Preguntarse por investigar remite directamente a escudriñar los rincones de la

duda, aquel proceso en el cuál aquella ilusión premonitoria que denotaba ya

Platón en sus Diálogos, toma forma, se adjunta en una voz, y un cuerpo que
sustenta un saber; qué a su vez, permite explicar el mundo a otros desde nuestra
posición. La formación en dicho campo desde una postura epistémica posibilita
a los sujetos una discursividad necesaria en el momento en que se requiera dar
cuenta del fenómeno estudiado. Una vez que se reconoce un campo conceptual
que tiene particularidades se otorga una postura e incluso un ideal de vida, en
este caso la apuesta por la Pedagogía y su apropiación reconoce ciertas
prácticas ajenas al mundo moderno. En la era de la ligereza, lo que en términos
coloquiales se conoce como “light”, el compromiso es uno de los factores
ausentes, nadie es responsable de, ni nadie asume qué, nadie es adscribe a un
movimiento político-social, y nadie hace una apuesta por lo que sabe o cree
saber, el sujeto no pertenece ni siquiera a sí mismo, no sabe quién es, su historia,
su pasado, ni tiene interés en reconstruir su vida, no existe ningún
cuestionamiento, todo lo que pasa es reconocido como verdad, y dicha verdad
ni siquiera es problematizada ni pensada desde donde es emitida. El sujeto
contemporáneo dista de ser participe, de ser activo; por el contrario, la puesta
del hoy, es por el “ajenismo” por el individualismo potenciado por las dinámicas
de mercado, por la importancia hacía “lo que me pasa”, todo lo que ocurre en la
época actual, es instantáneo, cualquier suceso, noticia, acontecimiento, por
grave que sea, en uno o dos días, dejara de importar y dejara incluso de existir.

Todos estudian todo y a la vez nada, todos hacen todo y a la vez nada,
prácticamente nada toca al sujeto, nada lo nutre, nada debe pesar, ni preocupar,
todo debe ser fácil, y en ese sentido la economía como principio fundamenta su
quehacer, el menor esfuerzo impera, parece que el hombre como proyecto de la
ilustración, aquel ideal Kantiano, de gobierno de sí, de responsabilidad, fracaso
o se hizo difuso en el proceso, pocos se hacen cargo de sus acciones, todos
buscan evadir la ley; pero he de aquellos que se atrevan a luchar contra este
ideal moderno, pues en este vía son tratados de retrógrados, de locos, de no
contemporáneos, de atrasados, como tal ejemplo, ubico la siguiente situación,
las redes sociales son el medio de interacción más fuerte presente hoy, los
vínculos son supuestamente creados y establecidos a partir de allí, de ese
espacio ajeno, donde están todos y a la vez nadie; pero yendo al caso, si algún
sujeto, cualquier sea, no utiliza este medio de interacción es dejado a un lado,
es ignorado, y en muchas ocasiones no existente.

A lo anterior dicho añado la siguiente pregunta ¿Cómo soy sujeto hoy en día,
como existo?, solo de una forma existe un sujeto, y en esta vía en la gran mayoría
de los casos, siendo lo que no sé es. La apuesta por la ostentación, y por el
ocultamiento de lo que en realidad sé es, está más presente que nunca, ejemplo
simple, las múltiples fotografías que se toma la gente, hasta no encontrar la ideal,
la que refleje eso que se supone que es, y que debe ser, es la que transfigura y
determina su existencia; así todos los que son “amigos” deben saber que estoy
haciendo y donde lo estoy haciendo, debo demostrar en ese papel que existo, y
¿Cómo existo?, solo a través de la exhibición.

Pero entonces, todo esto que se analiza, todo esto que se trae a colación, por
ese ideal de Maestro, de salvación, de cambio, transformación; es aquí, que se
encuentra la pregunta por el sujeto contemporáneo, y el cómo hacerlo participe,
no solo de sí mismo, sino de los otros que lo rodean, hay aquí una apuesta por
lo contrario de lo que se ve en el día a día, una apuesta por la responsabilidad,
por una vida menos ligera, y un poco más pesada, esto en el sentido, de sentirse
parte de, y de hacer parte de.

El ideal del restudio y relectura de sujetos que conforman el campo dialógico

pedagógico, permite comprender a este sujeto moderno en su historicidad, y
apostar por un ideal de cambio, tanto de sí, como de sociedad.

Se busca aquí la creación de sujetos que según Zemelman (2009) puedan ser
conscientes, puedan pensar, puedan proponer, puedan cuestionarse,
simplemente preguntarse por el ¿por qué?, de las cosas, que tengan esa
capacidad de pensamiento en doble vía, de análisis y de proposición, una asidua
batalla, contra el facilismo, y una tarea que traiga consigo, la parresía, que
obligue al sujeto a decir las cosas, pero no solo para solucionar cuestiones
propias, sino colectivas.