Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
De tal manera que sería correcto, mejor decir, la eficacia de la oración, el uso eficaz de la
oración para obtener lo que necesitamos.
A. ¿QUÉ ES LA ORACIÓN?
De tal manera que la necesidad de orar y por qué Dios quiere que oremos, es
para:
a) Que tengamos Confianza en Él: Dios quiere que oremos porque quiere
que confiemos en Él y es un medio mediante el cual nuestra confianza
en Él puede aumentar.
De hecho, el énfasis primordial de la enseñanza de la Biblia sobre la
oración es que debemos orar con fe. ¿Qué es la fe? Lo que quiere decir,
que DIOS quiere que tengamos plena confianza o una dependencia total
en Él. ¿Por qué? Porque Él es el Todopoderoso, el que todo lo puede, el
Omnipotente. Él es el Dios Creador. El Omnisciente. Su misericordia no
tiene límite, así como su amor y su sabiduría.
El cómo nuestro creador, se deleita en que confiemos en Él, ¿Por qué?
porque una actitud de dependencia, es la más apropiada para las
relaciones entre el Creador y su criatura.
Por eso debemos tener plena confianza y dependencia de Él. Eso es lo
que quiere nuestro Padre Celestial y por eso quiere que le oremos.
Recordemos que las primeras palabras del Padre Nuestro: “Padre
nuestro que estás en el cielo” Mateo 6:9, reconocen nuestra
dependencia en Dios como Padre amoroso y sabio, y también reconoce
que Él lo gobierna todo desde su trono celestial.
b) Que lo amemos y tengamos comunión con Él: La oración nos lleva a
tener una comunión más honda, más profunda con ÉL
c) Que seamos partícipes de la obra del reino: Dios quiere que oremos,
porque en la oración Dios nos permite, como criaturas, participar en
actividades que son de importancia eterna. Cuando oramos la obra del
reino avanza. De esta manera, la oración nos da la magnífica
oportunidad de participar, de intervenir, de una manera significativa en la
obra del reino, y así dar expresión a nuestra grandeza como criaturas
hechas a semejanza de Dios.
C. LA EFICACIA DE LA ORACIÓN.
Este versículo nos está diciendo que el no pedir nos priva de lo que Dios
nos daría si lo hiciéramos.
En estos versículos vemos que Jesús hace una conexión: entre buscar
cosas de Dios y recibirlas. Cuando pedimos Dios nos responde.
Pero esta condición de pedir no solo es pedir, sino saber pedir. Si nosotros
oramos a Dios con humildad y arrepentimiento, es seguro que vamos a
recibir lo que pidamos.
En al Antiguo Testamento encontramos muchos ejemplos de esto:
Éxodo 32: 9-10:
7Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste
de la tierra de Egipto se ha corrompido. 8Pronto se han apartado del camino que yo
les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido
sacrificios, y han dicho: Israel, éstos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de
Egipto.
9Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura
cerviz. 10Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti
yo haré una nación grande.
Esto es lo que quiere Dios, que le pidamos con humildad, que oremos, y
nos arrepintiéramos, entonces Él nos oye y nos perdona.
CONCLUSIÓN: las oraciones de su pueblo claramente afectan cómo actúa
Dios. Si estuviéramos convencidos (si tuviéramos FE) de que la oración cambia
la manera en que Dios actúa, y que Dios en efecto produce cambios
asombrosos en el mundo en respuesta a la oración, como la biblia
repetidamente enseña que lo hace, oraríamos mucho más de lo que oramos.
Si oramos poco es porque probablemente no creemos que la oración logre
gran cosa. Y nos vamos a perder, o no vamos a lograr jamás tener es
comunicación con DIOS.
2. La oración es eficaz gracias a nuestro mediador, Jesucristo.
Debido a que Dios es santo y nosotros pecadores, no tenemos derecho a
entrar en su presencia. Por esta razón es que necesitamos un mediador
entre nosotros y Dios, para que nos lleve a la presencia de Dios. Y la biblia
nos enseña claramente, en 1 Timoteo 2:5:
Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre,
Pero nos salta una inquietud, ¿Dios oye las oraciones de los que no creen
en Jesús?
Dios es omnisciente (Dios sabe y conoce todo). Dios las escucha y puede
ser que las conteste, ¿por qué? porque es DIOS, y debido a su misericordia
y un deseo de llevarlos a la salvación en Cristo. Sin embargo, en ninguna
parte de las escrituras Dios ha prometido responder a las oraciones de los
que no creen.
En el AT, la obra de Jesús como nuestro mediador, estaba prefigurada en el
sistema de sacrificios y ofrendas que los sacerdotes hacían en el templo.
(Hebreos 7:23-28; 8:1-6; 9:1-14)
Jesús también dice que Él escogió a sus discípulos y que todo lo que ellos
pidan al Padre en su nombre, Él os lo dé, Juan 15:16:
16No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para
que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al
Padre en mi nombre, él os lo dé
Pero que significa todo esto que hemos leído. Acaso una suerte de fórmula
mágica, que añadimos al final de cada oración, “en el nombre de Jesús”, y
que solo por decirlo se va a cumplir. No. Si vemos las oraciones en la Biblia,
ninguna tiene añadida al final “en el nombre de Jesús”.
Mateo 6:9-13;
9Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre.10Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra. 11El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12Y perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13Y no nos metas en
tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por
todos los siglos. Amén.
Hechos 1:24-25; Hechos 4:24-30; 7:59; 9:13-14:
24Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de
estos dos has escogido, 25para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de
que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar.
24Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor,
tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; 25que
por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos
piensan cosas vanas? 26Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron
en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. 27Porque verdaderamente se unieron en
esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con
los gentiles y el pueblo de Israel,28para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían
antes determinado que sucediera. 29Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a
tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, 30mientras extiendes tu mano
para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo
Hijo Jesús.
59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi
espíritu. 60Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este
pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
13Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre,
cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; 14y aun aquí tiene autoridad de los
principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.
Apocalipsis 6:10:
10Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no
juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?
Lo que les están preguntando es: ¿Por autoridad de quien hicieron esto?
Sin embargo, debemos decir que hay un patrón claro de oración dirigidas
directamente a Dios Padre a través de Dios Hijo.
Con estos hechos, hay evidencias más que claras y suficientes para
animarnos a orar no solamente a Dios Padre (que parecer ser el patrón
primordial, y que sigue el ejemplo que Jesús nos enseñó en el Padre
Nuestro), sino a orar directamente a Dios Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Ambas formas son correctas.
Pero, ¿debemos orar al Espíritu Santo? Aunque en el Nuevo Testamento
no se registra ninguna oración dirigida directamente al Espíritu Santo, no
hay nada que prohíba tal oración. Porque el Espíritu Santo, tanto como el
Padre y el Hijo, es plenamente Dios y digno de oración, y es poderoso para
responder nuestras oraciones. El Espíritu Santo se relaciona de una forma
muy personal con nosotros, puesto que es un Consolador, Juan 14:16, 26.
6Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para
siempre:
26Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
A fin de entender esto, debemos decir que el Nuevo Testamento nos dice
que muchas de las actividades se pueden hacer en el Espíritu Santo.
2. Como orar con fe. Crean que ya han recibido todo lo que están pidiendo
en oración, y lo obtendrán, Marcos 11:24
3. Obediencia. Proverbios 15:8; 15:29
4. Confesión de pecados. La confesión de pecados es necesaria a fin de
que Dios nos perdone, en el sentido de restaurar su relación diaria con
nosotros. Mateo 6:12; 1 Juan 1:9
5. Perdonar a otros. Mateo 6:14-15 perdona nuestra ofensa como nosotros
perdonamos a los que nos ofenden.
6. Humildad. Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes.
Santiago 4:6
7. Perseverar en oración por un largo periodo de tiempo. No te soltaré
hasta que me bendigas, Génesis 32:26.
8. Orar fervientemente. Jesús mismo oraba fervientemente, Hechos 5:7.
Daniel 9:19, Señor Escúchanos, Señor perdónanos, Señor atiéndenos y
actúa. Dios mío haz honor a tu nombre y no tardes más.
9. Esperar en el Señor, Salmo 27:14. Después de clamar a Dios por ayuda
en su aflicción David dice: “Pon tu esperanza en el Señor; ten valor y
cobra ánimo, pon tu esperanza en el Señor.
10. Oración en privado. Daniel 6:10. Daniel subía a su dormitorio y se
arrodillaba y se ponía a orar, tres veces al día. Jesús se iba con
frecuencia a lugares solitarios, Lucas 5:16.
11. Oración con otros. Mateo 18:19-20: 19Otra vez os digo, que si dos de vosotros
se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será
hecho por mi Padre que está en los cielos. 20Porque donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
12. El ayuno. Ester 4:3 Decreto de Asuero para exterminar el pueblo Judío.
GRACIAS HERMANOS.