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Conferencia

La educación de padres con sus hijos

Podemos decir que desde 1960 se da un cambio brusco en la educación.

La modernidad ha venido a trastocar la vida familiar.

Antes de la década de los 60’s una madre de familia podía educar sin mayor
problema 5 o 7 niños mientras que hoy en día no pueden con dos.

Las parejas experimentas muchísimos más problemas que los que


experimentaron sus padres o sus abuelos.

La forma de educar no cambia o no debe cambiar como cambia la tecnología, la


demografía etc. si vemos los primeros 50 años del siglo pasado experimentaron
cambios mucho más profundos de los que ahora vemos… y las familias seguían
educando bien a sus hijos. (dos guerras mundiales, la gran depresiones en USA,
la persecución religiosa, el desarrollo tecnológico, etc.).

Podemos decir que en cientos o miles de años la educación no cambió desde


Abram y Sara. Esta educación esta basada en el principio fundamental:

Honra a tu padre y a tu madre, para que pueda tener larga vida en la tierra
que Dios te va a dar.
Ex 20,12.

Sin embrago en la década de los 60’s se dio la década más destructiva de la


familia que haya existido siempre. Hasta esta década se mantenían los VALORES
tradicionales y se vivía de la forma tradicional… era una cadena constante.

Aun la misma televisión mostraba y propagaba los valores de la familia.


Recordemos: Lassie, Papa lo sabe todo, el Show de Lucy, Disneylandia, Pipo, y el
teatro fantástico.

Pero en los 60’s la Televisión cambio de rumbo y le apostó al NEOLIBERALISMO


y triunfó… por este medio se cambió la cultura de los pueblos y se destruyó los
valores de las familias.

Para 1970 no existe más el consenso sobre los valores. Para mediados de los
70’s se caminaba hacia una cultura “progresista”. Lo viejo ya no sirve… solo sirve
los nuevo. Se negaba el principio básico que se había escrito siglos antes por un
sabio:

No hay nada nuevo bajo el sol. (Ecl 1,9)


Los Baby Boomers – la gente de mi generación – fue seducida por la utopía
progresista. Lo que nuestros padres nos habían enseñado era ya pasado había
que caminar hacia el futuro… hacer todo nuevo.

Hasta antes de los 60’s para educar a un niño se consultaba a la “abuela”, a la


gente que ya había pasado por ahí… ahora se consulta a los “expertos” que tienen
muchos estudios pero no están ni siquiera casados… todo es teoría. Antes era
práctica… Contar una historia… y lo que la mamá hizo.

En los 60’s emerge el HIPISMO y con él se acaba todo sentido del respeto a la
autoridad (en todos los ordenes): político, militar, institucional, religioso y familiar.

Se atacó despiadadamente todos los principios de la familia que provenían de


nuestra cultura Judeo–cristiana.

De aquí nace el Feminismo: Igualdad para todos… nadie se debe someter al otro.
Cada quien es libre y soberano… se inicia la destrucción de la cohesión familiar.

Se cambio de “la educación centrada en la familia” a “la educación centrada en el


niño”.

El niño es puesto al mismo nivel que los adultos y con eso se destruye la autoridad
de los padres.

La apreciación ahora es que nos niños son “naturalmente malos o enfermos” y hay
que rehabilitarlos.

Yo conozco bien esto, porque he vivido las dos etapas del historia: nací y fui
educado en una familia de antes de los 50’s y veo ahora como camina esto
después de los 60’s. Y veo que esto no funciona… ¿por que?

Porque no está centrada en los principio fundamentales dados por Dios… no está
fundada en la verdad sino en la falsedad.

La Serpiente, Satanás, aparece en todas las generación bajo diferentes formas,


pero siempre con el mismo objetivo: “convencer a los hijos de Dios que Dios
miente, que quiere tener al hombre como esclavo y convencerlo de que se aleje
de él y de sus principios (Gn 3).

Actuando en la educación de los niños busca destruir la confianza y autoridad de


Dios.

La forma en que fue creado el mundo y el universo supone un creador con un plan
especifico…, lo hemos visto el día de ayer. Todo en el universo nos habla de esto.
El camino y los planos para construir una vida que nos lleve al éxito está en la
Sagrada Escritura, que desafortunadamente hoy nadie conoce.
Educar a un hijo al margen de la Sagrada Escritura traerá consecuencias: San
Pablo habla de esto 2Tim 3,1-4

31 También debes saber que en los tiempos últimos vendrán días difíciles. 2 Los
hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablarán en
contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán la
religión. 3 No tendrán cariño ni compasión, serán chismosos, no podrán dominar
sus pasiones, serán crueles y enemigos de todo lo bueno. 4 Serán traidores y
atrevidos, estarán llenos de vanidad y buscarán sus propios placeres en vez de
buscar a Dios.

Esto trae para los padres:

Frustración crónica, Stress, ansiedad, odio, resentimiento, conflictos y


culpabilidad.

Hay dos principios fundamentales que debemos de tener en cuenta:

1. Dios no ha hecho nadad difícil, aunque nosotros pensemos o nos parezca


lo contario. Dios es simlicidad.
2. Conformarse al plan de Dios, en cualquier área de nuestra vida, trae
descanso de nuestros problemas, de nuestras necesidades y de nuestros
miedos.

El deteriorio de nuestros procesos educativos en la familia, no va a ser facil de


reparar. Se han perdido mucho elementos fundamental que es necesario
retomaralgunos de los factores en los que hay que trabajare serían:

 Regresar a una Educación Centrada en la Familia… donde cada uno de los


miembros tiene un lugar y no pueden invertirse los roles.
 Mantener como fundamento de la Educación la Sangrada Escritura
 Regresar a los principios de Autoridad y Disciplina
 Enseñar a los hijos a ser diferentes – No somos del mundo.

Se presenta una tarea titánica. Es por ello que los esposo deben estar
completamente anclados en la oración y tener una solida formación cristiana que
les permita afrontar el reto de formar hijos que puedan ser fermentos en la masa,
para lograr un restablecimiento del ordene de la verdad y la justica, vividas en la
caridad y el amor.

Permítanme ahora el proponerles, desde mi experiencia, dos consejos para


retomar el rumbo:

1. Educar en la unidad – Una sola carne


2. Educar en el carácter
I. Educar bajo el concepto de “una sola Carne”

El día de ayer hablábamos que el proyecto de Dios (Gn 2,24), propone que el
hombre y la mujer deben ser una sola carne. Eso debe ocurrir antes de tener
niños.

Es decir, nada debe ser más importante que la relación de la pareja. Primero hay
que aprender a ser aposo y esposa antes de ser padre y Madre. Desde novio se
debe trabaja en la unidad, especialmente de los criterios para llevar la casa y la
educación de los hijos… una sola carne. Esto debe estar por encisma de cualquier
otro aspecto de la vida. Es la brújula que marca el rumbo de la dirección de la
casa.

Esto no se logra de manera “espontanea” requiere de todo un trabajo que no se


debe detener nunca. Los novios y luego los esposos deben de pasar LARGOS
RATOS de dialogo y de encuentro. Esta es la base del conocimiento. Sin el,
¿Cómo podremos dirigir adecuadamente el barco?

Una pareja debe estar revisando continuamente cuánto tiempo se comparte como
esposo/esposa – padre/madre. La relación debe ser al menos 60/40 en la línea de
esposos. Lo ideal, según los especialistas en el tema es de 75/25.

Esto quiere decir que cuando el esposo llega del trabajo no será recibido por la
empleada domestica, ni por los hijos sino por la mujer con la que se casó.

Ya lo he dicho, pero no me canso nunca de repetirlo: Cuando nosotros nos


separamos del plan de Dios tenemos siempre problemas.

Esto debe incluir todas las áreas no solo la sexual. Se debe caminar en la misma
dirección ambos y esto requiere confrontación y a veces crisis, pero esto es lo que
lleva a los hijos por el camino del éxito.

Si hay una decisión que no puede tomar la madre, debe decir: cuanto llegue tu
papá. Y no tomar decisión sin estar en el mismo canal.

Los esposos deben tener suficiente tiempo para convivir juntos sin los hijos para
llegar a formar la perfecta unidad.

Cuando no están centrados en ellos mismos, los niños no tienen una adecuada
dirección y no tienen por lo tanto disciplina.

II. El carácter primero

El segundo elemento tiene que ver con el CARÁCTER. Deuteronomio 6,6-7 dice:
6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;
7 y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando
te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y
cuando te levantes.

Esto nos ayuda a entender que lo primero que hay que formar en los niños es el
CARÁCTER. ENSEÑARLES A AMR A DIOS

Los esposo deben ser un ejemplo vivo para sus hijos.

La Sagrada Escritura nos dice que los esposos deben tomar cualquier oportunidad
posible para enseñar a sus hijos entre el bien y el mal, lo que agrada y lo que
desagrada al Señor.

El niño debe saber y entender que la verdad la tienen los padres. Pues el verdad
viene de la Escritura y de la experiencia.

Para ello es necesario ESTABLECER e INSTALAR en los niños hábitos


adecuados de PENSAMIENTO.

Recordemos que todo lo que hagamos pasara primero por el filtro del
pensamiento.

El comportamiento va a depender de mis pensamientos.

Es típico que no se les marque a los niños sus malos comportamientos… sus
malas respuestas.

Las abuelas habían entendido bien lo que dice Prob 22,15

15 La necedad está ligada al corazón del niño;


la vara de la disciplina la alejará de él.

Otra situación típica es que lo niños quieren decirle a los papás lo que está bien o
mal y el papá se pone a RAZONAR con el niño. Eso no funciona. Se debe usar la
autoridad.

La mama le dice el niño pequeño: “No toques eso”. El niño no sabe por que no lo
debe tomar. Y como el niño quiere tomarlo buscara tomarelo. No se trata de
establecer un dialogo y buscar el que el niño entienda, tiene que hacerlo porque
LA AUTORIDAD lo manda. Si no obedece, entonces se hace merecedor de una
correccion. El niño ahora entiende que el desobedecer a la autoridad siempre
tnedra consecuencia… esto le evitará grandes problemas en el futuro. Contamos
el caso del abuelito con el pequeño.
Cuando esta corrección se hace a un adolecente, no bde corregirsele con la vara
(en general), sobre todo cuando se ha venido perfeccionando el tema de las
CONSECUENCIA. Ala adolecente lo llevamos a REFLEXIONAR. Para ello
tenemos la “Silla de la Reflexión”…

Al un niño que ya escribe… que escriba 100 veces que el pasto es verde.

No se trata de discutir ni de convencer. La autoridad debe ser obedecida, ya que


de lo contrario habrá siempre malas consecuencia. Así se aplica con claridad el
principio: El salario del pecado es la muerte (Rm 6,23).

El carácter del niño se va forjando y a prendiendo a que hay disciplina y autoridad.


Y que lo malo siempre será malo aunque todos lo hagan.

Que los principio de la vida nacen de la Escritura. Ella es la única fuente real de
verdad. Que desobedecer a Dios siempre nos llevará por el camino de la
oscuridad.

Es también importante el disciplinar sus emociones. Debemos saber que


interiormente se mueve el pecado (Sal 51,5), y que hay que aprender a controlar y
manera la frustración y el enojo. Esto, especialmente requerirá del apoyo de los
dos padres, pues son procesos largos que deberán afrontar los dos.

Finalmente los papas deben ser la primera influencia en sus hijos… o el interne,
no los maestros, sino los padres.

Una palabra final son la Auto-estima. La humildad no quita la auto-estima… uno es


grande por lo que es y es más cuanto más humilde se es. Cuando se reconocen
los errores y se corrigen.

Vemos entonces que la formación, es algo que comete no a las escuelas, sino a
los padres, los cuales deben invertir una considerable cantidad de tiempo en este,
que según mi opinión va normando la vida cristiana de un niño.

Cuando el niño aprende desde pequeño a amar y a respetar a Dios y sus


mandamiento, tendrá una vida hermosa. Será un buen cristiana y construirá a su
vez una familia cristiana. Así es como inicio el cristianismo, el cristianismo que
transformó la vida de la sociedad.

Empecemos nosotros también… busquemos establecer programas que lleven a


los padres de familia a adoptar el pensamiento que proviene de la Escritura.

EMC / Junio 2017

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