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Discurso de Motivación Reflexiva N° 027

PAYASOS Y ARLEQUINES EN MI ARTE

Por: Reynaldo Charres Vargas

Apreciados amiguitos:

Les pregunto: ¿Quién de ustedes en su infancia no se ha divertido y reído a

carcajadas con la presencia y las mímicas amenas de un atractivo payaso
cuyo rostro, traje colorido y voz resonante daba alegría a las fiestas en
casa?.. Cierto, aquellas expresiones divertidas de un ser humano disfrazado,
diciendo bromas con movimientos corporales rítmicos y toda una estela de
ocurrencias humorísticas, fueron momentos especiales que nos deleitaron e
hicieron vivir momentos felices que no olvidaremos.

Tampoco podremos olvidar, aquellos tiempos con la presencia de los circos

en cuyo recinto y como espectáculo estelar siempre estaba la actuación de
los payasos, artistas de la risa, especialistas en muecas, duchos en
improvisación; en decir personajes graciosos cuyos atuendos, dichos y gestos
nos hacían reír sin control.

Otros hechos festivos que están íntimamente relacionados con el humorismo

popular como son los carnavales y sus arlequines, fiestas masivas de verano
donde hay personajes disfrazados y preparados para excitar la alegría de la
colectividad. Los inquietos arlequines con sus máscaras, vestimenta, agua,
pintura, cantos, bailes y música son los que dirigen los juegos y las
comparsas, produciendo un jolgorio bullicioso en los pueblos.

Estos motivos y costumbres populares llenos de colorido y recreación que

aun forman parte de la diversión humana, constituyeron una temática
importante en mi arte, es decir una fuente especial de inspiración y
realización artística profesional. Y como resultado, ahora puedo presentar
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una atractiva colección de rostros pintados sobre lienzos e imágenes

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modeladas manualmente con minuciosidad usando una pasta maleable

denominado Yac, (que es una combinación de yeso, papel molido, cola y
arcilla y con secado al frío).

Tanto pinturas como esculturas en pequeño formato fueron realizadas en el

período llamado “dualidades de la vida” y se han centrado en retratar los
gestos expresivos de payasos y arlequines resaltando sus muecas, risas,
sonrisas y tristezas que son los estados emocionales dominantes en nuestras
vidas.

Las 220 obras que corresponden a esta serie formarán parte de la colección
de obras plásticas que se mostrarán en el futuro local del proyecto ARFRA-
RCHV, el mismo que será un centro piloto de promoción artística al servicio
de la población y cuyos primeros avances informativos ya pueden verse en
una página web que vengo publicando desde comienzos del año 2018.
(https://arfra-rchv.blogspot.com).

Los payasos y arlequines en mi pintura y escultura, me ayudaron a encontrar

signos y lenguajes implícitos de color y espiritualidad así como entender
mejor la conducta humana porque los disfraces y la actuación sintetizan la
fusión de temperamentos anímicos y físicos del ser humano como son
alegrías y tristezas. También representan las dos estructuras del organismo;
lo exterior y lo interior, pues del juego de tal lógica nacen las emociones y los
sentimientos.

En el disfraz y la actuación de estos personajes encontré mayor significancia

de la dualidad humana, y esa circunstancia fue un deleite para el
tratamiento de los pigmentos y la estilística en mi obra. Además todo ello me
permitió vivir la libertad de recrear imágenes de fantasía, ingresando en el
corazón de la transformación para entender que todos somos duales y
frágiles en cuerpo y alma. Los payasos y arlequines son actores humanos que
se transforman en seres especiales y se preparan para deleitar a otros seres
y ésa actitud solidaria tiene inmenso valor porque con su arte personal
llegan a cambiar el temperamento de un grupo social.
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Entonces, también puedo decir que mis obras quedarán como testimonio
visible de mi propia dualidad, de mi propia estructura emocional, en la cual
se fundieron tristezas con alegrías, dolores con sanidad, angustias con
esperanzas, temores con calma, llantos con risas, tropiezos con superación,
pérdidas con recuperación, debilidad con coraje, miseria con abundancia;
verdades con falsedades, saber con ignorancia, errores con aciertos, etc.

No es impropio decir que mi actuación privada y pública fue una payasada

pues me transformé en un realizador payaso que no vaciló en imaginar,
recrear, cuestionar y representar ciertas realidades a la luz de la conciencia.
Estas obras visuales fueron elaboradas para mi propia reflexión y
recreación, además nunca mostradas, pero muy pronto serán compartidas
con observadores que seguramente se reían a carcajadas.

Las actuaciones visibles debajo del disfraz guardan una intimidad que deben
interpretarse con cuidado pues tienen enseñanzas y elocuencias que nunca
debiéramos olvidar, por ejemplo aquella capacidad por la transformación
súbita de actuar con valentía e inspiración para cambiar la atmósfera
recreativa de los demás, sin duda, es una lección poderosa.

Les confieso que, al ver varias imágenes y pensar en los corazones de

aquellos payasos pintados y modelados en mi estudio, me sentía motivado a
superar tiempos de crisis originadas por mis equivocadas decisiones y
también las derivadas por enfermedades. Un día, un rostro pintado me dijo:
“pon por adelante la coraza del positivismo y ésa actitud optimista te
ayudará a ser valiente para enfrentar ésa depresión”; tal arenga se gravó en
mi cerebro para siempre y se convirtió en una regla de vida y actuación.

Aprender a leer la figura de aquel payaso de nariz postiza, zapatones y

colorido traje que baila, ríe, narra y canta aunque su corazón sufra o padezca
de dolor, es asimilar el valor de la tenacidad personal. Yo aprendí a convivir
con las limitaciones y las ausencias, los enfrenté con frescura y estrategia.
También entendí que el ser humano, siendo ente insignificante y fugaz en el
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planeta, y por más abundancia material que posea o sea rico en saber, su
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existencia acabará como la luz del día y con la muerte quedará en nada.
Se sabe que las experiencias vividas son la fuente real de los conocimientos,
lo he comprobado durante mi ejercicio profesional, asimismo he
comprendido que la vida es un problema por resolver. Esa es la tesis que
cada quien debe sustentar en el tiempo, algo así como un desafío por
resolver en el camino y días tras día.

Gracias a las enseñanzas de los payasos y las payasadas, pude asimilar las
herramientas de la tenacidad, la solidaridad y el buen humor, las mismas que
me ayudaron a superar las limitaciones propias de mi vida intelectual y
artística. Y digo: no hubiera formado un cerebro reflexivo y creativo sin haber
vivido más de seis décadas urdiendo el bello tejido de las artes. Jamás
hubiera logrado marcar diferencias en mis percepciones, tampoco explorar
con rigor e ilusión las perspectivas del futuro, sin contar con las notas del
buen humor. Menos comprobar que la simplicidad es la mejor fuente de
inspiración para la existencia.

Hoy en la vejez, puedo decir que fui un payaso sediento de retos y un

arlequín con ideales, y que se fundieron en mi corazón y mente para cumplir
un emprendimiento artístico atípico que en la práctica se denominó
“voluntariado artístico”. Las imágenes que pronto conocerán son espejos y
reflejos de un tiempo de dedicación con limpieza y entusiasmo para cultivar
la mancomunidad, sembrar generosidad con esperanza y jamás perder la fe
en los propósitos, teniendo siempre un aliado en el buen humor y este sea la
llave del amor humano verdadero, y en la verdad está la modestia.

Los payasos y arlequines son mis maestros en dualidad y en honor a ellos he

plasmado una vistosa colección de pinturas y esculturas en formato menor y
espero que al verlas sepan disfrutarlas con la emoción íntegra tal como
representaron para mí. MUCHAS GRACIAS.

Reynaldo Charres Vargas

https://reynaldocharresvargas.blospot.com
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“En realidad, todos somos payasos porque casi siempre hacemos payasadas
con torpezas y tenemos ocurrencias que producen risas”. RCHV.

Este documento es de uso público con fines didácticos y puede traducirse a

otros idiomas respetando los derechos de autor.

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