Los cargos contra Dorrego fueron expresados en un manifiesto dado a conocer el 5 de diciembre, donde era acusado entre otros delitos, de sublevar a la población, provocar desorden en la administración pública e indisciplinamiento en el ejército, despilfarro de las arcas públicas, fraude electoral, corrupción judicial, ataque a la libertad de imprenta y a las garantías personales
Dejando a Guillermo Brown como delegado suyo, partió Lavalle a
enfrentarse con Dorrego, a quien logró dar un primer golpe, triunfando en Navarro.
A pesar de que Rosas aconsejó a Dorrego tratar de no enfrentarse
nuevamente con Lavalle para lograr la ayuda de Estanislao López, Dorrego prefirió el encuentro con su oponente.
El cuerpo diplomático pedía por la vida del prisionero desde Buenos
Aires, al igual que Guillermo Brown, mientras desde el mismo lugar se alzaban voces unitarias pidiendo por su muerte, mencionándose entre estas últimas opiniones las de Salvador María del Carril y Juan Cruz Varela, que decidieron a Lavalle.
Trasladado Dorrego como prisionero a Navarro, el 13 de diciembre
de 1828, recibió la noticia de que sería fusilado en una hora, a través de un edecán, no siendo puesto en presencia de Lavalle.
Dorrego fue autorizado y escribió tres misivas (a su esposa, a su
hermano y a Estanislao López) donde solicitaba no vengar su muerte. Lavalle se responsabilizo totalmente del fusilamiento de Dorrego, de 41 años, que fue ejecutado por un pelotón, de ocho balazos Imagen de Dorrego a punto de ser fusilado por los soldados
En nuestra anterior entrega del viernes hablamos de