Centro Universitario Católico “El Tambo”

DOMINGO OCTAVO DURANTE EL AÑO – CICLO C

3 de Marzo de 2019

BIENVENIDA. Bienvenida, querida comunidad, a esta última Eucaristía de la primera parte del
Tiempo Ordinario, ya que iniciaremos la Cuaresma el 6 de marzo con la celebración del Miércoles
de Ceniza. Hoy la palabra de Dios ilumina nuestros pensamientos y Jesús, que es la verdad,
transforma nuestros juicios y sentimientos. Con la alegría de ser Iglesia, iniciemos la misa
cantando.

PRIMERA LECTURA. Este libro del Antiguo Testamento, nos dice lo que luego Jesús nos manifestará
en su Evangelio: “de la abundancia del corazón habla la boca”.

SALMO. La sabiduría hace fuerte al ser humano en su juventud y en su vejez. Recemos el salmo y
respondamos: ¡Es bueno darte gracias, Señor!

SEGUNDA LECTURA. San Pablo nos descubre el gran objetivo de nuestra vida y el motivo por el
que merece la pena mantener nuestra fidelidad al Señor.

EVANGELIO. En el evangelio, Jesús manifiesta que nuestra bondad o maldad serán reconocidas por
nuestras obras.

ORACIÓN COMUNITARIA. Dios nos ha creado como seres inteligentes para discernir y actuar
sabiamente. Pidamos que la buena noticia de Jesús siga renovando nuestras vidas. A cada
intención, respondamos: “Transforma nuestra vida, Señor.”

 Por el Papa y toda la Iglesia, para que seamos fieles al mensaje y a la misión que Cristo nos
ha encomendado. Oremos…

 Por nuestros gobernantes, para que crezca en ellos el diálogo, la tolerancia y haya
coherencia entre el discurso y la práctica. Oremos…

 Te damos gracias por un año más de vida de Javier López y te pedimos que lo sigas
acompañando y fortaleciendo en su vida cotidiana. Oremos…

 Te pedimos por nuestra comunidad, para que demos testimonio en nuestras vidas de las
enseñanzas de Jesús. Oremos…

OFRENDAS. Con el pan y el vino presentamos también las dificultades de cada día, con la certeza
de que el Señor reconoce nuestros esfuerzos.

COMUNIÓN. Jesús nos recuerda: “el que come de este pan vivirá eternamente”. Vayamos a
recibirlo cantando…

DESPEDIDA. Somos enviados a dar frutos buenos. De la abundancia de nuestro corazón hablará
nuestra boca. Con esta misión, ¡vayamos en paz!