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Dorka Hernández-dorkahernandez7@gmail.com
Celina Humbria celinahumbria@yahoo.es
Raquel Ruiz raquelita_ruiz_18@hotmail.com
Esther Polanco estherpolanco84@hotmail.com
El concepto de paradigma procede del griego paradeigma, que significa “ejemplo” o “modelo”.
En principio, se aplicaba a la gramática (para definir su uso en un cierto contexto) y a la
retórica (para referirse a una parábola o fábula). A partir de la década del ’60, comenzó a
utilizarse para definir a un modelo o patrón en cualquier disciplina científica o contexto
epistemológico.
Un paradigma es un conjunto de realizaciones científicas "universalmente" reconocidas, que
durante un tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad
científica.
Gran parte de la investigación que se realiza en las ciencias sociales y en la educación deriva
sus problemas de estudio de alguna construcción teórica mayor cuyas definiciones, relaciones
entre conceptos y métodos le sirven como soporte científico para efectos de validar los
resultados que obtenga esa investigación.
Siguiendo a Kuhn, que introdujo en la discusión epistemológica, llamaremos paradigma de
una ciencia a:
“Una concepción general del objeto de estudio de una ciencia, de los problemas que deben
estudiarse, del método que debe emplearse en la investigación y de las formas de explicar,
interpretar o comprender, según el caso, los resultados obtenidos por la investigación.
El paradigma reúne y relaciona ejemplos y teorías que se formulan dentro de él. Su
aceptación por parte de un conjunto de investigadores diferencia a una comunidad científica
de otra y constituye el fundamento válido de su práctica científica”. Thomas Kuhn, La
estructura de las revoluciones científicas, México: Fondo de Cultura Económica, 1975
A diferencia de las ciencias naturales, en las ciencias sociales coexisten diversos paradigmas,
sin que se pueda reducir unos a los otros. No hay por lo tanto un determinado cuerpo de
conocimiento que pueda ser considerado como “verdadera ciencia”, como ciencia normal.
Desde este punto de vista epistemológico, en las ciencias sociales se distinguen dos grandes
paradigmas: el paradigma explicativo y el paradigma interpretativo o comprensivo.
En el paradigma explicativo los fundamentos filosóficos se encuentran en el empirismo y en el
realismo científico, especialmente en este último caso, en el realismo científico y crítico.
Ambas escuelas afirman la existencia de cosas reales, independientes de la conciencia. Sin
embargo, se reconoce que el objeto percibido no es una mera reproducción de la realidad,
pues en el proceso del conocimiento se combinan la percepción y el pensamiento.
Todo conocimiento empírico se relaciona de una u otra forma con alguna observación directa,
pero las teorías y las hipótesis permiten observaciones indirectas que proporcionan
conocimientos más amplios y profundos. Es posible conocer entes materiales y objetos
conceptuales, es decir, conceptos, proposiciones y sistemas relacionados de proposiciones. El
conocimiento puede referirse a entes individuales o a relaciones que se dan entre los
fenómenos.
La realidad se divide en varios niveles, cada uno de los cuales está caracterizado por un
conjunto de propiedades y leyes que son propias de cada uno de ellos. Por ejemplo, el nivel
sociocultural se compone de los subniveles económicos, sociales y culturales. En cuanto los
niveles superiores han surgido de los inferiores; la explicación de un fenómeno debe recurrir,
cuando no es posible hacerlo con las leyes de su propio nivel, a las leyes de los niveles
contiguos.
Las ciencias sociales buscan, en primer lugar, descripciones y relaciones entre características
de los fenómenos que estudian. A partir de las relaciones encontradas es posible formular
generalizaciones empíricamente fundadas.
La función última de las ciencias sociales consiste en explicar los fenómenos que estudian. La
explicación puede utilizar factores causales o bien pueden basarse en una teoría. La
explicación supone la tarea previa de describir el fenómeno a explicar.
La relación investigador - objeto de estudio no reproduce el fenómeno estudiado tal cuál éste
se da en la realidad externa, pues es mediado por las ideologías y valores del investigador:
factores que aparecen en la elección de determinado tema de investigación, en la elección del
diseño de investigación, en la evaluación de los resultados obtenidos, entre otros. Tal
situación sin embargo, no es un problema teórico sino metodológico que exige el desarrollo de
procedimientos técnicos y analíticos que hagan posible la máxima reducción de la distorsión
que se produce en el proceso de conocer el objeto.
Si bien el paradigma explicativo supone la posibilidad de reducir la subjetividad individual;
reconoce una objetividad científica basada en la íntersubjetividad de los diversos miembros de
la comunidad científica que dan como válidos (o no válidos) los resultados obtenidos por el
análisis realizado por un investigador individual o por un equipo de investigadores.
Las principales teorías que se inscriben en el paradigma explicativo son: el modelo teórico de
Durkheim, el marxismo, el estructural funcionalista, con sus diversas derivaciones.
Los principales tipos de investigaciones que se apoyan en este paradigma son las
investigaciones cuantitativas y las investigaciones cualitativas que buscan explicar los
resultados obtenidos. (por ejemplo, las investigaciones de la historia social):
En el Paradigma interpretativo las bases filosóficas están constituidas por una o varias de las
escuelas idealistas en las cuales es posible adscribir a autores como Dilthey, Weber, Husserl,
Schuts, para nombrar a los más importantes.
Según este paradigma, existen múltiples realidades construidas por los actores en su relación
con la realidad social en la cual viven. Por eso, no existe una sola verdad, sino que surge
como una configuración de los diversos significados que las personas le dan a las situaciones
en las cuales se encuentra. La realidad social es así, una realidad construida con base en los
marcos de referencia de los actores.
En el proceso de conocimiento se da una interacción entre sujeto y objeto. En el hecho ambos
son inseparables. La observación no sólo perturba y moldea al objeto observado, sino que el
observador es moldeado por éste (por la persona individual o por el grupo observado). Tal
situación no puede ser eliminada, aun cuando el observador quisiera eliminarla. La
investigación siempre está influenciada por los valores del investigador y éste, en sus informes
debe dar cuenta de ellos.
A diferencia del paradigma explicativo, el paradigma interpretativo no pretende hacer
generalizaciones a partir de los resultados obtenidos. La investigación que se apoya en él
termina en la elaboración de una descripción ideográfica, en profundidad, es decir, en forma
tal que el objeto estudiado queda claramente individualizado.
No hay posibilidad de establecer conexiones de causa a efecto entre los sucesos debido a la
continua interacción mutua que se da entre los hechos sociales y a la multiplicidad de
condiciones a las cuales están sometidos.
La intención final de las investigaciones fundadas en el paradigma interpretativo consiste en
comprender la conducta de las personas estudiadas lo cual se logra cuando se interpretan los
significados que ellas le dan a su propia conducta y a la conducta de los otros como también a
los objetos que se encuentran en sus ámbitos de convivencia.
Toda persona está en permanente proceso de definición y redefinición de las situaciones en
las cuales vive y actúa en consecuencia con esas definiciones.
Las principales teorías adscritas al paradigma interpretativo son: el interaccionismo simbólico,
la etnometodología, y el existencialismo, aplicados estos últimos a la realidad social a niveles
micro.
Los principales tipos de investigación amparadas en este paradigma son las investigaciones
cualitativas interpretativas (no buscan explicaciones sino interpretaciones).
Las investigaciones explicativas pueden ser de naturaleza cuantitativa y de naturaleza
cualitativa, es decir, hay investigaciones cuantitativas explicativas e investigaciones
cualitativas explicativas y las investigaciones del tipo interpretativo son de naturaleza
cualitativa.
Debido a estos tipos de investigaciones basados en los dos paradigmas principales, la
investigación cualitativa sólo queda bien identificada si se dice:“investigación cualitativa
interpretativa” o “investigación cualitativa explicativa.
La importancia de esta cuestión no sólo es de orden teórico, sino que también tiene una
enorme trascendencia práctica, en una situación como la actual, en la que cada vez un mayor
número de docentes se interesa por participar en las investigaciones, ya que aumenta la
comprensión del papel de éstas como elemento fundamental en el perfeccionamiento del
proceso docente educativo.
Este paradigma introduce la ideología de forma explícita. Sus principios ideológicos apuntan a
la transformación de las relaciones sociales. Hace énfasis en la relación de la ciencia con la
sociedad. En relación con lo anterior se cuestiona la supuesta neutralidad de la ciencia y de la
investigación. La investigación tiene un carácter emancipativo y transformador. A diferencia
del enfoque interpretativo, añade un componente ideológico con el fin de no sólo describir y
comprender la realidad, sino transformarla. En su concepción la ciencia no sólo no es neutral,
sino que además no es contemplativa. La función fundamental de la ciencia es la de
transformar la sociedad. En este paradigma la validez se relaciona con la capacidad para
dirigir la transformación educativa de acuerdo con las necesidades más apremiantes en el
momento de desarrollarse la investigación.
Las investigaciones realizadas según el paradigma crítico tienen como objetivo analizar las
transformaciones sociales y ofrecer respuesta a los problemas derivados de estos, con
acciones concretas que involucran a la comunidad en cuestión. Su finalidad última es la de
transformar radicalmente la realidad, mejorando el nivel de las personas inmersas en esa
realidad. Estas investigaciones se rigen por los principios siguientes:
Este paradigma tiene en cuenta el rol de la subjetividad, pero la entienden como crítica, es
decir, que reconocen el saber de los sujetos; pero reconocen también que estos pueden tener
falsa conciencia de la realidad social.
Un enfoque curricular
Dentro del ya célebre tema de los "paradigmas", este trabajo no se sitúa en el plano de las
polémicas ni de los proselitismos. Más bien, se parte de considerar que la investigación en
ciencias sociales plantea un gran reto de orden curricular: mientras las circunstancias
exigen eficientes procesos de formación de investigadores, las definiciones por hacer, los
conceptos por clarificar y los desacuerdos por superar son tantos que bien puede formularse
la necesidad de un espacio de reflexión orientado a determinar un PROGRAMA
UNIFICADO DE FORMACION DE INVESTIGADORES en ciencias sociales. Así, un
PROGRAMA de este tipo debería encargarse, primordialmente, de resolver en una esfera
operativa los problemas o desacuerdos que hasta ahora se han planteado sólo en esferas
filosóficas, epistemológicas y teóricas en general, habiéndose agotado su discusión en estas
esferas o habiéndose prolongado por demasiado tiempo la espera de abordajes interesantes
e innovadores surgidos de prácticas investigativas exitosas que apoyen alguna de aquellas
posturas teóricas. El hecho es que la formación de investigadores, ante el actual ritmo so-
ciohistórico, no puede seguir estancada ni fragmentada ante el agotamiento de las polémi-
cas epistemológicas ni puede seguir esperando por pautas emanadas de alguna posible
"revolución científica" en el terreno de las ciencias sociales. Ante los desacuerdos,
complejidades y carencias, el curriculum debería optar por soluciones prácticas que, como
sustrato teórico, sean capaces de reconstruir plataformas ubicadas en los mínimos niveles
de entendimiento, simplicidad y clarificación.
EL TERMINO "PARADIGMA"
En conclusión, paradigma se usa comúnmente hoy en día para designar una postura, una
opción o un modo sistemático de investigar, opción que se expresa en típicas vías técnico-
instrumentales y que responde a un fondo filosófico o manera de ver el mundo, el
conocimiento humano y sus procesos de producción. Si se entiende así, si se consideran los
riesgos de inexactitud al generalizar esa palabra más allá del concepto original y si, además,
queremos un curriculum libre de tomas polémicas de posición, entonces convendría más,
probablemente, hablar de enfoques o modelos de investigación (teóricos, epistemológicos o
metodológicos).
Arriba se dijo que las revoluciones científicas (y, en este caso, las confrontaciones
de enfoques investigativos) podían verse ya sea como sucesos, ya sea como procesos. En el
primer punto de vista, de carácter histórico, descriptivo e inductivo, se parte de examinar
cómo, a través del tiempo, las propuestas científicas van sucediéndose unas a otras por la
vía del choque insurgente inesperado y desplazador: ... Tolomeo Copérnico
Galileo, Kepler, Newton Einstein ... Se termina definiendo una estructura subyacente
de sucesos (como aquélla de CIENCIA NORMAL1 CRISIS REVOLUCION
CIENCIA NORMAL2 CRISIS REVOLUCION CIENCIA NORMAL3, y así
sucesivamente) y caracterizando cada una de las tendencias que han ido apareciendo en la
cadena histórica (positivismo, fenomenología, etc.). Este punto de vista se halla
suficientemente desarrollado en múltiples trabajos (véase p. ej. Dendaluce, 1989, en
general) y no parece haber conducido, hasta el momento, a una solución curricular
unificada. En otras perspectivas de análisis, como la que sigue, podría haber, tal vez, más
ofertas de solución.
En el segundo punto de vista, de carácter explicativo, se comienza por suponer que las
confrontaciones de paradigmas, más allá de su apariencia de sucesos históricos más o
menos particulares y más o menos parecidos entre sí, obedecen a un proceso universal en el
que intervienen siempre, en distintos esquemas de interrelación, unos mismos factores
generativos, de tal modo que la cadena de confrontaciones en el eje histórico no tiene la
forma de una secuencia lineal sino, más en el fondo, la forma expansiva de una espiral
donde cada uno de los puntos de las curvas se correlaciona con otros puntos ubicados en
una misma de las coordenadas que describen toda la espiral. Queda entonces por indagar
cuáles son esos factores generativos del proceso, aquéllos que conforman las coordenadas
de la espiral. Si echamos mano de los tradicionales análisis filosóficos, recordaremos que el
viejo marxismo ortodoxo (ubicado, por cierto, en este segundo punto de vista), solía
explicar este tipo de contradicciones (léase 'confrontaciones de paradigmas ') mediante dos
factores muy generales: idealismo vs materialismo. Pero, buscando una explicación menos
general y siempre dentro del análisis gnoseológico tradicional, podemos intentar una
propuesta según la cual las confrontaciones científicas y los enfoques investigativos tienen
una base de generación en combinaciones elaboradas a partir de tres ejes dicotómicos: (a)
empirismo vs racionalismo, (b) realismo vs idealismo y (c) dogmatismo vs escepticismo. Si
combinamos los valores de estos tres ejes, obtendríamos ocho combinaciones posibles
(serían infinitas combinaciones si supusiéramos valores continuos entre los dos polos de
cada eje, lo cual sería más "verosímil" teóricamente, pero menos manejable en la práctica):
i) empirista-realista-dogmático
ii) empirista-realista-escéptico
iii) empirista-idealista-dogmático
iv)empirista-idealista-escéptico
v) racionalista-realista-dogmático
vi) racionalista-realista-escéptico
vii) racionalista-idealista-dogmático
viii) racionalista-idealista-escéptico
No es difícil, para los expertos en filosofía e historia de la ciencia, identificar estos ocho
tipos de enfoques en el curso de las investigaciones científicas y filosóficas desde la Grecia
antigua hasta la época actual. Los estudiantes y noveles podrían también hacerlo si se les
describe cada uno de los tres ejes en referencia. La siguiente es una descripción aproximada
y vulgar que luego podría ser ampliada y precisada (nótese, al menos desde este punto de
vista, la necesidad curricular de asignaturas en filosofía de la ciencia y epistemología en
general (véase, entre otros, Bunge, 1981)):
(b1) REALISMO: las realidades que son objeto del conocimiento humano existen en sí
mismas, independientemente de las personas y del sujeto que trate de conocerlas. El mundo
exterior no se modifica por lo que las personas piensen de él, sino que sigue su propio curso
aunque el ser humano lo interprete de diversas maneras (ejemplo: al estudiar las relaciones
entre el alcohol y los accidentes de tránsito, debe excluirse cualquier ingerencia de las
condiciones personales, tanto del investigador como de los sujetos investigados y de los
sujetos sociales en general, en la descripción y explicación de los hechos; cualquier
ingerencia de este tipo constituye un sesgo importante que tiende a mostrar la realidad no
como es en sí misma sino como la ven las personas).
Los tres ejes anteriores sólo son taxonomías tradicionales dentro de los análisis
filosóficos. En sí mismos son tan poco explicativos que uno puede preguntarse cuáles
factores, a su vez, subyacen al empirismo, al racionalismo, etc., es decir, a los ocho tipos
propuestos antes. Si admitimos, como principio teórico inicial, que todo proceso de
investigación o de producción de conocimientos es, sucesivamente, una ACCION, una
SEMIOTICA y un TEXTO (Padrón, 1991), entonces es posible deducir al menos cinco
categorías o criterios en función de los cuales se producen los ocho tipos anteriores. Pero,
más en general, estas categorías se orientan a reducir la conformación de enfoques
investigativos a sólo tres grandes tipos. Considérense las cinco categorías siguientes (sus
nombres son muy provisionales):
D1) Via INDUCTIVA: si los casos singulares se consideran como clases de cosas o
hechos, relacionados entre sí en virtud de ciertas propiedades comunes, una alternativa para
representarlos es examinarlos todos o una parte significativa de ellos para determinar
regularidades, explicaciones de las mismas y esquemas generalizados que con el tiempo se
van reajustando o sustituyendo de acuerdo a lo que vaya resultando de sus confrontaciones
con la realidad. En síntesis, el conocimiento obtenido inductivamente es aquél que se
fundamenta en generalizaciones progresivas partiendo de los casos singulares.
D2) Via DEDUCTIVA: una vez en contacto con los casos particulares y con aquellos
datos que permiten ubicar un contexto de búsqueda y formular una incógnita, se adelanta
directamente, y a modo tentativo, una representación general y abstracta de los hechos, tal
que sea posible ir haciendo concreciones progresivas hasta llegar a los casos singulares.
Mientras en la inducción el conocimiento se logra mediante un proceso creciente de
generalización, partiendo de los casos o muestras de casos, en la deducción el proceso de
generalización es decreciente, partiendo de suposiciones audaces (Popper, 1962), de gran
amplitud, abstracción y generalidad, hasta los hechos específicos.
E) REFERENCIAS DE VALIDEZ: todo conocimiento, sobre todo cuando de él
dependen decisiones riesgosas y acciones de interés vital, ha de ser susceptible de crítica o
de juicios de validez y, a su vez, toda crítica y toda validación exige referencias. La natura-
leza de las referencias que se adopten como sustentación de juicios de validez varía de uno
a otro individuo o grupo de individuos, lo cual puede verse como un criterio adicional de
conformación de "paradigmas".
A) B) C) D) E)VALIDACIO
PENSAMIENTO ORIENTACION LENGUAJE METODO N
1 Sensorial Hacia cosas Numérico Inductivo Objeto
universal
2 Introspectivo Hacia sucesos Verbal Inductivo Sujeto temporal
3 Racional Hacia procesos Lógico Deductivo Sujeto universal
1= Enfoque Empírico-Analítico
2= Enfoque Crítico-Interpretativo-Sociohistórico
3= Enfoque Racionalista Crítico
CUADRO 1: COHERENCIA ENTRE VARIACIONES DE CATEGORIA
El segundo argumento tiene que ver con los conceptos de cantidad y cualidad. Se supone
que la dicotomía entre investigación cuantitativa e investigación cualitativa radica en que
la primera cuantifica y la segunda califica, o sea, en la oposición entre CANTIDAD y
CUALIDAD. Pero ¿hay realmente una disyuntiva entre estos dos conceptos? ¿Es cierto
que el tratamiento de cantidades excluye el tratamiento de cualidades? ¿Es que a las
ciencias de la naturaleza les toca cuantificar mientras a las ciencias del espíritu les toca
calificar? ¿No será, en cambio, que hay un modo de cuantificar VERBALMENTE y otro
modo de cuantificar LOGICOMATEMATICAMENTE, mientras, paralelamente, hay
también un modo de calificar VERBALMENTE al lado de un modo de calificar
LOGICOMATEMATICAMENTE? Si la respuesta a esta última pregunta es afirmativa,
entonces sólo se trataría de una diferencia de lenguaje (que sería irrelevante), pero no de
una disyuntiva epistemológica. De hecho, el lenguaje lógico-matemático no prevé
solamente números, conteos y cuantificaciones: existe, por ejemplo, una matemática
DISCRETA, que se refiere a aspectos no numéricos (no continuos) y existe también una
lógica de CUALIDADES, que se refiere precisamente a relaciones no numerables (sin
hablar de las lógicas polivalente y difusa, capaces de englobar esas "tendencias" y
"misterios" típicos de la acción humana en contextos socioculturales "imposibles de
definir").
La dicotomía cuantitativo/cualitativo, siempre dentro de este segundo argumento, parece
confundir una disyuntiva epistemológica con una disyuntiva lingüístico-semiótica. En
realidad, no hay producción de conocimientos que solamente aborde cantidades
excluyendo las cualidades ni viceversa. El mundo contiene aspectos cuantitativos
indisolublemente mezclados con aspectos cualitativos, de tal modo que resulta imposible
reconstruirlo atendiendo sólo a uno de ambos aspectos. La única diferencia está en el
lenguaje. Podemos decir, por ejemplo, algo como:
1. Los explotadores son una minoría; los explotados son las grandes masas.
4. (Da & Aa & Eab) Rb (si a es Docente, si a es Autoritario y si a Enseña a b, entonces
no es cierto que b Rinde.
En las investigaciones llamadas cualitativas suele emplearse la técnica del estudio de casos
y muchas veces, al terminar el procesamiento de datos en un caso, suelen formularse
mecanismos que hagan posible la transferencia de los resultados del caso hacia los demás
casos dotados de las mismas características. Esto, por más que esté formulado en lenguaje
verbal y bajo parámetros sociohistóricos, no se diferencia sustancialmente de los conceptos
estadísticos de muestra y población, típicos de lo que se insiste en llamar investigación
cuantitativa. Una vez más, la diferencia está en el lenguaje del tratamiento de los datos,
pero no en el método de representación. Si sólo se trata, en el fondo, de una diferencia de
lenguaje pero no de via de conocimiento, entonces no se justifica la distinción entre inves-
tigaciones cuantitativas y cualitativas, especialmente cuando se olvida algo que, en general,
pasó inadvertido a las ciencias sociales: el paradigma RACIONALISTA.
REFERENCIAS
I Licenciada en Enfermería. Instructora. Hospital “Mártires del 9 de abril”. Sagua La Grande. Villa
Clara. Cuba.
II Licenciada en Enfermería. Máster en Educación Médica Superior. Profesora Auxiliar. Filial de
Ciencias Médicas “Lidia Doce Sánchez”. Sagua La Grande. Villa Clara. Cuba.
III Licenciada en Psicología. Auxiliar Técnico Docente. Filial de Ciencias Médicas “Lidia Doce
RESUMEN
Los estudios sociales de la ciencia, desarrollados durante el siglo XX, han puesto de manifiesto la
naturaleza social de la práctica científica y su consecuente comprometimiento con los valores,
prioridades e intereses propios de la estructura y los agentes sociales. Una de las principales
tareas del científico es lograr una precisión tal del método de proyecto, de forma que los hechos
empíricos se conviertan adecuadamente en fuente de fundamentación epistémica del nuevo
saber engendrado por la investigación en cuestión. Dentro del sector de la salud pública, el cual
forma sus propios recursos humanos, tanto de nivel técnico como del superior profesional, se
realizan investigaciones, como son: en sistemas y servicios de salud, investigaciones clínicas,
epidemiológicas, etcétera, las cuales poseen sus características particulares. Por tanto, este
trabajo tiene como objetivo caracterizar los paradigmas cuantitativos y cualitativos en las
ciencias de la salud desde un enfoque filosófico-epistemológico.
ABSTRACT
The social studies of sciences developed during the XXs century have shown the social nature of
the scientific practice, as well as a compromising attitude towards values, which are priorities
and proper interests of the structure and the social agents. One of the principal tasks of a
scientist is to make a very good selection of the project method, in such a way that the empiric
facts become an adequate source of epistemic foundation of the new knowledge of the research
work. The public health branch forms its own human resources, either as technicians or
professionals, who carry out research works in different areas such as: Research works in the
health systems and services, clinical and epidemiological research works, etc, which have their
own characteristics. The objective of this work is to characterize the quantitative and qualitative
paradigms in the medical sciences according to the epistemological-philosophical approach.
INTRODUCCIÓN
Una de las principales tareas del científico es lograr una precisión tal del método de proyecto de
modo que los hechos empíricos se conviertan adecuadamente en fuente de fundamentación
epistémica del nuevo saber que engendra la investigación en cuestión. Aunque resulta difícil
poner de acuerdo a los investigadores en múltiples aspectos relacionados con la epistemología y
la metodología de la investigación científica, al menos existe coincidencia de criterios en que sin
método es imposible concebir la ciencia. Ahora bien, no siempre ha existido similar atención a la
problemática metodológica en la historia del pensamiento humano, y este hecho estuvo
condicionado por los diferentes nivel del desarrollo de la ciencia, la técnica, la industria, los
descubrimientos geográficos, etc.4
DESARROLLO
La investigación científica
Se investiga para poner, hoy más que nunca, la ciencia al servicio del hombre y no la ciencia en
función de la destrucción de la humanidad.6 De un modo u otro, la mayoría de los científicos y
los filósofos se han pronunciado respecto a la cuestión de la metodología del conocimiento. Este
hecho ha posibilitado la proliferación de corrientes y posturas epistemológicas. Cualesquiera que
sean los métodos particulares que emplee el investigador científico, como métodos de carácter
empírico o teórico, inductivo o deductivo, genético, axiomático, analítico, experimental, etcétera,
tendrán que ver necesariamente con algunos de los paradigmas epistemológicos y filosóficos que
han existido, sobreviven y sobrevivirán a los nuevos tiempos.
Uno de los graves defectos del empirismo ha sido sustituir el papel de la elaboración teórica por
el método, al confundir este último con las técnicas y reducir el proceso de la investigación
científica a la simple recopilación de información a través de mediciones, experimentos,
encuestas, entrevistas, datos, estadísticas, etcétera, y así desatiende la importancia del marco
teórico de la investigación, en especial la precisión del problema científico a resolver en el
proyecto, lo que repercute de manera negativa en sus resultados, y por tanto, en el posible
efecto social de su labor.
La filosofía, desde su surgimiento antes de la aparición de las ciencias, lo mismo que desde sus
primeras manifestaciones en las expresiones naturalistas tanto del mundo oriental como del
grecolatino, le otorgó atención al tema de la determinación cualitativa de la realidad y su
investigación, aún cuando no lo denominasen con los términos que se manejan en la
contemporaneidad. La preocupación por el conocimiento cualitativo de los fenómenos, tanto de
la naturaleza como de la sociedad, ha estado de un modo u otro siempre en la génesis y
evolución de las ciencias, aún cuando ha tomado mayor auge en los últimos tiempos.
Desde el pensamiento antiguo, lo mismo en el Tao Te King de Lao Tse en China que en
Pitágoras, con su intención de encontrar en los números la esencia de todas las cosas, con su
enfoque cuantitativista frente al cualitativismo de los jónicos –que buscaban esa esencia en
algún tipo de sustancia elemental, como el agua en el caso de Tales, el aire en Anaxímenes o el
apeyron de Anaximandro, y especialmente en la dialéctica ingenua del fuego de Heráclito–, se le
otorgó especial atención a la correlación entre lo cuantitativo y lo cualitativo. Pero,
fundamentalmente a partir de Parménides, y en especial de Aristóteles, este problema de la
determinación cualitativa de los fenómenos y de las categorías que se derivan de él, comenzó a
ser utilizado como herramienta epistemológica básica para la comprensión de la diversidad de
los fenómenos del mundo, animados por la idea de encontrar los factores de identificación y de
unidad.
En la filosofía clásica alemana, tanto en la teoría del conocimiento de Kant, como en la dialéctica
de Hegel, el problema de la correlación y transformación de lo cuantitativo en lo cualitativo
adquiere un desarrollo y profundidad impresionantes, que se expresan en la intención de
precisar el contenido conceptual de cada categoría y en particular de medida como elemento
integrador de ambas determinaciones.
Si con anterioridad parecía que este asunto era cuestión exclusiva de filósofos o epistemólogos,
el pasado siglo XX demostró que todo hombre o mujer de ciencia están obligados a abordar esa
crucial cuestión y asumir posiciones ante ella.
Bacallao ha planteado que “Un paradigma es en gran medida un sistema de prejuicios asumidos
ante-facto que condiciona toda una perspectiva para abordar los problemas, intentar resolverlos
e incluso para plantearlos. Los científicos trabajan dentro de un paradigma intelectual que
condiciona el modo en que la naturaleza es percibida, este no es más que un marco de
premisas, compartidas por toda una comunidad científica, acerca de lo que constituye un
problema, un método y una supuesta solución. El desafío para el científico es hallar “una
solución” cuya existencia es ya un presupuesto del paradigma que norma su práctica científica.7
Múltiples han sido los diferentes enfoques adjudicados a la función de los paradigmas y su
importancia en el desarrollo de las ciencias y específicamente en el modo de obtención del
conocimiento: la investigación científica. En general los paradigmas establecen condiciones y
presupuestos para un nivel determinado de desarrollo de la ciencia, enmarcado en tiempo y
espacio, lo que lleva implícito el cambio; cuando esto sucede, se establecen nuevos
presupuestos, condiciones, retos, oportunidades, entre otros. Aparecen los sujetos escépticos
(que se mantienen neutrales a lo que está aconteciendo y siguen generalmente desarrollándose
bajo la influencia del viejo paradigma), los fanáticos (aquellos que defienden a ultranza el nuevo
paradigma y enfrentan el cambio) y los opositores (los cuales no creen ni aceptan las
posibilidades que trae consigo el nuevo paradigma y constituyen generalmente un freno al
cambio necesario). En general se han planteado los siguientes paradigmas de investigación
Lo cuantitativo vs lo cualitativo
Resulta conveniente incluir en este análisis el racionalista crítico Popper, porque si bien es cierto
que no se atiene totalmente al criterio puramente positivista, parte de él, y por ello, muchos
autores lo ubican dentro de esta corriente de pensamiento. Para Popper -igual que para Bunge-
la realidad existe y es objetiva. En este aspecto ontológico se aprecia similitud entre el
positivismo y el racionalismo crítico, pero el vienés considera que solo se conoce la realidad a
medias, pues a ciencia cierta se puede saber lo que es falso, más no lo que es verdadero
(principio de falsación). Es la postura epistemológica popperiana. En cuanto a lo metodológico,
aunque parte del monismo en el método, es del criterio que existen múltiples vías para llegar al
conocimiento de la verdad. El pensamiento popperiano admite el modelo cuantitativo de la
investigación científica, pero con sus particularidades.
Por otro lado, el enfoque cualitativo, llamado por muchos autores humanístico-interpretativo,
crítico y naturalista, se sustenta también en el idealismo subjetivo: en el humanismo
neokantiano, en sus diferentes posiciones y escuelas. Esta corriente de pensamiento se opuso,
desde el siglo XIX al positivismo y también al marxismo. Sus figuras más destacadas fueron:
Dilthey, Rickert, Windelban, quienes formaron parte de la famosa escuela de Baden; y por
último Weber (1864-1920), que continuó su desarrollo en el siglo XX, con la primera y la
segunda generaciones de la Escuela de Frankfurt, con representantes como Teodoro Adorno y
Jurgen Haberlas, respectivamente.10
La mayoría de los autores consideran que la naturaleza del enfoque cualitativo radica en los
métodos que son utilizados; otros opinan que tienen un carácter exploratorio y de primer nivel,
para luego aplicar otra más rigurosa y profunda con verdadero rigor metodológico (refiriéndose a
la cuantitativa).
Según Ruiz11, las diferencias entre el enfoque cuantitativo y el cualitativo son las siguientes:
El método cuantitativo se basa en la teoría positivista del conocimiento, la cual modelada
prácticamente en el esquema de las ciencias naturales intenta describir y explicar los
procesos y fenómenos del mundo social.
La búsqueda de las generalizaciones o explicaciones sistemáticas debe apoyarse en
evidencias empíricas. Son estas evidencias las que llevan al análisis de estas relaciones,
base de toda explicación sistemática.
Toda esta búsqueda presupone la existencia previa de unas regularidades básicas que se
pueden expresar en forma de leyes o relaciones empíricas.
De ahí que se fomenten las técnicas estandarizantes de los experimentos controlados y
de los sondeos masivos.
Como reflejo de la confianza en la evidencia empírica se ha dado particular insistencia a
la fiabilidad y validez de esta búsqueda.
El método cuantitativo insiste en el conocimiento sistemático, comparable, medible y
replicable.
En definitiva, este método es fiable y sólido en tanto se acepta su postulado básico de
que: el mundo social constituye un sistema de regularidades empíricas y objetivas,
observables, medibles, replicables y predecibles mentalmente.11
En lo que respecta al enfoque cualitativo debe concebirse sobre la base de los principios que le
dan unidad lógica y metodológica: relación método-objeto de estudio como sistema abierto,
respeto por la realidad tal y cómo es expresada e interpretada por los sujetos y la creatividad de
los investigadores en las formas de actuación en el contexto. La aplicación consecuente de los
anteriores principios conjuntamente con los de consistencia, unidad de contrarios y
triangulación, permiten superar las contradicciones metodológicas entre los enfoques.
Las bondades y limitantes de los métodos cualitativos y cuantitativos no son privativos de una
ciencia en particular, como parte de la presente reflexión los autores del presente artículo
tratarán de circunscribirla al contexto de la investigación en las ciencias de la salud. Como
ciencia, la Medicina aparece a primera vista como una ciencia biológica, pero dada la esencia
social del hombre y de la salud, desde el pasado siglo viene ganando espacio su concepción
como ciencia social.
El paradigma establecido por las ciencias naturales en su desarrollo, estableció su método. Dos
siglos después la estructura y la conceptualizacion de la ciencia han cambiado. Actualmente se
propone un paradigma más amplio -ciencias naturales, sociales y humanas- y diversos tipos de
métodos acordes a su diversidad. El nuevo paradigma biosocial, más expansivo y extensivo
necesita un abordaje integral del paciente y una transformación en el diagnóstico médico, el cual
debe incluir no solo la lesión anatómica, por muy importante que ésta sea, sino también al
sujeto portador de la enfermedad. Separar la “patología” de la “dolencia” es una forma
pragmática de resolver el problema. No se trata de explicar la sintomatología clínica de origen
social y sociológico, sino de comprender y entender las esperanzas, los miedos, los temores, y
preocupaciones que surgen en el paciente durante su enfermedad. Se necesita no solo ciencia
biomédica, sino también humana. Se necesitan ambos diagnósticos investigativamente, con
sofisticación, técnica y sensibilidad humana.13
El paradigma biomédico tiene sus bases en el modelo biomédico, que enfoca la atención médica
hacia el individuo, centrado en la enfermedad y donde el paciente es atendido en su dimensión
biológica fundamentalmente, mientras que el paradigma biosocial tiene sus bases en el modelo
biopsicosocial -mucho más amplio- que enfatiza el servicio de salud, además de lo individual,
hacia la colectividad, centrado en la salud del individuo, la familia y la comunidad, donde el
paciente es atendido en su integridad biológica, psicológica y social.14
La investigación en las ciencias de la salud involucra al ser humano en todas sus dimensiones.15
Lo que es (identidad biológica), lo que hace (identidad productiva) y lo que se representa
(identidad subjetiva). Visto así, las condiciones biológicas del receptor o del proceso de salud
enfermedad individual y poblacional, del entorno geográfico (urbano o rural), de la clase o grupo
social de pertenencia, de la identidad propia construida socioculturalmente, constituyen
determinantes de las representaciones que se hace el sujeto y que de alguna manera, y en
cualquier esfera de la vida constituirán, para el ser humano, factores determinantes en su
desarrollo individual y social. Los problemas del conocimiento requieren de la invención o la
aplicación de procedimientos especiales adecuados para los varios estadios del tratamiento de
los problemas, desde el mero enunciado de éstos hasta el control de las soluciones propuestas.16
En el largo camino de la construcción del conocimiento científico, los investigadores han ido
superando distintos tipos de reduccionismos epistemológicos, y en esa labor los métodos
cuantitativos han sido extraordinariamente valiosos y lo seguirán siendo en la misma medida en
que se integren adecuadamente a los análisis de corte cualitativo.17,18
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS