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podemos decir si a esta pregunta, pues los sueños son las imaginaciones vividas
que se experimentan como si fuera la realidad despierta. Incluso Freud plantea a
los sueños como una realización alucinatoria de deseos, y por tanto como una vía
privilegiada de acceso al inconsciente. Para algunos el sueño es algo beneficioso
porque nos procura una fuga de la realidad displacentera. Otros sostienen lo
contrario, considerándolo como una mera continuación de la vigilia (soñamos lo que
ya veníamos soñando desde la vigilia).
Esto podríamos decir que ocurre claramente gracias a la represión, ya que en
muchas ocasiones, el contenido de nuestros sueños o de nuestros deseos
inconscientes es tan fuerte que lograría traumarnos si lográramos exteriorizarlo
como una fiel reproducción de lo que se quiere, esta represión desempeña el papel
de norma interiorizadora la cual nos obliga a callar ciertas cosas por lo que el
inconsciente no encuentra otra salida para evitar la misma, que utilizar símbolos.
Para lograr esto, necesitamos ayuda de otros métodos o mecanismos como lo
serian el desplazamiento el cual nos permite representar el deseo inconsciente en
imágenes durante el sueño y la concentración o recapitulación que nos permite
juntar todas esas imágenes y engañar a la conciencia.
Nos preguntamos cómo los sueños de contenido penoso podían ser interpretados
como realizaciones de deseos, y ahora vemos que ello es perfectamente posible
cuando ha tenido efecto una deformación onírica; (Amella Vella, 2004-05)“esto es
cuando el contenido penoso no sirve sino de disfraz de otro deseado. Refiriéndose
a nuestras hipótesis sobre las dos instancias psíquicas, podremos, pues, decir que
los sueños penosos contienen, efectivamente, algo que resulta penoso para la
segunda instancia, pero al mismo tiempo cumplen un deseo de la primera. Son
sueños optativos, en tanto a cuanto a todo sueño parte de la primera instancia, no
actuando la segunda, con respecto al sueño, sino defensivamente, y con carácter
creador. Si nos limitamos a tener en cuenta aquello que la segunda instancia aporta
al sueño no llegaremos jamás a comprenderlo, y permanecerán en pie todos los
enigmas que los autores han observado en el fenómeno onírico”.
También Freud nos explica las posibles fuentes de los sueños, lo cual menciona
que: pueden ser un suceso reciente y psíquicamente importante, representado
directamente en el sueño o uno o varios sucesos recientes e importantes,
representados en el contenido manifiesto por la mención de un suceso
contemporáneo, pero indiferente. Todo lo que en el sueño se presenta como un
carácter verbal, siendo dicho u oído y no solamente pensado, procede de aquello
que en la vida despierta hemos oído o dicho, aunque la elaboración onírica,
considerándolo como materia prima, se modifique a veces y se desglose siempre
de su contexto.
A un punto muy importante que quería llegar era con los sueños que tenemos, sobre
la muerta de alguno de nuestros familiares, Freud dice que cuando alguien sueña
sintiendo profundo dolor, no debemos de interpretar estos como demostración de
que deseamos en la actualidad que dicha persona muera. La teoría de estos
sueños, no exige tanto, menciona. Pues explica con deducir que en algún momento
se ha deseado esto durante la infancia. Y esta limitación, no logra devolver la
tranquilidad a aquellos que han tenido estos sueños y por supuesto negaran la
posibilidad de haber sentido alguna vez tales deseos con la misma energía que
ponen en afirmar su seguridad de no sentirlos tampoco actualmente. Y yo sería una
de estas personas que afirmarían tal cuestión. (laura, 2009)
CONCLUSION: