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COLUMNA: LOGRANDO LA EXCELENCIA

ORIENTACION HACIA EL ÉXITO PARTIENDO DEL SENTIDO DE LA VIDA

En mi acercamiento con directivos de empresa veo como existe la fuerte necesidad de incorporar el sentido de
felicidad y significado a la vida de las personas, que les dé un genuino sentido de pertenencia y pasión por lo
que representan en la organización, lo que distingue y finalmente se traduce en un mayor éxito profesional, y en
su defecto presenta directivos y líderes débiles e incongruentes con las metas y objetivos tanto organizacionales
como personales. Marshal Goldmisth autor de varios libros sobre alineación del desarrollo personal con el éxito
profesional utiliza un término conocido como “mojo” para referirse a una idea de magnetismo personal que ha
tiene, confianza en sí mismo y en sus acciones responsablemente, una cualidad casi mágica que distingue a
alguien del resto. Es el espíritu positivo que nace en el interior de un individuo y se irradia hacia afuera. Y para
estimular el “mojo” propone un método surgido de las investigaciones basadas en lo que denomina “preguntas
activas”. En cualquier actividad o situación, la clave es preguntarse si uno está haciendo lo necesario para:
▪ Ser feliz.
▪ Encontrarle significado al trabajo.
▪ Construir relaciones positivas.
▪ Establecer metas claras.
▪ Avanzar hacia los objetivos.
▪ Comprometerse con lo que encara.

Pero “aguas” con las respuestas que da un jefe o directivo en este sentido. Me encuentro con una mayoría de
directivos, o personas que tienen puestos de nivel alto, donde sus respuestas presentan “brechas kilométricas”
en relación a la congruencia entre lo que dicen y lo que hacen. Mientras buscan presentarse como sujetos con
una imagen de alto desempeño en liderazgo, compromiso y enfoque estratégico, sus actos diarios y resultados
no corresponden a lo que verbalizan. “Del dicho al hecho hay mucho trecho”, por lo que es vital para
cualesquiera de los jefes, es independientemente de que tan maduro o perfeccionado está su carácter, es
necesario un alto, y lo repito: alto grado de humildad, aquel jefe que tanto en sus palabras como en sus acciones
manifiestan que no tienen todas las respustas, que preguntan, que solicitan orientación y son “obedientes” a
emprender pasos diferentes hacia el aprendizaje, esos son los verdaderos y auténticos líderes que se potencian
hasta llegar muy alto y se sostienen en el tiempo
Y aquí empieza el camino eficaz hacia la mejora de un líder. Enfocarse más allá de aquello que no se puede
modificar y orientarlo hacia lo que es posible cambiar incrementa definitivamente el éxito, la felicidad, el sentido
de las cosas, el compromiso, el valor de las relaciones y el cumplimiento de las metas.

Cuestión de objetivos

La función de un coach consiste en ayudar a sus clientes a alcanzar sus objetivos. Goldsmith enumera “tres
simples pasos” que considera cruciales:

1. Definir la meta.

2. Comunicarla públicamente.

3. Conseguir un grupo de apoyo que ayude a cumplirla.

“Una de las razones por las cuales mi proceso de coaching funciona es que se trabaja con objetivos específicos”,
señala Goldsmith. Y comenta que su amigo Alan Mulally, presidente y CEO de Ford, tiene un método excelente:

Ing. MDO Joel Estrada Estrada


COLUMNA: LOGRANDO LA EXCELENCIA

en las reuniones semanales, cada líder de equipo escribe en un pizarrón cinco prioridades cuyo cumplimiento se
ocupará de medir.

La mayor enemiga

Según Goldsmith, el principal motivo que impide establecer metas y alcanzarlas es la inercia. “Se trata de
nuestra reacción por default en la vida: vamos a donde ya hemos ido y hacemos lo que ya hemos hecho.” Y para
superarla propone un ejercicio práctico: “Escriba sus objetivos en una planilla de Excel y, cada día, registre su
cumplimiento con un ‘sí’ o un ‘no’; ‘sí’ equivale a 1 y ‘no’ a 0. Si lleva a cabo ese ejercicio descubrirá varias
cosas. Por ejemplo, ¿por qué descuidó a su familia si la planteó como una prioridad? Si se propuso estar en
buena forma, ¿por qué no hizo actividad física? Así, uno comprende que es fácil hablar de proyectos, pero difícil
ponerlos en práctica”.

Mejor que decir es hacer

Goldsmith sugiere, también, una estrategia simple para que cada uno averigüe cuáles son sus verdaderos
valores. Solo hay que anotar en una hoja de cálculo lo que consideramos importante, y medirlo cada día. Al
término de la semana, los resultados surgirán automáticamente. “Nuestros verdaderos valores no son los que
declaramos sino los que practicamos”, subraya el coach, quien califica a esta experiencia como una inmersión
en la humildad. “Lo fundamental es perdonarnos a nosotros mismos. Nadie es perfecto. Pero hay que
proponerse ser mejor, y eso ya es suficientemente bueno”, destaca. “Tratar de ser mejor padre, mejor madre,
mejor hijo, mejor socio, mejor jefe, mejor algo.”
.

Ing. MDO Joel Estrada Estrada

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