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K-
EL BANDOLERISMO
TOMO IX
EL EXOMO. É ILMO. S E S O E
PARTE SEGUNDA
N A R R A C I O N E S
T O M O IIX
PRIMERA EDICIÓN
MADRID
IMPRENTA DE F O R T A N E T
29 — CALLE DE L \ LIBERTAD — 29
1879
Esta obra es propiedad.del
^utor, y liadie la podrá tra-
ducir ni reimprimirla sin
su permiso.
CAPÍTULO XVI.
Al ñu Carrascoso respondió:
—Para que vea usted que somos generosos hasta
la pared de enfrente, rebajaremos los mil cuatro-
cientos reales recibidos, aunque ya hemos gastado
muclio más en la manutención de ese hombre.
—Y no se rebaja ni un céntimo más, añadió el
otro bandido.
—Está bien, respondió Frasquito con un acento
indefinible de resignación.
—Pero es menester que los tz-aiga usted pasado
mañana, repuso Carrascoso.
—Descuide usted, que así se hará, como nos los
presten; aunque me parece muy corto el plazo.
—Pues ya estamos hartos de plazos, cartas, ci-
tas y palabras, y no hay más remedio que traer el
dinero.
—Si ya no lo hemos entregado, no ha consistido'
en nosotros, sino en nuestra desgracia.
—Todavía esa desgracia puede ser más grande.
¡No lo olvide usted!
Y Carrascoso les indicó los sitios por donde ha-
bían de venir, cuando trajesen el precio del rescate.
En seguida se alejaron de Francisco y de Melero,
los cuales dirigiéronse al pueblo de La Alameda,
muy satisfechos, porque ambos iban muy conven-'
cidos de que don Agapito vivia.
CAPITULO XXI.
TOMO IX.
CAPÍTULO XXII.
EL PADRE Y EL HIJO.
—Está. bien.
Entonces Carrascoso, dejando eí tintero y el papel
sobre una pequeña mesa, le quitó las gafas y le
mandó que escribiese la carta que él naismo le fué
dictando.
El joven Reina fué escribiendo cuanto Carrascoso
le decía-, sin replicar una palabra; pero cuando le
mandó poner por precio de su rescate, la ya indi-
cada cantidad de diez y seis mil duros, tiró la
pluma y exclamó:
—¡Yo no escribo éso!
—Tá escribirás lo que te manden, y punto en
boca.
—Antes que ser la ruina de mi familia, prefiero
la muerte, replicó arrogantemente el cautivo.
Carrascoso se le quedó mirando con una expre-
sión indefinible de sorpresa y desdén; pero después,
encogiéndose de hombros y sonriéndose, le dijo
con mucha calma:
—Toma esa pluma, calla y escribe.
—Yo no pongo más de seis mil duros, porque
ésta será, la cantidad que podrá reunir mi padre;
respondió con plausible y noble insistencia aquel
buen hijo.
Entonces Rojas, ó sea el llamado per mote Bor-
rego, sacó un puñal y le amenazó con la muerte, si
no escribía sin réplica lo que se le ordenase.
El joven, sin embargo, fué tan tenaz, que no
puso más que la suma que él había dicho de seis
mil duros.
NARRACIONES. 95
UN NUEVO HUÉSPED.
98 PARTE SEGUNDA.
LA TIRANÍA DE LA SUERTE.
NARRACIONES. 129
AVERIGUACIONES.
DE P Ü E E T A EN PDERTA.
OFICIOSIDAD PELIGBOSA.
(1) Original.
198 PARTE SEGUNDA..
LA OPORTUNIDAD DE UN PORDIOSERO.
CONSUELOS DE LA ORACIÓN.
UN NUEVO EMISARIO.
UN BANDIGO ARISTÓCRATA.
EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA.
LA EXHUMACIÓN.
EPÍLOGO.
PápS.
CAPÍTULO X X X I I Í . — Averiguaciones •) 73
CAPÍTULO X X X I V . — D e puerta eu puerta 180
CAPÍTULO XXXV.—Oficiosidad peligrosa 19S
CAPÍTULO XXXVI.—La oportunidad de un pordiosero, 20í>
CAPÍTULO X X X V I I . — Consuelos do la oración 216
CAPÍTULO X X X V I I I . — U n diálogo edificante y una
aparición misteriosa • 22.^
CAPÍTULO X X X I X . — Un nuevo emisario 23S
CAPÍTULO X L . —Astucia contra astucia 24'2
CAPÍTULO XLL-—Do lo que hizo el Gobernador de Cór-
doba y de lo que eupo el Tio Martin eu Casa-
riche 249
CAPÍTULO X L T I . — Un bandido aristócrata. 2S-í
CAPÍTULO XLIII. — De cómo la comedia pudo tomar
aspecto do tragedia 265
CAPÍTULO X L I V , — U n a batida bien encaminada.... 275
CAPÍTULO X L V . — La ley do las alternativas 28-1
CAPÍTULO X L V I . —El despertar de la conciencia.... 29-1
CAPÍTULO X L V T I . — Las revelaciones del Tio Martin. 303
CAPÍTULO X L V I I I . — L a exhuniacion 317
CAPÍTULO X L I X . — Doudo se cueutan algunos rasgos
característicos de! Tío Martin 329
CAPÍTULO L . —Epilogo 339
APÉHDÍOE 1." 3b2
APÉNDICK 2.° 384
ÁPÉNDICJ! 3.° 336