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8. ¿Cómo se produce la absorción del agua? ¿Qué mecanismos participan?

Las uniones que presentan entre sí las células del epitelio intestinal no son
completamente herméticas y permiten cierta permeabilidad para el agua y los
iones.
Se da la circunstancia de que dicha permeabilidad no es igual en todos los tramos
del intestino, de manera que conforme vamos avanzando desde el duodeno
hasta el colon las uniones intercelulares se vuelven más impermeables.
Debido a la permeabilidad relativa de las uniones intercelulares, una parte del
agua y de los iones que atraviesan el epitelio lo hace entre las células, lo que se
conoce como transporte paracelular para diferenciarlo del paso a través de las
células o transporte transcelular.

Agua: Cada día entran en el intestino delgado aproximadamente 9 litros de agua,


en su mayoría (6,5-7 l) como producto de las secreciones intestinales.
El 99 % de ella es absorbida, de forma que solamente unos 100 ml son
expulsados con las heces.
La absorción se produce a una tasa estimada de 300-400 ml/h y es debida a
fenómenos osmóticos.

En la mucosa intestinal a través de las uniones estrechas entre enterocitos hay


movimiento pasivo de agua, iones y pequeñas moléculas hidrosolubles.
Este movimiento de agua depende del gradiente osmótico a través del epitelio,
el agua se mueve hacia donde hay mayor concentración de partículas
osmóticamente activa, así puede difundir hacia la luz o desde la luz para
mantener el contenido intestinal isoosmolar con el plasma.
El agua sigue al sodio, si el sodio está concentrado en el espacio paracelular el
agua pasa por las uniones estrechas a este espacio. Juntos agua y sodio
pasan a la sangre.
Movimientos de agua y electrolitos a través del enterocito:
Hay diferentes transportes en el lado luminal y en el basolateral:
1. El sodio entra pasivamente por el borde apical, y el agua sigue al sodio.
2. El sodio sale activamente por la bomba sodio-potasio en el borde basolateral
y el agua también sigue al sodio.
3. El exceso de cargas positivas por la salida del sodio hace salir pasivamente
a las cargas negativas de cloro y más agua se mueve paracelularmente.

La hormona aldosterona estimula la absorción del sodio con aumento


secundario de agua y cloro como lo hace en los túbulos renales.

Absorción y secreción de electrolitos y agua a lo largo del tracto


gastrointestinal:
1)El agua se absorbe en todo el tracto GI pero más en yeyuno-íleon.
2)El sodio se absorbe en todo el tracto pero más del íleon al colon.
3)El cloro también en todo el tracto pero más en yeyuno.
4)El bicarbonato y potasio son absorbidos predominantemente en yeyuno y
secretados en íleon y colon.
5)El calcio iónico y el hierro ferroso son absorbidos en la parte superior del
intestino delgado.
MARCO TEORICO

La digestión es el conjunto de mecanismos por los cuales se produce la


degradación de los alimentos y su transformación en moléculas de tamaño
reducido. El proceso supone una rotura enzimática tanto de glúcidos, como de
proteínas y lípidos, por medio de enzimas de la saliva, jugo gástrico, jugo
pancreático y células de las vellosidades intestinales. Los lípidos requieren
además una solubilización micelar por medio de los ácidos biliares de la bilis.
Los productos finales de la digestión deben a continuación atravesar la pared del
tubo digestivo y pasar a la sangre (absorción), para ser posteriormente
distribuídos a todas las células del organismo. La absorción intestinal se
caracteriza por ser un proceso rápido, de tal forma que la digestión y absorción
de una comida compleja pueden completarse en menos de tres horas. Es,
además, un proceso extraordinariamente eficaz; por ejemplo, la absorción de
lípidos y proteínas es superior al 95 %.
Aunque en el estómago puede absorberse alcohol y algún otro tipo de moléculas
(ciertos fármacos del tipo de la aspirina), sólo lo hacen en cantidades muy
reducidas. Los procesos de absorción tienen lugar fundamentalmente en el
intestino delgado y en el intestino grueso. El principal lugar de absorción es el
intestino delgado, aunque el agua y las sales pueden hacerlo también en el
intestino grueso.

Superficie de absorción

La transferencia de sustancias a través de la pared del intestino es posible


gracias a una estructura especialmente adaptada. La superficie interna es
extraordinariamente grande (superior a los 300 m 2), lo que facilita en gran
medida el paso de sustancias a través de la misma y, por tanto, el proceso de
absorción. Esto es posible, en primer lugar, gracias a la existencia de una serie
de pliegues que incrementan tres veces la superficie (pliegues de Kerckring); y,
en segundo lugar, a la presencia de un gran número de
pequeñas vellosidades que la aumentan aún más.
Por último, las células de la mucosa intestinal tienen un borde en cepillo,
constituido por un gran número de microvellosidades que hacen todavía mayor
la superficie de absorción. Estas células denominadas enterocitos, se forman a
partir de células precursoras en las profundidades de las criptas del Lieberkühn
y luego van emigrando hacia el extremo de la vellosidad. Los enterocitos tienen
una vida media de unos pocos días y, cuando envejecen, se van descamando a
la luz intestinal. El epitelio intestinal se renueva íntegramente en 6 días.

Entrada al enterocito o célula epitelial intestinal


Una vez producida la incorporación a las micelas mixtas, los productos de la
digestión de los lípidos pueden ya ponerse en contacto con las microvellosidades
y absorberse a través de la membrana celular por difusión. Para penetrar en el
interior de los enterocitos, las moléculas lipídicas difunden primero a la zona de
líquido que rodea a éstos y luego penetran a través de la membrana epitelial.
Las micelas difunden entonces en sentido retrógrado y vuelven a absorber
nuevos lípidos, que son transportados hacia las células de las vellosidades.
La absorción intestinal de los lípidos es un proceso muy eficaz. Más del 95% de
los mismos se recuperan, fundamentalmente a nivel duodenal, y sólo una
pequeña cantidad se pierde cada día a través de las heces.
Metabolismo celular y formación de quilomicrones
Una vez en el interior de las células intestinales, los productos de la digestión de
los lípidos se unen a una proteína transportadora de bajo peso molecular, la cual
los lleva hasta el retículo endoplasmático liso. En éste tiene lugar la resíntesis de
triglicéridos, la de lecitinas y la de colesterol esterificado.
Los diferentes lípidos se agrupan posteriormente y se rodean de una cubierta de
betalipoproteínas formadas en el aparato de Golgi, dando lugar a la aparición de
los quilomicrones. Su composición aproximada sería: 87% de triglicéridos, 9%
de fosfolípidos y colesterol libre, 3% colesterol esterificado y 1% de vitaminas
liposolubles y proteínas.

Absorción de agua e iones


El agua que pasa por el intestino delgado, aproximadamente unos 9 litros
diarios (2 litros procedentes de la alimentación y unos 7 litros procedentes de
las secreciones digestivas), se reabsorbe en más de un 80% en el intestino
delgado. El resto lo hace en el intestino grueso, de tal modo que sólo una
pequeña cantidad, alrededor del 1%, se elimina con las heces. Los
desplazamientos del agua tienen lugar por mecanismos pasivos osmóticos, y
se relacionan normalmente con el transporte de solutos, siguiendo el gradiente
osmótico creado por las sustancias absorbidas a la sangre.
El paso del sodio al espacio intercelular produce en éste una solución
hipertónica que facilita el arrastre de agua como consecuencia del gradiente
osmótico creado. El agua pasa desde la luz del intestino a través de las
denominadas uniones estrecha, existentes entre las membranas de células
adyacentes (vía paracelular), o en menor cuantía, a través del interior celular
(vía transcelular). Las uniones estrechas presentan una permeabilidad
decreciente, desde el duodeno hasta el colon, de tal modo que la participación
de la vía paracelular en el transporte de agua se va reduciendo a medida que
se progresa a lo largo del intestino. Una vez en el espacio intercelular, el agua,
gracias al gradiente de presión hidrostática creado, puede pasar a través de la
membrana basal (mucho más permeable que las uniones estrechas) hacia los
capilares sanguíneos.
El cloro se absorbe en duodeno y yeyuno por difusión pasiva siguiendo al Na +.
En el ileon y colon, realiza un cotransporte activo con el Na+, y también un
intercambio con el bicarbonato.
El potasio difunde a través de canales y al interior celular por la bomba Na +/K+.
El calcio,se absorben diariamente de 200 a 300 mg mediante transporte activo
transcelular, y transporte paracelular pasivo.
El magnesio, se absorbe como el calcio.
El fosfato, se absorbe alrededor del 65% mediante procesos pasivos, y también
por un mecanismo acoplado al Na+, utilizando un cotransportador.
El hierro, en su forma hemo, penetra en las células intestinales mediante la
formación de vesículas, seguido de digestión enzimática y liberación del hierro
libre que se combina inmediatamente con la apoferritina para formar ferritina. El
hierro en su forma no hemo, se libera de los alimentos y se solubiliza gracias a
la acidez del jugo gástrico entre otros, lo cual permite el paso de hierro férrico
(Fe +++) a ferroso (Fe++).

Composición de las heces


A lo largo de un día se excretan de 100 a 150 gramos de materia fecal, de la
que entre 30 y 50 gramos son sólidos y de 70 a 100 gramos son de agua. La
materia sólida está formada por residuos de materiales no digeribles (ej.:
celulosa), pigmentos y sales biliares, secreciones intestinales, principalmente
mucus, células epiteliales descamadas, bacterias (hasta 1/3 de los sólidos
totales), y materiales inorgánicos: Ca++, fosfatos, etc.
Las heces eliminadas diariamente a través del recto contienen una cantidad de
líquido inferior a los 200 ml. Cantidades superiores determinan la aparición de
diarrea, que puede tener diversos orígenes. El fenómeno puede producirse, por
ejemplo, por el uso de laxantes, capaces de bloquear la actividad de la ATPasa
Na/K y la absorción intestinal de sodio. El cólera o determinadas infecciones
bacterianas también pueden originar diarrea al estimular la secreción de agua y
electrolitos por las criptas de Lieberkühn; por este mecanismo pueden llegar a
perderse hasta 5-10 litros de agua cada día, con grave riesgo para la vida.

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