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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación.

U.E.C. “Don Andrés Bello”.

4to Año Sección “A”.

Cd Bolívar-Edo Bolívar.

INJERENCIA DE LOS EE.UU


CONTRA EL MUNDO.

Profesor: Alumna:

Ysmael Maurera Carolina Reis#20.

C.I:31.640.262.

Ciudad Bolívar; 04 de marzo del 2019.


Introducción

La intervención militar de Estados Unidos, en sus diversas formas, es uno de los


mecanismos del imperialismo, que tiene como objetivos la apropiación de recursos
estratégicos, el control territorial, la explotación de la fuerza de trabajo, la expansión del
modelo económico neoliberal.

Eso se verifica en todos los casos de intervención militar promovidos por el Pentágono,
sea en América Latina, donde los principales focos actualmente son Colombia, Haití y
Paraguay, o en otras regiones, como en Oriente Medio.

La estrategia militar del gobierno estadounidense incluye: implementación de bases


militares, entrenamientos y presencia de tropas en territorio extranjero, inversiones en
tecnologías de monitoreo, espionaje y proyectos de infraestructura. Esta estrategia está
basada en diversos pilares, desde la intervención directa hasta campañas de propaganda
y difamación, pasando por procesos de las llamadas “guerras de baja intensidad”, que
promueven la opresión y estimulan la violencia contra poblaciones de baja renta,
urbanas y rurales

El objetivo de este trabajo consiste en señalar los principales aspectos de la política


norteamericana hacia los países en especial Centroamérica durante los últimos años. Al
mismo tiempo, intenta hacer un resumen de los principales impactos de esa política, así
como de las reacciones que frente a ella.

La investigación también analiza críticamente las implicaciones de mediano plazo de las


nuevas prioridades de los EE.UU. en el área centroamericana después del 11-S
(atentados del 11 Septiembre de 2001), teniendo como telón de fondo un elemento
clave: la negociación de un Tratado de Libre Comercio entre los EE.UU. y
Centroamérica a lo largo del año 2003.
AFGANISTAN

Capital: Kabul

Gobierno: República islámica (segundo gobierno de Hamid Karzai)

Población: 32.738,376 (estimada hasta 2008).

Desde el 7 de octubre de 2001, tras los atentados del 11 de Septiembre, EE UU lleva a


cabo operaciones antiterroristas contra Al Qaeda, los talibanes y otras fuerzas asociadas
en Afganistán, Estados Unidos de América firmó una guerra contra el terrorismo
internacional. El Presidente norteamericano inició esta respuesta con la firma de una
orden tendente a bloquear los activos financieros de los grupos terroristas. A diferencia
de otros conflictos anteriores, esta guerra se iba a librar tanto sobre suelo propio como
extranjero. En consecuencia, los días posteriores a los ataques, se inició un despliegue
de tropas americanas al Sudoeste de Asia y países circundantes a Afganistán.

La respuesta militar al 11 de septiembre de 2001 fue denominada “Operación Libertad


Duradera", aunque antes se había denominado "Justicia Infinita". Dado que para los
musulmanes solo Alá (Dios) puede proporcionar Justicia Infinita, y con el ánimo de no
ofender convicciones religiosas se sustituyó la denominación inicial por "Libertad
Duradera".

La Operación Libertad Duradera comenzó el 7 de octubre de 2001. Las operaciones


iniciales de combate incluyeron ataques aire suelo a cargo de los bombarderos B-1, B-2
y B-52, de los caza-bombarderos F-14 y F/A-18, así como misiles de crucero
Tomahawk lanzados barcos y submarinos americanos y británicos.

Los objetivos militares iniciales de dicha Operación, fueron expuestos por el Presidente
Bush el 20 de septiembre durante la Sesión Conjunta del Congreso y su alocución al
país el 7 de octubre, e incluía la destrucción de campos de entrenamiento terroristas y su
infraestructura dentro de Afganistán, la captura de líderes de Al-Qaeda y el cese de
actividades terroristas en Afganistán.

Desde el año 2001 y hasta el 1 de diciembre de 2009, 1.532 soldados extranjeros


murieron en Afganistán, entre ellos 929 estadounidenses, 236 británicos y 133
canadienses. [3]

Este es el detalle de las fuerzas por país al 22 de octubre de 2009:

Estados Unidos de Norteamérica: 34.800

 Gran Bretaña: 9.000 (El gobierno anunció el envío de 500 más)


 Alemania: 4.500
 Francia: 3.750
 Canadá: 2.830
 Italia: 2.795
 Holanda: 2.160
 Polonia: 1.910
 Australia: 1.350
 España: 1.000
 Rumania: 990
 Turquía: 720
 Dinamarca: 690

Con cantidades menores de efectivos, siguen Bélgica (530), Noruega (480), República
Checa (480), Bulgaria (460), Suecia (430), Hungría (360), Nueva Zelanda (300),
Croacia (290), Albania (250), Lituania (250), Eslovaquia (245), Letonia (175),
Finlandia (165), Macedonia (165), Estonia (150), Grecia (145), Portugal (145),
Eslovenia (130), Azerbaiyán (90), Emiratos árabes Unidos (25), Bosnia Herzegovina
(10), Ucrania (10), Singapur (9), Irlanda (7), Luxemburgo (8), Jordania (7), Austria (4),
Islandia (2) y Georgia (1).

En el transcurso de 2010 habrá un aumento considerable del número de soldados


procedentes de los países de la OTAN aparte de Estados Unidos. Eso se añade a los
aproximadamente 36.000 soldados no estadounidenses que ya están sobre el terreno.
Pero no se trata sólo de cifras. Se trata de estrategia. En enero de 2010, Estados Unidos
envió otros 30 mil soldados a Afganistán, pero a su vez anunció que se retiraría en
2011.

Políticamente el presente de esta nación, está representado por las elecciones de fines de
2009. Hamid Karzai con segundo mandato, es el vencedor de unas elecciones en las
que todos han perdido. Perdió él, que se dejó casi todo su crédito político y la
legitimidad en el camino; pierden los afganos que tras 30 años de guerras y ocho de
supuesta democratización y reconstrucción siguiente

Aun siendo las víctimas principales, y pierde Occidente que ha invertido más de 65.000
millones de dólares y entregado la vida de 1.502 de sus soldados en un conflicto que se
ha empantanado en todos los frentes, en el militar, ante los talibanes que en 2007
recuperaron la iniciativa, y en el político, por la inestabilidad. Es el peor escenario para
Barack Obama y la OTAN.

La gestión de la seguridad del país está ahora en manos de las autoridades afganas
aunque EE UU continúa atacando, independientemente, a militantes de Al Qaeda y los
talibanes. Actualmente, han muerto 2.360 militares estadounidenses en Afganistán,
según iCasualties, que contabiliza Las fuerzas estadounidenses permanecen en
Afganistán con los propósitos de detener el resurgimiento de lugares seguros que
permitan a los terroristas amenazar a Estados Unidos o sus intereses, respaldando al
gobierno afgano y a los militares afganos mientras enfrentan a los talibanes en el terreno
y crean las condiciones para dar soporte a un proceso político que permita alcanzar una
paz duradera", señala el informe arriba mencionado. Las muertes en el conflicto.
IRAK

La invasión de Irak, que ocurrió entre el 20 de marzo y el 1 de mayo de 2003, fue


llevada a cabo por una coalición de países, encabezados por los Estados Unidos junto
con el Reino Unido, Australia y Polonia. Otros países estuvieron involucrados en la fase
de ocupación. La invasión marcó el inicio de la guerra de Irak. La intervención militar
en Iraq ha sido uno de los objetivos políticos de Estados Unidos durante 13 años para
tomar el control en zonas petroleras y asegurar el abastecimiento energético de su país,
sin importar las muertes.

La intervención militar de los Estados Unidos y Gran Bretaña en Irak articuló fines
estratégicos y morales alrededor del tema de la seguridad internacional. Su justificación
y su crítica se situaron simultáneamente en los planos estratégico y moral. Los Estados
que la justificaron argumentaron que la intervención militar era una solución dolorosa
pero la única realista para desarmar el “satánico” régimen de Saddam Hussein y
asegurar la seguridad internacional. Los opositores denunciaron sus fines económicos y
políticos, y defendieron la credibilidad de las inspecciones del Consejo de Seguridad de
la ONU como la única manera de buscar soluciones pacíficas a los problemas de
seguridad internacional, y para evitar introducir más inestabilidad en la región. Los
partidarios de la intervención militar denunciaron a su vez los fines económicos y
políticos perseguidos por Francia, Alemania, Rusia y China, que decían defender una
visión alternativa de las condiciones sostenibles del orden internacional. De la guerra
diplomática de posiciones1 se pasó a la intervención militar. El realismo político
impuso, después, buscar un consenso diplomático alrededor de la situación de hecho
creada por la intervención. La operación fue también presentada como una manera de
liberar al pueblo iraquí de la opresión del régimen de Saddam Hussein. Sus opositores
denunciaron las contradicciones del método empleado – sobre todo por sus
consecuencias humanitarias- pero todos coincidían con que la caída del líder iraquí sería
un progreso para la libertad, la democracia y los derechos humanos. La racionalidad
instrumental de los intereses geopolíticos que compitieron para definir las condiciones
sostenibles del orden internacional y la racionalidad sustantiva de los valores que
fundamentaron la justificación y paradójicamente el rechazo moral de la intervención,
coincidieron en todo caso, para admitir que la consolidación de la paz mundial y el
progreso de la democracia convergían.

En sí, La invasión de Irak provocó una fractura política entre las grandes potencias, que
se dividieron entre aquellas que se opusieron activamente a la invasión, como lo fueron
Francia, Bélgica, Alemania, Rusia, China (además de otros países que mostraron una
oposición pasiva), y aquellos que sí apoyaron públicamente a los Estados Unidos, como
fue el caso de Reino Unido, España, Polonia, Portugal y otras naciones que integraron la
coalición. La invasión (y por consiguiente, la guerra) también ocasionó que se diera la
primera manifestación ciudadana global en la historia en contra de un conflicto.
El 16 de marzo de 2003, se produjo la Cumbre de las Azores, donde los líderes de los
Estados Unidos, Reino Unido, España y Portugal anunciaron un ultimátum al gobierno
baasí de Saddam Husein para que procediera al desarme.

El entonces jefe del Gobierno español, José María Aznar, aludió a que la intervención
respondía a la convicción de que aquel gobierno constituía una amenaza para sus
vecinos y para los propios países occidentales. Recordó que en ocasiones las
intervenciones militares se hacen bajo el mandato de las Naciones Unidas, como en el
caso de Afganistán en 2001, y en otras ocasiones, sin mandato de las Naciones Unidas,
como en el caso de la guerra de Bosnia en 1992. Afirmó también que España no
participaría en esa guerra sino que únicamente apoyaba a los aliados, pero que en
ningún caso, el ejército español participaría en la invasión

El 20 de marzo de 2003, sin que mediara alguna declaración de guerra por alguna de las
partes, comenzó el ataque de la coalición contra Irak. Para el ataque, los
estadounidenses habían dispuesto de 225 000 soldados, 800 tanques, 600 vehículos de
combate de infantería, 100 helicópteros, 200 helicópteros, 100 helicópteros de
transporte, 36 bombarderos y 4 grupos de combate marítimos. Para proteger a Israel, las
fuerzas de los Estados Unidos desplegaron tres baterías de misiles en Jordania.

Con la intención de defender al país, Saddam Husein ordenó dividir Iraq en cuatro
secciones y encargó la defensa de cada región a una persona de su entera confianza.
Para combatir, los iraquíes disponían, en teoría, de un ejército de 327 000 hombres, 400
000 reservistas y 2.200 carros de combate de origen ruso y chino.

El 1 de mayo de 2003, el presidente George W. Bush proclamó el fin de las principales


operaciones militares de la invasión desde la cubierta del portaaviones USS Lincoln, en
un acto que sería recordado por la frase “Misión cumplida!!”, la cual fue pronunciada
por el mismo mandatario estadounidense y escrita en una enorme manta que ondeaba
sobre el barco. La coalición perdió 173 soldados y aproximadamente 542 resultaron
heridos durante las primeras batallas de la invasión. No se conoce el número exacto de
bajas entre las fuerzas armadas iraquíes, pero diferentes fuentes estiman que sufrieron
entre 4000 y 6000 muertos. A partir de entonces, el gobierno estadounidense comenzó a
poner en práctica una serie de medidas encaminadas a instaurar un nuevo gobierno de
transición y control en Iraq. Sin embargo, la resistencia iraquí estaba lejos de ser
completamente doblegadas y algunos sostienen que el ejército estadounidense
únicamente logró la ocupación del país, pero que la guerra todavía no ha terminado.

Según el reporte del gobierno de Trump, las tropas estadounidenses en Irak siguen
realizando bombardeos contra las células residuales de Estado Islámico, las cuales aún
conservan capacidad para ejecutar ataques mortales y representan una amenaza
significativa en contra de la población civil y de la estabilidad regional.
Estados Unidos también asesora y trabaja en coordinación con quienes entrenan y
equipan a algunos cuerpos selectos de las fuerzas iraquíes, incluyendo a los peshmergas
kurdos, con el fin de evitar el resurgimiento de Estado Islámico.

LIBIA

La intervención militar en Libia de 2011 fue una operación militar multinacional


desarrollada bajo el amparo de la ONU, con el objetivo de cumplir lo dispuesto por la
Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la que se
autorizaba la adopción de todas las medidas necesarias para proteger a los civiles y las
zonas pobladas por civiles que estén bajo amenaza de ataque de las fuerzas leales al
gobierno de Muamar el Gadafi y en la que se establecía la prohibición de todos los
vuelos en el espacio aéreo, al tiempo que se autorizaba a adoptar todas las medidas
necesarias para hacer cumplir dicha prohibición.

Las operaciones militares comenzaron el 19 de marzo de 2011, con el ataque de los


cazas Rafale del Ejército del Aire Francés a un número indeterminado de carros de
combate de las fuerzas leales al gobierno de Gadafi, que fueron destruidos. Esa misma
noche, las fuerzas navales estadounidenses y británicas iniciaron el lanzamiento de más
de 110 misiles de crucero Tomahawk.

La coalición inicial formada por Bélgica, Canadá, Catar, Dinamarca, España, Estados
Unidos, Francia, Italia, Noruega y Reino Unido se amplió posteriormente hasta llegar a
16 países. La mayoría de los miembros de la coalición solo se ocuparon de hacer
cumplir la zona de exclusión aérea y el bloqueo naval, siendo Francia, Reino Unido y
Estados Unidos los países que lideraron las primeras operaciones militares ofensivas.

El 23 de marzo la OTAN tomó el control del embargo de armas decretado en las


resoluciones 1970 y 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El día 31
asumió, además, el mando del conjunto de las operaciones que se estaban llevando a
cabo en Libia.

El 17 de marzo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la Resolución


1973 por la que se autoriza la adopción de todas las medidas necesarias para proteger a
la población civil y el establecimiento de una zona de exclusión aérea. La resolución
contó con diez votos a favor, ninguno en contra y seis abstenciones.

Menos de 24 horas después de que se aprobara la Resolución 1973, el ministro de


Exteriores de Libia, Musa Kusa, declaró el alto al fuego, en respuesta a la resolución del
Consejo de Seguridad. Sin embargo, la artillería libia gadafista continuó con los
ataques, esta vez en Misurata y Ajdabiya, los soldados leales al gobierno continuaron su
avance sobre Bengasi

Tras la ofensiva llevada a cabo por el Reino Unido en Trípoli junto a la Fuerza Aérea y
la Armada de los Estados Unidos, también se bombardearon las ciudades de Misrata,
Zuara y Bengasi, en la cual el gobierno libio denuncio el asesinato de varios civiles por
ambas fuerzas.
El 24 de abril un avión no tripulado Predator estadounidense lanzó un ataque que, según
indicaría más tarde el Pentágono, sucedió a media tarde, sin señalar con exactitud los
blancos del bombardeo y con autorización del Presidente Barack Obama. en Trípoli el
17 de mayo, mientras que las tropas libias atacaron con fuego de artillería la ciudad de
Yefren, en el oeste del país. La incursión sucede dos días después que el secretario de
Defensa Robert Gates dijera que el presidente de Estados Unidos Barack Obama había
aprobado el uso de los aviones no tripulados Predator armados en la misión militar en
Libia y que los vehículos aéreos no tripulados podían ofrecer capacidades únicas a las
fuerzas de la OTAN que operan en el país del norte de África.

En la madrugada del 24 de mayo una serie de bombardeos sobre Trípoli causó al menos
tres muertes y más de 150 personas resultaron heridas. Cerca de veinte misiles fueron
lanzados contra un cuartel de la guardia popular oficial de Gadafi, en el que se
encontraban unidades voluntarias de apoyo al ejército. El portavoz del gobierno libio,
Musa Ibrahim, informó de que la mayoría de los muertos y heridos eran civiles que
vivían cerca del cuartel.

Sirte, el último reducto gadafista en pie, fue tomada el día 20 de octubre. En la batalla,
la cual llevó el nombre de dicha ciudad, el ex-líder libio Muamar el Gadafi, fue
capturado por los rebeldes y falleció por causas aún por determinar. Pronto aparecieron
vídeos de Gadafi poco antes de su muerte y de su cadáver. La ONU ha demandado una
investigación sobre su muerte pues, aunque el CNT asegura que murió a causa de sus
heridas en un tiroteo, hay bastantes indicios que apuntan que fue asesinado por los
soldados rebeldes que le custodiaron después de su detención.105106 El hijo de
Gaddafi, Moatassem, también fue capturado y ejecutado.

IRAN: RELACION CON EE.UU

Las relaciones entre Estados Unidos e Irán se iniciaron a mediados o fines del siglo
XIX, pero tuvieron poca trascendencia o controversia hasta la Guerra Fría y las
exportaciones de petróleo del golfo Pérsico. Desde entonces, se estableció una era de
estrecha alianza entre el régimen del Sah Mohammad Reza Pahlavi y el gobierno
estadounidense, período que fue seguido por un dramático retroceso y hostilidad entre
ambos países tras la Revolución iraní de 1979.

En la actualidad no existen vínculos diplomáticos formales entre Irán y los Estados


Unidos de América. Los escasos vínculos entre ambos países están mediados y
representados por terceros países. Así, los intereses de Irán en Estados Unidos son
defendidos por Pakistán, mientras que los intereses de Estados Unidos en Irán se
encuentran representados por Suiza.
INICIOS

La primera interacción entre Irán, entonces denominada Persia, y EE.UU. fue un


Tratado de Comercio y Navegaciones firmado en 1856 y mantenido hasta 1928. Dado el
escaso interés de los estadounidenses en los asuntos persas, cuando la administración de
Ahmad Shah Kayar solicitó consejo en 1911 para organizar su sistema financiero, los
consejeros americanos hicieron poca cosa. La reputación de los EE.UU. como socio
digno de confianza no se resintió por ello, de modo que los persas volvieron a solicitar
ayuda tras la Primera Guerra Mundial. En esta ocasión, la misión chocó con los
intereses de notables vinculados a Rusia y dejó su labor a medio hacer. Tras esto, no
hubo nuevas interacciones hasta la Segunda Guerra Mundial.

LA GUERRA FRIA: ¿DE QUE SE TRATABA?

La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, económico, social, militar, informativo y


científico iniciado tras finalizar la Segunda Guerra Mundial entre el bloque Occidental
Capitalista liderado por Estados Unidos, y el bloque del Este (oriental-comunista)
liderado por la Unión Soviética.

Su origen se suele situar entre 1945 y 1947, durante las tensiones de la posguerra, y se
prolongó hasta la disolución de la Unión Soviética (inicio de la Perestroika en 1985,
accidente nuclear de Chernóbil en 1986, caída del muro de Berlín en 1989 y golpe de
Estado fallido en la URSS de 1991). Ninguno de los dos bloques tomó nunca acciones
directas contra el otro, razón por la que se denominó al conflicto «guerra fría».

Las razones de este enfrentamiento fueron esencialmente ideológicas y políticas. Por un


lado, la Unión Soviética financió y respaldó revoluciones, guerrillas y gobiernos
socialistas, mientras que Estados Unidos dio abierto apoyo y propagó
desestabilizaciones y golpes de Estado, sobre todo en América Latina y África. En
ambos casos los derechos humanos se vieron seriamente violados.

Si bien estos enfrentamientos no llegaron a desencadenar una guerra mundial, la


gravedad de los conflictos económicos, políticos e ideológicos, marcaron
significativamente gran parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX. Las dos
superpotencias ciertamente deseaban implantar su modelo de gobierno en todo el
planeta.

Existe un cierto desacuerdo sobre cuándo comenzó exactamente la Guerra Fría. La


mayoría de historiadores sostienen que empezó nada más acabar la Segunda Guerra
Mundial, otros afirman que los inicios de dicha suceso se remontan al final de la
Primera Guerra Mundial, en las tensiones que se produjeron entre el Imperio ruso por
un lado, y el Imperio británico y Estados Unidos, por otro punto de vista . El choque
ideológico entre comunismo y capitalismo empezó en 1917, tras el triunfo de la
Revolución rusa, de la que Rusia emergió como el primer país socialista. Este fue uno
de los primeros eventos que provocó erosiones considerables en las relaciones ruso-
estadounidenses.
Conclusión

El estudio de las distintas estrategias de intervencionismo practicadas por Estados


Unidos en la mayor parte de Centroamérica, ofrece un complejo panorama donde se
interrelacionan entramados políticos, tácticas económicas e intervenciones militares.

Sintetizando la información que alegan la mayoría de las fuentes consultadas, la política


de Estados Unidos ha sido de apoyo al derrocamiento de poderes militares
antidemocráticos, a pesar de su brutalidad y corrupción. Su objetivo era en primer lugar
el control del orden público, pero también la desarticulación del comunismo y la
conservación de sus privilegios financieros a nivel internacional.

Su prioridad ha sido el aspecto militar y de seguridad, en un contexto de la Guerra Fría,


vendiendo armas de alto potencial destructivo contra la población civil y de nula
utilidad defensiva.

Ese amplio apoyo político y militar a los dictadores implicó las denuncias de las
democracias y una creciente antiimperialismo en la opinión pública internacional, así
como una posible gestación de una identidad común en la opinión pública, manifestada
en alguno de sus gobiernos, que a pesar de los variados matices nacionales.

Es necesario un intenso trabajo desde la perspectiva que nos brinda la historia, para
poder derrocar de una vez por todas estas ideas o ideologías tiranizante, que esconden
bajo una crítica al sistema democrático claramente imperfecto, los fundamentos que
inspiraron el odio contra la idea de igualdad en la que se basan los principios de la
democracia, que en este trabajo hemos pretendido defender.
Bibliografía

http://www.elpais.com/todo-sobre/pais/Afganistan/AFG/

https://fci.uib.es/Servicios/libros/articulos/renee/Invasion-a-Afganistan.cid222586

https://elpais.com/internacional/2015/07/16/actualidad/1437080327_309093.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-43438533

https://www.telesurtv.net/telesuragenda/Estados-en-Iraq-20161020-0030.html

http://www.scielo.org.co/pdf/rhc/n26/n26a04.pdf

https://es.wikipedia.org/wiki/Invasi%C3%B3n_de_Irak_de_2003

https://actualidad.rt.com/actualidad/266055-libia-verdadera-cara-intervencion-otan

https://es.wikipedia.org/wiki/Intervenci%C3%B3n_militar_en_Libia_de_2011

https://es.wikipedia.org/wiki/Relaciones_entre_Estados_Unidos_e_Ir%C3%A1n

https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_Fr%C3%ADa#Antecedentes

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