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Historiador Tácito habla de los bárbaros como una raza pura, todos son iguales: “En
todos es el mismo aspecto corporal: ojos duros y azules, cabelleras rojizas, grandes
cuerpos y sólo adecuados para el ímpetu (para el trabajo y las fatigas no tienen la misma
resistencia)”.
Historiador Procopio sobre los godos: “No presentan ninguna diferencia entre ellos:
tienen todos la piel blanca, una cabellera rubia, una considerable estatura y buena
planta. Obedecen las mismas leyes, tienen creencias religiosas idénticas y hablan una
misma y sola lengua”.
Montesquieu, El espíritu de las leyes “No puede cabernos en la cabeza que siendo Dios
un ser infinitamente sabio, haya dado un alma, y sobre todo un alma buena, a un cuerpo
totalmente negro” (249). “Prueba de que los negros no tienen sentido común es que
hacen más caso de un collar de vidrio que del oro” (249). “Es imposible suponer que
estas gentes sean hombres” (250).
Tablilla Asiria, 2800 aC. “Nuestro mundo ha degenerado últimamente. Hay señales de
que el mundo se acerca aceleradamente a su fin. El soborno y la corrupción son
comunes. Los niños ya no obedecen a sus padres y es evidente que se aproxima el fin
del mundo”.
David Hume. “La naturaleza ha dado al hombre superioridad sobre la mujer, dotándole
de mayor fortaleza de cuerpo y espíritu, a él corresponde aliviar en lo posible esta
ventaja mediante una conducta generosa, y una estudiada deferencia y complacencia
hacia todas las inclinaciones y opiniones de ella. Las naciones bárbaras muestran esa
superioridad reduciendo a sus mujeres a la más abyecta esclavitud, encerrándolas,
maltratándolas, vendiéndolas y dándoles muerte. Pero el sexo masculino, en un pueblo
educado, prueba su autoridad de modo más generoso, aunque no menos evidente,
mediante la educación, el respeto, la complacencia y, en una palabra, la galantería”.
“¿Deben reunirse las mujeres en asociaciones políticas? (...). ¿Pueden las mujeres
dedicarse a funciones tan útiles como áridas? Por supuesto, no, porque se verían en la
obligación de descuidar quehaceres más importantes a los que la Naturaleza las
ha destinado. Las funciones privadas a las cuales están abocadas las mujeres, por
propia naturaleza, hacen parte del orden general de la sociedad; ese orden social es
consecuencia de la diferencia existente entre el hombre y la mujer. Cada sexo
está llamado a desempeñar una función que le es propia; su acción queda circunscrita en
ese círculo cuyos límites no puede franquear, pues la Naturaleza, que ha
impuesto esas limitaciones al hombre, manda de manera soberana y no acepta
ley alguna»”.
Ortega. “Hoy sabemos que todos los portentos, en principio inagotables, de las ciencias
naturales se detendrán siempre ante la extraña realidad que es la vida humana. ¿Por
qué? Si todas las cosas. han rendido grandes porciones de su secreto á la razón física,
¿por qué se resiste esta sola tan denodadamente? La causa tiene que ser profunda y
radical; tal vez, nada menos que esto: que el hombre no es una cosa, que es falso hablar
de la naturaleza humana, que el hombre no tiene naturaleza. Yo comprendo que oír esto
ponga los pelos de punta a cualquier físico, ya que significa, con otras palabras, declarar
de raíz a la física incompetente para hablar del hombre”.
Ortega. “En suma, que el hombre no tiene naturaleza, sino que tiene... historia. O, lo
que es igual: lo que la naturaleza es, a las cosas, es la historia –como res gestae– al
hombre”.
Vivió Yesh”u, un hombre sabio, [si es lícito llamarlo hombre-σοφος ανηρ eige andre
auton λεγειν]. Pues fue hacedor de prodigios, un maestro de los hombres que recibían la
verdad con placer. Atrajo a muchos judíos y a gentiles. [Era el Mashiaj (Χριστού)]; y
cuando Pilato, a sugestión de nuestros principales hombres, lo condenó a la cruz, los
que lo habían amado al principio no dejaron (de hacerlo), [pues se apareció a ellos
nuevamente vivo (πάλιν ζων) al tercer día, según los profetas divinos habían predicho
ésta y otras diez mil cosas maravillosas concernientes a él]; y la chusma (φύλων) de los
cristianos, que toman el nombre de Yesh”u, no se ha extinguido hasta el momento’.
Marc Bloch. "El buen historiador se parece al ogro de la leyenda. Ahí donde olfatea
carne humana, ahí sabe que está su presa".
Pierre Nora. “Los mass media han hecho de la historia una agresión, y han convertido al
acontecimiento en algo monstruoso. No porque se salga por definición de lo ordinario,
sino porque la redundancia intrínseca al sistema tiende a producir sensacionalidad,
fabrica permanentemente lo nuevo, alimenta un hambre de acontecimientos".
Tema I. Progreso, decadencia y fin de la historia. Entre el determinismo y la libertad.
Anne Turgot, Discursos sobre el progreso humano: “En definitiva, se han disipado
todas las oscuridades. ¡Cuánta luz brilla en todas partes! ¡Qué multitud de grandes
hombres en todos los géneros! ¡Que perfección de la razón humana!”.
Hegel. Fenomenología del espíritu. “No es difícil darse cuenta, por lo demás, de que
vivimos en tiempos de gestación y de transición hacia una nueva época. El espíritu ha
roto con el mundo anterior de su ser allí y de su representación y se dispone a hundir
eso en el pasado, entregándose a la tarea de su propia transformación. El espíritu,
ciertamente, no permanece nunca quieto, sino que se halla siempre en movimiento
incesantemente progresivo”.
“El que quiera conocer manifestaciones terribles de la naturaleza humana, las hallará en
África. Lo mismo nos dicen las noticias más antiguas que poseemos acerca de esta parte
del mundo; la cual no tiene en realidad historia. Por eso abandonamos África, para no
mencionarla ya más”.
“Los grandes individuos en la historia universal son, pues, los que aprehenden este
contenido universal superior y hacen de él su fin; son los que realizan el fin conforme al
concepto superior del espíritu. En este sentido hay que llamarlos héroes. No hallan su
fin y su misión en el sistema tranquilo y ordenado, en el curso consagrado de las cosas.
Su justificación no está en el estado existente, sino que otra es la fuente de donde la
toman. Tómanla del espíritu, del espíritu oculto, que llama a la puerta del presente, del
espíritu todavía subterráneo, que no ha llegado aún a la existencia actual y quiere surgir,
del espíritu para quien el mundo presente es una cáscara, que encierra distinto meollo
del que le corresponde (…). El fin verdadero es exclusivamente aquel contenido al cual
el espíritu interno se ha elevado mediante su absoluto poder; y los individuos que
cuentan en la historia universal son justamente aquellos que no han querido ni realizado
una mera figuración u opinión, sino lo justo y necesario, y que saben que lo que estaba
en el tiempo, lo que era necesario, se ha revelado en su interior”.
“Cuando el espíritu del pueblo ha llevado a cabo toda su actividad, cesan la agitación y
el interés; el pueblo vive en el tránsito de la virilidad a la vejez, en el goce de lo
adquirido. La necesidad que había surgido ha sido ya satisfecha mediante una
institución; y ya no existe. Luego también la institución debe suprimirse. Y se inicia un
presente sin necesidades. Quizá también el pueblo, renunciando a diversos aspectos de
su fin, se ha contentado con un ámbito menor. Aunque acaso su imaginación haya
rebasado este ámbito, hubo de renunciar a aquellos fines, al ver que no se presta la
realidad a ellos, y limitar su fin a esta realidad. Vive, pues, ahora en la satisfacción del
fin alcanzado, cae en la costumbre, donde ya no hay vida alguna, y camina así hacia su
muerte natural. Todavía puede hacer mucho en la guerra y en la paz, en el interior y en
el exterior. Todavía puede seguir vegetando largo tiempo. Se agita, sí. Pero esta
agitación es meramente la de los intereses particulares de los individuos, no el interés
del pueblo mismo. La vida ha perdido su máximo y supremo interés; pues el interés solo
existe donde hay oposición, antítesis”.
CLR James – Los jacobinos negros. ““La hipócrita posición política del ejército francés
se estaba cobrando ahora la contrapartida. Los soldados franceses seguían
considerándose un ejército revolucionario. Pero en las noches podían oír a los negros de
la fortaleza entonando la Marsellesa, el Ça Ira y otras canciones revolucionarias. Anota
Lacroix la perplejidad de estos desorientados infelices que, al escuchar las canciones,
volvían la cabeza hacia sus oficiales preguntándose: ¿Tendrán nuestros bárbaros
enemigos a la justicia de su parte? ¿Hemos dejado de ser los soldados de la Francia
republicana? ¿Nos hemos convertido en meros peleles de los políticos?”.
“al desarrollarse la gran industria, la burguesía ve tambalearse bajo sus pies las bases
sobre que produce y se apropia lo producido. Y a la par que avanza, se cava su fosa y
cría a sus propios enterradores. Su muerte y el triunfo del proletariado sin igualmente
inevitables”.
Marx – El capital
“la producción capitalista genero ella misma su propia negación con la fatalidad propia
de las metamorfosis de la naturaleza”.
“El fin de la historia será un momento muy triste. La lucha por el reconocimiento, la
voluntad de arriesgar la propia vida por una meta puramente abstracta, la lucha
ideológica a escala mundial que exigía audacia, coraje, imaginación e idealismo, será
reemplazada por el cálculo económico, la interminable resolución de problemas
técnicos, la preocupación por el medio ambiente, y la satisfacción de las sofisticadas
demandas de los consumidores. En el período poshistórico no habrá arte ni filosofía,
sólo la perpetua conservación del museo de la historia humana. Lo que siento dentro de
mí, y que veo en otros alrededor mío, es una fuerte nostalgia de la época en que existía
la historia (...). Tal vez esta misma perspectiva de siglos de aburrimiento al final de la
historia servirá para que la historia nuevamente se ponga en marcha”.
“La aporía ante la que nos encontramos en nuestro trabajo se reveló así como el primer
objeto que debíamos analizar: la autodestrucción de la Ilustración. No albergamos la
menor duda —y ésta es nuestra petitio principii — de que la libertad en la sociedad es
inseparable del pensamiento ilustrado. Pero creemos haber descubierto con igual
claridad que el concepto de este mismo pensamiento, no menos que las formas
históricas concretas y las instituciones sociales en que se halla inmerso, contiene ya el
germen de aquella regresión que hoy se verifica por doquier. Si la Ilustración no asume
en sí misma la reflexión sobre este momento regresivo, firma su propia condena. En la
medida en que deja a sus enemigos la reflexión sobre el momento destructivo del
progreso, el pensamiento ciegamente pragmatizado pierde su carácter superador, y por
tanto también su relación con la verdad”.
“la adaptación al poder del progreso implica el progreso del poder, implica siempre de
nuevo aquellas formaciones regresivas que convencen no al progreso fracasado, sino
precisamente al progreso logrado de su propio contrario. La maldición del progreso
imparable es la imparable regresión.”
Walter Benjamin
Nota preparatoria. “Es preciso devolver al concepto de sociedad sin clases su verdadero
rostro mesiánico, y hacerlo en el interés mismo de la política revolucionaria del
proletariado”; porque sólo si comprendemos su significación mesiánica podremos evitar
las trampas de la ideología “progresista””.
Tesis de Benjamin
IX
Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que
parece como si estuviese a punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos
están desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Y este deberá
ser el aspecto del ángel de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a
nosotros se nos manifiesta una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona
incansablemente ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse,
despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un
huracán que se ha enredado en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede
cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda,
mientras que los montones de ruinas crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que
nosotros llamamos progreso.
VII
Fustel de Coulanges recomienda al historiador, que quiera revivir una época, que se
quite de la cabeza todo lo que sepa del decurso posterior de la historia. Mejor no puede
calarse el procedimiento con el que ha roto el materialismo histórico. Es un
procedimiento de empatía (...). La empatía con el vencedor resulta siempre ventajosa
para los dominadores de cada momento (…). Quien hasta el día actual se haya llevado
la victoria, marcha en el cortejo triunfal en el que los dominadores de hoy pasan sobre
los que también hoy yacen en tierra. Como suele ser costumbre, en el cortejo triunfal
llevan consigo el botín. Se le designa como bienes de cultura (...). Jamás se da un
documento de cultura sin que lo sea a la vez de la barbarie. E igual que él mismo no está
libre de barbarie, tampoco lo está el proceso de transmisión en el que pasa de uno a otro.
Por eso el materialista histórico se distancia de él en la medida de lo posible. Considera
cometido suyo pasarle a la historia el cepillo a contrapelo (Gegen den Strich).
XI
Se sabe que a los judíos les estaba prohibido escrutar el futuro. En cambio la Torá y la
plegaria les instruyen en la conmemoración. Esto desencantaba el futuro, al cual
sucumben los que buscan información en los adivinos. Pero no por eso se convertía el
futuro para los judíos en un tiempo homogéneo y vacío. Ya que cada segundo era en él
la pequeña puerta por la que podía entrar el Mesías.
VI
VIII
II
“El pasado lleva consigo un índice temporal mediante el cual queda remitido a la
redención”.
III
“Sólo a la humanidad redimida le cabe por completo en suerte su pasado. Lo cual quiere
decir: sólo para la humanidad redimida se ha hecho su pasado citable en cada uno de sus
momentos. Cada uno de los instantes vividos se convierte en una citation à l'ordre du
jour, pero precisamente del día final”.
XIII
XIV
La historia es objeto de una construcción cuyo lugar no está constituido por el tiempo
homogéneo y vacío, sino por un tiempo pleno, «tiempo-ahora». Así la antigua Roma fue
para Robespierre un pasado cargado de «tiempo-ahora» que él hacía saltar del
continuum de la historia. La Revolución francesa se entendió a sí misma como una
Roma que retorna. Citaba a la Roma antigua igual que la moda cita un ropaje del
pasado. La moda husmea lo actual dondequiera que lo actual se mueva en la jungla de
otrora. Es un salto de tigre al pasado.