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Caso 1

Vanesa es una adolescente de 16 años de edad. Ocupa el cuarto lugar de cinco hermanos; es hija de C. y de G. de
ocupación panaderos.

Cuando la amamantaba la niña empezó a mostrar afecto por la pijama de su madre, por la bata que ella lleva en
el momento de darle el pecho. Mientras tomaba el pecho, con su manito tomaba la bata de la mama con sus
manos, y la deja entre sus manos, la mamá decidió dejársela a la niña para que durmiera, de esta forma fue
adoptando esta ropa como su objeto para poder dormir cada noche.

A medida de que ésta fue creciendo, mostraba más apego a la bata, relata que dormía con sus padres hasta los 6
años, y que estos se levantaban en la madrugada a preparar el pan, así que cuando ella despertaba y se percataba
de que estaba sola, se sentía angustiada y se ponía la bata para sentarse a llorar en las escaleras mientras
llegaban sus padres y sus hermanos que ayudaban en la panadería, lo cual se convirtió en una rutina.
Actualmente Vanesa sigue conservando la “bata” de la que sólo le quedan dos pedazos de tela, usando para
dormir el más grande con el cual sigue pasando por sus labios para poder dormir, menciona también que en caso
de que se pierda su bata tiene que buscarla hasta encontrarla de no ser así no podría dormir y sólo en caso de que
esa noche no logre recuperarla saca el otro pedazo que le queda el cual guarda en el cajón de su ropa, pero a la
mañana siguiente continua con la búsqueda hasta lograr encontrar su objeto para frotarlo en sus labios e incluso
succionarlo.

La joven dice que su “bata” la conforta, y que no le causa ninguna molestia que la familia y los amigos sepan de
ella, pues ésta es parte de su vida y nunca ha pensado en dejarla, que no le causa ningún conflicto la necesidad
que siente de tenerla y que por lo contrario la tela la conforta y le disminuye la angustia de sentirse sola, de modo
que en un futuro se visualiza con ella.

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