Sei sulla pagina 1di 8

ISFD Reneé Trettel de Fabián

Problemáticas de la Educación de Nivel Primario


Instancia Evaluativa Final Integradora

Profesora: María Rosa Brumat


Estudiantes: Daniela Rocha, Lucía Giovanola, Dolores Arancio

¿Por qué pensar las condiciones de trabajo docente?


Cuando nos propusimos entrevistar algunas docentes de nivel primario para
indagar sobre las condiciones del trabajo docente, nos hicieron notar que detrás de
nuestro interés estaba la concepción de docencia que hemos venido construyendo a lo
largo de nuestra formación, en palabras de Rockwell “Toda práctica docente refleja un
proceso complejo de apropiación y construcción que se da en el cruce entre la biografía
individual y la historia de las prácticas sociales y educativa” (Rockwell y Mercado,1988).
Docencia no es sinónimo de vocación, y no se reduce a enseñar con amor. Aunque como
dice Freire, “es imposible enseñar sin la capacidad forjada, inventada, bien cuidada de
amar”(FREIRE: 2010, pág. 25), eso no reduce la tarea docente a la de protección de los
estudiantes.
Y es en torno a esa tensión entre enseñar desde la amorosidad y saberse como
sujetos políticos que intervenimos en la realidad para transformarla que
comprendemos y definimos a la tarea docente. Freire dice en Cartas a quien pretende
enseñar:

Rechazar la identificación de la figura de la maestra con la de la tía no


significa, en modo alguno, disminuir o menospreciar a esta última;
igualmente, aceptar la identificación no conlleva ninguna valoración de la
tía. Por el contrario, significa quitarle algo fundamental a la maestra: su
responsabilidad profesional de capacitación permanente, que es parte de
su exigencia política. (FREIRE: 2010, pág. 28)

Para pensar las condiciones de trabajo docente nos centramos en la categoría de


análisis que Ezpeleta propone: sujeto entero, que nos permite entender al docente como
“persona conformada a través de diversas relaciones sociales y comprometida con
diversos y no siempre coherentes referentes normativos” (Ezpeleta: 1992, pág. 29). Esta
concepción nos permite pensar en el docente más allá de la transmisión de
conocimientos y valores, para también pensarlo como profesional y trabajador
asalariado. ¿Qué es la escuela para el estado? Además de un espacio de socialización
para la infancia, es una unidad de administración y de posibilidad de empleo.
Es en la institución escolar donde se enmarca y se posibilita el trabajo docente, es
su contexto cotidiano y ciertas prácticas que en ella se desarrollan aparecen como
legítimas y otras son sancionadas y también influye en las mismas las condiciones
materiales que no sólo se refieren a los recursos físicos para trabajar sino a las
condiciones laborales, la organización escolar del espacio y el tiempo y las prioridades
del trabajo y las negociaciones entre autoridades, maestros, alumnos y padres.
______________________________________________________________

Entrevista a la docente Patricia Sosa:


Patricia es docente de 1er Ciclo de Nivel Primario, en un Centro Educativo de
Gestión Estatal, ubicado en una zona periférica de la ciudad de Córdoba y Profesora de
la Cátedra de Práctica III, del Profesorado de Educación Primaria en un Instituto de
Formación Docente de Gestión Estatal.

¿Cuáles piensa que son las condiciones óptimas del trabajo docente?
Principalmente salario digno, ya que significa posibilidades de una vida plena en
todos los sentidos. Yo diría una revisión de la cuestión legal que ampare el trabajo
docente en todo sentido, laborales, vacaciones, derecho al paro, a las problemáticas que
surgen dentro del ámbito escolar, con la familia. Un mayor resguardo del docente,
protección de las condiciones laborales diarias. Después la posibilidad de una constante
formación profesional, que a su vez esté reconocida en el salario. Títulos, lo que una
vaya estudiando debe ser remunerado. Siempre lo pienso, y debería ser así. Tendría que
haber un reconocimiento, un respeto, aunque es más que respeto… el reconocimiento
de nuestro rol, de la función docente por parte del gobierno, por parte de la sociedad,
porque nosotros estamos degradados, la condición del docente está degradada en este
momento por las políticas del gobierno. Esas serían algunas de las condiciones. También
se podrían agregar escuelas en óptimas condiciones, espacios laborales en óptimas
condiciones, todo lo que sería insumos didácticos adecuados también, porque esto está
muy poco contemplado. Pero principalmente la condición salarial. Y estar contemplado
en un gremio justo, que ampare las necesidades docentes, que no tenemos en este
momento, no funciona así.
¿Qué marco legal los ampara para reclamar sobre la mejora de las
condiciones laborales?
Primero la Constitución Nacional, porque somos laburantes, es la madre de todas
las leyes. Luego tenemos la Ley Nacional de Educación, 26.206. Después tenemos la Ley
Provincial de Educación. Después tenemos el Estatuto Docente y hay un montón de
decretos que se han sumado a las otras leyes. Sobre todo en el Estatuto Docente, que es
en realidad un estatuto viejo, del (año) cincuenta y pico. Qué más de una vez los
gremios, la UEPC lo ha querido modificar y (los docentes)se resisten mucho a que lo
toquen, porque piensan que van a hacer estragos, que nos van a vapulear más de lo que
estamos vapuleados, porque no es un gremio justo y piensa en su propio beneficio y no
en el del docente.

¿Cómo definen las leyes que deberían ser las condiciones laborales del
docente?
Los derechos de protesta, distintos derechos, las licencias, las inasistencias, las
faltas por actividades gremiales.

¿Cómo influyen las condiciones de trabajo en el proceso de enseñanza y


aprendizaje?
Influyen en forma directa somos seres subjetivos que a pesar de nuestro
profesionalismo no podemos evitar padecer y sufrir condiciones injustas de trabajo. SI
bien manejamos directamente el contacto con nuestros alumnos de la mejor manera,
siempre influyen las condiciones de trabajo.

¿Qué posibilidades tienen como docentes de modificar las condiciones de


trabajo?
Muchas posibilidades, primero el conocimiento de cuáles serían las condiciones
óptimas, segundo el acompañamiento y el trabajo colaborativo o en equipo con otros
colegas con los que uno trabaja para idear planes de lucha y con el fin de lograr cambios
desde las bases docentes. Y sino se logran cambios al menos es válido porque se activa
la situación de intentar cambiar la realidad de malas condiciones que se vive
actualmente.
¿Qué mecanismo tienen para intervenir?
Los mecanismos son el voto, en el gremio directamente el conocimiento legal
absoluto de todos los derechos que tenemos como trabajadores y las obligaciones.
Incluso también la intervención con los propios alumnos, con los estudiantes, la
comunicación de la realidad que se vive como trabajador con los estudiantes, que ellos
tengan conocimientos de la realidad que se vive. Porque ellos son futuros profesionales.
Transmite esa confianza, esa posibilidad de lucha, en esa lucha, son como aliados.
Nosotros somos servidores públicos y comunicadores sociales de la realidad.

¿Qué conflictos se pueden generar por tomar la decisión de intervenir en la


modificación de las condiciones de trabajo?
Y… yo he sido censurada. La censura completamente injustificada, ya que podemos
expresar libremente lo que pensamos en cuanto a la lucha salarial. Enemistad entre
colegas, repudio por parte de las familias, enemistad o rechazo por parte de los
ciudadanos. Todo eso es lo que sufrimos cuando estamos luchando por nuestros
derechos.

………………………………………...
Entrevista a Erika Lescano:
Docente de nivel primario en una escuela privada ubicada en un barrio residencial
de la ciudad. Además forma parte de una organización gremial opositora a la
conducción actual del gremio docente.

¿Cuáles piensa que son las condiciones óptimas del trabajo docente?
Creo que las condiciones óptimas para el desarrollo del trabajo docente son
aquellas que no afecten o pongan en riesgo su salud física y psíquica.
Es muy importante comprender que las condiciones laborales abarcan desde la
forma de contratación, los ritmos de trabajo, el control que se ejerce sobre el trabajo
que uno/a realiza, los elementos con los que cuenta para trabajar, la infraestructura, etc.
De las cuales se desprenden números riesgos: físicos, biológicos, ergonómicos,
organizacionales y psicosociales.
¿Qué marco legal los ampara para reclamar sobre la mejora de las
condiciones laborales?
En relación a las condiciones de trabajo me parece fundamental poder
comprenderlas en relación a la salud del trabajador. En cuanto a salud laboral son dos
las leyes que se deben tener en cuenta:
La ley de Higiene y Seguridad 19.587/72 y la Ley de Riesgos del Trabajo
24.557/96, esta última es la que da lugar a la creación de las ART. De esta última se
desprenden numerosos decretos.
El reclamo para la mejora de las condiciones laborales es un terreno de disputa
política para lo cual lo legal es sólo una herramienta. En muchas ocasiones, nos puede
suceder que las legislaciones no contemplen algunas situaciones. Sin embargo, no se
puede dejar de reclamar ante las injusticias aunque no exista una legalidad ya dada.

¿Qué posibilidades tienen como docentes de modificar las condiciones de


trabajo?
Las posibilidades de modificar las condiciones de trabajo, dependen de las
posibilidades de organización en el lugar de trabajo, de visibilizar primero todas
aquellas cuestiones que afectan nuestra salud y que muchas veces naturalizamos. De
generar espacios asamblearios para poder reconocer colectivamente las causas de los
problemas derivados del proceso de organización del trabajo. De construir propuestas y
exigir a la patronal la solución que se necesita.
Es central comprender que el problema de la salud laboral es colectivo y no
individual.

¿Qué mecanismo tienen para intervenir?


Hay distintos mecanismos administrativos para intervenir según sea la situación,
es importante contar con el asesoramiento gremial correspondiente. Por ejemplo, ante
la falta de agua en una institución educativa los/as docentes pueden elevar un acta y
suspender las clases.
Lo que para mí es fundamental es generar espacios de intercambios, de diálogo
para poder organizarse. Cuando sea necesario también abrir ese espacio al resto de la
comunidad educativa, contactarse con otras escuelas, acercarse al gremio, hacer
públicas las situaciones, solicitar inspecciones al ministerio de trabajo, denunciar
riesgos a la patronal exigiendo prevención o reparación, etc.

¿Qué conflictos se pueden generar por tomar la decisión de intervenir en la


modificación de las condiciones de trabajo?
Múltiples conflictos se pueden generar con los distintos actores involucrados, a
veces hasta con nuestros propios/as compañeros/as. Por ejemplo, al momento de hacer
paro por mejoras salariales surgen conflictos entre quienes creen en esa medida y
quienes no hacen el paro, con las familias de los/as estudiantes que se quejan por la
falta de clases, con la patronal, a veces con autoridades como los directivos, con la
conducción del gremio, etc.
______________________________________________________________

A modo de conclusiones..
En función de los comentarios de la docente Patricia Sosa, podemos ver que la
figura del docente aparece como un trabajador, ella dice “somos laburantes” y es ahí
donde se ubica en una posición que la aleja de la maestra “tía” que se mueve por su
vocación, y reconoce que como cualquier otro trabajador debe percibir su salario y
tener las garantías sociales conquistadas por las organizaciones gremiales.
En cuanto a la entrevista de Erika Lescano, quien también habla del “trabajo
docente”, podemos rescatar que a las condiciones materiales y estructurales necesarias
para el desarrollo del trabajo docente -“la forma de contratación, los ritmos de trabajo,
el control que se ejerce sobre el trabajo que uno/a realiza, los elementos con los que
cuenta para trabajar, la infraestructura, etc”-, le agrega condiciones necesarias de salud
física y psíquica.
Por otro lado, cuando Patricia Sosa dice “somos seres subjetivos que a pesar de
nuestro profesionalismo no podemos evitar padecer y sufrir condiciones injustas de
trabajo” reconoce al docente como un sujeto atravesado por sus propias subjetividades,
que no puede actuar de la misma manera en todas las circunstancias y que para poder
desarrollar su tarea no puede invisibilizar sus condiciones de trabajo, y de una forma u
otra estas influirán en las posibilidades de enseñanza-aprendizaje.
En este sentido, estamos de acuerdo con Ezpeleta cuando habla del docente como
sujeto entero, con lo que no solo transmite conocimientos y valores sino que también es
un trabajador asalariado, y por ende la escuela se convierte un lugar más posible de
brindar trabajo.
Además, Sosa reconoce que el educador no es un sujeto acabado y debe seguir
construyéndose, ya que reconoce la necesidad de la formación continua. Sin embargo no
lo deja por cuenta del maestro, sino que deja ver una concepción de Estado donde las
políticas públicas y los agentes de gobierno serían los responsables de garantizar la
formación continua de docentes. Y por otro lado cuando afirma que debe garantizarse
“la posibilidad de una constante formación profesional, que a su vez esté reconocida en
el salario” trae a colación el tema del reconocimiento a la formación docente por parte
del estado. Incluso la Ley Nacional de Educación 26.206/12 prevé que se garantice la
formación continua de los docentes.
Ambas entrevistadas reconocen que existe un marco legal que ampara a los
docentes, Lescano considera que “la mejora de las condiciones laborales es un terreno
de disputa política para lo cual lo legal es sólo una herramienta”. Entendemos que esta
docente propone más bien una necesidad de ampararse en espacios de organización, no
es explícito si esta organización que plantea es gremial, pero sí deja claro que los
problemas que tiene un docente no son problemas individuales sino colectivos, por lo
que la salida organizacional es necesaria:
“Lo que para mí es fundamental es generar espacios de intercambios, de diálogo
para poder organizarse. Cuando sea necesario también abrir ese espacio al resto de la
comunidad educativa, contactarse con otras escuelas, acercarse al gremio, hacer
públicas las situaciones, solicitar inspecciones al ministerio de trabajo, denunciar
riesgos a la patronal exigiendo prevención o reparación, etc”
Este planteo de la docente nos permite recuperar el concepto de Freire de “Lucha
democrática”, una lucha que no debe ser entendida como individual, singular o de
motivación personal, sino más bien política y colectiva, es decir social. Esto le otorga a
esa lucha un valor democrático, que no solo queda entre los docentes que se organizan
sino que se transmite a los estudiantes y a las familias.
Es importante recuperar la voz de Sosa cuando plantea “Tendría que haber un
reconocimiento (…) de nuestro rol, de la función docente por parte del gobierno, por
parte de la sociedad, porque nosotros estamos degradados, la condición del docente
está degradada en este momento por las políticas del gobierno”. Deja ver en sus
palabras una sensación de desamparo respecto del estado, quien parece no garantizar
aquellas condiciones de trabajo que la ley prevé, y que deja trasladar a la sociedad en
general la desvalorización de la tarea docente. Una cadena de desamparos, primero del
Estado que olvida y no prioriza, luego de la sociedad que consume sentido común de los
medios de comunicación y hasta finalmente, de los gremios docentes que parecen no
responder fielmente a las necesidades del trabajador docente.
¿Qué lugar le queda al docente como “agente del estado”?, si ni siquiera puede
hacer uso de los mecanismos legales existentes porque es el mismo estado que lo
contrata el que lo degrada con sus decisiones políticas.

Bibliografía

Freire, Paulo. Cartas a quien pretende enseñar. “Primeras palabras. Maestra-tía: La


trampa”. Siglo Veintiuno Editores. Buenos Aires, 2010.
Ezpeleta, Justa. El trabajo docente y sus condiciones invisibles. Nueva
Antropología, vol. XII, núm. 42, pp. 27-42. Asociación Nueva Antropología A.C. Distrito
Federal, México, 1992
Rockwell, E. y Mercado. La práctica docente y la formación de maestros. En:
Rockwell, E. y Mercado. La escuela, lugar del trabajo docente. Centro de investigaciones
y de estudios avanzados del IPN de México, D.F., 1986.
Ley de Educación Nacional 26.206/06. Ministerio de Educación de la Nación
Argentina. 2006.

Potrebbero piacerti anche