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Oposición

naturaleza y
cultura

Antropología

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Oposición naturaleza y cultura
Figura 1

Para responder qué es el hombre y cómo llegó a ser tal, Lévi-Strauss recurre
a la distinción entre naturaleza y cultura.
Para contestar por qué las culturas difieren entre sí, recurre a la noción de
diversidad cultural.
El punto de partida del análisis de Lévi- Strauss es un desacuerdo con los
evolucionistas. Para éstos la diferencia entre naturaleza y cultura tenía una
significación histórica y buscaban los fundamentos de esa distinción en
pruebas empíricas que mostraran el momento en que se produjo la
separación entre ambas.
Pero para Lévi-Strauss es inútil buscar pruebas empíricas ya que es imposible
pensar una fase de la evolución de la humanidad (el hombre como género)
en la cual no se hayan desarrollado formas de actividad que sean parte
integrante de la cultura. A un nivel individual, la pregunta es ¿cómo
reconocemos que la respuesta del hombre-individuo frente a una situación
es cultural o es natural? ¿Cuándo responde con su naturaleza y cuándo con
su cultura?

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Lévi-Strauss plantea, a su vez, que se podría encontrar esa distinción con el
aislamiento de un recién nacido, y que hubo casos donde el “azar” dio esa
oportunidad con los casos de “niños salvajes”. Pero la única consecuencia
válida que se sacó de esas experiencias es que el hombre, siendo el único
animal que se domesticó a sí mismo, no puede volver a un estado natural
(como un animal doméstico) porque no existe comportamiento natural de
la especie al cual el individuo aislado pueda volver por regresión.
Concluye, por lo tanto, que la distinción entre naturaleza y cultura no puede
estar presente a nivel de los individuos.
A nivel de la especie, la distinción parece que puede despejarse a partir de
la comparación con otras especies, comparando el comportamiento
humano con el comportamiento animal. Hubo intentos de este tipo de
búsqueda.
Algunos buscaron la respuesta en los niveles superiores de la vida animal
(confrontando especies), intentando encontrar signos precursores de la
cultura en el comportamiento de otras especies. Así, se han analizado a los
insectos, aquellos que viven en “sociedad” pero, para Lévi-Strauss, a esas
“sociedades” les falta un esbozo del “modelo cultural universal”, es decir,
lenguaje, herramientas, instituciones sociales, sistemas de valores.
También se han realizado experiencias con monos antropoides pero ha sido
imposible extraer conclusiones generales a partir de la experiencia ya que
en estos animales “donde no actúa el instinto hay un vacío, no se puede
establecer una norma a un nuevo nivel”.

Figura 2

En consecuencia, para Lévi-Strauss, se cae en un círculo vicioso al buscar en


la naturaleza el origen de las reglas institucionales “que suponen aún más
que ya son la cultura y cuya instauración en un grupo depende ya del
lenguaje”.
Pero al no
comportamiento de ninguna norma, Lévi-Strauss considera que
hay que partir justamente de ese punto, de la ausencia de reglas/ normas a

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nivel del comportamiento natural, para comprender la distinción entre la
naturaleza y la cultura. Así, plantea que la ausencia de reglas en la naturaleza
es el criterio más seguro para establecer la distinción entre un proceso
natural y un proceso cultural.
Si la “ausencia” es un criterio negativo en la naturaleza, por oposición es un
criterio positivo en la cultura. En los comportamientos “sustraídos a las
determinaciones instintivas” la regla aparece como un criterio positivo.
Por lo planteado, Lévi-Strauss dirá que la prohibición del incesto posibilita el
paso de lo animal a lo humano o de la naturaleza a la cultura. Con ella, la
sexualidad humana deja de ser un mero hecho instintivo o biológico dirigido
a la acotada reproducción de la especie, para convertirse en un acto cultural
regido por arbitrariedades y convencionalidades como dirigido a fines más
vastos que el de la procreación.
De allí que para Lévi-Strauss toda sexualidad humana es contra-natura, en la
medida que para él, la prohibición del incesto demuestra como la cultura (el
orden arbitrario y convencional; la regla) se inmiscuye en la llamada
naturaleza y la organiza. El sexo, plasmado en la institución matrimonial, esa
a la cual Malinowski le daba un carácter de función para satisfacer
necesidades (biológicas), en Lévi-Strauss se analiza en el entramado
(estructura) cultural de cada pueblo y, más particularmente, en las redes del
parentesco (ver su libro; “Las estructuras elementales del parentesco”),
creadas arbitraria y convencionalmente pero universales, generales o
comunes en todos los hombres a los fines de gestar alianzas entre ellos.
La entrada del matrimonio “en” la naturaleza es la prevalencia de la ley “en”
la naturaleza, una ley que es social, que establece los umbrales de
diferenciación entre el hombre y los animales, entre la cultura y la
naturaleza, entre lo instintivo y lo social. Posibilita la organización de la
sociedad a través de la exogamia, es decir, la posibilidad que un hombre
renuncie a un miembro de su parentesco (ej. La hermana) para tomar una
esposa fuera de su grupo de parientes, en otro grupo. Esto trae consigo la
reciprocidad de los grupos entre sí. El matrimonio entonces es una alianza
entre diferentes familias.
La procreación de los hijos a través del matrimonio es una condición cultural
antes que biológica. Este orden en la cultura implica la vigencia de reglas que
organizan la cultura misma. Las reglas redundan en sanciones para aquellos
que las transgreden. Este principio de orden no es el orden de la naturaleza,
no es de carácter instintivo.
La posibilidad de las reglas es un principio de orden social en la medida que
existe reciprocidad entre los individuos y los grupos que se asienta en
deberes y obligaciones que fundan una tradición e instituyen la sociedad
misma. La sociedad entre los hombres no es el mero instinto gregario.

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Figura 3

Según Lévi-Strauss “la cultura sustituye, utiliza y transforma a la naturaleza,


para realizar una síntesis de un nuevo orden”.
Pero ¿cómo prueba esta hipótesis? A través de un razonamiento lógico. Para
comprobar que esto es así, que la cultura es una ruptura con la naturaleza y
que la primera transforma a la segunda, Lévi-Strauss busca un elemento que
reúna las dos características principales de cada estado: la universalidad de
la naturaleza y la regla en la cultura. Encuentra que “la prohibición del
incesto”, cumple con la condición porque es la única regla con carácter
universal.
La prohibición del incesto posee la universalidad de los instintos y el carácter
coercitivo de las leyes y de las instituciones. De esta forma, Lévi-Strauss
considera que en la prohibición puede encontrar el modo en que se cumple
el paso de la naturaleza a la cultura. ¿Por qué es una regla? Lévi-Strauss
sostiene que la prohibición del incesto es una regla que puede ser definida
como “un complejo de creencias, costumbres, estipulaciones e instituciones
que prohíben el matrimonio entre parientes cercanos”. En tanto regla, la
prohibición no se expresa en función de los parientes reales, sino que apunta
a individuos que se dirigen entre sí mediante ciertos términos y es la relación
social la que cumple una función determinante más allá del lazo biológico.
Como se ve, Lévi-Strauss no sólo rompe definitivamente, como no pudo
hacerlo Malinowski, con la fundamentación biológica de la cultura, sino que
reafirma la crítica al etnocentrismo que aquél iniciara. El supuesto
“primitivo, “salvaje” o “incivilizado”, otrora considerado moralmente como
promiscuo o libertino, se mostró regido por reglas (prohibiciones) que
estructuraban una lógica a cada una de sus organizaciones culturales.
Afirmación, la de Lévi-Strauss, absoluta y radicalmente antietnocentrista la
de otorgarle una lógica a esos supuestos “primitivos” o “salvajes”, si acaso
se contempla que la condición de la lógica, esto es, del logos o de la razón,
desde los antiguos griegos que sólo le correspondía a los occidentales
constructores de la “civilización (blanca, europea y cristiana).

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Aquí Lévi-Strauss, a pesar de sus diferencias, coincidirá con Malinowski, al
concebir a los pueblos y a las culturas del mundo como diversos, puesto que
no hay uno superior a otro, ni más evolucionado o desarrollado unos de
otros, sino diversos. Tan diversos como posibilidades lógicas se desprenden
a partir de ese salto o ruptura que se produce con la Naturaleza con la
prohibición del incesto y que abre múltiples organizaciones de lo natural, sin
que una sea primera que otra, sin que haya linealidad o continuidad entre
una u otra, menos categorías valorativas de “mejores” o “peores”,
“inferiores” o “superiores”, “racionales” o “irracionales”.
No obstante, este inquebrantable antietnocentrismo y profundo respeto a
la diversidad cultural y humana, no le privó a Lévi-Strauss discernir los
efectos que una u otra organización producen. De este modo, diferenció las
sociedades en dos grandes grupos: por un lado las que llamó de relojería y,
por el otro, las termodinámicas. En las primeras Lévi-Strauss ubica aquellas
pequeñas sociedades tribales, sin escisiones o clases sociales, sin presencia
de un Estado o poder y, por lo tanto, sin un sector que se apropie del
excedente económico producido por otro (explotación).
Sociedades de relojería, pues como su mecanismo, en ellas todas las piezas
se encastran precisa y sincronizadamente para que funcionen hasta el
infinito sin roces o contradicciones. Mientras, en las sociedades que Lévi-
Strauss denominó termodinámicas, contrario a las anteriores y tal como
puede ser nuestra conocida “civilización”, se construyen con divisiones,
estados, poderes, clases sociales y apropiaciones de los trabajos de unos en
beneficio de otros. Por esto termodinámicas, porque para funcionar
necesitan quemar energías, como las máquinas de vapor o de combustión.

Figura 4

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Figura 5

De este modo, entonces, Lévi-Strauss contribuye a relativizar las categorías


de calificación y clasificación usadas en las descripciones comparativas de
los pueblos. Al despojar a la “civilización (occidental, europea, blanca y
cristiana) como única propietaria de la lógica (cualidad intelectual del
estadio “superior” de la evolución humana), Lévi-Strauss la democratiza, es
decir, se la atribuye a toda la condición humana; también demuestra que
esas lógicas de relojería propias de los mal llamados pueblos “primitivos” o
“salvajes”, contribuyen a relaciones menos conflictivas entre los hombres y
entre éstos y la naturaleza, así como las lógicas “termodinámicas”, con sus
constantes conflictos bélicos y destrucciones ecológicas, demuestran no
lograrlo.
Con Lévi-Strauss ese otro, semejante y diferente, ese “incivilizado”,
“salvaje”, “ilógico” o “primitivo”, aparece no sólo regido por reglas o leyes
como los “civilizados”, “lógicos” y “evolucionados”, sino inmerso y atenido a
esas reglas en sociedades que se conocen fundamentalmente como
“ágrafas”. Es decir sociedades sin escrituras ni códigos jurídicos.

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Los niños salvajes

Figura 6

En 1970 una niña llamada Elmira Godayatova, se perdió en los bosques de


Azerbaijan cuando seguía a su madre que se dirigía a la casa de su abuela,
en la aldea de Milgam. La madre, en lugar de llevar a la niña a la casa, le
ordenó que se regresara y la niña se perdió. Durante mucho tiempo,
parientes, amigos, vecinos y la policía buscaron en el bosque, pero todo fue
inútil. Veintitrés días más tarde la encontró un guardabosque sentada
debajo de un árbol. Según el Daily Mirror del 4 de julio de 1970, un periódico
local informó: “Al parecer la niña fue encontrada por una familia de lobos y
se sabe que los lobos nunca atacan cerca de su hogar. Ella comió bayas y
hierba, bebió agua de los ríos y jugó con los cachorros”. Elmira fue llevada al
hospital para recuperarse.
El mismo Daily Mirror, en su edición del 15 de agosto de 1973, informa que
unos pastores italianos encontraron a un niño desnudo de cerca de cinco
años en 1971, refugiado en una cueva en los montes Abruzzi de Italia central.
Los doctores creían que lo habían abandonado de bebé y que había sido
criado por cabras o lobos de la montaña. Lo llamaron Rocco.
Varias familias intentaron “domesticarlo” sin éxito, después de lo cual lo
colocaron en un hospital psiquiátrico cerca de Milán. No había aprendido
hablar y todavía comía con sus manos. Caminaba en cuatro patas y le
gustaba que lo acariciaran, pero gruñía y se retiraba a las esquinas cuando
tenía miedo.
En 1971, Goranka Cuculic, de cinco años de edad, se perdió en el bosque
cerca de su aldea en Vranje, Yugoslavia. Tres días más tarde un granjero la

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encontró y contó que estaba con una osa y dos oseznos. La osa le lamía la
cara y ella jugaba con los oseznos y dormía sobre ellos en la noche en una
cueva.
Sultanpur, una ciudad en Punjab, India, es una región con gran cantidad de
casos de niños ferales. Fue ahí en donde se encontraron los cinco niños lobo
que menciona Sleeman. En mayo de 1972, descubrieron otro niño, de cerca
de cuatro años de edad, en el bosque de Musafirkhana, a unos 32 kilómetros
de Sultanpur. El muchacho jugaba con cuatro o cinco lobeznos. Tenía la piel
muy oscura, uñas largas y retorcidas, el pelo largo y callos en sus palmas,
codos y rodillas. Tenía dientes afilados, comía en el suelo, cazaba pollos, le
gustaba la oscuridad y la compañía de los perros y los chacales.
Lo llamaron Shamdeo y fue llevado a la aldea de Narayanpur y de ahí a la
misión católica en Sultanpur. Según el padre José de Souza, Shamdeo
aprendió a estar parado verticalmente en cinco meses y en el plazo de dos
años él hacía tareas sencillas en la misión. Aunque dejó de comer carne
cruda, todavía lo alteraba el olor de la sangre. Nunca aprendió a hablar, pero
aprendió una cierto lenguaje de signos.

Figura 7

Al principio el jefe del pueblo, Narsing Bahaduyr Singh, se hizo cargo del niño
durante cinco meses. Luego escapó pero fue nuevamente atrapado. En 1978
lo admitieron en la casa para indigentes de la madre Teresa, en donde una
de las lavanderas lo reconoció como su hijo. Ahí lo encontró Bruce Chatwin
en 1978. Murió en febrero de 1978 en Lucknow, donde le dieron otro
nombre: Pascal (también fue conocido como Baloo). Nunca se pudo
comprobar que Shamdeo haya vivido realmente con los lobos.
En el año 1973 en los alrededores de Tissamaharrama, un villorrio al sur de
Sri Lanka, Pemawathie, una leñadora de 42 años, capturó un niño desnudo,
de cabellos largos que caminaba a cuatro patas en compañía de monos y se
alimentaba de frutos de los árboles. Tenía unos 11 años de edad. Ella lo llamó

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Tissa por la aldea. Era muy agresivo y gritaba como los monos. Parecía más
un animal que un ser humano. El niño fue entregado a la policía y trasladado
a un centro privado, a unos 16 kilómetros de la capital Colombo,
administrado por la señorita L. P. Morawake.
Se dice que en ese centro ya se habían domesticado a otros dos “niños
animales”: uno de ellos bebía leche directamente de la ubre de una vaca.
Tres meses después de su admisión, Tissa todavía no aprendía a caminar
verticalmente y todavía no hablaba, aunque podía comer alimento de un
plato con su mano.

Figura 8

¿Cómo nació el tabú del incesto? ¿Por qué está


prohibido el sexo entre parientes? ¿Qué culturas lo han
quebrantado?
El incesto (del latín "incestare", infestar, contaminar) viene a ser, según la
santa inquisición lingüística, toda "relación carnal entre parientes dentro de
los grados en que está prohibido el matrimonio", es decir, cualquier clase de
actividad sexual entre padres, hijos, sobrinos, abuelos, nietos, primos,
hermanos y demás familia.
El incesto está prohibido por la ley en casi todo el mundo occidental, aunque
no de la misma forma y con la misma intensidad. En España, sin ir más lejos,
el incesto es legal, pero no por ello deja de estar muy mal visto. Aún así, el
sexo entre padres e hijas es mucho más común de lo que pensamos y no
estamos hablando de abusos, sino de relaciones íntimas consentidas (y casi
siempre ocultas) entre una señorita hecha y derecha y su señor padre. No es

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esto algo nuevo ni moderno: el mismísimo Lot bíblico fue seducido por sus
hijas con ayuda de unos buenos tragos de licor de uvas. El incesto entre
hermanos tampoco es raro, hasta el punto de que, el año pasado, dos
hermanos alemanes que llevan 7 años casados y tienen 4 hijos (dos de ellos
deformes) apelaron al Tribunal Constitucional de su país para que
despenalice el incesto, que en Alemania se castiga con condenas de hasta 3
años de cárcel.
"¡Cómo es posible que los hombres sensatos puedan llegar a la absurdidad
de creer que el goce de su madre, de su hermana o de su hija pueda ser
delito!", se preguntaba el Marqués de Sade en La filosofía en el tocador. Pues
lo cierto es que existen infinidad de teorías. Según Freud, el incesto siempre
es deseado inconscientemente y su prohibición tiene como función coartar
al ser humano de las tendencias de matar a su padre y desposar a su madre.
Marks llegó más lejos, hasta comparar el asco al incesto con el miedo a las
serpientes: algo instintivo o, al menos, de "fácil aprendizaje". Luego está la
explicación biológica, que dice que las criaturas nacidas de coitos entre
parientes cercanos podrían ser psíquica y físicamente defectuosas. Los
sociólogos, por su parte, dicen que no, que lo que pasa es que el incesto
provoca confusión de los roles sociales y por eso no se tolera. Según el
antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, la prohibición del incesto inaugura
la cultura humana, en oposición a la naturaleza. Y el filósofo y sociólogo
Edvard Westermarck cree, sin embargo, que el rechazo que producen las
relaciones entre parientes es algo que forma parte de la naturaleza humana
y que la atracción erótica se desvanece cuando has crecido con otra persona,
sea o no sangre de tu sangre, lo cual explicaría la extensión del tabú a los
padres e hijos adoptivos.

Incesto
La cuestión del incesto ha sido un referente universal acerca de la
preferencia de las relaciones de parentesco fuera del grupo social de origen.
Culturalmente consiste en la práctica de relaciones sexuales o el
establecimiento de vínculos de parentesco entre individuos previamente
relacionados entre sí de esta manera, bien sea mediante alianza (parentesco
por afinidad, matrimonio) o mediante consanguinidad (parentesco biológico
o consanguíneo). A lo largo de la historia y en distintos ámbitos
socioculturales ha primado la prohibición del incesto y la búsqueda de
nuevos vínculos de parentesco fuera del grupo social de origen (familia de
orientación), si bien el grado de relación en el que quedan prohibidas varía
según cada contexto. Esta regla se denomina exogamia —, por
contraposición a la endogamia—. La Antropología del parentesco ha
estudiado la organización dual de la sociedad en distintas culturas primitivas
para llegar a la conclusión de que los individuos han buscado
tradicionalmente el acceso sexual a las mujeres fuera del grupo familiar. El

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concepto de organización dual de la sociedad hace referencia al
agrupamiento de los seres humanos en, como mínimo, dos segmentos
tribales rivales. Estos tendrían carácter clánico y sus linajes (en caso de poder
establecer el nexo genealógico con un antepasado concreto) buscarían
establecer una nueva relación social de amistad y de cooperación mutua
mediante lo que llamamos "matrimonio" -relación de afinidad o de alianza
anteriormente aludida- . El matrimonio existe en muchas culturas como una
institución social que tiene como objetivo la legitimación de la unión sexual
de la pareja de adultos, así como la tenencia de su progenie. Sin embargo el
matrimonio no es universal, o al menos como lo entendemos en occidente,
prestándose éste a numerosas variantes y situaciones sociales distintas en
función de la sociedad tomada como referencia (el matrimonio mut ́a de
Oriente Próximo y el sistema de emparentamiento de los Nayar en la India
son algunos ejemplos)
No obstante se encuentran algunas excepciones históricas a la prohibición
universal del incesto: Tenemos los casos de las monarquías del Antiguo
Egipto (véase, por ejemplo, la biografía de Cleopatra, quien gobernó en
matrimonio primero con uno de sus hermanos y luego con otro; la de los
monarcas del Tawantinsuyo y las de los antiguos monarcas hawaianos. En
todos los casos primaba una razón de Estado que se podía resumir en el
intento de mantener concentrado el poder en una familia (dinastía); por esto
tales incestos solían ser a veces nominales y era frecuente la poliginia por
parte de los varones de esas parejas de incesto legalizado; curiosamente,
tales incestos concluían frecuentemente en guerras dinásticas fratricidas.
Sin embargo existen ciertas culturas y sociedades en las que las relaciones
incestuosas son una práctica social común y aceptada. Este es el caso del
Tíbet, donde está permitido el matrimonio entre individuos que tienen entre
sí una relación de descendencia/ascendencia lineal. En ese sentido podemos
hablar de aquel individuo relacionado con otro a través de la relación de
filiación (patrifiliación en el caso de la relación de un individuo varón o
hembra con su padre biológico y matrifiliación en el caso de la relación entre
un individuo varón o hembra con su madre biológica).
La gran mayoría de las legislaciones del mundo consideran (por alguna razón
o tabú) el incesto como delito, aunque sea practicado con "mutuo
consentimiento" entre mayores de edad. Las sanciones prescritas en este
caso oscilan desde el castigo severo hasta el repudio social sin mayores
consecuencias para el individuo.

Explicaciones sobre el tabú del incesto


Explicación biológico-genética

Uno de los principales motivos por los que el incesto ha sido prohibido en
muchas culturas es que los seres humanos que nacen como fruto de una

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relación incestuosa corren un mayor riesgo de desarrollar problemas
psíquicos relacionados con la tenencia de cargas genéticas paralelas. Ello
plantea que el incesto reduce la necesaria variabilidad genética, que permite
la diversidad de rasgos y supervivencia de la especie.
Además se ha observado que ciertas enfermedades y determinadas
anomalías fisiológicas (como la espina bífida, por ejemplo) tienen una mayor
incidencia entre individuos con relación de parentesco consanguíneo entre
sí, tanto por vía lineal como por vía colateral.

Explicación psicológica

Sigmund Freud abordó el estudio del tabú del incesto a través de la teoría
psicoanalítica. Partía de la idea de que existía una "horda primitiva"
promiscua en la que la rivalidad entre machos por el acceso sexual a las
hembras provocó el recurso a la violencia y el homicidio dentro del propio
grupo de parentesco. Parece ser que según Freud el incesto es un impulso
básico de la psique humana. El enfrentamiento entre individuos que
pertenecían al mismo grupo sociofamiliar dio lugar a una aversión al incesto
no por el tipo de relación que constituye en sí, sino por la agresividad y las
muertes ocasionadas dentro del propio grupo social.
Análisis posteriores concluyen que una gran parte de las culturas comparten
un aborrecimiento psicológico hacia la práctica de relaciones sexuales o la
tenencia de relaciones de parentesco adicionales entre individuos de la
misma familia vinculados por otra relación de parentesco previa.

Explicación social

Otro de los aspectos destacados acerca del origen del tabú del incesto es el
relacionado con la alteración de las relaciones sociales o de la armonía social
intrafamiliar.
Por una parte el incesto traería consigo el retrotraimiento del grupo y el
repliegue social sobre sí mismo. Al reducirse las relaciones de parentesco al
seno intrafamiliar como elemento de autoperpetuación se elimina la
posibilidad de ampliar las redes sociales del grupo con otros grupos sociales.
Ello puede ser especialmente negativo dado que el establecimiento de una
relación de alianza o de afinidad entre dos grupos sociales es la que se hace
posible entre otras vías por medio del matrimonio. Ello da lugar a una
ampliación de las redes sociales en caso de necesidad económica, conflicto
territorial o búsqueda de apoyo por diversos motivos.
Respecto a la armonía intrafamiliar se entiende que el incesto supone la
confusión de los roles sociales e incluso la alteración de las relaciones
jerárquicas dentro del grupo (por ejemplo, la ocupación del rol de padre y
marido al mismo tiempo).

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Explicación demográfica

Las primeras poblaciones humanas de cazadores recolectores se


caracterizaban por tener unos elevados índices de mortalidad, tanto entre
la población adulta como entre la infantil. La precaria alimentación de esos
grupos hacía que el período de lactancia de los neonatos y la dependencia
respecto de la madre biológica fuera mucho mayor que en la situación
actual.
Para cuando los hijos tenían madurez sexual, sus madres ya eran hembras
viejas —la esperanza media de vida rondaba como mucho en torno a los 30
años— incapaces de engendrar más progenie. Debido a esto, los individuos
jóvenes tenían que buscar fuera el acceso sexual a las mujeres.
La práctica de este hábito impuesto por la propia biología humana del
momento impedía el incesto. Algunos autores clásicos como Morgan,
McLennan o Bachofen hablan del hecho de un proceso de aprendizaje
cultural por medio del cual el propio hábito de los individuos hizo que la
práctica del incesto fuera dejada de lado.

Mitología e incesto

Mitología griega


 Edipo y Yocasta.
 Tiestes viola a su hija Pelopia y así nace Egisto.
 El mítico Adonis nació de la unión del rey Tías y su hija Mirra.

 El dios Zeus tomó a su hermana Deméter, con la cual tuvo a Perséfone,
con quien a su vez cometió un doble incesto al tener un hijo con ésta. El
hijo es llamado Dionisos-Zagreos o Yaco.

Mitología egipcia

 Osiris e Isis.
 Horus y Seth Medioevo.
 Arturo Pendragón (Rey Arturo) y Morgana le fay.

Prácticamente en todas las mitologías existen relatos que refieren a un


incesto primordial, el cual es resuelto por una interdicción (prohibición) del
mismo ya que, por ejemplo, entre los griegos el incesto era asociado a la
hybris.

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Personajes históricos e incesto

Antiguo Egipto


 La dinastía ptolemaica y muchos de los faraones predecesores. Roma


Antigua.

 Nerón y su madre Agripina la Menor (o Agripinila) mantuvieron una
relación incestuosa.

 Calígula cometió incesto con sus 3 hermanas: Agripinila, Drusilla y Julia
Livia.

El incesto en otras especies: la endogamia. El incesto en el arte: cine,


literatura, pintura.

En la cultura popular
En la película Mi hijo, mi amor, Romy Schneider interpreta una mujer que
desarrolla una fijación demasiado fuerte con su hijo.
La película El soplo al corazón trata de un chico de 15 años, que pone sus
ojos en su madre.
La película pornográfica de 1980 "Taboo" traba el tema.
Se distinguen por incluir letras acerca del incesto las primeras
composiciones 
de Black Francis en las canciones de la popular banda de rock
alternativo Pixies, siendo "The Holiday Song" y "Nimrod's Son" dos de las
más conocidas junto con "Family Tree" de Megadeth.
El libro Cien Años de Soledad del Nobel colombiano Gabriel García Márquez
trata el incesto como un tema principal de la familia Buendía.
En 1971 la película Secreto de Confesión con Silvia Pinal muestra un incesto
involuntario cuando descubre que su hijo que había sido abandonado en un
orfanato es adoptado por otra familia y termina casándose con su media
hermana sin saberlo.

El incesto en la Biblia.
Génesis 19:31-36
19:31 La mayor dijo a la pequeña: "Nuestro padre es viejo y no hay ningún
hombre en el país que se una a nosotras, como se hace en todo el mundo.
19:32 Ven, vamos a propinarle vino a nuestro padre, nos acostaremos con él
y así engendraremos descendencia." 19:33 En efecto, propinaron vino a su
padre aquella misma noche, y entró la mayor y se acostó con su padre, sin
que él se enterase de cuándo ella se acostó ni cuándo se levantó. 19:34 Al

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día siguiente dijo la mayor a la pequeña: "Mira, yo me he acostado anoche
con mi padre. Vamos a propinarle vino también esta noche y entras tú a
acostarte con él y así engendraremos de nuestro padre descendencia."
19:35 Propinaron, pues, también aquella noche vino a su padre, y
levantándose la pequeña se acostó con él, sin que él se enterase de cuándo
ella se acostó ni cuándo se levantó. 19:36 Las dos hijas de Lot quedaron
encintas de su padre.

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Referencias
Sanchez Fernandez, JO. (2014). Antropología. España: Alianza Editorial- Versión E
book.

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