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DESARROLLO DEL LENGUAJE

El lenguaje es una de las cosas más increíbles que somos capaces de hacer. Incluso sería
posible que los homo sapiens fuésemos la única criatura en el planeta que tengamos esta
capacidad. Solo los delfines muestran indicios de lenguaje, aunque somos aun incapaces
de comprenderlo.

Parecemos hechos para hablar y comprender el lenguaje. Las áreas especializadas del
cerebro como las áreas de Broca y Wernicke, sugieren que la genética nos provee con, al
menos, los fundamentos neurológicos del lenguaje.

La lingüística es, por supuesto, una materia distinta, pero se sobrepone con la psicología
un poco, especialmente en lo que se refiere al desarrollo del lenguaje en bebés y niños.
La habilidad que tienen los niños pequeños para aprender el lenguaje – o incluso dos o
tres lenguajes simultáneamente – es uno de los indicativos de que hay algo especial en
nuestro cerebro a esas edades.

Todo comienza en la infancia. Desde el nacimiento hasta los 6 meses, los bebes hacen
gran cantidad de ruido. Ellos chillan, gruñen, rugen y gritan. También arrullan, lo que
posteriormente se convertirá en vocales.

De los 6 meses hasta los 10 meses, producen sonidos más complicados llamados
balbuceos. Las primeras consonantes pueden ser combinadas con las vocales para hacer
sílabas. Pronto, añaden otras consonantes.

Los padres juegan un papel importante en formar el lenguaje de los niños. Incluso
estando preprogramados en cierta forma para usar el lenguaje, necesitamos aprender un
lenguaje específico de la gente que nos rodea. Las madres típicamente ajustan su habla
para ajustarse al nivel del niño. Este lenguaje se llama “motherese”. Se encuentra en
prácticamente en todas las culturas del planeta, y tiene ciertas características comunes:
Las frases son muy cortas, hay mucha repetición y redundancia, hay una cualidad
melodiosa, y contiene muchas palabras especiales de bebé. Está también incrustada en
el contexto de los alrededores, con constantes referencias a cosas cercanas y actividades
que se están produciendo.

Motherese a menudo incluye una forma delicada llamada protoconversación:

Madre Niño (un año)


Mira! (llama la atención del (el niño toca el
niño) dibujo)
¿Qué es esto?
(el niño balbucea, sonríe)
(pregunta)
Si, son perritos! (nombrando el (el niño vocaliza, sonríe,
objeto) mira a su madre)
(mama ríe) Si, perritos!
(el niño aliza, sonríe)
(repitiendo)
(risas) Si! (dándole feedback) (el niño ríe)
Mamá también hace preguntas como “donde está?” y “que está haciendo?”. Cualquier
respuesta es recompensada con felicidad! Por supuesto, la conversación se vuelve más
significativa cuando el niño puede realmente formar sus propias palabras. A los 10
meses, la mayoría de los niños comprenden entre 5 y 10 palabras. Solo ¼ de ellos llegan
a las 40 palabras!

De los 12 a los 18 meses (más o menos) se llama la etapa de una palabra (o


holofrásica). Cada palabra constituye una frase por sí misma. A los 12 meses, la mayoría
de los niños pueden producir 3 o 4 palabras, y comprender entre 30 y 40. Otra vez, hay
algunos niños que comprenden e incluso usan hasta 80! A los 14 meses, el número de
palabras comprendidas salta a 50-100, e incluso el ¼ más lento sabe 20-50. A los 18
meses, la mayoría de los niños puede producir 25-50 palabras por sí mismos, y
comprender cientos de ellas.

Dos características de esta etapa son las sobreextensiones y las infraextensiones. Por
ejemplo, la palabra “sombrero” puede significar casi cualquier cosa que alguien lleve
sobre su cabeza, un “perrito” se aplica a casi cualquier animal, y “papi” (algo que
avergüenza a las mujeres de todo el mundo) puede aplicarse a cualquier hombre. Por
otra parte, algunas veces los niños usan la infraextensión, en las que usan una palabra
general para aplicarla una cosa específica. Por ejemplo, “bibi” puede significar MI
biberón y solo mi biberón, y “papes” puede significar MIS zapatos y solo esos.

Hay ciertas palabras comunes que se muestran en la mayoría de los vocabularios


infantiles. En inglés, incluyen mama, papa, bebe, perrito, gatito, patito, leche, galleta,
zumo, muñeca, coche, oreja, ojo, nariz, hola, adiós, no, ve, abajo, y arriba. También hay
palabras únicas, a veces inventadas por los niños, llamadas idiolectos, Los gemelos
idénticos a veces inventan docenas de palabras entre ellos que ningún otro puede
comprender.

Entre los 18 y 24 meses (aproximadamente), vemos el comienzo de frases de dos


palabras, y del habla telegráfica. Aquí hay algunos ejemplos comunes, mostrando una
variedad de funciones gramaticales, creadas por la simple conjunción de dos palabras:

Mira perrito, hola leche


Esa pelota, gran pelota
Zapato papa (por ejemplo, zapato de papa), zapato nene (p. ej. mi zapato)
Más galleta, más canción
dos zapato, ninguno zumo (números y cantidades)
mama sienta, Eva lee (“frases” de sujeto-verbo)
dame pelota, quiero mas (hacer peticiones)
no cama, no mojado (negación)
mama calcetín (“frases” de sujeto-objeto, p. ej. mama coge mi calcetín)
poner libro (“frases” verbo-objeto, p. ej. pon el libro aquí)

Después de los 24 meses, los niños comienzan a usar construcciones gramaticales de


varios tipos: participios usados como verbos, preposiciones, plurales, verbos en forma
pasada irregular, posesivos, ,el verbo ser / estar, artículos ... Es interesante ver que las
formas verbales irregular simples se aprenden antes que las regulares.
Esto no está en ninguna forma restringido al inglés o a cualquier otro lenguaje: son
universales. Por ejemplo, todos los niños comienzan con frases telegráficas:

Hombre limpia coche (El hombre está limpiando el coche)


Obachan atchi itta (Obachan ga atchi e itta, "mi tío fue por ahí”, en Japonés)

Los artículos (en los lenguajes que los usan) son aprendido como una idea general al
principio, y solo se refinan más adelante:

Uh = a, the (inglés)
Uh = un, une, le, la en Francés
Duh = die, der, das, etc. En Alemán

Los géneros gramaticales no son una cosa fácil de aprender. Las palabras masculinas y
femeninas en francés y las palabras masculinas, femeninas y neutras del alemán son
solo una cuestión de memorización. La misma dificultad se aplica a las diferentes clases
de verbos.

El aspecto (como diferenciar entre cosas que se hacen solo una vez y cosas que se
hacen repetidamente – el perfecto y el imperfecto) se aprende antes que el tiempo
(pasado-presente-futuro). El tiempo verbal es realmente muy difícil, aunque como
adultos lo demos por sentado.

Parece haber lenguajes que son más fácil para los niños aprender, y otros que son más
difíciles: algunos lenguajes (turco, húngaro y finés, por ejemplo) usan muchos sufijos
para indicar una variedad de cualidades gramaticales y semánticas. Estos sufijos son
sílabas muy comunes, y completas y totalmente regulares, y se aprenden pronto y fácil.

Por otra parte, algunos lenguajes (p. ej. El chino, el indonesio y en cierta forma el
inglés) prefieren usar pequeñas palabras llamadas partículas (p. ej. el, de, en, y, etc.),
Estas tienden a ser aprendidas más tarde, porque no tienen significado por sí mismas y
son a menudo sin acento y pronunciadas sin claridad. Fíjese por ejemplo, que “de” y
“el” se suele juntar en “del”.

Un tercer grupo – que contiene la mayoría de los lenguajes europeos y semíticos – tiene
un sistema mixto, incluyendo muchas partículas y finales irregulares y sin acento. Si
recuerdas los esfuerzos para acordarte del artículos alemán, las conjugaciones españolas
o las declinaciones de los nombres del latín, se dará cuenta por qué los niños pasan un
mal rato aprendiendo estas cosas también.

El aprendizaje del lenguaje no termina a los dos años, por supuesto. Los tres años de
edad son importantes para algo llamado sobre-regularización. La mayoría de los
lenguajes tienen irregularidades, pero a los niños de tres años de edad les encantan las
reglas y se saltarán algunas de las irregularidades que aprendieron cuando eran más
pequeños, p. ej. “yo cabo” por “yo quepo”. Los niños de tres años pueden hablar en
frases de cuatro palabras y pueden usar 1000 palabras.

Con cuatro años, son grandes preguntones, y comienzan a usar muchas palabras del tipo
de donde, qué, quién, por qué, cuando (aprendidas en ese orden). Pueden manejar frases
de cinco palabras, y pueden tener un vocabulario de 1500 palabras.
Los niños de cinco años usan frases de seis palabras (con oraciones, no menos), y usan
al menos 2000 palabras. Los de seis años usan hasta 6000 palabras. Y los adultos
pueden usar hasta 25.000 palabras y reconocer hasta 50.0000.

Uno de los más grandes obstáculos para los niños es aprender a leer y escribir. En
algunos lenguajes, como el italiano o el turco, es fácil: las palabras se escriben como se
pronuncian, y se pronuncian como se escriben. Otros lenguajes – el sueco o el francés –
no son demasiado difíciles, porque hay mucha consistencia. Pero otros lenguajes tienen
sistemas de pronunciación terriblemente desfasados. El inglés es un claro ganador entre
los usuarios de alfabeto occidental. Pasan años de educación en conseguir que los niños
memoricen pronunciaciones irracionales. En Italia, por otra parte, la pronunciación no
se reconoce como materia escolar, y los concursos de deletreo serían ridículos.

Y por último hay lenguajes que no usan alfabetos: el Chino requiere años de
memorización de largas listas de símbolos. El japonés realmente tiene cuatro sistemas
que todos los niños necesitan aprender: un gran número de símbolos kanji, adoptados
hace siglos de los chinos; dos silabarios diferentes (alfabetos basados en sílabas); y el
alfabeto occidental. Los coreanos, por otra parte, tienen su propio alfabeto con una
perfecta relación entre símbolos y sonidos.

DESARROLLO DEL LENGUAJE


Para saber si existe algún retraso de lenguaje, es preciso conocer las
características principales del desarrollo del lenguaje de acuerdo a la edad del
niño. Algunos demuestran dificultad para la correcta articulación de los
fonemas (sonidos), a esto se le denomina “dislalias”, los padres lo identifican
cuando escuchan que el niño omite, sustituye o altera algunos sonidos concretos
en su hablar, en este caso hay que descartar problemas auditivos o problemas de
la cavidad oral.
Los padres y educadores deben tener presente que los niños adquieren los
fonemas de acuerdo a su edad. Por ejemplo un niño que dice “lete” cuando se
refiera a “leche” o “calo” en lugar de “carro”, probablemente no ha desarrollado
habilidades articulatorias que le permiten pronunciar adecuadamente los
fonemas de las consonantes “ch” y “r”. Por otro lado no se descarta que existan
otros factores como problemas orgánicos o la sobreprotección familiar e
inadecuados modelos de pronunciación, factores que influyen en los problemas
de lenguaje.

A nivel de articulación, generalmente se considera que en los seis primeros años


el niño adquiere progresivamente el sistema fonológico del idioma español.

*EDADES DE ADQUISICIÒN DE FONEMAS

3 años
/m/, /n/, /ñ/, /p/, /k/, /f/, /y/, /l/, /t/, /c/, /ua/, /ue/.
4 años
/b/, /g/, /r/, /bl/, /pl/, /ie/
5 años
/fl/, /kl/, /br/, /gr/, /gr/, /au/, /ei/
6 años
/rr/, /s/, /x/, /d/, /g/, /fr/, /pr/, /tr/, /dr/, /eo/
*Este es una tabla de desarrollo fonológico estándar que puede variar según el
lugar de procedencia del hablante.

Intervención en problemas de lenguaje Para una adecuada intervención es


necesario el apoyo de la familia para brindar una adecuada estimulación del
lenguaje, realizar ejercicios de respiración y praxias, así como la guía y
orientación de una especialista en terapia de lenguaje.

Ejercicios de praxias:
La articulación de los fonemas está relacionada con el desarrollo motor del niño,
por ello el objetivo de las praxias es ejercitar la motricidad fina que afecta a los
órganos de la articulación, de forma que el niño/a pueda adquirir la agilidad y
coordinación necesarias para hablar de una forma correcta.

Ejercicios de soplo:
-Soplar una corneta o silbatos.
-Aprovechar el baño para soplar las burbujas del jabón.
-Inflar globos.
-Hacer bolitas de papel y pedirle que las sople en una superficie plana a manera
de juego.
Ejercicios de labios:
-Apretar los labios y aflojarlos sin abrir la boca.
-Separar ligeramente y juntar los labios con rapidez.
-Sonreír sin abrir la boca y posteriormente reír.
-Proyectar los labios hacia la derecha y hacia la izquierda.
-Oprimir los labios uno con otro, fuertemente.
-Sostener un lápiz con el labio superior a modo de bigote.
-Inflar las mejillas y al apretarlas con las manos hacer explosión con los labios.
-Abrir y cerrar la boca como si bostezara.
Ejercicios de lengua:
-Sacar la lengua lo máximo posible y volverla dentro de la boca en movimientos
repetidos a distintos ritmos.
-Mover lateralmente, la punta de la lengua, al lado izquierdo y derecho.
-Sacar la lengua y levantarla lo más posible y luego, bajarla al máximo.
-En el interior de la boca, llevar la lengua en todas las direcciones.
-Tocar la cara inferior de las mejillas interiores con la punta de la lengua.
-Movimientos giratorios de la lengua, siguiendo toda la superficie de los labios,
primero en un sentido y luego en el contrario.
-Movimientos rápidos de salida y entrada de la lengua, vibrando sobre el labio
superior.
-Acartuchar la lengua doblando los laterales de la misma.
-Sacar y meter la lengua alternadamente, primero con lentitud y luego con
rapidez.
Ejercicios de mandíbula:
-Abrir y cerrar la boca.
-Hacer como si mascaramos chicle.
-Imitar el movimiento de bostezo.
Recomendaciones:
-Tener en cuenta que el desarrollo fonemático de cada niño es variable pero hay
que considerar las edades topes de adquisición según la tabla sugerida.
-Los ejercicios propuestos deben ser motivadores para el niño/a, por tanto la
educadora debe emplear estrategias o materiales atrayentes como silbatos,
burbujas, láminas o espejos para la imitación de los movimientos práxicos.
-Es importante que el niño realice estos ejercicios de manera divertida, a
manera de juego, la motivación es la principal aliada para el logro de los
objetivos propuestos.
-Deben ser lo suficientemente breves para evitar el cansancio del niño/a.
-Acudir a un especialista o terapeuta cuando se tenga dudas sobre el normal
desarrollo del lenguaje del niño, él será la persona más indicada para detectar
cualquier problema o anomalía y orientarnos sobre cuáles son las terapias más
convenientes.

EL NIÑO DE SEIS AÑOS

EL NIÑO Y LA NIÑA DE 5 Y 6 AÑOS

Se visualiza un importante progreso en la motricidad, el conocimiento de su propio cuerpo, el razonamiento y la


comunicación con los demás. Logra entonces un mayor control de sus movimientos, pudiendo por ejemplo saltar
alternadamente sobre uno y otro pie, manteniendo el equilibrio. El grado de coordinación es tal, que le permite
aprender a nadar, patinar y andar en bicicleta.
Este progreso también se observa en su motricidad fina: ahora maneja el lápiz con seguridad y se fija
definitivamente la lateralidad; es decir, se consolida el hecho de que el niño sea zurdo o diestro. Esto lo
podemos apreciar en tanto el niño reconoce la izquierda y la derecha y utiliza perfectamente una mano para
manejar los utensilios. La lateralidad va a depender de la preponderancia de un hemisferio cerebral u otro, esto
no tiene ventajas ni desventajas por lo que es perjudicial forzarlo a utilizar por ejemplo la mano derecha si
manifiesta ser zurdo.
Con respecto al desarrollo intelectual, se aprecia un progreso en la percepción: ahora diferencia y asocia los
datos percibidos por los diferentes sentidos.
Puede contar hasta diez objetos y ha desarrollado un sentido del tiempo que le permite seguir la trama de un
cuento y repetir con precisión una larga trama de hechos. Además puede seguir un plan de programación de un
día para otro y demuestra un aumento de su capacidad de atención y memorización.
En cuanto al lenguaje, habla de modo inteligible aunque puede seguir teniendo dificultades con la pronunciación
de algunas consonantes (por ejemplo la R). Se expresa con precisión y con frases cada vez más elaboradas.
Cerca de los 6 años es capaz de reconocer todas o casi todas las letras y puede escribir su nombre. Este
desarrollo del lenguaje se ve acompañado por un aumento de la agresividad en el plano verbal, por lo que a
veces utiliza insultos en lugar de agresiones físicas.
En relación al desarrollo social, se intensifica la relación con otros niños, lo que permite un tipo de juego más
cooperativo y organizado; ahora también es esperable que le interesen los deseos de los demás.
Algunos gustan pedir la aprobación casi constante de lo que hacen.
Está apto para adaptarse a horarios y practicar reglas de convivencia.

El difícil período de adaptación del pre-escolar

El mundo del niño/a pre-escolar es su familia y el medio socio-cultural más próximo.


Es un síndrome frecuente en los niños/as pre-escolares, que se presenta cuando se dan ciertas modificaciones
en el medio que rodea al niño/a, y el miedo es la respuesta a esos cambios. Este síndrome puede manifestarse
a nivel orgánico (dolor) o psíquico (angustia, miedos).
Todo esto sucede, dada la inmadurez en el desarrollo de su personalidad, la dependencia en relación con su
entorno próximo y el carácter invasor y desbordante que tiene la angustia en ellos.
El miedo es entonces primero una vivencia que anonada y paraliza y luego es una resistencia al cambio, de
manera que este conjunto de signos y síntomas se presenta ante situaciones que son vivenciadas como
amenazantes a ese mundo, como pueden ser el divorcio o separación de sus padres, muerte de un familiar
próximo, viajes, mudanzas, nacimiento de un hermano, cambio de habitación y la internación, intervención
quirúrgica o convalescencia por enfermedades, entre otras causas.
También el ingreso al Jardín de Infantes y cualquier cambio que se produzca con relación a las personas que se
dedican a su cuidado (por ej. que la mamá empiece a trabajar fuera de su casa).
Para superar todas estas situaciones hay una serie de mecanismos que el niño/a pone en juego y/o que los
adultos pueden sostener:
- Los Ritos: Es necesario que sus hechos cotidianos se repitan de forma sistemática (la hora del baño, de la
comida, de acostarse, etc.) Estos rituales le dan a pequeño una gran sensación de seguridad. Es decir, es
saludable que mantengamos una rutina que se vea alterada sólo en escasas excepciones, una rutina que
podamos construir y sostener con la mayor naturalidad para que, contemplando las distintas necesidades de los
miembros de la familia, no se convierta en un factor estresante.
- Objeto Acompañante: Con frecuencia el niño/a transporta con él algún objeto de su ambiente familiar al nuevo
ambiente (por ej. el Jardín) lo que oficia de instrumento reasegurador dado el carácter mágico de su
pensamiento (puede ser un juguete, una sabanita, una almohada, etc.) Es importante que podamos permitir esta
conducta mostrándonos comprensivos y atentos a los temores y necesidades que de esta forma nos quieren
demostrar.
- Objeto de Posesión: Otras veces el niño/a lleva a su casa un objeto de su nuevo ambiente; esto denuncia una
relación emocional y positiva de aceptación de este lugar nuevo (¡nunca un robo!), indicando que se está
sintiendo cómodo con esta nueva situación. Este nuevo ambiente pasa a ser entonces un sector del mundo
conquistado y despejado de temores, lleno de cosas buenas y amigas, gracias a un mecanismo que utiliza, de
fantasía integral de posesión. Los adultos, tanto los docentes como los papis, podemos demostrar nuestra
comprensión de este hecho aceptando esta conducta y explicando al niño paulatinamente y sin apresurarlo a la
“devolución”, que ese objeto pertenece al Jardín y que es para ser compartido con sus compañeritos.

Desarrollo del Lenguaje en niños


Dr. C. George Boeree
Traducción al Español: Claudio Fuenzalida

El lenguaje es una de las cosas más impresionantes de la que somos capaces. Puede
incluso ser que nosotros – Homo sapiens – seamos las únicas criaturas del planeta en
poseerlo. Sólo los delfines muestran indicios de lenguaje, aunque todavía seamos
incapaces de entenderlos.

Nosotros parecemos hechos para hablar y entender el lenguaje. Las áreas especializadas
del cerebro tales como el área de Broca y de Wernicke, sugieren que la genética nos
provee con, al menos, las fundaciones neurológicas para el lenguaje.

La lingüística es, por supuesto, un tema en sí mismo, pero se entrecruza un tanto con la
psicología, especialmente con respecto al desarrollo del lenguaje en niños. La habilidad
que tienen los niños de aprender un lenguaje – e incluso 2 ó 3 lenguajes
simultáneamente – es uno de los indicadores que existe algo especial en nuestros
cerebros a esa edad.

Todo comienza en la infancia. Desde el nacimiento hasta alrededor de los 6 meses, los
bebés emiten muchos ruidos; chillan, gruñen, gritan, y emiten arrullos. Arrullar es
básicamente la producción que más tarde se convertirá en vocales.

Desde los 6 meses hasta aproximadamente los 10 meses, producen sonidos más
complicados llamados balbuceos. Primero, practican sus vocales con mayor precisión,
comenzando - los bebés que hablarán Inglés - con las vocales abiertas, posteriores,
mientras trabajan las vocales frontales cerradas. Las primeras consonantes son la h, m y
b, las cuales pueden ser combinadas con las vocales para producir silabas. Pronto
agregan la p, t, d, n, w, f y v. Un poco más tarde, agregan la k, g y ng.
Luego comienzan a agregar la s y la z. Les toma un poco más de tiempo reproducir la
sh, ch, j y la th. Los últimos sonidos son la l y r. Por esto es que los escuchas
pronunciando las palabras del extraño modo en que lo hacen. Pero ten en mente que
ellos pueden percibir mucho más de lo que pueden pronunciar. Puede que no sean
capaces de decir ciertas palabras, ¡pero no tolerarán que tú las pronuncies mal! Una de
mis hijas, por ejemplo, usaba la silaba yã (con una a nasal) para decir “shoe” (zapato),
“sock” (calcetín) e incluso “chair” (silla) – pero entendía bastante bien la diferencia.

Las madres (y padres) juegan un rol importante en la formación del lenguaje de los
niños. Aunque estemos de alguna forma “programados” para hablar un lenguaje,
necesitamos aprender un lenguaje específico de la gente que nos rodea. Las madres
generalmente adaptan su lenguaje al nivel del lenguaje de los niños. Esto es llamado
habla materna; se ha encontrado prácticamente en todas las culturas del planeta, y tiene
ciertas características comunes: las oraciones son muy cortas, hay un montón de
repetición y redundancia, hay una cualidad de “cantito”, y contiene muchas palabras
especiales de bebé; también va de acuerdo al contexto de las cosas inmediatas que están
alrededor, con referencia constante a cosas cercanas y actividades que están sucediendo
en el aquí y ahora.

Este habla materna a menudo involucra un sutil moldeamiento llamado proto-


conversación. Las madres incluso involucran a los bebés que hacen un poco más que
simple balbuceo en proto-conversaciones:

Madre Bebé (de un año)


¡Mira! (captando la (el bebé toca el
atención del infante) dibujo)
¿Qué son estos? (el bebé balbucea,
(pregunta) sonríe)
Sí, son perritos! (el bebé vocaliza,
(nombrando el objeto) sonríe, mira a la
madre)
(la madre sonríe) ¡Sí, (el bebé vocaliza,
perritos! (repetición) sonríe)
(risa) ¡Si! (dando (el bebé sonríe)
retroalimentación)

Las madres también hacen preguntas como “¿dónde está?”. Cualquier respuesta es
recompensada con alegría. Por supuesto, la conversación se vuelve más significativa
cuando el bebé puede formar sus propias palabras. Alrededor de los 10 meses, la
mayoría de los bebés entienden entre 5 y 10 palabras; ¡el cuarto de ellos más rápido
entiende hasta 40 palabras!

La fase entre los 12 hasta los 18 meses es conocida como la Etapa de una palabra. Cada
palabra constituye una frase en sí misma. Alrededor de los 12 meses la mayoría de los
bebés pueden producir 3 ó 4 palabras, y entender entre 30 y 40. De nuevo, hay bebés
que entienden, e incluso pueden usar hasta 80 palabras. A los 14 meses, el número de
palabras que se entiende salta de 50 a 100. A los 18 meses, la mayoría de los niños y
niñas pueden producir de 25 a 50 palabras, y entender cientos de ellas.

Dos características de esta etapa son la sobre-extensión y la sub-extensión. Por ejemplo,


la palabra “gorro” puede significar cualquier cosa que pueda ser puesta sobre la cabeza,
o “papá” la pueden aplicar a cualquier hombre. Por otro lado, algunas veces los niños
usan la sub-extensión, lo que significa que usan una palabra general para decir algo muy
específico. Por ejemplo, “baba” puede significar “MI mamadera” y sólo Mi mamadera,
y “tatos” puede significar “MIS zapatos” y los de nadie más.
Existen ciertas palabras comunes que aparecen en el vocabulario más temprano de la
mayoría de los niños. Por ejemplo, mamá, papá, guagua, perro, leche, jugo, auto, hola,
chao, etc. Existen también palabras únicas, a veces inventadas por el niño, llamadas
idiolectos. Los gemelos a veces inventan docenas de palabras entre ellos que nadie más
puede entender.

Entre los 18 y los 24 meses (aproximadamente), vemos los comienzos de las frases de
dos palabras, y el discurso telegráfico. A continuación vemos algunos ejemplos
comunes, que muestran una variedad de funciones gramáticas formadas por la simple
conjunción de dos palabras:

Mira, perro
Esa pelota, pelota grande
Zapato mío, zapato papá
Cayó mamadera
Dame pelota
No come (no quiero comer)
Libro allá (pon el libro allá)

Después de los 24 meses, los niños comienzan a usar construcciones gramaticales de


diferente clase, incluyendo, en orden de desarrollo, el participio usado como verbo (yo
caminando), preposiciones, el plural, verbos en pasado irregular, el posesivo, el verbo
ser y estar, los artículos, verbos en pasado regular, la tercera persona singular, la
formación progresiva de los verbos, verbos complejos. Nota que la conjugación de
algunos verbos irregulares es aprendida antes que la conjugación de los verbos
regulares.

Este desarrollo no está en lo absoluto restringido a algunas lenguas, sino que es


universal. Por ejemplo, todos los niños comienzan con frases telegráficas:
Tío limpia auto (El tío está limpiando su auto)

Obachan atchi itta (Obachan ga atchi e itta, "mi tía se fue por allá," en Japonés)

Los artículos (en los idiomas que usan artículos) se aprenden como una primera idea
general, y sólo son refinados después:

uh = a, the (en Inglés: see uh car?)


uh = un, une, le, la (en Francés)
duh = die, der, das, etc. (en Aleman)

El genero gramatical tampoco es algo fácil de aprender en las lenguas que lo usan
(Castellano,Francés, Alemán), en tanto las palabras masculinas y femeninas (y neutras,
en Aleman) son simplemente un asunto de menorización. La misma dificultad se aplica
a diferentes clases de verbos.

El aspecto (tal como diferenciar entre cosas que son hechas y finalizadas, y cosas que
son hechas repetidamente – el perfecto e imperfecto) se aprende antes que el tiempo de
los verbos (pasado, presente y futuro). De hecho, el tiempo es bastante difícil de
aprender, aunque los adultos lo demos por sentado.

Parece haber lenguas que son más fáciles de aprender para los niños, y otras que son
más difíciles. Algunas lenguas (Turco, Húngaro, y Finés, por ejemplo) usan muchos
sufijos para indicar una gran variedad de cualidades gramaticales y semánticas. Estos
sufijos son muy comunes, son silabas completas, y completamente regulares – y se
aprenden fácil y tempranamente-.

Por otro lado, algunas lenguas (Chino, Indonesio, y hasta cierto grado el Inglés y
Español) prefieren usar palabras cortas llamadas partículas (ej., la, de, en, etc.). Estas
tienden a aprenderse tarde, porque no tienen un significado propio, y a menudo no son
acentuadas y se pronuncian poco claramente.

Un tercer grupo – en el que se incluye la mayoría de las lenguas europeas y semíticas –


tiene un sistema mixto, incluyendo muchas terminaciones irregulares y no acentuadas,
además de partículas. Si te acuerdas del esfuerzo que pusiste en memorizar los artículos
del Alemán, o las conjugaciones en Francés, o las declensiones de los sustantivos en
Latín, te darás cuenta porqué también a los niños les toma tanto tiempo aprenderlas.

El aprendizaje de una lengua no termina a los 2 años, por supuesto. Los 3 años son
notorios por un fenómeno llamado sobre-regularización. La mayoría de las lenguas
tienen irregularidades, pero a la edad de los 3 años les encantan las reglas y extenderán
algunas de las irregularidades que aprendieron a esta edad a otras palabras, por ejemplo,
“váyate” en lugar de “ándate”, o “no cabo” en lugar de “no quepo”. Los niños de 3 años
pueden formar frases de 4 palabras, y pueden llegar a manejar hasta 1000 palabras.

A la edad de los 4 años, los niños son grandes preguntones, especialmente en torno a
preguntas como dónde, qué, quién, por qué, cuándo (aprendidas en ese orden). Pueden
manejar oraciones de 5 palabras, y poseer un vocabulario de 1500 palabras.

A los 5 años, hacen frases de 6 palabras y usan hasta 2000 palabras. Al iniciar la etapa
escolar usan hasta 6000 palabras. ¡Los adultos pueden usar 25000 palabras y reconocer
hasta 50000!

Una de las batallas más grandes para los niños, es aprender a leer y escribir. En algunas
lenguas, como en Italiano y Turco, es bastante fácil: las palabras son escritas tal como
son pronunciadas, y viceversa. Otras lenguas -- Sueco y Francés, por ejemplo – no son
tan difíciles, porque existe mucha consistencia. Pero otras lenguas tienen sistemas de
escritura terriblemente desactualizados. El Inglés es un claro ganador de esto último
entre las lenguas que usan alfabetos occidentales; se gastan años de educación en lograr
que los niños memoricen una ortografía irracional.

Y luego tenemos lenguas que ni siquiera usan alfabeto: el Chino requiere años de
memorización de largas listas de símbolos. El Japonés tiene 4 sistemas de escritura que
todos los niños deben aprender: un largo número de símbolos kanji, adoptado hace
siglos del Chino; dos silabarios diferentes (“alfabetos” basados en sílabas); y el alfabeto
occidental. El Coreano, por otra parte, tiene su propio alfabeto con una relación perfecta
entre símbolo y sonido.
1. Avances a partir de los cuatro años
Las edades indicadas son a título indicativo ya que existe cierta variación de unos
niños a otros en cuanto a la adquisición de las diferentes estructuras lingüísticas.

Pregunta por todo. A partir de los cuatro años continúa más insistentemente con la fase
de los interrogatorios, el niño formula continuamente preguntas, utiliza con mucha
frecuencia el "por qué" y el "cómo". En lugar de las explicaciones, le interesa sobre todo
que las respuestas que obtenga se adecúen a lo que espera oír.

Empieza a utilizar expresiones con significado abstracto. Suele utilizar correctamente


expresiones del tipo "ni siquiera sé donde está", "Me lo pensaré", "yo también lo hago".
Es, por consiguiente, capaz de construir frases que requieren cierto desarrollo del
pensamiento abstracto y asociativo.

Empieza a interactuar. Deja de realizar largos monólogos y empieza a interactuar.


Puede mantener largas conversaciones, cuenta historias en las que mezcla la realidad y la
ficción.

Interés por las conversaciones de los adultos. Suele introducirse en las conversaciones
de los adultos, sobre todo para atraer su atención, aunque, ahora presta más atención a lo
que se le dice. Empieza a comprender que hablar sirve para muchas cosas, sobre todo
para comunicarse.

2. Avances a partir de los cinco años


Domina las bases del lenguaje. Con cinco años domina muy bien las bases del
lenguaje. Aunque todavía no es capaz de formular frases pasivas, sí es capaz de
entenderlas.

Imita conversaciones y acciones de los adultos. Suele imitar las conversaciones y


acciones de los adultos. Realiza muchos intentos de reproducir las palabras del lenguaje
de los adultos aunque, encuentra ciertas dificultades.

Capacidad de explicación. Es capaz de explicar las reglas de un juego, puede contar


cuentos sencillos y utiliza el lenguaje descriptivo para explicar algo.

Comprensión de la forma de leer. Con cinco años, el niño ya comprende que los textos
se leen de izquierda a derecha y de arriba abajo. Además, empieza a escribir algunas
letras y palabras que usa con frecuencia como su nombre. A esta edad es conveniente ir
preparado el camino para la iniciación en la lectoescritura.

Fomentar el desarrollo de su vocabulario. El desarrollo del lenguaje y de la


lectoescritura están relacionados. Es conveniente que antes de aprender a leer, manejen
un buen nivel de vocabulario, ya que los niños que hablan bien, están predispuestos a
leer bien.
3. Avances a partir de los seis años
Lectura. A partir de los 6 años empiezan a leer sin dificultad, pueden leer cuentos y
comprender lo que leen.

Lenguaje. Su lenguaje va mejorando y pueden comprender conceptos como "opuesto",


"medio", "mismo". A esta edad, muchos ya saben su nombre completo y dirección. Es
cuando empiezan a utilizar los pronombres personales de tercera persona. Muchos ya
utilizan correctamente la gramática aunque les cueste pronunciar ciertos sonidos.

4. ¿Cómo estimular el lenguaje en esta etapa?

Familiarizar al niño con la lectura será un gran apoyo para su desarrollo linguistico e
intelectual
1. Enseñarles rimas, adivinanzas, trabalenguas, etc. De esta forma se le estimula la
capacidad de escuchar y producir juegos fonéticos.

2. Evitar enseñarles palabras muy abstractas de difícil comprensión. El niño


requiere su tiempo para aprender, por ello no se debe insistir en que aprendan palabras o
construyan frases para las que su cerebro aún no está preparado.

3. No reírse cuando el niño se equivoque. A veces es inevitable soltar alguna carcajada


ante expresiones o frases inesperadas. Esto puede producir cierto complejo e inseguridad
a la hora de hablar de forma espontanea.

4. Los padres deberían intentar dar respuestas a las preguntas de sus hijos. A veces,
inconscientemente los ignoran y siguen haciendo lo que estaban realizando (leer el
periódico, ver la televisión, cocinar, etc.) Ante esto, el niño percibe que es como si le
hablara a la pared, como si no fuera importante para nadie y puede repercutir en su
autoestima.

5. Intentar familiarizar al niño con la lectura. Procurar que haya material de lectura en
casa, que los hijos vean que a sus padres les gusta leer, leerle cuentos adecuados a su
edad. De esta forma se va despertando el interés por la lectura.

Si los niños perciben como sus padres disfrutan y se entretienen leyendo, la lectura se
convertirán en un incentivo para ellos. Es recomendable que se le lean libros
textualmente para que aprendan más vocabulario y expresiones.

6. Realizar ejercicios de identificación de palabras en un texto. Este ejercicio es para


los niños que ya saben leer. Se le pide que en un texto busque cuantas veces aparece una
determinada palabra.

7. Realizar ejercicios que consisten en clasificar objetos según su color, forma,


tamaño, etc. Primero se le explica al niño el tipo de clasificación debe a realizar, por
ejemplo vamos a clasificar o agrupar todos los colores según su color, o vamos a
clasificar estos juguetes por su tamaño.

8. Ejercicios que consisten en buscar características comunes. Se nombran dos


objetos y se le pide al niño que intente descubrir qué tienen en común. Por ejemplo un
gato y un perro, un piano y una guitarra, etc.

9. Hablar mucho con ellos, hacerles preguntas, sacar temas de conversación que tengan
interés para ellos, pedirles que expresen su opinión, suscitarles dudas que les haga pensar
y formular preguntas.

Mª Carmen Ruiz-Roales Fdez.


María del Rosario del Castillo Pérez
LOGOPEDAS
 INTRODUCCION:

A lo largo de los años se han realizado diversas y sucesivas


investigaciones sobre los niñ@s Síndrome de Down, determinando que éstos
se caracterizan porque tienen una dificultad particular para adquirir las
habilidades de producción del Lenguaje, si se comparan con sus capacidades
para comprenderlo ( Miller, 1987, 1988, 1995).
De esta forma hemos querido recopilar a grandes rasgos, las
principales características que definen el Lenguaje de los niñ@s con
Síndrome de Down, publicadas por diversos autores, así como complementar
esta recogida de información, aportando conclusiones resultado de nuestra
propia experiencia en intervención logopédica aquí en la Asociación.
 CARACTERÍSTICAS DEL LENGUAJE EN NIÑ@ CON SÍNDROME
DE DOWN:

Partimos de la premisa, de que su Lenguaje expresivo, se


encuentra en detrimento con respecto a su vertiente comprensiva, lo que
nos hace conocedores de que en muchos casos, a su vez, el desarrollo de las
habilidades lingüísticas de estos niñ@s no va a la par de otras habilidades
cognitivas.
En este apartado nos centraremos en establecer una clasificación, lo más
esquemática posible del Lenguaje, concretando las diferentes áreas de
intervención en el mismo. Así pues, podríamos decir que el Lenguaje en las
personas con Síndrome de Down, a grandes rasgos, se caracteriza
fundamentalmente por:

 Una semántica o léxico reducido, limitado a nombres y objetos del


entorno cercano, encontrando especial dificultad en la capacidad
de evocar estas palabras, frente a la tarea de identificación de
las mismas ( ya que la ruta visual es el punto fuerte de estos
niñ@s), así como estructurar su vocabulario en diferentes campos
semánticos. Encuentran además problemas en la morfología, y más
concretamente, en formar familias de palabras ( mismo lexema o
raíz y diferentes morfemas o terminaciones), aumentativos y
diminutivos, singular-plural, masculino y femenino, así como las
concordancias entre género y número, ( Ej: los lápices azul…).
Mencionar llegados a este punto, que esta tarea mejora
sensiblemente en actividades de comprensión y clasificación,
frente a la de producción.

 Uso de enunciados telegráficos, en muchos casos carentes de


estructura sintáctica y de complementos gramaticales:
determinantes, adjetivos, pronombres, nexos, tiempos verbales
( el tiempo verbal más usado, el presente simple), o uso de
estructuras simples ( N + N, N + V, V + Obj.). En el caso de las
estructuras complejas, se observan, abusos en el uso de nexos ( y,
pero...).Siendo sensiblemente mejor la comprensión de frases o
enunciados que la expresión verbal de los mismos.

 Encontramos además claras dificultades a nivel pragmático o de


uso social del Lenguaje, entendiendo como tal, la intención
comunicativa de sus emisiones, respetar las normas
conversacionales ( respetar turnos, contacto visual, mantener la
distancia adecuada, acompañar sus emisiones con diferentes
expresiones faciales o gesticulaciones, responder a preguntas,
formular preguntas para seguir manteniendo el diálogo…), adaptar
su lenguaje y tono de voz a las diferentes situaciones
( exclamaciones, interrogaciones…). Además de los problemas en el
uso social del lenguaje, encontramos las dificultades a nivel
suprasegmental, es decir, uso del Lenguaje interno para expresar
sentimientos, necesidades…, realizar descripciones ( objetos,
personas, situaciones…), resúmenes, dar una doble intencionalidad
a su lenguaje, así como entender el doble sentido, adivinanzas,
chistes, refranes, frases hechas…Cabría mencionar, que no
encuentran tanta dificultad a la hora de responder a preguntas de
identificación personal sencillas ( nombre, edad, como se llama
papá, mamá, herman@, …).

 Otro aspecto a destacar sería las dificultades en la orientación


temporal ( antes, ahora, después, ayer, hoy, mañana, días de la
semana, meses…), lo que responde a los problemas pragmáticos
mencionados anteriormente en relación a los resúmenes ( antes,
ahora, después), describir o narrar sucesos en orden cronológico
( ayer, hoy, mañana, días de la semana…).

 El área del Lenguaje más afectada de forma más visible, es la


articulación, la mayoría de las dificultades en esta área vienen
asociadas a problemas físicos ( macroglosia o lengua demasiado
grande en relación a la cavidad bucal, hipotonía o bajo tono
muscular generalizada de los órganos buco-fonadores: labios,
lengua, mandíbulas.., vegetaciones hipertróficas lo que conlleva una
voz gangosa, velo del paladar corto dando lugar a una voz
demasiado nasalizada…) lo que provoca dislalias o pronunciación
deficiente de los diferentes fonemas, los más afectados suelen
ser /b/, /c-k-q/, /d/, /rr/, /g/, /j/, debido en muchos casos a los
problemas que encuentran estos niñ@s a la hora de colocar los
órganos fonadores en el punto de articulación correcto, en otros
muchos casos la deficiente articulación viene causada por
problemas en la discriminación y memoria auditiva ( bien
asociados a problemas de audición o cognitivos de manipulación de
la información interna), muy común en estos niñ@s. En el primer
caso (discriminación auditiva), la principal dificultad radica en
diferenciar un sonido y dar nombre o imagen a ese sonido, en el
caso de la articulación, el problema se centra en distinguir sílabas
o palabras con puntos de articulación muy próximos ) y colocar los
órganos bucofonadores de tal forma que reproduzcan ese mismo
sonido. En el caso de las palabras, la tendencia más común es
repetir la terminación de la misma, o modificar la situación de las
sílabas dentro de la palabra ( Ej: elefante- efelante), o bien el
problema puede centrarse en diferenciar un mensaje o sonido
concreto cuando existen otros ruidos alrededor.
En el segundo de los casos ( memoria auditiva), se
caracteriza por el corto espacio de tiempo y la escasa cantidad ( 1-2
palabras mono-bisílabas) que son capaces de retener la información
auditiva, generalmente les es más fácil recordar material que tenga
significado, que les sea familiar y que además sea corto.

 Todos estas dificultades auditivas, unidas a las de articulación y


en algunos casos a patrones respiratorios incorrectos (respiración
bucal, ciclo respiratorio corto …) producen los muy comunes
trastornos de fluidez e inteligibilidad que caracteriza al habla de
estos niñ@s. Entendiendo por fluidez la continuidad en la emisión
de sonidos en un mensaje, estos problemas suelen aparecer bien
de forma evolutiva, alrededor de los 3 años o bien en aquellos
niñ@s que se caracterizan por tener un cierto nivel de capacidad
lingüística y de exteriorización expresiva. Y por integibilidad, el
conjunto de características que acompañan al mensaje oral para
hacerlo entendible al receptor, esto es : ritmo o velocidad a la que
habla, volumen y calidad de la voz.
- Ritmo: los niñ@s con Síndrome de Down, suelen hablar
atropelladamente, a borbotones, comienzan con un ritmo cómodo
para el oyente, pero a medida que avanza la conversación suelen
aumentar la velocidad, esto unido a la falta de pausas entre
palabras hacen difícil la comprensión del mensaje.
- Volumen: en este caso no existe un patrón mayoritario de habla
entre los niñ@s con Síndrome de Down, ya que podemos encontrar
niñ@s que hablan demasiado bajo y otros que lo hacen por el
contrario, demasiado alto, estos patrones pueden venir
determinados por pérdidas auditivas o bien por patrones de flujo
respiratorio incorrecto.
- Calidad de la voz: ésta suele ser ronca, grave, áspera, carente de
timbre, debido en su mayoría a los frecuentes periodos de
irritación de la mucosa en las vías respiratorias.
 CONSEJOS PARA FAVORECER EL USO Y COMPRENSION DEL
LENGUAJE DE LOS NIÑ@S SINDROME DE DOWN, DENTRO DEL
AULA:

o Situar al niño dentro de la clase en un sitio cercano al maestr@,


para facilitar el intercambio visual en la comunicación.

o Intentar que el habla sea pausada y acompañada de


gesticulaciones, no utilizando un ritmo de habla demasiado rápida,
ni demasiado lenta.

o Procurar dentro de las posibilidades, que haya contacto visual por


parte del niñ@ cuando se esté hablando.

o Intentar tener presente imágenes, objetos, material... del que se


esté hablando en ese momento ( ya que como señalamos, la ruta
visual es el punto fuerte de estos niñ@s).

o En caso de realizar actividades o juegos, repetir la orden o bases


del juego varias veces, o en su defecto poner un ejemplo o dar un
modelo de lo que se pretende conseguir.

o Cuando la comunicación sea directamente con el niñ@, procurar


mantener un lenguaje rico, y no tender a usar un lenguaje
demasiado infantil. Si el lenguaje de éste no es inteligible,
procuraremos evitar las situaciones de “no”, “no te entiendo”,
resolviendo esta situación, realizándole preguntas cada vez más
concretas para facilitar su expresión, aunque como paso último,
debemos darle el modelo correcto de expresión, para que lo imite.

o Otro factor a tener en cuenta y relacionado con la situación


anterior es, no ayudarle demasiado rápido cuando vea que lo
necesita, dejar que sea él/ ella quién lo pida o se exprese, aunque
sea de forma ininteligible, le alabaremos por ello y como respuesta
le daremos el modelo correcto para que lo imite.

o Procurar además, no permitir que otros niñ@s hablen por él/ ella.

o En las situaciones en las que se produzca un diálogo o conversación


generalizada de la clase, animar a estos niñ@s a que participen,
pudiendo usar como forma de enganche el uso de preguntas cuyas
respuestas promuevan ese diálogo.

 CONSEJOS PARA FAVORECER EL LENGUAJE DEL NIÑO CON


SINDROME DE DOWN EN EL ENTORNO FAMILIAR , ASI
COMO LA COMUNICACIÓN PADRES-HIJ@ :

o Hablar frecuentemente con los niñ@s de manera clara y


correcta.
o Dirigirse a él mirándole a la cara procurando incluso situarse
a su misma altura, sin perder nunca el contacto visual, muy
importante para que se establezca la comunicación entre el
niño y el adulto.
o Hablarle de forma pausada utilizando un tono de voz suave y
procurando vocalizar bien lo que se le dice, evitando juntar o
suprimir los finales de las palabras.
o Convertir en juego la imitación provocada de palabras o sonidos
articulados correctamente.

o Otra forma de comunicación es mediante el lenguaje no verbal,


de esta forma las expresiones faciales, la mímica y los gestos
servirán de apoyo a la hora de expresar sentimientos, ideas,
etc.
o Si es el niño el que toma la iniciativa de comunicarse, dejar que
se exprese, aunque su habla no sea inteligible, evitar
interrumpir su discurso, con la sola intención de corregir su
articulación. contribuirá a inhibir sus emisiones.
o Cuando el niño se exprese de forma correcta, alabarle por ello,
se reforzará su autoestima y su motivación por comunicarse
con los demás.
o Utilizar enunciados cortos y preguntas concretas, de esta
forma se le facilitará la comprensión de lo que se le quiere
decir, y lo se espera que conteste.
o Adecuar el lenguaje utilizado a la edad del niño, esto no quiere
decir que se use un lenguaje infantilizado sino por el contrario,
utilizar explicaciones sencillas.
o Enlazando con el apartado anterior, cuando el niño requiera una
explicación de algo que no entienda, ejemplificar con
demostraciones prácticas, objetos reales, etc.
o Enriquecer su lenguaje mediante la lectura conjunta ( adulto-
niñ@) de libros con ilustraciones, haciéndole preguntas sobre
los personajes ( cómo son, qué hacen,etc.)
o Favorecer el diálogo entre ambos ( niñ@- adulto) centrando
las conversaciones en temas de su interés.
o Utilizar las situaciones cotidianas para realizar actividades
conjuntas, de esta forma se favorece de forma natural la
interacción verbal entre padres- hij@
o Y sobre todo, de acuerdo a las capacidades de cada niñ@, y al
desarrollo del lenguaje que éste/ ésta, vaya mostrando, debéis
incrementar paulatinamente los niveles de exigencia en su
capacidad expresiva.

DESARROLLO DEL LENGUAJE


EN LOS TRES PRIMEROS AÑOS

Ana Afane
Diplomada en fisioterapia
Fundación Síndrome de Down de Cantabria

Nota: en el Curso hay una sección especial dedicada a COMUNICACIÓN Y


LENGUAJE. Debe ser consultada. Aquí sólo exponemos lo referente a la
intervención del lenguaje en las etapas iniciales de la Atención temprana.

El niño nace dentro de una familia que viene a ser su primer grupo social, dentro
de él aprenderá a intercambiar no solo significados sino también sentimientos,
sensaciones o emociones.
El desarrollo del lenguaje implica muchos aspectos:
- - el cognitivo, a nivel de la corteza cerebral donde se recibe, procesa y
elabora la información y donde se ponen en marcha procesos como la
atención y la memoria.
- - El social-afectivo porque el lenguaje implica comunicarse con otras
personas.
- - El auditivo para la percepción auditiva adecuada y la comprensión del
lenguaje.
- - El motor para la articulación de los sonidos y la adecuada expresión
verbal.

Además, el desarrollo del lenguaje y del habla requiere de unas aptitudes


sensoriales y perceptivas básicas:
- - Las aptitudes sensoriales se refieren a la facultad de ver, oír, tocar, gustar
u oler objetos y personas del entorno.
- - Las aptitudes perceptivas tienen que ver con la capacidad de dar
significado a las sensaciones que se reciben.

Así que son muchos los factores que hay que “estimular” en esta área de
desarrollo. No porque el niño no hable no está evolucionando en su desarrollo del
lenguaje. Mientras alcanza la capacidad fonoarticulatoria necesaria para expresarse
debemos estimular tanto el habla como el resto de aspectos que hemos mencionado.
Dentro del área comunicativa durante los tres primeros años se incluyen
el desarrollo del lenguaje expresivo y comprensivo así como el intercambio de afecto y
sentimientos entre el niño y otras personas.
El lenguaje puede ser definido como un conjunto organizado de símbolos
o signos que son usados dentro de un grupo social como un medio para compartir
significados. Puede tomar la forma de gestos o palabras (habladas o escritas).
Según Rondal, en el niño puede observarse una evolución gradual que lo
lleva de una comunicación total y global a la palabra articulada.
Inicialmente el niño aprende que al producir gestos o sonidos hace que
pasen cosas. Más adelante empieza a usar palabras que son también usadas por su
familia y finalmente aprenderá a combinar las palabras de acuerdo a las reglas que usa
su grupo de lenguaje, es así como el niño adquiere los inicios del sistema de lenguaje de
su comunidad.
Todos los niños siguen estas pautas evolutivas en el proceso de adquisición del
lenguaje.

Etapa de 0-6 meses

Desde que el niño nace hasta los 6 meses aproximadamente el objetivo principal
dentro de un programa de Atención Temprana será el establecer un adecuado sistema
de interacción entre padres e hijos.
El recién nacido es un ser indefenso y los cuidados maternos adquieren en esta
etapa una importancia fundamental. Es la madre la que tiene que percibir y reconocer lo
que le pasa: si llora por hambre, por frío o soledad.
El bebé empieza a comunicarse a través de gestos, gritos, llanto y movimientos
con sus padres quienes reaccionan ante estos mensajes tratando de interpretar su
significado.
Es básica para la posterior adaptación social y emocional del niño esta relación
en la que él se siente cuidado, seguro y querido.
Cuando nace un niño con síndrome de Down esta relación madre-hijo puede
verse limitada por las actitudes y sentimientos que la noticia provoca en los padres.
Además las propias características del bebé con síndrome de Down: dificultad para
establecer contacto visual, lentitud para reaccionar, la tardía aparición de la sonrisa
hacen que esta relación sea un poco más difícil.
En estos primeros meses hay que realizar los siguientes pasos:
- - Los padres necesitan ayuda y apoyo por parte de profesionales
especializados.
- - La relación que los padres puedan tener con otras familias resulta muy
positiva al percibir los logros de los niños más mayores y los lazos familiares
existentes en otras familias.
En cuanto al niño los objetivos a conseguir son:
- - Contacto visual: se favorece sosteniendo al niño a una distancia
adecuada (unos 25 cm. entre su rostro y el de la otra persona) fijando la
mirada en la del bebé al mismo tiempo que se le sonríe, habla o canta,
buscando que nos mire. A partir de los primeros contactos visuales deben
presentársele al niño objetos de colores vivos para que vaya iniciando la
exploración del medio que le rodea. De esta forma vamos ayudándole al paso
del interés por los rostros al interés por los objetos.
- - Discriminación de sonidos: al escuchar melodías infantiles, voces
familiares y sonidos de todo tipo empezará por interrumpir su actividad, más
tarde orientará su cabeza hacia la fuente de sonido, hasta que sea capaz de
girar su cabeza buscando a la persona que habla o que le llama por su
nombre.
- - Intercambio comunicativo: los padres pueden imitar los sonidos y
vocalizaciones que emite el bebé y esperar a que él los repita, estos serán los
primeros pasos para la interacción por turnos base de la futura conversación.
- - Intercambio afectivo: además de reforzar las primeras sonrisas sociales
sonriéndole, acariciándole o realizando pequeños juegos que agraden al niño,
todos los cuidados dados con una actitud de entrega vienen bien para
desarrollar el apego del niño hacia sus padres.

Los niños con síndrome de Down no difieren cualitativamente, aunque sí


cuantitativamente, de los que no lo tienen en la producción de sonidos vocales y
consonantes, balbuceo, duplicación de sílabas durante el primer año de vida. Adquieren
el esquema de preconversación o intercambio por turnos alrededor de los 18 meses, un
poco más tarde que niños sin Síndrome de Down.

A partir de los 6 meses los objetivos serán:

- - Desarrollar habilidades de preconversación (intercambio de gestos y


emisiones verbales).
- - Ampliar su nivel de comprensión de palabras.
- - Favorecer la relación del niño con otras personas.
- - Desarrollar la habilidad de manifestar algunos comportamientos sociales.

Para esto centraremos nuestra actividad en:

- - La exploración del medio: el niño va teniendo más interés en las


personas y cosas que le rodean, coge, chupa, golpea, tira.......a medida que se
sienta sin apoyo y que se desplaza mediante volteos a observando las cosas
desde otros puntos de vista. Si se le nombran claramente las cosas y se
utilizan frases simples irá asociando los diferentes nombres con los objetos y
su comprensión lingüística irá aumentando. En esta edad empieza a trabajar
en la mesa distintas actividades, según éstas irá comprendiendo términos
como dame, toma, saca, mete, etc.
- - La imitación de gestos, acciones y sonidos: por medio de canciones
que se acompañen de movimientos (cinco lobitos, palmitas,...); en los
momentos oportunos los movimientos y gestos sociales como decir adiós
con la mano o dar un beso; mediante la ayuda de imágenes de objetos y
animales conocidos (perro, gato, reloj, coche) ayudar al niño a asociarlas con
los sonidos respectivos (miau; brm, tic-tac, etc.).
- - La permanencia de objeto: el niño va aprendiendo que su madre o las
personas familiares no desaparecen aunque no las vea, que las cosas que tira
son recuperables. Está adquiriendo la noción de permanencia de objeto que
es importante a nivel del lenguaje en cuanto que cada palabra representa a un
objeto aunque no esté presente. Una forma divertida de consolidar este
conocimiento es el juego del escondite acompañado de la pregunta ¿dónde
está........tal objeto o persona?
- - La anticipación de sucesos: si en casa se sigue la misma rutina en
actividades como el vestirlo o bañarlo y se repiten las mismas frases se le
está ayudando a anticipar los pasos que se siguen y a asociar el lenguaje
utilizado en ellos.
- - La toma de turnos: son importantes los juegos en los que el niño pueda
participar después de una indicación o en los que pueda imitar la acción del
adulto (ej: tirar la pelota); también es necesario estar atentos a las
vocalizaciones o sonidos que imitan palabras y contestar o imitarle para que
vaya interiorizando la forma adecuada de tomar turnos en una conversación.

Algunos autores señalan que los niños con síndrome de Down producen sus
primeras palabras a los 20-24 meses. La consecución posterior del vocabulario es lenta
debido a la dificultad de retener la relación entre las palabras y sus referentes y para
producir y encadenar correctamente los fonemas para formar palabras. Las primeras
frases suelen aparecer en los niños con síndrome de Down hacia los 3-4 años.
A partir del primer año el nivel de comprensión estará mucho más desarrollado
que el de expresión. Esto se debe a que a los niños con síndrome de Down tienen
dificultades de articulación, retraso en la maduración neuromotora y a veces
alteraciones auditivas.

Etapa de 18-36 meses

El niño de 18 meses ya comprende algunas palabras y nombres de personas:


vuelve su mirada hacia éstas o las señala; va entendiendo algunas órdenes sencillas, en
general va aumentando su comprensión lingüística.
A partir de los 18 meses aparecen los primeros sonidos con significado u
onomatopeyas así como la imitación de palabras.
También empieza a expresar actitudes de agrado o desagrado dependiendo de la
situación en que se encuentre, hay mayor comunicación con la madre y personas
conocidas a través de señales y gestos con significado, los padres comprenden el
lenguaje de sus hijos.
Los objetivos de la etapa anterior se aplican también en esta edad además de:
- - Favorecer la producción de nuevas palabras: Las primeras palabras y
sonidos con significado así como su imitación deben favorecerse
reforzándole siempre, dándole la oportunidad y creando la necesidad para
que se exprese. No es conveniente leer sus gestos o intuir lo que quiere
porque de este modo no sentirá la necesidad de hablar. Además debemos
cuidar nuestra manera de hablar, no debemos hablar demasiado sin dar al
niño tiempo de asimilar lo que se le dice, debemos utilizar un lenguaje poco
complicado.
Las actividades se centrarán en todo de tipo de canciones, juegos, imágenes que
sean atractivos para el niño y que contengan palabras familiares que el niño pueda ir
imitando. Hacemos uso de tarjetas con imágenes, álbumes con recortes, cuentos.
En el trabajo de mesa se iniciarán los aprendizajes de asociación de colores,
formas y objetos a través de lotos, puzzles, figuras y volúmenes geométricos, encajes.
El niño irá poco a poco comprendiendo e interiorizando estos conocimientos que lo
preparan para la pre-lectura.
El área de lenguaje se presta para ser trabajada o estimulada en distintos
momentos y situaciones. Siempre estamos estimulando el lenguaje: a la hora de la
comida, del baño, cuando jugamos con él, todos son buenos momentos para ir
nombrando las cosas y personas para enseñarle gestos, etc.

Los objetivos planteados para esta área de desarrollo no sólo son la base para la
adquisición del lenguaje; la anticipación de sucesos, el contacto ocular, la permanencia
de objeto también son necesarios para el establecimiento de otros aspectos como la
atención, la memoria, la habilidad manual, la coordinación óculo-motriz.

ATENCIÓN TEMPRANA
DESARROLLO DEL LENGUAJE EN NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN DE 0 A 3
AÑOS

Ada Afane Castro

I. INTRODUCCIÓN

• Los niños con síndrome de Down como cualquier otro niño pasan por una serie de etapas antes de aprender a
hablar:

- Vocalización durante la interacción con personas u objetos sin intención comunicativa.


- Producción de sonidos parecidos a palabras con intención comunicativa.
- Primeras palabras.
- Combinación de palabras en frases.
- Extensión del significado.

• El desarrollo lingüístico del niño con síndrome de Down es más lento que el de otras áreas de desarrollo.
• El niño pequeño con síndrome de Down manifiesta más capacidad para comprender que para expresarse.
• La producción de sonidos, el balbuceo, la duplicación de sílabas durante el primer año de vida son similares
en los niños con síndrome de Down y otros niños aunque menos frecuentes.
• El intercambio verbal por turnos se inicia alrededor de los 18 meses en los niños con síndrome de Down.
• A los tres o cuatro años los niños con síndrome de Down suelen empezar a utilizar algunas palabras para
comunicarse e incluso elaborar frases simples.
• El desarrollo del lenguaje es un proceso muy complejo que implica múltiples funciones: auditiva, cognitiva,
motora y social. Además, para que un niño aprenda a hablar debe desarrollar aptitudes sensoriales y
perceptuales básicas. Por esta razon, la estimulación de otras áreas de desarrollo contribuye al desarrollo del
lenguaje.

II. INTERVENCIÓN EN EL ÁREA DE DESARROLLO DEL LENGUAJE

• El objetivo fundamental de un programa de Atención Temprana será el establecer un adecuado sistema de


interacción entre los padres y su hijo.

- “ Que el niño se sienta querido y aceptado será la base de cualquier aprendizaje posterior”.

• Objetivos en la etapa de 0 a 18 meses:


- Establecer el contacto ocular, la fijación de la mirada y el seguimiento visual de estímulos ambientales.
- Desarrollar la respuesta de orientación a los estímulos sonoros.
- Iniciar el intercambio comunicativo con otras personas:

o Desarrollar la capacidad de mirar juntos objetos diversos.


o Adquirir la habilidad de tomar turnos e imitar.
o Participar en juegos sencillos.

- Ampliar el nivel de comprensión de palabras.

o Favorecer la exploración del medio.


o Desarrollar la noción de permanencia de objeto.
o Anticipar sucesos.

• Objetivos en la etapa de 18 a 36 meses:

- Favorecer la comprensión y la producción de nuevas palabras.


- Favorecer la unión de palabras en frases.

ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS PARA PADRES DE NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN

• Padres y profesionales deben trabajar conjuntamente en la tarea de educar al niño.

- Teniendo siempre en cuenta objetivos que conduzcan a convertir al niño de hoy en una persona capaz de
desenvolverse por sí misma en un futuro.
- Intentando transmitir aprendizajes funcionales, que realmente le sirvan en la vida.

• La estimulación ideal es la que se realiza en el contexto natural del niño.

- La práctica de lo que el niño está aprendiendo en el aula, así como las experiencias vividas favorecen la
consolidación y la generalización.
- Con asistir a las sesiones no es suficiente.
- Es conveniente buscar el término medio, el exceso o el defecto de estimulación puede ser perjudicial.

• La presencia de los padres en las sesiones de estimulación es muy beneficiosa:

- Favorece un clima de confianza entre padres y profesionales.


- Facilita la comunicación recíproca de los avances del niño.
- Permite el planteamiento conjunto de nuevos objetivos.

• Cuando los padres conocen el momento evolutivo de su hijo sabrán aprovechar cualquier actividad para
reforzar lo que está aprendiendo.

• Aunque la variedad de actividades es necesaria, el comprar muchos juguetes no implica una mejor
estimulación:

- Si se sabe lo que se quiere trabajar sabremos que juguete conviene más.


- Lo ideal es comprar juguetes a los que se les pueda sacar mucho partido.
- Muchos objetos de los que se tienen en casa pueden cumplir la misma función que los juguetes: pinzas de
colores, prendas de ropa, vasos de plástico, fotos, revistas, latas de comida.......
- Algunos juguetes comerciales no son adecuados.

• Tener claros los objetivos evita confundirlos con las actividades.

• Con una actividad se pueden reforzar múltiples aprendizajes.

• Forma de trabajar en las primeras etapas:

- Prestar mucha atención a cualquier gesto, mirada o movimiento del bebé.


- Presentar estímulos atractivos e interesantes para el niño para llamar su atención.
- Transmitir a través del modelado y estímulos visuales lo que pretendemos que haga en las distintas
actividades.
- Consolidar las nuevas adquisiciones antes de seguir adelante.
- Avanzar introduciendo mínimas novedades sobre lo aprendido.
- Dar al niño la oportunidad de tener experiencias diversas y de poner en práctica las habilidades adquiridas en
distintas situaciones.

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