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260 p.
ISBN 978-670-7599-03-6
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
5
La Justicia Constitucional en las Entidades Federativas
Relatorías
Primera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243
Segunda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 246
Tercera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
Cuarta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257
PRESENTACIÓN
7
Presentación
yen, de manera resumida, los puntos torales que epuso cada uno de los
participantes durante su intervención, así como de los comentaristas.
Con ello, el Tribunal Electoral se une a las celebraciones y rinde un
sincero y sencillo reconocimiento a aquellas generaciones de arquitectos
constitucionales, la liberal del medio siglo XIX y la revolucionaria de
inicios del siglo XX.
Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación
8
EL CONGRESO CONSTITUYENTE
DE QUERÉTARO (1916-1917)
Manuel González Oropeza*
9
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
cuyo jefe había sido Gustavo Madero, por lo que se les conoció en
el Constituyente como el “grupo renovador”. Su cercanía al pre-
sidente Madero y al entonces gobernador Carranza era patente, y
en febrero de 1913 acusan al diplomático norteamericano Henry
Lane Wilson de haber fraguado los trágicos sucesos ocurridos en
las sesiones de la XXVI Legislatura: una iniciativa para evitar que
los militares en servicio activo participen en la política, lo cual
resultaba coincidente con la ideología de Carranza.”
Este principio que se reitera en el teto constitucional es aceptado
incluso por Obregón, cuando el 19 de noviembre de 1916 emite un
acuerdo por el que prohíbe, de acuerdo con la Ordenanza General del
Ejército, que los militares con mando efectivo de fuerzas se postulen
para puestos de elección popular. Por ello, Álvaro Obregón fue el gran
ausente del Congreso.
Según Palavicini, tanto Obregón como el secretario de Goberna-
ción, Jesús Acuña, trataron de boicotear las credenciales de los reno-
vadores, se atribuye incluso un telegrama del secretario de Guerra y
Marina, Obregón, dirigido al Congreso Constituyente ya instalado
desde el 20 de diciembre de 1916 en el que manifestaba que esos pre-
suntos diputados habían servido a Huerta en su golpe contra Madero.
Carranza tiene que desmentir públicamente a Obregón, y desde la es-
tación ferroviaria de Carrasco envió otro telegrama el 23 de diciembre
en el que eplicaba que él había pedido a los diputados renovadores,
a través de Eliseo Arredondo, que permanecieran en el Congreso des-
pués del golpe de Huerta para oponer resistencia al gobierno ilegíti-
mo. El telegrama es leído en la sesión del 25 de noviembre de 1916. El
constituyente Alfonso Cravioto amplía la eplicación de Carranza y
argumenta que si bien aceptaron la renuncia de Madero y Pino Suárez,
lo hicieron a ruego de Jesús M. Aguilar, quien era familiar de Madero,
ya que temía que, en caso contrario, Huerta disolvería el Congreso y
asesinara al presidente y vicepresidente, tal como desafortunadamente
5 Palavicini, Félix, Los diputados, Fondo para la Historia de las Ideas Revolucionarias,
1976, p. 394 (edición facsimilar de 1913).
8 Ferrer Mendiola, Crónica del Constituyente, 2a. ed., Instituto Nacional de Estudios
Históricos de la Revolución Mexicana, 1987, p. 43.
27
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
cana, vamos a encontrar que también ya hay visos ahí de lo que van
a ser los derechos del hombre. Pero estamos en un momento previo
al Méico independiente, es apenas el momento en que se están dis-
cutiendo las ideas. Aunque parezca descabellado, hay todo un debate
ideológico entre los miembros de la insurgencia, debate que se da
entre las escarpadas montañas del sur, a salto de mata, y que no será
concluido, aunque está ya esbozado en los mencionados documentos
preconstitucionales.
Nosotros tendremos que pensar los derechos del hombre a partir,
y desgraciadamente esa es la visión que tenemos, de la primera Cons-
titución del Méico independiente, la Constitución de 1824.
En la Constitución de 1824 vamos a encontrar un fenómeno muy
curioso en su redacción, sobre todo al compararla con las Constitucio-
nes contemporáneas: la circunstancia especial de que no aparecen los
derechos humanos, no aparecen derechos del hombre consignados.
¿Por qué? Porque de alguna manera se está siguiendo el modelo nor-
teamericano, el modelo originario estadounidense, donde la Consti-
tución no los recoge, a pesar de que en la Convención de Filadela se
discutió sobre su inclusión.
La Constitución estadounidense no reconoce un catálogo de de-
rechos. Éste será adicionado posteriormente a través de enmiendas en
1791, el conocido Bill of Rights. Nosotros tomamos en parte ese modelo,
pero además ese modelo de alguna manera se confunde con el norte-
americano, porque lo que sí vemos es que hacia 1825, 1826, 1827, 1828,
las constituciones locales de los nuevos estados sí van a contemplar
catálogos de derechos humanos.
De esta forma, en 1824 encontramos un primer modelo de regu-
lación constitucional de los derechos del hombre, el modelo consis-
tente en que la Constitución federal no los recoge, mientras que las
Constituciones de los estados sí recogen toda esa preceptiva que con-
forma acervos diferenciados según se trate de una entidad u otra. En
este primer momento son los estados de la naciente Federación los
encargados de establecer el catálogo de derechos y, si fuera el caso, los
mecanismos para su protección.
ANEXO:
DERECHOS DEL HOMBRE EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, DE 1857
Título I
Sección I. De los Derechos del Hombre
Artículo 1
El pueblo meicano reconoce, que los derechos del hombre son
la base y el objeto de las instituciones sociales. En consecuencia
declara, que todas las leyes y todas las autoridades del país,
deben respetar y sostener las garantías que otorga la presente
Constitución.
Artículo 2
En la República todos nacen libres. Los esclavos que pisen el
territorio nacional, recobran, por ese solo hecho, su libertad,
y tienen derecho a la protección de las leyes.
Artículo 3
La enseñanza es libre. La ley determinará qué profesiones ne-
cesitan título para su ejercicio, y con qué requisitos se deben
epedir.
Artículo 4
Todo hombre es libre para abrazar la profesión, industria o trabajo
que le acomode, siendo útil y honesto, y para aprovecharse de sus
productos. Ni uno ni otro se le podrá impedir, sino por sentencia
judicial cuando ataque los derechos de tercero, o por resolución
gubernativa dictada en los términos que marque la ley, cuando
ofenda los de la sociedad.
Artículo 5
Nadie puede ser obligado a prestar trabajos personales, sin la justa
retribución y sin su pleno consentimiento. La ley no puede autorizar
ningún contrato que tenga por objeto la pérdida o el irrevocable
sacricio de la libertad del hombre, ya sea por causa de trabajo, de
educación o de voto religioso. Tampoco puede autorizar convenios
en que el hombre pacte su proscripción o destierro.
Artículo 6
La manifestación de las ideas no puede ser objeto de ninguna
inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que
ataque la moral, los derechos de tercero, provoque algún cri-
men o delito, o perturbe el orden público.
Artículo 7
Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre
cualquiera materia. Ninguna ley ni autoridad puede establecer
la previa censura ni eigir anza a los autores o impresores,
ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene más límite que
el respeto a la vida privada, a la moral y a la paz pública. Los
delitos de imprenta serán juzgados por un jurado que calique
el hecho, y por otro que aplique la ley y designe la pena.
Artículo 8
Es inviolable el derecho de petición ejercido por escrito, de
una manera pacíca y respetuosa; pero en materias políticas
sólo pueden ejercerlo los ciudadanos de la República. A toda
petición debe recaer un acuerdo escrito de la autoridad a quien
se haya dirigido, y ésta tiene obligación de hacer conocer el
resultado al peticionario.
Artículo 9
A nadie se le puede coartar el derecho de asociarse o de reunirse
pacícamente con cualquier objeto lícito; pero solamente los
ciudadanos de la República pueden hacerlo para tomar parte
en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión armada
tiene derecho de deliberar.
Artículo 10
Todo hombre tiene derecho de poseer y portar armas para su
seguridad y legítima defensa. La ley señalará cuáles son las
prohibidas y la pena en que incurren los que las portaren.
Artículo 11
Todo hombre tiene derecho para entrar y salir de la Re-
pública, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin
necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto
u otro requisito semejante. El ejercicio de este derecho no
perjudica las legítimas facultades de la autoridad judicial o
administrativa, en los casos de responsabilidad criminal
o civil.
Artículo 12
No hay ni se reconocen en la República, títulos de nobleza, ni
prerrogativas, ni honores hereditarios. Sólo el pueblo, legíti-
mamente representado, puede decretar recompensas en honor
de los que hayan prestado o prestaren servicios eminentes a la
patria o a la humanidad.
Artículo 13
En la República Meicana nadie puede ser juzgado por leyes
privativas, ni por tribunales especiales. Ninguna persona ni
corporación puede tener fueros, ni gozar emolumentos que no
sean compensación de un servicio público, y estén jados por
la ley. Subsiste el fuero de guerra solamente para los delitos y
faltas que tengan eacta coneión con la disciplina militar. La
ley jará con toda claridad los casos de esta ecepción.
Artículo 14
No se podrá epedir ninguna ley retroactiva. Nadie puede ser
juzgado ni sentenciado, sino por leyes dadas con anterioridad al
INTRODUCCIÓN
43
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
Revista Justicia Electoral 2002, Suplemento 5, pp. 24-25, Sala Superior, Tesis
S3ELJ 21/2001, Compilación Ocial de Jurisprudencia y Tesis Relevantes 1997-
2005, pp. 234-235.
Publicada en el Diario Ocial de la Federación el 22 de noviembre de 1996.
¹ Véase al respecto, entre otros autores a Galván Rivera, Flavio, Derecho Procesal Electoral
Mexicano, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, México, 2000.
¹
Ojesto Martínez Porcayo, Fernando, Evolución de la Justicia Electoral en México.
Evolución de la Justicia Electoral en México, en Alemania y en España. La Presencia
Internacional del Tribunal Electoral y sus Magistrados. Cuaderno 3. Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación, México, 2003, pp. 121 y ss.
lidad política del país por esa época. En realidad estas leyes siguen las
directrices marcadas por las Constituciones de 1812 y de 1814.
No obstante, en 1830 se cambió la demarcación geográco-polí-
tica de parroquia, por la de sección electoral a cargo de un comisionado,
mismo que era responsable de la entrega de las boletas electorales a
los electores y de conformar el padrón electoral; este instrumento se
estableció en esa misma ley. Por lo tanto, el ciudadano podía reclamar
la entrega de su boleta electoral y su inclusión o eclusión indebida en
el padrón, respecto de la sección electoral correspondiente. Tal recla-
mación la resolvía el órgano encargado de efectuar las elecciones, es
decir, la Junta Electoral Primaria, en el entendido de que su decisión
era denitiva e inatacable.
En 1843 las Bases Orgánicas de la República Meicana, todavía
centralista, presentaron causales de nulidad de elección, señaladas en
su artículo 168, mismas que pueden agruparse de la siguiente manera:
1) Por falta de cumplimiento de requisitos para ser elegido en el cargo al
que se aspira, 2) Por la intervención o violencia de las fuerzas armadas
durante la jornada electoral, 3) Por falta de la mayoría absoluta que se
requería para algunos cargos, y 4) Por error o fraude en el cómputo
de los votos. Resulta interesante anotar que en este documento, el tí-
tulo VIII que contiene todas estas disposiciones, se denomina “Poder
Electoral”.¹
Más tarde, en el Acta Constitutiva y de Reformas de 1847, es-
tablecía que los derechos del ciudadano se suspenden por ser ebrio
consuetudinario o tahúr de profesión o vago; por el estado religioso,
por el de interdicción legal; en virtud de proceso sobre aquellos delitos
por los cuales se pierde la cualidad de ciudadano y por rehusarse, sin
ecusa legítima, a servir los cargos públicos de nombramiento popular.
Sin embargo, el ciudadano afectado al respecto podía ser rehabilitado
por el Congreso general.¹
Dentro del marco referencial de la lucha entre los liberales y los con-
servadores, surge este documento constitucional, el que en su momento
determinó un verdadero paradigma dentro de la vida político-jurídica del
país. Debe recordarse que la última dictadura del Presidente Santa Anna
hizo proclive la unión en su contra de los grupos radical y moderado del
llamado partido liberal.¹ Lo que produjo un levantamiento armado de
considerable importancia, que se inició en el sur de Méico y que se conoce
como la Revolución de Ayutla, encabezada por Juan Álvarez e Ignacio
Comonfort y que terminó por derrocar al dictador, para establecer un
régimen liberal, que encabezó nalmente el propio Comonfort.
El triunfo de la Revolución de Ayutla trajo como consecuencia la
elaboración de una nueva Constitución que debería contener la organi-
zación del Estado meicano sobre las bases liberales que proclamaba el
grupo en el poder. Por lo cual, se convocó a un Congreso Constituyente
en 1856 para sesionar en la Ciudad de Méico.
Dada la situación de desorden originada por el mismo movimiento
revolucionario, fue muy difícil integrar el Congreso, el que al n quedó
formado por 78 diputados predominantemente liberales radicales o “pu-
ros”, posición que luego se vio reejada en el teto constitucional que
conformaron.
Entre los miembros más destacados de esta magna asamblea es
posible mencionar a Ponciano Arriaga, José María Mata, Francisco
Zarco, León Guzmán, Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Santos De-
gollado, Ignacio Mariscal, Manuel Doblado, Ignacio L. Vallarta, Vicente
Riva Palacio, Bernardo Couto y José María del Castillo Velasco. Todos
ellos poseedores de una vasta cultura y de especial talento, además
de que tenían un conocimiento muy claro de los grandes problemas
nacionales y de las necesidades sociales del país. Por esa razón se do
de ellos que integraban un Congreso Constituyente ilustrado. El doctor
¹ Si bien, sería hasta mucho después cuando se congurarían realmente estos grupos
políticos, como verdaderos partidos.
tal polémica que nos hizo arribar a la llamada Guerra de Reforma, que
fue una contienda civil de alcances muy graves.
Una de las principales preocupaciones del constituyente en ese
tiempo fue el de señalar con toda claridad los límites de las faculta-
des de cada uno de los tres poderes, en particular el hecho de marcar
contrapesos al Poder Ejecutivo, dado que la dictadura de Santa Anna
fue particularmente oprobiosa.
En la clasicación cronológica de José Luis Rebollo a la que se
hizo alusión, a partir de la epedición de esta Constitución se cons-
tituye la segunda etapa, que comprende desde 1857 hasta 1881, en la
que, entre otras cosas, queda claro que se le otorgaron más facultades
al Poder Legislativo, inclusive compuesto por una sola Cámara, la de
Diputados, y que por lo mismo servía de contrapeso al Poder Ejecutivo.
Así, la diputación federal tenía más injerencia en materia electoral, a
la vez que el Poder Judicial controlaba la constitucionalidad de leyes
y actos de autoridad, tal vez mostrando en ello una clara inuencia
estadounidense. Al respecto, debe considerarse que en el artículo 101
la Constitución de 1857 introdujo el juicio de amparo.
En esta preocupación por equilibrar el ámbito de facultades de los
tres poderes, el Congreso Constituyente privilegió las bondades del
principio de conanza, voluntad colectiva y decisión popular.²¹
No obstante, no todos los constituyentes se mostraron optimistas
frente a los logros que se plasmaban en esta Constitución, y así por
ejemplo Ponciano Arriaga, a propósito del planteamiento del problema
agrario de la época, referente a la inequitativa distribución de la tierra
y la etrema miseria de los campesinos, manifestaba: “Este pueblo, no
puede ser libre, ni republicano y mucho menos venturoso —sentenció—
por más que cien constituciones y millares de leyes proclamen derechos
abstractos, teorías bellísimas, pero impracticables, en consecuencia
del absurdo sistema económico de la sociedad”.²²
como el del general Díaz que se ostentaba como partidario del lema
“Poca política y mucha administración”.
Al momento de desarrollarse el proceso electoral de 1909-1910, y
como consecuencia directa de lo vertido en la entrevista Díaz-Creelman,
se presentó a registrar su candidatura a la Presidencia de la República
el propio Francisco I. Madero, al iniciar una campaña electoral más
o menos eitosa, a pesar de los esfuerzos del régimen para obstacu-
lizarla. Ante esta situación, estando el candidato en Monterrey fue
aprehendido y remitido a la penitenciaria de San Luis Potosí, acusado
de injurias en contra del Presidente Díaz. A raíz de ello, era evidente
que Madero ya no era elegible por estar sujeto a un proceso penal,
lo que aseguraba el triunfo del Presidente en el poder. Tal difamación,
sin embargo, precipitó los acontecimientos, sobre todo cuando Madero
logró emigrar a los Estados Unidos.
A la caída del Presidente Díaz y el ascenso al poder de Francisco I.
Madero el 6 de noviembre de 1911, de inmediato se abocó a proponer
la reforma constitucional respectiva para elevar a ese rango el principio
antirreeleccionista, lo que ocurrió efectivamente el día 27 del mismo
mes de noviembre. En ese conteto, el 18 de diciembre se epidió la
Ley Electoral que ordenaba que se formara una Junta Revisora del Pa-
drón Electoral, la que además de proceder en consecuencia, debía resol-
ver las reclamaciones de los ciudadanos y de los partidos políticos en
lo que toca a las irregularidades cometidas en torno a las elecciones.
En esta ley además, se reguló por primera vez la Constitución y el
funcionamiento de los partidos políticos y se dividía el territorio nacio-
nal en distritos electorales; se ordenaba la publicación de las listas de
empadronamiento y, en tal virtud, los ciudadanos podían impugnarlas,
al igual que el nombramiento de los funcionarios de casilla.
Es curioso que los partidos políticos, entonces de incipiente crea-
ción, elaboraban las boletas electorales, de acuerdo con el modelo que
previamente aprobaba la Secretaría de Gobernación. Igualmente, los
escrutadores de las mesas directivas de casilla eran propuestos por
los partidos contendientes y nombrados por los presidentes muni-
cipales.
V. LA CONSTITUCIÓN DE 1917
VII. CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
HEMEROGRAFÍA
LEGISLACIÓN CONSULTADA
I. LA CUESTIÓN
* Cuenta con el doctorado europeo en Teoría e Historia del Derecho por la Universidad
de Florencia, Italia. Profesor del Programa de Posgrado de la Facultad de Derecho de
la UNAM, Investigador jurisprudencial de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación.
79
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
¹ Gómez Arana, Guillermo, La Constitución de 1857 –una ley que nunca rigió–,
México, Editorial Jus, 1958, p. 11.
² Grossi, Paolo, El orden jurídico medieval, Marcial Pons, Madrid, 1996, p. 101.
qué carácter empuñaran las armas? Ahí está la urna electoral: ella
demuestra la voluntad nacional.”
Sin embargo, no todos estaban de acuerdo con la idea de que la
Constitución por sí misma sería elemento pacicador, es más, en el
mismo día en que se encomiaba su promulgación, el diario daba cuenta
de voces disidentes que tenían un común denominador, el dudoso
origen del documento:
“Sobre la nueva constitución hay varias opciones. Ninguno la tiene
por obra perfecta, ni aún los mismos que la han formado. Unos
creen que esos defectos proceden de que es democrática en dema-
sía; piensan otros que viene de su imperfección de que no se han
consignado en ella todos los principios y todas las consecuencias de
esa democracia. Entre estos contrarios pareceres eiste una opinión
que parece común á todos los bandos, resiente de las circunstancias
etraordinarias de que ha sido hecha.”
Pero como hemos dicho, la jura de la Constitución fue motivo de
celebración, incluso de los festejos más estrafalarios:
“Parece que para solemnizar el juramento de la Constitución se
concederá una amnistía. Un suceso tan fausto no podía ser celebrado
de mejor manera. El Gran Teatro Nacional, ofreció en la noche una
Opera Italiana, La Traviata, como parte de su programa general;
sin ofrecer una gala especial. Según sabemos se está disponiendo
en el teatro Nacional, una escogida y selecta función para celebrar
dignamente el juramento de la constitución. Se ejecutará la mag-
níca ópera La Norma teniendo a su cargo el papel de Oroveso el
Sr. Oaviani.”
Ídem.
El Monitor Republicano, Crónica Parlamentaria, México, domingo 8 de febrero de
1857, p. 4.
El Monitor Republicano, Teatro Nacional, México, martes 10 de febrero de 1857,
p. 3.
12 Ídem.
29 Ídem.
30 Ídem.
V. ANEXO
I. INTRODUCCIÓN
[CSFEQ,II]
Constitución
Diputados
103
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
2 Notarías, Maldonado, 1831, 1832, poder que otorgan los electores del Estado
a los diputados al Congreso general, octubre 8 de 1832, fs. 71v;-82v; y 1833,
vol. II, poder que otorgan los electores del Estado a los diputados al Congreso
general, febrero 18 de 1833, fs. 40f-41f; poder que otorgan los electores del
Estado.
3 “En la ciudad o villa de … a … días del mes de … del año de …. en las salas de ….hallándose
congregados los señores (aquí se pondrán los nombres del presidente y de los electores de
partido que forman la junta electoral de la provincia), dijeron ante mí el infrascrito escribano
y testigos al efecto convocados, que habiéndose procedido con arreglo a la Constitución
política de la Monarquía española, al nombramiento de los electores parroquiales y de
partido con todas las solemnidades prescritas por la misma Constitución, como constaba
de las certicaciones que originales obraban en el expediente, reunidos los expresados
electores de los partidos de la providencia de…. en el día de ….del mes de …. Del presente
año, habían hecho el nombramiento de los diputados que en nombre y representación
de esta provincia han de concurrir a las Cortes y que fueron electos por diputados para
ellas por esta provincia los señores N.N.N., como resulta del acta extendida y rmada por
N.N.; que en su consecuencia les otorgan poderes amplios a todos juntos y a cada uno
de por sí, para cumplir y desempeñar las augustas funciones de su encargo y para que
con los demás diputados de Cortes, como representantes de la Nación española, puedan
acordar y resolver cuanto entendieren conducente al bien general de ella en uso de las
facultades que la Constitución determina y dentro de los límites que la misma prescribe,
sin poder derogar, alterar o variar en manera alguna ninguno de sus artículos bajo ningún
pretexto; y que los otorgasteis se obligan por si mismos y a nombre de todos los vecinos
de esta provincia en virtud de las facultades que le son concedidas como electores
nombrados para este acto, a tener por válido y obedecer y cumplir cuanto como ta-
les diputados de Cortes hicieren y se resolviere por éstas con arreglo a la Constitución
política de la Monarquía española. Así lo expresaron y otorgaron, hallándose presentes
como testigos N.N., que con los señores otorgantes lo rmaron de que doy fe.” Véase
Juan E. Hernández y Dávalos, Historia de la Guerra de Independencia de México, ed.
facsimilar de la de 1878, y. IV, México, INHERM, 1985, p. 94.
CUADRO 1
COMPARATIVO DE LA CONSTITUCIÓN DE 1833 RESPECTO A LA DE 1825
SIMBOLOGÍA
= Exactamente igual.
c. = Variación de una palabra o fecha.
+ Pequeños cambios de redacción, equivalente.
N Nuevo.
Vs. dif. Diferente o contrario.
5 Teoría general del Estado, prólogo y trad. de Fernando de los Ríos, México, FCE,
2004, pp. 472 y 474.
6 Ibídem, p. 531.
Todo sistema político practica un ritual que sirve, entre otras cosas,
para eternar su pensamiento, para acreditar su presencia viva y para
mantener despierta la atención de la ciudadanía. Frente a lo cotidiano,
a lo rutinario, el acto político representa la sublimación del quehacer,
la forma que posibilita adornar lo que de otra manera simplemente
sucede.
7 AHQ, Poder Ejecutivo, 1833, caja 2, informe del jefe político de Santa María del
Pueblito, 17 de diciembre de 1833.
8 DQCC, p. 72.
9 AHQ, Judicial, Penal, 1833, legajo 1, exp. Núm. 30, Criminal contra Cipriano
Licea y socios.
10 Ídem, f. if v.
CAPÍTULO 3°¹¹
Del gobierno
P. ¿Qué cosa es forma de gobierno?
R. El orden con que la Constitución distribuye y arregla los
tres poderes de la sociedad, y que forman su soberanía o autoridad
soberana.
P. ¿Cuáles son estos tres poderes?
R. El legislativo, que dicta las leyes; el ejecutivo que las hace cum-
plir, y al que se da también el nombre de gobierno, y (p. 10) el judicial
que juzga según ellos.
P. ¿Qué es gobierno republicano?
R. Aquel en que los tres poderes están divididos y puestos en ma-
nos de diversas personas por un tiempo determinado, y esta especie de
gobierno se llama aristocrático o democrático.
P. ¿Y cuándo se llama democrático?
R. Se llama democrático o popular cuando estos tres poderes se
depositan en los ciudadanos sin distinción de clases, los cuales no eisten
en esta forma de gobierno.
[CSFEQ, III]
La Constitución de 1869
12 AHQ, Poder Ejecutivo, 1867, caja 1, legajo Decretos de julio Ma. Cervantes y
discurso del Dip. Domínguez, junio 3 de 1868; La Sombra de Arteaga, junio 7 de
1868, p. 3.
13 Exposición de motivos del proyecto de Constitución, cit., p. 19.
14 Ibídem, p. 20.
17 AHQ, Poder Ejecutivo, 1861, caja 2, legajo prefectura del Centro, ocio del
gobernador Arteaga al prefecto del Centro, 18 de septiembre de 1861.
dictatorial, entonces tal signo era congruente con esa deformación po-
lítica, pero, la pregunta cabe, ¿por qué en el Méico posrevolucionario
y en el Méico contemporáneo, en nuestro sistema de pluripartidismo,
no se admite la intervención decisiva del pueblo bajo un esquema más
moderno, por ejemplo de votación en casillas electorales como si fuera
un referéndum?
V. CONCLUSIONES
I. PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL
1. Generalidades
127
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
2 Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Constitución Política del Estado
Libre y Soberano de San Luis Potosí, Colección Legislaciones, México, 2a. edición,
2006, p. 20.
5. Síntesis
A. Constitución Gaditana
B. Constitución de Apatzingán
D. Constitución de 1824
vas; la libertad bajo anza en los casos de delito por el que no pudiera
imponerse pena corporal; declaró inviolables el domicilio, la propiedad
física y la moral; garantizó la libertad de tránsito, entre otros derechos.
Las propias Bases Orgánicas declararon que el Congreso no
podía proscribir a ningún meicano; imponerle pena directa o in-
directamente; dar a las leyes efectos retroactivos; y sólo permitió
suspender algunas garantías relativas a la libertad. No obstante que
se trató de un documento centralista, por su contenido era una carta
de carácter liberal.
Vale decir que ya se había percibido la necesidad de poner los
derechos humanos a salvo de las tempestades que originaban los vai-
venes políticos de la época, surgió entonces la idea de establecer un
medio práctico y ecaz para contener a la autoridad en los límites de
sus atribuciones, haciendo prevalecer contra sus actos los principios
constitucionales; la primera tentativa a este respecto se encuentra en la
segunda ley constitucional, en diciembre de 1836, según lo arma José
María Lozano, en su clásica obra Tratado de los derechos del hombre.3
3 Lozano, José María, Tratado de los Derechos del Hombre, Senado de la República
LX Legislatura, edición facsimilar, México, 2007.
H. Constitución de 1857
B. Reforma de 1989-1990
C. Reforma de 1993
D. Reforma de 1996
E. Notas nales
151
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
2 Vid. Tamayo y Salmorán, Rolando, Elementos para una teoría general del derecho,
México, D.F., Themis, 2003, pp. 321-330.
3 “... podemos volver a denir la antinomia jurídica como la situación en que dos
normas incompatibles entre sí, que pertenecen a un mismo ordenamiento, tienen un
mismo ámbito de validez”. Bobbio, Norberto, Teoría general del derecho, Bogotá,
Temis, 2002, p. 189.
Tesis: 2810
Página: 1958
Genealogía:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo X, noviembre
de 1999, página 46, Pleno, tesis P. LXXVII/99.
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, tomo X, noviembre
de 1999, página 46, Pleno, tesis P. LXXVII/99.
9 Hamilton, Madison y Jay, El Federalista, México, Fondo de Cultura Económica,
2004, p. 131.
10 Ibídem, p. 332.
Son pocas las jurisprudencias y tesis aisladas, pero quiero hacer notar
el periodo corto de tiempo en que ha variado, al menos en tres ocasiones, el
criterio de la Corte. No estoy seguro de que podamos asumir que el tema sea
un asunto agotado; es más, considero que en un futuro nuevas resoluciones
de amparo, además de las que se deriven de controversias constitucionales
y acciones de inconstitucionalidad, continuarán reelaborando la jerarquía
normativa meicana.
Así, el amparo, instrumento vivo de defensa de los particulares, y
los jueces federales, al resolver los asuntos concretos que se les presenten,
seguirán contribuyendo a denir las características de nuestro sistema
jurídico. Todos nosotros, desde la cátedra, el litigio o la judicatura, debe-
remos estar atentos a los nuevos criterios que, inevitablemente surgirán,
lo mismo para adoptarlos que para criticarlos, pero siempre conscientes
del alto valor que tiene el amparo como instrumento de denición del
ordenamiento jurídico.
I. PRESENTACIÓN
169
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
4 Cárdenas, Jaime, Corzo, Edgar, Ferrer Mc Gregor, Eduardo y otros, Para entender la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, México, Nostra Ediciones,
2007, XXI.
5 Guastini, Riccardo, Estudios de teoría constitucional, México, Distribuciones
Fontamara, 2001, pp. 40-43.
los tópicos que debe abarcar la reforma del Estado, que en aras de la
coherencia, consistencia, unidad e integridad constitucional, la trans-
formación estructural en la ingeniería constitucional se hace necesaria.
Sin embargo, la reforma constitucional también representa una vía
sólida de reestructuración, siempre y cuando ésta sea realmente integral
y dé lugar a un nuevo entramado constitucional. De cualquier manera,
en ambos supuestos y en términos guastinianos, se estaría frente a un
proceso de instauración.
Evidentemente, éste es un tema de discusión actual, por lo cual
su resultado es hasta ahora incierto. Sin embargo, me parece necesa-
rio señalar que sólo a través de un nuevo entramado constitucional
—derivado de una nueva Constitución o de una reforma integral—,
pero por obvias razones, eminentemente democrático, se puede llegar
a un nuevo entramado institucional y, en tal orden de ideas, a partir
de un nuevo entramado institucional podrá concretarse la reforma del
Estado y, en consecuencia, la consolidación del Estado constitucional
de derecho. Sirva al respecto hacer referencia al siguiente teto de
Jaime Cárdenas: “…Ello hace preciso reinventar el Estado, es decir,
su orden jurídico, la ecacia y eciencia de los gobiernos, mejorar los
canales de intercomunicación entre el gobierno, las instituciones y la
sociedad civil. Esta labor es aún mayor cuando de lo que se trata es de
construir un Estado democrático de derecho…”.
I. PALABRAS PRELIMINARES
* Director del Centro de Capacitación Judicial Electoral. Profesor titular por oposición
en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Integrante del Colegio de Profesores de Garantías y Amparo de la propia Facultad.
Miembro de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados, A. C.
179
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
a las partes, en los juicios de los que emanaran estas tesis, para realizar la
denuncia de la posible contradicción, y otorgó al Pleno de la Corte
la facultad para resolver en denitiva cuál de las tesis debe prevalecer.
5. Estableció que la administración, vigilancia y disciplina en el
Tribunal Electoral correspondería a una Comisión del Consejo de la
Judicatura Federal.
6. Precisó que en lo sucesivo, las relaciones de trabajo del perso-
nal del Tribunal Electoral, se regirían por las disposiciones aplicables
al Poder Judicial de la Federación y las particulares que resultaran
necesarias para el cumplimiento de sus funciones.
De igual manera, la reforma constitucional en comento, se ocupó
del artículo 105, fracción II, de la propia Carta Fundamental, en la cual
resaltan cuatro aspectos básicos:
• Eliminó la prohibición para que la acción de inconstitucionali-
dad fuera procedente tratándose de normas electorales.
• Incluyó a los partidos políticos como sujetos legitimados para
interponer la acción de inconstitucionalidad en contra de nor-
mas electorales.
• Estableció la eclusividad de la vía de acción de inconstitucio-
nalidad para plantear la no conformidad de leyes electorales
con la Constitución.
• Dispuso que las normas generales de carácter electoral, tanto fede-
rales como locales, debían ser promulgadas y publicadas al menos
noventa días antes de que inicie el proceso electoral en que serán
aplicadas.
Ahora bien, respecto a la atribución eclusiva de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, para eaminar la constitucionalidad de las leyes
electorales, tanto federales como locales, cabe mencionar que la importancia
de las adecuaciones correspondientes fue destacada en la eposición de
motivos de la propia iniciativa de reforma constitucional en los términos
siguientes:
“…Para crear el marco adecuado que dé plena certeza al desa-
rrollo de los procesos electorales tomando en cuenta las condiciones
especícas que impone su propia naturaleza, las modicaciones al
LEYES”, del cual nos ocuparemos con mayor detalle más adelante; eisten
una serie de casos que carecen de vía jurisdiccional para ser dilucidados.
En efecto, por cuanto hace al primer punto mencionado, para
nadie es un secreto que la decimonónica decisión asumida por la Su-
prema Corte de Justicia de la Nación, en cuanto al juicio de amparo en
materia político-electoral, no ha sufrido modicación sustancial algu-
na, como lo demuestran las tesis que a continuación se relacionan:
"DERECHOS POLÍTICOS. IMPROCEDENCIA
La violación de los derechos políticos no da lugar al juicio de
amparo, porque no se trata de garantías individuales.³
“DERECHOS POLÍTICOS. AMPARO IMPROCEDENTE
CONTRA LEYES DE CONTENIDO POLÍTICO ELECTO-
RAL, SI LA CONTROVERSIA VERSA EXCLUSIVAMENTE
SOBRE. Para que la acción constitucional intentada en contra
de una ley de contenido político-electoral sea procedente, es
menester que la controversia verse sobre la violación de una
garantía individual, aun cuando esté asociada con derechos
políticos, y no eclusivamente respecto de estos últimos, pues-
to que la violación de los derechos políticos no es reparable
mediante el juicio de amparo.”
“DERECHOS POLÍTICO-ELECTORALES. CUANDO SU
EJERCICIO INCIDA TOTALMENTE SOBRE CUESTIONES
RELACIONADAS CON EL PROCESO ELECTORAL, NO SE
ACTUALIZA EL SUPUESTO DE EXCEPCIÓN PREVISTO
PARA LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO, AUN
CUANDO SE VINCULE CON LA VIOLACIÓN DE OTROS
DERECHOS FUNDAMENTALES. La Suprema Corte de Justicia
11 (PLENO) P./J. 25/2002. Contradicción de tesis 2/2000-PL. Entre las sustentadas por
la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la Suprema
15 Cossío Díaz, José Ramón, revista Este País, op. cit., p. 36.
les permitan desconocer unos y otros, pues dicho precepto debe ser
interpretado a la luz del régimen previsto por la propia Carta Magna
para ese efecto.”¹
Lo epuesto se contrapuso directamente al criterio sostenido por
la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Fede-
ración, en el juicio de revisión constitucional electoral 33/98, que dio
lugar a la tesis relevante S3EL 018/98, que lleva por rubro: “TRIBUNAL
ELECTORAL DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN. TIENE
FACULTADES PARA DETERMINAR LA INAPLICABILIDAD DE
19 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época. Pleno. Tesis P./J. 74/99,
t. X, agosto de 1999, p. 5. Amparo en revisión 1878/93. Sucesión intestamentaria
a bienes de María Alcocer vda. de Gil. 9 de mayo de 1995. Once votos. Ponente:
José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretario: Alfredo López Cruz. Amparo en revisión
1954/95. José Manuel Rodríguez Velarde y coags. 30 de junio de 1997. Once
votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretario: Mario Flores García.
Amparo directo en revisión 912/98. Gerardo Kalifa Matta. 19 de noviembre de 1998.
Unanimidad de nueve votos. Ausentes: José Vicente Aguinaco Alemán y José de Jesús
Gudiño Pelayo. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretario: Alejandro Villagómez Gordillo.
Amparo directo en revisión 913/98. Ramona Matta Ráscala. 19 de noviembre de 1998.
Unanimidad de nueve votos. Ausentes: José Vicente Aguinaco Alemán y José de Jesús
Gudiño Pelayo. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo; en su ausencia, hizo suyo el
proyecto Genaro David Góngora Pimentel. Secretario: Miguel Ángel Ramírez González.
Amparo directo en revisión 914/98. Magda Perla Cueva de Kalifa. 19 de noviembre de
1998. Unanimidad de nueve votos. Ausentes: José Vicente Aguinaco Alemán y José
de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Juan N. Silva Meza. Secretaria: Guillermina Coutiño
Mata. El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada el trece de julio del año en
curso, aprobó, con el número 74/1999, la tesis jurisprudencial que antecede. México,
Distrito Federal, a catorce de julio de mil novecientos noventa y nueve. Nota: Esta tesis
contendió en la contradicción 4/2000-PL que fue declarada sin materia por el Tribunal
Pleno, toda vez que sobre el tema tratado existen las tesis P./J. 24/2002, P./J. 25/2002,
P./J. 23/2002 y P./J. 26/2002 que aparecen publicadas en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XV, junio de 2002, páginas 5, 81,
82 y 83 con los rubros: "CONTRADICCIÓN DE TESIS. NO EXISTE VÁLIDAMENTE
ENTRE UN CRITERIO SUSTENTADO POR EL TRIBUNAL ELECTORAL DEL PODER
JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN Y LA JURISPRUDENCIA DE LA SUPREMA CORTE DE
JUSTICIA DE LA NACIÓN, CUANDO SE TRATA DE LA CONSTITUCIONALIDAD O
INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES ELECTORALES", "LEYES ELECTORALES. LA
ÚNICA VÍA PARA IMPUGNARLAS ES LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD",
"TRIBUNAL ELECTORAL DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN. CARECE DE
COMPETENCIA PARA PRONUNCIARSE SOBRE INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES"
y "TRIBUNAL ELECTORAL DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN. SI RESUELVE
RESPECTO DE LA INCONSTITUCIONALIDAD DE UNA NORMA ELECTORAL O SE
APARTA DE UN CRITERIO JURISPRUDENCIAL SUSTENTADO POR LA SUPREMA CORTE
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN RESPECTO A LA INTERPRETACIÓN DE UN PRECEPTO
CONSTITUCIONAL, INFRINGE, EN EL PRIMER CASO, EL ARTÍCULO 105, FRACCIÓN
II, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL, Y EN EL SEGUNDO, EL ARTÍCULO 235 DE LA
LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN", respectivamente.
IV. CONCLUSIONES
Federación.²
Finalmente, la tercera y última medida que se sugiere, la cual esta-
mos conscientes de que sería a largo plazo, consiste en que se realice
una transformación de la actual Sala Superior del Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación en la Sala Electoral de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, la cual se integraría por cinco ministros,
así como de las Salas Regionales del propio Tribunal, en Tribunales
Regionales Electorales, a los cuales les correspondería precisamente
llevar a cabo este control “difuso’’ de la constitucionalidad de normas
electorales, a través del conocimiento y resolución de los medios de
impugnación que fueran interpuestos en contra de actos o resolucio-
nes de las autoridades electorales en los que se hiciera valer como
concepto de violación, la no conformidad de la norma aplicada con el
teto constitucional.
Así, la Sala Electoral de la Suprema Corte de Justicia de la Na-
ción asumiría competencia para actuar como órgano instructor en los
asuntos relativos a las acciones de inconstitucionalidad que versen
sobre la materia electoral, las cuales tendrían eactamente el mismo
sentido y alcance jurídicos que hoy en día, poniendo los epedientes
en estado de resolución.
Ahora bien, dada la importancia de estos asuntos, consideramos
que su resolución debe reservarse al Pleno de la Corte, mismo que
para estos casos debe integrarse con su presidente y la totalidad de los
BIBLIOGRAFÍA
LEGISLACIONES
JURISPRUDENCIALES
HEMEROGRÁFICAS
OTROS
I. INTRODUCCIÓN
233
Las constituciones mexicanas de 1857 y 1917
243
Las constituciones mexicanas de 1857 ...
244 Relatorías
Memorias de Querétaro ...
245
Las constituciones mexicanas de 1857 ...
SEGUNDA RELATORÍA
Exordio
En el marco del ciclo de conferencias “Las Constituciones Meicanas
de 1857 y 1917”, se desarrolló la segunda mesa redonda, denominada
“La Constitución de 1857 y las Constituciones del siglo xx”, actividad
en la cual se trataron de manera central cuatro temas, a saber:
1. El Poder Electoral en Querétaro, epuesto por el doctor Juan
Ricardo Jiménez Gómez, reconocido catedrático de la Universidad
Autónoma de Querétaro y destacado investigador del Instituto de
Estudios Constitucionales de esa entidad.
2. Derechos Humanos en la Constitución de 1857, tratado por el
doctor David Cienfuegos Salgado, secretario de estudio y cuenta ads-
crito a la ponencia del doctor Manuel González Oropeza, magistrado
del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
3. La Constitución de 1857 y su impacto en el Méico contempo-
ráneo, presentado por el doctor Marco Antonio Pérez de los Reyes, jefe
de unidad en el Centro de Capacitación Judicial Electoral del Tribunal
Electoral del Poder Judicial de la Federación.
4. La Constitución de 1857 y su impacto en el Méico contem-
poráneo, planteado por el doctor José Ramón Narváez Hernández,
investigador jurisprudencial, adscrito al Instituto de Investigaciones
Jurisprudenciales y de Promoción y Difusión de la Ética Judicial de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación.
A continuación se realiza la relatoría en el orden referido:
246 Relatorías
Memorias de Querétaro ...
Relatoría
247
Las constituciones mexicanas de 1857 ...
248 Relatorías
Memorias de Querétaro ...
249
Las constituciones mexicanas de 1857 ...
250 Relatorías
Memorias de Querétaro ...
TERCERA RELATORÍA
251
Las constituciones mexicanas de 1857 ...
252 Relatorías
Memorias de Querétaro ...
253
Las constituciones mexicanas de 1857 ...
254 Relatorías
Memorias de Querétaro ...
255
Las constituciones mexicanas de 1857 ...
256 Relatorías
Memorias de Querétaro ...
CUARTA RELATORÍA
257
Las constituciones mexicanas de 1857 ...
258 Relatorías
Memorias de Querétaro ...
259
Las constituciones mexicanas de 1857 ...
260 Relatorías
Esta publicación se imprimió en octubre de 2008
en la Coordinación de Información, Documentación y Transparencia
del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación,
su tiraje fue de 1,500 ejemplares.