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Introducción al sonido
Federico Castiglioni y Martín Lazaroff
Ingeniería Audiovisual, Facultad de Ingeniería y Tecnologías, Universidad Católica del
Uruguay
fecasma@gmail.com – martinglazaroff@gmail.com
Formantes
Son las bandas de frecuencia donde se presenta la mayor parte de la energía sonora de
un sonido. Nos permiten entre otras cosas, reconocer los sonidos del habla humana
(particularmente las vocales) y por tanto, determinan fenómenos acústicos como el
timbre.
Para caracterizar una vocal, en general, sólo se necesitan los dos primeros formantes.
No todos los sonidos humanos están compuestos por formantes definidos. Los que sí lo
están se denominan “sonantes”. Estos son las vocales, las consonantes aproximantes (l, j,
w) y las consonantes nasales (n, m).
Emisión y modificadores
Este sonido se ve alterado en el trayecto desde la laringe hasta los labios y narinas,
también llamado “tracto vocal”. El tracto vocal puede adoptar distintas formas y
tamaños al estar integrado por órganos encargados de la articulación (por
ejemplo, la lengua). Modificar el tracto vocal resulta en modificar la emisión.
Cuando cantamos/hablamos, cambiamos continuamente el tracto vocal para
producir diferentes sonidos.
Para la producción de vocales, a las que se les puede atribuir una altura definida
tanto en el canto como en el habla (aunque está segunda es un poco más difícil
de percibir), las cuerdas vocales deben vibran a una frecuencia determinada. Esto
quiere decir que, para emitir una vocal, las cuerdas vocales se abren y cierran un
número n de veces en un segundo dependiendo de la altura con la que la
queramos emitir. Para cantar la nota La en la octava 4, nuestras cuerdas vocales
deben abrir y cerrarse 440 veces por segundo.
Figura 2, posición de las cuerdas vocales para emitir sonidos.
Se puede decir que la mayoría de los formantes de los sonidos del habla son provocados
por la resonancia del tracto vocal. Tanto la longitud como la forma del tracto vocal
inciden en el favorecimiento de ciertas bandas de frecuencia sobre otras, resultando en
formantes. A grandes rasgos, el tracto vocal se comporta como una especie de tubo con
un extremo cerrado y otro abierto. Por tanto, determinando su longitud podemos
estimar los rangos de frecuencias que van a ser potenciadas gracias a la resonancia del
tracto.
A modo de ejemplo, consideramos un sujeto con un tracto vocal ideal (es decir,
perfectamente cilíndrico y sin ningún tipo de modificador tenido en cuenta) de 17,5cm
de largo. Podemos ubicar sus primeros tres formantes en las frecuencias 490hz, 1470hz
y 2450hz.
Deducimos esto utilizando la fórmula para conocer los modos de vibración de un tubo
con un extremo cerrado vista anteriormente en clase, donde F es la frecuencia a la que
resuena el tubo, n es el número de armónico a hallar, Vs es la velocidad del sonido
(Constante, 343m/s) y L es la longitud del tubo.
𝑉𝑠
𝐹 = (2𝑛 − 1)
4𝐿
Mientras más corto sea el tracto (tubo), más altas son las formantes (por eso la
diferencia entre las formantes entre hombres, mujeres y niños)
Ahora sí, conociendo estos factores, podemos entender la correspondencia entre los
gráficos de las formantes de cada vocal.
La letra A se emite con los labios separados, con la mandíbula abierta y con la lengua a
nivel de piso y entre la zona posterior y anterior. Todas estas características conllevan a
que posea una primera formante alta con respecto a las demás vocales.
Por otro lado, la letra U se emite con los labios poco separados, sin prácticamente abrir
la mandíbula, con la lengua baja y ubicada en la zona posterior, por lo que podemos
afirmar que tanto su primera como segunda formantes son bajas, siendo su segunda
formante la más baja con respecto a las otras vocales.
Sin embargo, la letra I presenta una formante aún más baja que la U y la más baja de
todas con respecto al resto de las vocales, dado que se emite con los labios poco
separados (pero un poco más que la u), sin abrir la mandíbula y la diferencia principal
contra la u, la lengua se posiciona a mayor altura. A su vez, la lengua se encuentra ubicada
en la zona anterior, por lo que podemos afirmar que su segunda formante es alta (la más
alta de todas las vocales).
Análisis de datos
Conclusiones
Las primeras formantes de las cinco vocales están ordenadas prácticamente igual que
en la tabla, teniendo como excepción la coincidencia entre la primera formante de la “I”
y de la “U”. En cuanto a las segundas formantes, el orden obtenido es exactamente el
mismo que el de la tabla.
En este caso, los datos obtenidos experimentalmente no coinciden con los de la tabla
del libro, ya que usando las palabras “bit”, “bet”, “part”, “pot” y “book” como
representantes de las vocales “i”, “e”, “a”, “o” y “u” respectivamente, no registramos el
mismo orden. Para la tabla del libro, las terceras formantes de cada vocal de mayor a
menor son: “i”, “e”, “a”, “o” y “u”, mientras que nuestros resultados indican que las
formantes de cada vocal de mayor a menor son: “e”, “i”, “a” y “o” empatadas y por
último “u”.
Consideramos que, al haber el sujeto cantado, agregó una formante global que
potencia, entre otras cosas, la tercera formante.
Finalmente aclaramos que, la formante global agregada hace más difícil la apreciación
de las formantes de las vocales en general, por lo que creemos que los datos
manejados a partir del audio grabado pueden estar sujetos a algún tipo de error.
Bibliografía