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Sesión II
M.A. Héctor Oswaldo Samayoa Sosa
Recuerdo:
“…el intervalo de tiempo entre la causa objetiva desencadenante y la comisión del hecho.
La descarga emotiva tiene que coincidir con la ejecución misma del hecho…El medio
empleado. El estado emocional no es compatible con operaciones complicadas…El
temperamento del sujeto. La ley no excusa al que se encuentra en circunstancias que
determinen una posible emoción, sino al que es llevado a ese estado por circunstancias
que lo hagan excusable… el conocimiento previo de la situación. El motivo emotivo
auténtico se genera por la súbita presentación de algo inesperado…”
«el sindicado […], participó en forma directa en la comisión del ilícito que se le acusa, conducta realizada sin
tener ninguna causa de justificación, ejecutando actos propios de un ilícito penal a título de autor, con
dominio del hecho y con capacidad de dirigir sus actos, con conocimiento previo de que su conducta era
prohibida. Concluyendo que el acusado obró con dolo eventual, al provocar la muerte del agraviado, ya que
luego de las disputas, lo fue a buscar a su lugar de trabajo, portando el arma de fuego descrita, luego disparó
al aire y cuando el occiso estaba frente a él, le disparó provocándole lesiones de tanta gravedad que le
produjeron la muerte en el lugar del hecho, estableciendo el tribunal de sentencia que con el actuar del
procesado, se confirma la relación de causalidad de conformidad con el artículo 10 del Código Penal, en
calidad de autor del delito consumado, como lo establece el artículo 36 numeral 1º del mismo cuerpo legal;
por lo que el tribunal de sentencia declaró a […], autor responsable del delito de homicidio cometido en
agravio de la vida de […]; criterio que comparte la Cámara Penal; toda vez que la ira, la intolerancia, la
impulsividad, no son equivalentes de emoción violenta aunque puedan hallarse presentes en la raíz de ésta.
En el caso de autos, los hechos que tuvo por acreditados el tribunal de sentencia correspondiente, no
justifican el estado de emoción violenta; así la ebriedad, en realidad acentúo las condiciones negativas y
agresivas de éste. Tampoco los insultos de la víctima tienen fundamento como para admitir la vigencia de un
estado de emoción violenta»
Homicidio en estado de emoción violenta no debe confundirse con
legitima defensa.
Recuerdo:
«El tribunal ad quem expresa como razón central de su fallo, que el acusado no tenía la
intención de matar, desprendiendo de ese juicio, que por ello el hecho se adecúa en el
artículo 126 del Código Penal, que establece el homicidio preterintencional. No entra al
razonamiento de lo que es básico para definir la preterintencionalidad, es decir, lo que la hace
diferente del homicidio doloso. Al resolver de ese modo confunde y funde en uno solo el dolo
eventual y el dolo directo., que el artículo 11 del CP separa claramente […] Para resolver […]
Es importante hacer la distinción entre el delito de homicidio y homicidio preterintencional,
considerando para el efecto que: La línea divisoria entre el tipo doloso y la
preterintencionalidad es esencialmente, un problema de prueba o determinación fáctica con
respecto a la presencia o ausencia de un conocimiento actual. La doctrina establece los
siguientes hechos objetivos […] El medio empleado para la comisión del delito, la región del
cuerpo en que infirió la lesión, las relaciones existentes entre el ofensor y la víctima; Cómo
saber si un medio es razonable para un resultado, es una relación de causa a efecto,
determinada por la experiencia. Cuando comúnmente con el empleo de ese medio sucede la
muerte, es un medio idóneo y razonable para impedir que el homicidio se califique como
preteritencional.»
Homicidio
En riña tumultuaria