Sei sulla pagina 1di 38

Derecho Empresario. UNIDAD V.

TITULOS VALORES
INTRODUCCIÓN:

Winizky en su obra TITULOS CIRCULATORIOS, aconseja la lectura de Los

Intereses Creados de Jacinto Benavente, El Principito de Saint Exupery y el

Capitulo XXV del Quijote de la Mancha de Cervantes. Además de escuchar la

ópera cómica de Rossini: La Cambiale.

Las razones de este consejo son: leyendo la comedia de Benavente se verá

cómo el crédito es fama, la fama ilusión y la ilusión una pompa de jabón.

Como nuestros títulos circulatorios son instrumentos jurídicos que

concentran aspectos de ese crédito, bueno es tomar conciencia también a través

de la sátira, de la volubilidad de ese fenómeno económico social.

Saint Exupery muestra sin proponérselo cómo las estrellas, patrimonio de un

anciano habitante de un planeta, podía estar en cofre de seguridad representadas

por unos papelitos, es decir por unos títulos representativos que al parecer eran al

portador.

Cervantes, pone en boca de Don Quijote y de Sancho, un dialogo en el que

el primero dicta una letra de cambio y el segundo plantea dudas que pueden

apartarse de la verdad de los hechos y a las características de la firma de un título

circulatorio. Leyendo la letra de cambio de Don Quijote advertimos que reúne

todos los requisitos de la actual letra de cambio, a pesar que la obra de Cervantes

es anterior a toda legislación referida al tema.

Rossini pone música a un libreto en que la Cambiale juega un papel

protagónico, aunque no cante.

El objetivo al hacer esta recomendación es provocar en quien pisa el umbral

de esta aparente árida disciplina una sonrisa y mostrar la vigencia práctica de


Derecho Empresario. UNIDAD V.
estos títulos circulatorios, a través del arte que sublima los hechos económicos y

sociales.

DISPOSICIONES Y RÉGIMEN GENERAL:

Hasta la sanción del Código Civil y Comercial no existía en nuestra

legislación una regulación general de los títulos de crédito, como sucedía en otros

países. Sí existían (y aún continúan) regulaciones de los títulos en particular,

como la letra de cambio y pagaré; cheque; debentures y otros, cada uno de ellos

en una ley especial que los regula detalladamente.

La regulación general de los títulos valores se recepta en el Libro III:

Derechos Personales, Título V: Otras fuentes de las obligaciones, Capítulo 6. En

la sección 1ª (Arts. 1815 a 1829) se refiere a las disposiciones generales, en la

sección 2ª (Arts. 1830 a 1849) a los títulos valores cartulares, en la sección 3ª

(Arts. 1850 a 1851) a los no cartulares y finalmente en la sección 4ª (Arts. 1852 a

1881) al deterioro, sustracción, pérdida y destrucción de títulos valores o de sus

registros.

Esta regulación general admite las siguientes alternativas:

a) La libre elección y creación por parte del emisor del tipo de título que

elija, su denominación y condiciones.

b) Su utilización supletoria en los títulos clásicos (cheque, letra de cambio y

pagaré, etc.) para aquellos temas que no prevean las leyes específicas.

En este sentido conviene mencionar que el Art. 1834 establece: “las

normas de esta sección: a) se aplican en subsidio de las especiales que

rigen para títulos valores determinados; b) no se aplican cuando leyes

especiales así lo disponen, incluso cuando ellas se refieren a la

obligatoriedad de alguna forma de creación o circulación de los títulos


Derecho Empresario. UNIDAD V.
valores o de clases de ellos”.

La nueva regulación implica la existencia de títulos valores “clásicos” con

una regulación específica (pagaré, cheques, obligaciones negociables) y otros de

libre creación, sometidos a este nuevo ordenamiento que podríamos denominar

“atípicos” o de “libre creación”, por su falta de descripción legal1.

TERMINOLOGÍA:

Títulos valores, títulos de crédito, títulos circulatorios, son todos términos

que, si bien algunos autores consideran que no tienen absoluta identidad,

comúnmente se usan como sinónimos para describir estos documentos. El título

cambiario es una especie dentro del género de los títulos de crédito.

El Código Civil y Comercial optó por la denominación títulos valores, que

según la doctrina es la más acertada porque el término “títulos de crédito” deja

fuera de la órbita los títulos valores que no son típicamente de crédito, como el

cheque común, las acciones de sociedades anónimas y los warrants.

CONCEPTO:

Innumerables han sido las definiciones dadas, debiendo recordarse la de

Vivante por su claridad y precisión: “título de crédito es el documento

necesario para ejercer el derecho literal y autónomo que en él se menciona”.

Yadarola dijo: título de crédito es el documento literal y autónomo cuya

posesión es necesaria para el ejercicio del derecho.

Winizky los definió diciendo: es el documento creado para circular,

necesario para ejecutar el derecho literal y autónomo que aparece en el mismo.

1
PISANI, OSVALDO E. Derecho Comercial y empresario. 1ª ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Astrea, 2016.
Derecho Empresario. UNIDAD V.
Afirma Gualtieri que tras tantos años de estudios hechos en la disciplina, la

definición de Vivante es la más simple y aceptable.

Las definiciones dadas agregan o suprimen una o más palabras al

concepto clásico de Vivante, para destacar o el carácter de propiedad o

circulatorio o la condición de necesidad o la índole de la literalidad.

Raymundo Fernández más que una definición nos da una

descripción del título: Se entiende por títulos de crédito todos aquellos

documentos constitutivos de un derecho a favor de su portador legítimo,

derecho que nace en manos de éste por el hecho de la propiedad o

posesión del título, por el cual le son inaplicables las excepciones

personales relativas a relaciones entre el deudor y los tenedores

precedentes.

En su recepción legislativa, el Código Civil y Comercial los define como “los

títulos valores incorporan una obligación incondicional e irrevocable de una

prestación y otorgan a cada titular un derecho autónomo, sujeto a lo

previsto en el artículo 1816” (art. 1815). No son bienes ni cosas muebles

registrables.

El concepto que brinda la normativa referida se centra en la nota de

autonomía, sin incluir los otros dos caracteres que tradicionalmente la doctrina

adscribe a los títulos valores: necesidad y literalidad.

Sin embargo, se mencionan a la necesidad y literalidad como caracteres

propios de los títulos valores cartulares (arts. 1830 y 1831).

ELEMENTO REAL Y PERSONAL:


Derecho Empresario. UNIDAD V.
Documento es una cosa que reproduce o recepta un hecho o acto con

relevancia jurídica. El documento como tal es el producto de una operación

denominada “documentación”, que consiste en la reproducción o recepción del

hecho o acto jurídico mediante su materialización.

Restringiendo su ámbito al objeto de estudio, Escuti señala que se trata de la

inserción de un derecho en una cosa mueble, normalmente un papel, es

decir, la documentación de un derecho2.

En los títulos valores, el documento como “cosa” y el derecho como “bien”

son conceptualmente distintos, pero representan un instituto jurídico unitario. En

consecuencia, el derecho y el título están funcionalmente ligados: la comunidad

de destino entre el título (cosa-corporal-) y el derecho (bien-incorporal) es

normalmente inescindible.

En otras palabras, lo que hace el derecho de los títulos valores es incorporar

el derecho al título y convertirlo en una cosa mueble susceptible de ser poseída,

consultada y protegida, y aprovecharse de los beneficios de la apariencia o

publicidad posesoria. Se cosifica un derecho incorporal para sustraer su

circulación de las desfavorables reglas del derecho de obligaciones y someterlas

a las más favorables reglas del derecho de cosas3.

NATURALEZA JURÍDICA:

El título valor es un documento escrito, un pedazo de papel que contiene

diversas menciones. Por otro lado, encontramos el aspecto sustancial; desde este

punto de vista, el título valor es un derecho, un derecho de crédito en beneficio de

2
Escuti, Ignacio A. Títulos de crédito- 10ª ed. – Buenos Aires: Astrea, 2010. Pág. 7
3
Código civil y comercial de la Nación comentado/ dirigido por Ricardo Luis Lorenzetti- 1ª ed. Santa
Fe: Rubinzal- Culzoni, 2015. Tomo VIII, Art. 1815, pág.761/762.
Derecho Empresario. UNIDAD V.
la persona a quien se entregue el documento. Finalmente, en cuanto negocio

jurídico, sería un negocio unilateral.

1. El título valor como documento:

El título valor es definido como un documento. Otros negocios jurídicos son

definidos por la Ley, como actos o contratos, poniendo énfasis en la manifestación

de voluntad de quien o quienes intervienen en ellos. En cambio, en el título valor

el documento tiene la mayor importancia. En efecto, se define a los títulos valores

como documentos, agregando que a éstos se les consigna un derecho.

El documento debe ser un papel porque sólo el papel puede cumplir la

función que los títulos valores normalmente desempeñan en el comercio. En los

títulos valores el documento no es meramente probatorio de un derecho, sino que

es constitutivo de un derecho. El derecho consignado en el título no preexiste al

título sino que nace con él.

En el documento se hace constar un derecho y la obligación correlativa. Con

la firma de ese documento nacen uno y otro. Al crearse el documento, nace el

derecho y la obligación correspondiente. Precisamente, el título valor es un

mecanismo creado en la práctica, elaborado por la doctrina y luego recogido por

la Ley, que permite hacer constar un derecho en un documento, corporizándolo y

jerarquizando el documento que, de esta manera, adquiere valor en sí mismo.

La jerarquía del documento permite una forma más fácil de circulación de los

derechos. En efecto, en lugar de ceder tales derechos, se transmite el documento

como una cosa mueble, el que tendrá incorporado el derecho consignado en él.

2. El título valor como derecho.

En un segundo plano, Vivante define al título valor como un derecho; un


Derecho Empresario. UNIDAD V.
derecho de crédito en beneficio de una persona. En efecto, se define a los títulos

valores como documentos, agregando que esos documentos tienen consignado

un derecho. Consignar significa asentar por escrito.

Es muy importante señalar que el derecho consignado en el título no

preexiste al título sino que nace con él. El derecho consignado en el documento,

nace con la creación de éste. Creado el documento nace el derecho.

El derecho de crédito tiene un valor en la actividad económica en general y

en los negocios mercantiles en especial. Por ello, interesa que el crédito, como

valor en sí mismo, pueda entrar en circulación económica como los demás

bienes. Esto se hizo posible documentando el derecho de crédito, es decir

dándole al crédito los atributos de una cosa corporal de forma tal que, transmitido

el documento, se transmite también el derecho de crédito en él incorporado.

Entre las menciones esenciales que debe contener el documento, se incluye

el derecho que en el título se incorpora. Este derecho de crédito, puede recaer en

diferentes bienes: dinero, mercaderías o puede ser un derecho de participación.

Ello determina que los títulos valores se clasifiquen según su objeto en: títulos

valores representativos de dinero, títulos valores representativos de mercaderías,

títulos valores representativos de derechos o títulos valores representativos de

una participación.

3. El título valor como negocio jurídico unilateral.

Los títulos valores, son negocios jurídicos unilaterales pues son la expresión

de voluntad del librador. La fuente de las obligaciones que emanan de un Título

Valor es la voluntad unilateral de quien la creó.

Es unilateral porque el título se crea y produce sus efectos, con la sola


Derecho Empresario. UNIDAD V.
expresión de voluntad del firmante, sin necesidad de que su voluntad se combine

con otra, que haya de añadirse a ella para integrar un solo negocio. Quien

suscribe el título valor se obliga a una prestación frente al poseedor del título y no

la subordina a ninguna aceptación ni contraprestación. Así es a diferencia del

contrato, ya que en el contrato siempre hay una manifestación de voluntad que

debe estar integrada con otra manifestación de voluntad; en el título valor, el

negocio jurídico nace con una sola manifestación de voluntad de una sola parte.

No debe entenderse que este negocio necesariamente sea el resultado de

una sola voluntad puesto que pueden aparecer, en su creación, la voluntad de

varias personas.

Resumiendo, quien suscribe un título valor se obliga a una prestación frente

al poseedor del título y no subordina esa obligación a ninguna aceptación, a

ninguna contraprestación. En consecuencia, la fuente de las obligaciones que

emanan de un título valor es la voluntad unilateral de quien lo crea.

Los autores explican cómo se generan y entran en circulación los títulos

circulatorios. Hay un proceso de diversificación de la negociación originaria, a la

que se denomina relación fundamental, que se produce mediante la separación

del negocio y una de las obligaciones emergentes del mismo. De la relación

fundamental se separa o se transmite el documento destinado a la circulación. La

obligación originaria se inscribe en el documento dando nacimiento a una nueva

relación jurídica.

La causa del título es generalmente un negocio que se denomina relación

fundamental, ej. Compraventa, mutuo, etc.


Derecho Empresario. UNIDAD V.
Quienes celebren este negocio base convienen en emitir un título circulatorio

a favor del acreedor, que pasa a constituir una nueva relación. A este negocio se

denomina en doctrina convención ejecutiva.

Este documento que emiten es una cosa que recepta un hecho o acto con

relevancia jurídica. Este documento como tal es el producto de una operación

denominada “documentación”, que consiste en la reproducción o recepción del

hecho o acto jurídico mediante la materialización. Se trata de la inserción de un

derecho en una cosa mueble, un papel, que documenta un derecho.

El firmante del título incorpora al documento una declaración de voluntad,

incondicionada e irrevocable, de carácter constitutivo y con alcance patrimonial

mediante la cual se coloca en posición de obligado cambiario ante quien resulte

portador legítimo del documento.

La cosa –documento- y el derecho incorporado, son jurídicamente conceptos

distintos pero representan un instituto jurídico unitario, inescindible.

Por ello el derecho cambiario es eminentemente formal, a fin de otorgar

seguridad al adquirente del título, debiendo constar en el mismo con toda

precisión su contenido y extensión del derecho incorporado.

Este principio fundamental del derecho cambiario recibe el nombre de

literalidad. Lo que significa que todo el derecho debe constar en el título, derecho

que no puede ser ampliado ni restringido por otros documentos. Es decir que el

título vale por lo que se expresa en el mismo y aunque refiera a elementos

extrínsecos sólo son válidos en cuanto los admita la ley y estén expresados en el

título. (Ej. Vinculación entre las acciones y el estatuto de la Sociedad Anónima.)

De ello se infiere que tanto para el acreedor como para el deudor sus
Derecho Empresario. UNIDAD V.
respectivos derechos y obligaciones surgen exclusivamente del título sin poder

esgrimir razones que no consten en el texto expreso del documento.

Esta inserción literal del derecho en el documento es lo que se denomina

incorporación.

Esta incorporación del derecho al documento, torna en esencial al papel, a

tal punto que para ejercer el derecho en él mencionado, resulta indispensable la

posesión del título, lo que se denomina principio de necesidad.

El documento como soporte material del derecho, es un trozo de papel, es

decir una cosa, y dentro de la clasificación de las mismas, resulta ser una cosa

mueble.

DERECHOS QUE EL TÍTULO CONFIERE. DISCUSIONES DOCTRINARIAS.

Numerosas teorías se elaboraron con relación al tema.

a) Teorías contractualistas: Sostienen sus seguidores que el contrato es

indispensable para la creación de la obligación y se perfecciona con la

entrega del documento.

b)Teorías unilaterales: afirman que el contrato sólo es válido entre librador

y tomador, pero no con los sucesivos poseedores, es decir que se contrata

no con el tomador, sino con incertae personae.

c)Teoría unilateral de la creación pura (Kunze): Para esta doctrina basta

el sólo hecho de haberlo creado y firmado por el suscriptor.

Para Winizky la fuente de los derechos y obligaciones cambiarias estaría

en el acto unilateral de voluntad que resulta de la apariencia del título y que le

otorga particulares características con el fin de tutelar la buena fe y asegurar la


Derecho Empresario. UNIDAD V.
circulación del documento.

Esa voluntad unilateral unida a la particular manera en que se exterioriza, a

la forma en que llega al conocimiento de los terceros (apariencia), constituyen los

elementos que deben tenerse en cuenta para darles, en determinadas

circunstancias, valor y fuerza vinculante por encina de los principios del derecho

civil que rigen aisladamente ambas manifestaciones.

La voluntad aparente de un individuo unilateralmente considerada,

cuando se manifiesta en las condiciones que establecen los principios generales

de los títulos circulatorios, lo obliga frente a los terceros con independencia de su

verdadera voluntad, de la existencia o inexistencia de un negocio jurídico.

Ello sucede cuando se trata de asegurar una eficaz y rápida circulación.

Así, en la aparente voluntad de una persona manifestada en las

condiciones que establece la ley, o la doctrina para asegurar la circulación rápida

y segura de determinados derechos, se encuentra la razón de ser de los

principios que rigen los títulos valores.

IMPORTANCIA:

Los títulos de crédito conjuntamente con la sociedad anónima, la

cooperativa, el seguro y el sistema de contabilidad de partida doble han sido las

creaciones más importantes del derecho comercial.

La circulación de los bienes es el fenómeno más importante de la vida

económica:

a) los inmuebles circulan como siempre ha sucedido, con inevitable lentitud en

virtud de su misma naturaleza: su perennidad: Art. 1017 C.C.C.N.


Derecho Empresario. UNIDAD V.
b) Los muebles: su circulación se produce con mayor facilidad, toda vez que la

transferencia de la propiedad se realiza en principio, sin mayores exigencias de

forma y publicidad; excepto los buques, aeronaves y automotores. En materia de

muebles rige el principio de “posesión vale título”, Art. 1895 del C.C.C.N. Es que

media una imposibilidad práctica de adoptar un sistema de publicidad que permita

seguir en cada una de las operaciones, la circulación de los bienes muebles.

c) Los derechos de crédito susceptibles de transmisión, pueden transferirse

mediante la cesión de créditos que regula el código civil y comercial en los

artículos 1614 a 1631 o mediante el sistema establecido por la ley 11867, según

la cual para que la transferencia de fondos de comercio pueda ser opuesta a

terceros, deben cumplirse ciertas formalidades e inscribirse en el Registro Público

de Comercio. Estas transmisiones se realizan en forma derivada, y en

consecuencia el cesionario se ubica en el mismo lugar que el cedente, siéndole

oponibles las excepciones personales que se tiene contra el cedente. El Art. 399

del C.C.C.N. dispone que nadie puede transmitir un derecho mejor ni más extenso

que el que tiene, y recíprocamente, nadie puede adquirir un derecho mejor ni más

extenso que el que tiene el transmitente.

d) Los títulos circulatorios evitan las formalidades que caracterizan los

esquemas del derecho común y confieren garantías razonables contra los riesgos

inherentes a la circulación. Llevan al máximo el encuentro de las coordenadas

básicas para facilitar la circulación: celeridad y seguridad.

FUNCIONES ECONÓMICAS Y JURÍDICAS:

Desde el punto de vista económico, estos títulos facilitan y posibilitan la

circulación de la riqueza. Desde la primitiva letra de cambio, hasta las modernas

obligaciones negociables, este concepto se halla presente indiscutiblemente a


Derecho Empresario. UNIDAD V.
punto tal de ser inimaginable una economía moderna sin la existencia de estos

documentos.

Al respecto Yadarola4 decía que “con ellos se hace circular el crédito, es

decir que una relación estrictamente personal como es la que se establece entre

deudor y acreedor se despersonaliza, deja de lado su carácter de vínculo

personal para transformarse en una relación objetivada en un rectángulo de papel

y así entra a la circulación económica con la misma eficacia circulatoria que las

cosas muebles, pero con mayor seguridad jurídica, desvinculando a cada

acreedor-poseedor del título de las relaciones que los anteriores acreedores

tuvieran con el deudor y asegurando la legitimidad de una adquisición a non

domino aún si el título hubiera sido robado o perdido”.

Además mediante los títulos de crédito se posibilita la concertación de

operaciones pagaderas a plazo, cuyos pagos se documentan precisamente

mediante títulos circulatorios. Posibilita también el acceso rápido al crédito,

especialmente en épocas en que esa alternativa estaba vedada o era sumamente

dificultosa, en las entidades financieras creadas al efecto.

La riqueza circula, representada por títulos que se superponen

materialmente a las cosas: 1. - los patrimonios de las empresas, por acciones; 2. -

los créditos, por debentures o títulos cambiarios o de la deuda pública; 3. - las

mercaderías, por certificados de depósito o cartas de porte; 4. – las reservas de

un país, por papel moneda; 5. – los fondos depositados en los bancos, por

cheques.

Las sociedades por acciones y los entes públicos emiten títulos circulatorios

4
Yadarola, Mauricio, Títulos de Crédito, Ed. Tipográfica Editora argentina, Bs.As. l961
Derecho Empresario. UNIDAD V.
(acciones, obligaciones y títulos del Estado) buscan procurarse capitales

ofreciendo a los ahorristas, grandes y pequeños la posibilidad de invertir útilmente

su dinero.

Los comerciantes, industriales, empleados y obreros compran a crédito y

obtienen dinero en préstamo, documentando su deuda con títulos circulatorios.

La función jurídica de los títulos circulatorios se concreta en otorgar al

tercer poseedor de buena fe, inmunidad respecto de excepciones personales,

sólo admitiendo las defensas que provengan del título o de situaciones procesales

(Art. 1816 y 1821 C.C.C.N.). Y en razón de los principios que veremos más

adelante, se separa el negocio fundamental del cartular, con las ventajas que ello

presupone para la circulación otorgando seguridad al adquirente de buena fe.

Por otra parte la posibilidad de que estos títulos puedan ser cobrados en

caso de falta de pago, mediante la vía rápida del juicio ejecutivo que prevén los

códigos procesales, con restringidas defensas a oponer por el deudor y con la

posibilidad de embargar sus bienes como el primer paso procesal, garantizando al

titular del crédito el cobro, otorga aún más beneficios en su uso.

LEY DE CIRCULACIÓN. LEGITIMACIÓN Y TITULARIDAD

Ley de circulación es la manera o modo en que los títulos se transfieren

según su distinta naturaleza.

La ley de circulación es el complejo de disposiciones que regulan:

a. El modo de sustituir la persona del legitimado

b. Los efectos de la transferencia del documento.

La letra de cambio y el pagaré son títulos a la orden natos y se transmiten


Derecho Empresario. UNIDAD V.
mediante endoso, pudiendo circular por la simple tradición manual si el último

endoso fuese en blanco.

El cheque puede ser nominativo, a la orden o al portador, pero los dos

primeros se transmiten igualmente por endoso. También los cheques al portador

pueden transmitirse por esta vía, pero eso no los convierte en títulos a la orden.

Circulación anómala: Los títulos cambiarios pueden transmitirse con

sujeción a reglas singulares y efectos del derecho común. Podemos distinguir dos

tipos:

1. circulación con efectos limitados

2. circulación anómala propiamente dicha.

Esa propiedad de circulación anómala puede resultar desde el momento

mismo de la creación del título. Ej. Cláusula no a la orden (Art. 12 Dto. 5965/63) o

ser sobreviniente: endoso posterior al vencimiento, endoso posterior al protesto

por falta de pago (Art.21) y endoso posterior a la presentación y rechazo del

cheque o a la expiración del plazo para la presentación.

Cuando la doctrina habla de circulación anómala se refiere al sometimiento a

normas generales del derecho común, lo que significa que el poseedor debe

demostrar el hecho o negocio jurídico en virtud del cual ha obtenido la posesión

del título y los derechos y legitimación de su causante.

Legitimación Cambiaria: es la potestad que la ley confiere a un sujeto –

portador o detentador material del documento- para ejercer los derechos y las

acciones derivadas de un título circulatorio5.

5
BARBIERI, PABLO C. Manual teórico práctico de derecho cambiario. 1ª ed. Buenos Aires, La
Ley, 2012. Pág. 41
Derecho Empresario. UNIDAD V.
Nótese que en el concepto brindado se alude a “potestades para ejercer

derechos y acciones”, prescindiendo de la titularidad de los mismos, de la

propiedad del documento. Ello así por cuanto aún reconociéndose en otra

persona dicha titularidad la ley confiere legitimación cambiaria a sujetos que

detenten materialmente el documento, y que cumplan con ciertas condiciones que

más adelante serán tratadas.

Ha dicho Ferri que "legitimación y titularidad, si bien normalmente coexisten,

no son conceptos coincidentes. Se trata de situaciones jurídicas diversas,

basadas en diversos presupuestos jurídicos. El primero concierne a la potestad

para ejercer el derecho emergente del título; el segundo, a la pertenencia del

mismo: la legitimación compete a quien tiene la investidura formal del título,

aunque el derecho no le pertenezca".

El mismo autor expresa que " puede darse un titular no legitimado, como se

puede dar un no titular legitimado " y que " el ejercicio del derecho, aun por parte

del no titular, se permite mediante la atribución a otros de la legitimación (efecto

positivo del documento) e impide el ejercicio del derecho titular no legitimado y

vacía de contenido la eventual transmisión de la titularidad que éste puede

efectuar a otros, prescindiendo del título (efecto positivo del documento) e impide

el ejercicio del derecho al titular no legitimado y vacía de contenido la eventual

transmisión de la titularidad que éste pueda efectuar a otros, prescindiendo del

título (efecto negativo del documento)" .

La posesión del documento según la ley de circulación habilita para el

ejercicio del derecho con la prescindencia del hecho de que el poseedor sea o no

el titular de él. A su vez, el titular del derecho que no tiene en su poder el

documento no puede ejercer el derecho mencionado en el título.


Derecho Empresario. UNIDAD V.
En definitiva, para dicho autor, el título tiene por función atribuir la

legitimación, pero no su titularidad, de la que la circulación prescinde. Así, puede

haber circulación de la legitimación sin circulación del derecho y viceversa: frente

al deudor solamente tiene eficacia la circulación de la legitimación y de ahí que el

legitimado pueda exigir, aunque no sea titular, y el no legitimado no pueda exigir

aunque sea titular.

Todo el sistema cartular gira en torno a esta dualidad de conceptos y su

relativa independencia: la relevancia de la legitimación y la irrelevancia de la

titularidad.

El Código Civil y Comercial trata el tema de la legitimación cambiaria en dos

artículos: 1817 y 1819, que a continuación analizaremos.

El Art. 1817 dispone: “El deudor que paga al portador del título valor

conforme con su ley de circulación queda liberado, excepto que al momento

del pago, disponga de pruebas que demuestren la mala fe del que lo

requiere. Sin embargo, si el deudor no recibe el título valor, se aplica lo

dispuesto por el artículo 1819”.

La norma determina el efecto liberatorio del pago realizado al portador

legítimo del título valor, aun cuando éste no tuviere el carácter de titular del

derecho. Para ello, es condición la inexistencia de prueba disponible para el que

hace el pago acerca de la ausencia de derecho de quien le requiere el pago.

El efecto liberatorio no se verifica a menos que el que recibe el pago sea

portador legítimo conforme la ley de circulación. De este modo se aprecia lo que

la doctrina ha denominado función bifronte de la legitimación en materia de títulos

valores: la posesión del título valor conforme la ley de circulación no sólo habilita
Derecho Empresario. UNIDAD V.
el ejercicio de los derechos en cabeza del pretenso acreedor, sino que facilita la

liberación del deudor.

El final de la norma trata el caso en que el pago se realice sin la entrega del

título valor y protege al portador posterior de buena fe.

Por su parte, el Art. 1819 C.C.C.N. establece: “quien adquiere un título

valor a título oneroso, sin culpa grave y conforme con su ley de circulación,

no está obligado a desprenderse del título valor y, en su caso, no está sujeto

a reivindicación ni a la repetición de lo cobrado”.

La norma indica un aspecto central de la teoría general de los títulos valores:

la posibilidad de adquisición a non domino, que completa junto al comentado

artículo 1816 el núcleo de la tutela de la posición del adquirente de un título valor

(en las condiciones previstas por el art. 1819). Se puede así distinguir los

conceptos de legitimación y titularidad, relevantes para la adquisición del derecho

incorporado (art. 1819), y la liberación de los obligados en virtud del título valor

(art. 1817).

La legitimación del acreedor cartular deriva de la posesión del título según la

ley de circulación. Las condiciones necesarias varían según los distintos títulos

circulatorios:

1. títulos al portador: queda legitimado por la tenencia y la presentación

del título.

2. títulos a la orden: queda legitimado por la tenencia y presentación del

título en base a una serie continuada de endosos, o por la prueba de ser la misma

persona indicada en el título (portador)

3. títulos nominativos: además de tener y presentar el título, debe


Derecho Empresario. UNIDAD V.
figurar como titular del derecho cartular tanto en el título como en los registros del

emisor.

De acuerdo a lo tratado anteriormente conviene remarcar que la

legitimación funciona independientemente de la titularidad del derecho.

PRINCIPIOS DE LOS TÍTULOS VALORES CARTULARES:

1) AUTONOMIA: el Art. 1816 del C.C.C.N. trata este carácter esencial de los

títulos valores al decir: “el portador de buena fe de un título valor que lo

adquiere conforme con su ley de circulación, tiene un derecho autónomo, y

le son inoponibles las defensas personales que pueden existir contra

anteriores portadores.

A los efectos de este artículo, el portador es de mala fe si al adquirir el título

procede a sabiendas en perjuicio del deudor demandado”.

La doctrina ha fijado el concepto de autonomía diciendo: el derecho que el

título de crédito transmite en su circulación, a cada nuevo adquirente es un es un

derecho autónomo, es decir, desvinculado de la situación jurídica que tenía el

transmitente; de modo que cada nuevo adquirente del título de crédito recibe un

derecho que le es propio, autónomo, sin vínculo alguno con el derecho que tenía

el que se lo transmite, y por ende, libre de cualquier defensa o excepción que el

deudor demandado para el pago,(sea librador, aceptante, endosante o avalista)

podría haber opuesto a un poseedor precedente. En virtud del título el tenedor de

buena fe es titular activo de un derecho propio, que no es el de su antecesor o

antecesores; esta situación lo pone a cubierto de todo riesgo con respecto a la

legitimidad del derecho de quien le transmite el título; de modo tal que si éste no

era un portador legítimo, por ejemplo, porque lo había hurtado, tal situación no
Derecho Empresario. UNIDAD V.
influye en la adquisición que aquel haga de buena fe y su derecho, precisamente

porque es autónomo, es invulnerable a la reivindicación que pudiera iniciar el

propietario despojado.

La autonomía significa que el poseedor – y cada poseedor - tiene un

derecho propio, nuevo, originario y, por lo tanto, no le son oponibles las

excepciones que el deudor podría invocar frente a los anteriores tenedores del

título. En otras palabras, el derecho del poseedor, es autónomo, es originario,

como si el documento hubiera sido creado directamente a favor de él aunque

haya tenido anteriores poseedores. Cada adquirente recibe el título “ex novo”

como si hubiera sido creado para él.

Damos un ejemplo: A firmó un pagaré a favor de B por $ 500, es decir que

A se comprometió a pagar $ 500 a B. B lo endosa a C, C lo endosa a D. El último

endosatario será entonces D. D ha adquirido con ese endoso un derecho

autónomo ¿qué significa? y ¿cuáles la consecuencia de ello? Significa que D le

puede exigir a A la prestación y que A no le podrá oponer a D excepciones que

tengan que ver con sus relaciones con B o C. Supongamos: A no le podrá decir a

D “no le pago $ 500 porque B me debe a mí $ 200 y entonces tengo derecho a

compensar”, porque ello sería una excepción que tiene que ver con una relación

del deudor con su anterior poseedor. Tampoco puede decirle a D: “No le pago a

Ud.. los $ 500 porque hice una dación en pago al Sr. C”.

Este atributo se impone para fomentar la transmisibilidad del documento.

Nadie aceptaría recibir un título valor si los derechos que ese título valor le

concede pudieren verse de algún modo retaceados con excepcionamientos del

deudor basados en sus relaciones con tenedores anteriores.

El Derecho Cartular queda fijado en cada uno de los sucesivos


Derecho Empresario. UNIDAD V.
propietarios, en forma originaria, es decir que cada adquisición del derecho

cartular es independiente de las relaciones extracartulares fundamentales que

puedan haber acompañado las adquisiciones precedentes.

Respecto del tenedor, son irrelevantes las defensas personales que

hubieren podido invocarse frente a cualquiera de los tenedores precedentes.

Desde que el tomador en cuyo favor se emite el título es generalmente parte en la

relación fundamental, se puede decir que la automonía comienza a funcionar a

partir de la primera transferencia sucesiva a la emisión y a favor de los terceros

que hayan adquirido el título de buena fe.

Hay casos en que la autonomía se da sin necesidad de la transferencia del

título por el beneficiario a un tercero. Ej. una letra de cambio en posesión del

tomador, cuyo girado o librador haya sido avalado. La autonomía se da entre

beneficiario y avalista.

El poseedor del título es poseedor de una relación independiente y aislada

de todos los demás. En virtud de este principio no tienen gravitación los vicios de

que pudiera adolecer la voluntad del primitivo librador o endosantes anteriores, y

no pueden oponerse excepciones que correspondan a su antecesor.

Ahora bien, la norma antes transcripta indica las condiciones

necesarias para que se verifique el carácter autónomo del derecho

adquirido: un elemento subjetivo —la buena fe con el alcance referido en la

parte final de la norma— y un elemento objetivo —la adquisición conforme

la ley de circulación—.

El derecho cartular, en virtud del principio de autonomía protege al portador

de buena fe, aunque se trate de títulos robados o perdidos, resultándole


Derecho Empresario. UNIDAD V.
inoponibles las excepciones personales que se tuvieran contra los anteriores

portadores del título.

La autonomía del derecho del poseedor legítimo de un título de crédito lo

coloca en la situación en que se hallaría se hubiese contratado directamente con

el librador y recibido de él el título. Esta situación se denomina adquisición

originaria del derecho y se contrapone a la adquisición derivada

2) NECESIDAD: el Art. 1830 del C.C.C.N. dispone: “los títulos valores

cartulares son necesarios para la creación, transmisión, modificación

y ejercicio del derecho incorporado”.

La posesión del documento es indispensable para ejercer el derecho que

en él se consigna. No hay derecho sin título. No se puede ser titular del derecho

mencionado en el título si no se dispone del mismo. Transmitiendo el documento

se transmite el derecho que él contiene. Mientras existe el documento, existe el

crédito en él establecido y éste al circular, lleva consigo el derecho que contiene.

Quien pretenda ejercer el derecho consignado en un título, debe demostrar

que lo tiene y esto se realiza a través de la exhibición del mismo al momento de

exigir la prestación debida. Quien posea el título y lo exhiba ante el obligado, es el

sujeto legitimado para recibir la prestación, por eso se dice que los títulos valores

son títulos de presentación. Además, cuando la prestación contenida en el

título se cumple, el portador debe entregarlo al deudor para que no siga

circulando y el deudor no quede expuesto a que se le reclame nuevamente la

prestación. Por eso se dice también que los títulos valores son títulos de rescate.

En otras palabras, del principio de necesidad se sigue que el poseedor

calificado del título (el portador conforme a la ley de circulación) —como el


Derecho Empresario. UNIDAD V.
poseedor de una cosa mueble— queda eximido de probar su derecho

(legitimación activa), y por otro lado, el pago hecho de buena fe al poseedor

calificado del documento libera al deudor (legitimación pasiva).

3) LITERALIDAD: “el tenor literal del documento determina el alcance y las

modalidades de los derechos y obligaciones consignadas en él, o en su

hoja de prolongación” (Art. 1831 C.C.C.N.).

La literalidad del título valor significa que el tenor de las declaraciones

incluidas en el documento señalan el contenido, y al mismo tiempo los limites, de

la pretensión del portador.

La literalidad constituye en este sentido una regla de protección --del

deudor, que lo pone al reparo de cualquier reclamo que no corresponda con el

contexto documental.

Así, el acreedor no podrá invocar sino lo escrito, y el deudor pagará bien y

quedará liberado si paga la obligación asumida en los términos en que está

escrita en el documento. Queda vedada en consecuencia toda posibilidad de

acudir a otros elementos que sean extraños al título, o que, al menos, no estén

expresamente indicados en él.

Puede también afirmarse que la literalidad cumple una doble función. Por

un lado, contribuye a la certeza en la adquisición del derecho, al determinar la

existencia, contenido, extensión y modalidades del derecho del portador.

Por el otro, es un instrumento de tutela del deudor cartular, el que queda al

margen de cualquier pretensión que no encuentre correspondencia con el

contenido del documento. La doble función o bilateralidad de la literalidad

encuentra su justificación en la circunstancia de que toda disminución o


Derecho Empresario. UNIDAD V.
modificación del derecho incorporado se debe fundar en la expresión textual del

documento, siendo irrelevantes los posibles elementos extracartulares.

La literalidad no se presenta con iguales rasgos en todos los títulos valores.

Existen algunos en los cuales los derechos del poseedor no resultan de los

enunciados del título y deben completarse con los enunciados de otros

documentos. Ejemplo de estos títulos son las acciones.

En otras palabras, el acreedor no puede invocar derechos y el deudor no

puede oponer al tercer poseedor de buena fe excepciones que no estén

fundamentadas exclusivamente en el texto del título.

Es claro que la literalidad al igual que la abstracción-desvinculación del

título de su causa- despliega toda su eficacia, en las relaciones del deudor con los

terceros portadores de buena fe a quienes aquél no puede oponer las relaciones

que determinaron la emisión del título ni ninguna otra que no sea derivada de sus

directas relaciones con el poseedor; aquí la literalidad tiene un sentido material,

esto es, sirve para fijar el alcance y contenido de la relación jurídica

con prescindencia de cualquier otra vinculación patrimonial que hubiera existido

entre deudor y primer tomador: el derecho existe por virtud del título mismo, que

tiene así eficacia constitutiva

La literalidad se justifica por la necesidad de proteger al tercer poseedor

legitimado y de buena fe.

De este principio derivan otros dos: solemnidad y completividad.

4) SOLEMNIDAD: los títulos valores son documentos solemnes. La

solemnidad está consagrada en el artículo 2 del Decreto Ley 5965/63 que

dispone: “El título al cual le falte alguno de los requisitos enumerados en el


Derecho Empresario. UNIDAD V.
artículo precedente no es letra de cambio, salvo los casos que se

determinan a continuación”.

Como se desprende de la norma, la solemnidad alcanza al documento y a

los actos que pueden existir en torno a un título valor, por ejemplo, el acto de

endoso, el acto de aval, el acto de pago y el acto de aceptación. Tanto el

documento como cada uno de estos actos deben contener determinadas

menciones y llenar determinados requisitos. Por eso, se dice que unos y otros son

solemnes.

La falta de un requisito formal torna ineficaz al título. En otras palabras, si

un título valor carece de una mención esencial será inhábil y el obligado por el

título, podrá oponer la excepción de inhabilidad de título en el juicio que se le

promueva.

El artículo 2 dispone una salvedad. Dice: “salvo los casos que se

determinan a continuación”. Esto significa que, en algunos casos, la Ley autoriza

a no incluir una determinada mención porque se crea una presunción para suplir

la omisión del suscriptor. En los casos en que hay presunciones legales para

llenar los vacíos de menciones exigidas por la Ley, no hay problema si falta esa

mención.

También el Código Civil y Comercial se refiere a esta característica al

prescribir en su Art. 1833 “cuando por ley o por disposición del creador, el

título valor debe incluir un contenido particular con carácter esencial, no

produce efecto cuando no contiene esas enunciaciones.

El título valor en el que se omiten las referidas menciones al tiempo

de su creación, puede ser completado hasta la fecha en que debe cumplirse


Derecho Empresario. UNIDAD V.
la prestación, excepto disposición en contrario”.

La norma priva de eficacia como título valor al documento carente de

alguna mención de disposiciones legales particulares —o para el caso de títulos

valores atípicos, la voluntad del creador— que resulte esencial.

Asimismo, se prevé la posibilidad de integración del documento carente de

las exigencias indicadas hasta el tiempo de la exigibilidad del derecho

incorporado, siempre en ausencia de regla legal o convencional en contrario.

5) COMPLETIVIDAD: se relaciona con la literalidad, distinguiéndose los

títulos completos e incompletos. En los títulos completos la literalidad es

absoluta; en los títulos incompletos se admite una mención o referencia

extracartular.

La celeridad y la relativa simpleza que requiérela negociación de los títulos

circulatorios, determinó que fuera necesario eliminar la mayor cantidad de

obstáculos posibles para impedir el cumplimiento de tales objetivos. De allí que

haya surgido el carácter de completividad cambiaria.

La completividad implica que el título circulatorio se basta a sí mismo. En

otras palabras, no se requiere de ningún otro documento extraño a ese

documento para que su portador legitimado pueda ejercer los derechos y

acciones que de él derivan6.

La letra de cambio, el pagaré y el cheque participan de este principio.

6) ABSTRACCIÓN: Todo negocio jurídico debe responder a una causa

legítima, típica o atípica (según Art. 726 C.C.C.N).

6
BARBIERI, PABLO C. Manual teórico práctico de derecho cambiario. 1ª ed. Buenos Aires, La
Ley, 2012. Pág. 33
Derecho Empresario. UNIDAD V.
Ahora bien, con el objetivo de garantizar la seguridad y la certeza en la

negociación de los títulos valores el derecho cartular prescinde de la causa que

motivó su creación.

El carácter de abstracción cambiaria determina que la causa o

negocio jurídico subyacente que da origen a la creación o adquisición de un

título circulatorio, es irrelevante jurídicamente, a los fines cambiarios, esto

es, a la exigencia del cumplimiento del derecho de crédito inserto en dicho

título.

El concepto de abstracción, lo mismo que el de autonomía, puede ser

invocado solamente por:

a) Quien ha permanecido extraño a la relación extracartular que se le

quisiese oponer como fuente de excepciones causales.

b) Quien haya adquirido el título de buena fe.

Por otra parte la abstracción no debe confundirse con la autonomía. La

primera es únicamente una de las causas por las que se produce el fenómeno

jurídico de la autonomía.

La abstracción es un rasgo propio de las letras, pagarés y cheques.

Cuando se crea un título valor éste se desvincula de la relación fundamental, de

tal forma que el obligado no puede negarse a su cumplimiento invocando esa

relación. A este carácter se llama abstracción.

Por ejemplo, el comprador que ha firmado un pagaré no puede negarse a

su pago, aduciendo que la mercadería vendida no era de la calidad pactada. No

podría decir, después que firmó un pagaré en pago de una computadora, por

ejemplo, “no pago el pagaré porque la computadora tenía un defecto”. En el


Derecho Empresario. UNIDAD V.
momento de exigírsele el pagaré tiene que pagarlo, sin poder excepcionarse con

la relación fundamental.

Reitero que la abstracción es un rasgo de ciertas especies de títulos

valores: de las letras, pagarés y cheques. No es característica de otros títulos

valores. Los títulos valores que no tienen el rasgo de la abstracción se llaman

causados. Son títulos valores causados la factura, la carta de porte, los

conocimientos.

Hay quienes sostienen que la abstracción no juega entre las partes del

negocio fundamental. Se argumenta que la abstracción se justifica para facilitar la

trasmisión del título, pero que no se justifica cuando el título no sale de las manos

del primer poseedor. Los efectos de la abstracción en esta tesis, se aplican frente

a los terceros, adquirentes del título pero no operan con respecto al primer

acreedor, que a la vez es parte en el negocio fundamental. Se argumenta en

favor de esta tesis, con razones de economía procesal, porque la admisión de

excepcionamientos fundados en la relación fundamental permiten que en una sola

contienda se resuelvan los problemas del título valor y los de la relación

fundamental.

Otros se inclinan por la tesis que sostiene que las relaciones

extracartulares no pueden invocarse por el deudor en ningún caso, ni aun cuando

quien se presenta a cobrar el título valor sea el primer tomador del documento con

quien el librador celebró el negocio extracartular que le dio causa.

¿En qué se diferencian la autonomía y la abstracción?

1. Autonomía del derecho

La definición de Vivante establece que el título valor consigna un derecho


Derecho Empresario. UNIDAD V.
autónomo. La autonomía, en los títulos valores, es un concepto que califica el

derecho consignado en el título valor, el derecho que tiene el poseedor del título

valor. Significa que el poseedor – y cada poseedor – tiene un derecho propio

nuevo, originario y, por lo tanto, no le son oponibles las excepciones que el

deudor podría invocar frente a un antecesor en la posesión.

El tenedor del título valor tiene un derecho autónomo frente al obligado

cambiario. Su derecho es autónomo de relaciones del obligado cambiario con

anteriores tenedores, como si el documento hubiera sido creado directamente a

favor del poseedor, aunque haya tenido anteriores poseedores. Se entiende que

cada poseedor adquiere el título “ex novo”, como si fuera originariamente.

El adquirente no se subroga en la posición de su enajenante. En

consecuencia, el deudor no puede oponer al tenedor que pretende el pago,

excepciones que son personales a los poseedores precedentes del título.

De esta forma, los títulos valores se diferencian de cualquier otra relación

crediticia. Cuando se trata de un crédito emergente de un contrato, el acreedor

puede ceder su crédito; pero cuando cede el crédito se coloca al cesionario en la

posición del cedente y el cesionario no tiene, entonces, un derecho autónomo

contra el deudor de esa relación crediticia. El deudor tiene derecho a oponerse a

la cesión y luego plantear al cesionario las excepciones que habría podido invocar

frente al cedente porque el derecho del cesionario es un derecho derivado del

derecho del cedente.

2. Autonomía de las obligaciones

El rasgo de la autonomía recogido en la definición dada está referida al

derecho cartular. Ahora vamos a referirnos a la autonomía de las obligaciones.


Derecho Empresario. UNIDAD V.
Cada persona que firma un título valor contrae una obligación que es

independiente de las obligaciones contraídas por los demás obligados. En

consecuencia, tales obligaciones no están afectadas por circunstancias que

invaliden la obligación de otros. Por ejemplo, si el librador era incapaz ello no

invalida la obligación contraída por un endosante.

De manera que cuando se trata de la autonomía de los títulos valores, se

debe recordar y no confundir los dos conceptos de autonomía. Hay una

autonomía para el derecho y una autonomía para las obligaciones.

Por efecto de la autonomía de la obligación, se fortalece la posición del

tenedor. El obligado cartular demandado no puede oponerse al pago alegando

como excepción la nulidad de las obligaciones suscritas por otros firmantes.

Veamos un ejemplo. Un pagaré es firmado por el librador y pueden firmarlo

también varios endosantes y puede ser firmado por un avalista. Cuando decimos

que sus obligaciones son autónomas significamos que cada uno se obliga con

independencia del otro y que, si hay una circunstancia que invalida la obligación

de uno de los firmantes, esa circunstancia no afecta la validez de las obligaciones

de los demás. Así lo establece el art. 7º del decreto ley 5965/63: “Las obligaciones

de los otros suscriptores siguen siendo, sin embargo, válidas”. Supongamos que

un joven de 15 años, firma un pagaré. No está capacitado para firmar pagarés. Si

ha firmado un pagaré su obligación será nula aplicándose la disciplina de las

nulidades del Código Civil y Comercial. El menor firma el pagaré a favor de A y

luego A lo endosa a favor de X; al vencimiento, X reclama el pago al librador y su

representante legal podrá alegar que su obligación es nula, en razón de su

incapacidad; pero A no podrá alegar la incapacidad del librador, para librarse de

su responsabilidad como endosante, porque cada obligación es autónoma y la


Derecho Empresario. UNIDAD V.
invalidez de una obligación no afecta la validez de las otras obligaciones.

TITULOS IMPROPIOS Y DOCUMENTOS DE LEGITIMACIÓN:

El Art. 1835 del C.C.C.N establece: “las disposiciones de este capítulo no

se aplican a los documentos, boletos, contraseñas, fichas u otros comprobantes

que sirven exclusivamente para identificar a quien tiene derecho a exigir la

prestación que en ellos se expresa o a que ellos dan lugar, o a permitir la

transferencia del derecho sin la observancia de las formas propias de la cesión”.

La norma indica la no aplicación de las disposiciones sobre títulos valores a

los documentos de legitimación y títulos impropios, los que se excluyen de la

categoría de títulos valores.

Los títulos impropios son los que permiten la transferencia del derecho

sin la observancia de las formas propias de la cesión.

El título impropio aun facilitando la circulación del derecho sin el

cumplimiento de las formalidades de la cesión, no otorga al portador un derecho

autónomo ni permite su adquisición a non domino, exponiéndolo en consecuencia

a todas las excepciones oponibles a portadores anteriores.

Son ejemplos de estos títulos la letra de cambio o el pagaré endosado

luego de su protesto o vencimiento (art. 21 decreto-ley 5965/63), del cheque luego

de su presentación al pago y rechazo (art. 22 de la ley 24.452.

Los documentos de legitimación son los que sirven exclusivamente para

identificar a quien tiene derecho a exigir la prestación que en ellos se expresa o a

que ellos dan lugar. Agota su función en facilitar la identificación, por vía

posesoria, de quien tiene derecho a una prestación derivada de una relación

contractual.
Derecho Empresario. UNIDAD V.
Tampoco en esta especie está presente la autonomía en la adquisición del

derecho. Estos documentos agotan su misión y sus efectos en la llamada

legitimación pasiva, esto es en el sentido de conferir eficacia liberatoria al

cumplimiento que realice el deudor de buena fe en manos del poseedor del

documento.

Son ejemplos de documentos de legitimación las contraseñas de equipaje,

entradas de espectáculos, billetes de lotería o apuesta.

CLASIFICACIÓN:

I. – Obligación de dar sumas ciertas de dinero o de otra naturaleza:

a.- Títulos cambiarios

b.- Títulos representativos

c.- Títulos de participación.

II.- Creados por un ente de Derecho Público o por Persona Jurídica Privada:

a.- Títulos Públicos

b.- Títulos Privados

III.- Lugar de emisión:

a.- Títulos nacionales

b.- Títulos extranjeros

IV.-Dar sumas de dinero:

a.- Títulos de pago

b.- Títulos de crédito

V.- Si contienen o no una declaración que responda a un sistema legislativo:


Derecho Empresario. UNIDAD V.
a.- Títulos nominados

b.- Títulos innominados

VI.- Si incorporan un solo derecho y una sola obligación o varios derechos y

obligaciones:

a.- Títulos simples (de crédito)

b.- Títulos complejos (acciones)

VII.- Según la forma de circulación:

a.- Títulos nominativos

b.- Títulos a la orden

c.- Títulos al portador

VIII.- Según su vinculación con la causa que les dio origen:

a.- Causales

b.- Abstractos

A) Títulos cambiarios: son los que contienen una obligación de dar una suma

determinada de dinero. Dentro de ellos podemos clasificarlos en:

* Títulos de crédito: son aquellos en los que la declaración cartular resulta como

consecuencia de una operación de crédito típica, es decir el cambio de una

prestación presente por la promesa de una contraprestación futura. Ej. Pagaré,

Letra de cambio, Factura de crédito, Cheque de pago diferido.

* Títulos o instrumentos de pago: cuando el objeto de este título es facilitar un

pago, una cancelación, Ej. Cheque común.

B) Títulos representativos: cuando el documento incorpora derechos de créditos


Derecho Empresario. UNIDAD V.
de determinados servicios o derecho de posesión y disposición de determinadas

mercaderías.

C) Títulos de participación: Son aquellos que confieren a su poseedor

legitimado la condición de socio de una sociedad por acciones.

Clasificación del C.C.C.N.: según la vinculación entre derecho y documento

CARTULARES: existe un documentos que es parte inescindible del título

valor en su creación y circulación. Es por ello que el C.C.C.N. comienza la

sección “títulos valores cartulares” refiriéndose al principio de necesidad

(ver Art. 1830).

NO CARTULARES: son títulos desmaterializados o desincorporados. Por

desmaterialización se entiende la prescindencia del documento como

soporte material del derecho, el que, manteniendo su carácter de

autónomo, se transmite con base en la información contenida en registros

informáticos o de otro tipo.

Los títulos valores no cartulares son aquellos en los que uno o varios sujetos,

a partir de una declaración expresa de voluntad, asumen una obligación

incondicional e irrevocable, confiriendo a quien resulte legitimado un derecho

autónomo que no se encuentra incorporado a un documento, sino que surge del

instrumento de creación y queda reflejado en los registros del emisor o de quien

los lleve en su nombre. Ejemplo de estos títulos son las acciones escriturales (ver

Art. 215 LGS).

MOMENTO EN QUE SE PERFECCIONA EL ACTO CAMBIARIO:

No existe duda que la obligación cambiaria asumida por el deudor en el

libramiento de un título de crédito en general sea esencialmente unilateral. La


Derecho Empresario. UNIDAD V.
voluntad de vincularse es suficiente para hacer nacer esa relación, y una vez que

se ha manifestado concretamente, desarrolla plena eficacia frente a todos

aquellos que lleguen a encontrarse en la legítima posesión del título.

En otras palabras, la voluntad del emitente es suficiente para el

perfeccionamiento de la obligación que asume por ella, y no es necesaria la

concurrencia de la voluntad del sujeto activo del vínculo. Este último derivará su

derecho del solo hecho de tener la disponibilidad del documento.

Pero cabe preguntar ¿en qué momento se perfecciona esta obligación? ¿A

partir de qué instante queda obligado por la concurrencia de su sola voluntad el

emitente? La determinación del momento en que nace el derecho cartular tiene

proyecciones prácticas de interés por ejemplo para determinar en qué momento

deben computarse los recaudos de capacidad del librador del documentos.

Si bien en algún momento la doctrina se dividió para contestar estos

interrogantes, tiene preferencia doctrinaria en nuestro país la teoría de la

creación, para la cual la obligación cartular cobra vida con la confección gráfica

del título. En posición minoritaria, otros se han enrolado en la teoría de la

emisión, posición que estima que el derecho cartular se perfecciona cuando el

documento es transferido por su creador a otra persona.

DEFENSAS OPONIBLES:

El art. 1821 del C.C.C.N enumera las defensas que puede oponer el deudor al

portador del título valor, y se resalta que sólo esas puede oponer. Analizamos a

continuación cada una de ellas:

a) Las personales que tiene respecto de él, excepto el caso de

transmisiones en procuración o fiduciarias con análoga finalidad;


Derecho Empresario. UNIDAD V.
La posibilidad de exclusión de excepciones por parte del portador del título

valor requiere ineludiblemente la calidad de tercero (esto es la ausencia de

vinculación directa con el deudor demandado) y la verificación de los recaudos

generales establecidos en los artículos 1816 y 1819 del C.C.C.N.

Entre partes, la regla de derecho sustancial es la oponibilidad ilimitada de

excepciones. La exclusión de excepciones no alcanza a las situaciones o

relaciones jurídicas existentes en las que son partes el portador legítimo y el

deudor demandado.

La excepción de las transmisiones en procuración o fiduciarias tiene razón de

ser en que el adquirente en procuración (o a título fiduciario con finalidad similar)

no tiene un interés económico propio que pudiera hacerlo ajeno a las excepciones

oponibles al transmitente (mandante o fiduciario). Es por ello que en este caso le

serán oponibles las excepciones personales de su transmitente, y no las que se

verificaren a su respecto.

b) Las que derivan del tenor literal del título o, en su caso, del tenor del

documento inscripto de conformidad con el artículo 1850;

Se incluyen en este inciso los defectos de contenido mínimo de título valor y

en general toda discordancia entre la pretensión del portador y las circunstancias

particulares de la obligación incorporada o correspondiente al título valor.

Es una manifestación directa de la nota de literalidad (Art. 1831 del C.C.C.N.)

c) Las que se fundan en la falsedad de su firma o en un defecto de

capacidad o representación al momento en que se constituye su

obligación, excepto que la autoría de la firma o de la declaración

obligatoria sea consentida o asumida como propia o que la actuación


Derecho Empresario. UNIDAD V.
del representante sea ratificada;

La nota común de las defensas ahora analizadas es la existencia de una

circunstancia que hace jurídicamente inviable la atribución de responsabilidad por

el pago de la obligación incorporada o correspondiente al título valor a un sujeto

determinado.

d) Las que se derivan de la falta de legitimación del portador;

La legitimación o el carácter de portador legítimo es una circunstancia objetiva

observable del documento.

e) La de alteración del texto del título o, en su caso, del texto inscripto

según el artículo 1850;

Este inciso se refiere a la alteración del texto del título (títulos valores

cartulares) o del documento inscripto conforme al artículo 1850 (títulos valores no

cartulares).

f) Las de prescripción o caducidad;

La prescripción aludida por la norma es la extintiva o liberatoria (arts. 2554 y

ss. del C.C.C.N.).

Las normas principales que disponen la caducidad en materia de títulos

valores corresponden al decreto-ley 5965/63 (art. 57) y a la ley 24.452 (art. 38).

g) Las que se fundan en la cancelación del título valor o en la

suspensión de su pago ordenada conforme a lo previsto en este

Capítulo;

La cancelación del título valor importa la anulación de la legitimación del

portador, quien mantiene un derecho residual ajeno al título valor, para


Derecho Empresario. UNIDAD V.
reembolsarse del cancelante.

h) Las de carácter procesal que establecen las leyes respectivas.

Lo que la norma afirma es que en los casos en los que los ordenamientos

locales prevén limitación de excepciones, esa circunstancia habrá de ser

respetada y prevalecerá sobre el elenco de excepciones oponibles de los demás

incisos del artículo 18217.

7
Código civil y comercial de la Nación comentado/ dirigido por Ricardo Luis Lorenzetti- 1ª ed. Santa
Fe: Rubinzal- Culzoni, 2015. Tomo VIII, Art. 1821, pág.790.

Potrebbero piacerti anche