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Estructuralismo

Antropología

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El pensamiento de Lévi-Strauss
Así como el contexto de la Primera Guerra Mundial favoreció para que
Malinowski elevara su crítica y rechazo al etnocentrismo antropológico
evolucionista, la Segunda Guerra Mundial, con sus reconocidos episodios de
muerte e irracionalidad generados por los blancos, cristianos, occidentales y
“civilizados” fortalecieron ese antietnocentrismo en el pensamiento de Lévi-
Strauss.
Sin embargo, Lévi-Strauss se diferenciará de Malinowski. En contraposición
de éste, aquél sí se detendrá a preguntarse por el origen del hombre y
romperá con la fundamentación biologista (la función) que en última le
otorgara el propio Malinowski a la cultura.
Para el logro de esta ruptura fueron muchos los elementos que actuaron,
consolidados en el contexto intelectual de la Europa de 1940-1950. Desde la
relatividad del tiempo y el espacio iniciada por Albert Einstein en 1905 a la
matematización de las probabilidades atómicas de los físicos quánticos,
sumados la desestructuración de los clásicos cuerpos de la pintura y
escultura con el surgimiento del cubismo de Picasso, como la espontaneidad
exaltada por las múltiples expresiones surrealistas, juntos al encuentro o
reconocimiento de otras lenguas, de otras formas gramaticales y sintácticas
que trajeron las invasiones de los países europeos, a través de los
colonialismos y las guerras, hicieron de caldo de cultivo para la rigurización
de la Lingüística. Esta disciplina, encargada del estudio de la lengua y cuyo
máximo representante fue el pensador suizo F. Saussure, paulatinamente
adquirirá tal consistencia y preponderancia teórica que influirá intensa y
profundamente a Levi-Strauss como a las Ciencias Sociales en general.
La idea de Saussure de que una lengua es una estructura construida
arbitraria y convencionalmente, fue tomada por Lévi-Strauss para explicar la
estructura cultural de los pueblos. Estructura en tanto cada elemento que la
compone, un sonido (fonema) en una lengua adquiere un lugar de
significación sólo a partir de la relación que establece con otro u otros
elemento(s) (fonema-s). Por lo tanto, es la estructura la que prima, la que
gobierna las relaciones posibles entre las partes, la que imprime su dinámica
y, por ende, desde donde se pueden explicar. La estructura no es la suma de
los elementos, estos más bien exigen ampliar la investigación al campo que
los engloba y les da origen.
Campo o estructura, para Saussure en Lingüística y para Lévi-Strauss en
Antropología, están regidos por la convencionalidad y la arbitrariedad.
Arbitrario, en tanto son arbitrarios los sonidos (elementos o fonemas) para
nombrar los objetos o las acciones por ejemplo: el “sí” en el español, el “yes”
en el inglés, el “oui” en el francés entre otras posibilidades idiomáticas.
Convencional dado que estas elecciones arbitrarias de los sonidos (fonemas)
de una lengua se establecen o fijan como signos de comunicación gracias a

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un acuerdo, consenso o una convención colectiva de los distintos grupos
sociales.
De aquí entonces, cuando Lévi-Strauss, al comienzo de su obra analiza “El
pensamiento salvaje” como producto de los datos recogidos por su largo
recorrido por el mundo, tras “Los tristes trópicos” se aboca a encontrar y
explicitar las arbitrariedades y convencionalidades presentes en los
múltiples signos culturales de los más variados pueblos de mundo.
En este trabajo Lévi-Strauss ensaya el traslado del método lingüístico creado
por Saussure al campo de la Antropología, junto a la vastedad de mitos
registrados entre los originarios hombres de esos rincones de la tierra que
recorrió; de este modo se detuvo en el estudio, precisamente, de los mitos.
Así, entonces, fundamentalmente con sus libros del “Lo crudo a lo cocido”,
“De la miel a las cenizas” y “El hombre desnudo”, también conocido como
las “Mitológicas”, Lévi-Strauss destaca que en las construcciones de los
mitos, como narraciones que son, es decir, como construcciones del
lenguaje, se afirma el carácter arbitrario y convencional de la estructura
cultural que envuelve y cogobierna los múltiples elementos que la
conforman.
Pero, además, Lévi-Strauss, a pesar de la diversidad de los mitos y de los
pueblos a los que pertenecen, a pesar de sus particularidades, al
compararlos detecta que en todos ellos, dichos de modo arbitrario y
convencionalmente de distintas maneras, hay algo que es común a todos los
hombres. Esto ineludible y que se repite entre los más variados y lejanos (en
el tiempo como en el espacio) pueblos de la tierra, es la prohibición del
incesto.

Prohibición del incesto

La prohibición del incesto se encarga de prohibir ciertas relaciones sexuales


consideradas culturalmente como incestuosas y, por ende, autoriza otras.
Ciertamente, Lévi-Strauss no desconoce, por testimonios “in situ” que él y
otros antropólogos recogieron, que lo sexualmente prohibido, y por lo tanto
las relaciones sexuales autorizadas, no es siempre lo mismo en las distintas
culturas del planeta. Esto le permite confirmar a Lévi-Strauss el carácter
arbitrario y convencional de la prohibición del incesto. Pero así como a pesar
de diversidad de lenguas presentes y pasadas en el mundo no se puede
negar su existencia entre los hombres, la prohibición del incesto, por muy
distinta que sea la manera en que ella se da entre los pueblos (arbitraria y
convencional), no se puede negar que es un hecho común, ineludiblemente
existente a lo largo y a lo ancho de la humanidad.
Ahora bien, en el encuentro con la ley de prohibición del incesto entre los
hombres, a Lévi-Strauss no le pasó inadvertido el hecho que no se da entre
los animales. Esto es, mientras que en los seres humanos el instinto, la
función (diría Malinowski) o la biología comprometida en la relación sexual

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posee coerciones, límites o prohibiciones, en el mundo animal se ejerce
libre, instintiva o anatómicamente entre un macho y una hembra de una
misma especie.
En este punto Lévi-Strauss se detiene a pensar esa pregunta por el origen
del hombre en la tierra que tanto le había interesado a los evolucionistas y
que Malinowski, desde su funcionalismo, desechó.
Según Boivin, Rosato y Arribas la pregunta es: “¿cómo el hombre llegó a ser
hombre? ¿Cómo se dio el pasaje entre un estado y otro? En clara referencia
a la visión del evolucionismo, Lévi-Strauss plantea que entre un estado y otro
no hay continuidad sino una relación de oposición. Pero también a diferencia
de Malinowski, Lévi-Strauss considera que la “cultura no está yuxtapuesta o
superpuesta a la vida biológica”
Sin embargo, Lévi-Strauss, al retomar el interrogante por el origen del
hombre no cae en la trampa evolucionista, en tanto, a diferencia de éstos,
él no apeló a un proceso de evolución gradual o estadial, sino a un quiebre,
a una ruptura, a un salto cualitativo y definitorio para la condición humana.
Para esto se valió de la prohibición del incesto, pues ella le indicaba, por su
ausencia en el mundo animal y, por otra parte, por su presencia universal
entre los hombres, ese salto diferenciador entre dos órdenes absolutamente
distintos (el animal y el humano).

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Referencias
Sanchez Fernandez, JO. (2014). Antropología. España: Alianza Editorial- Versión E
book.

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