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OBJETIVOS GENERAL:
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CAPITULO II
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INTRODUCCIÓN
El hueso está constituido por tejido óseo, el cual forma un tejido conjuntivo especializado
por células y una matriz extracelular. La capacidad que tiene el esqueleto para desempeñar
su función se debe principalmente al tejido óseo y a otros tipos de tejidos como el cartílago
y tejido adiposo. Los huesos tienen como función principal proteger a los órganos del cuerpo,
ya que son sólidos y resistentes. Además de proporcionar soporte al cuerpo y posibilitar el
movimiento, tienen la capacidad de regenerarse y reconstruirse y son los encargados de
producir glóbulos rojos en la llamada médula ósea. En el presente capítulo se describen los
componentes macroscópicos y microscópicos más importantes del tejido óseo, mismos que
interactúan para proporcionar su rigidez y resistencia, sin tomar en consideración el efecto
que tienen los tendones, ligamentos y músculos, así como aspectos dinámicos de su
formación, resorción y remodelado en las propiedades mecánicas globales.
Funcionalmente, las propiedades mecánicas más importantes del hueso son su resistencia
y rigidez, estas y otras características pueden entenderse más fácilmente en el caso del hueso,
o cualquier otra estructura examinando su comportamiento sometido a cargas bajo la
influencia de fuerzas aplicadas externamente. La carga causa una deformación o un cambio
en las dimensiones de la estructura, la cual puede ser medida y representada en una curva
esfuerzo vs deformación.
Los huesos desempeñan funciones importantes, entre las cuales se pueden mencionar las
siguientes:
a) Soporte. El esqueleto constituye un armazón donde se apoyan y fijan las demás partes
del cuerpo, pero especialmente los ligamentos, tendones y músculos, que a su vez mantienen
en posición los demás músculos del cuerpo.
b) Locomoción. Los huesos son elementos pasivos del movimiento, pero en combinación
con los músculos permiten el desplazamiento, ya que les sirven de punto de apoyo y fijación.
c) Protección. En muchos casos los huesos protegen los órganos delicados, como en el caso
de los huesos del cráneo, que constituyen una excelente protección para el encéfalo; la
columna vertebral y las costillas protegen al corazón y los pulmones; las cavidades orbitarias
protegen a los ojos; el hueso temporal aloja al oído, y la columna vertebral protege la médula
espinal.
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d) Hematopoyesis. En la médula roja de los huesos largos se producen los glóbulos rojos
y, en menor cantidad, linfocitos y monocitos.
• En las sustancias orgánicas del hueso se incluyen las células óseas y la sustancia
intercelular orgánica o matriz. Las fibras de colágeno constituyen el 90% de la matriz
orgánica, que también posee fibras reticulares.
• Las sustancias inorgánicas del hueso más importantes son el calcio y el fósforo; se
calcula que constituyen el 90% del total corporal, aunque también se hallan presentes el
magnesio, sodio, carbonato y flúor. Generalmente, se acepta que el hueso es una estructura
cristalina, constituida por cristales de hidroxiapatita, por tanto, es el principal
compartimiento del organismo para el equilibrio químico de estos minerales, los cuales
constituyen del 60% al 70% de su peso seco y le dan al hueso su consistencia sólida.
El componente inorgánico del hueso hace al tejido duro y rígido mientras que el
componente orgánico proporciona al hueso su flexibilidad. La composición del hueso difiere
dependiendo del lugar, edad de la especie, historia dietética y la presencia de enfermedades
(Kaplan et al., 1993). Es un tejido conectivo especializado cuya composición sólida se adapta
a sus funciones de soporte y protectoras, por lo que tiene la habilidad de remodelarse,
alterando su tamaño forma y estructura, para afrontar las demandas mecánicas que le son
impuestas. Este fenómeno, por el que el hueso gana o pierde hueso esponjoso o cortical, es
en respuesta al nivel de solicitación al que esté sometido regularmente, esto se resume por
la ley de Wolff, que establece que la remodelación del hueso está influenciada y modulada
por las solicitaciones mecánicas (Buckwalter et al., 1995).
El tejido óseo es un arreglo variado de estructuras a diferentes escalas, las cuales trabajan
conjuntamente para un desempeño mecánico, biológico y químico. La escala de observación
es entonces de importancia en la discusión de la arquitectura del hueso debido a que la
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estructura es jerárquica y compleja. Cada técnica de evaluación de la arquitectura del hueso
o de las propiedades de una estructura dada tiene sus propios valores y, por tanto cuando se
realiza su estudio se necesita aclarar el nivel de escala en que se está trabajando.
Es por ello que para entender las propiedades mecánicas del tejido óseo es importante
contar con conocimientos básicos de las fases que lo componen, su estructura y la relación
entre los diferentes niveles de organización estructural. Se sugiere que estos niveles
estructurales sean estudiados mostrados en la Tabla 1 y Figura 1.
Cabe aclarar que las propiedades no se pueden extrapolar de un nivel a otro simplemente
sumando el efecto de los elementos que lo componen, ya que su comportamiento es mucho
más complejo.
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2.3 NIVEL MACRO ESTRUCTURAL DEL HUESO
Las partes principales que se observan en un hueso largo como el fémur son (Figura 2):
• Diáfisis. Porción alargada y cilíndrica de los huesos largos formada de hueso cortical,
entre las terminaciones o las extremidades (epífisis).
• Epífisis. Cada uno de los extremos de un hueso largo, es generalmente abultado para
dar mayor firmeza a la articulación. Está formada por hueso esponjoso en el centro y en su
periferia tiene una capa delgada de hueso compacto.
• Metáfisis. Zona de unión de la diáfisis con las epífisis de los huesos largos.
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2.4 HUESO CORTICAL
Las fibras colágenas que a su vez componen a cada una de las lamelas concéntricas, son
paralelas entre sí pero están orientadas en una dirección diferente a la que adoptan las fibras
en las lamelas contiguas. A través de las lamelas se encuentran localizadas pequeñas lagunas
que se conectan por medio de canalículos o conductos que contienen las prolongaciones de
los osteocitos y que se disponen siguiendo un modelo radial con respecto al conducto de
Havers. El sistema de canalículos que se abre en este conducto sirve para el intercambio de
sustancias entre los osteocitos y los vasos sanguíneos (Figura 3).
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Figura 3: Organización Interna del Hueso (Martini, 2009)
Por su parte, el hueso esponjoso, también llamado poroso o trabécular consiste en una
red de placas y barras conectadas que reciben el nombre de trabéculas, éstas tienen la misma
composición que el hueso cortical pero con una porosidad que va del 50% al 90%, sus células
óseas se sitúan entre las lamelas o en la superficie de las trabéculas donde pueden ser
directamente influenciadas por la médula ósea. Este tipo de hueso es más activo
metabólicamente y de respuesta más rápida a las cargas.
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2.6 CÉLULAS ÓSEAS
Tras el estudio de la estructura del tejido óseo, es necesario considerar los tres tipos de
células principales presentes en el tejido:
Figura 4: Fuerzas que pueden ser sometidos el Hueso (A. Viladot, 2001)
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La geometría de un hueso influye notablemente en su comportamiento mecánico. En
tracción y en compresión, la carga hasta el colapso y la rigidez son proporcionales al área de
corte transversal del hueso. Cuanto más grande sea el área, más rígido y resistente.
Las propiedades mecánicas difieren en los dos tipos de hueso puede soportar hasta un
50% de deformación antes de la fractura, pero el cortical se fractura cuando la deformación
supera el 1.5% a 2.0% (Miralles, 2005). La diferencia física entre los dos tejidos óseos se
cuantifica en términos de la densidad aparente del hueso, que se define como la masa del
tejido óseo presente en una unidad de volumen de hueso.
Debido a que la estructura del hueso varía en las direcciones transversal y longitudinal,
exhibe diferentes propiedades mecánicas cuando se carga a lo largo de diferentes ejes
(Figura 5) característica conocida como anisotropía. Aunque la relación entre los patrones
de carga y las propiedades mecánicas del hueso cortical considerando todo el esqueleto son
extremadamente complejas, generalmente se puede decir que la resistencia y rigidez ósea
son máximas en la dirección de aplicación de la carga (Nordin, 2001).
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2.8 COMPORTAMIENTO MECÁNICO DEL HUESO CORTICAL SOMETIDO A
CARGAS DE COMPRESIÓN
Las diáfisis que soportan grandes cargas pueden no ser absolutamente cilíndricas (Figura
6), presentando algunas rugosidades posteriores para la inserción de músculos o una sección
triangular de bordes romos (tibia) con el fin de adaptarse a la flexión sagital que soporta
durante la marcha.
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La masa de hueso cortical se distribuye de manera que la cantidad del mismo a lo largo
de sus ejes es proporcional al valor de las solicitaciones que recibe, al igual que los diagramas
de tracción que se utilizan en la ingeniería de la construcción. Sus propiedades dependerán
de la dirección de aplicación de la carga. Cuando es cargado longitudinalmente a lo largo de
eje de la diáfisis se comporta como un material más duro y rígido contrariamente con su
dirección radial o transversal.
En el caso del fémur la acción del músculo tensor de la fascia lata con su tendón, la
cintilla iliotibial convierte las fuerzas flexoras que soporta el fémur en fuerzas de
compresión. El cuerpo evita los momentos de flexión mediante la adaptación de la geometría
del hueso y la acción de los músculos que actuarían como tirantes.
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2.9 CURVAS CARGA VS DESPLAZAMIENTO Y ESFUERZO VS DEFORMACIÓN
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Cuando las que actúan son fuerzas de compresión, se aplican fuerzas iguales y opuestas
en dirección al interior de la estructura, lo que provoca una compresión y un estiramiento en
el interior de ésta (Figura 9).
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Las angulaciones suceden cuando la fuerza se aplica de manera que causa una desviación
respecto de un eje. Bajo estas fuerzas, la estructura se halla sometida a una combinación de
tracción y de compresión. Las resultantes provocarán tracción y estiramiento a un lado del
eje y compresión y estiramiento en el otro lado (Figura 11).
Existen dos tipos de angulaciones, las producidas por la combinación de tres fuerzas y
las producidas por cuatro (Figura 12)
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Las fuerzas de torsión son las que se aplican sobre una estructura de manera que causen
una rotación alrededor de un eje (Figura 13). En una torsión se producen fuerzas de
cizallamiento distribuidas por toda la estructura. Cuando el mecanismo de torsión se ha
producido a muy alta velocidad, la espiral de la fractura no se completa y se producen
fracturas conminutas.
Las osteonas más resistente a la torsión so las longitudinales, pero la resistencia global
de la laminilla ósea se debe a la cantidad de fibras de colágeno que tengan una disposición
transversal uniendo las diferentes osteonas, y éstas sólo se colocan en esta disposición en
función de los estímulos mecánicos que hayan recibido (entrenamiento). Uno de los
beneficios del ejercicio físico es que cohesiona las laminillas óseas.
La fatiga es un proceso por el cual el material se rompe debido a cargas cíclicas a niveles
inferiores para producir fracturas cuando se efectúan de forma única. La densidad y la
orientación de las fibras de colágeno que unen las diferentes osteonas tienen algo que ver
con la disminución del módulo elástico del hueso.
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CAPÍTULO III
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3.1 SISTEMA ARTICULAR.
Las articulaciones constituyen los puntos de contacto entre los diversos huesos que
forman el esqueleto. En el cuerpo humano hay más de 200 articulaciones, pero son de
distinto tipo y con funciones diversas: unas son responsables de los movimientos de distintas
partes del esqueleto, mientras que otras, en cambio, tienen poca movilidad o son fijas y sirven
para sostener y mantener unidas otras partes del mismo.
Las articulaciones tipo diartrosis, se dividen en 6 tipos, dependiendo del diseño de las
carillas articulares que constituyen la unión. Este diseño está en relación con la función
mecánica de la articulación y de las posibilidades de movimiento en los tres planos de
referencia espacial. (Figura 14).
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Enartrosis. Posee movimiento en los tres planos del espacio. Su diseño
morfológico se corresponde con la unión de una esfera maciza con una cavidad
semiesférica hueca (Fig. 15).
Condiloartrosis. Presenta dos grados cinéticos de movimiento. La unión se
establece entre una superficie ovoidea y una cavidad elíptica hueca que lo alberga.
Encaje reciproco o selar. Igual que las condiloartrosis, tiene dos grados
cinéticos de movimiento. Su diseño se corresponde con la unión de carillas
articulares cóncavas y convexas alternantes que se ajustan como las piernas del jinete
a la silla de montar, recibiendo también el nombre de “silla de montar”.
Trocleartrosis. Posee un grado cinético de movimiento. Unión de una tróclea
(polea) que ajusta su garganta a la cresta troclear que se localiza en la otra superficie
articular.
Trocoides. Tiene movimiento sobre un solo plano. La unión articular se
establece entre un elemento en forma de cilindro hueco que alberga en su interior un
cilindro macizo. Su movimiento es el giro del cilindro hueco sobre el macizo o a la
inversa.
Artrodia. No posee grado de movimiento observable como tal, pero es la más
móvil de las diartrosis desde el punto de vista mecánico ya que realiza traslación
sobre los tres planos de referencia espacial girando, además, sobre uno de ellos. La
unión articular se establece entre superficies articulares planas.
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Todas las diartrosis, poseen unos elementos comunes en su constitución (Fig. 16):
Cavidad articular: situada entre los segmentos que forman la articulación y que
se encuentra recubierta de tejido fibroso, la cápsula articular, que mantiene unidos
los segmentos articulares entre sí.
Cartílago hialino: que recubre y protege las superficies óseas articulares.
Membrana sinovial: encargada de producir el líquido sinovial que actúa como
lubricante articular.
Ligamentos articulares: controlan el movimiento articular normal, protegiendo a
la propia articulación de movimientos lesivos para la misma, evitando sus
lesiones.
Dispositivos especiales: es el único elemento que no está presente en todas las
diartrosis. Su existencia depende de las necesidades mecánicas articulares. Son
estructuras dedicadas a mejorar la congruencia y el reparto de fuerzas sobre la
articulación: meniscos y rodetes articulares. Suelen estar formados de
fibrocartílago y presenta alta resistencia a la tracción y a las fuerzas de
compresión.
El diseño de los diferentes tipos de diartrosis (excepto en el caso de las artrodias) hace
que los segmentos articulares no sean planos, esta característica ocasiona que la carga se
acumule más en las zonas de contacto entre las superficies, quedando las otras zonas en
descarga (Fig. 17). Esta sobrecarga localizada en algunas regiones de la superficie articular
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representa una desventaja fisiológica para el cartílago hialino. Para compensar esto,
diferentes estructuras articulares (meniscos, rodetes, discos, etc.) denominados dispositivos
especiales, van a ayudar a homogeneizar la geometría de los elementos que forman la unión
articular, de manera que facilitan las funciones de movilidad y reparto de cargas.
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células elaboradoras y secretoras de los elementos de la matriz (colágena, elastina y
glucoaminoglicanos.) que se renueva constantemente.
Las fibrillas que se localizan alrededor de las células, juegan un papel importante en la
regulación del ambiente mecánico de los condrocitos, afectando a la síntesis de matriz
extracelular, desarrollo y degeneración celular y en general a todas las respuestas de
biosíntesis ligadas a la carga. Las fibras colágenas, soportan las fuerzas de tracción y, aunque
en menor medida, también las de cizallamiento. En el seno de dicha matriz también existen
fibras de elastina. Las fibras de colágena juegan un importante papel en la resistencia del
tejido hialino, mantienen la dureza del cartílago, y reducen la tracción que se produce en la
unión subcondral. Las fibrillas orientadas en la dirección de la superficie del cartílago,
soportan las fuerzas de tracción que se producen en esa zona, mientras que las más verticales
y profundas, son las responsables de la respuesta mecánica del tejido a la compresión
transitoria.
La típica cápsula articular de una articulación sinovial está formada por un tejido
conectivo denso, revestido por sinovia, que se dispone como una manga alrededor de los
huesos que intervienen en la articulación y en las cuales se inserta. La inserción capsular es
una estructura especializada, fibrocartilaginosa, en la que se distingue una gradación de capa
de fibrocartílago a hueso. Este fibrocartílago es rico en colágeno de tipo II. También se ha
visto que el colágeno de tipo II con la edad, lo que puede ser una respuesta a la sobrecarga
por compresión.
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Generalmente la cápsula tiene espesores diferentes dependiendo de las tensiones que
soporte. Suele estar reforzada por ligamentos y en ocasiones por los propios tendones que se
adhieren a ella y lo reemplazan.
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Además, la deformación que sufre el cartílago está en relación con el tiempo de
aplicación de la carga. En las primeras fases de sobrecarga del cartílago, la mayor parte del
agua es expulsada al exterior provocándose una importante deformación del mismo. Una vez
que el cartílago ha sido exprimido y toda el agua libre está en el exterior, se observa un
aumento de la dureza del material debido a la estructura de gel del cartílago encargado, en
este momento, de soportar la carga manifestándose por un freno a la deformación del
cartílago (Fig. 19). Este comportamiento de expresión del agua durante los periodos de carga
y la recuperación de la misma en el interior del cartílago en los periodos de ausencia de
compresión articular cumple un papel fundamental el mecanismo de lubricación y nutrición
del cartílago articular.
Figura 19: Expresión del agua durante los periodos iniciales de aplicación de la
carga
Debido posiblemente a que los cartílagos tienen una irrigación muy limitada, están
sometidos a procesos degenerativos (el elástico menos que los demás). La regeneración de
un cartílago después de una lesión es un proceso muy difícil y no suele ser completa, salvo
en niños muy pequeños. En el adulto se hace sobre la actividad del pericondrio, cuyas células
invaden la zona de fractura y originan un tejido cartilaginoso que repara la lesión, pero en
ocasiones lo que se forma no es nuevo cartílago, sino una cicatriz de tejido conjuntivo denso.
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3.1.4 Lubricación articular.
Término que se refiere a la resistencia generada entre dos cuerpos cuando uno se desliza
encima del otro se denomina fricción. Esta resistencia está generada por la adherencia que
se produce entre las superficies de los cuerpos opuestos entre sí. Debido a esta adhesión y la
pequeña área de superficie de cada pico o irregularidad que presentan las superficies, se
producen unas fuerzas de cizallamiento de gran magnitud entre los picos o irregularidades
de las superficies en contacto, mientras que en las zonas correspondientes a los "valles" de
dichos "picos", la presión que se genera es mínima. Entre las superficies articulares más o
menos lisas, como es el caso del cartílago hialino, el grado de rugosidades que presentan las
carillas articulares no es el factor más importante para que se produzca esta fricción, sino
que es esencial el grado de interacción molecular o adhesión entre los "picos" (Fig. 20).
A muy bajas velocidades, la fricción tiende a ser relativamente más alta según los "picos"
de las superficies en contacto tiendan a adherirse más fuertemente. Según aumenta la
velocidad, la resistencia al movimiento (fricción) disminuye y se estabiliza. También la
abrasión es una característica de la fricción, se produce cuando una de las superficies
articulares es más dura que la superficie por la que se mueve (Fig. 21).
Para evitar estas fuerzas de fricción que se crean cuando se moviliza una articulación,
existe en la interlínea articular un lubricante especial denominado líquido sinovial. El líquido
sinovial es un fluido no Newtoniano, en el que el fluido va a cambiar su viscosidad
dependiendo del gradiente de velocidad. A mayor velocidad del fluido (movimientos rápidos
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de la articulación) la viscosidad disminuye facilitando el movimiento articular. Cuando los
movimientos son lentos o no existen (estática articular) la viscosidad aumenta impidiendo
que las superficies articulares toquen entre sí directamente (permanece una capa de fluido
entre ambas).
1º. Lubricación por Expresión: Cuando dos superficies son comprimidas juntas de
forma cíclica y durante cortos periodos de tiempo (Fig. 22).
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3º. Lubricación Elastohidrodinámica: Ocurre durante la deformación elástica de las
superficies que exceden del relieve rugoso habitual de las superficies. Se produce un
aplanamiento elástico y da lugar a una película de fluido más ancha, permitiendo el
movimiento (Fig. 24).
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asociados, serán en parte los responsables de la disminución del coeficiente de fricción
entre las superficies articulares que se observa según aumenta la carga en la articulación.
Las propiedades del cartílago van modificándose según avanza la edad de forma que
aunque no existen grandes modificaciones en cuanto a la resistencia a la compresión, si
disminuyen otras propiedades del tejido hialino como la resistencia a la tracción y
resistencia a la fatiga (ambas relacionadas con la menor producción de fibras de
colágena). Estos cambios son debidos al envejecimiento de los condrocitos. El agua
disminuye de forma importante a lo largo de los años, así como los proteoglicanos
(keratán sulfato aumenta y el condroitin sulfato disminuye). Las fibras de colágena
también se modifican con el paso de los años (aumentan en anchura y se hacen menos
flexibles). El cartílago se hace más blando y más rígido (disminución del agua en el
interior del tejido) lo que lleva a limitar la habilidad del cartílago de deformarse
repetidamente cuando es sometido a cargas, dando lugar a que se produzcan pequeñas
lesiones en el cartílago que progresan en el tiempo.
Las zonas de degeneración parcial del tejido hialino pueden aparecer desde que se
adquiere la madurez del esqueleto. Esos cambios degenerativos aumentan de forma
progresiva en severidad y extensión a lo largo de los años. Las fisuras que se originas
por solicitaciones excesivas únicas o repetidas pueden evolucionar a amplias heridas del
cartílago. Se producen pequeños agujeros que avanzan hasta producir fisuras que pueden
llegar hasta hueso subcondral. La reparación intrínseca del cartílago puede estimularse
si nuevas células o factores de crecimiento son introducidos, ya que este tipo de
sustancias son frecuentes en los tejidos hialinos jóvenes o en crecimiento pero no en los
tejidos maduros.
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3.1.6 Dinámica Articular.
Nuestras articulaciones constituyen los fulcros de las palancas formadas por los
segmentos óseos. En sus movimientos, las articulaciones, realizan desplazamientos
angulares cuya amplitud es medida a través de goniómetros (transportadores de ángulos).
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3.1.7 Sistema Propioceptivo Articular.
Terminaciones libres: Son receptores que sólo responden cuando los estímulos
sobrepasan los habituales y, responden a deformación de los tejidos por
compresión, tracción y flexión. La sensación que origina su estímulo es dolorosa.
Corpúsculos de GOLGI: Estos receptores responden a fuerzas de tracción, pero
tienen un umbral muy alto. También pueden activarse con fuerzas de compresión.
La localización es diferente a la de los aparatos tendinosos de Golgi (situados en
el espesor del tendón y activados con elevadas cargas de tracción). En la
articulación se disponen en los ligamentos, cápsula y/o meniscos. El reflejo que
establecen en médula es polisináptico y se recoge su aferencia en la corteza
sensitiva cerebral. Mientras, el aparato tendinoso de Golgi, presenta un reflejo
monosináptico en la médula y su aferencia llega al cerebelo.
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3. 2 TENDONES.
Los tendones son estructuras de tejido conjuntivo encargadas de unir los músculos al
hueso. En términos mecánicos, el tendón sirve fundamentalmente para transmitir fuerza.
Actúa como amplificador dinámico durante la rápida contracción muscular, almacén de
energía y atenuante de la fuerza cuando aparece un rápido e inesperado movimiento.
Histológicamente, son tejido conjuntivo fibroso poco vascularizado, recubierto por tejido
conectivo laxo denominado paratenon. El número de células (fibrocitos) que posee el tendón
también es muy escasa. Sólo un 10-20% del tejido corresponde a la porción celular del
mismo. El resto del tejido, que constituye la matriz del tendón, está compuesto por agua (65-
70%), proteoglicanos, glicolípidos y fibras. Estas fibras constituyen aproximadamente el 70-
80% del peso seco del tendón y corresponden a fibras de colágeno en un porcentaje
aproximado del 90%, el 0,5% restante, son fibras de elastina. El colágeno tipo I es el más
común en el tendón (se observa también en la estructura del hueso y de la piel) a él se
deberían las principales respuestas mecánicas y funcionales del mismo. Los otros tipos de
proteína colágena (tipos II, V, IX, X, XI y XII), que se encuentran en menor proporción, se
relacionarían con otro tipo de función: disminuir la tensión de las zonas donde se concentra
el mayor estrés cuando se aplican las fuerzas que se transmiten desde el tendón (tejido
blando) al hueso (sobre todo en la interfase fibrocartilaginosa de la inserción).
Además, el tendón puede modificar la orientación de sus fibras tendinosas para obtener
una mayor ventaja mecánica, por ejemplo, en el tendón de Aquiles: las fibras mediales de
gemelos se enrollan lateralmente alrededor de 90º y descienden para formar la parte posterior
del tendón. Las fibras del sóleo rotan de forma semejante para constituir la porción anterior
del tendón. Esta disposición espiral de las fibras permite un mayor grado de elongación y
recuperación elástica del tejido que ayudan al tendón a almacenar mayor energía.
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La presencia de gran cantidad de colágena en el tejido, hace que el tendón presente una
alta tenacidad (resistencia a la disgregación de las moléculas del material) y gran ductilidad,
lo que significa que antes de la ruptura almacena gran cantidad de energía sufriendo una gran
deformación (absorben mayor energía antes de romperse que el hueso o el hormigón).
Las fibras colágenas poseen menor módulo de elasticidad que las fibras elásticas por lo
que soportan mejor las cargas. Su módulo de elasticidad es de 5 al 10 % del de hueso, lo que
facilita que un tendón sano, como el del músculo Triceps Sural, sea capaz de soportar cargas
de hasta 9.000 N en carrera de velocidad. La presencia en el tejido de fibras elásticas,
ayudaría al tendón a volver a su estado de longitud inicial una vez que cede la fuerza
deformante.
Los proteoglicanos, que constituyen menos del 1% del tejido tendinoso, facilitan la
organización estructural del tejido dando soporte y espacio a las células y fibras que lo
componen. Ejemplo de ellos son el condroitin sulfato, dermatán sulfato (más común en los
tendones que en los ligamentos) y el ácido hialurónico.
La unión entre el tendón y el músculo se realiza a través de una fusión multicapas. Las
fibras colágenas del tendón penetran entre las fibras musculares estriadas, como si se tratara
de una interdigitación de ambos tejidos.
Posee una característica especial: a ese nivel se sitúan receptores específicos que recogen
la tensión a la que se haya sometido el músculo. Esta información es transmitida a través de
fibras sensitivas Tipo Ib, que constituyen el llamado aparato tendinoso de Golgi, que llevarán
la información a la médula espinal y harán conexión con las alfa-motoneuronas del mismo
músculo del que recogen la señal, teniendo una acción inhibitoria sobre ellas y, por lo tanto,
inhibiendo la contracción muscular. El número de receptores tendinosos de Golgi de un
tendón está en función del tamaño del músculo.
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muscular con tracción pasiva de alta velocidad. Un tendón sano es muy resistente, capaz de
resistir tracciones de alta velocidad mucho mejor que el tejido muscular, este tipo de
solicitaciones suelen producir roturas de fibras o fascículos del vientre muscular mucho antes
que de la unión músculo tendón o del propio espesor del tendón.
El tendón muscular se inserta con una inclinación de 30º con relación al eje diafisario del
hueso (Fig. 26). El objetivo de esta inclinación es aumentar la superficie de inserción del
tendón en el hueso.
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Figura 27: Unión directa Hueso-Tendón
Se han realizado diversos estudios sobre el límite mecánico (de resistencia) del tendón.
Estos estudios han sido basados en test de resistencia con tracción simple, observando cómo
cambia la respuesta mecánica del tejido según la deformación alcanza los niveles próximos
a la fractura del material. Aun así, existe entre ellos una gran variabilidad en los resultados
presentados.
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Cuando el tendón es sometido a cargas de tracción, la curva de tensión deformación del
tendón no es linear. En su inicio presenta un bajo módulo que podría ser debido al
estiramiento de las fibras de colágeno, que van a perder su ondulación inicial para alinearse
de forma paralela (rectificación de las fibras colágenas). Posteriormente se observa un
comportamiento linear que se corresponde con el estiramiento fisiológico las fibras bajo
cargas fisiológicas. Se produce un telescopaje de forma que las cadenas cortas fluyen a lo
largo de las largas. En este proceso es muy importante la participación del agua del tejido
que permite este flujo de las cadenas de proteínas colágenas en la matriz del tejido. Le sigue
un perfil no linear, se asemeja a una cuerda que se va rompiendo, corresponde a la
compresión progresiva de fibrocitos que se mantiene hasta la ruptura que se suele producir
cuando se llega al 10% de la longitud inicial. Durante esta última fase, el tendón, antes de
romperse almacena gran cantidad de energía mientras se deforma. Hay que tener en cuenta
que cuando se efectúa de forma rápida y brusca, estos pasos no se completan del todo.
Cuando la aplicación de la carga se establece de forma cíclica (con fuerzas no muy altas
y a baja velocidad) o se realizan elongaciones mantenidas sobre el tejido tendinoso, como
en el caso de la marcha o la práctica de jogging, los periodos repetidos de estrés-relajación
ablandarían la estructura tisular con continuas disminuciones del pico de estrés por cada
ciclo. Este fenómeno podría ayudar a prevenir la fatiga de los ligamentos y tendones. Estos
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cambios se notan en clínica por una mayor laxitud de la articulación ejercitada, que tras un
breve periodo de recuperación, esta situación vuelve a la normalidad.
Cargas simples intensas y las cargas repetidas (lesiones traumáticas acumulativas) sobre
tendón son un común y creciente problema clínico que produce debilitación del tejido y
disminuyendo la calidad de vida. Se cree que la carga actuando sobre el tejido más allá de
un determinado límite mecánico de resistencia, causa lesiones irreversibles sobre la matriz
extracelular que tienen como consecuencia un cambio permanente en las características
mecánicas del tendón. Además, las células restantes del tejido y las células infiltradas en el
tendón para su reparación, actúan formando una herida cicatricial.
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3.2.5 Características que modifican la respuesta biomecánica del tendón.
Embarazo
Ejercicio
Los efectos positivos del ejercicio sobre los tendones son bien conocidos en
experimentación animal igual que su efecto sobre los ligamentos. Este efecto es mayor
cuando este ejercicio se realiza durante largo tiempo, lo que aumenta el tamaño de las fibras
de colágena del tejido (y la sección transversa del tendón) apreciándose un aumento de
aproximadamente el 22% de la resistencia a la tracción. Sin embargo, las propiedades
mecánicas de la estructura tendinosa no presentan modificaciones estadísticas significativas.
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Inmovilización
El problema surge sobre todo en aquellos tendones cubiertos de vainas serosas sinoviales
(por ejemplo, en los músculos flexores digitales) en los que las suturas y la cicatriz deben
ser mínimas, para que no existan adherencias o aumentos de diámetro que pueda crear
conflicto con el movimiento de deslizamiento normal del tendón y su vaina.
3.3 LIGAMENTOS.
Los ligamentos son estructuras compuestas por tejido conjuntivo, que sirven de soporte
y unión a los segmentos que constituyen la articulación. Tienen como función principal ser
la guía del movimiento normal de la articulación, limitando los movimientos anormales,
previniendo así, cualquier desplazamiento por encima del límite fisiológico. Los ligamentos
colaboran en el mantenimiento de la presión fisiológica intra-articular, esta acción facilita la
nutrición del cartílago articular y la lubricación articular. Además, estas estructuras
participan en la propiocepción a través de los mecanorreceptores situados en el espesor del
tejido, enviando información al sistema nervioso central sobre la situación mecánica del
propio ligamento y, sobre la posición articular. Por último, se considera que los ligamentos
39
participan en el desarrollo y crecimiento articular definitivo que deben adquirir algunas
articulaciones durante las primeras etapas de la vida.
Estas estructuras están constituidas por tejido conectivo mesenquimatoso con células
poco diferenciadas y abundante matriz extracelular. Es un tejido vascularizado, a través del
cual se difunden las sustancias nutritivas y los productos de desecho en su tránsito entre la
sangre y las células. Están compuestos de 2/3 de agua y, 3/4 de la masa restante está
compuesta de fibras de colágeno con una pequeña proporción de fibras de elastina,
glicosaminglicanos (GAGs) y otras sustancias. Desde el punto de vista histológico, se
diferencian: el componente celular, la matriz extracelular y el plasma intersticial. La matriz
extracelular posee un componente fibrilar, segregado por las propias células, que se
encuentra inmerso en un componente amorfo, o sustancia fundamental, que es semisólida y
de aspecto gelatinoso. El plasma intersticial baña todas las células libres y la sustancia
fundamental (amorfa) de la matriz. Las células son fijas y se denominan: fibroblastos y
fibrocitos.
Los ligamentos son tejidos frágiles y quebradizos que no almacenan gran cantidad de
energía antes de la ruptura, produciéndose esta de forma brusca. Se comportan como
elementos anisotrópicos, estando orientada su arquitectura para soportar las fuerzas tensiles
(tracción), que le vienen impuestas por la articulación (Fig. 29). Estas estructuras poseen
propiedades mecánicas viscoelástico.
40
Figura 29: Curvas tensión- deformación del ligamento
Dado que la principal función del ligamento es soportar fuerzas de tracción, los estudios
experimentales de las propiedades biomecánicas del tejido ligamentoso se realizan en
dirección uniaxial. En general, durante la deformación del ligamento bajo tracción (curva
tensión-deformación), se observa inicialmente un perfil lentamente ascendente y de forma
cóncava, demostrando que existe poco aumento de la tensión con progresiva deformación.
La razón de este comportamiento no linear, en un principio, se debe a que durante el
estiramiento del tejido, se produce un reclutamiento de fibras del ligamento de forma
progresiva, evitando colocar a todas las fibras del ligamento en tensión desde el inicio, hecho
que aumentaría bruscamente el estrés del tejido. La solicitación se produce de forma
progresiva, siendo solo unas partes sometidas a estiramiento, y por lo tanto presentan un
aumento de tensión, antes que otras. Este comportamiento no linear de la curva es muy
funcional, porque permite pequeños desplazamientos de la articulación soportando mínima
tensión, dando lugar posteriormente a un aumento importante de la resistencia del ligamento
cuando aumenta la deformación del mismo por movimientos que sobrepasan el límite
articular. El perfil se modifica para hacerse posteriormente lineal. Cuanto más fibras siguen
sometidas a tracción, mayor tensión se produce en ellas, hasta que se llega a un punto en el
que la curva se hace linear (todas las fibras han sido reclutadas y aumenta la tensión). Según
las fibras van fallando (roturas microscópicas), se observa una meseta en la curva de tensión-
deformación, justo antes de que se produzca la ruptura total del ligamento.
Cuando la fuerza que deforma el ligamento deja de actuar, el tejido vuelve a su longitud
y tensión inicial. Sin embargo, dependiendo de la duración de la deformación, se requerirá
un tiempo adicional para esta recuperación total. Esta elongación persistente durante algún
41
tiempo antes de volver a la situación inicial, es debida a la hysteresis, propiedad de los
materiales biológicos viscoelásticos que, como los ligamentos, origina una pérdida de
energía por el hecho de ser deformados. Este hecho se debe a que la pendiente de regreso a
la situación inicial no coincide con la de la deformación, característica se muestra en la
gráfica de la Figura 30.
42
Figura 31: Tensión- deformación del ligamento
Los ligamentos, cuando son sometidos a una fuerza durante largo tiempo la tensión que
se genera en interior del material va a disminuir, este hecho se denomina relajación de la
tensión. El ligamento va a responder de forma ligeramente diferente a cada estiramiento,
siendo capaz de volver a las longitudes de pre-estiramiento iniciales (creep). Esta
acomodación del ligamento es un factor de adaptación que permite ajustar las cargas de la
articulación y la longitud fisiológica del ligamento para evitar que este pueda romperse con
facilidad.
Esta respuesta mecánica de los ligamentos puede producirse también con la aplicación
de altas temperaturas sobre el tejido ligamentoso. La temperatura necesaria para conseguir
que el ligamento pueda conseguir esta plasticidad es de aproximadamente 40º C (temperatura
referida a la fibra de colágena, no a la temperatura corporal en la superficie de la piel).
Además del mecanismo térmico por el que rompen los enlaces de la colágena, se consigue
acomodación del ligamento a través de la realización de tracciones lentas y mantenidas o, de
tracciones suaves y cíclicas. Este hecho podría explicar los beneficios del calor aplicado
sobre una articulación antes de movilizar la misma y los tratamientos a base de tracciones
aplicados a los ligamentos. Por el contrario, en el caso de de las elongaciones bruscas de los
ligamentos, como en el caso del “latigazo cervical”, se pueden producir pequeñas lesiones
microscópicas del tejido (roturas incompletas o desgarros) que afecten a los
mecanorreceptores del ligamento, lo que puede originar señales anormales de estos
receptores y originar patrones de actividad muscular erróneos que faciliten el dolor, la
contractura o las alteraciones del rango de movimiento articular.
43
Debido a debido al crecimiento de las inserciones del ligamento, la madurez del esqueleto
es un factor que juega un importante papel en las propiedades mecánicas del tejido. Una vez
adquirida la madurez definitiva, las inserciones ligamentosas son más resistentes a las
fuerzas que actúan sobre la estructura ligamentosa. Debido a esta característica, la rotura del
ligamento puede realizarse por dos vías diferentes dependiendo de la edad del sujeto. La
lesión puede tener lugar en el tejido del propio ligamento, o bien puede producirse el
arrancamiento de una porción de hueso de la zona de su inserción (rotura por avulsión). El
hecho de que se rompa el interior del tejido del ligamento estaría relacionado con la presencia
de epífisis ya cerradas (adultos), mientras que las avulsiones se deberían al arrancamiento
de la zona de inserción del ligamento en el hueso (epífisis) en un esqueleto todavía inmaduro.
Todas estas características mecánicas de los ligamentos van a variar con factores como
el género y la edad. Las mujeres presentan mayor laxitud ligamentosa que no parece estar
ligada a los niveles hormonales de estrógenos. Las propiedades de las uniones del ligamento
al hueso se deterioran de forma importante según avanza la edad. Existe un declive
progresivo de la resistencia a la tensión del ligamento, apareciendo antes la ruptura total del
tejido cuando es sometido a solicitaciones. Este declive en las propiedades mecánicas del
ligamento, se producen llamativamente en dos periodos: tercera década de la vida (22 a 35
años) y entre la cuarta y quinta décadas (40 a 50 años). A partir de este momento (50 años)
se produce una progresión importante de este declive, haciéndose cada vez más rápida la
ruptura del ligamento debido a la perdida de agua y colágeno en la estructura del tejido. En
los individuos de la tercera edad, el fallo o ruptura se produce con mayor frecuencia en el
interior del tendón sin provocar avulsión de la unión ligamento-hueso, lo que presupone que
el ligamento se deteriora antes que el tejido óseo.
Además de la edad, las propiedades del tejido tendinoso también son modificadas por
situaciones como: la inmovilización, el tratamiento con esteroides y la diálisis. La
inmovilización de un ligamento origina pérdida de la organización de las fibras de colágeno
así como del número y tamaño de los haces colágenos, disminuyendo la capacidad de
absorber energía y la resistencia a la carga. Cuando la inmovilización es prolongada, los
cambios reseñados se producen muy rápidamente y, aunque suelen ser reversibles, el proceso
de recuperación es muy lento.
44
recuperación es más rápida. El inicio del proceso de recuperación se inicia en los tejidos
blandos circundantes (reparación extrínseca) y, dentro del propio ligamento (reparación
intrínseca). La regeneración es pobre cuando hay escasa cantidad de tejidos blandos
circundantes, como en el caso del ligamento cruzado antero-externo de la rodilla. Cuando el
tejido tendinoso en reparación no es sometido a tracción, el resultado es un tejido cicatricial
desestructurado, en cambio, al someter a cargas funcionales el ligamento afectado, las fibras
de colágeno se disponen con una orientación longitudinal que favorece la recuperación de
sus propiedades mecánicas. Existe un fenómeno de ligamentización tras la reconstrucción
del ligamento cruzado anterior (semimembranoso, recto interno o tendón rotuliano) al año
de realizada la intervención quirúrgica, tiempo en el que adquiere las características
biomecánicas que se asemejan las del ligamento nativo.
3.4 FASCIAS.
Las aponeurosis no son sino un tendón en forma de hoja y con ello entendemos también
los tabiques intramusculares. Las fascias son láminas de tejido conectivo que rodea a los
grupos musculares. Estas capas se dividen en tres componentes fundamentales (Figura 31).
La fascia superficial: También recibe el nombre de hipodermis, éste separa la piel de los
tejidos y órganos subyacentes; su función es suministrar aislamiento y almohadillado, y dejar
que la piel o las estructuras situadas bajo ella se muevan de manera independiente.
La Fascia subserosa: Se halla entre la fascia profunda y las serosas que revisten las
cavidades corporales. Como esta capa las separa entre sí, los movimientos de los músculos
o los órganos musculares no deforman de una manera acusada su delicado revestimiento.
45
Figura 31: Fascias (Martini, 2009)
Estabilización
Limitación de los movimientos
Transmisión de las fuerzas
Estudios realizados revelan que la actitud dinámica del sistema Fascial puede tener
influencia en:
46
de rotura es elevada a igual que su modulo de Young. Cuanto mayor sea la carga de trabajo
de la fascia, mas tendencia tendrá a reforzar sus fibras de colágeno, por lo que será la primera
en reaccionar a un traumatismo, como se presenta a nivel articular en los ligamentos.
47
CAPÍTLO IV
48
RESUMEN ANATÓMICO
Los músculos son estructuras encargadas de mover las palancas del aparato locomotor
(huesos y articulaciones) son, por tanto, los motores del movimiento. El tejido muscular
estriado tiene vascularización abundante, dadas sus elevadas demandas metabólicas, y
reciben inervación a través de neuronas motoras que terminan contactando con ellos a través
de unas terminaciones nerviosas especializadas denominadas placas motoras. Cada fibra
nerviosa inerva a un grupo pequeño de miocitos (musculatura pequeña dedicada al control
motor fino) o a un grupo mayor de células musculares (musculatura larga). La unión de cada
fibra muscular y las células musculares a las que inerva se denomina unidad motora.
49
rápida. Hacen sinapsis con asta anteromedial de la médula espinal, en concreto con
alfa-motoneuronas que inervan el mismo músculo y a las que inervan los músculos
antagonistas, estimulando a las primeras e inhibiendo a las segundas.
Fibras II: están enrolladas en espiral sólo en las cadenas nucleares, son
fibras mielínicas de menor calibre, por lo que son de conducción lenta. Hacen
sinapsis en médula con neuronas intercalares provocando sobre las alfamotoneuronas
inhibición de los músculos extensores y estimulación de los músculos flexores.
50
gruesos) se superponen con otros más finos (actina) apareciendo dichas zonas como más
teñidas u oscuras; son las denominadas bandas A. Como no se superponen totalmente, en el
centro de cada banda oscura se ve una zona menos teñida, la zona H, en cuyo centro discurre
la línea M. A ambos lados de cada banda A solo existen filamentos de actina (zonas pálidas
o claras) son las bandas I, en cuyo centro se observa una línea oscura (línea Z)
denominándose sarcómero al espacio comprendido entre 2 zonas Z.
El músculo esquelético está rodeado por una resistente envuelta blanquecina de tejido
conjuntivo fibrocolagenoso de sostén, el epimisio, que penetra hacia el interior separando y
envolviendo los distintos haces de fibras (perimisio) éste a su vez penetra en los haces,
envolviendo las fibras musculares (endomisio). Estas envueltas son tejidos conjuntivos
densos con claro predominio del componente fibrilar sobre todos los demás elementos:
células y sustancia fundamental. Las fibras más abundantes son las de colágena por lo que
resulta un tipo de tejido muy resistente a la tracción, aunque ofrece poca flexibilidad; es el
tejido idóneo para la función mecánica que desarrolla. Las fibras pueden disponerse “no
orientadas” (conjuntivo denso “no modelado”) u “orientadas” (conjuntivo denso
“modelado” u “orientado”).
En el tejido conjuntivo denso orientado, los abundantes haces de fibras colágenas forman
densos cordones cilíndricos que se orientan según una organización fija, como respuesta
indudablemente a la tracción ejercida más frecuentemente en una sola dirección, por lo que
ofrecen la máxima resistencia a la tracción en dicha dirección. Si la tensión a que
frecuentemente se ve sometido es unidireccional, como es el caso de los tendones,
ligamentos y algunas fascias. Las fascias profundas emiten tabiques hasta el hueso
envolviendo diferentes grupos musculares. Estas estructuras, dejan unos pequeños espacios
con grasa que sirven de protección a los paquetes vásculo-nerviosos.
51
4.1 MECÁNICA MUSCULAR
Fibras lentas (Tipo I): Consumen oxigeno sanguíneo (son aeróbicas). Poseen muy alta
resistencia (su contracción es de larga duración) pero generan escasa fuerza.
IIa: son los que presentan mejores cualidades, gran potencia y buena
resistencia.
IIx: podrían pasar por entrenamiento a tipo I. Poseen gran fuerza generada
durante muy cortos periodos de tiempo.
Los músculos posturales tienen gran cantidad de fibras de tipo I (tienen la ventaja de que
se atrofian más tardíamente) y de fibras tipo IIa. La musculatura periférica posee mayor
cantidad de fibras tipo IIx, y se utiliza para la realización de movimientos explosivos. Estas
fibras se atrofian rápidamente por falta de entrenamiento.
52
El calcio (Ca++) se mantenía en la luz del retículo gracias a la proteína calsecuestrina,
pero al abrirse los canales para el calcio por la despolarización del sistema tubular T, esta
proteína lo libera y así se produce la contracción muscular. Durante la contracción, los
filamentos de actina se deslizan sobre los de miosina. La energía necesaria para que esto se
produzca la proporciona la hidrólisis de las moléculas de A.T.P. Esta energía es suficiente
para permitir la unión y liberación repetitivas de ambas proteínas contráctiles (filamentos).
La miosina, actúa como una A.T.P-asa que se activa al unirse a la actina. Las bombas de
membrana (Ca++ -A.T.P.- asas) del retículo sarcoplásmico, bombean de nuevo rápidamente
los iones de Ca++ hacia el interior del retículo (cisternas terminales) y así se detiene la
contracción.
En el estado de reposo, las fibras musculares tienen pocos iones de Ca++ libre
intracelular. El control de la contracción muscular se consigue gracias a las proteínas que se
unen a la actina (como la tropomiosina) y que evitan la contracción muscular gracias al
bloqueo de la interacción entre la actina y la miosina. Esta acción se invierte cuando existen
elevadas concentraciones de iones de calcio intracelular, de forma que al aumentar
repentinamente su cantidad en el citosol, se inicia la contracción muscular, cuya fuerza se
transmite gracias a una serie de proteínas de unión.
Componente mecánico
Componente eléctrico
Componente químico
Tras la suelta de Acetíl-colina, calcio y ATP, se origina energía en forma de calor. Esta
energía química pasa a mecánica y origina un trabajo qué pasa a su vez a producir calor.
53
establecidos es mayor que la fuerza del exterior, y es elongada cuando la fuerza generada
por ella es menor que la exterior. Las dos mitades de la sarcómera no tienen por qué trabajar
en paralelo. El comportamiento de la mitad de la sarcómera es muy complejo, ya que durante
la contracción muscular, media sarcómera puede acortarse mientras la otra mitad se relaja.
(Figura 32)
54
En consecuencia, para desarrollar una tensión elevada en un músculo, debemos obligarlo
a detener un movimiento forzado así su estiramiento, lo que también se denomina trabajo
negativo.
Si el músculo contraído recibe un impacto, esta fuerza es absorbida por el hueso, pero,
sino está contraído, el músculo absorberá parte de la fuerza protegiendo al hueso.
Desde el punto de vista biológico, los muelles del modelo mecánico del músculo
representan los tejidos conjuntivos que recubren las fibras musculares (endomisio, perimisio,
epimisio y fascia) mientras que el émbolo representa la unidad contráctil del músculo
(sarcómera). Los elementos elásticos (dispuestos en el modelo mecánico en serie y en
paralelo) ofrecen resistencia a la elongación y almacenan esta energía para ser utilizada
posteriormente. El elemento elástico en paralelo protege al elemento contráctil de su lesión
cuando es elongado a gran velocidad.
55
extensión de forma inmediata, el pistón continuará deformándose de forma
progresiva durante todo el tiempo que dure la fuerza.
Relajación de la tensión: cuando un material viscoelástico es alongado
lentamente, y se mantiene a una determinada longitud, se observa que existe una
disminución de la tensión generada en su interior durante el tiempo en el que se
mantenga a esta longitud. Esto es debido a que en un primer momento, la elongación
se debe al estiramiento del muelle, que se efectúa de manera más rápida, antes de que
se mueva el pistón. A partir de aquí comienza el movimiento del pistón, la fuerza
requerida para mantener la deformación podría caer a cero, lo que obligaría al muelle
a volver a su posición o forma inicial, pero en este caso no vuelve a su posición inicial
sino a su nueva posición (marcada por la deformación que haya adquirido el pistón).
56
mientras que su inserción se realiza en apófisis mastoides (plano sagital). Cuando
este músculo se contrae, coloca en el mismo plano del espacio su inserción y origen
de forma que, se produce una inclinación homolateral de la cabeza con giro de la
misma hacia el lado contralateral.
Ley del ángulo de aplicación de Steindler: El efecto "estabilizador" o de
"movimiento" de un músculo depende del ángulo que adopte su tendón de inserción.
De esta forma, cuanto más paralelo esté el tendón en su inserción al eje longitudinal
del hueso donde se inserta (ángulo agudo) tanto más estabilizador es el músculo. En
cambio, cuanto más perpendicular se encuentre el tendón en su inserción con
respecto al eje longitudinal del hueso (ángulo aproximado de 90º) más función
generadora de movimiento tendrá el músculo.
Ley de Starling: El estiramiento previo a la contracción de la fibra
muscular, aumenta la fuerza muscular resultante de la contracción. Además, el
estiramiento asociado de las estructuras de tejido conectivo del músculo (muelles) se
suma a la tensión o fuerza contráctil generada, obteniendo mayor eficacia en el
movimiento final.
57
CAPÍTULO V
58
El tejido nervioso está disperso por el organismo interrelacionándose y formando una red
de comunicaciones que constituye el sistema nervioso. El tejido nervioso está formado por
células nerviosas denominadas neuronas y por células de la glía o neuroglias, Las neuronas
tienen la misión de transmitir los impulsos nerviosos a todas partes del cuerpo.
5.1 LA NEURONA:
Las neuronas tienen la misión de transmitir los impulsos nerviosos a todas partes del
cuerpo. Pueden tener distintas formas y tamaños, todas las neuronas tienen una estructura
básica y constan de 3 partes esenciales: cuerpo neuronal, dendritas y axones: (Figura 33)
1. El cuerpo o soma neuronal contiene el núcleo y el citoplasma, con todos sus orgánulos
intracelulares, rodeado por la membrana plasmática.
59
4. Botones terminales: se aproximan a otras células para formar una sinapsis.
• Secreción: Cuando la señal eléctrica alcanza el final de una fibra nerviosa, la neurona
secreta un neurotransmisor y estimula a la siguiente célula nerviosa, glándula o músculo.
Neuronas unipolares:
La dendrita y el axón se originan en un lugar común del cuerpo celular y se separan tras
un corto trayecto.
Neuronas bipolares:
Neuronas multipolares:
Poseen muchas dendritas y un largo axón. Las neuronas multipolares forman la mayor
parte del encéfalo, de la médula espinal y de los nervios periféricos.
Neuronas de Golgi Tipo I: Poseen axones largos, por ejemplo las células piramidales de
Betz de la corteza motora.
Neuronas de Golgi tipo II: Poseen axones cortos, por ejemplo las interneuronas, célula
granulosa y estrellada (corteza cerebelosa).
c) Por su función:
Neuronas Motoras: Conducen los impulsos a los músculos, las glándulas y los vasos
sanguíneos, células de las asta anterior.
60
Neuronas Sensitivas: Reciben los estímulos del ambiente externo e interno; están
especializadas en detectar estímulos.
Interneuronas: Son neuronas intercaladas que conectan entre sí las neuronas motoras o
sensitivas. Reciben señales de muchas otras neuronas y realizan la función integrativa del
sistema nervioso. Procesan, almacenan y recuperan información y toman decisiones que
determinan la manera en que el cuerpo responde a los estímulos.
61
Las Neuronas Pueden Clasificarse Según El Mediador Químico:
• Neuronas mielínicas. Sus axones son más gruesos y el impulso nervioso se propaga con
más rapidez gracias a la conducción saltatoria.
• Neuronas amielínicas. Crecen de mielina, por lo que conducen el impulso nervioso más
lentamente.
• Cuando llega un estímulo aumenta la permeabilidad para los iones de sodio, que entran
en la célula con lo que la polaridad se invierte en ese punto, quedando más carga positiva en
el interior en esa zona. A esta alteración se le llama Potencial de acción.
62
• El impulso nervioso se propaga con mayor velocidad en los axones con mielina, puesto
que la generación de potenciales no se realiza punto a punto a lo largo de todo el axón, sino
sólo en los nódulos de Ranvier. Esto se debe a que, al ser la mielina aislante eléctrico, no
permite el paso de cargas a través de ella.
• Una membrana celular neuronal tiene potencial de reposo de -70mv que se mantiene
gracias a la Bomba de Na y K. El potencial de acción de la neurona es de +40 mv.
Las sinapsis son los sitios de transmisión del impulso nervioso de una célula Presináptica
(neurona) a una Postsináptica (otra neurona, célula muscular o célula de una glándula). El
impulso de la sinapsis puede transmitirse en forma eléctrica o química.
Sinapsis Eléctrica: Las sinapsis eléctricas son uniones en hendidura con canales que se
extienden desde el citoplasma de la neurona presináptica hasta el de la neurona posináptica.
Las neuronas se comunican eléctricamente: no hay ningún neurotransmisor químico. Los
canales que forman puentes permiten que el flujo de corriente iónica de una célula a la otra
tenga lugar con un mínimo de demora.
Sinapsis Química: ésta sucede por medio de neurotransmisores, es más lenta que la
sinapsis eléctrica, debido a que pasa por:
• Postsináptica; una vez aquí las proteínas receptoras sobre la membrana Postsináptica
se unen a la sustancia transmisora y sufren un cambio conformacional inmediato que abre el
canal iónico y genera un potencial pos sináptico excitador breve.
Se observan varios tipos de contactos sinápticos entre neuronas; los más comunes son:
63
• Sinapsis Axoaxónica; entre dos axones.
5.2 NEUROGLIA:
Las células de la glía son estructuras que cumplen funciones de sostén, de nutrición y de
defensa de las células nerviosas.
Las células de la neuroglia son, en general, más pequeñas que las neuronas y las superan
en 5 a 10 veces en número, ayudan a mantener el entorno intercelular y actúan como
fagocitos. Las principales células de la neuroglia son: (SNC) astrocitos, oligodendrocitos,
células ependimarias, (SNP) células de Swchann, y células satélites. (Figura 36)
• Células Satélite. Rodean los cuerpos celulares neuronales en los ganglios; regulan los
niveles de O2, CO2, nutrientes y neurotransmisores alrededor de las neuronas en los
ganglios.
64
Figura 36: Clasificación de la Neuroglia (Martini, 2009)
Es una estructura anatómica portadora de los axones que desde la medula llegan a la
periferia. Es una parte de la célula nerviosa (dendritas, cuerpo celular y axón), consistiendo
en realidad en una prolongación citoplasmática que transporta y transmite los impulsos
nerviosos recibidos. (Figura 37)
El sistema nervioso es una red neurológica compleja compuesta por tres grandes grupos:
el sistema nerviosos central, el espinal y el simpático.
Cada nervio espinal está formado por la raíz anterior o motora y la raíz posterior
sensitiva: en esta última se encuentra el ganglio o conjunto de células sensitivas. (Figura
38)
65
Figura 37: Estructura del nervio Periférico (Snell, 2007)
Figura 38: Unión de raíz nerviosa anterior y raíz nerviosa posterior (Snell, 2007)
Las propiedades mecánicas no sólo para protección de fascículos, sino también para la
integridad de la función neurofisiológica.
Las raíces nerviosas son más frágiles que los nervios (se rompen antes) pero presentan
una similar elongación antes de romperse. El nervio periférico tiene también un
comportamiento viscoelástico como un alargamiento progresivo con el tiempo sometido a
tracción fija, así como una capacidad de relajación después de la tracción; bajo elongación
constante la tensión del nervio se reduce a un 30% en los primeros 10min y muy poco más
en los siguientes 20 min; es decir tiene un comportamiento elástico no lineal. Estas
características visco elásticas so propiedades importante, pues permiten adaptarse a una
rápida tracción o se recuperan después de soportar un peso excesivo.
66
La distancia de los nervios al eje de movimiento de cada articulación es otro factor que
hay que considerar. Lo más frecuente es que se encentren en la cara de flexión de las
articulaciones, lo que significa que en flexión se destensan y en extensión adquieren la
tensión habitual. El acortamiento es proporcional a la distancia del nervio al plano de
movimiento. Del mismo modo el alargamiento del nervio provoca una disminución de su
diámetro.
67
CAPÍTULO VI
68
Dos sistemas separados pero conectados entre sí: Sistema cardiovascular transporta la
sangre y el Sistema linfático transporta la linfa hasta el sistema vascular sanguíneo. (Fig. 39)
6.1.1 El Corazón.
Está formado por tres tipos principales de músculo cardíaco: músculo auricular,
músculo ventricular y fibras musculares especializadas de excitación y de
conducción. El músculo auricular y ventricular se contrae de manera muy similar al
músculo esquelético, excepto que la duración de la contracción es mucho mayor. No
obstante, las fibras especializadas de excitación y de conducción se contraen sólo
débilmente porque contienen pocas fibrillas contráctiles, en cambio, presentan
69
descargar eléctricas automáticas en forma de potenciales de acción por todo el
corazón, formando así un sistema excitador que controla al latido rítmico cardíaco.
6.1.2 La Sangre
Es una forma especializada del tejido conjuntivo, compuesta por una sustancia
intercelular líquida llamada plasma 55%, en la cual se encuentran en suspensión
algunas células 45%. La sangre circula a través de un sistema de tubos cerrados,
denominados vasos sanguíneos. En el adulto sano el volumen de la sangre es de 5 L
y constituye aproximadamente el 8 % del peso corporal. (Fig. 40)
Los componentes de la sangre:
- Eritrocitos: Carecen de núcleo y contienen un pigmento llamado
hemoglobina, al que se debe el color rojo de la sangre, para circular se agrupan a
manera de pilas de monedas, se forman de manera constante en la médula ósea,
viven alrededor de 120 días, cuando envejecen son destruidas por las células
reticuloendoteliales.
- Leucocitos: Son de menor cantidad pero de mayor tamaño, se
comporta como el sistema inmunitario del organismo.
- Plaquetas: Fragmentos celulares pequeños, sin núcleo, que viven
alrededor de una semana, favorecen la coagulación. Asimismo permiten evitar
las hemorragias internas.
- Plasma: compuesto por agua, proteínas, grasas y sales minerales.
70
como “HEMATOPOYESIS”. La clasificación de la formación son de dos formas:
a) Mielopoyesis; de estirpe Mieloide. Parte de una célula madre precursora común,
comprende a los eritrocitos, plaquetas, leucocitos granulares y monocitos
macrófagos.
PRESIÓN ARTERIAL
71
6.1.4 Los Volúmenes
Aunque la función circulatoria es muy compleja, existen tres principios básicos que
subyacen en todas las funciones del sistema:
- La velocidad del flujo sanguíneo en cada tejido del organismo casi siempre
se controla con precisión en relación con la necesidad del tejido. Cuando los tejidos
son activos necesitan un aporte mucho mayor de nutrientes y, por tanto, un flujo
sanguíneo mucho mayor que en reposo, en ocasiones hasta 20 o 30 veces el nivel de
reposo, a pesar de que el corazón normalmente no puede aumentar su gasto cardiaco
en más de 4 – 7 veces su gasto cardíaco por encima de su nivel de reposo. Por tanto
72
no es posible aumentar simplemente el flujo sanguíneo en todo el organismo cuando
un tejido en particular demanda el aumento de flujo. Por el contrario la
microvasculatura de cada tejido vigila continuamente las necesidades de su territorio,
así como la disponibilidad del oxígeno, de otros nutrientes y de la acumulación de
dióxido de carbono u otros residuos, a su vez todos ellos actúan directamente sobre
los vasos sanguíneos locales, dilatándolos y contrayéndolos, para controlar el flujo
sanguíneo local con precisión hasta el nivel requerido para la actividad tisular.
Además, el control nervioso de la circulación desde el sistema nervioso central y las
hormonas también colaboran en el control del flujo sanguíneo tisular.
- El gasto cardíaco se controla principalmente por la suma de toso los flujos
tisulares locales. Cuando el flujo sanguíneo atraviesa un tejido, inmediatamente
vuelve al corazón a través de las venas y el corazón responde automáticamente a este
flujo aferente de sangre bombeándolo inmediatamente hacia las arterias. Así, el
corazón actúa como una autómata respondiendo a las necesidades del tejido. No
obstante, a menudo necesita ayuda en forma de señales nerviosas especiales que le
hagan bombear las cantidades necesarias del flujo sanguíneo.
- La regulación de la presión arterial es generalmente independiente del control
del flujo sanguíneo local o del control del gasto cardíaco. El sistema circulatorio está
dotado de un extenso sistema de control de la presión arterial. Por ejemplo, si en
algún momento la presión cae significativamente por debajo del nivel normal de
100mmHg, en segundos una descarga de reflejos nerviosos provoca una serie de
cambios circulatorios que elevan la presión de nuevo hasta la normalidad. En especial
las señales nerviosas a) aumentan la fuerza de bomba de corazón; b) provocan la
contracción de grandes reservorios venosos para aportar más sangre al corazón; c)
provocan una constricción generalizada de la mayoría de las arteriolas a través del
organismo, con lo que se acumula más sangre en las grandes arterias para aumentar
la presión arterial.
73
determinan que la sangre circule en un sólo sentido, evitando su retroceso o
reflujo. Durante la fase de relajación muscular, las venas vuelven a llenarse de
sangre. Este fenómeno es especialmente importante en las piernas. Los músculos
de las pantorrillas, concretamente los gemelos, desempeñan un papel decisivo.
Para aprovechar al máximo su función impulsora de la sangre en las venas de las
piernas, conviene ejercitar estos músculos andando a menudo y con un calzado
sin tacones altos. También la natación resulta de gran ayuda.
- Los movimientos respiratorios. Sobre todo cuando los practicamos
con cierta intensidad (ejercicios respiratorios). Su área de influencia es
fundamentalmente la circulación venosa de tórax y abdomen. Durante la
inspiración disminuye la presión dentro del tórax y aumenta la intra abdominal,
lo que va a favorecer el retorno de sangre al corazón.
- El efecto de la gravedad. Va a favorecer el retorno venoso en aquellas
venas que están en partes del cuerpo situadas por encima del corazón.
- El efecto aspirante del corazón. Aunque al corazón se lo cita como
una especie de bomba hidráulica impelente-aspirante, el efecto impulsor domina
con mucho sobre el segundo, que es bastante débil.
- La pulsación de las arterias vecinas. Estas ejercen un efecto
compresor débil pero rítmico y constante sobre las venas vecinas. Arterias, venas,
nervios y vasos linfáticos suelen discurrir conjuntamente formando los llamados
«paquetes vásculo-nerviosos» de los diferentes órganos y tejidos de nuestro
cuerpo.
Las propiedades mecánicas de la pared de los vasos varían según el segmento vascular
considerado y varía de una persona a otra. Estos cambios en las propiedades modifican las
condiciones de flujo, ya que intervienen en la regulación de las relaciones presión-flujo y
esfuerzo-deformación. Así mismo, se deben considerar las pérdidas de energía por fricción,
que depende de la superficie interna del vaso y la viscosidad del fluido. La relación esfuerzo-
deformación de la pared vascular no muestra un comportamiento lineal, por la naturaleza
74
viscoelástico que depende de las contribuciones relativas de los diversos constituyentes:
elastina, colágeno y músculo liso, que tienen comportamientos muy diferentes.
6.1.7 Hemodinámica.
Presión estática: Su causa radica en la compresión del líquido sobres las paredes del
tubo por la cual se desplaza, o cunado se encuentra en un reposo relativo.
Según el experimento de Pilot, se plantea que la presión estática conocida como presión
del interior del líquido, será mucho menor en la sesión estrecha que al pasar por la parte
ancha del tubo o vaso sanguíneo. Ahora no sucede así con la velocidad que es inversamente
proporcional al área de la circunferencia del tubo, como resultado la velocidad aumenta en
la sesión estrecha y la presión estática decae, como resultados de los dos mecanismos
siguientes.
a) Pase del líquido de la parte ancha a la estrecha: (2da Ley de Newton) las partículas
son influenciadas por una fuerza que tiene la misma dirección del movimiento del líquido.
La fuerza de presión que ejerce una partícula sobre la otra están dirigidas hacia delante
coincidiendo con el movimiento total del líquido; como resultado la presión en la parte
posterior de las partículas es mayor detrás y en la parte ancha, y menor en la parte de adelante
o estrecha. La velocidad en esta condición aumenta.
b) Pase del líquido de la parte estrecha a la ancha: Las fuerzas que actúan sobre las
partículas tiene un sentido contrario al movimiento del líquido, debido a que se mueve de
un lugar de menor presión a uno de mayor presión. Lo que provoca como resultado una caída
de la velocidad. Este es el mecanismo que sucede a nivel de la red capilar formada en los
tejidos, donde del flujo sanguíneos aumenta en los capilares facilitando así el transporte de
nutrientes y oxigeno así como evitando que se coagule la sangre. Al llegar a las venas la
75
velocidad decae pero se vuelve a reestablecer las presiones de la sangre que permita que esta
ascienda hacia el corazón, apoyado por el sistema de válvulas venosas.
6.2.1 La Linfa
Deriva del líquido intersticial que fluye en los linfáticos, por lo que la linfa que
entra primero en los vasos linfáticos terminales tiene casi la misma composición que
el líquido intersticial. La concentración de proteínas en el líquido intersticial de la
mayoría de los tejidos alcanza un promedio de 2g/dl y la concentración de proteínas
del flujo linfático que procede de estos tejidos es aproximadamente a este valor. Las
partículas de gran tamaño, como las bacterias, consiguen avanzar entre las células
76
endoteliales de los capilares linfáticos y entran en la linfa. Estas partículas eliminan
y destruyen casi en su totalidad cuando atraviesa los ganglios linfáticos.
a) La Carga Linfática
La linfa se compone de toda una serie de elementos que, en su conjunto, forman
la llamada “carga linfática” y que no son otra cosa que todas aquellas sustancias o
elementos que van a salir del medio intersticial no por vía sanguínea sino por vía
linfática. Estos son básicamente:
o Masa liquida: (agua más electrolitos) que no ha sido reabsorbida por la parte
(venosa) terminal de los capilares sanguíneos. En condiciones normales,
aproximadamente un 10% del líquido que filtra en la parte inicial de los capilares
sanguíneos sale del espacio intersticial de los tejidos por vía linfática.
o Proteínas: procedentes del plasma sanguíneo (torrente circulatorio) y que
alcanzan el espacio intersticial por “citopempsis”. La linfa posee una concentración
de proteínas de un 3-4%. Gracias a la vía linfática, las proteínas plasmáticas que han
ido a parar al espacio intersticial y no han sido utilizadas por las células de los tejidos
pueden volver al torrente sanguíneo. De ahí que los edemas (retención de líquido en
el espacio intersticial) cuya causa sea un mal drenaje de la vía linfática (edemas
linfostáticos o linfedemas) se definan como hiperproteícos (ricos en proteínas) y den
lugar a una serie de complicaciones que no ocurren en los edemas que tienen otras
causas (edemas linfodinámicos) y que son hipoproteicos (pobres en proteínas). una
de las funciones básicas del sistema linfático es, pues, devolver a la circulación
sanguínea las proteínas plasmáticas que no son utilizadas por las células de los
tejidos.
o Grasas: de importancia en la circulación linfática intestinal. Citando los
“quilomicrones” (ácidos grasos de cadean larga envueltos por una cubierta proteica)
procedentes de la digestión y absorción intestinal de las grasas.
o Restos: de células muertas, de bacterias (en caso de infecciones), de las células
malignas (en caso de cáncer) y partículas inertes que han alcanzado el espacio
intersticial de los tejidos. Por ello no resulta extraño que en personas de edad
avanzada, al cortar el cirujano los ganglios linfáticos que han estado mucho tiempo
en contacto con ambientes cargados de polvo, estos crepiten un poco al rozar el
bisturí con los residuos sólidos.
o Células: presentes también en el torrente sanguíneo, como linfocitos (sobre
todo), algún glóbulo rojo, granulocitos, monocitos, etc.
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Todos estos componentes en el torrente sanguíneo se hallaban previamente en los
tejidos, formando parte del líquido intersticial (el existente entre las células),
constituyendo la “prelinfa”, que recibirá el nombre de “linfa” cuando penetre en el
interior de los vasos linfáticos.
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La linfa del lado derecho del cuello y la cabeza, el brazo derecho y algunos
territorios del tórax derecho entra en el conducto torácico derecho, que se vacía en el
sistema venoso en la unión de la vena subclavia derecha y la vena yugular interna.
b) Precolectores
Los vasos linfáticos precolectores (PC) reciben la linfa recogida por lo
capilares para conducirla a la red de colectores. Los precolectores son valvulados:
la porción comprendida entre dos válvulas se llama linfoganglión. Su recorrido
es sinuoso. Desembocan en los colectores, donde una válvula impide cualquier
posibilidad de reflujo.
Los precolectores son el asiento de las contracciones, es decir que su pared
contiene células musculares en la túnica media que se contraen. La porción
contráctil del precolector se sitúa, en la parte media del linfoganglión.
c) Colectores
Los canales linfáticos colectores reciben la linfa para conducirla a los
ganglios. Constituyen vías muy importantes de evacuación. Desembocan en los
grupos ganglionares (colectores aferentes) y abandonan el ganglio en menor
(colectores eferentes).
Los colectores están provistos de una musculatura propia que somete los
vasos a importantes contracciones, que envían la linfa poco a poco hacia su
desembocadura terminal. La progresión de la linfa se ve facilitada en los
colectores y precolectores por los mismos factores que favorecerían la
movilización de la linfa en los capilares, pero además encontramos un sistema
autónomo representado por la musculatura intrínseca del linfaglión.
La respiración favorece el retorno de la linfa en el canal torácico. Los
movimientos de inspiración y de espiración introducen oleadas de presones
seguidas de depresiones que actúan sobre el canal torácico y que facilitan el
transito linfático hacia su desembocadura venosa.
d) Canal Torácico
Se sitúa en el tórax en posición retroaórtica. Mide de 0,5 a 10mm de diámetro
y es la vía final de evacuación para la linfa que proviene de los miembros
inferiores y de los órganos situados en el abdomen y el tórax. Cerca de su estuario
recibe el tronco broncomediastinico, el troco yugular y el subclavio.
Su extremo distal generalmente está formado por una ampolla, la cisterna de
Pecquet, situada a la altura de L3.
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El canal torácico tiene aspecto de bulbo debido a la sucesión de los
linfangiones. Desemboca en el ángulo venoso yugulo subclavio izquierdo,
abandonando en algunos casos una ramificación que termina en el ángulo venoso
derecho.
e) Capilares Linfáticos
La mayoría del líquido que se filtra desde los extremos arteriales de los capilares
sanguíneos fluye entre las células y, por último, se reabsorbe de nuevo hacia los
extremos venosos de los capilares sanguíneos; pero, como media, aproximadamente
la décima parte del líquido entra en los capilares linfáticos y vuelve hacia la sangre a
través del sistema linfático y no al contrario, a través de los capilares venosos. La
cantidad total de toda esta linfa normalmente sólo es de 2-3 L al día. El líquido que
vuelve a la circulación a través de los linfáticos es muy importante porque las
sustancias de alto peso molecular que contiene, como las proteínas, no pueden ser
absorbidas desde los tejidos de ninguna otra forma, aunque pueden entrar en los
capilares linfáticos casis in impedimentos por esta estructura especial de los capilares
linfáticos, que se ve en la figura. En ella se muestran las células endoteliales de los
capilares linfáticos unidos mediante filamentos que se anclan en el tejido conjuntivo
directamente. En las uniones de las células endoteliales adyacentes vemos cómo el
borde de una célula endotelial se superpone al borde de la célula adyacente de tal
forma que el borde que se superpone carece de la entrada abatible formando una
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válvula diminuta que se abre hacia el interior del capilar linfático. El líquido
intersticial, junto a las partículas en suspensión que contiene, empuja la válvula
abierta y fluye directamente hacia los capilares linfáticos, pero tiene problemas para
abandonar los capilares una vez que ha entrado porque el más mínimo flujo
retrógrado cierra las válvulas abatible. Es decir, los linfáticos contienen válvulas en
los extremos de los capilares linfáticos terminales y también en el recorrido de los
vasos mayores hasta el punto en que se vacían en la circulación sanguínea.
f) Ganglios Linfáticos
El ganglio linfático se esboza en el embrión humano a partir del 2° mes de
gestación, y alcanza su estado definitivo durante la pubertad.
Diversos vasos linfáticos aferentes conducen la linfa, que encuentra dos
posibilidades de circulación: una vía rápida que alcanza directamente los vasos
eferentes, y una vía lenta en la que la linfa se va a estancar en el ganglio. La
corriente linfática se reduce en ese punto, lo que permite la sedimentación de los
elementos que serán aprovechados por el sistema de autodefensa del organismo.
Este flujo alcanza después la red linfática eferente.
En efecto, la presión hidrostática es igual a 30-20 mmHg. Teniendo en cuenta
la perdida de presión debida a la amortiguación en el espesor del tejido, se puede
estimar que la presión no puede exceder de ±30-40 mmHg.
6.2.3 ÓRGANOS LINFÁTICOS
a) La médula ósea
En ella se forman todas las células de la sangre (linfocitos incluidos). Se halla
en la cavidad de los huesos. En un principio es roja y con la edad va siendo
sustituida en parte por tejido graso (médula ósea amarilla). En la formación de
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células sanguíneas tiene especial interés la que se encuentra en el interior de las
costillas, cuerpos vertebrales y esternón, así como en los huesos cortos de manos
y pies.
b) El timo
Se trata de un órgano de consistencia blanda situado detrás del esternón.
Alcanza su máximo desarrollo al llegar a la pubertad (hasta unos 40 gramos de
peso), atrofiándose progresivamente después y alcanzando en la edad adulta un
peso de unos 6 gramos, siendo sustituido buena parte de él por tejido adiposo. El
timo ejerce una clara influencia sobre el desarrollo y maduración del sistema
linfático y en la respuesta defensivo-inmunitaria de nuestro organismo. También
parece influir en el desarrollo de las glándulas sexuales y en el crecimiento del
individuo.
c) El bazo
Órgano situado en la parte superior de la cavidad abdominal, (hipocondrio
izquierdo) entre el estómago y el riñon izquierdo. Tiene unos 12 cm de largo y
no llega a los 200 gramos de peso. Así como los ganglios linfáticos actúan como
filtros depuradores de la linfa que pasa por ellos, de forma parecida actúa el bazo
con la sangre que circula en su interior, filtrando, reteniendo y destruyendo los
glóbulos rojos y otras células de la sangre cuando están deterioradas o demasiado
viejas. El bazo actúa también como órgano de depósito de sangre, cargándose de
ella como si fuera una esponja y aumentando de tamaño. Ante un ejercicio físico
intenso los músculos necesitan un mayor aporte sanguíneo; para resolverlo, el
bazo se contrae, mandando sangre al torrente circulatorio y dando una típica
sensación de pinchazo («flato») que nada tiene que ver con la formación de gases
en el intestino. El bazo también interviene en la formación de linfocitos. La
sangre que sale de él lleva sesenta veces más linfocitos que la sangre que recibe.
Por otra parte, actúa como depósito del hierro que liberan los glóbulos rojos
destruidos. Destaca, asimismo, como órgano defensivo (fagocitosis y formación
de anticuerpos, entre otras funciones), actuando de forma parecida, en este
aspecto, a los ganglios linfáticos.
d) Los ganglios linfáticos
Por la estrecha relación que guardan con el sistema linfático vascular, en el
que actúan como estaciones intermedias depuradoras, y de éste con el Drenaje
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Linfático Manual, nos ocuparemos de ellos con más detalle unas páginas más
adelante.
e) Las amígdalas
Se trata de órganos formados por tejido linfoide, situadas alrededor de la
garganta donde desempeñan funciones supuestamente defensivas por su
constitución y por hallarse en la puerta de entrada de las vías respiratoria y
digestiva. El nombre de amígdala procede del griego (amygdak) y significa
almendra, por su parecido a ellas. Según su localización distinguimos: dos
amígdalas «palatinas» (las más conocidas), dos «tubaricas» (en la garganta, junto
al orificio de entrada de las trompas de Eustaquio que, como sabemos, comunican
con el oído medio), una amígdala «faríngea» (en la bóveda nasofaríngea) y una
«lingual» (en la base de la lengua). Todas ellas, junto con tejido linfoide de las
paredes laterales de la garganta forman una especie de anillo defensivo (anillo
linfático de Waldeyer). En él los linfocitos entran enseguida en contacto con los
gérmenes patógenos que hayan podido penetrar por la nariz o por la boca y de
esta forma pueden desencadenar una pronta respuesta defensiva por parte de
nuestro organismo.
f) Los folículos linfoides de las mucosas
En ciertas mucosas como las que recubren interiormente el intestino y las vías
respiratorias se encuentran unos acúmulos de tejido linfático (folículos linfoides)
que en la zona del apéndice (vermicular) se agrupan formando las llamadas
«placas de Peyer».
6.3 Diferencias Entre Capilares Linfáticos Y Capilares Sanguíneos
Capilares Linfáticos:
Tienen forma de dedo de guante y constituyen los vasos linfáticos iniciales.
Llevan linfa en su interior.
Están formados por células endoteliales, superpuestas en sus bordes. Apenas
hay en ellos membrana basal.
Están sujetos a su entorno con filamentos que permiten la entrada de líquido
y partículas de gran tamaño molecular.
Capilares Sanguíneos:
Tienen forma de tubo, son algo más estrechos que los linfáticos y se hallan
entre arteriolas y vénulas.
Llevan sangre.
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Están formados por células endoteliales envueltas por una consistente
membrana basal.
Carecen de estas estructuras y por lo tanto de cualquier tipo de abertura
importante hacia su interior.
6.4 Factores Que Determinan El Movimiento De La Linfa
Los factores que determinan la movilización de la linfa por el interior de los vasos
linfáticos son fundamentalmente:
- El automatismo de los linfogangliones, cuando estos alcanzan un cierto grado
de dilatación (llenado) se contraen automáticamente. El resto de los mecanismos
impulsores son similares a los que mueven la sangre por el interior de las venas.
- Contracciones musculares, que comprimen a los linfogangliones. Al disponer
estos de válvulas en su interior, la linfa se desplaza solo en el sentido que estas
determinan. La actividad muscular, en cierta medida, estimula el drenaje linfático.
Si la actividad física es muy intensa se activa mucho entonces el metabolismo
muscular, su irrigación sanguínea y la cantidad de linfa formada. Por ello, algunos
deportistas, tras una dura competición, pueden presentar ganglios linfáticos
regionales algo hinchados.
- La pulsación de las arterias vecinas, la mayoría de los vasos linfáticos circulan
junto a vasos sanguíneos que se llevan la sangre a los diferentes órganos del cuerpo.
Las arterias presentan un movimiento pulsátil que en parte influye sobre los
linfangiones vecinos, favoreciendo su automatismo.
- Los movimientos respiratorios, por su efecto aspirante y compresor de la caja
torácica y la cavidad abdominal, estos movimientos favorecen la circulación
profunda de la linfa. Cuanto más profundos sean los movimientos respiratorios
mayor será su efecto.
- La fuerza de la gravedad, de ella se aprovecha la linfa que circula por los
vasos linfáticos de cara, cuello, cabeza y nuca en su camino hacia el “Terminus”
cuando estamos sentados o incorporados. Aquellas partes del cuerpo que están por
debajo del nivel del “Terminus” conviene elevarlas a menudo (piernas, sobretodo)
para aprovecharnos de la fuerza de gravedad.
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CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍAS
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