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subordinados
16 Agosto, 2018- La clave en las relaciones laborales, al igual que
en el resto de relaciones humanas, está en el respeto
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Un buen ambiente de trabajo es fundamental para garantizar la productividad y el logro de
mejores resultados en las empresas. Las relaciones interpersonales de calidad fomentan
el éxito en las organizaciones. A pesar de que por lo general se hacen esfuerzos para
garantizar la integración en los equipos de trabajo, el trato y dinámica que cada trabajador
establece con su jefe o supervisor es variable y depende tanto de las características
personales de cada uno, como del tipo de organización y flujos de trabajo establecidos.
Mantener una buena relación con los supervisores es el escenario ideal para fomentar el
aprendizaje y la motivación permanente. No se trata de una dinámica social, de amistad o
excesiva confianza, sino de canalizar y diferenciar adecuadamente el logro o realización
de tareas y asignaciones laborales, en contraposición con valores agregados de las
relaciones, como un almuerzo laboral o alguna conversación franca acerca de temas
personales o empresariales. Si bien un jefe no es un amigo, lograr un acercamiento franco
y respetuoso facilitará el cumplimiento de las labores y dará un buen ejemplo a quienes
también tengan equipos a su cargo.
Para brindar recomendaciones sobre cómo relacionarse con los supervisores, vale la pena
en primer lugar tomar conciencia de las jerarquías. Es importante estar consciente del
lugar que se ocupa, por lo que no se puede esperar generar un ambiente de irrespeto o
excesiva confianza en ningún momento. Por otra parte, dependiendo del tipo de liderazgo
que exista en la empresa o departamento, se pueden establecer dinámicas específicas
para las relaciones.
Entre las diversas categorías o tipos de mando que puede tener un supervisor, está el del
liderazgo carismático, estricto o vertical y colaborativo.
1. Líder carismático: Cuando se tiene este tipo de jefe, la recomendación para mantener
el buen clima laboral es la proactividad. Por lo general es lo que valoran más y lo que
garantiza que se combine un acercamiento respetuoso de las relaciones interpersonales
con la exigencia laboral diaria.
2. Dinámica vertical: Es lo más tradicional y tiene que ver con jefes estrictos, que por lo
general solo proporcionan un feedback cuando algo está mal. En este caso, la paciencia y
la atención a los detalles serán claves para mantener las buenas relaciones y evitar
conflictos.
3. Política colaborativa: La libertad responsable es la premisa en estos casos. Asumir
distintos liderazgos, según la experticia de cada miembro del equipo en todos los niveles,
permitirá que cada eslabón de la cadena resalte en un momento determinado. Este es el
escenario ideal para crecer y desarrollarse como profesional.
Garantizar la comunicación activa y eficiente. Además de respetar las normas del buen
hablante y del buen oyente, es necesario expresar lo positivo y los aspectos a mejorar y
exigir respetuosamente los espacios para hacerlo.
Esforzarse para ser eficiente y destacar en las labores será fundamental para mantener
el ambiente de respeto entre supervisores y subordinados.
El ser humano por naturaleza es un ser social, es decir que necesita de otras
personas para poder vivir y satisfacer las exigencias físicas y espirituales que de
manera racional e individual no resultan suficientes. Sin embargo, sostener estos
vínculos humanos es un tanto difícil cuando entran en escena las diferencias
propias de los hombres, como lo son los aspectos culturales, sociales,
económicos, entre otras tantas posibilidades.
Respetar no significa estar de acuerdo o pensar tal como lo haría otro individuo,
sino que se trata de no discriminar, ofender, ni mucho menos humillar a las
personas por su forma de actuar, de vivir, decidir, etc., por el simple y
naturalmente hecho que no concuerde con el criterio propio.
En este sentido, los líderes empresariales juegan un rol principal. Esto se debe
a que todos los miembros de una organización enfocan su mirada hacia ellos,
“los guías”, y son quienes, en primera medida, deben obrar con el ejemplo y
generar un efecto multiplicador.
Una de las premisas más importantes sobre el respeto es que para ser respetado
es necesario aprender a respetar. El camino de aprendizaje comienza por el auto
respeto y de allí parten todos sus frutos que se reflejan en cada vinculo social.
Por lo tanto, también resulta inadmisible exigir respeto a pares, superiores o
subordinados, cuando en actos se demuestra un mensaje opuesto.
Por todo ello, es que surge la pregunta celebre: ¿De qué lado estás?
EL RESPETO EN EL TRABAJO
Todo el mundo necesita un poco de respeto. Sabes cuando tienes respeto.
Sabes cuando no lo tienes. Pero ¿qué es el respeto verdaderamente? Y cómo
el respeto se demuestra en el trabajo?
Puedes demostrar respeto con simples pero importantes acciones. Estas ideas
te van a ayudar a evitar ser insensible y a faltar el respeto de manera involuntaria
también.
» Trata a la gente cortésmente, educadamente, cálidamente
» Alienta a los empleados a expresar sus opiniones e ideas
» Escucha lo que otros tienen para decir antes de expresar tu punto de vista
» Nunca hables por encima de alguien, demasiado o cortes a otra persona
» Utiliza las ideas de la gente para cambiar o mejorar el trabajo. Deja saber
a los empleados que usaste su idea, o mejor aún alienta a quien tuvo la idea
a que la implemente.
» Nunca insultes a alguien, lo menosprecies o lo dejes de lado, o a sus ideas
» No seas maligno, no estés criticando siempre pequeñas cosas o
desprecies, juzgues, rebajes o etiquetes a la gente. Una serie de aparentes
acciones “inofensivas” sumadas en el tiempo, se transforman en acoso moral.
» Trata a las personas de la misma manera, no importa la raza, religión,
género, tamaño, edad,
país ú origen. Implementa políticas y procedimientos constantes para q la
gente sienta que son tratadas justamente y con equidad. Tratar a la gente de
manera diferente, puede constituir acoso o comportamiento hostil en un
ambiente laboral hostil.
» Incluye a todos los trabajadores en reuniones, debates, discusiones,
entrenamientos y eventos. Mientras no todas las personas puedan participar
en todas las actividades, estás margines y excluyas o dejes gente afuera.
Dales una oportunidad por igual a los empleados para participar en comités,
equipos destacados. Pide voluntarios y trata de incluir a todos los voluntarios.
» Alaba más de lo que critiques. Alienta los elogios y reconocimientos incluso
entre empleados tanto como de supervisor a empleados.
» La regla de oro se aplica en el trabajo, o como la licenciada Leslie Charles
dice “Implementa la regla de platino: trata a los demás como te gustaría ser
tratado”.