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¡ A y m i blusa marinera!
T a l es el tema, además, de los dos primeros poemas de la segimda Siempre me la inflaba el viento
parte, la titulada, precisamente, "Marinero en tierra", presidida por al divisar la escollera't^.
unos versos que resumen cabalmente el sentimiento del libro: " E n -
traña de estos cantares; / ¡Sangre de mi corazón, / tarumba por Esta figura del marinero en tierra, leit-motiv, cumple su función
ver los mares!". Sobre la presencia concreta del mar, se impone la integradora de los diferentes planos que sustentan el doble sentimien-
nostalgia del mar ausente y evocado. E l mar como nostalgia y la ciu- to de gozo y de nostalgia. L a referencia al traje puede entenderse
dad como destierro, dictan su vaivén a la expresión directa y simple, como una forma de especificación y particularización de un sentimien-
de exclamaciones reiteradas, a las imágenes fugaces y sucesivas, con to más universal, que reaparece en este y en otros libros de Alberti
toda la ambigüedad y polivalencia de su forma abierta, y siempre con donde la figura humana cobra concretidad, no en un individuo, sino
el persistente propósito de obtener una resonancia emotiva. Las cons- en un tipo identificado por su oficio o actividad. En el orden de las
trucciones nominales, el juego de exclamaciones e interrogaciones, la resonancias literarias, puede establecerse una relación con los mari-
alternancia de pasado y presente, no sólo sirven a la finalidad expre- neros de Juan Ramón Jiménez, ya señalada, por otra parte, por el
siva, sino que determinan un tono general de simplicidad juguetona, mismo Alberti con referencia a otro poema suyo:
de inocencia primitiva y popular:
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I ...la blusa azul, y la cinta
milagrera sobre el pecho.
E l mar. L a mar.
J. R. J.
E l mar. ¡Sólo la mar!
—Madre, vísteme a la usanza
de las tierras marineras:
Ibid., págs. 60-61.
« Id., " E l mar muerto", en P. C, pág. 57. *^ Ibid., pág. 51.
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el pantalón de campana, Una vez más el plano metafórico adquiere categoría sustantiva
la blusa azul ultramar
—búcaro fino—, mientras que la realidad mentada — e l mar—, se
y la cinta milagrera.
reduce a mero término subordinado, indicador de materia.
—¿Adonde vas, marinero, E l segundo esquema de contraposición se articula sobre la pareja
por las calles de la tierra? ciudad-campo, con sus variaciones, mundo moderno-mundo primitivo;
lo mecánico-lo natural; oficios urbanos-oficios campesinos. " M i cora-
— ¡ V o y por las calles del mar! ^
zón, repartido..." establece con un tono juguetón ese contraste, me-
diante imágenes elevadas, tópicas por su carga sentimental —"mis
verdes sauces llorones"—, y otras que producen ima ruptura por su
Evidentemente, en este segundo poema es todavía más patente la nivel cotidiano y carácter nimio.
doble proyección emotiva, la distancia entre lo vivido y lo soñado, que
mar y tierra tienen en esta serie de composiciones. M i corazón, repartido
entre la ciudad y el campo.
Como dijimos antes, este contraste se establece frecuentemente
al nivel de los oficios o actividades habituales que desempeña el hom- ¡Luminarias de la noche!
bre. E l mar es la aventura frente a esas otras actividades posibles, y ¡ M i s verdes sauces llorones!
sólo por afán de mejores aventuras acepta el marinero cambiar su ¡ A y claras confiterías
oficio por los de los que quedan en la orilla ("Si Garcilaso volvie- de anises y de piñones!
ra..."). Orilla poblada de pañuelos y mar siucado de velas, cuyo ¡ E l olor a trementina,
encantamiento se define en una breve canción que renueva la temá- a suave alcol de romero
tica del famoso romance del Infante Amaldos, despojado de sus ele- del bosque!
mentos descriptivos y narrativos y reducido a su pura sustancia lírica. ¡Novia azul en la baranda
Interrogación frente al misterio, exaltación ansiosa frente a la eviden- de los últimos balcones!
cia de perfección y belleza:
¡Novia del monte,
pobre! «
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¿Para quién, galera mía, L a selección de esta imagen ciudadana — " ¡ A y claras confiterías /
para quién este cantar? de anises y de piñones!"—, entre las infinitas posibles, produce, como
dijimos, un efecto de discordancia, y tal es su función dentro del
¡Búcaro fino del mar,
poroso de azul salado,
poema; pero, en sí misma considerada, nos aproxima a otra faceta del
quién te pudiera quebrar! ^5 arte de Alberti, en su primera etapa; la visión infantil o primitiva.
Esta dimensión, frecuente, como es sabido, en los romances y can-
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ciones tradicionales, que son la fuente literaria de sus primeros libros.
Ibid., pág. 71.
•ts Ibid., pág. 69. Ibid., pág. 31.
300 Cinco poetas españoles
Rafael Alberti 301
no puede reducirse meramente a esta influencia, dado su carácter e MALA RÁFAGA
importancia. E n algunos poemas se trata de ima evocación directa del
Boyeros del mar decían:
punto de vista de la infancia: "Elegía del cometa Halley", "Elegía" * \
—Bueyes rojos, raudas sombras,
En otros, la perspectiva infantil introduce un efecto de distensión ya oscuro, ¿hacia dónde irían?
lírica; en otros, produce la apertura hacia lo mágico o lo sobrerreal,
( ¡ F u e g o en la noche del mar!)
a partir de una acción prodigiosa que desencadena asociaciones fan-
tásticas : Carabineros del viento
" D e L a Habana ha venido un barco..." tampoco no lo sabían:
Más abiertamente dentro de esta temática y de estos recursos, se Exprimid toda m i sangre.
Tended a secar mi vida
halla la serie de "Nanas" que ocupan la segunda parte del libro.
sobre las jarcias del muelle.
Otro modo de trasposición fantástica se opera a través de la v i -
sión onírica, en poemas del tipo de "Rosa-fría, patinadora de la Seco, arrojadme a las aguas
con una piedra en el cuello
luna" o "Malva-luna-de yelo", donde la imagen de la mujer proyecta
para que nunca más flote.
sobre un trasfondo cósmico sus contomos imprecisos, a la vez que
se perfilan con entera precisión y en primer plano, aspectos fragmen- L e d i mi sangre a los mares.
¡Barcos, navegad por ella!
tarios de orden físico o espiritual
Debajo estoy yo, tranquilo
En " M a l a ráfaga" la visión fantástica resulta de la predominancia
y desarrollo del plano metafórico, contrapuesto a las escuetas referen-
cias al plano real que aparece, de este modo, subordinado a aquél. Pero ya por los años en que compone este primer libro, Alberti
prepara una nueva obra de diferentes características.
*^ Ibid., pág. 6 i y págs. 46-47-
Id., P. C, pág. 48.
50 Ibid., pág. 63.
« Ibid., pág. 28.
51 Ibid., pág. 62.
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