-
y piensa que estA ahi, que así es la mujer en Francia. Sin em- flexión sobre la estructummisma de la experiencia.
$ bargo, ésa es una verdad de la experiencia, debemos decir, y I

todas las verdades de la experiencia dependen de cada uno.


No ocurre lo mismo con la verdad "todo cuerpo tiene un pe-
so". Eso es verdad en fisica, en general, y no importa la exis-
tencia. El humo también tiene un peso desde el punto de vis-
ta físico. Es un error de la física aristotélica pensar que hay La Critica de la razbn practica es el segundo libro de Kant, a
dos tipos de cuerpos: los que caen y los que suben. Es una fi- . N partir del comienzo de las Criticas, pues ya antes tenía toda
sica fundada sobre fenómenos. En la física científica, matemá- una obra. La segunda es un libro mucho menor.
tica, todos los cuerpos caen. Ciertamente, estamos todos ca- A partir de la Crítica de la razón práctica, Lacan introduce la
minando en el sentido de la física matemhtica. cuestión de la perversión. Es un libro pequeño, no tiene tan-
La pregunta kantiana: jc6m0 son posibles los tipos de co- tas ideas y además éstas se repiten un poco. iDe que trata? Es
nocimiento a priori, esto es, sin referencia a una experiencia, o una tentativa de ver si hay principios a prioii del conocimien-
sea que tienen una vinculaci6n independiente de la experien- te, principios n priori, independientes de la experiencia. Es
cia? Y la pregunta de su primera Críficw era a propósito de la una tentativa de un sistema de moralidad pura, sin referencia
existencia: jc6mo puede existir una matemática y una física a la experiencia. Puede tomarse como principio de la morali-
matemática? No voy a desarrollar la cuesti6n abierta por esa o sea, el principio de
problemática de si podemos pensar más allá de los límites de ernos que ver si éste
la experiencia. La matemática y la física, en cierto modo, dan 0 es, para la humanidad en general, un principio a pri-iori. Kant
una idea de 10 que es pencar más allá de los límites de una ex- dice que no lo es, porque el placer de cada uno es diferente.
periencia. Es en esa dimensión que colocamos la dignidad De este modo, hay una diversidad del placer, o lo que es lo
]&al no tenemos -si no somos místicos o entusiastas- una mismo: lo que produce placer una vez no produce placer una
experiencia directa de Ia divinidad. Si la divinidad viene a ha- \ segunda vez. Un ejemplo: comer un poco excesivamente, des-
Sobre "Kant coi1 Srade" 235

pues m hay pIacer sino displacer: Hubo intentos de fundar I vez la conciencia can su frase. Tenemos que ver cómo cada
moralidades sobre el placer, Hay en Kant un estudio de puris- palabra en Lacan fue pensada y eso es, precisamente, una des-
mo o de historicismo, etc., demostrando que cada uno no tie- cripción. Es por ello que se trata de ética sin objeto. La tesis de
ne universalidades. No puedo retomar aquí cada crítica hecha Lacan es que a través del fantasma sadiano podemos saber
a esas moralidades, sin embargo, de manera general, como que hay takbién un objeto en la ética kantiana, sin embargo,
los objetos de Ia experiencia cambian, son diferentes, una mo- no es un objeto de la experiencia. Es- a
condip
-

ralidad +S decir una regla de acción fundada sobre una rela- e-


ción de).sujeto con 10s objetos del mundc+, una moralidad así, riencia. Hay un objeto, es el objeto a.
no tiene universalidad y no tiene necesidad porque en la pro- _Cc/ -@
-&
pia experiei-icia las cosas cambian, no hay un principio a prio- da también en la experiencia de la perversión. Precisamente
ri y universal. ¿Pueden entender esto? Es por esta razón que - eso es lo aue dice Kant. aue no hav un olsieto absoluto. Los
I ' 1

de cierto modo, para formuIar una ética a priori que tenga un objetos son modificables, diferentes, etcStera. hn la pervsf-
valor para toda la humanidad, tenemos que abandonar las re- - sión tenernos la idea de un objeto absoluto para un sujeto. Un?
laciones con los objetos, podemos hacerlo sin objetos, o sea, sujeto que no puede desear sin zapatos, sin la presencia de
sin referencia a los bienes y a1 placer. Es lo maravilloso en las unos dos o tres zapatos. El fetichismo es Ia demostración de
primeras páginas de la Critica de la razon p~ictica:todo desa-
+parece, estamos en un lugar donde no podemos apoyamos
- ello.
- - Ese es sólo un wmto de visra un poco conocido por e1
-- -- - -- - -
1

cual podemos introducir, podemos vincular esa moralidad en


&, la perversión.
ese momento, en la desaparición, en la anulación de todo, sur- Las primeras páginas del texto de Lacan se refieren a la es-
ge la formulaci6n del imperativo kantiano, en el cual no se tructura significante de la fórmula kantiana, un anhlisis de la

_ trata de los objetos y donde toma su posición "una verdadera


universalidad:. Debemos solamente -dice Kant- escuchar la
voz de la conciencia: tenemos sólo que escucharla e ir adelan-
1,
fórmula. Hay una introducción general, después el análisis de
la fórmula kantiana desde el punto de vista del significante y,
después, comienza un análisis del fantasma sadiano que con-
te; tenernos que actuar de manera tal que la regla de su acción cluye con la presentacion del primer esquema. El primer es-
pueda ser tomada como máxima de cada uno. quema del texto es el materna del fantasma sadiano y después
Con respecto a ese movimiento del pensamiento, Lacan está el segundo esquema que veremos qué significa. Hay to-
i>
(en la pág. 339 de la edici6n en castellano, en el segundo pár- do un amplio analisis a propósito del psicoanálisis, de la lis-
rafo) dice: "Retengamos la paradoja de que sea en el momen- toria, etcétera. Entonces, el movimiento es: andisis de la fór-
to en que ese sujeto no tiene ya frente a 41 ningún objeto cuan- mula kantiana, introducción al paralelo del imperativo
do encuentra una ley, la cual no tiene otro fen6meno sino algo sadiano, análisis del fantasma sadiano. El análisis de la fór-
significante ya que se obtiene de una voz en la conciencia...", mula de la enunciación y del enunciado está construido des-
etcétera. Ese movimiento es lo que estoy desarrollando: cuan- de el punto de vista del significante. Es sólo a través del fan-
do todos los objetos de la experiencia desaparecen porque no t tasma sadiano que se introduce la cuestion del objeto: son las
pueden ciar una ley universa1 de la acción, de allí surge la m5- dos partes de la articulación. Esto está en la página 338, hasta
xima, una frase, una articulación de significantes, que provie- la mitad de la página. En la página 340, está la EormulaciOn de
ne de una ley en la conciencia. Hay una suerte de antinomia: la máxima sadiana con su interlocutor y enunciado diferen-
-- -cuando
. la dimensión de la experiencia desaparece, surge a la 1
tes. Lacan quiere decir allí que todas las mora1idade.s antes de .
Sobre "Krrnt coi1 Sacie" 237
t i tu Kant estaban fundamentadas en la idea del amo, de un orden
- prestablecido del hombre v del bien, y de la armonía entre d
bien moral y el bienestar; si alguien sigue la regla de su bien,
guos. Por ello, es un valor -según Kant- que no tiene necesi-
dad, universalidad: para cada uno depende de muchos facto-
res. Así, en Lacan podemos encontrar: "No ceder en su deseo
, .
TS tend-Tiene que conocer su bien y h a c d e A n ' es una seguridad para la infelicidad, en cierto modo'" Y cuan-
Freud, al contrariahay un pensamiento de un más alla del E do dice que 4se es el principio esencial de la ética analítica, es
n ,
p
%-L.
2 prrncipio del placer, es decir, un más a116 de ese o d ~ dpl
hombre y de su bien. Esto hace una diferencia también entre
también decir que la felicidad no es una promesa analítica. Es
una promesa, por ejemplo, de nuestros amigos de Nueva
el psicoanAlisis v otros tipos de terapia fundadas en el orden York, llamados ortodoxos, que prometen la felicidad conyu-
gal, la felicidad del 6xito en la lucha por la vida, el desarrollo
de la personalidad y todas esas cosas maravillosas que pue-
den venderse a la humanidad. Esas cosas se venden a la hu-
i
manida$ desde la antigüedad. Lo interesante es que 10s ana-
listas pueden vender otra cosa. Vender, como dice Lacan, la
3 m t precisamente, la operación es escribir el Bien así: destitucihn subjetiva, no el desarrollo de la personalidad. Lo
&- $. La B es un símbolo para el Bien y la operación kantiana es
barrar esa l3 mayúscula. No es el A barrado, es la B barrada.
interesante es que la destitución subjetiva puede interesar a
I muchas personas: es una seguridad tambibn porque da una
9 El Bien está barrado como fundamento de la moralidad y tie- cierta posición absoluta en la vida.
ne, precisamente, esa diferencia también en la lengua alema- Bien, podemos discutir un poco.Hagan preguntas, consi-
$
.-
na. La diferencia entre Wohl, que es el bien en el sentido del
bienestar y Gidte, que es el Bien en el sentido moral. Seguir el
deraciones, sería útil para mí saber qué les interesó. No es f6-
cil para un primer seminario tomar este texto entre cultura y
Bien como valor moral no da ninguna seguridad de que va- clínica: es un esfuerzo.
mos a estar bien. Entonces, en cierto sentido, hay un más allá
en el propio Kant. Es el más allá del bienestar. El bienestar no
es una nociób moral: depende sulo de lo que se encuentra en
la experienciá. El bienestar tiene un carácter contingente. De-
pende de lo que alguien come, de lo que alguien encuentra, P: Quería preguntar lo siguiente: el texto se llama "Kant
depende de muchos factores que no tienen ninguna universa- t
con Sade", p a r qué "con"? No es una analogía. Al ir desarro-
lidad ni necesidad. La búsqueda de la moralidad en sí misma Ilando el texto, y por lo que usted va diciendo, no veo una
obedece al principio de actuar como si el prjncipio de su ac- analogía entre Kant y Sade. Hay otra relación allí, distinta, en-
ción pudiese ser esa máxima, etcétera.; esa máxima no permi- tre las dos producciones, jno?
te saber nada sobre los efectos efectivos que puede producir
en eí bienestar, Es sólo decir: actila como si tu acción fuese J.-A.M.: Paralelo es la formulación que permite ver las di-
programada por todos los seres humanos. Podemos decir ( ferencias con las fórmulas del imperativo. No, no se trata de
más, porque Seguramente cuando alguien decide seguir esa eco. Se trata del punto destacado en ese párrafo señalado en
regla sólo puede producir efectos de malestar en su vida. En el comienzo. Si tenemos como punto de partida el texto de
cierto modo, es una regia bastante limitada que no produce Kant, nuestra tesis es que en esa ética sin objeto hay un obje-
felicidad, y-la felicidad fue un vaIor esencial para los anti- l
to escondido. Para verlo, para descubrirlo, es necesario agre-
Cobre "Kant con Sade" 239

garle a Kant, Sade. No se puede verlo cuando se lee el kexto cuerpo del otro. Hay una distinción en psicoanálsis: gozar
de Kant sin embargo, si alguien toma esa huella de Sade pue- del propio cuerpo y gozar del cuerpo del Otro. No es el mis-
de verse el objeto escondido en Kant. El objeto se ve con la mo goce, la diferencia no es física, es material.
ayuda de Sade, y "Kant con Sade" significa eso: Sade es el iris- Sin embargo, está perfectamente bien constituido; es cier-
, trumento quepermite ver lo escondidn enKant. Y Lacan dice I
to que el gozar del cuerpo del Otro, contiene un elemento de
de manera muy precisa en su textonSade es utilizado por no- formar parte de ese cuerpo. En la poesía Lec blasons d'nrnour
sotros como instrumento en referencia a Kant. Dice que el es- (Los blasones del amor), Ios poemas tratan sobre las partes
tatuto de instrumento conviene muy bien a Cade porque en su del cuerpo femenino: uno sobre la boca, uno sobre los ojos,
propio fantasma, 41 no es nada mas que un instrumento. "Con otro sobre las rodillas. Las partes del cuerpo humano me'
Sade" tiene un sentido muy preciso que es la funcián de ins- agradan en castellano, pero las palabras referentes a ellas, en
trumento de Sade para ver lo escondido en Kant. Sade nos da castellano, son muy feas.
la verdad del discurso de Kant. Eso es lo que Lacan dice en el '\ La propia poesía er6tica realza la separación de las partes
final de la página 337, la primera página del texto: "La fiIoso- de1 cuerpo y la perversión del deseo masculino, es la caracte-
fía ...da la verdad de la Crftica". La fórmuIa de "Kant con Sa- rística de ese tipo de partición, causa del deseo masculino. En
de" primeramente presenta un cierto acuerdo entre los dos y, cuanto al deseo, hay una relacion con ciertas características,
en un segundo momento, Sade completa la Crítica de la razón g como podemos ver en Sade, comenzando desde la desagrega-
prdc#ca porque nos da el objeto escondido y así, la verdad, el ción del c u e p o del Otro. De todos modos, es un principio ge-
verdadero sentido de ese texto. neral. Es en eso que la perversión es tan humana como la psi-
cosis, pues las caracteristicas no son de inhumanidad; al
P: En ese enunciado de Lacan a1 estilo de Kant, "el derecho
de gozar del cuerpo del otro lo ejerceré sin ningún límite en
contrario, la locura, como la perversión, son ambas posibili-
dades humanas. P
mis caprichos", no existe otra fórmula. No sé si en el Semina- Lacan dice en el seminario sobre la angustia aue no es el
!
rio, en el cual es bastante preciso, afirma que se refería a una sufrimiento del otro -la souff~nncede i'autre - lo que busca Sa- b
parte del cuerpo del otro y no a la totalidad. El derecho del ti- de, sino su angustia. Cómo se mantiene esa relación si el cuer-
po está todo cortado, pues el fantasma sadiano debe fragmen-
k
rano, de Sade; el derecho a matar al otro, de hacerlo desapa-
recer, figura en algunos de sus libros, tar todo el cuerpo. Y lo que se busca es la angustia, es lo que$g
1 tacan articula de la relacion de Sade con el otro. 4
J.-A.M.: Es verdad. En Sade esta la idea de que no pode- Vamos a ver lo que significa buscar la angustia del otro.
mos pretender gozar del cuerpo completo, sino que debemos Cuando se trata de la fragmentación del cuerpo del otro no
dividirlo. De allí sus víctimas -pobres víctimas de la novelas podemos decir que busca eso; sin embargo, cuando alguien $
de Sade!, cuando salen de sus manos generalmente ya no tie- toma el brazo y después los ojos, el resultado es una fragmen-
tación. No podemos decir que sea esto lo que busca Sade, pe- 2
$
nen muchas cosas, por lo menos ya no tienen un cuerpo ente-
ro. Con ello surge la parte. Hay otra pregunta de Lacan: iC6- ra si busca la angustia del otro. Para obtenerla, hay ciertas co- #
mo gozar del cuerpo del otro? Tocarlo, penetrarlo es- sas que se hacen, y en Sade la angustia se produce por medio
actividad d e i d t e es destruirlo. Hay algo ~ importante para los verdwos, en
de 1s; a r n e n a z a s . . ~muy
impensable en gozar del cuerpo del otro. Se goza dentro de su Sade, decir ante: a la victima lo que va a pasa& les interesa
propio cuerpo sólo de manera física, nadiigoza dentro del miirhn demostrar a la víctima aue hacen 10 mismo con otra
Sobre "Kant con Sade" 241

víctima y eso produce angustia. Sin embargo, cuando se cuentra un caballero genti1 y obsesivo: después, es otro sádi-
arranca un brazo, la angustia por el otro brazo es más fuerte. co... Ésa es la historia de Justine que no sé cómo atraviesa to-
No hay contradiccibn entre esa fragmentacion y buscar la an- do eso y sigue viva. Y al final, para acabar verdaderamente
gustia, la producción de angustia. Y bien, era una respuesta a con ella, tenemos que ir a la historia de Juliette. Hay una tor-
la pregunta sobre la relación entre gozar del cuerpo y de una menta extraordiiwria y el fuego del cielo alcanzara a Justine
parte de él. para que su cuerpo sea separado en dos por el rayo. Decir que
En el fetichismo, es verdad, s61o hay una parte que no pue- *
no tiene su lugar en el mundo ¿y terminar cómo? Como suje-
de dejar de ser destacada de un todo: es una parte, como dice to barrado.
' ~ a c a nen un texto, que juega el j u e m ~ parte,
a
en el fetichismo, es sólo una parte; sin embargo, tiene funcio- P: A partir de cierto tiempo de lectura, cada uno va vol-
- namiento
.>
propio. Ésa es la posición correcta de la parte que> viéndose una especie de pequeño interpretador del texto.
el. objeto a, que es en si n~ismouna parte, pero Luna parte de Pensaba que esa formulacidn que hace Lacan ubica una cues-
qué? Es mejor decir: a parte es una parte, sin embargo a par- tión de la siguiente naturaleza: que el dolor es un elemento
te. fista es la posicián correcta. buscado por el propio sujeto, dentro de una formulación nar-
Pero debemos observar en las novelas de Sade que todo cisistica, autoerótica propia del dolor.
termina en fragmentación. Lacan subraya que las víctimas tie- La tendencia sádica es buscar la angustia del otro, porque
nen una resistencia extraordinaria, lo cual. es necesario en su el dolor es algo que el propio sujeto busca como una referen-
fantasma para el crecimiento de la angustia. En la historia de cia autoerótica. Porque, cuando formula la idea en Aun de
Juliette hay locuras horribles. Sufre durante treinta días y al que el goce es siempre gozar del cuerpo del Otro, me parece
final, pobre, ciega, con hambre, camina sobre el hielo y cae, que el dolor tiene una posibilidad de entrar en esa formula-
golpeándose los dos brazos, y aún viva, yace. Vemos en la ción que hace Lacan.
fragmentación que hay mucha resistencia, de esa sola mane-
ra, destacando paso a paso todas las partes del cuerpo, como J.-A.M.: Podemos hablar un poco sobre el autoerotismo.
si quisiese obtener el punto puro del sujeto, el sujeto de pura Tenemos que ver si es tan "auto", porque siempre está funda-
angustia. Vemos más adelante todo eso en forma de amena: d o sobre partes destacadas del. cuerpo. En el centro del erotis-
zas. Ahies de hacer algo lo comunica al sujeto. Ésa es la pro- mo hay una separación del propio cuerpo. Es a partir de la di-
pia operacion del fantasma sadiano: obtenir que su ang;stia mensión del goce que podemos decir: en los hombres y en las
caiga sobre todo el cuerpo. En la historia de la pobre Justine, mujeres el goce fálico es la parte común a los dos sexos. No es
al finctl de la novela más amplia que sería la historia de Juliet-te, un tema tan amplio como los síntomas, por ejemplo. Hay una
ella es Ia víctima por excelencia, Justine es la santa víctima, cierta discrecion sobre ello en análisis. Podemos decir que ese
siempre víctima, la virtud infortunada; el subtítu10 es Los in- goce no puede obtenerse m6s que alterizando el propio cuer-
fortunio~de la Virtud. Esa novela es una tesis kantiana. En Kant po, tornando una distancia con ese cuerpo. Gozar de1 propio
tambibn, si alguien se da la regla moral no encontrará su bie- cuerpo conlleva otro cuerpo, incluso si éste no esta fisicamen-
nestar necesariamente. Quiere decir que en Kant hay un in- t e p r e s ~ s u j e t tiene
o otros medios de subjetivar el goce.
fortunio necesario de la virtud moral. Sade acierta en elIo. La No me gusta mucho dar ejemplos de mi práctica, pero hay
pobre Justine es la victima por excelencia en cuanto busca, pi- una paciente cuya fantasía comporta eso: que ella no puede
de ayuda, el cura dice "Si, pobrecita", y es un cura sádico, con gozar del hombre sino por una artimaña especial de su fanta-
sus colegas curas también sádicos y bien... ella escapa y en- sía que no es habitual. Su fantasía no es común, ser penetra-
Sobre " K m t coi1 Sade" 243

da por un hombre fantasmático al mismo tiempo en que es 4


I
III

l
por su marido, su novio, etc. La makobra d e su
fantasía, la subjetivacibn de su goce, es m& compleja porque En el "centro" de ese escrito -si pudiéramos definir uno-
para gozar con un hombre debe pensar que es otra mujer la está la estructura del fantasma sadiano. El paradigma lacania-
que hace el amor con él. no del fantasma es un fantasma no descubierto en la expe-
_Ausentarse del goce para que el goce sea efectivo: ése es riencia analítica sino a trav6s de la literatura. Por razones clí-
un ejemplo para mostrar los refinamientos de la cubjetivacion nicas escogidas por él es un fantasma en la perversión.
de1 goce. Y e1 autoerotismo, para F'reud, realmente no es tan De este modo, ese "centro" del texto es el primer esquema
"auto", porque solo el hecho de gozar a causa del fantasma ya propuesto por Lacan:
introduce al Otro. No es e1 on-o del cuerpo mismo sino
una derivación a través del fantasma; ya el otro no es nuestro v S
cuerpo físico sino que ya esta presente en ese goce mrsmo. s i S: sujeto bruto del placer

N
debemos situar una diferencia, podemos colocar eso en ra rú- 3: sujeto del inconsciente
brica del goce fálico. El goce fálico es precisamente el goce d. V: velo
"cuerpo mismo", y lo vemos también en las mujeres. Los go-
- d+ a: categor(a
-ces de las mujeres son testimonios discretos o confusos. Lacan
de causalidad
nos dice que- kenemos que entender lo que una mujer dice
exactamente sobre su manera de gozar o no: hay un goce, sin 1,
d-w a O
embargo,
- ¿dónde lo sitúa?
En psicoanAlisis, las psicoanalistas dan una cierta orienta-
Las máximas son dos reglas de acción, dos máximas éticas
ción a esa diferencia entre el goce vagina! y el goce clitoridiano;
sin embargo, se trata de la diferencia entre el Eoce fálico en las
que tienen mucho en común. En el sentido de Lacan, la máxi-
mujeres y el Otro goce. Ustedes saben, Lacan trató de dar fór- I ma sadiana permite descubrir cosas escondidas en la máxima
de Kant, en el punto mismo de la enunciación. Primeramen-
5 Ü G - á los dos goces. Encontré recientemente una paciente
que goza solamente en sueños y nunca con un hombre, aunque te, el anAlisis de la máxima de Kant y en segundo lugar, el de
quiere mucho hacer el amor. ¿Qué podemos hacer con esa de- la máxima sadiana y, tercer punto, la introducción del fantas-
claración? Es verdaderamente para ella una manera de expre- ma sadiano. De este modo está compuesta la entrada en ese
I texto. Después vamos a analizar el segundo esquema y luego
sar esa imposibilidad de situar el Otro goce. Es un goce que no
puede subjetivar: no puede decir "mi goce"; es un goce que se viene el final del texto, que es un texto más amplio.
produce. 1-Iay una modalización de esa experiencia del goce Lo importante es recordar la articulación de la dos máxi-
que es mucho más compleja en las mujeres que en los hombres. mas, lo que surge de la diferencia de enunciación. En la má-
xima kantiana, Kant se presenta a sí mismo como la máxima
Tengo que decir que l& hombres, generalmente, saben dónde
gozar y las mujerestambi&nsaben dónde gozan los hombres.
I ,enunciada por la voz de-la conciencia, y esa presentación pe;-
Sin embargo, ni los hombres ni las mujeres saben dónde gozan ! mite olvidar que se trata de una enunciación; es como metá-
las muieres. Eso. creo, no son ugeneralidades vacías. Son cosas füra de la voz de la conciencia que se imwone al sujeto. Es una
necesidad lógica, a los ojos de Kant, cuando alguien busca
J 4

>e lo más cotidianas en la práctica. 1 universalidad y necesidad en la moral, hay una necesidad 1ó-
1 gica que conduce a esa fórmula donde se formula la acción
Sobre " K ~ n tcon Snde" 245

sin referencia a ningún objeto. Eso porque, dice Lacan de una O I En la máxima sadiana el Otro esta encarnado, no es la voz
manera muy exacta, la enunciación de la máxima es sólo su I de ning6n lugar. Es la voz de esa función llamada "quien
sustancia, se trata solamente de actuar de manera tal que
cualquier hombre debe y podría hacer lo mismo. No se trata
de una máxima que tiene un consejo u obligaci6n. No se tra-
i quiera que sea". Y de ese moda, se justifican las palabras de
Lacan, (pág. 343 de la edición en castellano, segundo párrafo):
"Es pues sin duda el Otro en cuanto libre (el discurso sadiano
ta de no robar, no es una moral como son los Diez Manda- es el discurso 'yo tengo derecho de gozar de su cuerpor), es la
mientos. No es una moral especifica que dice lo que alguien libertad del Otro lo que el discurso del derecho al goce pone
debe hacer frente a objetos que no son cualesquiera. Sabemos como suieto de su enunciación". Quiere decir aue la maxima
. -
que en los Diez Mandamientos se trata de la madre, del pr6- sadiana no dice "yo tengo derecho de gozar de su cuerpo", si-
jimo, y Lacan tiene una fórmula para los Diez Mandamientos, no "yo tengo derecho -puede decirme quien quiera que sea-
dice que son las leyes de la palabra. Para desarrollar este pun- poza de su cuerpo". De alli surge que la máxima es'una
: máxima que se impone a cuaIquier sujeto a partir del Otro,
to tenemos que circunscribir un poco Ias cosas en esta reu- S

nión, incluir m poco el aporte clínico de Lacan. que no es la voz de ningún lugar sino la voz del Otro presen-
De este modo, la mSxima kantiana no concierne a ningún tificada, manifestada. Y bien, eso es también esencial -lo que
objeto preciso sino a una ley que carece de reciprocidad y a manifiesta la experiencia analítica-. Esa enunciación dividida
una ley fuera de la dimensión infinita. Parece que esa máxima no se refiere aqui a un sujeto unitario, sino que se trata de una
que alli se impone, está verdaderamente lejos de esta d h e n - enunciaci6n dividida que se manifiesta en la compejidad del
sión, parece dicha desde ningiin lugar. Eso es lo que parece "yo tengo derecho, puede decirme quien quiera que sea", que
cuando hay una demostración matemática, una razón 16gica: hace que ese mundo de la enunciación se manifieste. esa es la
es como si estos dichos lógicos se dijeran desde ningún lugar, diferencia en la primera comparación/ y es de ese modo que
como si ellos dijeran por si mismos. -desde el punto de vista de la enunciación- la máxima sadia-
Ahora, Lacan consagra precisamente la tercera parte a Sa- na es más honesta que la máxima kantiana. Es lo que Lacan
de, mostrando que se trata de una enunciación escondida, por nos dice.
ejemplo, en esa voz de la conciencia. Por lo tanto, se trata so- La máxima kantiana apunta a ser una ley de Ia compatibi-
lamente de m a metáfora. lidad entre los hombres. Sí, precisamente, es no actuar sino en
Hay un pasaje en el propio texto de Lacan para decir que no- referencia a la posibilidad de que el otro haga lo mismo. De es-
sotros conocemos tales voces, que son las voces de la psicosis, I
te modo, es por excelencia una ley de la compatibilidad huma-
por ejemplo. En la psicosis son esas voces las que toman su inde- na, al contrario de la máxima sadiana "yo tengo derecho-pue-
pendencia: eso da una suerte de realizacidn dínica de esa enun- de decirme quien quiera que sea- de gozar de su cuerpo, sin
ciación.externa. El texto tiene una incidencia, que para m analis- límite, a mi capricho". Pero ésta se presenta, en cierto modo,
ta escuchar la voz de la conciencia supme subrayar e indicar que de Ia misma manera; esto es, como una ley universal. Sin em-
se trata de un cierto modo de enunciación.Precisamente, la má- bargo, ¿de qué manera podría hacerse de esta última maxima
xima sadiana formulada por Lacan hace surgir ese problema de la ley de una sociedad? Sade describe que si, sería perfecta-
la enunciacián porque dice: "yo tengo derecho, puede decirme mente compatible con la sociedad actuar así. Debemos decir
quien quiera que sea". Así, como dice Lacan,la máxima sadiana que eso es una paradoja. Lacan utiliza también la paradoja sa-
es más honesta que Ia máxima kantiana, porque hace surgir al diana. No podemos decir, por otro lado, que la máxima kan-
-m_idgr que yace escondido en la máxima kantiana. tiana sea una paradoja, Ésta es una diferencia entre las dos.
/
Sobw " b n l con Snde" 247

I
Tercer nivel. de comparación entre las dos máximas. El ter- q~ del Evangelio, etcétera) tiene la virtud de instaurar a la vez
cer nivel trata lo que es igual en las dos: en Kant, hay un re- tanto ese rechazo radical de lo patológico (esto es fundamen-
chazo -para fundar la ética- de toda evidencia, que Kant tal), de todo miramiento manifestado a un Bien (esto es un
llama patológica. Patológica no significa aquí enfermedad; bien barrado), a una pasión, incluso a una compasión (porque-
patológico es todo lo que pertenece a la dimensión de la afec- 1 no se trata de una simpatía, de una religión, etc., en la máxi-
tividad, de la sensibilidad, del placer o del displacer. Lo fun- ma; se trata solamente de algo muy abstracto: actuar de ma-
damental de la 6tica kantiana, es decir, que ningún elemento nera tal que..., etcétera), o sea el rechazo por e1 que Kant libe-
-tomado de la dimensión de Ia sensibilidad o de la afectivi- ra el campo de la ley moral, como la forma de esa ley que es
dad- puede admitirse en la ética como tal; que regirse en la también su única sustancia". Eso -que introduje en mi propio
vida sólo por el principio del placer, por ejemplo, hacer lo que comentario- parece claro porque no hay un objeto así: es un
da placer no puede producir una regla general, universal, puro matema, en cierto modo es una pura formulaci6n 16gi-
constante para la conducta humana. Quiere decir que, al con- ca.
trario de las morales antiguas, el principio del placer no pue- Varnos a ver lo que podemos decir de la máxima sadiana,
de funcionar como un principio moral, un principio de con- de dónde se toman nuestras objeciones a la misma. Nuestras
ducta. Podemos decir que la ética kantiana está fundada objeciones son objeciones patológicas porque no sería huma-
sobre un rechazo de lo patológico en el hombre, en el sentido no tratar a los seres humanos así. Sin embargo, en cierto mo-

< que pdhos, en griego, es todo sentimiento, afectividad, dife-


rente de lagos. De La misma manera, podemos hacer una opo-
do, si estamos en el campo de la ley moral, no tenemos nin-
gún fundamento para objetar desde el punto de vista

gq sición entre el paterna y el materna.


El matema es la articulación significante pura y el patema,
al contrario, abarca los elementos estéticos, imaginarios,
patológico. Eso nos dice Lacan también en el final de la pági-
na 341, antes del pasaje leido: "Todo juicio sobre el orden in-
fame que entronizaría nuestra máxima (la máxima sadiana, o
2 etcétera: Bien. La moral, la ética kantiana, se estudia bajo el re-
chazo de lo patológico y ¿por qué no aceptar la máxima sadia-
sea, todas las objeciones sobre la infamia de la máxima sadia-
na): es, pues, indiferente en la materia, que es reconocerIe o
na si la dimensión pura de la ktica no comprende ningún ele- negarle el caricter de una regla aceptable como universaI en
mento de lo patológico? Quiere decir que la máxima sadiana moral, la moral reconocida desde Kant como una practica in-
está fundada sobre el rechazo en el nivel puro de su formula- condicional de la razón"; y despues dice -en el párrafo antes
ción, sobre el rechazo de lo patológico. Podemos entender esa leído- que, de ese modo, hay una similitud entre esas mCixi-
similitud entre las dos máximas. Eso es Io que Lacan dice mas. La similitud es el rechazo radical de lo patológico y Ia
tambih... hay varios pasajes sobre esto: por ejemplo, hay dos formalidad de la ley sin ninguna referencia a ningún objeto
(pagina 338, segundo párrafo, a partir del final, en la última peculiar.
frase):"...Así su peso (el peso de la máxima kantiana) no apa- De este modo, con esos tres puntos destacados, ustedes tie-
rece sino por excluir, pulsión o sentimiento, todo aquel1.o que nen las referencias esenciales para localizar esa parte del tex-
puede padecer el sujeto en su interks por un objeto, lo que to. Vamos a ver de qué modo hablaremos del superyó en este
Kant por eso designa como 'patológi~o"~. Ésta es una frase texto, porque de eso se trata. De qué modo se localiza el racio-
también muy clara ahora, esclarecida para ustedes. También cinio de esa instancia externa que formulan esas máximas:k
en la página 342, segundo párrafo a partir del final, dice: "...su instancia que formula la ley moral se llama clAsicamente en el
solo anuncio (de la fórmula kantiana; su solo anuncio quiere psicoanálisis superyó.
decir su kerigrna, palabra griega utiiizada p o la ~ anunciación Generalmente los analistas después de Freud tienen la
Sobre "Knnt can Sade" 249

idea de que e1 supervó es censura, confundiéndolo con la ley Ahora, después de ese trabajo, podemos decir que Lacan es-
social. S& embargo, él superyó freudiano es una instancia dc tudió desde el punto de vista del significante, desde el punto
humor que complica la vida del hombre, que no está en el ni-- de vista de la articulación de las fórmulas cuasi formalizadas
*ve1 de la armonía del ser humano, conceptualizada luego co- de Kant y de Sade. Cuasi formalizadas porque sus formas son
mo la instancia aue permite regularizar al Ello. Por el con: las fmicas sustancias de las cuales se trata.
trario. en e1 obsesivo es la matriz de su cokncirtamiento
I * Vamos a comenzar con una cierta ruptura, la parte a pro-
recisamente asocial, dificil de reducir al orden social. El su- pósito del fantasma, sin embargo, 6sa es la precondición para
$ery6 no es el maestro de la escuela, no es la. ' El super- ver el texto. Eso está tratado en las páginas 344 de la edición
y6 -a través de este análisis en "Kant con Sade"- aparece en castellano y 773 de la edición en francks; abajo de: "pero
exactamente como lo contrario. Efectivamente, como un pun- ipfuitt! Shwnrme~eien,negros enjambres, os mandamos lejos
to exterior, un punto que manifiesta Ia división del sujeto, que para volver a la función de la presencia en el fantasma sadia-
impone una ley -debemos decir- una ley absurda, una ley no". Bsa es una frase muy importante en el texto. ~n Ia pági-
que abarca el alma y el cuerpo humano. ~énen-tosque ver esto na 343, Lacan dice: "suspendamos del decir su resorte para
en Freud y en la elaboracibn deIirante de los llamados ortodo- recordar que el dolor que proyecta aquí su promesa de igno-
xos que presentan un superyó socializado en 10s seres huma- minia...", etcétera. Con este "pfuitt" comienza la construcciÓn
nos. NO s e trata d e eso en la experiencia analítica. Se trata de de1 esquema del fantasma sadiano, que se desplaza -dos pá-
los deberes absurdos que se imponen a los seres humanos 6 ginas antes- de la parte propiamente del significante a la par-
los síntomas y en sus fantasmas. Y, así, buscar la moralidad te que va hacia el fundamento del objeto. Esa parte es un aná-
kantiana en tanto que, desde este vunto de vista, no es una
lisis de la relaci6n significante de las dos máximas, pero de lo
moral del sentido común. La &cica kantiana no tiene nada qu> que aqui se trata es, más esencialmente, del objeto y de las re-
ver, en ese sentido, con una moral común de mas o menos. No
laciones entre el objeto y el sujeto. Hay un desplazamiento en
se trata, en ese campo de la ley, de más o de menos: se trata
el texto.
de un absoluto.
Esa parte del texto la vamos a ver paso a paso, no todo el
Godino: Tengo una pregunta. Por lo que dice el texto, exis-
texto, pero si ciertas páginas. Lo leemos paco a paso en París
ten dos frases en el párrafo que comienza en la edición fran-
con personas casi todas de lengua francesa y con personas
cesa.
que iienen conocimiento preciso de psicoanálisis, de ortodo-
En la p A p a 771 dice: "imagínese una continuaci6n [...]
iia, de la obra de ~acan: de ~reud;etcétera: Alain Grosri-
ves, la has roto, dice designando su pierna. Rebajar el goce a
chard, Colette Soler, Serge Cottet, Eric Laurent, etcétera; tra-
la miseria de tal efecto en el que tropieza su búsqueda, ¿no es
bajamos las pAginac y dlespu&clos piirrafoc, con dificuItad
convertirlo en asco?". La frase problema es la siguiente: "En
sobre las marcaciones de1 texto, con partes de algunas frases
lo cual se muestra que el goce es aquello con que se modifica
que parecen dificiles de entender y ese texto nos parecía, a no-
la experiencia sadiana". ~ C Ó funciona
~ O ese goce, cómo cau-
sotros, una suerte de problema para no entender. Yo digo eso
sa la modificación de la experiencia sadiana?
para que se entienda que no se pueden aclarar en todo mo-
mento todos Ios problemas del texto. Ustedes comentan aqui J.-A.M.: Bueno, allí está verdaderamente la transici6n entre
y ahora (creo) ciertas referencias que son el resultado de un
esas dos partes del texto que se vuelve mAs definida con la
trabajo agudo sobre este texto, lo que nos permite incluirlas.
parte "...ipf~itt!Shzunrrnereien...". Lacan comienza con la pre-
Cobre "Kaiib con Snde" 251

gunta sobre el goce, porque éste es un elemento que no aga- como medio para su propia goce. Tenemos que ver que ese
rece en la máxima kantiana. El goce aparece s610 en la máxi- dolor es, también, un momento de goce del cuerpo del otro.
ma sadiana. Entonces, de lo que se trata de u n a manera muy De este modo podemos entender que ese dolor tiene valor en
clara es de gozar, del derecho de gozas -derecho sadiano-, y la experiencia cadiana: se trata siempre de obtener el dolor
se trata de los medios de obtener el goce, un valor fundamen- del otro.
tal de la experiencia sadiana. Obtener el goce, no se trata de Ahora, si decimos el otro, tenemos que ver qué es el otro.
obtener la simpatía de los otros seres humanos o de asegurar Lacan compara el valor mismo del dolor en el fantasma sadia-
el progreso de la humanidad, obtener el progreso de la l~urna- no con el estoicismo, una de las grandes escuelas morales
nidad hacia un futuro de felicidad, de igualdad, de libertad o
de riqueza ... Bien, todos los fantasmas que conocemos, gene-
frente al epicureísmo: "imaginen si la víctima -la víctima de
los seviciadores sadianos- fuese un estoico". El estoico recha- 4
ralmente están representados en nuestras sociedades -a veces
por los partidos políticos o, a veces, por las Fuerzas Armadas:
son algunos fantasmas-.
za la subjetivaci6n del dolor, su posición ética es retirarse de
lo que pasa frente al propio cuerpo, un punto de vista de es-
pectador frente al propio cuerpo.Eso también es la demostra- \/1
&F
Ciertamente, hay fantasmas más simpáticos que otros, sin ción de la independencia del sujeto c m respecto al propio L\J
embargo tenemos que ver tambien lo que hay en cada uno. El cuerpo. En el estoicismo se puede aislar esto y, de ese modo,
fantasma sadiano no permite construir un partido político a el dolor cae como algo sin ninguna subjetivación del sujeto
su alrededor. Es verdad que puede ser el fantasma escondido aislado. El ejemplo es este: Epicteto, con la pierna cortada por
en algunas otras fantasías que se presentan con otro aspecto. el sadiano, por Sade, dice; "mire, la cortó", o sea, "así soy". Es
El fantasma sadiano desde ese punto de vista, es más hones- sólo una ficción, una historia, creo, casi famosa. Siempre es
to. De la misma manera que Lacan dice que la máxima sadia- así, sin embargo. S i las víctimas son estoicas v dicen: ' 3 s cier-
na es más honesta que la kantiana, el fantasma sadiano tam- *to, de hecho q m a " , no se produce el goce sadiano. El goce
bién puede ser visto como mas honesto. Porque se trata del sadiano es dependiente de la subietivación que se produce
$me. No se trata tanto del deseo. El modo como parece obte- de1 otro lado, del lado de la víctima. La experiencia, la moda:
ner Sade ese goce en su fantasma es e1 paradigma del fantas- - lidad propia de la experiencia sadhna, de la experiencia per'
ma en la perversión. Estudiamos ese fantasma -superyÓ- en versa, chcamente depende de esa relación. Si tenemos como
su forma kantiana o sadiana para entrar en Ia estructura , a del
i n s a t n a f a l el. sujeto barra-
cfantama. do en relación con el objeto llamado objeto a: $ O n. Esto pue-
De qué forma se obtiene el goce figurado, presentado en la de ser el centro de la problemática en el fantasma. 0
obra misma de Sade, cuando sus personajes dicen: "estoy go- e el suiito en el fantasma sadiano? O mejor
~ D h d está
zando" y es, verdaderamente, una tempestad e1 momento de ¿quién es el sujeto en el fantasma sadiano? ¿Dónde se produ'-
goce en los personajes de Sade. La cumbre del goce es un mo- >e la división del sujeto, la subjetivación, la experiencia de la
mento tan brutal, que produce -en ocasion~s-ia muerte f i l ' f j - 3 \
kortenni~e~ Asi como esos personajes que Sade representa en h a , no es el verdugo. La paradola del fantasma en la perveg
sus novelas obtienen ese goce, puede obtenerse el goce por sión en Sade, como el paradi~made Lacan, es que el sujeto no
medio de la producción del dolor en otras personas, eso se co- P S auuel aue tiene la fantasía. La maniobra nrovia de esos ian-
A 1

noce en la clínica antes de Freud. Es también la imagen popu- *tasrnas es construir las cosas--ralo -surge
lar del sádico, el que provoca dolor, el que hace sufrir a otro el suieto. surge en tanto barrado, del lado del ~ a r f e n a i rEso'
~
Sobre "Kflnt coii Sade" 253

C i w , lógico. Producirle dolor es su manera de obtener el punto pu-


.'es producir en él la manifestación de su falta, barrandoio, es ro del sujeto, más allh de todo 10 patolbgico. Persigue esa apa-
la vacilación completa que se mantiene el mayor tiempo posi-* rición pura del sujeto a través del dolor, separando al sujeto
$ ble. Éste es un punto esencial de la maniobra perversa v tiene de todo lo patológico como para mantener, obtener esa apari-
D s m a estrictura que: "tengo el derecho 'de gozar'de su ción pura de su vacilaciiin. De este modo, es esto verdadera-
cuerpo, puede decirme quien quiera que sea". Quiere decir mente lo esencial del análisis de Lacan, el punto deterrninan-
que es producir desde el exterior una división del sujeto o el te. Reconstruimos así toda la gravitación del texto, siendo
surgimiento de1 sujeto en el partenaire, el surgimiento de la todo el resto preparaciones o consecuencias de ello.
función del sujeto como funci6n barrada.
Al contrario, del lado de los verdugos, no hay nada de eso:
no hay nada de angustia, no hay nada de vacilación. Los ver-
1 Verdugo
a V Voluntad de goce

dugos son inalterables, siempre persiguiendo el goce de una


manera cierta, dura,como una encarnación de fuerza y de vo-
luntad frente a las víctimas. Los verduyos, en el fantasma sa-
3
c$
diano, no son sujetos, no tienen lo esencial, no tienen la falta.
También eso quiere decir -lo sabemos por los perversos- re-
chazar la castración. Sin embargo, tenemos que verlo encar- El campo del fantasma sadiano está constituido por el ob-
nada en el fantasma: estamos muy cerca de fa clhica. No es jeto como encarnación de lo verdadero y el personaje de la
s610 rechazar la castración: esa fórmula quiere decir que la víctima. Los otros términos no están modificados. iCÓmo se
- s = v v manifiesta la voluntad del verdugo en Sade? Se manifiesta de
lado del parfenaire v que el verdugo como representación de una manera privilegiada, como voluntad de goce, a pesar de
Sade, como enc-ón del perverso, no tiene nada que ver todos los inconvenientes que eso puede significar para él, pa-
con la castración, con el sujeto, con la barra, etcetera. En la fór- sa la sociedad, para la víctima. La venganza es el resultado de
mula del fantasma lo peculiar es que el perverso tiene el lugar la operación sadiana, es decir, si hay un resultado; porque, a
del objeto y no el lugar del sujeto. Éste es un análisis extraor- veces, cuanda las víctimas son obligadas a saltar al Vesubio,
dinario de Eacan, porque no es el m á s común sobre la perver- no hay allí nada más. De este modo, aquí el verdugo, coino w,
s i h . Podemos tomar, como ejemplo, un análisis interesante en la posición de objeto, se manifiesta como voluntad de go-
de Jean Paul Sartre en El ser y la nrada; sus famosas páginas so- ce y, surge asi el punto puro del sujeto barrado en su diferen-
bre el sadismo y el masoquismo. Hay una intuición muy co- cia, con el resultado que es el sujeto patoldgico. Creo que ca-
mún de que el sádico trata al otro como un objeto. La demos- da uno de ustedes tiene ahora la idea de la estructura de ese
tración lacaniana es exactamente lo contrario, si damos a las' fantasma que, para Lacm, es verdaderamente la estructura
palabras un sentido clínicamente exacto: ya que en Sade, se del fantasma perverso. No hay diferencia entre el sádico y el
trata, en su fantasma, del partennire como sujeto. EI lugar del masoquista, tampoco hay una correlación entre los dos. El
objeto, como tal, representa un real en el sentido lacaniano, masoquista no es una víctima fantasmática del sadismo, no
como un pedazo, una punta de real. Es decir, inalterable en la hay una reversihn en el mecanismo masoquista. Eso i s m u - ,

ley, en las reglas que impone al sujeto y obtiene que, precisa- cho más preciso en Lacan que en Freud: el masoquista tam-
mente, el sujeto surja, se manifieste mas allá de todo lo pato- "bien rechaza la castración. v es é1 quien tiene todos los hilos
Sobre "lOint con Siade" 255

, de la situación. Podemos verlo muy bien en una obra que te- sobre el problema de la perversibn con el objeto, mi pregunta
nemos que leer, sobre las memorias de la sefiora Sacher-Ma- se refiere a la relación de la mujer con la perversión; porque
soch, Wanda Sacher-Masoch. ella se ubica en la condición de ser objeto de un deseo del
El nombre "sadismo" esta tomado del Marqués de Sade. El Otro; o mejor, en el momento en que el hombre o la mujer asu-
nombre "masoquismo" esta tomado de un hombre del siglo men la posición femenina, si hay esa relación de la mujer con
XIX, de comienzos del siglo, que se llamaba Sacher-Masoch.
Es interesante que, en la clínica, esa perversión se llama sa-
dismo debido a Sade, masoquismo es también Ilamado así de-
bido a un escritor. Sacher-Masoch es un escritor de libros en
l la perversión, porque Freud hablaba de un masoquismo fe-
menino también.

J.-A.M.: Sí; sin embargo, Freud hablaba en su texto sobre el


10s que describe que para gozar se debe ubicar como esclavo problema económico del masoquismo. El problema económico
de una mujer que debe tener una posición de autoridad fren- no tiene nada que ver con la crisis económica, ni con la dificul-
te a él; hay un famoso libro que se llama Ln Venus de Iac Pieles. tad de pagar a los pcarfennires. La cuestión de golpear es siempre
Parece que es una posición completamente inversa a la posi- un problema masoquista -tengo que decir- entre pagar y gol-
ción sádica, sin embargo, eso no es exacto. En la realidad, el pear No se trata de pegar y pagar en el problema económico del
verdadero amo.es él. Quiere decir que esta en una escena kan-' masoquismo, a no ser desde el punto de vista económico del
i-• análicic. Sin embargo, la fórmula que Freud llama masoquismo
jeto. moral no es la fórmula de la estructura clínica de la perversión
+ -
En las memorias de la señora Sacher-Masoch vemos que a masoquista. Lo que Freud llama masoquismo moral es una ma-
ella no le gustaba nada vestirse con pieles y golpear a su ma- nera de hablar del gusto por el sufrimiento, del sentimiento d>
rido. Eso no le gustaba para nada, pero fueron las demandas h P a ; sin embargo, es diferente de la perversión masoauist~.
insistentes de su marido y las pruebas de su amor de esposa Podemos encontrar, reencontrar al masoquista moral en las
las que le hicieron tornar esa posición, pero era una posición neurosis precisamente, etcetesa. Es muy diferente -eso es im-
muy angustiante para ella. En la fantasía masoquista, él apa- portante- de la perversión sadiana o de la perversión maso-
rece como una víctima y la mujer como el verdugo. Sin em- quista.
bargo, lo sustancial de la relacián es lo contrario, e1 se hace Cuando habla de masoquismo femenino, bien -eso es un
amo del otro a1manifestarse como un objeto rechazado, como supuesto-, es una supuesta facilidad, una propensión de las
un objeto experimental, como un objeto de poco val mujeres a ubicarse en situaciones en las cuales deben sufrir.
variedades de ese esquema, con otras significacione:,
- otras fi- Ésa es la idea de Freud: que hay una propensión en las muje-
guraciones imaginarias. Ese materna vaIe también para el ma- res a esa posición. Eso no le parece verdadero a Lacan. E1 ha-
soquismo. Estamos ya del otro lado, no en la mitad de las pa- bla más del supuesto masoquismo femenino, del Ilamado
ginas, sino en la mitad de los conceptos. Ahora me gustaría "masoquismo femenino". De todas maneras, no se trata de
escuchar un poco la voz, no de sus conciencias, sino de sus una categoría, de una estructura clínica. Tenemos que diferen-
preguntas. h ciar todo eso de lo que se trata aquí, esto es, de la perversión
sádica, de la perversión masoquista, que es una estructura clí-
P: Tengo una pregunta. Cuando Lacan habla de Ias fórmu- nica completamente diferente de la estructura neurótica, fun-
las de la sexuación, ubica a la mujer pr6xima a la estructura dada sobre wi rechazo de la castraci6n que se manifiesta en el
psicótica, diciendo la no toda. Con la relación que usted hizo fantasma sadiano o en los fantasmas masoquistas.
Sobre "Kant con Snde" 257

iHay o no hay masoquismo femenino? El pensamiento de porque para la ética clííica, eso ya no importa. Ahora los psi-
Lacan dirá que no, que es una ilusión masculina; la propen- quiatras son, si podemos decirlo, de los laboratorios.
sión de las mujeres a aceptar el papel propuesto en el fantas-
i: HabIamos de ello hace dos días. Sobre las dificultades de
ma masculino no es masoquismo. Hay una cierta relación en- tener encuentros internacionales porque pagamos todo. Son
tre la perversión y la estructura del deseo masculino. El L los analistas, los oyentes, los que pagan todo en esos encuen-
supuesto masoquismo femenino es más la aceptaci6n (even- tros, muy diferente de los Encuentros de Psiquiatría, donde
tual) de la docilidad (eventual) de la mujer para aceptar el pa- todo lo pagan los laboratorios. No sé, podríamos pedir ayuda
pel preparado para ella en el fantasma del hombre. Sin em- a los fabricantes de divanes. jNo es justo! Después de nuestra
bargo, una mujer: no es masoquista porque llora, no por ello discusión, compré la selección semanal internacional Le Mon-
es una masoquista; esto puede ser un medio para mandar. Pa- de. Había un pequeño articulo que era la confirmación de
ra Lacan, el sexo d4bil es el deseo masculino. Es así aue hav nuestra discusión aquí. Es muy interesante, trata sobre un
-una escena f e m a una fi~uracidnfemenina, sin embargó
no creo que debamos creer demasiado en ello, jno mucho! Ido i
1
Congreso Internacional de Psiquiatría, en Viena, que se reaii-
zó a fines de julio. Esa parte se llama "El papel de la industria
difícil para ustedes -debe ser lo mismo en Argentina, en AL@- farmacológica": "El Congreso de Viena, por sus gastos y su
rica latina- para entender a Lacan, el problema reside en que
hay una falta de clínica, una falta de discusiones del registro
de la estructura clinica. Porque Francia fue un lugar de un de-
1
I
!
organizaci6r1, no podría tener lugar sin el poderoso concurso
de la industria farmacéutica, organizadora durante ia reunión
de numerosos simpocios y principal financiadora de los gas-
sarrollo muy importante de la clínica psiquiátrica. Hay dos tos considerables provocados por una manifestación de esa
paises en el mundo que estaban al frente de la elaboración dimensión [...] la industria farmaceútica está muy interesada
propiamente clínica en el siglo XIX: Francia y Alemania, con en las consecuencias industriales de la psicofarmacologia [...]
sus estilos propios. Más conceptuales en Alemania y más des- Algunas cifras: venta de tranquilizantes, un billón y medio de
criptivos en Francia. Tambien. hay una Escuela italiana, me- dólares; seiscientos billones en antidepresivos; 500 billones en

[
nos importante sin embargo. Y el discurso de Lacaii, como el neurolépticos; 250 en psicoestimulantes ...Y Eso también es un
texto de Freud, fue en la misma época de la sistematización dato fundamental para nosotros. En ese Congreso de Viena, la
clínica de Kraepelin. Lacm estA alrededor de esa tradición clí- tesis propuesta por un psiquiatra fue que el papel histórico
nica francesa. Como él dice, su único maestro en psiquiatría del psicoanálsis ya había terminado. jEn Viena! iFue especial-
fue de Clérambault, gran psiquiatra franc6s; y la tesis de La- mente a Viena para decir eso! Ahora, los psiquiatras no son
can sobre la psicosis paranoica fue uno de los últimos grandes más que distribuidores de medicamentos y vemos el estanca-
trabajos de la clínica psiquiatrica francesa, porque después de miento de la clinica psiquiátrica. Esa discusiiin fue con res-
la Segunda Guerra, en todos los paises, hay un estancamien- pecto a la dificultad de hacer encuentros internacionales por-
to completo de los trabajos clínicos. que hay muchos gastos como la traducción, el local, etcétera,
La clínica psiquiátrica terminii; es un hecho que los psi- y no hay otro medio de pagarlo si no es con la contribución de
quiatras ya no saben clinica: saben ahora los efectos de los la audiencia. Es completamente diferente cuando hay una
medicamentos y tenemos ahora sólo una clínica del medica- ! subvención de tm poder, poder del Estado o industrial. Sin al-
mento. Una clínica muy limitada que sólo sigue un razona- 1 g m a ayuda económica, no se puede hacer eso.
miento: "iCuáles son los medicamentos a dar?". No existe Hay u n a dificultad en la cuesti6n clínica. Para Lacan, para
más una c h i c a refinada de los síntomas como habla antes, nosotros en Francia, hay estructuras clínicas muy diferencia-
l t
258 ]~cqltes-AíninMiller Sobre "Kant con Snde" 259

das y muy distintas. La psicosis es una estructura, la neurosis muy rápidamente. No se trata de decir que el verdugo está en
es otra y la perversión es otra estructura. la Crítica de la razdn práctica, sino que no se puede operar si no
Podemos decir que para nosotros las categorías transclini- es con la presencia escondida de ese objeto como separador.
cas, como el masoquismo moral y otros, están entre comillas. Antes, ese texto era muy poco leido en la Escuela Freudiana
Hay un problema de formación básica, creo, en América lati- de París, poco citado. La estructura de este texto, taI como lo
na porque no hay esa base que, por ejemplo, existe en Alema- estoy desarrollando para ustedes, creo que fue una cosa com-
nia y en Francia. Es necesario estudiar la tradición clínica clá- pletamente nueva en París, tambikn, durante e1 año. Ésta fue
sica, conocer los elementos de Kraepelin, los más dificiles de una motivación para estudiar este texto.
encontrar son los de de Cl&rambault, porque sus libros en Vemos en todos los textos escritos a propósito de Lacan
Francia están agotados y es un proyecto muy difícil el de ree- que esa estructura del fantasma en la perversidn no está cita-
ditar sus obras: hay dificultades de derechos, hay que buscar da, fue interdicta. El objeto escondido y el objeto a del fantas-
a la familia, etcétera. Sin embargo, publicamos regularmente ma perverso. No es decir que Kant es perverso. No, no lo sa-
en Paris, en la revista Analyfica, los grandes textos clásicos. E n bemos. Sin embargo, la separación que propone esa máxima*
San Pablo, tengo que hablar sobre la psicosis y, eventualmen- no
*
es posible si no es con una acción escondida del objeto. Es
te, voy a hablar un poco sobre la diferencia entre paranoia y sólo con la presencia de tal objeto que podemos separar esos
esquizofrenia en el campo analítico. Es así que,I todas esas dos elementos: el sujeto puro, como sujeto de la falta, como
cuestiones son materiales esenciales en el campojclinico, para sujeto de una vacilación esencial, sin vitalidad, y, del otro la-
una sección clínica. Vemos, con la cuestión de la perversión, /. 4
que no debemos confundir perversión, corno estructura des-
tacada, con los fantasmas perversos o con una posición que P.: Pagina 347 (versión espanola): "Se verá que hay una es-
acepta o busca el sufrimiento para el mundo, por ejemplo, el tática del fantasma por la cual al punto de afanisis, supuesto
sufrimiento psíquico. en $, debe hacérsele en la imaginación retroceder infinitamen-
Ahora tenemos la respuesta a la primera pregunta sobre el te". Despubs habla de una monotonía de la relaci6n del suje-
objeto escondido de la Crítica de la mzón pracfica. Lacan da esa to y del significante, de una capacidad de variacih del obje-
respuesta, tan rápido sin embargo, que generalmente nadie la to, el verdugo. Yo no entendí la primera frase -esa "estática
ve. Lo vimos en París: propongo Fa pregunta: ¿cuál es el obje- del fantasmau- y ese "retroceder". ¿Usted podría comentar
to escondido? En las dos primeras reuniones, nadie sabía ver- un poco sobre eso?
lo en el propio texto de Lacan, sin embargo, hay una respues-
ta. La tesis de Lacan del objeto escondido en la Crítica de la J.-A.M.: La estática del fantasma es un punto muy impor-
razón prdctica es la separación entre el sujeto y su dimensi6n tante y seria necesario retomar insistentemente esta expresión
patológica para obtener el campo de la etica sin objeto, e1 para pensar que se trata, clínicamente, de algo importante. Se-
campo de la ética pura. La operación kantiana se efectúa in- ría necesario retomar los temas del curso del año, no del se-
dependientemente de Lacan. La tesis de tacan es que esa se-
paración entre el sujeto y 10 patológica, el sujeto puro y la
1 minario sino del curso sobre "El síntoma y el fantasma". No
puedo hacerlo ahora, sin embargo, me parece que para enten-
afectividad, etdtera, supone la acción de una ética del objeto der esa est5tica del fantasma, podemos primero entenderla a
escondido en la razón práctica. partir del mismo. Porque se trata, en Sade, de una misma si-
Bien, no tenemos que decir muy fuerte, lo que Lacan dice tuacion que se repite, de manera más o menos semejante. Es
Sobre "Kant con Snde" 261

$
decir, que los personajes pueden cambiar: a veces es un cura, significante solo, no quiere decir nada. Tenemos que pensar
a veces un caballero, a veces es una mujer como verdugo; sin todo lo que Lacan no dice para decir esa expresión. Cada ex-
embargo, fundamentalmente, se repite siempre una situaci6n presión se destaca sobre el fondo de lo que no fue dicho. Hay
identira. En otras novelas vemos cambios de situaciones, evo-
luciones. Vean, por ejemplo, las novelas que se llaman de
qpcnt sacre (agente sagrado) en el siglo XVIII y tal vez en el si-
una colección en Francia que se lIarna "Lo que Freud dijo ver-
daderamente", "Lo que Jung dijo verdaderamente", "Lo que
Lenin dijo verdaderamente", etcétera; esos son los títulos, sin
4
glo XIX: no sé, Goethe y otros, donde se trata del desarrollo
de la "personalidad", del desarrollo de alguien que entra en
u n mundo fuera de su famiIia, aprendiendo progresivamente
cómo se manejan las cosas del mundo a aprendiendo las rela-
ciones con las mujeres, con el poder, con las costumbres, con 1
embargo, lo más importante es lo que Lacan no dijo. Y, en ese
ejemplo, estática del fantasma es lo contrario de dinámica del
síntoma,
Hay también una nota de Lacan en el párrafo, que dice có-
mo las victimas sadianas son del mismo tipo siempre. Cuan-
-
A
f
0

/"
el. saber, etcétera. Nada de eso está en Sade. do Sade las representa, lo hace siempre
Los otros conocen las 120 jornadas en Sodoma. No nhay * l
progresión entre la primera jornada y 1 última. Se trata, du- l a piel, los ojos, etcétera, y a veces, no hay adjetivos, sólo tr&
'R
rante los 120 dias, con ínfimas variacia es, siempre del mis- puntos suspensivos para decir el. colmo de la dulzura,
mo fantasma.
De este modo, podemos entender esa estática a partir de la
!
f~
'sujeto delsigiuficante, el sujeto de una pura función, un pun-
t
obra de Sade. Debemos decir que hay yaruna monotonía, creo to puro y que, en la descripcion de la trictima de Sade, tal m;-
que hay una cierta decepción para el lector de Sade que pri-
mero parece ser unico, yero después es siempre lo mismo: no
es tan divertido. Eco si, es divertida esa expresión la "estática
del fantasma". Sin embargo, está tainbién la experiencia ana-
lítica misma donde, al contrario del síntoma, el faritasma es
kotonía muestra cómo el sujeto del significante (q,uees un su- 9
jeto ue no le diversidad) es un punto puro, las cualidades
v s e s . ES por esa razhn, por ejemplo, que cuandoQ
ros niiros se expresan, ya sea en análisis o en la vida cotidia-
na, nos asustan. Lacan se interesaba mucho en los pequeños,
9 ' 3

una instancia que no cambia. Es verdad que lo que Lacan Ila-


ma "la selva del fantasma", "la selva fantasmática", con la di-
cuando él hablaba de ellos era siempre con gran respeto.
Siempre los consideró sujetos de derecho, sujetos que me-
&$
"rp
versidad de los personajes posibles, puede reducirse durante recen esa posición porque, desde el punto de vista del sujeto,
Y
un análisis, no obstante el número, la base permanece igual.
Es decir, en el rnatema del fantasma la selva puede reducirse
a uno fundamental, diferente de la selva del fantasma. El fan-
cuando está constituido, no importa la edad, el saber, la posi-
ción social, etcétera.
Tenemos que conservar eso: dirigimos al sujeto del signifi- '
3
6 6 +
tasma fundamental no cambia, es esthtico, y de este modo cante en la experiencia analítica. Lacan nota que, por el contra-
opuse a la estática del fantasma la dil~ámicadel síntoma. Por- rio, los verdugos tienen una perconalidad más precisa en Sa-
que hay en la experiencia analítica una dinámica del sintorna; de, que cada uno tiene una peculiaridad, una función: la
los sintomas cambian, o deben cambiar, pero, al contrario, monotonía de la víctima y la diversidad, la variedad de la tro-
hay una inercia del fantasma. Eso es verdad, como muchas de pa de los atormentadores. Ese concepto de Lacan diverge de
las expresiones de Lacan: no tenemos s610 que fascinarnos los textos mismos de Freud y eso podemos entenderlo. Aquí,
con la expresión. Tenemos que pensarlas frente a otras, es una no podré desarrollarlo, es lo contrario del fantasma freudiano.
ley del significante: los significantes no se piensan solitos; un El fantasma freudiano de "Pegan a un niño" tiene una di-
I Sobre "K~nilbcon Snde" 263
262 'Jacques-Rlain Miller

versidad posible de la víctima, del niño; hay una nota de cada frase de Lacan tiene una fundamentación formalizada.
I
Freud diciendo que hay muchos, diversos niños; sin embargo, Creo que eso nunca fue elaborado antes de este seminario y
una cierta unidad de los "veírdugos". Podemos proponer 110s da una formulaci6n distinta de la perversión que consis-
como inversos el paradigma lacaniano y el paradigma te en la unilateralización del sujeto del lado del Otro. La per-
1 versi6n es unilateralizar la división del sujeto en el Otro. En-
freudiano. l
Debemos dividir el esquema en dos campos. De ese modo tienden exactamente por qué tenemos que leer esa cuestión
podemos decir que el campo del sujeto del fantasma est6 cada vez en la estructura significante: ¿cómo se sitúa la rela-
aquí, y tenemos que poner al Otro de ese lado. Es eso lo que ción al Otro? Vemos allí la maniobra del fantasma perverso,
no dice Lacan. De un cierto modo, es una frase muy impor- del sujeto perverso, rechazar la división del sujeto de si para
tante. l~acerlasurgir en el Otro.

P.: Mi pregunta es en relación al deseo y a la voluntad de


goce en el sadismo. d cuál seria la función del deseo en el fan-
tasma sadiano? ¿Se igualaría a la voluntad de goce? Pensan-
do en el cuarto párrafo de la página 345 (versión española)
cuando Lacan dice: "El deseo, que es el soporte de esa rajadu-
ra del sujeto, se avendría sin duda a decirse voluntad de go-
ce. Pero esa apelacibn no lo haría más digno de la voluntad
que invoca en el Otro, rnanteniendola hasta el extremo de su
división respecto de su pnthos; pues para eso, parte ya venci-
do, prometido a la impotencia".

J.-A.M.:Interpretando ese pArrafo de Lacan vemos lo que


Creo que ahora ustedes tienen los elementos para enten- significa y que no es tan evidente. La figura, el estatuto del
der la frase. Por ejemplo, antes del primer esquema, en e1 ter- deseo en la perversión no es semejante al estatuto del deseo
cer párrafo antes del esquema 1,Lacan dice: "...lo cual s610 se en la neurosis. Es en la. perversión donde el deseo merece la
obtiene a condición de que su agente aparente se coagule en nominacibn de "voluntad de goce". Hay allí semejanza entre ,@
la rigidez del objeto..." "Coagulado" significa esa posición, el el deseo y la voluntad. La cuestión del deseo, en ei campo de
"agente aparente" es el verdugo, "el agente aparente se coa- Lacan, tiene la fórmula "iQu6 me quiere?" o "Che vuoi?",
gula en la rigidez del objeto, en la mira en que su división de "iQue quiero?", es su expresión. El deseo es la voluntad más
sujeto le sea entera desde el Otro devuelta". Esto es, que tene- allá de lo que podamos conocer conscientemente. En la neU-
mos que entender esos dos niveles en los cuales ese sujeto se 'rosis, sin embargo, el deseo está en cierto modo articulado a
coagula en la rigidez del objeto, de manera que su propia di- una felicidad. partir de eso se constituye la neurosis. Es una
visión de sujeto le sea devuelta a partir del Otro. Vernos que pregunta sobre el deseo lo que lo constituye como neurótico.
Cobre "Knnt con Sade" 265
Q
ci Es por eso que, cuando el neurótico ubica esa pregunta en el allá de la homeostasis. Es un ideal obtener un estado de ho-
,$ análisis, es porque su propio deseo ya tiene la estructura de ineostasis permanente. Puede ser un ideal también de los es-
toicos: la homeostasis se obtendría por una verdadera sabidu-
ría por la cual. todo lo excesiva seria puesto de lado para Ir
mantener la homeostasis del placer, que no significa los exce-
& F g u n a pregunta, sino una respuesta, pues el p.messo sabe lo SOS, etcetera sino, al contraria. mantenerse en la circunferen-
gv& @e quiere y eso debe ser la base de la arrogancia perversa, cia del equilibrio.
%& aue lo hace estar convencido de saber la verdad escondi*. ¿Qué podemos decir del goce? Que no está en la dimen-
\- Lacan dice, cierta vez, que para el perverso 110 existe el S-- sión del placer, es exceso, una infracción del principio del pla- y,
ficante del Otro barrado, si110 no barrada. No hay falta para
A. IJodeinoc ver también el esfuerzo para liberarse de la fal-
& Voluntad de goce es una denorninaciijn que me parece,
cer. está más del lado de la pulsión de muerte -en palabras de
Freud- que del lado de la vida. Puede ser el ideal de los hom-
bres ese estado de horneostasis.
""si-
según mi lectura, propiamente del deseo perverso. Para el de- En español esth mal traducido el phrrafo que sigue al re-
I
seo como voluntad de goce, es difícil igualarlo a la voluntad cién citado, donde Lacan dice: ",..la homeostasis (...) encontra-
como tal. Es dificil porque en el camino hasta la cumbre del da (...) de la tensión con que mal vive..."; "maI vive" es vivir
goce hay un obstáculo, para cuaIquier persona, no sólo para mal. No es eso: "il vivote" en francés es tal vez una palabra po-
los perversos. Los perversos tienen una experiencia mas agu- co usada: vivir en el nivel mas bajo. Con ese dinero no se pue-
da porque e s t h dirigidos por una voluntad de goce. El obs- de realmente vivir: "il vivote". Es casi "sobrevivir", pero no es
táculo en el camino hasta el goce es el placer. ~ n u yexacto. Allí se trata de Ea homeostasis del viviente, de un
No me parace escandaloso señalar las dificultades en los organismo que vive -porque el principio del placer concierne
escritos de Lacan. Exactamente, en los dos párrafos siguien- al viviente-, del organismo y el umbral más bajo de la ten-
tes, vemos la antinomia necesaria en la experiencia analítica, sión. De este modo, "mal vive" no es apropiado. Quedaria
en la vida humana también. La oposición entre el goce y el mejor "sobrevivir" en vez de mal vivir.
placer no está aclarada en este texto. Es el principio del placer el que lleva al organismo al. nivel
Pero puede ser que ustedes conozcan el texto, por ejemplo, más bajo de tensión. E1 goce, al contrario, impulsa al viviente
de El Seminario 2 de tacan, su análisis de ese momento preci- a m6s tensi6n y aquí hay una oposición cierta entre placer y
samente a propósito de la repetición, su comentario de Más goce. Es difícil para los seres humanos vivir la homeostasis.
< allá del principio de placer, que es una oposición entre dos di-
mensiones. Esta la dimensión del principio del placer, donde
se trata para el. sujeto de retornar su equilibrio: eso es verda-
Se da el caso de una mañana en que estamos tranquilos al sol,
hasta el momento de ir al agua y eso ya es duro: ir del calor

8,
e
deramente el principio del placer freudiano. Es un principib
__
11lirni con un fYrnino más m i v o g u e Fnud: ho-
- * - _ _

' 5 . cmndo algo perturba el equilibrio, hay un pnncl-


I del sol al frio relativo del agua y sentir una diferencia de ten-
sión; y el goce -si hav uno- está-precisamente en el cambio. Es
lo que ocurre cuando vamos al sauna: tomamos calor, absor-
bemos calor: de allí vamos hacia e1 agua totalmente fria, hela-
pio que permite volver al equilibrio de las funciones neuroló- da, he aquí este "algo más". El goce se produce en el cambio.
gicas. El bienestar está en este nivel. La tesis freudiana es que, i m u c h a mlnr 31 +xín más he-
s ~d+rprnn
-
en la vida humana, hay un m6s allá del principio del placer, lado-me gusta mucho hacerlo- es una experiencia d~ rm
siempre hay algo que impide esa homeostasis, que está más Ide tensión. Ese es el problema del camino del goce, según La-
266 Jncques-Abin Miller Sobre "Knnt con Snde" 267

can, en el párrafo siguiente. El deseo como voluntad de goce clel sexo masculino. "Siempre precoz, la recaida del ala con
parte vencido, prometido a la impotencia, mientras que una que le es dado poder rubricar la reproduccion de su forma";
parte de él esfa sometido al placer. no puede ser más claro que eso. Evoca también el velo eleu-
La volunta- sometida al. placer tiene limite. Es lo siano que vela la forma fálica en los misterios de Eleusis. Tra-
que dice Lacan: cambiar es el principio del aún, del encoce; si ducimos así la función del fantasma en ese lugar.-El. fantasma
hav necesidad Te1 aún. del encoie.' ~rovíenedel hecho de aue
2 I
ermite ir mas allá, hasta el goce. Ppirmite atravesar ese obs-
la ley de).placer es acotar la voluntad de goce. Es un principio {acuio de1 placer y los límites del placer El primer privilegio
de separación. Hay una idealización de la voluntad de goce... del fantasma sadiano es ir más allá gracias al dolor, porque es
ésta tiene su símbolo imaginario, el falo freudiano, que enten- un hecho orgánico: el dolor comienza cuando el pla¿er termi-
dido en su posición de simulacro se hacia encima de na. Podemos hacer cualquier cosa que dé placer, pero un po-
Y u las puertas de los burdeles romanos. Podemos verlo cuando co más y estarnos ya en la vertiente del dolor. Qué podemos
vamos a Pornpeya, son símbolos de una voluntad permanen- hacer con un cuerpo, al presionar10 dice Lacan: un poco mhs
te de goce. v, va
, estamos en la vertiente del dolor Eso permite, de cierto
Lamentablemente hay una cierta distancia entre los falos modo, ir más allá.
gIoriosos y aquellos de los cuales podemos disponer en la vi- E1 dolor es la-primera manera de atravesar los Iirnitec del
da humana, la parte correspondiente en el cuerpo masculino lacer, de producir un exceso. A veces no sabemos si es placer
no tiene ese nivel de permanencia. Por el contrario, si tuviése- O dolor El goce amalgama, puede hacer eclosión a través del
mos un hueso en ese Iugar, sería mas semejante a ese símbo- doloba supuesto masoquismo femenino es también una ma-
nera un poco más grosera de entrar en esa zona donde no es
8
lo. Sin embargo, las cosas son así. Estoy informado de que
ahora se hace un hueso en ese lugar, se puede con una cirugía fácil decir algo, donde es difícil para las mujeres decir lo que
poner un metal de manera que se obtenga una rigidez perma- pertenece al dolor y al goce, donde hay una mezcla que pue- t,
nente. Escuché historias sobre el10 en París: que hay algunos de parecer un masoquismo, un placer en el dolor, pero es mas
príncipes de Arabia que vienen especialmente a París para especificidad del goce femenino que se impone en ese mo-
hacerse esa operación que, a veces, tiene ciertos resultados mento.
muy modernos, totalmente exitosos; hay menos investigacibn La fórmula lacaniana en ese texto, la fórmula del fantasma
sobre eso que sobre el cáncer o la cirugía del corazón, pero eso es: e1 fantasma hace al placer apropiado para el deseo. La pa-
no cambia, fundamentalmente, la verdad de las cosas. Desde labra deseo no es la mejor en este lugar, es mejor decir el fan-
el punto de vista analítico, no cambia las cosas. Bien, hay una tasma hace al placer apropiado para el, goce o para el deseo
encarnación muy precisa en ese párrafo de Lacan. Se trata de d- de goce. Permite relacionar placer y goce, per-
ese funcionamiento "en eclipse" del Órgano masculino. mite sobrepasar la antinomia del placer y del goce, función
¿Cuáles son los emblemas de la voluntad de goce? Esa par- clásica del fantasma.
te idealizada del cuerpo masculino o el cuerpo entero, la for- Freud en su texto "Pegan a un niño", comienza por el fan-
ma femenina como tal que tiene una cierta permanencia. Hay tasma vinculado a la actividad de la masturbacibn, permitien-
un límite en el camino hasta el goce y es así que Lacan dice de do obtener un goce placentero. Es un aliento obtener un goce
manera un poco velada: "siempre precoz la recaída del ala". placentero, pero el estatuto fundamental del goce como más
Esta también, por ejemplo, en los poemas de Mallarm4; a ve- allá del placer es más displacer, y se necesita del fantasma pa-
ces el ala es una metáfora -met6fora clásica, debemos ciecir- ra que el placer pueda cer apropiado para e1goce. En el párra-
Sobre "Krrnt con Sade" 267

fo siguiente: "...demuestra que el dolor es de un ciclo mas lar- etcétera. Es cierto que no están al mismo nivel d e percepci0n;
go desde todo punto de vista que el placer, puesto que un es- sin embargo, todo el esfuerzo de Lacan es demostrar a nivel
tímulo lo provoca en el punto donde el placer termina". Y di- del materna la similitud de los dos.
ce, después, que el fantasma es una posibilidad vital para La pregunta está u n poco más desarrollada en el semina-
obtener el paterna, y el fantasma lo aprovecha. Hay ciertas po- rio La éficn del psiconndlisis. La idea de Lacan es a propbsito de
sibilidades que estin, de hecho, en el funcionamiento biológi- la función de la belleza. ¿Qué es la función de la belleza? ¿Por
co, fisiológico del cuerpo, pero que el significante, el fantasma qu6 tiene esa prevalencia en nuestro imaghario? Lacan en ese
o el deseo aprovechan esa posibilidad para sus maniobras, momento cita a Antigona exactamente antes de la maiufesta-
para sus dialécticas, etcétera. ción del coro: "qué encanto, qué bella es Antígona". Para La-

P: Hay una referencia en la página 716: "En la tragedia an-


I can, es precisamente con ese efecto -la belleza mhxima- que
se produce el último obstáculo antes del horror. Y dice: "Sí, to-
I
tigua hay una especie de C..] la función de la belleza...", pero 1 das las víctimas en Sade son bellas, ibel.lísim&!". Es la misma
la referencia al texto es una referencia a Eros. ¿Es lo mismo esa 1 función en Sófoclec, es eI último obstáculo antes del. horror lo \>
función de la belleza y la fui~ciónde Eros? que se produce en Sade. Es una nota importante porque lo be-
Ilo tiene una función esencial en el fantasma. Por ejemplo, po- ,q,
Isidoro: Tengo algunas dificultades también con el objeto o demos pensar el fantasma con el cual comienza la psicosis de
como lugar del verdugo y después como agente del discurso Schreber: "qué bello seria ser una mujer haciendo el amor".
del analista. Y, después el. probIema del fenómeno; como lo Allí está esa plabra también en el texk schreberiano: Schon.
que ocurre con los personajes sádicos, o sadianos, que son Eso también es muy importante en el fantasma, esa posición:
más o menos fenoménicos en su descripción y el problema de g = ]
esconder el objeto en Kant. Quiero decir, jcómo es ese pasaje En su seminario sobre la ética, Lacan da tres conferencias
del fen6meno al noumeno? Usted describe a los personajes, e1 sobre Antigona; aqui solamente en un párrafo hace alusión a
rayo que cae sobre Justine, entonces ella se vuelve un sujeto ella. No debemos olvidarnos que la intencion de Lacan no era,
dividido. Hay una cierta confusión fenoménica de la cosa cuando daba sus semjnarios, publicarlos. Durante veinte
cuando está Sade, con Kant, para discutir ese fenómeno. años, todo ese montiin de textos, de investigaciones, perma-
necieron en su consultorio, circulando un poco a través de sus
J.-A.M.: Usted no es kantiano, porque seguramente Kant discipulos, sin publicación. Por cada párrafo de los escritos,
no aceptaría ser visto desde el punto de vista lacaniano y hay hay un montón de textos. Si podemos estudiarlos por tanto
una distancia evidente entre las novelas de Sade y la ética de tiempo, es porque hay una concentración extraordinaria de
Kant. En las novelas, hay personajes. Hay en esas novelas la investigación. Lacan da tres conferencias sobre Antigona y
más infame inmoralidad. Podemos decir que Kant y Sade son aqui hay s61a tres frases y en la universidad se podrían hacer
dos personas que no tienen nada en común, eso es un punto tres tesis con el mismo material. Ésa es la raz6n por la que hay
de vista general. Nadie antes de Lacan pensó, intentó utilizar mucho mAs en ese libro que en ochocientas páginas, o un po-
a Sade para entender a Kant. Es surrealista ese encuentro. Por co más de ochocientas; hay un volumen imposible de contar.
un lado, un tratado nomal de filosofía que tiene la reputación No quiere decir que el seminario es difuso; también es muy
de ser muy abstracto y donde los únicos personajes son con- denso.
ceptos y, del otro, hay verdugos, reyes, jóvenes muchachas, La otra pregunta era sobre el objeto a, es una cuestión cru-
Sobre "Kant con Cade" 271

cial. No vamos a decir que el discurso analítico tiene la mis- tuci6n -a través del lenguaje- de la pérdida que hay en todo
ma estructura del fantasma perverso, porque los maternas uso "libre" de la palabra. Experiencia de ese deslizamiento in-
permiten significaciones diferentes. Sin embargo, es verdad cesante de la palabra, de esa ausencia de si mismo que se pro-
que el discurso analítico -en su estructura lacaniana- está duce en la asociación libre, etcbtera. El analista, cuando fun-
fundado sobre el fantasma. ¿Ustedes conocen la fórmula de ciona, no es un sujeto. E l analista funciona más como la causa
ese discurso analítico? Es verdad que la relación del analista de la alabra del analizante, como objeto que produce la 85-
con el analizante está formulada as? .
--%-r-
sián de1 en e a n i i t e . A veces, eso se pone ya a funcio-
nar en el momento de la entrada en el consultorio del analis-
ta. Ustedes, como analizantes o como analistas, saben que
sólo con el acto de entrar en el consultorio, sólo con este acto,
surgen muchas ideas para el sujeto, pues éste olvida, en ese
En relación a esta pregunta que el analista tiene e1 lugar momento, muchas cosas de la vida. Podemos ver varios fenó-
de1 objeto a y el analizante es el sujeto, de una manera ciega menos de esa acción separadora del objeto, del analista como
podemos decir que está fundada sobre la estructura del fan- objeto a.
tasma. Es muy esclarecedor comparar los dos. Hay una razón No debemos ir muy lejos en la comparación de la perver-
precisa de por qué un verdadero perverso, un perverso deci- si6n y el análisis. No estaría mal ir más allá. Laca11 decía que
dido, no entra en análisis; porque él ya estA en posición de ob- lamentablemente el análisis no permitía inventar ninguna
jeto a y al mismo tiempo está, por sí mismo, en posición de perversión nueva. Deleuze dice que no hay una sexualidad
Sujeto supuesto Saber. masculina o femenina sino pequeñas sexualidades, jqué ma-
ravilla si fuese verdad! Sin embargo, lamentablemente, la lis-
ta de los fantasmas humanos es muy pobre. Las perversiones
sabe lo que quiere, que tiene depresiones... Hay un desbreciq son u n a categorización clínica. Evidentemente, hay una cier-
del perverso por las depresiones neuróticas. Podemos enten- ta invención clínicamente masoquista, un teatro pobre. Debe-
mos ver eso cuando tratamos el caso clínico. Podemos ver, no
sé, en Ias calles de París, si en las prostitutas que deambulan
va a analizarse. Es aceptar ser un instrumento del deseo del existe ese fantasma. Entonces, lamentablemente, el psicoaná-
Otro. Ahora, la neurosis es, precisamente, rechazar esa posi-- lisis no agregó nada a ese registro y no vamos a decir que el
ción,-rechazar el fantasma. De ese modo el fin idealizado, analista lacaniano es un perverso, no seria verdad: el analista
esencial del análisis de un neurótico es volverse analista. Pa- lacaniano es, en general, un neurótico más o menos curado,
ra el perverso, al contrario, es muy difícil la constitución del un neurótico analizado. Hay algunos que son psicoticos, pero
Sujeto supuesto Saber, por la convicción de que ya sabe lo que que no obstante pueden ocupar ese lugar, a veces con ciertas
desea. E1 fetichista sabe lo que desea; para él el deseo no es dificultades.
una pregunta, ya es una respuesta. Según e1 modelo de la IPA, el. analista es un obsesivo un
kle este modo, esa formulación permite entender el obs- poco regulado; en la IPA eso da una cierta seguridad. Se pro-
táculo al análisis de un perverso, permite ver de qué se trata. duce también un cierto apuro en la enseñanza, en la vida ...En
En un análisis, el sujeto está unilateralizado del lado del ana- Nueva York, el año pasado, no hubo un solo candidato sano.
lizante. Es el analizante el que hace la experiencia de la desti- Seguramente hay más lugar para los sujetos histéricos en el
272 Jacques-AlninMiller Sobre "Kant con Sade" 273

campo Iacaniano que en la IPA. Esa diversidad es también en esos pocos lugares de este texto, que no está muy desarro-
una razón de la vivacidad del movimiento lacaniano. t o s llada esa antinomia del placer y del goce. Por ejemplo, en el
analistas de la IPA tienen miedo de Ias histéricas, para ellas se texto sobre Schreber hay dos o tres referencias solamente
inventó la categoría de bord~rline,para protegerse de una his- -creo que dos- que Lacan hace del goce imaginario, de la ima-
teria que puede presentar una fenomenología muy compleja gen de si mismo en el espejo, y del goce transexualista de
y resistir a la rutina del encuadre analitico. Y, así, todo eso se Schreber. Tambikn es verdad que hay en "Subversión del su-
pone como borderlzne, nosotros no podemos hacer nada por jeto.. . " consideraciones sobre el goce. Consideraciones no
ellos. Incluso en el análisis, la histeria es una enfermedad pe- muy desarrolladas y, efectivamente, está la definici6n del falo
ro también es el estatuto fundamental del sujeto. como sigruficante del goce; esto es, del falo como semblante,
El sujeto histérico es el sujeto sometido al significante has- símbolo de la voluntad de goce. No esta, de ninguna manera,
ta en su cuerpo. Lacan dice: el analista nunca debe retroceder en oposición a eso.
frente a la psicosis. Es necesario decírselo a nuestros colegas
norteamericanos: el analista nunca debe retroceder frente a la P: Ese sujeto barrado que se coagula en el objeto, yo pre-
histeria. Eso es el abc del análisis, ciertamente. Vemos en eso guntaría si eso es una operación imaginaria; si cada fantasma
la razón analítica de la decadencia de la IPA. La razón analiti- es una frase, si eso es una cara simbólica del fantasma. Y si ese
ca es la de querer gente que no cause problemas. El resuifado fantasma es lo real. Me gustaría situar eso en los tres registros.
lo podemos ver en los signos de interbs, en la transferencia h-
cia el análisis en los lugares en que trabzjan. Porque si hay J.-A.M.: Creo que ya hablamos de eso. En Caracas, en el
transferencia, no se trata sólo de una transferencia con un año 80, hay un texto publicado. Sin embargo, desarrollé eso a
analista u otro. Es importante construir, proteger, desarrollar propdsito de mi curso, a propósito del síntoma y del fantas-
la transferencia al psicoanálisis. ma. El. fantasma está presente en los tres registros: lo Real, lo
Simbólico y lo Imaginario.
P: El desea neurótico no es el mismo que el. del perverso.
En relación al goce, el goce perverso permanece de1 lado del
El fantasma mrno imaginario es lo más claro; fue así que el
fantasma como ensueño diurno fue descubierto en el análisis
1
objeto. Cuando Lacan trabaja en "Subversión del sujeto.. .", de Anna 0, que lo llamó "mi teatro privado". Y cuando se tra-
coloca el goce del lado del significante, el significante que fal- ta de fantasía es esa dimensien, la selva del fantasma, con to-
ta, de1 S($). Yo pienso que es como si existiese un goce tam- dos esos personajes que pueden ir y venir; la ubicación ima-
bién para el neurótico y un goce para el perverso. Se puede ginaria del fantasma depende siempre del estadio del espejo.
pensar también esto: ihay ~ t deseo
seo para e1 perverso?
n para el neurótico y un de- Segundo, esta también la dimensión simbólica del fantasma.
Es precisamente así como Freud trata el fantasma en su para- s
digma "Pegan a un niño", porque el fantasrna es una frase
J.-A.M.: Es seguro que se trata, podemos decir, del mismo que podemos estudiar a partir de ciertas modificaciones gra-
goce. La elaboración de Lacan cobre el goce es un camino I
maticales, y en ese texto Freud distingue tres tiempos del fan-
muy amplio. El goce no es una categoría muy importante en tasma según las transformaciones gramaticales. Sin embargo,
los Escritas; fue una categoría desarrollada, podemos decir, al mismo tiempo, hay una localización del. fantasma en Io
luego de su publicación. En ocasiones, hay una presencia re- real, en tanto en la experiencia analítica el fantasma es estáti- S
ducida dd concepto de goce y es en esos pocos fragmentos, co, no cambia, es imposible cambiarlo.Podemos hablar de cu-
Sobre "Kant con Sode" 275

rar el síntoma, pero no el fantasma. Y sólo en el fin de análi- J.-A.M.: Es verdad que cada vez que se trata del fantasma
sis se trata de cambio de posición del sujeto frente a su fantas- hay una cierta prevalencia del problema económico. Es así co-
ma. Este cambio Lacan lo Ilama "atravesamiento del fantas- mo Freud también sitúa la cuestión: "E1 problema económico
ma", que no es curar el fantasma sino ir a ver la máquina que del masoquismo". Primero, hay un problema de alimenta-
lo constxuy6, el materna del propio fantasma, podemos decir. ción, de dónde viene la energía de todo eso; en todo psicoa-
Para mi, el año '80 fue verdaderamente el comienzo de un nilisis hay un problema de alimentación cuando hay finali-
nuevo ciclo de mi gran trabajo, porque durante los años '70 dad y una estática, se trata más de una fijación real que se
hice un curso semanal de dos horas con Lacan. Desde el '71- mantiene. Tenemos que explicar su inmovilidad y no su mo-
72, fue un ciclo de aproximadamente 7 años. Después fue la vimiento. Cuando hay un auto que funciona, debemos pensar
disolución, etcétera. Esa intervencibn en el '80, fue el inicio de de dónde viene la energía de su movimiento; cuando hay un
un nuevo ciclo de trabajo, exactamente sobre ese punto: ver la auto parado, si no hay nafta en el auto, no hay diferencia. El
oposición de síntoma y fantasma en Lacan. No era tan claro punto de vista estructural en el análisis no considera las cosas
para mí el momento en que eso variaba, y que el problema es- a partir de los problemas pseudo econtimicos de alimenta-
taba en el fin de análisis; para Lacan está a nivel del fantasma ción... Podemos decir que hay sólo una cosa que alimenta to-
y no a nivel del síntoma. En el sintorna, se trata de terapéuti- do eso, que alimenta el fantasma y el síntoma, es la castración.
ca. Y sólo en el nivel del fantasma podemos pensar el fin pro-
pio del análisis.
En la tesis de Lacan, que se encuentra en el texto "Kant con gusta más la respuesta a la manera del pescador del ejemplo
Sade", leemos: "Sade, realiza el atravecarniento de su propio freudiano: primero, "nunca pedí prestado ese caldero"; se-
fantasma". En esas palabras, antes del esquema 2, vemos que gundo, "ya lo devolví", y tercero, "ya estaba agujereado",
Sade no es engañado por su fantasma. En la pagina 786 de la porque es así también con el inconsciente.
edición francesa, en la edición castellana página 358, donde Si hay una alimentasibn, la única en psicoanálisis, es el go-
Laran habla del fantasma dice: "Esos límites sabemos que en ce mismo. El fantasma siempre se alimenta con una sola sus-
su vida Sade los rebasó". Seria quizás excesivo hablar de atra- tancia, la "sustancia del goce". Podemos curar los síntomas eh
vesamiento del fantasma a propósito de Sade, sin embargo, el sujeto sin tocar de manera alguna sus fantasmas. También
deberíamos pensar que Sade, como escritor, conocía algo del &q10 pq uiGrGzF
materna de su fantasma porque no fue sólo un sádico; se tra- cerrada y, al mismo tiempo, son varias. Podemos presentarlo
ta siempre de lo sadiano, no de lo sádico. El Marqués de Sade con una cierta variedad, Un anaMsta sabe que el análisis no
no es un sádico como otros, porque fue también un escritor. puede todo.
La cuestión seria si esa literatura es sublimación. Cuesti6n di-
fícil, sin embargo, debemos pensar que él sabia algo de su Godino: EI problema del trabajo clínico con respecto al fan-
propio fantasma de manera que podía eiaborarlo en obras tasma. Suponía que seria muy fAcil pensar en un paciente que
que pueden ser consideradas como obras de arte: las novelas tuve, con una práctica que no podríamos llamar estrictamen-
de Sade son obras de arte. te perversa. Escribía a los diarios, se escribía con personas que
escribían en diarios, mujeres que solicitaban compafiia mas-
Isidoro: ¿Cuál es la relacion entre el éxtasis y la estática fan- culina... Tenía el fantasma de correo y una correspondencia
tasmática? enorme, en articulas. Era una prhctica imaginaria que comen-
Sobre ''Knnt con Sade" 277
1
zaba y luego pasaba. Allí, el fantasma se manifest6 con mu- tasma, pero sobre el fantasma fundamental todo lo que apa-
cha claridad. Durante mucho tiempo del. análisis se pasó dis- rece es siempre uno.
cutiendo algo ligado a ese fantasma. ¿CuAl seria la función del Está el Amazonas de los fantasmas y sus relatos son jidini-
anáIisis en el caso? La escucha de tal fantasma iimpficaría la tos, pero si aparece cualquier cosa del fantasma básico, este es
i
simbolización a partir de él? También se dio la desaparicihn un pedazo de real inmutable: estA agul, allá... y creo que no es
de los síntomas, los fantasmas surgen sin su anterior fuerza. poco importante la fugacidad de tal manifestacibn en la expe-
¿Se aplica ese caso al trabajo que estamos viendo sobre el riencia. Es, por el contrario, el punto de referencia del anhlisis,
fantasma? ¿Ocurriría lo mismo con pacientes en los cuales el en mi opinión. Es necesario desarrollar esto desde el comien-
fantasma, aparece puro, y no sólo privado? iC6m0 debe ope- zo, desde el punto en que fue construido...Lo que me interesa
rar el análisis allí? Al oírlo hablar de fantasma es fácil para mí de la pregunta es que cada vez que elaboramos esa definición
pensar en esa persona, pues seria un cuasirnodelo de la expre- clínica del síntoma y del fantasma, surgen las repuestas de los
sión fantasma. Pero en términos de cambio de estructura, analistas, a veces en forma de preguntas, pero siendo de ana-
¿qué pasa? Si estuviera reprimida, jese fantasma podría ser listas tocan un punto esencial de la experiencia del análisis.
objeto de represión, u objeto de repudio y de otras elaboracio- Tenemos que trabajar el fantasma. Como en "Kant con Sa-
nes en la neurosis? ¿A Lacan le interesaba clínicamente? de", trabajar el sintoma con el fantasma. iEs lindo! Mi título
del año fue "Del sintoma al fantasma y del fantasma al sínto-
J.-A.M.: iVimos eso aquí! A1 hablar situamos la clínica con ma'" Podría haber sido: "El fantasma con el sintorna, el sínto-
repecto al síntoma y al fantasma; entonces, hay una respues- ma con el fantasma".
ta fuerte de los analistas por ser un problema en Lacan. Estoy
un poco cansado de hablar de eso, porque fue el tema de to- P: La obra de Sade ilustra la fórmula de Lacan: "no ceder
do el año en mi curso y en mis conferencias en Buenos Aires, en su deseo representa una ética", por la cual él presta gran
I
pero voy continuar un poco en San Pablo. Hay corno una in- parte de su vida. Lo importante es saber cuándo se usa ese es-
versiiin entre síntoma y fantasma en la experiencia, el sujeto quema en la clínica, porque hay una analogía en la automuti-
se vuelve muy explícito sobre el síntoma y reticente sobre el lación de niños autistas ... psicóticos, con tendencia a destruir
fantasma; esto es un hecho clínico. En mi práctica y, secunda- ! un órgano, una superposición entre dolor y goce que hace
riamente en lo que yo pretendo acerca de la e n s e m z a de La- pensar en el fantasma de la madre de esos niños, que toma co-
can y Freud, me pareció así. Lacan habla de "Pegan a un ni- mo real el fantasma de la madre; ¿representa el niño la fun-
ño", la frase está también en el texto freudiano; he encontrado ción verdugo y la madre la función víctima? De esa manera,
en varios pacientes ese fantasma: "No sé, pero pegan a un ni- mantener la castracibn es mantener el fantasma como objeto
ño". El punto límite del fantasma se presenta así: "No sé, pe- del Otro no barsado. La situación del niño no responde al in-
ro...". Y podemos seguir hablando del fantasma por un dato centivo de la madre de gozar, lo que elIa podría escuchar en
clínico de observación fenomenol6gica de la experiencia ana- forma invertida: "puedes gozar", permitiendo nacer el fantas-
rna de la madre en su deseo, visto en relación al déficit de me-
Iítica: la reticencia. Es posible elaborar más allá, hay razones
de estructura para el silencio constante sobre el fantasma fm- l táfora del falo.
damental. Podemos hablar, a veces, de las diversos fantas-
J.-A.M.: A propósito de Sade, esoy de acuerdo en que obe-
mas, no s61o una selva sino un verdadero Amazonas del fan-
decía a la máxima "no ceder en su deseo...".Su vida, desde es-
278 Jacques-Alain Miller S o b ~ e"Kanl con Sade" 279

te punto de vista, puede ser admirabIe en la voluntad. Un es- P: En realidad, él habla de "un derecho al goce", una rela-
critor surrealista, Gilbert Lély -hay una referencia en el texto ción hecha por Sade.
de Lacan-, dedic6 buena parte de su propia vida a recoger to-
dos los documentos a propósito de Sade. Escribió una biogra- J.-A.M.: No siempre hay una respuesta posible para una
fía, es m libro verdaderamente apasionante, más que biogra- pregunta. Lacan dice que ese esquema es el de la vida de Sa-
fias de políticos, de reyes, de actrices de cine; es un ejemplo de, pues hay oposici6n entre los dos esquemas, el de la obra
de tenacidad, de no ceder en su deseo. y de la vida. Su obra es leida como soportada por el fantasma
La terapia familiar es un error sobre el sujeto. Para el psi- en el primer esquema y, en el segundo, es como se produce el
coanálisis, sin embargo, es la manera de tocar el punto en que esquema del fantasma en la vida normalizada. En la tesis de
el niño puede ser, tener el lugar de síntoma de sus padres, ma- Lacan se lee una frase muy linda antes del esquema 2: "Vea-
nifestar la verdad escondida de sus relaciones y, la dependen- mos más bien que Sade no es engañado por su fantasma, en
cia frente al fantasma materno, de manera privilegiada. Es la la medida en que el rigor de su pensamiento pasa a la 16gica
manera de estudiar las enfermedades mentales de los niños, de su vida". Esta frase me encanta, hablé de ella en mi curso,
de articularlas al análisis a partir del fantasma materno, para "el rigor de SU pensamiento pasa a la lógica de su vida". Per-
ver dónde está localizado en el fantasma y a qué tipo de obje- mite vivir una vida que tiene su ldgica, tiene un acuerdo en-
to está identificado por el fantasma materno. tre el rigor de su pensamiento y Ia lógica de su vida. Fue el ca-
E1 niño autista permitiendo a la madre la unilateralidad de so del propio Lacan. Hay una lógica en la vida de Lacan, de
la función subjetiva, quedando s610 en el lugar del objeto a. Es expulsion, de escisiones, de expurgación, de exclusiones, has-
una idea válida, estoy de acuerdo con esa orientacion. ta eI fin.de su vida y por culpa de algunos de sus discursos.
Esa lógica se repetía en su vida de manera implacable. Y Sa-
P; Yo quería retomar la pregunta que se hizo sobre el es- de, dice Lacan, no es engañado por su fantasma porque su vi-
quema 2, ya que nos encontramos en ese punto. qu6 pen- da tiene una lógica común con su fantasma. Esa lógica co-
sar la rotación en el espacio a fin de explicar el desplazamien- mún, sin embargo, no le realiza el fantasma. Es un punto
to de la causa? Los términos son los mismos, pero hay un delicado, Sade no fue un verdugo y si una víctima, y es por
cambio de dirección. No entiendo por qu6 ocurrió este des- esa raz6n que hay un trastocamiento de los mismos términos,
plazamiento. una permutación muy bonita lógicamente, como tacan lo ha-
ce. Esto es, esa estructura misma. S610 podemos entenderlo
J.-A.M.: Me parece muy bien como Última pregunta. Pero sobre la base del trabajo que le permite saber donde está el
antes hay otra: jesquema de qué? Sabemos, ahora, que el es- Otro y el sujeto. Es de este modo, también, con el esquema 1
quema 1 es el de1 fantasma sadiano. ¿De qué es el esquema 2? del fantasma, que produce la permutación de los términos.
Podemos decir que no hay cambio porque para que haya
un cambio debe haber un punto fijo: si se cambia todo, no hay
cambio. Hay una cosa que cambia cuando alguien pone la d
minúscula del deseo; no vamos a entrar en eso. No vernos un
cambio sino cuando alguien piensa -como yo los intreduje-
en la separacidn de las dos dimensiones del sujeto y del Otro.
Esquema 1 Esquema 2 Cuando alguien introduce esa separacion, el cambio aparece
280 Jacques-AlainMiller

inmediatamente, es decir, cada término torna una nueva sig- 111. CL~NICA
Y CULTURA
nificación.
La voluntad en la vida de Sade, la voluntad en su vida en-
carnada en el Otro -dice Lacan- es. lo que se encarna, por Belo Horizonte, 1998
ejemplo, en la voluntad de su suegra. Ella no fue una comple- San Pablo, 1989
ta enemiga de Sade, sin embargo -dice Lacan- esa voluntad,
en la convicción moral ejercida implacablemente por la pre-
sencia de su suegra, no esta del Iado fundamental del sujeto
sino del lado del Otro. Y también dice: "lo patológico en su vi-
da es encarnado por la devoción que Sade recibió de parte de
su esposa, de la hermana de su esposa, que fue también su
amante, y una devoción d e los iamiliarrs de Sade". Es muy
difícil de entender si alguien piensa a Sade como un hombre
monstruo. Fue un hombre protegido por las mujeres de su
ambiente.
Del otro lado, la posición de la víctima es la posición de Sa-
de. Debemos ver en su vida lo que es eso realmente. Fue a
buscar ayuda de las pobres mujeres en las calles de Marsella,
dándoles algunos bombones con una sustancia supuestamen-
te erótica y, después, golpéandolas un poco, Ies daba unos
golpes, hacía el amor con ellas y después dos golpes, también
les daba nzedicamentos; era muy cuidadoso para las costum-
bres de la época. Sade era un gran sefior, de la más alta noble-
za: hacer cositas así, pagando a las chicas jes de una inocen-
cia ...! Debemos pensar solamente que fue un poco mal visto
en su actuar social. Sin embargo, quince años o más en la Bas-
tilla por cosas de esa naturaIeza ... se ve que no fue un tipo
sanguinario, de ningún modo. Durante la Revolución France-
sa, no fue partidario de la pena de muerte; Lacan explica eso
también: por qué Sade no fue partidario. De este modo, la
opini6n de que fue víctima está fundada en la objetividad de
su vida.
Río de Janeiro
1985

Traducción: Silvia Baudini


Hoy voy a hablar frente a un público variado. Mis anti-
guos compañeros: Jorge Forbes, Antonio Godino Cabas, Ber-
nardino Horne y otros, que también participan de las elabora-
ciones del Campo Freudiano. Está aquí Jorge Zahar, que
merece verdaderamente el titulo de editor de Lacan y del
Campo Freudiano en Brasil. Otros compañeros mas recientes
del Campo Freudiano, del Simposio del Campo Freudiano de
Belo Horizonte, como Célio Garcia, muchos lectores agudos
de los escritos de Freud y Lacan, y los universitarios de Belo
Horizonte, que colaboraron en la preparación de este colo-
quio y se interesan por el psicoanálisis.
El público más problemáiico es la multitud. Ese publico
para mi es desconocido y como tal, para wi analista, tiene una
atracción muy especial, pues es exactamente de eso que debe-
ría hablar un psicoanalista, de lo desconocido para cada uno,
a propósito de sí mismo. La dificultad es que en la sesión ana-
lítica no se aceptan grandes cantidades de personas, sino c630
una a la vez. El psicoanálisis es la experiencia del analista con
una persona, por lo que se hace dificil hablar de este frente a
multitudes. La contradicción que existe entre la exposición
pública sobre psicoanálisis y la experiencia privada, es Ia mis-
ma que existe entre los diferentes públicos. Esta contradicción
podría resolverse en forma sencilla: hablar a los desconocidos
de Be10 Horizonte exactamente como en París, donde le hablo
a un público conocido y familiarizado con los escritos funda-
mentales del psicoanálisis.
Voy a continuar aquí, exactamente, con lo que estaba cons-
Freud y la tmrili de la ctrltura 285

truyendo en mi curso en Paris la semana pasada, tomando co- movimiento "sex pol" -sexualidad política-, que preconiza el
mo punto de partida el tema de esta noche, la teoría de la cul- deber de reivindicar la liberaci6n del sexo contra lo social vi-
tura desde el punto de vista freudiano, lo que hace surgir in- gente. Como este cambio sometía la sexualidad al dominio
mediatamente el termino antitético "naturaleza", al que se Ie político, por parte clel Estado, de la burguesía, podremos con-
opone el término cultura. No es éste un tema exclusivamente cluir que habría coacción. En realidad, el deseo seria prisione-
freudiano, pues los fiIósofos ya afirmaban que e1 hombre es ro de lo social y no se tendria, de este modo, derecho a la re-
un animal "no natural", calificándolo como animal afectivo, lación sexual. La idea de Reich es que todos nosotros gramos
con lo cual denotaban la desnaturalización del animal huma-
no. Decir que el hombre es un animal yolitico, o un animal
que habla, es decir que en la humanidad, la naturaleza fue
prisioneros de la cárcel social, política, sin tener conocimien-
to del hecho. Como si el sexo estuviese a nivel de lo natural.
Freud, s h embargo, no habla de coacción sino de Verduan-
2
0
reemplazada por la cultura. La idea de esa sustitución o de la 1 1 . Para h
repreción

-
dominacibn de la cultura sobre la naturaleza puede escribirse
asl:

Cultura
él, la idea de Verdrangunp supone la existencia de una censu-
ra, una barrera que le impediria a l inconsciente emerger al ni-
ve1 de lo consciente. 3
U
Naturaleza Consciente
Inconsciente
En la filosofía existieron intentos de pensar que al hombre
le sería necesario volver a la naturaleza, pues todas las enfer- En el concepto freudiano de Verdringung liay algo que no %
medades lriumanas eran consecuencia de la cultura; por lo es similar a las ideas anteriores. Primero, porque lo reprimido 2i
tanto, seria oportuno volver a la supuesta armonia del ser hu- siempre retorna, m -isn~a:r a tra-
mano con la naturaleza. La escuela de Diógenes toma esa po- >vés de los lapsus, los actos fallidos v los sueños. Segundo,
G
*>o) más misterioso: c6mo la atraccih del inconsciente, atrae a e)e>
sicion: la del retorno a ra naturaleza en el campo de la sexua- Freud ya expresó eii la La inierpretncidn de los suemos, por qué
lidad. E1 método de Diógenes se hizo famoso en toda la
historia: practicó la masturbación pública para demostrar que
el hombre debería mantenerse en armonía natural. las ideas, a las palabras y, al mismo tiempo, I-iace que el suje?
Podemos constatar que para los animales no hay ningún 'to olvide.
inconveniente en hacer el amor con los padres, con los herma-
nos y hermanas e incluso con los abuelos. Existe, por lo tanto,
utilizó la teoría de la cultura no para dar una visión
general de la ciudad o del Estado, sino para entender lo que
' i$
el sexo que sería de orden natural y en este caso las exigencias ocurría en la experiencia analítica. En ese momento, Freud no
de orden social sustituirían a la naturaieza del instinto sexual. habla de repreiion o de Verdrangung, sinode sublimación.
Como este tipo de pensamiento está fundado en la historia de ;Por qué utiliza este último concepto y no el primero cuandg --
la cultura, Freud fue leído como un liberador de la sexualidad se refiere a los objetos de la cultura? ~ i e r t a k e n t eporque fba _y
humana reprimida, y el psicoanálisis, tomando partido por el piensa que la sexualidad esté reprimida por lo social. Realiza U>
instinto sexual, anunciaba una nueva época: la de la libera- otro tipo cle construcción. Dirá que er scxuel 'lfieb -traducido
"- L
ción del deseo. como instinto sexual, aunque sería mejor traducirlo como
Esa concepción fue t0mad.a por Wilhelm Reich, creador de1 pulsi6n sexual- tiene lo sexual como objeto, pero que puede
4
Freud y la twria de 10 cultura 287 e?
L
satisfacerse con otros objetos, como por qjemplo la cuItura.
kncontramos allí una sustitución. Que no es lo mismo hacerh
r a m o r to"o"9Témp0, o escribir En busca del tiempo aerdido.
I I

como Proust, quien buscaba el tiempo que perdió sin hacer el


amor. Los objetos de la cultura sust$uyen a-los puramente se-
*
iIc u11 término, conservándolo en un nivel más alto,
v,iiidolo.
ele- J

l'or otro lada, si admitimos que la metáfora es la sustitu-


iiiin de una frase o palabra, podemos decir que la barra e:
? i i i n metaforización. Por ejemplo, la cultura metatoriza Ia na-
?f
F
xuales. 1 1 i raleza. Somos animales sexuados, algún día vamos a morir
V a r a d o j a de la tesis freudiana es que el sexual Trieb pue- y tcnemos algo indefinido, la vida. A cada función de la natu-
de satisfacerse con los objetos de la cultura. Lacan dice en un i-,ileza le damos wi significado cultural. Un hijo es un hecho
seminario: "no estoy haciendo el amor, estoy hablándoles a 7iici16gic0, pero por otro lado es un deber asegurar su naci-
ustedes. Y hablarles puede darme el mismo goce que hacer el iriienFo cufiural.L~al producto biológico debe se; declarado al
amor". Si no fuese así seria incomprensible que tanta gente I {stado corno la prodicci6n de un ser humano, debe tener una
perdiese tanto tiempo con los objetos de la cultura. Tenemos iclcntidad, como también símbolos propios: quién es el padre,
que suponer que hacer o escuchar filosofía, hacer a ver escul- q u i h es la madre. Así, un hecho de la naturaleza, un naci-
turas, proporciona un goce profundo. 1, concepto de sexu&- iniento, debe ser rnetaforizado cultural y socialmente. La me-
dad en Freud es nuevo porque tiene como componente esen- I;ilorización del sexo es uno de los problemas de la psicopato-
'cial que la sexualidad puede satisfacerse con palabras, .con ..-C
lo*
.
I(igía, pues se puede tener un sexo biológico y uno psiquico,
bello, con los valores mas altos'de la cultura. El goce sexual i l u e no se corresponden. Terminé por explicar cómo se puede
puede satisfacerse con el significante, y es por esta razón que 1 1 lilizal- el término metáfora, hablando de la barra. A partir de
el psicoanálisis es posible. ~ P o qué
r alguien permanecería du- ;I lli podemos reflexionar sobre un espacio peculiar que tiene
rante años en el trabajo de investigación del inconsciente, si iinportancia esencial en psicoanálisis: la familia.
no hubiese un goce vinculado al hablar, a la palabra? Es por Hace un momento hablé de la existencia de un goce a ni-
eso que los tratamientos analíticos empezaron a durar cada vel de la palabra, de la sublimacihn, lo que se desnuda en el
vez m á s tiempo. La practica analitica d ~ s n u d óun tipo de 50- análisis, experiencia en la cual el sujeto habla de lo que quie-
ce que se re, y que nunca fue vivida antes de Freud. Se podía pensar
3
E1 concepto de está a nivel de la que el sujeto, no coaccionado, hablaría de filosofía, de núme-
naturaleza, no se trata de un instinto, pues si así fuese no po- ros divinos, de Dios o de la belleza y el arte. Pero no ocurre
dríamos comprender el Trieb,que obtiene satisfaccián a través eso: el sujeto habla de cosas menos dignas. No habla de las
a: de la cultura, sin Verdrangung. ideas de Platdn, o de 10s objetos a propósito de los cuales Só-
Hay un slmboIo muy importante en psicoanálisis, temati- crates respondió a Pitágoras, a Parménides. Es una constata-
a zado por Lacan: la barra. Saber utilizarla es algo muy útil, pe- ción cruel en Ia especie humana que el sujeto goza de su pa-
ro en ciertas ocaiioniones sukle ser bastante complejo, porque los labra con un gran costo, y como pasaje obligatorio, habla de
principiantes no saben reconocerla en los maternas de Lacan. la familia, del padre, de la madre, de los hermanos, de los
Podernos escribir este símbolo así: una barra horizontal, even- abuelos, etcétera ¿Qué ocurre para que eI ser humano esté tan
tualmente inclinada /, o vertical 1 . ¿Qué significa? Una susti- vinculado a la historia familiar? Ciertamente, la familia tiene
"tución.Un término sustituido por - o una base biológica, padre, madre, hermanos, que viene sien-
otro fue barrado, anulado, suprimido completamente. Signi- do atacada en los últimos 5/10 años. El discurso de la ciencia
l
*fica también, como en Hegel, AuJhebung, es decir la suzesibn como producción de la cultura interviene en la biología a tra-
v4s de la producción de seres humanos. La familia es también
Fwrad y la leo!.ia de in cultura 289

iiue parece algebraica en el caso del Hombre de los Lobos. La


S&
una institución social. Lacan, en el texto "Los complejos fami- visión de la mujer agachada, a la que se le ve la parte poste-
liares", se refiere a Dtirkheim y a la sociología de la familia, i%irii:del cuerpo, haciendo un trabajo humilde, hacia que el
porque le parece esencial para el psicoanálisis afirmar que la 1 lombre de los Lobos se apasionara inmediata y compulsiva-

3s
familia es una metáfora de la biología. El desarrollo de la en- ~ncnte.En relación a ello, al Zwang, Freud habla del automa-
señanza de Lacan incIuye también las estructuras elementales l ismo de repeticion, por el cual el sujeto está forzado al ena-
de parentesco de Claude Lhi-Strauss, las cuales demuestran iiiriramiento cuando encuentra la fórmula idealizada xel
el vinculo con la cu1hir.a. &jeto sexual. La fórmula podría ser algebraica, como cn
Existe en el psicoanálisis la presencia constante de la fami- 1 .~vy-~trauss,Jy estar escondida en el inconsciente del sujeto.
lia. Freud creó la Asociación Jnternacional alrededor de su fa- La condición de amor del Hombre de los Lobos no parece
milia, de la misma forma que la Fundacibn del Campo Freu- IIILIY elevada y es casi la misma que está presente en Goethe:
diano estaba nucleada en torno a la familia de Lacan. Werther ve a la joven Charlotte en el momento en que acari-
BI espacio social de la familia humana es diferente del de c-ia y alimenta a los niños que estnn a su alrededor. Imedia-
la familia animal, porque en la primera hay interdicción. Co- tnmente se enamora, porque ve en Charlotte la imagen subli-
nocemos, a partir de la experiencia analítica, el rol fundarnen- inada de la madre. Goethe no sufre la misma compulsión
tal que puede tener en los hijos la vician de los rlirganos sexua- crótica del Hombre de los Lobos. Por el contrario, dicha subli-
les de los padres. En el caso del Hombre de los Lobos, Freud nación le da inspiraci6n para una de las mejores obras de la
destaca el papel del coito parental, observado por el sujeto. cultura occidental.
Considera que hay allí un trauma que determina su destino iCui41 es exactamente el descubrimiento de Freud? Que los
sexual. A partir de la observación del acto sexual, el sujeto cibjetos primariamente libidinizados que encontramos en el
puede resignarse a Ia castración de la madre, a su falta de pe- cspacio familiar posibilitan las condiciones para el amor y la
ne, pero no a su propia castración en el sentido simb6lico. clección del objeto. E1 trabajo de anAlisis apunta a elegir un
La experiencia analítica nos muestra que na se trata sólo objeto nuevo. La novedad introducida por Ereud no es tan
de las obsevaciones de los genitales de los padres, 2ino de to- tcorica, es un nuevo objeto ofrecido al amor: el psicoanálisis,
das las siflificaciones del deseo de los padres, de todos los que permite elucidar 1a fórmula de la condición de amor, es
m e . Podemos concluir que en el espacio familia; decir, tanto el psicoanálisis como Ia familia establecen una in-
'hay varios objetos sexuales posibles. a r ' t T C terdicción a las relaciones sexuales. El hecho de que la relacio-
turas elementales deparentesco. kxiste la rnterclicción de la; nes sexuales no estén permitidas en el análisis lo convierte en
relaciones sexuales con los padres y la obligación de encon-
v
una cierta repetición cle la familia. No se puede esperar del
trar el objeto sexual fuera del espac;o familiar. En cuanto a las análisis la cGa del amor, sino solamente que el sujeto reco-
culturas primitivas, estudiadas por Lhy-Strauss, los datos nozca su f6rmula escondida de enamoramiento desdoblada
equivalentes a formas algebraicas- son los que determinan los en un objeto valorizado y en otro desvalorizado. Es necesario
objetos sexuales posibles fuera de la familia. Se puede cons- entender por qué el sujeto esti vinculado al espacio de la fa-
truir gráficos que indiquen los objetos de interdicción y los milia, y cómo eso reformula la idea que tenemos de la sexua-
objetos posibles. lidad humana.
Freud descifra en el anAlisis las condiciones de la elección Hay una condición de amor inconsciente que determina
del objeto sexual y las llama "condición de amor", fórmula cómo y por qué el ser humano elige su objeto sexual, que po-
dria ser concebida con el modelo de las fórmulas aIgebraicas A través de la relación de los padres se puede deducir qu4 es
de Lévy-Ctrauss, las que señalan cómo el hombre se puede re- I,I ii-iujer y qué es el hombre, o incluso c6mo se da la relaciOn
lacionar con la mujer y cómo ésta puede relacionarse con él. iv~treel hombre y la mujer. E1 trauma sexual es la consecuen-
Es como si existiese una fórmula matemática que expresase la i i n del hecho que el sujeto haya asistido a la relación de los
relación entre el hombre y la mujer, es decir, la relación su- liiidres, y en algunos casos, impide que se formule la propor-
puestamente algebraica del vínculo sexual.

HOM

Es lo que Lacan llama le rnpport sexuel, que no se traduce


por relaci6n sexual, sino por proporción sexual. En el caso del
t'iciii entre hombre y mujer. Hay una fórmula entre padre y
iii;idre, que no es sólo la del matrimonio, la de la cohabita-
vi fin, sino que el sujeto duda de que se trate realmente de una
i.i*Tnciónsexual. Para algunos, es increíble, o escandaloso, que
p d r e y madre tengan relaciones sexuales.
A veces, es en la experiencia analítica donde se ir6 a com-
f
.E[
Hombre de los Lobos y en la experiencia analítica encontra- tlrender que los padres tienen efectivamente relaciones sexua-
mos, a veces, algo diferente: una condición de amor valoriza- Ii*s, la revelación de la sexualidad de los padres es traurnática.
da a nivel. individual y no a nivel de la especie humana. La N o sólo al observar directamente el acto, sino también por 12
fórmula matemática funciona para el Hombre de los Lobos, icrce i '
. . e entre ellos.
que se enamora de un tipo muy especial de mujer, y sólo en q e r o en el g l -
una determinada posición. iicro humano, aquel10 que Freud Ilama condición de amor y
Podemos pensar al respecto en el personaje de Don Juan, I ,citan fantasma fundamental, es peculiar para cada uno.
que podía reconocer lo femenino en todas las mujeres y efec- Lacan escribió la condición de amor de manera pseudoma-
tivamente -tenía una condición de amor tan amplia que basta- Icrnática, diciendo que la fórmula del fantasma fundamental
ba con ser mTer para seducirlo. Vieja, joven, viuda, moren$ iiri expresa la relación del hombre y la mujer, sino la de un su-
en fin, todas, coma dice la ópera de Mozart. Esto podría hacer *,
del Don Juan un sueño femenino, en el cual podría existir una his, v desienadowor éste con el nombre de obieto oral v anal.-
mujer determinada, de manera tal que hubiese una extensión I,ncGZmpliii el concept6Fbn el objeto escópico {miEclaE y 7 a
-
-
J del concepto de mujer, en el que todas podrían entrar, lo que vciz. l'or lo tanto, en e1 inconsciente no hav una formula aue
-
no se corresponde con la experiencia. ¿Qué es exactamente la Y incule al hombre y a la mujer, sino tan sólo el vínculo del su-

<f
3
-
que produce un trauma en el Hombr-ede 10s Lobos cuando
observa el E@ sexual de los padres? ~Freudse pregunta el
jeto a un goce llamado a, que como tal no está sexualizado en
cuanto al otro sexo
b poraué de un trauma? ~n e-eln aue ocurre no es un
ch,il-t apr2s coup, a posflriori, cuando torna
sentido tsara el suieto. Pues no existe motivo Inara aue L
la ob-
servación del acto cexial de los padres produzca un trauma. El objeto rr oral, o anal, o vocal y el escópico son extraños
e transforma en trauma cuíindri-n- . . ribjetos descubiertos por Freud y Lacan, y no suponen rela-
ta dar un sentido al acto sex-Qu6 sentido m- i ción entre hombre y mujer, sino entre sujeto y goce, en una

.---
tenta dar el. sujeto a ese acto? Intenta traducirlo en términos

corno símbolo. ¿Qué se puede deducir observando ese acto?


c z ~ a l o ,
I proporcidn fundamentalmente perversa, que significa que no
hay relación con el otro sexo como tal. Freud descubri6 la per-
Freud y Ira teorb de la culturti 293

versión polimorfa del niño, relación con el goce en el cual no lista sociolo~iaun poco simple nos permite entender por @
entra el otro sexo. t i i 16cl Dsicoanzisis se-difundibátravés-del mundo. En laex- 3
La pareja parental no puede fundar la relaci6n sexual en- i;,*ricniiaanalítica. el artalista no trabaia, s61o controla la en-
tre hombre y mujer. La experiencia muestra que el amor por t--
Icia, toma la responsabilidad del acto analíticg, peró el
la madre es un obst&ulo al acceso del hombre a la mujer, y
6
4 I ,iIi,ijo d e desciframiento Eo hace el analizante, que le papa al 5
que el amor por el padre es un obstáculo al acceso de la mu-
.-.
, i i i . ilista por el trabalo que el (el analizante) hace. El analista se

f , al hombre. Para: Freud.10 aue funda la relación


ier ; de los na- ' ectivamente
clrec es que el s@to se identifica con uno o con otro; esta re- i~i~iiistala una función inconsciente esencial, hacer trabajar. En
lacibn. sin einbar~o.no define cóino debería ser el acto sexuar
V . \>d~i.dad, él no ocupa el lugar del amo como un amo, y no tra-
entre hombre v mujer. w
I i,ij,ir de manera adecuada en la experiencia analítica es u n
Hay una manera clásica de codificarr en términos de poder, I i lwc'~-idizaje dificil. Muchos analistas no pueden soportar esta
la relación entre hombre y mujer, como si existiese una fórmula ~u)sicióny comienzan a hablar en lugar de los analizantes,
inconsciente. Cuando ~ r & dhabla de actividad para el hombre 1 u'rque se sienten culpables. Lo mejor es dar pruebas de que
y pasividad para la mujer (lo que no se refleja en la vida cotidia- irabaja fuera de la situaciiin analítica.
na, parque generalmente las mujeres trabajan mucho más que Idos analistas kleinianos tienen la coskmbre de hablar al
los hombres), en realidad, es una codificación de los sexos en iiii?imo tiempo que los analizantes, a punto tal que estos Últi-
términos de poder. La relación, que n o existe, puede ser: ~iicispiden un poco de silencio en las sesiones de análisis. El.
.iil,ilista no s6l.o debe estar presente: debe interpretar, interne-
Padre Madre !\ir, rio como trabajo, sino como acto.
si S2 Iireud tomaba el lugar del padre del analizante en la expe-
(la flecha significa relación de poder) tqii~i.icia analítica. Los analistk modernos vieron que éseAno
iki.nel lugar adecuado y adoptaron el de la madre. El tema de
El hombre, en las culturas androcbntricas, es el amo, y la I,i transferencia materna esta desarrollado por los kleinianos,
esclavitud de la madre es un tema muy debatido por el femi- pi.it~cipalmente por Winnicott. Hay en ello una cierta verdad,
nismo moderno. En esta fdrmula, la codificacion en términos Iwro Lacan tomó una posición más compleja: el analista no se
de poder sustituye a la fórmula Hombre/Mujer, que no se en- Iiiice padre, ni madre, sino objeto a, como en la fdrmula del
cuentra en el inconsciente. A l i el niño está del mismo lado I ;iritasma fundamental. Melanie Klein había percibido algo de
que la madre en cuanto al significante amo. Ese par signifi- iwci, pues su pr<hcticaanalítica consistía en alimentar al anali-
L a i e es análogo a una relacion sexual, aunque----
sólo sea xnnte como si le estuviese dando el pecho. Lacan va a decir
Actualmente se habla mucl-io de la decadencia de la ima- 11 lue hay en juego una cuestión de objeto en la experiencia ana-
gen moderna del padre, que en otra época tenia poder sobre l itica.
la familia. No sin protestas, hay sospechas de que los hombres Vol~~amos a la pareja parental, en la cual existe una rela-
ya no son lo que eran antes. Hoy, el padre real trabaja en un ción matematizada, pero no sexual. A través de los mitos,
empleo y, de este modo, n o es adectiado como significante, no I7reud presenta al Edipo coma una relación fija, inatematiza;
colma las necesidades estructurales de este código.
primitivo que Freud imagina no trabaja y toda la
da, entre la función del padre y de la madre, entre los SI.@%-
r antes, porque se trata de funciones. Hablamos de significan=
-
hace por él. Es un gigoló de la familia. Te para distinguir la función de la persona que la ejerce, pues,
.-
a veces, quien soporta la función del padre es la madre. Lacan Esta es la fórmula típica del Edipo masculino para Freud.
propone la fbrmula edípica de los padres, que describe su re- I',ira la niña, sin embargo, el objeto fundamental puede ser el
lación, en donde vamos a encontrar nuevamente la barra: ~ ~ d ryede , ese modo es la madre quien tiene función de in-
Ii~i.dictora.Cuando la madre soporta la función interdictora,
~ m ~ provocar
de reivindicaciones de parte de la hija, y que és-
FD~Pc, 1.1 sienta resentimiento hacia la progenitora, hecho gue puede ,

r l iirar toda la vida. En los casos en que la hija está completa-


i1rrlnt.e frustrada con relación a la madre, generalmente el pa-
Es Ia fórmula más simple que se le puede dar al Edipo. Para i I tc tiene su responsabilidad, porque tuvo cierta complacen-

Lacan, se trata de la metáfora paterna, la sustitución del signifi- i<i.icn el papel de objeto.
cante de la madre por el del padre. Es la fórmula que expresa de Pero si utilizamos el Edipo masculino como norma, podre-
manera automática c6mo los padres se relacionan, una sustitu- iiios decir que, en cuanto a la hija, el padre es quien tiene la
ción que Lacan escribe barrando el significante de la madre. i iinción y la madre es el objeto fundamental. La fórmula

P + &nls;oh

Eso se traduce de la siguiente forma: el Nombre del Padre i~iilcvara ambos sexos, aunque en cada caso es necesario ve- .
.nciones del objeto v w
hl
metaforiza el deseo de la madre. Podemos traducir términos i3il i c a i cómo se distribuyen las funciones
políticos en forma de metáfora, como se sugiere en el orden .+i,iculo.Lo que llamamos significante del padre o Nóom*
androcéntrico, en el cual el niño y la madre están efectiva-
mente separados por la función paterna. A los niños se los
-iime e! p.% ? resenta
--
~ t el
-
a 0,s-
ombs-
!grillo frente al objeto funduinental. ~a madre es el significan- y$ $
aparta del seno materno y se los envía al mundo: escuela, uni-
versidad, fuerzas armadas, por una ley comrin, Platón pensa-
- - d
primordial del*S
i i udel objeto primoFdia1
.

I:1 sujeto del inconsciente no es un nifio, ni tampoco u n


ba que era necesario realizar esa separación lo más temprano
posible, a pesar de las protestas maternas contra las imvosi-
ciones que hacían que perdiesen su producto.
l1 ,iilrilto, ;ino el sujeto del deseo inconsciente, que no conoce
i iclmao ni edad y permanece igual durante toda la vida. En el
i i:i tLmiento analíiico se estudk cómo se distribuyen los roles
es ubicar la función del padre como 1111 obstáculo y de objeto en la existencia del sujeto.
rige al objeto primordial que es la madre,. ,Y el wadre viene a l'c3iirreentre padres e hijos es la historia de cámo el
1

cortar esa relaci6n. El suj& del inconsciente, el O (cero) del -11parado del w o- rim rdial, Que traumas y sufrimientos
. .,
sujeto puede identificarse a estos tres lugares: J . iifecfaron y qur sii.uficaciOn a d a ~ e r d i d para a C.
$)ti6 fantasías surgieron en ese momento y cómo apareció e ñ V
P ( 4 ~iialicisla relación k
Cr.
l- M
Y) u 296 Jacpin-A1.m mil le^ Freud y la teouí~de la cultur~297

$ $ Freud señala que la transformación de lo senial y la patei-


nidad son, ambos, hecl-ias que permiten ser simbolizados. No
cs la palabra la que efectúa la represión y la subJimación.
cho de estar situados en el lenguaje
- , nos vuelve e n f e r m z
se puede dudar de la maternidad, en tanto que para el padre i i1r.i coloca fuera de la naturaleza. El tratamiento de esa enfer-
es necesaria una declaración oficial para acreditarlo. Él es tiiraclnd se da a través de la propia enfermedad, por el acto de
C
e siempre simbólico, mientras que la madre es fundamental-
1,i palabra. ¿Y a qué conduce el tratamiento analítico?A la po-
eE mente ,ea!. A pesar de todas las hansformaciones, la parerni- ~ i i i ~ i i >del
i z analista, a una posición silenciosa en el campo del.
'dad es una invención social. Teniendo la madre una base bio- 1c~ry;uaje. Por esta razón, el analista siempre tiene un senti-
lógica, nada impide que la cultura humana introduzca en la iiiicwtn de culpa.
maternidad el papel de la incertidumbre. Consecuentemente, I,cs doy la palabra a ustedes. Agradezco a Joseph Alonso y
de nuevo encontsamos la barra de la metafosizaci6n como se ,i r 'Clio Garcia, a quienes debemos en gran parte este evento,
presenta en el análisis. 1.1 t~riloquioen Belo Horizonte.
Entre los analistas era común reforzar su papel de interdic-
tor y aconsejarle al analizante no tomar ninguna decisión im-
portante durante el análisis, porque sus investiduras Iibidina-
les podrían transformarse profundamente, y las consecuencias
de esas transformaciones eran de temer. Esto era admisible 1': Cuando habló del fantasma fundamental, usted lo arti-
cuando los análisis duraban 4 meses. ¿Pero cuando duran 9 o t'iil0 al goce del objeto a. ¿Seria posible articular el goce de2
10 años? No casarse, no cambiar de profesión ...durante 9, 10 I ~l)jillcia al goce falico en el campo de la perversión?
años, es mucho más difícil.No s61o eso: los anaistas también
pensaban que deberian tener el papel de padre y separar efec- !.-A.M: Esta pregunta proviene de alguien que ley6 a La-
tivamente al sujeto del objeto. No obstante, la interdicción 1 .iii. 61nigdstuie*
proveniente del anfilisis no proviene de ninguna prohibición 81FP de Diógenes, un goce autoerótico. La cuestión del goce '
del analista, sino de este imperativo único: ¡hable! Hable de ~ ' ~ ~ i i i r ~ fue on a de las más discutida: por las mujeres psi-
n t nu
1 4 i,itialistas, con la intención $e localizar el goce en su cuerpo.

I ',I 1.3el hombre el goce fálico parece estar bien localizado. Sin
(liiihargo, se sugirió que la mujer tambien podía tener un %
~atoriedaddel s u g i ~ d simbolizar
e su experiencia, de atravT- i m tfhlico,
b eventualmenteClitoridiano. ipero de qué se trata?
sar el l e n ~ w a der su goce, que al-ser hablado,
pzmite que se produzca una sustitucion metafórica d c l e
-
i 11, un Roce autoerótico que a Freud le pareció primitivo. El
-. -- 0iiijr.to goza de su propio Cuerpo. Es difícil pencar que alguien
por el Iei~guaje. 1 biirlda gozar del cuerpo de otro. De cierto modo, el goce siem- 4

Gozar ael cuerpo del otro no es lo


io cuerpo.,Debemos di stin~uirel
~ ; U C Pd e i ~ t r o y anotarlo con una YA1'.
'
l<nla historia analítica es necesaria una interdicción preci-
del padre: "No d tu ene", ara con-
El verdadero padre, que Freud nos presentó de una rnane- L Iilcir al s u i e t o ' ~ g , O C eÉS- .
ra mitica, es la palabras; el sujeto del inconsciente es su efec- i,I c.s la estructura elemental del goce. Del mismo modo, ':No a
Freud y h teoría de In cultura 299

I\ debes encontrar tu objeto sexual en la familia". Es por esta ra-


zón que Lacan va a decir que el goce del Otro es la metáfora
P: Inaudible.
J.-A.M.Los objetos que no veo, jexisten o no? Parece cier-

f
del goce del propio cuerpo. ~ p o r i - to que los objetos que no veo pueden existir perfectamente.
zar el goce autoerotico. En El Selnznario 20, Aun, Lacan abor- IJnsta tomar términos abstractos como inconsciente, Verdran-
da, justamente, la metsfora reIativa a la sustitución del goce. girng, para obtener palabras que indican objetos que nunca
__YI
voy a ver como los veo a ustedes ahora. Puedo verlos sin co-
P: El materialismo histórico habla de Estado sin poder. tiocerlos y, no viendo a la Verdrhngulzg, conocerla muy bien.
~ C Oseria
~ Ola relación naturaleza/cultura con la evolució~~ (;s~.os son conceptos abstractos. Ayer fue la primera vez que
del comunismo? I istcdes me vieron, pero yo existía para ustedes antes de eso.
Q Ilxistia desde el momento en que el simposio colocó en sus
J.-A.M: El Estado futuro sin poder es un bello horizonte y li,ipeles: "Miller en Belo". Estas palabras fueron suficientes
9
i
simpatizo con la idea. Al mismo tiempo, las relaciones sacia-
les producidas por este ideal na parecen responder, en la ac-
,*ira hacerme existir sin ser visible. El lenguaje permite que
4 objetos no visibles existan para el. sujeto.
tualidad, a la idea de un Estado sin poder. Pocas sociedades
presentan una idea tan fuerte del poder como las inspiradas P: Me gustaría escuchar su definicion de ética del psicoa-
3 fl por ei materialismo dialéctico. La disolución del poder pre-
vista por Lenin en su libro sobre el Imperialismo parece no
ii,ílisis.Es un tema polémico y extenso, ¿pero hasta qué pun-
i ri es singular, propia, especifica, dentro de la ética universal,
haber tenido lugar. Nunca se vio un estado sin poder en la ,i1.i stotelica, teológica? ¿Cómo seria la etica del psicoanAlisis?
historia humana. En el futuro de la humanidad podr6 haber
todo tipo de sorpresas posibles. Por razones estructura le.^ Be1 j.-A.M: ¿Se refiere a la ética del psicoanálisis como particu-
-ser humano es muy difí-ra el animal hablante, un I,ir cn contradicción con la ktica universal? ¿Es ésta su pre-
Estado sin v& porque upq&&nguaJe impone wr po-
der, desde la relación mínima: Si- S2. El termino "amo%&
--- - ):i~nta?
Cuando Lacan habla de ética del psicoanálisis esta hablan-
- p l e n g u a j e trabajo de a n a l i s i c n - i lo de la ética de la práctica analítica. No es una ética para to-
u o ~ a l t tiene el lugar i Iii el mundo, universal. Es una ética de los analistas y de los
del aino es w- . tiPJle
PS ~ n i i i ~
.n au
e ,inalizantes, una ética del discurso analitico. No es peculiar a
hablar, Se trata de subvertir la relación de poder, no hasta que ixda analista, es la ética de la praxis. Hay una ética de la uni-
desaparezca, pues quien dirige el tratamiento es el analista. vc%rsidaddonde hay una transmisibn generalizada dirigida al
Dirige el tratamiento de manera tal, que debe obtener la des- ~~iiblico. En Francia, por ejemplo, es obligatorio en cada exa-
trucción de su propio poder, de la transferencia. El análisis es rilcn en la universidad abrirle las puertas a cualquiera. Es una
el Unico vinculo sonal donde el que tiene lugar de amo, tiene r.i~glamentación de la ética de la universidad en Francia; no es
como objetivo la destrucción de su propio poder. Debe permi- 1;) etica del psicoanálisis, pues las puertas de los consultorios
~tirlec a o 'n s c i n s t é ¿ d e T a i o i y 110 pueden abrirse al público. Al contraria, en los consultorios
2 e p a r a ~ s ede ella. Cuando esto se realiza, se produce un aB- iIc psicoanálisis las puertas deben estar cerradas, porque im-
téntico final de análisis. Puedo responder, sin modestia, que
el hnico eitado sin poder del ser humano es el final de
análisis.
1 plica una intimidad que no debe ser dicha a todos. Conse
c~ucntemente,la ética de la práctica universitaria y la psicoa-
ii;ilitica son distintas.
La ética propia del análisis tiene que ver con el amor. No
la de conducir al ser humano a la verdad universal a través
del amor. Lacan dice: "Sbcrates fue un preanalista". La etica
del psicoanálisis rechaza el amor, en vez de generarlo, para
permitir que se desnude la fórmula del fantasma fundamen-
tal. La palabra ética tiene un fundamento: no rechaza el de-
seo, va en su dirección. Sergio de Castro dijo ayer que, en la
obra de Freud, el sentimiento de cuIpa es de tal orden que, ca-
da vez que alguien acepta las intrusiones de su superyó, de-
b 3 1 0 ,
la ética del psicoanálisis dice que si se puede culpar (de a l g 3
a alguien es de no ir eri la dirección de sil r l ~ s ~ r l , -
La ética peculiar a cada individuo, vinculada a1 fantasma Voy a hablar de este lado porque necesito el pizarrbn, que
fundamental, es una manera de manejar la relacihn del sujeto , cs como una representación familiar del lugar del Otro, por-
con su goce y con el Otro. En los términos analíticos de Lacan, , que sobre su superficie se pueden escribir símbolos, sigmfi-
se puede hablar de Idchcté, de cobardía del sujeto obsesivo i ntec. Este desplazamiento que me conduce hacia un lado
frente al deseo. Se puede también hablar de coraje, y todos los 11 pizarrón es habitual, pues siempre estoy hablando desde
valores tradicionales tienen una traducción para cada uno con 1 lado. A veces, me parece que estoy conversando con el pi-
respecto al goce. A partir de alli, se puede hacer la metáfora zarrón. Ésta es la primera y la tercera vez que estoy hablando
propia que se relaciona al goce del Otro. Honestidad, cobar- cn Belo Horizonte sobre psicoan~lisis.Es la primera de dos
día, coraje: todos esos valores se refieren a modalidades del conferencias con el titulo: "Consideraciones sobre la clínica
goce. Podemos suponer que el coraje seria la mayor arma de ~~sicoanalitica";en realidad, es la tercera, porque ya di una
los hombres en la guerra, de los militares: profesionaIes de la conferencia pública en el coloquio de "Psicoanálisis y cultu-
violencia y del coraje. Lacan, A prop6sito de los militares fran- ra", a partir del tema "Teoria de la cuItura en Freud", y esta
ceses, expresa que si alguien elige la carrera de las armas, del mañana, la segunda, para una audiencia más restringida,
coraje profesional, lo hace por miedo a las mujeres. ! compuesta por miembros del Simposio de1 Campo Freudia-
ft 110, cuando hice un extenso comentario improvisado sobre un
Belo Horizonte i casa de psicosis, presentado por CeIso R. Lima en la Sección
20-3-88 Clinica. De este modo, al mismo tiempo, voy a recomenzar y
continuar, teniendo en cuenta el hecho de que la audiencia
aquí presente es más profesional, más comprometida con el
psicoanálisis, y supuestamente más erudita en Freud y Lacan.
2 Al mismo tiempo, tengo que considerar que este lugar pa-
i 54. ~
~ e wlpccr
d c dq rece más serio que el de1 coloquio. A veces, las multitudes, de-
-&~iem ~3 de. n o m bi masiadas personas para el. lugar disponible, tienen su venta-
ja, por una razón estructural: habiendo en un local menos
lugares que personas, hay un plus de goce. Esto no debe en-
Sobre la clínica psicoanalitica 303

tenderse inmediatamente. Hay cosas dichas para ser com- y,;irse. Simplemente, es para avanzar con Eas ideas que estoy
prendidas de inmediato v otras vara dar idea de un cierta lomando la obra de Freud de la manera aceptada por todos. '
I -
(nisteño a ser elucidada. És una iuestibn matemática: un lu- Juntando las dos vertientes, podríamos tener lo que se lla-
gar para cada persona Ó más personas que lugares. ina, en el lenguaje de la física-matemática, la teoría unificada
Ciertamente, estoy hablando para usted&, que . &
pueden r lcl campo freudiano. Éste es actualmente ej. camino de mi
verme y oírme en el presente. Al mismo tiempo, sin embargo, ~wnsa"ento: la teoria unificada del campo freudiano consti-
debo confesar que hablo para mi mismo, porque continuo mi Iuye la base de la clínica analítica, y podemos adoptar como
trabajo. En la práctica no hay diferencia entre trabajar en Pa- Iilsis que tal unificación se funda en el uso generalizado de la
rís, en un curso, en un seminario, o hacerlo afuera, como aho- Iiiirra y que este camino está indicado por Lacan en la lectura

1
ra en Belo Horizonte. No es mi costumbre perder una o dos i I 1 b 1+eud y en la práctica analítica. Esta barra proyectada en el
horas repitiendo lo que ya fue dicho. Prefiero aprovechar el 1 iizarrón es, ciertamente, un significante, porque no tiene sen-
tiempo disponible dando continuidad a lo que ya fue inicia- 1 itlo en si misma. Podría ser s61o la tentativa de verificar si se-
do. De este modo, voy a trabajar ahora con las cosas que me viii posible escribir algo sobre el pizarrón. A veces, para ase-
preocupan en este momento, y que, eventualmente, expondré i;iirarse de que una lapicera funciona, se hacen marcas y
en París cuando regrese. l1,i rras sin ningún sentido, a no ser el de saber si hay o no Sin-
Como participamos de un seminario, tengo algunos textos c.n la lapicera. Incluso esta barra es un significante sin sen-
de Freud para comentar lo, y lo recibir6 de mis palabras, no uno, sino varios, mien-
Voy a continuar a partir de la barra, que constituye este lu- as continúa siendo la misma barra. El hecho de que asuma
gar, el lugar del.significante, lo que me interesa de ella. La ba- i Iivcrsos sentidos impide su uso automático, como en la mú-

rra, aquí horizontal, puede ser inclinada y también vertical. b i i i - r i , por eiemplo.
,A

Corresponde a un verdadero sínibolo operativo, utilizado


como tal por Lacan en sus maternas. Es un símbolo lacaniano,
a veces mal transmitido, porque aparece entre otros símbolos
- La barra horizontal es de sustituci6n, símbolo indicativo
iIi1 que en lugar de un termino viene otro. Al decir ~ I u
,,iisli tuye al otro, entrarnos gradualmente -como siempre es
n:P

que esconden su función. Transcribe, sin embargo, con perfec- iii~cccariohacerle en el terreno de ia iogica del. significante.
cibn lo que puede Ilamarse funcionamiento conceptual de la E I,iv alli un ordenamiento cronológico. Uecirnos ~rimeramez-
teoría freudiana. Es wi, símbolo que, destacado como tal, per- 11% clue hay mo; en segundo lugar, que hay otro sustituyendo
mite que se lo use como generalizador y unificador de la teo- :i I primero. I3odemosdejar escrito esto eiz un rincón del pus-
" .
ría analítica. En Freud podría presentarse dividido entre dos
7
vertientes: la primera, los complejos de Edipo y de castración; bsta simple escritura, 2/ 1, expresa que el segundo sustitu-
y la segunda, usualmente llamada metapsicología. yc al primero. Ya dimos un paso de mucho peso, bien freudia-
Por u n lado, hablamos de la madre como objeto primor- iiii, que nos permitirá preguntar si hay originalidad en Lacan
dial, del padre como interdictor, como castrador y también ;iI decir que el Otro es primario; el Otro ya está siempre cons-
como objeto de identificación primaria; así está en el capitulo liluido y, de cierta manera, el sujeto viene en segundo lugar.
VI1 de la Psicología de las masas (Massenpsychologie. Por otro la- E Y seauimos advirtiendo que el esquema tan simple de la sus-
u
do, hablamos del aparato psíquico, del pensamiento, de la li tución imnlica aue el UAO, sustitiido por el O&, está supri-
percepción, del principio del placer, de la realidad en la di- inido, esE b a r r a d o , F o en otro sentido, pues constituye el
mensión psíquica, Esto, dicho con prudencia, no puede ne- * G í m , , w n d ~ . -Podemos leer también que el primero
e-
Sobre 10 clfnica psicoonalitica 305

soporta al segundo. Esta reducción tan simple podria expli- I ~ I I iiietáforas, sólo hay unas pocas, como por ejemplo que el
carse a los niños déescuela primaria. iEs mi ambición para el 1 4 i l 4 i r o de Marilia es la "flor del jazmín"; ejemplo que, real-
futuro del. psicoanálisis! CU-&do las cosas son realmente se- i~i(~irlc, para entrar en la metAfora no nos sirve tanto. Voy a re-
rias, no necesitan la cultura universitaria, no necesitan cone- )lihi.varpara mañana un poco de tiempo para leer Ma~flia de
xiones con la cultura general para ser bien comprendidas. I 1ii.i rvi y verificar por qué tiene tan pocas metáforas. Hay algo
Evitando algunas dificultades, la teoría de los conjuntos de 1 r,iíío: al abrir el libro, el primer poema me pareció total;
Cantor, inventada poco antes de la publicaci6n de La hterpre- t~it*nlc construido de manera de no contener metáforas po6ti-
facidn de 10s sueños, puede enseñarse a los niños de siete y ocho 4 .rb;, (11 contrario de los poemas de Góngora, por ejemplo.
años de edad. Sabiendo realmente de qué se trata el psicoaná- 1lc!spuéc de Lacan, la metáfora tiene una función y, toma-
lisis, hay eIementos de la lógica del significante que también i-timo tal, produce un determinado resultado a nivel de la
podrían ensefiarse a esa edad. Es más un horizonte que una I I i Cicacihn.
~ . . .Si verificamos conlo se traduce a nivel del signi-
- -

realidad. , I < l{i, 1;). escribiremos:


Con estas consideraciones tomemos la estructura de la me-
táfora, conbuida por Lacan a partir df=iicómo se
presenta o cómo se puede dar la estructura de la metáfora. - --,
partiendo de una cadena significante? Cuando la cadena ya
esta articulada, podemos representarla en su orden numérico.
En ella un significante viene a sustituir a1 primero. Podemos i ICesta forma, traducimos la funcibn en términos de s i p -
escribir la sustitución asi: un traspaso de la barra entre significado y signifi-
n i c l ~por
i
+ c

f'
iIc. Al decir esto, le damos un segundo sentido: barra de re-
Ir%riciaentre significante y significado. Y af haber metafora,
;i sustitución significante, se produce el traspaso de la ba-
1,
El resto, que es similar, forma el contexto que nos permite No voy a desarrollar lo que ocurre cuando, al contrario de
asegurar que hay sustitución de un elemento y, porque es fi- Ibi iiretáfora, hay metonimia, es decir, cuando no hay sustitu-
jo, podemos significarlo con una letra solamente. Así es la fór- I ,iiin sino coAexion, penerándose otra fórmula. ~ontinuemog
mula de la metáfora que encontramos en el escrito de ~ a c a n 1 li i c w , l~ablanclodc la metáfora, de la segunda metáfora sobre
"La instancia de la letra...": ibstructuraminima de la sustituci6n; a partir de ese argu-
%titotan simple Lacan introdujo la metáfora paterna como
Iiirmalización del Edipo freudiano. Lo que él llama metáfo-
paterna es, en primer lugar, la madre, y en segundo, el pa-
r*. Es una simplificaci6n que introduje en el coloquio y que
iclemos encontrar en los Escrifoc de Lacan, debiendo desta-
Compré un Iibro del poeta brasileño Gonzaga, uii libro de r ,I i; sin embargo, que se trata efectivamente del padre y de
poemas, Muri7ia de Dirceu, pues fui a Ouro Preto y leí algo so- IIi inadre como significantes. En Lacan, tanto el padre como la
bre 61 y su obra, Para mi sorpresa, a pesar de no ser un gran iiindre (ésta en el exacto sentido de la metáfora paterna) son
conocedor del portugués, me pareció que el poema era pobre I v , i tados como significantes.
306 Jlicques-Alliin Miller Cobre la clinica psicoanalft?ca 307

Nombre i~li~rncntos, padre y madre. Todo el pensamiento se resume en


-- * I ~ I ~ no I ' hay un matema de la relación entre el significante
M Deseo de la Madre I i g i i i i hre y el significante mujer. Todos 10s traumas sexuales
I ~ i Freud w encontró e n sus casos clinicos pueden leerse de la
En la metáfora, el deseo de la madre es algo muy precisz ?,¡~:II icnte forma: el sujeto, a,partir de la reladón padre-madre,
es el hecho de que, a veces, la madre est6 al lado del lujo y, i i v e deducir un materna de la relaci6n sexual, pero no logra
,;tras veces, no lo está. A este hecho, la articulación misma del ti*~ierlo; dispone solo de un término: el falo, a partir del cual
significante, Lacan 10 llamaba deseo de la madre. El signifi- i d e intentar escribir ese materna. Pero tampoco lo logra.
cante funciona en la alternancia de manera bharia, y cuando 10 sc logra que cada sexo, cada sujeto, se relacione con la
csi, habla de1 deseo de la madre. se refiere wrecisamente a la awa-
-u

-e-
rición y a la desaparición de ésta corni significante; es corno n e1 otro. ¿Me entendieron? Podemos decir, por a p r z
significante que habla. i,ici6nr que cada sujeto está casado con la función del falo
:Qué traduce la fórmula P/M? \ I i(i con el otro sexo. A partir de allí, tenemos una dimensión
ELhecho de
la madre. Y, de hecho,=
(parece una canción laca-

sustituciiin significante responde a Lo que vincula a la madre


lm,i ~xinocida,o por lo menos ya ordenada, del casamiento.
I lay una tercera versión de la barra: el deseo de la madre,
; 1 4 :iij;nificante DM. Nuestra tesis es que no se sabe el cignifi-

-
Y la respuesta, en la teoría analítica por 1s me-
falo. La fórmula anterior, aun con su simplici-
dad, tiene una ventaja teórica máxima, pues permite unificar
los complejos de ~ d i y~deocastración, aemo&rando cómo se
1
4 ,iilo de sus movimientos, de sus apariciones y desaparicio-

i i i u hSegún
~.
~st~nta
Lacan, el significado del ir y venir maternos se re-
con una X, y de la metáfora -que sustituye el
i i iCicante de la madre por el del padre- surge la significa-
vinculan el uno con el otro, lo que nos permite decir que tene-
mos allí un materna, una fórmula cuasimatematizada, el ma-
tema de la relación padre-madre, que constituye una estmc- 1 i i Fhlica. Debajo de la barra hay un "no sé qué"; no s& qu6
1 , . Iii que causa el deseo, no se qué goce hay en ello En el r m-
i i i t h i i t c ide Ia sustitución significante surge lo que estaba por
I I ~ l i ;jci:i el "no sé quk" se sustituye por la función fálica. Se es-
1 0 así:

Es muy importante percibir que la relación padre-madre


es un matema, porque nos permite entender lo que Lacan qui-
so decir cuando afirmó que no hay relación sexual, no hay Antes habia "no sé qué", un no sé qué de deseo, de goce,
fórmula de la relación sexual. Repetl esto en el coloquio. Pero 1 ~ t * i al
r ~ final está la función del falo, que escribiré sin entrar en

no hace mucho tiempo que empec6 a entender esta afirma- Ir i!, iictalles de la escritura:
ción de Lacan. Es algo que presenta una gran dificultad en ser
comprendido: no hay relación sexual. Podemos colocarlo en
contraposición con la metáfora paterna y ésta, efectivamente,
nos da un matema, una relación matematizada entre los dos

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