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Historia de la Industria Petrolera en la República Mexicana

Desde hace más de tres siglos, México se ha beneficiado de los vastos yacimientos
petrolíferos que son parte del territorio nacional; hoy día, esta Industria representa uno de
los principales recursos económicos nacionales. En los primeros dos meses de 2012, los
ingresos por exportación de crudo ascendieron los 7 mil 846 millones de dólares, según
datos de la Secretaría de Hacienda.
La industria petrolera a través del tiempo
1783
Entran en vigor las Reales Ordenanzas para la Minería de la Nueva España, éstas determinaban que
toda riqueza extraída del subsuelo, entre ellas el petróleo, pertenecían a la Real Corona Española, y,
por lo tanto, sólo esta entidad tenía el derecho de conceder a los particulares la explotación del
recurso.
1884
Después de la guerra de Independencia, el gobierno expidió el documento denominadoCódigo de
Minas de los Estados Unidos Mexicanos que deroga las Ordenanzas de Minería. Esta nueva legislación
tenía la intención de fomentar la inversión petrolera y, sobre todo, trasladar el derecho de explotación
al soberano sobre el subsuelo.
1892
Se promulga el Código de Minero de la Republica Mexicana, éste establece que sólo el dueño del suelo
explotará libremente los combustibles minerales, siempre y cuando se cubra el impuesto sobre
propiedades federales.
1901
Se expide la primera Ley del Petróleo que permite al Presidente de la República otorgar permisos a
empresas y particulares para explotar terrenos que son propiedad de la nación.
1911
Diversas compañías extranjeras, a partir de la Ley del Petróleo, comienzan a expandirse en la nación.
Comienzan las exportaciones de petróleo mexicano a Estados Unidos, Europa y América Latina.
1912
El gobierno de Francisco I. Madero decreta, bajo la modalidad de impuesto especial del timbre, el
primer gravamen sobre producción de petróleo crudo.
1917
A partir de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se establece,
en el artículo 27 que se restituye a la nación la propiedad de las riquezas del subsuelo. Debido a esto,
diversas compañías petroleras se agrupan formando la Asociación de Productores de Petróleo en
México, como una respuesta a la promulgación de la nueva constitución.
1918
Venustiano Carranza impone nuevos impuestos a la industria petrolera, éstos constaban en una cuota
de renta anual y 5% de regalías sobre todas la tierras petroleras desarrolladas por los propietarios de
la superficie o sus arrendadores.
1933
La Compañía Mexicana de Petróleo El Águila descubre los yacimientos de Poza Rica, Veracruz,
convirtiéndose esta zona una nueva región de gran potencial. El proyecto de una empresa petrolera
nacional cobra forma con la creación de la Compañía Petróleos de México, S.A. (PETROMEX), una
empresa con participación desgobierno y de inversionistas privados.
1935
Se forma el Sindicato de Trabajadores Petroleros en la República Mexicana (STPRM).
1937
El gobierno crea la Administración General del Petróleo Nacional (AGPN), a la que traspasó las
propiedades de PETROMEX.
1938
El entonces presidente Lázaro Cárdenas decreta, el día 18 de marzo, la expropiación de la industria
petrolera. Para reorganizar, concentrar y coordinar la industria nacionalizada el gobierno de México
crea, el 7 de junio, a Petróleos Mexicanos (Pemex) y a la Distribuidora de Petróleos Mexicanos.
1940
Pemex es reformado como una sola entidad que se hace cargo verticalmente de toda la industria
petrolera. Para enfrentar el problema del abasto de combustible, se destinan grandes cantidades de
crudo a la refinación en el extranjero y se termina la construcción de la refinería de Poza Rica.
1941
Pemex crea el Departamento de Exploración para invertir la tendencia a la baja de la producción.
1946
Pemex descubre en Reynosa, Tamaulipas, importantes yacimientos de petróleo y gas. En noviembre
se inauguran las nuevas instalaciones de la refinería de Azcapotzalco, (conocida como “18 de Marzo”)
con capacidad para procesar 50 mil barriles diarios de crudo.
1950
Se construyen dos refinerías nuevas en Salamanca y Reynosa que complementan la refinería “18 de
Marzo”.
1957
Para estimular el desarrollo de Pemex se emiten 500 millones de pesos en bonos estabilizados. Se
finalizan las obras del oleoducto Tampico-Monterrey. Se obtiene por primera vez en México petróleo
de formaciones del periodo Jurásico.
1965
Se crea el Instituto Mexicano del Petróleo; surgió como parte de los esfuerzos en la integración
vertical de la industria petrolera.
1976
Comienza la explotación de depósitos submarinos en la Sonda de Campeche. Chac, el primer campo
marino de esta zona, da pie a nuevos descubrimientos conformándose así el complejo Cantarell.
1989
Pemex crea la empresa filial Petróleos Mexicanos Internacional, con el objetivo de establecer un marco
organizacional moderno y eficiente para la realización de las actividades comerciales internacionales.
1992
El 15 de julio el Ejecutivo decreta una nueva Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos, ésta determina la
creación de un órgano Corporativo y cuatro Organismos Subsidiarios: Pemex Exploración y Producción
(PEP), Pemex Refinación (PXR), Pemex Gas y Petroquímica Básica (PGPB) y Pemex Petroquímica
(PPQ).
2004
El mercado petrolero internacional enfrenta una serie de circunstancias que ocasionaron una alta
volatilidad en los precios del petróleo. En diciembre se decreta la devaluación del peso a raíz de la
fuga de capitales que había sufrido el país en el último año del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
La acumulación de una deuda a corto plazo gigantesca (de 30 mil millones de dólares en tesobonos)
se destina a cubrir el déficit de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
2005
En febrero se firman préstamos de emergencia con el Fondo de Estabilización monetario de los
Estados Unidos por 14 mil millones de dólares y con el Fondo monetario Internacional por 17 mil
millones de dólares. En todos los contratos se ofreció como garantía los recursos de Pemex y con
estos fondos se liquidaron s deudas.
2007-2008
La producción anual de crudo en México se incrementó hasta alcanzar la cifra de 1 237 millones de
barriles, destacándose en este rubro el campo del complejo Cantarell.
2012
México celebra el 74° Aniversario de la Expropiación Petrolera. Asimismo,Pemex perforó, en el
campo Jujo, en Tabasco, el pozo horizontal más profundo de que se tenga registro en la industria.
Mientras tanto, el yacimiento de Chicontepec aumentó la producción en más de 50% en el último año.
Con información del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México y el Dr. Carlos Marichal.
Legislación petrolera

Toda la época inicial de la industria petrolera, se desarrolló bajo el imperio de las leyes que
reconocían a la nación como propietaria del petróleo. Este fue siempre el sistema de España y
las últimas leyes españolas en materia de minería durante la Colonia fueron “Reales Ordenanzas
para la Minería de la Nueva España de 1783, que definían la propiedad de los bitúmenes o jugos
de la tierra para la real Corona española” (Legislación Petrolera, Leyes, decretos y disposiciones
(1783-1921)1940, 16)

El rey Carlos III de la familia de los Borbones concedía las minas en propiedad precaria, es decir,
aunque los títulos de estas podían ser objeto de “compra-ventas, arrendamientos, herencias,
hipotecas, toda la propiedad minera estaba sujeta a caducidad, si no se hacía pago de la regalía
al Tesoro Real, el cual consistía en una parte de los minerales obtenidos, que variaba entre el 10
y el 20%, y la propiedad era válida sólo en cuanto, además, se cumpliera con las
ordenanzas, (Real Ordenanzas de la Minería de la Nueva España, Título 5-6, 1783, 3) las cuales
comprendían una muy adelantada reglamentación sobre las actividades mineras, y establecían
medidas protectoras para la seguridad de los obreros. Era también una condición precisa y
principal para que subsistieran los títulos de propiedad minera y el que la mina fuera explotada
continuamente, pues la paralización de trabajos era bastante para que se diera por terminada la
propiedad concedida y se otorgara el derecho de explotar la misma a otra persona.(Ibidem, 5-7)

“Conquista” Historia de México. Tomo 6, Salvat Mexicana de Ediciones, 1986.

Toda la minería se desarrolló bajo este sistema de propiedad, pero debemos tener en cuenta que
las actividades correspondientes estaban limitadas a los “españoles y a los nativos de la Nueva
España, incluyéndose a los indígenas y no se permitía la intromisión de extranjeros”.(Ibidem,
8-9)

El sistema español impulsaba principalmente la producción del oro y la plata; los metales útiles
casi no se explotaban más que en relación con la obtención de los preciosos. Esto resultaba
precisamente del carácter precario de la propiedad minera. El dueño de la mina procuraba
siempre enriquecerse con la mayor rapidez posible, por temor a sufrir en la pérdida de su
propiedad, y lo que atraía era la explotación de metales preciosos.

Los hechos anteriores dejan ver que las circunstancias de la conquista quedaban atrás y en su
lugar aparecía un verdadero sistema de dominación colonial. Cobraba forma una política de
explotación de recursos concebida globalmente y ajustada a las realidades, complejidades e
intereses del mundo de los españoles, lejos de los ámbitos restringidos e inestables de
conquistadores y encomendadores, lejos también de las preocupaciones que ponían a los indios
en el centro de los proyectos e ideales americanos, como cuando se trazan los lineamientos
originales de la evangelización. (José Valero Silva 1965,30-35)

Por el Tratado del 28 de diciembre de 1836, en el que la “Corona española reconocía la


soberanía de México, se consideró que los derechos reales pasaban a ser patrimonio de la
Nación Mexicana”.(José Domingo Lavín 1976, 40) En consecuencia las ordenanzas españolas de
minería se siguieron aplicando en México como leyes sustantivas de procedimiento, en las que
sólo había cambiado el sujeto principal, sustituyéndose al rey de España por la Nación Mexicana,
y a las autoridades mineras de la Corona, por las juntas de Minería o los departamentos de
Fomento que se organizaron en los distintos estados de la República.

Posteriormente los estados de la República, conforme a la Constitución de 1857, tuvieron


facultades para legislar en materia de minería y comercio, y varios de ellos establecieron su
legislación particular, en la que el petróleo y el carbón quedaron dentro de las reglas generales
para todos los minerales.

Diego Rivera, Detalle del Mural Sueño dominical en una tarde en la Alameda.

Durante el Imperio de Maximiliano (1862-1867) se empleó, conforme al Tratado de Córdoba (24


de agosto de 1821), el sistema español. Se dieron unas “treinta y nueve concesiones petroleras
entre el 14 de noviembre de 1864 y el 6 de noviembre de 1866”.(Efraín Buenrostro 1968,14). La
mayor parte de los denunciantes eran mexicanos y las regiones en que se hicieron las solicitudes
de explotación fueron “Tabasco y los Municipios del norte de Veracruz, los del sur de
Tamaulipas, la región de Tenancingo en el estado de México, la región del Istmo, y las regiones
de puebla cercanas a la Huasteca”.(José López Portillo y Weber 1975,15)

Derrumbado el Imperio, el 16 de julio de 1867 Juárez volvió a la ciudad de México, y, esta vez,
el pueblo, que valoraba su lucha por preservar la soberanía nacional, lo recibió con verdadero
júbilo. El triunfo de la república anulaba finalmente la oposición monarquista, aunque no daba fin
a desórdenes y levantamientos, ahora generados por las ambiciones políticas de los propios
liberales.
José Clemente Orozco. Detalle del MuralFusilamiento de Maximiliano, Mejía y Miramón.

Como buen liberal, comprometido con el desarrollo y progreso, Juárez deseaba favorecer las
ramas productivas: inversiones, comunicaciones, caminos, ferrocarriles, colonización y
explotación de los recursos mineros. No sólo aprobó algunos proyectos de inversión
norteamericana, sino que reconoció el contrato que el imperio había firmado para construir el
ferrocarril y la explotación minera. (Valero Silva, op.cit.,99-100) El gobierno del presidente
Benito Juárez hizo también declaraciones expresas respecto a que “las minas de carbón estaban
sujetas al sistema de denuncios establecido por las ordenanzas de minería”. (Lavín, op.cit. ,41)

Cuando empezó a promulgarse la legislación mexicana, bajo el influjo de las ideas económicas
de aquellos tiempos, en los Códigos de los estados y en la misma Constitución se suspendieron
las restricciones para emplear capital y elementos extranjeros en la minería.

Pergamino del siglo XIX. Colección Familia Ríos de la Torre.

Posteriormente, la constitución de 1857 fue modificada para dejar exclusivamente al Gobierno


Federal facultad de legislar en minas, comercio y bancos, y se expidió el primer “Código de
Minería Nacional, que derogaba las ordenanzas y los Códigos de los Estados, con fecha 22 de
noviembre de 1884.”(Ley Minera de los Estados Unidos Mexicanos 4 de junio de 1892, op.cit., 7)

En este Código aparece, por primera vez en México, la declaración de que “los propietarios de la
superficie eran dueños del carbón de piedra y del petróleo y podían explotarlo fuera del régimen
de denuncios y concesiones, manteniendo para los demás metales y minerales.” (Ibidem, 8) En
el mes de noviembre de 1884 fue aprobada la citada Ley Minera, al terminar el período
presidencial del General Manuel González (1880-1884).

Después, en 1892 se expidió la Ley Minera en la que “se reconocía explícitamente al superficiario
como propietario, y solamente se establecía que la propiedad puede (sic) ser explotada sin
necesidad de obtener concesiones.”( Ley de Contribuciones Directas, Ibidem, 11.)

Sin embargo, en México el ingresó de capitales fue visto como una posibilidad de acrecentar la
capacidad productiva del país y promover su desarrollo, pero no como la entrada total y sin
reservas de nuestros recursos económicos a las potencias extranjeras para explotar nuestras
materias económicos y energéticos. Se conserva la posibilidad de registrar y limitar su capacidad
expansionista mediante la acción del Gobierno.

“Petróleos Mexicanos 1938-1978”. Secretaría de Educación Pública /Subsecretaría de Educación Básica y


Dirección General de Información y Relaciones Públicas/ Subdirección Técnica Administrativa. Gerencia de
Servicios Sociales.

Por lo mismo era necesario mantener un gobierno definido, fuerte que fuera capaz de intervenir
en todas las esferas económicas y, por otro lado, de impedir el predominio absoluto del capital
norteamericano, favorecer la competencia de las naciones capitalistas y la libre lucha del
mercado, a fin de equilibrarlas y permitir un considerable margen de acción al gobierno
personal. Por lo tanto, se concedió una serie de facilidades a los inversionistas, que en el caso
del petróleo favorecieron tanto el incremento del capital inglés, como el propósito de equilibrar
los intereses extranjeros que se disputaban en esta etapa a su hegemonía en México.

Porfirio Díaz (1876-1911) buscó el equilibrio del capital norteamericano y otorgó concesiones
petroleras a los europeos, particularmente a los ingleses y en menos medida a negociantes
estadounidenses, (Lorenzo Meyer 1979, 41-43) pero todas éstas controladas y otorgadas por el
Estado, a través del ejecutivo, es decir, del gobierno personal.

En 1887 se inició en nuestro país la explotación para desarrollar la industria petrolera al


conceder el gobierno de Porfirio Díaz a la Waters Pierce Oil los permisos necesarios para la
explotación del subsuelo mexicano.
“Petróleos Mexicanos 1938-1978”. Secretaría de Educación Pública /Subsecretaría de Educación Básica y
Dirección General de Información y Relaciones Públicas/ Subdirección Técnica Administrativa. Gerencia de
Servicios Sociales.

Figuraron en aquellas actividades dos hombres que empezaban a influir sobre los destinos de la
industria petrolera mexicana: el inglés Weetman Dickson Pearson, y Edgard L Doheny, de
nacionalidad norteamericana. Los dos contratistas de las obras de ferrocarriles mexicanos, se
dieron cuenta de la riqueza petrolera de México durante sus actividades constructoras. (José
Valero Silva, La expropiación petrolera 1980, 21-22)

“Petróleos Mexicanos 1938-1978”. Secretearía de Educación Pública /Subsecretaría de Educación Básica y


Dirección General de Información y Relaciones Públicas/ Subdirección Técnica Administrativa. Gerencia de
Servicios Sociales.

Pearson trabajó en el ferrocarril del Istmo, conoció las riquezas petroleras de la región y las de
Tabasco. En 1905 el sacerdote Manuel Gil Sáenz da noticia de que Pearson “anda explorando su
antigua mina.” (Buenrostro, op.cit, 2) Doheny trabajó en el ferrocarril de Tampico o San Luis
Potosí, se entusiasmó con las afloraciones de caliza en El Abra y con las chapopoteras y del cerro
del Pez. (Ibidem.,13) Los dos, Pearson y Doheny, eran grandes amigos de políticos mexicanos y
empezaron a interesarlos en el asunto del petróleo.

La inversión de Doheny consistió principalmente en comprar algunas propiedades en


Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí. En consecuencia, su interés estaba en que se
mantuviera la legislación que establecía la propiedad del petróleo a favor del superficiario;
además hacía contratos de explotación con otros propietarios, pero sus principales adquisiciones
las hacía en firme, por compra. De cualquier modo lo que le interesaba era que los dueños de la
superficie tuvieran la libre disposición del petróleo.
En cuanto al inglés Pearson, incuestionablemente con mayores apoyos políticos, deseaba
modificaciones legislativas para que el petróleo volviera al dominio nacional y se explotara
mediante el régimen de concesiones, de las que él podía sacar con menos dinero, más partido.

Así, puede explicarse que el 24 de diciembre se expidiera la Ley de petróleo de 1901, en la que
se hizo evidente la franca lucha entre los dos principios: el que le convenía al inglés y el que
deseaba el norteamericano.

Esta Ley facultaba al Gobierno para dar concesiones petroleras en los terrenos nacionales y en
las zonas federales, como eran las de las costas, los ríos y las lagunas. “Las concesiones se
otorgarían mediante ciertas obligaciones de inversión, estableciendo una renta de cinco centavos
por hectárea y además la obligación de pagar el 7% de las utilidades, cuando las hubiera, al
Gobierno Federal, y 3% a los gobiernos de los Estados, donde se encontraran las zonas
federales concesionadas (Ley de Petróleode 24 de diciembre de 1901,1901, 4)

Roberto Olavaria. “México en el Tiempo. Fisonomía de una Ciudad. México, Talleres de Excélsior, 1945.

Dicha ley reconoce el privilegio de los dueños de la propiedad privada para explotar el petróleo,
confirmando el sistema de las Leyes Mineras vigentes entonces, pero sus los artículos 3° y 4°
contienen una disposición en la cual se autoriza “la expropiación de terrenos particulares, para
ejecutar obras de explotación petrolera”. (Ibidem., 5)

Expresamente en un artículo transitorio se dejaban a salvo los derechos de las empresas que
estuvieran trabajando para aquella fecha, pero se hablaba de que también podían acogerse a la
ley si les convenía.

En realidad, esta Ley podía fundar actos del gobierno según las circunstancias y distintos
caminos, restituyendo en parte la posibilidad de explotaciones bajo el régimen de concesiones, y
dejando ambiguamente a salvo los derechos de los propietarios.

Posteriormente, en noviembre de 1909, la Ley Minera de los Estados Unidos Mexicanos declaró
“propiedad exclusiva del dueño del subsuelo los criaderos o depósitos de materia
bituminosas”;(Diario Oficial de los Estados Unidos Mexicanos 1909, 8) dicha ley permaneció en
vigor hasta 1926, cuando se reglamentó el Artículo 27° Constitucional.

Fue así como Porfirio Díaz se propuso sacar al país del estancamiento económico dando entrada
a los capitales extranjeros (siempre y cuando estos pudieran ser reglamentados por el
Gobierno), para evitar enclaves en la economía. En el caso del petróleo esta actitud culminaría
con la Ley Minera de 1909, por medio de la cual se quitaba a la nación y en consecuencia al
Gobierno, el dominio sobre los yacimientos petrolíferos.

Durante el período de la lucha armada debido en parte a la situación de aislamiento de que


gozaba la industria, y después del control que se otorgó a los superficiarios como dueños de los
depósitos petroleros, se permitió que la actividad pasara por una época de estabilidad y
bonanza. Sin embargo, a partir de esta etapa ocurrió un cambio importante que significó una
modificación a la política seguida hasta entonces por el Gobierno Mexicano, es decir, se trató de
imponer varios impuestos que graven la producción petrolera, la cual prosperaba
paulatinamente, para hacer frente a los constantes gastos militares.

Diego Rivera, Detalle del Mural Sueño dominical en una tarde en la Alameda.

Durante el gobierno de Francisco I. Madero (1911-1913), se decretó un impuesto especial en


junio de 1912 mediante la Ley del Timbre que indicaba un “gravamen sobre la exportación del
petróleo de 20 centavos por tonelada, equivalente a 3 avospor barril.”(Ibidem.,1912,7-9)
Medida que motivó las quejas de los empresarios ante sus gobiernos, pues afectaba sus
ganancias.

Esta Ley tuvo grandes consecuencias, pues así quedaban regularizados y legalizados los
contratos de Pearson y Doheny con los superficiarios, poseedores hasta entonces de simples
exclusivas de explotación y no de derechos de propiedad. Dentro de la vigencia de dicha Ley
fueron pactados los contratos relativos al subsuelo que han servido de apoyo a las actuales
concesiones.

La ley del Timbre fue firme base para la resistencia que años después habrían de oponer las
empresas petroleras a los esfuerzos de México encaminado a la nacionalización.

El gobierno de Venustiano Carranza (1917-1920) se distinguió en materia petrolera por una


política destinada a obtener para el estado una mayor participación en los recursos petroleros.
De hecho la Constitución de 1917 reivindicaba para México la propiedad original del subsuelo.
Esta legislación no podía satisfacer a las compañías petroleras, que veían amenazados sus
intereses, lo cual acarreó serios enfrentamientos con el gobierno norteamericano e inglés, que
representaban a las compañías y presionaban para evitar que sus intereses petroleros se vieran
afectados. Tan grave fue la situación, que nuestro país vivió la amenaza de una posible
intervención norteamericana desde el momento en que se aprueba la nueva
constitución.[1]

El triunfo del movimiento del movimiento de Agua Prieta en 1920 contra Venustiano Carranza,
colocó en el poder al triángulo sonorense (Adolfo De la Huerta, álvaro Obregón y Plutarco Elías
Calles). Este, con Obregón a la cabeza, inició una serie de esfuerzos para que la intervención
extranjera recobrara la confianza en nuestro país y para llevar a cabo la tarea de reconstrucción
nacional.

Como consecuencia de la nueva legislación constitucional, las compañías petroleras sintieron


inseguridad con respectos a la propiedad del subsuelo.

La Revolución Mexicana. Fin del Porfirismo y lucha por la democracia. Historia de México. Tomo 15, Salvat
Mexicana de Ediciones, 1986.

Para resolver este problema se entablaron en 1920 una serie de pláticas con el gobierno de De
la Huerta, que no prosperaron. Al ascender álvaro Obregón a la presidencia (1920-1928), se
iniciaron los trámites para lograr el reconocimiento del gobierno de Washington. (Jorge Vera
Estañol 1968,123-124)

Más tarde, al asumir Plutarco Elías Calles la presidencia (1924-1928), el problema resurgió al
implantarse una serie de medidas encaminadas a disminuir el poder de las compañías. Calles
envió al Congreso un proyecto para reglamentar el artículo 27° en materia de petróleo, y más
adelante otro proyecto de ley para la fracción primera del mismo artículo.( Jesús Silva Herzong
1964, 65-67) . El 31 de diciembre de 1925 se aprobó la primera ley orgánica del artículo 27° en
materia petrolera, que entró en vigor en el mes de abril.

Al ponerse esta ley en vigor, las empresas optaron por solicitar un amparo ante los tribunales
mexicanos, agudizándose una vez más, la crisis entre Estados Unidos y México, que llegó a su
punto crítico a mediados de 1927, temiéndose un rompimiento total o una invasión armada.
(Lavín, op.cit., 123-124) A finales del mismo año, los Estados Unidos intentaron poner fin a las
desavenencias con el gobierno mexicano, utilizando la vía de las negociaciones en lugar de las
agresiones y amenazas.
Enrique Karuze.
“Reformar desde el origen Plutarco E. Calles”Biografías del Poder/. México, FCE, 1987.

Se llegó a un acuerdo, llamado Calles- Monrrow, dio solución temporal a un conflicto que ya
tenía más de una década, como señala Lorenzo Meyer: “al concluir 1928 y todo indicaba que la
reforma petrolera buscada por la revolución sería uno más de los objetivos frustrados de la
Revolución Mexicana.” (Meyer, op.cit., 115-116)

Miguel V Casasola. La Expropiación del Petróleo 1936-1938. álbum fotográfico 19336-1938. México, FCE, 1981.

En 1933 el país se preparaba para la próxima sucesión presidencial, postulándose la candidatura


de un hombre de filiación callista, el general Lázaro Cárdenas.

El aspecto más significativo de su gobierno fue la expropiación petrolera en un momento en que


México iniciaba su desarrollo industrial. La nacionalización del petróleo planteó al país la
posibilidad de convertirse en exportados des su propios recursos naturales.

Consideraciones Finales

El movimiento de Independencia puso fin a un pacto de dominación caracterizado por la


participación preponderante de la Corona Española, pero una vez que México había logrado su
Independencia era necesario crear un nuevo pacto social, por lo tanto, durante la primera mitad
del siglo XIX se llevaron a cabo constantes experimentos políticos a nivel nacional; sin embargo,
ninguno tuvo éxito durante los primeros cincuenta años de Independencia. Podemos afirmar que
fueron dos los obstáculos principales que retardaron la consolidación del Estado-Nación durante
esa época: el desmesurado poder de la Iglesia y el precario desarrollo de la economía. Por un
lado, la Iglesia había acaparado el espacio político; por el otro, el excedente económico era
ínfimo, por lo que las clases en el poder a nivel estatal no estaban dispuestas a compartir este
excedente con un Estado nacional. Estos elementos impidieron una alianza de clases a nivel
nacional.

El afianzamiento del Estado sólo fue posible durante el porfiriato debido al límite que impusieron
a la Iglesia las leyes de Reforma y al dinamismo de la economía durante esta época. Fue
entonces cuando se dio la alianza a nivel nacional entre hacendados, burguesía naciente,
burguesía extranjera y Estado, Y fue precisamente por este tipo de alianza que prevaleció el
autoritarismo durante el porfiriato.

La estrategia durante el régimen de Porfirio Díaz (1876-1911) fue la de atraer a la inversión


extranjera. Por lo tanto, se tomaron una serie de medidas, como incentivos monetarios,
disminución de impuestos a la exportación subsidios, y abolición de leyes que limitaran la
inversión extranjera.

La introducción de estas políticas económicas coincidió con la expansión del capitalismo mundial,
por lo que el capital extranjero pudo aprovechar esta oportunidad. Así pues, capital inglés,
francés, holandés y americano fluyó a los sectores más importantes de la economía,
especialmente hacia la construcción de los ferrocarriles y las industrias extractivas. Por primera
vez la economía empezó a tener un dinamismo totalmente desconocido en la primera mitad del
siglo XIX.

Sin embargo, esta alianza a nivel nacional entre hacendados, burguesía naciente y capital
extranjero no sería lo suficientemente sólida para lograr la modernización de México por vía
pacífica. Los conflictos fueron surgiendo dentro de esta misma alianza, los cambios en la
economía provocaron el surgimiento de nuevos grupos deseosos de participar, las clases
populares habían sufrido ya mucho las consecuencias de dicha alianza, y las políticas del
régimen tanto en materia de no renovación de los cuadros institucionales, como en la
preponderancia del poder que estaba adquiriendo el capital norteamericano, situaciones que
tuvieron graves consecuencias.

En 1910 surge la Revolución Mexicana, movimiento social que termina con una forma de
autoritarismo que había perdurado por treinta y tres años. Dentro del cuadro que presentaba la
economía mexicana al triunfo de este movimiento, varios sectores tenían las características
propias del imperialismo económico. De estos el más notorio y el más productivo era el petróleo.
En torno a esta industria, que inició su rápido y sorprendente desarrollo en forma casi paralela a
la Revolución Mexicana, se libró la batalla principal entre el nuevo orden y las fuerzas externas.

La nacionalización del petróleo tiene su punto de partida en el conflicto obrero-patronal suscitado


entre el recién fundado sindicato petrolero y las empresas con capital extranjero, el cual
desembocó en la toma de decisión que transformó nuestra imagen y planteó sólidas bases para
una nueva visión económica.

La expropiación significó un gran compromiso para el país, el cual no estaba preparado como
tampoco el sistema económico de la Revolución. Lázaro cárdenas decidió, in embargo, correr el
riesgo, que representó sin duda un gran triunfo para el nacionalismo mexicano y presiones de la
hegemonía imperialista.

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