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Universidad de Caldas
Departamento de Producción Agropecuaria
Curso: Análisis de Problemas Agrarios I (APAI)
Cuaderno guía:
Principios de propagación vegetal
Profesores:
Alejandro Hurtado-Salazar
Juan Carlos Aristizabal Loaiza
Nelson Ceballos-Aguirre
Manizales, Caldas
2016
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PROPAGACIÓN DE PLANTAS
La propagación de las plantas implica el control de dos tipos de ciclos biológicos de reproducción: el
Sexual y el Asexual. La conservación de las características peculiares de una planta o de un grupo de
plantas, depende de la transmisión de una generación a la siguiente, de una combinación especifica de
genes presentes en los cromosomas de las células. El conjunto total de estos genes constituye el
genotipo de las plantas. El genotipo, en combinación con el medio ambiente, produce una planta que
presenta un aspecto exterior dado (el fenotipo). Por lo tanto, la función de cualquier técnica de
propagación de plantas es preservar un genotipo específico o una combinación de genotipos que
produzca el tipo específico de planta que se está propagando.
Propagación Sexual
La reproducción sexual se inicia con la formación de los órganos masculinos y femeninos en los conos
de las gimnospermas y en las flores de las angiospermas. Las plantas presentan una diversidad muy
amplia en cuanto a la distribución de los sexos entre los individuos y a lo largo del tiempo.
La fecundación se produce tras una primera fase denominada polinización, por el cual los granos de
polen se trasladan desde la antera hasta el estigma, por cualquiera de los métodos de dispersión.
La semilla sexual es aquella que se origina por medio de la unión de dos gametos de diferente sexo,
uno masculino llamado polen y otro femenino llamado óvulo. La polinización puede ocurrir
directamente por autofecundación (plantas autogamas), mediante la caída del polen de una flor
hermafrodita sobre el estigma de la propia planta; o por polinización cruzada (plantas alogamas), por
la cual el polen de una flor se deposita sobre el estigma de otra flor de la misma especie. Si el agente
transportador en la polinización cruzada de estas flores es el viento, se las denomina flores anemófilas;
si son las aves, ornitófilas; si son los murciélagos, quiropterófilas; y si son los insectos, entomófilas.
En las plantas con flor, podemos reconocer estructuras masculinas y femeninas. El grano de polen (que
se encuentra e las anteras de las flores) posee las gametas masculinas. Estas gametas deberán llegar
hasta las estructuras femeninas de la misma u de otra flor para dar lugar al embrión.
Para alcanzar el gameto femenino (oósfera), el grano de polen primero se deposita en el estigma y
luego avanza hasta la parte inferior del carpelo (a través de un tubo que él mismo genera llamado tubo
polínico) hasta llegar a la oósfera.
En el grano de polen existen dos tipos de células: la vegetativa, cuyo núcleo gobernará el crecimiento
del tubo polínico, y otra muy pequeña, la generativa, la cual se dividirá para producir dos gametas
masculinas. El tubo polínico crece atravesando el estigma y el estilo, llevando en su extremidad el
núcleo de la célula vegetativa, seguido por el núcleo de la célula generativa.
El crecimiento del tubo continúa por el estilo, nutriéndose a expensas de sus tejidos, y dirigiéndose al
ovario. Luego prosigue por las paredes del ovario hasta llegar al óvulo.
Gameto masculino
El gametofito masculino se desarrolla en el interior del grano de polen. En el interior de los sacos
polínicos de las anteras se encuentran localizadas las células madres de las microsporas, diploides, que
al dividirse por meiosis forman una tétrade (cuatro) de microsporas haploides.
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Gameto femenino
El gametofito femenino de las plantas con flores se desarrolla dentro de la nucela del óvulo. Una célula
diploide sufre meiosis originando 4 megásporas haploides, tres degeneran y la restante sufre varias
mitosis sucesivas hasta forman un saco embrionario con 7 células y 8 núcleos haploides. Este saco es
el gametofito femenino.
Una vez que la punta del tubo llega al micrópilo del saco embrionario, el tubo crece hacia el interior del
saco embrionario a través de una de las sinérgicas que flanquean la ovocélula, descargando allí su
contenido: Un gameto masculino (n) se fusiona con la ovocélula (n) produciendo el cigoto (2n,
diploide) que desarrollará la próxima generación esporofítica, formando un embrión. El segundo
gameto masculino (n) se fusiona con los dos núcleos polares (n) localizados en la célula del centro
del saco, produciendo en tejido nutritivo triploide (3n), el endosperma, de reserva para el crecimiento y
desarrollo del embrión.
El aspecto externo (fenotipo) de una planta y la forma en que las características se heredan de
generación en generación, están controlados por la acción de los genes presentes en los cromosomas.
Los términos homocigótico y heterocigótico son útiles para describir el genotipo de una planta en
particular. Si se presentan dos alelos diferentes en un locus. Generalmente solo uno de ellos, el alelo
dominante se manifiesta en el fenotipo (heterocigótico). Si se presentan los dos mismos alelos para un
carácter, un organismo homocigótico para todos los locus produce crías idénticas a si mismo cuando se
cruza con un organismo genéticamente idéntico.
Tipos de ciclos biológicos: Los ciclos biológicos de las plantas pueden clasificarse en anuales,
semestrales y perennes, dependiendo del periodo de tiempo requerido para desarrollarse en el ciclo
sexual, desde el cigoto hasta la producción de semilla.
La semilla es uno de los principales recursos para el manejo agrícola y silvícola de las poblaciones de
plantas, para la reforestación, para la conservación del germoplasma vegetal y para la recuperación de
especies valiosas sobreexplotadas. Las semillas pueden almacenarse vivas por largos periodos,
asegurándose así la preservación de especies y variedades de plantas valiosas.
ORIGEN DE LA SEMILLA
La semilla es una unidad reproductiva compleja, característica de las plantas vasculares superiores, que
se forma a partir del óvulo vegetal, generalmente después de la fertilización. Se encuentra en las plantas
con flores (angiospermas) y en las gimnospermas. En las angiospermas los óvulos se desarrollan dentro
de un ovario; en tanto que en las gimnospermas la estructura que los contiene es muy diferente, pues no
constituye una verdadera flor; sin embargo, la estructura de las semillas de estas plantas es básicamente
similar a la de las plantas con flores.
Figura 2. Estructura del ovario de una flor. Se muestran las diferentes capas que lo componen y cómo
se transforma después de la fecundación cada estructura en los diversos componentes morfológicos de
la semilla.
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Al momento de la fertilización un óvulo típico de angiospermas está compuesto por una o dos capas
protectoras y por el saco embrionario que contiene al núcleo que funciona como gameto. El óvulo está
unido a la pared del ovario por el funículo. Después de la fertilización el huevo comienza a dividirse
hasta formar el embrión de una nueva planta: las cubiertas exteriores o tegumentos originarán la
cubierta de la semilla, como hemos visto, las otras células del tejido central en algunos casos originarán
el endospermo, que contiene las reservas de la semilla que serán utilizadas en el desarrollo inicial de la
nueva planta. En muchas especies el endospermo no se forma y es el embrión el que acumula las
sustancias de reserva, generalmente en los cotiledones u hojas embrionarias, que pueden llenar todo el
interior de una semilla. En la naturaleza se encuentran infinidad de variantes en la estructura de las
semillas; por ejemplo, en las semillas pequeñas el embrión puede poseer un cúmulo de pocas células o
tener ya la forma de una pequeña planta en la que se distinguen claramente la radícula, los cotiledones
u hojas embrionarias, la plúmula de la cual se desarrollará el tallo y el hipocótilo, conectando entre sí
todas las estructuras (figura 3).
Las reservas energéticas de la semilla son: grasas, carbohidratos y a veces proteínas que sostendrán a la
futura planta durante sus primeras etapas de vida. Estas reservas, como hemos dicho, pueden
encontrarse en diferentes tejidos o en el embrión mismo, y todo esto está relacionado con la
germinación y el desarrollo de un nuevo individuo.
La gran diversidad de formas de los frutos de las angiospermas está muy relacionada con los
mecanismos de dispersión. El crecimiento y desarrollo de las plantas jóvenes bajo el árbol que las
engendró es muchas veces difícil debido a la falta de luz, a la competencia de las raíces por nutrientes y
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a la presencia de una gran densidad de parásitos y depredadores específicos en esa área; la dispersión
sobre una área más amplia asegura que algunas semillas encuentren condiciones adecuadas para
germinar y crecer. Sin embargo, en las comunidades naturales la gran mayoría de ellas perece por los
efectos de un ambiente inadecuado para establecerse, por la competencia con otras plantas, por
depredación por animales o parásitos y por enfermedades.
En la naturaleza existen infinidad de variantes con respecto a la estructura de los frutos y los
mecanismos de dispersión de las semillas, que han sido objeto de numerosos estudios. En el cuadro 1
se resumen los diferentes mecanismos de dispersión existentes, y su relación con los agentes que
transportan las semillas.
GERMINACIÓN
La germinación de las semillas comprende tres etapas sucesivas que se superponen parcialmente: 1) la
absorción de agua por imbibición, causando su hinchamiento y la ruptura final de la testa; 2) el inicio
de la actividad enzimática y del metabolismo respiratorio, translocación y asimilación de las reservas
alimentarias en las regiones en crecimiento del embrión, y 3) el crecimiento y la división celular que
provoca la emergencia de la radícula y posteriormente de la plúmula. En la mayoría de las semillas el
agua penetra inicialmente por el micrópilo y la primera manifestación de la germinación exitosa es la
emergencia de la radícula (figura 4).
Existen varias etapas de desarrollo de la plántula cuyas características varían, dependiendo del tipo de
germinación que presenta cada especie. Hay básicamente dos tipos de germinación (que a veces
presentan algunas variantes), la germinación epigea y la hipogea. En la germinación epigea el
hipocótilo se alarga y aleja a los cotiledones del suelo; en tanto que en la germinación hipogea el
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hipocótilo no se desarrolla y los cotiledones permanecen bajo el suelo o ligeramente sobre éste. En este
caso las hojas cotiledonarias tienen sólo una función almacenadora de nutrientes, en tanto que en la
germinación epigea estas hojas también tienen con frecuencia color verde y realizan funciones
fotosintéticas durante el crecimiento temprano de la plántula. La testa de la semilla puede permanecer
cubriendo los cotiledones en el caso de la germinación hipogea, en tanto que en la epigea se desprende,
lo cual permite la expansión de las hojas cotiledonarias (figura 5).
LATENCIA
Una vez que la semilla ha completado su desarrollo se inician los cambios que darán lugar al
establecimiento del reposo en las semillas. Este reposo o reducción del metabolismo se denomina
quiescencia cuando la causa de que no ocurra la germinación es fundamentalmente la falta de agua,
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como es el caso de las semillas almacenadas en condiciones artificiales, por ejemplo un frasco con
frijoles en la alacena o las semillas que permanecen en los frutos unidos a la planta madre por largo
tiempo. En cambio, el reposo de las semillas se denomina latencía cuando la semilla no germina a pesar
de encontrarse en un lugar óptimo en cuanto a la temperatura y la humedad. Las causas por las que no
germinan pueden deberse a la existencia de un periodo cronológicamente regulado de interrupción del
crecimiento y de disminución del metabolismo durante el ciclo vital. Ésta es una estrategia adaptativa
de supervivencia frente a condiciones ambientales desfavorables que se presenta en algunos seres
vivientes.
En las plantas superiores puede existir latencia o interrupción del crecimiento en el tejido
meristemático, por ejemplo en las yemas de crecimiento de las ramas, así como en las semillas. El
establecimiento de la latencia está regulado por factores hereditarios que determinan los mecanismos
fisiológicos endógenos de las plantas, los cuales interactúan con factores del ambiente en el que las
plantas crecen; esto da lugar, a la larga, a cambios evolutivos en las plantas. Entre las condiciones más
importantes del ambiente se encuentran las variaciones climáticas de temperatura y humedad, las
variaciones microclimáticas derivadas de aspectos fisiográficos y bióticos, como la calidad espectral de
la luz y el termoperiodo, así como las características específicas del lugar a las que las plantas se han
adaptado para establecerse y crecer. Las variaciones micro y macroclimáticas, así como las condiciones
hormonales y nutricionales de la planta progenitora tienen gran influencia en el establecimiento de la
latencia de sus semillas durante su desarrollo, por lo cual pueden existir variaciones entre cosechas de
semillas de una especie, según la época y el lugar de producción.
CUADRO 4. Clasificación de los tipos de latencia de acuerdo con diferentes autores citados por
Koslowski en 1972.
Almacenamiento de semillas
El almacenamiento de semillas es una manera importante de mantener vivo, por largos periodos de
tiempo, el germoplasma de plantas superiores. Sin embargo, los almacenes de semillas, particularmente
en los trópicos, con frecuencia carecen de condiciones adecuadas para prolongar al máximo la duración
de la viabilidad de las semillas, ya que se requieren técnicas de manejo y almacenamiento apropiadas y
equipos relativamente costosos para lograr ese propósito.
No todas las semillas son almacenadas con éxito. Algunas permanecen vivas por tiempo indefinido,
quizá varios siglos, cuando se almacenan en el ambiente más apropiado para interrumpir su deterioro
natural, en tanto que otras sufren un deterioro rápido por causas endógenas, ajenas a las condiciones
externas. Estas diferencias se deben al hecho de que las semillas son liberadas al medio con diferentes
niveles de humedad, composición química y tasa metabólica, lo cual afecta su longevidad potencial.
Semillas ortodoxas
Estas semillas pueden ser desecadas hasta contenidos de humedad muy bajos sin sufrir daños, al menos
hasta un nivel de humedad constante que se mantenga en equilibrio con una humedad ambiental
relativa de 10% (a este valor las semillas con almidón tienen un contenido de humedad cercano a 5%,
en tanto que las semillas grasas tienen valores de 2 a 3%).
Sus longevidades aumentan cuando disminuye el contenido de humedad y con la temperatura durante
el almacenamiento, en una forma cuantificable y predecible.
Semillas recalcitrantes
En contraste con las semillas ortodoxas, las recalcitrantes no pueden ser desecadas por debajo de un
punto relativamente alto en el contenido de humedad sin causarles daño. A pesar de que existe gran
variación en el contenido de humedad crítico entre las especies, bajo el cual la viabilidad se reduce,
algunas especies comienzan a morir rápidamente aun en equilibrio con una humedad relativa ambiental
de 98-99%, y la mayoría de las semillas muere cuando su contenido de humedad está en equilibrio con
una humedad ambiental de 60-70% (que corresponde a un contenido de humedad de 16-30% sobre el
peso fresco). Todavía no existe un método satisfactorio para mantener la viabilidad de las semillas de
estas especies, en particular las de origen tropical, por arriba de un periodo corto, menor a un año.
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Semillas intermedias.
Una tercera categoría de comportamiento de las semillas en almacenamiento ha sido demostrada
recientemente con semillas de café, palma aceitera, papaya y neem. La principal característica de este
comportamiento es cierta sensibilidad a la desecación hasta un nivel de humedad relativamente bajo de
7 a 10% (en equilibrio con una humedad relativa ambiental de 30-50%). Sin embargo, la longevidad de
las semillas secas de origen tropical se reduce en temperaturas bajas (por debajo de 5°C) y
temperaturas bajo cero. Por esto, las condiciones ideales para el almacenamiento a largo plazo de
semillas ortodoxas (5% de contenido de humedad, -18°C) son potencialmente dañinas para las semillas
intermedias y no deben usarse ya que les provoca la muerte en pocos meses. A pesar de esto, es posible
almacenar las semillas "intermedias" por periodos de alrededor de 10 años, desecándolas hasta un 7-
10% de contenido de humedad, y manteniéndolas a la temperatura de un laboratorio.
Sin embargo, no debe pensarse que las técnicas de selección sexual no se han aplicado a plantas
longevas. Las culturas con larga tradición hortícola nos han legado árboles cultivados con propiedades
alimentarias, o de otra índole, muy valiosas, que indudablemente fueron el resultado de técnicas de
hibridización o entrecruza en las que se hizo gala de paciencia, una de las cualidades más escasas de la
modernidad.
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SEMILLERO:
Sitio con condiciones adecuadas para el desarrollo o germinación de plántulas. No todas las semillas de
hortalizas resisten transplante, por que la semilla es muy costosa, el tamaño de la semilla es muy
pequeño, la siembra debe hacerse superficial, y se debe evitar la competencia con malezas, el desarrollo
inicial es muy lento.
Características de un semillero:
TIPOS DE SEMILLEROS:
En bandeja
En bolsas
En el suelo (1 m de ancho * 1.10 de largo) 20 – 30 cm de profundidad y cubiertos.
TASA DE SIEMBRA:
X = 256 gramos.
COLIFLOR
La siembra se desarrollará en surcos simples, después de transplante. Dejando 2 plantas por metro y
surcos de 0.7 m. En 200 m2
Con estas distancias las poblaciones finales serán:
Población: 571.42 plantas/parcela
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Dado que esta especie es sembrada apoyados en el transplante, debe entonces utilizarse los siguientes
cálculos para obtener la población necesaria, (200 metros).
TASA DE SIEMBRA:
DESINFECCIÓN DE SEMILLEROS:
Agua caliente para áreas pequeñas
Solarización del suelo
Calor húmedo
Área nuevas, donde nunca se han hecho siembras
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Control químico:
Mertec, Benlate,
Formol 40% (5% 10 litros/ m2) en suelo húmedo
1 – 2 litros 20 de agua – 10 m2 de semillero
Dasomet 30 gr/ m2 debe incorporase con suelo húmedo.
Una vez terminado el semillero, a este se le puede poner una cobertura; solo en las calles, evitando
etiolación de las plántulas.
La cobertura debe ser de material liviano, esto reduce los cambios bruscos de la temperatura, conserva
la humedad del terreno, controla malezas, y evita el golpe directo del agua.
LABORES EN SEMILLERO:
Endurecimiento: con un tubo de caucho se mueven las plántulas de 5 cm para dar endurecimiento
a los tallos.
Riegos: en forma de lluvia
Manejo de enfermedades:
Des hierbas
Transplante: no se realiza a raíz desnuda se necesita un bloque de suelo, se hace cuando la planta
empieza a alargarse, generalmente 25 días, con 10 a 15 cm de altura.
El tomate puede transplantarse con más edad que todas las hortalizas. Hay especies que se demoran
más en semillero:
Generalmente las plantas deben tener de 3 a 5 hojas dependiendo de las condiciones. Se hace en horas
de la tarde al mismo tiempo se debe regar, debe quedar al mismo nivel que estaba en el semillero.
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PROPAGACIÓN ASEXUAL
La propagación asexual reproduce clones. Esta propagación implica la división mitótica de las
células en la cual, hay una duplicación íntegra del sistema cromosómico y del citoplasma de la
célula progenitora, para formar dos células hijas. En consecuencia, las plantas propagadas
vegetativamente reproducen, por medio de la replica del DNA, toda la información genética de la
planta progenitora. Por esto, las características específicas de una planta dada son perpetuadas en la
propagación de un clon. Este proceso es de suma importancia en horticultura porque la
composición genética (genotipo) de la mayoría de los cultivare de los frutales y de las plantas
ornamentales, es sumamente heterocigótico.
En algunas especies la propagación es más fácil, más rápida y mas económica por medios
vegetativos que por semilla
En virtud de la totipotencia del tejido vegetal, es decir, de su capacidad para formar yemas y raíces
adventicias, casi cualquiera de los órganos de una planta vascular tiene relación con su propagación
vegetativa al sufrir modificaciones anatómicas y funcionales que le permiten desarrollarse en un
organismo vegetal completo e independiente, con las mismas características genéticas de la planta
progenitora. Las yemas, por lo general, se encuentran en las axilas de las hojas, en la porción terminal
del tallo, o bien se desarrollan en cualquier porción del tallo y dan origen a raíces adventicias.
Fig. 1. A) Separación de las ramitas individuales por muerte del tejido de interconexión; B) estolones;
C) rizoma; D) el tubérculo (papa) se corta en piezas y cada una contiene una yema para que a partir de
los tubérculos se propaguen más plantas.
Por otro lado, los tallos aéreos de algunas hierbas y arbustos caen por su propio peso al suelo. La
producción de raíces adventicias y la muerte de las conexiones con el individuo parental permiten la
generación de plantas independientes.
Entre las principales estructuras de propagación vegetativa originadas a partir de los tallos y de las
yemas se encuentran las siguientes:
2) Rizomas. Se generan a partir del crecimiento horizontal de un tallo subterráneo, por lo general más
robusto que el que da origen a un estolón. Las viejas porciones se degradan y se separan en fragmentos
que deberán enraizar de manera independiente. Este tallo subterráneo presenta hojas escamosas en las
axilas, donde se pueden generar yemas axilares, además de presentar raíces adventicias (figura 1C).
Una vez formado el vástago principal se da un crecimiento continuo. Cada estación de crecimiento
presenta un crecimiento simpodial por medio de la yema axilar o monopodial por medio de la yema
terminal. El rizoma funciona como órgano de almacenamiento de reservas. De esta manera se propagan
especies de importancia económica, tales como el bambú, la caña de azúcar, el plátano, así como
algunos pastos.
- Paquimorfo: este rizoma es grueso, carnoso y acortado con relación a su longitud. Se ve como
un macollo de muchas ramas formando por secciones individuales cortas. Cada macollo termina
en tallo florífero y el crecimiento continúa sólo de ramas laterales. Ej. Plátano, Guadua.
3) Tubérculos. Son estructuras gruesas, suculentas, que actúan también como estructuras de reserva.
Se forman en el extremo de tallos subterráneos delgados. Un ejemplo muy conocido lo constituye la
papa. Los tubérculos presentan en su superficie nudos con hojas escamosas, arreglados de manera
espiral, y cada uno de ellos consta de una o más yemas pequeñas. Cuando se inicia el crecimiento del
vástago principal las raíces adventicias se desarrollan en la base del tubérculo y las yemas horizontales
se alargan y producen tallos etiolados en forma de estolones. A partir de los tubérculos que han
formado ramas horizontales se forman tubérculos nuevos (figura 1D).
Los tubérculos y los rizomas son muy semejantes y en algunos casos es casi imposible distinguirlos.
Sin embargo, una característica distintiva de un rizoma verdadero es que presenta un grosor uniforme
en toda su longitud, sobre la cual crecen raíces adventicias, las cuales no existen en los nudos de los
tubérculos. Otra diferencia entre estas estructuras consiste en que el rizoma formará el vástago
principal de la nueva planta, mientras que el tubérculo forma ramas laterales (figura 1C y 1D).
4) Brotes o Escapos (Apomixis vegetativa). Se definen como ramas o tallos que desarrollan raíces
adventicias sin que sean independientes de la planta progenitora. Se desarrollan en las axilas de las
hojas escamosas o de las yemas adventicias sobre las raíces. En la piña comestible los brotes se
desarrollan en las axilas de las hojas inferiores que son cubiertas por el suelo.
5) Bulbos. Se desarrollan sobre tallos cortos y engrosados, a partir de yemas axilares de hojas carnosas.
De éstas obtienen elementos de reserva, a diferencia de los cormos que las obtienen a partir del tallo, lo
cual les permite producir rápidamente raíces adventicias. Se desarrollan subterráneamente en forma de
tallos carnosos, cubiertos con hojas engrosadas a manera de escamas que funcionan como órganos de
reserva.
Es posible que se produzca más de un bulbo a partir de cada yema. En algunos casos se desarrollan
masas de bulbos en el extremo del tallo, cada uno de ellos llamados bulbilos, los cuales pueden ser
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dispersados lejos del bulbo parental. En el centro de los bulbos existe un meristemo vegetativo o un
vástago floral.
Bulbos tunicados: Se consideran verdaderos bulbos y el ápice meristemático basal está protegido por
escamas membranosas y las más externas muestran una apariencia seca para proteger el meristema
interno. Como ejemplo típico se tiene: la cebolla de huevo (Allium cepa). Para programar la
florescencia de algunas especies o variedades que poseen este tipo de bulbos, basta con propiciares un
periodo de sequía de 2 a 3 meses y luego suministrarles agua y nutrientes para lograr su florescencia.
Bulbos Escamosos o dentados: Son tallos modificados que poseen el plato basal con sus yemas
meristematicas protegidas con membranas engrosadas como dientes. A diferencia de los anteriores no
poseen cubierta envolvente seca, y sus escamas o dientes están adheridas al plato basal. Como ejemplo
representativo de esta modificación se tienen los siguientes: el ajo (Allium sativum), la azucena (Lilium
candium).
Tanto los bulbos escamosos como los dentados se pueden propagar por bulbitos pequeños que se
forman en las axilas de las escamas y tardan dos años en florecer y formar tallos modificados
comerciales.
Presente en orquídea como flor de mayo (Catleya trianae), josefina (Miltoniopsis vexillaria), cuna de
venus (Anguloa cowesii) y otras. En este caso estos seudobulbos desarrollan yemas adventicias en los
nudos apicales donde se forman las hojas y sirven para obtener nuevas plantas. Para las orquídeas es
válido encontrar tallos en rizomas que crecen paralelos a la superficie del suelo y tener este tipo de
modificaciones. Cuando estos rizomas desarrollan nuevos brotes generalmente salen de la parte basal
del rizoma y luego los brotes diferencian hojas acompañadas de flores o inflorescencias y luego otro
brote y así sucesivamente.
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7) Yemas adventicias ó Chupones. Son estructuras que se forman en las axilas de las hojas escamosas
de los tallos subterráneos y de los rizomas, o de las yemas adventicias de las raíces. El chupón forma
varios entrenudos cortos; después de formar uno o más nudos desarrolla raíces adventicias y puede
formar una nueva planta. El plátano y el bambú forman chupones.
Se definen como yemas de origen de formación diferente de las yemas axilares o embrionarias y en
algunos casos por totipotencia se diferencian en el mesofilo de algunas hojas o en su ápice como el
caso del helecho madre (Asplenium bulbiferum), la mala madre (Tolmiea mezzesii). Estos propagulos se
utilizan para multiplicar vegetativamente en los viveros de plantas ornamentales.
Enraizamiento de segmentos
Esta técnica de propagación tiene muchas ventajas y se emplea exitosamente sin necesidad de gran
inversión económica. La técnica más común es la inducción de la formación de raíces en una sección
del tallo o de la rama, de manera que se origine una planta independiente. En los casos en que se ha
experimentado propagar árboles mediante la enraizamiento a partir de segmentos se ha tenido éxito en
más de 80 por ciento.
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Según la parte de la planta de donde se obtienen los segmentos (cortes o fragmentos) se ha dividido en
cortes de: hojas, de brotes o renuevos, de raíz y de ramas. La selección de cualquiera de ellos depende
básicamente de las características inherentes a cada especie, de las facilidades para obtener y manipular
los cortes (en función del estado fenológico de la planta), del propósito de la propagación y de la
disponibilidad de recursos económicos.
1) Cortes de hojas. Algunas especies herbáceas, como las violetas africanas y las peperomias,
producen raíces a partir de sus hojas y posteriormente tallos; sin embargo, esto no ocurre con facilidad
en la mayoría de los árboles. Los cortes que incluyen además de la hoja una yema axilar y un
fragmento de rama son adecuados para propagar algunas plantas como las camelias y los rododendros,
que son especies leñosas y también se utilizan para propagar árboles cuando la cantidad disponible de
otro tipo de segmentos es escasa.
2) Cortes de raíz. La capacidad de muchos árboles de producir ramas a partir de sus raíces (en
condiciones adecuadas de crecimiento) se utiliza para propagar algunas plantas, como los plátanos y los
guayabos.
En las especies que se propagan con facilidad por estacas, este método tiene numerosas ventajas; se
pueden iniciar muchas plantas en un espacio limitado, partiendo de unas pocas plantas madres, es poco
costoso, rápido y sencillo.
La propagación vegetativa mediante segmentos de ramas o brotes es uno de los métodos más usados
para propagar plantas leñosas en vivero. Según las características de madurez de la madera de donde se
obtienen las ramas o brotes, los cortes se han dividido en cortes son: de maderas duras, semiduras y
herbáceas. Aunque las diferentes fases de maduración se presentan de manera continua, generalmente
se distinguen por la forma y el color de las hojas y por los cambios de coloración del tallo o ramas.
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Las técnicas de propagación de árboles por medio de cortes de ramas se dividen en dos tipos básicos:
de segmentos foliados y de segmentos defoliados. Cada uno de éstos utiliza cortes de madera con un
grado de maduración diferente, y como proceden de árboles de contrastante ciclo fenológico, esta
diferencia se relaciona con la acumulación de reservas en los tejidos del tallo. En los árboles
caducifolios, de los cuales se obtienen los segmentos defoliados, antes de la caída de las hojas hay
acumulación de reservas, las cuales están destinadas a formar posteriormente hojas nuevas. A partir de
estas reservas se generan las raíces y las hojas en el segmento; en cambio, los segmentos foliados por lo
general proceden de árboles de hoja perenne, que no acumulan reservas en el tallo y que deben
continuar fotosintetizando para producir los recursos necesarios para generar nuevo crecimiento.
Algunas plantas se enraízan mejor a partir de esquejes (ápices terminales de las ramas), mientras otras
se multiplican más fácil a partir de estacas semileñosas (provenientes del tercio medio) y otras se
propagan más eficientemente a partir de estacas leñosas (tercio basal de los tallos). Los esquejes se
pueden obtener en el trópico en todas las épocas mientras las plantas muestren crecimiento activo, esto
es muy válido para la multiplicación de plantas de textura semileñosa, herbácea y arbustiva como por
ejemplo el cidron (Limpia citriodora), la mejorana (Origanum majurana), los crotos (codiacum
variegatum) y otros. En el caso de algunas plantas provenientes de estaciones como Arce
(Acerpalmatum), Pinos (Pinus tumbergii) se deben propagar por esquejes cuando se encuentran en
periodo de dormancia o no muestran crecimiento activo (estación otoño). En el caso del trópico
poseemos cantidad de especies que se pueden propagar por Ej. El brevo (Picus carica), algunos
limones (Citrus spp), yuca (Manihot sculenta) y otros.
A continuación se enumeran los pasos y criterios que se deben considerar para realizar esta actividad:
1) Seleccionar donantes vigorosos y sanos con alta cantidad de reservas alimenticias, preferentemente
de un banco de plantas donantes que han crecido en condiciones de completa iluminación y que por lo
tanto contienen alta cantidad de reservas alimenticias.
2) Elegir los segmentos básales o centrales de la rama, que son los que tienen más reservas alimenticias
necesarias para el desarrollo de las nuevas raíces, pues de ellos se derivan las ramificaciones
secundarias. Por ello no se deben elegir ramas con entrenudos muy largos o de ramas pequeñas y
débiles.
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3) El tamaño de los segmentos varía entre 15 y 75 cm de largo, el criterio adecuado para elegirlo
depende de la especie, ya que se requiere que se incluyan por lo menos dos nudos, aunque lo
recomendable es de cuatro a seis, sobre todo cuando los entrenudos son muy cortos. El diámetro de las
ramas en que se realizan los cortes puede ser de 0.6 a 5 centímetros.
4) El corte basal se hace justo abajo de un nudo (sitio donde preferentemente se forman raíces
adventicias) y el corte superior se realiza de 1.3 a 2.5 cm arriba del otro nudo.
5) Empaquetar las estacas cuidando su orientación, para mantener su polaridad y permitir que el flujo
de savia siga su dirección normal. Por eso se marca la base con un corte sesgado o se baña la base con
cera, lo cual ayuda también a evitar la pérdida de humedad, que podría propiciar enraizamientos
pobres.
6) El enraizamiento de segmentos defoliados ocurre fácilmente, ya que el propio ciclo fenológico hace
coincidir la producción de hormonas de crecimiento con el periodo de enraizamiento y crecimiento de
yemas del segmento. Aun así, se favorece notablemente el enraizamiento si se emplean hormonas y
algunos procedimientos para asegurar el desarrollo rápido de los segmentos. Las sustancias más usadas
para acelerar el enraizamiento son el ácido naftalenacético (ANA) y el ácido indolbutírico (AIB). El
enraizamiento también se favorece colocando los segmentos a temperatura baja (5-8°C) por algunas
semanas, ya que esto estimula la síntesis de hormonas en plantas que proceden de climas en los que hay
una estación fría.
Como se mencionó, no todas las plantas tienen la capacidad de enraizar espontáneamente, por lo que a
veces es necesario aplicar sustancias hormonales que provoquen la formación de raíces. Las auxinas
son hormonas reguladoras del crecimiento vegetal y, en dosis muy pequeñas, regulan los procesos
fisiológicos de las plantas. Las hay de origen natural, como el ácido indolacético (AIA), y sintéticas,
como el ácido indolbutírico (AIB) y el ácido naftalenacético (ANA). Todas estimulan la formación y el
desarrollo de las raíces cuando se aplican la base de las estacas.
La función de las auxinas en la promoción del enraizamiento tiene que ver con la división y
crecimiento celular, la atracción de nutrientes y de otras sustancias al sitio de aplicación, además de las
relaciones hídricas y fotosintéticas de las estacas, entre otros aspectos. La mayoría de las especies
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forestales enraizan adecuadamente con AIB, aunque se ha observado que para algunos clones la
adición de ANA resulta más benéfica.
Obtención de estacas
Los propágalos uno por uno se cortan de esta longitud en la base de cada nudo; se desgarran las hojas
básales y se sumergen cada uno de inmediato en la sustancia enrraizadora previamente disuelta, o se
impregna con la fitohormona o también se utiliza abundantemente los cristales internos de la hoja de
sábila (Aloe vera) lo cual da un buen resultado. Los pedazos de tallos así preparados se van sembrando
cada uno enterrado de 1.5 a 2.5 cm de su base en el soporte mecánico o medio de enrraizamiento
conservando la polaridad es decir que la haz de las hojas y las yemas axilares queden mirando hacia
arriba.
Para obtener y manipular adecuadamente las estacas deben tomarse en cuenta varios factores: la alta
humedad del aire, la intensidad moderada de luz, con temperaturas estables, un medio favorable de
enraizamiento, y una protección adecuada contra el viento, las pestes y las enfermedades. Sobre todo
debe evitarse la deshidratación, pues los cortes con hojas pierden rápidamente agua por medio de la
transpiración, aun cuando exista una alta humedad relativa. Y es que, como no tienen raíces, la
absorción de agua es mucho más lenta, y esto afecta el estado de hidratación de la estaca.
Enraizamiento y establecimiento
El área donde se colocarán las estacas para el enraizamiento debe ser fresca y sombreada. La
temperatura óptima para que ocurra se encuentra entre los 20 y 25°C. Cuando las temperaturas suben
arriba de 30°C la humedad relativa de la atmósfera o contenido de vapor de agua presente en el aire
tendrá que ser muy alto (más de 90%) para impedir que las plantas pierdan demasiada agua al
incrementarse su transpiración y terminen marchitándose. La sombra se puede producir con materiales
de origen vegetal como hojas de palma, paja, ramas secas, o con mallas plásticas especiales diseñadas
para ese propósito. Es importante que el material utilizado transmita una luz que sea apropiada para
activar la fotosíntesis de las plantas.
Sustrato de enraizamiento. Una mezcla por iguales partes de volumen de arena gruesa de revoque y
tierra negra son recomendadas, la lava volcánica (lapillo), también otros materiales mezclados como
musgo, casca de coco desmenuzado, borra café, cascarilla de arroz son utilizados.
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Un buen medio de enraizamiento se obtiene con arena gruesa o grava fina, que debe estar limpia
(aunque no necesariamente estéril) húmeda y bien aireada. Si su capacidad de retención de agua es baja
se puede mejorar adicionando aserrín (no demasiado fresco), turba, vermiculita u otros materiales. En
el caso de haber inicios de pudrimiento en las estacas será necesario aplicar algún fungicida al medio
de enraizamiento.
El medio de enrraizamiento como características físicas debe tener un buen drenaje y un porcentaje de
alta porosidad como también libre de patógenos que causan plagas y enfermedades y de semillas de
arvenses. Este soporte mecánico a utilizar debe ser previamente esterilizado o solarizado, también se
puede humedecer con agua.
Siembra de las estacas en el propagador. Las estacas ya preparadas se siembran rápidamente pero
tomando en cuenta las siguientes indicaciones: los cortes deben colocarse a una profundidad de 2 a 3
cm; para asegurar que queden firmes es necesario compactar un poco el sustrato de enraizamiento;
cuando se utilizan estacas multinodales con varias hojas se debe evitar que las hojas inferiores queden
en contacto con el medio de enraizamiento para evitar la putrefacción.
Posteriormente se pasan a recipientes que contengan sustrato aireado y con buena fertilidad. Es
recomendable agregar tierra del sitio donde naturalmente crece la especie para así favorecer la
inoculación de la microflora apropiada. Es necesario estabilizar los trasplantes adecuadamente, para lo
cual los envases deben llenarse con el medio de crecimiento aproximadamente a la mitad de su
capacidad. La estaca se coloca en el envase en posición correcta (con la yema al ras del suelo y en su
mayor parte dentro del medio del envase) y se termina de llenar. Esto ayuda a que no queden espacios
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de aire en su base y a que las raíces no se dañen, lo que asegura que éstas queden bien distribuidas en el
envase (sin curvaturas o enrollamientos). Cuando hay más de una yema se recomienda eliminar algunas
con el fin de asegurar la formación de plantas con un sólo eje y favorecer que el eje se desarrolle en
forma recta.
ACODOS
Es un método de propagación vegetativa en el cual se obtiene un pedazo de rama enraizada adherida a
la planta parental. La nueva planta mientras va enraizando recibe nutrientes y agua de la planta parental
hasta desarrollar las raíces. Este fácil método se utiliza par propagar unas pocas plantas de un material
con características reconocidas o para propagar materiales difícil de obtener o enraizar por otros
métodos como el caso de la ciruela claudia (Prunas sp.), sanjuaquines híbridos (Hibiscus spp), bifloras
(Rhododendrum spp), y otros. Los acodos se pueden realizar en cualquier época del año, pero lo ideal
sería hacerlos en épocas de lluvia par endurecerlos y sembrarlos después de tres o seis meses
dependiendo del material a propagar. Para empezar a ejecutar el acodo se seleccionan ramas vigorosas
de plantas que estén creciendo a plena exposición solar, las cuales poseen más alimento de reserva
como carbohidratos y enraizan más fácilmente. Las ramas seleccionadas deben tener textura herbácea
y semileñosa dependiendo del vegetal a propagar. Se tiene varias modalidades de acodos como el
aéreo, el de punta terminal, trinchete, aporque y serpiente.
Acodo aéreo
Es el más utilizado para plantas como cauchos (Ficus sp.), Camelias (Camelia sp), Sanjuaquines
(Hibicus sp), etc. el primer paso a seguir consiste en medir de 10 a 15 cm del ápice de cada rama hacia
su parte basal, desgarrando las hojas de los nudos donde mida esta longitud, después de desgarrar las
hojas se hace con una navaja limpia y afilada un anillo debajo del nudo de 1 a 2 cm de ancho
desprendiendo el cilindro cortical (corteza) del cilindro central, procurando raspar un poco la primera
capa del cilindro central para estimular el Cambium para la diferenciación posterior de raíces. Una vez
seleccionadas las ramas y removidos los tejidos, de inmediato después de cada corte realizado se
impregnan los tejidos con las hormonas o con la sábila para que la rama los absorba por la presión
diferencial interior y se obtengan mejores resultados de enraizamiento. Después de esta operación con
musgo bien humedecido se cubren los tejidos impregnados con hormonas y se aprieta firmemente el
musgo alrededor formando una bola de 5 a 6 cm de diámetro, luego con un plástico transparente de alta
densidad cubre la superficie y amarra firmemente en los extremos con una fibra plástica.
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Acodo de aporque.
Este método se utiliza para multiplicar plantas generalmente arbustivas y de tallos múltiples como
azaleas, bifloras, magnolias, etc. se miden diez cm por encima de la superficie del suelo sobre cada
tallo y se remueve la corteza y se impregnan los tejidos con las hormonas y luego se hace un montículo
de tierra alrededor de la planta parental hasta la altura de 20 a 30 cm tapando los cortes realizados.
VENTAJAS:
- La variación genética durante la reproducción es fácilmente eliminada.
- Rápido crecimiento del cultivo debido al mayor tamaño (número de células y reservas) del
material inicial.
DESVENTAJAS:
- Almacenamiento, conservación y transporte dificultoso
- Transmisión de enfermedades de una generación a otra.
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Propagación Sexual: Propagación por semillas. Involucra la unión de gametos originados por meiosis:
Tomate, morrón, poroto, lechuga, zapallo, melón, cebolla, zanahoria, etc.
VENTAJAS:
- Filtro para el pasaje de muchas enfermedades.
- Fácil conservación por períodos prolongados.
- Alta tasa de multiplicación.
DESVENTAJAS:
- En especies alógamas, alta variabilidad genética y dificultades para mantener la identidad
genética.
- En semillas pequeñas, lento crecimiento inicial del cultivo.