Sei sulla pagina 1di 10

Una época de revelación

Por el élder David A. Bednar

Vivimos en una época singular y de revelación en la Iglesia restaurada de


Jesucristo. Los ajustes históricos que se han anunciado hoy tienen
solamente un propósito global: fortalecer la fe en el Padre Celestial y Su
plan, y en Su Hijo Jesucristo y Su expiación. El horario de las reuniones
dominicales no se acortó simplemente. Más bien, ahora tenemos más
oportunidades y responsabilidades, de manera individual y como familias,
para utilizar nuestro tiempo a fin de mejorar el día de reposo como delicia
en casa y en la capilla.

En abril, no solo se cambió la estructura organizativa de los cuórums del


sacerdocio, sino que se dio énfasis y fuerza a una manera superior y más
santa de ministrar a nuestros hermanos y hermanas.

Al igual que las hebras trenzadas de una cuerda constituyen un útil potente
y duradero, todas estas acciones interrelacionadas forman parte de un
esfuerzo unificado para alinear mejor el enfoque, los recursos y la obra de la
Iglesia restaurada del Salvador con su misión fundamental: ayudar a Dios en
Su obra de llevar a cabo la salvación y exaltación de Sus hijos. Por favor, no
se centren principalmente en los aspectos logísticos de lo que se ha
anunciado. No debemos permitir que los detalles de procedimiento
oscurezcan las razones espirituales supremas por las que se hacen estos
cambios ahora.

Es nuestro deseo que la fe en el plan del Padre y en la misión redentora del


Salvador aumente en la tierra y que se establezca el convenio sempiterno
de Dios3. Nuestros únicos objetivos son facilitar la conversión continua al
Señor y amar de manera más completa y servir más eficazmente a nuestros
hermanos y hermanas.
Aprender y entrelazar las verdades del Evangelio
El evangelio de Jesucristo es un magnífico tapiz de verdad “bien
coordinado”8 y entretejido. Cuando aprendemos las verdades reveladas del
Evangelio y las entrelazamos, somos bendecidos con una valiosa
perspectiva y una mayor capacidad espiritual por medio de ojos que
pueden ver la influencia del Señor en nuestra vida y oídos que pueden oír
Su voz9. Y el principio de reunir todas las cosas en Él nos puede ayudar a
cambiar las tradicionales listas de tareas por un todo unificado, integrado y
completo. Permítanme darles un ejemplo tanto doctrinal como de la Iglesia
de lo que estoy sugiriendo.

Ejemplo 1. El cuarto artículo de fe es uno de los más grandes ejemplos de


cómo reunir todas las cosas en Cristo: “Creemos que los primeros
principios y ordenanzas del Evangelio son: primero, Fe en el Señor
Jesucristo; segundo, Arrepentimiento; tercero, Bautismo por inmersión para
la remisión de los pecados; cuarto, Imposición de manos para comunicar el
don del Espíritu Santo”10.
La verdadera fe se centra en el Señor Jesucristo: en Él como el Hijo Divino y
Unigénito del Padre, y en Él y en la misión redentora que Él cumplió.
“Porque él ha cumplido los fines de la ley, y reclama a todos los que tienen
fe en él; y los que tienen fe en él se allegarán a todo lo bueno; por tanto, él
aboga por la causa de los hijos de los hombres; y mora eternamente en los
cielos”11. Ejercer fe en Cristo es confiar y depositar nuestra confianza en Él
como nuestro Salvador, en Su nombre y en Sus promesas.

La primera y natural consecuencia de confiar en el Salvador es arrepentirse


y alejarse del mal. Al ejercer fe en el Señor, de manera natural nos volvemos
hacia Él, venimos a Él y dependemos de Él. Por tanto, el arrepentimiento es
confiar en el Redentor y contar con que Él hará lo que no podemos hacer
por nosotros mismos. Cada uno de nosotros debe “[confiar] íntegramente
en los méritos de aquel que es poderoso para salvar”12 porque solamente
“por medio de los méritos, y misericordia, y gracia del Santo Mesías”13
podemos llegar a ser nuevas criaturas en Cristo14 y al final regresar a la
presencia de Dios y morar con Él.

La ordenanza del bautismo por inmersión para la remisión de los pecados


requiere que confiemos en Él, dependamos de Él y lo sigamos a Él. Nefi
proclamó: “… sé que si seguís al Hijo con íntegro propósito de corazón, sin
acción hipócrita y sin engaño ante Dios, sino con verdadera intención,
arrepintiéndoos de vuestros pecados, testificando al Padre que estáis
dispuestos a tomar sobre vosotros el nombre de Cristo por medio del
bautismo, sí, siguiendo a vuestro Señor y Salvador y descendiendo al agua,
según su palabra, he aquí, entonces recibiréis el Espíritu Santo; sí, entonces
viene el bautismo de fuego y del Espíritu Santo”15.

La ordenanza de la imposición de manos para comunicar el don del Espíritu


Santo requiere que confiemos en Él, dependamos de Él, lo sigamos a Él y
marchemos adelante en Él con la ayuda de Su Santo Espíritu. Como Nefi
declaró: “Y ahora bien… por esto sé que a menos que el hombre persevere
hasta el fin, siguiendo el ejemplo del Hijo del Dios viviente, no puede ser
salvo”16.

El cuarto artículo de fe no solo señala los principios y las ordenanzas


fundamentales del Evangelio restaurado. Más bien, esta inspirada
declaración de creencias reúne todas las cosas en Cristo: confiar en Él,
depender de Él, seguirlo a Él y marchar adelante con Él, incluso en Él.

Ejemplo 2. Ahora deseo describir cómo todos los programas y las


iniciativas de la Iglesia se reúnen en Cristo. Se podrían presentar muchos
otros ejemplos; solamente usaré unos cuantos.

En 1978, el presidente Spencer W. Kimball dijo a los miembros de la Iglesia


que debían aumentar la fortaleza de Sion en todo el mundo. Aconsejó a los
Santos que permanecieran en su tierra natal y establecieran estacas fuertes
reuniendo a la familia de Dios y enseñándoles las vías del Señor. Después
señaló que se construirían más templos y prometió bendiciones a los
Santos dondequiera que vivieran en el mundo17.
Al aumentar el número de estacas, se intensificó la necesidad de que las
casas de los miembros se “convirtieran en [lugares] donde a los miembros
de la familia [les gustara] estar, donde [pudieran] enriquecer su vida y
encontrar amor mutuo, apoyo, aprecio y aliento”18. En consecuencia, en
1980 se agruparon las reuniones dominicales en un bloque de tres horas
para “volver a enfatizar la responsabilidad personal y familiar de aprender,
vivir y enseñar el Evangelio”19. Este énfasis en la familia y el hogar se
reafirmó en “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” presentada por
el presidente Gordon B. Hinckley en 199520.

En abril de 1998, el presidente Hinckley anunció la construcción de muchos


templos pequeños, acercando así las ordenanzas sagradas de la Casa del
Señor a personas y familias Santos de los Últimos Días en todo el mundo21.
Y este incremento de las oportunidades de crecimiento y desarrollo
espiritual se complementaron con el correspondiente incremento de la
autosuficiencia temporal mediante la introducción del Fondo Perpetuo para
la Educación en 200122.
Durante su administración, el presidente Thomas S. Monson exhortó
repetidamente a los santos a ir “al rescate” e hizo hincapié en cuidar de los
pobres y necesitados como una de las responsabilidades divinamente
establecidas de la Iglesia. Continuando con el énfasis en la preparación
temporal, en 2012 se implementó la iniciativa de los Servicios de
Autosuficiencia.
En los últimos años se ha hecho hincapié en los principios fundamentales
sobre cómo hacer del día de reposo una delicia en el hogar y en la capilla,
todos los cuales se han reforzado, preparándonos así para el horario
dominical de las reuniones que se ha anunciado en esta sesión de la
conferencia general23.

Y hace seis meses, los cuórums del Sacerdocio de Melquisedec se


fortalecieron y alinearon más eficazmente con las organizaciones auxiliares
para lograr un enfoque más elevado y santo a la ministración.

Creo que la secuencia y el momento el que se han llevado a cabo estas


acciones a lo largo de varias décadas nos pueden ayudar a ver una obra
unida y completa, y no solo una serie de iniciativas independientes y
aisladas. “Dios ha revelado un modelo de progreso espiritual para las
personas y las familias mediante ordenanzas, enseñanzas, programas y
actividades que se centran en el hogar y cuentan con el apoyo de la
Iglesia. Las organizaciones y los programas de la Iglesia existen para
bendecir a las personas y a las familias, y no son un fin en sí mismos”24.

Ruego que podamos reconocer la obra del Señor como una gran obra
mundial que se centra cada vez más en el hogar y cuenta con el apoyo de la
Iglesia. Sé y testifico que el Señor está revelando y que aún “revelará
muchos grandes e importantes asuntos pertenecientes al reino de Dios”25.

Potrebbero piacerti anche